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Origen y evolución de la contabilidad en el mundo (página 2)




Enviado por Maira Paz Irigoin



Partes: 1, 2, 3

No hay que olvidar que las operaciones a base de valutas
o letras de cambio fue muy frecuente, debido particularmente al
peligro del transporte de dinero, asimismo al hecho de que los
comerciantes se reunían periódicamente en las feria
y realizaban intercambio de títulos a manera de
Cámara de Compensación,de aquí que las
operaciones de crédito requiriesen un sistema de cuenta
corriente efectivo y ágil, mismo que, combinado con
asientos cruzados con la Caja, facilitaba enormemente la
determinación rápida de situaciones
financieras.

La inversión de la Caja no duro muchos
años sin embargo, aun hoy seguimos la práctica de
asientos cruzados así como la de designar todo ingresos
como "debe" y todo egreso como "haber", si bien su significado,
aun hoy, nos extraña, particularmente al ingresar al
estudio de esta disciplina.

Pero es, sin duda, más conocido el célebre
juego de libros llevados por la columna de Génova (Massari
di Génova) que se encuentran, llevados a la usanza de la
época, es decir haciendo uso de los clásicos
términos "debe" y "haber", utilizando los asientos
cruzados y llevando una cuenta de Pérdidas y Ganancias,
misma en la que se resume el saldo de las operaciones de la
Comuna; por lo tanto no se tiene que recurrir a cerrar las
cuentas de Caja y las Cuentas Corrientes, para determinar los
resultados financieros de la unidad económica, por
cualquier aumento o disminución del patrimonio de la
comuna, con motivo de interese cobrados o gastos
efectuados.

Dicha cuenta; cabe añadir que esta se
denominó "ganancias y pérdidas" en virtud de la
inversión de los signos; los subtítulos de esta
cuanta aun así persisten: "debe" para las perdidas y
"haber" para las ganancias.

Pre-renacimiento

Tiene ello como causa un decreto gubernamental
promulgado en el año 1327 y que se originó con
motivo de los múltiples fraudes cometidos con los dineros
de la comuna.

Con este motivo también tenemos noticias del
primer auditor "MaestriRacionali" cuya misión consiste en
vigilar y cotejar el trabajo de los massari y conservar un
duplicado de dichos libros. (Los contadores públicos en
México, Alberto María Carreño).

En la Historia Económica y Social de la Edad
Media, de Henri Pirenne, se nos informa acerca de otro libro
contable, llevado a la usanza de la época, y que abarca
varios ejercicios comprendidos a fines del siglo XII, donde se
registra la enorme riqueza de los célebres banqueros
genoveses Zaccaria. Un nuevo avance en la contabilidad, fue la
aparición de libros auxiliares: el libro de cuentas
corrientes, pues cuando el número de operaciones fue
voluminoso, la información que brinda dicho "Cartulari"
dificultaba encontrar una persona determinada, particularmente
debido al hecho de que el registro se va llenando en forma
cronológica; al llevarse una cuenta por cada cliente
importante, se solucionó el problema; otra
innovación que presento el libro Carulari es que se
escribe en dos hojas unidas en el centro y que son tituladas en
la parte superior con su "debe" y "haber" respectivo; de hecho
esta innovaciones de origen toscano, donde se implanto este
sistema "Vacchetta del Signore Poliano de Foco Paliani"
(Peragallo).

El juego de libros del banquero Florentino Perrizzi, que
data del año 1336, presenta un ejemplo claro de los libros
auxiliares. Se considera que por esta época había
en Florencia más de 80 grandes empresas.

Presentan asimismo esta contabilidad la
innovación de que abría y cerraba las operaciones
bianualmente con un estado financiero en donde claramente se
estipulaba el patrimonio de la unidad económica,
informando en el mismo el resultado de la operaciones como la
participación individual de los socios, lo que se
determinaba del saldo de las cuentas personales que se le llevaba
a cada socio de la propia-empresa.

Cabe aclarar que este hecho entraña una novedad,
pues durante la Edad Media las utilidades de los socios se
mantenían en estricto secreto, no haciéndose
constar en libros, pero ya para esta época las
desavenencias entre comerciantes se resolvían por
tribunales especiales que tomaban como prueba lo asentado en los
libros.

En efecto este auge mercantil del los Siglos XII y XIII
trajo como consecuencia que el viejo "Corpus Juris Civilis"
romano, fuese insuficiente para zanjar las controversias que
surgían entre los comerciantes, y así el poder
público, unas veces por negligencia o falta de fuerza y
otras por no haber ley escrita aplicable al caso, no
impartía la justicia que se requería al surgir
estas litis; esto dio lugar a que las personas dedicadas a la
actividad mercantil se agruparan, no solo para la
protección de sus intereses, sino para establecer normas
de derecho que resolvieran las controversias nacidas entre los
miembros de aquellas agrupaciones: "gremios" de industriales,
"gildas" de comerciantes.

"Los comerciantes establecieron tribunales encargados de
dirimir sus controversias sin las formalidades del procedimiento:
"sine strepitu et figura judicii" y sin aplicar las normas de
derecho común, sino los usos y costumbres de los
mercaderes. Así fue creándose un derecho de origen
consuetudinario inspirado en la satisfacción de las
peculiares necesidades del comercio. Las resoluciones de los
tribunales comerciales fueron recopiladas, conservando su forma
original; eran redactadas, en términos generales y
ordenadas sistemáticamente formando estatutos u ordenanzas
que, atenta la manera en que se originaron, diferían de
una a otra ciudad. (Mantilla Molina, Derecho
Mercantil).

Se conservan los nombres de las más famosas, que
si bien algunas de ellas nacieron desde el Siglo XII, su vigencia
fue casi de cinco siglos; las más conocidas son: las
Capitulare Nauticum, de Venecia (1228), la Tabla Amalfitana, de
Amalfi (1134-1274), los Rooles de Olerón, en Francia
(1206) las Leyes de Wisby, con jurisdicción en el Mar
Báltico, y las actas de asambleas de la liga
hanseática; y de castellano en nuestro origen mercantil,
el consulado del mar cuya primera redacción se estima fue
del siglo XIII.

La importancia del mercader florentino Francesco Datini,
antes mencionado, fue tal, que para el año de 1400. Datini
lego todos sus bienes al hospicio de su villa natal
prato.[14]

En el museo de brujas existen algunos fragmentos de un
libro de contabilidad a partida doble que fue llevado durante los
años 1366 al 1369; dicho libro perteneció al
conocido bibliógrafo ingles A.W.Gollard. Hemos hablado ya,
de la genovesa y la florentina, pero es, sin duda, la veneciana
la que había desarrollado la técnica más
perfeccionada de su época, misma que sirvió de
pauta a la que aun hoy se sigue aplicando. Entre los vestigios
más remotos que tenemos del método veneciano,
está un antiquísimo juego de libros que se
conservan hoy en la biblioteca marciana de Venecia, escritos
sobre piel de conejo y que se conocen con el nombre de "Quaderno
del lepossesionideirebelli di Padua".

La contabilidad en la
Edad Moderna

A comienzos del siglo XIX el proceso industrial empezaba
su carrera de éxito, Adam Smith y David Ricardo, padres de
la economía, fueron quienes iniciaron el liberalismo; es
partir de esta época, cuando la Contabilidad comienza a
sufrir los modificaciones de fondo y forma, que bajo el nombre de
principios de contabilidad actualmente se siguen
suscitando.

La bondad del primer diseño del
Diario-Mayor-Único fue reunir en un solo volumen al Diario
con su relación cronológica de conceptos, y al
Mayor con la acumulación clasificada por esas cuentas, con
sus respectivos cargos y abonos, ahorrándose así
gran cantidad de tiempo, pues en vez de dos libros se llevaba uno
solo.

En el año de 1845 el Tribunal de Comercio de la
Ciudad de México, estableció la "Escuela
Mercantil", siendo cerrada dos años después, pero
en 1854 se funda la Escuela de Comercio. Durante este siglo XIX,
no sólo el auge económico trajo mayor desarrollo a
las prácticas contables en lo referente a agrupaciones
profesionales, centros docentes, y mandatos legales sobre la
disciplina contable, sino que hubo también cambios
sustanciales en el fondo y la forma.

Fabio Besta, conocido en Italia con el nombre de "El
Moderno Padre de la Contabilidad", que ha sido, entre los
teóricos, el que ha llegado a estructurar una nueva
teoría llamada "Teoría Positiva del Conto" gracias
a una profunda y consistencia búsqueda histórica de
la Contabilidad. Besta comienza a explicar su teoría de la
manera siguiente: "La Contabilidad es en medio de una completa
información referente a dinero, cuentas recibidas, activos
fijos, intereses, inversiones, etc., y es evidente que una
rápida y certera información es imposible sin
asentar en el mismo lugar las mutaciones ocurridas en cada uno de
estos objetos", y conceptúa a la cuenta diciendo: "Es una
serie de entradas y salidas referentes a un definido y claro
objeto, conmensurable y mutable, con la función de
registrar información acerca de las condiciones y monto
del objeto en un momento particular y de los cambios que en
él intervienen", además afirma que "la cuenta son
abiertas directamente a objetos, no a ,as personas que
intervienen, e indica valores monetarios".

El Ocaso del Sistema Feudal y los
Orígenes Primigenios de la Economía de
Empresa

Cada instante del transcurrir histórico, marca su
huella en la forma como se objetivan los desarrollos materiales y
espirituales; en cuyo corpus, se encuentra abigarrada la
contradicción entre la vida y la muerte, como
manifestación dialéctica entre lo nuevo que nace y
lo viejo que se resiste a comprender su ocaso.

Por otra parte, todo nuevo estadio histórico, en
su momento abre brechas de progreso y desarrollo superiores a su
referente antecesor. Estos logros que secuencialmente obtiene el
hombre en el curso de la vida, a su vez delinean el sendero de la
historia y precisan de unas características que definen el
rol de cada una de esas etapas, en cuyo interior
interactúan un cúmulo de relaciones y
prácticas que modelan la forma de conciencia
social.

El sistema Feudal, debe entonces, entenderse en esta
dimensión histórico-dialéctica, de acceso a
posibilidades y alternativas que superaron el sistema anterior;
lo cual es perfectamente razonable si se parte del reconocimiento
que el hombre crece social y culturalmente, en la medida en que
tiene referentes de progreso que constituyan verdaderos retos
para la superación de las precariedades del acontecer
histórico.

Pero también, como es obvio cada sistema lleva
implícitas sus propias contradicciones; la emergencia de
nuevas necesidades y alternativas y los mecanismos para construir
satisfactores sociales a esas disyuntivas. Si un sistema no abre
la brecha para construir un horizonte abierto, que dé
respuesta a esas esperanzas de progreso, se convulsiona el
entramado y el orden social tiende a colapsar.

En ese proceso de permanente mutación, el hombre
va moldeando formas innovativas que desde lo económico y
lo político redefinan su quehacer transformador. Esta obra
de reingeniería camina de la mano con el tiempo, por
ejemplo: En la cultura Griega, el centro económico y
político fue la ciudad. En el imperio Romano, la ciudad se
constituyó en el eje por excelencia de la expresión
política, con un desdén por lo económico.
Durante el Feudalismo, gran parte de su transcurrir
económico fue subsumido a las relaciones productivas del
campo. El advenimiento de las relaciones capitalistas, convierte
nuevamente a las ciudades en los nichos de producción y de
las grandes decisiones políticas.

El sistema Feudal, cuya irrupción se remonta
hacia el siglo VII, tiene su momento convulsionado hacia los
siglos XIV y XV, lapso en el cual se reflejan los principales
síntomas de su decadencia y de radicalización de
las fuerzas antagónicas en pugna. Ya en el siglo XIV, se
encuentra que los métodos de producción feudal, van
siendo sustituidos por formas de operación capitalistas,
no solo en las ciudades sino también en el campo. De modo
escalonado, el comerciante se apodera de las nuevas figuras de
relacionamiento comercial: El mercado, el dinero, la
mercancía, los precios que, posteriormente se
constituirán en categorías económicas,
analizadas suficientemente por los teóricos liberales y,
sus contradictores Marxistas.

Medioevo: No todo es Oscuridad

La edad media, entonces, no debe ser entendida como el
transcurrir oscuro, homogéneo, simétrico y sin
ciertos destellos fulgurantes de creatividad que llevaron a la
humanidad a sentar las bases del ulterior desarrollo del reino de
la "ilustración". Concepciones metodológicas para
hallar una visión de lo filosófico, donde
utilizaron procesos como "la summa, que ya manejaban los rabinos:
de dos verdades, la mejor es la tercera. O sea, cuando un
concepto se encuentra con otro, en lugar de rechazarse, se
enriquece"[15], manifiestan cualitativamente
cómo de manera paulatina la historia avanza en el proceso
de mutación del estadio del mitos hacia el estadio del
logos, logrando demarcar una ruptura y un cambio de paradigma en
las formas de ver el progreso y el desarrollo de la
sociedad.

Dentro de todos los disímiles trazos
históricos que comporta la edad media, el siglo XII, se
caracteriza por marcar el primer periplo diferencial y libre de
este estadio del devenir social. Occidente se despierta de ese
largo sueño de oscuridad, renace la economía, se
reconstituye el régimen urbano, las costumbres se refinan
y; los poderes reales luchan contra los poderes religiosos
avizorando el advenimiento de un mundo más secular. Son
los fermentos de una nueva concepción ontológica
que tendría su objetivación en el periodo de la
ilustración. La explicación de su génesis,
es muy compleja y está atravesada por múltiples
factores; por una parte, no está centrada como en los
grandes imperios por la monarquía absolutista, su
florecimiento también obedece al influjo e impulso de
condiciones externas y espontaneidades internas. Como lo expresa
Antonio Caballero al referirse a este período,
"crecían los centros urbanos, se desarrollaba el comercio,
surgían las universidades (Bolonia, Padua, París,
Oxford, son todas de mediados del siglo XII); el ambicioso estilo
gótico empezaba a sustituir al modesto romántico;
nacían en Provenza, en Toscana, en Castilla la Vieja, las
literaturas en lenguaje vulgar: francés, italiano,
español. Aparecía efectivamente un nuevo mundo. Y
por su manejo pugnaban, cada cual con sus medios respectivos,
Papas y Emperadores". [16]

La contabilidad como práctica reguladora de las
relaciones comerciales, solo aparece embrionariamente en la edad
media y, en concreto en el siglo XII; precisamente en una
sociedad de intercambios limitados, en un marco dominado
todavía por una economía señorial
constituida aún como la antípoda de la
economía de intercambio. Pero las categorías
económicas vr.gr.: economía de intercambio, por si
solas, son incapaces de dar explicación al desarrollo de
lo contable; se requiere para ello, sin prejuicio de abocar el
análisis de estas categorías; recabar sobre el
devenir de la historia social pero sobre todo de la historia
política. En este sentido, puede decirse, que el
desarrollo vertiginoso del quehacer contable, estuvo unido
correlativamente a la formación y primer ascenso de la
burguesía, es decir, a una civilización burguesa y
urbana en la que se concibe un nuevo espíritu de empresa y
una nueva organización de los negocios. Y, si se quiere
penetrar en una explicación más pormenorizada del
asunto, es procedente relacionarlo con las transformaciones
políticas promovidas por esta civilización burguesa
y urbana.

La contabilidad, entonces, toma cuerpo como una
práctica del mundo de los negocios, cuando se dan las
condiciones, ausentes hasta entonces, para que el sujeto de las
relaciones comerciales se convierta en clase política
activa con capacidad de ejercer influencia decisiva sobre la
regulación de aquellas relaciones empresariales que
adquieren de suyo otra dimensionalidad. Los albores de estos
cambios, empiezan a perfilarse hacia los siglos XI y XII,
verdaderos mojones de la crisis del sistema feudal, en el orden
de lo político y en el declinar de la economía
señorial. Esta crisis interna que comporta las relaciones
feudales, desbroza el camino para la pervivencia no solo de la
iniciativa económica, sino también de nuevas formas
de relacionamiento político, jamás conocidas hasta
entonces.

Por el contrario el siglo XIV por todo lo que
comportó, se le considera el "otoño de la edad
media". El continente Europeo dominado por el cristianismo, es
descrito magistralmente por Antonio Caballero, como el siglo
donde "Galoparon sobre el continente los temidos Cuatro Jinetes
anunciados en el Apocalipsis de San Juan: el hambre la guerra, la
peste. Y la Justicia Divina, que es ese cuarto jinete que en la
enumeración todos olvidamos siempre, porque no se ha visto
nunca" [17]

  • Aportes del Medioevo a la Contabilidad
    :

El concurso que brinda la edad media al desarrollo de la
contabilidad, es de gran importancia. Se empiezan a consolidar
las primeras bases empíricas, que fundamentarán
posteriormente el objeto real de la contabilidad, esto es, la
mediación simbológica de las transacciones
comerciales que objetivan el estado situacional del patrimonio
del ente económico. Gracias a la práctica del
hacer, desprovista de elaboraciones teóricas rigurosas, se
crean las condiciones para la emergencia de estructuras
metodológicas de registro como la partida simple y
posteriormente la partida doble, que revolucionará la
estructura lógica de la contabilidad y será factor
catalizador excepcional del desarrollo de las estructuras
empresariales y económicas de la sociedad moderna. Debe
además, considerarse que la empresa desarrolla formas
estructurales para su operatividad, donde la contabilidad por
partida doble ocupa un lugar de excepcionalidad. De hecho,
algunos estudiosos han llegado a atribuirle la mayor influencia
en el auge del capitalismo a los desarrollos que obtuvo la
contabilidad.

Por fuera de cualquier consideración conceptual,
que dadas las circunstancias históricas la contabilidad no
estaba obligada a poseer, lo cierto es que, esta época
comporta los fermentos que habrán de configurar los
procedimientos y métodos que darán respuesta a los
requerimientos cada vez más complejos de una sociedad en
permanente mutación e innovación.

Por otra parte, en este entramado lo contable adquiere
"ciudadanía social", por lo menos como garante de los
asuntos atinentes a la verificabilidad registraciones de una
economía aún rudimentaria, basada en lo fundamental
en relaciones de tipo comercial. También en la edad media,
se crearon y perfeccionaron instituciones como la sociedad
colectiva; la letra de cambio; los registros comerciales; la
utilización de las razones sociales que definen las
personerías jurídicas de los entes contables; los
contratos de comisión, de transporte, de seguro, de
depósito; las operaciones bancarias de mayor envergadura,
etc.

Durante este período, lo único que no hubo
fue una aportación científica por tratarse de una
práctica esencialmente consuetudinaria, creada y aplicada
por la dinámica comercial, esta circunstancia menestral,
retrasó históricamente los avances y la
progresión disciplinar de lo contable, aunque le
aportó materiales y elementos de inestimable valor para su
cualificación ulterior.

Antecedentes de la Economía de
Empresa

  • Los Mercaderes y Artesanos, como Facturadores del
    Orden Establecido

Hacia los inicios de la alta edad media, la antigua
clase mercantil se había erosionado en los propios albores
del feudalismo, en virtud a la falta de rutas comerciales y al
indudable dominio del Islam en el Mediterráneo y de los
Normandos en los mares del norte, cuya influencia
hegemónica marcó el desaparecimiento de la
circulación y la movilidad de recursos y con ello la clase
de comerciantes y la población urbana. Durante toda la
alta edad media, la vida económica se circunscribe a la
producción feudal; es decir, la explotación del
agro y los productos del trabajo se constituyen en satisfactores
del consumo directo. El renacer del tráfico Europeo, el
aparecimiento embrionario de una nueva clase de mercaderes, con
personalidad política y carta de ciudadanía, se
explica por la apertura de las vías y rutas comerciales,
que fracturan lenta pero paulatinamente la economía
insular y rudimentaria de la sociedad feudal. Esta nueva clase de
mercaderes, dirige y direcciona el desarrollo económico y
se sustenta en una organización comunal que se asienta en
una sociedad urbana con expresión política, donde
coexisten – especialmente en Italia – con la nobleza feudal y con
una masa cada vez más creciente de trabajadores manuales
que, de forma paulatina, se transforman en artesanos libres de
las amarras serviles.

Este sistema económico en emergencia, gravita
sobre dos vectores: El taller del artesano y el almacén
del comerciante, que se constituye en mediatizador de la
acumulación del capital. En la ciudad medieval, nacen los
fermentos y rasgos más característicos, que
serán propios del sistema capitalista
contemporáneo; pero que no logran su plena
materialización en la dimensión político
– económica, por la autoridad reservada al imperio y
a la iglesia, constituidas ambas estructuras en sustentadoras del
statu quo, que se resiste a la transformación de una
sociedad que se abre paso movilizando energías y exigiendo
nuevos espacios para su realización material y
espiritual.

  • El Desarrollo Comercial y los Fermentos de la
    Cualificación contable

Ante la carencia, de una autoridad que representare la
nueva institucionalidad, las ciudades fueron paulatinamente
asumiendo el rol y las funciones económicas – sociales que
son reservadas con exclusividad al Estado; sin desconocer,
además, que esa nueva configuración de poder, se
organiza con fines eminentemente de negocios. Durante esta
época, el desarrollo del comercio dotó a las
ciudades Italianas de ciertas ventajas comparativas, en
términos de instrumentalización de lo contable:
Pisa, Génova y Venecia, fueron, en su orden, desde el
punto de vista económico las ciudades de mayor influjo
comercial, con lo cual, de forma coetánea la contabilidad
precisa de ser recontextualizada y reconceptualizada, para dar
respuesta a los nuevos escenarios de negocios. Estas
transformaciones producen profundos cambios de concepción;
en el trabajo, en el saber, en la técnica, en la cultura y
en las formas de representación y organización
social y empresarial; por ejemplo, es en este tramo, donde se
desarrolla la "commenda" y surgen en su sentido moderno,
instituciones y figuras representativas para la contabilidad,
como las sociedad colectiva y la comanditaria; la letra de
cambio, una concepción diferente sobre la banca, los
libros de contabilidad, nuevas formas de registro de la
información económica, la teoría de las
cuentas, y se afirma la unidad jurídica del ente
comercial, para el caso de la contabilidad, la entidad contable o
el ente económico.

"Los complejos asuntos comerciales y financieros de los
mercaderes venecianos forzosamente condujeron a un sistema de
documentación y archivo. A principios del siglo XV Venecia
empezó a usar la contabilidad por partida doble, pero el
empleo de la teneduría de libros precedió a los
venecianos en otra parte de Italia. Los elementos de partida
doble fueron usados en el libro mayor de los banqueros en el
año de mil trescientos cuarenta (1340) y los libros de
comerciantes y banqueros florentinos de esa generación
contenían esos elementos. Aquellos libros muestran hacia
el año 1410 que la función más importante
del libro diario, fue servir de base al libro mayor. Se registran
todas las transacciones en el "memorial", luego en el libro
diario, antes de llevarlo al libro mayor, así que "si por
cualquier causa se pierde el libro mayor, por robo, fuego,
naufragio, etc. Puede por medio de este libro reconstruirse
siempre el libro mayor, con las mismas partidas día por
día". [18]

No cabe duda, que estos referentes empíricos,
colocan al descubierto la importancia sustantiva que poseen los
entornos en la modelación de estructuras contables. La
contabilidad, no tendría justificación
práctica, sino en función de un determinado marco
entornal en donde encuentre su aplicación y
verificabilidad. La partida doble, por ejemplo, nacida en los
estertores de la edad media, "es producto de una época y
se difunde rápidamente porque responde a los valores
imperantes en la misma. La óptica dual con que contempla
una transacción, así como la manera en que describe
las notas esenciales presentes en todo hecho económico, se
identifican con la mentalidad del hombre de negocios. Pero, al
mismo tiempo, la utilización de la partida doble potencia
esta visión organizada y organizadora de la actividad
mercantil" [19]

Así mismo, una vez institucionalizada una
práctica como la contable, se requieren herramientas para
su reproducción social y, por esa razón, de forma
concomitante nacen una serie de instituciones formales,
comprometidas no solo con la operatividad y fortalecimiento del
proceso empresarial, sino con la apropiación y
masificación de una estructura instruccional, que
garantice la pervivencia social espacio – temporal, de las
prácticas y actividades conexas a la entidad contable,
esto es, la formación de agentes replicadores del modelo
contable de información, no de otra manera se puede
explicar cómo en Venecia funcionaba, "en aquel tiempo,
integrado, un edificio para almacenamiento y venta de
mercancías, una bolsa de valores, un banco, un lugar de
alojamiento. Esta institución era también una
escuela mercantil en donde estudiaba y se formaba la clase
comercial y los hijos de los burgueses alemanes venían a
aprender gramática, cálculo, teneduría de
libros y práctica de los
negocios"[20]

Estos fenómenos, evidencian una relativa
simetría correlacional entre el sistema contable y el
entorno socioeconómico donde este opera y, es precisamente
en esta relación necesaria donde empiezan a configurarse
conceptos como el de "entidad contable", que con posterioridad
connotará diferentes acepciones, dependiendo de la lente
con que sean observados y de los intereses particulares o
generales que representen. Así por ejemplo, para Jorge Tua
Pereda, "la contabilidad puede manejar muy diferentes
definiciones de la entidad o, más concretamente, de la
empresa, desde las que conciben a esta última al servicio
exclusivo de los propietarios, hasta las que definen el marco de
responsabilidad social frente a todos los estamentos concurrentes
e interesados en su actividad"[21].
Quiérase o no, es imperativo aceptar que no solo este
concepto, sino muchos otros, que luego adquieren relevancia en lo
normativo contable, son acuñados en los albores propios
del desarrollo del gran capital.

La Globalización

El abordar el tema del origen de la globalización
económica, plantea como necesario rastrear, así sea
en una muy apretada síntesis, como se organiza
modernamente la economía de empresa y cual la
dinámica que proyecta externamente, en especial en la
conformación del mercado global.

Como bien lo plantea Braudel, es indispensable situar el
análisis de la vida social desde diversos puntos de
observación que involucren la espacialidad, la
temporalidad, los órdenes sociales y las
jerarquías. Siguiendo la categoría conceptual de la
temporalidad, sugiere Braudel, considerar el devenir de la
historia en tres velocidades del tiempo: Un intervalo de corto
plazo (tiempo de la crónica y del periodismo); otro de
mediano plazo, donde ocurre mutaciones históricas a
través de ciclos, movimientos y "ritmos lentos pero
perceptibles" y; una perspectiva de largo plazo la –longue
durée – en la cual el cambio ocurre con "una
cadencia más lenta que, en ocasiones, bordea la inercia" y
en la cual se estudian estructuras de vida social profundamente
implantadas que perduran a través de los
siglos.

  • La Internacionalización del Comercio
    Medieval: Primera Expresión de la
    "Globalización"

A partir de la perspectiva de la – Longue
durée – el proceso de globalización remonta
sus orígenes a la Italia medieval, constituida en el
centro del florecimiento comercial. También en otras
latitudes se focalizan polos importantes de desarrollo mercantil,
donde se precisa de la existencia de instituciones y
organizaciones semejantes, que objetivan la creación de
las bases del sistema capitalista contemporáneo. Por tan
solo citar algunos ejemplos: Los Lombardos y los Judíos,
monopolizaron el negocio de la banca en Europa; en los
países latinos, al igual que los germánicos e
Inglaterra, se afirman las libertades de las ciudades y el
surgimiento de la burguesía que tiende a constituirse en
una clase "para sí", dueña de su propio destino,
sin amarras y ataduras que la condicionen.

Aparte de la Italia medieval, constituida en el centro
del florecimiento comercial, también en otras latitudes se
focalizan polos importantes de desarrollo mercantil, donde se
precisa de la existencia de instituciones y organizaciones
semejantes, que objetivan la creación de las bases del
sistema capitalista contemporáneo. Por tan solo citar
algunos ejemplos: Los Lombardos y los Judíos,
monopolizaron el negocio de la banca en Europa; en los
países latinos, al igual que los germánicos e
Inglaterra, se afirman las libertades de las ciudades y el
surgimiento de la burguesía que tiende a constituirse en
una clase "para sí", dueña de su propio destino,
sin amarras y ataduras que la condicionen. Esto explica,
porqué esta nueva clase en emergencia se organiza
corporativamente en asociaciones de comerciantes profesionales,
que acuerdan pactos que les permiten márgenes de maniobra
en un comercio que empieza a tener dimensiones que sobrepasan las
fronteras de lo estrictamente local o nacional; se crean
tribunales de ferias, tribunales de comercio terrestre y
marítimo; etc., fenómenos que evidencian cambios
sustanciales en la movilidad del capital y por consiguiente la
redefinición de los espacios de la
mundanalidad.

Prescindiendo del análisis político y
religioso, la organización de las cruzadas contribuyeron
de manera decisiva a expandir el radio de acción del
comercio hacia el mundo oriental; de la misma manera, al margen
de la civilización europea, los judíos que casi
monopolizan el negocio de la banca en Europa, al igual, que los
Árabes que coadyuvaron a dinamizar el comercio con los
pueblos del mediterráneo, fueron actores importantes para
que germinara el poder basado en el éxito de los negocios
e hiciera aparecimiento el clima de la especulación, en
donde la "fabulosa magia del capitalismo" encuentra su
insospechada plataforma de lanzamiento.

  • Los Entornos Cambiantes y el Correlato
    Contable

Siguiendo la línea de análisis propuesta,
en donde los cambios socioeconómicos determinan los
avances contables, es procedente inferir que el ejercicio y
cualificación de los instrumentos de registro y manejo de
la información contable, aparece no como un requerimiento
nacional de un Estado, ni como un sistema uniforme elaborado por
varios Estados; sino como un cuerpo de costumbres y
prácticas de una "clase social": Los comerciantes, que
paulatinamente compartían unos referentes, en
términos de mentalidad de negocios, deseos y necesidades.
Este tipo de "comunidades imaginadas", incluso de distintas
nacionalidades van perfilando un nuevo quehacer contable, que
aún cuando limitado en su desarrollo conceptual,
pretendía constituirse en una herramienta para mejorar los
sistemas operativos e instrumentales de manejo de
información empresarial.

Sin embargo, la evolución de lo contable no debe
apreciarse con una visión sincrónica del desarrollo
mercantil, sino con una perspectiva diacrónica que muestra
la interacción de diferentes variables conjugadas en las
relaciones económicas de la época.

"No obstante, parece que existían diferentes
sistemas operativos de acumular la información obtenida.
En esta época se dan posiblemente muchas prácticas
contables por partida simple y algunos negocios ya llevan su
contabilidad por partida doble, como consecuencia directa de la
evolución natural de la partida simple.

Ello demuestra que la contabilidad era una actividad
dinámica que debía progresar en la misma forma que
progresaban o se complicaban las operaciones de las empresas y
las necesidades de información que requería el
hombre. En otros términos, ya existe un sujeto en el cual
se genera la información, una persona que valúa,
registra e informa, y un usuario de esa información que la
utiliza para determinar qué tiene, qué debe, y
cuánto gana en un periodo, convirtiéndose, por
tanto, en una importante herramienta de medición que
permite calcular la rentabilidad de un
negocio.[22]

Hacia mediados del siglo XV, empiezan a percibirse las
primeras aproximaciones conceptuales, sobre la contabilidad,
obras como "Della Mercatura e del Mercante Perfecto", escrita por
Benedito Cotrugli Rangeo, hacia 1458; pero publicado hacia 1573,
manifiestan que mucho antes de Paciolo ya existían
preocupaciones por darle una organicidad y sitematicidad a la
contabilidad, elementos estos que se constituyen en los primeros
destellos de para la construcción epistémica del
saber contable, esto es, el inicio embrionario de una
mutación que permita "pasar de los estadios de
mínimo conocimiento a los estadios de conocimiento
más riguroso".

Como corolario, entonces se puede decir que, la
práctica contable se ha desarrollado en tres dimensiones
fundamentales; una primera la dimensión
económico-social, una segunda dimensión
histórica que recoge el legado conceptual y; una tercera
la dimensión epistemológica. Esta
presentación esquemática no supone una
parcelación de cada una de las dimensionalidades; al
contrario, la concreción de los avances disciplinarios
solo serán posibles mediante la interacción de los
factores enunciados, en donde el contexto de justificación
se corresponda con el contexto de descubrimiento.

No de otra manera se puede explicar, que sea en Italia y
no en otra región, donde aparecen las primeras escuelas
del pensamiento contable, llamadas "escuelas de la
práctica"; como la Veneciana, la Genovesa y la Florentina,
que construyeron y se constituyeron en los primeros referentes
artesanales que sirvieron de preámbulo y fundamento a las
elaboraciones conceptuales que sobre la contabilidad se
desarrollaron especialmente en el siglo XIX, con las escuelas de
Fabio Besta, con su doctrina económica sobre la
contabilidad y; Giuseppe Cerboni, representante de la escuela
jurídica de la contabilidad y creador de la
logismografía.

La contabilidad, entonces empieza a dar respuestas a los
hechos económicos, que se suceden en estas nuevas
configuraciones empresariales. Este acaecer y la dinámica
de la evolución contable, responde a ciertos
parámetros históricos, que en esencia pueden
sintetizarse de la siguiente forma:

  • La existencia de actividades económicas y su
    objetivación orgánica en formas de
    representación empresarial, constituyen
    condición sine quanon para el desarrollo de la
    contabilidad y para la construcción de una memoria
    registral de los hechos económicos.

  • La emergencia de las "comunidades imaginadas",
    surgidas de una permanente lucha por el progreso de la
    humanidad, determinan concomitantemente la
    satisfacción social de nuevas necesidades, dentro de
    las cuales se halla el impostergable registro de la
    información económica, en donde la contabilidad
    juega un papel cardinal.

  • La destrucción del mundo mítico y la
    sustitución por uno secular, reforma la estructura del
    pensamiento, se elabora un nuevo esquema del conocimiento,
    con una metodología fundada en la observación y
    la experimentación. La contabilidad, como
    práctica de registro de la información, por
    supuesto no escapa a esta influencia, de allí la
    inquietud por su interpretación, más
    allá de un simple ejercicio operativo.

Partiendo de estos supuestos, se puede argumentar que el
progreso económico moldeó y aún sigue
moldeando la contabilidad; primero, como técnica del
registro y de las cuentas; luego, como un campo disciplinar que
desde el análisis positivista, de las ciencias
empíricas, pretendió hallar la conexidad entre la
contabilidad como instrumento de concreción de la
teoría económica, fundamentalmente en los avances
conceptuales logrados por Fabio Besta, en su obra "La
Ragioneria", en donde postula "el principio básico de que
en contabilidad no interesa tanto la consideración del
aspecto jurídico, es decir, los derechos en sentido
estricto, como la consideración de los hechos, esto es, la
concreción real de los derechos. De nada nos sirve –
dice Besta – en el orden genuinamente contable el goce de un
derecho de crédito si este no puede hacerse efectivo, ni
un derecho real de propiedad si el objeto ha
desaparecido[23]y por último, un campo
disciplinar normativo positivista, que pretende dar respuesta a
la sociedad de la información a partir de uniformar el
modelo contable internacional.

  • El Comercio y las Relaciones
    Mercantiles:

La historia de la profesión contable, así
como el desarrollo de la contabilidad como disciplina, han estado
invariablemente asociados a las transformaciones del sistema
capitalista de producción. Es en la ruptura del orden
feudal, donde se crean los fermentos para el surgimiento de una
profesión que como la contable, cumpla el papel de
instrumento de control social de los excedentes de las
organizaciones, al igual que incida de manera preponderante en el
perfeccionamiento de las herramientas que den soporte y cierta
objetividad y comprobabilidad a los informes requeridos por los
nuevos usuarios de información, que paulatina y
concomitantemente van apareciendo con el devenir sociedad, "ha
sido la empresa misma quien, en su desarrollo, ha servido de
motor a la evolución de la contabilidad; la empresa
considerada a la vez en sus aspectos jurídico,
económico, social y de organización"

Por otra parte, es la empresa capitalista la que crea
las condiciones objetivas y subjetivas, para empezar a hablar de
la contabilidad como una disciplina que entrega respuestas, en
términos de medición de la información
económica, de las diferentes unidades involucradas en el
desarrollo del sistema capitalista de producción. En un
primer estadio, como factor coadyuvante y propulsor del
desarrollo mercantil; posteriormente como impulsora de la
revolución industrial y; finalmente como herramienta y
soporte fundamental de la sociedad del capital financiero. El
profesor Fernández Pirla, argumenta refiriéndose a
este aspecto:

"La contabilidad como disciplina científica,
aparece, pues, vinculada al campo de las ciencias
económicas, y, más concretamente, en su desarrollo
actual, al de la economía de la empresa, aunque
sería erróneo afirmar que la contabilidad es
economía. Considerada la contabilidad como ciencia
económica cuyo objeto material es la economía de la
empresa, su objeto formal, al que debe su unidad y
autonomía científica, sería la
representación auténtica y la medida de la realidad
económica, utilizando para ello una adecuada
técnica, apoyada en principios materiales y
estadísticos[24]

La contabilidad, como herramienta simbológica y
como fenómeno semiótico de representación
del transcurrir económico; mediatizador comunicacional de
los valores de cambio de las organizaciones, irá
paulatinamente perfilando y atemperando su accionar a las
presiones del mundo cambiante y a los influjos de las estructuras
internacionales de poder económico – empresarial;
cuyos postulados pragmáticos generalmente son adoptados
por las normatividades de los diferentes Estados receptores de la
influencia global del mundo capitalista.

Aún cuando la sistematización,
organización y cohesión del sistema contable, tiene
sus orígenes primigenios durante parte de la edad media,
específicamente con la obra de Pacciolo, publicada en
1494, las condiciones intrínsecas obedecen al desarrollo
del sistema mercantil o comercial, fermento del ulterior
desarrollo del modo de producción capitalista; o como lo
argumenta el profesor Hernán Quintero: "Los registros
contables son expresión de las relaciones
económicas y sociales prevalecientes en el espacio donde
ellas se efectúan; este espacio a su vez expresa
características del modo de producción imperante en
el contexto universal".[25]

La obra del monje Franciscano, "Summa
Arithmética, Geométrica, Proportioni,
Proportionalita et Arte Maggiore", no es un tratado de
contabilidad. "De hecho, parece que la Summa de Luca Pacioli
publicada en Venecia en el año 1494, fue la primera obra
de matemáticas que incluyó entre sus páginas
un capítulo relativo a la contabilidad, iniciativa que
tuvo luego abundantes imitadores" [26]

En el tratado de referencia se abocan una serie de
temáticas diversas, pero que todas ellas apuntan a
realizar una aproximación hacia la organización de
estructuras de representación simbólica de la
realidad, cuya finalidad debe ser la posibilidad de entregar
respuestas, que impliquen abstracciones más complejas, en
dirección a poder tener una lectura, en términos de
temporalidad y espacialidad, más acorde con los cambios y
transformaciones del entorno económico –
empresarial. El libro, maneja una serie de tipificaciones, que en
esencia exteriorizan el nacimiento del "hombre económico",
hecho para las transacciones y para apropiar y acumular riqueza;
un buen comerciante, dice Pacciolo, debe: "Reunir dinero; poseer
inteligencia; y tener la ciencia de llevar la contabilidad".
Obviamente, semejante propósito solo podría estar
reservado a quienes los privilegios epocales les habían
asignado la preeminencia del manejo del poder y de las relaciones
comerciales.

La Inauguración de la Edad Moderna y
la Modernización Contable

Abocando el análisis de la configuración
histórica de la sociedad moderna, Consuelo Corredor
Martínez, plantea "a manera de hipótesis, que el
advenimiento de la sociedad moderna recoge un doble ideario: el
de transformar el entorno material, y el de transformar al hombre
como centro del mismo. Mientras el primero alude a la
modernización, el segundo a la modernidad.

Con la edad moderna se inaugura un periodo de
transformaciones y cambios radicales en las esferas de lo
económico, político, social y espiritual. La
modernización entendida como la transformación del
entorno material, se ve reflejada, para el caso particular de lo
contable, en el descubrimiento de los grandes negocios, en donde
su radio de acción adquiere visos de mundialidad; el
comercio pasa de Europa a América; de la ciudad como
reducto de poder se pasa al concepto de nación; de la
preocupación por la productividad del dinero se pasa a la
especulación; de la supremacía de lo nobiliario y
caballeresco se hace tránsito hacia el triunfo de la
mercancía y la riqueza como poder centralizador; la
noción gremial y familiar se transforma en noción
empresarial; de la producción agrícola se pasa al
predominio de la industria y comercio evolucionando el concepto
de propiedad y de empresa. El reino caballeresco de la nobleza y
la dirección espiritual de la iglesia, es sucedido por la
creciente influencia de la burguesía que a decir de Karl
Marx, "Donde quiera que ha conquistado el poder, ha destruido las
relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las
abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a "sus
superiores naturales" las ha desgarrado sin piedad para no dejar
sustituir otro vínculo entre los hombres que el
frío interés, el cruel "pago al contado". Ha
ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el
entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño
burgués en las aguas heladas del cálculo
egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor
de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y
adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio"
– y más adelante concluye – "La burguesía ha
despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta
entonces se tenía por venerables y dignas de piadoso
respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al
poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores
asalariados" [27]

En la era moderna que inaugura el capital, surge un
hombre nuevo, con espíritu de riesgo, movido por el
apetito ilimitado de ganancia, de riqueza y la alucinación
perversa por la fructificación infinita del dinero. Y este
nuevo imaginario, está justificado de igual forma por la
construcción de una racionalidad ética, entronizada
con el culto supremo de la razón y el inconmensurable
afán por el progreso material, que habrá de causar
una modernización indiscriminada, que conducirá
finalmente a un proceso creciente de alienación del hombre
respecto de su entorno natural y cultural; Miguel Giusti, plantea
refiriéndose a la lógica de la moralidad,
construida por los modernos, "la filosofía moderna surge
con la convicción de llevar a cabo un giro radical en la
concepción del hombre y de la racionalidad. De esta
convicción hay diversas expresiones y formulaciones, una
de las cuales – quizá la más importante
– es la idea de la autofundamentación de la
razón. Que la razón se fundamente a sí misma
significa que la razón no admite ningún criterio
externo a ella misma, al cual ella debe someterse. Criterios
externos son, para los modernos, la tradición, la
teología o cualquier tipo de ordenamiento natural (como
supieron los modernos que era la opinión de
Aristóteles)". Y posteriormente, a manera de
ilustración el autor plantea como "Hobbes sostuvo
explícitamente, en el De Cive, que la filosofía
moral debía aplicar, en igual forma que la
filosofía prima, el modelo geométrico al estudio de
los fenómenos éticos y políticos"

  • La Racionalidad del Capitalismo y el Cambio del
    Modelo Contable

El capitalismo primigenio, soportado conceptualmente en
la teoría Smitiana del liberalismo económico, que
tuviera su mayor florecimiento en la primera mitad del siglo XIX,
paulatina e inevitablemente fue transformando su estructura, a
tal extremo que la importancia del consumidor como factor
determinante y generador potencial de las demandas productivas,
con el desarrollo del capitalismo financiero, fue modificado
sustancialmente o en el más optimo de los análisis
relegado a un segundo plano. El libre juego de la competencia
inter empresarial, trajo apareada consigo la eliminación
del más débil en el mercado, convirtiéndose
este hecho, paradójicamente, en un factor de
renovación empresarial y a la vez de concentración
y centralización de capital. Es este inmenso poder
incubado por el influjo del capital el que redimensiona la
capacidad productiva de las empresas y potencia la movilidad de
los recursos productivos; cuando más avanza la
economía más optima debe ser la utilización
del capital.

En este ciclo histórico convencionalmente situado
en la década de los años 70s. del siglo XIX, surge
el capitalismo de las grandes unidades productivas que sobrepasan
el ámbito nacional y rompen cualquier lindero de las
fronteras nacionales. La cualificación técnica en
las empresas entrega mejores y mayores volúmenes de
producción; las economías de escala abaratan
costos; la oferta de productos aumenta como resultado de la
"cultura" del consumismo que multiplica la gama de consumos
superfluos e implanta estándares de producción,
todo esto aunado a la insuficiencia de los mercados
metropolitanos que no logran absorber la totalidad de la
producción, hace surgir la multinacionalidad. Francisco
Errasti, refiriéndose a este tema argumenta:

"La aparición de las sociedades multinacionales a
escala mundial, ha provocado un cambio, en la estructura de las
instituciones productivas. Una empresa puede plantearse de
diversos modos, la posibilidad de vender en otros mercados para
aumentar sus beneficios:

  • Exportando parte de su producción al
    extranjero, que es sin duda el modo de penetración
    más sencillo.

  • Producir en el propio mercado extranjero, cediendo
    la licencia de fabricación a una empresa
    local.

  • Instalar empresas subsidiarias oficiales en el
    extranjero. Es el modo más consistente de
    penetración".

"A través de la inversión directa en el
extranjero y la creación de numerosas filiales han ido
creando enormes sociedades, que se mueven por encina de las
fronteras de los países sin tener en cuenta los intereses
nacionales del país donde actúan, puesto que el
capital de una sociedad multinacional no tiene nacionalidad.
Aunque la eficacia económica es la finalidad obvia de su
actuar, las multinacionales adquieren una clara proyección
política en el mundo actual. Tanto es así, y este
es un hecho de trascendental importancia, que la inversión
internacional ha empezado a desplazar al comercio"

En este ambiente navega lo contable; los comerciantes
que habían constituido el eje para perfilar cambios en las
estructuras de información empresarial, realizando la
fusión de múltiples mercados locales que,
originaron un mercado interior unificado y su proyección
en el comercio exterior; empiezan a fragmentarse y se estatuyen
modelos que dan respuesta a las nuevas configuraciones
nacionales, opuestos a la autonomía de esa clase de
profesionales que eran los comerciantes, en cabeza de quienes
estaba la discrecionalidad en el manejo de la información
contable.

Si en la sociedad precapitalista, la contabilidad dio
respuesta a las necesidades entornales desde el paradigma
jurídico de propiedad, es decir, el modelo contable estuvo
soportado en la lógica de la información
patrimonial,

"el lado jurídico de la empresa considerada como
el lugar geométrico de una tupida red de derechos y
obligaciones, dio el primer impulso al registro de las cuentas y
le conservó su terminología básica hasta
nuestros días.

La confusa imagen de un patrimonio económico que
ha de expresarse en datos contables de manera que se puedan
seguir las diversas variaciones y mutaciones de valores,
empujó a los contadores a pasar a la segunda fase de la
evolución y, englobando las primeras cuentas de personas
en un sistema general, les llevó a registrar sucesivamente
todos los elementos patrimoniales y a fundir en un solo todo el
complejo "naturaleza, trabajo y capital" cuya integración
bajo la égida de un empresario constituye la "empresa" de
los economistas" [28]

En la sociedad moderna y básicamente en el
periodo de la revolución industrial, el paradigma contable
varía hacia el ejercicio del control, ya no referido con
exclusividad a la propiedad, sino a la racionalidad de la
productividad, rendimiento y eficiencia del capital, en tanto las
leyes inherentes al sistema capitalista suponen mínimos
costos y máximo de utilidad. Se empieza entonces, a
desarrollar el concepto de la contabilidad gerencial, como
herramienta simbológica de representación de las
nuevas realidades empresariales. "Los administradores de empresas
a principios de los años 1800 tenían amplia
libertad para seleccionar, los métodos de contabilidad; a
cada empresa podían establecerle, sin restricciones, las
reglas sobre valuación de activos y determinación
de utilidades. La información financiera exagerada
reflejaba el ánimo de los empresarios en la rápida
industrialización y expansión económica y
producía ventajas de corto plazo a las empresas

  • La Globalización y Mundialización
    del Capital y las Manifestaciones de la Extraterritorialidad
    Perversa

El concepto de Estado –Nación, al cual como
fue estructurado desde la perspectiva de la democracia liberal,
es sometido a una imperativa y permanente
mutación.

"A la par que se presenta la mundialización del
capital se observa la transformación del rol de los
Estados nacionales. No es que éstos desaparezcan, como se
dice comúnmente, sino que su función como entes
reguladores de la relación capitalista se modifica. En
efecto, en vista de la superación del control de un
territorio y de unas fronteras fijas y determinadas por parte de
un Estado, trasgresión que se ha facilitado por las
innovaciones tecnológicas en las telecomunicaciones, los
Estados han renunciado a las funciones que hasta ahora
habían desempeñado como reguladores del
capitalismo. Así se han abandonado sus tradicionales
papeles de regulador de la moneda, el trabajo, el comercio
internacional, los flujos de capital, la promoción de una
cultura y de unos valores nacionales, la protección del
mercado interior, etcétera, para adoptar ahora la
lógica de la mundialización"

Además, como lo indica María Teresa Uribe,
"la globalización y la creciente interconexión a
través de los mercados han puesto en cuestión el
modelo Estado-nación desde el cual se desarrolló
todo el proceso de modernización económica y
modernidad política de los últimos siglos"
(Uribe,1996:85). Hay una gran diferencia, entre las rutas
comerciales que caracterizaban el periodo mercantil y
librecambista y, el alcance del sistema imperial inaugurado con
el advenimiento del monopolio internacional, en donde la
estructura global de producción y de intercambio va
más allá del control del Estado – nación. La
trama de relaciones y redes de interacción y
comunicación transnacional trascienden las sociedades
nacionales y evaden las regulaciones y normatividades de los
Estados nacionales.

Mientras en el siglo XVIII y gran parte del siglo XIX,
las rutas de comercio estaban mediadas por redes sencillas de
interacción, el orden global contemporáneo se
configura como un sistema que aboca una multiplicidad de formas
de transacción, que vinculan a las sociedades en formas
altamente complejas que virtualmente acaban con los
límites territoriales como barreras u obstáculos a
las actividades y relaciones socioeconómicas, creando
así un mundo de infinitas incertidumbres. Los mercados
nacionales, pierden su funcionalidad; por influencia de lo
global, quedan fusionados, más que atados al influjo
transnacionalizante.

Obviamente la penetración transnacional no se
produce de manera simétrica, indiferente y
homogénea en todos los países receptores. Depende
de las características de los sectores, y de las
oportunidades que los países puedan presentar a dichos
conglomerados. Pero además, depende de las condiciones de
rentabilidad que se ofrezcan al capital metropolitano, excepto en
el caso de la obtención de recursos estratégicos,
en donde las motivaciones implican lineamientos de otro
orden.

Ahora, la influencia de la empresa transnacional no
está circunscrita al ámbito exclusivo de dominio de
su capital y su producción, como generalmente tiende a
considerársele, su influencia está presente en toda
la cadena o red productiva con la cual está relacionada.
Es decir, miradas en términos de poder, su cobertura no
está limitada por el concepto de propiedad jurídica
de la empresa, pues su trascendencia abarca un radio de
acción mucho más amplio donde puede influir sobre
las decisiones del resto de sectores del cuál es
partícipe en razón de su poder centralizador. Esta
forma de inducción de decisiones es una extensión
de la propiedad económica que ejercen estas corporaciones
más allá de lo que los cánones de propiedad
jurídicamente considerados le permiten.

Se podría afirmar entonces, que el
fenómeno más sobresaliente de la actualidad es la
prevalencia de una soberanía compartida, donde el
privilegio de esta corre por cuenta de las organizaciones
transnacionales, vr.gr., la Organización Mundial de
Comercio es el primer organismo que fija reglas y sanciones de
carácter internacional. En este contexto, de mundo
unipolar, las acciones bélicas que se producen son el
resultado del sometimiento de los Estados a la lógica y a
las reglas de juego instrumentadas por las estructuras de poder
internacional.

Este fenómeno de soberanía compartida,
hace que el concepto de Estado-nación, en el sentido
sociopolítico y clásico del término tienda
irremediablemente a modificarse sustancialmente, lo cual no
significa, como lo pregonan algunos analistas, el fin del Estado,
sino más bien la mutación o transformación
de la idea de soberanía, en tanto el papel de los Estados
y, especialmente los ubicados en el tercer mundo, estarán
cada vez menos envestidos de un cierto grado de soberanía
que los habilite para interlocutor en el plano internacional, en
un mundo donde la supervivencia depende de la habilidad y
capacidad para construir redes.

Hoy la obligación impostergable de los Estados
reside en la posibilidad de vincularse a redes internacionales
que les garanticen jugar con ciertos niveles de autonomía
y opciones reales de interlocución y concertación
financiera y comercial. El enorme reto está en inventar
una especie de "democracia de la globalización", que
signifique salirle al paso a la conformación de un
súper Estado omnipotente y omnipresente, como el que hasta
ahora se está vendiendo desde la perspectiva de las
teorías neoliberales. Milton Santos, tratando el tema de
la globalización y sus implicaciones parte de reconocer
que,

"las tentativas de construcción de un mundo son
siempre conducidas a conflictos porque busca unificar y no unir.
Una cosa es un sistema de relaciones, beneficio del mayor
número, basado en las posibilidades reales de un momento
histórico; otra cosa es un sistema de relaciones
jerárquico, construido para perpetuar un subsistema de
dominación sobre otros subsistemas, en beneficio de
algunos. Es esto último lo que existe.

Hoy, lo que es unificado a nivel mundial no es una
voluntad de libertad, sino de dominación, no es el deseo
de cooperación sino de competición, todo esos,
requiriendo un rígido esquema de organización que
atraviesa todos los rincones de la vida humana. Con tales
designios, lo que globaliza, falsifica, corrompe, desequilibra,
destruye"

Manuel Castells, en uno de sus estudios plantea una
tipificación de los virajes de la economía actual y
manifiesta que esta "se fundamenta en tres aspectos: es una
economía informal; es una economía que funciona en
redes; y es una economía globalizada"

La economía informal, tiene su soporte capital en
la productividad que va estrechamente ligada a la competitividad
y, en ese sentido, la infraestructura tecnológica crea un
valor agregado referido fundamentalmente a la capacidad para el
rápido proceso de procesamiento de información y de
forma concomitante con la generación de conocimiento,
elementos insustituibles para la competitividad de la empresa. La
producción en serie, el modelo Fordista que por largo
tiempo había sido el soporte de los procesos productivos,
pierde razón de ser frente a aquellos procesos mediados
por redes informacionales que se tejen a través de la
fusión e interconexión de pequeñas y
medianas empresas que trabajan para los grandes emporios; dicho
de otra forma "la complejidad de la economía actual reside
en que la unidad económica es el proyecto no la empresa.
Esta última es la unidad de gestión y propiedad,
pero la unidad de actuación es un proyecto empresarial
formado por trozos de empresas de distinto tipo que se conectan y
desconectan constantemente"[29]

El mundo actual está asentado sobre una
economía de la especulación y no de la
producción, se ha suplantado la creación de riqueza
por la inconmensurable manipulación de las ficciones
fraudulentas de las turbulencias de la información. "El
desarrollo de las nuevas tecnologías informáticas
ha influido fuertemente para caracterizar la globalización
de la economía, permitiendo el paso de una economía
de productos a una economía de símbolos, que
coincide con la nueva etapa de capitalismo financiero"
(Ander– Egg, 1998:39).

En este marco entornal, lo que otrora constituía
el control del control ha dejado de tener vigencia, al igual que
los principios de contabilidad generalmente aceptados, hoy
convertidos en estándares internacionales, en tanto estos,
en términos Bachelardianos se constituyen
obstáculos epistemológicos, que eclosionan los
esfuerzos de torización y consolidación de posturas
rigurosas que vertebren un marco conceptual fuerte que de cuenta
y respuesta a los innumerables problemas derivados de la sociedad
de la información. La preocupación por la
productividad y la competitividad, potenciadas hoy por la
capacidad para procesar información y generar
conocimiento, exceden la problemática de la
medición, eje central del modelo del control, para
trasladarse a otros escenarios como los esquemas decisionales en
tiempo presente, que desvirtúen o falsan la demora
informativa montada sobre esquemas típicos de una
contabilidad estructurada para la verdad única e
insoslayable; en tanto, como lo plantea Castells, "Lo que
realmente ha ocurrido es que hemos automatizado el funcionamiento
del capital con unos niveles de velocidad y complejidad que solo
la red de instrucciones electrónicas puede manejar. Cierto
es que siempre hay intervención humana pero se trata de
una respuesta que debe reaccionar en fracciones de segundo, no
primordialmente a datos del mercado, sino sobre todo a las
turbulencias de la información"

El Monasterio De Silos Y Su Sofisticado
Sistema Contable

Las órdenes monásticas han
desempeñado un importante papel en la historia del mundo
occidental, en su triple dimensión espiritual, cultural y
económica. En este último aspecto, el
económico, han administrado importante patrimonios,
acrecentados en ocasiones, y mermados en otras, por la
concurrencia en ellos de sus gastos e ingresos.

Los registros contables de los Monasterios constituyen
un importante soporte para el estudio no sólo de la manera
en que se llevaba la administración en las órdenes
monásticas sino, también, de su actividad
económica en diferentes vertientes. El estudio de la
historia de la contabilidad, en este caso de los Monasterios, no
sólo nos ilustra sobre la manera de llevar el registro de
sus operaciones, sino que puede constituir una importante
contribución a la historia económica y social. Se
confirma así lo que con acierto se ha denominado
"función histórica de la cuenta" (Martín
Lamouroux, 1996). El registro contable de los flujos
económico financieros va más allá del
objetivo de tomar y rendir cuentas, permitiendo la visibilidad de
la actividad económica y su interpretación en un
determinado contexto geográfico y
temporal.[30]

Sin duda por esta importancia de la contabilidad monacal
y de instituciones similares, al hacer una catalogación de
las etapas del desarrollo histórico de nuestra disciplina,
Yamey cita en lugar destacado a "la contabilidad
señorial", en la que la relativa a las órdenes
monásticas tiene, sin duda, una especial importancia. El
mencionado autor se sorprende de la ausencia, en los
países del continente, de un sistema razonablemente
uniforme de contabilidad señorial (1996,p.7), existente en
Inglaterra desde el siglo XIII. Este hecho lo vincula con lo que
podría ser la razón del retraso en la
introducción de la partida doble en la contabilidad
señorial inglesa, frente a la implantación
más temprana y amplia del continente.

A pesar de éste evidente interés, no
abundan las aportaciones dedicadas a estudiar estas cuestiones.
Como indica Jouanique (1996, pág. 37), "hasta el momento,
la historia de contabilidad se ha limitado prácticamente a
considerar los registros de las empresas privadas y, más
concretamente, los llevados por partida doble", con lo que nos
encontramos ante "una visión demasiado limitada, porque,
pasa de largo ante sectores enteros, como, por ejemplo, el de las
contabilidades señoriales", cuyos registros son
calificados por dicho autor como antecesores de las actuales
contabilidades agrícolas. En esta línea, Boyns y
Carmona (2002) señalan que únicamente el 6% de las
investigaciones en historia de la contabilidad en España
en el periodo 1996-2001se dedicaron al estudio de contabilidades
monásticas y/o nobiliarias. Booth (1993) señala
igualmente que existe todavía una enorme laguna en el
conocimiento de los planteamientos y las prácticas
contables de las Iglesias, al tiempo que propone un marco de
investigación que estimule, oriente y encauce las
investigaciones que se hagan a este respecto.

Esta relativa ausencia de aportaciones contrasta con el
previsible caudal de documentos, catalogados y por catalogar, que
probablemente existen tanto en los Monasterios como en los
archivos históricos. Sin embargo, tal y como indica Saenz
Ruiz-Olalde (1991; p.457-458) en su estudio de historia
económica de San Millán de la Cogolla en el siglo
XVIII, y refiriéndose a la determinación de los
ingresos de la hacienda, la primera y mayor dificultad con que
tropezamos en el momento de querer ofrecer de forma regular y
sistemática el producto de la hacienda es la
desaparición de numerosos libros de las diferentes
administraciones. Continúa señalando que no se han
conservado en su integridad los de ninguna de ellas, y tampoco el
manejo e interpretación de los Libros conservados es tarea
fácil. En no pocas ocasiones nos proporcionan las
cantidades de los diversos productos sin especificar su origen y
procedencia, siendo lo más grave que, en algunos momentos,
las cifras, una vez desglosadas, no concuerdan. Estas
dificultades en cuanto a la obtención de datos es una
constante general de los monasterios, dado el proceso de desalojo
y abandono que sufrieron como consecuencia de la
desamortización iniciada en 1835.

Por suerte, estos comentarios no se pueden hacer
extensivos al Archivo del Monasterio de Silos (AMS), el cual
constituye una excepción. Tal vez el hecho de permanecer
el Abad como párroco del pueblo tras la
desamortización, junto con la recuperación
posterior del Monasterio por los monjes franceses de Solesmes
en1880, pudo favorecer la conservación de la riqueza
documental existente.

El Sistema Veneciano

En Florencia (la patria de Maquiavelo y Dante),
Genova(la cuna de Colon) y Venecia(la ciudad flotante), el
comercio alcanzó su gran desarrollo. Es entonces cuando se
difunde el sistema veneciano, que consistía en dos juego
de libros: uno que contenía el registro cronológico
de las operaciones, y el otro que reunía a las cuentas de
la caja, corresponsalía, pérdidas y ganancias, y
las cuentas patrimoniales. Puede decirse que es el origen de los
Libro Diaria y Mayor.

Las anotaciones se hacían con números
romanos. Esto duro hasta que se impuso el uso de los
números arábigos. Igualmente se seguía
usando el ergamino, hasta que los árabes introdujeran el
papel en Europa, luego de haber copiado y mejorado el invento
original de los chinos.[31]

Los libros se llevaban sitúando las cuentas en
secciones superpuestas: el débito y el crédito, lo
que importaba la compensación parcial o total, o la
extinción de las relaciones comerciales. El debe o debe
haber (debe o devono avere) llevaba como contrapartida el Ha o Ha
habido (Ha o hanno avuto), a la vez que el Debe o deben dar (Debe
o devono dare) va seguido por Ha o han dado.

El método de partida doble asi creado
permitía anotar las cuentas mediante su inscripción
en secciones contrapuestas, o sea, divididas lateralmente, con la
referencia constante de las contrapartidas en las
anotaciones.

Benedetto Cotrugli

Es necesario mencionar a Benedetto Cotrugli. En el
año 1573, fue publicado su libro Della mercatura et
mercante perfetto. En verdad este libro habia sido escrito en el
año 1458, pero demoró mas de un siglo para ser
editado.

El libro de Cotrugli explica la partida doble y el uso
de tres libros: el Cuaderno (Mayor), Gionale (Diario) y Memoriale
(Borrador). Según las expìclaciones del libro, los
registros debían hacerse en el Diario y de allí se
pasarían al Mayor; el cual tendría un índice
de cuentas para facilitar la búsqueda de las mismas, y
cada año debería verificarse la situación de
la empresa y elaborar un Balanciones (balance). El resultado
(pérdida o ganancia) debía llevarse al capital
(patrimonio).

Pese a la importancia de este libro, el carácter
breve e incompleto de sus explicaciones y la fecha tardía
de su publicación han hecho que Cotrugli no tenga un lugar
de primer orden en la historia de la Contabilidad. Ese lugar lo
ocupa siempre, el Fraile Luca
Pacioli.[32]

Luca Pacioli

Fray Luca Pacioli, llamado tambien Lucca Pacciolo, fue
un fraile y matemático italiano. Debido a sus origenes
humildes, no puedo asistir regularmente a la escuela. Sin
embargo, aprendió varios oficios y, especialmente, la
matemática comercial de aquella época, que se
circunscribía a las cuatro operaciones fundamentales con
los números arábigos: la suma, la resta, la
multiplicación y la división. Su labor con los
comerciales y artesanos le permitió aprender y practicar
con tesón. Llagó a ser un matemático de
primer nivel y, tal vez para tener más facilidades de
estudio, ingreso en la orden religiosa de San Francisco. Como
fraile franciscano, podía acceder a los libros que le
demandaba su ansia de saber. Así aumento su renombre de
matemático y contable.

No se puede afirmar que Pacioli inventó el
método de parida doble. El mismo Pacioli afirmo que
aplicaba el método que en ese entonces se practicaba en
Venecia. Ese método no estaba documentado en ningún
libro, y los comerciantes usaban el método de partida
doble propuesto por Cotrugli. Sin embargo, Pacioli fue el primero
en publicar un libro al respecto, y por ello alcanzó el
lugar que hoy ocupa.

Como ya se ha dicho, en el libro se puede encontrar un
capitulo llamado Tractatus Particulari de computis et scripturis.
Allí encontramos lo siguiente:

El dueño de un negocio, antes de iniciar sus
operaciones de compra y venta de mercancías, debe preparar
un inventario de todas sus propiedades (activos) y otro de sus
compromisos (pasivos).[33]

Los activos se agrupan de acuerdo con el principio de
valor y movilidad (primero dinero en efectivo y luego los
bienes). Los pasivos se agrupan de acuerdo al vencimiento y
exigibilidad del pago, al corto plazo y a largo plazo.

Para sustentar la partida doble comprobó y
demostró que toda operación mercantil que se
practicara tenía una causa, la cual debía producir
necesariamente un efecto, por lo cual existía una
compensación numérica entre causa y
efecto.

Sobre la mercancía escribió: "De todo
cuanto pongas en ella, la harás deudora día por
día en tus libros y así también por lo
contrario la harás acreedora a todo cuanto saques o
recibas de ella". Para Luca Pacioli el almacén de
mercancía debe considerarse como una persona deudora de
cuanto en el se pone o se gasta por cualquier
concepto.

  • Para el registro de las operaciones propuso cuatro
    libros básicos:

  • Inventario (llamado hoy inventario y
    balances)

  • Giornale (llamado hoy libro Diario)

  • Cuaderno (llamado hoy libro Mayor)

  • Memoriale (borrador o comprobante, cuyo uso se ha
    discontinuado)

Para Pacioli, mediante la contabilidad el comerciante
sabrá si la marcha de su negocio es buena o mala. De todo
lo descrito por él, se puede concluir que los comerciantes
debían usar antes del Diario, un borrador. Las operaciones
anotadas en el borrador eran convertidas a la unidad monetaria
elegida y recién entonces se hacia la anotación en
el Libro Diario.

Pacioli, en su libro, también enuncia los
principales fundamentos de la partida doble:

  • No hay deudor sin acreedor

La suma que se adeuda a una o varias cuentas ha de ser
igual a la que se abona

  • Todo el que recibe debe a la persona que da o
    entrega.

  • Todo valor que ingresa es deudor y todo valor que
    sale es acreedor

  • Toda perdida es deudora y toda ganancia es
    acreedora

El saldo representa el valor de la cuenta y se obtiene
la diferencia entre el debe y el haber, pudiendo resultar saldo
deudor o acreedor.[34]

La contabilidad
contemporánea

En toda Europa el auge político del liberalismo
dio como resultado la expansión del proceso
económico conocido como Revolución industrial. Fue
a partir de esta época cuando la contabilidad comienza a
sufrir grandes trasformaciones.

Así tenemos al primer teorizante formal de las
cuentas Edmon Degrange (padre) que en la Tenue des Livres Rendue
Facile, en 1795 distinguió dos clases de cuentas,
llamadas:

Deudoras y acreedoras

Otras que eran las que se le presentaban al
propietario.

Su teoría se conoce con el nombre de las cinco
cuentas, siendo ellas:

  • Efectivo

  • Mercancía

  • Instrumentos negociables
    recibidos

  • Instrumentos pagados y

  • pérdidas y ganancias;

Modifico el tradicional juego de Diario y Mayor, por el
diseño de diario Mayor Único, ahorrándose
así mucho tiempo al llevar un solo libro.

En 1804 Edmond Degrange(hijo) realiza una fórmula
que fue la brújula de esta teoría que a letra
decía: "débito a aquel de quien se recibe,
acredítese a aquel que a quien se da."

La contabilidad tenía que ir paralelamente al
adelanto comercial e industrial, y así en St. Jaimes el 23
de octubre de 1854 es concebida por cedula real por la corte de
la Reyna Victoria la fundación en Edimburgo "The Institute
of Chatered Accountans of Scotland", agrupación de
contadores con mas abolengo y la más antigua.

Desde 1789 hasta hoy. A partir del ciclo XIX la
contabilidad ha tenido trascendentales modificaciones de forma y
de fondo:[35]

De forma

  • Surge el Diario Mayor único, el
    sistema centralizador, la mecanización y la
    electrónica contable.

  • Se inicia una nueva técnica: Los
    Costos.

  • El estado incide en los requisitos
    jurídico-contables y el ejercicio de la
    profesión.

De Fondo

  • Se constituyen diversas escuelas en
    función a su concepción de las
    cuentas.

  • Personalista.

  • De valor

  • Abstracta

  • Jurídica

  • Positivista

  • Inicia el estudio de principios
    tendientes a resolver problemas relacionados con los precios
    y la unidad de medida, surgen conceptos como:

  • Depreciación

  • Amortización

  • Reservas

  • Fondos

  • Se racionaliza el sistema de
    enseñanza

  • La ética es la base fundamental
    del ejercicio de la profesión contable.

La contabilidad en el Siglo XIX y
XX

Siglo XIX y primeros años del siglo
XX

En sus primeros tiempos, hasta finales del primer tercio
del siglo XX, la historia de la contabilidad se concibe
fundamentalmente como el estudio de los autores y los tratados
contables del pasado, aunque no faltan algunos estudios aislados
sobre libros de cuentas.[36]

El tema absolutamente prioritario es el de la
evolución de las técnicas contables y la
identificación y señalamiento de las novedades que
se producen dentro de ellas.

Son trabajos claramente realizados por estudiosos de la
contabilidad, interesados casi exclusivamente por la
evolución y progreso de su disciplina.

A finales del siglo XIX y principios del XX se dan a
conocer las primeras asociaciones de contadores que buscan
orientar la contabilidad bajo estándares y reglas
generales.

El surgimiento de investigadores contables en busca de
una teoría no tiene resultados unánimes; se
presentan diferentes y variados puntos con respecto a lo que
debería ser la práctica
contable.[37]

Entre las más importantes se
encuentran:

  • Teoría de la
    personificación

Consiste en ver en la cuenta una persona ficticia que
recibe y entrega. Se creó porque no todas las personas
podían ser responsables por los valores existentes en una
organización.

Esta teoría se ocupaba sólo de la cuenta y
de explicarla, pero dejaba a un lado el entorno
económico.

  • Teoría jurídica

Esta teoría concede gran importancia a la empresa
como sujeto de derecho y su estudio se basa en las implicaciones
jurídicas que de la práctica y profesión
contable se puedan derivar.

Esta teoría dio origen a la
normalización internacional y contribuyó a
entender y legislar las obligaciones jurídicas que la
organización tiene con sus propietarios, con el estado y
la sociedad.

  • Teoría económica

Los representantes de esta teoría consideran que
la práctica contable debe estar sujeta al momento
económico y a los cambios que en este se
produzcan.

  • Teoría de la contabilidad
    pura

Su objeto fue la investigación experimental,
teniendo en cuenta el dato fundamental de donde partían
las cuentas de balance y no de forma contraria.

Descubre el sistema que permite reportar
información sobre el patrimonio de las personas en las
organizaciones.

  • Teoría administrativa

Esta teoría integra los valores humanos a los
valores financieros de la empresa.

Reconoce el carácter predictivo que obtuvo la
contabilidad y la importancia para el desarrollo de una
organización.

Estado actual de la
contabilidad.

"Actualmente la técnica contable está muy
adelantada. La teoría contable en que se sustenta aquella,
se encuentra en un proceso de reelaboración total que pone
en duda la vigencia de los principios tradicionales sostenidos
hasta el presente."[38]

Partes: 1, 2, 3
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