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La leptospirosis y su relación con salud comunitaria e higiene ambiental




Enviado por Hugo Colado González



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Referencias
    bibliográficas

Resumen

La leptospirosis es una enfermedad febril aguda, su
agente causal es una bacteria del género
Leptospira, que afecta al ser humano y a numerosas
especies animales, que son reservorio y fuente de
infección para el hombre; afecta a millones de personas en
el mundo, se considera una enfermedad desatendida, reemergente
que aqueja por igual a los habitantes de ambientes rurales y
urbanos, en países en desarrollo y en los
industrializados, por lo que se considera de distribución
mundial. En América Latina y el Caribe, se presenta en
casos esporádicos o en brotes epidémicos, asociados
a catástrofes atmosféricas, naturales o
desequilibrios ambientales que aumentan el riesgo de brotes de la
enfermedad, debido al aumento de la población de roedores
y del terreno propicio para la sobrevida de la bacteria. En Cuba
ha presentado actualmente una tendencia descendente que se ve
periódicamente amenazada por la aparición de
situaciones epidémicas en sus distintas regiones
geográficas. A pesar de las campañas de
educación para la salud y lo divulgado acerca de la
leptospirosis se constata que existen carencias en el
conocimiento de esta enfermedad en la población, por lo
que el objetivo del trabajo es divulgar el conocimiento y
prevención de la leptospirosis, lo que
proporcionará herramientas para la identificación y
prevención de la infección por Leptospira
pues las medidas de salud pública requieren la
acción participativa comunitaria en el accionar contra la
enfermedad.

Palabras claves: Leptospira,
leptospirosis

Introducción

La leptospirosis humana afecta a millones de personas en
el mundo, se considera una enfermedad desatendida, reemergente
que aqueja a los habitantes de ambientes rurales y urbanos, en
países en desarrollo y en los industrializados por lo que
se considera de distribución
mundial1,2.

Es más frecuente en regiones de clima subtropical
y tropical húmedo. En países con grandes
precipitaciones tiene una alta prevalencia. En climas templados
es un problema de salud ocupacional que afecta mayormente a
trabajadores de arrozales, granjeros, mineros, criadores de
animales, veterinarios, trabajadores de mataderos y personas que
están en contacto con alcantarillas. Existe riesgo para
los bañistas, deportistas y excursionistas que acampan o
se bañan en lugares no aptos3. Las situaciones de
conmoción interna, terremotos, aluviones, períodos
de lluvias intensas u otros desastres aumentan el riesgo de
brotes de la enfermedad, debido al aumento de la población
de roedores y del terreno propicio para la sobrevida de la
bacteria. En caso de epidemia, es necesario identificar las
probables fuentes de infección, como piscinas u otras
fuentes de aguas contaminadas, fuentes industriales u
ocupacionales, contacto del grupo de enfermos con animales, con
el fin de prevenir nuevas infecciones3.

En América Latina y el Caribe, la leptospirosis
se presenta en casos esporádicos o en brotes
epidémicos, asociados principalmente a catástrofes
atmosféricas, naturales o a desequilibrios ambientales. En
Cuba la leptospirosis humana durante los últimos
años ha presentado una tendencia descendente pero como
país tropical, se ve periódicamente amenazado por
la aparición de situaciones epidémicas atribuibles
a las diferentes serovariantes de leptospiras, en sus
distintas regiones geográficas1.

La leptospirosis es una enfermedad aguda y febril, de
difícil erradicación, que afecta a numerosas
especies animales, salvajes y domésticas, que son el
reservorio y la fuente de infección para el hombre2,3,4,5.
Los más afectados son los roedores salvajes, perros,
vacas, cerdos, caballos y ovejas2. En ellos la infección
es desde inaparente a severa y causa pérdidas
económicas importantes.

Los animales infectados eliminan las
leptospiras con la orina, contaminando terrenos y aguas
que constituyen la mayor fuente de infección; ellas pueden
permanecer durante largos períodos en sus túbulos
renales, siendo excretados con la orina sin estar el animal
enfermo; incluso perros inmunizados pueden excretar leptospiras
infecciosas en la orina durante largo tiempo2,3.

Por lo general el hombre es un huésped terminal.
La transmisión de persona a persona es sumamente
rara2.

Desarrollo

El agente causal de la leptospirosis es una bacteria
enrollada en forma de espiral o espiroqueta, del género
Leptospira, son células helicoidales flexibles,
que miden de 0,1 um de diámetro y 6 a 24 um de largo. Es
una bacteria aeróbica, que vive por largo tiempo en agua
fresca, estiércol, barro y en ambientes marinos, en
asociación con animales y seres humanos. Se conocen dos
tipos de Leptospira: L. interrogans,
patógena para el hombre y animales y L. biflexa,
que no provoca enfermedad2,3.

Morfología de las
espiroquetas3

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La enfermedad puede ser leve o mortal, especialmente
cuando compromete el hígado, los riñones o el
sistema nervioso. El primer caso humano de leptospirosis fue
descrito en 1886, como una enfermedad con ictericia severa y fue
referida como enfermedad de Weil. De ahí que a menudo se
utilice también este nombre, fundamentalmente durante la
segunda fase de la enfermedad, sin embargo, la enfermedad no
siempre se presenta con ictericia o complicaciones
orgánicas e incluso puede no presentar síntomas o
semejar una gripe.

La leptospirosis es catalogada como zoonosis, pues forma
parte del grupo de enfermedades que se transmite entre animales y
seres humanos. La Leptospira se asocia con animales
domésticos y silvestres, como cánidos, bovinos,
caprinos, porcinos, equinos, roedores y mamíferos marinos
(lobos de mar), entre otros. Existen algunos casos de
leptospirosis en gatos, aunque es una enfermedad rara en esos
animales.

La bacteria se transmite a través de la orina de
animales infectados, aunque puede encontrarse también en
otros fluidos corporales. Los animales infectados, generalmente
no presentan síntomas pero son capaces de eliminar las
bacterias a través de su orina. La Leptospira se
elimina rápidamente de todos los tejidos, excepto del
cerebro, los ojos y los riñones, donde sobrevive y se
multiplica para luego eliminarse a través de la orina. La
bacteria permanece en el huésped por semanas o meses y, en
el caso de los roedores, puede reproducirse y ser eliminada
durante toda la vida.

Una vez que es excretada viva por el huésped,
sobrevive por semanas o meses en el agua y en el suelo. Tanto el
ser humano como los animales adquieren la infección por
contacto directo con agua contaminada, desde donde penetra en el
cuerpo a través de erosiones o cortes en la piel y de las
mucosas de ojos, nariz y boca.

El ser humano también puede contraer la
enfermedad por contacto directo con sangre, tejidos,
órganos y orina de animales infectados. En forma indirecta
puede contagiarse al caminar descalzo en suelos donde orinaron
animales infectados con leptospiras.

Aunque es infrecuente, es posible infectarse al ingerir
agua o alimentos contaminados. Los humanos son huéspedes
accidentales.

Los embalses, los lagos y otras acumulaciones de agua
actúan como reservorios o focos de infección de la
leptospirosis. Las ratas, son reservorios del serovar
icterohemorrhagiae, que provoca ictericia y causa una de las
formas más graves de la enfermedad.

Las condiciones de humedad y alta temperatura son
favorables para el desarrollo de brotes de
leptospirosis.

En el ser humano, la bacteria sigue un ciclo similar al
que realiza en los otros huéspedes. La bacteria penetra al
cuerpo por la piel o mucosas, se disemina por la sangre atacando
diversos órganos y se elimina por la orina3.

El tiempo de incubación, es decir, desde que la
bacteria penetra al cuerpo hasta que aparecen los primeros
síntomas va de 2 a 26 días (término medio de
5 a 14), La enfermedad, en su primera etapa, se presenta en forma
brusca, con síntomas similares a los de la gripe: con
escalofrío, fiebre elevada, dolor de cabeza, dolor de
músculo (mialgia) principalmente de pantorrillas,
región lumbar y abdomen. Otros síntomas son:
náuseas, vómitos, con menos frecuencia diarrea,
malestar general o postración y ocasionalmente disturbios
mentales. La congestión conjuntival es
característica, aunque no constante, pero de importante
ayuda diagnóstica. Puede ir acompañada de
síntomas oculares como fotofobia, dolor ocular, y
hemorragia conjuntival2,3

Algunos enfermos pueden no presentar síntomas. Si
no es tratada a tiempo, puede dañar los riñones, el
hígado, causar problemas respiratorios e
inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la
médula espinal (meningitis). En algunos casos puede ser
mortal.

Luego de esta primera fase y de un período sin
molestias se puede presentar una segunda fase de mayor gravedad,
dependiendo del serogrupo de la bacteria infectante. Este segundo
período es llamado también enfermedad de Weil.
Entre sus síntomas, se pueden manifestar
 irritación conjuntival, irritación
meníngea y rigidez de nuca, insuficiencia renal,
ictericia, manifestaciones hemorrágicas intestinales o
pulmonares, arritmia o insuficiencia cardíaca o
disnea,

La enfermedad dura desde unos pocos días hasta
tres o más semanas, dependiendo de su gravedad. La mayor
parte de las personas presentan sólo una primera fase, con
síntomas moderados o sin ningún malestar. La
segunda fase puede ser grave y, si no es tratada en forma
adecuada y a tiempo, puede tener una recuperación lenta,
de hasta varios meses, y dejar secuelas renales o derivar en la
muerte.

Desde el punto de vista clínico es una enfermedad
de diagnóstico difícil debido al polimorfismo de su
presentación clínica; tiene similitud con otras
enfermedades, que presenta tanto en humanos como en animales, una
amplia gama de signos y síntomas estos no necesariamente
se presentan todos y hace que la confundan con enfermedades
infecciosas de desarrollo agudo como encefalitis, gripe,
hepatitis anictérica, meningitis aséptica,
influenza, dengue, brucelosis, toxoplasmosis, malaria,
tifoidea.

El número de personas que fallecen en
relación con el total de enfermos (tasa de letalidad) es
bajo. La confirmación diagnóstica se realiza a
través de exámenes serológicos en sangre
durante la primera semana de enfermedad o en orina en la segunda
etapa1, 2.

El tratamiento es con antibióticos, y es
más efectivo cuando es administrado a partir de la primera
semana desde el inicio de los síntomas y dependiendo de la
gravedad, puede ser oral o intravenoso. En algunos casos de
compromiso renal es necesaria la diálisis, pues la falla
renal es la principal causa de muerte por
leptospirosis.

La leptospira puede sobrevivir largo tiempo en
el agua o ambiente húmedo, templado, con pH neutro o
ligeramente alcalino1, es susceptible de morir en condiciones
adversas como deshidratación, exposición a
detergentes y temperaturas sobre 50°C.

Aunque los huéspedes primarios son animales
silvestres, los animales domésticos, como los perros, son
una posible fuente de infección para el ser humano.
Existen algunos casos de leptospirosis en gatos, aunque no es una
enfermedad frecuente en esos animales.

Se ha aislado Leptospira de aproximadamente 160
especies de mamíferos en zonas templadas. Por esta
razón, una forma de controlar la enfermedad es reduciendo
su prevalencia en animales domésticos a través de
vacunación, manteniendo alejados a los roedores de los
lugares habitados y evitando la acumulación de aguas
estancadas.

La inmunidad que produce la infección puede durar
toda la vida, pero es específica sólo para el
serotipo infectante; así mismo, la vacuna nunca contiene
todos los serotipos existentes y no confiere, por lo tanto, un
100% de protección. Por esta razón, debe ser
administrada aunque se haya diagnosticado la enfermedad al animal
anteriormente.

Los perros se infectan principalmente a través de
contacto con agua contaminada con orina de otros perros y de
roedores infectados. Los síntomas de leptospirosis en los
perros son variados e inespecíficos y pueden incluir
fiebre, vómitos, dolor abdominal, diarrea, ojos amarillos,
inapetencia, cambios en los hábitos urinarios, orina
oscura y aletargamiento. Generalmente los animales jóvenes
presentan más problemas que los viejos. Al igual que en el
ser humano, el diagnóstico es difícil pues no
necesariamente se presentan todos estos signos y, por otra parte,
son similares a otros estados patológicos. La enfermedad
se trata con antibióticos.

Si se confirma la leptospirosis en un animal
doméstico o mascota, las medidas a tomar dependerán
de la naturaleza de los contactos de la familia con el animal.
Las actividades diarias no significan riesgo de
transmisión. Sin embargo, se debe evitar el contacto
directo o indirecto con la orina, sangre y otros tejidos durante
el período de infección. Por ejemplo, ayudar un
parto es una actividad de alto riesgo en caso de tratarse de una
hembra infectada.

Prevención

La lucha contra el reservorio, como la
desratización en el campo, la separación,
tratamiento y sacrificio de animales enfermos, la
destrucción de leptospiras en terrenos encharcados,
 ha dado resultados relativos.

El drenaje de terrenos, las medidas de protección
de los trabajadores (uso de botas y guantes) el no bañarse
en agua de río o estancada, estar calzado, el control
sanitario de los animales importados, la realización de
construcciones a prueba de roedores, resulta más
positivo.

Las vacunas inactivadas de uso animal utilizadas evitan
la infección pero no el estado de portador. Un problema
importante para la fabricación de vacunas es que los
antígenos son específicos de serovar, por lo que
debería haber una vacuna para cada área
geográfica.

Las medidas de prevención a tener en cuenta son:
mejorar las condiciones socioeconómicas y el autocuidado y
la autoprotección utilizando métodos de barrera,
que protejan piel y mucosas, cuando se realizan actividades con
riesgo de contaminación.

Se recomienda vacunar a los animales domésticos,
en especial a los perros, aunque la infección renal puede
ocurrir en animales vacunados y se han descrito casos de hombres
que adquirieron la enfermedad a partir de perros vacunados, ello
es infrecuente. La vacuna no protege totalmente porque  hay
muchos tipos de leptospiras y la vacuna no inmuniza contra
todos2.

Medidas a aplicar para el saneamiento
ambiental

  • Eliminación de roedores considerados la
    principal fuente de transmisión de la enfermedad y de
    las condiciones ambientales que puedan favorecer su
    proliferación.

  • Eliminación de basureros.

  • Drenaje de aguas estancadas y relleno de terrenos
    bajos donde puedan formarse aguas estancadas.

  • Manejo adecuado de los residuos
    sólidos.

  • Protección de las fuentes de agua de consumo
    especialmente las de consumo humano, evitando su
    contaminación con orina de animales.

  • Protección de los alcantarillados con
    rejillas.

  • La inmunización de animales domésticos
    y de granja minimiza los riesgos de
    infección.

  • Se recomienda la vacunación de los
    trabajadores más expuestos en ocupaciones de
    riesgo.

  • Realizar campañas de educación para la
    salud donde se informe a la población sobre la
    leptospirosis.

  • Atender que los animales infectados reciban el
    tratamiento indicado por el veterinario en forma
    correcta.

  • Disponer los alimentos en envases a prueba de
    roedores en zonas de riesgo.

Medidas preventivas para evitar la
infección en el hombre.

  • Lavarse cuidadosamente las manos después de
    la manipulación de orina o excrementos o del contacto
    con fluidos corporales de un animal.

  • Limpiar las superficies contaminadas o supuestamente
    contaminadas con una solución de 1 parte de cloro
    doméstico por 10 partes de agua.

  • Consultar al médico en caso de
    aparición de los síntomas descritos,
    especialmente si realiza o realizó alguna actividad de
    riesgo.

  • Evitar nadar o tomar contacto con lagunas, arroyos o
    espejos de agua que pudieran estar contaminados con la
    Leptospira.

  • Usar guantes y botas de goma en trabajos de
    riesgo.

Referencias
bibliográficas

1. Revista Cubana de Medicina Tropical. 2013;
65(2) 

2.
http://www.infecto.edu.uy/revisiontemas/tema25/leptospirosis.htm

3. Leptospirosis, Bibiana Brihuega, MV.,
http://epi.minsal.cl/epi/html/enfer/leptospirosis.html

4. http://www.estarinformado.com.ar/pag%20salud/salud-93.htm

5.http://holismoplanetario.wordpress.com/2009/05/18/leptospirosis-que-es-como-se-transmite-sintomas-forma-de-prevenirla/

 

 

Autor:

MSc. Hugo E. Colado González

Institución: UCP "Félix Varela"

Dirección: Carr. Circunvalación (norte),
Santa Clara. Cuba.

Organismo: MINED

Provincia: Villa Clara.

Año de terminación del trabajo:
2013

Coautora

MSc. Hilda Roque de Escobar
Martín.

Institución: Centro Provincial de Higiene,
Epidemiología y Microbiología. Villa Clara.
Cuba

Dirección: Carretera de Camajuaní # 99,
Santa Clara .Villa Clara.

Organismo: MINSAP

Provincia: Villa Clara

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