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Resultados de Citología Cervical en Mujeres menores de 25 años, San Cristóbal, 2008-2011



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Consideraciones
    generales
  3. Situación
    problémica
  4. Marco
    teórico
  5. Diseño
    Metodológico
  6. Análisis y
    discusión de los resultados
  7. Conclusiones
  8. Recomendaciones
  9. Referencias
    bibliográficas
  10. Anexos

Resumen

Se realizó un estudio analítico,
longitudinal y prospectivo en el municipio de San
Cristóbal entre enero 2008 – noviembre 2011, con el
objetivo de evaluar los factores de riesgo asociados al
cáncer cervicouterino en menores de 25 años. El
universo lo integró las pacientes que asistieron a
consulta de ginecología del Policlínico "Camilo
Cienfuegos", que resultaron 2058 y la muestra quedó
constituida por 771 menores de 25 años, que accedieron a
realizarse citología orgánica, previo
consentimiento informado considerándose como criterio de
inclusión, edad menor de 25 años y vivir en San
Cristóbal, excluyéndose de la muestra las pacientes
que refirieron ser vírgenes y las que no accedieron
realizarse citología orgánica. Con todos los datos
recogidos, se creó una base de datos en Microsoft Excel, a
partir de la cual se construyeron tablas de distribución
de frecuencia y de contingencia para un mejor análisis,
los estadígrafos utilizados fueron el porciento y Chi
Cuadrado para un nivel de significación de a = 0,05 para
ello se utilizó el paquete estadístico de Piloto.
Como conclusiones en nuestro universo aproximadamente la quinta
parte de las féminas presentan lesiones cervicales
uterinas. Las lesiones cervicouterinas se observan desde los 15
años y cronológicamente van ganando en intensidad y
frecuencia. El comienzo precoz de las relaciones sexuales
copulativas y la presencia del HPV inciden directamente en la
génesis de las lesiones premalignas cervicouterinas,
existiendo relación directa entre resultados
citológicos y biopsias por ponche.

Palabras claves: citología
orgánica, enfermedades de transmisión sexual,
biopsia por poche, lesiones premalignas
cervicouterinas.

Consideraciones
generales

El cáncer cervicouterino constituye un importante
problema de salud pública, correspondiendo a la segunda
neoplasia más prevalente en mujeres a nivel mundial y a la
quinta causa de muerte por cáncer en esta población
(1,2). La incidencia de la entidad y de sus etapas precursoras es
elevada, principalmente en países en vías de
desarrollo (1). Cada año, 470.000 nuevos casos de
cáncer cervical son diagnosticados en todo el mundo, de
los cuales aproximadamente la mitad morirá. El ochenta por
ciento (80%) de estos casos se presenta en países en
vías de desarrollo donde unas 200.000 mujeres mueren a
causa del cáncer cervical todos los años
(3).

Las cifras para las naciones desarrolladas son
inferiores, pero no obstante el cáncer cervical
todavía es una causa principal de morbilidad y mortalidad
entre las mujeres. El cáncer de cuello uterino constituye
uno de los ejemplos claros de inequidad en salud y la carga de la
enfermedad difiere ampliamente entre países y en regiones
dentro de los mismos. Esta entidad solía ser la primera
causa de muerte por cáncer en las mujeres en Estados
Unidos. Sin embargo, en los últimos 40 años, el
número de casos de cáncer de cuello uterino y las
muertes relacionadas con este han disminuido significativamente.
Esta disminución se debe en gran parte a que muchas
mujeres están haciéndose pruebas de Papanicolaou
periódicamente, lo que permite identificar células
precancerosas en el cuello uterino antes de que se conviertan en
cáncer. En el 2007 12.280 mujeres en los Estados Unidos
recibieron un diagnóstico de cáncer de cuello
uterino y 4.021 mujeres murieron por esta enfermedad. En el Reino
Unido, por ejemplo, el cáncer cervical afecta a poco
más de 4.000 mujeres cada año y causa 1.400 muertes
(1, 4, 5). En España la tasa anual ajustada de
cáncer de cérvix, excluido el carcinoma in situ, es
7,2 por 100.000 mujeres y la tasa de mortalidad es de 2,7 por
100.000 mujeres (6).

En América Latina y el Caribe, el cáncer
cervicouterino es la lesión maligna del aparato genital
femenino más frecuente, es la causa más importante
de años de vida perdidos (por cáncer) donde se
concentra 13% de los casos y 12% de las muertes que ocurren
anualmente en el mundo, se calcula que cada año se
presentan alrededor de 68.000 casos nuevos (8).

En Chile, ocupa el quinto lugar como causa de muerte por
tumores malignos en la mujer. Se estima una incidencia de 14,4
casos por 100.000 mujeres y una tasa de mortalidad de 6,6 casos
en 100.000 mujeres, en el año 2006 (7). Según datos
del Departamento de Estadísticas e Informaciones de Salud,
la mortalidad en el año 2007 fue de 6,1 por 100.000
mujeres con 638 defunciones por esta causa (3). En la
Región de La Araucanía, constituye la tercera causa
de muerte por cáncer, desplazando al cáncer de mama
al cuarto lugar. En México constituye la primera causa de
morbimortalidad en el sexo femenino (9, 10).

Cuba es uno de los países de América
Latina y el Tercer Mundo con mayor tasa de incidencia de
cáncer, en el año 1998 la tasa de cáncer de
cuello uterino fue de 6,6 por 100 000 mujeres. En el año
2003, fue el tercer cáncer más frecuente, superado
por el de mama y piel, y en el 2006 la cuarta causa de muerte
solo antecedida por aparato respiratorio, mama e intestino,
excepto recto. En el 2010 la incidencia en pacientes menores de
29 años fue de 83 pacientes con una tasa de 7.4 ocupando
el primer lugar aunque la mortalidad ocupó el tercer lugar
precedido por mama, piel y pulmón con una tasa de 29.0 (11
– 14).

La citología orgánica se realiza en la
población femenina de 25 a 59 años que haya tenido
vida sexual activa, con periodicidad cada 3 años. La
unidad de detección se cumple en los Consultorios de
Médicos de Familia, en los Policlínicos con
Médicos de Familia o en los Hospitales Rurales que
realicen acciones primarias de salud.Todas las mujeres tienen
riesgo de contraer cáncer de cuello uterino, pero es poco
común en las menores de 30 años. El Programa
Nacional de Detección Precoz del Cáncer Cervico
Uterino (PNDPCCU) en Cuba ha regido eficientemente por
años ese vulnerable eslabón de la salud,
comprendiendo a las mujeres mayores de 25 años pero, como
antes refiero, es vulnerable, pues el rápido desarrollo
social en el mundo contemporáneo ha hecho más
frecuentes los factores de riesgos que favorecen el desarrollo
del cáncer cervicouterino .La precocidad en las relaciones
sexuales, la promiscuidad y las enfermedades de
transmisión sexual son variables comunes en el mundo de
hoy y consideradas de mucha importancia en la etiología de
cáncer, dato que se puede palpar, pues en nuestras
consultas cada día son más frecuentes las
jóvenes, incluso con el diagnóstico de carcinomas
infiltrantes (15).

O sea varios factores de riesgo aumentan su probabilidad
de padecer cáncer de cuello uterino. Las mujeres
sin estos factores de riesgo raramente padecen dicha
enfermedad. Aunque estos factores de riesgo aumentan las
probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino, muchas
mujeres que los tienen, no lo padecen. Cuando una mujer tiene
cáncer de cuello uterino o cambios precancerosos, puede
que no sea posible decir con seguridad que un factor de riesgo en
particular haya sido la causa. Al considerar estos factores de
riesgo, es útil enfocarse en los que se pueden cambiar o
evitar (tales como fumar o una infección con el virus del
papiloma humano), en vez de enfocarse en los que no se pueden
(tales como su edad y antecedentes familiares). Sin embargo,
sigue siendo vital conocer los factores de riesgo que no se
pueden cambiar ya que resulta aún más importante
para las mujeres que tienen estos factores hacerse la prueba de
Papanicolaou para detectar el cáncer de cuello uterino en
las primeras etapas (2, 10, 15).

Situación
problémica

En ninguna de las variedades del cáncer, se
comprueban los notables efectos de la prevención, del
diagnóstico precoz y el tratamiento curativo sobre la tasa
de mortalidad, como en el cáncer de cuello
uterino.

Se realizó un pesquizaje en pacientes menores de
25 años que accedieron a realizarse el estudio
citológico de cuello uterino en el municipio de San
Cristóbal donde aproximadamente la quinta parte de las
féminas menores de 25 años presentan lesiones
cervicales uterinas. La dirección de salud
consideró este incremento en la incidencia del
cáncer cervicouterino un problema de salud importante es
por esto que se desarrolló la presente
investigación en el área de salud del
policlínico ¨ Camilo Cienfuegos ¨ del Municipio de
San Cristóbal, desde enero del 2008 hasta noviembre del
2011, con los propósitos de conocer la magnitud y los
factores de riesgo asociados al cáncer cervicouterino en
las mujeres menores de 25 años, contando a su vez con el
personal y los recursos necesarios, apoyo del gobierno municipal
y de la dirección municipal de salud y de esta manera
validar nuestro PNDPCCU y poder extender nuestra experiencia al
resto del país, reconociendo que se trata de un grupo
poblacional de vital importancia en la vida política,
social, cultural y económica.

Es una realidad que existe pacientes, menores de 25
años, con lesiones premalignas y malignas
cervicouterinas.

Hipótesis.

Se pueden diagnosticar precozmente, con la
citología orgánica, las lesiones premalignas y
malignas cervicouterinas, en las mujeres menores de 25
años.

Existen factores de riesgo que favorecen la
aparición de lesiones malignas cervicouterinas

Marco
teórico

El cáncer ocurre cuando las células en
alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. Las
células normales se dividen y crecen de manera ordenada,
pero no las células del cáncer, que
continúan creciendo y desplazando a las células
normales. Aunque hay muchos tipos de cáncer, todos tienen
en común este crecimiento descontrolado de las
células. Los diferentes tipos de cáncer se pueden
comportar de maneras distintas. Por ejemplo, el cáncer del
pulmón y el cáncer del seno son dos enfermedades
muy distintas que crecen a diferentes velocidades y responden a
tratamientos distintos (16). Esas diferencias hacen que las
personas con cáncer requieran tratamientos
específicos dirigidos a su tipo de cáncer
particular. Aun cuando el cáncer se haya propagado a otra
parte del cuerpo, se sigue llamando como la parte del cuerpo en
la que comenzó. Por ejemplo, si el cáncer de la
próstata se propaga a los huesos, se sigue llamando
cáncer de la próstata. Si el cáncer del seno
se propaga a los pulmones, se continúa llamando
cáncer del seno (17).

El cáncer que le regresa a una persona que
parecía estar ya libre de la enfermedad después del
tratamiento se conoce como recurrencia. El cáncer del
cuello uterino comienza en la membrana que recubre el cuello
uterino (también conocido como cérvix). El cuello
uterino es la parte inferior de la matriz (útero). El
útero tiene dos partes: el cuerpo del útero,
localizado en la parte superior, que es donde se desarrollan los
bebés, y el cuello uterino, localizado en la parte
inferior que conecta el cuerpo del útero con la vagina,
llamada también canal del nacimiento (18, 19). El
cáncer del cuello uterino no se forma repentinamente. En
sus inicios, algunas células comienzan a convertirse de
células normales en células precancerosas, y luego
en cancerosas. Este proceso de cambio puede tomar varios
años, aunque a veces sucede con mayor rapidez. Para
algunas mujeres, los cambios precancerosos pueden desaparecer sin
tratamiento alguno. Sin embargo, lo más común es
que se requiera tratamiento para impedir que se conviertan en un
verdadero cáncer (16, 20).

Existen dos tipos principales de cáncer del
cuello uterino: entre el 85% y el 90% de los casos son carcinoma
de células escamosas y entre el 10% y 15% son
adenocarcinomas. Si el cáncer tiene características
de ambos tipos se conoce como carcinoma mixto (18).

El examen regular con el frotis de Papanicolaou
comenzó en la década de los años cincuenta y
se ha convertido en el estándar de asistencia en la
mayoría de los países desarrollados, lo que ha
conducido a un incremento en el diagnóstico y tratamiento
de neoplasia intraepitelial cervical precursora del cáncer
de cérvix (17). Este método sencillo de toma de
muestra para citología orgánica se basa en
aprovechar la exfoliación inducida o espontánea de
las células del cuello uterino para la detección de
las lesiones cervicales preinvasoras, por lo que su uso se
extendió rápidamente (18, 21).

Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta las
probabilidades de que una persona contraiga una enfermedad.
Algunos factores de riesgo, como fumar, pueden controlarse otros,
como la edad o la raza de la persona, no pueden cambiarse. Varios
factores de riesgo aumentan las probabilidades de que una mujer
contraiga cáncer del cuello uterino. Cuando se considera
el asunto de los factores de riesgo, es útil concentrarse
mayormente en aquellos que pueden cambiarse. Sin embargo, los que
no se pueden cambiar también pueden servir para
recordarles a las mujeres la importancia de hacerse una prueba de
Papanicolaou (22).

El factor de riesgo principal del cáncer del
cuello uterino es la infección con el virus del papiloma
humano (HPV, por sus siglas en inglés). Esta enfermedad se
puede transmitir de una persona a otra durante las relaciones
sexuales. El sostener relaciones sexuales sin protección,
especialmente a una edad temprana, hace que sea más
probable infectarse con el virus de HPV. Además, las
mujeres que tienen muchas parejas sexuales (o que han tenido
relaciones sexuales con hombres que, a su vez, han tenido muchas
parejas) tienen un riesgo mayor de contraer HPV. Por otra parte,
la infección con el virus del VIH (el virus que causa el
sida) también puede ser un factor de riesgo del
cáncer del cuello uterino. El ser portadora del virus del
VIH hace que el sistema inmunológico sea menos capaz de
luchar tanto contra el virus como contra los cánceres en
etapas iniciales (3, 23).

La dieta también podría desempeñar
una función en este sentido. Una alimentación baja
en alimentos de origen vegetal, como ensaladas, frutas y
verduras, se asocia con un aumento en el riesgo de cáncer
del cuello uterino y otros tipos de cáncer.

Edad: el riesgo de contraer este cáncer es muy
bajo entre las niñas menores de quince años, pero
aumenta entre los últimos años de la adolescencia y
la mitad de la tercera década de vida. A diferencia de
muchos otros tipos de cáncer, que rara vez afectan a las
mujeres adultas jóvenes, el cáncer del cuello
uterino puede afectar a las jóvenes en su tercera
década de vida e incluso a las adolescentes. Aunque el
riesgo de cáncer del cuello uterino no aumenta mucho
después de los 40, tampoco disminuye. Muchas mujeres
maduras no saben que tienen el más alto riesgo de contraer
cáncer del cuello uterino y que es importante que
continúen haciéndose la prueba de Papanicolaou (16,
23).

Raza y etnia: en varios grupos raciales y étnicos
se presenta una mayor tasa de mortalidad por cáncer del
cuello uterino. En los Estados Unidos, la tasa de mortalidad por
cáncer del cuello uterino en las mujeres de raza negra es
más del doble del promedio nacional, mientras que en las
hispanas y las indias americanas también está por
encima del promedio nacional. Las mujeres pobres tienen un riesgo
mayor de contraer cáncer del cuello uterino. Una posible
razón para esto es que no pueden pagar los costos de las
pruebas regulares de Papanicolaou (18).

La mayoría de los casos de cáncer del
cuello uterino puede prevenirse. Hay dos formas de prevenir esta
enfermedad. La primera es prevenir los precánceres, y la
mejor forma de hacer esto es evitando los factores de riesgo. Las
jóvenes pueden aplazar el comienzo de las relaciones
sexuales para cuando sean adultas. Las mujeres de todas las
edades pueden protegerse para no contraer una infección
por HPV si limitan el número de compañeros sexuales
y si evitan tener relaciones con hombres que hayan tenido muchas
compañeras sexuales. El HPV no siempre produce verrugas u
otros síntomas, y, por eso, es difícil saber si una
persona está infectada. Los condones (preservativos)
protegen contra el HPV, de esta forma ayudan a protegerse de la
infección por el HIV, es decir, ayudan a protegerse del
sida y de otras enfermedades. La segunda forma de prevenir el
cáncer del cuello uterino es hacerse regularmente la
prueba de Papanicolaou. La prueba de Papanicolaou puede detectar
las infecciones por HPV y los precánceres. El tratamiento
de estos problemas puede detener el cáncer del cuello
uterino antes de que se convierta completamente en cáncer
invasivo (18,19).

La adolescencia fue considerada por largo tiempo como
una etapa de tránsito entre la niñez y la adultez,
y, por lo tanto, se le dedicaba escasa atención. En la
medida en que las sociedades se han ido desarrollando, la
"adolescencia" ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia;
esto está dado, entre otras cosas, por el incremento de
años de vida de los individuos que deberán ser
dedicados a la instrucción y el estudio, lo que prolonga
que alcancen su independencia económica y social, por lo
que el porcentaje de población en estos grupos de edades
aumenta y se convierte en una cifra importante. Por todo lo antes
expuesto es que se considera actualmente la adolescencia como una
etapa de la vida bien definida con características propias
(24). La Organización Mundial de la Salud la ha definido
de la forma siguiente:

Biológico: progreso del individuo desde el inicio
del desarrollo puberal hasta la madurez sexual y la plena
capacidad reproductiva.

Psicológico: transformación de los
procesos psicológicos y pautas de identificación
desde los del niño hasta los del adulto.

Social: transición del estado de dependencia
socioeconómica total a una relativa independencia
(4).

La actual epidemia de infecciones de transmisión
sexual (ITS) es la mayor amenaza para la salud de los
adolescentes; esto incluye el riesgo de infertilidad,
cáncer y muerte. Las ITS representan la más
diseminada y devastadora enfermedad que enfrentan los
jóvenes hoy día. Este grupo de población
tiene un mayor riesgo de contraer una ITS, dado fundamentalmente
por sus conductas sexuales, aunque algunos de estos factores son
atribuibles a sus características biológicas
(16-25).

Se conoce que las células de la vagina y el
cérvix son más susceptibles a la infección
en la niña y la joven. Estas células y el medio
vaginal van a sufrir cambios durante la adolescencia, los cuales
provocan que al final de ese período exista una mayor
resistencia a las infecciones. Esto hace que las adolescentes,
sobre todo en los estadios más precoces, tengan mayor
riesgo de contraer una ITS que una mujer adulta cuando tiene
relaciones sexuales con un hombre infestado. La lesión
intraepitelial se refiere a lesiones confinadas al epitelio
cervical parcial o total, cuyas células con diversos
grados de anomalías de diferenciación y
maduración tienen características
morfológicas, genéticas y metabólicas
similares a las células cancerosas. Este término
incluye desde el punto de vista histológico, según
la clasificación de Richard a las NIC I, II y III
(18).

El cáncer cervical es claramente una enfermedad
multifactorial y los virus del papiloma no son suficientes en
sí mismos para la inducción del tumor, siendo
necesarios otros factores y cofactores adicionales como el
tabaquismo, algunos microorganismos, deficiencias nutritivas,
antioxidantes, retinoides y de modo muy específico la
deficiencia del sistema inmunológico, algunos de estos al
actuar sinérgicamente podrían en un tiempo de
alrededor de 25 años, evolucionar hasta la enfermedad
maligna pasando por las lesiones intraepiteliales (17 –
20).

Desde 1968 el Ministerio de Salud Pública con la
colaboración de las organizaciones de masas desarrollan un
Programa para el Diagnóstico Precoz del Cáncer del
Cuello del Útero en Cuba. Durante los años
transcurridos millones de mujeres han sido sometidas al estudio
de citología cervicovaginal y miles han sido beneficiadas
con el diagnóstico temprano de la enfermedad; este
programa tiene como propósito el de contribuir a elevar el
nivel de salud de la población mediante acciones de
prevención, promoción y protección
(15).

¿Cómo repercutirán los factores de
riesgo asociados al cáncer cervicouterino en mujeres
menores de 25 años?

Objetivos.

5.1. Objetivo General.

Evaluar los resultados citológicos
en las mujeres menores de 25 años atendidas en el
Policlínico Camilo Cienfuegos de San
Cristóbal.

5.2. Objetivos
Específicos.

  • Valorar los factores de riesgos conocidos
    relacionados con las lesiones premalignas cervicouterinas en
    menores 25 años.

  • Determinar la relación entre edad
    ginecológica y el incremento de las lesiones
    premalignas cervicouterinas en menores de 25
    años.

  • Evaluar si existe relación entre la
    citología alterada y el resultado del ponche de cuello
    en las menores de 25 años.

Control Semántico.

Menarquia: Primer sangrado
menstrual.

Edad Ginecológica: Tiempo en
años desde la menarquia hasta el desarrollo del evento a
medir posterior.

ITS: Infección de
transmisión sexual

HPV: Virus del papiloma humano
(siglas en ingles).

NIC: Neoplasia intraepitelial
cervical.

CIS: Carcinoma in situ.

Frotis de Papanicolau: Muestra
citológica cervicouterina.

Colposcopia: Observación
ampliada con lentes del cuello uterino.

Leucoplasia: Tejido
blanco.

EBA: Epitelio Blanco al ácido
acético.

PNDPCCU: Programa Nacional de
Detención Precoz del Cáncer
Cervicouterino

Diseño
Metodológico

Tipo de Proyecto: Investigativo

Tipo de estudio realizado: analítico,
longitudinal y prospectivo.

Tiempo y espacio: El estudio se realizó en
el municipio de San Cristóbal en el período
comprendido entre enero del 2008 y noviembre del 2011.

Universo y Muestra: El universo se integró
por todas las pacientes que asistieron a la consulta de
ginecología del policlínico universitario "Camilo
Cienfuegos", que resultaron 2058 y la muestra quedó
constituida por 771 menores de 25 años, que accedieron
realizarse la citología orgánica en el momento
oportuno, previo consentimiento informado(ver anexo I) y que
cumplieron los siguientes criterios:

Criterio de inclusión: se
consideró, tener una edad menor de 25 años, vivir
en el municipio de San Cristóbal y acceder realizarse
citología orgánica.

Criterio de exclusión: solo se excluyeron
de la muestra las pacientes que refirieron ser vírgenes y
las que no accedieron realizarse citología
orgánica

  • Operacionalización de las
    variables:

Variable

Tipo

Escala

Descripción

Edad

Cuantitativa

continua

Años de vida
cumplidos

Según último
año cumplido

Edad de menarquia

Cuantitativa

discreta

Años de vida
cumplidos

Según año
del

Primer sangrado

Edad de primera relación
Sexual

Cuantitativa

discreta

Según año de primera
relación sexual

Según escala

Número de parejas

Cuantitativa

discreta

Entre 1 y 10 parejas

Según escala

Riesgo más de 4
parejas

Antecedentes de ITS

Cualitativa nominal

politómica

Moniliasis

Sida

Blenorragia

HPV

Sífilis

Trichomoniasis

Herpes genital

Pediculis pubis

Presencia o no y cuales

Citología
cervical

Cualitativa ordinal

politómica

NIC I

NIC II

NIC III

C. in Situ

Según escala

Colposcopia

Cualitativa Nominal
politómica

EBA

Base

Mosaico

Schiller

Leucoplasia

Según escala

Biopsia por ponche

Cualitativa Ordinal

politómica

NIC I

NIC II

NIC III

C. in Situ

Según escala

Procedimiento.

  • A todas las pacientes se les
    realizó personalmente una entrevista donde se le
    preguntó todos los datos de las boletas de
    citologías, (anexo I) que corresponden con las
    variables antes expuestas.

  • Previo consentimiento informado, (anexo
    II) se realiza examen.

  • El examen de Papanicolaou consiste en
    la obtención de un cepillado o raspado de
    células del cuello uterino, el cual se pone en una
    laminilla portaobjetos de laboratorio. Esta muestra se toma
    por lo general durante un examen pélvico, aunque no
    todo examen pélvico incluye un frotis de
    Papanicolau.

7.2. Procesamiento estadístico.

Con todos los datos recogidos, se creo una base de datos
en Microsoft Excel, a partir de la cual se construyeron tablas de
distribución de frecuencia y de contingencia para un mejor
análisis, los estadígrafos utilizados fueron el
porciento y Chi Cuadrado para un nivel de significación de
a = 0,05 para ello se utilizó el paquete
estadístico de Piloto.

7.3. Aspectos éticos.

Los aspectos éticos en nuestra
investigación fueron valorados directamente con la
comisión de ética del centro a desarrollar con
pacientes y familiares, dadas las características de las
pacientes (la mayoría adolescentes), quienes firmaron en
conjunto la carta de autorizo a realizar los exámenes y
preguntas (modelo empleado en Anexos).

Análisis y
discusión de los resultados

TABLA I: Distribución de casos
según resultados de pruebas
citológicas.

Resultados

No

%

NIC I

62

8,04

NIC II

38

4,93

NIC III

32

4,15

CIS

11

1,43

Casos positivos

143

18,55

Casos negativos

628

81,45

Total

771

100.00

Se realiza prueba citológica a un total de 771
casos y su resultado se refleja en la tabla I, encontrando que en
143 pacientes fueron positivos siendo más frecuentes el
NIC I (8.04%) y II (4.93%), pero mayor relevancia aun es la
confirmación de estados de carcinomas in situ en el grupo
de estudio, que sin un pronto diagnóstico comprometen la
salud reproductiva y general de la paciente.

Estudios epidemiológicos nacionales e
internacionales concuerdan con nuestros resultados, pero en
mujeres de mayor edad. Aunque en menores de 25 años
existen pocas referencias al respecto, encontramos estudios como
el realizado por Martínez y Sarduy en el Hospital
González Coro diagnosticándose 32 adolescentes con
neoplasia intraepitelial cervical (26). Ortiz y colaboradores en
una serie de 2206 mujeres mayores de 18 años encontraron
que existía mayor probabilidad de neoplasia en las mayores
de 21 años pero a la vez reportaron menores índices
de realización de pruebas de detección de
cáncer de cuello uterino (27). La accesibilidad del cuello
uterino al estudio celular e histológico, así como
a la exploración física directa es una de las
razones que permite el diagnóstico precoz del
cáncer cervicouterino. Aunque el conocimiento
médico sobre este tumor es aún incompleto, la
mayoría de las investigaciones actuales coinciden en que
estas lesiones pueden tener un inicio gradual con precursores
preinvasores en fase latente durante años, pero
también en ocasiones su evolución puede adoptar un
comportamiento agresivo (18).

Es importante la realización de la
citología vaginal mediante la técnica de
Papanicolaou, para el diagnóstico precoz del cáncer
cervicouterino. El diagnóstico puede hacerse en
períodos donde las lesiones son todavía
intraepiteliales y así evitar su progresión al
cáncer clínicamente invasor. El uso de la prueba de
Papanicolaou ha resultado en una disminución considerable
de casos de cáncer de cuello uterino y muertes en las
décadas recientes. En los Estados Unidos, la no
realización de pruebas de detección del
cáncer de cuello uterino es el predictor más
importante de esta enfermedad; por ende, las disparidades en la
cobertura de las pruebas de Papanicolaou tienen un efecto en las
disparidades en el cáncer de cuello uterino. Se cree que
el frotis de Papanicolau ha reducido la tasa de mortalidad por
esta enfermedad en un 70% desde cuando se introdujo en 1941. Si
el resultado del frotis de Papanicolaou sugiere una displasia o
si la apariencia del cuello uterino es anormal, por lo general el
examen del cuello uterino se realiza con lentes de aumento
(colposcopia) y se toman biopsias. Estos pequeños
fragmentos de tejido cervical examinados en el laboratorio,
pueden mostrar si existen signos de lesión precancerosa o
de cáncer (27-29).

TABLA II: Distribución de casos
según factores de riesgo de CCU.

Factores de
riesgo

No.

% (N= 143)

HPV

139

99.2

Otras ITS

137

95.8

Más de 4 parejas
sexuales

133

93.0

Sexarquia precoz

99

69.2

Abortos

93

65.0

Tabaquismo

54

37.7

APF de CCU

6

4.2

Multiparidad

2

1. 4

En la tabla II se reflejan los factores de riesgos
estudiados en las pacientes con citología positiva donde
el HPV está presente en el 99.2% de ellas seguido de otras
enfermedades de transmisión sexual y de las pacientes con
más de 4 parejas sexuales con 95.8% y 93.0%
respectivamente resultados estos que se relacionan con la
literatura estudiada (19, 20, 22, 29, 30).

La expresión de los factores de riesgo puede
variar en el tiempo y de acuerdo al desempeño de los
medios diagnósticos. Son múltiples los autores que
coinciden en afirmar que las gestaciones previas, sexarquia
precoz, cervicitis, la infección por papiloma viral humano
(HPV), el hábito de fumar, la neoplasia intraepitelial
cervical (NIC), la sepsis vaginal, la leucoplasia y el desgarro
cervical constituyen los factores de mayor influencia sobre la
aparición de la enfermedad (29).

Los virus oncogénicos desempeñan un papel
etiológico de extrema importancia en varios de los tumores
malignos que afectan al hombre. El VPH ha sido identificado como
el factor etiológico fundamental en el desarrollo del
cáncer de cuello uterino. En el 90-100 % de los casos
diagnosticados con cáncer cervicouterino se ha
identificado el ADN transcrito y los productos proteicos de este
virus, con una prevalencia del 5-20 %. Han sido aislados,
secuenciados y clonados al menos 100 tipos, y de ellos, 50
están asociados con el tracto genital femenino. Este virus
ha sido clasificado según el grado de
transformación maligna que ocasiona en la célula
infectada en VPH de alto riesgo y/o de bajo riesgo (30, 31).
 La infección genital por HPV atrae en el momento
actual el interés de los ginecólogos por dos
razones fundamentales: su altísima frecuencia y su
relación con el cáncer del tracto inferior del
aparato genital femenino, especialmente el cuello. El incremento
de esta infección es algo incuestionable y constatado en
las tres últimas décadas, por lo que se hace
evidente que la relación sexual es la principal forma de
transmisión del HPV. Se clasifican según su
potencialidad o riesgo oncogénico en: bajo riesgo (6, 11,
41, 42,43 y 44), riesgo medio (31, 33, 35, 39, 51 y 52) y alto
riesgo (16, 18, 45, y 56). De ellos, según los estudios
realizados los tipos 16 y 18 parecen los más
potencialmente peligrosos. Ya desde 1981 una larga lista de
publicaciones sobre la implicación del HPV en el
cáncer de cérvix ha sobrepasado cualquier
expectativa (32 – 34).

Hoy día se considera el tabaquismo un factor de riesgo
de carcinoma de cuello uterino, ya que existe un incremento del
riesgo tanto de enfermedades preinvasoras como invasoras entre
las fumadoras actuales; las que tienen historia de tabaquismo
prolongado, las fumadoras de gran intensidad y las que fuman
cigarrillos sin filtros. Diversos estudios han encontrado
mutágenos en el moco cervical, algunos a concentraciones
muy superiores a las sanguíneas, lo que sugiere un efecto
carcinogénico directo, causando modificaciones del ADN
adultos en el epitelio cervical, que se incrementa en las
fumadoras, encontrando un riesgo relativo de morir por
cáncer cervical dos veces superior en las fumadoras
comparadas con las que no fumaban (10, 27, 29).

TABLA III: Grupos etáreos y
resultados de citología cervicouterina

Edades

Positivos

Negativos

Total

% de Positividad

15-19

48

250

298

16,38

20-24

95

378

473

20,08

Total

143

628

771

18,55

?2 = 1,66 p =0,166 a = 0,05

* El porciento calculado es respecto a los casos que
resultaron positivos y el total según el grupo
etáreo.

No hay asociación significativa entre la edad y
los resultados de las pruebas citológicas

En la tabla III se muestra la proporción por
grupos etáreos, comprobando que en la medida que avanza la
edad se incrementa el riesgo progresivamente, resultando
alarmante el elevado porciento (18.55) del total de pacientes
estudiadas que obtuvo resultados positivos, en la
citología orgánica.

Partes: 1, 2

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