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La vida amorosa de Vincent Van Gogh



Partes: 1, 2

  1. Presentación
  2. Bibliografía

Enamórate y
verás:

para tu asombro caerás en la
cuenta

de que existe otra fuerza que nos
impulsa

a actuar, y ésta es el
sentimiento.

Vincent van Gogh

He aceptado para mi

esta recomendación de
Vincent.

Me he enamorado de Cati,

a quien dedico este
ensayo.

Eduardo Posada Orihuela

Presentación

Se ha escrito mucho acerca del pintor holandés
Vincent van Gogh, aunque dudo que haya reciprocidad en cuando a
la lectura de tanto material. Tratándose de un personaje
de imagen mundial, la gente opina de él aún sin
conocerlo. Opiniones alejadas de la realidad que vivió el
pintor pelirrojo: que si estaba loco, que si se cortó la
oreja porque una mujer lo despreció, que nunca
vendió un cuadro hasta después de muerto,
etcétera.

Como parte de mi autoformación como
dibujante-pintor me he interesado por leer las biografías
de pintores famosos, tanto nacionales como extranjeros, en las
cuales he buscado básicamente la descripción de sus
estilos pictóricos y, sobretodo, los "secretos" de esos
estilos; lecturas que además me han servido para conocer
su vida, la época en que vivieron, el ambiente que los
rodeó, las obras que pintaron, quiénes fueron sus
parejas sentimentales, etcétera.

Una de esas biografías ha sido la del personaje
tema de este texto, Vincent van Gogh, de tal manera que tuve
conocimiento de lo siguiente:

• Él nació el 30 de marzo de 1853,
justamente un año después de que su hermano
había nacido muerto y a quien le habían puesto el
nombre de Vincent Willem van Gogh, nombre que le fue asignado a
él también, creándole confusión desde
temprana edad al ver la tumba de su hermano con el nombre de
él mismo.

• De la manera en que vivió, de sus intentos
por seguir los pasos de sus tíos para convertirse en
marchante de arte -vendedor-, de emular los pasos de su padre
-quien era un pastor protestante- aceptando ser enviado a la
región belga a donde nadie quería ir a predicar,
con los mineros del Borinage -quienes eran los más pobres
entre los pobres-, lugar en el cual cedió su cama a quien
dormía en el piso, se quitó el abrigo para
dárselo a quién tenía frío,
compartió su comida con quién sufría de
hambre, donde a propósito dejo ensuciarse la cara y la
ropa con hollín para sentirse hermanado, identificado y
aceptado por los habitantes de ese pueblo y le permitieran
predicar la palabra de Dios.

En todo eso fracasó, a veces no tanto por
ineficiencia personal sino por salirse de las normas, de las
buenas maneras de entonces, las más de las veces por hacer
lo que él considero adecuado. Durante ese tiempo, en el
cual se fue formando su camino, descubrió su
inclinación hacia el dibujo, al cual se aficionó e
hizo copias de trabajos de varios artistas que a él le
gustaban, entre ellos a Eugène Delacroix, Jean-Francois
Millet o Jules Breton. Posteriormente dibujó a
lápiz y carboncillo a los mineros del Borinage cuando iban
o regresaban del trabajo, tiempo después, a los campesinos
arando la tierra. Uno de sus primos, Anton Mauve, era pintor. A
él acudió a la Haya para que le diera clases, pero
con quien duró poco porque el método de
enseñanza que Mauve utilizaba era "muy académico"
y, una vez más, Vincent no se adaptó a lo
establecido. En épocas posteriores él
continuó aprendiendo de manera autodidacta.

Otros conocimientos que adquirí, al leer su
biografía, fueron lo referente a cada mujer con
quién intentó unir su vida, o con quién tuvo
alguna relación significativa; enterándome de que,
a pesar del apoyo económico que le proporcionó su
hermano Theo, sufrió de carencias económicas.
Vincent no fue un buen administrador ya que gastaba su dinero en
material para pintar y cuando necesitaba para su
manutención ya no tenía, por lo cual se veía
en la necesidad de solicitar prestado. Al recibir el nuevo
envío de dinero de parte de su hermano benefactor,
cubría sus deudas y con el sobrante adquiría parte
del material para desarrollar su arte, lo demás lo
solicitaba prestado, hasta que llegó el momento en que su
situación era insostenible, de tal forma que hubo semanas
en que, para subsistir, comía una manzana cada día;
posteriormente lo aquejó una tristeza permanente, dando
lugar de manera paulatina, a sus crisis nerviosas, todo esto por
no lograr vender el producto de su trabajo y porque sentía
que él era una carga para su hermano. Es de
admirársele que a pesar de esos momentos de tristeza y
depresión él no dejó de pintar, antes al
contrario, llevó a cabo un trabajo tan intenso y
productivo que le hizo lograr un cuadro por día, durante
sus últimos tres años de vida. De sus crisis
nerviosas, él llegó a pensar que se sucedían
con cierta periodicidad, por lo que por propia iniciativa, y de
manera totalmente voluntaria, llegó a internarse en
clínicas para enfermos mentales. Finalmente se
suicidó a la edad de 37 años.

¿Por qué decidió suicidarse?,
¿por qué no se casó?, ¿quién o
quiénes fueron o pudieron llegar a ser sus parejas
sentimentales? Son preguntas que surgen después de conocer
tanto material impreso de su vida y su obra.

Con respecto a los dos últimas preguntas, te
puedo comentar, que en ninguno de los libros que leí
inicialmente se toca esa temática de manera
específica, de manera central, por lo que, buscando
respuestas a dichas preguntas, consulté en otras fuentes
documentales, sin mucho éxito ya que ocurrió la
misma situación. Finalmente, opté por extraer
fragmentos relacionados con el tema: un poquito de aquí y
de allá.

Con esos fragmentos, con esas notas se fue originando un
texto al que llamé de manera informal, de manera
cotidiana, "los amores de van Gogh" sin más
pretensión que satisfacer mi propia curiosidad, de
contestar mis propias preguntas, sin embargo, fue creciendo poco
a poco hasta convertirse en un texto donde se habla
específicamente de las mujeres con quienes Vincent van
Gogh se relacionó y con quienes estuvo en posibilidades de
unir su vida. El título informal, cotidiano -que ya
mencioné líneas antes- lo cambié y he
asignado a la versión final, a la que ahora tienes en tus
manos, el título "La vida amorosa de Vincent van
Gogh".

La justificación del cambio, es que el
título "Los amores de van Gogh" que manejé de
manera cotidiana mientras el texto fue tomando forma, da la
impresión de que el personaje central habría sido
un hombre mujeriego, lo cual está alejado, por mucho, de
la realidad. Por eso el título definitivo, además
cumple con el objetivo que se describe en su interior, aunque
después de leerlo hasta tú podrías decir que
el título más adecuado sería: "Los desamores
de Van Gogh".

El presente ensayo narra la historia que Vincent van
Gogh vivió con cada mujer con quien estuvo en
posibilidades de unir su vida, en ocasiones "inventándome"
diálogos basados en el "sentido común" de una
relación de pareja, en otras, basándome en las
cartas que él escribió. Con este material pretendo
proporcionar los elementos necesarios para que tú,
estimado lector, formes tu propia opinión, tu propia
respuesta.

He puesto especial énfasis en lo referente al
idilio de Vincent con Margot Begemann, porque creo que fue una
historia de amor muy especial por sus edades y muy sufrida para
la parte femenina de esta pareja. Es un romance en el cual, las
personas que vivían cerca de la protagonista del mismo,
hicieron lo posible por separarla del hombre a quien amaba,
lográndolo finalmente. Sólo dos meses
aproximadamente tuvo de duración esa relación.
Aunque el desenlace no quiero anticiparlo, sí te puedo
comentar que fue delicado, que pudo haber sido trágico;
con esto quiero dejar implícito que fue muy
apasionado.

Por su amor recién iniciado, y cuya unión,
dolorosamente, no fue concretada, Margot y Vincent se idealizaron
mutuamente, convirtiendo su romance en un amor no realizado, un
amor no terminado y porque seguramente -a partir de su ruptura-
siempre se llevaron en la mente, el suyo será un amor
eterno, digno de ser escrito, platicado, transmitido y conservado
como una historia de amor puro: esta es la verdadera razón
de la existencia de este texto.

Es mi deseo, para terminar esta presentación,
compartir contigo tres frases; las primeras son vangoghianas y la
tercera, de un crítico de arte que mucho estimó a
Vincent, Gustave Albert Aurier.

La primera frase se trata de un consejo que Vincent van
Gogh dio a su hermano Theo en una de las muchas cartas a quien
él envió:

"Enamórate y
verás:

para tu asombro caerás en la
cuenta de que existe otra fuerza

que nos impulsa a actuar, y ésta
es el sentimiento",

la segunda, son palabras que dirigió
a Margot Begemann, una de las mujeres con quien pudo haber
compartido su vida:

"Amar es fácil,

lo difícil es ser amado

por quien uno ama",

y la tercera, de Gustave Albert Aurier quien la
escribió en 1890, en la sección Los Aislados del
periódico o revista Mercure de France, en lo que fue la
primer nota periodística referente a Vincent :

"Sólo sus hermanos

le entenderán
plenamente,

sólo los artistas que lo sean de
verdad".

En este día de aniversario del natalicio de
Margot Begemann y

entendiendo cada vez un poco más a Vincent van
Gogh:

¡A la memoria de ambos!

Eduardo Posada Orihuela

Morelia, Mich., marzo 17 de
2012.

La vida amorosa de Vincent van
Gogh

Vamos a iniciar este ensayo a manera de charla en tiempo
presente, como si lo que te voy a platicar lo estuviéramos
presenciando. Sentémonos cómodamente con una copa
de vino en la mano, una taza de café, un vaso de agua pura
o de lo que más te plazca. Acompáñame
mental, imaginariamente.

Ubiquémonos en la ciudad de Londres: es el mes de
agosto de 1873, Vincent van Gogh tiene casi veintiún
años de edad, vive en el número 87 de Hackford
Road, donde habita un cuarto que le es rentado por la
señora Eugene Loyer. Él trabaja para Goupil &
Compañía, empresa de compra-venta de
artículos de Arte -litografías y pinturas- donde se
desempeña como vendedor, emulando los pasos de varios de
sus tíos, quienes así empezaron y ahora son
dueños de negocios de este giro.

La hija de la arrendadora es una jovencita de diecinueve
años, de nombre Úrsula, quien tiene a su cargo una
guardería de niños en un espacio al fondo de esta
finca y de quien Vincent van Gogh se siente atraído
físicamente.

La alegría y sonrisa siempre presente en
Úrsula lo han contagiado haciéndolo amable,
accesible, sonriente y agradable a pesar de que el
carácter natural de Vincent es introvertido y serio con
una formalidad muy parecida a la de su padre; la relación
entre Úrsula y Vincent se limita a conversaciones
triviales, que no por eso dejan en él un agradable sabor
de boca y un pensamiento confundido e iluso, sintiendo que la
conoce profundamente, dando indicios de un incipiente
enamoramiento platónico. Viviendo la emoción de un
noviazgo en su mente, dirige una carta a una de sus hermanas,
escribiendo de Úrsula: "Jamás vi ni
soñé nada parecido al amor que le une a su madre".
¡Vincent van Gogh se ha enamorado de la "maestra"! Se trata
de la primera vez que experimenta esta emoción y lo hace
con la fuerza y pureza de sentimientos tan propios de la
juventud.

Él está enamorado de Úrsula desde
hace tiempo pero, como cualquier joven postadolescente de la
época, su juventud e inexperiencia impiden que él
le declare su amor de manera oportuna y, cuando por fin se
atreve, se dirige a ella, entre titubeante y nervioso

-Señorita Úrsula. . . he pensado que si
usted me acepta. . . podríamos ser novios. . . -dice
Vincent nervioso, con voz titubeante- pero ella no imagina ni
espera esa propuesta. Con gran aplomo y seguridad
responde

-¡Pero que atrevimiento el suyo! ¿Acaso no
sabe que estoy comprometida? Usted y yo sólo podemos ser
amigos, pronto él vendrá y nos
casaremos.

-Cásese conmigo, la amo, siempre la he
amado

-No le he dado motivos, además, no puedo casarme
con todos los hombres que se enamoran de mí, -dijo
Úrsula evidentemente molesta- ¡imagínese si
así tuviera que hacerlo!

A los pocos días, Vincent insiste y como
consecuencia, la madre de Úrsula, quien ya está
enterada de la situación, le pide desalojar la
habitación que le ha estado rentando. El rechazo de
Úrsula lo sume en una gran tristeza y, a pesar de eso,
él sigue buscándola: con frecuencia se acerca a
casa de ella, conformándose con verla al salir o entrar de
la misma. Quiero puntualizar que algunos biógrafos
coinciden en que se ha confundido el nombre de la chica de esta
parte de la historia en la vida de Vincent, que el nombre
correcto es Eugene y que Úrsula corresponde al nombre de
la madre de ella.

Adelantémonos ocho años, hasta llegar al
verano de 1881. Nos hallamos en la población de Etten, en
la casa de los padres de Vincent y ahí, de visita, se
encuentra Kee vos-Stricker, sobrina de ellos y quien tiene poco
tiempo de haberse quedado viuda. En esta visita, es
acompañada únicamente de su pequeño hijo. La
cotidianidad hace que la charla entre los primos, Kee y Vincent,
sea amable y cordial llegando poco a poco a hacerse inseparables,
a tal grado que ella y su hijo lo acompañan al campo,
donde él lleva a cabo la práctica de su arte. Todo
esto va muy bien, le está sirviendo a Kee para recuperarse
de su inmenso dolor, pero Vincent confunde los sentimientos y en
su ambiente solitario se siente muy bien con la
compañía de su prima de quien poco a poco se va
enamorando. Un día que se siente feliz, le declara su amor
pero en lugar de una correspondencia a sus sentimientos recibe un
total rechazo. Kee aún está de luto, respeta la
memoria de su esposo muerto, por lo que se siente ofendida, sin
embargo, haciendo acopio de su aplomo y con toda seguridad, le
explica, le aclara que no puede corresponder a este amor que
él le ofrece, porque ella está de luto y
además porque son primos. Vincent se siente decepcionado
pues en su mente había forjado un "sí" contundente.
A los pocos días Vincent insiste, pero ante la firme
negativa de ella, se desespera y tratando de demostrar su amor,
intenta abrazarla, besarla. Ella se espanta y, apartándose
de él, exclama

-¡No, no, nunca en la vida!

Ese mismo día, 7 de septiembre de 1881, Vincent
escribe a su hermano Theo: "Le he tomado verdadero gusto a la
vida y me siento muy dichoso amando. Mi vida y mi amor son una
misma cosa. Y aunque estoy ante un rechazo, yo considero ese
"nunca en la vida" como un carámbano que estrecho contra
mi corazón para derretirlo. Sé que ella amó
a otro y tiene siempre el pensamiento puesto en ese pasado, y que
parece tener escrúpulos de conciencia a la sola idea de un
nuevo amor. Sin embargo recuerdo una frase: "¡es necesario
haber amado, perder el amor, y luego volver a amar!" Hoy le he
dicho: "Kee, yo te amo como a mi mismo". Y entonces fue cuando
ella respondió: "No, no, nunca en la vida"".

Vincent descubre que con el amor se siente transformado,
optimista y con la convicción de que puede lograr todo lo
que se proponga, además se siente inspirado y creativo. Se
siente enamorado y a pesar de no ser correspondido por Kee, le
aconseja a Theo: "Enamórate y verás: para tu
asombro caerás en la cuenta de que existe otra fuerza que
nos impulsa a actuar, y ésta es el
sentimiento".

Vincent insiste una vez más, expresándole
su amor a Kee pero con peores resultados, ya que como
consecuencia ella regresa a Ámsterdam antes de lo
planeado.

El pelirrojo pide apoyo económico a su hermano
Theo y hace el viaje a la ciudad de Ámsterdam con
intenciones de casarse con su prima. Habla con sus tíos
-los padres de ella- asegurándoles que sus intenciones son
buenas, que está enamorado y que desea que Kee sea su
esposa.

El padre de Kee ha sido informado por ella de la
situación que están viviendo y le explica que ella
no quiere verlo y que por ese motivo él tampoco lo
permitirá, por lo que Vincent en un impulso emocional le
pide que le permita hablar con ella tan solo el tiempo que
él soporte tener la mano sobre la flama de la
lámpara de petróleo y diciendo esto,
simultáneamente pone la mano sobre la lámpara. El
padre de Kee la apaga rápidamente pero esto no impide que
Vincent alcance a sufrir algunas quemaduras.

Vincent se siente muy triste y regresa a Etten, a casa
de sus padres, desde donde escribe y envía numerosas
cartas a Kee sin ninguna respuesta de parte de ella, a quien
verdaderamente no le interesa y ni siquiera se toma la molestia
de leerlas.

Avancemos en nuestra imaginación algunos meses y
detengámonos a finales del mes de enero del año
siguiente, es decir, de 1882, en La Haya. Se conocen Vincent y
Clasina Maria Hoornik, aunque no se sabe el lugar ni las
circunstancias en que esto acontece.

Antes de adentrarnos en esta parte de la historia de
Vincent permíteme decirte que en las fuentes consultadas
existe discrepancia en cuanto al verdadero nombre de esta mujer.
En algunas la llaman Sien y en otras Christine. En cuanto a la
confusión con el nombre de Sien se debe a que Clasina
tiene una hermana de 10 años de edad que así se
llama. En cuanto al nombre de Christine, no hay elementos que
ayuden a tratar de aclarar del porqué de la
confusión. Para que te des una idea del grado de
confusión en el nombre de esta mujer, te diré que
hay autores que utilizan los tres nombres en el mismo texto para
referirse a la misma persona. Para efectos de este ensayo utilizo
el nombre de Clasina.

Bueno, retomando esta parte de la vida de Vincent van
Gogh, estamos en la Haya, a finales de enero de 1882, Clasina es
una mujer cinco años mayor que él, prostituta y
alcohólica, madre de una niña de aproximadamente
cinco años de edad. Vincent van Gogh la conoce, ella se
encuentra embarazada. La describe como una mujer alta y de
constitución fuerte, de figura simple pero no carente de
gracia. No es joven ni bella, la cara algo picada de viruelas y
tiene las manos descuidadas, "como las de una mujer que trabaja
mucho" -señala él-. Hay algo muy femenino en ella
pero no es distinguida ni extraordinaria. Su manera de hablar es
vulgar, usa expresiones verbales muy toscas pero tiene buen
corazón. Aunque su carácter es difícil
porque tiene estallidos de cólera, él sabe como
tratarla.

Vincent le da trabajo como aseadora de su casa aunque de
inicio la emplea como modelo. En su actividad como aseadora, ella
llega cada mañana a trabajar y se retira en la tarde,
regresando de nueva cuenta a la siguiente mañana, es
decir, todo muy normal en una relación de trabajo, todo
muy normal para una empleada doméstica.

Cierto día, al momento que ella se despide,
Vincent le pregunta

-¿Para qué te vas si mañana
regresarás?", y continúa: -¿qué te
parece si te quedas a vivir conmigo, no como empleada sino como
compañía; ya no te pagaría, sino
utilizaríamos el dinero que manda mi hermano para vivir
juntos: tú y yo, tu hija y el bebé que pronto
nacerá. ¿Qué opinas, estás de
acuerdo? A lo cual, Clasina acepta gustosa. En los meses
posteriores ella, sintiéndose agradecida, pone todo su
empeño por mantener "su casa" en orden. A Vincent le ha
vuelto la confianza y escribe a Theo: "Este invierno me
encontré una mujer embarazada que tenía que hacer
la calle para ganar su pan, ya sabes como… La tomé
como modelo, y he trabajado con ella todo el invierno… he
podido protegerla a ella y a su hija del hambre y del
frío, compartiendo con ellos mi propio pan…
Comencé una nueva vida, no a propósito, sino porque
tuve la oportunidad de empezar de nuevo y no me rehusé a
hacerlo".

Ella, feliz, cumple con las actividades
hogareñas, hasta que llega el tiempo que lo avanzado de su
embarazo ya no le permite hacer mucho, y entonces Vincent se hace
cargo de las actividades domésticas además de
cuidar de la niña y de Clasina, situación que se
prolonga hasta varias semanas después del nacimiento del
hijo de ella. Este hecho es criticado severamente por la familia
de él.

Van Gogh hace varios retratos de ella, a lápiz y
carboncillo, entre los cuales están: "The great
lady
" (La gran dama), sentada, con el torso desnudo y los
brazos cruzados debajo de sus senos -Vincent van Gogh se
refería a ella como "una mujer atormentada por su
conciencia"- y "Sorrow" (Tristeza), sentada desnuda en
un escalón, de perfil visto desde la izquierda, y su cara
inclinada sobre sus brazos cruzados, que a su vez, están
sosteniéndose sobre las rodillas.

Le sirven también de modelos los hijos de ella:
la niña de cinco años y el recién nacido,
haciendo varios dibujos con ellos. Incluso toma a Sien -hermana
menor de Clasina- como su modelo.

En junio quiere casarse con Clasina pero su familia no
lo apoya, le reprochan el por qué con ella -una
prostituta-. Todo tipo de críticas y recomendaciones del
por qué ellos consideran equivocada esa decisión si
es que él la lleva a cabo; algo similar sucede con la
familia de ella, le hacen notar que Vincent no cuenta con los
medios para mantenerla, que es un haragán y que ni
siquiera posee un trabajo, es decir, a su actividad como pintor
no la consideran como tal.

Así conviven varios meses y lo que durante
éste tiempo es una etapa relativamente feliz para ambos,
poco a poco se transforma en inconformidades sobretodo de parte
de ella, debido a que los gastos que hace Vincent en la
adquisición de telas, pinturas y pinceles disminuye el
dinero destinado para los gastos de la casa, que con la llegada
del bebé se han incrementado sensiblemente. Vincent
prefiere pintar que comer, por lo tanto es más probable
que gaste el dinero en material para pintar, que en
alimentación o comodidades. Tantos reclamos, quejas e
insatisfacciones de parte de Clasina hacen que van Gogh se
encuentre mal anímicamente y piense, cada vez con
más frecuencia, que lo mejor es retirarse de
ella.

La situación se agrava cuando -tal vez cansada de
las limitaciones económicas que vive con él-
Clasina vuelve a frecuentar los bares y con ello a aficionarse
nuevamente a la bebida, de tal manera que mientras ella se
encuentra fuera de casa él debe estar al cuidado de sus
hijos.

Vincent sufre crisis emocionales –mezclas de
sentimientos: enojo, tristeza y soledad- porque no está de
acuerdo con ésa situación, la cual es analizada
junto a su hermano Theo, llegando a la conclusión que lo
mejor es separarse de Clasina, lo cual lleva a cabo, aunque para
él es muy doloroso.

Esto ocurre en septiembre de 1883: Clasina y sus dos
hijos van a despedirlo a la estación. A Vincent se le
rompe el corazón al dejar atrás esa parte de su
vida, al sentir que abandona a esas tres personas que él
estima tanto. Lejos está de siquiera imaginar lo que
sucederá en el futuro y a medida que pase el tiempo se
descifrará: ellos son lo más parecido a una familia
y es la única que tiene en su existencia.

De La Haya se dirige a Drente, provincia que se
encuentra al noroeste de los Países Bajos, lugar al que
llega abatido y triste, y donde se refugia en la soledad, una
soledad que pronto se le hizo insoportable y a los tres meses
regresa a la casa paterna ubicada en Nuenen.

Tomemos un receso mental durante unos segundos, mientras
te preparas otra bebida, te espero. Bien, continuemos.

Es agosto de 1884, estamos en el pueblo de Nuenen, a
pocos kilómetros al este de Eindhoven, en la provincia del
Bravante Septentrional, Vincent van Gogh conoce a Margot
Begemann, quien es vecina de los padres de él. Margot no
es muy bonita, si bien posee un cuerpo delgado bien formado,
aunque su constitución es débil. Vincent la
describe a Theo en estos términos: "Es una pena que no la
conociese hace diez años, ahora da la impresión de
ser un violín de Cremona que ha sido estropeado por manos
chapuceras. Cuando yo la conocí, ya estaba muy estropeada,
pero originalmente era una persona de una gran
valía".

La historia que ellos vivieron es la siguiente y
comienza así:

Es enero de 1884, Anna Cornelia Carbentus, madre de
Vincent, sufre fractura en una pierna, por lo cual debe
mantenerse en reposo durante algún tiempo. Vincent
demuestra ser un excelente enfermero: atento, tolerante,
servicial y muy eficiente, aptitudes que ha adquirido en los
tiempos del Borinage, con los mineros de Cuestes, aproximadamente
cinco años atrás.

Durante la convalecencia de la madre de Vincent, ella
recibe visita de muchas amistades, entre ellas de sus vecinas, la
familia Begemann, quienes al igual que las demás
visitantes a casa de Anna Cornelia son testigos de la buena
atención de que es objeto por parte de Vincent cambiando
por completo la impresión que de él
tienen.

Pasan los meses y la madre de Vincent se rehabilita, ya
se siente mucho mejor, por lo tanto él ya puede retomar su
actividad artística, lo cual lleva a cabo,
desplazándose a los lugares arbolados de Nuenen. Un
día en que se encuentra pintando al aire libre, descubre a
una mujer espiándolo, ocultándose detrás de
los árboles. Esa misma situación se repite varias
veces y para él no pasa desapercibida. Intrigado, se
decide a hablarle: la llama, le pide que se acerque. Se trata de
Margot Begemann una mujer de cuarenta y tres años -nacida
el 17 de marzo de 1841 en esa población-, soltera,
poseedora de una presencia elegante, amable y bondadosa, sin
embargo, por ese mismo carácter es fácilmente
manipulada por su familia, la cual está formada por su
madre, tres hermanas y un hermano; sus hermanas son solteras
siendo ella la más joven. Margot se enamora de Vincent.
Ella en pleno verano de su vida; él tiene treinta y un
años.

Margot está emocionada con Vincent, en su
condición de "solterona" se enamora "perdidamente" de
él, a tal grado de tomar la iniciativa,
externándole que le gusta su pintura y que le agrada
verlo. Finalmente, le declara su amor "no me lo tomes a mal, me
enamoré de ti y no puedo evitarlo".

Él, de una manera amable pero determinante, deja
claro que no es su objetivo ilusionarla ni de hacer que ella
abrigue esperanzas de un posible romance y le responde

-Amar es fácil, lo difícil es ser amado
por quien uno ama -cuya reinterpretación la puedo plantear
como sigue: está bien que tú me ames, lo
difícil es que yo te corresponda.

Margot no se cansa de demostrarle su amor y le dice con
sinceridad

-Estoy consciente que tú no me amas, deja
quedarme a tu lado y verte trabajar; no interrumpiré ni
diré nada, sólo deseo estar junto a ti.

Es tal la atracción que Vincent ejerce sobre
Margot que ella no limita su buen trato hacia él. Tanta
dulzura, tanta delicadeza, tanta atención provenientes de
esa mujer han despertado en Vincent una profunda emoción.
Es la primera vez que una mujer lo trata así, con tanta
devoción. Él conoce -y muy bien- lo triste y
doloroso que es amar sin ser correspondido, por lo que no es de
extrañar que él no imagine la dulzura que se
encuentra en el alma de esta mujer enamorada.

Hasta este momento, Vincent ha considerado a Margot como
una situación curiosa, hasta cierto punto jocosa, de la
cual no espera ninguna consecuencia, sin embargo, finalmente
sucumbe al amor que ella le ofrece: el trato que ella le da
produce en él un cambio total en su estado emocional. Ella
lo abraza contra su pecho y lo llena de expresiones amorosas,
dulces

-¡Vincent, Vincent cuánto te amo;
haré todo lo que esté en mi para que llegues a
quererme. . . mientras sólo te pido que sea yo quien te
ame; permíteme amarte. .

Margot se ha transformado increíblemente, parece
haber rejuvenecido varios años, vive intensamente, hasta
ha aumentado algo de su peso ¡está
enamoradísima en esta etapa de su vida y es
feliz!

Vincent también comparte esta felicidad.
Está viviendo algo tan intenso, como un ensueño. De
ella recibe trato amable, palabras dulces, amorosas y muchos
detalles, y lo más importante: todo lo que él hace,
a ella le parece bien, no lo critica, le reconoce como trabajo su
actividad de pintor sin reprocharle que no gana ni un centavo a
pesar que él se la pasa todo el día pintando, en
pocas palabras ¡lo acepta tal como es! Esto lo hace feliz.
¡Felices los dos! Emocionado por el amor de Margot,
está dispuesto al matrimonio si de verdad ella así
lo quiere.

Sin embargo, la familia de ella se opone, ya que
además de criticar a Vincent por haber tenido como amante
a la prostituta Clasina, lo consideran un haragán por no
poseer un trabajo formal. A Margot la presionan para que se aleje
de van Gogh, aunque ella dice que si se casan, vivirán de
la venta de las pinturas de él y si acaso no le va bien
entonces utilizará la herencia de ella. A la
oposición de la familia de Margot se agregan los
comentarios malintencionados de los pobladores de Nuenen, quienes
comentan en voz baja que ella es muy grande para él, que
ya ni hijos podrá tener, que él es un
caza-fortunas, etcétera.

Una situación similar a la actitud de la gente de
Nuenen sucede en la familia Begemann, la presión que
ejerce sobre la pareja enamorada no es razonable, más bien
se trata de viejos convencionalismos, tabúes familiares:
que si la diferencia de edad es un impedimento… que si es
la menor de las hermanas y si se casa se "salta" a las mayores y
eso no es permitido… que si ella tiene su herencia y
él no tiene nada… que si… en fin, argumentos
para separarlos sobran.

Toda esta situación provoca que ellos vivan con
mayor intensidad los momentos en que coinciden. En varias
ocasiones, disfrutando de su mutua compañía,
paseando tranquilamente en la zona arbolada de Nuenen, Margot
Begemann exclama llena de felicidad:

-Me gustaría morir ahora. ¡Por fin yo
también he amado!, pronuncia con vehemencia algunos
días después.

Este capítulo amoroso en la vida de Vincent van
Gogh termina en septiembre de 1884 cuando una mañana en
que él se encuentra pintando en el campo de Nuenen, ella
lo "visita". Va ataviada elegantemente con un vestido blanco, tal
como iba la primera vez que se hablaron. Al igual que en otras
ocasiones, después de los saludos amorosos y efusivos ella
se sienta a su lado a verlo trabajar.

Él, se dispone a continuar con los trazos que ya
ha iniciado sobre la tela, distribuyendo el óleo con el
pincel y viviendo la emoción de percibir ese peculiar
aroma, que unido al del aguarrás y al de la esencia de
trementina, lo hacen vivir emocionado al ejecutar su arte; lo
inspira además el saberse acompañado por la mujer
que tanto lo ama. Inesperadamente ella se desvanece, produciendo
un leve ruido que hace que él vuelva su vista hacia
ella.

Al verla en el suelo, Vincent van Gogh la levanta en sus
brazos y, a toda prisa la lleva a casa de ella. Sucede que ella
ha ingerido veneno -estricnina-, intentando terminar con su vida
por no poder concretar su amor con Vincent; Margot lo ha planeado
así; románticamente espera "morir en sus brazos".
Aunque ella no ha logrado su objetivo por la oportuna
intervención de Vincent y la atención médica
correspondiente, la familia de ella lo culpa y él,
comprendiendo que su amor no puede ser, se aleja
definitivamente.

Los detalles de este suceso los plasma en una larga
carta que le envía a su hermano: "Algo ha pasado, Theo,
pero la mayoría de la gente de aquí no sabe o
sospecha nada acerca de eso, ni debe saber, así que te
pido seas tan silencioso como una tumba, porque es terrible. Para
decirte todo lo que pasó tendría que escribir un
libro y no puedo hacer eso. La señorita Begemann ha tomado
veneno en un momento de desesperación. Ella había
hablado con su familia y la gente hablaba mal de ella y de mi, y
se convirtió en algo molesto lo que hizo, en mi
opinión, en un momento de clara locura. Theo, yo
había consultado a un médico una vez sobre ciertos
síntomas que ella tenía, días antes yo
había advertido, en confianza, a su hermano que yo
sentía miedo de que ella podría tener un colapso
nervioso, y muy a mi pesar tuve que decir que yo creía que
la familia Begemann había actuado imprudentemente por
hablar con ella como lo hicieron. Bueno, esto no ayuda, en la
medida en que el pueblo me ha quitado el habla durante dos
años, y yo definitivamente no aceptaría esto, ya he
dicho, si hay una cuestión de matrimonio tendría
que ser muy pronto o nunca en absoluto. Bueno, Theo te digo que
he leído Madame Bovary, ¿te acuerdas de la
señora Bovary que murió de un ataque de nervios?
Pasó algo así aquí, pero se ha complicado
por medio del veneno.

Ella me había dicho a menudo cuando
estábamos tomando un tranquilo paseo "Ojala pudiera morir
ahora" y que yo nunca presté atención. Una
mañana, sin embargo, que cayó al suelo. Creí
que era sólo una pequeña debilidad, pero se puso
peor y peor. Calambres, perdió el poder del habla y
masculló todo tipo de expresiones que sólo la mitad
eran comprensibles, se derrumbó con todo tipo de
convulsiones, calambres, etcétera; era muy diferente de un
ataque de nervios a pesar de que era muy parecido a uno, y yo de
repente sospeché y le dije "¿Has tomado algo por
casualidad?" Ella gritó "¡Sí! Bueno, he
actuado con valentía". Ella me hizo jurar que nunca le
diría a nadie acerca de ello, le dije "está bien,
puedo jurar lo que quieras, pero con la condición de que
vomites inmediatamente esas cosas, mete tu dedo en la garganta
hasta que vomites, de lo contrario voy a llamar a los
demás".

De todos modos, imagínate el resto. El
mito sólo la mitad funcionó y me fui con
ella a ver a su hermano Luis, y le dijo a Luis, y lo puso a darle
un vomitivo, y me fui directamente a Eindhoven, por el Dr. Van de
Loo. Era la estricnina que ella tomó, pero la dosis debe
haber sido demasiado pequeña, o pudo haber tomado el
cloroformo o el láudano con ella, para a sí misma
adormecerse, pero que en realidad funcionó como un
antídoto a la estricnina. Pero, en fin, a
continuación, tomó rápidamente el
antídoto que Van de Loo prescribió. Nadie sabe,
excepto ella misma, Luis Begemann, tú, el Dr. Van de Loo y
yo, y fue llevada directamente a un médico en Utrecht, y
se ha dicho que está de viaje, del cual algo hay de cierto
puesto que está a punto de embarcarse. Creo que es
probable que ella tenga una recuperación completa, pero en
mi opinión, sin duda habrá un largo período
de problemas nerviosos, y la forma en que se manifestarán
-más o menos graves- es la duda. Pero ella está en
buenas manos. Aún así, vas a entender lo deprimido
que estoy gracias a este suceso. Fue un susto horrible. Me
quedé sólo en el campo cuando me enteré de
eso… Estoy muy molesto por ello. Saludos, mándame
unas palabras, porque no tengo con quien hablar
aquí".

Hasta aquí la carta. Han sido apenas dos meses de
relación, dos meses muy intensos sentimentalmente entre
ellos. Lo que ha pasado después de esta separación,
seguramente es de sufrimiento para ella y de silencio para
él. De sufrimiento para ella porque está enamorada
y de silencio para él, porque aunque está
entusiasmado no siente el amor al mismo nivel que ella, pero
sufre la soledad y es en silencio debido a que no siente
confianza en comentar algo, ni siquiera con su hermano Theo pues
no quiere correr el riesgo de ser criticado, ya que apenas han
pasado pocos meses de que Vincent se decía enamorado y a
punto de casarse con Clasina Maria Hoornik y ahora… ahora
ésto. Pese a ese silencio, en una carta posterior dirigida
a Theo menciona a Margot, no por su nombre, sino
refiriéndose a ella como la "señorita
X".

Años más tarde, estando Vincent internado
en el manicomio de Saint Rémy de Provence -a 25
kilómetros de Arles- en su pensamiento está Margot
y -a través de una carta- le pide a su hermana Wil le haga
entrega de una pintura. Las fuentes consultadas no especifican de
qué cuadro se trata ni si el mismo ha sido pintado
exprofeso para ella. No puedo asegurar que Vincent haya amado a
Margot Begemann, lo que sí es verdad es que ella fue la
única mujer que realmente lo amó. Margot
falleció el 11 de febrero de 1907 en la Haya, donde
vivía desde 1899.

En la moderna ciudad de Nuenen en el año de 1968,
como un homenaje a la mujer que tanto amó a Vincent van
Gogh, se asigna su nombre a una calle, la "Margot Begemann
Street".

Si estás de acuerdo, puedo hacer una pausa antes
de continuar con este relato. Bueno, como tú quieras,
entonces continúo:

Es el año de 1887, tres años
después de haber terminado su idilio con Margot Begemann,
Vincent van Gogh vive en Montmartre y suele acudir al Café
du Tambourin en el Boulevard de Clichy. Dicho café
pertenece a una exmodelo de los pintores Corot y Degas llamada
Agostina Segatori, nacida en Italia, y con quien Vincent comparte
una corta relación amorosa. En febrero de este año
Vincent van Gogh pinta el cuadro "Mujer en el "Café du
Tambourin"", retrato dedicado a Agostina, además de otros,
uno de los cuales titulado "La italiana". No hay elementos para
decir qué tan intensa ha sido esta relación
amorosa, tal vez podría decirse que solo se trata de
encuentros ocasionales y que, aparentemente, no han tenido mayor
trascendencia en la vida de Vincent. En alguna fuente se
establece que el amante de la italiana, los sorprende, y
enfurecido golpea a Vincent, sacándolo a empellones del
café, alejándolo de ella.

El 21 de febrero del año siguiente, 1888,
encontramos a Vincent van Gogh arribando a Arles, ciudad al sur
de Francia -antigua provincia de Provenza- en busca del ambiente
soleado y luminoso que necesita para "aclarar" su paleta,
también pretende formar una comunidad de pintores en la
cual, éstos se apoyen mutuamente, a la que se refiere como
"el taller del sur" y del cual él ha pensado en Paul
Gauguin para que sea el dirigente de ese "atalier"
-taller-.

Estando en esta ciudad, se hace cliente frecuente de la
Casa de Tolerancia número 1 de la Rue des Ricolettes donde
conoce a una muchacha de casi dieciséis años, de
ojos azules y rostro bonito y agradable. "Eres linda Rachel",
dijo Vincent cuando los presentaron.

-Qué bueno que te gusto, esto me hace
feliz… tú también te ves muy bien "fou-rou",
-¿"fou-rou"? eso quiere decir que me conoces,
¿dónde me has visto?" -pregunta
Vincent-,

-En varias ocasiones, en la Place Lamartine, responde
Rachel.

"Fou-rou" es un apodo que le ha puesto la gente de Arles
y significa "loco pelirrojo" o "el loco del pelo rojo"; con una
crueldad ingenua los niños le gritaban, le "cantaban" la
tonadita: "el-lo-co-del-pe-lo-ro-jo, el-lo-co-del-pe-lo-ro-jo.
Vincent, sonriendo le dice a Rachel: "Está bien,
llámame "fou-rou" si te parece".

-Me gustan tus orejas, dice Rachel al tiempo que las
acaricia con los dedos.

-Te las regalo, son para ti si las quieres -responde
Vincent.

-Eres agradable "fou-rou", ¿Por qué todos
dicen que estás loco? Te estaré esperando todas las
noches.

-Creo que no podré Raquelita pues no tengo tanto
dinero. -se sinceró Vincent.

-Si no tienes cinco francos, "fou-rou" ¿quieres
cortarte una oreja y regalármela?

Durante varios meses Vincent visita a Rachel con cierta
frecuencia, siempre para platicar ya que él no tiene el
suficiente dinero para estar en privado con ella; en varias de
esas ocasiones Rachel vuelve a bromear pidiéndole le
obsequie una oreja a cambio de los cinco francos que le
costaría estar con ella.

Este episodio con Rachel termina la noche del 23 de
diciembre de 1888. En este tiempo, Vincent comparte "la Casa
Amarilla" con el también pintor, Paul Gauguin, pero es una
relación difícil por el carácter de ambos.
Esta noche tiene una discusión con Gauguin, quien sale
huyendo, perseguido por Vincent, que navaja en mano trata de
atacarlo -según Gauguin diría
después.

Al no lograr alcanzarlo se regresa a la Casa Amarilla
muy alterado y fuera de sí, se para frente al espejo y se
corta la oreja izquierda. Con grandes trabajos controla la
hemorragia atándose una toalla alrededor de la cabeza,
lava la oreja, la envuelve en papel periódico y se
encamina a la casa donde sabe se encuentra Rachel.
¿Significa acaso, que esta noche él ha decidido
"pagar" para estar con ella?

Se presenta en la Casa de Tolerancia, pregunta por ella
y cuando la tiene enfrente la sorprende

-Rachel te he traído algo.

-¡Un regalo para mí "fou-rou"! -La chica
abre el paquete y al ver el contenido, su rostro sonriente se
transforma, mostrando una expresión de horror y cae
desvanecida, mientras que él regresa a la "Casa amarilla"
y se acuesta a dormir.

Partes: 1, 2

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