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3 Tiros (Cuento)




Enviado por Daniel Ojeda



  1. Prologo
  2. 3
    Tiros

Prologo:

Este relato está escrito con una estructura en la
cual el persona principal es una persona Anónima, y la
cuenta en Primera Persona. Relata así su vida, en la cual
le pasaron muchos acontecimientos.

Nombra a otros personajes, pero que no tienen tan alto
desempeño en el relato, a excepción de uno, Rafael,
así lo nombra a un personaje del cual cuenta gran parte de
su vida, lo considera un amigo, y relata con gran énfasis
su tragedia.

El narrador se desplaza por el pasado, contando sus
experiencias y los acontecimientos en ellas. También lo
hace por el presente, en el cual cuenta un poco de su vida, pero
no lo hace con tanto animo ni siquiera lo resalta
mucho.

3 Tiros

Un penal es un penal, no es una definición por la
copa del mundo, tampoco es la final de la Libertadores, es
sólo un partido en la canchita de mi barrio. Tres tiros
por un peso le decían a un amigo, pero tranquilamente pudo
haber sido Messi, eso lo del apodo era porque no podía
coordinar bien y no podía acertar al arco en menos de los
dichosos 3 tiros.

Termina el partido y no me sentía bien, perdieron
por culpa de 3 tiros, su nombre era Rafael pero ya nadie lo
llamaba así. Volviendo a mi casa lo encuentro sentado
sobre el cordón de la calle, lo veía mal, pensaba
¿por qué estaría de esa manera? sólo
fue un partido de fútbol, tampoco era tan importante, no
lo comprendía.

Camino hacia él, pero en cuanto me ve, me dice,
¡andate! ¡No quiero más insultos! No
había sido yo el que lo insultaba, pero me metió en
la misma bolsa. No le contesté y solo me fui.

Todos los sábados eran tardes de partido, siempre
había un equipo contrario, a veces solo jugábamos
entre nosotros, pero siempre lo hacíamos. Yo no me
destacaba, era uno más del montón, estaba conforme
ya que no tenía habilidades extraordinarias, además
jugaba por jugar.

Creo que la vida se trata de objetivos y metas, uno
desea hacer un gol, otro lo desea atajar, por desear lo considero
un objetivo. No creo que la vida de todos sea así, pero
por lo menos la mía es de esa manera.

Ganábamos, estaba asustado, porque había
amenazas del otro equipo, eran unos de otro barrio, no
querían perder -jaja quien no-. Teníamos un plan,
consistía en dejarnos empatar y definir por penales,
sería lo mejor, ya que los contrarios podrían
tranquilizarse.

El otro equipo era formidable, tenían mucho
físico, y a físico me refiero a cuerpos grandes y
musculosos, en cambio nosotros éramos desnutridos en
comparación con ellos. Había algo raro en aquel
equipo, una persona conocida, me sorprendí al reconocerlo,
era Rafael -3 tiros- estaba de suplente con ellos.

Empezaba la ronda de penales y no pude agarrar ni una.
Por suerte mis compañeros no erraron y se definía
uno por uno. De repente sentí un deja vu, estaba parado en
frente mío 3 tiros a punto de patear, si malograba su
disparo perdía su conjunto, había mucha
presión, se sentía en el aire.

No recuerdo más de aquel día, lo
único que me viene a la cabeza es el cuerpo de Rafael
ensangrentado y roto. Me sentía mal, había sido yo
el que lo atajo o sólo lo erro, de igual manera yo
provoqué su muerte.

Mis recuerdos son algo difusos, se me entrecortan con
lágrimas de gente que no conozco y de personas que
recordaba de algún lado, pero no sabría explicar
porque recordaba eso.

Ya habían pasado 50 años de esa tragedia,
no lo entendía, el fervor de esas personas era tanta que
al haber perdido tuvieran que matar a un amigo, creo que hay
momentos y acciones que sobrepasan y mucho más si la vida
de una persona va de por medio. Quizás su intención
no fue el de quitarle la vida, pero las heridas eran muchas y
graves, su cuerpo no resistió y sucumbió en la
canchita, que después de ese acontecimiento nunca
más nadie pateo una pelota.

Rafael era un chico inteligente pero no muy hábil
en los deportes, le apasionaba tanto el futbol que lo jugaba sin
saber cómo. El reloj de su vida se paró a los 17
años y 7 meses, muy poco para alguien que tenía un
gran futuro en medicina. Porque las cosas suceden de esta manera,
un gran medico se aproximaba y lo tiraron a la basura,
además 3 tiros no fue el único que fue
dañado por esta situación, la familia quedo
destrozada, su madre -María- lloraba desesperadamente en
el velorio, mas no recuerdo, como dije mis recuerdos son escasos
y poco claros.

Tardé 10 años en entender lo que
sentía Rafael por el futbol, fue un 17 de octubre,
conocía a la persona que ahora es mi esposa. Fue
recién en ese momento en el que entendí al pobre de
3 tiros. Lo único que voy a decir, es que si yo estaba en
su lugar, hubiera hecho lo mismo, nunca abandonaría a un
amor.

Me siento culpable cada vez que me pongo a recordar,
porque si él hubiera convertido ese gol en ese penal,
Rafael todavía estaría con nosotros. Luego me
tranquilizo y pienso en que si no era 3 tiros, hubiera sido otro
la víctima.

Al futuro nadie lo predice, el que lo hace simplemente
está jugando a otro juego. Esto fue lo que pensaba luego
de la muerte de quien era tan inteligente que fue nombrado
abanderado. Él no sabía que iba a pasar en esa
tarde de sábado, había hipótesis y
conjeturas pero nada sólido, nadie sabía que uno de
los del otro equipo tenía un cuchillo en su mochila, y
menos, que planeaba utilizarlo.

Transcurro ya los 68 años, pero me siento
más viejo, la vida no me ha tratado de lo mejor,
cirugías, trasplantes, roturas. Suelo mirar las fotos de
mi adolescencia, para tratar de recodar lo bueno que era la vida
en esos tiempos, antes de que todo cambiara y se convierta en
individualismo y pocas salidas con amigos.

Tengo que admitir y confesar que nunca fui una persona
destacada o alguien notable, fui uno más del
montón, como bien dije al comienzo del relato. Creo que
una persona es como una planta, sus primeros centímetros
fuera de la tierra definirá todo su trayecto de vida hasta
su muerte. Eso era lo que pensaba, nunca cambie de
pensamiento.

El Futbol, es el deporte más hermoso que eh
conocido, en un principio no me gustaba mucho, pero luego fui
amándolo como quien a su familia. Vuelvo a meditar, y
menciono sin querer la palabra Rafael, era porque pensaba en que,
¿cómo un deporte tan bello puede acabar con la vida
de una joven persona?

A lo largo del tiempo me fui formulando un pensamiento,
la vida es como un partido de futbol, cada gol es un objetivo
cumplido, y cada roja una perdida querida y la vida se resume en
idas y vueltas, como partidos en la fase de grupos de la copa
libertadores.

Además pienso, en la vida hay que tener un poco
de suerte además de todos tus talentos y dones, porque
quizás un día erras un penal y no la
contas.

Suerte, una palabra que tiene muchos significados,
algunos creen que es una fuerza que domina el azar, otros un azar
que domina a las fuerzas de la vida. Diferentes pensamientos,
pero lo único claro es que es algo al azar, puede como no
puede ser.

Después de mencionar a Rafael, el periodista me
miro con una cara de quien lo mira a un fantasma. No sabía
cómo explicarlo, me sentía presionado en dar una
respuesta, termine quedándome callado, algo que lo
había profesionalizado a lo largo de mi vida. El
periodista solo se interesaba en sacarme información
acerca de mi pasado, yo quería anunciarle al mundo algo,
algo que era muy importante. Al final no pude hacerlo, el hombre
se retiró de mi casa enojado cuando le dije que ya no
quería hablar más de mi pasado, sino más
bien dar un mensaje a la juventud. Eran simples mis palabras,
disfruta la vida, tan simple como eso, pero no me quisieron
escuchar.

Me sentía acabado, pensando más en
allá que acá, quería volver a ver a 3 tiros,
pedirle perdón, algo que me quedo por toda mi vida, esas
palabras atoradas en mi garganta. Le decían 3 tiros,
porque en las ferias hay esos juegos que tienes que derribar
latas y tienes 3 tiros para hacerlo, lo decían así
porque nunca podía pegarle dentro de esos 3
palos.

Como bien dije en el principio, no era notable ni
habilidoso, pero eso no fue barrera para que un día me
viera atajar un ojeador del equipo Sacachispas, me quería
en su plantilla. En un principio no quise dejar mi Corrientes
querida y marcharme hacia Bs. As., pero al final tuve que
hacerlo. Desde ese momento no recuerdo más nada, mi paso
por Boca Junior, por Los Andes y por Boca Unidos quedaron
sumergidos en un lago, se podría decir que el olvido es el
agujero negro de nuestros pensamientos, y desde luego esos
años entraron a ese hoyo negro como cualquier planeta
desafortunado.

Solo, es la vida que llevo, tan sencillo que se puede
definir de esa manera. Doné todos mis ahorros a merenderos
comunitarios, porque aunque haya pasado 50 años y estemos
en el año 2013, todavía hay pobreza. Cuando voy a
un hotel, me defino como técnico de futbol, porque eso es
lo que soy, aunque ya no trabaje hace una
década.

Mi vida se la agradezco al futbol, lástima que no
pueda decir lo mismo por Rafael, a él, el futbol le trajo
desgracia y una corta vida. Estando ya solo en mi casa, me pongo
a pensar en ese amigo que tuve en los inicios de mi vida, era una
gran persona, y lo último que pudo hacer fue llorar y
pedir a su madre. la mamá no llego hasta después de
que murió, en fin no pudo despedirse, fue lo más
doloroso.

Una vez conocí a su sobrino, ya que él no
era hijo único, tenía un hermano muy parecido a
él. El sobrino se llamaba Nicolás, era muy
diferente a Rafael en lo físico, pero muy idéntico
mentalmente, fue como poder hablar con mi amigo que ya no
estaba.

Rafael marco un antes y un después en la vida de
todos en el barrio, ya no se aceptaban que vengan a jugar gente
de otros lugares, esa famosa cancha la convirtieron los vecinos
en una plaza con el nombre de Rafael, me sentí muy
orgulloso cuando yo mismo ayudaba a cortar la cinta inauguradora.
Muchos dijeron que fui yo el que hiso todos los trámites
para crear el espacio verde, pero en realidad fueron todos los
que alguna vez hablaron con un chico apodado 3 tiros.

No sabría cómo explicar la vida por esos
años, era todo más fácil, mucho más
tranquilo y no te preocupaba nada, solamente lo que estaba
cocinando tu mamá. Veía a todos mis amigos a
diario, asistíamos a la misma escuela y éramos la
mayoría compañeros de curso. Teníamos muchos
y muy lindos recuerdos, pero como siempre que empiezo a hablar de
esto, se me cruzo el recuerdo de aquella tarde de
sábado.

Continuo, dejando atrás los recuerdos, pero creo
que uno nuca puede dejar de tener presente su historia, porque
solo de esta manera podremos planificar un mejor futuro. El
futbol, en si es un deporte, un sistema excelente para poder
hacer amigos, amigos como los que tuve en mi antigua ciudad.
Pienso en que las personas que hacen males con esto, son personas
que no saben lo que realmente es la vida, y el amor a este gran
deporte.

Recuerdo que 10 años después de aquel
hecho trágico, volví a mi ciudad, la
encontré muy cambiada, la mentalidad de las personas
estaba cambiada. Pensemos entonces en que si la personalidad de
las personas es diferente, sus acciones serán muy
distintas a las que veía en mi niñez. Me paseaba
por las calles y veía personas tiradas, drogadas y sin
ningún futuro, mucha gente sin trabajo, menor movimiento
juvenil. Ciertamente mi ciudad había cambiado, ya no era
la misma. Quería utilizar todo mi dinero para cambiar,
pero me di cuenta en que si lo cambiaba de esa manera no
sería beneficioso, entonces me reuní con mucha
personas conocidas y recién de esta manera creamos
polideportivos barriales. Cuando me fui de mi ciudad dos meses
después, ya se podía apreciar un cambio en la
sociedad.

Pregunte a un joven si recordaba a Rafael y me
respondió que no, por mi parte necesitaba hacerle un
bronce para que la ciudad recuerde siempre en que todo tiene un
límite, y no se puede andar por la vida matando personas.
Fue así que decidí convertir esa antigua canchita
de barrios en una plaza, como ya lo había mencionado
anteriormente.

Vuelvo a sentarme, me siento mareado, no recuerdo mucho
más que eso, como bien dije antes, la vida me ha tratado
mal. Pero aun así les contare la corta vida de mi amigo
Rafael.

Nació un 3 de enero, siempre festejaba sus
cumpleaños, recuerdo que en una de sus fiestas me
caí de la escalera que tenía en su casa y me
rompí el brazo, fue algo que siempre recordare a lo largo
de la vida porque me había caído por tratar de
llegar antes de todos a la torta. Además de sus excelentes
cumpleaños, recuerdo que siempre nos enseñaba a
todos los del curso porque era muy inteligente, siempre
aprobábamos gracias a él.

Lamento no recordar más, creo que si un hombre no
recuerda lo que hace, es como si le restringieran la felicidad,
porque mayormente se es feliz recordando momentos. y es
exactamente esto lo que me sucede en este momento, no recuerdo
más de la vida de uno de mis mejores amigos, pienso pero
no puedo, en fin termino sintiéndome muy impotente y
triste al no poder.

Pasan los minutos, y el partido sigue 1 a 0, estamos
ganando, es en este preciso momento en el que veo a Rafael
sentado esperando para poder jugar. En un principio no
entendía la situación, pero decido dejar de pensar
en eso y concentrarme en el partido. Y así fue como
pasaron los minutos hasta que faltaba solo los últimos 10,
seguíamos con el mismo resultado, es eso patean la pelota
y termina en la casa de un vecino. Aprovechamos este tiempito
planeando un empate para que se tranquilicen los del otro equipo.
Desde la media tarde que los contrarios querían pelear por
su impotencia al no poder empatarnos.

Fue en una jugada con pelota parada cuando mandan un
centro y cabecea, sinceramente lo podía agarrar, pero me
deje vencer respetando el plan que habíamos armado. debido
a esto tuvimos que ir a los penales, el partido solo se estaba
jugando por muy poco, era solo por $10 pesos, lo que valía
unas gaseosas y una galletita en esos tiempos.

Patea un tal Gutiérrez, me quede helado, casi me
saca la cabeza con su disparo, fue muy potente y no la pude
agarrar, de este modo se fueron consumiendo los dichosos penales,
como bien lo dije en un principio, no era una final por la copa
del mundo, ni la copa libertadores, pero lo seguro es que cada
uno lo estaba jugando a su manera en su mente.

Sonreía porque mi compañero había
hecho un gol y ya estábamos en la definición uno
por uno -esto sucede al patear los primeros 5 penales y seguir
empatando-, en ese momento me sentía raro, había
sucedido un dejabu, me estaba pasando lo mismo que en el primer
partido que conté, en frente mío lo tenía al
famoso 3 tiros o como realmente se llamaba, Rafael. En ese
momento en el que patea mis recuerdos son nulos y de repente se
me viene a la cabeza las imágenes de él totalmente
ensangrentado.

Creo que ya fue suficiente, pienso en que este chico nos
deja una gran enseñanza, todo es bueno dentro de los
limites, una vez que nos pasamos del límite con algo puede
terminar muy mal. Medito y termino concluyendo en que en esta
vida nadie parte en vano, todos dejan su granito de arena en
contribución a la sociedad. Además termino con
esto, todo sucede por algo, si sucedió esa tragedia, fue
por algo y ya estuvo pensado, solo que nadie lo savia y nadie lo
esperaba. El destino es como los días, sabes que los estas
transcurriendo, pero lo que no sabes es que te deparara, tan
simple como eso.

Voy terminando de esta manera este texto, quizás
sea lo último que escriba, mi vista se está
nublando y casa ves tengo menos memoria. Si sigo así, no
llegare a la séptima década, pero me pongo feliz,
porque gracias a esto ahora alguien más podrá saber
y podrá conocer la historia de Rafael.

Tres Tiros:

Este libro nos introduce a la época de los
años 60`, en la que los barrios eran humildes en el
interior de la Argentina. El escritor nos quiere dejar una
enseñanza la cual es: "Todo está bien, en su cierto
límite". Además deja algunas palabras a los
jóvenes, las cuales son: "Disfruta la Vida". Son cosas
simples, pero que tienen mucho significado.

La historia se desencadena en una entrevista hecha a una
persona nacida en la provincia de Corrientes, la cual de chico
acostumbraba jugar al futbol con sus amigos. De grande fue
jugador del mismo deporte y luego fue Director
Técnico.

En sí, el texto cuenta una historia que ha dejado
una gran marca en una sociedad, además nos cuenta lo
valioso que es la vida, y que todo es posible. Nada esta
deliberado al azar, porque cada movimiento está
predestinado.

 

 

Autor:

Daniel Ojeda

San Luis del Palmar – Corrientes –
Argentina

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