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En Sipe- Sipe se perdió algo más que una batalla




Enviado por Alberto Pereira Rios



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Ir a
    la guerra responsablemente exige tener capacidad para el
    planeamiento estratégico
  3. Después de la batalla
  4. Reflexiones finales
  5. Apéndice
  6. Notas
  7. Bibliografía

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Ya en 1775 Federico II (El Grande 1712/86)
había afirmado que un ejército no podía
operar con éxito, mucho más allá de sus
propias fronteras. Todas las guerras llevadas lejos de las mismas
por aquellos que las toman a su cargo, tienen menos éxito
que aquellas en la que se combate dentro del alcance del propio
territorio.

Introducción

Se recrean aquí las incidencias más
relevantes de la Tercera campaña al Alto Perú
protagonizadas por ejercito de Buenos Ares durante el lapso
comprendido entre enero a noviembre de 1815).

De las memorias de cuatro de sus protagonistas surge la
información que da sustento a esta
monografía.

Por el lado patriota las de los generales José
María Paz y Gregorio Aráoz de La Madrid y por el
realista, el de igual rango, Andrés García
Camba.

Aunque en tiempos de la campaña, los tres
revistaban en mandos subalternos.

Tales testimonios constituyen fuentes de
información fidedigna, de las cuales se han nutrido todos
aquellos que han intentado esclarecer y difundir la historia de
tales sucesos.

Asimismo se incluyen las apreciaciones que de la misma
realizaron años después, el general
Bartolomé Mitre; Vicente Fidel López y historiador
español Mariano Torrente.

a) Objetivos de la Campaña

1º) Recuperar el territorio Altoperuano, afirmando
la soberanía de las Provincias Unidas en esa región
que integraba el "Virreinato del Río de la
Plata".

2º) Contrarrestar la naciente tendencia autonomista
de grupos influyentes sustentada en razones económicas y
geográficas.

3º) Apoyar a las guerrillas conocidas como
"Republiquetas" integradas por los pueblos originarios, criollos
y mestizos que permanecían hasta entonces fieles a la
revolución, los que, a través de su persistente
accionar, perturbaban seriamente el poder realista en toda la
región.

La tarea de coordinar estos movimientos
inorgánicos con el plan de tareas del ejército,
pondría a prueba la capacidad de conducción del
nuevo general en jefe.

b) Condición del enemigo al iniciarse el
año 1815.

Al iniciarse la campaña la situación del
ejército real era muy comprometida, ya que al solo amague
de invasión por parte del patriota, había estallado
en el Alto y Bajo Perú una gran insurrección
popular de vastas proporciones.

Esta se extendía desde Cuzco y Puno hasta La Paz
y estaba acaudillada por el indio Mateo Pumakahua quien
había reunido en su torno, a indios, mestizos y gran
número de criollos e, incitando a oficiales y soldados del
ejército real, a desertar de sus filas.

Este movimiento fue tal vez el más importante de
los que estallaron en el teatro de la guerra durante el
período independentista. El mismo estaba fatalmente
destinado a sucumbir por su debilidad orgánica no
obstante, distrajo una importante división del
ejército realista a fin de neutralizarlo.

Por lo tanto, Pezuela quedaba en manifiesta inferioridad
para rechazar exitosamente a las tropas de Buenos Aires que
avanzaban desde el sur. Al respecto repasemos tales sucesos en
base a la versión española a cargo del historiador
Mariano Torrente y el general Andrés García
Camba.

Mariano Torrente: "La provincia de Cuzco, en la
que ya desde algún tiempo se hallaban sembradas las
semillas de la insurrección, dio un horroroso estallido en
el día 3 de agosto, luego que supo los reveses de las
armas españolas y lo desguarnecido que había
quedado el virreinato de Lima con la expedición que
había salido para Chile. Este terrible golpe poso al colmo
las inquietudes de del benemérito Pezuela. Sin más
recursos que su valor y su ingenio, con un ejército
rebelde al frente que iba a ser reforzado por numerosas tropas
con el horroroso fuego de la insurrección que soplaba por
todas las provincias, y que había llegado a contaminar el
mismo terreno que pisaba, sin esperanza de recibir algunos
auxilios, solo un ánimo esforzado era capaz de mantener el
vigor en tan espantosa crisis, y aún de hallar medios para
salir con honor de aquellos apuros".

Andrés García Camba:

"El levantamiento de Cuzco en el corazón del
Perú puso al virrey y al general en jefe en aflictivo
conflicto aumentado por la diligencia de los insurrectos en
emplear la más eficaz seducción cerca de los
oficiales y soldados cuzqueños que servían con
honra al ejército real pero estos bravos militares
superiores a los medios que se ponían en juego para
manchar su reputación ofrecieron bien pronto con su noble
conducta una prueba insigne de su acendrada lealtad con
grandísima satisfacción de aquellos jefes
superiores. Rodeado al mismo tiempo por una porción
considerable de cuadrillas sueltas (Guerrillas) que si bien
habían sido batidas, se rehacían al momento para
volver con más tesón a la pelea, llegó a
desconfiar de poder evitar la inminente disolución de su
ejército" "Entró en negociaciones con el general
insurgente Rondeau, proponiéndole un
armisticio"

y suspensión de las hostilidades"

C) El pecado original

El 19 de julio de 1814 José Rondeau asume el
mando del Ejército del Norte remplazado a San
Martín, quien como sabemos, tenía planes con
distintos derroteros.

Luego de la capitulación de los realistas de
Montevideo. El general Alvear es designado por el gobierno de
Buenos Aires comandante del Ejército del Norte en remplazo
de aquel.

Sin embargo Rondeau, respaldado por los jefes
principales del ejército, decide no acatar dicha
orden.

Sucesos posteriores, permiten afirmar que el apoyo
recibido por aquellos, restó a su comandante autoridad
sobre quienes los sostuvieron; lo cual prefiguró la
naciente indisciplina, agravada por la impericia de que
padeció durante todo el transcurso de la campaña,
el desventurado ejército.

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Carlos María de
Alvear

Mitre: "Alvear como general tenía
calidades de mando y poseía sobre el arte de la guerra
ideas más completas que demás generales de su
tiempo (con excepción de San Martín) Por su
petulancia juvenil, su indisputable coraje, su carácter
emprendedor y sus chispazos de inteligencia que imitaban a veces
los relámpagos del genio, era el más indicado para
romper con las viejas rutinas que realistas y patriotas
habían practicado en aquel teatro de la guerra, y
habría lanzado las operaciones por otros caminos, sino muy
seguros, al menos más brillantes y gloriosos"
Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de Independencia
Argentina. Tomo III. P. 17.

Alvear, a medio camino de su nuevo comando, toma
conocimiento del amotinamiento y sin alternativas válidas,
decide retornar a Buenos Aires.

A partir de lo cual, el general Rondeau quedó en
posesión de una autoridad que no merecía y que no
fue capaz de ejercer, tal como veremos, con ventaja para el
país.

Tal inconcebible tanto como desatinada actitud (1) fue
la génesis de una sucesión de desaciertos, que
conducirían al rotundo fracaso de la
campaña.

Paz: "Desde que llegó el general Rondeau,
en sustitución del general San Martín todo
comenzó a resentirse ¿Se creerá que el
ejercito, que después de la incorporación de las
tropas últimamente venidas de Buenos Aires, que
debía contar con más de cinco mil hombres; (Y
que tan solo a tres meses de iniciada la campaña)

apenas pasaba entonces los tres mil?

Una deserción espantosa, tanto en el camino de
Buenos Aires, como en tránsitos posteriores, lo
había reducido a ese número. Y es preciso decir que
si esa deserción no acabó en una disolución
general, fue debido a los jefes de cuerpo, los que, cada uno en
el suyo, tomó medidas más ó menos
enérgicas. El ejército se hallaba en una
relajación escandalosa. El general en jefe parecía
un ente pasivo y casi indiferente a lo que pasaba a su alrededor.
Fuera de las órdenes de rutina, de se tipo de
generalidades vulgares, no se vio una sola providencia salvadora,
un solo rasgo que denotase un espíritu superior ni un
relámpago de genio. Solo nos dijo una vez en Humahuaca, y
creo que algo hubo, que había reunido a los jefes y que
haciendo patentes los malos efectos de la anarquía e
indisciplina que reinaba entre ellos, se ocupó de los
medios de repararla, proponiendo medidas enérgicas. Muchos
nos alegramos sinceramente y deseábamos ayudarle con todas
nuestras fuerzas; vana esperanza; las cosas continuaron como
antes". Memorias T. 1º P. 218.

"La mesa diaria de Rondeau era una escena continua y
permanente de chacota y de chanzas vulgares. Se discutía
teología, se hablaba de todo, pero solo mirándolo
por el lado que podía hacer reír y ser materia de
burlas"

"El coronel Forest hacía gala de insultar y
mofarse del general en jefe, fusilaba de su cuenta y contra la
voluntad de éste, sin que se hiciera algo para contenerlo;
y contestaba a las órdenes que recibía con tales
denuestos que el ayudante Julián Paz, hermano del
escritor, tuvo que contestarle: –El señor coronel
obedecerá o no, pero yo no soy órgano para llevar
esas contestaciones-"

Los apodos con que lo designaban muestran la especie de
sentimiento que predominaba en la mayor parte, con respecto a
él; pues unos lo llamaban "José Bueno", y otros
como el coronel Forest, siempre le daban el renombre de "mamita"
por ser su paciencia inalterable y su inofensiva bondad".Paz,
Memorias, T.1º, P. 224

Capitulo Primero:

Ir a la guerra
responsablemente exige tener capacidad para el
planeamiento
estratégico

I-Rondeau abre la campaña:

Bajo estos tristes auspicios, el ejército
auxiliar del Alto Perú, en entredicho con el gobierno y
sin estrategia ni actividad en sus movimientos, abrió su
campo desde Jujuy hacia fines de enero, iniciando de tal forma la
Tercera campaña sobre el Alto Perú.

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Línea de Operaciones del
ejército. Abril/diciembre de 1815

www.tvmundus.com.ar

El país quedó envuelto en rumores sobre el
estado lamentable en que iba ese desgraciado ejército al
entrar en el altiplano. Y a fe que había razón de
sobra para temer un terrible descalabro. Peligraban los grandes
esfuerzos que todo el pueblo había hecho para equiparlo y
con ellos, la esperanza de integrar nuevamente el Alto
Perú a las Provincias Unidas.

Años después Mitre lo calificaría
como un ejército "sin cabeza y sin nervio"

Mitre: En ese contexto se reiniciaba el duelo a
muerte entre el virreinato del Perú y el virreinato del
Río de la Plata convertido en Provincia Unidas. Como
siempre el Alto Perú (2) fue el teatro de la guerra y cuyo
dominio se disputaban ambos contendores. Los dos procuraban
herirse en su centro de recursos; buscando el uno el camino de
Buenos Aires y el otro el de Lima.

Los realistas habían triunfado constantemente en
el altiplano merced a su disciplina, su táctica y sus
mejores generales. La revolución por su parte había
demostrado que era invencible dentro del territorio de la cuenca
del Plata.

Mitre, Ob. Cit. P. T 1º, P.14

II-El Tejar (19 de febrero)

"A fines de enero, Pezuela está en Cotagaita,
Olañeta en Yaví, Guemes en Humahuaca y el
ejército patriota escalonado más al sur" Atlas
Histórico Militar Argentino, Cnel. Martín
Suárez, P. 32

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Combate del Tejar. Batalla de
Sipe-Sipe. www.tvmundus.com.ar

Paz: "El coronel Martín Rodríguez,
(3) jefe de la vanguardia, se dispuso a salir con una
buena escolta a visitar los puntos avanzados, de los que algunos
estaban a catorce leguas. Uno de ellos era el del Tejar, adonde
llegó los últimos días de febrero ó
primeros de marzo, sin que se hubiese tenido la menor noticia de
enemigos". Pero"No había transcurrido
más de una hora cuando estaban ya rodeados de realistas,
de tal manera que, en unos instantes todo era ya confusión
y desorden".

"Se hizo alguna resistencia, aunque inútil por el
gran número de enemigos, quedando en consecuencia,
prisioneros el jefe, (El coronel Rodríguez) varios
oficiales y casi toda la tropa. El que fue más feliz, fue
el capitán entonces, y después general, don Mariano
Necochea (4) que saltando en su caballo y atravesando por
entre los enemigos, logró escapar, para traer la noticia
del fracaso" (5)

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Coronel realista, Pedro Antonio de
Olañeta

No se explica como un comandante de vanguardia
ubicado en su punto más avanzado, comete el desatino (por
decirlo de alguna manera) de no tomar los recaudos mínimos
de seguridad. Entre otros despropósitos ordena dejar en
libertad a los caballos de su escolta para que, según Paz:
"paciesen a su albedrío".

García Camba: Rondeau (Había
confiado)
"el mando de su vanguardia al coronel D.
Martín Rodríguez, mayor general de su
ejército y oficial de bastante crédito entre los
suyos, se había adelantado este jefe al puesto de Tejada
(El Tejar) con cincuenta dragones. El comandante don
Antonio Vigil, que se hallaba en Yavi con el escuadrón de
cazadores que mandaba, tomó sus disposiciones para
sorprenderlo y lo logró derrotarlo completamente el 19 de
febrero con la muerte de un oficial y 20 individuos de tropa y
haciendo prisioneros los restantes entre los que se contaban el
coronel Rodríguez, un capitán, dos tenientes y un
alférez" Memorias, T. I, P. 199

III-Puesto del Marqués (17 de
abril)

García Camba: "Mientras la vanguardia
descansaba en la suspensión de hostilidades que el general
en jefe había ordenado por ocho días,
término señalado para que Rondeau contestara
definitivamente sobre las bases preliminares de un acomodamiento,
vino personalmente a atacar¿? con un batallón y
bastante caballería a nuestro escuadrón de
cazadores avanzados en las rancherías del Puesto del
Marqués, y logrando sorprenderlo el 17 de abril, le
derrotó completamente, pudiendo apenas salvarse 40
soldados con su comandante Vigil y algunos oficiales haciendo
prodigios de valor. Seguidamente Rondeau se movió con todo
su ejército sobre el frente de la vanguardia situada en
Yavi.

El coronel D. Pedro Antonio de Olañeta, que la
mandaba comunicó esta novedad al general Pezuela,
participándole al mismo tiempo que se ponía en
retirada por la superioridad del enemigo, cuya fuerza
excedía de 4.000 hombres, según cómputo del
oficial parlamentario que había regresado. En virtud de
este aviso, el general en jefe, convocó inmediatamente una
junta de guerra para acordar con su dictamen lo que pareciera
más útil y adecuado a las circunstancias.
Considerando la junta lo reducido de la fuerza del
ejército, que se hallaba éste avanzado en un
país conmovido, rodeado de cabecillas que acaudillaban
grandes grupos de indios sublevados y no estimando prudente
aventurar una batalla, cuya posible pérdida
arrastraría la total del Perú, la junta fue de
unánime sentir que el ejército se retirase a Oruro
para reunir mayores fuerzas y volver sobre el enemigo con mayores
probabilidades de éxito.

Paz: "Antes de rayar el día estuvimos a la
vista del Puesto del Marqués. Este no consiste sino en
unos cuantos ranchos en medio de una extensa y árida
llanura, como son las de aquellos frígidos lugares.
Nuestra caballería se formó en alas y el
batallón al centro quedando tres compañías a
cargo de sus capitanes de tres diferentes cuerpos, en reserva. Yo
fui uno de ellos y por lo mismo no puedo dar una idea tan
distinta de lo que pasó en la línea, pero lo
haré por lo que supe y alcance yo mismo a ver
…"

Desplegada nuestra línea, se movió
avanzando, y muy luego más de mil hombres de
caballería se golpearon la boca (como se dice vulgarmente)
y dando terribles alaridos se lanzaron sobre trecientos enemigos
sorprendidos y apenas despiertos: la victoria no era
difícil, pero la carnicería fue bárbara y
horrorosa"

"Los enemigos como era de suponerse, que pudieron
montar, se pusieron en fuga; y nuestros soldados aunque en el
mayor desorden, en su persecución.

Nunca he visto ni espero ver un cuadro más
chocante, ni una borrachera más completa. (6) Los
licores abundaban en el campo enemigo; y el frío, la
fatiga de la noche antes, las excitaciones de todo género,
convidaban al abuso, que se hizo del modo más
cumplido.

En las inmediaciones de La Quiaca, tres ó cuatro
leguas del Puesto del Marqués, había otro cuerpo
enemigo, cuyo número no sabíamos y que no hizo sino
presentarse en las alturas, para servir de apoyo y reunión
a los fugitivos. Es probable que si doscientos hombres nos atacan
en aquellas circunstancias, nos derrotan completamente. Los
nuestros, a la presencia lejana de aquella fuerza, volvieron al
Puesto del Marqués, en el mismo desorden que habían
perseguido".

Memorias. T. 1º, Pgs. 220/222

La Madrid: "El jefe del estado mayor general
Francisco Fernández de La Cruz, se puso a la cabeza de la
vanguardia y marchamos sobre el enemigo. A los pocos días
de nuestra marcha atacamos la vanguardia enemiga con la nuestra;
casi al anochecer, y fue aquella batida con bastante
pérdida (para el enemigo) y perseguida hasta muy cerrada
ya la noche y en la cual se nos reunió nuestro
ejército". Memorias, T. I, P. 64

De lo cual se infiere que no solo Paz, barruntaba horas
aciagas para el futuro del ejército. Guemes
compartía plenamente sus recelos. A partir de aquel
"vergonzoso desorden", prefirió abandonar el
ejército con su gente para preparar la defensa de Salta;
previsora actitud que se correspondía con sus justificadas
reservas.

Los hechos posteriores demostraron que no se
había equivocado y que aquella fue una sabia tanto como
atinada decisión.

IV-Venta y Media (20 de
octubre)

A mediados de octubre la vanguardia realista estaba
estacionada en Venta y Media caserío ubicado tan solo a
cuatro leguas de Chayanta lugar ocupado por el grueso del
ejército de realista.

Los patriotas se mantenían a la expectativa, en
la inteligencia de que Pezuela estaba atrincherado con el grueso
de su ejército y fluctuaba entre aventurar un ataque
ó prolongar la defensiva.

Fue entonces cuando el coronel Rodríguez tuvo
otra de sus "funestas inspiraciones" (Mitre, Ob. cit. T. III P.24
así fue como pensó dar un buen golpe al enemigo
tomando en cuenta la información proveniente del mayor
Lamadrid, que aseguraba que el contingente enemigo que
resguardaba Venta y Media, solo contaba con un batallón y
unos pocos hombres de caballería. Noticia que fue
ratificada posteriormente por el coronel Diego González
Balcarce. A esta altura tal como lo demostraron los hechos
subsiguientes, se sintió la ausencia de Guemes y sus
milicias como cuerpo de vanguardia "avezada y
confiable".

En un primer momento, Rondeau fue renuente en aprobar
tal iniciativa, le hizo saber que era mejor esperar informes
más completos, por lo tanto, "convenía meditar
más dejando para después la operación". Ante
la obstinada insistencia de Rodríguez, dio finalmente su
autorización con grandes reservas.

García Camba: Sobre el amanecer del 20 de
octubre sorprendieron los enemigos (Descubierta al mando de La
Madrid)
una de nuestras avanzadas, que se componía de
un capitán, el después célebre coronel
Valdés (a) Barbarucho, y 25 cazadores, los cuales,
aunque hicieron alguna resistencia, fueron arrollados y
degollados todos, menos el capitán, que debió su
salvación a hallarse bien montado. A los tiros que esta
avanzada pudo disparar, tomó la vanguardia las armas y su
comandante (Olañeta) envió 40 cazadores
más a sostenerla, pero tomando por el llano dieron de
improviso con un trozo de caballería que los cercó
y acuchilló, (Al mando de La Madrid) matando 33
hombres e hiriendo los siete restantes, que se recogieron
después. Olañeta (7) era hombre de valor
conocido, pero imperito en el arte militar, y así, sin
saber aproximadamente siquiera las fuerzas que le atacaban,
mandó adelantar todo el batallón de Cazadores el
cual se vio luego en grande apuro, teniendo que apelar a la
formación del cuadro para defenderse (Atacado por los
Dragones a cuyo cargo estaba La Madrid y Paz)
mientras que el
de Partidarios y la caballería desmontada acudieron en su
socorro. Entonces se trabó un fuego vivísimo, y
avanzando nuestras tropas con decisión sobre el enemigo,
acabaron por ponerlo en completa dispersión,
causándole la pérdida de más de 100 hombres
muertos con seis oficiales, otros tantos individuos de tropa
prisioneros y tres oficiales, recogiendo en el campo muchas
cartucheras y fusiles. Nuestra pérdida fue de menos
consideración. Memorias, P. 231

Paz: "En la mañana del 21 de octubre
estábamos a la inmediación de Venta y Media, sin
que hasta nos hubiese sentido el enemigo. Estábamos en una
quebrada en donde hicimos alto, preparándonos para el
combate. En estos momentos solemnes, en que más debe
hacerse sentir la acción del que manda, empezó a
notarse la vacilación y dudas del general sobre el modo
como debía conducir el ataque; para colmo de desgracia se
enfermó, habiéndolo atacado un violento
mito que lo molestó por algún tiempo. Yo y
muchos lo vimos atravesar lentamente sobre su caballo, dando
fuertes arcadas, que producían su natural efecto. Ya era
este un antecedente de mal agüero, y si a todos le
sucedió lo que a mí, debo creer que se perdieron
algunos grados de la confianza que llevábamos de
vencer.

Continuaba nuestra "inmobilidad" y la perplejidad del
general cuando se oyó un tiroteo bastante vivo a muy corta
distancia; este provenía del ataque que el mayor graduado
La Madrid, que estaba algo avanzado con su
compañía, había hecho sobre una gran guardia
enemiga, única fuerza avanzada que tenía. Se le
mandó otra compañía a reforzarlo, que fue la
de mi hermano don Julián. El ataque y la sorpresa
habían sido tan felices, que ochenta ó cien hombres
de que se componía la guardia avanzada fueron
completamente acuchillados. Solo salvaron unos cuantos hombres,
con el alférez José María Valdés
(Célebre después con el nombre de Barbarucho y con
el empleo de coronel) Quien fue a dar la noticia al cuerpo de
vanguardia de que dependía. Memorias P. 255

La Madrid con su legendario coraje y a la cabeza de un
grupo de Dragones aniquila a una guardia avanzada del enemigo
compuesta de unos 100 hombres. Así él nos lo relata
con su peculiar estilo:

La Madrid: Luego de reforzarse con 20 hombres al
mando del capitán Julián Paz "Mandé echar
carabina a la espalda y sable a la mano y nos arrojamos hacia la
altura, cambiando de frente a la luz de la descarga (eran pasadas
las tres de la mañana) con que fuimos
recibidos.

Los enemigos fueron todos muertos a excepción de
treinta y cinco prisioneros que pudo salvar el capitán Paz
y a excepción también del capitán entonces,
N. Valdés (a) el Barbarucho que logró escapar, (Es
una pena que se haya escapado porque nos trajo mil problemas,
entre otros encabezó el operativo que causó la
muerte de Guemes) sin más desgracia por nuestra parte que
la de un cabo muerto y dos ó tres heridos. Memorias, P.
70

Era de verse a esta altura de la marcha, la falta de
coordinación entre los cuerpos patriotas. ¿Causas?:
1º) Desconocimiento del terreno, 2º) Lo cerrado de la
noche y 3º) La ausencia de órdenes precisas del
comando.

A causa de lo cual, se produce la explosiva y justa
reacción del jefe de los Dragones. (Diego
Balcarce)

Paz: "Viendo entonces el desgreño y falta
de dirección que en aquella ocasión solemne
podía importar un descalabro, le dije:
(Refiriéndose al coronel Diego González
Balcarce)

-Coronel, la patria reclama que usted tome el mando;
hágalo, que todos le obedeceremos-

El espíritu del coronel, que iba sin duda tan
atribulado como el mío, prorrumpió en un movimiento
de exasperación, diciendo casi a voces "¿Donde
está ese general de m….., que si no da providencias yo
las tomaré?

No se si afortunada o desgraciadamente, el general
venía algo inmediato, sobre el costado de la columna, e
ignoro si oyó todo ó parte de tan violento
apóstrofe, pero no se dio por ofendido y contestó
con acercarse preguntando: "¿Qué hay?
¿Qué ha sucedido, coronel Balcarce? Este le
contestó: "Señor general, he pedido órdenes,
que no se me han dado; he solicitado un guía, que no se me
ha remitido; voy marchando a la ventura, sin saber adonde, y todo
presagia un desastre si esto no se remedia. El general
Rodríguez repuso: "Siga usted con su cuerpo al
batallón de Cazadores" Más el coronel, no
sabía de tales cazadores en la obscuridad que nos
envolvía, y solo se pudo averiguar, que habían
pasado adelante

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Gral. Martín
Rodríguez,

Comandante de la
operación

Era necesario entonces, enfocarse en localizar al cuerpo
de Cazadores (Infantería) comisión que tomó
a su cargo el mayor Paz.

Algún trecho más adelante, éste
descubrió que marchaba en columna y a su derecha
distinguió un escuadrón de Dragones al mando del
mayor La Madrid. Ambas avanzaban por una quebrada semejante a una
llanura como de doscientas varas de ancho. A su izquierda se
presentaban como en anfiteatro, dos lomas de no gran
elevación. Las que estaban separadas por una corta
planicie que debía atravesarse para llegar a la más
alta.

Los realistas advertidos del avance de guerrillas
patriotas, habían apostado un batallón, de
infantería al pié de una de dichas
lomas.

Paz: "Sin perder un instante despaché dos
hombres, uno después de otro, a advertir al coronel
Balcarce cual era la verdadera dirección que debía
traer y notificarle la ubicación de nuestros Cazadores.
(Columna de infantería)

Mientras esto ocurría el batallón de
Cazadores, continuaba su marcha hacia el caserío de Venta
y Media; la columna marchaba a "tambor batiente" sin advertir que
estaba ya dando su flanco izquierdo al batallón
realista.

Paz: En tal situación alcanzamos a ver
(Estaba amaneciendo) un cuerpo de infantería formado en
una loma de nuestra izquierda, al que ya presentaba su flanco la
columna del batallón patriota que llevaba sus tiradores
desplegados en guerrilla a vanguardia.

Ante tal peligro el mayor Lamadrid y yo, corrimos a
advertirle al mayor Alvarado (jefe del batallón de
infantería) que el enemigo estaba a su flanco, en caso de
no haberlo percibido, sin que hasta ahora pueda comprender como
dejó de verlos. Ante tal advertencia la columna
varío de dirección a la izquierda, dio frente al
enemigo, y sus tiradores rompieron el fuego, que fueron
contestados con la ventaja de la posición y la de que
teniendo nuestra línea (la mayor parte) de sus tiradores
delante, no podían hacer fuego mientras el enemigo
ofendía con los suyos a los tiradores desplegados en
guerrilla y a toda la línea patriota.

Ante situación tan comprometida, La Madrid, Paz y
sus 40 dragones, realizaron una conversión de 90º
grados atacando el flanco izquierdo de la línea enemiga.
Tal movimiento era acertado ya que aislaban a dicha fuerza de su
base de operaciones. Inexplicablemente dicha acción no fue
acompañada por el jefe del batallón de Cazadores,
(Mayor Rudecindo Alvarado) que debía haber complementado
el desplazamiento de la caballería con un sostenido
ataque, al flanco opuesto del enemigo. Nada de eso
ocurrió, Alvarado solo atinó a dirigir sus fuegos
desde el pié de la loma.

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Rudecindo Alvarado con el uniforme de
brigadier

general. En la acción de Venta
y Media tenía solo 22 años

La Madrid: "Yo varié entonces de
dirección por retaguardia de mi derecha, sobre la
izquierda en batalla y quedé en orden inverso dando la
espalda al pueblo y mi frente al flanco izquierdo del enemigo, al
cual amenacé en alta voz, al ejecutar mi cambio de frente,
con que serían pasados a cuchillo sin disparaban un solo
tiro. Así es que habiendo un capitán con nueve
ó diez hombres de línea enemiga, echando armas al
hombro y pasándose a nosotros, sus compañeros no le
hicieron un tiro, ni dieron una sola voz para detenerlos. Este es
un hecho que pasó a la vista de todos. Alvarado, que a la
vista de tan felices circunstancias debió formar batalla
por la izquierda y marchar sobre el enemigo, dispersó solo
su compañía de tiradores sobre el flanco izquierdo"
Serenados los enemigos de su primera sorpresa, se dispersaron en
tiradores subiendo hacia el cerro que tenían a su espalda,
y abrieron fuego sobre nuestros Cazadores

Es de imaginar la decepción de La Madrid y Paz
cuando observaron que nuestra infantería no solo no
atacó el flanco derecho del enemigo sino que se
dispersó cuando se vieron atacados desde el cerro
más alto por un nuevo batallón que había
aparecido inesperadamente. Tal repentina irrupción no
estaba en los cálculos previos de los patriotas. (Era el
batallón de "Partidarios", el segundo batallón
realista ignorado por las "descubiertas de La Madrid y
Balcarce)

La Madrid: "Yo quedé interpuesto y solo
entre los doscientos infantes enemigos, y otras fuerzas
más que salían del pueblo" (Era el nuevo
batallón que desde el pueblo irrumpieron oportunamente en
la loma más alta dirigiendo sus fuegos hacia la
infantería patriota) " Los Dragones fueron puestos en
desorden por una descarga que recibieron desde la loma." "De
manera que para incorporarme a nuestras fuerzas que huían
tuve que romper por entre los enemigos, atropellando cerro arriba
a los que quisieron oponérseme y perdiendo algunos
hombres" Memorias, P. 70/71

La imprevista aparición de un segundo
batallón enemigo a espaldas de Lamadrid (Poniéndolo
a éste entre dos fuegos) prueba que los informes dados por
éste y el coronel Balcarce al general Rodríguez, en
los cuales se afirmaba que el enemigo solo contaba con un
batallón y un escuadrón, no respondieron a la
realidad, y fueron causa de la derrota patriota. Sin contar
además, que el jefe a cargo de la operación no
procedió en base a un plan coordinado para aprovecharse de
la perplejidad inicial del batallón realista, que
suponía estar frente de la fuerza de vanguardia de todo el
ejército patriota.

Paz: El enemigo se había contenido y se
agrupaba y remolineaba en el mayor desorden, cuando en la cresta
de la segunda altura se dejó de ver de improviso otro
batallón que, tomándonos a boca de jarro, nos
abrasó con sus fuegos. Ya no tuvimos más recurso
que zafar desordenadamente por entre los dos cuerpos enemigos,
para descender la loma por el otro costado del que la
habíamos subido.

Entre tanto: ¿Qué habían hecho
nuestros Cazadores? Nada, cosa ninguna; tan solo se dejaron
sentir unos cuantos volteadores en el perfil de la primera loma,
después que la abandonó el enemigo y cuyos
débiles fuegos no tuvieron efecto alguno.

Cuando descendimos, acribillados por un diluvio de
balas, la predicha loma, encontramos al regimiento de Dragones
(Grueso de la caballería patriota) que llegaba al
pié de ella, por la izquierda del batallón nuestro,
y el coronel Balcarce no trepidó un momento en cargar, sin
embargo de la casi inexpugnable, para la caballería;
posición enemiga. Ya incorporado al regimiento, me
encontré en esta nueva carga, que venció la primera
loma y llegó casi hasta el pié de la segunda, donde
se habían reunido ya los dos batallones enemigos, los que
colocados en muchas filas, la coronaban perfectamente, pudiendo
además todos disparar por la rápida pendiente del
terreno. El fuego fue entonces de los más vivos que he
sufrido en mi carrera militar, y es más que seguro que en
muy pocos minutos hubiéramos desaparecido todos, sin la
pronta y rápida retirada que nos vimos precisados a
practicar. El batallón de Cazadores, que se conservaba
formado, empezó un movimiento retrógrado y
principió luego a desbandarse, sin haber disparado un
tiro, fuera de la compañía de Volteadores. El
enemigo siguió avanzando, y la derrota se hizo general y
completa.

Gráfica del combate de Venta y
Media

Monografias.com

Referencias

Fase 1º

1) Batallón realista del regimiento de cazadores
estacionado al pié de una de las lomas a fin de cerrar el
paso a las avanzadas patriotas. La acción se habría
de desarrollar en la quebrada de acceso al pueblo (ancha como de
200 metros) de Venta y Media,

2) Infantería patriota en tránsito hacia
el caserío de Venta y Media.

3) A su derecha marchaba en la misma dirección,
una sección de Dragones al mando del mayor Lamadrid, quien
al reconocer a los realistas, alertó de su presencia al
mayor Alvarado jefe de la infantería.

4) Venta y Media, asiento de la vanguardia realista al
mando del coronel Olañeta. Allí se hallaban
estacionados un batallón de infantería
(Partidarios) y una sección de
caballería.

Fase 2º

1) La caballería patriota ataca el flanco
izquierdo de la formación realista,
aislándola

de su base.

2) El batallón realista ahora ubicado sobre la
loma.

3) Infantería patriota abriendo fuego desde el
llano.

Fase 3º

1) Batallón de "Partidarios" que ingresa
imprevistamente a espaldas de los "dragones" de La Madrid y suma
sus fuegos hacia el contingente patriota desde la loma más
alta.

2) Batallón de "cazadores" realistas.

3/4 Dispersión de toda la fuerza
patriota.

Después de esta acción el coronel
Rodríguez perdió definitivamente su
reputación militar atento a lo cual, Rondeau lo
destinó a cubrir la retaguardia con el resto de los
"dragones" que habían quedado. Poco tiempo
permaneció en esa función,

Tal vez haya percibido que nadie podía estar
seguro con él cubriendo las espaldas del ejército.
Al cabo, solicitó que se lo destinara a cubrir un cargo
administrativo en Chuquisaca.

Capítulo Segundo

Un comandante hábil toma una posición en
la que no puede ser derrotado, y no pierde la oportunidad de
vencer a su enemigo. Un ejército victorioso siempre busca
batalla después que sus planes le indiquen que la victoria
es posible, mientras que un ejército destinado a la
derrota lucha con la esperanza de vencer, pero sin ningún
plan. Los que son expertos en la guerra cultivan sus
políticas y se adhieren estrictamente a las reglas
trazadas. De este modo, tienen en su poder el control de los
acontecimientos. Sun Tzu: (El arte de la guerra)

Sipe – Sipe

I-Antes de la batalla:

Paz: Durante la marcha estalló con
más fuerza que nunca la división entre algunos
jefes y el general en jefe; el ejército estaba dividido en
dos bandos, de los cuales el uno sostenía al general, y el
otro le hacía oposición. El díscolo coronel
Forest estaba a la cabeza de ésta, y se creía que
lo apoyaban la mayor parte de los jefes de cuerpo; el coronel
Pagola estaba al frente del partido que apoyaba al
general.

Pagola y Forest eran los que sostenían la lucha
más escandalosa, haciendo que sus cuerpos, que eran los
más importantes participasen de sus sentimientos hostiles.
Siempre acampaban distantes y tomaban entre sí las
precauciones que se acostumbran entre dos cuerpos
enemigos

Memorias, P. 259

II- Fuerzas Enfrentadas

Bando patriota:

Comandante en jefe:

General José
Rondeau

Segundo Jefe: Mayor General Francisco
Fernández de la Cruz

Comandante del ala
derecha

Monografias.com

Coronel Cornelio Zelaya:

Comandante del ala
izquierda

Unidades:

Regimiento de infantería
línea Nº1: Jefe: Coronel Carlos
Forest.

Regimiento de infantería
línea Nº6: Jefe: Coronel Francisco
Zelada

Regimiento de infantería
línea Nº7: Jefe: Celestino Vidal

Monografias.com

Regimiento de infantería
Nº 7

Gran parte de la infantería
patriota estaba integrada

por gente de color.

Regimiento de infantería de
línea Nº9: Jefe: Coronel Manuel Pagola

Regimiento de infantería de
línea Nº12: Jefe: Coronel de la Riva.

Escuadrones 1º y 2º de granaderos
a caballo: Comandante Teniente Coronel Juan Ramón
Rojas.

Dragones del Perú: Coronel Diego
González Balcarce.

Artillería: 10 cañones de a 4
y de a dos, 1 mortero de 7 pulgadas.

Total: 3.000 hombres

Bando Realista

General en jefe:

Brigadier Joaquín de la
Pezuela

Comandante General de la Artillería:
Coronel Casimiro Valdés.

Comandante de Ingenieros: Coronel Francisco
Javier de Mendizábal.

Mayor General: Brigadier Miguel
Tacón. (Comandante del ala izquierda)

2do. Mayor General: Brigadier Rafael
Maroto.

Regimiento Nº2 de infantería
del Cuzco: Jefe: Coronel Rufino Vercolme.

Batallón de Fernando VII. Jefe:
Coronel Francisco Javier Aguilera.

Batallón de Cazadores de
infantería Ligera del Ejército del Alto
Perú: Jefe: Teniente Coronel Antonio maría
Álvarez Thomas.

El coronel Pedro Antonio de Olañeta
era el general de Vanguardia.

Batallón Fusileros del Centro:
Comandante: Coronel Sebastián Benavente

2do. Escuadrón de Cazadores
Montados: Comandante: Teniente Coronel Antonio Vigil.

2 brigadas de artillería de 7 piezas
de a 4.

2do. General en Jefe: Teniente General Juan
Ramírez (Comandante del ala derecha)

Regimiento Nº1 de infantería de
Cuzco: Jefe: Coronel Ramón Gonzalesz Bernedo.

Batallón de voluntarios de Castro de
Chiloé: Jefe: Coronel José Rodríguez
Ballesteros.

Batallón de Partidarios de
infantería Ligera del Ejército del Alto
Perú: Coronel Santos de la Hera.

Escuadrón de Dragones de
Cochabamba.

Escuadrón de Dragones de San Carlos:
Comandante: Coronel Melchor José Lavín (200 jinetes
desmontados)

Escuadrón de Cazadores Montados:
Comandante: Teniente Coronel Felipe Marquiegui.

Segunda brigada de artillería de
cuatro piezas de a 4 cada una

General en Jefe (a cargo del
Centro)

Batallón del general en Jefe:
Coronel Francisco Nava.

2 brigadas de Artillería de seis
piezas de a 4 y de a 2.

2 brigadas de artillería de a seis
piezas de a 4 y de 2.

La reserva estaba compuesta por:

Batallón de granaderos de Reserva:
Jefe: Coronel Bernardo Esenarro.

Compañía de Dragones
Veteranos del Cuzco: Guardia del General en Jefe. Comandante:
Capitán Nicolás Picoaga.

Escuadrón de dragones de La Paz
(piquete) ó Dragones de la Guardia de honor: Comandante
Capitán Agustín Cuellar.

Compañía Real de Lima:
(80hombres) Capitán Antonio Porruda.

6 cañones de a 4.

Total: 3.987 hombres. 3617 infantes y 370
jinetes (montados sobre caballos y mulas) 27 cañones de a
4 y de a 2. (8)

III-Acciones preliminares de la
batalla

Días 25 y 26

Mitre: "Pezuela amago un ataque por la quebrada
(Tapacarí) pero la encontró bien
defendida"

Partes: 1, 2

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