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Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (III) (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Smile of a Child, otra ONG, también solía
recibir niños víctimas de abusos y negligencia.
Ahora, el foco está puesto en los destituidos de
Atenas.

Stefanos Alevizos, psicólogo de la
organización, dice que cuando un padre entrega a su hijo,
éste siente que se le derrumban todas sus
estructuras.

"Viven la separación como un acto de violencia,
porque no pueden entender las razones por las que los abandonan",
explica el experto.

Pero para Sofia Koui, de Smile of a Child, la tragedia
radica en que aquellos padres que entregan a sus niños
son, a veces, quienes más quieren a sus hijos.

"Es muy triste ver cómo sufren, pero saben que es
lo mejor, al menos en este momento", añade.

El Padre Antonios no coincide con Koui.

"Estas familias serán juzgadas por abandonar a
sus hijos", sentencia.

"Nosotros podemos brindarles alimentos y un techo, pero
la verdad es que lo que más necesitan los niños es
sentir el amor de su padres".

Los nombres de los niños fueron cambiados para
proteger sus identidades.

"El proyecto de presupuesto para 2013 anunciado este
lunes por Barack Obama apunta a que los ricos tributen
más, en un claro guiño a la clase media. Esto no
puede sorprender ya que es esta franja de la población la
que se ha visto más afectada en los últimos
años. De hecho, un buen número pasó a
engrosar el grupo de 47 millones de estadounidenses que viven
bajo la línea de pobreza, según datos
oficiales"…
Las villas miseria de Estados Unidos, el
país más rico del mundo (BBCMundo.com –
14/2/12)

El desempleo en Estados Unidos no llega a los niveles
astronómicos de la década de los 30 pero,
exceptuando un pico en 1982, no había sido tan alto desde
la época de la Depresión. A febrero de 2012 hay 13
millones de desempleados; es decir, tres millones más que
cuando Obama fue elegido.

Una de las caras más duras de estas cifras es que
unas 5.000 personas, según estimaciones, han tenido que
irse a vivir a tiendas de campaña que se han desparramado
por el país. O porque no tienen trabajo, o porque sus
ingresos no alcanzan para pagar un techo, estos ciudadanos han
tenido que encontrar una solución -por llamarlo de alguna
manera- para sí y sus familias.

El campamento más grande está ubicado en
Pinella's Hope, en el estado de Florida, una región mucho
más conocida por el colorido de Disney World. Está
hecho de prolijas hileras de tiendas desplegadas a lo largo y a
lo ancho de una parcela de 52.000 metros cuadrados.

Una organización católica es la encargada
de organizar el campamento y se ha ocupado poner algunos
servicios a disposición de los habitantes. Cosas tan
cotidianas como máquinas para lavar la ropa, computadoras
o teléfonos.

Muchos de los campamentos están organizados y
celebran reuniones para dividir los quehaceres diarios y acordar
normas de convivencia comunitarias. Para algunos con pocas
perspectivas de encontrar pronto un trabajo, las carpas se han
convertido en hogares semipermanentes.

Un buen número de ellos son personas que muy
recientemente vivían vidas confortables típicas de
la clase media. Ahora apoyan sus cabezas en almohadas manchadas
por el moho, al igual que las colchas con las que se cubren.
"Literalmente refregábamos nuestra cara sobre el moho al
irnos a dormir cada noche", explica al programa Panorama de la
BBC Alana Gehringer, una de las residentes de otro campamento,
situado en el estado de Michigan.

Este otro reducto de los que se han quedado sin un techo
está ubicado al costado de la carretera en el
límite de del poblado de Ann Arbor. Son alrededor de 30
carpas armadas en medio del bosque.

Las condiciones de vida no son precisamente
higiénicas. No hay baños. La electricidad
sólo está disponible en la carpa comunitaria donde
los residentes se juntan alrededor de una estufa de madera para
calentarse cuando llega el invierno.

El hielo se acumula en los techos de las tiendas y la
lluvia, habitualmente, se filtra para caer sobre el rostro de
quienes viven dentro.

Este campamento está dirigido por los propios
residentes, aunque también cuenta con la ayuda de una ONG.
Y organizarse no es fácil, ya que cada vez tienen
más demanda de gente que quisiera encontrar refugio
allí.

Reciben llamadas del hospital, de la policía
local y del refugio de indigentes del pueblo. Todos quieren saber
si pueden enviar gente.

"Ayer (13/2/12) a la noche, por ejemplo, recibimos una
llamada diciendo que había seis personas para las que no
había sitio en el refugio de indigentes y esperaban que
pudiésemos ubicarlos. Siempre recibimos llamados a las 9 o
10 de la noche", explica Brian Durance, uno de los organizadores
del campamento.

La situación que se vive en estos pueblos de
Florida y Michigan se reproduce en muchos otros lugares. Estos
campamentos se han desparramado por 55 ciudades de Estados Unidos
y representan una cruda realidad económica y social del
país.

Esta semana, Obama presentó los últimos
presupuestos. "Esto no es una lucha de clases. Esto se trata del
bienestar de la nación", dijo en su alocución.
Desde la oposición lo tildaron de populista por focalizar
la presión fiscal sobre los más ricos. Pero
él repitió el mismo mensaje que ya había
dado en el discurso sobre el estado de la Unión: "queremos
que todos tengan una oportunidad justa".

"Es un presupuesto dirigido directamente al
corazón de la clase media", explica a BBC Mundo Michael
Linden, director de política impositiva y presupuestaria
del Centrefor American Progress.

"Se trata de hacer elecciones justas que beneficien no
sólo a la gente que le ha ido fantásticamente bien
en las últimas décadas, sino también a la
clase media", expuso Obama.

Y remató su defensa de los presupuestos con una
frase que calza perfecto en esta problemática
estadounidense de los que viven en campamentos en las afueras de
las ciudades.

Obama mencionó a "aquellos que luchan por entrar
en la clase media". En Pinella's Hope, Ann Arbor y otras 55
ciudades de la Unión además de gente que quiere
entrar, hay gente que quiere regresar, porque la crisis la ha
echado.

"Millones de trabajadores alemanes, en su
mayoría mujeres, podrían caer en la pobreza cuando
se jubilen. Se trata de los 7 millones y medio de empleados en
llamados minijobs, contratos precarios con un salario de 400
euros mensuales. 4,65 millones de estos precarios son mujeres, de
las que más de tres millones carecen de otra fuente de
ingresos. En el momento en que se jubilen, estas empleadas
cobrarán pensiones cuyo valor actual no llega a los 200
euros mensuales"…
Los "minijobs" abocarán a la
pobreza a 4,6 millones de alemanas tras su jubilación (El
País – 28/3/12)

Un informe del Ministerio de Trabajo publicado por el
diario muniqués Süddeutsche Zeitung desvela que las
cotizaciones a los fondos de pensiones públicos de los
empleados de "minijobs" solo les darán derecho a 3,11
euros de pensión al mes por cada año trabajado. La
edad de jubilación en Alemania son 67 años. Tras
pasarse 45 años limpiando casas o sirviendo mesas y
cotizando a la seguridad social, las precarias que carezcan de
otra fuente de ingresos tendrán derecho a una
pensión mensual de 139,95 euros.

El informe es la respuesta del Gobierno a una consulta
parlamentaria del partido La Izquierda (Die Linke). La
coalición de centro-derecha que preside Angela Merkel ha
reaccionado anunciando planes para subvencionar directamente las
pensiones más bajas a partir de 2013.

El mínimo de subsistencia para los ancianos
alemanes varía según la región. Los
jubilados cuyas pensiones no alcanzan el umbral de pobreza
reciben ayudas sociales por parte del Estado. Estas ayudas a los
jubilados alcanzan los 688 euros de media en todo el país.
Hoy cobran estas ayudas el 3% de los jubilados. Se calcula que en
2015 serán ya el 10%.

Para el presidente de la Asociación Social de
Alemania SOVD, Adolf Bauer, estas reglas no son más que un
"parche de emergencia" para la mala situación de los
jubilados: "La función de los fondos públicos no es
paliar los efectos tardíos de unas políticas
salariales antisociales". La vicepresidenta del sindicato
gastronómico NGG Michaela Rosenberger pide que se
introduzca un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros
por hora en toda Alemania. Los empleos precarios, dice, "son la
vía directa hacia la pobreza" de los ancianos. Se puede
puntualizar: las ancianas.

Este debate sobre la pobreza tras la jubilación
se enmarca en uno más amplio sobre los minijobs y los
empleos precarios en Alemania. La Federación Alemana de
Sindicatos DGB ha pedido que se reforme el sistema actual de
contratos, que permite a las empresas evitar casi todas las
cotizaciones sociales cuando cubren sus empleos menos
cualificados. Los empleados en minijobs no pueden cobrar
más de 400 euros por trabajos a tiempo parcial. El
Gobierno y la patronal hablan de "puerta de entrada al mercado de
trabajo", pero los sindicatos y buen número de analistas
denuncian el abuso de muchas empresas que usan los contratos de
400 euros para empleos a tiempo completo: pagan las horas extra
en negro y se evitan desembolsar la seguridad social y las
demás cotizaciones obligatorias en los contratos
regulares.

Dos terceras partes de los empleados en minijobs son
mujeres. No es de extrañar, por tanto, que el primer
Informe de Igualdad encargado por el ministerio de Familia el
verano pasado recomendara al Gobierno "la abolición de los
minijobs".

"¿Están los mayores lastrando el
futuro de las nuevas generaciones? El prestigioso economista
británico John Kay, que dirige el grupo de asesores de
David Cameron para reformar los mercados financieros, así
lo cree. Es más, defiende en un crítico
artículo que su generación (él nació
en 1948) "debe devolver su buena suerte" a los más
jóvenes"…
"El único consuelo para las nuevas
generaciones es que les vamos a dejar una casa" (El Economista –
28/3/12)

Kay, que fue catedrático de la London Business
School y la Universidad de Oxford y que actualmente es profesor
visitante en la primera, comienza recordando las buenas
condiciones en las que vino al mundo.

Y es que acabada la II Guerra Mundial y la austeridad de
posguerra, el Gobierno pagó sus estudios, enseguida
encontró un empleo del que prácticamente era
imposible que le echaran y después contó con un
generoso sistema de pensiones y otros beneficios. Además,
recuerda que adquirió una vivienda mediante una hipoteca
que desapareció por el efecto de la inflación al
tiempo que los impuestos fueron bajando.

Kay, que también es columnista del Financial
Times, compara esa situación con la de las nuevas
generaciones: tasas universitarias y coste de la vida creciente
junto con un mercado laboral mucho más competitivo, con
mucha menor seguridad laboral para la clase media y con pensiones
menos generosas. Además de impuestos que suben y suben "en
parte para el cuidado y el tratamiento que yo demandaré",
explica Kay, que añade que "el único consuelo
financiero para las siguientes generaciones es que les dejaremos
nuestras casas".

El economista defiende que los jóvenes
están aceptando esto con pocas objeciones a pesar de las
protestas que ha habido. Por el contrario, "en 1968 marchamos
para cambiar el mundo. Pero fallamos. Mis contemporáneos
cambiaron sus ropas y comenzaron a trabajar en banca de
inversión. Entonces, presidieron y se beneficiaron del
mayor mercado alcista de la historia".

Kay defiende que la gente joven puede preguntar
razonablemente a sus padres y a sus abuelos por qué una
sociedad mucho más rica no puede dar a sus miembros los
beneficios que dio a generaciones anteriores.

"Y no tengo una respuesta buena", asegura. El
número de universitarios ha aumentado, lo que
también dificulta las oportunidades de empleo para los
jóvenes. "Debería responder que cualesquiera que
fueran los sacrificios que hicieron mis padres y abuelos por
nosotros, nosotros no estamos dispuestos a mostrar la misma
generosidad ahora que estamos a cargo".

"La realidad no es que no podamos pagar, sino que no
queremos pagar. Mucha gente siente nostalgia de su experiencia
universitaria, pero no quiere dar fondos a la universidad.
Miembros de mi generación que tuvieron seguridad laboral
para sí mismos les dicen ahora a sus sucesores que no
pueden esperar esa seguridad ni en el empleo ni en la
jubilación. Las compañías que controla mi
generación no quieren asumir los riesgos asociados con
determinados esquemas de beneficios sociales, en gran parte
porque hicimos las normas para asegurar nuestras propias
expectativas", ataca con tono crítico Kay.

Por ello señala que habría que hablar de
"equidad intergeneracional", una expresión fea pero
importante. "La mayoría de los padres quieren que sus
hijos tengan la oportunidad de tener una vida mejor que la suya.
Pero cuando actuamos en conjunto, perseguimos nuestros propios
intereses a costa de los de nuestros hijos y nietos: una paradoja
bizarra".

Para concluir, Kay critica las recientes protestas por
la subida de impuestos a los pensionistas ("mi generación
ha desencadenado una ola de ira injustificable"), que en el fondo
solo implica que los jubilados paguen impuestos en línea
con lo que hace el resto de la gente.

"Los cinco días de disturbios en Londres y
otras ciudades británicas en agosto de 2011 tuvieron sus
raíces, entre otros factores, en la pobreza, la
desmotivación, la falta de oportunidades y la ausencia de
un entorno familiar sano"…
Estudio sobre los motines
británicos encuentra "500.000 familias olvidadas"
(BBCMundo – 28/3/12)

Así lo constató el Panel de Comunidades y
Víctimas de los Disturbios, un grupo de expertos
establecido tras las revueltas de agosto del año 2011 para
investigar sus causas, que además lanzó una
advertencia sobre la mala influencia de la publicidad excesiva
sobre los jóvenes.

Según el informe del Panel, que se publica este
miércoles pero fue filtrado por la prensa el martes,
500.000 familias permanecen en el desamparo y el olvido del
sistema social del Reino Unido.

La falta de cuidado de los padres, la incapacidad del
sistema judicial para evitar la reincidencia y la escasa
confianza en la policía son algunas de las causas que se
señalan para explicar el estallido de violencia que
extendió el caos por las calles británicas durante
unos días.

En las revueltas hubo un total de cinco víctimas
mortales y se cree que hasta 15.000 personas participaron en las
protestas.

La muerte de Mark Duggan

La mecha que prendió la violencia fue la muerte
de Mark Duggan en el barrio londinense de Tottenham el 4 de
agosto de 2011 por un disparo de la policía, que intentaba
arrestarlo.

En un primer informe, el Panel señaló que
las primeras revueltas surgieron por el manejo que hizo la
policía de la muerte de Duggan.

Ahora, los investigadores van más allá y
apuntan a causas profundas para explicar la crisis: "Las familias
no reciben el apoyo que necesitan".

El portavoz y presidente del panel, Darra Singh,
subrayó que "tenemos que involucrar a todo el mundo en la
sociedad. Hay gente que se está agolpando en el fondo,
personas incapaces de cambiar sus vidas. Cuando la gente siente
que no tiene un motivo para mantenerse al margen de líos,
las consecuencias para las comunidades pueden ser devastadoras.
Las causas de los disturbios fueron complejas y no hay una cosa
única que pueda evitar que ocurran de nuevo".

Medidas disuasorias

Los investigadores que forman el Panel realizaron
entrevistas en distintas comunidades británicas afectadas
por el desempleo y la criminalidad juvenil. Gran parte de los
entrevistados achacan las revueltas a los malos cuidados de los
padres.

"Hay jóvenes en las calles de Salford,
Manchester, Birmingham y más allá que les
dirán que el desempleo es una trampa de la que no pueden
escapar. Sin embargo, hay gente en esos barrios que insisten en
que esos mismos jóvenes no hacen lo suficiente para
ayudarse a sí mismos", sostiene el periodista de la BBC,
Chris Buckler, en una observación que muestra la
complejidad de esta cuestión.

En un intento por prevenir futuros conflictos, desde el
Panel se hace un llamado al sistema de justicia penal para que no
sólo se castigue a aquellos que cometan un delito sino
para que se combata la reincidencia.

Chris Buckler explica que el dueño de una tienda
de Manchester que fue seriamente dañada durante las
revueltas apuntó a los antecedentes criminales de muchos
de los jóvenes detenidos en los disturbios.

"El crimen es su empleo", le dijo al
periodista.

Supervisión de las escuelas

El Panel recomienda que las escuelas que fracasen en el
intento de mejorar las tasas de alfabetización de los
alumnos de acuerdo a los estándares mínimos paguen
una penalización.

Los centros educativos tienen que demostrar cómo
están construyendo la personalidad de los alumnos y ser
capaces de ofrecer consejo profesional o académico a cada
niño y adolescente.

David Lamy, parlamentario del Partido Laborista en
Tottenham, dijo que le parecía un poco injusto ese enfoque
sobre las escuelas pero aclaró que prefiere esperar a ver
el informe completo.

"Por supuesto que hay temas en nuestras escuelas, pero
es fácil, cuando las cosas van mal, señalar a una
institución grande y decir que las escuelas
deberían hacer más.

"Yo pondría más énfasis en la vida
de familia, en los padres y la comunidad",
manifestó.

Presión de la publicidad y las marcas

Recomendaciones del Panel

•Las autoridades locales deberían seguir con
atención a aquellos jóvenes que, a partir de los 11
años, estén en riesgo de estar
desempleados

•El gobierno debe nombrar a un "mediador
independiente" que modere un diálogo entre las grandes
marcas y el gobierno sobre cómo proteger a los menores de
una publicidad excesiva

•Los jóvenes delincuentes deben tener un
mentor cuando terminen sus sentencias de cárcel

•Los servicios policiales deberían hacer
más para desmitificar algunas cuestiones que afectan a la
imagen que la gente tiene de la integridad de las autoridades,
especialmente en temas como la muerte de hombres negros bajo
custodia policial

•Los servicios policiales deben revisar sus
procedimientos de denuncia

•También le exige al gobierno tener un papel
más importante y "ofrecer una garantía de trabajo
para todos los jóvenes que han estado desempleados durante
dos o más años"

La pobreza y el desempleo no sorprenden a nadie como
causas para explicar el descontento social. Un elemento
sorprendente de esta investigación, es la responsabilidad
que se atribuye a las marcas y la publicidad como factores
desencadenantes de inestabilidad.

Así, el 85% de los encuestados por el Panel
opinó que "la publicidad presiona a los jóvenes
para que compren los últimos productos". Esto
explicaría, en parte, las imágenes de
jóvenes saqueando tiendas durante los disturbios y
llevándose pantallas planas de televisión o lo
último en tecnología.

En este sentido, el director de políticas de
Children"s Society, Enver Solomon, dijo: "Sabemos por nuestro
trabajo que hay una relación significativa entre la
privación material de un niño y su
satisfacción general con la vida".

Críticas por la filtración

Singh lamentó la publicación adelantada de
los resultados del grupo y aseguró que esto impidió
una perfecta conclusión de sus trabajos.

Además, en su opinión, se ha hecho un
daño a todas las personas que fueron entrevistadas para
hacer el estudio, puesto que merecían una amplia audiencia
que ahora se verá alterada por la filtración
mediática.

"Nuestra atribución era darle voz a las
comunidades y las víctimas de los disturbios de agosto.
Esta filtración afectó nuestra capacidad de
asegurar que reciban la audiencia más amplia posible",
aseguró.

"Hace poco menos de seis años Irlanda
podía presumir de ser la economía más activa
de la Eurozona. Crecía por encima del 6% y tenía
una de las mayores rentas per cápita de toda Europa. La
inversión extranjera fijaba la mirada en el país
antes que en ningún sitio debido al atractivo de su
impuesto de sociedades, empresas de todo el mundo se
establecían en masa en el país… Hasta que la
crisis terminó por amedrentar al Tigre Celta"…
El
avance de Irlanda: de la construcción a la granja…
cobrando un 65% menos (El Economista – 20/4/12)

Irlanda se convirtió en uno de los primeros
países del euro en entrar en recesión. Pero,
además, el estallido de la burbuja inmobiliaria y un nivel
de desempleo en continuo aumento terminaron por hundir a un
país que no tuvo más remedio que pedir el rescate
internacional en noviembre de 2010. El afán del Gobierno
por salvar las principales entidades bancarias tampoco
ayudó mucho a las maltrechas cuentas
públicas.

Hubo un tiempo en que Michael Brennan se embolsaba hasta
1.000 euros a la semana como carpintero. Fue durante el auge del
sector inmobiliario en Irlanda. Pero tras el estallido del
sector, Brennan se quedó sin trabajo, según el
testimonio que recoge "The Wall Street Journal".

Después de tres años sin conseguir un
puesto estable, ha decidido forjarse un futuro bien distinto
trabajando en el tratado de productos cárnicos. Su paga:
350 euros a la semana. Son 1.400 euros al mes, más de lo
que ganan muchos, pero también un 65% menos de lo que
estaba acostumbrado a ingresar.

Un pequeño ejemplo

Pero Brennan es solo una pieza de un puzzle formado por
una gran masa de trabajadores que se ha tenido que reinventar en
una de las economías más afectadas de la Eurozona y
bajo un rescate internacional. Cuatro años después
de que la crisis financiera acobardara al "Tigre Celta", la tasa
de paro alcanza el 14,7%, por encima del nivel registrado en el
peor año de la crisis, 2009.

La falta de perspectivas laborales ha provocado una
salida masiva de irlandeses en busca de un puesto de trabajo, en
especial de los recién licenciados. Y aunque el
país ha hecho mucho por reconducir sus finanzas
públicas, la mayoría de analistas piensa que
serán necesarios varios años para que la
economía y el mercado de trabajo registren niveles previos
a la crisis.

El país no ha tenido más remedio que
recuperar parte de la competitividad perdida mediante la
reducción de salarios en términos reales. Para los
ciudadanos eso se ha traducido en recibir menos dinero por un
trabajo similar. Muchos no han tenido más remedio que
cambiar de empleo ganando menos, tras los años de aumentos
salariales que siguieron a la adopción del
euro.

El gobierno irlandés ha respondido en parte a
esta situación con un programa de "reconversión".
Las personas que un día se ganaban la vida en sectores
como la construcción, la hostelería o el comercio
están siendo formadas para hacerse cargo de los trabajos
que en algún momento desarrollaron sus padres y sus
abuelos.

En cualquier caso los fondos para estos programas son
limitados. A cambio del rescate, Irlanda debe seguir una
rígida dieta de austeridad, controlando los fondos
públicos disponibles para formación y
educación.

La velocidad de recuperación de Irlanda depende
de lo rápido que se puedan reubicar a trabajadores en paro
en industrias que pueden ayudar a reflotar la economía
irlandesa -centrada en exportaciones de tecnología,
agricultura e industria farmacéutica, por
ejemplo.

De esta forma, el gobierno irlandés trabaja para
formar a miles de trabajadores a través de
múltiples programas y subvenciones. "Es la única
forma que la economía de Irlanda se recupere y se
estabilice", explica el ministro irlandés de
Protección Social, Joan Burton, en declaraciones al
WSJ.

Cifras para el pesimismo

Sin duda, el panorama es desolador. Aproximadamente el
60% de las personas sin empleo, cerca de 182.100 parados, lo son
de larga duración, o que significa que llevan sin trabajar
como mínimo un año. En 2010 eran la mitad y en
2009, tan solo una tercera parte.

Como ha ocurrido en España, el sector de la
construcción ha sido el más afectado de todos. Hoy
emplea a 107.600 personas, frente a las 270.000 de 2007,
según la Oficina de Estadística de Irlanda.
Alrededor de una de cada cuatro personas en paro trabajaba para
la construcción o similares.

Muchos de ellos ganaban hace apenas cuatro años
más de 1.500 euros a la semana, explica Stephen O'Shea.
Él era uno de ellos, pero perdió su puesto de
trabajo en 2010. Ahora se ha matriculado para cursar un grado de
horticultura.

En época de bonanza, O'Shea destinó buena
parte de sus ahorros a comprarse una vivienda y a pagar los
estudios de su esposa. Pero otros fueron menos prudentes. Ante la
facilidad para obtener un préstamo y con unos ingresos
elevados, muchos irlandeses compraron hasta una segunda vivienda.
Como resultado, la deuda de las familias suponía el 124%
del PIB a mediados del PIB a mediados de 2010.

La disminución del nivel de vida es algo que la
mayoría de desempleados irlandeses ha llegado a aceptar
después de meses sin trabajar. Pero prefieren un trabajo
que nunca pensaron que iban a desarrollar y menor remunerado
antes de estar en paro.

"Cada día un pequeño empresario y un
trabajador se quitan la vida agobiados por las deudas y la falta
de expectativa para superar las dificultades"…
La
crisis cercena vidas en Italia (El País –
21/4/12)

Si hay una palabra prohibida, esa es suicidio. Mucho
más para las sociedades -como la italiana, como la
española- que desde siglos han vivido a la sombra
ética y estética de la religión. A pesar de
que a los suicidas siempre se les negó un lugar en el
cielo, en el camposanto y en los periódicos, los italianos
se están quitando la vida por motivos económicos. A
un ritmo de dos al día. Un pequeño empresario y un
trabajador se sienten empujados diariamente a las vías del
tren o a la horca por la desesperación que les provoca la
crisis. No se llega todavía al récord espantoso de
los griegos -1.725 suicidios en los dos últimos
años-, pero la progresión es tan alarmante que
hasta el primer ministro Mario Monti, tan católico,
nombró al diablo por su nombre. "Todos los días
luchamos para evitar caer en el dramático precipicio de
Grecia, con tantos empleos perdidos y tantos suicidios", dijo. No
hablaba, por una vez, de la dichosa prima de riesgo o del
déficit de las cuentas públicas. Hablaba por fin
del coste humano. De Vicenzo, de 28 años, o de Roberto, de
62, que se ahorcaron agobiados por las deudas. O de Mario, de 59,
que huyó de la crisis pegándose un tiro en el
pecho.

La situación es tan dramática que, la
noche del pasado miércoles, pequeños empresarios y
trabajadores acudieron con velas al Panteón para exigir en
silencio: "No más suicidios". Unas horas antes, el propio
Monti había admitido públicamente que la crisis
está imponiendo "un precio altísimo a las familias,
a los jóvenes, a los trabajadores… A veces con
experiencias que se cierran en la desesperación". En los
últimos meses, raro es el día que los
periódicos italianos no traen la noticia de un
pequeño empresario que se arroja a las vías del
tren, de un trabajador autónomo o de un desempleado que se
ahorcan agobiados por las deudas y la falta de salida.
Según Giuseppe Bortolussi, secretario general de Cgia di
Mestre, una asociación de artesanos y pequeñas
empresas, "para muchos de los que optan por quitarse la vida, el
suicidio es un gesto de rebelión contra un sistema sordo e
insensible que no acierta a entender la gravedad de la
situación. Es un verdadero grito de alarma lanzado por
quien ya no puede más".

Hay un dato que a Bortolussi se le antoja
dramáticamente representativo. De los 23 suicidios de
pequeños empresarios registrados en el primer cuatrimestre
de 2012, el 40% pertenece al Veneto, la región del noreste
de Italia que siempre ha sido un motor de desarrollo
económico basado en la pequeña y mediana empresa.
Los llamados "suicidios económicos" están
provocados por un cóctel fatal formado por los rezagos de
la vieja Italia y la nueva crisis global. "La lentitud de la
burocracia, la dificultad para tratar con bancos y
administraciones", según se puso de manifiesto a la vera
del Panteón, "se unen ahora a empresas endeudadas, pagos
que se retrasan y jamás llegan… El pequeño
empresario se ve abocado a despedir a personas con las que ha
trabajado toda la vida, a verdaderos amigos, incluso a
familiares… Intenta aguantar hasta que un día ya no
puede resistirlo y…" Todo parece indicar que la
situación seguirá agravándose. De ahí
que al menos cinco asociaciones -desde Cáritas a
organizaciones empresariales- ya hayan puesto en marcha servicios
de ayuda psicológica a emprendedores y trabajadores en
apuros. La más representativa, la que solo con el
título lo dice todo, se creó el pasado lunes en
Vigonza, en la provincia de Padua, a 25 kilómetros al
oeste de Venecia. Su nombre: "Asociación de familiares de
empresarios suicidados".

El horizonte es muy oscuro. Sobre la mesa se van
agolpando informes, el uno más pesimista que el otro. En
los últimos tres meses, 146.000 empresas italianas echaron
el cierre. Y el temporal no ha pasado. Según la
asociación de comerciantes, 2012 será el peor
año de la crisis y, según el Gobierno, hasta 2013
no se quebrará la tendencia. Desde el punto de vista del
consumo, no se estaba tan mal desde los años de la
posguerra. La mitad de las familias, dicho por el propio Monti,
tienen problemas para salir adelante. Si en junio de 2011, el 28%
de los italianos aún conseguía ahorrar algo al mes,
ahora solo es un 9%. El 87% ya ha recortado en la cesta del
supermercado y ya hay más de un millón y medio de
familia abocadas a la caridad. No sería extraño,
por tanto, que los datos de suicidios que arroja el último
estudio de Eures -el portal europeo de la movilidad profesional-
se llegaran a agravar: durante 2010 se suicidaron 362
desempleados y 336 empresarios o autónomos. Y eso que,
entonces, ni la economía estaba tan mal ni existía
todavía en Italia una nueva clase de desheredados, esos
que aquí llaman esodati.

Vincenzo Sgroi es uno de ellos. Su caso ilustra muy bien
la angustia de muchas familias. Es uno de los 500 prejubilados de
La Posta, el servicio de correos que también actúa
como caja de ahorros. Aceptó renunciar a la
indemnización de 70.000 euros que le ayudaría a
llegar hasta la jubilación a cambio de que uno de sus
hijos tuviera la oportunidad de colocarse, fijo, en la empresa
pública. Un sistema muy discutido por los sindicatos, que
lo consideran medieval. En tanto, fueron llegando la crisis
primero y el Gobierno de Monti después. Vincenzo se
encontró con que el puesto fijo de su hijo es solo a
tiempo parcial -15 días trabajando y 15 en casa- y que el
sueldo no llega a los 700 euros. Pero lo más grave es que
la reforma de las pensiones puesta en marcha por el nuevo
Gobierno le ha alejado el horizonte de la jubilación.
Cuando aceptó la prejubilación, solo le quedaba un
año para jubilarse; ahora le quedan cuatro… Toda la
impotencia se refleja en su rostro, en su pregunta:
"¡¿Qué hago yo ahora?!"

Él y otros 65.000 prejubilados -350.000
según los sindicatos- creían que habían
llegado por fin a la orilla de la tranquilidad y ahora se
encuentran a tres o cuatro años de la costa, en aguas
más frías y más profundas que nunca, sin
fuerzas para aprender a nadar, con la vida arruinada. Todo el
sufrimiento que se reúne en las ojeras de Vincenzo, toda
la sensación de haber sido estafado, se convierte en un
factor de riesgo. Es el grito de Italia contra la crisis. Un
grito dramático. El disparo de una escopeta puesta del
revés. El silbido de un tren que se acerca en medio de la
noche…

"Los Países Bajos, hasta ahora una de las
economías más estables de Europa acaba de ver la
caída de su gobierno como consecuencia del peso de la
crisis y de los recortes y se enfrenta a un aumento de personas
que viven al límite"…
La pobreza que puso en jaque
a un gobierno (BBCMundo – 24/4/12)

El colapso del gobierno de Mark Rutte, que buscaba
recortar US$ 21.000 millones para alcanzar el objetivo de
déficit del 3% impuesto por la Unión Europea, es la
cima de una pendiente de problemas que no sólo está
afectando a la economía del país sino al día
a día de muchos holandeses que luchan contra las
dificultades derivadas de la crisis.

Rutte renunció ante la falta de apoyo del
ultraderechista Partido de la Libertad, que calificaba los
recortes de desmesurados.

Pero, detrás de esta crisis política, las
filas de desempleados y familias de escasos recursos crecen
silenciosamente desde finales del año pasado. Según
los comedores públicos de Ámsterdam, el
número de personas que acude a pedir sus servicios
creció en un 10% mensual en los últimos cinco
meses.

Ahora, más de 60.000 personas dependen de los
comedores sociales en todo el país.

El hambre no es un concepto que se asocia con una de las
economías más fuertes de Europa. Sin embargo, las
medidas de austeridad adoptadas por el gobierno están
teniendo un impacto social que muchos califican de
dramático.

Los Países Bajos están en recesión
y el desempleo afecta a un 6% de la población, el nivel
más alto en seis años. Pero, a pesar de que esta
cifra es baja en comparación de la de otros países
de la eurozona -como España, donde supera el 20% o
Francia, donde ronda el 10%-, uno de cada seis hogares tiene
dificultades para cubrir los gastos de la compra
semanal.

1.300 familias a la semana

En uno de los cinco comedores públicos que tiene
Ámsterdam, un grupo de voluntarios corre
frenéticamente de un lado al otro organizando cajas con
donaciones de alimentos. Es temprano y tienen que dejarlo todo
listo antes de que el lugar se llene de gente.

Durante los últimos meses, el centro ha
experimentado una afluencia de público sin
precedentes.

"La demanda ha ido creciendo durante un tiempo pero en
los últimos meses se ha desbordado. Estamos atendiendo a
unas 1.300 familias a la semana", comentó a la BBC Piet
van Diepen, del Banco de Alimentos de
Ámsterdam.

"Estamos viendo los efectos de la crisis. Estas personas
no tienen trabajo, tienen poco dinero y muchas deudas. El
gobierno además está reduciendo las prestaciones
sociales, así que tienen que venir aquí", agrega
van Diepen.

"A veces sólo hay lechuga"

Petra es una de las primeras en entrar en la sala.
Cargando dos grandes bolsas de compra explora el interior de las
cajas.

"Esta es una buena semana. Hay gran cantidad de
galletas, frutas, verduras para los macarrones o los espaguetis,
de manera que es maravilloso. A veces sólo hay lechuga",
detalla a la BBC.

Petra lleva tres años acudiendo al banco de
alimentos.

"Gano € 50 (US$ 65) a la semana. Con ese
presupuesto es imposible alimentar a una familia. Si no fuera por
las donaciones tendría que dedicarme a robar porque de lo
contrario no comeríamos", detalla mientras llena de
alimentos sus bolsas gastadas.

"Hay mucha pobreza en Holanda, pero está
escondida", señala.

Los efectos de la austeridad

A pocos kilómetros del banco de alimentos se
encuentra uno de los bares de moda de Ámsterdam, Basis
Bar.

El lugar está repleto de comensales decididos a
no dejar que la crisis económica altere sus agendas
sociales.

Al bar se puede llevar comida para calentar en hornos
microondas de forma gratuita. Lo único que hay que pagar
es la bebida.

Una pizza de mozzarella y rúcula da vueltas en el
microondas detrás de la barra, mientras que Sophie saca de
una bolsa la ensalada que compró en el
supermercado.

"Es demasiado caro comer fuera pero esto es genial
porque no gastas mucho. La ensalada me costó € 5 (US$
6,5) cuando en un restaurante normal puede costar el doble o el
triple", comenta.

Basis no fue diseñado específicamente para
beneficiarse de la caída financiera, pero el propietario,
Michiel Zwart, ha notado un aumento de la clientela.

"La gente no tiene dinero extra para comer fuera. Lo que
tratamos es que todavía se pueda salir con amigos sin
tener que pagar un precio muy alto por la comida", explica a la
BBC.

"Hay gente que trae enormes ollas de sopa hechas en
casa. Se calientan unos bocadillos en el horno y tienes una buena
cena a un presupuesto muy bajo", agrega.

El bar también permite que los clientes laven sus
platos.

Cocina de supervivencia

En el otro lado de la ciudad, Denise Dulcic, de 32
años de edad, cocina sin parar frente a una estufa
caliente.

Denise cocina más de lo que necesita para luego
venderlo.

"¿Salir a comer? Olvídate", exclama
sonriendo.

Cuando el gobierno holandés redujo los fondos
para la educación especial, Denise perdió su
trabajo como psicóloga de niños y desde entonces no
ha podido encontrar un puesto.

"Ahora cocino para sobrevivir. Tengo experiencia y
cualificación para otro tipo de trabajos pero no hay",
detalla.

Denise se gana la vida con un sistema denominado Tweetje
Mee (mesa para dos), que permite a muchos holandeses cocinar su
comida y luego vender lo que sobra sin necesidad de tener un
local o un restaurante.

Ella combina la cocina con terapias pero admite que vive
al día.

"Es un muy difícil reunir el dinero para pagar el
alquiler. La gente tiene miedo por la crisis. Me gusta cocinar
pero ahora lo hago porque es mi única manera de
sobrevivir", subraya.

"Michael Brennan llegó a ganar hasta US$1.300
a la semana como carpintero instalando techos durante el auge de
la construcción en Irlanda. Pero después de casi
tres años sin un empleo estable, el hombre de 29
años está empezando de nuevo en un
frigorífico donde trata de labrarse un nuevo, y menos
lucrativo, futuro"…
Irlanda apuesta el futuro de su
economía a una transformación de su fuerza laboral
(The Wall Street Journal – 27/4/12)

Brennan está inscrito en un curso de
capacitación en el que está aprendiendo a extirpar
huesos de bloques sangrientos de vacas. Al final, espera
conseguir un empleo en una procesadora de carne, donde
probablemente ganará unos US$ 460 a la semana.

Brennan forma parte de una reinvención de la
fuerza laboral de Irlanda, uno de los países más
golpeados por la crisis de la zona euro. Cuatro años
después de que el otrora "Tigre Celta" fuera
víctima de la crisis financiera global, la tasa de
desempleo asciende a 14,6%, más alta que la registrada en
2009, cuando la crisis arreciaba, y el país ha vuelto a
caer en recesión.

La cantidad de deudores hipotecarios en mora o en
cesación de pagos ha llegado a nuevos picos y el
país experimenta el mayor éxodo en década.
Se estima que unas 78.400 personas dejaron Irlanda el año
que finalizó en abril de 2011, un alza de 16,9% frente al
año previo, de acuerdo con la Oficina Central de
Estadísticas.

La Isla Esmeralda ha capeado repetidas crisis
económicas y olas de emigración, particularmente
durante la Gran Hambruna Irlandesa en la década de
1840.

La última crisis económica se ha
convertido en una de las pruebas más severas en la
historia moderna del país. Incluso si logra superar
rápidamente sus actuales problemas, que en opinión
de los economistas es poco probable, pasarán años
antes de que la economía y el mercado laboral alcancen los
niveles previos a la crisis.

Debido a que está atada al euro, Irlanda no ha
podido devaluar su moneda como lo hacía antes de
integrarse a la unión monetaria. Así que para
recuperar su competitividad en relación con el resto del
mundo el país ha recurrido a una medicina más
amarga: reducir los precios de los bienes y la mano de obra en
términos reales. Para muchos, eso significa un menor
sueldo por un trabajo similar o el cambio a un trabajo con menor
salario.

El gobierno irlandés ha respondido en parte con
un programa masivo de recapacitación. Las personas que
forjaron carreras y cómodos estilos de vida en sectores
como la construcción, hospitalidad y minorista
están siendo entrenadas para trabajos que alguna vez
desempeñaron sus padres o abuelos, en industrias como la
agrícola o la de procesamiento de carne.

Para muchos, es un ajuste doloroso, con la promesa de
una existencia más sombría y un trabajo menos
emocionante.

"Es muy degradante llegar a un lugar y ver lo que
están ofreciendo", señala William Montgomery, quien
durante 17 años trabajó en el hotel cinco estrellas
Westbury de Dublín antes de renunciar, junto con muchos
otros empleados, a cambio de un paquete de indemnización.
Montgomery buscó trabajo en otros hoteles, pero solo
encontró posiciones que pagaban el mínimo de 8,65
euros la hora, casi la mitad de lo que ganaba. Ahora, está
recibiendo capacitación para trabajar en un centro de
llamadas o como guardia de seguridad.

La velocidad de la recuperación de Irlanda
depende en parte de lo demore en ubicar a los desempleados en las
pocas industrias destinadas a sostener la economía, es
decir, los sectores enfocados a las exportaciones como el
tecnológico, el farmacéutico y el
agrícola.

Con ese fin, el gobierno está volviendo a
capacitar a miles de desempleados a través de infinidad de
programas y becas. "Es un elemento vital en el mosaico que busca
poner a Irlanda en el camino de la recuperación y
estabilizar su economía", apuntó Joan Burton, la
ministra de Protección Social.

Sin embargo, los expertos dicen que los programas de
entrenamiento pueden acelerar una recuperación en marcha,
pero no generarla. Para eso, Irlanda necesita crecer. "Existen
muchos menos empleos disponibles que la oferta de mano de obra",
dice Alan Gray, director ejecutivo de la consultora de
Dublín Indecon International Economic Consultants. "La
recapacitación es una buena idea, pero no creo que vaya a
resolver el problema del desempleo".

Irlanda ha sido el país más golpeado por
la crisis europea, aparte de Grecia. El colapso frenó en
seco dos décadas de auge económico que
empezó con un alza de las exportaciones en los años
90 y continuó con una burbuja inmobiliaria épica e
insostenible que se infló gracias a los préstamos
sin control.

El estallido fue devastador. La recaudación
tributaria se desplomó. Bancos de envergadura colapsaron.
Para fines de 2010, el gobierno se había quedado sin
dinero. El país aceptó un paquete de rescate de
67.500 millones de euros liderado por el Fondo Monetario
Internacional y la Unión Europea.

Desde entonces, el desempleo ha subido. La meta de los
programas de capacitación es reducir la cantidad de tiempo
que los irlandeses pasan sin trabajo o sin educación
activa. Mientras más tiempo pase alguien desempleado,
menor es la probabilidad que vuelva a ingresar a la fuerza
laboral.

El desempleo a largo plazo, definido como una persona
que ha estado sin trabajo por un año o más, se
está agravando. Cerca de 60% de los desocupados
irlandeses, o unas 182.100 personas, fueron puestas en esta
categoría a fines del año pasado, frente a casi 50%
en 2010 y 33% en 2009. Irlanda tiene el segundo nivel más
alto de desempleo a largo plazo de 30 países que
estudió la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo, OCDE, después de Eslovaquia.

La cruzada por volver a capacitar a los desempleados
irlandeses plantea una prueba para Europa. Irlanda tiene una
fuerza laboral más educada y flexible que otros
países en problemas de la zona euro. Si el país no
puede resolver sus problemas, es una mala señal para
España y Portugal.

Muchos irlandeses están resolviendo el problema
emigrando a países como Canadá, Australia o Nueva
Zelanda. Brennan, el carpintero, dice que consideró irse a
Australia, donde está su hermano, pero el final no pudo.
"Soy el único que queda en casa y mi novia está a
cargo de sus padres", relata.

El gobierno también está tratando de
inculcar a sus trabajadores las habilidades para trabajar en las
multinacionales que ha atraído con incentivos fiscales,
como Google, Pfizer y Facebook.

Pero esta tarea es más complicada de lo que
parece. Google, por ejemplo, ha tenido problemas para encontrar
personal bilingüe en Irlanda, donde un segundo idioma no es
obligatorio en el colegio.

De todas formas, la ministra Burton indica que cada
empleo que una multinacional lleva a Irlanda, crea hasta tres en
otros sectores de la economía.

"La crisis ha disparado el abandono de niños
en Grecia. Cada vez son más padres los que dejan a sus
hijos a las puertas de una ONG infantil por no tener recursos
para darles de comer"…
Se dispara un 300% el abandono de
niños en Grecia (Geceta.es – 4/5/12)

La cara más desconocida de la debacle
griega.

Desde la ONG Children Grecia aseguran que jamás
han visto nada parecido. En el último año han
tenido 380 solicitudes de padres que les han pedido que se hagan
cargo de sus hijos. Un 300% más que hace un
año.

En esta ONG han pasado de acoger a chicos
problemáticos a pequeños cuyos padres en paro y sin
recursos no puede ni alimentarles. Después de 5
años de recesión, los griegos están viviendo
su peor pesadilla, en un país con 11 millones de personas,
3 millones son pobres, y el trabajo infantil ha vuelto a
reaparecer.

En total se estima que unos 100.000 menores trabajan
para llevar algo de dinero al hogar. Cada vez hay más
gente viviendo en las calles y enfermedades como la malaria, la
tuberculosis o el sida han vuelto con fuerza.

El domingo se celebraran las primeras elecciones desde
el colapso financiero de 2009, todo apunta a que los griegos
castigaran con su voto a los partidos mayoritarios por los
drásticos recortes.

"Un ciudadano de 61 años ha puesto fin a su
existencia con una nota en la que se refiere a la
situación económica como causante de su
decisión: "Espero que mis nietos no nazcan en Grecia",
decía"…
Nuevo suicidio en Atenas con una nota que
acusa a las deudas (Vozpópuli – 31/5/12)

Un pensionista griego ha sido hallado ahorcado a finales
de mayo (2012) en el parque ateniense Agios Filipos al lado de
una nota de suicidio en la que se hace referencia a su
situación económica como causa del suicidio,
según ha informado el portal griego "Athens
News".

"La Policía no me conoce. Nunca he tocado la
bebida en mi vida. Nunca he soñado con mujeres ni con
drogas y nunca he estado en una cafetería. Solo
trabajé todo el día. Pero cometí un crimen
horrendo: me hice profesional a los 40 años y me
hundí en las deudas", dice la nota.

"Ahora soy un idiota de 61 años y tengo que
pagar. Espero que mis nietos no nazcan en Grecia, ya que no
habrá griegos a partir de ahora. Dejemos que aprendan otro
idioma, porque el griego será borrado del mapa a no ser
que haya un político con el valor de (la ex primera
ministra británica Margaret) Thatcher para ponernos firmes
a nosotros y al Estado", agrega.

Los vecinos del fallecido le han descrito como un hombre
muy trabajador que estuvo empleado en la reparación de
barcos y en diversos puestos de construcción. En la
última etapa de su vida trabajó como electricista
en un barco mercante.

Los casos aumentan

A mediados de mayo (2012), un hombre de 60 años y
su madre, de 90 años de edad y enferma de Alzheimer, se
suicidaron en Atenas tras saltar desde el tejado de un edificio
de cinco plantas, según los medios locales, que apuntaron
que la familia atravesaba dificultades
económicas.

Los testigos relataron que madre e hijo saltaron al
vacío, cogidos de la mano, poco después de las ocho
de la mañana. Ambos vivían en el primer piso del
edificio, situado en el barrio ateniense de
Metaxourgio.

El hombre fue identificado como Antonis Perris,
músico de profesión. Según los vecinos, la
familia atravesaba dificultades económicas y, de hecho,
Perris relató recientemente en su blog que llevaba 20
años cuidando de su madre.

Paralelamente al empeoramiento de la crisis en Grecia,
ha aumentado también el índice de suicidios. El mes
pasado, el jubilado Dimitris Christoulas, de 77 años, se
quitó la vida en la plaza Sintagma de Atenas, en una
acción que captó la atención internacional y
generó nuevas movilizaciones sociales.

"Los riesgos derivados del empeño
institucional por reducir la brecha digital lo más
rápidamente posible ha ocasionado una serie de negativos
efectos secundarios en los que no se había puesto el foco
hasta ahora. Se trata de la elevada exposición de los
niños a los aparatos tecnológicos. Los ordenadores
acaban absorbiendo a los más pequeños
restándoles tiempo para dormir, estudiar o
socializarse".
Los pobres (y por eso lo son) pasan mucho
tiempo jugando con la consola (El Confidencial –
4/6/12)

Lo más curioso es que estos malos hábitos
son más comunes entre los hijos de familias con un bajo
nivel socioeconómico, según se desprende de una
investigación que ha publicado la Káiser Family
Foundation. Si se incluye también la televisión,
los niños estadounidenses con menos recursos
dedicarían 90 minutos más al día que el
resto. En 1999, la diferencia era tan sólo de 16
minutos.

Los hijos de personas sin estudios superiores pasan
enfrente a las pantallas una media diaria de once horas y media,
según los estadísticas de Kaiser Family Fundation,
lo que supone un aumento de más de cuatro horas y media
con respecto a los últimos datos de hace una
década. Hay que tener en cuenta que la metodología
utilizada suman las horas de actividades multitarea, es decir, si
se ve la televisión y se navega al mismo tiempo, se
duplican los minutos contabilizados.

El entretenimiento se impone sobre la
pedagogía

La base del problema por el consumo excesivo de
tecnología es que "a pesar del potencial educativo de los
ordenadores, este uso es minúsculo en comparación
con el empleo para el entretenimiento", según explica el
director del estudio, Vicky Rideout.

Estas conclusiones intentan llamar la atención de
las instituciones volcadas en romper la brecha digital, pues se
pervierten los objetivos y en lugar de ayudar a las familias con
menos recursos para que accedan a internet, se acentúan
sus problemas con una mayor tasa de fracaso escolar y rompiendo
la capacidad de establecer vínculos
relacionales.

Uno de los participantes en el estudio, Marky Cook, de
12 años, perteneciente a una familia de clase baja tiene
dos ordenadores portátiles en casa, una Xbox 360, una
Nintendo Wii y un Smartphone. Todo ello para pasar la mayor parte
de su tiempo en Facebook y YouTube, enviar mensajes de texto a
sus amigos y jugar a videojuegos. "Los lunes cuando voy a clase
estoy muy cansado porque el fin de semana me puedo pasar
despierto hasta las siete de la mañana", admite Cook. Como
consecuencia directa, sus calificaciones escolares han descendido
de manera drástica. Definitivamente, el acceso a la
tecnología no es sinónimo de desarrollo ni de
igualdad de oportunidades, sentencia Laura Robell, directora de
la escuela Elmhurst Community Prep en Oakland.

La necesidad de una supervisión
tecnológica adecuada

La reducción de la brecha digital provoca un
aumento exponencial de la "brecha del tiempo perdido". Una
situación que refleja la incapacidad de los padres menos
formados a la hora de controlar y limitar el acceso de los
niños a la tecnología, añade
Robell.

La necesidad de alfabetizar digitalmente a los padres se
convierte en una estrategia crucial para no seguir alimentando
las diferencias de clase entre los más pequeños
puesto que la tecnología no es neutral y su uso incorrecto
deriva en problemas difíciles de corregir en el futuro si
no se atajan con premura.

La capacitación tecnológica de los padres
es vital. Los expertos incluso recomiendan que no se deje a los
menores utilizar redes sociales si no se saben monitorizar para
controlar con quién se relacionan y cómo.
Además, también aconsejan filtrar ciertas
páginas web con contenido violento o pornográfico.
Sin embargo, todavía existen muchos padres que ni siquiera
han oído hablar de una webcam en su vida.

"Actualmente, no hay duda de que la inteligencia se
hereda: es más probable que los adultos inteligentes
tengan hijos inteligentes. Sin embargo, en los años 70,
sugerir que el coeficiente intelectual (CI) podía
heredarse era una herejía intelectual, que podía
castigarse con el equivalente a la hoguera"…
La
inteligencia se hereda, siempre y cuando la familia no sea pobre
(The Wall Street Journal – 1/7/12)

Más que cualquier otra evidencia, fue el estudio
de gemelos lo que produjo el cambio. Born together – Reared Apart
(algo así como Nacidos juntos, criados por separado), un
nuevo libro de Nancy L. Segal sobre el Estudio Minnesota de
Gemelos Criados por Separado (Mistra, por sus siglas en
inglés), narra la historia del cambio. En 1979, Thomas
Bouchard de la Universidad de Minnesota leyó un informe en
un periódico sobre gemelos del estado de Ohio, que tras
ser separados al nacer habían sido reunidos.
Resultó que ambos poseían hábitos
misteriosamente similares. Bouchard comenzó a reunir
historias clínicas de gemelos criados por separado y a
invitarlos a Minneapolis para estudiarlos.

Para 1990, Segal y otros médicos estaban listos
para publicar sus resultados en la revista Science. Para entonces
habían medido el CI de 48 pares de mellizos o gemelos
criados por separado y 40 pares de mellizos o gemelos criados
juntos. Los primeros eran 69% similares en CI, comparado con 88%
en el caso de los segundos, en ambos casos una semejanza mucho
mayor que para cualquier otro par de individuos, incluso
hermanos. Otras variables además de la genética,
como posesiones materiales en el hogar, tenían poca
influencia, y tampoco importaba el grado de contacto social entre
los hermanos en cada par asociado con su similitud en
CI.

El ensayo atrajo abundantes críticas, y durante
años hubo una silenciosa campaña para desacreditar
el estudio Mistra al afirmar que se basaba en anécdotas,
que subestimaba el contacto entre gemelos, que no tomaba en
cuenta una tendencia que tienen los mellizos reunidos a exagerar
sus similitudes o asumía muy poca semejanza entre las
familias que adoptaron a los gemelos.

Sin embargo, como afirma Segal, los científicos
del Mistra fueron meticulosos al abordar estos y otros
puntos.

Hoy, un tercio de un siglo después de que
comenzara el estudio y cuando otras investigaciones de gemelos
reunidos llegaron a la misma conclusión, las cifras son
sorprendentes. Los gemelos idénticos criados por separado
son más similares en CI (74%) que los gemelos no
idénticos criados juntos (60%) y mucho más que
pares de padres e hijos (42%); medio hermanos (31%); hermanos
adoptivos (29%-34%); gemelos virtuales, o niños de edad
similar pero sin relación familiar que fueron criados
juntos (28%); pares de padres e hijos adoptivos (19%), y primos
(15%). Nada más que los genes puede explicar esta
jerarquía.

Pero, como aceptan tanto Bouchard y Segal, la alta
incidencia en la inteligencia heredada se aplica principalmente a
familias no pobres. Críe a un niño hambriento o
enfermo y el ambiente sí afecta el CI.

"Esas fueron las palabras que un ex empleado de
France Télécom dedicó a su empresa antes de
morir. Como él, 35 trabajadores de la
compañía se quitaron la vida en dos
años"…
"Estoy de más; el suicidio es mi
única solución" (Gaceta.es –
9/7/12)

"¡El suicidio es la única
solución!", escribió un empleado de France
Télécom siete meses antes de quemarse vivo delante
de los locales de su oficina, sin que nadie pudiera evitarlo. En
una carta de seis páginas dirigida a la presidencia de la
empresa y al Estado accionista a finales de 2009, el trabajador
de 57 años de edad y padre de cuatro hijos explicaba las
razones que le impulsaron a tomar la trágica
decisión. En el texto, describió un ambiente
laboral "endémico" debido al plan de
reestructuración drástico que provocó 22.000
despidos y 10.000 traslados. La carta del empleado, publicada
tras su muerte y que conmocionó al país,
hacía referencia al "acoso" en el nuevo puesto que ocupaba
después de su traslado forzado. "Estoy de más",
concluía en una llamada desesperada. Pero su grito de
alarma nunca obtuvo respuesta y en abril de 2010 el empleado se
suicidó.

Como él, otras 35 personas formaron parte de la
famosa ola de suicidios en menos de dos años. La
dirección de France Télécom y el
departamento de recursos humanos habían recibido varias
alertas de este tipo, las cuales se remitían a los
responsables de cada departamento. Sin embargo y pese a las
advertencias, nadie fue capaz o no pudo evitar los dramas. Muchas
familias de las víctimas y varios sindicatos decidieron
entonces recurrir a la vía judicial para denunciar los
métodos utilizados por la empresa.

Tres años después, la Justicia ha decidido
responder a esas denuncias y examinar la responsabilidad de los
que en su día dirigían la empresa telefónica
líder en Francia. Dos ex dirigentes y el ex consejero
delegado, Didier Lombard, están imputados por "acoso
psicológico" a los trabajadores y se exponen a una multa
de 15.000 euros y a una pena de hasta un año de
cárcel. La investigación que cuestiona la
organización y las técnicas de gestión
empresarial durante el periodo de recortes también
concierne a la propia empresa que representa la persona moral. El
proceso será largo. No se anunciará ninguna
sentencia hasta al menos dentro de 18 meses.

Patrick Ackermann, delegado del sindicato Sud Salud
Social, afirma que "el móvil del crimen fue privatizar una
empresa pública" al borde de la quiebra. "Se
recurrió a métodos de presión como los
traslados forzados o la obligación de cambiar de puesto de
trabajo". El fin de estas técnicas era "impulsar al
empleado a que abandonara el barco", explica el
sindicalista.

"Naranjofobia"

"Vértigo, fobia, violencia". Desde el año
2000, cientos de trabajadores de France Telecom han sido
atendidos en la consulta de la psicóloga Brigitte Font.
Todos presentan "trastornos ansiodepresivos", según el
diagnóstico de la doctora. "Padecen ansiedad aguda,
pierden todas sus capacidades y hasta los símbolos de su
empresa, los tickets restaurant o incluso el color naranja les
producen fobia". "Muchas personas no asimilan que se les cambie
de puesto al final de su carrera profesional", resume la
experta.

Yves se siente mejor pero todavía no se ha
recuperado del todo. Hace cuatro años sufrió las
consecuencias de lo que él denomina una "gestión
empresarial inhumana". De su oficio de ejecutivo le obligaron a
ocupar un puesto de teleoperador. "Tenía todas las
papeletas para que se me incluyera en el plan de recorte de
plantilla: más de 50 años, con un empleo
transversal… Y de la noche a la mañana me dijeron: dejas
todo y te pones a responder las llamadas telefónicas". La
presión se acentuó para que dimitiera. Yves
cayó en la depresión pero su familia evitó
que tomase una decisión radical que él no
descartaba: el suicidio.

Hoy sigue acudiendo al psicológico pero admite
que la mejor terapia es "ver a su ex jefe responder ante la
Justicia".

Desde el punto de vista jurídico, el abogado
Philippe Ravisy, autor del libro Le harcèlement moral au
travail (Acoso psicológico en el trabajo) explica que la
dirección de la compañía telefónica
"sabía perfectamente lo que hacía". Había
que suprimir miles de puestos de trabajo y para llevar a cabo tal
recorte de plantilla, se formó a 4.000 agentes, que
tenían que "ejecutar consignas precisas", explica el
jurista. La presidencia del grupo era consciente de que sus
técnicas estaban basadas en "la gestión mediante el
terror". Y este es el punto en común de aquellas empresas
que han sido procesadas por "acoso
psicológico".

Otras grandes sociedades como la aseguradora francesa
Axa ya habían sido objeto de un proceso similar en 1996,
aunque no hubo condena puesto que la ley sobre el acoso
psicológico no fue promulgada hasta el año 2002.
¿Qué podría pasar entonces con el
inédito caso de France Télécom? El experto
explica que la situación ha evolucionado. Desde 2008, el
Tribunal de Casación francés obliga a los jueces a
examinar con detenimiento las quejas de acoso psicológico.
Es por tanto "probable" que haya condena para France
Télécom.

"Hubo errores de gestión y de comunicación
en France Télécom", admite un director de recursos
humanos anónimo, "pero de ahí a enviar a los
dirigentes ante el tribunal penal, es un escándalo. Nos
hemos quedado de piedra. Esto podría significar que
¿todas las decisiones de reestructuración o
adaptación de las empresas pueden ser denunciadas?", se
interroga.

La realidad de las muertes

Los casos dramáticos de France
Télécom hay que enmarcarlos en un contexto global
en el que el suicidio afecta cada año a 10.000 personas en
Francia, según los datos del Instituto de la salud e
investigación médica, Inserm. Dentro de la
función pública, la educación nacional y la
Policía son los sectores más afectados. El
número de suicidios en la Policía es de una media
de 32,4 por cada 100.000 agentes. Lo que representa entre 40 y 55
suicidios al año. En el sector privado, empresas como
Renault o Correos pueden anticipar la alerta con el caso de
France Télécom.

"A la vera de una tranquila calle de un suburbio de
Berlín, un cartel con una flecha apunta hacia un sendero
que se abre paso entre los árboles. El cartel dice
"Babywiege", en español: cuna"…
Polémica en
Europa por cunas para abandonar bebés (BBCMundo –
10/7/12)

Al final del camino hay una caja de acero inoxidable con
una manija. Dentro de la caja hay un par de pequeñas
mantas prolijamente dobladas para abrigar al recién
nacido. La cálida temperatura del contenedor es
tranquilizadora.

En su interior también hay una carta con
indicaciones de qué hacer si uno cambia de
opinión.

Alrededor de dos veces al año, alguien
-posiblemente una mujer– camina por esta recluida senda que
conduce a la parte trasera del Hospital Waldfriede para dejar
allí a un bebé nacido tal vez en secreto y pocas
horas antes.

Esta persona -posiblemente su madre- se marcha luego de
allí. Ya no volverá a ver al recién nacido.
Cuando éste crezca, no sabrá quién fue su
madre.

Uso la palabra "posiblemente" porque el proceso es
secreto y anónimo. Nadie sabe quién dejó
allí al bebé.

Polémica

El anonimato es precisamente el punto que critican
aquellos que están en contra de este sistema que data del
medioevo y que volvió a implementarse en los
últimos 10 años. Podrían ser padres
inescrupulosos o incluso proxenetas que presionan a las madres
para deshacerse del niño, dicen los
críticos.

Según le dijo a la BBC Kevin Browne,
psicólogo de la Universidad de Nottingham, en el Reino
Unido, "una serie de estudios en Hungría muestra que no
son necesariamente las madres las que abandonan a sus hijos en
estas cajas, pueden ser parientes, proxenetas, padrastros o los
padres".

"Por eso, la gran pregunta es si estas cunas
están protegiendo los derechos de la mujer y si la madre
del bebé está de acuerdo en que se lo dejé
allí", dice Browne.

"Este sistema es tan anónimo, tan alejado de la
posibilidad de dar ayuda psicológica, que genera una
situación dañina para la madre y para el hijo",
añade.

Al facilitarle a la madre el deshacerse de su hijo,
dicen los críticos de la iniciativa, éstas se
sienten menos inclinadas a buscar la ayuda que necesitan en ese
momento de trauma emocional e incluso de riesgo
físico.

Éste es un argumento que rechazan los impulsores
del proyecto. Según ellos, les están ofreciendo a
las madres desesperadas una manera segura de abandonar a sus
hijos no deseados. Si no existiese esta posibilidad, dicen,
muchas dejarían a sus bebés muertos de frío
a la intemperie.

O peor aún. Recientemente se resolvió un
caso en una corte alemana en el que la madre estaba acusada de
tirar a su bebé desde el balcón de un quinto
piso.

Por casos como estos la iniciativa está ganando
impulso para extenderse por Europa Central y del Este, desde los
estados bálticos hasta Alemania, Austria, Polonia, la
República Checa y Rumania.

En algunos países la ley favorece este sistema.
En Hungría, por ejemplo, la ley fue modificada como para
que dejar el niño en una de estas cajas equivalga a
entregarlo legalmente en adopción, mientras que abandonar
al niño en cualquier otra parte continúa siendo un
delito.

Browne cree que su difusión es mayor en los
países con un pasado comunista y en los países
católicos donde tener un hijo sin estar casado es visto
con muy malos ojos.

El psicólogo estuvo a cargo de gran parte de la
investigación que el Comité de Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Niños consultó para
evaluar el sistema. Este comité considera que el
niño tiene el derecho a saber quiénes son sus
padres, y este proyecto, dicen, les quita este
derecho.

Sus defensores están totalmente en desacuerdo.
Gabriele Stangl, del Hospital Waldfriede de Berlín, opina
que estas cunas salvan vidas, por lo tanto aumentan los derechos
del recién nacido.

En la caja de Berlín, dice, hay un sistema de
seguridad proporcionado por la maternidad del hospital. Una vez
que el bebé es depositado en la cuna, una alarma alerta
inmediatamente al personal de su llegada. Al comienzo el hospital
se encarga de su cuidado, luego pasa a una familia de acogida y,
finalmente, puede ser adoptado legalmente.

Al principio, la madre puede volver a buscarlo si
está arrepentida, pero luego, cuando el bebé
ingresa al sistema de adopción, ya pierde su
derecho.

Una de las madres que regresó por su hijo le dijo
a la BBC que cuando dio a luz estaba desesperada. El padre no
estaba, ella era joven y se encontraba en estado de shock, por
eso optó por la caja.

Pero una semana después volvió a buscar a
su hijo. Cuando notó que tenía su pelo, sus ojos,
se dio cuenta de que no podía abandonarlo.

Todavía hoy visita la maternidad del hospital
para mostrar fotos del niño que está criando. Este
sistema le dio tiempo parar pensar y aclarar su
cabeza.

Alternativa

En una de las cunas instaladas en Hamburgo, han dejado
42 bebés en los últimos 10 años. De las 17
madres contactadas por los organizadores del sistema, 14
volvieron por sus niños.

Steffani Wolpert, una de las mujeres a cargo del sistema
en Hamburgo, cree que esto es mejor que nada.

"En 1999 cinco bebés fueron abandonados. Tres de
ellos fueron hallados muertos".

"Reflexionamos sobre esta situación, por
qué pasó y hallamos una nueva manera para que estos
niños sobrevivan", explica.

Sin embargo, estos argumentos no convencen al
comité de la ONU ni a los críticos que siguen
pensando que las cajas para recién nacidos son un regreso
al pasado, cuando la iglesia contaba con un mecanismo similar
para que las madres entreguen a sus hijos no deseados.

Maria Herczong, psicóloga del comité de la
ONU, le aseguró a la BBC que tanto antes como ahora
siempre hubo una alternativa mejor: ofrecer más
comprensión y ayuda a las madres que atraviesan
circunstancias difíciles.

"(Este sistema) envía a las mujeres embarazadas
un mensaje equivocado: que está bien esconder su embarazo
y dar a luz en circunstancias no controladas y más tarde
abandonar a sus hijos".

Se trata de dos puntos de vistas de dos grupos bien
intencionados. La voz que todavía nos hace falta escuchar
es la de la madre que tuvo su hijo en secreto hace algunas horas
y que, y que después de abandonar a su bebé vuelve
con las manos vacías.

Cunas por país

•Alemania: 99

•Polonia: 45

•República Checa: 44

•Hungría: 26

•Eslovaquia: 18

•Lituania: 8

•Italia: aprox. 8

•Bélgica: 1

•Países bajos: 1 planificada

•Suiza: 1

•Vaticano: 1

•Canadá: 1

•Malasia: 1

•También hay en Japón,
EEUU.

"Una vez que los tenderos desarman sus puestos, los
mercadillos de Madrid muestran su realidad más cruda.
Basta con que los vendedores de frutas, verduras y ropa se suban
a sus coches para que aparezcan, entre los desechos, hombres y
mujeres con bolsas de plástico en busca de algún
alimento que todavía se pueda comer"…
"Tener que
apañarme en la calle me da vergüenza" (El País
12/7/12)

Como todos los jueves y sábados, Berta, una
boliviana de 48 años, fue al mercadillo de la calle de
Santa Genoveva, en el barrio de La Elipa. Entre papeles y cajas
encontró manzanas, pimientos rojos, cebollas, peras,
melocotones y naranjas. Unos estaban más dañados
que otros, pero aun así los recogió.

Hasta hace dos meses (mayo 2012) Berta trabajaba
cuidando a una mujer mayor, cerca del parque del Retiro. Pero la
anciana murió y entonces ella se quedó sin los 900
euros que ganaba mensualmente por cuidarla siete días a la
semana.

El marido de Berta, que se dedicaba a la
construcción, también perdió su empleo y
ahora ambos están buscando trabajo, aunque no tienen sus
papeles al día. Viven solos en Madrid y este mes
podrán pagar el piso que alquilan gracias a lo que ha
ganado una hija de él como cuidadora de niños en A
Coruña. "No sé cómo lo vamos a hacer el
próximo mes", confiesa Berta con angustia.

Ella y su esposo se alimentan principalmente con las
lentejas, las judías y el azúcar que les regala su
parroquia. Pero esa ayuda no es permanente y por eso Berta dice
que no tiene otra alternativa que recoger lo que queda tirado.
"Tener que apañarme en la calle me da vergüenza, pero
no queda otra".

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