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Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (III) (página 6)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

La cuestión general es la
siguiente: a los gobiernos corresponde un papel excepcional para
velar por que todos los jóvenes de una generación
-los niños pobres igual que los ricos- tengan una
oportunidad. Si no existen programas estatales sólidos y
eficaces que apoyen la enseñanza y la atención de
salud de la máxima calidad y la nutrición adecuada,
no es probable que un niño pobre se libre de la pobreza de
sus padres.

Ése es el genio de la "democracia
social", la filosofía cuya adelantada fue Escandinavia,
pero que también se ha plasmado en muchos países en
desarrollo, como, por ejemplo, Costa Rica. La idea es sencilla y
sólida: todas las personas merecen una oportunidad, por lo
que la sociedad debe ayudar a todo el mundo a conseguirla. Lo
más importante es que las familias necesitan ayuda para
criar a niños sanos, bien alimentados y educados. Las
inversiones sociales son importantes, se financian con impuestos
altos, que los ricos pagan de verdad, en lugar de
evadirlos.

Ése es el método
básico de acabar con la transmisión
intergeneracional de la pobreza. Un niño pobre en Suecia
tiene subsidios desde el principio. Sus padres tienen una
licencia de maternidad o paternidad para ayudarlos a criar al
niño. Además, el Estado brinda guarderías de
la máxima calidad, lo que permite a la madre -por saber
que el niño se encuentra en un ambiente seguro– volver al
trabajo. El Estado vela por que todos los niños tengan una
plaza en la enseñanza preescolar, a fin de que
estén listos para la escolarización oficial a la
edad de seis años, y la atención de salud es
universal, para que el niño pueda criarse sano.

Así, pues, una
comparación entre los EEUU y Suecia es reveladora. Si
recurrimos a datos y definiciones comparables facilitados por la
Organización de Cooperación y Desarrollo
Económicos, vemos que los EEUU tienen una tasa de pobreza
del 17,3 por ciento, el doble, aproximadamente, de la de Suecia,
que es del 8,4 por ciento. Y la tasa de encarcelación de
los Estados Unidos es diez veces la de Suecia, que asciende a 70
personas por 100.000 habitantes. Los Estados Unidos son, por
término medio, más ricos que Suecia, pero el
desfase en ingresos entre los más ricos y los más
pobres de los Estados Unidos es mucho mayor que el de Suecia y
los EE.UU. tratan a sus pobres con una actitud punitiva y no de
apoyo.

Una de las realidades escandalosas de
los últimos años es la de que los Estados Unidos
tienen ahora el menor grado de movilidad social de los
países con grandes ingresos. Lo más probable es que
los niños nacidos pobres sigan siendo pobres y que los
niños nacidos en la abundancia sean adultos
acomodados.

Esa distancia entre generaciones
equivale a un profundo despilfarro de talentos humanos. Los
Estados Unidos pagarán el precio a largo plazo, a no ser
que cambien de rumbo. La inversión en sus niños y
jóvenes brinda el mayor rendimiento que una sociedad puede
obtener, tanto económica como humanamente.

(Jeffrey D. Sachs, Director of the United Nations
Millennium Project from 2002 to 2006, is a professor at Columbia
University, Director of its Earth Institute, and a special
adviser to UN Secretary-…)

"Estamos en el centro de una debacle que
resituará a nuestro país en la división de
los desfavorecidos. El paréntesis de prosperidad del que
hemos disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un
escenario, lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no
saldremos. Así lo explica el periodista Ramón
Muñoz (Madrid, 1964) en España, destino Tercer
Mundo (Ed. Deusto) un libro inmisericorde en el que describe con
precisión nuestro No futuro. Muñoz habló con
El Confidencial, y condensó sus tesis en cinco crudos
puntos"…
"Chabolas con wifi": así será
España en apenas un par de años (El Confidencial –
12/12/12)

1. Esto no es un paréntesis. Es un cambio para
siempre

"Los mercenarios del optimismo (políticos y
banqueros, con la complicidad de los periodistas) nos han estado
vendiendo desde 2008 que esto es un paréntesis y que
volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no
estamos ante una crisis cíclica". La tesis de Ramón
Muñoz emparenta esta situación con la
depresión de 1929, una época que encontró su
solución a través de una guerra mundial y que, por
tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna acerca de
cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que
"vamos a vivir un retroceso brutal en lo que pensábamos
que era un estado del bienestar para siempre".

2. Afectará a todo el mundo y caeremos en la
marginalidad

Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se
mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de
la recesión en toda su intensidad (en general, los ligados
a sectores en declive y el trabajo de baja cualificación),
con otros, como las capas más formadas y con mayores
recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún
cambio respecto a los años anteriores a 2008. Pero,
asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque "de
esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda
clase de colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y
pensionistas, han de pagar el precio de esta crisis". Para
Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un
hipotético futuro a lo "Blade Runner", sino a una realidad
que ya está aconteciendo. "La etapa de bienestar nos ha
inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos
caer en el pozo de la marginalidad. Y no es así". El
ejemplo más claro lo encuentra en los pensionistas, un
colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo
económico ("Son el grupo más leal y siempre votan
al partido en el poder, con lo que, a la hora de hacer recortes,
suelen dejarlos para lo último") pero que van a vivir
tiempos muy duros. "Hoy les dicen que no les van a revalorizar
las pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años
se van a dar con un canto en los dientes. Porque no va a haber
dinero para pagar las pensiones, con lo que muchas de ellas
tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto
ocurrirá en un plazo máximo de tres o cuatro
años". Esta pérdida de empleos y prestaciones
llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha
clase media que pensó que su trayectoria vital iba a estar
económicamente asegurada. Pero no será así:
"Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una
época muy difícil".

3. Será como hace 60 años, pero
peor

En ese declive, alcanzaremos escenarios que
pensábamos estarían del todo olvidados, como fueron
los vividos en España en las décadas posteriores a
la guerra. "Estamos volviendo a niveles de los años 50 o
60. Por ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo
piso, sólo que antes pagaba el padre de familia y ahora lo
hace la pensión del abuelo". La sociedad española
del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y
volveremos a ver chabolas, aunque "no serán de
cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi,
pero continuarán siendo infraviviendas". Muchos
españoles se verán obligados a emigrar, pero ya no
será como en los 60, cuando salieron de aquí dos
millones de personas con escasa formación. Ahora es la
mano de obra más preparada, como pasó hace diez
años en Argentina, la única que podrá salir
de España, porque en Europa ya no hay oferta para gente
sin preparación. También será una sociedad
con más violencia, en la que los pocos ricos existentes,
que serán mucho más ricos, "tendrán que
construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica.
Los servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del
futuro".

4. No esperes nada de la política. Es una
pantomima

Todos los partidos con opción de gobierno han
renunciado a su ideología, sean de derechas, de izquierdas
o nacionalistas, afirma Muñoz. "El PSOE hizo el mayor
recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos
de los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban
siendo salvados con ayudas públicas, e indultó a
Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que hace al
subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo
segundo es incumplir su ideario conservador". Y esto es una
constante, ya que todos quienes llegan al poder carecen de
ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el
principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura
Muñoz, en un escenario muy similar al de
Hispanoamérica. "No sé en qué se diferencia
el PRI mexicano del PSOE o del PP. La clase política
española está ya formada por castas, como la de
esos países".

5. No hay alternativa

Si nada podemos esperar de la política
institucional, tampoco podemos poner grandes expectativas en esos
movimientos sociales que se venden como la solución a las
rigideces organizativas de la gran política. Según
Muñoz, los medios de comunicación fomentan un
espíritu revolucionario latente, que fue puesto de
manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia
común, que afirma que en un contexto de deterioro del
bienestar la conflictividad social aumentará, Muñoz
asegura que no habrá levantamiento alguno. "Lo que estamos
comenzando a vivir en España es lo que llevan años
viviendo en Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres,
sin apenas clase media. Y allí llevan años
gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha
cambiado a pesar de la pobreza". Y aquí pasará
igual, afirma, porque "el estado de bienestar nos ha vacunado
contra la revolución. Siento simpatía absoluta por
el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si
piensas que por agitar las manitas blancas los señores de
los consejos de administración, que están al margen
de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los
derechos se conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una
epidemia de buenismo que nos hacer creer que haciendo actos
simbólicos vamos a conservar el trabajo". A pesar de esa
contestación callejera, apostilla Muñoz, "se
continúa desahuciando a la gente y se sigue mandando a la
pata negra de la clase media a la marginalidad, aun cuando sea
una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan de tu trabajo
con 40 años, lo único que vas a encontrar es
trabajo temporal por 600 euros". Y ese mundo marginal, de pobreza
extendida será una constante habitual en la España
de las próximas décadas…

"Esta pequeña ciudad afronta otro año
de austeridad forzada por los acreedores del rescate de Portugal,
pero hay una categoría de gastos que el alcalde no
está dispuesto a recortar. Se trata de los incentivos a
los nacimientos, subsidios de hasta 1.000 euros (US$ 1.300) para
madres primerizas, así como servicios gratuitos de
guardería y exenciones tributarias para las parejas
jóvenes que compran una vivienda"…
La caída
de las tasas de natalidad pesa sobre Europa (The Wall Street
Journal – 11/1/13)

"Es un área en la que tenemos que seguir haciendo
todo lo que podamos para ayudar", recalcó António
Rui Esteves Solheiro, que ha gobernado Melgaço durante
más de tres décadas. "Se trata de nuestro
futuro".

Los esfuerzos de Solheiro dejan al desnudo la dura
realidad demográfica que acompaña el declive de
Portugal. La cantidad de recién nacidos y nuevos
inmigrantes en la ciudad no compensa el número de
residentes que muere, la mayoría de los cuales pertenece
al grupo de 65 años o más que conforma más
de un tercio de la población de 9.172 habitantes. Apenas
nacieron 33 bebés en Melgaço en 2012, la mitad del
promedio durante el boom en la década pasada.

Si la tendencia continúa, dice Solheiro, la
economía de esta ciudad relativamente próspera en
el norte de Portugal se debilitará. "Nuestras actividades,
que incluye la producción de vinho verde (un vino blanco)
y salchichas ahumadas, son rentables", aseveró. "Sin
embargo, no existe mucho potencial de crecimiento más
allá de esto con la población que
tenemos".

Diferentes comunidades en todo el continente,
especialmente en los países más golpeados por la
crisis, están registrando descensos en las tasas de
natalidad que, según los expertos, podrían acelerar
el declive y el envejecimiento de una población europea
que ya sufre las consecuencias del magro crecimiento
económico.

Las tasas de natalidad han caído durante
décadas en Europa, pero empezaron a repuntar ligeramente
con el boom.

Tomas Sobotka, investigador en el Instituto
Demográfico de Viena, estima que de los 22 países
de la Unión Europea con datos comparables, 15 han
experimentado un descenso en los niveles de fertilidad -el
número de hijos que se prevé que una mujer tenga
durante su vida- desde que estallara la crisis financiera en
2008. Eso contrasta con un alza en 19 de los 22 países
durante el auge que tuvo lugar entre 2005 y 2008,
señala.

Los expertos aseguran que para mantener la estabilidad
de la población se necesita una tasa de fertilidad de 2,1,
asumiendo una migración neta de cero.

En Grecia, la tasa cayó a 1,43 en 2011 tras
escalar a 1,51 en 2008 desde 1,27 en 2000, indica Sobotka. Datos
oficiales de Grecia muestran que los abortos aumentaron 50% entre
2010 y 2011, a 300.000.

En España, que tiene uno de los niveles de
desempleo más elevados de Europa, la tasa de fertilidad
declinó a 1,36 en 2011, tras ascender a 1,46 en 2008 desde
1,23 en 2000, según Sobotka.

En Portugal, se anticipa que el número de
nacimientos en 2012 ronde 90.000, el menor nivel en más de
60 años.

"Las tasas de natalidad en Portugal han sido tan bajas
durante tanto tiempo que incluso si la inmigración
repunta, no será suficiente para sostener la
población", advirtió Maria Filomena Mendes,
presidenta de la Asociación Portuguesa de
Demografía. Mendes calcula que la población del
país llegará a casi nueve millones para 2030, un
descenso frente a los 10 millones actuales.

El Instituto Nacional de Estadística de
España prevé que la población del
país caerá 10%, a 41,5 millones, para 2052 conforme
mueren más personas que las que nacen.

"El drama del desempleo esconde la realidad
silenciada de la explotación laboral y el abuso,
fenómenos que se recrudecen en tiempos de
crisis"…
Trabajadores de usar y tirar (El País
13/1/13)

Hay un drama silencioso y silenciado que convive con el
drama del desempleo. Se llama explotación laboral. En
muchos centros de trabajo, la gente se ha acostumbrado a tenerlo
sentado a su lado. La crisis hace que prolifere una casta de
empleadores sin escrúpulos que aprovechan la coyuntura
para exprimir y explotar a las personas a su cargo. De cada 100
inspecciones llevadas a cabo por Trabajo a lo largo de 2012
(datos a 30 de noviembre), en un 23,9% de los casos se detectaron
irregularidades (las situaciones de explotación laboral
son simplemente una parte del largo catálogo de
irregularidades). En el sector de la hostelería, el
registro se acerca al 30%.

"En España hay un serio problema de
concienciación social", dice en su despacho del Ministerio
de Empleo Juan José Camino Frías, subdirector
general para la Inspección en materia de Seguridad Social,
Economía Irregular e Inmigración. "Hay una excesiva
tolerancia que es de extrema gravedad", dice en referencia a las
múltiples irregularidades que se producen. Se queja tanto
por el atentado que suponen contra los derechos de los
trabajadores, como por la cantidad de cotizaciones sociales que
no son abonadas y que servirían, entre otras cosas, para
poder hacer frente a los crecientes pagos en materia de
prestaciones de desempleo.

La crisis alumbra una era de trabajadores cada vez
más indefensos, utilizados como "kleenex" de usar y tirar.
El drama de la explotación laboral sucede en silencio. Los
trabajadores no quieren denunciar por miedo a perder esa preciada
conquista, cada día más valiosa: el empleo. Casi
todos los empleados entrevistados para este reportaje (menos dos)
declinaron aparecer en fotografías y pidieron figurar con
las iniciales. No quieren presentarse como díscolos. Por
miedo a perder su trabajo. Por miedo a que en el futuro no les
quieran emplear. Por miedo a estos tiempos de empleadores con la
sartén por el mango.

– Niñera en La Moraleja por 400 euros

J. es dominicana y lleva 24 años en
España. Vive en una casa sin luz ni gas por falta de pago.
Gracias al apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca,
consiguió paralizar su desahucio el pasado mes de octubre.
Poco antes de navidades, un día, al salir de la iglesia,
una mujer le dijo que sabía de una oferta de trabajo y le
facilitó un número de teléfono. La
empleadora era una habitante de la exclusiva urbanización
de La Moraleja, a las afueras de Madrid.

J. llamó. La oferta consistía en cuidar a
un niño de siete años, desde las 15.00 a las 00.30
(el último autobús de La Moraleja al centro de
Madrid, cuenta J., sale a las 23.30), seis días a la
semana. La empleadora le ofrecía librar un día por
semana; pero aleatoriamente; no un día fijo, cada semana,
uno distinto. La retribución: 400 euros al mes. "Esa mujer
se estaba aprovechando de la situación de
desesperación en que nos encontramos muchas personas
extranjeras sin papeles", cuenta J. bajo la carpa instalada
frente a las oficinas centrales de Bankia en Madrid. "Si vive en
La Moraleja, es porque gana bien".

Tal es la necesidad de ingresos de J. que, a pesar de
aceptar que el trabajo le suponía no poder cuidar por las
tardes a su hija de 13 años, le dijo que le parecía
muy poco dinero y que debería pagarle al menos 500 euros.
"La mujer, enfadada, me colgó".

– Las 14 horas del cocinero

Jesús Portillo lleva 30 años
trabajando en la hostelería, desde los 16. Le han hecho
perrerías de todos los colores. De entre las recientes, la
más sangrante que recuerda fue la oferta que le hicieron
en la franquicia de una conocida cadena de bares de tapas. El
dueño estaba a punto de abrir un nuevo establecimiento de
esta franquicia y necesitaba cocinero. Portillo, extremeño
afincado en Barcelona de 46 años, se presentó a la
entrevista de trabajo. Le ofrecían 600 euros al mes por
una jornada de entre 12 y 14 horas. Le harían un contrato
de media jornada, cuatro horas al día. Más
adelante, si la cosa iba bien, renegociarían condiciones,
le dijeron.

Para incorporarse a la cadena tenía que seguir un
cursillo en uno de los establecimientos de la cadena sito en
Cornellà de Llobregat. Allí vivió uno de los
procesos de selección más abusivos que
recuerda.

"El curso era, básicamente, trabajar gratis tres
días en el establecimiento", recuerda. Quince personas se
presentaron al presunto curso de formación. La jefa no
paraba de chillar a los candidatos que empezaban a empanar y
freír tapas. Cinco candidatos se fueron a la media hora,
hartos de recibir gritos. A la hora empezaron a llegar clientes.
"Más deprisa, más deprisa", apremiaba la capataz.
Tres chicas con poca experiencia abandonaron, hartas de recibir
insultos. Para cuando el bar estaba lleno, de los 15 ya solo
quedaban cuatro. De ellos, tres, entre los que se encontraba
Jesús Portillo, abandonaron antes de acabar el día.
"Pero esta vez fuimos nosotros los que insultamos a la
dueña".

Al día siguiente, el propietario de la nueva
franquicia se disculpó ante Portillo y le dijo que las
cosas no funcionarían así en su local. El primer
día trabajó 14 horas. Al final de la jornada, el
propietario le pagó 20 euros, la parte proporcional
correspondiente a su contrato de 600 euros: 20 euros por 14 horas
de trabajo.

Por jornadas como las que le proponían, dice, se
deberían pagar entre 1.200 y 1.300 euros; no 600. "Eso no
es explotación, eso se llama esclavismo", manifiesta,
indignado, por teléfono.

Jesús Portillo lleva siete meses sin cobrar un
euro y dos años en paro. Su mujer, que trabajaba en un
ambulatorio, también está desempleada. La semana
pasada le ofrecieron un trabajo en el que le pagaban 1.300 euros
al mes, sí; pero por 18 horas de trabajo; de siete de la
mañana a una de la madrugada; seis días a la
semana, de lunes a sábado. Conoce a un chico ecuatoriano
de su barrio, Nou Barris (Barcelona), que acepta cobrar 300 euros
al mes por trabajar como camarero la jornada laboral entera.
"Esta es la realidad laboral que vivimos: explotación,
humillación, mafia, extorsión".

– El guardia de seguridad que no ha cobrado en seis
meses

Manuel Chicharro tiene 50 años y ya no
aguanta más. Es guarda de seguridad desde 1988 y ha visto
de todo: compañeros en empresas de seguridad que
recibían cuatro euros por hora; gente trabajando sin
contrato… En el puesto que ocupó hace unos años
en un conocido museo de Madrid, recuerda, se tenía que
llevar a su hijo durante su turno porque no le permitían
librar el fin de semana (algo a lo que tenía derecho por
ley; está separado). Pero nada comparado con quedarse sin
cobrar durante seis meses consecutivos.

Manuel está hundido. Va camino de siete meses sin
ingresar un euro, sin poder pasar la pensión de 400 euros
a su exmujer, siete meses viviendo de lo que ingresa su
compañera. "El drama es que no hay cobertura para el
obrero", dice cerca de una oficina del INEM en Alcorcón, a
las afueras de Madrid. "Y las instituciones colaboran en este
proceso que no hace otra cosa que hundir a las personas". Su caso
es extremo, refleja la indefensión de un trabajador cuando
su empresa quiebra. Refleja esa era del trabajador de usar y
tirar.

Manuel Chicharro trabajaba como guarda en el Centro de
Formación Primero de Mayo de Leganés. El 1 de enero
de 2012, hace ahora algo más de un año, la empresa
para la que llevaba trabajando 12 años (Ariete) le
subrogó (como ocurre muy a menudo en el sector de
seguridad, explica). Pasó a estar en nómina de otra
empresa, ESABE, cuya cúpula directiva fue detenida el
pasado 20 de diciembre, acusada, entre otros delitos, de un
fraude de 30 millones de euros a la Seguridad Social.

Numerosos empleados de ESABE vivieron una
auténtica pesadilla los últimos seis meses de 2012:
"Imagina lo que es no cobrar, mes a mes, durante cinco meses,
pero tener que ir a trabajar cada día porque si no te
despiden". Manuel aguantaba, esperando a ser nuevamente subrogado
a otra empresa.

Pero no fue así, a diferencia de lo que
ocurrió con el resto de sus compañeros, que fueron
integrados en Prosegur. A pesar de tener 12 años de
antigüedad en la anterior empresa, necesitaba haber
trabajado siete meses en ESABE para poder ser subrogado de nuevo,
explica. Le faltaban 25 días para llegar a esos siete
meses. Ahora, ni cobra lo que le deben ni trabaja, ni tiene
opción. Por ahora, a cobrar el paro.

"Las Administraciones públicas recurren a
empresas que les salen baratas, pero lo barato sale caro", dice,
indignado. Cita su caso, y el de Madrid Arena. "Ya no se contrata
a profesionales de la seguridad, se va a lo barato y luego pasa
lo que pasa". Dice que en las Administraciones públicas
contratan a empresas de seguridad para que hagan el trabajo que
los policías municipales o los fijos de plantilla no
quieren hacer: "Nos tienen de porteros, de conserjes, y todo para
que la gente, que muchas veces nos pide que fichemos por ellos,
pueda escaquearse de sus puestos".

– Pagar por un proceso de selección

El caso de R., mujer de 34 años, no es de
explotación laboral. Más bien, ilustra de lo que
son capaces algunos a la hora de aprovecharse de la necesidad de
tener un trabajo.

El año pasado, en mayo, vio una oferta en la
página de la web Infojobs. Se inscribió. La empresa
pedía que entregara el currículo en mano en unas
oficinas. Para allá que se fue.

Al llegar a las dependencias de la empresa, situadas en
un polígono entre Aldaia y Torrent (Valencia), vio que a
la entrada no había ningún cartel. "Me
pareció raro". Entró en la nave y vio a seis chicas
esperando. De un pequeño despacho salió una mujer
que le entregó un formulario. En él se
señalaba la fecha de inicio del proceso de
selección: el 25 de junio. Para poder participar
había que abonar 50 euros. "¡Pagar por un proceso de
selección! Salí muy enfadada, era una tomadura de
pelo".

Como R. no es de quedarse de brazos cruzados,
habló con la policía, con organizaciones de
consumidores, con la Consejería de Empleo de la
Generalitat valenciana, y con Infojobs, que no tardó en
retirar el anuncio. "No hubo proceso de selección el 25 de
junio", concluye.

En julio recibió una carta de la empresa: le
comunicaban que había sido descartada en el proceso de
selección.

– Repartiendo pizzas a la hora que toque

L. no se queja. En realidad, lo de cobrar 210
euros al mes repartiendo pizzas no le parece tan mal. Le incomoda
no saber a qué hora le tocará repartir al
día siguiente, puede ser en cualquier momento, pero se
adapta. Él solo sabe que trabajará dos horas cada
día repartiendo pizzas; su empresa sabe que tiene un
ejército de trabajadores volantes a los que usar a su
antojo en el momento que quiera.

Para conseguir que le den más horas de trabajo,
tiene que subir la media de repartos del día. En las
oficinas hay una lista con el ranking de repartidores. "Hay
competencia entre nosotros. Si yo gano horas, se las quito a
algún compañero", dice este dominicano de 25
años en una cafetería del centro de
Madrid.

Prefiere esto a aquella empresa de perritos calientes a
domicilio en la que trabajó y en la que le pagaban
según el dinero que iba entrando en caja. Con jornadas de
13 horas. "Cogía el pedido por teléfono, lo
cocinaba y lo llevaba a domicilio". Un día le pagaban 100
euros; tres días más tarde, 150. Así hasta
completar los 800 euros que representaba su paga. La mitad, en
negro.

– El eterno becario

J. le echa la culpa a las Universidades. Dice que
son cómplices de la situación de toda una
generación. "Tenemos que pagar para poder ser becarios y
cobrar 200 euros", se lamenta este licenciado en Periodismo de 23
años. Y explica cómo muchos medios de
comunicación hacen entender a los estudiantes
recién salidos del horno que es bueno que mantengan alguna
relación con la Universidad para poder acceder a unas
prácticas. "Hay alumnos que se dejan una asignatura
pendiente a propósito para poder así optar a
prácticas", explica en una cafetería de
Leganés. "Luego trabajas como uno más en la
redacción y te das cuenta de que, en realidad,
estás ahí sustituyendo a alguien. Produces como uno
más, pero sin remuneración, sin derechos. Te
regalan los oídos, técnicamente te pueden conceder
dos becas, y cuando vuelves a la calle, te das cuenta de que no
tienes un solo día cotizado en la Seguridad
Social".

Las empresas (y no solo las periodísticas, pues,
según él, ocurre con compañeros suyos que
son físicos o químicos) ya no buscan licenciados,
buscan estudiantes. "La Universidad es el principal motor de todo
esto. Las empresas se aprovechan, pero es la Universidad la que
debería salir en defensa de sus alumnos".

– El inmigrante que mira a Ecuador

R. es un ecuatoriano de 42 años que lleva
14 en España. Está pensando en hacer las maletas y
regresar a su país. Lo cuenta bajo una lluvia fina a la
salida de la oficina de empleo del INEM del paseo de la
Esperanza, Madrid.

Trabajó durante nueve años en una empresa
de la construcción. Al principio todo iba bien. Hace dos
años, le redujeron el sueldo de 1.300 a 1.100 euros.
Después le dijeron que siguiera trabajando, pero que le
despedían para que pudiera cobrar el paro y se lo
complementaban con 600 euros al mes en negro. El año
pasado le recontrataron: aunque trabajaba a jornada completa, le
hicieron contrato de media jornada. "Me he sentido explotado.
Pero si no aceptaba el trabajo, alguna otra persona lo iba a
aceptar. Con tal de no estar en casa, uno acepta lo que sea: algo
es mejor que nada".

Ofertas sorprendentes

Las páginas de ofertas de empleo son todo un
mundo. En ellas se puede encontrar todo tipo de propuestas,
algunas en el límite de lo legal o, directamente, que
plantean condiciones abusivas.

Marina Calvo, responsable de la sección de
desempleados de la Federación Regional de Servicios de UGT
de Madrid, recibe muchas todos los días. "En algunas, te
preguntas cómo no se les cae la cara de vergüenza",
dice.

Eduardo González, de la organización
Juventud sin Futuro, también ve ofertas constantemente.
Hace un año, esta organización puso en marcha la
Oficina Precaria, donde la gente puede denunciar abusos, buscar
asesoría legal y colgar los anuncios abusivos que
encuentren en la red. "Día sí, día
también, vemos ofertas que vulneran derechos de los
trabajadores", declara González.

De vez en cuando aparecen algunas que, directamente,
proponen empleo sin salario.

La página Infojobs publicaba hace tres meses una
oferta que hizo un ruido considerable en las redes sociales.
Decía así:

– Voluntario director de Comunicación.
Descripción. Fundación Alia2 tiene como
misión proteger al menor en Internet. Este puesto es para
un voluntario en el departamento de Prensa para cubrir el puesto
de director de Comunicación. Este puesto no tiene
retribución. Una fundación en constante crecimiento
requiere de un gran capital humano para su correcto
funcionamiento, por ello estamos en constante búsqueda de
personal (…).

Funciones. Newsletter quincenal (de acuerdo con un
timing de tareas. Newsletter patronos (de acuerdo con un timing
de tareas). Mantenimiento de la red de contactos (agenda de
medios abierta). Analizar la actualidad y llamar a todos los
periodistas que escriban sobre temas Alia2 (utilizar alertas de
Google). Preparar las intervenciones del director de la
fundación (…) Elaboración de notas de
prensa. Seguimiento de noticias: Clipping (…) Ruedas de
prensa (de acuerdo con timing de tareas). Estará al tanto
de las noticias que salgan relacionadas con el tema en que se
basa nuestra fundación.

Se precisa. Persona con disponibilidad inmediata.
Horario a definir en la entrevista. Se valorará
positivamente que posea conocimientos de las nuevas
tecnologías relacionado con el funcionamiento de las redes
sociales (…).

Estudios. Licenciado.

Experiencia. Al menos dos años. Licenciatura o
grado de periodismo. Creatividad y dinamismo. Gran capacidad
escrita y oral. Alto nivel de inglés escrito (…).
Ganas.

En conversación telefónica, el director de
la fundación que puso el anuncio, Miguel Comín,
dice que sabe que la oferta no cayó bien, que fue muy
protestada, pero recuerda que se trata de algo legal, un trabajo
de voluntario para una fundación.

La Federación de Servicios madrileña del
sindicato UGT cuenta con una web para desempleados a la que
determinadas empresas remiten ofertas. Hace unos meses,
llegó una que decía:

– Necesito, en principio, 2 personas que conozcan/hayan
trabajado en el sector de seguros para trabajar como agente
exclusivo en una compañía de seguros.

Es un contrato mercantil, sin salario y a
comisión.

Preferentemente que su localidad sea Alcobendas o San
Sebastián de los Reyes.

Marina Calvo, que supervisa esa web y está atenta
a las ofertas que salen, cuenta que prolifera, sobre todo en el
sector de los comerciales, la oferta de contratos mercantiles a
comisión en los que, si no se consiguen los objetivos
marcados por la empresa, el trabajador no cobra nada. No solo
eso: además, se gasta dinero en transporte, en visitas. Es
decir, paga por trabajar.

"Miles de españoles aceptan condiciones
ilegales impuestas por las compañías para conservar
un puesto de trabajo"…
Obligados por la empresa a
pasarse a la economía sumergida (ABC.es –
20/1/13)

Las circunstancias desesperadas, como la crisis
económica, pueden llevar a aceptar situaciones que de otra
forma no toleraríamos. En España, donde el
desempleo alcanza el 25% y una de la cada tres empresas ha
desaparecido durante la crisis, un puesto de trabajo debe ser
tratado como oro puro.

Muchas empresas luchan para reducir costes, incluso a
costa de los derechos sociales de sus trabajadores y
ellos…aceptan. A mediados de enero (2013) un estudio de
RRHHpress descubría que un 14% de desempleados
trabajaría sin cobrar.

Se cocina el caldo de cultivo perfecto para que crezca
la economía sumergida en todas sus variantes. Desde el
simple sobre con dinero negro una vez al mes, hasta la
obligación de hacerse autónomo y asumir "el riesgo
de ser pillado".

El presidente de la Federación de Trabajadores
Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, advertía de que
desde el inicio de la crisis se han duplicado este tipo de
actividades económicas. Algo que debe "alertar" al
Gobierno porque hay casi un millón de actividades
"fantasma" que "cuelgan de farolas y buzones".

Un sobre en la mano

Una de las formas más habituales y a la vez la
más simple. Un sobre lleno de billetes se pone en la mano
del trabajador, no hay contrato, ni huellas que permitan seguirle
el rastro a ese dinero. Funcas estima que la actividad oculta al
fisco supone el 24% del PIB, es decir, unos 240.000 millones. Y
aunque en muchos casos el trabajador puede parecer igual de
culpable que el empresario por no regularizar su
situación, lo cierto es que carece de muchos de los
privilegios de cualquier asalariado. No está cotizando a
la Seguridad Social, carece de pagas extras, vacaciones y sobre
todo no tiene contrato, ni desempleo.

El autónomo asalariado

Una de las situaciones más embarazosas en las que
puede encontrarse un trabajador, es aquella en la que la empresa
le obliga a hacerse autónomo para conservar su puesto de
trabajo. Bajo la figura del autónomo dependiente (que
trabaja para la misma empresa en un 75%), se encubren en muchos
casos verdaderos trabajadores asalariados. Mediante esta
fórmula la empresa se ahorra los costes de la
contratación y el trabajador debe asumir el pago de las
cuotas correspondientes o, en su caso, el riesgo de que Hacienda
le descubra.

La cuestión no es baladí. Con un sueldo de
por ejemplo de 1.000 euros u 800 euros, ese trabajador puede
quedarse con un salario irrisorio. Tras la última reforma
del Gobierno, debe satisfacer un 21% en concepto de IRPF,
además de eso, debe pagar la correspondiente cuota a la
seguridad social (unos 300 euros). Al final, le quedan unos 300
euros para pasar el mes.

"Para poder tener un salario mínimo
interprofesional, los mini autónomos prefieren salir del
sistema y recurrir a la economía sumergida",
advertía Amor.

Es cierto que existe una Sentencia del Tribunal Supremo
del año 1997, cuya jurisprudencia establece que aquel
autónomo con ingresos inferiores al Salario Mínimo
Interprofesional no tiene porqué satisfacer las cuotas a
la Seguridad Social, pero el Alto Tribunal también se ha
pronunciado en otras ocasiones en sentido opuesto. Ante la duda,
es probable que la solución preferida sea no pasar por la
caja del Estado.

"Que haya unas cotizaciones sociales muy altas tiene una
influencia directa en el aumento de la economía
sumergida", afirma Celia Ferrero, vicepresidenta de la
ATA.

Esta es una situación que afecta a cualquier
pequeño autónomo, con un salario bajo, y en
especial al "falso autónomo".

El problema es que "no están en la
economía sumergida porque quieran, sino porque no pueden
hacer frente a los costes que supone ser autónomo",
recuerda Ferrero.

La falta de progresividad que padecen todos los
pequeños autónomos se vuelve especialmente grave en
el caso del falso autónomo, ya que carecen de muchas de
las protecciones propias del asalariado.

Miles de casos

Es imposible calcular cuantas personas se encuentran en
esta situación, pero hay estimaciones. "Unos 300.000
autónomos dependientes en España en esta
situación de los cuales solo 8.000 están
registrados", explica Jordi Ribó, Secretario de
economía social y autoempleo de CC.OO..

"La gente tiene mucho miedo y por eso se ven obligados a
aceptar esta situación", reconoce Ribó.

El problema, a su juicio, son "las condiciones
draconianas" en las que el autónomo se ve obligado a
trabajar. Condiciones que "el empresariado utiliza para reducir o
degradar condiciones laborales de cualquier asalariado",
añade.

La cuestión de las cuotas desproporcionadamente
altas que deben soportar los trabajadores por cuenta propia se
extiende también a los autónomos no fraudulentos.
Un estudio de Consumers International revelaba que "los
supermercados abusan de su poder de compra respecto a los
proveedores", obligándoles a bajar los precios a niveles
irrisorios.

Un problema cuya solución es adaptar la
regulación a la realidad social, a juicio de Ribó.
"Los poderes públicos tienen que intervenir para aflorar
estas situaciones. Detrás de cada pequeño
autónomo que pueda defraudar hay una gran empresa
defraudadora", concluye.

"Seis rostros y sus respectivas historias que
reflejan los seis años de aumento del
desempleo"…
Las caras del paro (El País –
24/1/13)

Los jóvenes, los inmigrantes y los parados de
larga duración son los colectivos más afectados.
España acaba 2012 al borde de los seis millones de
parados.

El paro ha aumentado de forma consecutiva durante los
últimos seis años en España, que es el
tiempo que ha transcurrido desde el estallido de la burbuja
inmobiliaria hasta la fecha. En este periodo, el país ha
superado todos los récords de la historia moderna. No
obstante, aunque la caída del empleo ha afectado a todos
los sectores y colectivos, la recesión se ha cebado entre
los jóvenes, los inmigrantes y los parados de larga
duración. También entre los empleados
públicos se ha registrado un repunte del desempleo sin
precedentes cercanos por los efectos de los ajustes contra el
déficit y los recortes de gasto. Aquí te recogemos
seis historias con nombres y apellidos por cada uno de los
años a la baja que arrastra el mercado laboral
español.

Antonio Salom tiene 30 años y es uno de
los 2.789.900 españoles que lleva más de un
año en paro, un 46,7% del total. Mallorquín
residente en Madrid desde hace seis años, empezó a
trabajar de fontanero "oficialmente" cuando cumplió los
16, aunque afirma que lleva trabajando "desde los 13 o 14
años". En aquél entonces, la fontanería le
pareció un oficio más atractivo que lo que
hacía su padre, transportista. "Me gusta la
profesión", afirma. "Trabajas a tu aire, ves a tu familia
cuando quieres, y en determinados momentos es hasta
creativo".

Pero la crisis le hizo volver al oficio familiar. Estuvo
trabajando para varias empresas de transportes hasta que, hace
año y medio, perdió su último trabajo. Desde
entonces, nada. "De hecho, buscar trabajo yo ya ni busco",
indica. "Creo que el 90% de los parados ya no están
detrás de un trabajo. Es perder tiempo y dinero ir echando
currículums en empresas que ya directamente ni los
quieren".

Hace dos meses, usó sus últimos ahorros
para probar suerte como transportista autónomo. "Fueron
1.500 euros de la furgoneta de segunda mano y 900 del carnet para
conducirla", recuerda. Pero hay más gastos que ahora mismo
Antonio no se puede permitir. "Tarjeta de transporte, el alta
como autónomo, en fin, un montón de papeles",
enumera. Y sin esos papeles, ninguna empresa puede contratarle.
"Como mucho, alguna mudanza hecha en negro".

A Antonio le quedan dos meses de paro. A su pareja, con
la que tiene un hijo de cinco años, también le
quedan dos pagas del plan Prepara. Con ambas prestaciones, pagan
los 700 euros del alquiler del piso en el que viven. Para lo
demás, lo que consigue de recoger cartones con la
furgoneta y venderlos, entre 150 y 200 euros al mes.

¿Y cuándo se acabe? "No lo sé.
Volver a Mallorca, donde las cosas también están
mal, donde mi padre también está en paro,
sería como salir de la sartén para caer en las
brasas", reflexiona Antonio. "Aquí, al menos, con lo de
los cartones vamos tirando. Si los del Gobierno no nos lo quitan,
siempre puedo irme a una habitación con mi mujer y mi
hijo".

Geovanny Chipes y Carola Andrade son de Guayaquil
(Ecuador) y llevan juntos 13 de sus 33 años. Los
últimos 12 años los han pasado en España,
lugar de nacimiento de su hija, de seis. El suyo es uno de los
1.833.700 hogares españoles donde ninguno de sus miembros
activos trabaja, un 10,53% del total. Los tres comparten una
habitación en el madrileño barrio de Pueblo
Nuevo.

La vida laboral de Geovanny y Carola en España ha
sido una sucesión de empleos de lo más variopinto
en los que ninguno de los dos ha pasado más de dos
años. Él ha trabajado de carpintero a camarero,
pasando por el reparto de publicidad. Carola, por su parte, ha
sido limpiadora, camarera y ha cuidado de ancianos. Muchas veces,
"en negro", afirma Geovanny.

Ninguno de los dos tiene derecho a prestación
alguna. El dinero para la habitación (280 euros al mes),
para su subsistencia y la de su hija lo facilita la madre de
él, que regenta un bar en el mismo barrio. Por mucho que
esta haya dicho que ayudará a sus hijos "mientras Dios me
dé salud", en palabras de Geovanny, ninguno de los dos
está feliz con esta situación. "No queremos ser una
carga", declara Carola.

La solución para ambos es regresar a Ecuador.
"Aquí las cosas están muy difíciles, y
parece que van cada vez peor", considera Geovanny. "En nuestro
país tenemos más familia, hermanos, primas",
respalda Carola. A pesar de eso, Geovanny aún cree que hay
motivos para quedarse en España: "La gente aquí te
ayuda más".

Pero a Geovanny le resultaría "doloroso" volver a
su país con las manos vacías. Ambos quieren
instalar un negocio en Ecuador, pero sin dinero ahorrado para el
pasaje siquiera, el sueño todavía les parece
difuso: ni siquiera tienen pensado qué clase de negocio
quieren instalar. Él quiere juntar como mínimo
10.000 dólares (7.500 euros) para volver a
Ecuador.

Un problema adicional es su hija. "No sé
cuán duro puede ser para ella volver", afirma Geovanny.
"Además tiene aquí a sus amigos de la escuela",
recuerda Carola. "Es una españolita
más".

Fue una de las periodistas fundadoras de Ràdio 9.
Y se convirtió en una de las más voces y de los
rostros más populares de la radiotelevisión
pública valenciana, gracias también a su paso por
Canal 9 como presentadora. Hoy, Amàlia
Garrigós
(1965, Alcoi) está en el paro. Acaba
de ser despedida de la radio pública, junto con 85
compañeros, al ser incluida en un expediente de
regulación de empleo (ERE).

Después de media vida contratada en la empresa,
la indemnización se ha limitado a 20 días por
año con el máximo de doce meses, como marca la
reforma laboral. Sin margen para negociar, la asfixia financiera
de Radio Televisión Valenciana (RTVV) y la Generalitat lo
estrecharon. Volvió de vacaciones y, por primera vez, la
habían quitado de la parrilla de programación. Ya
no estaba adscrita a un puesto de trabajo, el primer criterio
para su inclusión en el ERE por parte de la empresa. "La
reforma ha perjudicado mucho a los trabajadores", sostiene
Amàlia. Ha facilitado los despidos y aumentado la
arbitrariedad en las decisiones, lo que se ha traducido en
numerosas irregularidades que el juez dirimirá,
añade. En la radio se ha echado a la calle tanto a
trabajadores contratados como a los que han aprobado oposiciones.
Lo mismo sucederá en los 800 o 850 despidos de Canal 9 que
empezarán a finales de este mes.

Amàlia ha sido testigo de cómo RTVV se
convertía en una "agencia de colocación" al
servicio del PP en la Comunidad Valenciana, mientras la audiencia
caía a índices residuales. La Generalitat gobernada
por el PP desde 1995 incrementó en un millar los
trabajadores del ente autonómico hasta superar los 1.700 y
acumuló 1.200 millones de euros de deuda. Ahora, el mismo
gobierno que engordó la empresa quiere adelgazarla hasta
dejarla en 480 empleados para su refundación. Con ese
propósito, ha ido retrasando la presentación del
ERE, a la espera de la reforma laboral y de conseguir el dinero
suficiente para pagar las indemnizaciones. "Ha sido una espera
agotadora para los trabajadores… Dos años desde que nos
anunciaron el ERE", recuerda Amàlia. La presentadora y
guionista mantiene que RTVV es un reflejo de la política
valenciana de los últimos 15 años, salpicada de
numerosos escándalos de corrupción, de despilfarro,
de privatización de lo público… Recuerda que el
exdirector general de RTVV, Pedro García, está
imputado en el caso Gürtel…

La periodista, especializada en temas culturales, se
muestra muy crítica, pero no habla con acritud. Parece
más bien decepcionada con el devenir de los medios de
comunicación públicos valencianos en su lengua
autóctona. Ella entró en la profesión en una
época de entusiasmo, cuando nacían las
autonómicas y las televisiones privadas, cuando
proliferaban las radios municipales. Se licenció en
Ciencias de la Información por la Universitat
Autònoma de Barcelona y nunca dejó de trabajar
hasta ahora. Hoy está parada pero asegura que no para.
Está estudiando un máster, mejorando sus
conocimientos de las redes sociales -"Es el futuro del
periodismo, ¿no?", pregunta-. También presenta
libros y conciertos. "Ahora soy una parada muy estresada",
concluye.

"En los últimos dos años todo ha ido a
peor", Raúl Brazal González,
madrileño de 35 años, trata de desarrollar su
profesión como realizador en un entorno de precariedad en
el que nunca ha logrado acceder a un empleo indefinido. Al
carecer de estabilidad laboral, su trayectoria profesional ha
sido trabajosamente construida a base de innumerables
colaboraciones con productoras que, en el mejor de los casos, han
incluido contrataciones por un máximo de tres meses.
Durante este periplo las políticas activas de empleo del
Estado no han jugado papel alguno.

Raúl es uno de los 1.116.667 desempleados que hay
en España que no están registrados en el Servicio
Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo Inem. En 2001
finalizó sus estudios como Técnico Superior en
Realización, una formación que prometía
abrirle las puertas de una carrera profesional en el amplio
sector de la producción audiovisual. No obstante,
Raúl nunca ha logrado la tan ansiada
estabilidad.

Ante esta situación la respuesta más
socorrida es darse de alta en el SEPE, pero Brazal ya no la
contempla. "Los cursos obligatorios que ofertaban no estaban
relacionados con mi campo. A través del Inem no te van a
llamar para trabajar en una productora", sostiene el realizador,
que explica que en su industria no cabe tomarse unos meses libres
para realizar un curso no relacionado con el mundillo
audiovisual. "Si no estás en activo te dejan de
llamar".

La grieta por la que cada vez se deslizan más
casos como el de Raúl empieza a hacerse demasiado grande.
Cada vez más desempleados, que no están obligados a
registrarse, perciben que el SEPE no les ofrece aquello que el
mercado laboral está demandando de ellos.

También existen otros factores. "Además de
que no creo que me solucione la búsqueda de trabajo, no
pienso en darme de alta porque no quiero gastar las prestaciones
a las que tengo derecho por lo que he cotizado", señala
Raúl, que no ve el futuro con optimismo. La
reducción del número de producciones ha disminuido
las posibilidades de trabajo. Varios compañeros han tenido
que dejar la profesión y dedicarse a otro tipo de
actividades para ganarse la vida. "Está todo en el
aire".

Si algo sabe Georgeta Prunean, de 42 años,
es qué es trabajar mucho. Llegó a España
hace once años y durante muchas temporadas ha trabajado
siete días a la semana, a veces día y noche.
Empleada del hogar de lunes a viernes, fregaba escaleras los
sábados y cocinaba en una residencia los domingos. Y entre
semana, dormía en casa de una abuela muy mayor, para
hacerle compañía. Emigró poco después
de que lo hiciera su marido, y dejó en una aldea de
Rumanía a sus dos hijos, al cuidado de la abuela.
Tenían 10 y 12 años.

"Los primeros años fueron difíciles por el
tema de los papeles", explica, pero logró un contrato a
petición de la familia para la que trabajaba. A partir de
ahí las cosas fueron a mejor, eran tiempos de trabajo en
abundancia. Y asegurado. Tantas horas como el cuerpo aguantara.
Prunean y marido, albañil, pudieron permitirse dejar de
compartir piso y alquilar uno ellos solos; ya no viajaban a
Rumanía en Navidad y en Verano -"eso es sagrado"- en tres
eternos días de autobús, sino en avión;
podían enviar dinero a casa sin problema; hasta les
llegaban sus ingresos para ir arreglándose la casa del
pueblo que dejaron atrás.

Pero en apenas dos años, todo se ha hundido. A
ella el trabajo le ha caído a la mitad. Sigue haciendo de
canguro y asistenta, aunque las familias españolas para
las que trabaja también son víctimas de la crisis.
Pero peor está el sector de su marido: la
construcción. Apenas tiene trabajo. "Y del último
que tuvo no cobró". Se acabó vivir
"razonablemente". Han vuelto a compartir piso. Y a viajar a
Rumanía en autobús.

Prunean y su marido han podido dar una buena
educación a sus hijos y arreglarse la casa en
Rumanía. Pero también se han perdido once
años de su vida. Hubo años en los que
compensó, pero ya no. "Es hora de volver, allí
tenemos casa y un huerto, hay trabajo, no tendremos que pagar
alquiler y tarjetas de metro, ganaremos menos pero se vive con
menos", dice Prunean. Aguantarán hasta verano. Tienen
deudas que saldar y son gente de palabra, pero a partir de agosto
esperan vivir más tranquilos.

Sergi Gómez, de 24 años,
estudió Turismo y Dirección Hotelera en la
Universitat Autònoma de Barcelona. Trabajó como
camarero durante años con contratos temporales, hasta que
se hartó de que sus estudios no le ayudaran a prosperar.
Lo vio claro en una entrevista de trabajo, en un hotel
barcelonés: "Les comenté que, por mi
titulación, en el futuro aspiraba a algo más que a
ser camarero. Ellos me dijeron que eso no podía
ser".

Así que decidió rechazar el empleo y
emigrar al extranjero. Dejar de ser un número más
que formará parte de ese dato odioso, un x,x % de
desempleo juvenil. Por mediación de una antigua profesora
consiguió una entrevista en el Hotel Hilton London
Metropole, en Londres, y desde entonces trabaja allí:
cobra unas 1.000 libras al mes y lo ahorra prácticamente
todo, ya que la empresa le paga la vivienda y los gastos de
alimentación. En cinco meses lo hicieron empleado del mes.
Ahora le han ofrecido un puesto como supervisor en un hotel de la
misma empresa en Dubái, pudiendo optar, más
adelante, a un ascenso. "Todo lo que no conseguí nunca en
Barcelona, después de trabajar tantísimo por
hacerme un hueco", sostiene, "lo obtengo en Londres en
sólo cinco meses".

Querría regresar y establecerse en Barcelona,
"donde tengo mi familia y mi vida", pero la capital
británica le brinda la oportunidad de "demostrar" su
valía como profesional: "Eso en España es
imposible". En el extranjero, asegura, la concepción que
se tiene del trabajo es muy distinta: "Se valora a la gente con
aspiraciones y con ganas. En cambio, aquí, después
de trabajar muchísimas horas, aún parece que te
están haciendo un favor".

No está siendo un camino de rosas. "Vivir fuera
es muy duro, pero tengo que hacer algo con mi vida. España
significa estancarse". En Londres, afirma, le han dado "la
oportunidad de aprender y de prosperar", algo que nunca le fue
posible en sus múltiples puestos de trabajo en el
país. "Para encontrar un buen trabajo tienes que ser
espectacular": por eso espera establecerse en Barcelona una vez
haya ganado experiencia profesional, y engrosado su
currículum en el extranjero, "como si fuera una especie de
inversión".

"No importa si son mensuales o trimestrales, los
números suben mientras ellos siguen ahí,
estáticos. "Más y más de lo mismo". Se
entrecortan las palabras. Cansancio, escepticismo, impotencia…
resignación. Años en unas listas que no entienden
de generaciones. Abuelos, padres e hijos aquejados por una
enfermedad para la que no llega el antídoto y te consume
con los años. La EPA de este jueves arroja 187.300
más al precipicio. Seis parados de esos casi seis millones
relatan una caída de la que parece imposible
levantarse"…
Tres generaciones, en paro (elmundo.es –
24/1/13)

Indignarse es de lo poco que les queda. Bárcenas,
Urdangarin, Mulas… Nombres como los suyos, pero que ocupan
otras listas que también crecen. "Lo bueno de tener tanto
tiempo libre es que estás mucho más informado. Ves
lo que está pasando y cuando estás en nuestra
situación… es incomprensible, pero mejor no decir en voz
alta lo que siento". Habla Antonio López
García
, según muchos de los que le entrevistan
"un cadáver laboral" a sus 54 años. Su mujer corre
la misma suerte.

Abuelos ya, aún tienen una hija de 14 años
que vive con ellos. El futuro no sonríe a estos
almerienses, residentes en Benahadux. Y lo saben. "Se me viene el
mundo abajo cuando me levanto cada mañana. Un día y
otro y otro…". Reconoce que está cayendo en una
depresión, "no somos capaces de levantar cabeza. Cada
día me pregunto: ¿Y ahora qué?". No hay
respuesta.

Todo empezó hace tres años, este
técnico en prevención de riesgos no se lo esperaba.
"Llegó el jefe y dijo: "Este mes hemos cobrado, el que
viene no". Y se acabó". A partir de ese momento, "a lo que
salga". Reconoce que está "moralmente acabado" y que los
años se convierten en un muro infranqueable. "En las
entrevistas te lo dicen abiertamente. Cumples con todos los
requisitos, pero hay empresas que están jubilando a gente
con tu edad".

Ni un regalo en Navidad

Bolsas de trabajo, Internet, el puerta a puerta…
Antonio López no acaba de entender. "Pero si estoy muy
preparado, tengo experiencia ¡y aún me quedan 10
años! Tengo una hija de 14 y una hipoteca que pagar".
Cuenta que muchas veces coge fuerza, "hago fotocopias de mi
currículo y salgo con la moto a echarlos".

La ayuda de los 426 euros es su sustento.
¿Cómo se llega a final de mes? "Tengo una gran
contable en casa". Antonio se emociona al hablar de su mujer,
también sin empleo. Tengo una gran contable en
casa.

Loli trabajó seis años en una
empresa de limpieza y echa de menos "vivir un poquito". Confiesa
que apenas sale de casa, "limpio sobre limpio". Esta
situación la ahoga, "mi hija nos ayuda, pero es muy duro
que llegue Navidad y no poder hacerle el regalo que quisieras a
tus nietos".

Los 426 euros son el único ingreso de
Cristóbal Muñoz. Divorciado y con dos hijos.
Destina 120 euros a la pensión y 100 más a la
hipoteca, "no tengo ni para mí ni para mis hijos". Se
encuentra desubicado, "que quieres que te diga. Lo he perdido
todo, ni casa ni nada. A los 47 años he vuelto a casa de
mis padres y estoy comiendo de ellos. Esa es mi
realidad".

"¿Futuro? He trabajado 55 días en 2009; 90
días en 2010; nada en 2011 y 25 en 2012.
¿Qué futuro?" No hay consuelo. Alemania
parecía la salida, "he echado un montón de
currículos, pero piden un nivel muy fluido del idioma y no
me responden", ahora piensa en Reino Unido. Este gaditano ha
dedicado gran parte de su vida a la hostelería y maneja
algo de ambos idiomas.

En una situación muy parecida se encuentra Mar
Iglesias
. Madre divorciada, tiene una niña de 11
años. "Me echaron en octubre de 2008. He cobrado la
prestación hasta que se terminó". Explica que ha
buscado activamente trabajo en su zona -vive en Castellón-
durante todo este tiempo y salvo en algún empleo temporal,
"no hay manera". "No hay manera".

Mar Iglesias

Ha tenido que dejar su casa e irse a vivir con su novio
porque no puede pagar los gastos básicos. La
pensión que recibe va a la hipoteca. "Hace dos años
que no me llaman para una entrevista, y los puestos que se
ofrecen son para autónomos. Si vendes cobras, si no
nada".

Su vida ha cambiado radicalmente "vivía
holgadamente, pagaba la hipoteca, el colegio de mi hija, me iba
los fines de semana fuera, gimnasio, vacaciones…". Poco o nada
queda de aquellos días.

Mar ya se ha puesto límite, "si en tres o cuatro
meses sigo igual miraré ofertas en el extranjero.
Sé que será un poco complicado, pero no nos dejan
alternativa". Algo en lo que está de acuerdo
Julián Rivilla. En su caso, la desesperación
le lleva a buscar trabajo en Alemania, aunque eso conlleve
alejarse de su mujer y sus dos hijos.

Tres años sin empleo

"Echo de menos levantarme por la mañana e irme a
trabajar. Parece que no sirvas para nada", cuenta. Sabe que sus
49 años pesan mucho a las empresas: "Yo hice
delineación y he trabajado en la construcción toda
mi vida. La experiencia ha pasado a un segundo plano".

Con 17 años, Leonor Martín
dejó de estudiar y fue contratada en una fábrica
textil donde trabajaban 200 personas -hoy sólo quedan 9-.
Durante 10 años ni se le pasó por la cabeza el
desenlace, "¿cómo iba a pensar yo que iba a estar
tres años sin un empleo?". Ahora, con 30, su realidad
dista mucho de la que algún día pudo imaginar.
Sigue viviendo con sus padres y sólo se alegra de una
cosa: "Menos mal que no se me ocurrió meterme en una
hipoteca".

Al ser despedida volvió a estudiar, "me
apunté a un ciclo formativo de Comercio y Marketing que me
ha servido para trabajar un mes en campaña de
rebajas".

Leonor ha tomado la decisión de esperar un poco
más en Talavera de la Reina, donde reside. No baraja la
opción de irse fuera de España, "con la
formación que yo tengo es muy complicado". Mientras, hace
todos los cursos que puede y estudia idiomas. Echa de menos la
independencia que tenía antes, "parecen tonterías
pero yo antes no tenía que decir: "Mamá necesito un
desodorante", "Papá necesito dinero, voy a tomar un
café, algo que he reducido al máximo". Aun
así, "cada día me encuentro con alguien que se ha
quedado en paro y conozco casos de gente que ponen el vello de
punta. Por eso, he optado por resistir".

"La tala ilegal en el hogar de los antiguos dioses
griegos, según la mitología, se ha incrementado
300%. Al aumentar un tercio el costo del combustible para
calefacción, muchos recurren a la madera del
monte"…
Los griegos cortan sus árboles en busca de
calor (BBCMundo – 3/2/13)

(El relato corresponde a Mark Lowen)

El hogar de los antiguos dioses griegos está
cubierto de nieve. El camino empinado y las laderas que conducen
al monte Olimpo, atraviesa un bosque exuberante y fértil.
Sin embargo, ahora la vegetación está mostrando
algunos espacios vacíos: los restos de árboles
preciosos que ya no están.

Se trata de una de las peores talas ilegales de Grecia.
La práctica, en este lugar, ha aumentado en más de
300% en el último año, luego de que un nuevo
impuesto provocara el alza (de más de un tercio) del
precio del aceite para la calefacción. La gente que ya no
puede pagarlo está buscando madera que le ayude a calentar
su hogar.

Viajo con la patrulla forestal que viene aquí
todos los días para tratar de atrapar a los
leñadores ilegales. Han encontrado a jubilados y a
mafiosos. En total, hay 250 demandas en curso y se han confiscado
300 toneladas de madera cortada de manera irregular.

Nos detenemos en una sección de la montaña
donde 600 árboles fueron talados recientemente. Los
anillos del tronco de un roble son contados para verificar su
edad: 54 años. El árbol habría sido
derribado en cuestión de segundos.

"Me siento mal por aquellas personas mayores que
están viniendo a cortar leña", dice Petros
Papapetrou, del departamento forestal. "Es horrible que tengan
que hacerlo. Este bosque es espectacular para nosotros, posee un
ecosistema maravilloso que tenemos que proteger para la
próxima generación".

De vuelta a la base de la montaña y lejos de la
patrulla, me encuentro con un anciano leñador que se
está arriesgando a que le presenten cargos criminales.
Elige una zona de olivos centenarios y la despoja
rápidamente con su sierra eléctrica. "Sé que
es ilegal, pero tengo nietos que se enferman a causa del
frío", dice. "Mi pensión se ha reducido, por lo que
no puedo permitirme el aceite de calefacción.
¿Qué más puedo hacer?".

La madera que se corta legalmente termina en los
mercados al aire libre del norte de Grecia. En las afueras de
Katerini, el dueño de uno de los puestos, Triantafillos
Zagris, me cuenta que está haciendo un gran negocio y
ganando dinero rápido gracias a la tendencia. "Las ventas
han subido un 30%", dice, mientras introduce la leña en
una máquina ruidosa que la corta en rodajas para la
chimenea. "Antes había cerca de 25 mercados de madera en
esta zona. Ahora hay 100".

Algunos de los trozos terminan en casas de familias como
los Smirlis. Dimitris y Sofía son maestros y sus salarios
se han reducido en los sucesivos recortes de austeridad. Con el
nuevo impuesto, hubieran tenido que gastar todos sus ingresos en
aceite de calefacción, por lo que ahora sólo
están usando madera.

Sofía y su hija duermen al lado de la chimenea
del salón porque el dormitorio es demasiado frío.
Es una vuelta al pasado que han encontrado difícil de
aceptar. "Al principio nos decepcionamos por haber tenido que
hacer esto", dice Sofía, mientras las llamas encienden los
troncos recién llegados.

"Hemos retrocedido 30 o 40 años. No es la
guerra… o más bien sí lo es, pero una guerra
económica. Esperamos que sólo dure uno o dos
años, porque tenemos hijos, tenemos un futuro. No podemos
vivir así, por el amor de Dios".

Por encima de su modesta casa, el humo de la chimenea se
espesa y eso está causando otro problema. Una notable
neblina ha aparecido sobre las ciudades más importantes de
Grecia a medida que aumenta el uso de la leña.

En una instalación móvil, un equipo de
químicos lleva a cabo un nuevo proyecto para probar la
calidad del aire y evaluar el impacto del cambio en los
hábitos de calefacción. Aunque los resultados
finales se conocerán en febrero, el equipo ya ha medido un
aumento de la contaminación.

"Hemos encontrado una alta concentración de
partículas finas que contienen sustancias tóxicas y
cancerígenas", dice el profesor Konstantini Samara, quien
dirige la prueba. "Son tan pequeñas que pueden llegar a lo
profundo de nuestro sistema pulmonar y causar efectos nocivos
para la salud pública. Y se han incrementado debido a la
quema de madera".

Mientras las temperaturas continúen cayendo en la
región, la leña seguirá alimentando las
chimeneas. Estas son las insólitas medidas que los griegos
están tomando para mantenerse en calor en la Europa del
siglo XXI.

Mientras tanto, el monte Olimpo continúa
imponiéndose en el norte de Grecia. Es posible que los
dioses alguna vez hayan cuidado de la zona, pero hoy no le
están ofreciendo mucha protección. Ni a los bosques
ni a esta nación afectada por la crisis.

"Un estudio también revela que en el 9% de
los hogares alguna de las personas que se había emancipado
ha tenido que volver a casa. Estas son algunas de las principales
conclusiones del Barómetro Madrid Vivo sobre la familia en
España realizado por el Instituto Internacional de
Estudios sobre la Familia "The Family Watch" con encuestas a 600
hogares de toda España y presentadas hoy en
Madrid"…
El 64,2 % de los padres piensa que sus hijos
vivirán peor que ellos (Gaceta.es –
5/2/13)

Este estudio señala que para más de la
mitad de los encuestados -el 53,4 por ciento- la crisis ha hecho
que su calidad de vida haya empeorado en el último
año, la situación económica es peor
percibida en la actualidad para un 90,5 por ciento que hace un
año, cuando este porcentaje se situaba en el 88,3 por
ciento y el 60,2 por ciento de los preguntados tiene algún
familiar en el paro.

Además, según ha subrayado el director
general de The Family Watch, Ignacio Socías, las familias
tienen unas perspectivas de futuro más pesimistas que las
que presentaban hace un año.

En este contexto, la institución familiar sigue
siendo la mejor valorada y en época de crisis
-según ha señalado la vicepresidenta de este
instituto, María José Olesti- "cobra especial
protagonismo" ya que "sirve de colchón" a todos sus
miembros y presta soporte económico y
anímico.

En este sentido, el barómetro señala que
en casi la mitad de los hogares hay aportaciones de las personas
más mayores de la familia para que ésta pueda
subsistir y el 96 por ciento de los encuestados opina que esta
institución es el "sustento básico" para mantener
la cohesión social.

Además, en el 10 por ciento de los hogares uno de
los miembros que se había emancipado ha tenido que volver
a casa, ya sea una persona joven o ancianos que han abandonado
las residencias como medida de ahorro.

Otro de los datos que destaca este estudio es que una de
cada dos personas cree que los jóvenes no están
preparados para ser padres y educar a sus hijos debido a la falta
de trabajo y vivienda propia, y el 64,2 por ciento de los padres
se muestran convencidos de que sus hijos vivirán peor que
ellos.

"Muchos progenitores se plantean cómo ellos, que
en la actualidad están ayudando económicamente a
sus padres, tendrán que ayudar en un futuro a sus hijos",
ha explicado Socías.

Sin embargo, la vicepresidenta de "The Family Watch" ha
advertido de que numerosos estudios subrayan que este "esfuerzo
heroico" de las familias tiene un límite.

Los datos de esta encuesta reflejan, asimismo,
cómo ha descendido el número de personas que
confían en que el Gobierno aplique medidas a favor de las
familias, de manera que, mientras que en 2012 el 62,5 por ciento
de los encuestados tenía perspectivas optimistas en este
sentido, este porcentaje ha descendido hasta el 40,9 por ciento
de cara a 2013.

Ante esta situación, algunas de las medidas que
más demandan los hogares en España es que en los
ERE se priorice la protección de los empleados con hijos a
su cargo y que las empresas tengan beneficios fiscales si
promueven la maternidad.

Los encuestados también destacan la importancia
de la conciliación entre familia y trabajo, de manera que
el 91,2 por ciento solicita la creación de
guarderías en centros de trabajo, el 82,5 por ciento pide
una coordinación del calendario laboral y escolar y el 82
por ciento el fomento del teletrabajo.

Socías ha señalado también que los
hogares españoles tienen previsto reducir sus gastos de
cara a 2013, de manera que las salidas a restaurantes
disminuirán un 69,7 por ciento, frente al 63,1 por ciento
de 2012 y los gastos de viajes y vacaciones se reducirán
un 57,7 por ciento frente al 49,5 por ciento de 2012.

"El sistema se tambalea con menos de 1,8 cotizantes
por pensionista en un país con una tasa de paro del
26%"…
Uno de cada tres españoles es pensionista o
está en el paro (Negocios.com – 5/2/13)

El sistema de pensiones en España urge de un
pacto nacional porque camina hacia una situación de
quiebra ante el incesante crecimiento de pensionistas y parados.
La Seguridad Social lleva seis meses perdiendo de forma
continuada cotizantes. Con los datos de enero, la caída en
el último año ha sido del 4,59%, con una
pérdida de cotizantes de 778.829 trabajadores en un
año, que ha dejado el número de personas afiliadas
en 16.179.438. Sólo en enero se han perdido 263.243
cotizantes y nada hace presagiar que la tendencia vaya a cambiar
en los próximos meses.

Por el contrario, los pensionistas no hacen nada
más que crecer. El número de pensiones
contributivas de la Seguridad Social alcanzó la cifra de
9.008.348 en enero, el 1,5% respecto al mismo mes de 2012. De
esas pensiones, 5.402.863 pensiones fueron de jubilación,
un 2% más; 2.331.812 pensiones de viudedad (+0,5%);
940.843 de incapacidad permanente (-0,1%); 295.221 de orfandad
(+7,3%); y 37.609, a favor de familiares (-1,3%).

Caída de la natalidad

La relación de cotizantes (16.179.438) respecto a
pensionistas (9.008.348) es de 1,796, es decir, muy alejada de
una ratio de 3 por uno que será lo ideal del sistema. Pero
la pirámide de población en España
está invertida. La esperanza de vida crece y las escasa
ayudas y apoyo del Estado a las familias hace que la natalidad
caiga en picado. Así, desde 2008 hasta 2011 ha
caído de 1,46 hijos por mujer a 1,35, mientras la edad
media de las madres se ha situado en los 32 años y las de
las bodas supera los 30 años, algo lógico si se
considera que el 55% de los jóvenes españoles
están en paro.

Casi 15 millones de españoles o son pensionistas
o están en el paro -la EPA revela que hay seis millones de
desempleados- de una población total de 46,8 millones de
ciudadanos, lo que supone que el 32%.de los españoles o es
pensionista o está en paro.

Como dije al principio de este recorrido de cabotaje
por la hemeroteca reciente: "Hay ocho millones de historias (como
estas) en la ciudad desnuda…". Ahora, creo que ya son
más (y "sangran" todavía)…

– Anexo: Algunos "consejos" de los "Apóstoles"
de Davos (sic transit gloria mundi)

Davos reúne a principios de cada año a,
sobre todo, los amos del dinero mundial, pero también a
dirigentes políticos y representantes sociales y en una
semana pone sobre la mesa grandes problemas del momento, aunque
aportar soluciones es ya otro cantar.

– La disparidad de oportunidades, un desafío
mundial (Project Syndicate – 21/1/13)

(Por Brad Smith) Lectura recomendada

Seattle.- Una tragedia económica global se
desarrolla frente a nuestros ojos. En todo el mundo se
están creando nuevas oportunidades laborales que ofrecen
una promesa de prosperidad, pero cientos de millones de personas
no pueden aprovecharlas porque no tienen la educación y
las habilidades necesarias.

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