La televisión de provincias en Cuba: Desafío a los laberintos del verticalismo
La televisión de provincias en Cuba: Desafío
a los laberintos del verticalismo – Monografias.com
La televisión de provincias en
Cuba: Desafío a los laberintos del
verticalismo
La televisión, en tanto medio de difusión
(comunicación) e industria cultural, es hoy día
objeto de estudio de varias disciplinas: Comunicología,
Sociología, Lingüística y Semiótica,
por mencionar algunas. Incluso, existe una nueva disciplina
denominada Television Studies cuyos máximos
exponentes radican en universidades norteamericanas e
inglesas.
El espectador cubano consume con agrado todo tipo de
series y telenovelas, fundamentalmente, aquellas que han sido
concebidas con un carácter globalizador al estilo de las
realizadas por las grandes corporaciones como Globo y Televisa,
por ejemplo. Existen evidencias de cómo se promueve el
cambio en prácticas culturales bajo la influencia
mediática: los restaurantes no estatales son denominados
paladares luego de haber visto a una emprendedora mujer
brasileña en una tele novela. Algunas formas de vestir o
de llevar el cabello toman su nombre de personajes como Raquel o
Clara. Y por último podemos citar el caso del
merolico, modo de ocupación callejera que nos
llegó de Méjico con Gotita de
gente.
Diversos son los disentimientos en torno a la forma en
que se elaboran las parrillas televisivas y los contenidos o
formas de presentación de muchos de los programas
televisivos; o mejor dicho, productos televisivos. Del mismo
modo, muchos son los ataques contra series y telenovelas y por
supuesto, a quienes les promueven, los medios de
comunicación, específicamente; la
televisión:
"En el caso de los medios de comunicación cubanos
en particular, hay como una especie de dobles mensajes que te
hacen preguntarte por dónde es que va el tiro. Porque,
¿qué están proponiendo Las Chicas
Gilmore?; ¿qué está ofreciendo la
televisión como paradigma de poder ser dentro de
una sociedad?; el consumismo, lo superficial. La mayoría
de las series norteamericanas que tienen como protagonistas a
jóvenes y adolescentes lo que destacan es la frivolidad."
[1]
Aunque el artículo citado parta con el ejemplo la
serie Las chicas Gilmore, sería bueno acotar que
esa percepción se suele apreciar, además, en el
espacio de la telenovela con lacrimosas historias
brasileñas y colombianas; así como películas
manipuladoras –agrupadoras de una gran tele audiencia a su
alrededor- que podemos apreciar a cualquier hora del día
desde que amanece sea por nuestra red de TV o por otros
artefactos electrónicos. Las series norteamericanas, sobre
todo, señorean en muchas televisoras del
mundo[2]y cuando no penetran por la vía del
canal televisivo lo hacen, en nuestro país, por los
canales piratas de los "negocios privados".
Aunque parezcan inofensivas, las series y otras facturas
o productos audiovisuales de nuestra TV nacional, marcan
profundamente el imaginario y los gustos populares. Pero,
¿Qué sucede con/en la televisión que se hace
en las provincias –no habaneras- donde no se permiten
series ni telenovelas? ¿Qué patrones rigen la
producción televisiva en las provincias?
¿Cuál es la verdadera función de estas
televisoras? ¿Cómo se ven a sí mismos los
realizadores y directivos de estas televisoras? En busca de estas
y otras respuestas hemos tomado para estudio de caso a la CNC TV,
televisión de la provincia de Granma, y de ese modo
adentrarnos en algunos de los laberintos que le
acompañan.
Existe algo que a juicio nuestro debe ser el punto de
partida en estos análisis y es el hecho de que las
llamadas televisoras provinciales, locales y/o
comunitarias[3]o tele centros, no acaban de
definir su nombre identitario partiendo de sus funciones,
relaciones con los públicos y confección de sus
productos. Estas televisoras toman como paradigmas –o mejor
dicho, se les impone como paradkigma, por los directivos y
ejecutores o productores- la
continuación/contaminación de los patrones de
realización de la televisión nacional. La
mayoría de los programas nuestros se hacen a partir de
cánones ortodoxos pre-establecidos y de reglas de
producción de televisoras capitalistas, obviando el
postulado que tanto se repite de "hacer de nuestra
televisión una televisión culta y
educativa"[4]
Para que un programa de una provincia sea bueno tiene
que parecerse al que se hace en La Habana aunque nuestros
públicos sean diferentes. ¿Será que
aún no nos hemos percatado de que estas entidades -a las
cuales llamaré a partir de este momento
Televisión de proximidad– aunque pequeñas,
son industrias culturales con posibilidades de crear productos
singulares? ¿Deben permanecer y prevalecer en un
país socialista los patrones creativos televisuales del
modo de producción capitalista cuando se carece de un
financiamiento adecuado mínimo? ¿Hasta que punto
está reflejada la identidad de sus públicos en las
televisoras de proximidad? Es necesario acometer estos problemas
y buscarle respuestas no solo desde el mundo de la
comunicación y del arte, sino recurrir también a
las ciencias mencionadas con anterioridad.
Según el investigador Fabio Roche, "Las
propuestas de las televisiones comunitarias en términos de
nuevos formatos y géneros televisivos y en términos
de lo que se quiere hacer en estos espacios desde el punto de
vista estético y de lenguajes, presentan hoy día un
escaso nivel de maduración y aún de
reflexión sobre el tema".[5] A nuestro
juicio, se hace necesario definir, ante todo, la esencia de estas
televisoras para poder dejar claros sus territorios por lo que
uno de los primeros elementos que se deben dejar sentados
claramente es la diferencia entre un telecentro,
una televisión comunitaria, una
local, una territorial, y una
Televisión de proximidad. Propongo
comenzar el análisis en le mismo orden que les menciono
teniendo en cuenta el grado de familiaridad de los
términos con los realizadores principalmente.
Comencemos por dejar claro que el término
telecentro, el más extendido entre
nosotros lo cubanos, ha sido empleado de manera incorrecta si
tenemos en cuenta que así se conoce, por
Resolución, en America Latina a las entidades que nosotros
hemos denominado Joven Club de
Computación.[6] Este hecho no debe ser
desconocido por nuestros investigadores y funcionarios de los
medios ya que pertenecemos a la Unión Latina y se han
presentado reportes de cómo se desarrolla este tipo de
trabajo en el país.[7]
De acuerdo con el informe citado Los "telecentros
comunitarios" son experiencias que utilizan las
tecnologías digitales como herramientas para el desarrollo
humano en una comunidad. En los telecentros comunitarios se
forman facilitadores/as y promotores/as comunitarios/as, no
solamente en aspectos técnicos de información y
comunicación sino también en los usos
estratégicos de las tecnologías digitales para el
cambio social. Los locales de los telecentros comunitarios son
lugares de encuentro e intercambio, espacios de aprendizaje,
crecimiento personal, y movilización para resolver
problemas y necesidades de la comunidad. De hecho, proponemos,
entonces, descartar el término telecentro
aplicado a la televisión de provincias para evitar
duplicidad y/o confusiones.
Destaquemos que el término telecentro, cuando lo
aplicamos a las televisoras provinciales, no provine de la nada.
La investigadora Neyki Machado Flores[8]nos dice
que los telecentros o canales provinciales constituyen: emisoras
de televisión sin frecuencia radioeléctrica propia,
que utilizan para sus transmisiones un horario asignado por el
sistema televisivo nacional a través de uno de sus
canales. Realizan una programación orientada a informar
sobre los acontecimientos provinciales, promover la idiosincrasia
del territorio donde están enmarcados y entretener a la
audiencia. (Cabrera y Legañoa, 2007: 77); el empleo de
este nombre para las televisoras provinciales tiene su origen en
una de las denominaciones primarias dadas sin ánimos de
confundir, sino de definir o nombrar algo.
Si bien Machado Flores y otro grupo de investigadores se
acercan responsablemente al análisis de las televisoras de
los municipios, hay algo que no queda claro y es la diferencia
entre lo local y lo comunitario. No obstante ello, "en
líneas generales, al hablar de Televisión
comunitaria (o como queramos llamarle hasta este momento) se
refiere a espacios de comunicación en primera instancia
guiados por el intercambio de saberes locales" (Machado,
2010)
El empleo de de la frecuencia de un canal
nacional[9]para la transmisión, en el caso
de los canales no nacionales, es uno de los mayores
obstáculos pues no pueden disponer de un horario que pueda
re-conocerse como propio ya que no hay independencia pues cada
vez que el canal matriz necesita la señal la toma. La
usurpación de la señal por el canal matriz puede
durar hasta más de 10 días en dependencia de los
eventos o hechos que vayan a ser transmitidos por el Canal
nacional. Esta situación crea otros problemas o nuevas
encrucijadas: personal sin trabajo durante todo ese tiempo y
ruptura de la sistematicidad de entrega de productos televisivos
de proximidad a los públicos creados.
El término "Televisión
comunitaria," en Cuba, hemos visto que no guarda
ningún tipo de relación con lo expuesto
anteriormente. De acuerdo a otros paradigmas y conceptos
establecidos por países latinoamericanos con proyectos
televisivos no centralizados, podría definirse como
televisión comunitaria a la Televisión
Serrana[10]dado el trabajo que desarrollan los
jóvenes de esa institución. Varios son los trabajos
investigativos que hemos leído en torno a esta peculiar
institución.
Cuando hablamos de "televisión local",
aún, este concepto sigue siendo un engendro de ideas
estéticas donde se funde y prima la subjetividad del calco
a partir de lo que se ve en televisoras internacionales o
nacionales, unas veces por ingenuidad y otras por
imposición. El término local, por tanto, hasta este
instante, se escapa de parámetros para su
definición.
La televisión comunitaria, que referiremos, en
cambio, basa sus trabajos en la vida del ámbito de una
comunidad y va dirigida a esa comunidad partiendo de las
prácticas culturales de sus públicos. Lo local lo
podemos apreciar en la señal de los llamados canales
municipales.
Veremos lo local, en este trabajo, como un espacio
físico, social y geográficamente delimitado, donde
tiene lugar un sistema de interacciones económicas,
políticas, sociales y culturales, que producen y
reproducen relaciones interpersonales e intergrupales sobre la
base de problemas, demandas, objetivos, necesidades e intereses
que en alguna medida le son comunes a sus
miembros.[11]
En el centro de la definición identitaria de lo
local, podría ubicarse el sentido de comunidad hasta
cierto punto, si lo vemos instalado obviamente en la subjetividad
social, donde son percibidos y sentidos un conjunto de valores y
aspiraciones comunes a una colectividad, los cuales se configuran
en las prácticas transmitidas y compartidas por los
individuos y sus grupos.
Lo comunitario está encerrado en un
perímetro más claramente delimitado y con otras
características. Lo comunitario se circunscribe más
al barrio, -tal y como se piensa y connota este perímetro
en Cuba- que a la localidad, de acuerdo a como se tiene en
sentido general concebida esta televisión de acuerdo con
el término.
Fabio Roche en su artículo Medios
comunitarios: medios alternativos, tejido social y
ciudadanía en Bogotá toma una televisora
comunitaria de un barrio bogotano y hace un desmonte de la
parrilla de esa entidad verdaderamente comunitaria y aunque
él no lo menciona sería bueno que observemos
cuidadosamente los elementos que este investigador
relaciona:
"Miremos a continuación algunos de los temas y
espacios que han tenido cabida en las transmisiones del Canal
8 de "Telecomunidad", (…) se han montado programas de
promoción de cantantes y artistas locales y barriales, se
han transmitido actos culturales de jardines infantiles y de
colegios, bazares que se realizan en los barrios, partidos de
microfútbol de básquetbol, o el campeonato de tejo
de un barrio. [12]
El elemento que este autor deja de mencionar es el
término "prácticas culturales". Realmente, el canal
mencionado de televisión comunitaria se ha ido al reflejo
de las prácticas culturales de un barrio, de una
comunidad, donde los intereses son más homogéneos a
pesar de la diferencia lógica entre individuos: lo
identitario, lo barrial, se refleja en una parrilla –aunque
inestable- que responde a las prácticas culturales de sus
públicos.[13]
Es evidente que el término de TV comunitaria se
va definiendo no solo por su alcance, sino por sus objetivos. La
televisión comunitaria puede tener transmisión por
cables, o puede ser por medio de debates públicos con
medios de reproducción propios como el DVD o el video
proyector. Lo que si debe quedar claro es que debe estar
despojada de todo prejuicio o tara de las que prevalecen en la
televisión "otra"; la verticalmente convencional
con alcance mayor y públicos diferentes.
Una televisora que esté en la constante
búsqueda de ratings y tratando de competir con otras en un
país como el nuestro no tiene sentido, más cuando
todas responden a una misma política cultural y de
programación. La diferencia solo puede estar marcada por
el reflejo de la identidad local, comunitaria o de proximidad,
según corresponda. Lamentablemente, no son estos los
aspectos que se manejan, generalmente, al estructurar sus
parrillas.
Llegamos, de este modo, a la señal de nuestro
canal CNC TV, de la provincia de Granma. Esta rebasa las
fronteras del barrio o la comunidad y queda por encima de una
territorialidad concebida en la concepción
geográfica de la provincia. En el caso de canales de este
tipo, también deben construir sus parrillas desde
necesidades y prácticas culturales. Solo que estas
prácticas rebasan el límite de lo comunitario, lo
local, lo provincial y demás conceptos asociados al sitio
donde se encuentra enclavada la televisora, al alcance de su
señal y llega a públicos diversos; los
públicos que están próximos a la
señal y a los cuales se puede aproximar el mensaje de los
productos de este tipo de televisora: públicos de
proximidad. Entendamos la proximidad no solo en
términos de distancia, sino, principalmente, en
términos de intereses próximos entre las diversas
comunidades y localidades que reciben la
señal.
El término de televisión de
proximidad donde primero lo hemos encontrado es en redes
locales o televisoras no comerciales ni estatales de
España[14]En España se han
denominado televisoras de proximidad, indistintamente, a las que
cumplen las condiciones que estableceremos en este trabajo como a
las comunitarias, de acuerdo a lo ya descrito. O sea, que nuestra
forma de ver e interpretar la proximidad es diferente por cuanto
en España sucede con el concepto de proximidad lo mismo
que hemos visto anteriormente en Cuba con los términos de
locales, comunitarios, tele centros, etc. A pesar de haber sido
pensadas de otro modo como se evidencia en el marco legal
mediante el cual se instituyen las televisoras de proximidad en
España.[15]
La televisión de proximidad es un medio al
servicio de mediaciones socio culturales. "Los diferentes
soportes técnicos agrupados en el término
medios de comunicación de masas, tienen como
característica el hecho, como el concepto lo indica, de
mediar, de establecer espacios de comunicación,
de establecer contactos, donde se otorgan nuevos significados a
la realidad y donde se produce sentido social, cuya
organización orienta hacia un receptáculo de
mensajes que navegan en múltiples direcciones, a los
cuales los individuos y grupos pueden o no acceder, quieren o no
usar."[16] De modo que las "Televisoras de
proximidad" -cuya difusión es realmente limitada a
las zonas aledañas a su unidad transmisora con un radio
que aunque restringido como hemos dicho anteriormente-,
además, transgreden los límites geográficos
de lo que conocemos como un barrio o "comunidad", al
menos en Cuba.
La televisión de proximidad tiene entre sus retos
hacer una programación que responda al reforzamiento de
las prácticas culturales existentes en sus zonas
próximas por cuanto es mucho más compleja la
elaboración que la de una televisora comunitaria. O sea,
esta televisión crea sus productos para la localidad de
Granma si abrimos el diapasón y nos ajustamos una vez
más al concepto de lo local antes mencionado.
Esta televisión, a la cual hacemos referencia,
enfrenta los retos de una mayor variedad de prácticas
culturales dentro de las diversas localidades de la provincia.
Granma se construye a partir de diversas localidades; diversas
características identitarias; cada una de esas localidades
se construyen desde sus prácticas culturales y al
ampliarse el área se amplían las necesidades
materiales y espirituales de diversos públicos; los
públicos próximos no solo a la señal, sino,
además, próximos en identidad,
características lingüísticas, étnicas,
etc. y demás factores culturales. Estos valores es lo que
en un modo los definen como públicos de
proximidad.
Dentro de los públicos de proximidad, por
consiguiente, existen diversas manifestaciones culturales y
clases sociales con su multiplicidad de prácticas
culturales. De modo, que esta televisión tiene que
trabajar desde la interculturalidad endógena de sus
públicos de proximidad constituidos en el conglomerado de
localidades para los cuales debe trabajar la televisora en
cuestión. Granma tiene públicos de llanos,
serranos, urbanos y rurales. Por las razones expuestas se propone
que identifiquemos los canales de televisión de las
provincias como televisoras de proximidad.
Por tanto, la proximidad debe entenderse no
solo desde la distancia, sino desde el acercamiento
conceptual que porten los productos de acuerdo a la identidad de
los públicos para los que se trabaja. La proximidad
está en lo intercultural y en la gestación
endógena de sus componentes. En la proximidad se encierran
los significados y significantes convenidos entre consumidores y
productores a través de las prácticas culturales
mediadas por la industria. Se trabaja para unos públicos
que no están ampliamente representados en los canales
nacionales –a no ser en los noticieros y programas
especializados- y que necesitan sentirse presentes y
representados en sus intereses socio culturales.
Los públicos de la televisión de
proximidad deben verse reflejados en la misma y los directivos de
estas entidades deben olvidar la carrera por ratings o de los
patrones conceptuales ajenos a las necesidades y posibilidades de
estos canales. Es necesario que estos canales tengan mayor
independencia creativa y que se elimine la verticalidad
estética.
La televisión de proximidad intercultural
produce, reproduce, promueve y oferta, aunque no comercializa
dadas sus características de entidades subvencionadas por
el Estado, sí oferta para un consumo de los
públicos de proximidad; y de cualquier manera, cumple con
las reglas de una industria que propone como producto la cultura
y las ideas a partir del goce estético.
Las televisoras de proximidad intercultural, como
industrias culturales, son en esta era digital, difusoras y
portadoras de la cultura, tanto de la cultura popular como de la
cultura de masas asociada a la modernidad y a la
industrialización. Cualquiera de las industrias culturales
sirve como medio de difusión de este tipo de productos.
Por ello, esta nueva industria debe mostrar el desarrollo de sus
públicos de proximidad con todo aquello que haya sucedido,
sucede o esté por suceder en su perímetro; puede y
debe incidir y llevarlo por medio de la difusión a los
demás vecinos de las proximidades para influir en la
estructuración de posibles nuevas prácticas
culturales o enriquecimiento de las
existentes.[17]
BIBLIOGRAFÍA.
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Nombre Falso. www.geocites.com/nombrefalso
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industrias culturales del cine y la televisión en la
producción y reproducción de imaginarios
discriminatorios.
Autor:
Juan Ramírez
Martínez.
[1] Rubio, Baldia. Calle G ¿guarida o
espejo? Entrevista a la Msc. Pañellas Álvarez
Daybel, profesora de la Facultad de Psicología de la
Universidad de La Habana. La Calle del Medio. 2011.
[2] Ver. Torres Murillo, Dulce María.
“Las series norteamericanas como fuente de
aculturación. Estudio de caso: Serie Friends primera
temporada”. UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS
DE HIDALGO. Escuela de Lengua y Literaturas Hispánicas.
Morelia, Mich., enero 2011
[3] A partir de este momento le llamaremos
televisora de proximidad o televisión de proximidad
indistintamente.
[4] Waldo Ramírez de la Rivera.
Vicepresidente del ICRT (Instituto Cubano de Radio y
Televisión) Clausura del Festival Nacional de
Televisión 2010.
[5] Roche, Fabio. Texto leído en la
Asamblea Mundial de Medios de Comunicación Comunitarios
en Oaxaca el 1 de junio. La televisión comunitaria.
Carlos G. Plascencia Fabila. Rebelión.
[6] JOVEN CLUB – Cuba. www. El
Jóven Club de Computación y Electrónica se
inició como un proyecto social del gobierno de Cuba, con
el objetivo de socializar la enseñanza de la
computación y la electrónica, dando prioridad a
la niñez y juventud. Debido a la situación
particular que atraviesa la sociedad cubana, los equipos con
los que cuenta cada Joven Club son muy obsoletos y no tienen
conexión a Internet. Sin embargo, son unos centros de
preparación inicial y espacios de aprendizaje colectivo
sobre el uso de tecnologías digitales. Centro
Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de
Canadá. tele-centros.org/tcparaque/tcpqtexto.doc
[7] Las Políticas nacionales se
operacionalizan a través del nuevo Ministerio de la
Informática y Comunicaciones creado en Enero del
año 2000. “La creación del Ministerio de la
Informática y las Comunicaciones mas que agrupar
contenido e instituciones significa la creación de un
organismo nuevo y esencial con variadas funciones y
objetivos…..que incluyen la regulación y
atención al desarrollo de la informática, las
telecomunicaciones, la radiodifusión, el uso del
espectro radioeléctrico, las redes de intercambio de
información, los servicios de valor añadido y los
servicios postales.” Políticas, legislación
y nuevas iniciativas en torno a los telecentros y las TICS
– Cuba. Tomado de www.Cubasí.cu
[8] Machado Flores, Neiky. La
televisión en los municipios cubanos: ni comunitaria, ni
municipal. Razón y Palabra. Primera Revista
Electrónica en América Latina Especializada en
Comunicación. www.razonypalabra.org.mx
[9] Los tele centros transmiten su
señal por la frecuencias del Canal Tele Rebelde en
determinaos horarios del día.
[10] Proyecto de realización
audiovisual radicado en las montañas de Buey Arriba en
el oriente del país
[11] Este concepto de localidad tiene el
inconveniente que las demarcaciones de los Consejos Populares y
las circunscripciones, no siempre coinciden con los
límites culturales del lugar que ocupan y pueden en
alguna manera ser un obstáculo en el aprovechamiento de
potencialidades de la dimensión cultural del desarrollo
local, pero es un riesgo que se corre también en otras
delimitaciones espaciales como el municipio, la provincia,
incluso en determinados países. (M.sc. Fidel Luís
Álvarez Álvarez. Cultura y desarrollo local.
Examen mínimo de PSCCT. Bayamo M. N. 2003.)
[12] Con respecto a programas infantiles hubo
una experiencia interesante cual fue la de “El computador
es divertido”, consiste en la competencia de algunos
niños sobre operaciones matemáticas, utilizando
software educativo (…) Han tenido lugar también
espacios de opinión, intervenciones de candidatos a la
Presidencia y a la Vicepresidencia de la República,
así como de funcionarios de la Administración
Distrital, como también programas de denuncia sobre el
caso de los humedales, que representan una reserva
ecológica (…) los formatos utilizados incorporan
formas de interactividad con los televidentes (…) Un servicio
informativo importante que se presta a la comunidad es el de
transmisión a través del generador de caracteres,
de información sobre eventos de interés local o
barrial.
[13] “Uno de los aspectos que distingue
a la televisión comunitaria de la televisión
comercial, es esa capacidad de integrar a la comunidad, de
convertirse en portavoz de las expresiones auténticas de
los habitantes de los pueblos, en busca de cambios sociales y
el mejoramiento de las condiciones de vida. Sin esta
condición, no puede hablarse de televisión
comunitaria”, Texto leído en la Asamblea Mundial
de Medios de Comunicación Comunitarios en Oaxaca el 1 de
junio. La televisión comunitaria. Carlos G. Plascencia
Fabila. Rebelión.
[14] Ver. Moragas, Garitaonandía y
López intitulado Televisión de proximidad en
Europa. (1999).
[15] Televisión de proximidad sin
ánimo de lucro. 1. El Ministerio de Industria, Turismo y
Comercio, a través de la Secretaría de Estado de
Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información,
mediante Resolución del Secretario de Estado,
planificará frecuencias para la gestión indirecta
del servicio de televisión local de proximidad por parte
de entidades sin ánimo de lucro que se encontraran
habilitadas para emitir al amparo de la Disposición
Transitoria Primera de la Ley 41/1995, de 22 de diciembre, de
Televisión Local por Ondas Terrestres, siempre que se
disponga de frecuencias para ello. (…) Tienen la
consideración de servicios de difusión de
televisión de proximidad aquellos sin finalidad
comercial que, utilizando las frecuencias que en razón
de su uso por servicios próximos no estén
disponibles para servicios de difusión de
televisión comercialmente viables, están
dirigidos a comunidades en razón de un interés
cultural, educativo, étnico o social. (…) El
canal de televisión difundido lo será siempre en
abierto. Su programación consistirá en contenidos
originales vinculados con la zona y comunidad a la que vayan
dirigidos y no podrá incluir publicidad ni televenta, si
bien se admitirá el patrocinio de sus programas.
(…) La entidad responsable del servicio de
televisión local de proximidad no podrá ser
titular directa o indirectamente de ninguna concesión de
televisión de cualquier cobertura otorgada por la
Administración que corresponda.
[16] Revista Mad. No.2. Mayo 2000.
Departamento de Antropología. Universidad de Chile
http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/mad/02/paper03.htm
La Televisión en la Vida Cotidiana: Elementos para
Comprender su Importancia Cristián
Santibáñez. Sociólogo. Magíster
© en Lingüística. Universidad de
Concepción.
[17] N del A. (Reinterpretando a M. Parenti)
Las industrias creativas -libros, cine, disco- y los grandes
medios de comunicación masivos tales como prensa plana,
radio y televisión, suman, en la actualidad, la inmensa
mayoría del peso económico de la cultura y la
comunicación industrializada y mercantil. Pensemos en el
hecho de que dadas estas circunstancias van quedando fuera las
actividades culturales clásicas, aunque ampliamente
mercantilizadas en esta década como el teatro, los
conciertos y la danza o el ballet, entre otros. Por tanto, esas
áreas pueden ser tomadas por las industrias culturales
televisoras de proximidad partiendo de su interculturalidad y
ser exhibidas a sus públicos dentro de la parte
cognoscitiva de ampliación del gusto y de la cultura
existente