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Trueque y economía solidaria



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Condiciones para el desarrollo del trueque como
    componente de la economía social
  3. Aspectos relativos a la moneda de las redes de
    trueque
  4. Las
    redes de trueque en la argentina: racionalidades, conflictos
    y proyectos alternativos
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

El 6 de setiembre del 2002 se llevó a cabo la
Jornada Nacional sobre Trueque y Economía Solidaria,
actividad que fuera concebida y programada conjuntamente entre el
Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General
Sarmiento (UNGS) y el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo en Argentina (PNUD). Coordinada por José Luis
Coraggio (ICO/UNGS), contó con el valioso aporte de Elba
Luna (PNUD). Este libro tiene por objeto presentar las
reflexiones y propuestas gestadas en ese encuentro.

La relación del trueque con emprendimientos
productivos centrados en el trabajo y con empresas de capital,
con los mercados de insumos mediante la utilización de
dinero de curso legal para su adquisición, con los
mercados pecuniarios en general y con diversas instancias de
gobierno, son todas tendencias que complejizan y vuelven
más problemática la experiencia social del trueque,
registrándose diversas posiciones acerca de los
límites legales y morales de esta actividad.

Por otro lado, las urgencias masivas de los ciudadanos
excluidos prioriza la eficacia inmediata en aras de cubrir
condiciones elementales para la supervivencia, con lo cual el
sentido fundante de las primeras redes, muy ligado a la
creación de comunidades de contención interpersonal
y al desarrollo de prácticas dialógicas, ha tendido
a ser erosionado por el pragmatismo y la inmediatez. Su masividad
genera oportunidades de lucro que plantean dilemas tanto al
Estado como a la sociedad, a la vez que la presencia del
intercambio de bienes usados sin valor agregado en el interior de
las redes, cuestiona su naturaleza como economía centrada
en el trabajo y la categoría misma de "prosumidores" de
sus integrantes.

El Estado comienza a reconocer a estos fenómenos
como actividades no puramente sociales sino económicas, lo
que las hace pasibles de entrar en la mira de los agentes
fiscales. Una parte de la conflictividad emergente induce a
pensar iniciativas de intervención reguladora por parte
del poder público. Tal situación, promovida
también por algunos sectores intervinientes en el trueque,
genera resistencia en otros debido a la erosión de la
legitimidad de los sistemas de representación
política, y a concepciones que afirman, con matices, la
necesidad de la independencia del Estado.

CONDICIONES PARA
EL DESARROLLO DEL TRUEQUE COMO COMPONENTE DE LA ECONOMÍA
SOCIAL

Documento base de la Jornada Nacional sobre Trueque y
Economía Solidaria

· El trueque como respuesta a la
exclusión social y las contradicciones de su
masificación

La ausencia de trabajo asalariado y la dificultad para
colocar bienes y servicios producidos de modo autónomo en
los mercados formales como consecuencia del estrechamiento del
mercado, es una característica de la Argentina de los
últimos años.

En este contexto aparece en nuestro país el
mecanismo del trueque como una alternativa a esta
situación, presentada desde sus comienzos como una forma
de asociación libre, altamente consciente de valores y de
relaciones solidarias, por medio de la cual se forman comunidades
de prosumidores que intercambian sus capacidades bajo la formas
de bienes o servicios producidos y consumidos por
ellos.

Sin embargo, estimar la cantidad de personas
involucradas en actividades del trueque es un ejercicio
imposible. Y esto es así por diversas razones. La primera
es que, obviamente, no hay registros oficiales de una actividad
no regulada por el Estado. Segundo, la existencia de varias redes
y nodos independientes que proveen información con
criterios diferentes respecto de los integrantes ("prosumidores
activos y pasivos", "asociados", personas que se "benefician" con
el trueque lo que parece referir a miembros del grupo familiar de
los participantes) y que tienen también distintos
requisitos y condiciones para conformar los nodos y considerar
sus integrantes. Y, fundamentalmente, que los nodos y sus
miembros tienen una gran movilidad: se cierran y se abren, se
expanden y retraen a una velocidad acorde con la dinámica
de los procesos sociales en la Argentina.

Elementos sobre la génesis y evolución
de las redes de trueque en la Argentina

El trueque en cada comunidad local debe auto
organizarse, especificar los arreglos del intercambio, las reglas
de entrada y salida, regular los precios, etc. Esta modalidad de
organización ha requerido de presencia y
participación, reflexión y capacitación
continua a medida que iban surgiendo nuevos problemas. Se basaba,
como lo marca la tradición del asociacionismo popular, en
reglas democráticas de decisión, en la no
diferenciación, en este plano, entre organizadores y
organizados. La transferencia y vinculación del
conocimiento y la información, así como la
reflexión colectiva, posibilitarían procesos de
decisión basados en la regla: un miembro igual a un
voto.

Este desarrollo dio lugar a nuevas reglas:
prohibición del préstamo a interés, evitar
la acumulación, no utilización fuera de la
comunidad de los denominados "créditos", forma del
cuasi-dinero emitido.

Tanto por su crecimiento por adhesión de nuevas
personas y familias, como por la necesidad objetiva de ampliar la
complejidad de las capacidades colectivas para diversificar la
oferta y cubrir más necesidades (en el contexto de una
economía y un país cada vez más
excluyentes), y dada la condición de mantener grupos
pequeños, donde las relaciones interpersonales cotidianas
pudieran ser una garantía de confianza y de aprendizaje
reflexivo y no alienación, la ampliación se
organizó inicialmente a través de la
promoción o acogimiento de nuevas comunidades, llamadas
nodos, conformando así una red de nodos de trueque
multirrecíprocos.

Surgió el problema de que si cada nodo
emitía su propia moneda local, para poder acceder a los
bienes y servicios internodos debía haber
aceptación y equivalencia entre las monedas, lo cual
suponía ampliar el ámbito de la confianza a cientos
(luego miles) de nodos y decenas de miles (luego millones) de
personas. Esto podía resolverse centralizando la
emisión de una única moneda, pero ello significaba
introducir dimensiones de gestión basada en un sistema de
democracia representativa, visibilidad de las acciones y control
continuo de las mismas y sus resultados.

El dinero de curso legal complejizó su contacto
con el trueque, ya no sólo como medio personal
complementario para adquirir insumos para la producción de
bienes y servicios, sino como posible instrumento centralizado en
la competencia entre redes, acentuando la diferenciación
en el desarrollo de las mismas, al poder algunas comprar y/o
arrendar las "condiciones generales" y específicas para su
funcionamiento (espacios para el desarrollo de las ferias,
estacionamiento, compra y distribución de insumos desde
instancias centrales, etc.), desplazando a las otras en un
"mercado" urgido por el pragmatismo, la necesidad y la
expectativa de cubrir carencias inmediatas.

La comprensible demanda social por generar alternativas
urgentes fue en algunos casos atendida por un sistema de
franquicias que se vendieron por dinero, sin crear las
condiciones para asegurar la calidad de las relaciones e
intercambios, perdiendo el cuidado original en generar un sistema
de relaciones de intercambio de trabajos, o productos del
trabajo, y una comunidad capaz de emitir un equivalente general
monetario, de circulación restringida, basado en la
confianza mutua.

En resumen, la profundización y extensión
del desempleo y el subempleo, la imposibilidad de utilizar los
ahorros acumulados y la ruptura de cadenas de abastecimiento y
pago del mercado formal, produjeron una enorme ampliación
de la escala. Esto, a la vez que permitía la
participación de nuevos excluidos de la economía
formal, reintrodujo la posibilidad objetiva de reproducir los
mecanismos propios del mercado capitalista, que tienden a
determinar ciertos comportamientos tanto de los agentes
organizadores como de los participantes desde las bases
sociales.

· Los estudios sobre el trueque
en la Argentina

A partir del primer Club del Trueque y debido al
crecimiento de esta actividad en los últimos años
se comienza la realización de estudios y a registrar una
producción importante de escritos sobre el tema
clasificándose dos grandes grupos. El primer grupo por un
lado e inicialmente, los trabajos de los "actores del trueque":
los fundadores de la experiencia y quienes participan de ella.
Son textos escritos desde y para la experiencia del trueque. En
buena medida constituyen materiales de difusión y
capacitación, pero desarrollan también
análisis teóricos, interpretativos y de estudio y
comparación de experiencias similares en otros
países. En el segundo grupo se ubican los textos
resultados de los estudios sobre el trueque que se han venido
realizando en estos años. Son bastante más
recientes y su crecimiento expresa la preocupación de los
cientistas sociales de nuestro país por captar un hecho
social cuya relevancia se ha visto incrementada por su masividad
y la visibilidad que le ha dado la difusión
periodística, los textos del segundo grupo en su
mayoría están relacionados con la extensión
de la pobreza, en especial la nueva pobreza, y la
pauperización de los sectores medios y sus efectos en
términos de modificación de la estructura social.
Algunos trabajos analizan el trueque como proceso y revisa sus
instrumentos y reflexiona sobre su futuro en términos de
su posible articulación con otras formas de la
economía social o solidaria. Otro conjunto de trabajos
están basados en investigaciones empíricas,
describe las prácticas y representaciones de los
participantes del trueque, los caracteriza y, apoyándose
en estudios de caso, lo relaciona con la crisis de
reproducción de los sectores medios, con dispositivos y
estrategias de supervivencia y nuevas condiciones de
sociabilidad.

Las investigaciones empíricas sobre el
trueque.

Se debe acotar que los estudios que se incluyen en este
apartado no se reconocen entre sí como fuentes pero pueden
servir como guías para la observación del
comportamiento del trueque confirmando tendencias que
venían siendo observadas como son la fuerte presencia
entre sus integrantes de sectores medios empobrecidos, con graves
problemas laborales o desocupados, su carácter de refugio
ante la devastación social, pero que es a la vez
revalorizadora del trabajo y re-creadora de lazos sociales,
intercambios, valores solidarios y sentido de pertenencia social;
su consideración en términos de estrategias
adaptativas, defensivas o de supervivencia; el reconocimiento de
la distancia que media entre el discurso de organizadores en
especial los "los fundadores" y los participantes en la actividad
del trueque, así como los diferentes sentidos que adquiere
para éstos según sus condiciones de
inserción en la práctica; la dificultad de generar
por sí mismo condiciones para salir de la pobreza e
incluso de amortiguar la caída de los sectores medios y la
necesidad de articularlo con otras formas socioproductivas y con
instituciones públicas y de la sociedad civil.

La potencialidad de las experiencias
"desde abajo" (nodo de Mendoza).

Preocupadas por investigar el potencial de "desarrollo
local desde abajo" de estas experiencias, y discutir el papel que
las políticas sociales cumplen en su obstrucción o
fortalecimiento, especialmente desde los gobiernos locales
Patricia Lescaro y Bárbara Altschuler (2002) estudian
experiencias de organización comunitaria en las cuales
incluyen los Clubes del Trueque en Mendoza y la acción de
la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) de Gral.
Mosconi

Desde el punto de vista de la composición social,
los integrantes del nodo corresponden a clase media empobrecida,
en general pequeños productores y cuentapropistas, 43% son
desocupados, 70% mujeres, y dos tercios es mayor de 45
años, con nivel educativo medio En lo que respecta al
impacto económico del intercambio en el nodo, los
entrevistados cubren entre el 21% y el 40% de las necesidades del
hogar con estos productos; este nivel es explicado por las
autoras debido a la escasez de insumos básicos en los
nodos.

Consideran que, si bien los prosumidores entrevistados
poseen un cúmulo importante de conocimientos y habilidades
adquiridas formal o informalmente ,que van desde manualidades y
artesanías hasta conocimientos técnicos y
profesionales, esto no se ve reflejado en los productos que
ofrecen en el nodo, lo cual implica una importante
subutilización de los recursos humanos existentes en
éste.

Representaciones sociales y
estrategias de supervivencia

Considera al trueque como estrategia de supervivencia y
discute su papel desde el punto de vista de cuál pueda ser
su relevancia dentro de la economía argentina en el nivel
macrosocial. El caso analizado es el nodo "La Estación",
iniciado en Julio de 2001 por un grupo de ex presos
políticos que se organizaron como mutuales bajo el nombre
de "Mutual Sentimiento". La mutual tiene en vista varios
proyectos, todos vinculados

Con el nodo, como crear un Instituto de micro
emprendimientos y organizar un centro de salud. Los entrevistados
expresan que el nodo sufre problemas por la escasez de bienes de
primera necesidad

También se reitera la situación encontrada
en los dos estudios reseñados más arriba:
mayoría de desocupados o con graves problemas laborales y
de ingresos, mayoritariamente con secundario completo y terciario
y universitario completo.

Entre las causas que motivaron la llegada al trueque
aparecen como fundamentales la imposibilidad de reinsertarse en
el mercado laboral y la insuficiencia del ingreso para cubrir las
necesidades. En lo que respecta a las representaciones no son
homogéneas: por un lado, están las de aquellos que
perciben su actividad actual como un descenso social y por otro
lado un grupo intenta recuperar, al menos parcialmente, su
identidad social al participar de un espacio donde
su trabajo, al ser valorado por otros, legitima a la vez la
propia valoración .Se pone en duda la posibilidad de
convertirlo en un mercado solidario debido a la existencia de
tensiones entre lo que el trueque "debe ser y lo que
efectivamente es", lo que deviene de su propia naturaleza
mercantil

Estrategias de supervivencia y de
reinserción social y laboral

Como resultado del estudio, y a partir de los
testimonios de las entrevistadas el trueque es vivido como una
actividad transitoria, cuyo desenlace no pueden anticipar, el
estudio rescata los aspectos regenerativos del tejido social que
contiene el trueque, se deben refundar vínculos,
posibilitar intercambios sociales, e incluso
constituyéndose, a partir de ello, en un "antídoto
contra el aislamiento y la depresión". Junto con ello
encuentran, a su vez, casos en donde las actividades
desarrolladas por las mujeres pobres y empobrecidas implican
estrategias de carácter defensivo ,que sólo
alcanzan para detener los procesos de desafiliación social
y laboral, acceder a medios de supervivencia, pero sin lograr
salir del contexto de pobreza en el cual se hallan inmersas,
registran en el trueque problemas como el aumento desmesurado de
precios o ciertas prácticas deshonestas

Los estudios del trueque en términos de
procesos y estructura

– Los mercados sociales

Claudio Lowy considera que el trueque margina cultural,
social y económicamente a amplios sectores de la
población, genera malestar, y finalmente infelicidad, a
gran parte de la población a través de la
erosión de los nexos sociales y familiares. Por otro lado
señala la enorme potencialidad productiva existente en los
marginados y aun en los "exitosos-no felices", Considera que los
mercados sociales permiten la satisfacción de necesidades,
integran socialmente a personas hoy apartadas de las
instituciones de la economía formal y abren otras
posibilidades aún mayores en términos
políticos y culturales.

– Las organizaciones populares y el
trueque en cuanto actor Sociopolítico

Nicolás L. Strangis considera que el Club del
Trueque configura un nuevo desafío para las ciencias
sociales, su trabajo se propone realizar un estudio de tipo
exploratorio intentando elucidar sus orígenes, su
proyección y su sustento ideológico, de modo tal de
comprender mejor su naturaleza. Después de describir
algunos aspectos básicos del funcionamiento del Club del
Trueque caracteriza el escenario que permitió su
aparición y expansión como fenómeno social.
Luego analiza el panorama configurado por la coexistencia de tres
sectores, el mercantil/capitalista; el estatal y el sector
civil/social, e intenta demostrar que este nuevo fenómeno
social pertenece al sector social antes que al ámbito del
mercado capitalista.

· La economía social como
estrategia de desarrollo integrador.

La sociedad de mercado, basada en una economía
totalmente mercantilizada nunca se realizó plenamente
siempre hubo trabajadores por cuenta propia que no
respondían a la forma capitalista, las reformas del
Estado, reduciendo drásticamente su papel como productor
de bienes públicos y La revolución
tecnológica y organizativa del capital a escala global han
originado una situación de crisis de reproducción
de la vida de grandes masas de personas.

Estos procesos, repercutieron de manera profunda y
aparentemente irreversible en nuestro país los ciudadanos
han ido desarrollando respuestas reactivas que se fueron
estructurando en nuevas formas de producción para la
reproducción la primera reacción fue expandir el
mercado informal, Otra forma fue la creación de nuevas
formas de cooperación que permitieran a la vez la
reintegración de los excluidos como productores y
consumidores de bienes y servicios que el mercado capitalista y
el Estado dejaron de reconocer resulta necesario no aferrarse a
las viejas nociones y conceptos, para dar paso a nuevos enfoques
renovadores se descubre que los excluidos y carenciados
sobreviven a sus problemas inventando centenares y centenares de
soluciones parciales e improvisadas

De esta manera, pueden enumerarse iniciativas
individuales, micro emprendimientos. Cooperativas de trabajo
productoras de bienes y de servicios, cooperativas de
abastecimiento y/o redes de consumo colectivo, prestación
de servicios personales solidarios, asociaciones culturales de
encuentro comunitario, banca social o solidaria, redes de trueque
y redes de comercio justo. En ese sentido, la economía
popular realmente existe como un sector agregado de actividades
socioeconómicas y está compuesta resumidamente por
el conjunto de recursos subjetivos y materiales, privados y
públicos, que comandan las unidades o grupos
domésticos, los agrupamientos, redes y relaciones esa
economía popular resulta hasta ahora un conjunto
inorgánico de actividades, como un coro que crece sin
dirección, según algunos autores.

Lo que propone la visión de una economía
alternativa, Con una lógica diferenciada y contrapuesta a
la Economía del Capital. La Economía Social es
entonces un posible marco estratégico está
orientada por objetivos de reproducción social ampliada de
la vida. La expresa finalidad de avanzar hacia el
autosostenimiento de las organizaciones socioeconómicas de
este sector y del sector en su conjunto, fundamental como base
material para la autonomía ciudadana. En el plano
societario, esta economía alternativa no queda limitada a
los sectores más pobres y excluidos. Por el contrario,
expresa la necesidad de incorporar otros sectores, como los
medios y medio bajo, con recursos culturales, ingresos y
capacidades profesionales y técnicas instaladas, la
economía social puede ser considerado,
analíticamente, como una extensión necesaria de la
unidad doméstica, irradiando vínculos personales
y/o asociativos, sean éstos mercantiles, no mercantiles y
públicos, hacia otras unidades.

En la transición, la economía social en
proceso puede no sólo dejar de internalizarlos criterios
del mercado capitalista y las formas empresariales que le son
propias, sino ejercer la fuerza moral para introyectar en el
sistema empresarial otros valores y límites morales a su
accionar .La finalidad última de la economía social
es pluripropósito ,no es sólo enfrentar la pobreza
por la vía de la inserción, sino crear condiciones
para la constitución o consolidación de nuevos
actores sociales, cuyas bases ya existen pero hoy están
desestructuradas, dispersas, desvalorizadas. Las redes de trueque
son una de las decenas o cientos de formas que operan en el
funcionamiento de la economía popular, que emergen por
designio y diseño consiente, o espontáneamente y
por procesos de copia, difusión y
adaptación.

· Análisis comparativo de los proyectos
legislativos Nacionales y provinciales referidos al
trueque

No resulta sencillo acceder a la información de
lo que se produce en los

Cuerpos legislativos, y en una materia como la que
estamos abordando esa circunstancia, se transforma para la
ciudadanía en un obstáculo sumamente
importante.

En el ámbito nacional

Las diferentes iniciativas legislativas tendientes a
regular las actividades del trueque presentadas en el Congreso
Nacional plantean significativas coincidencias, así como
diferencias en cuanto al régimen que otorgan a esta
actividad.

a) Reconocimiento del trueque y las redes de trueque.
Los proyectos analizados plantean distintas modalidades en cuanto
a la forma de regular las actividades del trueque, lo que puede
advertirse en los diferentes grados de intervención
estatal en la actividad esbozados en los textos.

b) Constitución. Los proyectos analizados
caracterizan a las redes de trueque de diferente manera: como una
forma de asociativismo para los prosumidores y otros se expresa
que deberán constituirse como personas jurídicas;
en el de Perceval y otros que los participantes de las redes de
trueque podrán integrarse en nodos de intercambio, que a
su vez se constituirán asociaciones civiles sin fines de
lucro.

c) Aspectos tributarios. Es sumamente importante la idea
de eximir del alcance de todo impuesto al intercambio de bienes y
servicios que se realicen de acuerdo con la modalidad del
trueque, y exceptuar de todo impuesto, tasa o gravamen a todo
grupo de personas que se constituyan como personas
jurídicas, siempre y cuando la misma tenga como objetivo
principal la constitución y promoción de "Red de
Clubes o Nodos de Trueque", y con el objeto de favorecer el
trueque multirrecíproco bienes y servicios, a una escala
de conveniencia .

d) Emisión de los créditos o vales. En
este tema puede observarse también un gradiente que va
desde el reconocimiento de la responsabilidad de las redes
de

trueque en la emisión de los
créditos hasta el intento de que el Estado tenga a su
cargo esa función.

En el ámbito
provincial

Los objetivos de este proyecto
son:

ü Proteger y promover la producción y
comercialización de bienes y servicios de asociaciones
informales que tienen como fin lograr la auto subsistencia de sus
integrantes.

ü Propender a la actividad regular de dichas
asociaciones informales mediante la cooperación,
creatividad y el desarrollo personal y comunitario.

ü Promover la capacitación de
los emprendedores.

ü Dotar de capital de trabajo inicial
y apoyo a los nuevos emprendimientos.

ü Apoyar y ampliar las instituciones
de Banca Social.

ü Apoyar las organizaciones que tienen base en la
familia, la solidaridad y la cooperación. Favorecer el
desarrollo endógeno local.

ü Promover la incorporación y
transferencia de tecnología apropiada.

ü Ofrecer apoyo técnico e información
sobre la economía social en cada municipio, incorporando
los recursos profesionales de la provincia, los municipios y las
universidades e institutos tecnológicos.

ü Promocionar la inscripción de
organizaciones locales, regionales y provinciales que generen
proyectos, promuevan emprendimientos e incorporen mano de
obra.

· Notas para la discusión:
tensiones emergentes, posibilidades y disyuntivas

Finalmente cabe indicar que en la coyuntura
actual se plantean una serie de viejas y nuevas disyuntivas que
requieren ser objeto de mayor elaboración y
debate.

Entre muchos otros, cabe interrogarnos
sobre los siguientes aspectos y proponerlos para el debate
colectivo:

1. ¿Se trata de una forma socioeconómica
alternativa al mercado capitalista y de democratización
participativa opuesta a la concentración del poder
económico y político, o bien de un paliativo
temporal a una crisis de aquellas instituciones que, una vez
superada, harán innecesaria esta forma?

2. En el primer caso, ¿es posible emprender tal
tarea sin incluir el trueque como una más de un conjunto
de formas socioeconómicas y políticas que tiendan a
constituir un sistema que conjugue escala, sinergia y calidad, y
que pueda crecientemente reproducirse sobre sus propias
bases?

3. En particular, ¿cómo deben definirse
las relaciones del mercado de trueque como tal artefacto del
intercambio– con la esfera de la producción?
¿Deben promoverse forma asociativas solidarias de
producción que superen el trabajo personal o
familiar e incorporen otras tecnologías y conocimientos y
que a futuro puedan vincularse con otros mercados?
¿Qué relaciones de intercambio o cooperación
pueden admitirse –y en qué términos–
con las empresas con fines de lucro?

4. Dada la presencia de los nodos en todo el territorio
nacional, y la pluralidad de formas que ha adoptado, ¿es
mejor dejar librado a la competencia territorial o a la lucha por
la hegemonía el resultado de conjunto, o es posible y
conveniente llegar a acuerdos sobre el modelo o gama de modelos a
adoptar y a la vez sobre las reglas de juego que definen los
límites de lo admisible y no lo legítimo dentro de
esa gran comunidad? ¿Cuáles serían esos
modelos y esas reglas?

¿Cómo se decidirían o
vigilarían en su cumplimiento? ¿Tiene el Estado
nacional o local, ejecutivo, legislativo o judicial–
algún papel que cumplir en esto? Si se excluye al Estado y
su monopolio de la fuerza: ¿cómo se responde a las
acciones de poder ilegítimo y violencia que
acompañan las pugnas entre modelos o directamente entre
grupos y personas con fines de lucro o poder personal?

5. ¿Es posible que coexistan sin antagonismo un
modelo que incorpora el lucro y la centralización de poder
–ya sea paternalista o como objetivo de acumulación
personal o grupal– como motivación, junto con otro
basado en la democracia de base, la descentralización, la
rotación en las funciones, la transparencia y la
rendición de cuentas? ¿O las variantes
híbridas que puedan darse? ¿Es necesario optar por
el modelo o es conveniente la experimentación y
variación dentro de ciertos límites
acordados?

6. Vinculado con lo anterior, en caso de establecerse
algunos principios compartidos de orden, ¿cuál
sería la regionalización de los mercados y su
estructura (alveolar, disyuntiva, etcétera)?

7. ¿Cómo se vincula el proceso de
formación de mercados solidarios y la creación de
monedas locales con los procesos más amplios de desarrollo
local integrador y el resto del sistema económico, las
instituciones de educación e investigación, los de
las asociaciones barriales, los sindicatos, y otras
organizaciones de base?

¿Cómo se vincula este movimiento con otras
formas de agregación y acción solidaria: iglesias,
movimientos sociales, defensa de derechos humanos, feminista,
ecologista, etcétera?

8. ¿Cuál es el impacto de la crisis
general de la sociedad argentina y qué consecuencias
adicionales puede tener sobre las redes de trueque y su
desarrollo? ¿Qué escenarios alternativos pueden
plantease para contribuir a definir proyectos y futuras acciones
colectivas?

9. ¿Qué experiencias hay y cuáles
son las relaciones deseables con los diversos niveles del Estado
actual? ¿Cómo podría esto modificarse en
caso de una profunda democratización y el desarrollo de
formas de gestión participativa?

¿Qué relación debe tener, si hay
alguna, el (los) movimiento(s) de redes de trueque con un
programa de desarrollo de un sistema de economía social o
solidaria y el conjunto del movimiento democrático?
¿Puede el Estado generar un marco legal –a propuesta
del movimiento– que declare estas actividades de
interés público, facilitando su reconocimiento y
que en su reglamentación contribuya a impedir
los comportamientos considerados ilegítimos que
desvirtúan el sentido de solidaridad? En tal caso,
¿cuáles serían sus componentes y cómo
se define un proceso que culmine en dicha propuesta?

10. ¿Es deseable (y cómo) incorporar
conocimiento tecnológico, organizativo, etc., que potencie
esta forma socioeconómica vinculándola con el
programa de desarrollo de una economía solidaria o social?
¿Cómo se puede alcanzar escala sin perder
calidad?

11. ¿En qué medida la economía de
los mercados solidarios, para poder competir con las formas
más orientadas por la eficacia y el inmediatismo, tienen
que agregar una reflexión sobre la política de
acumulación y propiedad colectiva, cooperativa, solidaria,
para poder satisfacer más y mejor las necesidades y
eventualmente competir con los productos del mercado capitalista?
¿No será necesario en ese sentido incorporar una
dosis de inversión no remunerada de recursos iniciales, o
bien la asociación con formas de producción
complementaria que admitan esa inversión (cooperativas de
trabajo, empresas reactivadas por acuerdos obrero-patronales,
universidades, institutos tecnológicos,
etcétera)?

12. Con relación a lo anterior, teniendo en
cuenta la importancia de desarrollar otro sector, productivo y
distributivo, complementario de las redes de trueque:
¿será necesario optar por impulsarlo mediante el
crédito solidario, el dinero de curso legal o la moneda
local? ¿O podremos admitir que se combinen diversos medios
de cambio y financiamiento?

13. Las redes de trueque y de economía solidaria:
¿pueden intentar dar respuesta (aunque sea siempre
parcial) a los sistemas de necesidades de los sectores sociales
que incorporan, o bien encarar como uno de sus objetivos
estratégicos la redefinición
democráticamente acordada del sistema de necesidades
legítimas y su gestión dentro de normas morales (no
contaminación, no explotación del trabajo ajeno, no
desperdicio innecesario, priorización de las necesidades,
reglas de reciprocidad en conjuntos inicialmente
heterogéneos, etcétera)?

14. La escala y el aceleramiento de la extensión
de las redes exige algún nivel y forma de
planificación. ¿Cómo puede implementarse y
cuáles deberían ser sus componentes (desarrollo de
ciertas líneas de productos escasos, fomentar la
integración de mercados regionales complementarios,
emisión y eventual oxidación del dinero local,
etcétera)?

ASPECTOS
RELATIVOS A LA MONEDA DE LAS REDES DE TRUEQUE

Las limitaciones del trueque

El crecimiento y la extensión de los clubes de
trueque es un fenómeno extraordinario, por la magnitud de
la actividad que allí se realiza, por la cantidad de
personas que en ellos participan, por los que dependen de ello
para garantizar su subsistencia. No es de extrañar que
haya despertado un notable interés para interpretarlo por
parte de periodistas, analistas y académicos, sin dejar de
contar a los mismos organizadores de la actividad. Este
artículo buscará demostrar que el fenómeno
es claramente interesante para las ciencias sociales, siendo su
característica más importante, no ya la aludida
solidaridad social que reclaman sus organizadores y que no
resulta diferente a la de otros intercambios en el mercado, sino
a la potencial emergencia de una nueva moneda. En primer lugar,
es necesario destacar que no se trata estrictamente de
actividades de trueque. Éste, también llamado en
economía "intercambio directo", se refiere al intercambio
de un bien o servicio por otro bien o servicio. Su
carácter primitivo se hace evidente porque se necesita la
"doble coincidencia de necesidades". Es decir, si tengo una torta
y necesito un cuaderno, tengo que encontrar a alguien que tenga
un cuaderno… y quiera una torta. ¿Qué pasa si
encuentro a alguien que tiene un cuaderno pero necesita un corte
de pelo? Pues el intercambio se frustra y es necesario seguir
buscando. De allí que se evolucionara hacia el
"intercambio indirecto" mediante la utilización como medio
de intercambio de un bien de aceptación generalizada, el
que a partir de ese momento comenzó a cumplir el papel de
moneda.

? El origen de la moneda

Dichas preguntas merecen una respuesta también en
el caso de la moneda que han comenzado a emitir los centros de
trueque en la Argentina. Menger descarta que el origen de las
monedas sea una convención o una ley, ya que "presupone el
origen pragmático del dinero y de la selección de
esos metales, y esa presuposición no es histórica".
Considera necesario tomar en cuenta el grado de "liquidez" de los
bienes, es decir, la regularidad o facilidad con la que puede
recurrirse a su venta. Y suelen elegirse aquellos productos que
sean de fácil colocación, por un lado, y que
mantengan el valor por el cual han sido comprados al momento de
su venta, esto es, que no presenten diferencias entre un precio
"comprador" y otro "vendedor".

Aunque parezca alejado el tema por estar considerando
una moneda metálica, lo cierto es que los principios que
hacen a una buena moneda, aquella que ha sido seleccionada por la
gente para ser utilizada, son los mismos. Por lo que una moneda
será aceptada dependiendo de:

1. Del número de personas que aún
necesitan la mercancía en cuestión y de la medida y
la intensidad de esa necesidad, que no ha sido satisfecha o que
es constante.

2. Del poder adquisitivo de esas
personas.

3. De la cantidad de mercancía disponible en
relación con la necesidad (total), no satisfecha
todavía, que se tiene de ella.

4. De la divisibilidad de la
mercancía, y de cualquier otro modo por el cual se
la pueda ajustar a las necesidades de cada uno de
los clientes.

5. Del desarrollo del mercado y, en
especial, de la especulación; y por
último,

6. Del número y de la naturaleza de
las limitaciones que, social y políticamente, se han
impuesto al intercambio y al consumo con respecto a la
mercancía en cuestión" (Menger, 1985).

Entonces, termina cumpliendo el papel de moneda aquel
producto que permite a la gente pasar de un producto
menos "líquido" hacia otro más
"líquido".

? La calidad de una
moneda

La enseñanza básica de Menger en tal
sentido es que la moneda habrá de mantener una
relación clara con la cantidad de productos que se
intercambien en los centros de trueque de forma tal de mantener
su valor y facilitar los intercambios. En tal sentido, y siendo
que el "valor" de una moneda son los bienes que con la misma se
pueden comprar, una moneda como los "créditos" plantea al
emisor las siguientes posibilidades:

– Que la cantidad de moneda emitida crezca o se reduzca
en relación exacta a la cantidad de mercadería que
se intercambia en los nodos. En este caso la moneda
mantendrá un poder adquisitivo estable.

– Que la cantidad de moneda emitida crezca en
relación a la cantidad de mercadería que se
intercambia en los nodos; en cuyo caso la moneda perderá
poder adquisitivo, existirá "inflación en
créditos".

– Que la cantidad de moneda emitida se reduzca en
relación a la cantidad de mercadería que se
intercambia en los nodos; en cuyo caso la moneda ganará
poder adquisitivo, existirá "deflación en
créditos".

En tal sentido es necesario considerar la denominada ley
de Say: "En el caso de una economía de trueque el
argumento de Say resulta muy claro. En este caso, el intercambio
es directo: se cambian mercaderías por mercaderías.
La oferta de una mercancía implica la demanda de otra. O
al revés, para demandar un bien hay que ofrecer
otro."

Por lo tanto Say concluye que es un absurdo pensar que
hay oferta y no hay demanda ya que la oferta de un bien es
demanda de otro. La única manera que tiene una persona de
demandar más es ofreciendo más y cuanto más
se ofrece más se demanda. En el caso de trueque
también se puede ver con claridad que si el precio de un
bien cae "necesariamente" el precio de otro bien
tiene que aumentar. Es decir, en una economía de trueque
la flexibilidad de los precios que garantiza la igualdad entre la
oferta y la demanda es imposible de evitar. Nunca puede haber una
caída de precios de todos los bienes. Lo que da origen a
una mayor demanda no es la cantidad de dinero sino la
producción de bienes y servicios. Introduciendo la moneda
en este análisis las cosas no cambian, pues, como se
señalara antes, la mayor o menor cantidad de moneda en
relación a la producción dará como resultado
un incremento o una caída del valor de la
misma.

? Las tasas de
interés

Por otra parte, el rechazo a la acumulación
proveniente de las teorías de Gesell y Keynes,
incidirá en última instancia de forma tal de
perjudicar a los mismos participantes de los clubes de trueque.
En la actualidad, se intercambia en ellos lo que la gente ya
tiene (es decir lo que ya se ha producido) o lo que puede
realizar con su trabajo y ciertos materiales adquiridos en la
economía monetaria. Podrá mantenerse así
mientras la gente tenga muebles en su casa para cambiar, o pueda
seguir cocinando empanadas. Si toda la economía fuera
así tendríamos una mera economía de
subsistencia. Todo paso a un nivel superior a la subsistencia
requiere de un elemento básico, y como tal muchas veces
odiado, de la economía: capital.

Sin capital no habrá posibilidad de aumentar la
producción más allá de lo que se observa en
los nodos de trueque. Pero para que exista capital tiene que
haber acumulación, ya que el capital no surge de la nada.
Pero si lo que se va a castigar es la acumulación,
entonces no habrá capital, no habrá crecimiento. Si
no, veamos lo que le sucede actualmente al peso luego de que se
castigara su acumulación a través del "corralito" y
la devaluación.

En la actualidad, los "arbolitos", circulan en
condiciones competitivas con la moneda estatal, porque brindan un
servicio más barato, ya que estos intercambios, por
ejemplo, no son recargados con el 21% del IVA. Tampoco
está sujeta al "corralito", pero si van a castigar su
"acumulación" entonces serán parecidos en esto. El
castigo a la acumulación parte de la quimérica idea
de eliminar el interés, cosa que no es nueva en la
historia económica y encuentra frondosos antecedentes en
la Edad Media.

Hoy en día, en las más variadas zonas
geográficas del mundo, a pesar de la mundialización
monetaria, persisten los intentos de instaurar estos sistemas
monetarios, una de cuyas principales ventajas es que
tenderían a llevar las tasas de interés a cero (o a
niveles muy reducidos), si bien nuevamente vienen siendo
aplicados sólo en espacios subnacionales relativamente
restringidos" (negrita en el original). Y luego comentando a
Rudolf Steiner: "Lo que es una gran estupidez, como la denomina
Steiner, es que el dinero otorgue renta: se lo pone en el banco y
da rendimientos. De nada no puede salir nada, dice. Sin un
rendimiento o servicio propio no se puede obtener algo y, por
tanto, no se tiene derecho a nada. En su concepto, el aumento del
valor en depósitos monetarios aparece como
una transferencia no ganada apropiadamente" (Schuldt,
1997, negrita en el original).

Pues tal vez el autor debería ser más
cuidadoso en calificar de esa forma ciertos conceptos porque esos
mismos epítetos pueden serle aplicados a su vez. Lo que
demuestran Steiner y Schuldt es no comprender la esencia del
"interés", el cual está determinado por una
categoría de la acción humana denominada
"preferencia temporal", la que se refiere a la mayor
valoración que otorgamos a satisfacer una necesidad en el
presente en comparación con satisfacerla en el futuro. Si
tuviéramos una preferencia por el futuro, nunca
llegaríamos a consumir en el presente.

El interés originario es una categoría de
la acción humana. Aparece en toda evaluación de
bienes externos al hombre y jamás podrá esfumarse.
Si reapareciera aquella situación que se dio al finalizar
el primer milenio de la era cristiana, en la cual había un
general convencimiento del inminente fin del mundo, la gente
dejaría de preocuparse por la provisión de
necesidades terrenales del futuro. Los factores de
producción perderían todo valor y carecerían
de importancia para el hombre. Pero no desaparecería el
descuento de bienes futuros por presentes, sino que
aumentaría considerablemente.

Por otra parte, la desaparición del
interés originario significaría que la gente
dejaría de interesarse por satisfacer sus más
inmediatas necesidades; significaría que
preferirían disfrutar de dos manzanas dentro de mil o diez
mil años en lugar de disfrutar de una manzana hoy,
mañana, dentro de un año o diez
años.

Partes: 1, 2

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