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Acercamiento al desarrollo de la literatura artística gibareña a partir de 1959 (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Decir de un texto que es bello es emitir un juicio
estético; decir que es una novela, un juicio literario;
pero decir que es cubano no es ni lo uno ni lo otro. Pues la
categoría de "cubano" (como la de "español",
"francés", "peruano" o "argentino") es de muy distinta
naturaleza: no "geográfico-sentimental", como
sugirió una vez con su gracia pendenciera, pero
equivocado, Borges, sino histórica o si se quiere,
política, tal como asegura Mariátegui, si a este
último vocablo le damos su horizonte más
vasto.(p.5)

De 1890 es el primer intento de reflejar la cultura y la
literatura cubana en particular, se trata del ESTUDIO SOBRE EL
MOVIMIENTO CIENTÍFICO Y LITERARIO DE CUBA, de Aurelio
Mitjans, quien no desvinculó el criterio científico
del patriótico. Del mismo modo ocurrió con Manuel
de la Cruz y su RESEÑA HISTÓRICO-CRÍTICA DEL
MOVIMIENTO LITERARIO DE LA ISLA DE CUBA, 1790-1890, que
trasmitió la tradición revolucionaria de la cultura
fomentada en la isla. Lamentablemente no todos los estudios
histórico-literarios cubanos siguieron este camino,
algunos, sobre todo en la etapa seudorrepublicana, cuyos autores
se amoldaron y sirvieron a los regímenes de turno, no
aportan nada nuevo a la historia de la literatura nacional pues
desvinculan totalmente lo que ocurre en la literatura de la
realidad y desconocen obras y autores. De esta manera
Ángel Augier(2005) caracteriza de "ausencia de profundidad
y de criterio" y de "juicios erróneos" la HISTORIA DE LA
LITERATURA CUBANA de Juan J. Remos, publicada en 1945,en cambio
elogia entre otros, el BOSQUEJO HISTÓRICO DE LAS LETRAS
CUBANAS, de José Antonio Portuondo, que vio la luz en
1960, y que a su juicio "aporta una nueva visión del
fenómeno cultural isleño, dentro del acontecer
histórico insular" (p.9 y10) y está también
el PANORAMA HISTÓRICO DE LA LITERATURA CUBANA de Max
Henríquez Ureña, que aún con el
señalamiento de Augier (2005) en cuanto al divorcio que
evidencia esta obra entre interpretación histórica
y teoría literaria en el período de la
intervención yanqui en Cuba, además de otros
aspectos, él mismo la consideró "como el más
serio y completo" escrito hasta ese momento y como "sólido
punto de partida para más logradas realizaciones" (p.
13).

En esta obra Henríquez Ureña (2005)
comienza diciendo una verdad que debe seguir toda historia de la
literatura:"El desenvolvimiento de la vida literaria en Cuba
está tan estrechamente ligado al de la historia
política, que se hace imposible disociarlos". (p.15).Esto
es válido siempre, no puede separarse nunca la historia de
la literatura, de la propia historia del pueblo que le da vida,
por tanto todo fenómeno literario debe verse dentro de su
realidad histórico social.

De esta manera las literaturas nacionales se desarrollan
y proliferan a la vez que las naciones mismas, y se convierten
muchas veces en vehículos para la propia
construcción de la nación. Sin embargo, en esas
literaturas nacionales como en la historia, están
implícitos, pero no se significan, los rasgos particulares
de regiones de un país que van haciendo la historia toda.
Y esas diferencias regionales que se ocultaron durante
muchísimo tiempo ahora se tratan de reivindicar, sobre
todo, por quienes consideran que la globalización amenaza
con aniquilar las particularidades culturales, y entienden que la
potenciación de las literaturas locales y regionales
pueden ayudar a conservar los rasgos identitarios de las regiones
y las culturas amenazadas por ese proceso homogeneizante de la
globalización cultural.

Por esa razón hoy se habla también de
literatura regional, un concepto -de reciente aparición-
que hace referencia a la literatura producida desde un
área geográfica y cultural concreta; desde una
región.

Dado que el propio término "región" es de
naturaleza poco precisa y se puede aplicar a ámbitos muy
diferentes -las regiones polares del mundo, las regiones de
América Latina, la región europea, etc.-, se
determina para esta investigación que la literatura
regional se refiere, a la literatura producida en una escala
inmediatamente inferior a la nacional. A partir de este criterio,
mientras que una literatura nacional comprende todas aquellas
manifestaciones literarias producidas en el interior de un
país (así existe "literatura argentina",
"literatura española" o "literatura cubana"), una
literatura regional se circunscribe a los límites de una
región más pequeña, como podría ser
la "literatura catalana", o "literatura siciliana" o "literatura
holguinera". (lengua.laguia2000.com › Literatura
regional)

La literatura regional, vista así, es un
instrumento más para el estudio de las literaturas del
mundo, estudio que puede abordarse desde lo universal a lo local,
pasando por lo continental, lo nacional, lo regional y algunos
hablan de "lo comarcal". La literatura nacional ha terminado por
anular a la regional, ya que ésta generalmente no se
identifica, ni se difunde y se obvia ante la omnipresencia de una
literatura mayor que niega las diferencias y particularidades
regionales, tal como ocurrió y ocurre aún con las
literaturas de un primer mundo con relación a las del
tercer mundo, con menos posibilidades de publicarse, promoverse y
reconocerse.

Según la investigadora cubana Dolores Guerra
López (http://www.cubarte.cult.cu/20107literaturalocal)"el
análisis de los diversos mecanismos que entrelazan las
historias locales y las múltiples expresiones de la
cultura, puede contribuir al reconocimiento de nuestra
continuidad histórica" porque es que tanto la
visión panorámica como la local, "son
términos de una unidad dialéctica que debe alcanzar
conscientemente su superación en un encuentro al mismo
tiempo múltiple e integral de la historia". Y parte de esa
historia son las culturas locales que contribuyen a la historia
nacional y en ellas es importante ese trabajo artístico
dado en un contexto determinado y sobre todo si éste no
solo ha conformado la memoria de un período
histórico sino que sigue sumando en la actualidad una
acción creadora que es continuadora, renovadora y se
articula en el presente.

En Cuba la referencia más antigua acerca de la
importancia de conocer la cultura local se encuentra en las obras
de José de la Luz y Caballero, quien en el ámbito
pedagógico se pronunció al respecto:

(…) es sumamente interesante para la patria infundir a
sus hijos, con la leche, un amor entusiasta por ella, no habiendo
nada más propio de conseguir tan precioso fin como el de
familiarizar a los niños con ciertos recuerdos de la
historia peculiar de su pueblo nativo- porque estas impresiones
se graban hasta la muerte para que sirva como de núcleo a
la de su nación, y después de las demás del
mundo (…) colocándose al alumno en su aldea,
digámoslo así, como en un centro a quien
deberá referir los puntos más notables que se
hallan en la periferia (…) (1832,p.238)
(Cartaya,1989,p.55)

E indudablemente para alcanzar ese propósito,
aún vigente, hay que estudiar y conocer para luego
inculcar a las nuevas generaciones y preservar así los
valores locales. Pero José Martí también
dejó en este sentido su legado, todavía
válido:

Cada cual se ha de poner, en la obra del mundo, a lo que
tiene más cerca, no porque lo suyo sea, por ser suyo,
superior a lo ajeno, y más fino y virtuoso, sino porque el
influjo del hombre se ejerce mejor, y más naturalmente, en
aquello que conoce, y de donde le viene inmediata pena o gusto: y
ese repartimiento de la labor humana, y no más, es el
verdadero e inexpugnable concepto de la patria. Levantando a la
vez las partes todas, mejor, y al fin quedará en alto
todo: y no es manera de alzar el conjunto el negarse a ir alzando
una de las partes. (1975, vol 5,p.75)

Armando Hart Dávalos (1991), en su
intervención hace unos años en un Taller de
Promoción Cultural en el Instituto Superior
Pedagógico "José de la Luz y Caballero"
afirmó: "quien no tiene identidad con su localidad,
municipio, barrio, no puede ser patriota". (Hernández
Infante, R., 1998, p.3)

Por su parte, los investigadores holguineros Dr. C.
María Elena Infante Miranda y el Ms. C. Rafael
Hernández Infante (1998), plantean que:

(…) la delimitación de lo local y lo
universal se hace compleja, por su carácter relativo, al
depender del ángulo desde el cual se enfoque el problema.
Independientemente del valor que ha adquirido el patrimonio
cultural universal, no debe obviarse la significación de
brotes culturales de pequeñas poblaciones, los que
alcanzan una importancia equiparable a la que cobran creaciones
de naciones enteras, regiones o del orbe. En las tradiciones
locales se fija la experiencia propia de la vida de las
agrupaciones humanas, la que refleja la configuración
individual de sus destinos históricos y las condiciones
singulares de su existencia. (p.2)

Lo local entonces se enlaza con lo llamado nacional, por
lo que tomando como guía la cultura general, es posible
acercarse a la comprensión y valoración de la
cultura nacional y local desentrañando las más
diversas formas de sus manifestaciones artísticas, y en
ellas está la literatura, una tradición local que
refleja la experiencia propia de la vida de una comunidad humana,
sus inquietudes y anhelos, su modo particular de
existencia.

La profesora cubana María Caridad Pérez
Padrón(2010), en su Tesis en Opción al Grado de
Doctor en Ciencias Pedagógicas, INTEGRACIÓN DE LA
LITERATURA LOCAL EN LA DISCIPLINA ESTUDIOS LITERARIOS: UNA
PROPUESTA, define el término Literatura Local que es
válido asumir para la presente
investigación.

(…) el conjunto de obras publicadas en libros,
folletos, periódicos, revistas, producidas por creadores
nacidos o no en la localidad, que desarrollaron una labor
cultural con arraigo y connotación en ésta. Las
obras poseen valores
artístico-literario-lingüístico y reflejan las
tendencias y movimientos fundamentales de la Literatura Cubana,
son expresión de la especificidad singular de la
Literatura Local. (p., 46)

Si demostrada es la influencia que tiene la literatura
en la conciencia de los hombres, mucho mayor aún debe ser
la de la literatura local o regional por ser la más
próxima al individuo. Hoy el desarrollo de las literaturas
regionales se hace más importante por su capacidad de
contrarrestar la tendencia homogeneizante de la cultura liberal
realizada a través de la vertiginosa ampliación de
los sistemas de comunicación y en especial de los medios
de información y comunicación masiva. No se puede
soslayar que la literatura nacional está conformada por la
totalidad de las expresiones realizadas por todos sus elementos
creativos pertenecientes a cualquier ámbito
geográfico nacional. Enaltecer entonces la literatura
regional es tender hacia el logro de una identidad
propia.

CAPÍTULO
II: LA LITERATURA ESCRITA EN GIBARA A PARTIR DE
1959

2.1 Contexto sociocultural de Gibara a partir de
1959

Gibara en el año 1959 tenía en el
ámbito económico y social una situación
extremadamente crítica: había un 64,3 % de familias
catalogadas de muy pobres, un 92,30 % de desempleo, un 27,7 % de
analfabetos, sin incluir los niños no controlados por las
escuelas y los que apenas sabían escribir su nombre que no
estaban catalogados como analfabetos y un hospital a medio
construir con sólo dos médicos y sin
recursos.(Leyva Martínez, 1988) En la esfera de la cultura
las únicas opciones eran el viejo teatro, un cine, tres
sociedades de instrucción y recreo y una biblioteca
pública, creada en 1945, considerada la más antigua
de la provincia pero instalada en un inadecuado local, con una
mesa, doce sillas y cuatro estantes y más bien fundada
para hacer cumplir lo establecido por el artículo 214 de
la Constitución de 1940 para el régimen
municipal.

Es lógico suponer que ante esta realidad, el
nuevo gobierno revolucionario priorizara las necesidades
más esenciales durante los primeros años. Por ello,
apenas tres años después, se crearon industrias
como la Hilandería "Inejiro Asanuma" y el Astillero
"Alcides Pino", que significaron en primer lugar, fuentes de
trabajo, imprescindibles para la localidad que tantos hijos
habían abandonado por no tener de qué vivir.
Paulatinamente aparecieron centros de producción y de
servicios, de salud y educacionales en todo el municipio, que
junto a la Campaña de Alfabetización, fueron
variando el nivel de vida de la población.

Según el escritor velasqueño Gilberto Cruz
Rodríguez (1937) en los años 1959-1960, en que
vivía en Gibara, acostumbraba a reunirse en un bar llamado
"Bar melódico", situado en la hoy calle Donato
Mármol, esquina Maceo, con un grupo de escritores que
habían probado sus aptitudes literarias en un
periódico local o en algún libro aislado, como Luis
Sánchez, Fernando Cuesta Mora, William Cuesta, Alberto
Ríos, y hablaban de literatura e intercambiaban, es decir
que así de manera informal se prolongó hasta los
primeros años del triunfo de la Revolución esa
inquietud literaria que había en Gibara.

Sólo tras la solución de las necesidades
primordiales para la subsistencia y gracias a ello, en Gibara
pudieron notarse algunas transformaciones en el ambiente
artístico-cultural de modo más específico.
Entre los años 1962 y 1963 en la cabecera del territorio
se crearon la librería y un centro vocacional de arte con
algunos talentos existentes que voluntariamente se ofrecieron
para servir de profesores, y algunos, con generosidad, vinieron
de otros lugares de la provincia a contribuir en la labor de la
enseñanza artística, en tanto otros fueron enviados
a formarse de manera emergente. Ello vino a sustituir los
limitados horizontes que tenían las antiguas clases
particulares y no estables de música, para agregar
además, la enseñanza de ballet, la pintura y el
teatro, de donde surgirían muchos de los valores
artísticos del territorio.

En los lugares fuera de la cabecera municipal, la
situación era aún peor, ni siquiera pueden tenerse
cifras de analfabetismo, desempleo y pobreza, y hasta allí
también fueron llegando algunas acciones de manera
paulatina, y en el ámbito cultural, en primera instancia,
los cambios ocurrieron en la educación. Particularmente en
Velasco, se formaron brigadas de aficionados al arte que tuvieron
como promotor cultural natural a Félix Varona Sicilia,
para trabajar en la zona e ir a los lugares más
intrincados con actividades de diferentes manifestaciones y en
las que la literatura, y en particular la décima oral,
sirvieron para reflejar los anhelos del campesino y los
propósitos que tenía la nueva sociedad (G. Cruz,
comunicación personal, 22 de diciembre de 2012)

Estos fueron los primeros pasos que como dijera el
líder Fidel Castro no eran "sino algunos pasos que deben
preceder a otros pasos que habían de crear mejores
condiciones aún" (1977, pp.34-35) y aunque no
existía todavía un movimiento cultural organizado,
despertaron y encauzaron inquietudes y aficiones
artísticos-culturales vitales para el desarrollo de la
cultura y del espíritu creador en particular.

Era la época de estudiante en que formamos grupos
de manera informal y hacíamos teatro, cine debate, algunos
eran músicos, pintaban, hablábamos de arte, de
literatura, nos leímos los pocos libros que tenía
la antigua biblioteca y en lo que hoy es la Casa de la Cultura o
en el parque amanecíamos hablando y discutiendo de
cualquier tema artístico hacíamos de todo. Gestamos
un movimiento cultural. (S. Escalona, comunicación
personal, 5 de enero de 2013)

Algunos de estos aficionados a una u otra
manifestación artística en las diversas tertulias
que hacían fueron discutiendo con más fuerza acerca
de la literatura y de manera reiterada llevaban poesías o
cuentos que hacían sometiéndolos a la
consideración del resto, percatándose con el tiempo
que la creación literaria era una expresión que los
unía.

Según Gilberto Cruz, en esos primeros años
se hicieron los boletines mimeografiados: "Los juglares", en
Velasco, "Mercurio" en Gibara y se creó un primer Taller
Literario llamado "Bahía", que a pesar de que no
perduraron mucho tiempo muestran los intentos por perfeccionar y
llevar a la letra impresa lo que se escribía en el
territorio. (Comunicación personal, 22 de diciembre
de 2012)

Según el escritor e investigador Jorge
Martínez Reyes, (s.f.) en la casa de Esteban Pérez
Palacio, en Velasco, se organizó una especie de vanguardia
artística para desarrollar un trabajo cultural en el
territorio con el promotor natural Félix Varona al frente.
El 24 de noviembre de 1960 Varona creó el grupo de teatro
de aficionados "Federico García Lorca" y apenas un
año después, en 1961, se inauguró la
Biblioteca "Fabio Delgado Mesa" por su iniciativa, así
como se inició la campaña Pro Centro Cultural para
la recaudación de fondos y materiales a través de
las actividades de bailes populares, veladas artísticas,
impuestos a los chóferes de 20 centavos por el cruce de la
calle principal, recogidas de dinero con alcancías en la
calle y el aporte voluntario "Done un ladrillo". De ello
saldría el fondo inicial para la construcción de la
hoy Casa de la Cultura "Félix Varona Sicilia".

A partir de una conferencia dictada en Gibara por el
escritor holguinero Alejandro Querejeta sobre Walt Whitman, donde
se conoce de la existencia en Holguín de un círculo
literario, surge la idea de hacer uno en el municipio que
tomó el nombre del escritor gibareño "Armando
Leyva" y que sin planificación alguna proporcionó
encuentros debates sobre poesías y cuentos creados por los
miembros del grupo que en aquel momento eran ocho: Alberto
Angulo Freitas, (cuentos) Luis Angulo
Freitas(poesías),Gorki Fernández (poesías),
Manuel Gómez (cuentos),Silvio Escalona (poesías y
cuentos), Fermín Munilla (cuentos) Arsenio Valdés
(poesías y cuentos) y Loida Catalá que no
participaba pero enviaba sus trabajos al taller. Las
críticas mutuas eran tomadas con carácter
más bien festivo, lo que contribuyó a que el mismo
creciera en un ambiente cordial.(S. Escalona. y A. Valdés,
comunicación personal, 5 de enero de 2013)

Recuerdo que una vez llevé un cuento que por
cierto me fue publicado hace unos años después de
darle taller y con otro título, y lo criticaron hasta el
cansancio. En el próximo encuentro trajeron un cuento
hecho por dos miembros del grupo, que satirizaba el que yo
había hecho y hacía referencias a mi persona, como
una de las tantas bromas que solíamos hacernos y que
asimilábamos también.(Gómez,
M.)(Céspedes S., 1995, p.12)

Para los miembros del círculo, éste
surgió el 14 de enero de 1965 en homenaje al natalicio de
Armando Leyva, inclusive algunos de ellos afirman que el nombre
del taller literario en ese año ya era el del intelectual
gibareño, y también el de la Biblioteca
Pública que en 1966 fue trasladada a un nuevo local,
enriqueciéndose en mobiliario y en fondo
bibliográfico, con un espacio y un ambiente idóneo
para cumplir su misión social. En ella se reunirían
en lo adelante, generalmente de forma espontánea, aquellos
aficionados a la literatura, de la misma manera que continuaban
siendo partícipes de otras actividades culturales y
promotores de ellas.

Sin embargo, todo parece indicar que por estos
años no llegó a ser reconocido como taller. Una
característica de esta etapa fue la voluntariedad, las
posibilidades que el nuevo contexto brindaba en cuanto a libertad
de hacer y de participar obviaron muchas veces la
organización hacia objetivos específicos, realmente
el trabajo cultural se dirigía prioritariamente a hacer
factible la participación de las grandes masas en la
cultura.

Fue un período de aciertos y desaciertos, de
inestabilidad de falta de perspectiva en la búsqueda de
resultados precisos y hasta de incomprensiones y desacuerdos en
el modo de hacer, "la necesidad de enfrentarse a muchos problemas
apresuradamente" y sin estar preparados que mencionara Fidel en
1961 era también inherente a los contextos locales. (1977,
p.8)

No hay referencias oficiales con relación al
taller municipal hasta la década de 1970, lo que parece
coincidir con la fecha de consolidación de los talleres
literarios en el país. En 1971 se celebra el Primer
Congreso Nacional de Educación y Cultura, donde se aprueba
la política educacional y cultural para los
próximos años, y en 1973 la Dirección de
Literatura del Consejo Nacional de Cultura dicta orientaciones
metodológicas sobre los talleres literarios y los
círculos de lectura.

En 1972 se creó la ANJEA (Asociación
Nacional de Jóvenes Escritores y Artistas) en la provincia
oriental y se dio una especie de plenaria donde participamos. A
partir de ahí se institucionalizó el taller y
participamos en encuentros entre regiones. Junto a Gilberto Cruz
y Silvio Escalona participé en un recital de poesía
en un pre-universitario de Santiago de Cuba, inclusive terminamos
creando un taller allí. Tuvimos intercambios con el taller
literario de Santiago que entonces dirigía Efraín
Naderau, con el de Holguín y en Manzanillo teníamos
relación con el taller" Manuel Navarro Luna "y su
Boletín "Guacanayabo".(Gómez, M.)(Céspedes
S., 1995, p.14)

Pese a toda esta vida literaria que se conoce por los
integrantes de lo que ellos mismos llamaban ya Taller Literario
"Armando Leyva", la prensa de la antigua región asume como
fecha de creación del taller el 27 de febrero de 1974 en
la Casa de la Cultura ya existente en el municipio, donde se
seleccionó a un presidente: Francisco Aguilera, una
secretaria: María Hernández Medina y se aprobaron
once miembros, entre ellos: Silvio Escalona, Manuel Gómez,
Arsenio Valdés, Luis y Alberto Angulo, Fermín
Munilla, Gilberto Cruz, Nurys Valcárcel y Liliana
Caballero. En sus acuerdos se incluía "lanzar una
convocatoria con el fin de captar colaboradores aficionados".
(Ahora, 9 de marzo, 1974, p.2)

Cabría preguntarse si aquel primer taller se
desintegró y posteriormente se creó otro. Sus
miembros dicen que no y la mayoría de ellos estaban entre
los once que se aprobaron en 1974, el resto según ellos
mismos expresan, como el presidente y la secretaria, se
incorporaron posteriormente, pero antes de esa fecha. Cabe
suponer que realmente el taller no estuvo oficializado hasta
1974, aunque existiera con anterioridad. No existe otro documento
que confirme esta información.

Otro elemento contradictorio es el nombre, si bien en la
nota periodística dedicada a la creación del taller
no dicen cómo se nombra, se encontraron nuevas referencias
en 1977 donde lo llaman "Sergio Saíz Montes de Oca". No se
ha esclarecido si realmente cambió el nombre, a qué
se debió.

Pero esta oficialización dio un nuevo
carácter al taller. Los últimos años de la
década de 1970 manifiestan la proyección social del
mismo. La sistematicidad de sus actividades, el contar con
asesoría literaria establecida por la Dirección de
Cultura realzó su labor, permitió un mayor
intercambio con la literatura nacional y sus mejores exponentes,
consolidando los objetivos que motivaron su
creación.

La participación en las Semanas de Cultura
Gibareña, en las actividades en saludo al XI Festival
Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 1978, en tertulias en
centros de trabajo e instituciones culturales y la presencia de
sus miembros en Encuentros Debates de Talleres Literarios, que ya
se realizaban en el país desde 1975,hablan por sí
mismo de una transformación cualitativa del
taller.

Al exponer los talleristas los resultados de sus
creaciones a la valoración de otros y asimilar sus juicios
y recomendaciones, estaban exigiéndose nuevas conquistas
en el plano de la superación, porque cuando "el talento
artístico está animado por la voluntad de
participar activamente en el proceso de transformación
revolucionaria, el creador identifica la crítica como un
momento esencial de su labor".(Pérez
Herrero,1975,p.71)

En 1978 se celebra nacionalmente el 90 aniversario del
natalicio de Armando Leyva en la Biblioteca Municipal, durante la
celebración de la Semana de la Cultura Gibareña y
con la presencia del poeta Alberto Rocasolano. Durante esa
actividad el tallerista Manuel Gómez brinda un
conversatorio sobre la vida y obra del relevante escritor
gibareño. Es precisamente durante la celebración de
esa Semana de la Cultura que el Taller tiene el primer testimonio
escrito de su labor: el número inicial del Boletín
"Cacoyugüín".

Para la memoria de los talleristas este primer
número que no tiene fecha, fue realizado en 1980, sin
embargo, el artículo final de dicho boletín lo pone
en duda al referirse al "recién finalizado" Congreso de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y a sus
conclusiones, pues no puede catalogarse de reciente en 1980 un
Congreso celebrado en 1977, y la búsqueda
bibliográfica confirma el error pues en la
información dada por el entonces jefe del Departamento de
Cultura Masiva en el municipio Francisco Míguez Aguilera a
la prensa provincial, expresa que el boletín salió
por vez primera en 1978. (Ramírez Escalona, 1978,
p.2)

Es decir, que las Tesis y Resoluciones sobre la Cultura
Artística y Literaria aprobadas en el Primer Congreso del
Partido estaban ya dando los frutos de su materialización,
el taller literario de Gibara logró en estos años
su razón de ser y el quehacer literario fue creciendo
estrechamente ligado a él, aún desde los tiempos en
que la informalidad permeaba ese quehacer.

Nuestra formación como escritores en manera
alguna puede verse desligada del Taller Literario, pues si bien
no fue una "escuela", a él debemos mucho en tal sentido.
Hubiera resultado muy difícil avanzar de manera
individual.[…] mucho ha tenido que ver con el desarrollo
literario de la localidad; es que resulta imposible hablar de
ello sin mencionarlo[…] su influencia llegó a
centros de trabajo y de estudios, a través de
conferencias, charlas, libros debates, lanzamientos de
libros… (A. Valdés, comunicación
personal, 5 de enero de 2013)

El Segundo Congreso del Partido Comunista de Cuba
precisó la necesidad de ampliar el movimiento de
aficionados, dar mayor utilización a los medios de
difusión y promoción culturales y lograr el
perfeccionamiento de las condiciones que propiciaron el
espíritu creador, así como orientó el
estrechar la interrelación entre la cultura, el arte y el
sistema de enseñanza. Ello contribuyó no
sólo a que se conservaran las conquistas logradas en la
esfera de la cultura sino que la nueva etapa significaría
un nuevo reto.

La cultura en el municipio gibareño fue sumando
paulatinamente huellas perdurables de una significativa
actividad. Luego del Museo de Historia Natural (1966), se
creó el Museo de Arte Colonial (1972), la Casa de la
Cultura de Gibara (1975), la que contó con todas las
manifestaciones artísticas, incluyendo la literatura y la
presencia permanente de un asesor literario. Se construyó
un cine (1978), una galería de arte y una librería,
también a finales de la década de 1970; y se
fundó el Museo Municipal (1982).Surgieron además
los Centros Culturales de Uñas, Floro Pérez, Bocas
y Velasco. Así continuó fortaleciéndose el
Movimiento de Artistas Aficionados como un hecho armónico
e integral.

Para muchos, aficionados, funcionarios, bibliotecarios,
trabajadores del sector de la cultura, en la década del 80
se produjo algo así como "el gran arranque de la
literatura en el municipio", debido fundamentalmente a la
aparición de múltiples instituciones culturales con
un trabajo ya estable, a la experiencia de funcionarios y
trabajadores de la esfera en cuanto a modos de hacer y
propósitos de la cultura en el territorio, al propio
oficio logrado por los aficionados de la literatura y su contacto
artístico con la comunidad que los reconocía. Los
más allegados mencionan además el crecimiento del
Taller y la presencia en él del asesor literario Roger
Máximo Quiñones, que aunque no gibareño,
asumió su labor con gran dedicación, incorporando a
ella los resultados de su propia creación. Es oportuno
agregar a lo mencionado, las nuevas condiciones dadas en el
país tanto en el orden socioeconómico como en lo
político-cultural.

Lo importante es que como resultado de cada una de esas
circunstancias en enero de 1981, por empezar en forma
cronológica, se edita nuevamente el boletín
"Cacoyugüín", que anuncia su salida trimestral y
cuenta ya con un Consejo de Redacción. La calidad de su
presentación dice mucho del esfuerzo y amor con que se
realizó, en este número aparece un elemento que ya
caracterizaría las publicaciones siguientes, la
inclusión de ilustraciones sobre lugares históricos
o detalles artísticos de la arquitectura colonial
gibareña o de los fondos museables algunos inclusive son
fotografías de artistas gibareños que hoy son
relevantes dentro de esta manifestación en la provincia,
lo que indica ya una integración de la literatura y la
plástica en aras de un mejor resultado
cultural.

De 1981 hay tres boletines con similares
características, incluyendo el mencionado con
anterioridad, aunque debe resaltarse un nuevo logro en los dos
últimos: la incorporación en la publicación
de las creaciones poéticas de niños y
jóvenes, muestra de que ya se trabajaba con las nuevas
generaciones y se preparaba la continuidad en el quehacer
literario de la localidad. Quizás esa sea la razón
por la que en el boletín, en estos números y en la
mayoría de los posteriores, no hicieran alusión en
su presentación, a un taller determinado sino que
expresaría: "Talleres Literarios Gibara", pues se
trabajaba además con pequeños y jóvenes
talleristas. No obstante, es curioso que Armando Leyva vuelva a
mencionarse en este año como nombre de aquel antiguo
taller que luego tendría el de Sergio Saíz,
¿exactamente cuándo cambió y por
qué?, no se ha podido determinar, pero algunos de los
viejos talleristas no reconocen que tuviera otro nombre que no
fuera el del periodista gibareño o plantean que si
cambió fue por poco tiempo. Es posible que ocurriera a
partir de 1978 con el reconocimiento a los méritos
literarios e intelectuales de Leyva que se han mencionado en este
trabajo con anterioridad. A partir de 1981 la dirección de
este taller parece haberse estabilizado con los nombres de Silvio
Escalona, presidente y Arsenio Valdés como vicepresidente
y luego con Carmen Luisa Pérez quien lo ha atendido hasta
la actualidad.

A finales de 1981 se produce el IV Encuentro Provincial
de Talleres Literarios en Gibara que fue significado por la
atención que le brindaron las autoridades culturales del
municipio. La calidad de las obras presentadas y la
participación cuantitativa "como el mejor, en todos los
aspectos, de los celebrados hasta el momento en la
provincia."(García Benítez, 1981)(Ortiz, P., 1981,
p.2) La presencia de Gustavo Eguren, Waldo Leyva y Joel James,
entre otros escritores de prestigio en el evento literario
constituyó un estímulo a noveles creadores y un
reconocimiento a la actividad literaria de Gibara. De ese
encuentro saldría el primer premio nacional que un mes
después obtendrían dos gibareños en el
género testimonio en el Encuentro de Talleres del
país y que fuera publicado en TALLERES LITERARIOS
1981.

Fue este el año también que se convoca a
todos los miembros de la Brigada "Raúl Gómez
García" y la Asociación "Hermanos Saiz" a un
concurso provincial desde Gibara: "Cacoyugüín de
Poesía", que con frecuencia anual y realizándose
cada mes de enero, duraría hasta 1984, año en que
se sustituye por el Concurso "Armando Leyva" para residentes en
el municipio y se incluyen en la convocatoria la poesía,
el cuento y la literatura infantil. Esto daba más
posibilidades a los creadores locales, sin obviar la presencia de
escritores y personalidades de la cultura nacional que vinieron
al municipio en calidad de jurado, e intercambiaban con los
aficionados a la literatura y los acompañaban en
actividades a centros laborales y estudiantiles a través
de las cuales los visitantes hacían sus propias
valoraciones de la vida literaria del territorio: "La descarga
literaria, de manos de la trova, en el parque, junto a
Martí, es una excelente idea" o "A Gibara se vuelve desde
la adolescencia para hundirse en el mar, en la luz, en la
poesía", escribirían Imeldo Álvarez y
César López respectivamente, en su visita en enero
de 1984 como jurado del Concurso "Armando Leyva", y que consta en
documentos que se conservan en el archivo de Literatura de la
Casa de Cultura "Raúl Gómez
García".

Con la creación de las diez instituciones
básicas de la cultura orientada por la Dirección
Nacional de Cultura, en 1983 Gibara agrega a la fundación
de la Tienda de Bienes Culturales, conjuntamente con las que ya
tenía, al Taller Literario "Armando Leyva" como
institución cultural y en 1985 se le otorga a éste,
junto al Taller Literario de Holguín, la categoría
"A", lo que permitía a sus escritores participar en
actividades nacionales e internacionales. Serían los dos
primeros, y durante mucho tiempo, los únicos talleres
literarios de la provincia con esa categoría.

En 1985 se inicia la Campaña Nacional por la
Literatura, donde la integración de la esferas de
literatura de las Casas de Cultura, las bibliotecas,
librerías y los taller literario en un objetivo
único además de producir el efecto sociocultural
que de esta labor se esperaba, produjo una mayor
interrelación entre las instituciones culturales y la
promoción de la literatura tanto local como nacional
saldría beneficiada. En el boletín
"Cacoyugüín" de septiembre de este año (p.4-5)
se publicó un trabajo instando al pueblo a la lectura.

En 1986, se aprueba por parte de la Dirección
Provincial de Cultura premiar en metálico el Concurso
"Armando Leyva", que se mantiene anualmente y dos obras de
talleristas locales: Arsenio Valdés y Lissette Pifferrer
en los géneros de literatura infantil y crítica
literaria respectivamente, fueron seleccionados para el Encuentro
Debate Nacional, logro que se repite en el género de
cuento en 1987 con Arsenio Valdés.

En 1987 la Dirección Provincial de Cultura de
Holguín organiza el evento conocido como Literatura 87
para rendir homenaje a José Lezama Lima, Gibara fue
subsede y escritores gibareños se unieron a los invitados
en sus visita a la villa, entre ellos: Eliseo Diego, Fina
García Marruz, Cintio Vitier y César López,
así como a escritores holguineros, y firmaron la llamada
"Declaración de Gibara", denuncia y condena a los hechos
ocurridos en Valencia, España, donde enemigos de la
Revolución Cubana impidieron, con agresiones de actos y de
palabras que los escritores de la delegación cubana:
Lisandro Otero, Miguel Barnet y Pablo Armando Fernández,
expusieran sus criterios ante aquel Congreso. Esta
"Declaración de Gibara" fue publicada en la prensa
provincial y nacional y enviada al periódico
español EL PAÍS y constituyó un hecho que
reconoció la existencia de los escritores gibareños
y su apego a los principios revolucionarios de los intelectuales
cubanos en general.

Del mismo modo, la gestión editorial y la
difusión de los valores locales a través de
diferentes medios cobran para el municipio por estos años
una fuerza sorprendente. Si bien el boletín
"Cacoyugüín" de una planificación trimestral
que se planteó en 1981 quedó con una frecuencia
anual desde 1982 hasta 1985, y no pudo editarse durante 1986 y
1987 por problemas materiales, los escritores locales fueron
divulgados por todo el país, no sólo con la
publicación de sus obras, incluyendo la aparición
en 1988 de cinco libros, sino a través de la
crítica literaria que tuvo en esas obras razones para
pronunciarse.

Estos resultados fueron un significativo reconocimiento
a los años de tesonero trabajo de aquel taller que se
creara a principios del triunfo revolucionario , del
estímulo que la Revolución fue para la cultura y de
los esfuerzos que en la gestión de materialización
de dichos resultados hizo la Dirección Municipal de
Cultura. Aún en ese año 1988 con la
colaboración entusiasta de los factores locales, incluida
sobre todo la dedicación de algunos talleristas, gana su
espacio el "Cacoyugüín" después de dos
años de ausencia, para hacer sentir, sobre todo, las voces
de los nuevos compartiendo sus páginas con aquellos que ya
tenían en libros, como triunfo, las horas de desvelos
robadas al sueño o al tiempo libre de más de veinte
años de trabajo. El aumento cuantitativo de los creadores
visible además en el Concurso "Armando Leyva", en los
Encuentros Municipales de Talleres Literarios; la cohesión
del trabajo literario de Velasco que convocó con su Taller
"José Martí" un concurso independiente pero de
carácter municipal: el "Abraham Portuondo", en homenaje a
un periodista del territorio, indicaban ya que en el
camino se estaba preparando el relevo en diferentes zonas del
municipio como para dotar a la cultura gibareña y a su
literatura en particular, de un carácter
territorial.

Junto al "Cacoyugüín" de 1988 se
editó también un volante saludando el día
del Gibareño Ausente celebrado ese año, con una
poesía de un tallerista dedicada a quienes con dolor
habían abandonado la villa natal en aquellos
difíciles años seudorrepublicanos. Con ello el
Taller ganaba mayor espacio en su proyección
social.

Ante hechos como los mencionados, no es difícil
comprender a qué se refieren los gibareños al
hablar "del gran arranque de la literatura" en la década
de 1980 y mucho menos deducir que Gibara en las nuevas
condiciones socioeconómicas fue consolidando un ambiente
creador muy favorable para mantener y continuar desarrollando el
movimiento literario local.

La creación del Premio de la Ciudad en 1986, la
aparición de revistas provinciales como Ámbito y
Diéresis,(1987) que posibilitaron el que escritores de los
municipios concursaran y que también publicaran; la
fundación del Centro Provincial del Libro y la Literatura
en 1990 (rebautizado en el año 2000 como Promotora
Literaria "Pedro Ortiz"); la estrecha relación de los
creadores holguineros, y de los gibareños en particular,
con los poetas de Las Tunas y su concurso "Cucalambé"; el
inicio en 1994 de la Fiesta Campesina, que se desarrolla en
Velasco dentro de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana y el
Premio Décima Mural de esta fiesta, son también
hechos que propiciaron el desarrollo de la literatura en la
provincia y en particular de los escritores
gibareños.

2.2 Autores y obras que identifican la literatura
escrita en Gibara a partir de 1959

En los primeros años después del triunfo
revolucionario la producción literaria gibareña
quedó reflejada de manera parcial y aislada entre las
páginas de los periódicos locales TRIBUNA LIBRE y
VENCEREMOS que perduraron hasta 1965 aproximadamente. Luego estas
publicaciones desaparecieron y solo con la creación y
desarrollo de las instituciones culturales y de los talleres
literarios se obtuvieron espacios para la lectura y
discusión de las obras de los escritores. Los boletines
"Los juglares", en Velasco, "Mercurio" en Gibara, de los que no
se conserva ningún ejemplar, y luego
"Cacoyugüín" en Gibara, fueron la vía inicial
para divulgar lo que se escribía. Como es natural, los
frutos de las oportunidades brindadas por el nuevo Estado
Revolucionario fueron dándose, como se ha explicado,
paulatinamente

El boletín "Cacoyugüín", surgido en
1978, perduró durante varios años. En su primera y
modesta publicación mimeografiada, contaba con doce
páginas, un sencillo diseño alegórico a las
murallas y a la Silla de Gibara e incluía un Editorial,
ocho poesías, un cuento y un artículo,
producción literaria de seis talleristas. Amor, historia,
paisaje, internacionalismo y construcción de la nueva
sociedad son temas que desbordaron su escaso espacio.

Después de este boletín inicial,
transcurrieron casi tres años para que el mismo volviera a
salir. En enero de 1981, se edita nuevamente el
"Cacoyugüín", salen cuatro números, luego se
publicaría un número en 1982, y uno en 1983, en
1984 dos números y en 1985 uno. El boletín no
volvió a salir hasta 1988 también con un solo
número. Una revisión de estos diez boletines
posibilita saber que durante todo este período el quehacer
literario local permitió la existencia de esta
publicación, se incluyen treinta y dos autores, dos
niños entre ellos, sin contar invitados que ni
residían ni producían su obra en el territorio. Sus
escasos números solo obedecieron a dificultades
materiales. No obstante, debe reconocerse que a veces es visible
el desbalance en la calidad entre las obras publicadas, que una
parte de los escritores dejaron de publicar, algunos se
incorporaron pero de manera asistemática y otros se
mantuvieron publicando durante la mayoría de estos
años, como Gilberto Cruz Rodríguez (1937), Silvio
Escalona Graña (1944), Manuel Gómez
Fernández (1949- ), William Cuesta (1935-2001), Arsenio
Valdés Bruceta (1946), José Barciela Tauler (1962)
y Orlinda Nieves Peña (1955).

En cuanto a géneros, la poesía llena la
mayoría de las páginas de los boletines
"Cacoyugüín ", sobre todo la poesía de versos
libres, aunque también aparece el soneto y en menor medida
la décima, y la dedicada a los niños. Le sigue el
cuento y aparecen también aisladamente algunos
artículos, un ensayo, una monografía y un
testimonio. Los temas tienen mucho que ver con elementos marinos
y campesinos, el paisaje en sentido general, hechos
políticos y patrióticos, el amor y el
comportamiento humano.

Pero el año 1988, año que parece marcar el
cierre del "Cacoyugüín" en su primera etapa de vida,
fue también el año en que se publicaron los
primeros libros de escritores del municipio. Estos libros
tuvieron "una magnífica aceptación entre los
lectores gibareños, por lo novedoso del hecho y para
constatar inspiración, temática y oficio en el arte
de escribir de sus coterráneos" (Ortiz, P., 1988, p.2).
Los cuentos de A LA VUELTA DEL TIEMPO, de Arsenio Valdés y
EL ATARRAYAZO, de Silvio Escalona, las poesías de DESDE MI
VENTANA SIDERAL, de Manuel Gómez Fernández y de LA
OSADÍA DEL ASCENSO, de José Barciela Tauler y las
décimas de MOTIVOS, de Gilberto Cruz Rodríguez,
editados en Holguín, fueron presentados por sus autores al
pueblo a través de diferentes actividades y más
allá de los límites locales, como en la Tertulia
Literaria de la Casa de Heredia, en Santiago de Cuba el 30 de
septiembre de 1988 y en el Patio del Palacio del Segundo Cabo en
La Habana, el 6 de abril de 1989, a donde fueron invitados sus
autores por la Editorial Letras Cubanas, así como
Sigifredo Ariel los entrevistó en el espacio radial "Hoy"
y también Radio Ciudad de la Habana, tal como consta en el
archivo de Literatura de la Casa de Cultura "Raúl
Gómez García".

Los periódicos ¡AHORA!, TRABAJADORES,
BASTIÓN, GRANMA y el semanario PALANTE; el suplemento
cultural ÁMBITO, las revistas VERDE OLIVO, MAR Y PESCA y
DIÉRESIS; Radio Angulo, Radio Reloj, la delegación
de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en
Santiago de Cuba, también divulgaron y valoraron la
producción literaria gibareña, fundamentalmente en
los años 1988 y 1989.

Alberto Ajón León, desde Radio Reloj emite
los primeros criterios literarios: "Aunque Gómez
Fernández mantiene la unidad rítmica y
temática a través de las composiciones, no logra,
por reiterativo, la misma estatura poética a lo largo del
cuaderno". Al referirse a algunos versos de Gilberto Cruz
reconoce "la espontaneidad del poeta repentista y el detenimiento
del decimista intencionado". Así mismo expresa que la
narrativa de Silvio Escalona bordea la cuentista de Onelio Jorge
Cardoso; pero no le es ajena la tentativa de
experimentación formal, en lo que no siempre logra el
autor igual eficacia"(Archivo de Literatura de la Casa de Cultura
"Raúl Gómez García").

De estos autores que obtuvieron el mayor reconocimiento
hecho a escritores gibareños luego de 1959 y hasta ese
entonces, el de más oficio era ya, sin dudas, Gilberto
Cruz Rodríguez (Velasco, 1937), quien según afirma,
recién triunfada la Revolución, se involucró
en lo que para él fue el primer taller literario en
Gibara: "Bahía", en la realización de
pequeños boletines y en el intercambio con escritores
más cercanos a su generación, e inclusive el poeta
William Cuesta que trabajaba en una imprenta le publicó el
libro: VIBRACIONES DE LA INQUIETUD, del que apenas hay ejemplares
(Comunicación personal, 22 de diciembre de 2012).Fue
miembro de los talleres literarios "Armando Leyva", de Gibara y
del "Lezama Lima", de Holguín desde que ambos se fundaron.
Hay que significar que el investigador Ronel González
(2004) afirma que en la década del 50 habían
comenzado a despuntar en la décima de la provincia tres
singulares voces, una de ellas era la de Gilberto Cruz
Rodríguez. Sobre su primer libro publicado en 1988,
MOTIVOS, también dice González:

(…) es el hecho que tomamos como punto de partida
para argumentar la fuerza alcanzada por la décima en
Holguín en la década final del siglo XX, porque ese
libro marcó el nacimiento de lo que consideramos un
verdadero movimiento de decimistas en Holguín.
(p.73)

Más adelante el propio González
Sánchez, para referirse a este primer decimario de la
provincia que está dedicado "A los cultivadores de la
décima: artistas de la literatura campesina", dice que "es
un folleto escrito varias décadas antes de su
publicación y evidencia la ingenuidad primigenia del autor
frente al acto de la creación". (p. 74)

Este escritor obtuvo un año después el
"Premio El Cucalambé", único premio del evento que
la Dirección de Cultura de La Tunas convocaba en esos
momentos para las provincias orientales, con el libro SURCOS
AZULES (1989), que no se publicó. En 1990 recibió
el "Premio de la Ciudad," certamen convocado para la provincia
Holguín, con el decimario SOBRE UN VIENTO DEL RECUERDO. En
el propio año 1990 Ediciones Holguín le
publicaría otro libro, pero de sonetos, la
antología mínima: VIBRACIONES (1990); en 1992 el
libro de décimas: TRANSEUNTES DEL TIEMPO y en 2003 UN
PUNTO EN LA LEJANÍA. Debe mencionarse además, su
inclusión en la selección de poetas de la
provincia: PROVINCIA DEL UNIVERSO (1993)

Gilberto Cruz Rodríguez, que en 1991 fue invitado
al Encuentro Internacional de la Décima, forma
estrófica con la que más se identifica,
demostró con su antología de sonetos, que puede
sorprender en esta otra expresión poética y salir
airoso.

Muy a pesar de la intimidad que desborda VIBRACIONES se
singulariza […] con el tratamiento de temas tan
contemporáneos como la deshumanización del hombre
[…] Y la contaminación ambiental, en los que
[…] parece manifestar un perenne coloquio con la realidad
de éstas. (Santos, J.C., 1993, p.3)

Indudablemente, Gilberto Cruz es uno de los escritores
del municipio gibareño más reconocidos y
publicados. Tanto en la décima como en el soneto hay un
apego por parte del autor a la forma tradicional.

Entre los temas fundamentales de su poética
están los elementos que conforman el diario quehacer
campesino y su ambiente natural: el taburete, el candil, el
machete, el arado, son motivos, como él mismo los llama,
para la poesía. Aunque tanto el paisaje rural como el
urbano y la recreación de los sentimientos filiales, los
recuerdos, ocupan en la de él una buena parte.

Gibara y su mar han inspirado también a este
autor de manera reiterada, sobre todo en el libro UN PUNTO EN LA
LEJANÍA, un cuaderno dividido en tres partes, las que
introduce con una redondilla para explicar poéticamente el
porqué del título dado a cada una y sugiere los
temas que recrea en las poesías que incluye. Por ejemplo
en la primera parte del libro que nombra "Voces del silencio",
aparecen entre décimas, sonetos y otras formas
estróficas los versos dedicados a la casa de los abuelos y
las partes que la componen, a la infancia, el limonero, el puente
de su niñez, su madre.

Las reflexiones sobre el comportamiento humano, lo
transitorio y circunstancial de la vida presentes por ejemplo en
décimas como "La Vida" (de MOTIVOS) y "De viaje" (de
TRANSEUNTES DEL TIEMPO) y los sonetos como "Vuelve a empezar" y
"Senectud" (de VIBRACIONES) adquieren cierto tono
filosófico pero casi siempre dejando el sabor a optimismo
y esperanza: "Si por todas las cosas que ya tuve, /que tengo y
que tendré, siento que sube /un deseo de vida por mis
años." ("Senectud", 1990b, p. 67)

Desde el punto de vista formal y del lenguaje
poético la crítica le ha señalado algunos
desniveles cualitativos a su obra pero que no empañan el
lugar que este escritor tiene en la poesía gibareña
y holguinera:

(…) sin estar exento, en ocasiones, de pobres
regodeos formales que dejan entrever ligeros deslices, por el uso
en demasía de algunos vocablos o por imperfecciones
métricas. Gilberto Cruz es, sin embargo, un poeta;
dueño de un intenso discurso capaz de rozar insospechadas
honduras cuando canta a temas como el de su juventud perdida, los
atributos físicos del pasado o la naturaleza cubana.
(González, R., 2004, p.74)

Cruz Rodríguez, "Pucho", como se le conoce en
toda la provincia y más allá, es maestro de varias
generaciones de poetas en el territorio holguinero y Presidente
de Honor de la Escuela Holguinera de la Décima, fundada en
el 2002 en la Casa de Iberoamérica. Ha publicado
además en el periódico ¡AHORA!, en la revista
MAR Y PESCA, en el periódico 5 DE SEPTIEMBRE de
Cienfuegos, en la revista PLUMA Y PINCEL, de Chile, en el
periódico EL DICTAMEN, de Veracruz en México, en la
antología: LOS FRUTOS DEL SOL, de Venezuela, entre otras
publicaciones.

Otro de esos primeros autores publicados en 1988 fue
Arsenio Valdés Bruceta (Gibara, 1946), un escritor que ha
incursionado en varios géneros: poesía, incluida la
destinada a niños, y la décima, testimonio, cuento,
crítica. Con anterioridad a su primer libro había
ganado el premio nacional de Talleres Literarios en 1981, con el
testimonio "Tres días contra el tirano Machado" que
hiciera junto con el historiador también gibareño
Gonzalo Zaldívar del Campo y el premio "Enrique Hart" en
1981 y 1983 en poesía y décima para niños
respectivamente. El prólogo hecho por César
López (1988) a ese primer volumen, que fue de cuentos, A
LA VUELTA DEL TIEMPO, expresa que el libro se "proyecta en una
forma adecuada para desde el inicio propiciar el entretenimiento
del lector sin hacer concesiones de mal gusto" (p.1-2) y concluye
diciendo que en este libro "los cuentos, cuentos son".

El libro está dividido en dos partes que no
titula pero que tienen una intención, pues incluye en la
primera cuatro cuentos que recrean la realidad prerrevolucionaria
y en la segunda cinco que tratan el acontecer postrevolucionario,
algo que caracterizó a la literatura cubana más
allá de la década de 1970: las diferencias pasado
–presente o la épica revolucionaria, y es que el
libro fue concebido mucho antes de su publicación por lo
que la temática se refleja con cierto retraso en los
cuentos de este escritor. En ellos aparece el fanatismo religioso
como paliativo de la pobreza, la batalla por la subsistencia, la
lucha individual y colectiva contra los desmanes de la
tiranía batistiana. Están también las
referencias a la campaña de alfabetización, la
lucha contra bandidos, las milicias y Playa Girón, pero
hay que significar que las narraciones no se detienen en la
heroicidad reconocida y muy tratada de estos hechos, sino en los
valores que emanan del actuar cotidiano de los hombres que los
protagonizaron: honestidad, valentía, humanismo, deber. En
la gran mayoría aparece algún ingrediente de la
naturaleza, el ambiente de pescadores o campesinos, o de la
historia de Gibara. Una característica de estos cuentos, y
que lo es de toda la obra de Valdés, es esconder hasta el
último momento el final de la historia, lo que mantiene la
expectativa en el lector. El crítico Alberto
Garrandés (1993) en su estudio sobre la cuentística
cubana en la Revolución dice que A LA VUELTA DEL TIEMPO es
un cuaderno "de elegante simplicidad". (p.41)

No obstante, salvo los cuentos publicados en ese primer
libro y algunos que aparecen en "Cacoyugüín",
Valdés Bruceta ha dedicado casi toda su obra posterior, al
menos la publicada, a la décima y a la poesía para
niños, esta última parece haberle ocupado bastante
tiempo de su talento creador, para bien de su producción
literaria . UNA HISTORIA POR CONTAR, un libro que fue publicado
en 1991 y reeditado en 2001 por Ediciones Holguín,
demuestra sus dotes creativas para la literatura destinada al
público infantil. La fantasía discurre en él
con una facilidad asombrosa motivando la imaginación del
pequeño lector y apoderándose de su universo con
natural peculiaridad, pues "aunque el cuaderno descansa en los
fundamentos típicos de la lírica para niños
hay un retomar de motivos y anécdotas tradicionales que se
rejuvenecen al subvertir el esquema habitual de su
valores".(Sainz,1991,p.3) La crítica pone de ejemplo la
historia de la "Caperucita y el lobo" que propone el autor cuando
al referirse a este último, personaje negativo del cuento
original, dice: "nunca lo hubiera creído/ cuando tierno el
atrevido/ en la frente la besó" (p.34).

Estudios especializados sobre literatura infantil en la
provincia han tenido en cuenta a Arsenio Valdés Bruceta a
propósito de UNA HISTORIA POR CONTAR:

Adónde vas mariposa, / con tus mejores
colores?/-niña a visitar las flores / del cedro y la
pomarrosa". Libro formado por treinta y una poesías, en el
que se incorporan las ya publicadas anteriormente por su autor en
Rondas de la Bahía; es, como se reconoce en su
contraportada "un variado poemario para niños, sobrio, de
bien hilvanadas imágenes, fresco, que se sirve de un
lenguaje de ejemplar sencillez. La fraternidad, la fidelidad, la
solidaridad, y la contemplación atenta de la naturaleza,
ocupan la poesía del autor. (Cimarro, 2005,
p.6)

De esta manera UNA HISTORIA POR CONTAR transmite, sin
didactismo expreso, conocimientos, valores humanos y contribuye a
formar la sensibilidad, y el espíritu creativo de los
más pequeños.

En 1993 una antología mínima de Ediciones
Holguín: FIESTA DE ESPINELAS, incluiría un libro
del reconocido poeta de Buenaventura Daer Pozo, otro de la
velasqueña María Josefa Reyes, que requerirá
comentario aparte en este trabajo, y el libro de décimas
de Arsenio Valdés AL SON DE MI ESPINELA (1993). En las
décimas de este último libro el escritor vuelve
sobre el tema del comportamiento humano, algo permanente en toda
su obra, se apropia de un tono reflexivo, sentencioso, a veces
incisivo al censurar algunas actitudes. Su décima
"Definición", por ejemplo dice:

Mi respeto al pensamiento/ libre de la raza humana, /y a
la voluntad que hermana, / ajena al resentimiento. /
Júzgueme Dios si les miento/ cuando saludo al que toma/
bien el punto, bien la coma/ para decir lo que siente. /
¡Qué pena el que indiferente/ no es gavilán
ni paloma!. (Pozo, p.37)

Arsenio Valdés, quien también se
desempeñó por algún tiempo como asesor
literario y director de la Galería de Arte "Florencia", de
Gibara, ha ganado premios y reconocimientos en el municipio y la
provincia, como lo fueron las menciones en 1992 y 1993 en el
Premio de la Ciudad, de Holguín, así como el premio
internacional en cuento, del concurso "Querido Borges"1997, en su
décima edición, que convoca el Liceo Internacional
de Cultura, Hollywood, California. Del mismo modo, tiene
publicado un cuento en la antología provincial EL VALLE DE
LAS DELICIAS y poesías en otras antologías como
MÍNIMAS NOTICIAS (2000) por Ediciones Holguín;
RÍO DE LA IRA, de Ediciones Aserrío, de Moa;
NAVEGAS ISLA DE ORO, de la Editorial Gente Nueva; ESTA CARCEL DE
AIRE PURO, de la Editora Abril y en la ANTOLOGÍA DE LA
DÉCIMA CÓSMICA DE HOLGUÍN, (2003) publicada
por el Frente de Afirmación Hispanista, AC. México,
así como en las revistas nacionales VERDE OLIVO, MAR Y
PESCA, SERRANÍA, DIÉRESIS, COCUYO, UNIÓN, en
esta última, recientemente, en la edición del 14 de
septiembre del 2012, se pueden leer cuatro de sus décimas
(p.66-67).Esta edición 76 de UNIÓN incluye un
acercamiento de Miriam Rodríguez Betancourt y Minerva
Salado a la obra de Ryszard Kapuscinski y el de David
García Barreto a Felipe Orlando, poemas de Teresa Melo, la
narrativa de Hugo Luis Sánchez, y ensayos de Alberto Abreu
sobre la narrativa femenina de Ediciones El Puente y de Luciano
Castillo y Néstor Almendros acerca del cine de Terrence
Malick, es decir, Valdés está en ella junto a
escritores, artistas y hechos literarios de determinada
significación dentro de panorama nacional e internacional,
lo que implica, sin dudas, un reconocimiento a los méritos
de su obra.

El tercero de los cinco primeros escritores
gibareños publicados luego de 1959, es Silvio Escalona
Graña (Gibara, 1944), profesor, que no solo ha mantenido
una sostenida actividad creativa, sino también ha
estimulado a los más jóvenes escritores y
colaborado espontáneamente con compañeros de su
generación. Una parte de los boletines
"Cacoyugüín", deben su vida, en gran medida, a
Escalona, quien los motivó y con dedicada laboriosidad
contribuyó de manera determinante a su ejecución
intelectual y material.

Este autor tiene la peculiaridad de haber creado en
todos los géneros: poesía, narrativa, teatro, tanto
destinados a adultos como a los niños, testimonio y
crítica literaria. En ese alternar y probar sus aptitudes
en cada una de las expresiones literarias, ha sido capaz de
obtener un buen cuento, o una buena obra teatral, como LA SIEGA,
que le proporcionó el premio en el IV Concurso Nacional de
Repertorio Teatral en 1988, pero no un conjunto de obras que
pueda caracterizarlo y conformar nuevos libros.

Estas razones parecen justificar que a pesar de haber
sido ganador en disímiles concursos, entre los que se
destacan las menciones en el concurso "Ernest Hemingway" de
cuento, en el Premio de la Ciudad de Holguín, en "El
caballito de coral" y en Encuentros Debate de Talleres
Literarios, Escalona tiene solo publicado, como libro, el ya
mencionado: EL ATARRAYAZO (1988),no obstante, éste
bastó para llamar la atención del crítico
Alberto Garrandés (1993), quien al valorar la
cuentística de la Revolución hasta 1988 y el
tratamiento de ésta a la temática del
enfrentamiento humano a "los pequeños y grandes dilemas de
la sociedad cubana de los años ochenta",
señala:

(…) el sobrio desenvolvimiento de los cuentos de
Silvio Escalona (…) donde las extrañezas del
discurrir inmediato y del pretérito fluyen despojados de
lo contingente, operación que no se realiza por ejemplo,
en SOBRE EL TECHO LLUEVEN NARANJAS (1988), de Sigifredo
Álvarez Conesa (1938), textos (…) que se plasman en
relatos estampas, algunos de los cuales insisten en recrear, sin
más, la epicidad de los momentos iniciales de la
Revolución. ( pp.40-41)

Es decir que en este caso, como antes ocurrió con
Arsenio Valdés, el crítico compara su obra con la
de reconocidos escritores cubanos de la etapa.

Algunas antologías del municipio o la provincia
han tenido en cuenta la obra de Silvio Escalona Graña y
han aprovechado sus mejores creaciones, que parecen estar en el
cuento y en el teatro, incluido los escritos para niños.
Así hay dos de sus obras en la antología de
literatura infantil gibareña RONDAS DE LA BAHÍA
(cuento y teatro), un cuento en las antologías de la
provincia Holguín: EL VALLE DE LAS DELICIAS y VEINTE
AÑOS CUENTAN, además de habérsele publicado
otro cuento en ÁMBITO, Suplemento Cultural del
periódico ¡AHORA! y en la Revista DIÉRESIS;
un poema en el periódico argentino LA NOTICIA , una obra
de teatro para niños en la antología EL CLAVEL
ENAMORADO y se han radiado algunos de los exponentes de su
cuentística a través de la Emisora Provincial Radio
Angulo.

La publicación de su obra de manera dispersa,
casi siempre compartiendo con muchos otros nombres a veces
más conocidos, ha influido posiblemente en que no haya
motivado más a la crítica de manera particular y en
la medida que lo requiere. No obstante, alguien también ha
dicho de su "voluntad de estilo y búsqueda de caminos
novedosos para entregar el corazón de sus
anécdotas", así como de la "virtud de su
concisión para dar lo relatado en una forma vibrante, sin
que la contención esté exenta de una cálida
poesía." (Ortiz, P., 1988, contraportada).

Sus temas: conflictos cotidianos del hombre ante el
amor, la familia, el deber, la patria, el trabajo o las
aficiones. En la literatura dedicada a los niños predomina
el valor, la solidaridad, la ingeniosidad como virtudes humanas,
aunque generalmente atribuidas a animales a través de los
que el autor se apropia de la realidad infantil.

El paisaje gibareño y específicamente el
mar son una constante en Silvio Escalona, lo que también
ocurre en casi todos los escritores gibareños. "Fiel a su
entorno local, reconstruye vivencias cuyo escenario bien puede
enmarcarse en su natal Gibara, pueblo que oscila entre mar y
tierra en la provincia holguinera", se dice en una de las dos
valoraciones críticas que sobre este autor se han hecho.(
Ajón, 1989)

Manolo Gómez Fernández (Gibara, 1949-1997)
y José Barciela Tauler (Gibara, 1962) fueron los otros dos
escritores privilegiados en los primeros libros publicados a
escritores gibareños. Barciela Tauler, economista de
profesión, aunque publicó luego en unos de los
boletines "Cacoyugüín" de la llamada segunda
época, aparecidos a partir del 2001, no se le conoce obra
posterior luego de ese primer libro: LA OSADÍA DEL ASCENSO
(1988), un poemario dominado por el verso libre y el tono
coloquial donde se mezclan como temas el amor, la ciudad, los
héroes, el acontecer cotidiano:"Debo olvidarte ahora,/
aunque no me lo perdones,/ porque las cañas amanecieron/
con tu nombre/ y voy a cortarlas". (p.18)

Gómez Fernández falleció
prematuramente, poesías, cuentos, juicios
cinematográficos iban conformando su obra, parte de la
cual publicó en "Cacoyugüín" y como libro en
el poemario DESDE MI VENTANA SIDERAL(1988), en el que veinte
poemas sin nombres son introducidos por frases como "La vida
necesita de mi muerte para seguir su rumbo" o "De paz solo tiene
que vivir el mundo para que podamos llegar al futuro con esta
humanidad" para luego hacer en todos los casos una
declaración del amor que se espera, o se disfruta o se
proyecta hacia el futuro en una nave sideral, a través de
las órbitas satelitales, desde los planetas:"La
última nebulosa /quedó a mi espalda/ y la nada
compacta/ se abre ante mí./Estoy entrando al hoyo negro/ y
sólo llevo tus recuerdos/ Todas las estrellas ya se
apagaron/ Espérame".(p.40)

El libro provocó el criterio
especializado:

"Desde mi ventana sideral" es una invitación al
amor expuesta con los recursos del verso coloquial y con el apoyo
de la ciencia-ficción, tal como se revela en el primer
poema: "Desde mi ventana sideral estoy mirando las cien lunas
pétreas del sistema de Orión; te invito a
transportarte hasta mí, para contemplarlas juntos mientras
nos amamos."(Ajón, 1989)

En 1991 hay un libro que enriquece los resultados
cuantitativos y cualitativos del quehacer literario
gibareño: aparece una antología de literatura
infantil publicada por Ediciones Holguín: RONDAS DE LA
BAHÍA, que incluye autores de Gibara y Velasco y los
géneros de poesía, narrativa (cuento) y
teatro.

(…) antología de la literatura para
niños con la obra de cinco escritores gibareños
(…) En los diez poemas que aparecen en este libro, se
retoma una temática ya abordada desde años
atrás en la literatura nacional: los animales; en versos
musicales, que se ajustan a las estrofas tradicionales:
cuartetas, redondillas, décimas, con lo que se refleja un
mundo de fantasías y moralejas.(Cimarro, 2005, pp.5-6
)

En realidad los diez poemas pertenecen solo a uno de los
escritores: Arsenio Valdés, luego publicados en UNA
HISTORIA POR CONTAR. De este autor hay además dos cuentos.
Pero en la antología, que también incluye un cuento
y una obra de teatro de Silvio Escalona ("Escamita" y "El
ratón guayabito se enfrenta al gato musulungo"), aparece
un cuento de cada uno de estos escritores: la gibareña
Orlinda Nieves (1955) ("El ratoncito cosmonauta") y los
velasqueños Jorge Martínez Reyes (1949) ("El
trovador") y Juan Carlos Santos Cruz (1965) ("La fiesta de las
estaciones").

Orlinda Nieves Peña, economista, ganadora de
algunos premios y menciones en encuentros municipales y
provinciales de Talleres Literarios, había publicado con
anterioridad solo en "Cacoyugüín". Martínez,
profesor y trabajador de la Casa de Cultura de Velasco, durante
algún tiempo, tenía ya un premio en cuento infantil
en el IV Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios y dos,
también en cuento, en el Concurso Provincial Adelaida del
Mármol. Sus obras aparecen además en el suplemento
cultural ÁMBITO, en el periódico ¡AHORA!, en
los boletines literarios "Cacoyugüín" y "Cayajabo" y
en el libro SOL DE TALLERES. Por su parte, Juan Carlos Santos, el
más joven de los escritores gibareños publicados
hasta ese momento, ya tenía premios en los concursos
"Abrahán Portuondo" de Velasco (1989) y "Miguel
Bruzón", de Las Tunas, en 1990. Algunas de sus obras se
localizan en las revistas DIÉRESIS y VERDE OLIVO, en los
suplementos culturales provinciales ÁMBITO y QUEHACER y en
los periódicos ¡AHORA! y 26 DE JULIO. Santos
también ha ejercido la crítica literaria. La obra
posterior de estos últimos tres escritores mencionados ha
seguido quedándose esencialmente entre publicaciones
periódicas, no obstante, esta antología
mostró las posibilidades de los escritores
gibareños en la creación literaria para
niños, una literatura que por su complejidad, dado el
lector a la que va destinada, tiende a tener menos
cultivadores.

Cuando con anterioridad se hizo referencia a la
antología mínima FIESTA DE ESPINELAS (1993), se
explicaba que era un libro compartido por Daer Pozo, Arsenio
Valdés y la velasqueña María Josefa Reyes
Hidalgo(1954), que aunque actualmente está radicada en los
Estados Unidos, fue asesora literaria y realizó una labor
reconocida en el Taller Literario "José Martí" de
Velasco y está considerada por Ronel González, en
su momento, como "una de las voces femeninas más
significativas de la décima escrita en la provincia
Holguín". La antología mencionada publicó
una selección de su libro VUELO DE GUITARRAS,
Mención en el Premio de la Ciudad de 1993. En él
"muestra su preferencia por los temas amatorios y, aunque debe
solucionar algunas incoherencias y cuestiones métricas,
representa una nota singular en la historia de la décima
local". (González, Ronel, 2004, p.82)

María Josefa Reyes también tiene un
cuaderno de literatura infantil: LAS VACACIONES DE MARISOL, en el
que no aparecen datos de edición pero que incluye
narraciones y décimas, estas últimas fueron objeto
de estudio por parte de la investigadora Mayra Hernández
Menéndez en RECADO PARA JONÁS; SOBRE EL DISCURSO
FEMENINO EN LA DÉCIMA PARA NIÑOS EN CUBA, realizado
en el 2001.

Entre los libros publicados que incluyen a escritores
gibareños se hizo referencia a la selección de
cuentos holguineros VALLE DE LAS DELICIAS (1994) y se
mencionó la publicación en este volumen de obras de
Silvio Escalona y Arsenio Valdés, debe aclarase que en
él también está otro escritor
gibareño: Armando Capó Ortega, aunque las
evidencias, y no abundantes, de su obra anterior y posterior solo
están en el boletín "
Cacoyugüín".

Al significar los escritores más sobresalientes
del territorio a partir de la segunda mitad de la década
del 90 del pasado siglo está Agustín Serrano
Santiesteban, (Cerro de Uñas, Velasco, 1958), ingeniero
pecuario, subdirector docente en la Escuela Provincial del
Ministerio de la Agricultura de Holguín, quien ha
cultivado la narrativa y la poesía, incluida en esta
última la décima y la destinada a los niños.
Tuvo las influencias del Taller Literario de Velasco "José
Martí" que preside actualmente, luego de un primer premio
de poesía en un concurso de la revista SOMOS
JÓVENES en 1986. Ha obtenido diversos premios y menciones
en diferentes eventos, como: Mención en "Bustarviejo"
(Madrid, 1999), Premio Décima Mural (Velasco, 1994 y
1995), Premio del Concurso Carta Lírica de poesía
(Estados Unidos, 2000), Premio Nacional del Grupo Ala
décima del Concurso Regino Pedroso de la CTC (2006),
Premio de Poesía y Cuento Infantil del Concurso Nacional
Rubén Martínez Villena de la CTC. (2004) y en
Décima (2007), Primer Premio en poesía y
décima del Concurso Nacional XX Aniversario del taller
Literario "Nicolás Guillén"(Universidad de
Camagüey,2009),Tercer Premio del II Concurso Internacional
de Poesía "El mundo lleva alas" Editorial Voces de Hoy,
(Estados Unidos, 2010), Premio Finalista en poesía del
Premio Platero de Cuento y Poesía del Club del Libro en
Español de las Naciones Unidas en Ginebra,(Suiza, 2010),
entre otros. De hecho, según afirma el escritor e
investigador Ronel González Serrano (2004) es "el autor
más laureado de la región". (p.102)

El primer libro publicado a Agustín Serrano fue
una antología mínima de décimas INSTANTES DE
LA MEMORIA (Ediciones Holguín, 1995), el segundo fue el
también decimario SITIOS DE LA VOZ (1997), premio en el
Concurso Nacional "Cucalambé" de 1996, que convoca la Casa
Iberoamericana de la Décima de Las Tunas y que le
publicó Ediciones Sanlope, de Las Tunas, en cuyo
prólogo escribió el poeta y crítico Waldo
González López:

En esa plena identificación más con la
vida de las cosas que con las cosas de la vida y sus esencias
más íntimas y raigales, mucho gana Agustín
Serrano con su verso decisivo y, ¿por qué no?,
definitorio de una línea expresiva en ascenso, como
buscando un estilo personal, primer paso en pos de una
poética, tarea compleja y de mayor envergadura, (…)
(1997, pp.3-4)

Por su parte Ronel González (2004), asegura que
este poeta "conjuga con verdadera maestría contenido y
forma y es un heredero directo de la mejor décima cubana".
(p.84)

Sin embargo, Serrano no ha mostrado su talento solo como
decimista, pues en el año 2001 Ediciones Holguín le
publicó HABÍA OTRA VEZ, un singular cuaderno para
niños que incluye variadas formas poéticas en las
que logra la intención deseada y muestra sus grandes
potencialidades para llegar a la sensibilidad de los más
pequeños. En él aparecen personajes de la
literatura universal: "Ayer hablé con Caperucita por
teléfono, será mi compañera de aula"
(p.17); "Aladino quiere que comparta una semana de aventuras con
él, en su último modelo de alfombra", (p.18) y
así el Pequeño Príncipe, Robin Hood o
Cenicienta, entre otros, son incluidos en el más cercano
mundo infantil a través de cartas, conversaciones
telefónicas y su participación en las actividades
de los más pequeños. Está dividido en tres
partes, la primera parte, titulada "Proposiciones", contiene diez
poemas con metros diversos. La segunda se nombra: "La
galería de los dos mundos" e incluye tres poemas en prosa:
"Hojas del diario de la infancia encontradas en una palangana
vieja", "La galería de los dos mundos" y "Confesiones del
abuelo", que según la crítica "puede funcionar a
manera de contraste entre las dos partes líricas que lo
rodean"(Iglesias,2011,¶ 9) La última parte del libro
se titula igual que el mismo, la componen nueve décimas y
"ofrece una mayor profundidad de mensajes y amplitud de
técnicas y recursos literarios. Los títulos modulan
los significados de cada obra." (Iglesias, 2011, ¶
11)

En el año 2003, aparece por Ediciones
Holguín y de la autoría de Serrano: CONFESIONES DEL
INOCENTE, treinta y cuatro poemas de versos libres conforman el
cuaderno que divide en dos partes:"Postulados sobre la ausencia"
y "Acertar en el blanco". En la primera parte recrea sobre todo
la ingenuidad y el encanto de la infancia, el ambiente familiar,
la casa, las secuelas de la muerte, los recuerdos y las
nostalgias. En la segunda parte algunos versos enuncian como una
especie de declaración de principios, así dice por
ejemplo:"No voy a permitir que me desmientan/que deshagan mis
huellas en la playa/Cada hombre tiene en su sitio donde poner las
manos/ y un corazón que nadie puede mandar a detener".
(p.50) O también de advertencias como ocurre en los versos
finales de "Cuestión de puntos cardinales":

(…)Tus ojos solo miran hacia el norte/donde el
viento parece que flota más alegre/ no tienes ojos para el
sur/donde pululan desastres pesadillas/y un minuto es la puerta
del infierno/donde otros miran al norte desesperados/ sin saber
que en todos los puntos cardinales/hay alguien envidiando su
dolor. (p.51)

El más reciente libro de Agustín Serrano
lo publicó Ediciones Holguín, es el decimario A
CORAZÓN ABIERTO, que se presentó en el 2012 en la
Fiesta de la Cultura Iberoamericana y en el que retoma personajes
de la historia y la literatura, incluido los bíblicos o de
la música, recrea temas como la muerte, situaciones del
mundo contemporáneo que van transformando al hombre, llama
la atención sobre la pérdida de sentimientos, de
valores, ante las realidades y sus consecuencias:

No voy a morir de ausencia, /de SIDA, de
indecisión, /inmune es mi corazón/ al infarto de
conciencia. /No me salva la creencia, /ni apellido de renombre,
/No me salva el sobrenombre /pirograbado a la cruz. /Me salva
toda la luz, /de ser mortal, de ser hombre. (p10)

Agustín Serrano también ha sido incluido
en varias antologías y publicaciones nacionales y
extranjeras, tales como: revista VERDE OLIVO(1992),
ANTOLOGÍA DE ÁMBITO(1993), Revista
SERRANÍA(1995), POETAS DEL MEDIODÍA(1995), de Las
Tunas, Diario LA NOTICIA de Argentina(1996), Z DE
DÉCIMAS(1996), (Compilación de cinco decimistas
holguineros),Semanario TRABAJADORES(1997),Semanario
¡AHORA!(1997), Antologías norteamericanas
DÉCIMAS DE LAS DOS ORILLAS y DECIMISTAS CUBANOS
ACTUALES(1997), AGUAMARINA(1996) (España), Revista CASA DE
LAS AMÉRICAS(1999),Diario argentino LA PALABRA(1999),
CARTA LÍRICA(1999 y 2000)(Miami, Estados
Unidos),MÍNIMA NOTICIA;ANTOLOGÍA DE POETAS
HOLGUINEROS((2000), Revista AZAHAR(2000,2001y2002)
(España), ANTOLOGÍA DE LA DÉCIMA
CÓSMICA del Frente de Afirmación Hispanista A.C.
México(2002), y Antología El BREVE PUENTE(2007),
entre otras publicaciones.

Pero el nuevo milenio trajo consigo otros nuevos libros
y con ellos el reconocimiento a otros escritores del territorio,
algunos no tan jóvenes como Fidel Fidalgo Moncada (Floro
Pérez, 1955) y Fernando Doimeadiós Cuenca (Iberia,
1952), aunque ambos en esa esfera de la creación que es
difícil pero que tiene determinada fuerza entre los
escritores publicados en el territorio: la literatura infantil.
Fidalgo Moncada es profesor, narrador, escritor para niños
y editor de Ediciones Holguín. Formó parte del
Taller Literario Pablo de la Torriente Brau de la capital
provincial y obtuvo premios y menciones sucesivas en los eventos
municipales y provinciales en el género de cuento. Ha
realizado una extraordinaria labor como editor y también
como promotor literario. Participó desde su
fundación en el Concurso Nuevas Voces de la Poesía,
fue Mención Especial del Jurado, Mención Principal
y a la vez ha promovido internacionalmente dicho concurso y ha
logrado que participaran poetas de México, Argentina,
Francia, Estados Unidos y Perú en sus primeras ediciones.
En Floro Pérez fundó el Taller Literario "Celso
Enríquez". Sus obras se han incluido en varias
publicaciones tales como: la antología poética de
Argentina: DE BAIGORRIA CON AMOR (2000 y 2001),en
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA CÓSMICA DE LA
FILOSOFÍA AL PROTOIDIOMA (FAH, México), IV
ENCUENTRO (Antología de poesías y cuentos,
Argentina),ESCRITORES INDEPENDIENTES BELTRANENSES, de Argentina,
PALABRAS DEL ALMA 7 y PALABRAS DEL ALMA 8, también de
Argentina. Ha colaborado en ÁMBITO (Holguín),
TIERRA BALDÍA, LA PLUMA DEL GANSO, NORTE (México),
NOSTRE CLUB (España), COMETA DE PAPEL (Perú),
DIÉRESIS (Holguín).

Sus libros han sido publicados en este siglo, y son
expresión de su inclinación creativa hacia la
literatura infantojuvenil. El primero de ellos fue CUENTOS DE
NIÑOS PARA ADULTOS TRISTES, vio la luz a través de
Ediciones Holguín, en el 2001, un cuaderno con un nombre
muy sugerente que incluye veintiuna narraciones cortas, sin
nombres, están solo enumeradas, muy poéticas, de
ahí que algunas se signifiquen por su acentuado lirismo y
en las que en realidad el destinatario parece ser más el
adolescente que el niño o quizás los adultos, o
también los adultos "tristes" como dice en el
título. Escritas en primera persona, el
narrador-personaje, que no siempre es el mismo, cuenta
disímiles situaciones en las que la fantasía se
entremezcla con el ambiente familiar y social de estos tiempos.
Aunque son cuentos diferentes, a veces aparecen en unos,
personajes o el mismo narrador-personaje, ya conocidos de otra de
las narraciones anteriores, y que aún cuando no se les
nombre se logran identificar dada la caracterización hecha
con algunos pocos rasgos más bien psicológicos. De
esta manera las narraciones, aunque independientes, se relacionan
unas con otras y se desarrollan en el mismo lugar y ambiente: un
pueblo pequeño no muy alejado del campo. Aparece en ellas
la censura de los más pequeños a la
incomprensión de los mayores o a sus faltas, así
dice en el cuento III:"(…)y no estar en ese cuarto inmenso
con tanta gente grande, que no entiende por qué quiero ser
un indio distinto a los que vi en el televisor"(p.10) o el
número VIII, el del niño que quería ser el
príncipe para "con un beso de amor" hacer "saltar de la
boca preciosa de la princesa soñada, la manzana
envenenada"

Partes: 1, 2, 3
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