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El valor compromiso. Gabriel García Márquez un escritor comprometido



  1. Definiciones
  2. Gabriel García
    Márquez un escritor comprometido
  3. Biografía
  4. Rondando por el
    mundo
  5. Premio Nobel de
    Literatura
  6. Regreso temporal a
    Colombia
  7. Fuentes

Definiciones

Compromiso es:

– Una obligación, una promesa que se ha
contraído.

- Un contrato que no necesita ser
escrito.

– Una carga, responsabilidad u
obligación que los miembros de una sociedad
tienen, como individuos o como grupo social.

Personas cumplidas.

Son aquellas que creen cumplir a conciencia con todos
los aspectos, alcances y obligaciones de un contrato. Con aquello
que se han propuesto o que les ha sido encomendado.

Personas comprometidas.

Utilizan todas sus capacidades, sus energías en
sacar adelante sus pensamientos y sueños nobles. Dejan de
lado siempre la pereza, la comodidad, el egoísmo y los
olvidos que muchos creen involuntarios. Se preocupan intensa y
apasionadamente por conseguir un objetivo. Viven, planifican y
reaccionan de forma acertada para adelantar un proyecto, una
familia, un trabajo, unos estudios, etc. Ponen todas sus
capacidades para llevar a cabo una actividad, o aportan su
esfuerzo para el normal funcionamiento de un grupo, sociedad o
empresa.

No critican la indiferencia de las
demás personas, ni se disculpan diciendo que poco pueden
hacer, sino que siempre hacen algo por mejorar la
situación, las condiciones del entorno, del
país.

Las personas comprometidas no viven irresponsablemente
esperando solamente recibir beneficios. No ven sus compromisos
como cargas, sino como un medio para superarse a través
del servicio a los demás.

Las personas comprometidas son sinceras, honestas
consigo mismas y con los demás. Son dignas de confianza
por la veracidad de sus palabras y acciones, viven felices por
haber adoptado el valor del compromiso como una norma de su
vida.

El compromiso más importante para un ser humano
es hacer respetar su propia dignidad y la dignidad de los
demás. Hacer cumplir los derechos humanos y evitar que
manipulen, esclavicen y vendan o compren a las personas. No
dejarse manejar como animal, mercancía o cosa.

Gabriel García
Márquez un escritor comprometido

Monografias.com

Escritor, periodista y premio Nobel colombiano, considerado
una de las figuras más representativa de la narrativa del
siglo XX.

El compromiso político de García Márquez
está integrado en su obra y se originó en el marco
histórico de la Colombia del Bogotazo y todo el periodo de
violencia que le siguió. Como otros escritores del boom de
la Literatura latinoamericana defendió la
Revolución Cubana pero, a diferencia de muchos de ellos,
continúa apoyando a Fidel Castro y mantiene
polémicas en la prensa y en encuentros con otros
escritores sobre la actual situación de ese país,
especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.

Sus Compromisos

La cultura. En sus obras:

– se encuentra una «obsesión por captar la
identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos
del mundo caribeño».

– trata de deconstruir algunas normas sociales establecidas en
esta parte del mundo: Meme en Cien años de
soledad puede ser visto como una herramienta para criticar
las convenciones y prejuicios de la sociedad, por ejemplo, que
«las jóvenes deben llegar vírgenes al
matrimonio» porque ha tenido una relación
ilícita con Mauricio Babilonia. Otro ejemplo de esta
crítica de las normas sociales es a través de la
relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano
Segundo.

– Al final de la obra, cuando los protagonistas son viejos y
se enamoran más profundamente que antes, está
criticando la imagen mostrada por la sociedad de que «los
viejos no pueden amar».

El realismo y el realismo mágico.
Como autor de ficción, se asocia con el realismo
mágico y es considerado la figura central de este
género.

El realismo mágico se usa para
describir elementos que tienen la yuxtaposición de la
fantasía y el mito con las actividades diarias y
ordinarias.

El realismo es un tema importante en todas
sus obras. Él ha dicho que sus primeros trabajos, con la
excepción de La hojarasca, reflejan la realidad de la
vida en Colombia y este tema determina la estructura racional de
los libros. Dice: "No me arrepiento de haberlas escrito, pero
pertenecen a un tipo de literatura premeditada que ofrecen una
visión de la realidad demasiado estática y
exclusiva". En sus siguientes obras ha experimentado más
con enfoques menos tradicionales a la realidad, de modo que lo
más terrible, lo más inusual se dice con
expresión impasible.

Un ejemplo comúnmente citado es la
ascensión espiritual y física al cielo de un
personaje, mientras está colgando la ropa para secar, en
Cien años de soledad. El estilo de estas obras se
inscribe en el concepto de lo «real maravilloso»
descrito por el escritor cubano Alejo
Carpentier 
y ha sido etiquetado como realismo
mágico
.

García Márquez crea un mundo
tan semejante al cotidiano pero al mismo tiempo totalmente
diferente a ello. Técnicamente, es un realista en la
presentación de lo verdadero y de lo irreal. De
algún modo trata diestramente una realidad en la que los
límites entre lo verdadero y el fantástico se
desvanecen muy naturalmente.

García Márquez considera que
la imaginación no es sino un instrumento de la
elaboración de la realidad y que una novela es la
representación cifrada de la realidad. A la pregunta de si
todo lo que escribe tiene una base real, ha contestado: No hay en
mis novelas una línea que no esté basada en la
realidad.

Latinoamérica. Dos actos confirmaron el
profundo sentimiento latinoamericano de García
Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un
clásico e impecable liqui liqui de lino blanco, por ser el
traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las
guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el
Caribe continental. Con el discurso "La soledad de América
Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de
1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos
invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho
idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con
que tradicionalmente Europa se ha referido a
Latinoamérica, y denunció la falta de
atención de las superpotencias por el continente. Dio a
entender cómo los europeos se han equivocado en su
posición frente a las Américas, y se han quedado
tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha
asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar
ese punto de vista mediante la creación de una nueva y
gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de
Latinoamérica a su propia trayectoria de
muerte.

El discurso es una auténtica pieza literaria de
gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa
manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los
destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó
asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde
siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los
elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los
escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con
la realidad social total.

La política. La política
desempeña un papel importante en las obras de
García Márquez, en las que utiliza representaciones
de varios tipos de sociedades con diferentes formas
políticas para presentar sus opiniones y creencias con
ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios.

La primera novela de García
Márquez La mala hora puede ser una referencia a
la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y representa la
tensión política y la opresión en un pueblo
rural, cuyos habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero
sin éxito en conseguir ninguna de las dos.

Esa diversidad de maneras con que García
Márquez representa al poder político es una muestra
de la importancia de la política en sus obras. Por
ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos
la representación de un lugar «donde no existe
todavía un poder político consolidado y no hay, por
lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y
sancionado por el presidente, que regule las relaciones entre los
hombres, entre estos y el poder público y la
constitución y funcionamiento de este
poder».

En contraste, la representación del sistema
político en El otoño del patriarca es la
de una dictadura, en la que el líder es grotesco,
corrupto y sanguinario y con un poder tan grande que alguna vez
preguntó qué hora es y le habían contestado
la que usted ordene, mi general».

La ideología socialista.
En 1983, cuando se le preguntó a Gabriel
García Márquez: « ¿Es usted
comunista?» el escritor respondió: «Por
supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he
formado parte de ningún partido político».
«Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o
temprano lo será». «Gabo entiende por
socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa.
1971, en una entrevista para la revista "Libre", que patrocinaba,
declaró: «Yo sigo creyendo que el socialismo es una
posibilidad real, que es la buena solución para
América Latina, y que hay que tener una militancia
más activa».1959, García Márquez fue
corresponsal en Bogotá de la agencia Prensa Latina creada
por el gobierno cubano después del comienzo de la
revolución cubana para informar sobre los acontecimientos
en Cuba. Allí «tenía que informar
objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez
noticias sobre Cuba y su trabajo consistía en escribir y
enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García
Márquez hacía periodismo verdaderamente
político» 

La amistad con Fidel Castro.1959: Se
conocieron con Fidel Castro en enero, pero su
amistad se consolidó, cuando viviendo en la Habana
trabajaba con Prensa Latina. «Gabo estaba convencido de que
el líder cubano era diferente a los caudillos,
héroes, dictadores o canallas que habían pululado
por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e
intuía que solo a través de él esa
revolución, todavía joven, podría cosechar
frutos en el resto de los países americanos».
García Márquez «es considerado en Cuba como
una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía
y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones
Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para
misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su
diplomacia».

Las mediaciones y apoyos políticos.
García Márquez participó como mediador en
las conversaciones de paz adelantadas entre
el Ejército de Liberación Nacional (ELN)
y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba y
entre el gobierno de Belisario Betancourt y el
grupo M-19; igualmente participó en el proceso de paz
entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla
de las FARC que sin embargo fracasó.

2006: García Márquez se unió a la
lista de prominentes figuras de América Latina
como Pablo Armando Fernández, Ernesto
Sabato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Thiago
de Mello, Frei Betto, Carlos Monsiváis, Pablo
Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra
Montero y Luis Rafael Sánchez, que apoyan la
independencia de Puerto Rico a través de su
adhesión a la "Proclama de Panamá," aprobada por
unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño
por la Independencia de Puerto Rico, y que fue celebrado en
Panamá en noviembre de 2006.

La violencia. En varias de sus obras como El
coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y La
hojarasca, hace referencias:

– a esa guerra civil entre conservadores y liberales que
se prolongó hasta los años sesenta, causando la
muerte de varios cientos de miles de colombianos.

– a situaciones injustas que viven diversos personajes,
como por ejemplo el toque de queda o la censura de
prensa. 

– a la desintegración social provocada por la
violencia.

Se puede decir que en estas obras «la violencia se
convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de
tantos episodios de sangre y muerte».

– a la naturaleza corrupta y las injusticias de
esa época de la Violencia en Colombia, pero se niega
a usar su trabajo como una plataforma de propaganda
política. «Para él, el deber del escritor
revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que
mueve al lector por su contenido político y social, y al
mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer
su otra cara».

Biografía

Infancia

1927. El 6 de marzo nació Gabriel García
Márquez en Aracataca, Magdalena.

1932. Cuando Gabriel sólo contaba con cinco
años sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio
García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir,
a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio
montó una farmacia y el matrimonio tuvo el resto de sus
once hijos. Gabriel continuó creciendo en Aracataca como
niño único entre sus abuelos maternos y sus
tías.

Los abuelos fueron dos personajes bien particulares que
marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel
Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil
Días, quien le contaba al pequeño infinidad de
historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX,
y lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical
con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina
Iguarán, su cegatona abuela, contaba fábulas y
leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros
de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en
sueños: ella fue la fuente de la visión
mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Su
tía Francisca, tejió su propio sudario para dar fin
a su vida.

El niño Gabriel aprendió a escribir a los
cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la
joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se
enamoró por primera vez y fue la primera mujer que lo
perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de
besarla: le inculcó el gusto y la puntualidad de ir a la
escuela, para verla, y la de escribir una cuartilla sin
borrador.

1936. Murió el abuelo y Gabriel tuvo que irse a
vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, y a
estudiar interno en el colegio San José de Barranquilla,
donde a la edad de diez años empezó a escribir
versos humorísticos.

Adolescencia

1940. Gracias a una beca, ingresó en el internado
del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente
traumática, pues el frío del internado de la Ciudad
de la Sal lo ponía melancólico y triste.
Permanecía siempre con un enorme saco de lana, y nunca
sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía
pánico al frío.

A las historias, fábulas y leyendas que le
contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que
años más tarde sería temática de la
novela escrita después de recibir el premio Nobel: el
recorrido del río Magdalena en barco de vapor.

1944-1946. En Zipaquirá tuvo como profesor de
literatura, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien,
cuando publicó La hojarasca, se la obsequió
con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio
Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza
esa vaina de que yo escribiera". Y a quién ocho meses
antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en
quince periódicos de todo el mundo, declaró como
"el profesor ideal de Literatura".

En los años de estudiante en Zipaquirá,
pintó gatos, burros y rosas, hizo caricaturas del rector y
demás compañeros de curso, y escribió unos
sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que
tenía.

1946. Terminó sus estudios secundarios con
magníficas calificaciones.

Estudiante de leyes

1947, presionado por sus padres, se trasladó a
Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional,
donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde
se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo.

La capital del país lo impresionó
considerablemente, pues era una ciudad gris y fría, donde
todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y negra.
Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (…) de gentes
introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en
donde la gente sentía la presencia de otros seres
fenomenales aunque éstos no estuvieran
allí".

El 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer
cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin
de Semana de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda
(Ulises), quien en la presentación del relato
escribió que García Márquez era el nuevo
genio de la literatura colombiana. A las pocas semanas
apareció un segundo cuento: Eva está dentro de
un gato.

1948. En la Universidad Nacional permaneció
sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del
"Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente.
García Márquez perdió muchos libros y
manuscritos en el incendio de la pensión donde
vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad
de Cartagena, donde siguió siendo un alumno
irregular.

Nunca se graduó, pero inició una de sus
principales actividades periodísticas con una columna
diaria en el recién fundado periódico El
Universal.

El Grupo de Barranquilla

1949. Se vinculó al grupo de Barranquilla. Al
principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que
podía.

1950. Luego una neumonía lo obligó a
recluirse en Sucre, y cambió su trabajo en El Universal
por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que
apareció a partir de enero bajo el encabezado de "La
jirafa" y firmada por "Septimus".

Periodismo y literatura

1954. En febrero se integró en la redacción de
El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el
primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en
brillante cronista y reportero.

1955. Publicó su novela La hojarasca, y
ganó el primer premio en el concurso de la
Asociación de Escritores y Artistas. Sus primeras novelas
reflejan el ambiente de violencia e intolerancia que Colombia
vivía en el momento en que las escribió: La
hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y
Los funerales de la Mamá Grande (1962).

Rondando por el
mundo

En ese año de 1955, publicó  un
extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago.
Este fue censurado por el régimen del general Gustavo
Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador
decidieron que Gabriel García Márquez saliera del
país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los
Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde asistió, por unas
semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.

Cuatro años estuvo ausente de Colombia.
Vivió una larga temporada en París, y
recorrió Polonia y Hungría, la República
Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión
Soviética.

Continuó como corresponsal de El Espectador,
aunque en precarias condiciones. Vivía pobre a morir.
Esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar
pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el
régimen de Rojas Pinilla.

Escribió dos novelas, El coronel no tiene
quien le escriba y La mala hora. Su precaria
situación se refleja en El coronel, donde se relata
la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil
Días aguardando la carta oficial que había de
anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Fue
corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue
clausurado por la dictadura, y colaboró también con
la revista venezolana Élite y la colombiana
Cromos.

Su estancia en Europa le permitió ver a
América Latina desde otra perspectiva. Le
señaló las diferencias entre los distintos
países latinoamericanos, y tomó además mucho
material para escribir cuentos acerca de los latinos que
vivían en la ciudad luz. Aprendió a desconfiar de
los intelectuales franceses, de sus abstracciones y
esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que
Europa era un continente viejo, en decadencia, mientras que
América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo,
la renovación, lo vivo.

1957. A finales de este año fue vinculado a la
revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser
testigo de los últimos momentos de la dictadura del
general Marcos Pérez Jiménez.

1958. En marzo contrajo matrimonio en Barranquilla con
Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos:
Rodrigo y Gonzalo.

De regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en
Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela
Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en
Élite. Su cuento Un día después del
sábado fue premiado.

1959. Fue nombrado director de la recién creada
agencia de noticias cubana Prensa Latina.

Debido a sus ideas políticas, se enfrentó
con Laureano Gómez y con su sucesor, el dictador general
Gustavo Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960
y 1970 en un exilio voluntario en México y
España.

1960. Vivió seis meses en Cuba y al año
siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes
problemas con los cubanos exiliados y finalmente
renunció.

Después de recorrer el sur de Estados Unidos se
fue a vivir a México. Luego de esa estadía en
Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó
el visado de entrada, porque, según las autoridades,
estaba afiliado al partido comunista.

1961. La Universidad de Columbia le otorgó el
título de doctor honoris causa, y le dieron un
visado, aunque condicionado.

En México, donde ha vivido la mayor parte del
resto de los años de su vida, se dedicó a escribir
y a publicar sus obras.

1966. Un día en que se dirigía desde
Ciudad de México al balneario de Acapulco, tuvo la
repentina visión de que la novela que durante 17
años venía rumiando, ya la tenía madura. Se
sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos
trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su
esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa.

En 1967 apareció Cien años de
soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el
que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio,
diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones… Es una gran
metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de
las generaciones de los Buendía en el mundo mágico
de Macondo, desde la fundación del pueblo hasta la
completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera
insuperable la historia colombiana desde después del
Libertador hasta los años treinta del presente
siglo.

Cien años de soledad (1967), escrita durante su
exilio en México, narra en tono épico la historia
de Macondo, pueblo que acaba sepultado y destruido por las
guerras y el progreso, y la de sus fundadores, la familia
Buendía, a lo largo de cien años.

De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno,
opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano
después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha
dicho todo: el libro no sólo es la opus magnum de
García Márquez, sino que constituye un hito en
Latinoamérica, como uno de los libros que más
traducciones tiene, a treinta idiomas por lo menos, y que mayores
ventas ha logrado, convirtiéndose en un
verdadero bestseller mundial.

Después del éxito de Cien años
de soledad, García Márquez se estableció en
Barcelona y pasó temporadas en Bogotá,
México, Cartagena y La Habana. Durante las tres
décadas transcurridas, ha escrito cuatro novelas
más, se han publicado tres volúmenes de cuentos y
dos relatos, así como importantes recopilaciones de su
producción periodística y narrativa.

1973. Recibió varios premios, como el
Rómulo Gallegos.

1996. García Márquez despertó
admiración en numerosos países por la
personalísima mezcla de realidad y fantasía de sus
textos periodísticos, como en Noticia de un secuestro, un
reportaje novelado sobre el narcoterrorismo
colombiano.

Premio Nobel de
Literatura

1981. El 26 de marzo de 1981 tuvo que salir de Colombia,
ya que el ejército colombiano quería detenerlo por
una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque
durante cinco años había mantenido la revista
Alternativa, de corte socialista.

1982. En la madrugada del 21 de octubre recibió
en México, donde se hallaba exiliado una noticia que
hacía ya mucho tiempo esperaba: la Academia Sueca le
otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. La
concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en
Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo
opinó: "Por primera vez después de muchos
años se ha dado un premio de literatura justo".

La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en
Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre. Según
se supo después, disputó el galardón con
Graham Greene y Gunther Grass.

Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno
colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una
vistosa presentación folclórica en Estocolmo.
Además, adelantó una emisión de sellos con
la efigie de García Márquez dibujada por el pintor
Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de
Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel
colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que
esta estampilla sólo lleve cartas de amor".

Desde que se conoció la noticia de la
obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas
y medios de comunicación fue permanente y los compromisos
se multiplicaron.

Regreso temporal a
Colombia

Después de obtener este galardón fue
formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su
país, donde ejerció de intermediario entre
aquél y la guerrilla.

1983. En marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia.
En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiaga
Márquez de García, en su casa del Callejón
de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un
suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y
abundante dulce de guayaba.

Ya premio Nobel, y precisamente por la
repercusión internacional que tiene cualquiera de sus
actividades, promovió la fundación de la Escuela
Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los
Baños (Cuba) junto con el cineasta argentino Fernando
Barrí, participando en varios guiones
cinematográficos, tanto de obras propias como en
colaboración con otros escritores. Esta escuela, que
impulsa la formación de realizadores del llamado Tercer
Mundo, forma parte de la Fundación del Nuevo Cine
Latinoamericano, que también impulsó, y de la cual
es presidente.

Después del Nobel, García Márquez
se ratificó como figura rectora de la cultura nacional,
latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas
ejercieron fuerte influencia. 1990-1994: Durante el gobierno de
César Gaviria Trujillo, junto con otros sabios como Manuel
Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás y el historiador Marco
Palacios, formó parte de la comisión encargada de
diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la
investigación y la cultura. Pero, quizás, una de
sus más valientes actitudes ha sido el apoyo permanente a
la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del
régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al
bloqueo norteamericano, que ha servido para que otros
países apoyen de alguna manera a Cuba y que ha evitado
mayores intervenciones de los estadounidenses.

2002. Tras años de silencio, García
Márquez presentó la primera parte de sus
memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros
treinta años de su vida. La publicación de esta
obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento
simultáneo de la primera edición (un millón
de ejemplares) en todos los países
hispanohablantes.

2004. Vio la luz su novela Memorias de mis putas
tristes.

Fuentes

http://definicion.de/

http://www.einewelt-jena.de/engagieren.html?&L=1

http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/

 

Enviado por:

Rafael Bolívar
Grimaldos

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