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Efecto de las radiaciones no ionizantes sobre la salud humana



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Referencias
    bibliográficas

Resumen

En la actualidad no existe un consenso entre los
estudios realizados respecto a los efectos perjudiciales de las
radiaciones no ionizantes en el organismo humano. Por ello es
preciso analizar los referentes teóricos acerca de los
efectos deletéreos de las radiaciones no ionizantes sobre
el ser humano e identificar un conjunto de acciones que
contribuyan a disminuir la exposición a este tipo de
radiaciones. Diversos estudios revisados indican que las
radiaciones no ionizantes están asociadas a la
aparición de diferentes enfermedades y describen que entre
los mecanismo fundamentales para producir el daño en el
hombre se encuentran los efectos térmicos, no
térmicos y atérmicos. Las radiaciones no ionizantes
pueden afectar al ser humano de forma negativa, sobre todo por
exposición prolongada, pero se requieren ampliar los
estudios, con énfasis en los epidemiológicos, para
confirmar las hipótesis generadas acerca de este
particular.

Introducción

El desarrollo social ha propiciado que los avances de la
ciencia y la tecnología se implementen y se conviertan en
innovaciones que se subordinan a las necesidades del ser humano y
de la sociedad en general. Sin embargo, en ocasiones aparejado a
las ventajas que se observan en la contemporaneidad debido al
devenir de la ciencia y la técnica se evidencian
preocupaciones por parte de la comunidad científica acerca
de los efectos deletéreos sobre la salud humana que pueden
ejercer. En ese particular se incluye el efecto de las
radiaciones no ionizantes causadas por los campos
electromagnéticos. 1-4

Las radiaciones no ionizantes pueden producir efectos
biológicos y efectos adversos sobre la salud humana. Se
considera que el primero ocurre cuando la exposición
produce un cambio fisiológico detectable en un sistema
biológico, como son el calentamiento y la inducción
de corrientes eléctricas en los tejidos. 5,6

El efecto de las radiaciones no ionizantes constituye
una preocupación para los gobiernos y las autoridades
sanitarias de los diferentes países. Tal es el caso de la
Directiva 2004/40/CE del Parlamento Europeo. 1 Esta
preocupación se evidencia también entre la
comunidad científica y por tal motivo se realizó en
la Universidad Galileo, el Seminario-Taller titulado
"Gestión ambiental de las radiaciones no ionizantes en las
radio bases de telefonía móvil en
Guatemala".7

Las primeras investigaciones realizadas por la comunidad
científica sugirieron que estas pueden inducir
cáncer en animales de experimentación. Luego, se
han llevado a cabo otras que aseguran que la exposición a
campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja
(50 o 60 Hz) y las radiaciones electromagnéticas de
radiofrecuencias o de frecuencias de microondas, constituyen un
factor de riesgo para la salud humana y en especial para el
desarrollo de diversos tipos de cáncer.8

Por otra parte, se han efectuado investigaciones
epidemiológicas en las cuales no se ha podido confirmar
asociación entre la exposición a las radiaciones no
ionizantes y el desarrollo de cáncer. Tal es el caso del
estudio Sueco que no demostró conexión entre la
exposición a campos magnéticos y el incremento de
riesgo del cáncer de mama en mujeres.8

En Cuba, la emisión de radiaciones no ionizantes
al medio ambiente se ha incrementado. Esta aseveración se
sustenta al considerar la ampliación del uso de
tecnologías generadoras de este tipo de radiaciones en la
Atención Primaria, asociado al desarrollo de un programa
de reparación y modernización de los
Policlínicos, así como la creación de otros
centros a nivel secundario como los Centros de
Diagnósticos por Imágenes.9

También esto se relaciona con el incremento en
Cuba, en el año 2013 al millón 680 mil
líneas móviles10.

Cuba, como otros países, también ha
declarado su preocupación respecto a la necesidad de
proteger el medio ambiente de este tipo de
radiaciones.11-14

Todos estos aspectos que se declaran permiten asegurar
la necesidad de analizar los referentes teóricos
publicados acerca del efecto de las radiaciones no ionizantes
sobre la salud humana, de modo que la comunidad científica
cuente con una sistematización que en manos de los
decisores contribuya a trazar acciones investigativas o legales
acerca de este particular.

Desarrollo

El término radiación está asociado
con la propagación de energía, o sea, la
radiación es energía que viaja a través del
espacio, incluso del vacío interestelar15. Es una forma de
energía en movimiento que se presenta de forma natural o
artificial en la vida de las personas y resultan invisibles para
el hombre.16

Se considera radiación ionizante cuando la
energía de la radiación resulta superior a la
necesaria para crear pares de iones9. Una de las
características más acentuadas de este tipo de
radiación es que tienen la suficiente energía para
arrancar átomos o molécula de los electrones. Estas
radiaciones se clasifican según sus características
en radiaciones alfa, beta, radiación gamma y rayos X, y
los neutrones9.

Las radiaciones ionizantes constituyen un
carcinógeno y teratógeno humano y se advierte que
el tiempo y la dosis de exposición a ellas representan un
factor determinante para el desarrollo de células
cancerígenas y malformaciones17, 18. No se recomienda la
exposición a estas, puesto que no hay un umbral en el cual
se evidencie que no exista daño alguno para la
salud.17

Por su parte, las radiaciones no ionizantes devienen la
parte del espectro electromagnético cuya energía
fotónica resulta demasiado débil, un millón
de veces menor que la necesaria para romper enlaces
químicos o atómicos y, por tanto, no originan
ionización18 ; o sea, la radiación no ionizante es
aquella que no es capaz de arrancar electrones de la materia que
ilumina y como resultado excita los electrones e induce
reacciones químicas, provoca corrientes y puede originar
el calentamiento de los tejidos si la frecuencia supera los 30
GHz.2 Aunque estas son mucho menos peligrosas que las radiaciones
ionizantes por su efecto, tienen una fuerte interacción
con la materia.

Las radiaciones no ionizantes pueden tener su origen en
la propia naturaleza o pueden ser generadas por el hombre. A
continuación se exponen en la tabla 1 las fuentes
más frecuentes que producen las diferentes tipos de ondas
dentro de las radiaciones no ionizantes3.

Tabla 1. Fuentes que generan los diferentes tipos de
ondas de las radiaciones no ionizantes.

Monografias.com

Tomado de: Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y
Salud. La prevención de riesgos en los lugares de trabajo.
[Página Web Internet]. Valencia: Instituto Sindical de
Trabajo, Ambiente y Salud; 2007 [citado 2 ene 2013]. Disponible
en: http://www.istas.ccoo.es/descargas/gverde/RADIACIONES.pdf

Diversas son las aplicaciones de las radiaciones no
ionizantes en función del desarrollo social de la
humanidad; pero también la exposición a las
radiaciones no ionizantes se relaciona con una mayor incidencia
de diversas formas de cáncer como son: leucemia, tumores
cerebrales y cáncer de mama. 8

Sobre los efectos negativos de las radiaciones no
ionizantes se centra la intención de este trabajo de
revisión, como se declaró en el objetivo, pues
aún se requiere profundizar en los datos que enriquezcan
el nivel cognoscitivo del hombre respecto a la relación
beneficio riesgo de este tipo de radiaciones en el ser
humano.

Esta preocupación ha sido motivo de estudio de
diversos investigadores, como es el caso de los integrantes del
Programa de Campos Electromagnéticos de California, los
cuales con la intención de encontrar evidencias
científicas que respaldaran las aseveraciones
teóricas formuladas respecto a los efectos nocivos de este
tipo de radiaciones, clasificó las probabilidades de
relación causa-efecto para las radiaciones
electromagnéticas no ionizantes y las diversas
enfermedades que se considera pueden producir las cuales se
presentan a continuación.8

  • Radiación electromagnética como
    etiología muy improbable (2 a 10% de probabilidad que
    exista una relación causa-efecto):

  • Alteraciones reproductivas o de desarrollo
    (excluyendo abortos)

  • malformaciones congénitas

  • bajo peso al nacimiento

  • Radiación electromagnética como
    carcinógeno universal (todos los
    cánceres)

  • Radiación electromagnética como factor
    etiológico posible (10 a 50% de probabilidades de
    existencia de relación causa-efecto)

  • Enfermedad de Alzheimer

  • Cáncer de mama masculino

  • Cáncer cerebral en niños

  • Problemas cardíacos, incluyendo infarto del
    miocardio

  • Suicidio

  • Radiación electromagnética como factor
    etiológico probable (más de 50% de
    probabilidades de existencia de relación
    causa-efecto)

  • Leucemia en niños

  • Cáncer cerebral en adultos

  • Aborto espontáneo

  • Esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de
    Lou Gehring)

  • Radiación electromagnética posible o
    probable (desacuerdo entre evaluadores
    científicos)

  • Cáncer de mama femenino

  • Leucemia en adultos

Se han descrito diferentes mecanismos para explicar los
efectos biológicos de las radiaciones no ionizantes sobre
el organismo. Estos son los siguientes: 1, 2, 6, 8,16

Efectos térmicos:

Existe consenso entre diversos autores que los
mecanismos implicados en los principales efectos
biológicos de las radiaciones no ionizantes involucran el
efecto térmico.7 La intensidad de la radiación al
actuar de forma particular en el organismo humano, provoca un
incremento de la temperatura y produce un cambio en la
orientación espacial (oscilación) de las
moléculas bipolares, sobre todo del agua y los iones en
los tejidos.6

En dependencia del grado de elevación de la
temperatura corporal debido a las radiaciones el daño
sobre los sistemas biológicos puede ser incluso
irreversible.8 Los niveles muy bajos de radiaciones producen
pequeños aumentos de la temperatura local de la parte
sometida a dicha radiación, pero el individuo no logra
notar este aumento de la temperatura debido a que el
calentamiento que se produce es compensado por los centros
termorreguladores del cuerpo humano (mecanismos
homeostáticos).

Las alteraciones de mayor intensidad se producen en los
tejidos que tienen un mayor por ciento de agua en ellos como es
el sistema nervioso central. En órganos poco perfundidos
como el globo ocular el daño puede ser mayor puesto que la
pérdida de calor es más lenta.8 Otras estructuras
en las cuales también se producen alteraciones incluyen
los órganos parenquimatosos y algunas glándulas
como el hígado, páncreas, ganglios
linfáticos, las gónadas y órganos huecos
como el estómago, la vejiga y la vesícula
biliar.6

Uno de los efectos considerado por algunos autores como
resultado del mecanismo térmico es el aumento de
permeabilidad de la barrera hematoencefálica, lo que
permite el paso de diversas moléculas desde la sangre al
cerebro, entre ellas, moléculas tóxicas que
normalmente son detenidas por esta barrera.

La literatura científica describe que aún
con elevaciones moderadas de la temperatura se induce la
síntesis, por parte de las células afectadas, de
proteínas de choque térmico (HSP). Estas protegen a
las células contra las altas temperaturas y otras
condiciones de stress físico o químico, pero
también protegen a las células neoplásicas
de la acción de agentes terapéuticos y pueden
proteger a la célula cancerosa contra su
destrucción por el sistema inmunológico.
8

Efectos no térmicos:

A pesar que la Organización Mundial de la Salud
no le otorga una atención importante a los efectos no
térmicos de este tipo de radiaciones, se considera que las
investigaciones en este campo son limitadas y se requiere seguir
ampliando la información acerca de este particular, pues
no existe consenso entre los grupos de investigadores. En ese
sentido, estudiosos del tema de estados unidos y de países
miembros del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), niegan la
posibilidad de que los campos de radiofrecuencias provoquen
algún tipo de respuesta biológica que no sea de
origen térmico. Su argumento fundamental es que este tipo
de ondas no generan respuestas mutagénicas y no influyen
en la iniciación de cánceres.19 Por otra parte, los
científicos rusos y de otros países reconocen la
acción acumulativa de este tipo de radiaciones,
principalmente en personas que han trabajado por cinco
años o más con equipos de
radiolocalización.20

Los efectos no térmicos se producen cuando la
energía de la onda es insuficiente para elevar la
temperatura por encima de las fluctuaciones de temperatura
normales del sistema biológico. Se considera que la
absorción de energía bajo 0,08 W/kg para la
población general y bajo 0,4 W/kg para los trabajadores no
produce efectos térmicos, 8 o sea, en los CEM con
frecuencias por debajo de 1MHz no se produce calentamiento
significativo, sino que se inducen corrientes y campos
eléctricos en los tejidos.6

Algunos autores3, 8,16 consideran que los efectos no
térmicos de las radiaciones se producen por mecanismos
como la inhibición de la secreción de la hormona
melatonina, por interacción con los mecanismos de
repolarización de neuronas, alteración en la
estructura y función de diversas enzimas,
alteración de canales iónicos, u otros cambios
producidos por variados mecanismos como los hormonales,
mutagénicos, entre otros. Dichos mecanismos y los posibles
efectos que se le atribuyen se describen a
continuación:

Melatonina: Las radiaciones no ionizantes inducen la
disminución de la secreción de melatonina y generan
efectos como la disminución de la capacidad del sistema
inmunológico., cambios de comportamiento, del humor e
insomnio, así como durante la exposición prolongada
se estimula la proliferación in vitro de cáncer de
próstata, endometrio y mama.

Ferritina: Los estudios revisados no describen su papel
en la génesis de los cánceres en pacientes
expuestos a radiaciones no ionizantes, pero se relaciona el
incremento de este marcador tumoral en diversos tipos de
neoplasias.

Alteración en la membrana celular: Estas
radiaciones afectan los canales iónicos de las membranas
celulares y favorecen el paso de iones calcio. A pesar que
afectan los canales de las membranas celulares los mecanismos
biofísicos que expliquen este efecto no se han dilucidado.
Algunos autores lo relacionan con el efecto de los radicales
libres8.

Aumento de la permeabilidad de la barrera
hematoencefálica: Esta situación facilita la
entrada de sustancias al sistema nervioso central, a
través de los poros de dicha barrera y produce
alteraciones a nivel de esta estructura.

Cambios endocrinos: Se ha descrito que inducen un
aumento de la secreción de opioides, lo cual se ha
relacionado con alteraciones de la memoria espacial que se
manifiesta en alteraciones del comportamiento. Además
producen cambios en los niveles de estrógeno y prolactina,
situación que se ha implicado con modificaciones del
riesgo y el pronóstico para varios cánceres
hormono-dependientes.3

Mutagenicidad: Aunque no se ha explicado el mecanismo
por el cual se produce esta situación, se ha demostrado
este efecto en estudios en cultivos celulares y en animales de
experimentación. Por su parte, estudios en humanos han
demostrado asociación entre la exposición paterna y
un aumento de riesgo de leucemia infantil (RR=2,0, IC
95%=1,1-3,5), pero no así en el caso de la
exposición materna.21

Imprinting: Se refiere a que la exposición
perinatal o durante la infancia a las radiaciones
electromagnética puede provocar cambios en la
diferenciación de diversos tipos celulares. Esta
situación puede causar en forma diferida la
predisposición para desarrollar diferentes enfermedades en
etapas tardías de la vida.8 Ejemplos como el cáncer
cerebral desarrollado en forma diferida después de la
exposición prenatal a campos electromagnéticos de
baja frecuencia por el uso de frazadas eléctricas (RR=2,5,
IC 95%=1,1-5,5),8constituye un ejemplo de esta
situación.

Efecto atérmico:

Se producen cuando hay energía suficiente para
causar un aumento de la temperatura corporal sin que se observen
cambios en la temperatura debido al enfriamiento ambiental.6 Los
efectos biológicos observados por este tipo de
radiación son principalmente inducir corrientes
eléctricas que pueden estimular las células
nerviosas y musculares. Estos cambios no tienen efecto alguno y
son necesarios para compensación, por ejemplo la
elevación de la sudoración, el enrojecimiento y la
sensación de calor.

A pesar de los resultados de los estudios realizados, la
revisión de la literatura advierte la preocupación
de la comunidad científica acerca a lo que se ha llamado
contaminación electromagnética o
electropolución cuando se refieren a la
contaminación producida por los campos eléctricos y
magnéticos, tanto estáticos como variables, de
intensidad no ionizante.2

En esa línea de pensamiento, se exhorta a
prevenir el efecto deletéreo de las radiaciones no
ionizantes sobre el ser humano, con énfasis en los
trabajadores que se exponen a ellas de forma habitual debido a
sus funciones laborales, y las acciones a realizar pueden ser las
siguientes: 2,3

  • a) Actuando sobre la fuente de emisión
    de las radiaciones:

  • Diseño adecuado de la
    instalación.

  • Aislamiento parcial de la
    máquina.

  • Pantallas y atenuadores.

  • La elección de equipos que generen menos
    campos electromagnéticos, teniendo en cuenta el
    trabajo al que se destinan.

  • b) Actuando sobre el
    ambiente:

  • Recubrimiento antirreflectante de las
    paredes.

  • Control de la temperatura, de la humedad y de la
    ventilación.

  • Evitar en lo posible la concentración de
    más de una fuente en un mismo ambiente.

  • Delimitación y señalización de
    las zonas de peligro.

  • Reducir el tiempo de exposición al riesgo en
    proporción al grado de peligro.

  • Permitir el acceso sólo a personas
    autorizadas.

  • d) Actuando sobre las personas:

  • Informar y formar a la población trabajadora
    y a la población en general.

  • Utilizar las protecciones adecuadas en
    función del tipo de radiación y la parte del
    cuerpo expuesta (gafas, trajes absorbentes).

  • Exámenes de salud específicos en
    función de los riesgos.

Conclusiones

El análisis de las diferentes fuentes
bibliográficas que aluden a las radiaciones no ionizantes
indica que estas pueden afectar al ser humano de forma negativa,
sobre todo por la exposición prolongada y por los posibles
efectos diferidos tales como diversos cánceres o el efecto
"Imprinting" inducido durante la edad prenatal o postnatal
precoz. No obstante, se requieren ampliar los estudios, sobre
todo los epidemiológicos con diseño casos y
controles, para confirmar las hipótesis generadas acerca
de este particular.

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Autor:

Miguel Ángel González
Suárez.

Estudiante de primer año de Medicina.

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