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Los paradigmas, la neurociencia y el futuro del pensamiento crítico (I)




Enviado por Felix Larocca



  1. El
    progreso de las ciencias
  2. El
    presagio de la neurociencia
  3. La
    ciencia y su filosofía
  4. Thomas
    Kuhn
  5. Nace
    la Revolución copernicana
  6. La
    coherencia
  7. Las
    tres etapas
  8. Repercusiones
  9. Otro
    concepto avanzado por Wilson: La
    Consiliencia
  10. En
    resumen
  11. Bibliografía

En el año 2007 se conmemoraron dos
fechas importantes, las de la muerte de dos científicos
que fallecieron hace 300 años: el sueco, Carlos Lineo
(1707-78) y el francés, Georges-Louis Leclerc, conde de
Buffon (1707-88).

Aunque Lineo ha acumulado mayor prestigio
que Buffon; el francés tuvo una carrera más
distinguida y una producción mayor de obras
científicas, muchas de las cuales no fueron publicadas
hasta después de su muerte.

Muchas fueron erróneas — mientras
que otras no lo fueron.

Ambos naturalistas dejaron una estela de
interés en los fenómenos de la Naturaleza, dignos
de ser emulados.

El progreso de
las ciencias

Nuestras ciencias naturales han avanzado
mucho en estos trescientos años, viviendo su época
más impresionante al concluir el primer milenio de nuestra
historia.

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Hoy gozamos de una infusión
científica que controla nuestro pensamiento. Esta
tendencia del conocimiento y orientación intelectual
proviene del campo de la neurociencia que ha invadido todos los
aspectos de nuestras vidas, como antes lo hiciera el
psicoanálisis.

Pero hay peligros que, para ser evitados,
merecen nuestro escrutinio, y el examen de errores pasados, que
no queremos repetir.

El presagio de la
neurociencia

El peligro de la influencia de la
neurociencia en nuestras vidas es que, como disciplina es tan mal
entendida, como lo fuera el psicoanálisis, en sus
principios.

Quien no sabe — en ciencia — lo que
busca, nunca entiende lo que encuentra…

La neurociencia, por contraste con el
sistema freudiano, nos expone a más dilemas de
acción. Porque goza — cuando se expresa — de
experimentos, repletos de imágenes dramáticas de la
actividad del cerebro, las que para muchos son persuasivas,
haciendo de lo que pretenden explicar; verdades, aunque, sean
falsedades. Y, además, de que disfruta del impacto
derivado de la mención de los efectos, en nuestros
encéfalos, de sustancias extrañas, llamadas
neurotransmisores que son los equivalentes biológicos al
adagio vetusto: "el diablo me hizo hacerlo", ya que cuando
éstas actúan, todo lo cambian — desde la
hostilidad, hasta el amor.

Hay que ser vigilantes…

Para justificar nuestras actitudes
ingenuas, podemos argumentar que el psicoanálisis gozaba
del antídoto del psychobabble, ya, que, como
nadie lo entendiera; y siendo tan abstruso, pocos deseaban
estudiarlo — hasta que los cognoscente lo adoptaran y
lo apropiaran, usándolo a su favor, con resultados tan
deplorables como trágicos.

En un artículo que aún no se
ha publicado y que está fijado para aparecer en un
número próximo de la revista profesional
Journal of Cognitive Neuroscience, los autores nos
comunican su preocupación acerca del uso erróneo
con que se aceptan explicaciones — equivocadas o ciertas — si
éstas se basan en la neurociencia. (Skolnick Weisberg, D
(et.al): The seductive allure of neuroscience
explanations
(in press): J. OF COGNIT.
NEUROSC.).

El diseño de este experimento es
impecable y sus resultados son trascendentales, ya que nos provee
con un instrumento de gran utilidad para reflexionar acerca de
aspectos de lo que hoy sabemos y de lo que aún no
conocemos acerca de la fisiología del cerebro y de la
función de la mente –– pero, que algunos usan de
modo falsificado — como si supieran — para avanzar sus
ideas.

Esta ponencia, que hoy presentaremos, en
dos partes; es acerca de la ciencia, de la psiquiatría, de
la neurociencia y de los impactos de la última, en las
disciplinas del comportamiento humano.

La ciencia y su
filosofía

La ciencia moderna ha contraído una
deuda enorme con el filósofo e historiador de la misma,
Thomas Kuhn, por sus contribuciones a su entendimiento como
disciplina, como adelante apreciaremos.

Mi introducción a Kuhn fue en el
año 1973, por serendipia.

Un taller electivo se ofreció en el
Instituto para el Psicoanálisis en Chicago, para el
estudio de: Las Estructuras de las Revoluciones
Científicas y de los Paradigmas, en la Evolución
del Pensamiento Psicoanalítico.

El libro de texto, y el autor del mismo,
eran para mí, ambos desconocidos.

Thomas
Kuhn

Muy pronto Thomas Kuhn y Las
Estructuras
, se volverían palabras familiares, no
sólo para mí, sino para todos en toda la
ciencia, como más adelante sería — la condenada a
la ruina — sociobiología de E. O. Wilson —
cuya existencia fue atacada del modo más impudente por el
establecimiento científico — como asimismo fuera
Kuhn.

Una de las sorpresas más
gratificadoras para mi entrenamiento en el arte y la disciplina
del psicoanálisis fue este curso, enseñado por uno
de los discípulos más allegados a Heinz Kohut, Paul
Ornstein, quien en ese entonces, nos hablara, a un grupo de
escépticos, del psicoanálisis de quienes sufrieran
de la enfermedad maníaco-depresiva en su fase
maníaca.

Algo absurdo, dirían algunos…
Pero, no, si uno acepta las inexactitudes diagnósticas de
aquellos tiempos.

DSM-etc. nos serviría para
algo…

Pero éste no era un curso acerca de
la técnica psicoanalítica ni de la teoría
del narcisismo. Éste era un taller formal acerca de la
obra por Thomas Kuhn — conocida, también, como la
Estructura de las Revoluciones Científicas — y
de cómo impactaba con su noción de cambios de
paradigma, en el futuro del psicoanálisis como
ciencia.

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Humpty Dumpty…

La obra de Kuhn, por razones
extrañas, permanece por muchos ignorada, aun en el
currículo de psicología de las universidades
más progresivas del mundo — como nos lo atestigua el
amigo y vecino hibernal; el Profesor Zbigniew Pleszewski de la
Universidad de McGill, donde la Estructura no se
enseña como parte del programa de estudio.

El profesor Pleszewski, debe saberlo, ya
que encabeza el departamento y enseña la Historia de la
Psicología.

Para nosotros, la tesis de Kuhn, es
contribución al entendimiento científico que
debiera de ser estudio requerido, por todos quienes se interesen
en toda ciencia aplicada y en su metamorfosis
evolutiva.

Para esta tesis, una sinopsis breve de esta
labor monumental, se presenta, adaptada de fuentes variadas y
citadas en la bibliografía.

El libro apareció en el año
1962 como The Structure of Scientific Revolutions. Su
publicación se considera un hito en la sociología
de la ciencia y del conocimiento; popularizando los
términos paradigma y cambio
paradigmático
.

La génesis de esta
publicación, Kuhn mismo la traza al 1947, cuando era
estudiante de psicología en Harvard University y
le asignaran la enseñanza de un cursillo en ciencia para
los estudiantes nuevos.

Kuhn admite que para la tarea fijada,
carecería de orientación o de líneas
directivas. Teniendo que ensamblar textos filosóficos
arcaicos que no le proporcionaran satisfacción
intelectual.

Más adelante, en un esfuerzo
metódico y deliberado, Kuhn analizaría la historia
y la filosofía de la ciencia, enfocando en los conceptos
más salientes de cualquier época.

Adoptando esta posición, el autor
concluye que la evolución de las teorías
científicas no emerge de la acumulación progresiva
y lineal de hechos, sino que procede de acuerdo a los cambios que
ocurren en todos sus aspectos intelectuales y teóricos,
siempre en estado de flujo.

La historia de la ciencia, aquí se
entiende, como un proceso a-lineal.

Para apoyar sus teorías, Kuhn
explora la historia de la ciencia en general y de la
química en particular, guiándonos a través
de los cambios adaptados, por estas disciplinas, a medida que el
conocimiento avanzara.

En éstas, Kuhn detectaría,
que un cuerpo de razonamientos, progresivamente, suplantaba al
otro.

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Cambio de paradigma…

Nace la
Revolución copernicana

Copérnico propuso la
concepción de un universo heliocéntrico que estaba
en conflicto con las concepciones previas por Tolomeo
establecidas.

Las nociones de Copérnico,
carecían de credibilidad formal y fueron de inmediato
descartadas por sus contemporáneos — algo que Kuhn
considera justificado por la falta de soporte que la
teoría ofreciera.

No fue hasta que Galileo Galilei
introdujera sus nuevos conceptos acerca de los movimientos
astrales, que las ideas de Copérnico se
aceptarían.

Luego se introdujeron las conjeturas de
Johannes Kepler, cuyas nociones añadieron más peso
a las hipótesis de Galileo, culminando en la
producción del cambio paradigmático efectuado por
Newton — basado en los ajustes que los astrónomos que,
antes de que él viviera, hubieran catalizado.

La
coherencia

Uno de los goles de toda ciencia es el de
encontrar modelos que puedan explicar tantas observaciones
experimentales como sean posibles, sin aventurarse muy lejos en
especulaciones abstrusas, como lo indica el pensamiento de
William de Ockam, dentro de un patrón estable.

Aquí repetimos el aforismo que
introdujera el fraile William de Occam (u Ockham): entia non
sunt multiplicanda praeter necessitatem
, el cual traduce a:
No ha de presumirse la existencia de más cosas que las
absolutamente necesarias
.

La progresión científica de
Galileo, a Kepler, a Newton yació las fundaciones para el
cambio de paradigma que diera nacimiento a la nueva
cosmología.

Este tipo de paradigma, lo conocería
Kuhn como la ciencia normal.

Etimología

El término paradigma se origina en
la palabra griega pa??de??µa
(paradeigma), que significa "modelo" o "ejemplo". Que, a
su vez, tiene las mismas raíces que
pa?ade?????a?, que significa "demostrar".

Pero, asimismo existe el principio de la
entropía.

A medida que un nuevo paradigma se estira a
sus límites, sus dificultades en explicar nuevos
fenómenos comienzan a acumularse — la inestabilidad de
los sistemas, de acuerdo a la segunda ley de la
termodinámica, se establece y cambios irrumpen.

En estos comienzos, el significado de la
inestabilidad en la ciencia, es evaluado por quienes practican la
disciplina cambiante.

Algunos acontecimientos o anomalías
se dimiten como siendo accidentales o como errores de
observación. Otros se corrigen con ajustes menores
conceptuales. Otros se resuelven de modo espontáneo —
Kuhn observa que todos estos cambios de dirección no
disuaden a la mayoría y, que nadie, como resultado, pierde
la fe en la disciplina en cuestión.

Pero, sucede que en toda comunidad de
científicos existen algunos que son más resolutos
que los demás. Estos últimos, juzgando que una
crisis se desarrolla, se embarcan en lo que Kuhn llama ciencia
revolucionaria, explorando alternativas a los principios y
asunciones establecidas por ya mucho tiempo.

Este paradigma incipiente no se arraiga de
inmediato, porque siendo nuevo, está plagado con
anomalías ideológicas
intrínsecas.

La resistencia al cambio se considera
normal.

Cuando el nuevo paradigma empieza a hacer
su presencia sentida, aunque tenuemente, la mayoría de los
científicos opondrán el nuevo concepto,
especialmente aquellos que son de tendencias
conservativas.

Los científicos más
innovadores serán los primeros que adoptarán las
nuevas direcciones — llegando a un punto donde se
encontrarán adherentes a ambos paradigmas, pero en campos
opuestos. Aunque, en tiempo debido, si el paradigma nuevo se
unifica y se solidifica terminará reemplazando el otro
paradigma y un cambio de paradigma habrá
ocurrido.

Las tres
etapas

Cronológicamente, Kuhn diferencia
tres etapas de evolución.

La primera, sólo aparece una vez, y
se la conoce como la fase pre-científica, en ésta
no existe consenso en ninguna teoría. Esta fase se
reconoce porque predominan teorías incompatibles,
incompletas y contradichas entre ellas.

Si los actores en la comunidad
pre-científica eventualmente gravitan hacia algún
patrón conceptual y más adelante a un consenso
generalizado en la aplicación de métodos,
terminología, y la clase de experimentos aceptados. Un
grado de discernimientos se vislumbra, marcando el comienzo de la
segunda fase de ciencia revolucionaria.

Una ciencia puede travesar varias fases de
ciencia revolucionaria en su progresión, hasta que llega
al período de transición.

El período de
transición

Este período no es ni rápido
ni sencillo. Kuhn aquí cita a Max Planck que observa lo
siguiente:

"… una nueva verdad
científica no triunfa convenciendo a sus oponentes;
haciendo que ellos vean la luz, si no, porque sus oponentes
eventualmente mueren y una generación nueva nace, que
está familiarizada con la nueva verdad
".

De acuerdo a Kuhn, los paradigmas
científicos que precedieran y siguieran un cambio de
paradigma son tan diferentes que sus teorías no son
comparables.

El cambio de paradigmas afecta y transforma
la ciencia en todos sus respectos y en todos sus
aspectos.

Kuhn los considera inconmensurables —
careciendo de compatibilidad, comparación y
reconciliación.

Muchas teorías de este modo
comparten existencias paralelas pero antagónicas en sus
diferencias. El psicoanálisis de Jung y el
freudiano.

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Movimiento ilusorio

Los representantes de las disciplinas en
competición se encuentran en una posición imposible
frente a sí mismos.

Para los campos en competencia, nunca
existirán pruebas que justifiquen una creencia sobre la
otra. La verificación siendo imposible.

Una teoría se considerará
falsificada y la otra veraz.

Las ideas de Kuhn acerca de toda
progresión científica

Para el filósofo, la tarea de la
ciencia es la de resolver problemas, por ello consideró
que para que un nuevo paradigma pudiera ser aceptado en la
comunidad científica, primero, debía de resolver
algún problema existente, por todos reconocido y en
búsqueda de solución. Y segundo, el paradigma nuevo
debería prometer la preservación de una
porción relativamente significativa de los principios
históricos que gobernaran el viejo paradigma.

Sería superfluo establecer que las
ideas de Kuhn en el campo de la filosofía de la ciencia
fueron paradigmáticas ellas mismas y que llamaban a un
cambio de paradigma en su propia ciencia. Que sería
exactamente, lo que el joven Kuhn vislumbrara, cuando tratara de
enseñar los estudiantes que le asignaran en
Harvard.

Críticos y
críticas

Muchos hoy critican a Khun, por ir
"demasiado lejos" en sus asunciones y otros, por "no ir lo
bastante lejos".

Nada es nuevo bajo el
sol…

Muchos lo acusan de tratar de menoscabar la
ciencia misma en sus fundaciones — otros lo consideran
responsable por hacer de la ciencia un concepto
plausible.

Repercusiones

Los cambios que ocurren en las ciencias
políticas, los negocios, las economías se expresan
a menudo en términos adaptados de las teorías de
Kuhn — y, hoy — peligrosamente — de las
neurociencias.

Aunque, por abuso en su uso, las nociones
de paradigmas y de los cambios de paradigmas se hayan convertido
en clichés inespecíficos sin valor alguno — ya
que aunque no posean relación con las ideas del
filósofo — su valor es cierto cuando se aplican
juiciosamente.

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La "visión" de algunos
científicos…

Por ejemplo, y, a pesar de las
críticas; en 1983, los capítulos y las nociones de
Kuhn, contenidas en la Estructura, se reportaron como la
obra más citada en el siglo XX.

Muchos de sus antagonistas
ideólogos, lo resintieron…

Así es la vida, y así es la
envidia.

Kuhn, por su éxito y por su
visión, permanece como uno de los pensadores más
exaltados y vilipendiados que hayan existido.

Simposios y miles de páginas se han
escrito en su defensa y en su censura, sin que hayamos llegado a
un acuerdo — precisamente, lo que él
predijera.

Mientras tanto, aquí nos
serviría un ejemplo de las pasiones que los
científicos confrontan cuando tratan de introducir un
cambio de paradigma.

Veamos la influencia del entomólogo
E. O. Wilson; originador, inadvertido y aciago, de la palabra
sociobiología.

Wilson se distinguió primordialmente
por ser la autoridad mundial en el estudio de las hormigas,
demostrando su comunicación entre ellas, por medio de las
feromonas.

Asimismo, Wilson se convirtió en el
exponente principal de la sociobiología, que
consiste en su creencia de que existen bases orgánicas
para todos los comportamientos sociales entre animales — seres
humanos incluidos — lo que atrajera controversias
desproporcionadas y adversas al valor de sus ideas.

La sapiencia y el coraje de un
mirmecólogo: La sociobiología o la
psicología evolucionaría — término este
último, adoptado por razones políticas

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Nuestra traílla
genética

Wilson estableció la
sociobiología como una nueva disciplina
científica. Argumentando que todo comportamiento animal,
incluyendo el de nuestro género, está afectado por
los genes y es nunca, enteramente, resultado del libre
albedrío. Considerando este concepto como nuestra
"traílla genética".

Esta teoría ha sido seminal,
controvertida, y de mucha influencia en el pensamiento de quienes
estudian la biología y sus aportes.

La controversia que plaga la
investigación sociobiológica, es en la
manera en que ésta aplica a los seres humanos.

La teoría rechaza la noción
básica de la tabula rasa, que mantiene que en nuestra
especie, como seres humanos, nacimos sin ningún contenido
innato mental y que la educación recibida funciona
aumentando nuestro conocimiento y nos asiste en la supervivencia
y la adaptación.

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En el último capítulo del
libro Sociobiology y en su volumen compañero,
On Human Nature, Wilson mantiene que la mente humana ha
sido conformada tanto por la herencia biológica como por
la cultural — sino más por la última.

Esta postura fue el origen de las
dialécticas amargas provenientes de críticos,
intolerantes de los cambios de paradigma que Wilson
desencadenara.

Podemos estar en desacuerdo, siempre
que me concedas la razón,
nos informan los
representantes de la ciencia pura.

Otro concepto
avanzado por Wilson: La Consiliencia

En su libro publicado en el 1998
Consilience: The Unity of Knowledge, Wilson
discute métodos que se han utilizado para unificar las
ciencias y que pudieran lograr unir las últimas con las
humanidades. Para ello él propuso el término de la
consiliencia como descriptivo de todos los campos
especializados del conocimiento humano, que funcionan en
coherencia.

Wilson interpreta la naturaleza humana como
si consistiera en una colección de principios
epigenéticos — los patrones genéticos del
desarrollo emocional.

Él mantiene que las culturas y las
costumbres son productos derivados, y que no forman parte de
nuestra naturaleza.

Por ejemplo nos dice, que el arte no es
función de nuestra naturaleza, pero que la
apreciación del mismo, lo es.

Asimismo argumenta que conceptos como la
apreciación del arte, el miedo de culebras, o el
tabú del incesto (Efecto de Westermarck) pueden analizarse
por medio del método científico.

Hoy, algunos neurocientíficos, nos
tratan de "vender" el gen de Dios y, aún el de la
obesidad.

El Humanismo Científico

Otra expresión acuñada por
Wilson fue el término Humanismo
Científico
, expresado como describiendo "la
única visión mundial de entendimiento, capaz de
integrar científicamente las leyes naturales y el
conocimiento creciente del mundo que nos circunda".

Dios y la religión

Wilson no se detuvo en el
Sabbath.

Para Wilson la noción de Dios reside
en lo que él llama teísmo provisional. Lo
que consiste en un sistema de creencias que se aleja del credo
tradicional.

Sus argumentos son distintos, porque Wilson
mantiene que la creencia religiosa y en una divinidad, son
productos de la evolución. Él argumenta que
éstos no deben de ser dimitidos o aceptados por su valor
nominal; sino que deben de ser investigados por el método
científico, para entender mejor su impacto en la
naturaleza humana.

Durante su evolución personal y
científica Wilson ha contribuido otras ideas de
importancia que aquí omitimos por su falta de coherencia
para esta presentación.

Críticas

Todo desvío paradigmático
atrae los rayos fulminantes de los críticos. Wilson
disfrutaría del raro privilegio, de contar entre sus
detractores más severos, sus propios colegas en
Harvard.

Los mejores conocidos son: Marshall Sahlin,
Richard Lewontin y el fallecido Stephen Jay Gould.

Pero sus críticos fueron extirpe
implacable, acusándolo de misoginia, racismo y
eugenesia.

En el 1978 un jarrón de agua fue
derramado en la cabeza de Wilson, en medio de una conferencia,
por uno de los participantes en la misma — todo en nombre de la
ciencia, de la libertad de la expresión académica y
de las ideas científicas.

Con ello retornamos al principio de esta
ponencia, en dos partes

Para que una ciencia progrese y para que su
futuro sea asegurado debe de adaptarse a los cambios
históricos que, a medida que las otras ciencias y las
humanidades evolucionan, sustentan.

No podemos aceptar el desvío de
paradigma que la neurociencia impone a la psiquiatría, ni
a pie juntillas, ni a ciegas.

Nuestra misión, como rabís
seculares es la de enseñar el camino — luego de haberlo
estudiado y entendido — para hacerlo.

Para ello — repetimos — hay que
estudiarlo y entenderlo. En vez de aplicarlo — sin estudiarlo y
sin entenderlo — como con frecuencia se hace.

En
resumen

En esta primera ponencia hemos descrito los
pasos que marcan los cambios de paradigma en toda ciencia.
Asimismo hemos indicado los peligros inherentes que se asocian a
las aplicaciones gratuitas e indiscriminadas, con que hoy,
frecuentemente, se implementan los principios fidedignos y
establecidos de las neurociencias; y, en la ponencia que sigue,
exploraremos las bases que confluyen en establecer una
psiquiatría, críticamente,
neurocientífica.

Bibliografía

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  • Hamer, D: (2004) The God
    Gene : How Faith is Hardwired into our Genes

    Doubleday

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca

 

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