Monografias.com > Ecología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Acuerdo de Río. Cumbre para la Tierra



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Marco
    teórico
  3. Análisis
  4. Conclusiones
  5. Recomendaciones
  6. Bibliografía

Introducción

El medio ambiente se convirtió en una
cuestión de importancia internacional en 1972, cuando se
celebró en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Humano. En los años subsiguientes, las
actividades encaminadas a integrar el medio ambiente en los
planes de desarrollo y en los procesos de adopción de
decisiones en el plano nacional no llegaron muy lejos. Aunque se
avanzó algo respecto de cuestiones científicas y
técnicas, se siguió soslayando la cuestión
del medio ambiente en el plano político y se fueron
agravando, entre otros problemas ambientales, el agotamiento del
ozono, el calentamiento de la Tierra y la degradación de
los bosques.

Cuando las Naciones Unidas estableció la
Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
en 1983, era evidente que la protección del medio ambiente
iba a convertirse en una cuestión de supervivencia para
todos. La Comisión presidida por Gro Harlem Brundtland
llegó a la conclusión de que para satisfacer "las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones para satisfacer las propias"; la
protección del medio ambiente y el crecimiento
económico habrían de abordarse como una sola
cuestión. De resultas del Informe Brundtland, el
22DIC1989, la Asamblea General de la ONU pidió que se
celebrara una reunión mundial en la cual pudieran
elaborarse estrategias para detener e invertir los efectos de la
degradación del medio ambiente "en el contexto de la
intensificación de los esfuerzos nacionales e
internacionales hechos para promover un desarrollo sostenible y
ambientalmente racional en todos los países."

Es así que se convocó la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
(CNUMAD), conocida como "Cumbre para la Tierra", que se
celebró en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de
1992. Fue un momento decisivo en las negociaciones
internacionales sobre las cuestiones del medio ambiente y el
desarrollo. Los objetivos fundamentales de la Cumbre eran lograr
un equilibrio justo entre las necesidades económicas,
sociales y ambientales de las generaciones presentes y de las
generaciones futuras y sentar las bases para una
asociación mundial entre los países desarrollados y
los países en desarrollo, así como entre los
gobiernos y los sectores de la sociedad civil, sobre la base de
la comprensión de las necesidades y los intereses
comunes.

Como resultado de esta Conferencia se aprobó, el
14 de junio de 1992, el "PROGRAMA 21" o también
conocida como AGENDA 21; se trata de un programa de
acción amplio que hasta el siglo XXI darán
aplicación los gobiernos, los organismos de desarrollo,
las organizaciones de las Naciones Unidas y grupos del sector
independiente en todas las áreas en las cuales la
actividad económica humana tenga efectos sobre el medio
ambiente.

Como aspecto fundamental de la Agenda 21 está la
idea de que la humanidad se encuentra en un momento importante de
su historia. Podemos seguir las políticas actuales, que
perpetúan las diferencias económicas entre los
países y dentro de ellos, aumentan la pobreza, el hambre,
la enfermedad y el analfabetismo en todo el mundo y que causan el
deterioro continuado de los ecosistemas de los que dependemos
para sostener la vida en el planeta. O bien podemos cambiar de
curso, mejorando los niveles de vida para los necesitados.
Podemos ordenar y proteger mejor los ecosistemas y buscar un
futuro más próspero para todos nosotros.

Este plan de acción que adoptó la
comunidad internacional a favor del desarrollo sostenible,
debía ser evaluada, por que las mejores estrategias son
sólo buenas si su ejecución también lo es,
por ello diez años después se organizó la
Cumbre de Johannesburgo, presentándose una oportunidad
para que los dirigentes adopten medidas concretas e identifiquen
objetivos cuantificables para una mejor ejecución de la
Agenda 21, como explicara el Secretario General de la ONU, en su
informe preliminar a la cumbre indicando: "Un buen plan,
una débil aplicación
".

La Cumbre de Johannesburgo 2002 – denominada
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible
reunió a miles de participantes, entre los que se
incluyeron los jefes de Estado y de Gobierno, los delegados
nacionales y los dirigentes de las organizaciones no
gubernamentales (ONG), empresas y otros grupos principales con el
objetivo de centrar la atención del mundo y la
acción directa en la resolución de complicados
retos, tales como la mejora de la calidad de vida de los
ciudadanos y la conservación de nuestros recursos
naturales en un mundo en el que la población crece cada
vez más, aumentando así la demanda de alimentos,
agua, vivienda, saneamiento, energía, servicios sanitarios
y seguridad económica.

La Cumbre tuvo lugar en Johannesburgo, Sudáfrica,
del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002. La Cumbre se
celebró en el Sandton Convention Centre, a las afueras de
Johannesburgo. También se celebró un foro no
gubernamental en el cercano estado de Gallagher, esta cumbre es
de vital importancia, por la evaluación que se
efectuó a la Agenda 21 y la adopción de medidas
concretas; también se efectuó una cumbre sobre esta
materia en Panamá en el mes de Noviembre del 2003, pero la
información de la misma todavía no esta disponible
para el público.

En el ámbito nacional, en el mes de marzo de
1997, se realizó el PRIMER CONGRESO PERUANO DE
ECOLOGIA
, en la Universidad Nacional Agraria La Molina; uno
de los resultados más importantes de este evento fue la
fundación de la Asociación Peruana de
Ecología (APE) y el establecimiento de las bases para
implementar las medidas y recomendaciones de la Agenda 21 en la
realidad peruana; La APE se constituyó como una
institución de carácter técnico,
científico, multidisciplinario, cultural y social, sin
fines de lucro, representativa de un grupo de personas
profesionales o no, así como de instituciones nacionales e
internacionales establecidas en el país, relacionadas con
el estudio de la ecología y la conservación del
medio ambiente en general, de los ecosistemas y recursos
naturales renovables en particular.

El Perú como miembro integrante de la ONU
también ha participado en la Cumbre para la Tierra y la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, representado en
esta última por el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM)
organismo dependiente de la Presidencia del Consejo de
Ministros.

El CONAM desarrolla actividades a nivel nacional en
favor del desarrollo sostenible, por intermedio de los Gobiernos
Regionales y Locales, a quienes ha proporcionado
últimamente la Guía para el Sistema Local de
Gestión Ambiental; otro aspecto importante es la
educación, cultura y conciencia ambiental que difunde en
los estamentos educativos, para formar verdadera conciencia para
proteger nuestro ambiente y conservarlo para las futuras
generaciones, mediante el uso racional y sostenible de los
recursos naturales que posee nuestro país, guiados por el
mismo sentimiento de la Cumbre para la Tierra, conocida como el
Espíritu de Río, plasmado en la
"Agenda 21".

En el presente trabajo individual para conocer
adecuadamente la aplicación de las recomendaciones de la
Agenda 21 en el ámbito nacional, exponemos en el marco
teórico primero aspectos relacionados a los recursos
naturales, el medio ambiente y el desarrollo sostenible, la
cumbre de las Naciones Unidas y la Agenda 21, la realidad
nacional respecto a los recursos naturales y medio ambiente, y la
política nacional del ambiente.

Cabe indicar que existe la ponencia que no debe
emplearse el término medio ambiente sino
sólo "ambiente", por la redundancia que existe en
el empleo de dichos términos, ya que ambos se refieren a
todo lo que nos rodea, sin embargo en el presente trabajo
emplearemos dichos términos indistintamente, conforme
naciera y evolucionara este concepto.

CAPITULO I

Marco
teórico

  • CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO
    AMBIENTE Y EL DESARROLLO.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), también conocida como
la 'Cumbre para la Tierra', tuvo lugar en Río de Janeiro,
Brasil, del 3 al 14 de junio de 1992. Esta conferencia global,
celebrada durante el vigésimo aniversario de la primera
Conferencia Internacional sobre el Medio Humano (Estocolmo,
1972), reunió a políticos, diplomáticos,
científicos, periodistas y representantes de
organizaciones no gubernamentales (ONG) de 179 países, en
un esfuerzo masivo por reconciliar el impacto de las actividades
socio-económicas humanas en el medio ambiente y viceversa.
Simultáneamente se celebró en Río de Janeiro
el 'Foro Global de las ONG', al que asistieron un gran
número de representantes de las ONG para explicar su
propia visión del futuro estado medio ambiental y de
desarrollo socio-económico del mundo.

La Conferencia de Estocolmo de 1972 centraba la
atención internacional en temas medio ambientales,
especialmente los relacionados con la degradación
ambiental y la 'contaminación transfronteriza'. Este
último concepto era muy importante, ya que señalaba
el hecho de que la contaminación no reconoce los
límites políticos o geográficos y afecta a
los países, regiones y pueblos más allá de
su punto de origen. Durante las décadas que siguieron a la
Conferencia de Estocolmo, este concepto se amplió para
abarcar temas medio ambientales que son de verdadero alcance
transnacional y que requieren una acción conjunta de todos
los países y regiones del mundo para enfrentarse a ellos
de un modo efectivo. Estos problemas medio ambientales mundiales
tan importantes incluyen, por ejemplo, todo tipo de
contaminación, el cambio climático, la
reducción de la capa de ozono, el uso y
administración de los océanos y los recursos de
agua dulce, la deforestación excesiva, la
desertificación y la degradación de la tierra, los
vertidos peligrosos y la disminución de la diversidad
biológica.

En los años que siguieron, también se
reconoció que los problemas medio ambientales regionales o
locales, como la urbanización extensa, la
deforestación, la desertificación, y la escasez
general de recursos naturales, se pueden extender hasta el punto
de tener graves repercusiones para la seguridad internacional.
Por ejemplo, socavan la base económica y la estructura
social de los países débiles y pobres, generan o
exacerban las tensiones y los conflictos sociales y estimulan un
mayor movimiento de refugiados. De este modo, la
degradación ambiental en diversas partes del mundo
desarrollado y en desarrollo puede afectar a los intereses
políticos, económicos y sociales del mundo en su
conjunto.

En la Cumbre para la Tierra de 1992 se reconoció
internacionalmente el hecho de que la protección del medio
ambiente y la administración de los recursos naturales
deben integrarse en las cuestiones socio-económicas de
pobreza y subdesarrollo. Esta idea ha sido recogida en la
definición del término 'desarrollo sostenible'
hecha por la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del
Desarrollo (la Comisión Brundtland) en 1987 como 'el
desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la habilidad de las generaciones futuras para
satisfacer sus propias necesidades'. Este concepto fue
diseñado para satisfacer los requisitos de los partidarios
del desarrollo económico así como los requisitos de
los que están interesados principalmente en la
conservación medio ambiental.

Por eso, la Cumbre para la Tierra marcó un hito
al centrar la atención mundial en la idea, nueva en
aquella época, de que los problemas medio ambientales del
planeta estaban íntimamente relacionados con las
condiciones económicas y los problemas de la justicia
social. Demostró que las necesidades sociales, medio
ambientales y económicas deben equilibrarse unas a otras
para obtener resultados sostenibles a largo plazo. También
demostró que si la gente es pobre, y las economías
nacionales son débiles, el medio ambiente se resiente; si
se abusa del medio ambiente y se consumen en exceso los recursos,
la gente sufre y las economías se debilitan. La
conferencia también señaló que las acciones
o decisiones locales más insignificantes, buenas o malas,
tienen repercusiones potenciales a escala mundial.

CNUMAD definió el concepto de desarrollo
sostenible como un objetivo factible en todo el mundo, ya fuese a
escala local, nacional, regional o internacional.
Reconocía que la integración y el equilibrio de los
intereses económicos, sociales y medio ambientales a la
hora de satisfacer nuestras necesidades es vital para preservar
la vida en el planeta, y que dicho enfoque integrado se puede
alcanzar si unimos nuestra inteligencia y nuestro talento.
También reconocía que para conseguir este tipo de
integración y equilibrio entre las dimensiones
económica, social y medio ambiental se necesitarían
nuevas perspectivas de cómo producimos, cómo
consumimos, cómo vivimos, cómo trabajamos,
cómo nos relacionamos y cómo tomamos decisiones. El
concepto fue revolucionario y, como toda idea original,
desencadenó un acalorado debate entre los gobiernos, y
entre éstos y sus ciudadanos sobre cómo conseguir
la sostenibilidad.

  • LOS ACUERDOS DE LA CUMBRE PARA LA TIERRA Y LA
    AGENDA 21

Unos de los logros más importantes de CNUMAD fue
la Agenda 21, un programa de acciones minucioso y amplio que
exigía nuevas formas de invertir en nuestro futuro para
poder alcanzar el desarrollo sostenible en el siglo XXI. Sus
recomendaciones iban desde nuevos métodos educativos,
hasta nuevas formas de preservar los recursos naturales, pasando
por nuevos caminos para participar en el diseño de una
economía sostenible. La pretensión global de la
Agenda 21 era impresionante, ya que su objetivo era nada menos
que crear un mundo seguro y justo en la que toda existencia fuese
digna y plena.

En Río de Janeiro, 172 gobiernos, incluidos 108
Jefes de Estado y de Gobierno, aprobaron tres grandes acuerdos
que habrían de regir la labor futura: "La Agenda
21
", un plan de acción mundial para promover el
desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de principios en
los que se definían los derechos civiles y obligaciones de
los Estados, y una Declaración de principios relativos a
los bosques, serie de directrices para la ordenación
más sostenible de los bosques en el mundo.

En la Agenda 21, que contiene más de 2.500
recomendaciones prácticas, se abordaron los problemas
urgentes de hoy en día. La Agenda 21 tiene por objeto
preparar al mundo para los retos del próximo siglo e
incluye propuestas concretas en cuestiones sociales y
económicas, como la lucha contra la pobreza, la
evolución de las modalidades de producción y de
consumo, la dinámica demográfica, la
conservación y ordenación de nuestros recursos
naturales, la protección de la atmósfera, los
océanos y la diversidad biológica, la
prevención de la deforestación y el fomento de la
agricultura sostenible.

En la Agenda 21 se recomiendan maneras de fortalecer el
papel de los grupos principales – las mujeres, los sindicatos,
los agricultores, los niños y los jóvenes, las
poblaciones indígenas, la comunidad científica, las
autoridades locales, el comercio, la industria y las
organizaciones no gubernamentales – con miras al desarrollo
sostenible.

Al aprobar la Agenda 21, la Conferencia exhortó a
los participantes a adoptar varias iniciativas importantes en
esferas fundamentales del desarrollo sostenible. Entre esas
iniciativas cabe señalar la Conferencia Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares en
Desarrollo, de la cual surgió un Programa de Acción
para esos Estados, una Convención de las Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación, de fuerza
jurídica obligatoria, y la celebración de
conversaciones sobre la prevención del agotamiento de las
poblaciones de peces altamente migratorios y de las poblaciones
de peces cuyos territorios se encuentran dentro y fuera de las
zonas económicas exclusivas (poblaciones de peces
transzonales).

Desde la Cumbre para la Tierra, el "Espíritu
de Río"
perdura en la acción de los gobiernos,
las organizaciones no gubernamentales, los grupos principales y
las personas de todo el mundo.

SECCIONES Y ARTICULOS DE LA AGENDA 21

Preámbulo

Sección I. Dimensiones sociales y
económicas 

2. Cooperación internacional para acelerar el
desarrollo sostenible de los países  en desarrollo y
políticas internas conexas 

3. Lucha contra la pobreza 

4. Evolución de las modalidades de
consumo 

5. Dinámica demográfica y
sostenibilidad 

6. Protección y fomento de la salud
humana 

7. Fomento del desarrollo sostenible de los recursos
humanos 

8. Integración del medio ambiente y el desarrollo
en la adopción de decisiones 

 Sección II. Conservación y
gestión de los recursos para el desarrollo

9. Protección de la
atmósfera 

10. Enfoque integrado de la planificación y la
ordenación de los recursos de tierras 

11. Lucha contra la
deforestación 

12. Ordenación de los ecosistemas
frágiles: lucha contra la desertificación y la
sequía 

13. Ordenación de los ecosistemas
frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de
montaña 

14. Fomento de la agricultura y del desarrollo rural
sostenible 

15. Conservación de la diversidad
biológica 

16. Gestión ecológicamente racional de la
biotecnología 

17. Protección de los océanos y de los
mares de todo tipo, incluidos los mares cerrados y semicerrados,
y de las zonas costeras, y protección, utilización
racional y desarrollo de sus recursos
vivos  

18. Protección de la calidad y el suministro de
los recursos de agua dulce: aplicación de criterios
integrados para el aprovechamiento, ordenación y uso de
los recursos de agua dulce 

19. Gestión ecológicamente racional de los
productos químicos tóxicos, incluida la
prevención del tráfico internacional ilícito
de productos tóxicos y peligrosos 

20. Gestión ecológicamente racional de los
desechos peligrosos, incluida la prevención del
tráfico internacional ilícito de desechos
peligrosos

21. Gestión ecológicamente racional de los
desechos sólidos y cuestiones relacionadas con las aguas
cloacoles 

22. Gestión inocua y ecológicamente
racional de los desechos radiactivos

 Sección III. Fortalecimiento del papel
de los grupos principales

23. Preámbulo 

24. Medidas mundiales en favor de la mujer para lograr
un desarrollo sostenible y equitativo 

25. La infancia y la juventud en el desarrollo
sostenible 

26. Reconocimiento y fortalecimiento del papel de las
poblaciones indígenas y sus comunidades 

27. Fortalecimiento del papel de las organizaciones no
gubernamental: asociadas en la búsqueda de un desarrollo
sostenible 

28. Iniciativas de las autoridades locales en apoyo de
la Agenda 21

29. Fortalecimiento del papel de los trabajadores y sus
sindicatos

30. Fortalecimiento del papel del comercio y la
industria 

31. La comunidad científica y
tecnológica 

32. Fortalecimiento del papel de los
agricultores

 Sección IV.  Medios de
ejecución 

33. Recursos y mecanismos de
financiación 

34. Transferencia de tecnología
ecológicamente racional, cooperación y aumento de
la capacidad

35. La ciencia para el desarrollo sostenible

36. Fomento de la educación, la
capacitación y la toma de conciencia

37. Mecanismos nacionales y cooperación
internacional para aumentar la capacidad nacional en los
países en desarrollo

38. Arreglos institucionales internacionales

39. Instrumentos y mecanismos jurídicos
internacionales 

40. Información para la adopción de
decisiones

  • LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE EL DESARROLLO SOSTENIBLE
    – JOHANNESBURGO 2002.

Del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, en
Johannesburgo, Sudáfrica, se realizó la "Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Sostenible". La Cumbre de
Johannesburgo es una oportunidad muy importante para que el mundo
logre avanzar en pos de un desarrollo sostenible para el futuro,
en el cual todas las personas puedan satisfacer sus necesidades
presentes y futuras, sin dañar al medio
ambiente.

El desarrollo sostenible, significa abordar de una
manera distinta la cuestión del desarrollo e implica una
nueva modalidad de cooperación internacional, en la cual
se reconoce que las decisiones tomadas en una parte del mundo
pueden afectar a las personas de otras regiones. El desarrollo
sostenible requiere emprender acciones que miren hacia el futuro
y que impulsen el progreso mundial en beneficio de
todos.

El camino a seguir se planteo hace diez años en
la Cumbre realizada en Río de Janeiro. No obstante
aún queda mucho por hacer pues existe una larga distancia
entre las propuestas de Río y las acciones concretas que
se han tomado desde entonces. La Cumbre de Johannesburgo busca
promover la implementación de acciones concretas en
tiempos delimitados.

El tema principal de la Cumbre es cómo se debe
transformar al mundo para asegurar el desarrollo sostenible. Este
propósito, implica abordar una gran variedad de cuestiones
relevantes como la erradicación de la pobreza, el
desarrollo social y económico, la protección del
medio, la desertificación, el agua, la energía, la
salud, la agricultura, la biodiversidad, el empleo, la
educación, los océano, los bosques, las tierras
áridas, los pantanos, el calentamiento mundial y la
atmósfera, entre muchos otros.

En la Cumbre para la Tierra de 1992 la comunidad
internacional adoptó la Agenda 21, un plan de
acción global sin precedentes a favor del desarrollo
sostenible. Pero las mejores estrategias son sólo buenas
si su ejecución también lo es. Diez años
después, la Cumbre de Johannesburgo presentó una
magnífica oportunidad para que los dirigentes adopten
medidas concretas e identifiquen objetivos cuantificables para
una mejor ejecución de la Agenda 21.

Entre los preparativos para Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible, el Secretario General de las Naciones
Unidas, Kofi Annan, publicó un informe de 63
páginas en el que se analiza el progreso logrado durante
la última década para poner en ejecución la
Agenda 21; el informe evalúa las tendencias
económicas, sociales y ambientales de los últimos
diez años y presenta sugerencias sobre cómo la
comunidad internacional puede volver a enfocar sus esfuerzos para
alcanzar las metas dispuestas en la Agenda 21.

Resumen del Informe[1]

La Agenda 21 y el Desarrollo Sostenible -Un buen
plan, una débil aplicación.

El medio ambiente mundial sigue siendo demasiado
frágil y las medidas existentes para su
conservación están lejos de ser suficientes. Ha
habido un progreso muy limitado en la reducción de la
pobreza en los países en desarrollo, y la
globalización, por sí misma, no ha beneficiado a la
mayoría de la población mundial.

En general, los intentos para impulsar el desarrollo
humano y para detener la degradación del medio ambiente,
no han sido eficaces durante la pasada década. Los pocos
recursos, la falta de voluntad política, un acercamiento
fragmentado y no coordinado, y los continuos modelos
derrochadores de producción y de consumo, han frustrados
los esfuerzos de poner en ejecución el desarrollo
sostenible, o el desarrollo equilibrado entre las necesidades
económicas y sociales de la gente, y la capacidad de los
recursos terrestres y de los ecosistemas para resolver
necesidades presentes y futuras.

A pesar de una década de resultados pocos
satisfactorios, la Agenda 21 -el acuerdo adoptado
unánimemente en la Cumbre para la Tierra de 1992, en
Río de Janeiro- sigue ofreciendo una poderosa
visión de largo alcance que, hoy en día,
continúa siendo válida.

El mundo ha cambiado en los diez años que han
transcurrido desde Río, con nuevas necesidades y
desafíos creados por la mundialización, la
revolución de la información y las comunicaciones y
la propagación del VIH/SIDA. No obstante, el desarrollo
sostenible continúa siendo una alternativa viable en
sintonía con el concepto de desarrollo, tal y como se
aborda en la actualidad.

Hay oportunidades en el futuro. La
Organización Mundial del Comercio (OMC), en su
reunión en Doha, ubicó el tema del desarrollo en el
epicentro de nuevas negociaciones. En Marzo, los gobiernos
abordarán esta cuestión en Monterrey,
México, durante la Conferencia Internacional sobre la
Financiación para el Desarrollo. Uno de los objetivos
principales de esa conferencia es orientar el mundo de las
finanzas hacia el desarrollo.

  • ECOLOGÍA Y DESARROLLO EN EL PERÚ,
    PASADO, PRESENTE Y FUTURO[2]

  • Economía, Ecología y
    Desarrollo.

El bienestar es un anhelo generalizado de todos los
seres humanos y los peruanos no son una excepción en este
asunto, y este anhelo se ha traducido en un término
utilizado a diestra y siniestra: el desarrollo. Después de
las reuniones sobre desarrollo y medio ambiente de Estocolmo
(1,972) y Río de Janeiro (1,992), se ha acuñado el
término de desarrollo sostenible, que trata de hacer
atender la necesidad de actuar hoy sin dejar de pensar en el
futuro.

El desarrollo debe dirigirse, al menos, a cinco
objetivos fundamentales: la paz, la justicia, la democracia, el
progreso y la sostenibilidad en el tiempo. Si no se logran estos
objetivos el desarrollo será, simplemente,
insostenible.

La paz es el marco de seguridad y tranquilidad social
sin el que es imposible no pensar en inversiones, crecimiento
económico, progreso de las personas y las instituciones
públicas y privadas. Todo desarrollo necesita de la paz en
forma adecuada y todos deben colaborar en educar para la paz. Los
peruanos hemos vivido perturbaciones muy fuertes de la paz
interna a partir de 1980 y sabemos lo que eso significa para el
desarrollo.

La justicia social y económica es otro aspecto
fundamental para el desarrollo sostenible. Justicia significa que
los ciudadanos cumplen con sus deberes y sus derechos son
respetados, en un marco institucional adecuado igual para todos
por el simple hecho de ser ciudadanos. Tanto el incumplimiento de
deberes, como el atropello de los derechos ciudadanos y del
equilibrio hombre – ambiente – recursos genera injusticia y
perturba la paz.

La esencia de la democracia es la participación
organizada de los ciudadanos en la toma de decisiones, con amplio
respeto a los grupos minoritarios, que por su condición de
tales no pueden ser atropellados. Si los ciudadanos no usan su
derecho a organizarse para participar no puede haber un
desarrollo sostenible. Organizaciones fuertes de productores, de
indígenas, de empresarios, de profesionales y muchas otras
son parte del desarrollo humano y económico.

El progreso implica dos aspectos claves: el
económico y el humano. Generalmente se cree que
sólo el crecimiento económico es desarrollo y se
olvida el desarrollo de la persona y de los grupos de personas.
Por una parte la acumulación de riqueza, en forma de
capital y de bienes, es imprescindible para un desarrollo, pero
por otra parte, el desarrollo del la persona y la identidad
pluricultural también son parte del desarrollo. De otra
manera puede darse la acumulación desequilibrada de la
riqueza en pocas manos, sin distribución social de la
misma, lo que hoy se denomina como "capitalismo
salvaje".

La sostenibilidad del desarrollo es una premisa
ineludible y depende de la oferta de recursos del ambiente. El
desarrollo se basa primeramente en el uso de recursos, la
producción de bienes y la transformación de
éstos en riqueza. Todo desarrollo se inicia en la oferta
ambiental de recursos y en la disponibilidad constante de los
mismos.

Si el crecimiento económico merma el capital de
recursos naturales o un sector económico genera riqueza
destruyendo recursos, el desarrollo, en consecuencia, será
insostenible. Por lo tanto la sostenibilidad de desarrollo
dependerá del uso adecuado de los recursos como un capital
natural, evitando al máximo la merma del capital natural o
la descapitalización de la base de los recursos. La merma
de bosques, suelos, aguas, fauna, flora y recursos humanos
llevará a la merma de la generación de riqueza en
forma sostenida.

Es por estas razones que la ecología, como
ciencia del ambiente y de las relaciones entre el hombre y su
entorno, tiene que ver mucho con el desarrollo, y el mal uso del
ambiente y de los recursos que contiene u ofrece es un camino
seguro hacia la insostenibilidad económica; hacia la
inseguridad y perturbaciones de la paz; hacia la injusticia, y
hacia perturbaciones en el progreso de la
nación.

Debe quedar claro que el desarrollo sostenible se basa
en cuatro economías: el capital social o el recurso
humano; la economía del conocimiento o el capital de la
ciencia y la tecnología; la economía de la
naturaleza o el capital de los recursos naturales; y la
economía del capital económico o la
acumulación de bienes y riqueza.

El capital humano – la sociedad – debe acumular capital
de conocimiento – ciencias y tecnología – para manejar
adecuadamente el capital natural – la naturaleza y la base de
recursos – para hacer posible la generación de riqueza en
forma sostenida para beneficio de la sociedad.

En este sentido es muy importante no sólo el no
deteriorar la base de los recursos del ambiente, sino
también mejorar la base de recursos (agua, suelos,
bosques, biodiversidad) a futuro, mejorando el capital natural
para obtener mayores réditos con el tiempo.

  • Ecología y Desarrollo en el Perú:
    Pasado y Presente

En el largo proceso de desarrollo en el Perú
podemos distinguir dos épocas muy claras: antes de 1,532 y
después de 1,532, o sea, antes y después de la
conquista.

Antes de 1,532 el proceso fue muy largo (unos 20,000
años) y el desarrollo de los grupos humanos se basó
en la adaptación del ambiente a las necesidades de las
diferentes sociedades humanas. Los logros fueron muy interesantes
en varios aspectos claves.

Acumulación de conocimientos sobre la naturaleza
y la utilización de recursos como el agua, el suelo, las
plantas, los animales, los minerales, etc. Destacan la
domesticación de 128 especies de plantas y el desarrollo
de miles de variedades; la domesticación de cinco especies
de animales (guanaco, vicuña, pato criollo, cuy y
cochinilla); y el conocimiento de más de 4,000 plantas
nativas para 49 usos distintos (alimento, medicina, tinte,
condimento, sexo y natalidad, madera, leña, abono,
etc.).

El desarrollo de tecnologías para el manejo del
entorno y de los recursos como el agua, los suelos
agrícolas, la flora, la fauna, los recursos
genéticos, las pasturas, la pesca, la caza, la metalurgia,
la textilería, la tintorería, la
transformación y almacenamiento de alimentos, la vialidad,
y el arte culinario, entre muchas otras.

El proceso histórico de las sucesivas culturas,
que se desarrollaron en el complejo territorio peruano, se
caracterizaron más en la asimilación de las
culturas y conocimientos de las anteriores que en
destrucción de las mismas y la imposición de nuevas
realidades.

Después de 1,532 los procesos se invirtieron
totalmente, y muchos logros se borraron o se prohibieron bajo el
título de "extirpación de idolatrías",
confundiéndose, con relativa frecuencia, idolatría
con tecnología y cultura. Basta un botón como
muestra: la tremenda reverencia a la "pachamama", como
sostén económico de los ayllus, se confundió
como vulgar idolatría hacia la tierra y los
cerros.

El desarrollo moderno del Perú y su
relación con el entorno, durante este periodo, se
podría sintetizar en lo siguiente:

  • Imposición de una cultura delirantemente
    soberbia respecto a la relación del hombre con la
    naturaleza y la base de recursos, en la que éstos
    están a disposición de la ambición a
    través del saqueo más despiadado, bajo el lema
    de "creced y multiplicaos, y dominad la tierra".

  • Predominó más la imposición
    foránea que la asimilación de los logros
    locales, bajo un concepto que "lo local era cosa de indios,
    de salvajes, de incultos, de incivilizados". Es concepto
    mantiene su vigencia, al menos en parte, hasta el Perú
    de hoy.

  • Desde el punto de vista científico se
    acuñó el seudoprincipio que los conocimientos y
    tecnologías locales eran "empíricas" mas no
    dignas del mundo "científico". Bajo este concepto los
    logros locales, si son de utilidad, son simplemente tomados
    mas no reconocidos, en contraposición del ambiente
    académico – científico, donde si plantea la
    necesidad de reconocer derechos de propiedad
    intelectual.

  • El deterioro de los recursos y de los logros locales
    fue muy grande a partir de 1,532. Un dato es muy elocuente:
    expertos afirman que en 1,532 existían en la costa
    peruana unas 750,000 ha bajo riego; en 1,821 quedaban apenas
    150,000 ha, y hoy llegamos a unas 800,000 ha.

El Perú independiente o republicano es una
excepción en este proceso. La economía del
Perú republicano, a partir de 1,821, se basó
siempre en el saqueo de recursos más no en su manejo.
Baste mencionar los grandes "booms" económicos del guano
de isla, del gaucho y de la anchoveta, y los saqueos de la quina
o cascarilla, de la chinchilla, de los lobos marinos, de la
vicuña, de los bosques y de la minería con impactos
ambientales muy intensos.

La ciencia ecológica fue desarrollada en el
país por grandes científicos extranjeros y por
pocos peruanos.

Entre los primeros destacan Ruiz y Pavón,
descubridores de la flora peruana; Alexander Von Humboldt, como
biogeógrafo; Juan J. Von Tschudi, estudioso de la fauna;
Augusto Weberbauer, botánico insuperable; Hans Keopcke,
estudioso de biotopos y biocenosis; María de Keopcke,
estudiosa de las aves; y algunos otros, que se asomaron a este
país por poco tiempo.

Entre los peruanos destacan Hipólito
Unánue y varios en este siglo

Una cosa es muy clara: en la actualidad asistimos a un
fuerte movimiento nacional tanto en la investigación como
en la promoción de las ciencias del ambiente, en el marco
del irreversible proceso de la globalización de la
problemática ambiental.

Sin embargo, poco se ha destacado la tercera
persistencia, a pesar de casi 500 años de imposiciones, de
los pueblos aborígenes, que han logrado transmitir,
conservar y rescatar conocimientos, "dignos de la más fina
y sutil ciencia ecológica", sobre el ambiente y los
recursos de este país. Ellos son hoy depositarios de
conocimientos sobre el ambiente, las plantas, la fauna, una gran
variedad de recursos genéticos y de manejo de recursos
naturales, y que no tienen un reconocimiento justo sobre esos
conocimientos porque no han pasado por aulas ni tienen acceso a
cátedras.

Hoy en día varias realidades son ciertas en la
relación entre el hombre, el desarrollo, la
economía, el entorno y los recursos que contiene. Veamos
algunas, en forma de ejemplos.

El Perú, como nación y como país
emergente, no es lo suficientemente consciente de sus
posibilidades de desarrollo sobre la base de la disponibilidad de
recursos que le ofrece el entorno.

Se ignora, en el ámbito general, las
posibilidades económicas que ofrecen las aguas
continentales; los bosques amazónicos; la diversidad de
especies de flora y de fauna; la variedad de recursos
genéticos nativos; la diversidad cultural; la diversidad
de pisos ecológicos y climáticos; la gran
superficie de pasturas alto andinas y los camélidos; el
engarce entre heterogeneidad ecológica, cultural e
histórica; y la diversidad culinaria, basada en la
diversidad biológica y cultural.

Seguimos entrampados, desde hace decenios, en que somos
un país costero, minero y pesquero, y que hemos dado
generosamente al mundo la papa, el oro y la plata.

El manejo del ambiente y de los recursos es deficitario,
por que la mentalidad que prevalece es la del saqueo sobre la de
manejo.

El panorama actual es de deterioro generalizado,
marcadamente en:

  • Cuencas andinas, especialmente en las vertientes
    occidentales y orientales.

  • Deterioro de especies de la fauna y de los recursos
    hidrobiológicos, marinos y continentales.

  • Deterioro de los suelos agrícolas por la
    salinización y erosión por la falta de
    tecnologías adecuadas de riego y manejo.

  • Deterioro de los bosques secos del noreste, por tala
    y falta de manejo, y avance de la
    desertificación.

  • Deterioro de los manglares y sus recursos por
    sobre-extracción y tala.

  • Tala irracional de los bosques amazónicos,
    que llega a más de 6 millones de ha.

  • Deterioro de los recursos pesqueros
    amazónicos, base alimenticia de la
    población.

  • Contaminación creciente de los ambientes
    urbanos y de ríos, lagos y mar por el vertimiento de
    aguas residuales, basura, relaves mineros y desechos de la
    industria pesquera.

  • Decenas de especies de la fauna y flora nacional en
    peligro de extinción por caza, destrucción del
    hábitat y otras interferencias.

  • Erosión genética creciente de los
    valiosos e ingentes recursos genéticos de plantas y
    animales domésticos, y de flora y fauna silvestres de
    propiedades conocidas.

En medio de este panorama deprimente también hay
algunos logros importantes, y que deben ser
resaltados:

  • Recuperación de la población de
    camélidos, lobos marinos, aves guaneras y la pava de
    ala blanca.

  • El país tiene un programa de manejo de suelos
    y cuencas, y se está reforestando más que hace
    10 años.

  • En numerosas universidades nacionales se tienen
    facultades y maestrías orientadas hacia la
    ingeniería ambiental, el manejo de recursos naturales,
    la ecología y aspectos relacionados.

  • Casi todos los órganos de prensa, hablados y
    escritos, tratan temas ambientales o tienen programas y
    páginas referidos al tema.

  • El país ha suscrito y ratificado los
    más importantes tratados y convenios internacionales
    sobre conservación y manejo de recursos.

  • La superficie titulada de tierras indígenas
    en la Amazonía ha llegado a cerca de 4,7 millones de
    ha.

  • La superficie nacional destinada de áreas
    protegidas y similares ha superado ya los 5 millones de
    ha.

  • Existe un agresivo programa de recuperación y
    manejo de camélidos sudamericanos.

  • Cada vez más se interrelacionan los aspectos
    ambientales con los económicos, y se comienza a
    considerar que el "medio ambiente puede ser un buen negocio
    para el país". Existen hoy empresarios y empresas que
    han comenzado a incluir la variable ambiental en su
    accionar.

  • El ecoturismo es una actividad económica en
    franco desarrollo en el país.

  • Ecología y Desarrollo: Los Desafíos
    al Futuro

El Perú es uno de los pocos países del
planeta con una altísima diversidad de ventajas para un
desarrollo sostenible y una producción diversificada. En
efecto, posee una gran diversidad de climas; de pisos
ecológicos y zonas de producción, y de ecosistemas
productivos y de especies.

La diversidad de especies de la biodiversidad casi no
tiene comparación a nivel mundial. Veamos algunos datos:
de las 25,000 especies de flora del país se conocen las
propiedades y usos de 4,230 de ellas para 49 fines distintos,
desde alimenticios y medicinales hasta los condimenticios y los
tintes y colorantes. En nuestro territorio se han domesticado 128
especies de plantas nativas con miles de variedades, lo que
transforma a nuestro país en uno de los más
importantes reservorios de recursos fitogenéticos. De la
fauna nacional se han domesticado cinco especies (llama, alpaca,
pato criollo, cuy y cochinilla), y existen muchas especies aptas
a criarse desde mamíferos y aves hasta reptiles, anfibios
e invertebrados.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter