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Significado de la historia (página 3)




Enviado por martin soria



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El padre, ha de fijar su fe en los valores absolutos de
la incondicionalidad, la justicia y el cumplimiento, pero son los
hijos quienes deben realizar estos valores al unirse con los
padres.

El curso de Jacob comienza con Adán, y desde
Adán hasta Noé pasan 1600 años (cuatro
periodos de 400 años
) y 10 generaciones. Este
periodo, fue un periodo de separación entre familias,
tribus, y culturas; separación y sufrimiento por la
ignorancia de los valores absolutos y por compartir valores
egoístas, preferencias personales, individualidades
fragmentarias. Pero fue un tiempo necesario para crear la
necesidad de un ideal absoluto, único y eterno.

Abraham tenía 75 años cuando sale de la
casa de su padre y 115 cuando ofrece a su hijo Isaac, lo que hace
un tiempo de 40 años. (Periodo de separación y fe
personal)

De Noé hasta Abraham pasan también 10
generaciones y 400 años. Este es un tiempo de fe, un
tiempo en el que los descendientes de Sem, se mantienen unidos en
la Fe de Noé. Desde que Abraham sale de Harán hasta
que Jacob compra su primogenitura pasan 120 años de unidad
familiar. A partir de ese momento se dividen Esaú y Jacob
durante 40 años, hasta que Isaac bendice a Jacob. En ese
momento, Jacob debe huir a la casa de su tío Labán
y pasar allí 21 años cautivo, divididos en tres
periodos de 7 años. 7 años trabajando por Raquel,
pero Labán le entrega a Lea, a quien Jacob recibe pero no
acepta como única esposa, y le propone a su tío
trabajar 7 años más por Raquel y 7 años para
adquirir ganado. Jacob cumple su tiempo y se escapa de la casa de
su tío Labán sin despedirse de él, lo que
enfureció a Labán. Además, le desaparecieron
unos dioses que él tenía y por eso lo
persiguió para castigarlo. Pero en sueños, su
tío recibe la revelación de que Jacob había
sido justo con él y cuando lo alcanzó le dijo a
Jacob: "si me hubieras avisado de que te ibas, te habría
hecho una fiesta. Labán lo bendijo. Esta unión con
Labán facultó a Jacob para tener éxito en la
unión con su hermano Esau.

Una vez ganado el corazón del tío Laban,
Jacob establece el vínculo fraternal con su tío y
sobre esa experiencia, Jacob puede asumir la tarea de recibir al
hermano que le viene a matar. Saber que tu hermano te viene a
matar no es algo fácil de asumir y mucho menos,
después de conseguir los bienes del trabajo de
veintiún años de sacrificio. Jacob debe luchar
contra su miedo y vencerle en el vado de Peniel. Sobre esta
victoria, luego de haber conocido a Dios cara a cara
(reconociendo la naturaleza de lo Absoluto, lo Pleno, lo Justo y
Cumplido, de la unidad) dispone de la confianza de enfrentarse a
su hermano con la actitud correcta de un hombre
maduro.

Jacob le ofrece sus bienes a su hermano y este, se
enternece y se une con su hermano Jacob, restaurando así
el vínculo fraternal. Sobre este fundamento de unidad
intra-tribal, los descendientes de Jacob inician el proceso de
restauración nacional. Y será José, la
figura central que logrará establecer el fundamento para
la unidad nacional.

Pero como en todas las ocasiones, la unidad se
fundamenta en momentos de esfuerzo. La historia nos cuenta que
vuelve a ocurrir la situación de rechazo entre hermanos
hasta el punto de querer deshacerse del hermano, curiosamente se
salva de morir y ha de seguir el mismo proceso de negarse por el
bien del Todo al que respeta por sobre todo, incluso cuando se
siente tentado por la esposa de su señor Putifar .
José es despreciado por su entorno pero supera toda
dificultad hasta lograr los bienes necesarios para la reconquista
del vínculo filio-paternal y fraternal, a nivel
nacional.

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Aquí se nos muestra cómo Jacob restaura
primero la unidad fraternal externa Caín Abel,
(fuera de su casa), Superando las mentiras de Labán,
(Génesis 31:26-42 Reina-Valera Antigua- "y has mudado
mi salario diez veces"), que debieron tentarlo a separarse de
él, para, sobre este fundamento de unidad filial con su
madre, poder restaurar también la relación
fraternal interna con su hermano Esaú.

Sobre este fundamento, vuelve, para encontrarse con
Esaú, pero antes de recibir la bendición de la
unidad vincular fraterna con su hermano, Jacob debe superar la
tentación del celo, debe superar el miedo, la
justificación propia y el egoísmo. Jacob lucha con
un ángel y le pide que lo bendiga «En adelante ya no
te llamarás Jacob, sino Israel, o sea Fuerza de
Dios,
porque has luchado con Dios y con los hombres y has
salido vencedor.»

Dice la historia que Jacob lucha en el vado de Yaboc con
un ángel que le parte la cadera y que logra la
bendición del mismo. ¿Qué fue lo que
superó Jacob? Superó el miedo a perderse a
sí mismo, miedo ante el hermano que lo quiere matar, y al
entregarse por su hermano, restauró la incondicionalidad
del afecto natural, transformándose él mismo en el
modelo de incondicionalidad. Una vez superada la
tentación, se acerca a Esaú quien lo viene a
recibir con 400 hombres. Jacob divide en dos a su gente, primero
las siervas y sus hijos, luego a Lea y a sus hijos, detrás
Raquel y su hijo José y pasando él delante de ellos
se postró frente a Esaú siete veces hasta que
llegó su hermano. Esaú corrió a su
encuentro, lo abrazó y se unió con él. Por
primera vez, en ese momento se restaura a nivel familiar el
autentico vinculo fraternal en el afecto
incondicional.

Jacob restaura el amor fraternal incondicional;
transforma el amor condicionado por el derecho a la primogenitura
exigido por su hermano, en amor generoso al ofrecerle el
beneficio de su propiedad en su totalidad al hermano, sobre la
base del amor filial y obediente hacia sus padres, aceptando las
dificultades en las que le puso su tío Labán, a
donde su madre le envió. Este es el modelo para la
restauración del vínculo, asumir y aceptar las
dificultades que construyen la prudencia, firmeza y templanza
necesaria para lograr la atención, interés y el
atractivo del desconectado.

Aquí vemos restaurado el amor filial y el amor
fraternal, pero aún nos queda por restaurar el amor
conyugal y Jacob no aceptó a Lea en primera
instancia. De haberla aceptado, habría restaurado el amor
conyugal y en ese matrimonio podríamos haber visto nacer
al hijo puro, al hijo verdadero, a la segunda generación
producto de la incondicionalidad en el amor, pero Jacob, a pesar
de sus bondades no supo reconocer la misión que
tenía de aceptar incondicionalmente a quien Labán,
desde la posición de padre espiritual, le entregara por
esposa, para restaurar la situación de Adán de
haber tomado a Eva para sí mismo sin la aprobación
paterna, tentado por la actitud de Eva de requerir a
Adán.

Afecto es darse por el beneficio del otro, afecto no es
requerir al otro para el beneficio de uno. En ese sentido, Jacob
debió aceptar a Lea y entregarse por realizarla. Pero,
prefirió a Raquel. Ese pequeño gran error
le impidió transformarse en el verdadero cónyuge y
padre de la humanidad. Por ese pequeño "gran error" fue
necesario que los israelitas sufrieran durante 400 años en
Egipto hasta que Moisés asume la responsabilidad de
liderar al pueblo de Israel para restaurar los vínculos
tribal y nacional incondicional. Los Israelitas no sufrieron por
algún tipo de maldición mágica, sufrieron
las consecuencias que se derivan de las conductas irresponsables,
de la ignorancia del ser humano y del enlace desvincular
prematuro entre personas. Consecuencias lógicas del
desorden.

Jacob debió aceptar a Lea por esposa. Lea le fue
leal, incluso viendo que Jacob estaba trabajando por Raquel, Lea
nombró a sus hijos con curiosos significados:

Ruben – significa "Dios ha visto mi
aflicción".

Simeón – significa "Dios ha visto
cómo me desprecia".

Leví – significa "Espero que Jacob me
ame".

Judá – significa "Esta vez alabaré a
Dios" (significando que Judá sería la ofrenda para
la unidad con los Absoluto) Raquel era exigida por Jacob y lea
era entregada voluntariamente. Aceptar a Lea exigía de la
incondicionalidad de Jacob, pero este prefirió a Raquel
condicionando así su decisión conyugal. El no
aceptar a Lea, pospuso en 40 generaciones la posibilidad de
encuentro entre un padre incondicional y su verdadero hijo
incondicional. 40 generaciones desde Jacob hasta
Jesús.

Pero, el Ideal Absoluto del Amor Incondicional, siempre
está en potencia dispuesto a ser reconocido y realizado
por el hombre y Judá, intenta el recorrido de la
restauración, quizá sin ser consciente del mismo.
Judá era el cuarto hijo de Lea y José era el primer
hijo de Raquel. Los hermanos de José quieren matarlo, pero
Judá se opone. Judá adopta la posición de
ser leal a su padre, restaurando el vínculo filial y
restaura así también el vínculo fraternal al
salir en defensa de su medio hermano. Para restaurar el
vínculo conyugal, debía unir a Tamar con el
más joven de sus tres hijos. Pero debía aceptar la
muerte de sus hijos para salvar el linaje incondicional, esta era
su prueba a superar, (celo) pero no la cumplió. En ese
tiempo se profetizó que de Judá nacería el
modelo ejemplar Salvador.

Judá tomó por esposa a Sue, de la que
nacieron tres hijos: Er, Onán y Sela. Judá era un
hombre de fe, y estableció la condición de amar
incondicionalmente a su hermano José con lo que
restauró el amor fraternal incondicional. Con Sué
su esposa restaura el amor incondicional conyugal y debía
restaurar el amor paternal con sus hijos. Pero como Caín
había fallado, luego Cam falló también y
Jacob, a pesar de haber conseguido restaurar el amor filial, y
fraternal, al rechazar a Lea, tampoco completó su
responsabilidad conyugal, el tercer hijo debía restaurar
la unidad incondicional con el padre. Judá tomó
para su primer hijo a una mujer llamada Tamar. Er, no le
gustó a Dios, es decir no cumplió con su
responsabilidad y murió. Judá ofreció a
Tamar a su segundo hijo Onán. Onán no le
gustó a Dios y murió. Judá sintió
miedo de ofrecer a Tamar a Sela su tercer hijo. Judá
debió superar el miedo para restaurar el fallo del tercer
hijo, pero tuvo miedo. Y Tamar que era justa a los ojos de Dios,
para tener descendencia de Judá, se hizo pasar por ramera
y tomó a Judá. Tamar le pidió un anillo,
símbolo de la primera bendición (unión con
la persona, persona en unidad), el cordón que une a la
persona con el anillo, simbolizando la segunda bendición
(unidad entre dos) y le pidió un tercer objeto, el
bastón, simbolizando el dominio del hombre
perfecto.

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Judá desde la posición de Adán es
tentado por una buena Eva, Tamar. De este modo Tamar restaura a
Eva, requisito necesario para la restauración del
verdadero amor conyugal incondicional. De esta unión,
nacen gemelos Fares y Zarat en la posición de Caín
y Abel respectivamente. Pero tampoco puede nacer de esta
relación un hijo verdaderamente puro en la
incondicionalidad porque el padre Judá había
sentido miedo de Tamar.

Judá fue un hombre justo, pero Tamar era
más justa que él, y a pesar del esfuerzo de Tamar
por restaurar la misión de Judá, no pudo establecer
la condición necesaria para el nacimiento del ser sano en
la incondicionalidad por el temor de Judá. El fruto sano
proviene del gene sano y el gene se compone de elementos duales
masculinos y femeninos, causales y consecuentes que deben de
estar sanos. Tamar estableció la condición de
unirse incondicionalmente y aún a causa de llegar a perder
su vida en ello, para que de su linaje se continuara la
misión de restaurar los valores absolutos necesarios para
la llegada del Mesías, (modelo de persona vincular
incondicional) pero no pudo establecerlo en su generación
y por lo mismo, fue necesario el sacrificio en tiempo de 40
generaciones, hasta la llegada de Jesús.Como las
condiciones de fe y de sustancia a nivel filial, y fraternal se
habían establecido en la familia, aún sin
completarse la restauración del amor conyugal y paternal,
los descendientes de Judá, estaban posibilitados para
establecer las condiciones de filialidad, y fraternidad a nivel
de tribu, para extenderlo a nivel nacional.

Jacob tuvo 12 hijos y uno de ellos, José tiene
unos sueños que sus hermanos interpretan como de grandeza,
lo que despierta el celo extremo (recelo) y esto les conduce a la
situación donde lo quieren matar. Rubén, el hijo
mayor de Lea y Judá el hijo menor de Lea, se niegan a
matarlo y proponen venderlo. Este negarse a matar al hermano los
vincula con él en el espíritu fraterno de la
incondicinalidad. Judá superó la tentación
del celo fraterno y posibilitó la vida de
José.

La historia de José es muy interesante de
conocer.

En primer lugar es capaz de restaurar el vínculo
fraterno con Putifar luego la esposa de Putifar lo tienta, pero
él supera la tentación y ella lo traiciona y lo
ponen en prisión, pero incluso en prisión establece
el vínculo incondicional fraterno con el copero de palacio
que también estaba en prisión, y por unos
sueños que interpreta al Faraón, consigue restaurar
el amor fraternal incondicional con el Faraón. Desde esa
posición se reencuentra con sus hermanos y logra restaurar
con ellos el amor fraterno al aceptarlos aún cuando ellos
lo quisieron matar. José establece en sí mismo la
condición de restaurar el amor filial y el amor fraternal
a nivel individual, familiar y tribal. Sobre este fundamento
aparece posteriormente Moisés, para restaurar el amor
fraternal a nivel nacional.

En la familia de Abraham Isaac y Jacob, se restauraron
los vínculos filiopatarnales, entre hijo y padre,
Isaac obedece a Abraham. Se reestablecen los vínculos
fraternales entre Esau y Jacob y se intenta la
restitución del vinculo fraternoconyugal incondicional
entre Jacob y Lea, pero no se establece en ese caso y se vuelve a
intentar en la relación entre Juda y Tamar, pero con
resultados negativos como hemos visto anteriormente. La tarea de
la restauración fraternoconyugal y paternofilial
quedó pendiente, mientras tanto, el fundamento de la
familia de Abrahán seguía creciendo entre sus
descendientes y las doce tribus de Israel se transforman en un
pueblo, el pueblo judío descendiente de Judá. El
pueblo crece perseguido por sus rivales y sometido al yugo de la
voluntad faraónica en Egipto.

Cuatrocientos años después de Abraham nace
un niño llamado Moisés. Moshe significa 'rescatado
de las aguas".

Moisés asume el compromiso responsablemente de
restaurar la condición de su pueblo y liderarlo para
establecer con él un modelo de sociedad nacional valida
siempre y para todos. El Canaán que mana leche y miel
(nutrientes vinculares) Hagamos un repaso de la historia de la
incondicionalidad en el afecto.

Adán y Eva caen en la tentación del celo
(apetito intergenital prematuro) y pierden la posición y
experiencia de transformarse en los Verdaderos Padres de la
Humanidad.

Caín Abel y Set hijos, Caín el primero,
desde la posición de ser el heredero, debió
restaurar la tentación del celo no cumplida por su padre,
pero cae en la tentación del celo y mata a su
hermano.

Noé y su esposa restauran el vínculo
incondicional en el afecto y se transforman en verdaderos
cónyuges en la incondicional, pero no logran la
experiencia de vincular a su hijo Cam.

Sem Cam y Jafeth. El segundo hijo Cam cae en la
tentación del celo y se avergüenza de su
padre.

Abraham y Sara- padres- restauran el vinculo
incondicional fraterno-conyugal y paterno-filial con Isaac, pero
pierden a Ismael.

Ismael Isaac y otros- hijos- Isaac el 2º hijo
restaura el vinculo filio-paternal incondicional pero no logra
establecer el vínculo con su hermano Ismael.

Isaac y Raquel –padres-, restauran el vinculo
incondicional filio-paternal y fraterno-conyugal.

Esau y Jacob- hijos-, Jacob restaura el vinculo
filio-paternal y fraternal incondicional pero cae en la
tentación del celo y fracasa en restaurar el vinculo
conyugal con su esposa incondicional Lea.

Jacob y Lea- padres- de Juda

Juda y Jose –hijos- Juda restaura el vinculo
filio-paternal y fraternal con su hermano José, pero cae
en la tentación del celo al temer por la vida de su hijo
Sela.

Judá y Sue –padres-restauran el
vínculo filio-paternal y fraterno-conyugal incondicional,
pero no logran establecer el vínculo paterno-filial con su
hijo Sela al caer en la tentación del miedo de
perderlo.

Er, Onán y Sela

Tamar –hijos-intenta restaurar el linaje de
Judá y lo tienta desde la posición de Eva
restaurada, pero Judá tiene miedo de ella.

Judá y Tamar –padres-no pueden restaurar el
vinculo fraternoconyugal porque Judá tiene miedo de Tamar.
Pero tienen gemelos, Fares y Zarat.

Amram y Jocabet –hijos- Descendientes de Levi
tercer hijo de Lea, restauran el vinculo filio-paternal y
fraterno-conyugal incondicional
y tienen dos hijos
Aarón y Moisés con quienes restauran el vinculo
paterno-filial familiar y tribal
y por lo mismo, intentan
lograr establecer el vinculo incondicional nacional entre su
tribu liderada por Moisés y el pueblo de
Israel.

Moisés Séfora–padres- Moisés
establece el vinculo filio-paternal incondicional
durante 120 años, siendo leal al ideal de su madre, y el
vinculo fraternal incondicional con su hermano
Aarón y el vinculo conyugal incondicional
con Sefora, su mujer, de la que tiene dos hijos Gerson y Eleazar
a quien viste con la ropa de su hermano Aarón, lo que
denota su confianza en el vinculo incondicional
paterno-filial
.

Josué y Caleb, -hijos-Josué era la
décima generación desde José. Hijo de Nun,
(9) hijo de Eliasana,(8) hijo de Amiud,(7) hijo de Laadan(6) hijo
de Thaan(5) hijo de Thale(4) hijo de Beria(3) hijo de Ephrain(2)
hijo de José(1), Otoniel hermano menor de Caleb logr{o
vencer a Cusán-Risataim rey de Siria, y
gobernó en paz a los israelitas durante 40 años.
(Jue 3.6-10)

Revisemos los acontecimientos:

NOE Restaura el vinculo filio-paternal
incondicional
mediante su FE al mandamiento.
Fraterno conyugal incondicional con su esposa,
pero no logra la confianza de Cam

ABRAHAM logra restablecer el vinculo
filio-paternal incondicional, mediante su FE al
mandamiento, pero su fallo en la lealtad y obediencia tuvo que
asumirla su hijo Isaac.

ISAAC asume la lealtad y obediencia necesarias
para restaurar el vínculo filio-paternal
incondicional,
pero no restaura el vínculo
fraternal con su hermano Ismael.

ESAU Y JACOB deben continuar la historia de la
incondicionalidad afectiva restaurando el vinculo
fraternal incondicional
y Jacob lo logra, luego de
establecer el vínculo filio-paternal
incondicional
al obedecer a su madre. Pero no logra
establecer el vínculo conyugal con su esposa Lea. Y la
tarea pasa a manos de su hijo JUDA. Quien tampoco lo logra
con Tamar quien desde la posición de esposa, trata de
ganarse la confianza de Judá para darle un heredero. Pero
Judá tiene miedo, y no logra cumplir con su deber
providencial. De los descendientes de su hermano (tercero de Lea)
Leví – significa "Espero que Jacob me ame"
nacería MOISES quien asume el compromiso de la
restauración.

Los descendientes de Abraham crecen hasta el extremo y
sus tribus se multiplican con tal fervor y unidad que el
faraón de Egipto decide asesinar a los nacidos de
israelitas ante la posibilidad de que se tomen Egipto (Ex
1.16).

De la tribu de Levi, el tercer hijo de Lea.
(Num.26.59) La mujer de Amram se llamó
Jocabed, hija de Leví, que le nació
a Leví en Egipto; ésta dio a luz de
Amram a Aarón y a Moisés, y a
María su hermana. De Exodo 6:20 deducimos que sería
de mayor edad que su marido Amram, pues era su tía. Y
Amram tomó por mujer a Jocabed su
tía
, la cual dio a luz a Aarón y a
Moisés). Un matrimonio así era prohibido entre los
israelitas, lo que nos da a entender que Moisés
nació de un modo no ortodoxo ante los hombres, pero
necesario ante la incondicionalidad de la naturaleza
providencial.

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Moisés inicia su curso de restauración del
amor filial demostrando lealtad al pueblo
israelita
al matar al egipcio, pero no logra en primer
lugar restaurar el amor fraternal con los israelitas, estos no lo
reconocen como uno de los suyos, le temen y le preguntan si les
va a matar también como mató al egipcio.

Pero Moisés logra restaurar por momentos el
vinculo fraternal incondicional con el
faraón.

Cuando le pide al faraón permiso para sacar a los
israelitas de Egipto, el Faraón se niega y Egipto padece
diez plagas. Finalmente logra sacar a los israelitas de Egipto
pero estos dudan de él en varias ocasiones. Luego de
varios ayunos y milagros (condiciones) logra que dos de sus
12 enviados a reconocer el terreno de Canaán
confíen en él, Josué descendiente de
José y Calé descendiente de
Judá. Pero Moisés dudó de
Dios al golpear la roca dos veces y los israelitas no se unieron
completamente con Moisés, por lo que la historia hubo de
esperar 400 años hasta que Samuel unge a
Saúl rey.

Los jueces Gedeón, Sansón, Jefté,
Helí y Samuel, guardaron la fe en los mandamientos de
Moisés. El último de los mismos, Samuel
ungió rey a Saúl
, pero no fue agradable a Dios.
David fue un gran rey pero pecó gravemente y el profeta
Natán lo reprendió por orden de Dios, y
Salomón quien construyó el templo, se dejó
tentar por los dioses de sus concubinas.

Vamos a estudiar en detalle el proceso de la
restauración de la nación elegida:

1) El primer curso de la restauración de
Canaán.
Restitución de los vínculos
filio-paternales, fraterno-conyugales y paterno-filiales a nivel
nacional.

(i) El fundamento de fe

El período de indemnización a nivel
nacional que había surgido debido al fallo de Abraham en
la ofrenda simbólica, terminó cuando los israelitas
sufrieron 400 años de esclavitud en Egipto. Y, para que
Moisés calificara como personaje central para restaurar el
fundamento de fe, tenía que establecer alguna
condición relacionada con el número 40 y que
tuviera la misma connotación de separarse de la naturaleza
caída. Con este fin, Moisés tuvo que pasar 40
años en el palacio del Faraón, el centro del mundo
caído, para restaurar por indemnización el
número 40, que Adán debió haber establecido
como fundamento de fe.

Moisés puso fin a sus 40 años de vida en
el palacio del Faraón donde recibió la
educación de su propia madre, contratada en el palacio
como nodriza. Esta educación desarrolló en
él un profundo vínculo con Israel
reconociéndola como nación elegida para la
restauración de los vínculos afectivos absolutos y
eternos. Con una lealtad y fidelidad inmutables al linaje de la
nación escogida, luego de 40 años, dejó el
palacio, prefiriendo sufrir con el pueblo elegido a disfrutar de
los placeres de la casa del Faraón (Hb. 11:24-25). De este
modo, Moisés pudo restaurar por indemnización el
fundamento de fe.

Moisés es leal a la tradición de sus
antepasados

Establece así el vínculo
filio-paternal incondicional a nivel nacional.

Establece el vínculo fraternal
incondicional con el faraón. Y conyugal con su esposa
Séfora.

Pero no consigue el respeto ni la confianza del pueblo
de Israel.

(II) El fundamento de sustancia.

Moisés desde la posición de Abel,
establece la condición de fe al permanecer leal y
obediente a su identidad israelita en el palacio del
Faraón durante 40 años, y sobre ese fundamento,
logra que el faraón le permita sacar a los israelitas de
Egipto, estableciendo así el fundamento de unidad vincular
incondicional fraternal entre Moisés y el
faraón. Sobre este fundamento espera que el pueblo se una
también con él en su proceso de establecer una
nación modelo de incondicionalidad.

Los israelitas, que estaban en la posición de
Caín, deberían haber obedecido con fe y
sumisión a Moisés, que estaba en la posición
de Abel porque recobró la experiencia vincular fraternal
con el faraón y necesitaba de esa condición de
unidad con su pueblo para lograr la experiencia vincular
incondicional en la posición de líder, maestro y
padre del pueblo de Israel.

Centrados en los Mandamientos de la Ley de Dios
podrían haber restaurado el fundamento vincular
interfamiliar a nivel nacional, estableciendo así la
condición de indemnización para eliminar la
naturaleza caída a nivel nacional. El período de
tiempo que tardaran en salir de Egipto, siguiendo a
Moisés, hasta llegar a Canaán sería el
período en el cual los israelitas tenían que
establecer el fundamento de sustancia y no debió superar
los 21 días, pero no ocurrió así.

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La providencia para la partida se inició con el
acto de Moisés de matar a un egipcio. Moisés,
viendo que sus hermanos eran maltratados por el egipcio, no pudo
contener su ferviente amor por ellos y lo mató (Ex. 2:12).
Que los israelitas se unieran o no centrados en Moisés
decidiría si podrían o no comenzar con éxito
el curso de la instauración de Canaán, fundamento
de sustancia en la unidad vincular, para eso debían cruzar
el desierto asumiendo con lealtad la dirección y liderazgo
de Moisés. Pero, reclamaron una y otra
vez.

La razón por la que Moisés tuvo que matar
al egipcio, fue porque al caer en la tentación del apetito
intergenital prematuro los descendientes de nuestros antepasados
habían dado origen a una tradición humana
disfuncional en donde se perdió la posición y
función del heredero. Por lo mismo, no se podía
comenzar el curso de la restauración de Canaán,
(una nación), a no ser que los israelitas confiasen en
Moisés al mostrarles su patriotismo para convencer al
pueblo de su condición de heredero. Aun así
lo confundieron y tuvieron miedo de
él
.

Si los israelitas, al presenciar semejante acto de
Moisés, se hubiesen conmovido profundamente por su
patriotismo, y si respetándole y confiando en él le
hubieran servido y seguido con más ardor, podrían
haber establecido en Canaán una nación bendecida.
Podrían haber establecido el fundamento de sustancia en el
acto, la realización de la nación modelo.
Habría sido un curso de 21 días que
restauraría el curso de 21 años de Jacob en
Harán.

«Cuando el Faraón dejó salir al
pueblo, según dice la Biblia, Dios no los llevó por
el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más
corto; pues se dijo Dios: "No sea que, al verse atacado, se
arrepienta el pueblo y se vuelva a Egipto"». El segundo
curso de restauración de Canaán al nivel nacional,
hubo de realizarse a través del mar Rojo y del desierto,
para que no pudieran volver a Egipto si caían en la
incredulidad cuando estuvieran en el camino de la
restauración de Canaán.

(III) El fracaso del primer curso de la
restauración de Canaán a nivel
nacional

Si los israelitas, que estaban en la posición de
Caín nacional, hubiesen entrado en la tierra de
Canaán obedeciendo y sometiéndose a Moisés,
que estaba en la posición de Abel nacional, habrían
establecido la condición de indemnización a nivel
nacional para eliminar la naturaleza caída, y
habrían establecido el fundamento de sustancia
uniéndose con Moisés. Sin embargo, cuando vieron
que Moisés mató al egipcio, lo malinterpretaron y
desgraciadamente difundieron el hecho, lo que hizo que se
apartaran de él. Oyendo esto el Faraón buscó
a Moisés para matarlo (Ex. 2:15). Entonces Moisés
se vio obligado a escapar del Faraón, y dejando a los
israelitas, huyó al desierto de Madián, donde
permaneció 40 años de
separación.

Por la desconfianza de los israelitas el fundamento de
sustancia no fue establecido y el curso de restauración de
los israelitas a Canaán, centrados en Moisés, fue
prolongado una segunda vez y finalmente una tercera
vez.

(2) El segundo curso de la restauración de
Canaán a nivel nacional

(I) El fundamento de fe

Debido al fracaso del primer curso de la
restauración de Canaán a nivel nacional, causado
por la incredulidad de los israelitas, los 40 años
de Moisés en el palacio del Faraón que él
había establecido como su fundamento de fe, fue
invadido por la naturaleza caída. Por lo tanto, para que
Moisés comenzase el segundo curso de restauración
de Canaán a nivel nacional, tenía que establecer de
nuevo el período de 40 años de su vida en el
palacio del Faraón, que había sido anulado por la
incomprensión y desconfianza de los israelitas, y
restaurar así el fundamento de fe. Esta es la
razón por la que Moisés debe estar 40
años
en el desierto de Madián, después
de escapar del Faraón. Durante este período de
40 años la nación israelita también
llevó una vida miserable debido a su incredulidad en
Moisés.

Moisés estableció de nuevo el fundamento
de separación de la naturaleza caída, al permanecer
40 años en el desierto de Madián sin perder
su fe; así pudo restaurar el fundamento de
fe
para el segundo curso de la restauración de
Canaán a nivel nacional. Por esto, según la Biblia,
Dios se apareció ante Moisés y le dijo: «Bien
vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he
escuchado el clamor que le arrancan sus capataces; pues ya
conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de
los egipcios, y para subirle de esta tierra a una tierra buena y
espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de
los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los pereceos,
de los ijeos y de los jebuseos. Así, el clamor de los
hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto
además la opresión con que los egipcios los
oprimen. Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón,
para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel de
Egipto». (Ex. 3:7-10) Dios manifestó estos tres
poderes para establecer la condición simbólica de
indemnización que permitiera en el futuro a Jesús y
al Espíritu Santo venir a los israelitas como los Padres
Verdaderos de la humanidad, y restaurar a toda la humanidad como
hijos suyos, restaurando así el fundamento original de
cuatro posiciones arrebatado por la tradición humana
derivada de la conducta del antepasado adolescente que
cayó en la tentación del apetito intergenital
prematuro.

Cuando Moisés pidió a Dios que alguien
hablara por él (porque él no era elocuente) Dios le
dio a Aarón, su hermano (Ex. 4:14), después a
María la profetisa, su hermana (Ex. 15:20). Esto nos
mostraba figurativamente (en imagen) que en el futuro
vendrían Jesús y el Espíritu Santo, como la
Palabra en sustancia, y restaurarían a los hombres,
privados de la Palabra debido a la caída,
convirtiéndolos en la sustancialización de la
Palabra. Por ello, Aarón y María exaltaban la
voluntad de Moisés que estaba en la posición de
auténtico, en el curso de la restauración de
Canaán, y cumplirían la misión de conducir
al pueblo en lugar de Moisés. Esto nos mostraba
figurativamente que en el futuro, Jesús y el
Espíritu Santo exaltarían la voluntad de Dios en el
curso de la restauración de Canaán a nivel mundial
y cumplirían la misión del restablecimiento de los
valores absolutos como modelo paradigmático del autentico
biotipo humano .

Cuando Moisés iba a presentarse ante el
Faraón, Yahvéh se le apareció en el camino y
trató de matarlo. En aquel momento, Moisés
salvó su vida gracias a que Séfora, su mujer,
circuncidó a su hijo (Ex. 4:24-26). Al haber superado
Moisés la prueba por medio de la circuncisión, su
familia sobrevivió y por ello los israelitas pudieron
salir de Egipto. Esto también predecía que, aun
cuando Jesús vendría en el futuro, la providencia
de Dios para la salvación no se realizaría si los
israelitas no pasaban por el proceso de la circuncisión
(cortar los lazos de sangre con la tradición caída
o disfuncional).

Significado de la circuncisión. Los
primeros antepasados humanos, al caer en la tentación del
apetito intergenital prematuro, recibieron los nutrientes
disfuncionales a través de su sangre, heredaron la
tradición de la imprudencia, destemplanza y
desorientación que les produjo las consabidas crisis de
identidad, existencial y motivacional que padecemos las
generaciones contemporáneas, crisis estas que se
transmiten a través del prepucio. Por consiguiente, los
hombres caídos para restaurar simbólicamente esa
condición, comenzaron a circuncidarse, condición
esta que representaba quitar la sangre disfuncional.

El significado fundamental de la circuncisión es,
primeramente, la señal de derramar la sangre de muerte; en
segundo lugar, la señal de la restauración del
dominio del heredero; y en tercer lugar, la señal de la
promesa de restaurar la posición de los hijos a la
naturaleza original. El sentido de la circuncisión abarca
tres grandes áreas: la circuncisión de la mente
(Dt. 10:16), la circuncisión de la carne (Gn. 17:10) y la
circuncisión de todas las cosas (Lv. 19:23). Los
israelitas salvaron su patrimonio en Egipto gracias a la
protección de Moisés frente a las calamidades
derivadas de las 10 grandes plagas (Ex. 7:10 y
12:36). Labán engañó a Jacob 10
veces
negándole el debido salario (Gn. 31:7). Del
mismo modo, en el curso de Moisés, siguiendo el curso
modelo de Jacob, debe superar la prueba del diez, representado en
este caso por la negación del faraón y por las
plagas.

El Faraón esclavizó a los israelitas, y
los engañó 10 veces no cumpliendo
su promesa de liberarlos. Consecuentemente se originaron estas
10 plagas que simbólicamente cobraron con
su sangre la re-orientación de los israelitas. Estudiemos
entonces qué predecían estas plagas. Hubo
tres días de oscuridad en el lado de
Egipto, mientras que en el lado de Israel hubo tres
días de luz
, mostrando que en el futuro cuando
viniese Jesús habría oscuridad en el lado de los
que caigan en la tentación del apetito intergenital
prematuro, mientras que en lado de quienes superen la
tentación y mantengan el dominio de las virtudes
habría luz. Luego murieron los
primogénitos de los egipcios, incluyendo
las primicias del ganado, pero los israelitas pudieron salvarse
de la plaga pintando con sangre de cordero las jambas de sus
puertas. Hiriendo a los primogénitos se esperaba que los
israelitas reconocieran que el segundo hijo debía
restaurar el fallo del heredero
. Debieron reconocer que
Abel debía asumir la responsabilidad de controlar los
extremos de su hermano mayor y vincularse con él en el
afecto incondicional. Esta plaga también predecía
que en el futuro cuando viniese Jesús restauraría
la posición original del primogénito, ocasionando
así el declive del lado disfuncional, que tomó la
iniciativa en el curso de la providencia, y logrando así
la salvación del lado celestial debida a la
redención por la sangre de Jesús.

Moisés también sacó gran riqueza de
Egipto (Ex. 12:35-36), y esto también predecía la
restauración de todas las cosas, que Jesús
debía realizar en el futuro. Cada plaga endurecía
el corazón del Faraón (Ex. 10:27). La primera
razón que justifica estas plagas era manifestar el poder
de lo absoluto ante el Faraón y los israelitas (Ex.
10:1-2). La segunda razón era hacer que el Faraón
liberara a los israelitas. Y la tercera razón era ayudar a
los israelitas a cortar sus lazos con Egipto causándoles
un sentimiento de hostilidad hacia el Faraón.

En el primer curso de la restauración de
Canaán a nivel nacional, se llevó a cabo la
«providencia para la partida» cuando Moisés
mató al egipcio. Sin embargo, el pueblo desconfió
de Moisés y este curso terminó en un fracaso,
incluso antes de comenzarse. Pero la nación israelita, en
el segundo curso, llegó a creer que Moisés era su
verdadero líder, cuando vieron las tres señales y
las diez plagas que posibilitaron la «providencia para la
partida». Los israelitas, confiaron en el Moisés que
había establecido la posición de Abel sobre el
fundamento de fe a nivel nacional, y lo siguieron,
haciendo posible que comenzase su segundo curso de
restauración de Canaán a nivel nacional, (la
nación elegida).

El simple hecho de que los israelitas obedeciesen y se
sometieran a Moisés temporalmente, no era suficiente para
restablecer la condición de normalidad en la funcionalidad
vincular incondicional intrafamiliar e interfamiliar. Para
realizar ese modelo de sociedad vinculada en el afecto
incondicional, era necesario del ordenamiento jurídico, y
educativo que estableciera la tradición moral,
ética y estética durante al menos tres
generaciones, orientadas en el establecimiento de la experiencia
vincular intrafamiliar madura. La única posibilidad de
establecer ese modelo de sociedad vincular madura, era que
los israelitas se unieran fraternalmente en la confianza y
obediencia absoluta con Moisés.

La «providencia para la partida» en el
segundo curso de la restauración de Canaán fue
parcialmente lograda mientras los israelitas obedecieron a
Moisés, pero, debido a su incredulidad, la
condición de indemnización que tenían que
establecer en el segundo curso fue significativamente más
dura que en el primer curso.

En el primer curso, habrían sido conducidos
directamente a través del país de los filisteos a
la tierra bendecida de Canaán en 21 días,
número que representa el período del curso de Jacob
en Jarán. Sin embargo, en su segundo curso, como
está claramente descrito en la Biblia (Ex. 13:17), Dios
estaba preocupado por la posibilidad de que el pueblo se volviese
a Egipto si eran llevados a través de la tierra de los
filisteos y que, por miedo a una posible guerra, cayeran
así de nuevo en la incredulidad, como en el primer curso.
Por esta razón, Dios no los llevó por este camino,
sino que hizo que entrasen en Canaán después de
cruzar el mar Rojo y atravesar el desierto, empleando en esto
21 meses.

Cuando el Faraón permitió que los
israelitas ofreciesen el sacrificio, Moisés
engañó al Faraón y obtuvo tres días
de permiso para salir de Egipto aludiendo que los egipcios
podían molestarse y apedrearlos si realizaban su ofrenda
dentro de su territorio :

"¿No nos apedrearían los egipcios si
ofreciéramos ante sus ojos un sacrificio que para ellos es
abominable? Iremos tres jornadas de camino por el desierto, y
allí ofreceremos sacrificios a Yahvéh, nuestro
Dios, según El nos ordena» (Ex. 8:22-23)
y
así sacó a los israelitas de Egipto.

Este curso modelo de tres días,
similar al período que necesitó Abraham para
ofrecer a Isaac y similar también a cuando Jacob
salió de Harán engañando a su tío
Labán donde pasó tres días
de separación de su naturaleza caída (Gn.
31:19-22). Del mismo modo, Moisés, antes de comenzar su
curso de la restauración de Canaán, tuvo que pasar
el período de tres días de
separación, engañando al Faraón y teniendo
así libertad de acción. Esto también nos
mostraba que más tarde Jesús tendría que
pasar tres días ante su
resurrección para establecer así la
condición de separación de la naturaleza
caída, antes de que pudiese comenzar la providencia
espiritual de la restauración. De este modo, salieron de
Ramsés 600.000 israelitas (la mayoría
jóvenes) el quince de Enero (Ex. 12:6-37, Num. 33:3). Y
pasaron 40 años en el desierto (Num
33,38).

Una vez que los israelitas hubieron llegado a Sukkot,
establecieron aceptablemente el período de tres
días
(Ex. 13:21). Moisés dividió el
mar Rojo con su vara y lo cruzó como si fuera tierra
firme, pero los carros egipcios que los perseguían se
ahogaron todos (Ex. 14: 21-28).

Moisés ante el Faraón simbolizaba al poder
de lo absoluto (Ex. 7:1), y la vara en la mano de Moisés
simbolizaba a Jesús, que tenía que manifestar el
poder de los valores absolutos.

Esta señal nos muestra que la naturaleza
disfuncional del ser humano, tentaría y perseguiría
a los creyentes que siguiesen la voluntad original de
Jesús a través del curso de la restauración
de Canaán a nivel mundial. Y que Jesús debía
conducirlos con la vara de hierro, firme en la
determinación del establecimiento vincular maduro en la
incondicionalidad del afecto natural.

El pueblo de Israel cruzó el mar Rojo y
llegó al desierto de Sin, en el día quince del
segundo mes desde que salieron de Egipto (Ex. 16:1). 12
días
después de los 3
días
de separación. Dios alimentó
al pueblo de Israel con maná y codornices hasta que
llegaron a la tierra habitable (Ex. 16: 35). Esto nos muestra que
más tarde Jesús alimentaría a sus 12
discípulos
, en el curso de la restauración
de Canaán a nivel mundial, con su carne (maná) y su
sangre (codornices), que eran los elementos de vida para sus
seguidores. Por esta razón, la Biblia dice:
«Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y
murieron; … Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come
de este pan, vivirá para siempre; … si no coméis
la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no
tenéis vida en vosotros» (Jn. 6 :49-53) Cuando el
pueblo de Israel dejó el desierto de Sin y acampó
en Refidim, Dios mandó a Moisés golpear la roca en
Horeb, para que el agua brotase de ella y el pueblo bebiese (Ex.
17:6). Moisés golpeó la roca dos veces y la
respuesta de Dios fue: "Ya que golpeaste la roca en vez de
hablar con ella, no liderarás al Pueblo Judío en su
entrada a la Tierra de Israel"
(N 20:11-12)

  • (III) La providencia de la
    restauración centrada en el
    tabernáculo

Primer intento.- Después de haber
triunfado en la lucha contra Amalec, (superación de los
instintos y el celo) llegaron al desierto del Sinaí al
comienzo del tercer mes (Ex. 19:1). Luego,
subió Moisés al monte Sinaí con setenta
ancianos y se encontraron con Dios (Ex. 24:9-10). Llamó
Dios a Moisés a la cima del monte Sinaí y
Moisés ayunó durante 40 días y 40
noches
, para poder recibir los Diez
Mandamientos escritos en las tablas de piedra (Ex. 24:18).
Mientras ayunaba en la montaña, recibió
instrucciones de Dios acerca del arca y del tabernáculo
(Ex. 25:31). Cuando hubo terminado el ayuno de 40
días
, Moisés ofreció los Diez
Mandamientos escritos en dos tablas de piedra
(Ex. 31:18).

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí
con las tablas de piedra y fue al pueblo de Israel, estaban
adorando al becerro de oro que habían hecho construir a
Aarón, como el dios que les sacó de Egipto (Ex.
32:4). Viendo esto, Moisés se encendió en
cólera
, y arrojó las tablas al suelo y las
rompió a los pies de la montaña (Ex.
32:19).

Segundo intento.- Dios se
apareció de nuevo a Moisés y le dijo que labrase
dos tablas de piedra como las primeras, para que El pudiera
escribir en ellas los Diez Mandamientos que estaban en las
primeras tablas que había roto (Ex. 34:1).

Cuando Moisés terminó el ayuno de
40 días y 40 noches por segunda
vez
, conforme a las palabras de Dios, Dios le dio de
nuevo los Diez Mandamientos escritos en las tablas (Ex. 34:28).
Cuando Moisés apareció ante los israelitas con las
tablas de piedra, el pueblo le sirvió; y
entonces, ellos construyeron el arca y el tabernáculo (Ex.
35:10-12).

a) El significado y el propósito de las
tablas, del tabernáculo y del arca de la
alianza

¿Qué significan las tablas de
piedra?
El hecho de que Moisés recibiese las dos
tablas de piedra con las palabras escritas en ellas, quiere decir
que la era providencial para el fundamento de la
restauración, en la cual los hombres, debido a la
caída, se ponían en contacto con Dios sólo a
través de ofrendas, había pasado; y que ahora
habían entrado en la era providencial de la
restauración, en la cual podían relacionarse con
Dios a través de la palabra restaurada.

Como ha sido ya explicado, si Adán y Eva, que
habían sido creados por la Palabra, (ley), se hubiesen
perfeccionado, habrían llegado a ser como rocas, la
sustancialización de la Palabra (ley). Sin embargo, debido
a la caída perdieron la Palabra (ley). Entonces, el hecho
de que Moisés recibiese las dos tablas de piedra con las
palabras escritas en ellas durante el período de 40
días
de separación de la naturaleza
caída, significa que Adán y Eva, se restauraban
como la encarnación simbólica de la
Palabra.

Por consiguiente, las dos tablas de piedra con las
palabras escritas en ellas eran los símbolos de
Adán y Eva restaurados, (Moisés y Sefora),
simbolizando también a Jesús y al Espíritu
Santo, que vendrían más tarde como la
encarnación de la Palabra. Por la misma razón, la
Biblia simboliza a Jesús con una piedra blanca (Ap. 2:17),
y dice que la roca era Cristo (1 Cor. 10:4).
¿Cuál es el significado del
tabernáculo?
Jesús comparó al
templo de Jerusalén con su cuerpo (Jn. 2:21).
Además, designó a los santos que creyesen en
él «templos de Dios» (1 Cor. 3:16). Por lo
tanto, el templo es la representación en imagen del mismo
Jesús.

Si los israelitas centrados en Moisés, hubieran
tenido éxito en su primer curso de la restauración
de Canaán, se habrían preparado para recibir al
Mesías construyendo el templo, tan pronto como hubieran
entrado en la tierra de Canaán. Sin embargo, debido a su
infidelidad, ni siquiera comenzaron el primer curso.

En su segundo curso, construyeron un tabernáculo
en lugar del templo, porque tenían que vagar por el
desierto, después de haber cruzado el mar Rojo. Por ello,
el tabernáculo era la representación
simbólica del mismo Jesús. Por esta razón,
cuando ordenó Dios a Moisés que construyese el
tabernáculo, dijo: «Me han de hacer un Santuario
para que yo habite en medio de ellos» (Ex.
25:8).

El tabernáculo se componía de «El
Santo» y «El Santísimo» (el santo de los
santos). El santísimo era el lugar donde solamente
podía entrar el sumo sacerdote una vez al año para
ofrecer sacrificios. En él estaba el arca, y era el lugar
donde Dios se hacía presente. Por lo mismo, El
Santísimo simbolizaba al Espíritu de
Jesús.

El Santo era el lugar donde se entraba ordinariamente, y
simbolizaba al Cuerpo de Jesús.

Puede decirse también que el Santísimo
simbolizaba al mundo substancial invisible, mientras que el Santo
simboliza el mundo substancial visible.

Cuando Jesús fue crucificado, el velo que
separaba el Santísimo del Santo fue rasgado en dos de
arriba abajo (Mt. 27:51), queriendo decir que por el cumplimiento
de la providencia de la salvación espiritual por medio de
la crucifixión de Jesús se abrió el camino
de comunicación entre el espíritu y el cuerpo
físico, y entre el cielo y la tierra, entre la realidad
vincular y la realidad del enlace, entre la realidad absoluta y
la realidad relativa del valor.

¿Cuál es el significado del
tabernáculo?
Jesús comparó al
templo de Jerusalén con su cuerpo (Jn. 2:21).
Además, designó a los santos que creyesen en
él «templos de Dios» (1 Cor. 3:16). Por lo
tanto, el templo es la representación en imagen del mismo
Jesús.

Si los israelitas centrados en Moisés, hubieran
tenido éxito en su primer curso de la restauración
de Canaán, se habrían preparado para recibir al
Mesías construyendo el templo, tan pronto como hubieran
entrado en la tierra de Canaán. Sin embargo, debido a su
infidelidad, ni siquiera comenzaron el primer curso.

En su segundo curso, construyeron un tabernáculo
en lugar del templo, porque tenían que vagar por el
desierto, después de haber cruzado el mar Rojo. Por ello,
el tabernáculo era la representación
simbólica del mismo Jesús. Por esta razón,
cuando ordenó Dios a Moisés que construyese el
tabernáculo, dijo: «Me han de hacer un Santuario
para que yo habite en medio de ellos» (Ex.
25:8).

El tabernáculo se componía de «El
Santo» y «El Santísimo» (el santo de los
santos). El santísimo era el lugar donde solamente
podía entrar el sumo sacerdote una vez al año para
ofrecer sacrificios. En él estaba el arca, y era el lugar
donde Dios se hacía presente. Por lo mismo, El
Santísimo simbolizaba al Espíritu de
Jesús.

El Santo era el lugar donde se entraba ordinariamente, y
simbolizaba al Cuerpo de Jesús.

Puede decirse también que el Santísimo
simbolizaba al mundo substancial invisible, mientras que el Santo
simboliza el mundo substancial visible.

Cuando Jesús fue crucificado, el velo que
separaba el Santísimo del Santo fue rasgado en dos de
arriba abajo (Mt. 27:51), queriendo decir que por el cumplimiento
de la providencia de la salvación espiritual por medio de
la crucifixión de Jesús se abrió el camino
de comunicación entre el espíritu y el cuerpo
físico, y entre el cielo y la tierra, entre la realidad
vincular y la realidad del enlace, entre la realidad absoluta y
la realidad relativa del valor.

Entonces, ¿qué era el
arca?
El arca simbolizaba la alianza del hombre con
Dios, que tenía que estar guardada en el Santísimo
(los valores absolutos). En ella estaban las dos tablas de la
Ley, simbolizando la verdad absoluta y eterna y la verdad
relativa al momento y fragmento. Las tablas eran de piedra,
simbolizando la firmeza y valor de Jesús y el
Espíritu Santo.

En el arca había maná, que había
sido el alimento de vida para los israelitas en su curso en el
desierto y que simbolizaba los nutrientes derivados de la
experiencia modelo ejemplar que establecería Jesús,
lo que tradicionalmente se ha entendido como el Cuerpo de
Jesús.

El maná estaba contenido en una urna de oro, que
simbolizaba la gloria y bendición de los valores
absolutos. También figuraba en ella la vara de
Aarón que había florecido, la cual mostraba a los
israelitas el poder de lo absoluto (Hb. 9:4). El arca, en su
totalidad era el cuerpo condensado del universo moral.

El propiciatorio estaba encima del arca, y Dios dijo que
tenían que hacer dos querubines de oro labrado que
cubriesen los dos extremos del propiciatorio. Entonces, El se
encontraría con ellos allí, entre los dos
querubines, y les hablaría dándoles todos los
mandamientos para el pueblo de Israel (Ex. 25:16-22). Entre los
dos complementos del afecto se establece la reciprocidad
vincular.

Esto nos muestra que, más tarde, cuando viniesen
Jesús y el Espíritu Santo, y redimiesen a los
hombres a través de cambiar sus corazones, los valores de
plenitud, justicia y cumplimiento se aparecerían en el
propiciatorio, en la reciprocidad afectiva; al mismo tiempo
significa que, el querubín (celo) que había
bloqueado a Adán el camino que llevaba al Árbol de
la Vida en el Jardín del Edén, se separaría
en dos al ser reconocidos, (celo – recelo) uno a cada lado, a la
derecha y a la izquierda, y todos disfrutarían de la
oportunidad de acercarse a Jesús como Árbol de la
Vida, y recibir la ley y los principios de la
creación.

¿Cuál fue, entonces, el
propósito de Dios, al darles las tablas de piedra, el
tabernáculo y el arca?
Los israelitas,
después de haber terminado el período de 400
años
de indemnización necesarios a causa del
fallo de Abraham en la ofrenda simbólica, castigaron a los
egipcios con las tres señales y las diez
plagas; al dividir en dos las aguas del mar Rojo se ahogaron
innumerables soldados y carros egipcios que iban en su
persecución, y después se abrieron camino en el
desierto. Los israelitas habían dejado Egipto con mucho
resentimiento y hostilidad. Por lo tanto, los israelitas, que
estaban en una situación que les obligaba a continuar su
camino sin poder volver a Egipto, tenían que seguir el
curso inevitable de la restauración de Canaán a
toda costa. Por esto, Dios realizó muchos milagros y
señales en la «providencia para la partida» e
hizo cruzar a los israelitas el mar Rojo, poniéndoles
así en una situación en la que no pudieran
volver.

Sin embargo, los israelitas cayeron todos en la
infidelidad. En último término, existía el
peligro de que incluso Moisés pudiese actuar con
infidelidad. Por ello, Dios tuvo que establecer un objeto de
fe firme, que nunca cambiase, aunque el hombre lo hiciese.
Es decir, siempre que hubiera un solo hombre con fe
absoluta, Dios podría hacer que este hombre se hiciera
cargo del servicio al objeto de fe, realizando así
gradualmente la voluntad de Su providencia.

¿Qué era lo que debería el hombre
establecer como objeto de fe? Era el
tabernáculo, que simbolizaba al Mesías, conteniendo
el arca con las tablas de piedra dentro. Por lo tanto, la
construcción del tabernáculo significó que
el mérito para el Mesías simbólicamente ya
se había establecido.

Consecuentemente, si los israelitas centrados en
Moisés, hubiesen exaltado el tabernáculo como al
Mesías con profunda lealtad y obediencia se hubiesen
restaurado en la tierra bendecida de Canaán, y se
habría realizado en aquel tiempo el fundamento de
sustancia a nivel nacional.

Si todos los israelitas hubieran caído en la
infidelidad, aunque sólo Moisés hubiera permanecido
al cuidado del tabernáculo, la nación podría
establecer de nuevo la condición de indemnización y
podría restaurarse sobre ese fundamento centrado en
Moisés, al servicio del tabernáculo. Además,
aunque Moisés cayera en la infidelidad, si un solo hombre
de Israel hubiera custodiado el tabernáculo hasta el
final, en lugar de Moisés, Dios podía obrar de
nuevo en Su providencia de restaurar toda la nación que
había caído en infidelidad, centrándose en
la única persona que quedase.

Si los israelitas no hubieran caído en la
infidelidad en su primer curso de la restauración de
Canaán a nivel nacional, la familia de Moisés
podría haber desempeñado el papel del
tabernáculo. Moisés podría haber sustituido
a las tablas de piedra y al arca de la alianza, y la ley familiar
de Moisés podría haber sido el sustituto de la ley
celestial. Así, podrían haber entrado en la tierra
de Canaán sin necesidad de las tablas de piedra, del Arca
ni del Tabernáculo; y allí podrían haber
construido el Templo. Dios dio a los israelitas las Tablas de
piedra, el Tabernáculo y el Arca para salvarlos una vez
que cayeron en la infidelidad. El Tabernáculo, que era la
representación simbólica de Jesús y el
Espíritu Santo, era lo que necesitaban hasta la
construcción del templo. El templo, que era la
representación en imagen de Jesús y el
Espíritu Santo, era lo que necesitaban hasta la venida del
Mesías, que venía a ser el templo
substancial.

b) El fundamento para el
tabernáculo

Así como el fundamento para recibir al
Mesías debe ser realizado para poder recibirlo, el
«fundamento para el tabernáculo» debe ser
establecido para poder recibir al tabernáculo, que es el
símbolo del Mesías.

Por lo tanto, no hay duda que tenían que
establecer el fundamento de fe y el fundamento de
sustancia para el tabernáculo. Entonces
¿qué deberían haber hecho los
israelitas, centrados en Moisés, para establecer estos dos
fundamentos ?

Si Moisés establecía de manera aceptable
el período de 40 días de separación
de la naturaleza caída por medio del ayuno y la
oración, obedeciendo a las palabras de Dios para el
tabernáculo, quedaría establecido el
fundamento de fe para el tabernáculo; y la
condición de indemnización para eliminar la
naturaleza caída para el tabernáculo podía
establecerse, si los israelitas obedecían en
sumisión y fe a Moisés, que había realizado
el ideal del tabernáculo. Por consiguiente, el fundamento
de sustancia para el tabernáculo quedaría
también establecido. Aquí el tabernáculo se
refiere al conjunto, incluyendo las tablas de piedra y el arca de
la alianza.

El primer fundamento para el
tabernáculo

El hombre es un ser substancial (encarnación) de
la Palabra, creado en el sexto día (Jn.
1:3). Por lo tanto, con el fin de realizar la providencia de dar
al hombre las Palabras de la recreación para la
restauración del hombre caído, Dios tenía
que santificar el número seis
correspondiente al período de la creación invadido
por la naturaleza caída. Por esto, Dios santificó
el monte Sinaí, cubriéndolo con nubes en la gloria
de Yahvéh durante 6 seis días.
Apareciéndose en medio de las nubes al séptimo
día, llamó a Moisés (Ex. 24:16). A partir de
entonces, Moisés ayunó durante 40
días
y 40 noches (Ex. 24:18). El
motivo de ayuno fue que Dios quiso que Moisés estableciese
el fundamento de fe para el tabernáculo,
que era el Mesías simbólico, por medio del
período de 40 días de separación de la
naturaleza caída; porque los israelitas habían
caído otra vez en la infidelidad, después de haber
cruzado el mar Rojo.

Como ya hemos visto, la condición de
indemnización para eliminar la naturaleza caída en
el curso de restauración a Canaán, no se
cumpliría por la mera confianza y obediencia temporal de
los israelitas en Moisés, sino permaneciendo en este
estado hasta que ya en Canaán hubieran construido el
templo y recibido al Mesías. De la misma forma, para el
establecimiento de la condición de indemnización
para eliminar la naturaleza caída en el fundamento de
sustancia para la construcción del tabernáculo, los
israelitas deberían haber confiado, servido y obedecido a
Moisés, hasta que acabase de erigirlo. Sin embargo, los
israelitas cayeron en infidelidad mientras
Moisés ayunaba y oraba. Hicieron que Aarón les
construyese un becerro de oro y lo adoraron diciendo que era su
dios, el que les había sacado de la tierra de Egipto (Ex.
32:4). De este modo, los israelitas fracasaron en establecer la
condición de indemnización para eliminar la
naturaleza caída, que tenían que cumplir para
recibir el tabernáculo, fracasando también en el
establecimiento del fundamento de sustancia para el
tabernáculo.

Dios conducía a los israelitas con señales
y milagros. Sin embargo, ni siquiera Dios podía intervenir
en sus acciones durante el período en el cual el hombre
mismo tenía que restaurar la Palabra por su propia parte
de responsabilidad, porque fue el mismo hombre el que
había perdido el fundamento de la Palabra
apartándose de la ley o de la normativa natural de las
especies.

Moisés ardió en cólera al ver al
pueblo bailando ante el ídolo, arrojó las dos
tablas de piedra al pie del monte y las rompió (Ex.
32:19). Como consecuencia, la naturaleza caída, el celo
extremo, el recelo, invadió el
fundamento de fe para el tabernáculo que
había establecido Moisés por medio del
período de 40 días de
separación.

Las dos tablas de piedra, como ya aclaramos antes,
simbolizaban al segundo Adán y la segunda Eva,
Jesús y el Espíritu Santo. El hecho de que
Moisés rompiese las dos tablas de piedra, símbolos
de Jesús y del Espíritu Santo, a causa de la
infidelidad de los israelitas, nos mostraba simbólicamente
que más tarde, cuando Jesús viniese, Jesús y
el Espíritu Santo podrían fracasar
en realizar la misión original dada por Dios, de restaurar
los vínculos filiopaternales, fraternoconyugales y
paternofiliales incondicionales, siendo Jesús crucificado
si el pueblo judío caía en la
incredulidad.

La infidelidad de los israelitas frustró la
providencia de la restauración, que tenía el
propósito de que estableciesen el fundamento para el
tabernáculo. La providencia de establecer el fundamento
para el tabernáculo fue prolongada una segunda y una
tercera vez, a causa de la continua infidelidad de los
israelitas.

El segundo fundamento para el
tabernáculo

Los israelitas centrados en Moisés cayeron en la
infidelidad a la providencia de la restauración. Ya que
estaban aún sobre el fundamento de haber bebido el agua de
la roca en Refidim, que era la raíz de las tablas de
piedra (Ex. 17:6), se justificó el hecho de que
Moisés pudiera reanudar su curso aun después de
haber roto las tablas de piedra, y talló dos tablas como
las primeras para que pudiera escribir en ellas la palabra
escrita en las primeras tablas (Ex. 34:1).

Pero Moisés no podía restaurar el
tabernáculo centrado en las tablas de piedra, sin
restaurar antes el fundamento de fe para el
tabernáculo, estableciendo de nuevo el fundamento de
40 días de separación de la
naturaleza caída. Por lo tanto, Moisés pudo
restaurar el ideal del tabernáculo y las segundas tablas
de piedra con la Palabra (ley) Diez Mandamientos escritos en
ellas, sólo después de los segundos 40
días y 40 noches
de ayuno (Ex. 34:28). El hecho de que
las tablas de piedra, una vez rotas, fuesen restauradas por el
ayuno y oración durante 40 días y 40 noches, nos
mostraba que Jesús, aunque fuera crucificado,
podría volver de nuevo
y comenzar la providencia
de la salvación sobre este fundamento, siempre que sus
seguidores, creyendo en él, estableciesen la
condición de separación de la naturaleza
caída en un tiempo similar al periodo de 40. Como
ocurrió con posteriormente (Hec 1,3)

Durante el período de los 40
días
de separación de la naturaleza
caída, o de superación de la tentación del
celo y los instintos, Moisés restauró por segunda
vez el ideal del tabernáculo centrado en las tablas de
piedra, en este curso, los israelitas no sólo obedecieron
y se sometieron a Moisés, sino que también
construyeron el tabernáculo según la
dirección y las instrucciones de Moisés; esto
ocurrió el primer día del primer mes del segundo
año (Ex. 40:17).

De este modo, el pueblo escogido de Israel erigió
el tabernáculo sobre el fundamento que habían
establecido restableciendo el fundamento de sustancia para
el tabernáculo
, después de haber hecho la
condición de indemnización para eliminar la
naturaleza caída.

Sin embargo, como previamente hemos estudiado, el
fundamento de sustancia en su segundo curso de
restauración a Canaán a nivel nacional no fue
establecido simplemente por erigir el tabernáculo.
Deberían haber exaltado y honrado a Moisés y al
tabernáculo con constante ardor hasta que entraran en
Canaán, y construyeran el templo y recibieran al
Mesías.

En el día 20 del segundo mes del año
segundo, los israelitas partieron del desierto de Sinaí,
centrados en el tabernáculo, bajo la dirección de
la columna de nube (Num. 10:11-12). Sin embargo, Dios
incendió airado su campamento, porque el pueblo
cayó otra vez en la infidelidad y profirió quejas
en contra de Moisés (Num. 11:1). Los israelitas no
tuvieron en cuenta la voluntad de Dios y continuaron
teniendo resentimientos hacia Moisés
,
quejándose de que no tenían pescado ni frutos,
excepto el maná, y que echaban de menos la tierra de
Egipto (Num. 11:4-6). Por consiguiente, el fundamento para el
tabernáculo fue invadido por la naturaleza caída de
los israelitas, y la providencia para restaurar este fundamento
tuvo que ser prolongada una vez más.

El tercer fundamento para el
tabernáculo

El segundo fundamento de fe para el tabernáculo
fue invadido por la naturaleza caída de los israelitas al
caer de nuevo en la infidelidad. No obstante, debido a la fe y
lealtad inmutables de Moisés, el tabernáculo se
mantuvo firme sobre el fundamento de fe establecido por
Moisés
.

Los israelitas se mantenían sobre el fundamento
de haber bebido el agua de la roca en Refidim (Ex. 17:6); la roca
era la raíz de las tablas de piedra, que eran el centro
del tabernáculo, sobre este fundamento, si los israelitas
hubieran establecido el fundamento de fe, sobre la base de la
unidad en el periodo de los 40 días de
separación que estableció Moisés con su
ayuno, y si hubiesen obedecido completamente a Moisés,
centrados en el tabernáculo, habrían restaurado por
indemnización el fundamento para el tabernáculo,
por tercera vez. Para ello, se estableció el escenario del
período de 40 días de
exploración.

Moisés envió a la tierra de Canaán
a doce personas que El había escogido, una de cada tribu
de Israel, en la posición de jefes de tribu (Num. 13:1), e
hizo que explorasen la tierra durante 40 días (Num.
13:25). Sin embargo, al regresar, todos, excepto Josué y
Caleb, presentaron informes desalentadores. Informaron que los
israelitas no podían destruir ni a las ciudades ni a la
gente de allí, diciendo que el pueblo que habitaba la
tierra era poderoso y que las ciudades estaban fortificadas (Num.
13:28). Dijeron además que la tierra devoraba a sus
habitantes y que todos los hombres que vieron en ella eran de
gran estatura, al lado de los cuales parecían saltamontes
(Num. 13:32-33). Los israelitas, oyendo este informe, murmuraron
contra Moisés y lloraron lamentándose, diciendo que
escogerían un capitán y volverían a Egipto.
Los exploradores y los israelitas cayeron en la tentación
del celo y tuvieron miedo. Y la condición para la
restauración del vínculo se perdió de
nuevo.

No obstante, Josué y Caleb protestaron diciendo
que no debían revelarse contra la Providencia, que
debían atacar sin miedo al pueblo que habitaba la tierra.
Proclamaron que la providencia estaba centrada en los israelitas
y que los cananeos serían su presa, ya que les
había sido retirada toda protección (Num. 14:9).
Pero la congregación trató de apedrear a
Josué y a Caleb (Num. 14:10). Entonces la gloria del
Señor se apareció a todo el pueblo, y el
Señor dijo a Moisés

«¿Hasta cuándo me va a
despreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo van a
desconfiar de mí, con todas las señales que he
hecho entre ellos?».
(Num. 14:11)

Josué y Cale asumen la responsabilidad de
continuar la providencia, estableciendo así el
fundamento de fe y lealtad a Moisés y sus
mandamientos (vinculo filiopaternal
incondicional
). Juntos en la confianza establecen el
vinculo fraternal incondicional.

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documental

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Ante las súplicas del pueblo al ya anciano juez
Samuel para que nombrara un rey que los librara
de los invasores filisteos, aquél, aunque creía que
Dios debía ser el único soberano de Israel,
consultó a Yahveh y ungió a
Saúl
, de la tribu de Benjamín.
Saúl, hombre de gran valor y gigantesca estatura, se
mostró al principio un rey firme, que derrotó a
amonitas, moabitas y filisteos, y estableció su capital en
la ciudad liberada de Yábes-Galaad.

Con el paso del tiempo, sin embargo, Saúl
se envaneció
y pretendió usurpar
las funciones del sacerdocio
. Sus transgresiones
religiosas motivaron la cólera de Dios, que
ordenó a Samuel que consagrara secretamente a
David
. Éste marchó a la corte de
Saúl como arpista, pero los continuos triunfos militares
que sucedieron a su victoria frente a Goliat provocaron
los celos al rey
, que intentó matarlo.
Sólo gracias a la ayuda de su esposa
Mical
, hija de Saúl, pudo huir.

La narración bíblica sobre Saúl
describe que éste, poseído por la ira ante la
admiración del pueblo y de su propia familia por David,
perdió paulatinamente la razón. Desesperado por sus
continuas derrotas en el campo de batalla, evocó el
espectro de Samuel, que profetizó su muerte y la de su
estirpe. Al día siguiente, los filisteos destrozaron el
ejército israelita en la Batalla del monte Gilboah y
Saúl, para evitar su captura, se dio muerte junto a sus
hijos.

Saúl en la posición de Caín pierde
su lealtad (Fe incondicional) a lo absoluto al
pretender usurpar las funciones del sacerdocio y siente celos de
David en la posición de Abel y lo quiere matar. Perdiendo
así la posibilidad de restaurar el vinculo
fraternal incondicional
. La hija de Saúl en la
posición de Eva (hermana) protege a David en la
posición de Adán restaurando el vínculo
fraternal.

Samuel nació por obra del misterio.

Elcaná tuvo dos esposas una de ellas era
estéril se llamaba Ana, Elcaná la amaba por sobre
la otra esposa a pesar de que no podía concebir, ella
rogaba Dios un hijo durante años, pero no pasaba nada. Ana
hizo una ofrenda a Dios diciéndole que si le
concedía un hijo ella lo ofrecería a Su servicio y
quedó embarazada de Samuel (1 Samuel 1.20), Samuel
quedó a las órdenes del sacerdote
Elí.

Elí había juzgado a Israel durante
40 años (Samuel 4,18) 4000 Israelitas
murieron frente a los filisteos. Los Israelitas se unieron para
luchar contra los filisteos, pero después de su derrota se
dividieron y el arca fue tomado por los filisteos quienes lo
pusieron junto a su dios Dagón, pero se les cayó su
dios y se llevaron el arca a Gat, pero su gente moría por
tumores y pensando que el causal era el arca lo trasladaron a
Ecrón, pero siguieron las muertes por tumores y lo
devolvieron a los Israelitas.

El Rey Saúl debe establecer el fundamento
vincular, a nivel nacional. Es el tercer intento. José,
Moisés y Saúl. El rey Saúl, a nivel
nacional, repite el proceso seguido por Abraham en su fundamento
vincular a nivel familiar. Abraham falló en su intento de
restaurar los periodos matemáticos necesarios para asumir
el fundamento de fe establecido por Noé, cuando se
olvidó de cortar las aves de su ofrenda. Este fallo
prolongó de nuevo el curso matemático de 120
años, 40 años, 21años y 40 años. La
Necesidad Natural debió extenderse: Abraham, Isaac,
Jacob.

Saúl, como figura central de la
restauración vincular a nivel nacional, inicia el tercer
intento.

El Rey Saúl debió construir el Templo para
unir a los israelitas y restaurar de ese modo los periodos de 120
años, 40 días, 21 días y 40 años,
establecidos en el curso de Moisés, pero el Rey
Saúl falló en su intento de unir a los israelitas
con el Templo.

Con el fin de restaurar horizontalmente el curso
matemático que debió ser restaurado verticalmente
por Saúl, la Naturaleza Vincular debe prolongar el curso
matemático de 120 años, 400 años, 210
años y 400 años en la historia.

Moisés 40 años X 3= 120 años.
Moisés sobre el fundamento de separación de los 400
años de esclavitud en Egipto, estableció con sus 40
años de su vida en el palacio del Faraón, el
fundamento de fe. Entonces intentó erigir el Templo en
Canaán. Pero debido a la infidelidad de los israelitas,
ese curso fue prolongado 40 años donde Moisés
debió mantener su fe en Madián y luego, el periodo
de 40 años en el desierto.

El Rey Saúl 40 años X 3 veces = 120
años. El Rey Saúl, sobre el fundamento de
separación del periodo de 400 años de jueces,
estableció el fundamento de fe en su reinado de 40
años. Entonces él debió erigir el templo,
pero debido a su infidelidad el periodo establecido
fracasó y debió ser restituido por los reyes David
(40 años) y Salomón (40 años)

Jacob fue padre de
Judá

Tamar, la nuera de
Judá tuvo de él a
Peres y a Zéraj. Los hijos de Peres fueron
Jesrón y Jamul.

Los hijos que tuvo Jesrón fueron Ierajmeel,
Ram y Quelubai.

Ram fue padre de
Najsón.

Najsón fue padre de
Salmá

Salmá fue padre de
Booz

Booz fue padre de Obed

Obed fue padre de Jesé

Jesé fue padre de
David.

De Moisés Saúl pasan 10 generaciones y 400
años

David fue nombrado rey de los israelitas pero fue
ilícito con Betsabeth quien quedó embarazada y
David tiene que matar a su esposo para ocultar el adulterio. Este
adulterio desmoronó su vida. Dios maldijo a David y a sus
descendientes, fue traicionado por su hijo y murió solo y
aislado. David y Salomón durante 40 años
respectivamente, intentaron la reconciliación entre el rey
y el pueblo en los vínculos incondicionales, pero
no lo lograron. Lograron eso si, la
devoción al arca, a los mandamientos y a ley judaica que
posibilitó el nacimiento de Jesús.

Salomón fue el segundo de los hijos que tuvieron
el rey David y Betsabé. En la Biblia, el profeta
Natán informa a David de que Dios ha ordenado la muerte a
su primer hijo como castigo por el pecado del rey, quien
había enviado a la muerte a Urías, marido de
Betsabé,

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El segundo libro de Samuel (11:1 a 12:25) cuenta la
historia del adulterio de David y Betsabé, y el
subsecuente asesinato de Urías para ocultar su culpa. Su
plan fracasó cuando Dios envió al profeta
Natán a denunciar a David por medio de una
parábola. David cayó en ella diciendo al final "El
hombre que hizo esto merece morir!" sólo para recibir por
respuesta de Nathan: "Tú eres ese hombre".

En el Evangelio de San Mateo (1:6), Betsabé
figura como ancestro de Jesús. De ser así
Jesús proviene de una relación adultera, la de
Betsabé con David.

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Ni David ni Salomón lograron restaurar la
incondicionalidad en los vínculos filiopaternales,
fraternoconyugales o paternofiliales.

David logró mantener la unidad en su reino, pero
no logro establecer la unidad familiar al asesinar a
Urías, esposo de su mujer Betsabé. Su segundo hijo
Salomón estuvo en la posición de reestablecer los
errores de su padre, pero a pesar de su enorme sabiduría y
poder, no fue capaz de restaurar el amor con su hermanastro
Adonías quien quiso apoderarse del reino de su padre y
posteriormente cayó en la tentación de adorar a
dioses ajenos a lo absoluto.

El poderío del Rey Salomón se
centró en la construcción del Templo, pero
Salomón se fue debilitando en sus convicciones y
cayó en la tentación de adorar a
los dioses de sus concubinas de las que tuvo más de 900,
entre ellas la hija del Faraón

Se dice que Salomón tuvo "mil cuatrocientos"
carros (1 Reyes 1:26). Esto representa un ejército
prodigioso según los cánones antiguos, y el cual
sólo pudo haber sido reunido en un largo periodo de tiempo
por una civilización estable. A pesar de eso, se nos dice
que sólo cinco años después de la muerte del
gran rey Salomón, el faraón egipcio Sisak y sus
aliados invadieron Judá y capturaron sus ciudades
fortificadas con poca o ninguna resistencia militar (2
Crón. 12). La Biblia añade que la misma
Jerusalén fue perdonada sólo después de
entregar a Sisak la totalidad de las riquezas acumuladas por el
rey Salomón.

El reino de Salomón perdió su
unidad y se dividió entre sus dos hijos y hubo guerra
constante entre Roboam rey de la tribu del sur
Judá, Benjamin y Jeroboam. rey de las 10 tribus del
norte, Israel, pero Israel desvió su corazón a
dioses falsos y fue invadido por sus vecinos. Y Judá
permaneció leal a los valores absolutos.

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