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Historia de un Coronel




Enviado por vicente lencioni



Partes: 1, 2

  1. Proemio
  2. Mi
    familia
  3. Mi carrera
    militar
  4. La Gran
    Guerra
  5. De vuelta a la
    Patria
  6. La
    batalla

Proemio

Me duele España

…dice Miguel de Unamuno

Parafraseándolo digo

….Me duele Santiago del Estero

Me duele su tremenda pobreza, me conmueve la
rebeldía de su historia, que quedo trunca; me apenan sus
quebrachales exterminados para contribuir al crecimiento de la
Patria, la codicia de los hombres y a la ciudad puerto de Buenos
Aires.

Santiago del Estero, Madre de Ciudades como se la suele
llamar. Desde su fundación estuvo signada por la tragedia
y la miseria, entrego todo a la Nación, nunca le
pidió nada y esta – la Nación – tampoco le
reconoció absolutamente nada.

Sus hombres fundaron ciudades y pueblos, a lo largo y a
lo ancho del territorio hicieron frente al indio y pelearon
juntos, con los caudillos defendiendo no solo las
economías provinciales sino su autonomía, frente a
la hegemonía y prepotencia de la Aduana de Buenos
Aires.

Durante el periodo de la Organización Nacional,
sus hombres, no solo integraron los ejércitos, que en esos
momentos crearon los caudillos sino que contribuyeron con sus
talentos y valentía a consolidar la
Nación.

Diseminados por el vasto territorio de las Provincias
Unidas del Sur, se encuentran sepultados los huesos de soldados
santiagueños que pelearon y murieron por la
Patria.

En las próximas líneas voy a tratar de
esbozar la vida de un Coronel, uno de los tantos hombres que
forjaron lo que mas tarde fue nuestro Ejercito Nacional. Si bien
no había nacido santiagueño hizo toda su carrera
militar en esa provincia.

Comenzó su larga historia en tierras
santiagueñas, cuando llego a esas tierras enviado por el
Gobierno Nacional a fin de sofocar una rebelión que
había estallado allí encabezada por los hermanos
Taboada, descendiente de Juan Felipe Ibarra forjador de la
identidad de Santiago del Estero.

Una vez retirado de la vida militar se entrego a
trabajar en la vida civil, con la misma pasión y fuerza
con que se entrego en la vida militar llegando a ocupar cargos de
relevancia en su provincia de adopción. Le dio todo y no
le reclamo nada.

Mientras duro su prolongada vida militar, y mas tarde en
la vida civil se enrolo ideológicamente en las filas de
Avellaneda, Sarmiento y Roca en contra de Mitre, que vaya a saber
porque insólita jugada del destino, la historia o la
política los Taboada fueron amigos de Mitre.

Cordero Cumplió ordenes de sus superiores,
enfrento a los hermanos Taboada y los aniquilo llegando a
perseguir a sus seguidores.

Este es un demorado homenaje hacia un hombre que si bien
no co9mparto su línea ideológica y política,
ahora a la distancia ya calmadas las pasiones que se desatan y
con los documentos de época en las manos, considero que
hizo mucho por su tierra de adopción –Santiago del
Estero – y por su país.

Después de dejar su dura y azarosa vida militar,
donde no solo combatió por todo el territorio de la
Nación sino que inicio su carrera militar en la tremenda
sangría que resulto para la Nación, la guerra de la
Triple Alianza.

Cuando se retira de las filas del Ejercito, con el rango
de coronel Graduado, y pudiendo disfrutar de un merecido
descanso, se entrega de lleno al quehacer civil llegando a
desempeñarse como Intendente, Convencional Constituyente,
Diputado Nacional etc.

Años después dos de sus hijos
jugarían un papel importante en la vida institucional de
Santiago, su hija Mercedes se casa con el Doctor Juan B. Castro,
Diputado Nacional, Gobernador y Senador Nacional.

El otro hijo, Convencional Constituyente, Ministro de
Gobierno del Doctor Castro, Diputado Nacional y por sobre todas
las cosas hombre de confianza del mismo.

La razón de estas líneas, es que he
querido recuperar del olvido a un hombre valiente, desinteresado
y honesto, que en su medida ayudo a fundar y organizar la
Nación.

También para que mis hijos y nietos, por encima
de las diferencias ideológicas que puedan tener con el
Comandante, comprenda y valoren a alguien que a su manera presta
notables servicios al país y a la tierra
santiagueña donde vivió y murió

El Coronel Baigorria,

En la Villa del Río 4º…

A seis días del mes de

Mayo de 1875, no

Teniendo en que distraerse

Se ocupa en recordar

Ligeramente su pasada
vida[1]

Yo Félix Octavio Cordero Coronel del Ejercito de
la Nación Argentina, habiendo llegado a mis manos la
máxima del Coronel Baigorria y después de leerla y
meditarla profundamente discrepo con el contenido de esa
máxima; aunque estoy entrando en el ocaso de mi vida,
siento la necesidad de contar mis experiencias, además de
mucho por hacer por consiguiente para distraerme y mucho para
brindar a mi provincia de adopción y al país en el
que nací y luche largamente dándole lo mejor que
podía darle: mis hijos y nietos.

He tomado la decisión de contar mi historia, no
ligeramente como dice el Coronel Baigorria, haber contado la suya
en sus memorias sino tratando al contar las mías de poner
la misma fuerza y pasión que puse en todos los
acontecimientos en los que participe, desde que me inicie en la
milicia en la guerra de la Triple Alianza, para que mis nietos y
aquellos a los que le pudiera llegar a interesarle, la historia
del país en los momentos que tuve participación,
sepan lo que hice por Santiago del Estero a la le entregue las
mejores horas de mi existencia.

Seguramente, al evocar tantos hechos históricos
que me tocaron vivir, ayudara a que me comprendan y en alguna
medida participen por un instante de las pasiones y principios
que guiaron mi vida mis ilusiones mis luchas y la visión
que los hombres de mi generación – que dirigían el
país, y con los que me identifique ideológicamente
– tenían de nuestro país

Estos recuerdos servirán para que conozcan los
esfuerzos y sacrificios que desinteresadamente hice con el fin de
ayudar a los prohombres con los que me identifique hicieron para
fundar y organizar la Nación.

Quiero dejar aclarado para aquellos que lean estas
líneas mas allá de las discrepancias que pudieran
tener con mi forma de accionar y de pensar, es que todo lo hice,
guiado por el, enorme amor a la tierra en que
nací

Mi familia

Según me contó mi madre, por la que guardo
un cariñoso afecto, y respeto, pues sin su sacrificio,
esfuerzo y dedicación no hubiera llegado a donde llegue ni
a ocupar los cargos que ocupe.

Nací en Buenos Aires, un 20 de noviembre de 1851,
lamentablemente en esa época en que no había
Registro Civil y los nacimientos se anotaban en los libros de
bautismo de las iglesias, y parece que mis padres no me anotaron
a tiempo; me trajo muchos inconvenientes con mis documentos
personales, sobre todo con el Ejército.

En el año de mi nacimiento comenzaron a ocurrir
acontecimientos que producirían transformaciones profundas
en el escenario político de la Republica.

El primero de mayo de ese año el Gobernador de la
provincia de Entre Ríos el General Justo José de
Urquiza notifica al ministro de Relaciones Exteriores del
Brigadier General DN. Juan Manuel de Rosas que su provincia le
retira el acuerdo para dirigir la Relaciones Exteriores,
reasumiendo sus funciones hasta que se sancione la
Constitución Nacional.

Un día después de mi nacimiento, el 21 de
noviembre, Urquiza y sus aliados firman un nuevo tratado, en el
cual se habla de terminar Don Juan Manuel de Rosas

Comienza así a formarse el Ejército, con
que el General Urquiza enfrentara a las fuerzas que defienden al
Brigadier.

Brasil, contribuye con una cantidad de hombres bastante
apreciable, 3000. El mando lo tendrá Urquiza.

Además adelanta fondo9s para poder llevar
adelante la campaña, que serán restituidos al
prestador, con un interés del 6 % anual.

Se forma así una fuerza importante y se las
denomina Ejercito Grande, este estaba compuesto de la siguiente
manera:

24.000 argentinos; 4.000; brasileros y 2.000
uruguayos.

El encuentro tiene lugar en los campos de Caseros y el
final ya lo conocemos.

Siguiendo con la historia de mi familia, contare lo
siguiente

Mi abuelo – medico – nacido en Sevilla llego
a estas tierras y se afinco en Montevideo, mi padre, nació
también en Montevideo y en 1843 se recibió de
abogado en la Facultad de Derecho en la Universidad de Buenos
aires, con brillantes calificaciones.

Su tesis doctoral trata sobre "abolición de
las penas arbitrarias en defecto de plena prueba contra el
acusado".

Por su estudio jurídico, pasaron relevantes
figuras del quehacer nacional, teniendo una brillante carrera
como abogado, pero su pasión era otra la guitarra, realizo
estudios con el maestro italiano Mazzini, llegando a ser un
eximio ejecutante de ese instrumento.

Conoce así, a varios cultores de ese instrumento,
que tuvieron también relevante actuación
política, citaremos como ejemplo a Esteban
Echeverria.

Llegando a la culminación de su carrera
artística, término de redactar a un método
para al aprendizaje de la guitarra.

Cumpliendo una misión, diplomática en
Europa, donde había viajado también en busca de
salud, conocido y trabo una profunda amistad con el doctor Juan
bautista Alberdi, cuando falleció –mi padre –
mi madrastra le envío una fotografía de mi
padre.

En Europa, brinda un concierto de guitarra a la reina
Victoria de Inglaterra quien impresionada por el virtuosismo le
obsequia una guitarra.

Otra de las facetas de la actividad de mi padre, es que
fue miembro de la Masonería Argentina, desde 1856, al
constituirse el Supremo Consejo Grado 33 para la Republica
argentina.

En 1856, fue uno de los miembros fundadores y su primer
Gran Secretario hasta el año 1861, cuando renuncia por
razones de salud y a raíz de mencionado viaje a
Europa.

El 21 de agosto de 1853, fallece en Paris, mientras
desempeñaba su misión diplomática encargada
por el presidente Derqui.

Que distintos fuimos….!!!!!!

Aunque mi vida guarda similitud con la de mi padre,
el peregrino por Europa haciendo conocer la Republica, yo
peregrine por la Republica haciendo conocer y afianzar la
Constitución y las Leyes….!!!!

Mis padres, estaban separados y mi padre contrae nuevo
matrimonio, cuando este fallece mi madrastra dado la
prohibición de traer cadáveres, lo hace embalsamar
y lo embala como si fuera un piano, y así mi padre puede
descansar en su tierra. Al abrirse la sucesión mi madre se
presenta en la misma, en nombre de mi hermano y mío, y a
en ese momento me entero que no tenia filiación, pues mi
padre no me había reconocido, al ser hijos naturales; mi
hermano Luis si, dado que había sido inscripto en el libro
de bautismo de blancos de la Catedral, mi madres siguió
adelante con los tramites y papeleríos que debió
presentar y luego de arduos tramites se dicto la declaratoria de
herederos, y nos adjudicaron una casita que estaba ubicada en el
partido de San Justo,

Mi carrera
militar

En el año de 1865, estábamos
próximos al estallido de la guerra contra el Paraguay
finalmente, vendimos la casa y con el producto de la misma
pagamos algunas deudas y compre el armamento para ir a pelear
contra el Paraguay, una de las causas de esa sangrienta guerra
fue la pretensión del Brasil de tener una salida al
Río de la Plata, además la República
Argentina, había contraído compromisos
después de Caseros, nos lleva irremediablemente al
enfrentamiento.

Fue una guerra dura y sangrienta, donde en la tierra
Paraguaya quedaron mucho de los mejores jóvenes de la
Argentina. Fuimos a la guerra con ánimo alegre animados
por las palabras del presidente Mitre en 15 días a los
cuarteles, en 15 días en campaña y en tres meses en
Asunción. Duro 5 años y la República del
Paraguay, quedo diezmada

En 1865, estaba construyendo un modesto intento por
conformar un capitalismo de estado[2]

Con referencia a esa guerra el amigo de mi padre Juan
Bautista Alberdi, dijo de esta guerra

Todo el provecho de esta guerra es para el
Brasil; toda la perdida, Todo el deshonor, para la
República Argentina….Para la historia será
la guerra del deshonor, los más elevados figurones se ven
constituidos, por la plata, en instrumentos del Brasil, para la
obra nefanda de despedazar la República
Argentina.

La guerra contra el Paraguay es llevada contra su
propia raza, su pueblo, su familia….en favor del pueblo
portugués que en 1817, cuando San Martín escalaba
los Andes para defender la libertad de la Patria en Chile,
incendiaba, saqueaba y convertía en escombros 20 pueblos
argentinos, que hoy serian el florón de la provincia de
Corrientes si existiesen[3]

(Carta de Alberdi a Terrero, Paris 7 de Junio de
1865)

Ahora pasados los años, considero y
después de meditar largamente, considero a esa guerra, que
duro cinco largos años y donde se libraron sangrientas
batallas injusta y dolorosa pero yo ya me había
consustanciado con la forma de pensar y actuar de los hombres de
Buenos Aires, sobre todo con el pensamiento del presidente en
esos momentos don, Bartolomé Mitre esa línea la
mantuve durante todos estos años de mi vida, como
así también adherí a lo que Sarmiento llamo
civilización.

Los sucesores de Mitre en la presidencia fueron
Sarmiento y Avellaneda, ambos continuaron con la tarea iniciada
por Mitre, de organizar el Estado.

Ambos, presidentes a su debido momento continuaron con
la tarea de extender los límites geográficos
disponibles para el hombre blanco y entonces avanzaron sobre el
territorio propiedad de los pueblos originarios…

"Quinientos años atrás, cuando
españoles y portugueses conquistaron ese vasto territorio,
se produjo el choque violento de las Monarquías Cristianas
de Europa con las culturas de América, que en algunas
casos eran pueblos muy primitivos y hasta
caníbales.

Las cartas que los conquistadores escribieron hablaban
de ciudades de oro puro donde los niños jugaban con
diamante, de fuentes de eterna juventud, de seres
mitológicos con un solo ojo en el medio de la frente y de
un pie más grande que podían levantarlo por encima
de la cabeza para darse sombra la hora de la siesta. Esos hombres
que vinieron tras las huellas de Cristóbal Colon fueron
los responsables de uno de los peores genocidios de la historia.
Millones de indígenas murieron a causa de las enfermedades
de los europeos, miles prefirieron el suicidio a la esclavitud,
pueblos enteros fueron borrados de la faz de la
[4]tierra"…

Nota del autor, creo que esta cita no le hubiera gustado
al Coronel

Los dueños de la tierra defendían su
terruño, con las armas que tenían a su alcance y
los malones asolaban la tierra llevándose cautivos y por
supuesto no dejaban avanzar la colonización, con el fin de
impedir el paso del malón el ministro de guerra Adolfo
Alsina cree que se puede resolver la situación
construyendo una zanja – que llevo su nombre –pero
fracaso en el intento, dado que continuamente era traspasada y
los indios se llevaban el ganado y los cautivos.

Así llegamos al año 1876, año en
que el Presidente Avellaneda promulga la ley de
Colonización y a partir de ese momento oleadas de
inmigrantes comenzaron a desembarcar. Lentamente la
fisonomía del país

La Gran Guerra

Siendo un niño, aun, me entusiasmo la proclama
del Presidente Mitre, que esta citada más arriba, y me
aliste, como toda la juventud de ese tiempo, y después de
un breve entrenamiento partí para esas tierras llenas de
vegetación y pantanos y que le costó al país
más de quinientos millones de pesos y cincuenta mil
muertos. [5]

Con los restos del Ejercito que le quedaba, Francisco
Solano López y su mujer y sus hijos en 1870 llego a Cerro
Cora, – batalla en la que intervine –

Volviendo un poco atrás, diré que desde
que llegue al Paraguay y aun estando en el periodo de
instrucción intervine en todas las batallas que se
libraron. La primera en que estuve fue en la batalla de Tuyu ti
me referiré brevemente a esa batalla dado que fue mi
primera. El 24 de marzo de 1866 el general paraguayo,
López decide adelantarse a la inminente ofensiva aliada, y
dar una batalla por sorpresa y el considera que esta puede ser
una batalla decisiva para lo cual cuenta con 22.000, hombres, que
avanzaran divididos en cuatro agrupaciones a las ordenes de los
Generales Barrios y Resquin, del coronel Díaz y del
comandante Marco.

Los 33.000, hombres que formaban en el ejército
aliado estaban en su posición de Tuyu ti. La primera en
atacar fue la agrupación Díaz que logro un
éxito inicial, sobre los batallones orientales que se le
oponían para posteriormente ser contenida por los
batallones brasileños y una imponente batería de 23
piezas de artillería. La segunda agrupación, a las
ordenes de Marcó, intento tres ataques sucesivos, siendo
rechazada con pérdidas de vidas una y otra vez.

La tercera agrupación a las órdenes del
general Resquin, obligo a retroceder a los escuadrones argentinos
que se le oponían, pero dio luego de lleno sobre la
infantería, que prácticamente aniquilo sus
efectivos. Por fin, la agrupación comandada por Barrios,
ataco con considerable

Retraso, siendo a su vez rechazada.

La batalla fue muy sangrienta Los paraguayos perdieron
6.000 hombres, muertos, 7.000 heridos y casi 400 prisioneros,
casi todos heridos.

Los aliados perdieron más de 4.000 hombres entre
muertos y heridos[6]

Estábamos reponiéndonos de esta tremenda
batalla, cuando se decide atacar las trincheras Curupay
ti

Estas fortificaciones eran inexpugnables, si antes no se
efectuaba un trabajo de ablandamiento, por un bombardeo naval, el
almirante Tamandare, jefe de la flota aliada toma esta tarea a su
cargo bombardeando durante más de 4 horas las trincheras
pero sin resultados positivos.

A las 12 A.M. se dio la orden de ataque a las fuerzas
terrestres que estaban constituidas por los cuerpos 1 y 2 del
Ejército Argentino, y están comandados por los
generales Wenceslao Paunero y Emilio Mitre,
respectivamente.

Meses después, las tropas que componían el
2 cuerpo, actuando bajo las órdenes del general marques de
Porto Alegre. El grueso de las tropas eran comandadas por el
general Mitre.

No voy a comentar los pormenores de esta batalla; solo
diré que cayeron entre muertos y heridos 2-050 hombres
(40% de los efectivos) que podemos dividir en 1.9s0
brasileños (20%) de las tropas combatientes. Mientras que
los paraguayos tuvieron nada más que un centenar de
bajas.

Después de esta digresión sobre alguna de
las batallas en que intervine retomo el relato de cuando llegue
al Paraguay, siendo niño aun. Recibidos mis despachos de
subteniente que me fueron entregados por el general Mitre,
comencé mis tareas y me puse al f rente de una milicia,
que había sido reclutada por la fuerza y estaba integrada
por hombres de las provincias, que estaban en contra de la guerra
en casi toda su mayoría, hombres maduros, algunos con
frondosos prontuarios, que me doblaban en edad y algunos en
experiencia militar. Nunca vacile en ponerme al frente de mis
soldados, no solo en las más encarnizadas batallas sino en
las peligrosas descubiertas que realizábamos en
búsqueda de las fuerzas enemigas

Toda esta actividad hizo que fuera ponderando el don de
mando y a la vez me significo ganar el respeto y la
consideración de esos rudos hombres.

Estos tiempos duros fueron moldeando mi ánimo y
mis aptitudes para el mando, aptitud necesaria

Para poder solo en los campos de batalla, donde hay poco
que decir y si mucho por hacer, y me fui útil, para
ejercer los cargos que desempeñe a través de mi
vida pública.

Volviendo a la guerra, desde el campamento de Tuyu ti,
como integrante Noveno Batallón de
Infantería

Emprendí la marcha hasta Tuyu-Cue, donde el
día 17-02-1867 se libra una sangrienta batalla; para
llegar hasta el lugar donde se libro la batalla, debí
realizar una larga travesía interviniendo en varios
combates que se sucedían durante las descubiertas y
reconocimientos de los servicios de avanzada, de los cuales
formaba parte. La lucha se libro cuerpo a cuerpo los resultados
no fueron muy claros, al retirarse los paraguayos quedan
más o menos 50 hombres por bando.

A fines de mayo de 1868, recibí los despachos de
Teniente Segundo después de la batalla de Tuyu ti, que se
había librado el 4 de mayo, el día 2 de ese mes las
fuerzas de la Triple Alianza, se enfrentaron a los paraguayos en
Estero Bellaco, la fuerza enemiga estaba compuesta por alrededor
de 5000 hombres y nos ataca por sorpresa a la vanguardia aliada.
Esta acción de sorpresa tuvo un resultado negativo para
las tropas aliadas, si bien las perdidas se consideraron
equilibradas, podemos decir que las mayores fueron de los
aliados, [7]

La otra batalla de ese mes de mayo de 1868, antes de
ganarme los galones, de Teniente Segundo, intervine en otra
batalla, Tuyuti, este encuentro tuvo lugar, el general
López decide adelantarse a la inminente ofensiva aliada
decide dar por sorpresa una batalla que considera sorpresiva,
cuenta con 22000, hombres, que divide en 4 agrupaciones a ordenes
de los generales Barrios y Resquin, del Coronel Díaz y del
Comandante Marco.

33.000, hombres componían, las fuerzas aliadas,
destacadas en Tuyuti.

La batalla fue muy sangrienta; los paraguayos perdieron
6000, muertos, 7000 heridos y casi 400 prisioneros. Los aliados
tuvieron más de 4000 bajas entre muertos y
heridos.[8]

El año 1869, me encontró acantonado en la
frontera sur, allí estuvimos desde marzo hasta julio de
ese año, en que nos pusimos en marcha hacia la provincia
de Corrientes donde había estallado una
revolución

Sofocada la rebelión que había estallado
en Corrientes volvimos al Paraguay, en que intervine en los
combates de Sierra Azcurra, allí el Mariscal López
trato de establecer una ultima línea de defensa
fortificándose en las Sierras de Azcurra. Nosotros,
atacamos la posición y tras sangrientos combates tomamos
dicha fortificación, quiero citar el valor manifestado por
la segunda división argentina al mando del coronel Luis
María Campos. Este combate tuvo lugar el 14 de agosto de
1869.

Después de este combate emprendimos la marcha
hasta el campamento de Tacural, cuando llegábamos a
Caraguatay, la vanguardia aliada al mando del General Emilio
Mitre, dio alcance al Mariscal López, a la vera de los
montes del mismo nombre (Caraguatay), y después de un
combate le toma los cañones causándole numerosas
bajas.

Tuve algunas marchas mas y las hice bajo el mando del
General Gastón de Orleans, Conde D" Eu, yerno del
Emperador del Brasil, llegando hasta Carapari, intervine
así en varios combates y descubiertas de reconocimiento,
mientras perseguíamos al diezmado ejercito
Paraguayo.

Después de 5 largos y dolorosos años la
guerra llegaba a su fin permanecimos acantonados en el Paraguay
hasta la conclusión definitiva de la guerra, en el
ínterin estuvo mi batallón destina a guarnecer a la
villa llamada Villa del Rosario ubicada al norte del país
y en 1870, cuidamos Villa

Bergés.

La guerra terminó —en el
combate de Cerro Corá— con una derrota total de
Paraguay, que conllevó incluso un desastre
demográfico: la población del país,
aproximadamente 1.525.000 personas antes de la guerra, fue
reducida a unos 221.000 luego de ella (1871), de los que
solamente unos 28.000 eran hombres. Según otras fuentes,
murieron cinco sextas partes de su población. Algunos
historiadores, ajustan estas cifras a 1.300.000 habitantes antes
de la guerra, quedando reducida a 300.000 después de la
misma, la mayoría sólo niños y mujeres
Paraguay perdió gran parte de su territorio
(169.174 km²) y fue obligado a pagar una abultada
indemnización de guerra: el préstamo de 200.000
£ recibido de Inglaterra debió saldarse con
refinanciaciones llevando la suma a 3.220.000 £.

De vuelta a la
Patria

Estábamos acantonados en el Paraguay, esperando
la desmovilización, cunado una noticia nos
conmovió, habían asesinado en su casa frente a su
mujer e hijas al General Justo José de Urquiza.

Faustino Valentín Sarmiento, nace el 15 de
febrero de 1811, fue bautizado ese mismo día en la iglesia
catedral de San Juan, con ese nombre elegido por su padre, pero
la familia de madre doña Paula Albarracín, tuvo una
especial devoción por Santo Domingo, esto pudo mas que los
deseos de su padre y

todos comenzaron a llamarlo
Domingo,[9]

El 12 de octubre de 1868, presto juramento como
presidente de la nación. En abril del año 1870, fue
asesinado el general Urquiza, por una partida de 50 hombres a
cuyo frente se encontraba Luengo, llegó con caballos y
redujo la guardia. Urquiza intentó defenderse con un
fusil, pero fue herido de un tiro en la cabeza y rematado con 5
puñaladas, frente a su mujer y dos de sus hijas, con el
cayeron dos de sus hijos.

El asesinato le fue cargado y después comprobado
a Ricardo López Jordan, sobrino del Supremo

Entrerriano Francisco Ramírez (Pancho)

Ricardo Ramón López Jordán (h) (n.
Paysandú, Rep. O. del Uruguay, 1822 – m. Buenos
Aires, 1889) fue un militar y político argentino, uno de
los últimos caudillos influyentes en la política de
su país. Se rebeló en tres ocasiones contra el
gobierno de Buenos Aires, siendo derrotado en todos sus
intentos.

Ricardo López Jordán fue un colaborador de
Urquiza en el gobierno de Entre Ríos y durante la
presidencia de éste en Paraná, capital de la
Confederación Argentina. Cuando Urquiza se retiró
de la Batalla de Pavón el 17 de septiembre de 1861,
López Jordán no perdonó la acción de
su jefe, quien había pactado con el porteño
Bartolomé Mitre y posibilitó el triunfo de Buenos
Aires y la disolución de la
Confederación.[10]

En esos momentos yo contaba con 19 años, y
mientras estábamos acantonados en Concordia, El presidente
Sarmiento decide que el Ejército intervenga, ocupando la
provincia. Así estalla la primera rebelión de
Ricardo López Jordan que inmediatamente le hace frente al
Ejército, siendo mi Batallón desplazado para tratar
de sofocar la rebelión, que fuera comandado por los
Generales Emilio Mitre; Ignacio Rivas, Juan Gelly y Obes y
José Manuel Arredondo, los mejores Generales de la Guerra
de la Triple Alianza. Intervine en varias batallas enfrentando al
caudillo.

El año 1872, me encuentra acantonado en Entre
Ríos, estaba al mando de la Compañía de
Cazadores, por ese motivo acompañe al pagador Benito
Martínez que tenia como misión pagar los sueldos a
la Guardia Nacional, al llegar a Corrientes recibo la orden de
detener al coronel Insaurralde que con tropas bajo su mando trato
de insubordinarse contra el gobierno nacional.

Estuvimos acantonados con mi batallón en
Concordia hasta el año 1873, el 30 de octubre me
ascendieron a capitán, regreso a Buenos Aires, a fines de
ese año 1873, y tuvimos que regresar en el año
1874, al estallar una nueva rebelión de López
Jordan.

Entre los combates librados, voy a referirme a dos que
fueron fundamentales para el triunfo del ejército
nacional, comandadas por Octavio Olascoaga, y Aquiles
González. El de las Puntas de Ayui, y la que yo creo
decisiva. Don Gonzalo

La de las Puntas de Ayui, tuvo lugar el 13 de mayo de
1873, en esta batalla las fuerzas de Caballería comandada
por Octavio Olascoaga, y Aquiles Gonzáles, le dan alcance
a unos 700 jordanistas a las órdenes de Mariano Querencio.
En un breve combate los jordanistas huyen dejando en el campo de
batalla más de 30 muertos y heridos y 11
prisioneros[11]

La otra batalla fue la de Don Gonzalo, que tuvo lugar el
9 de diciembre de 1873, al perder esta batalla termina la
rebelión de López Jordan, el comandante en jefe de
las fuerzas de campaña, era el coronel Martín de
Gainza que en esos momentos era ministro de guerra, la noche
anterior hizo cruzar el arroyo Alcaraz, con miras a librar la
batalla decisiva.

A las 15 horas después de un prolongado duelo de
artillería, los jordanistas intentaron un movimiento
envolvente, siendo rechazados por las fuerzas nacionales que
pasaron al ataque. Durante dos días la derecha rebelde
logro sostenerse un tiempo mas, cediendo finalmente. López
Jordan perdió 600 hombres de los cuales 300 murieron
ahogados durante la retirada, al cruzar el arroyo Don Gonzalo,
además quedaban en manos de las fuerzas nacionales 250
prisioneros, toda la artillería, 500 fusiles, 100
carabinas y Toto el convoy que acompañaba a los
rebeldes[12]

En 1876, López Jordan vuelve a sublevarse el 27
de noviembre con una pequeña escolta de 24 hombres
López Jordan vuelve a invadir Entre Ríos, y se
enfrenta con un escuadrón de 100 hombres, enviado por el
coronel Arias los rebeldes los rechazan y pueden entonces
adentrarse al interior de la provincia y logran enrolar mas de
800 hombres.

El 7 de diciembre de ese año, el coronel Juan
Ayala, al mando de fuerzas leales ataca por sorpresa a las
fuerzas jordanistas en la localidad de Alcaracito, López
Jordan, con sus pocos y empobrecidos efectivos no puede intentar
resistencia alguna y se retira. Esta victoria de las fuerzas
nacionales, pone fin definitivamente a la rebelión de
López Jordan, al Coronel Ayala, su ascenso a General.
López Jordan fue apresado días mas tarde en
Corrientes, para luego ser trasladado a Rosario desde donde fugo
refugiándose en Uruguay[13]

Además de combatir en esta ultima batalla,
anteriormente había intervenido en varios combates menores
y mas tarde libre la batalla de Chajari.

En 1874, más precisamente el 24 de septiembre
estalla la rebelión que encabeza Mitre, que declaró
fraudulento el acto eleccionario por la sucesión
presidencial, fue apoyado en la región de Cuyo por el
general Arredondo. Las fuerzas de Julio A. Roca sofocaron
aquí la rebelión. Aclaro que Sarmiento terminaba su
periodo presidencial, respondiendo ordenes del gobierno nacional
no dirigimos hacia ese lugar a fin de contribuir a solucionar el
conflicto, en esos momento yo era capitán, llegados al
mismo nos pusimos a las ordenes del general Julio A. Roca, que en
esos momentos solo contaba con 600 hombres.

El 29 de octubre de ese año, el general
Arredondo, que se había sublevado a favor de Mitre, con
tropas de la guarnición de Villa Mercedes, se dirige a
marcha forzada a Río Cuarto con el objetivo de batir a las
fuerzas leales, acantonadas allí bajo las ordenes del
coronel Julio A. Roca. El golpe cae en el vacío, pues
Roca, estando en inferioridad de condiciones, por los escasos
efectivos que poseía, se retira. Entonces la ciudad de
Córdoba, es ocupada por Arredondo y el 29 de octubre libra
la batalla a las tropas leales que estaban mando del coronel,
Amaro Catalán.

Los insurgentes cuentan con 2.500 hombres contra 2.000
de los leales, la acción se desarrolla en Santa Rosa a 75
kilómetros de la ciudad de Mendoza. Arredondo tiene
éxito en el intento de desequilibrar el ala sur mendocina,
luego de unas horas de combate las fuerzas de Catalán se
dispersan dejando en el campo de batalla a su jefe que
había fallecido a causa de las heridas
recibidas.

Previa a esta batalla y recién llegados y
haciendo una descubierta tuve un encuentro cuando me tope con un
atrincheramiento enemigo.[14]

No paso mucho tiempo hasta que tuvimos otro
encontronazo, el 26 de noviembre libramos la batalla de La Verde,
las fuerzas que comandaba Mitre eran sensiblemente superiores en
numero

El coronel Arias comandaba las tropas leales. Pese a los
esfuerzos de los mitritas, se impone el superior poder y la mejor
disciplina de las tropas leales, que estaban comandadas por los
coroneles Julio y Luis María Campos. Mitre dio la orden de
retirada en la acción perdió 300 hombres entre los
cuales se contaba el coronel Francisco Borges, que había
conducido el asalto.

Después de esta batalla, y por mi comportamiento
en la misma, fui ascendido en el campo de batalla a Sargento
Mayor Graduado, me dieron los despachos el 18 de diciembre de
1874.

Desde esos parajes iniciamos la marcha hacia Santiago
del Estero, provincia esta que siempre fue difícil de
gobernar. No sabia al comenzar este camino que me dirigía
lentamente hacia mí destino y que en esa provincia a la
que tanto quise y di dejaría años después
una familia y que mis huesos terminarían descansando en la
tierra que vislumbre promisoria.

Cuando llegue con mis tropas, la riqueza con que la
naturaleza doto el lugar, estaba en su apogeo. Santiago es una
extensa planicie, clavada en el centro de la Republica, con un
clima templado y sus dos ríos que desde siempre han
contribuido a llevar vida a los primitivos habitantes como
así también la destrucción y la pobreza dado
sus feroces crecidas; uno de ellos desciende del Aconquija y el
otro de las sierras de Salta. Este bucólico panorama fue
moldeando el carácter manso pero indomable de su gente,
ellos seguían el ritmo de sus crecientes como si fueran
descendientes de los antiguos pueblos de la Mesopotamia y los
antiguos Antepasados egipcios le hubiesen enseñado el
arcano profundo del manejo de los ríos y el tiempo de las
cosechas.

Santiago del Estero, como decimos siempre fue una
provincia difícil, y le resultaba dificultoso mantener la
paz política y social, que permanentemente se veía
alterada.

Entrando un poco en la situación política
de mis tiempo me referiré a los hermanos Taboada, Manuel y
Antonino, fueron grandes caudillos santiagueños, que
habían servido a Urquiza, en primer lugar y a Mitre
después, su influencia en las provincias del norte era muy
importante, amenazaron a Sarmiento, con provocar un levantamiento
armado en toda su zona de influencia pues con la llegada de
Domingo Faustino Sarmiento al gobierno nacional deja a los
Taboada en la oposición, y encontraron serios problemas
con el presidente. En 1871 derrocó a un tal Montes, que
tras haber sido nombrado gobernador por Manuel Taboada,
había pretendido gobernar por sí mismo.
Derrotó en la batalla de Carro de Medina al coronel
Urquiza, en julio, además llegan a Santiago los ecos del
enfrentamiento entre Sarmiento y Mitre, dado que ambos
mantenían diferentes criterios para llevar adelante el
desarrollo del país. Cuando los Taboada, amenazaron a
Sarmiento, con el levantamiento, este no se amilano, les
envío una nota diciéndoles que mandaría
tropas nacionales para reducirlos y así llegue a
Santiago.

En el ínterin se produce la sucesión
presidencial y Nicolás Avellaneda, sucede a
Sarmiento

Al reunirse la legislatura santiagueña y elegir
gobernador al doctor Octavio Gondra en reemplazo de Absalon
Ibarra, aliado de los Taboada. Gondra, era amigo de los Taboada y
de Nicolás Avellaneda, flamante presidente. A pesar de la
amistad que los unía al presidente, este y su ministro de
guerra Adolfo Alsina amenazan constantemente con intervenir
Santiago si no se aquietaban las aguas.

Ante la gravedad de los hechos, el Gobierno Nacional
decide enviar dos batallones del Ejercito Nacional, con el fin de
resguardar el orden e imponer la paz interior.

Dadas así las cosas, el 25 de febrero de 1878,
entro en Santiago del Estero al mando de dos batallones. El
regimiento 9 de infantería de línea y el 6 de
caballería, si bien estos regimientos estaban bajo el
mando del coronel Octavio Olascoaga, al llegar a Santiago yo
estaba al mando, por ser el oficial de mayor graduación en
esos momentos y porque el coronel Olascoaga, por inconvenientes
personales no pudo seguir con nosotros, y regreso a la
capital.

Ni bien arribamos a Santiago del Estero, el gobierno
provincial me nombra inmediatamente Comisario General, con el
encargo de asegurar el orden y la libertad en los próximos
comicios. Queda bajo mi responsabilidad, la tarea de sofocar la
rebelión encabezada por el general Antonino Taboada,
asimismo el gobernador Gregorio Santillán me designa Jefe
de la Guardia Nacional de Santiago del Estero.

Lentamente se venia preparando una crisis institucional
que se precipita en esos días, en que estábamos
acomodando.

Al hacerme cargo de las fuerzas que reprimieron a los
subversivos tome plena conciencian que los habitantes del
interior de Santiago eran leales a los hermanos Taboada y ante
las fuerzas nacionales invasoras se iba gestando lo que
después se tradujo en una feroz resistencia.

Es así que las tropas por mi comandada y los
rebeldes se libraron varios combates. Cito los de la Banda y
donde las fuerzas a mi mando fueron derrotadas. Tusca
Pozo.

En Tusca Pozo, nos trenzamos en un reñido
combate; las montoneras que repondián a los hermanos
Taboada, nos encerraron y cuando nos quedaban unos pocos tiros y
en esos momentos era muy difíciles para sostenernos, las
fuerzas de los Taboada, emprendían la retirada hacia el
interior de la provincia, dirigiéndose principalmente
hacia el Departamento Copo, para hacerles frente envíe al
Regimiento 6 de Caballería que fue derrotado. Entre los
detenidos por las montoneras se encontraba un sujeto de apellido
Ventura Bravo, que había sido comisionado para que
gestionara ante el Gobernador la posibilidad de que nuestras
fuerzas no persiguieran más a la gente del pueblo y
así pudiesen volver a sus casas. Recomendé como
jefe militar que así se hiciera.

En esos momentos duros para nuestras fuerzas llego en
ayuda, el regimiento 12 de Caballería desde Jujuy, al
mando del Teniente Coronel Policinio Pérez Millán.
Con esa ayuda nos enfrentamos en el Tableado, allí
vencimos a Telésforo Coria; algunos caudillos menores,
seguidores de los Taboada, intentaron seguir la lucha sin el
apoyo de sus líderes; pero el Ejército Nacional los
persiguió por toda la provincia, derrotándolos en
una serie de encuentros menores. La última resistencia fue
vencida en junio de 1875. luego nos volvimos a enfrenta frente a
la costa del río Dulce frente a la capital allí
volvimos a vencer a Telefosro Coria y Segundo Urrejola

Habíamos llegado a Santiago del Estero con una
orden del Presidente de la Nación, – imponer orden y
disciplina – en la provincia rebelde, teníamos orden
de apoyar a los enemigos de los hermanos Taboada y así lo
hicimos. Allí empecé a conocer el arte de la
política y a comprenderlo, cosa que me costo.

Los opositores a los Taboada, ahora oficialistas,
llegados al gobierno desataron una feroz represalia amparados por
nuestras fuerzas, fue tal la venganza contra los enemigos que
llegaron a azotar en el cepo a notables Taboadistas, el General
Antonino Taboada, fuga hacia los montes
salteños.

Tiempo después derrotado y empobrecido se refugia
en Tucumán donde muere el 4 de marzo de 1883, en una
extrema miseria, su hermano Gaspar corre la misma suerte primero
se refugia en Catamarca y luego pasa a Tucumán, donde
muere en 1890, así desaparecen los sobrinos de Felipe
Ibarra, fundador de la Santiagueñidad.

En el año 1876, Santiago del Estero, se
encontraba pacificado, con sus autoridades naturales vigentes,
gracias al Ejercito Nacional, el gobernador hace llegar a la
legislatura el siguiente informe además agradeciendo a las
fuerzas que hicieron el esfuerzo para restablecer la paz
interna.

PAZ INTERNA:

"Desde marzo de este año, (1875), hasta la
fecha parece inconmovible el orden y la paz asegurada a costa de
tantos sacrificios…

….La base mas sólida que reconoce para
haber alcanzado este orden de cosas, es, la permanencia del
Batallón "9 de línea" al que en justicia debe
hacerle la honra que merece reconocimiento que ha mantenido en la
orbita que Traza la Constitución Nacional al Ejercito de
Línea, respetando los fueros de la autoridad provincial y
salvando la autonomía de este Estado Federal, seriamente
comprometida por el espíritu de
rebelión"

Esto que dijo el Gobernador me trajo a la memoria lo que
alguna vez dijera el gran General Simon Bolívar

"…Compatriotas, no es el despotismo militar el
que puede hacer la felicidad de un pueblo, ni el mando que
ostento puede convertir jamás sino temporariamente a la
República. Un soldado feliz no adquiere ningún
derecho para mandar a su patria. Os suplico, me eximáis de
una carga superior a mis fuerzas. Elegid un gobierno justo y
contad con que las armas que han salvado a la republica
protegerán siempre la libertad y la gloria nacional de
Venezuela"[15]

Tiempo después pedí la baja y me entregue
de lleno al quehacer civil.

La provincia estaba pacificada, y pude dedicarme mas a
la vida social, así es que conocí a una niña
santiagueña con la que contraje matrimonio se llamaba
Salome Alfaro, y tuvimos 17 hijos.

En junio de 1877, fui ascendido a Sargento Mayor
Efectivo y nombrado segundo jefe del Batallón Noveno de
Infantería.

Lentamente la civilización se iba extendiendo a
los límites periféricos de la Republica y se
comenzaba a comprender el valor casi infinito de las bondades de
los frutos de la tierra. Santiago del Estero no podía
estar ajeno a este hecho, tenía además de sus
tierras la riqueza del quebracho, debía por lo tanto
asegurar la frontera e impedir que el indio avasallase el
progreso que iba consiguiendo la Republica.

Partes: 1, 2

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