– Monografias.com
Desde antes de la época en que
Lucrecius, renombrado poeta y filósofo romano (Ca. 99-95
AEC), subrayara en su obra cumbre De Rerum Natura [que]
"el proceso de la creación debe de continuar [en otros
mundos]", otros filósofos, poetas, y teólogos
habían escudriñado los cielos tratando de encontrar
en los astros una respuesta a una pregunta de dimensiones
aparentemente eternas: ¿Hay vida en otros lugares del
Universo?
Para hacer un intento de responder a esa
pregunta, en el mes de octubre del año 1992; para celebrar
la ocasión del quinto centenario del Descubrimiento de
América, la agencia espacial norteamericana NASA
lanzó un programa monumental en búsqueda de vida
inteligente extraterrena. Se le conoció entonces por el
acrónimo SETI – Search for Extraterrestial
Intelligence. Proyecto éste que aun utiliza
radiotelescopios emplazados alrededor de nuestro planeta, cuyos
propósitos son los de observar miles de sistemas
galácticos en la esperanza de detectar señales de
radio de origen artificial y con ello evidencia adicional de vida
inteligente en el Universo, además de la
nuestra.
El monje Giordano Bruno (víctima
inocente de la Inquisición)
Mucha controversia ha rodeado la idea de la
existencia de seres inteligentes en otros mundos. La idea misma
ha sido, por muchas instituciones, resistida vehementemente, en
el transcurso de la historia; habiéndole costado,
aún la vida, a muchos de sus proponentes. Este fue el caso
del fraile dominico Giordano Bruno, cuyo libro De l"infinito
universo e mondi, le causó la muerte en la pira
expiatoria. En su obra Bruno describe sus convicciones de que
existían numerosos planetas poblados por seres vivientes.
Esta aserción, supuestamente herética,
resultaría en que él fuese consignado a la pira
inquisidora en el año 1600. Las autoridades
eclesiásticas consideraron entonces, que sus ideas eran
simplemente impías, y por ello le arrebataron la vida de
modo característico, desalmado y cruel.
Isaac Newton fue, sin embargo, quien diese
el mayor ímpetu a las razones por las cuales se creyese
que la vida en otros planetas, no solamente fuera posible, sino
que también sería probable. Newton postuló
que sí sus leyes de Gravitación y de Movimiento se
aplicaban del mismo modo en todo el Universo, que esos mismos
procesos físicos permitirían replicar las
condiciones existentes en nuestro planeta para soportar la
existencia de vida como existe la nuestra, pero, en otros lugares
remotos.
Con el advenimiento de la Ciencia de la
Biología Molecular y con el descubrimiento del
código genético en la quinta década del
siglo pasado, se ha podido lograr que algunos aminoácidos
(elementos indispensables para el proceso de la vida) fueran
"creados" en la atmósfera artificial de laboratorios. Eso
marcaría un optimismo calculado para pensar que la vida
sería, alguna vez replicada, dentro del
laboratorio.
A pesar del optimismo descrito,
desdichadamente, todos los planetas de este sistema solar, con la
excepción del nuestro y de Marte, carecen de las
condiciones mínimas para soportar la vida. Entre todas las
estrellas con las cuales somos familiares, la más cercana
a nosotros, que sería capaz de sostener vida está
localizada a cientos de años-luz de la Tierra. (Un
año-luz representa diez trillones de kilómetros.
Nuestro sol, el cual sólo queda a 150 millones de
kilómetros, está a unos meros 8½ minutos-luz
de nosotros).
Extremófilos
Sería posible que nuestros afanes de
encontrar vida inteligente en otros sistemas solares, pudieran
ser simplificados sí, en lugar de tratar de encontrar
seres vivos e inteligentes, nosotros nos conformáramos por
ahora, con lograr el simple hallazgo de seres vivos y nada
más. Esto parece que se haya logrado.
En el año 1969 el meteorito
Murchison se desplomó de los cielos cayendo en Australia.
Subsecuentemente, éste fue estudiado exhaustivamente por
los cerebros científicos de ese continente quienes
detectaron la evidencia de actividades biológicas,
incluyendo la existencia de docenas de aminoácidos y
aún la presencia de organismos unicelulares fosilizados.
Estos encuentros dan apoyo a la llamada Hipótesis de la
Panspermia; la cual mantiene que vida en otros planetas pudo
haber sido el resultado de la "siembra" interplanetaria, de
microorganismos viajando en meteoritos fuera de las
órbitas de los cuerpos celestiales de donde se
originaran.
La Panspermia revisitada
La panspermia es una hipótesis que
propone la idea de que semillas de "vida" existen por todo el
universo y que la vida en nuestro planeta se originó de
las mismas.
De acuerdo a la panspermia vida proveniente
de esas mismas semillas ya existe en otros planetas o cuerpos
celestiales.
La exogénesis es una teoría
similar que no pretende establecer cuan diseminada ésta
es.
La primera mención de esta
teoría fue avanzada por el filósofo griego
Anaxágoras en el V Siglo AC. La teoría
resurgió en el Siglo XIX cuando varios científicos,
Hermann von Helmholtz en 1879 y Svante Arrhenius en el 1903 la
revivieran.
De acuerdo a la teoría, la
panspermia puede ser interestelar o interplanetaria. La
teoría permanece una hipótesis sin
corroboración alguna.
El distinguido científico Fred Boyle
(1915-2001) y Chandra Wickramasinghe (1939 – ) por su genio, se
constituirían en proponentes de la idea de la vida en
formas discretas continúa penetrando la atmósfera
terrestre y que puede ser responsable por brotes
epidémicos de enfermedades nuevas y de la novedad
genética necesaria para la macro
evolución.
Existen formas débiles y fuertes de
la panspermia que, para ser aplicables, requerirían que la
Teoría del Bing-Bang sea modificada, para
acomodarlas.
Pruebas
No existen pruebas que confirmen la
panspermia, pero existe evidencia, aunque circunstancial para la
exogénesis.
Estromalitos (algas y bacterias que viven
de luz solar)
Estromalitos pre-cámbricos en la
Formación Siyeh del Glacier National Park, son
restos fosilizados de algas y microbios que poblaron la tierra
3.5 mil de millones de años.
Los últimos representan las formas
de vida más vieja en el planeta.
El récord fosilizado
pre-cámbrico indica que la vida apareció de
inmediato, luego de la formación de la Tierra.
Lo que sabemos (o creemos
saber):
La edad de nuestro sistema solar y de
la tierra se estima en unos 4.56 × 109Que muchos de los hallazgos bacteria
fotosintéticas no han podido ser
documentadosQue aún reina la incertidumbre
para el establecimiento preciso de la edad del Universo, pero
se estima que la edad más aproximada es 13.700
millones de años.
Los extremófilos
La evidencia de la existencia de bacterias
y de organismos que soportan condiciones extremas y que
sobreviven, provee la panspermia con algún soporte
adicional, ya que estos organismos podrían, en
teoría sobrevivir los rigores del viaje
sideral.
Hasta ahora permanece parsimonioso
establecer, que aún no existe prueba de que hemos sido
visitados ni por criaturas procedentes de otros planetas ni por
microbios que puedan medrar en nuestra
atmósfera.
Pero, la panspermia ha obtenido soporte de
las fuentes más inimaginables. Francis Crick ganador del
Premio Nobel avanzó en el 1973 la teoría de la
panspermia directa la que aun se debate.
Por ahora, esta teoría representa
una más de nuestros orígenes como seres vivos en
este solitario cuerpo celestial, llamado Tierra.
A pesar de todo ello, y, de acuerdo con el
estado actual de nuestro conocimiento, el origen de la vida
permanece como misterio profundo e inexplicable. Todo lo que
pretendemos conocer acerca del origen de la vida puede ser
resumido en una de tres hipótesis existentes: (I) que fue
un milagro, (II) que fue el resultado de un accidente improbable,
pero, que de todos modos ocurriese, y (III) que fuese la
consecuencia inevitable de la interacción de leyes
físicas y químicas operando bajo condiciones
favorables.
NASA ha cambiado dos veces el
nombre del proyecto SETI, primero le dio el nombre de
Columbus, y ahora se le conoce como el Proyecto
Phoenix. Los cambios en designación no han
bastado para mejorar los resultados modestos de esta
misión. Aún carecemos de toda evidencia que de
soporte a la noción de la existencia de vida inteligente
en otros cuerpos siderales.
De todos modos, las actividades de la
imaginación del ser humano han suministrado pruebas
históricas substanciales de que nosotros debemos de creer
en otros seres cuyas existencias remotas los colocan en los
lugares más inaccesibles; pero, que, sin embargo ,ellos
deben de existir, para vigilarnos, y aún para protegernos
contra nuestros propios desatinos.
Pueda que ella sea la razón por la
que siempre les arrogamos a esos seres hipotéticos
inteligencias muy superiores a las nuestras. Hecho éste
que, de así ser, no sería estrictamente
necesario.
Ezequiel (Michelangelo Buonarrotti)
Capilla Sixtina
El viaje por los espacios interestelares
tampoco es extraño a la Biblia en la cual se leen
narrativos de ángeles viniendo de los cielos, o de seres
humanos ascendiendo a la Gloria (el Cielo), o navegando el
espacio abierto en carrozas tiradas por caballos. Talvez el
pasaje bíblico más impresionante es el de Ezequiel,
quien describe un encuentro con cuatro vehículos de forma
similares a un platillo volador "llenos de ojos", los cuales
giraban en su vuelo y de los que emergieran seres de
"imágenes humanas". Este pasaje pudo haberse adaptado de
una de las películas recientes acerca de las visitas a
nuestro planeta por seres provenientes de galaxias
remotas.
Nuestras especulaciones se obscurecen del
mismo modo por razón de la controversia que existe, de
sí nuestro universo es espacialmente finito (cerrado) o
infinito (abierto). Polémica ésta que aún
permanece insoluta y por esa razón, también
permanece sin respuesta, la pregunta que aquí nos
hacemos.
Para complicar aún más
nuestros dilemas, los sistemas operativos que se proponen
gobiernan nuestros estados cognitivos psicológicos y de
conciencia permanecen relegados a especulaciones subjetivas y
nada más.
Sin embargo, yo me pregunto: si el ser
humano ha demostrado a través de los tiempos, una
inclinación innata a formular ciertas cuestiones y a
plantear ciertos problemas; qué valor adaptador estas
actividades tendrían si no existiese una razón
implícita del mayor orden para que ello así fuese.
Y, si del mismo modo, algún día se descubre (como
puede suceder) que existen otros seres inteligentes y otras
civilizaciones avanzadas establecidas en lugares años-luz
de distancia de nosotros. Cuál sería nuestra
respuesta y quienes organizarían nuestros
contactos.
Preparémonos pues, intelectual y
emocionalmente, para esa contingencia probable.
Referencias:
de Lucca, R: Giordano Bruno: His
Life and Thought (1964) D. W. Singer NYHarris, S and Platzner, R: The Old
Testament: An Introduction to the Hebrew Bible (2002)
McGraw-HillMcConnell, B and Toporek, C:
Beyond Contact: A Guide to SETI and Communicating with
Alien Civilizations (2001) O"ReillyNetanyahu, B: The Origins of the
Inquisition (1992) Random HouseLarocca, F. E. F: (2007) El Principio
Antrópico Como Fulcro en
monografías.comLarocca, F. E. F: (2007) El
Principio de la Entropía y sus Aplicaciones al
Entendimiento de Nuestros ConflictosRhawn J: (2001) Astrobiology, the
Origin of Life and the Death of Darwinism University
PressCrick F: (1981) Life, Its Origin
and Nature Simon and SchusterGilmour I, Wright I, Wright J 'Origins
of Earth and Life', The Open University, 1997, ISBN
0-7492-8182-0Wainwright, M. (2003) A
microbiologist looks at panspermia. Astrophysics and
Space Science, 285(2):563 — 570
Autor:
Dr. Félix E.F.
Larocca