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Celebraciones de San José de la Montaña, de encuentro religioso a fiestas populares




Enviado por Sabdiel Batista Díaz



  1. Qué dicen los teóricos sobre la
    religión?
  2. El
    Santuario de San José
  3. Las
    celebraciones hace 60 años
  4. Las
    celebraciones a partir de los 90s
  5. A modo
    de conclusiones
  6. Fuentes
    bibliográficas

En Cuba se puede encontrar un abanico de
cultos y creencias, que inevitablemente, han pasado a formar
parte de nuestro acervo cultural, evidenciadas en la
música, bailes, comidas, lenguaje, fiestas religiosas y
otros muchos aspectos de carácter psicológico,
social y cultural.

Las religiones que conforman nuestro
quehacer religioso dentro de la sociedad han aportado elementos
de un proceso culturizador, manifestado como parte integral de su
idiosincrasia y modo de vida cotidiana.

Esta amplia variedad de ideas religiosas
que se pueden observar en Cuba son estudiadas por Jorge
Ramírez Calzadilla, del Centro de Investigaciones
Psicológicas y Sociológicas (CIPS) en su ensayo
"Religión, cultura y sociedad en Cuba".

El alcance del "mestizaje religioso" que
caracteriza a la población cubana es muy amplio. Hay que
tener en cuenta que en Cuba siempre se ha manifestado una
tendencia al ateísmo y a una especie de religiosidad sin
dogmas. Con esta especificidad del pueblo y en dependencia de
factores sociales, históricos, morales, sicológicos
y otros, las creencias, prácticas y organizaciones
religiosas en Cuba son disímiles; y éstas inciden
en mayor o menor medida en la vida cotidiana de la
población. Se afirman en costumbres, hábitos
morales, gustos, formación de ideales, y de modelos de
conducta. Para algunos es la base para explicarse la
creación del mundo y del hombre, y hasta algunas personas
acuden a sus creencias como una manera de resolver sus problemas,
y otros toman estos principios sólo como elementos que
enriquecen nuestra cultura.

La religión forma parte de la vida
cotidiana del hombre, y es asimilada, conscientes o
inconscientes, en sus hábitos y relaciones con su medio.
La humanidad está marcada por mucho de estos signos
religiosos, hasta donde tenemos conocimientos históricos.
En Cuba se puede destacar algunos mitos, supersticiones y
tradiciones con gran influencia en la población;
ceremonias de matrimonio, bautizos, conmemoración de
Semana Santa, Día de fieles difuntos, procesiones de
santos, misas, y otros. Muchas de estas manifestaciones se llevan
a veces por costumbre o tradición familiar y otras han
desaparecido dejando siempre algunos elementos enraizados en
nuestra conciencia (Ramírez, 1995).

Cuando vemos hasta qué punto las
religiones han marcado muestro acervo cultural, percibimos que
existe siempre algún rasgo que las identifica. Es
imposible señalar todas las incidencias al respecto,
porque además éstas pueden presentarse como
elementos dentro de la sociedad, o como características
personales; no todas mantienen su sentido mítico y otras
aunque lo mantienen han perdido su fervor religioso, y algunas
han desaparecido.

En este sentido sirva de ejemplo el caso
que nos ocupa: las Fiestas de San José de la
Montaña, que pasó de ser una celebración
religiosa hasta inicios de la década del 60 del siglo
pasado, para desaparecer casi hasta los 90 y reaparecer
convertida en una fiesta popular en los años 1991 y
1992.

Qué dicen
los teóricos sobre la religión?

Las teorías antropológicas de
la religión pueden dividirse en tres grupos:
teorías de la solidaridad social (o de cohesión
social), teorías de la ilusión y teorías
intelectualistas (o cognitivas). Los partidarios de las
teorías de la solidaridad social consideran que lo que
explica la existencia de las religiones son las necesidades
sociales, como pueden ser la cohesión y armonía
(Martínez, S/F).

La teoría de la solidaridad social,
al parecer, es la más utilizada en antropología
desde su aparición a comienzos del siglo XIX. No deja de
ser una forma de funcionalismo, al explicar la religión
aludiendo a su función de inculcadora de lealtad hacia una
sociedad; como lo hace con la ayuda de símbolos (ropajes,
forma arquitectónicas, danzas, cánticos,
rituales…, incluso de manera inconsciente), hay quien la
considera también una forma de simbolismo: la
religión sería un conjunto de actividades
simbólicas que no afectan al mundo en su conjunto, sino
solo a las relaciones sociales humanas.

En este caso se puede incluir las
celebraciones religiosas-populares de San José de la
Montaña, en la localidad de Paraiso, como elementos de la
solidaridad social, al inculcar lealtad hacia una sociedad y
servir de cohesión social para los pobladores de esa
localidad cienfueguera.

Otro autor, Cliffor Geertz, define a la
religión atendiendo a la función que cumple, como
es motivar a sus fieles ofreciéndoles un mundo ordenado y
dotado de sentido, dando cohesión a la sociedad en torno a
ciertos símbolos cuyo significado se comparte. Geertz
acepta la variabilidad y arbitrariedad de la concreción de
ese orden, pero desconocemos cómo funciona ni por
qué nos dota del sentido que necesitamos. Si ese orden
general fue creado por seres parecidos a los humanos (deidades),
su sentido no sería variable ni arbitrario, sino que
dependería del modelo humano.

El Santuario de
San José

La Ermita de San José, en la
localidad de Paraiso, en Cienfuegos, se fundó en 1911 por
los Padres dominicos y muchos años más tarde se
convirtió en Santuario. El año en que Su Santidad
Juan Pablo II peregrinó en Cuba, se reinauguró,
luego de su remozamiento, pues llegó a estar en ruinas, el
nuevo templo que además fue proclamado santuario
diocesano.

Los festejos del Santo Patrón de la
comunidad de Paraíso se inician por vez primera, en los
comienzos del siglo XX, celebrando la procesión a San
José. La primera etapa se enmarcada en 1911 a 1959 durante
la cual los festejos no comenzaban el propio 19 de marzo, sino
que se organizaba con anterioridad para alistar todo lo necesario
y recibir con las mejores galas el día del Santo
Patrón de la localidad.

La imagen de San José ubicada ahora
en el altar mayor fue bendecida por su Santidad Juan Pablo II en
Santa Clara y el sagrario que guarda las hostias consagradas fue
el mismo ante el cual el Papa oró en la Nunciatura de La
Habana y que fue donado generosamente a la diócesis por
Mons. Benianimo Stella, nuncio apostólico, entonces. La
imagen de San José que peregrinó por las calles del
pueblo es la histórica, colocada en 1911, al inaugurarse
el templo.

San José es considerado custodio de
Jesús en su etapa de niño y adolescente, con
humildad y espíritu de servicio. Las fiestas populares en
su honor se celebran alrededor del día 19 de
Marzo.

El santuario dedicado a San José,
que al igual que el existente en Barcelona, España, se
levanta en una pequeña loma, como para darles una mejor
acogida a todos los peregrinos que llegan a patentizar su
devoción.

Las celebraciones
hace 60 años

Durante el trabajo de campo para esta
investigación se realizaron 5 entrevistas
semiestructuradas a actores claves de la localidad y más
de 10 a personas que viven en la localidad actualmente y son
mayores de 21 años y se realizó una amplía
revisión bibliográfica en la Biblioteca Provincial
"Roberto García Valdés" y en la Biblioteca del
Episcopado, ambos en Cienfuegos. Estos fueron los métodos
y técnicas principales utilizados.

A los largo de todo el proceso
investigativo se puedo determinar que desde la fundación
de la ermita de San José y hasta aproximadamente 1964 las
celebraciones eran muy diferentes a como es en la actualidad y
que los cambios más drásticos se dieron
después del año 1991.

Aunque la información
bibliográfica sobre el tema es muy limitada,
todavía viven algunas personas que estuvieron presentes en
las celebraciones a lo largo de los años y percibieron los
cambios.

Zoila Marrero Fernández, una de las
más ancianas pobladoras de esa localidad se refiere a las
celebraciones como algo diferente. "Yo tengo 97 años y
nací aquí. Nosotros siempre escuchábamos
decir que "a San José lo trajeron en un carretón" y
su devoción era la única religión que
existía en el pueblo, todos creían y adoraban a San
José. Nosotros éramos once hermanos y nos
bautizaron a todos un día de San José, mi hermana,
Josefa Marrero, que era mayor que yo, fue una de las primeras en
bautizarse en el Templo. Antes tampoco se ponía la
música hasta que no concluyera la celebración
religiosa. Incluso, tradicionalmente se siembra un árbol
de Paraíso el día de San José y aquí
hubo un compañero llamado José Curbelo que le puso
a su tienda "El Paraíso" y hasta más antes de
ponerle el nombre de Paraíso al barrio, en las cartas
escribíamos "San José, Barrio Manacas" porque antes
se llamaba Manacas; o sea que aquí todo tenía que
ver con esa fecha y las personas eran muy devotas.

Expresa Zoila que también se
hacían serenatas el día 18 a las personas
más viejitas y nativas del lugar. Hoy eso se ha perdido un
poco y existen también otras religiones, ya no es como
antes. En mis años de joven, se hacía una
matinée en el Círculo, venían gente de la
Habana, pero todo era más tranquilo, hoy los
jóvenes hacen mucho desorden; solo en la parte religiosa
participa la familia.

Sus declaraciones son refrendadas
también por María Luisa Alonso, Secretaria del
Templo, quien hace una explicación sobre los objetivos y
la forma de las fiestas:

"A las fiestas populares vienen personas de
todos los lugares con ofrendas de flores y velas; a veces llegan
incluso a pie de los diferentes municipios de la provincia y
hemos tenido visita de creyentes de otros países. A la
misa que se hace el 19 de marzo llega la familia para alcanzar
sus metas; recuerde que estamos hablando también de la
familia de Nazaret: Jesús, José y María y
precisamente en el momento de la misa se bendice la familia y se
camina con el santo en procesión por el barrio.
Generalmente, hacemos la misa fuera del templo porque no caben
los peregrinos dentro.

Hay muchas personas que vienen desde el
día antes a agradecer a San José y nosotros desde
la noche anterior abrimos y adornamos el templo; antiguamente se
hacían serenatas a quienes llevaban el nombre de
José.

Explica María Luisa que a las seis
de la mañana del día 19 se tocan las campanas y se
abre el templo. En la escalera, recibimos a los peregrinos y ya
están dispuestos búcaros y velas para las ofrendas.
También se oferta merienda, hay venta de
artesanías, rosarios, un taller de personas de la tercera
edad y venta de libros. A las 9 y 30 de la mañana comienza
la misa que dura aproximadamente 45 minutos y al concluir la
misma se hace "la bendición de los esposos", es decir, a
imitación de José y María se pide que las
familias estén juntas y sigan su ejemplo de amor y respeto
para bien del crecimiento de sus hijos.

Cuando termina la bendición, sale el
santo por el barrio y en un recorrido que abarca alrededor de
seis cuadras. En grandes andas varios hombres se rotan llevarlo y
se realizan cuatro o cinco paradas para reflexionar sobre la vida
de José, su vínculo con la familia, hasta que se
devuelve el santo al templo y este se queda abierto hasta las
cinco de la tarde para recibir a quienes no pudieron llegar,
luego continúan las fiestas populares".

Otros entrevistados de la localidad
concuerdan en afirmar que ahora es muy común los bautizos
en esa fecha en el Santuario, incluso de niños que no
forman parte de familias religiosas, así como
también bodas de parejas de la localidad.

Rosa del Sol y del Sol, Secretaria
Ejecutiva de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(UNEAC) tiene muchos motivos para hablar sobre el tema.
Vivió en la localidad durante muchos años, fue
bautizada en esa iglesia, al igual que sus hermanos y siempre ha
participado en las celebraciones de San José.
Además a inicios de los 90 se desempeñaba en la
Dirección Municipal de Cultura de Cienfuegos y desde
allí pudo percibir el cambio en las celebraciones, que
pasaron de ser un evento familiar y religioso a ser una
celebración socio-religiosa y popular.

"Antes era algo de familia y duraba solo un
día. Comenzabas con la Misa, después la
Matiné con los jóvenes y la Venta de confituras y
por la noche el Baile en el Círculo Social, toda la
familia junto a los jóvenes. Ahora ya no es así.
Aproximadamente en 1991 o el 1992, a tono con los cambios en las
políticas culturales cubanas, se comenzó a dar
mayor importancia a las Casa de la Cultura y los Promotores
Culturales, quienes comenzaron a trabajar en proyectos
comunitarios y recibir algunos recursos para esos eventos. El
caso de las Fiestas de San José fue uno de estos que
recibió la atención y recursos de la
Dirección Provincial de Cultura. Se agregaron algunas
cosas que no eran habituales, como exposiciones de comidas
tradicionales y hasta carreras de caballos y peleas de gallos,
por suerte esto último se ha eliminado porque era muy
peligroso.

Lo real es que estas fiestas ya nada tienen
que ver con lo que se hacía antes. O muy poco. Es cierto
que se sigue respetando la misa y la matiné, pero todo lo
otro ha cambiado. Yo no digo que las personas que van a las
fiestas no sean religiosas o creyentes, pero ahora van más
por las fiestas que por otra cosa. Ya se parece más a un
carnaval que a una celebración religiosa".

En la etapa señalada por la
entrevistada se dieron grandes cambios en la política
cultural cubana, parada en la encrucijada de seguir financiando
grandes eventos culturales o buscar iniciativas menos costosas y
más extendidas en el territorio nacional. A partir de esta
dicotomía se crearon programas de desarrollo cultural
territoriales que se diseñan y ejecutan en cada provincia
y municipio del país y son aprobados por los
Órganos de Gobierno en cada caso.

Uno de los principios de la política
cultural cubana reforzados en la década del 90 es el
respeto y apoyo al protagonismo y creatividad de las comunidades
en la conducción de sus procesos socioculturales y este
principio fue uno de los que avivó las celebraciones de
San José de la Montaña, al incorporar iniciativas
sociales y culturales al evento religioso.

Las celebraciones
a partir de los 90s

Las investigaciones en zonas rurales
cubanas, como lo es Paraíso, han constatado que los
creyentes en esa población, en su mayoría no
están vinculados a una expresión religiosa
determinada ni son miembros de algún grupo religioso, lo
que reporta una escasa actividad de las organizaciones religiosas
con una mayor influencia del espiritismo, si bien en
minoría. Las creencias y las prácticas
predominantes tienen un contenido más bien mágico y
supersticioso referido principalmente a curaciones,
espíritus, luces, aparecidos, el mal de ojo y otras
similares. Pero en el caso particular de esta localidad se
percibe un amplio número de practicantes del catolicismo,
vinculados al Santuario de San José.

Señala sobre este particular
Ramírez Calzadilla que estudios sistemáticos desde
1983 sobre las festividades religiosas más concurridas en
las que se veneran figuras preferenciadas popularmente en
determinados templos y fechas y en celebraciones
domésticas, arrojan una asistencia que supera la
membresía de cualquier iglesia y las de varias
juntas.

En el caso particular de las Fiestas de San
José de la Montaña se puede decir que sus
participantes se pueden colocar en la categoría de No
Creyentes, y de los tres niveles principales de
organización de la idea de lo sobrenatural se
ubicarían en el más bajo, de ideas poco
estructuradas y contenido mágico supersticioso.

La amplia afluencia de personas a estas
fiestas está dada además por el carácter
lúdico y recreativo que ha alcanzado, por encima de su
carácter religioso, en parte producto a la presencia de
instituciones y entidades culturales.

Eduardo Cruz Rumbaut, Promotor Cultural de
Consejo Popular de Paraíso, alega que "el pueblo de manera
general respeta la ceremonia religiosa que organiza la Iglesia.
Solo cuando esta concluye comienzan las fiestas populares,
alrededor de las 11 de la mañana. A grandes rasgos, las
fiestas incluyen grupos musicales, cerveza, comidas criollas,
competencia de platos tradicionales y de vinicultores, aunque
esta última parte se ha perdido un poco. También se
realiza una peña campesina dentro del Centro Recreativo y
también actividades infantiles con grupos profesionales.
Pero antes era una celebración más sana; en la
actualidad vienen personas de los repartos de Tulipán,
Punta Gotica, Buena Vista y otros barrios de Cienfuegos que ya
vienen casi de manera tradicional y estropean la fiesta con
discusiones y peleas. La gente de Paraíso ya no disfruta
esta parte de los festejos, solo va a la calle a comprar la
cerveza o la comida y regresa para consumir en casa y mantenerse
fuera de los problemas.

La de San José es la fiesta del
año en Paraíso, tenemos presupuesto del Estado para
su realización y la parte popular dura aproximadamente
trece horas; se han reunido aquí hasta más de mil
personas para festejar.

Explica Eduardo que todas las instituciones
participan en la organización. Un mes antes se convoca a
la FMC, la administración, el presidente del Consejo
Popular y yo como Promotor Cultural debo entregar un programa de
actividades para su aprobación. Convocamos a Instructores
de Arte, se les facilita a las amas de casa los insumos para la
preparación de los platos, se convoca a los agricultores,
se hace y adorna una plataforma. Antes solo iban los mayores a la
Iglesia, pero ahora van también los jóvenes en
busca de orientación y por los programas que allí
tienen para atraerlos.

Días antes de la fecha realizamos
reuniones de coordinación para ultimar detalles. Tenemos
apoyo de Tránsito para cerrar las calles durante la
procesión, la Empresa Eléctrica nos ayuda con el
alumbrado público y los bajantes de corriente para que los
grupos musicales puedan actuar, el Partido ayuda a montar la
plataforma; Gastronomía, la Cadena de Mercaditos y los
cuentapropistas venden alimentos, también algunos
trabajadores particulares traen equipos eléctricos para
los niños.

Como Promotor me corresponde seleccionar,
junto a Cultura Provincial y Municipal, los grupos musicales que
son de la preferencia de los pobladores e intentamos así
responder a las necesidades de esparcimiento de la
familia.

La cerveza no se vende hasta que no
concluya la actividad infantil en la que siempre participan
payasos y la Tía Rosa con sus niños, esto es cerca
de las 12 o 12.30 del mediodía. Entonces empezamos con las
actividades campesinas y tocan dos grupos provinciales
profesionales, uno por la tarde y otro por la noche, hasta que se
termina con música grabada".

Establece Ramírez Calzadilla que
entre los años 1988 y 1995 aumentó la afluencia de
personas a cultos y celebraciones religiosas en todo el
país, en consonancia con una tendencia visible en tiempos
de crisis económicas, cuando las personas se refugian en
la religión, aunque no sean estrictamente creyentes. El
investigador cita a Frei Betto, en su ensayo "Mística y
Socialismo" publicado en la revista Casa, en 1991, cuando dice
que hay quienes reiteradamente aseguran que el hombre de hoy
día está necesitado de utopías y que se
accede a una vuelta a la religión.

Con ello se puede ver que los cambios
multitudinarios en las Fiestas de San José de la
Montaña no son un evento aislado, sino que forman parte de
una tendencia internacional, de la cual Cuba no está
alejada.

Lo importante en estos cambios no es tanto
si se producen o no un aumento de los creyentes sobre los no
creyentes, sino que la religión ha alcanzado una mayor
capacidad de intervenir en la vida social y en la de los
individuos creyentes. Se trata de un hecho sociológico que
no tiene necesariamente una lectura política, sino
más bien sociocultural y antropológica.

Se puede decir que muchas de las personas
que viven en la comunidad o que vivieron en ella en algún
momento sienten una fe popular, religión popular,
religiosidad popular o del pueblo o catolicismo popular, como
define Ofelia Pérez Cruz en su estudio "Religiosidad
más extendida en Cuba. Su definición conceptual".
No ocurre así con las personas de otras localidades que
solo participan en las celebraciones populares, pues estas solo
están enfocadas en las fiestas y rara vez entran a la Misa
que se celebra ese día a primera hora.

Específicamente en la sociedad
cubana de los años 90, la que atravesó por una
profunda crisis económica de notables repercusiones, es
frecuente encontrar opiniones de que se verifica una
explosión religiosa. En este caso se insertan estas
fiestas, que se vieron sustentadas en parte por recursos
estatales y apoyo organizativo institucional. (Ramírez,
S/F)

El Período Especial tuvo un
carácter y consecuencias no sólo económicas,
sino que abarcan la vida social en su globalidad, incluso en la
espiritual, y a la conciencia individual de los cubanos, de los
cienfuegueros y de los habitantes de Paraíso, quienes
reforzaron sus ideas religiosas y vieron en la celebraciones de
San José de la Montaña un escape momentáneo
a sus realidades diarias.

El auge religioso en el ámbito
nacional no fue fruto único de la crisis económica
y social por la cual comenzó a atravesar la nación
en esos años. Medidas institucionales que venían
gestándose previamente alentaron la exteriorización
de la religiosidad individual, mientras que las instituciones y
grupos religiosos ganaban espacios sociales, además de
presenciar el incremento de sus filas. La modificación en
la política cultural cubana, específicamente el
amplio apoyo a iniciativas comunitarias y el reforzamiento del
papel de los Promotores Culturales y las Casas de la Cultura,
posibilitaron que iniciativas como estas ganaran terrenos en
estos años.

Es curioso señalar que todos los
entrevistados menores de 21 años (nacidos antes de 1992)
no tienen claras las ideas de que las celebraciones fueron
inicialmente religiosas. Para ellos la Misa y la Matiné no
son la parte más importante de la fecha. Ya es natural
también que asistan a las celebraciones muchas personas de
otras localidades, que viajan hacia Paraiso desde bien temprano y
son comunes procesiones de personas que hacen promesas para el
día 19 de Marzo.

La festividad popular ha ganado una
importancia tal que ya cuenta con una comparsa que está
compuesta por los jóvenes del pueblo, quienes ensayan con
un mes de antelación. Una vez concluida la comparsa quedan
abiertas las calles para dar paso al disfrute del pueblo, donde
se disfruta de ofertas alimenticias y música grabada, que
por la noche es sustituida por grupos musicales
invitados.

Mucho antes de que el Papa Juan Pablo II
visitara Cuba y se viera un despliegue religioso en gran parte de
la sociedad y el apoyo gubernamental para eventos religiosos, ya
el Gobierno y el Estado apoyaban este evento religioso. La
policía cerraba el tráfico en la calle donde se
realizaba la procesión con el Santo de la Iglesia y se
proporcionaba todo el avituallamiento para los festejos
populares, no así para la venta de confituras dentro del
Santuario, pues gran parte de estos eran proporcionados por los
creyentes de la localidad.

A modo de
conclusiones

En nuestro trabajo no referenciamos todas
las entrevistas realizadas en la localidad cienfueguera de
Paraiso acerca de las fiestas de San José de la
Montaña, pues muchas de ellas solo contribuían a
reformar opiniones y no aportaban nuevos elementos.

Vale destacar que todos los entrevistados
contaban con más de 21 años de edad, pues buscamos
opiniones de personas que hayan participados en las fiestas antes
de los cambios de 1991. Ellos nos permitió arribar a
diversas conclusiones:

  • Las celebraciones religiosas de San
    José de la Montaña, en la localidad
    cienfueguera de Paraíso, se mantuvieron como evento
    religioso desde su fundación aproximadamente hasta
    1963. Las fiestas contaban con la participación
    principal de los pobladores de la localidad y solo unos pocos
    visitantes de otros territorios. La Iglesia tenía un
    papel protagónico en la cotidianidad cívica y
    social de Paraíso.

  • La etapa entre 1963 y 1991 marcó
    una época de muy pocas representaciones sociales de
    tradiciones religiosas en la localidad. Durante la etapa
    todas las celebraciones religiosas en Cuba se limitaron a los
    espacios interiores de los centros religiosos y no se
    permitían procesiones en las calles. Orientaciones y
    directrices del Gobierno Revolucionario cubano durante la
    etapa estipulaban la separación de la Iglesia y el
    Estado y limitaban hasta casi desaparecer cualquier
    iniciativa religiosa encaminada a satisfacer necesidades
    emocionales o sociológicas de la
    población.

  • A partir de 1991, con el protagonismo
    de los Promotores Culturales y las Casas de la Cultura, y la
    importancia otorgada en la actualización de la
    política cultural a las iniciativas en las
    comunidades, cambian las celebraciones de San José de
    la Montaña y pasan de ser eventos religiosos,
    dirigidos a los creyentes y pobladores de la localidad a
    fiestas populares, con aspectos culturales que no estaban
    vinculados a ámbito religioso, como las comparsas, la
    música grabada o en vivo y la ventas de alimentos y
    bebidas.

  • La mayoría de los participantes
    en las fiestas actuales no tiene un pensamiento religioso
    estructurado y no participan en la Misa y la Matiné
    inicial, sino que van expresamente a los festejos populares
    que se realizan después del mediodía. Estos
    participantes por lo general son de localidades
    aledañas y no llegan a Paraíso hasta bien
    entrada en la mañana.

  • El proceso de cambio en las tradiciones
    a lo largo del tiempo también se ve en la
    religión y sus festividades, que se ven condicionadas
    por elementos externos, como la acción de los
    Promotores Culturales y las iniciativas de las Casas de la
    Cultura.

Fuentes
bibliográficas

  • Cárdenas Medina, René.
    "El espacio social de la religión en Cuba y la
    visita de Juan Pablo II
    ". Centro de Investigaciones
    Psicológicas y Sociológicas (CIPS). Dpto. de
    Estudios Sociorreligiosos. 1998

  • Colectivo de Autores. "Creencias y
    prácticas religiosas en zonas rurales
    ".
    Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR). La Habana.
    1989

  • Colectivo de Autores. "Las
    festividades religiosas más concurridas como
    fenómeno que tipifica la religiosidad cubana
    ".
    Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR). La Habana.
    1989

  • Martínez Cárdenas,
    Rogelio (Coordinador). "Santuarios, fiestas patronales,
    peregrinaciones y turismo religioso
    ". Editado por la
    Fundación Universitaria Andaluza Inca Garcilaso.
    España. S/F

  • Pérez Cruz, Ofelia.
    "Religiosidad más extendida en Cuba Su
    definición conceptual
    ". Centro de Investigaciones
    Psicológicas y Sociológicas (CIPS).
    Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR). La Habana.
    2000

  • Ramírez Calzadilla, Jorge.
    "Los reavivamientos religiosos en periodos de crisis, sus
    raíces. La religiosidad en el período especial
    cubano
    ". Centro de Investigaciones Psicológicas y
    Sociológicas (CIPS). Departamento de Estudios
    Sociorreligiosos (DESR). La Habana. S/F

  • ____________________.
    "Religión, cultura y sociedad en Cuba".
    Centro de Investigaciones Psicológicas y
    Sociológicas (CIPS). Departamento de Estudios
    Sociorreligiosos (DESR). La Habana. 1995

  • Torres Gómez de Cádiz
    Hernández, Alejandro y Grethel Fernández
    González. "Tradición y praxis religiosa:
    producción de sentido e identidad. Aproximación
    a un estudio antropológico
    ". Universidad de
    Holguín. 2006

 

 

Autor:

Laura Roque Valero

Sabdiel Batista
Díaz

 

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