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El desayuno: “comida” de la que todos hablan y nadie sabe…




Enviado por Felix Larocca



  1. El
    desayuno, el, "rey de las comidas"…
  2. Lo que
    desayunan la mayoría de los niños de nuestro
    mundo
  3. Un
    poco de historia
  4. En
    resumen
  5. Bibliografía

Hace unos días que participé
en un cuestionario de diez preguntas en el portal livescience.com
al que he contribuido. Es un buen site para mantenerse
al tanto de los acontecimientos científicos
mundiales.

Fallé la siguiente pregunta; que
propone, como respuesta acertada, que: omitir el desayuno, como
resultado, engorda.

Lo que no es cierto.

Yo mantengo, que la evidencia
científica soporta lo opuesto a lo que ellos creen. Que el
desayuno, si se elimina de la dieta, es beneficial; porque para
la mayoría de los seres humanos el desayuno, es comida
superflua, imposible de obtener y, a menudo, nociva.

Mi tesis en esta ponencia es simple:
¿Es el desayuno comida necesaria?

Como adelante, constataremos, que no lo
es.

Pensemos en ello…

No es mi intención repetir lo que
hemos dicho acerca de muchas de las falacias de la ciencia. Del
hubris del que sufren muchos científicos y de la falta de
acumen de otros — quienes se supongan tenerlo.

El desayuno, el,
"rey de las comidas"…

El desayuno… ¿comida de
reyes? O, ¿Rey de las comidas? No, el desayuno es comida
de "reyes absurdos y obesos"… Y no, como nos dice el
refrán… que es colación deseable, para
quienes son reyes — porque los mantiene flacos.

Esta idea, tan generalizada de que el
desayuno es alimento esencial es, simplemente equivocada, como
estrictamente lo demostraremos, para el poder racional
de quienes razonar deseen.

Mi insistencia en apelar al razonamiento de
manera insistente en esta lección, no es asunto fortuito,
ya que resulta esencial — si es que queremos establecer los
hechos.

Acerca de otro desayuno, acerca del
desayuno escolar, refiriéndome al dominicano, ya he
presentado un artículo acerca del mismo y otros más
que citaremos en la bibliografía.

Lo que en la literatura
encontramos

Una revisión de los escritos
pertinentes acerca de este tema, es convincente y conclusiva. La
mayoría de los seres humanos subsisten en dos comidas al
día, y de acuerdo a Josef Brozek, una de ellas no es el
desayuno por nosotros conocido.

Además, de que las dos comidas que
los demás seres humanos consumen, son escuetas por
nuestros estándares actuales.

En otras palabras, que no comen
tanto…

Tenemos que hacer una pausa, para
introducir conocimientos útiles derivados de las labores
de un dentista a quien todos olvidaran y quien contribuyera
más hacia nuestro conocimiento de la dieta humana que
muchos de los gurús que dominan el escenario
actual.

El héroe desconocido: el Dr. Weston
A. Price (1870-1948).

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El distinguido odontólogo
estudió las siguientes culturas en persona:

  • Los habitantes de Lötschental en
    Suiza

  • Los habitantes de las Islas
    Hébridas adyacentes a Escocia

  • Los Esquimales de Alaska y el
    Canadá

  • Grupos de aborígenes
    norteamericanos

  • Los habitantes de la Nueva
    Caledonia

  • Los de Fiji, Samoa, las Islas
    Marquesas, Tahití, Rarotonga, Nukualofa y
    Hawái

  • Los Maasai, Kikuyu, Akamba y Las Tribus
    Jalou de Kenia

  • Los Muhima de Uganda, Los Bantu y
    Watusi de Ruanda, Los Pigmeos y Wanande del Congo

  • Los Terrakeka, Dinka y Neurs del
    Sudán

  • Los aborígenes de Australia, los
    habitantes del Estrecho de Torres

  • Los Maorí de Nueva
    Zelanda

  • Los Tauhuanoca, los Quechua de los
    Andes y los Indios Serranos del Perú

Por medio de sus investigaciones, el Dr.
Price confirmó lo siguiente:

  • Que cada grupo estudiado, adaptaba su
    dieta al entorno que habitaba, de modo preciso. Eso lo
    sabemos, si se examinan mis ponencias en ese vademécum
    de información acerca de estos temas, llamado,
    monografías.com

  • Que la mayoría de los grupos
    estudiados medraba en dos ó menos comidas al
    día — una de las cuales, no era el desayuno en el
    sentido, por nosotros, conocido

  • Que alergias, caries dentales, dolores
    de cabeza, trastornos cardiovasculares, tuberculosis,
    nefritis, depresiones, diabetes o cáncer eran
    inexistentes entre ellos

  • Como tampoco existiera la gordura en
    ninguna de sus formas.

¿Qué encontró
además?

Que dentro del espacio de una sola
generación de haber cambiado sus dietas simples y
naturales por la nuestra. Repleta de azúcares refinados,
comidas enlatadas y procesadas, harinas tamizadas y el resto de
los fast foods con que la "civilización" hoy se
"alimenta", todo cambiaría para que llegaran a compartir
las mismas dolencias que nos asedian.

¿Aplauso?

No…

Nada menciona, en su libro, el Dr. Price,
acerca del ejercicio, porque asumió que todos
supondríamos que las tribus analizadas tenían que
movilizar sus anatomías para procurar qué
comer.

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Calentando el
fogón…

Ahora revisemos un estudio reciente que se
leyera, hace muy poco, por todas partes en la prensa
norteamericana.

Mark Pereira, investigador, y miembro de la
facultad de Salud Pública y Epidemiología de la
Universidad de Minnesota, nos informa que el desayuno es comida
esencial, y que ausencia de la misma, puede ser causa de
la obesidad.

Así lo publica el Miami
Herald
del 2 de noviembre del 2007 y así lo
anunció CNN.

Lean despacio…

"Puede ser", es la clave… Frase
incompleta e ignorada. Puede ser, repetimos. Puede
ser…

"Puede ser", no es decir que lo
es.

Ese giro semántico, fue lo que los
medios de propaganda de los cereales y fast food,
aprovecharían para alentarnos a comer más —
consumiendo el desayuno — transponiendo puede ser y
substituyéndolo por, es causa de la
obesidad
.

Veamos, la foto de un desayuno sugerido por
la revista Bicycling, basado en este reporte.

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Este mismo menú, lo describen en
detalle, y mientras lo hacen, de manera casual nos informan, que
ellos asumen que quienes consuman esta colación
exagerada, harán, por lo menos una hora de ejercicios
diariamente.

Dos variables importantísimas se
omiten en el estudio de Pereira, la del ejercicio y la de la
composición de lo consumido: en, y, después, del
mismo desayuno.

Veamos:

  • El desayuno al que Pereira se refiere
    ¿Debe de ser idéntico para todos los grupos
    humanos, todas las edades y todos los estados de la vida?
    Como sería durante la menstruación,
    lactación o el embarazo

  • ¿Qué otras cosas nos
    recomienda comer durante el día para aliviar el temor
    a engordar, si es que nos desayunamos?

  • Pregunta: si el desayuno es un
    profiláctico contra la obesidad. ¿No
    sería cierto que más desayuno = mejores los
    chances de no ser obesos?

  • ¿No sería aconsejable,
    entonces, darnos una hartura para comenzar el día,
    seguido por otras dos más? Como de costumbre se
    hace.

  • ¿Qué recomienda Pereira,
    comer para la ubicua merienda que todos gozan como parte de
    la jornada cotidiana?

  • ¿Por qué, si la gran
    mayoría de americanos comen desayunos opíparos,
    como todos bien sabemos, la obesidad sigue su
    progresión inexorable?

  • ¿Por qué el Dr. Pereira,
    nada nos dice del efecto deletéreo de los
    azúcares y de las grasas que embotan las funciones
    mentales, luego de ingerirlos?

Lo que desayunan
la mayoría de los
niños de nuestro
mundo

Todo el mundo consume cornflakes
(no decimos aquí, "copos de maíz", porque todos son
familiares con esa comida, por su nombre: cornflakes,
como lo somos con los nombres de Wendy y los
demás…).

Pero, mientras hablamos del desayuno,
debemos introducir a otros dos caracteres invisibles, en esta
epopeya.

Conózcanlos en base de un
artículo que escribiera acerca de este tema

Las contribuciones a nuestra salud de Will
Keith y de su hermano John Harvey Kellogg

Dr. Félix E. F. Larocca

La historia de la mesa donde nos
alimentamos está puntuada por la aparición de
"comidas" cuyas aplicaciones y consumo desafían la
inteligencia — de todos quienes se arriesgan y se
habitúan a comerlas — mientras que enseñan a sus
hijos a depender de las mismas.

Una importante contribución, en
cuanto a la popularización de las comidas naturales, fue
la de los hermanos americanos Kellogg: el Dr. John Harvey Kellogg
(1852-1943), médico; y William K. Kellogg (1860-1951),
filántropo y productor de "alimentos".

Ambos eran miembros de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día. Grupo cristiano, que ha
contribuido de manera decisiva al impulso del vegetarianismo en
Norteamérica, mediante la recomendación (no
obligación) a sus miembros de observar una dieta
vegetariana.

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No lucen así porque son
vegetarianos…

El Dr. Harvey Kellogg fue incansable
abogado de una dieta sin carne. Lo que promulgara mediante su
práctica médica, por el uso de sus publicaciones
promoviendo la salud, en la aplicación de sus ideas
idiosincrásicas acerca de la nutrición y de la
sexualidad; y de sus opiniones únicas acerca de la
prevención de enfermedades. Además de publicar una
revista destinada a los mismos fines, Kellogg, fundó un
instituto de salud y sanatorio en Michigan, que se hizo tan
popular que pronto se abrieron más centros similares a lo
largo y ancho de Estados Unidos.

A él se atribuye la célebre
cita: "Si corre, no lo comas". A la que nosotros añadimos:
"Come y corre".

El Dr. Harvey Kellogg enfatizó el
valor nutricional de la soja y de diferentes frutos secos. Junto
a su hermano, inventaron y produjeron un gran número de
productos alimenticios que los hicieron inmensamente ricos. El
primero fue la mantequilla de maní, que se hizo
extremadamente popular entre la población americana porque
está colmada de ese enemigo de la salud: el
azúcar.

Aunque fueron los primeros en fabricar y
vender la mantequilla de maní, se sabe que ésta ya
fuera consumida mucho antes, en el imperio incaico, pero los
incas la comían sin el azúcar
añadido.

El segundo de sus programas,
consistió en formular varios tipos de productos enlatados,
derivados de la soja. Aunque fueran muy distintos en
composición de los derivados orientales de la misma, como
el tofu.

Los productos de la soja Kellogg no eran
más nutritivos pero, por el uso del azúcar, eran
más sabrosos que los orientales. Los productos Kellogg
fueron los primeros derivados de la soja que se hicieron
populares en ese país. Estos, aún pueden ser
adquiridos bajo la marca "Loma Linda", aunque misteriosamente, su
precio es el doble al de tofu o tempeh de procedencia
oriental.

Adivina adivinador, adivíname por
qué…

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De todos modos, los productos de la soja de
los hermanos Kellogg, representaron un paso importante hacia la
disponibilidad de productos agrícolas, sustitutivos de la
carne; altos, que fueran, en proteínas.

La inclinación ética de los
Kellogg era el desarrollo de comestibles vegetarianos, sanos y
nutritivos — desde un punto de vista médico.
Además ellos serían inspirados por consideraciones
morales y preocupación por la santidad del mundo
animal.

No en vano, William Kellogg fundó el
mayor santuario de pájaros de Michigan.

Aunque los pájaros no consumen los
cornflakes.

Su misoginia y paranoia sexual los
llevó a excesos y prejuicios en contra del ser humano,
especialmente contra la mujer y los adolescentes jóvenes
culpables del pecado de la masturbación.

Protege los pájaros, castiga la
mujer… come y calla…

Pero la huella histórica dejada, y
contribución indeleble de Kellogg fue, sin dudas, la
invención del cornflake.

Esta "comida", de méritos dudosos, y
descubierta por serendipia, encontraría, a su tiempo, su
lugar en casi todas las mesas del mundo. Como producto cada vez
más controversial para la salud ya que se come cubierto de
azúcar; a menudo, es preparado con azúcares,
especialmente HFCS y se consume rápidamente confundiendo
las respuestas de saciedad del hipotálamo.

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Desayuna como rey…

Pero, no importa, es lo que la
mayoría de los niños comen al empezar el
día, casi universalmente.

Desayuno que, usualmente, consiste en un
plato de cornflakes, nadando en leche, atiborrado de
azúcar y sin fruta o jugo — cortejando problemas de
nutrición desequilibrada.

Un poco de
historia

En nuestros artículos acerca de la
serendipia hemos hecho hincapié en los muchos
descubrimientos y contribuciones al bienestar y a la salud de
nuestra especie en que el azar fuera participante
fortuito.

La serendipia fue la causa para la
invención del cornflake. Esa invención les
representó a la compañía que los produce la
suma sorprendente de 10,906 millones de dólares en el
2006.

Otros inventos existen que
pudiéramos mencionar, incluyendo las galletas de Sylvester
Graham, cuya biografía y logros son tan interesantes como
las de los Kellogs.

Pero aun no hemos terminado con lo del
desayuno.

Una retrocesión ficticia al
mesolítico, donde nuestra especie esperaba su
dispersión por todos los continentes; es necesaria antes
de concluir.

Nace el día y, con los primeros
rayos del sol, la tribu se apresta a trabajar.

Sabemos que no había despensas ni
neveras y que los únicos miembros de la tribu que gozaban
de provisión natural de alimentos eran los lactantes —
cuya comida se almacenaba en el seno materno. Los demás se
dispersaban en búsqueda de qué comer.

Lo hacían sin haber desayunado, ya
que, si hubiera acceso fácil a esta comida, el deseo por
la caza hubiera cesado, a favor de lo inmediato y de lo
expediente.

Las mujeres más jóvenes se
compartían la recolección de bayas, vegetales y
frutas, y alguna miel, si es que ésta existiera y fuese
accesible sin riesgos de confrontaciones con abejas
enfurecidas.

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Arte prehistórico. Buscando miel.
Cueva de la Araña en España.

Las mujeres mayores cuidaban de los
niños, mientras que los hombres más aptos y
hábiles, salían a la exploración y a la
caza.

Cuando alguna presa se atrapaba; o se
obtenía, como despojo de la captura por un animal mayor,
ésta se preparaba y se compartía con todos los
miembros del grupo tribal.

La cena era asunto de suerte, si es que la
hubiera. Ya que no siendo dotados con la mejor de las visiones, y
menos aún con los de la visión nocturna, salir a
cazar, en la oscuridad, de nuevo, para nuestros antepasados era
sino peligroso, suicida.

Así, que como no existía la
despensa, la electricidad para refrigerar la leche y el
azúcar refinado, no pudiéramos apreciar el
espectáculo del niño feliz, obeso y satisfecho, que
sigue.

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¡Buen apetito, gordito!

En
resumen

La evidencia acumulada gravita en contra de
la importancia del desayuno, como la experiencia asimismo lo
demuestra.

Para preparar, este artículo en
respuesta a tantas interpretaciones equívocas acerca de
las dietas, hemos consultado un sinnúmero de fuentes las
que suministramos al final.

Importante entre ellas es la Biblia, en la
que no se hace alusión directa al desayuno, a menos que no
sea como terminación del ayuno ritualista y prescrito por
la deidad misma.

El maná desafía
comprensión y entendimiento, aun para quienes lo comieran,
ya que no lo necesitaban (viajaban con sus rebaños), ni
estaban hambrientos. Y, que además de todo, se hartaran de
esta comida tempranera que el Dios, de entonces, con su
generosidad, les impuso.

Para complicarlo más, hemos tenido
la experiencia triste de ser testigos del comportamiento de
padres que, creyéndolo su deber, alimentan a sus hijos en
exceso; esperando que siendo gordos, los demás
aprobarían de su diligencia en el bienestar que, como
padres, proporcionan a sus hijos.

Por otra parte, también conocemos
los hijos de familias afluentes quienes rehúsan el
desayuno, como algo que no les apetece. Y que como resultado
permanecen delgados y más saludables que sus hermanos y
compañeros, que consumen nuestras tres comidas
acostumbradas.

Acerca de las civilizaciones
pre-colombianas de nuestro hemisferio, Reay Tannahill nos informa
que los aztecas no comían antes del mediodía y que
su primera colación consistía de gachas de
maíz condimentadas con miel y pimientos, lo que les
bastara hasta comer su otra comida. La que sería en la
tarde temprana, cuando la temperatura era muy cálida para
hacer nada más.

La última comida del día
consistiría en tortillas, algunos que otros frijoles y una
salsa hecha de tomates y ajíes.

Pero, que el desayuno evita la gordura. Es
tan oxímoron como decir: "me siento bien mal". Que es
como, a algunos, el desayuno, los hace sentir.

Bibliografía

Los siguientes artículos míos
relacionados a esta tesis aparecen en
monografías.com

  • Economista:
    Alquimista

  • Los Economistas en los gobiernos
    sudamericanos

  • Memoria, comportamiento y
    comida

  • Fruta… ¡No,
    frito!

  • Dieta, depresión y
    ácidos omega

  • Centenarios y otros
    temas

  • ¿Por qué (a veces) la
    gente que come mucho no engorda?

  • Dangers of HFCS – High
    Fructose Corn Syrup

  • Donde se aprende de la
    Hiperactividad y de la Dieta
    Paleolítica

  • La Serendipia revisitada
    (apareciendo en Psikis)

  • El Onanismo de
    Nando

Otros:

  • Brozek, J: Comunicación
    personal
    . Saint Louis 1985

  • Brozek, J: (2001) Purkinje"s
    Vision: The Dawning of Neuroscience
    Lawrence
    Erlbaum

  • Price, W: (1939) Nutrition and
    Physical Degeneration

  • Colbert, D: (2002) What would Jesus
    eat
    ? Nelson

  • Larocca, F. E. F: Para vivir cien
    años se necesita… un poquito de orden y otra
    cosita

  • Tucker, T: (2007) The Great
    Starvation Experiment: Ancel Keys and the Men who Starved for
    Science
    Univ. of Minnesota

  • Tannahill, R: (1988) Food in
    History
    Three Rivers

  • Critser, G: (2003) Fat Land
    Houghton Mifflin

  • Belasco, W: (2006) Meals to Come: A
    History of the Future of Food
    U. of
    California

  • Pijl, H. et al: Evidence for brain
    serotonin-mediated control of carbohydrate consumption in
    normal weight and obese humans
    . Int. J. Obes. Relat.
    Metab. Disord
    . 1993 / 17 (9) / 513-520

  • Davis, K: (1998) Don"t Know Much
    About the Bible
    Eagle Brook Morrow

Apéndice

En qué consisten los
cornflakes de Kellogs (de acuerdo a
Wikipedia):

  • Maíz refinado o
    procesado

  • Azúcar

  • Maltosa (otro azúcar)

  • HFCS (devastador para la salud
    humana)

  • Sal

  • Hierro

  • Niacinamida

  • Vitamina C

  • Vitamina B6

  • Vitamina B1 y B2

  • Vitamina A

  • Ácido fólico

  • Vitamina B12, y

  • Vitamina D

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Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca

felix_larocca[arroba]yahoo.com

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