- La
importancia de la neurociencia - La
nueva concepción - Técnicas de terapia con un
preadolescente víctima de Asperger - En
resumen - Bibliografía
Debido a reconocimientos recientemente
recibidos, relativos a las estrategias exitosas que hemos
adaptado en el curso del tratamiento de niños
víctimas de Pervasive Developmental Disorders
(PDD), como lo son el autismo infantil y el
síndrome de Asperger — muchas madres y profesionales
interesados han pedido que detallemos algunos de los pormenores
que entran en el proceso de la terapia que conducimos con estos
niños.
Para esta publicación utilizaremos
un caso por muchos conocido. Se trata del caso del
Síndrome de Asperger que aparece en la lección:
La Universidad Digital: Mina del Saber — Heraldo de la
Educación, Exegeta de la Salud…).
Pero, antes de proseguir debemos explorar,
aunque de manera somera, la neuropsicología y la
neurociencia de estos trastornos que, como también sucede
con la bulimia, la anorexia, las dependencias y el resto de los
trastornos psiquiátricos, muchos profesionales ignoran y
no sabemos por qué.
Síndrome de Asperger
La importancia de
la neurociencia
Ya hemos aludido a su influencia, como
disciplina, en los trastornos psiquiátricos desde las
neurosis hasta el disturbio de la rabia narcisista, el cual se
considera no sólo una falta de desarrollo moral sino como
asimismo un arresto de evolución de orden masivo en
áreas de la región conocida como el "cerebro
social". (Véanse nuestras contribuciones: Temas de
Neurociencia… que, como serie se leen en:
monografías.com).
Por su parte, los trastornos penetrantes o
profundos del desarrollo (PDD), como son la gama de
diagnósticos que abarcan problemas desde el autismo al
síndrome de Asperger. Los que continuando hasta los
trastornos del déficit de la atención y que
constituyen los fundamentos de lo que nos diferencia de otros
animales — como seres humanos — son importantes, porque de no
siendo reconocidos y tratados, sus víctimas permanecen
como seres insociales y marginales.
Su tratamiento exitoso, gracias a los
avances modernos; en esencia, a ellos los torna en seres capaces
de amar, reír, de relacionarse socialmente con los
demás, de preferir la verdad, de ser altruistas y de ser
honestos.
La nueva
concepción
Hoy entendemos al autismo y Asperger como
defectos en las regiones del cerebro social que, siendo alteradas
de modo adverso, resultan en dificultades en habilidades de
comunicación interpersonales, dificultades del lenguaje, y
en una restricción significativa de los intereses
intelectuales y flexibilidad emocional. Como fuera en el caso, al
cual arriba aludiéramos, y que publicáramos en la
UD.
Estos niños, ya sabemos, que poseen
diferencias estructurales en el cerebro, el hipocampo y la
amígdala, similares a personas que han sostenido lesiones
del lóbulo frontal. (Véase: mi ponencia el Caso
de P. Gage, que aparece como Temas de Neurociencias
en monografías.com).
Estos tristes seres humanos, así
discapacitados, carecen de una teoría de la mente o de una
anamnesia personal y coherente de la misma. Son seres que no
pueden usar la imaginación constructivamente y carecen de
la capacidad de ponerse a sí mismos en las mentes de los
demás. Seres que crecen faltos de empatía, en otras
palabras. Seres que, siendo extraños y actuando
peculiarmente, a otros incomodan con su falta de destreza tanto
social como emocional.
En esencia, seres que son singulares, en la
peor acepción del vocablo…
La causa
Los caminos y derroteros bioquímicos
de las células cerebrales de estos niños son
enrevesados e intricados, afectando áreas que requieren
que quienes los traten sepan hacia dónde dirigir sus
esfuerzos para lograr sus fines. No muchos profesionales, que no
los estudiaran, poseen este entendimiento.
Ahora, habiendo participado en Saint Louis
con pioneros en el uso de la psicopedagogía deseamos
amplificar en las técnicas que introducimos.
Técnicas
de terapia con un preadolescente víctima de
Asperger
Hablemos de nuestro paciente, a quien
describiéramos en la UD. Este niño
sufrió de anoxia y trastornos respiratorios al nacer.
Tenía estrabismo, era no coordinado, obeso, rumiaba, era
impulsivo, sus facultades expresivas eran mediocres, no
sabía montar una bicicleta a la edad de diez años,
lo consideraban retardado, no tenía amigos y era resentido
por un papá machista que lo torturaba porque lo creyera
homosexual.
Por un tiempo fue adicto a la lactosa.
(Véanse mis ponencias al respecto).
Además el paciente vivía
emocionalmente paralizado por una multiplicidad de miedos que
provenían de áreas en el cerebro donde residen las
estructuras reptiles o más arcaicas en su
desarrollo.
Métodos de tratamiento fueron
adaptados con fines de proveer a nuestro paciente con los canales
del estímulo de su cerebro; necesarios para su crecimiento
emocional, amén de proveerlo con entrenamientos
básicos en destreza sociales y motoras.
El área esencial del desarrollo del
lenguaje articulado prosiguió vía
metodologías por mí concebidas, mientras que la
madre lo soportó con asistencia mono-parental, ya que el
padre se mantendría durante el proceso, a una distancia
insensible e insensata.
Véanse algunos de los aspectos
esenciales que, de inmediato reproducimos:
"Lo aceptamos para tratamiento intensivo,
requiriendo que su mamá se mudara en nuestra vecindad y
que se enrolara en la escuela local.
"El plan de terapia fue
multifacético e intensivo. Sus trastornos procedentes del
cerebelo y vestibulares tomaron prioridad, como asimismo se
enfatizara la psicoterapia individual, la conjunta y la de
familia. La terapia de habla y de enunciación se condujo
conjuntamente con la de los trastornos de la coordinación
—- los resultados fueron ¡asombrosos!
"Durante el proceso de la psicoterapia
individual, Alexander reconoció sus dificultades sociales,
captando en este entendimiento para evitar la locución
impulsiva. Mejorando su autoestima, pronto alcanzó a ser
uno de los estudiantes más avanzados de su
clase.
"Conquistando sus fobias, completó
la tarea de aprender a montar su bicicleta, comenzó a
tomar riesgos comunes y a hacer amigos.
"Rimando, comprendió que la dislalia
puede ser domada. En su decisión de abandonar las comidas
grasas y de eliminar, totalmente, el azúcar de su dieta,
logró el codiciado triunfo de la pérdida, sin
esfuerzo, de diez libras de peso en ocho semanas, habiendo
asimismo crecido una pulgada y media de estatura, mientras
lucía atractivo y esbelto.
"Los resultados, en menos de tres meses,
son sorprendentes y gratificantes".
Los miedos se resolvieron temporalmente,
por medio de métodos de psiquiatría infantil
adaptados de la técnica del psicoanálisis de
niños. Los comportamientos inmaduros mejoraron con
técnicas adaptadas de la terapia conductual.
La dieta, factor importante en todo
tratamiento, eliminaría el consumo del azúcar, algo
que los expertos norteamericanos han decidido asimismo hacer en
la dieta de los jóvenes y adultos de esa nación de
obesos.
El tratamiento cesaría
abruptamente por razones de índoles patológicas
que aquí no son necesarias detallar.
En
resumen
El tratamiento de los niños con
PDD es posible, los resultados favorables se han
comprobado en este y muchos otros casos. El pronóstico,
sin embargo, permanece serio cuando si al niño se le
retira el apoyo afectivo.
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Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca