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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 14)




Enviado por León Morales



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Esa madrugada salió el
ejército camino de San Juan de los morros y a la media
noche del día siguiente, el Comandante Boves mandó
a citar a los notables en el Ayuntamiento. Asistieron unos 40
matrimonios, encajados en sus mejores galas.

Justamente, el Comandante Chepino
González
con 80 de sus mejores combatientes, hizo acto
de presencia a las12 en punto de ese día fatídico
para la godarría, quienes lanzas y cola e gallos en manos,
degollaron a  esos enemigos del pueblo en esa citadina
ciudad llanera. Los vagabundos y que patriotas comandados por el
General Simón Bolívar tenían 2500
hombres y tomaron posiciones en el "Abra de la Puerta", a
la entrada de los llanos. El mismo número de hombres que
tuvo  a su mando el Comandante Boves en la Batalla de
Mosquiteros.

El Taita Boves, con la experiencia del
fracaso en Mosquiteros, en esta oportunidad tenía 8000
llaneros dispuestos a vengar la muerte de sus 400
compañeros degollados; debido a la traición de
Tomás Boada, recientemente ajusticiado.
Recordándoles a sus hombres sus hazañas y derrotas
miliares, manifestándoles estas palabras: "Yo no les dije
a ustedes, que a Tomás Boada nos los
tiraríamos en el camino. Ya vieron con sus ojos lo que le
pasó a ese miserable, porque un hombre pobre no puede
traicionar a su gente por nada del mundo. Él tomó
el camino equivocado y por eso está tumulado en este
camino. Muchachos, ese es el trato inmisericorde que le dimos a
los traidores; cuidadito pues, me sale otro
equivocado".

Esta fue la antesala para los preparativos
de la 2ª Batalla de La Puerta y entre los hombres del
llano estaba el afro-descendiente Pedro Camejo, el mismito
que año después simularon su muerte en la batalla
de Carabobo en 1.821. Él estaba combatiendo al lado del
Taita Boves, su gran mentor, padre y amigo.

El Comandante Boves para mediados del
año 1.814, había construido un ejército de
15.000 hombres, el cual repartió entre sus comandantes; en
donde solamente habían 70 personas blancas en sus tropas y
unos 40 oficiales, ya que mayor parte de sus fuerzas estaban
conformadas por gente provenientes de otras castas y
razas.

¡Qué nefasto 15 de junio de
1.814, para las fuerzas reaccionarias del republicanismo
constituyentita!

De pronto una polvareda y a todo galope en
el infinito llanero apareció la figura señera,
egregia y relampagueante del Comandante General de Calabozo,
Barlovento, Apure y Oriente, en este caso, don José
Tomás Boves de la Iglesia quien venía al frente de
su legión infernal y de sus escuadrones de
caballería, enarbolando oteante en los aires sus
tétricos y temibles estandartes con los símbolos de
las calaveras y fémures  cruzados, sobre sus hermosos
corceles y punzantes lanzas.

¡La muerte rondaba por esos
predios y parajes!

Los insurgentes agrarios del
ejército bovista se desplazaron con  una fuerza
compuesta por 5.000 hombres de caballería y 3.000
fusileros desde la Villa de Calabozo hasta el sitio de La Puerta,
entre la Villa de San Luís de Cura y los Morros de San
Juan; y el ejército republicano se estableció en el
Abra de La Puerta. A las doce del día de esa
histórica fecha comenzaron las hostilidades atacando El
Taita Boves con 1.800 infantes y 2.000 jinetes; por el centro
cargó el Coronel Francisco Tomás Morales
Guédez
con el Batallón "El Rey": las
alas de la posición fueron atacadas por los cazadores de
don Nicolás López quien a su vez estuvo
apoyado por la caballería de don Juan Viso y don
Julián Poncho.  

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General en Jefe  Simón
Bolívar

 El combate fue muy recio y el General
en Jefe Simón Bolívar con 2.300 hombres bajo sus
inmediatas órdenes se batió con arrojo temerario y
esmero, siendo auxiliado oportunamente por las fuerzas comandadas
por el General en Jefe Santiago Mariño Carry, quienes
desesperadamente trataban en detener al Comandante
Boves.

El Comandante Boves con el grueso de la
caballería se desbordó para atacar por la
retaguardia al ejército republicano; el combate por parte
de los patriotas oligarcas se empeñó con cierta
ventaja, gracias a la superioridad de su infantería. Sin
embargo, las fuerzas bovistas tomaron las alturas y envolvieron
la posición.

El Coronel Diego Jalón y
Dochagavía con sus baterías y cañones
de bronce trató de frenar a las fuerzas del
intrépido Comandante Boves, atacándole por la
retaguardia, pero su gran heroísmo lo llevó al
cadalso como mueren los valientes y héroes de extirpe
hispánica, con la cara siempre puesta hacia el Dios de la
guerra y la vida, a la temprana edad de 32
años.                                                                                                           

El Coronel Diego Jalón y
Dochagavía en su juventud fue amigo y
compañero del Taita  Boves en su viaje de
España a Venezuela; llegando a convertirse después
en uno de sus más encarnizados enemigos. En la 2ª
Batalla de La Puerta cayeron en combate don Antonio
Muñoz Tébar
y don Rafael Antonio
Mendiri
, ambos secretarios del General Simón
Bolívar; Manuel Aldao, Comandante del
Batallón "Aragua", Pedro Sucre, hermano del
Oficial Antonio José de Sucre y Alcalá;
también sucumbió en ese trágico combate,
Ramón García de Sena y Silva,
jefe del Estado Mayor; Antonio María Freites,
Comandante del Batallón "Cumaná"; Manuel
Lobatón
, Comandante del Batallón
"Barcelona"; Teniente Coronel Pablo Silvestre y los
comandantes Pablo Agüero y Gregorio
Ángel
, estos tres últimos jefes eran hijos de
familias oligárquicas de la tierra
neogranadina.

Los generales en jefe Simón
Bolívar y Santiago Mariño Carry salieron derrotados
en esta memorable jornada militar; la cual si se quiere fue muy
sangrienta, quedando en el campo de batalla más de 3.000
muertos y los cuerpos inertes y sin suspiro de 1.000
representantes de la oligarquía de turno. Cabe destacar,
que el Oficial Pedro Bárcenas Barreto actuó
en esta batalla en funciones de médico militar y como
Secretario del General Simón Bolívar.

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El Comandante Boves en su parte militar
dirigido al Ministerio de Indias en España, expuso lo
siguiente:

Cuartel General de La Victoria, 17 de Junio
de 1.814.

Exmo. Señor.

El 15 del corriente se me avisó por
las descubiertas que los rebeldes se hallaban formados en los
campos de La Puerta. Inmediatamente hice formar mis tropas; las
arengué señalándoles el paraje por donde
debían marchar a La Victoria. Observe la posición
ventajosa que tenían los revolucionarios en todas las
alturas, con quebradas por derecha e izquierda, que les
servían de emboscada, resguardada la infantería y
la caballería por otro cerrito, en donde estaban montadas
ocho piezas de cañón de bronce del calibre de a
cuatro, y un obús de nueve pulgadas, mandadas por el
infame español Diego talón, comandante general de
aquel ramo.

Formé inmediatamente la
línea, y dispuse atacarlos, mandando avanzar a los
valientes capitán don Juan Viso, y comandante de
cazadores don Nicolás López y al acreditado
e intrépido don Julián Poncho,
capitán de una de aquellas compañías por
derecha e izquierda de los cerros apoyados de la
caballería. El batallón del Rey, su comandante el
teniente coronel don Tomás Morales, marchó
por el centro, y yo con la caballería les corté la
retirada. A pesar del fuego vivo de bala rasa y metralla que me
dirigían a un tiempo los enemigos, toda mí tropa
con el mayor valor e intrepidez tomo las alturas, pasando a
cuchillo a todos los que se hallaron con las arenas en la mano.
Nueve piezas de artillería, 1.300 fusiles, toda su
caballería, ganados, botiquín, banderas
revolucionarias, cajas de guerra y lo demás que
conducían ha quedado en mí poder. La acción
duró dos horas y media: la pérdida mía es de
40 muertos y 50 heridos; pero de los revoltosos han quedado muy
pocos, aunque su número total era de 3.000 hombres, al
mando de los libertadores Bolívar y Mariño, y me
aseguran que este último ha muerto porque se ha encontrado
su caballo aparejado.

Mis fuerzas consistían en igual
número. Todos los oficiales, sargentos y soldados han
llenado su deber, se han cubierto de gloria por segunda vez en
dicho campo, y son dignos de premio. En otra ocasión
pasaré a manos de V.E. una relación de los que
más sobresalieron en la acción. Yo he silo
levemente herido en una pierna y muerto mi caballo de un balazo.
He tornado posesión del pueblo de La Victoria, y resuelvo
marchar al punto de la Cabrera, a fin de acabar con
Bolívar, que ha pasado por esta Villa con el objeto de
reunir toda su fuerza en aquel punto y en Valencia, y con este
golpe ofrezco quedará esta provincia pacifica. Nuestro
Señor guarde a V.E. muchos años

Exmo. Señor

José Tomás Boves.

El Comandante Boves en otra misiva
manifiesta que en esa victoria militar quedó en sus manos
9 piezas de artillería, 1.300 fusiles, toda la
caballería enemiga, ganado y botiquín… Indicando
que la batalla duró dos horas y media, y que sus bajas
fueron las siguientes: "…40 muertos y 50 heridos;
destacándose en cuanto arrojo y valentía el
Capitán Don Juan Viso, el Comandante de Cazadores Don
Nicolás López, Don Julián Poncho y el
Comandante Don Francisco Tomás Morales
Guédez…".

Carajo Lenin Yasser; El Taita Boves
contento con este triunfo dijo las siguientes palabras:
"…Los rebeldes enemigos de la humanidad, han sido derrotados
completamente en La Puerta al mando de los Titulares Generales
Bolívar y Mariño…".

Coño nojoda, después de 300
años de dominación imperial española, las
riquezas que han estado en manos de esos muérganos
mantuanos, a quienes nuestros gloriosos soldados nacidos en estas
tierras y liberados de su total esclavitud en las haciendas de
esos degenerados grandes cacaos, descendientes de aquellos
conquistadores quienes esclavizaron a los indígenas
nacidos en estos parajes y tierras; como a los  negros
esclavos  traídos del África. Llevando esos
grandes carajos  a este bondadoso y buen pueblo venezolano a
la total miseria, destrucción, corrupción,
prostitución, ladronismos, tragedia, dolor, esclavitud y
muerte; porque quienes firmaron la Independencia de esta antigua
Capitanía General de Venezuela eran todos hijos de
españoles, algunos eran sacerdotes, otros militares y unos
pocos licenciados en leyes y jurisprudencia; o sea, allí
el pueblo no tuvo ninguna participación ni
representación.

Ya que esa república era de
terratenientes, hacendados y comerciantes esclavistas, quienes se
convirtieron en dueños de las tierras, las riquezas y de
las vidas de todos los seres que hacen vida en estas provincias
españolas de ultramar. Por eso y  para siempre
diré a los cuatro vientos, que gracias a ellos he estado
mandando a este glorioso ejército del pueblo venezolano
para liquidar de una vez y para siempre a esos pérfidos
enemigos del pueblo; la paz regresará a estas tierras y
sus ciudadanos serán felices porque con las armas
conquistarán su verdadera libertad de todo yugo y
opresión.

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Antonio Muñoz
Tébar

Secretario del Libertador Simón
Bolívar

El General Simón
Bolívar
sobre la 2ª Batalla de la Puerta
el 15 de junio de 1.814, dijo lo siguiente:

"…Fue una sola desgracia
experimentada en La Puerta, el 15 de junio último, para
que se apoderase el enemigo de la provincia de Caracas…
Perdido en aquella infausta jornada el único
ejército que protegía la capital contra las
incursiones del más feroz tirano, me vi en la dura
necesidad de abandonarla…".

El Comandante Francisco Tomás
Morales Alonso
siguiendo instrucciones del Comandante
José Tomás Boves, quién con un grueso
de siete mil hombres y con una caballería fortalecida se
dirigió al oriente venezolano tomando el camino del alto
llano con el fin de librar combates y barrer a las fuerzas
mantuanas republicanas que habían quedados diezmadas en la
2ª batalla de La Puerta, las cuales estaban en
desbandadas.

El Comandante Boves dirigiéndose a
si combatientes de la libertad, les manifiesto estas palabras:
…Soldados de la libertad a mi mando hoy en este glorioso
campo de batalla, recuerden para siempre y para los años
venideros estas palabras de su Comandante en Jefe:
"Sólo los Pobres podrán Liberar a los
Pobres
".    

En nuestro tiempo y en ese mismo 
sitio  existe un arco monumental que nos recuerda para los
postreros tiempos y venideros siglos, el lugar donde se
libró la 2ª Batalla de La Puerta; actualmente pasa
por su intermedio un río, el cual es el guardián y
el mejor testigo de aquellos sucesos que se vivieron en aquellos
tiempos y que llegaron a significar el derrumbe de la segunda
república mantuana.

A partir de ese combate en La Puerta del
Llano el 15 de junio de 1.814, podemos visualizar que el
Comandante José Tomás Boves en verdad es el pionero
del pensamiento socialista en Venezuela; de eso no hay dudas, ya
que es muy cierto que él y sus fuerzas de combatientes por
la libertad y la igualdad social aplastaron y destruyeron las
bases y cimientos del régimen esclavista godo y
oligárquico venezolano, escudado en un mantuanismo a
ultranza y que hoy se traduce en las clases dominantes y la
burguesía nacional.

Así que podemos decir a carta cabal,
que aquel joven que vivió y participó en Caracas en
los sucesos del 19 de abril de 1810 y que siendo parte del vulgo
aglomerado en la Plaza Mayor, estando lleno del más
profundo fervor patriótico pudo gritar a todo
pulmón estas palabras: ¡Viva la
Patria
!

Aquel desconocido en el accionar
político y militar en nuestra patria en esos días
de incertidumbre, a raíz de los sucesos vividos era nada
más y nada menos que don JOSÉ TOMÁS
MILLÁN BOVES
de la IGLESIA; quién
mostró matices de ser un gran revolucionario entregado a
las más nobles causas del pueblo llano venezolano, a
quién debemos rendirle el culto que se merece por ser
él uno de los mejores intérpretes de nuestro pueblo
a través de los anales de su propia historia y más
cuando estamos a la víspera del bicentenario de su
muerte.

¡Viva Boves! ¡Viva el
Marxismo Leninismo! ¡Viva el Pueblo
Venezolano!

¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

En la colina sur del portachuelo de La
Cabrera
fue construido "El Fortín", en donde se
dio quizás, el más sangriento combate en los anales
de la historia de ese fortín desde su
construcción  desde 1.730 hasta los tiempos de la
guerra a muerte en 1.814. El Comandante José Tomas
Boves
, después de la Batalla de La Puerta se
dirigió a la ciudad de la Nueva Valencia del Rey. El
General en Jefe Simón Bolívar y
Palacios, tratando de cerrarle el paso a las fuerzas
comandadas por el temible asturiano, les ordenó la defensa
de el fortín al Teniente Pedro Castillo y al
Teniente de Fragata Ildefonso Melero quienes contaban con
250 soldados de infantería y lanchas cañoneras con
cien hombres apostadas en el lago de Valencia.

El Comandante Boves llegó a la fila
de La Cabrera con un ejército de 2.000 hombres, y
el 17 de junio hizo una masacre con los patriotas, pasando a
cuchillo a todos los que ocupaban El Fortín, quedando
decapitados más de 200 hombres. Los que consiguieron
escapar del feroz ataque, lo hicieron a nado refugiándose
en las islas o huyendo despavoridos hacia los valles de Aragua.
Lo curioso de todo esto fue que el soldado distinguido Joseph
Narciso
de la Concepción López y
Urriola se había incorporado al ejército del
Comandante Boves en la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y de
la Anunciación, el 15 de junio de ese mismo año;
bajo las inmediatas órdenes del Comandante Francisco
Tomás Morales Alonso
; debido a que su padre don
Pedro Manuel López fue asesinado por los oligarcas
mantuanos valencianos en esos aciagos días.

Don Narciso López y
Urriola, ilustre francmasón venezolano quién
llegó a ser General en el Ejército de
España, y con el correr de los años se
convirtió en uno de los libertadores de Cuba, siendo el
diseñador de la actual bandera que hoy con dignidad y
orgullo revolucionario enarbola ese heroico pueblo en nuestro
tiempo, izándola majestuosamente el 19 de mayo de 1.850,
en la siempre heroica población de
Cárdenas.

Cabe destacar, que el General Narciso
López y Urriola
fue ajusticiado a garrote vil por las
fuerzas imperialistas españolas apostadas en la isla de
Cuba, y como un gran venezolano de extirpe libertaria
quién en los minutos previos a su muerte en 1.850,
gritó estas épicas palabras: "…Cuba, mi
muerte no cambiará tú
destino…".

Continuando con nuestros relatos
históricos; yo, León Manuel Morales, por
allá  en el año 1.969 y después de
haber pasado varios meses bajo las inmediatas órdenes del
Sub-Teniente (Ej.) Rafael Ángel Terán
Berroeta
, comandante del Primer Pelotón en la
Compañía de Reemplazos de la antigua Escuela
de Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales,
hoy Escuela de Comunicaciones y
Electrónica de la Fuerza Armada Nacional;
cuyo lema es: "La Voz del Comando".

En esa oportunidad, la Escuela de
Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales estaba al mando
del viejo Coronel Arnoldo Cáceres Puerta egresado
de la Escuela de Clases; decidiendo el Servicio de Transmisiones
del Ejército en transferirme al Pelotón de
Transmisiones del Comando de la 1ª División de
Caballería con sede en San Juan de los Morros, Gran Unidad
Táctica de Combate al mando del General de Brigada (Ej.)
Rafael Augusto Augé Guillen quien tenía como
su jefe de Estado Mayor al Coronel  (Ej.) Solís
Antonio Martínez
.

Durante el viaje que realizamos desde la
ciudad de Caracas hasta el pueblo de  San Juan de los Morros
en La Puerta del Llano, nos llegó a llenar de
extrañeza el enigmático y ruidoso río que
pasaba por debajo del arco que ante nuestros ojos
impávidos simbolizaba como recuerdo para nuestras mentes,
la acción de armas más trascendental llevada a cabo
por las fuerzas insurgentes del pueblo en armas en los
años terribles de 1.813 y 1.814. Y en una de esas paradas
que tuvimos para comer algo en uno de esos ventorrillos que
estaban en el camino, pasó algo improvisto entre nosotros,
algo que nos llenó de curiosidad y que nos hizo acercarnos
más al sentir de nuestro pueblo, a pesar de que todos
íbamos con nuestros fusiles y morrales a cumplir nuestras
tareas que nuestros jefes y oficiales nos tenían
encomendados en esos duros años de vida
militar.

¡Pero de pronto y como surgido desde
los albores mismos del pasado, y de ese ayer ya casi remoto para
nosotros apareció la figura campechana de un morador del
lugar!

Era don Cayetano Peraza, quien con
su firme y ecuánime voz, nos dijo estas
palabras:

"Soldados, sí, en este
sitio,

En las aguas del mismísimo
Río Guárico,

El Taita José Tomás Boves
peleó

La Segunda  Batalla de La
Puerta"

"Sí, en este río que ven
ustedes,

En vez de correr agua, lo que
corría era sangre.".

"Sí, en muchos días los
zamuros

Fueron los dueños de este
lar".

Y aquel viejo anciano cargada su cabeza de
inmensas canas, curtidas por los años, emocionadamente nos
hizo enaltecer el sentimiento patriótico y nacionalista
que estaba inserto dentro de nuestros corazones y mente.
Gallardamente, él continuaba contándonos estos
relatos históricos:

"Soldados, presten la atención
debida a estos, mis relatos; porque así sucedieron las
cosas en este campo de batalla y quiero que recuerden mis
palabras para siempre, y más ustedes que son parte del
ejército venezolano, ahora comprometido en una lucha
contra insurgente en aras de eliminar a quienes en esta
década de los años sesenta han osado levantar las
mismas banderas por la liberación nacional que una vez
enarbolara El Taita Boves".

"Soldados, ustedes deben ir sabiendo con
mucha claridad quienes son  los verdaderos amigos del
pueblo, como también quiénes son sus reales
enemigos".

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Bandera de la República de
Cuba, diseñada por el general venezolano Narciso
López

  "Soldados, recuerden que por las
luchas por la igualdad y justicia social cayeron en combate el
Capitán de Navío Manuel Ponte
Rodríguez
, y los comandantes Fabricio Ojeda y
Argimiro Gabaldón".

"Ellos como El Taita Boves fueron
grandes amigos del pueblo pobre de Venezuela, en aquellos
días de guerra hace más de cien años
atrás y en estos últimos años que estamos
viviendo en la década de los sesenta, en este siglo XX,
donde lo que ha reinado es persecuciones, prisión,
torturas, dolor y muerte".

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Comandante Fabricio
Ojeda

El anciano prosiguiendo con sus palabras,
nos dijo esto: "Aquí, justamente aquí; El Taita
Boves ocupó ésta quebrada, dejándoles plena
libertad a los mantuanos en su paso hacia la entrada de la Villa
de San Luís de Cura que es su verdadero nombre,
carajo".

"El Taita Boves ubicó a sus infantes
en las quebradas y en esas planicies que están
allí; véanlas bien, colocó a una gran parte
de sus mejores jinetes y caballos. Y el otro grupo que era aparte
de sus legiones los metió en la sabana, para de esa forma
poder proteger a su retaguardia".

"El Taita Boves que de bruto nada
tenía, organizó muy bien a sus hombres en el campo
de batalla, diciéndole a sus comandantes y jefes estas
palabras: "No quiero prisioneros algunos en esta vaina, que de
hecho será una jornada muy sangrienta; así que me
raspan o les dan muerte, que no hay que cargar peso
amarrado".

Pasando lo que tenía que pasar en
esos momentos; el General Santiago Mariño Carry quien era
llamado el Libertador de Oriente, a todo tren cruzó con el
grueso de sus fuerzas el Río Semen, tratando de
ganar las alturas, colocó entre ellas al Batallón
"Aragua"; y en su costado izquierdo, posicionó sus
cañones; y en el flanco derecho, el resto de sus tropas a
pie.

Carajo vale, el Taita Boves fue más
inteligente que el General Santiago Mariño Carry; ya que
lo atrajo hacia las llanuras poniendo de esa forma a los soldados
del héroe de Bocachica a merced de sus lanceros. La 
vaina fue seria vale; ya que los viejos nacidos aquí,
muchos de ellos ya muertos, contaban en sus relatos, que en la
misma mañana en que se dio esa batalla, el General en Jefe
Simón Bolívar se le arrechó de tal manera al
General Santiago Mariño Carry, que este último jefe
tuvo que disculparse; ya que la táctica que empleó
en el combate no se ajustaba a las exigencias mismas de la guerra
y la misma era imposible aplicarla en ese terreno. Mejor dicho,
la visión que sobre la batalla tenía el General
Santiago Mariño Carry no era la más
correcta.

En verdad, el General Simón
Bolívar trató de cambiar los planes según su
táctica y estrategia militar, pero las cartas ya estaban
echadas. El enfrentamiento era un hecho más, era una gran
realidad; hubo un momento que muy arrechamente dijo estas
palabras: ¿Hasta cuándo querrá el general
Mariño atormentarnos con su pretensión de mando,
coño nojoda?

¿No considera él el mal que
la hace a la Patria con esa sed que no apaga, carajo?

"El Taita Boves, sí, El Taita Boves
los destrozó en este mismo sitio vale, aquí mismo
en La Puerta del llano. Allí, sí, allí
sucumbió el Batallón "Aragua" con su jefe el
Coronel Manuel Aldao. Pero decían que el General
Simón Bolívar trató de salvar la
situación con energía, pero su caballería
era muy cobarde, miedosa y si se quiere era muy débil; ya
que se dieron a la fuga y dejaron a la infantería a merced
de las armas del Taita José Tomás
Boves".

El Historiador Francisco Tosta
García,
en una de sus obras históricas sobre
esta batalla expresó lo siguiente:

"…El grotesco Boves, sin más
ciencia
que la de saber reunir hombres y caballos, no se ocultó de
nadie ni hizo rodeos, ni estratégicos movimientos, sino
que, como la cosa más natural del mundo, en abigarrado
pelotón, salió de Calabozo para Caracas,
limitándose a ejecutar las tácticas de los
muchachos cuando juegan al escondite, ocultó la mitad
del cuerpo entre los mogotes lanzó el rutinario ya, y
fueron incautamente los patriotas a buscarlo en sus posiciones
para entregarse como infelices papanatas
. Tal fue esa batalla
de la Puerta…".

El Taita Boves con esta victoria
derrotó a los dos libertadores, a Bolívar y
Mariño: ante este hecho, las fuerzas bovistas y las masas
insurrectas en son de lealtad y obediencia alzaron sus armas,
lanzas, chopos y sables hacia el cielo en son de libertad,
dándoles un caluroso saludo a su bien amado y adorado
jefe; en ese caso, don José Tomás Boves, el nuevo
Amo y Señor de la Llanura".

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Mariscal de Ayacucho, Antonio
José de Sucre y Alcalá

"El gran estratega de la guerra de la
independencia"

Y quien desde esos momentos llegó a
convertirse en el ángel liberador del pueblo esclavizado
por el mantuanaje criollo venezolano; ya que las políticas
imperiales de España estaban representadas en el Mariscal
de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño quien se
mantenía al margen de esta guerra".

Ahora bien, el Comandante Boves si pudo
comprender el papel que juega el pueblo en la búsqueda de
su verdadera victoria en contra de sus opresores y esclavistas.
Él sabía mucho sobre la guerra revolucionaria en
estas tierras de nuestra patria; ya que los golpeteó
constantemente a sus enemigos, nunca los dejó dormir y
siempre estuvo al acecho sobre los movimientos que de un lado a
otro hacían sus postas.

El Taita Boves al fin pudo cercar a los
mantuanos en La Puerta del llano, rodeándolo por todos
lados entre las zonas boscosas y las laderas, como en los caminos
y ríos; estando sus patrullas al acecho y en vigilia
constante sobre los movimientos que los oligarcas mantuanos
hacían con su ejército en esas comarcas y sus zonas
circunvecinas, contando para ello con la ayuda encomiable del
pueblo pobre de Venezuela y en especial del llano venezolano.
Luego actuó como un estratega revolucionario, dirigiendo
él personalmente todas las operaciones militares,
entendiendo que ir en contra del pueblo jamás se puede
vencer en combate alguno, de esa forma se convierte en el mejor
guerrillero del llano y en el máximo jefe de la
revolución venezolana en aquellos días de tragedia,
dolor y muerte.

En verdad, su mejor intérprete en
esta etapa contemporánea de nuestra historia
latinoamericana es visible en la lucha revolucionaria y
guerrillera llevada a cabo por el Comandante Ernesto
"Ché" Guevara de la Serna quien manejó muy
bien las máximas bovistas de golpear y golpear sin
descanso; movilidad, vigilancia, desconfianza y hacer realidad un
ideal.

El Historiador Francisco Tosta
García
sobre la acción militar del Taita Boves
en la 2ª Batalla de la Puerta, el 15 de junio de 1.814,
señaló lo siguiente:

"…El Boves conductor de masas, el

líder militar por excelencia,
el hombre implacable con ganas de triunfar, es el Boves
vencedor. Si alguien puso en práctica en todo su
espíritu el muy cuestionado Decreto de Guerra
a
Muerte, fue José Tomas Boves le dio la verdadera
vigencia ya que no perdonaba vidas a sus prisioneros de guerra,
esta
actitud la demostró en la batalla de la
Puerta…".

Después de la desastrosa 2ª
Batalla de La Puerta, el General Santiago Mariño
Carry
y el Oficial Antonio José de Sucre y
Alcalá
logran embarcar con un contingente muy
pequeño de oficiales en el puerto de La Guaira,
trasladándose a la ciudad de Barcelona "La Nueva", adonde
arriban el 24 de junio de  1.814.

"Soldados…, El Taita Boves era nuestra
redención hecha realidad".

¡Así sería la magnitud
del combate en la 2ª batalla de La Puerta!

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El Comandante Boves después de la
2ª  Batalla de La Puerta dirigiéndose a sus
soldados les arengó con estas palabras: "Muchachos,
ustedes hoy en el abra de La Puerta del Llano se han vestido de
gloria; sus bríos, atrevimientos y estado anímico
le ha exaltado a todos el valor de la valentía misma;
ustedes con sus bayonetas, sables y lanzas en manos le han
perdido el miedo a la muerte, consagrando sus vidas en pro de la
libertad, dispuestos siempre a perecer por el más noble de
los ideales, como es el de ser hombres libres".

 "Muchachos, he allí a los
enemigos del pueblo tendidos para siempre hasta los albores de
los tiempos y las edades; cuando vuestros descendientes sepan de
vuestras proezas, seguro estaremos querrán emularlas en
los tiempos por venir, hasta que en verdad puedan conquistar la
igualdad absoluta y el legítimo derecho a ser libres en
estas tierras bendecidas por Di_s".

"Muchachos, es por ello, que hoy usamos la
violencia del pueblo como arma liberadora en contra de las
injusticias a la cuales nos someten los esclavistas mantuanos en
estas tierras, quienes con su poder económico pretenden
someter a perpetuidad a los más débiles; en este
caso, a ustedes y a sus familias".

Hay quienes dicen que el
Generalísimo Francisco de Miranda desde su
prisión como reo de la corona española en la
Carraca de las Cuatro Torres de Cádiz y  en
relación a la perdida de la primera república
mantuana, al saber los avances del Comandante José
Tomás Boves como máximo líder de las castas
más empobrecidas del pueblo venezolano en los aciagos
días del año 1.814, dijo en latín estas
palabras: "…SOLICITUDINEM FACIUNT ET PACEM
APPELLANT
…".

También contaban que en una de esas
batallas hicieron preso al joven Subteniente Faustino
Figueredo
, hijo de don José Ignacio Figueredo,
amigo del Taita Boves; dicho joven tratando de que no lo
condenaran a muerte le dijo estas palabras al Taita Boves:
"Comandante Boves, recuerde siempre los servicios que en su favor
le prestó mi padre don José Ignacio
Figueredo
en el pueblo de San Carlos de Austria".

En eso el Comandante Boves le
expresó lo siguiente: ¡Muérgano, bien
muérgano eres tú Faustino. Maldito
bastardo!

¿Cómo te atreves a cobijarte
en la persona de tú padre?

¡Ese si fue un gran hombre, un hombre
de verdad, con guáramo y las bolas bien puestas. Pero
tú eres un muérgano!

 ¿Cómo te atreves a
pelear con los oligarcas en contra de tú
pueblo?

"Faustino, te voy a perdonar. Pero, te voy
a joder como es debido, nojoda. Ya vas a ver lo que te va a
pasar, de la tremenda paliza que te voy a mandar a meter no te va
a salvar nadie, ya vas a ver,
nojoda".           

"Antoniote, Antoniote, rápido,
rápido, vale; a este muérgano me le das 50
latigazos por rata inmunda, ya que don Ignacio siempre estuvo al
lado de la justicia, la libertad y las causas nobles. Vamos
Antoniote, me le metes 50 vergajazos a culo limpio y en popa,
nojoda".

Viéndolo bien, Lenin Yasser;
allí se luchó por nuestra liberación
definitiva del yugo opresor esclavista; en La Puerta del llano,
la muerte fue la reina del lar; llegando esa batalla en
convertirse en un claro y manifiesto aviso de exterminio en
contra de las castas dominantes, quienes con sus políticas
aberrantes se creían poder derrotar por la vía de
las armas a las castas más empobrecidas.

Carajo, fíjense como fueron las
vainas, vale. Resulta, que en un momento previo, después
de la victoria, El Taita Boves reunió a sus hombres,
haciéndole la siguiente pregunta: "Negro Andrés
Machado, recuerda muy bien que yo se que tú fuisteis
mayordomo en el Hato Casupita, propiedad de quién
hasta ayer fuera mi compáe. Mejor dicho, estoy hablando
del General Pedro Zaraza".

Entonces, Machado: ¿Dime a
qué casta perteneces tú?

Y éste le respondió al
Comandante Boves con estas palabras: "Taita Boves, yo soy tan
negro como Milonga, el zambo Hurtado o Pedro Camejo. Yo creo que
pertenezco a la casta de los negros libertados por usted,
Taita".

"Taita en relación al traidor Pedro
Zaraza, debo decirle que él anda por ahí diciendo
que le tiene tremendo culillo a usted, que sabe lo que le espera
cuando usted le ponga las manos encima".

El Taita Boves le contestó a
Machado, de esta manera: "Mira Machado, es cierto; a mi
compáe Zaraza si lo agarro lo voy a freír vivito en
aceite, porque él estaba combatiendo con nosotros; pero
como todo sinvergüenza arrastrado se fue con el
ejército mantuano, para estarnos jodiendo la paciencia, no
te preocupes Machado, de ese me encargo yo y la Divina
Providencia, ya verás".

"El compáe Zaraza es un
muérgano, fíjense que ese carajo tiene una esclava
llamada Joaquina, cuya hija María y su hijo Francisco son
manumisos de ese bastardo mantuano de mierda. Ese tipo desde ya
dejó de ser mi compadre, porque quién esclaviza a
su pueblo es un coño e madre; eso es lo que es
él".

En ese instante, El Taita Boves le pregunta
al barbero Chepino González quién es su Comandante
de Vanguardia, lo siguiente: ¿A qué casta
perteneces tú, Chepino?

Y éste le respondió de esta
manera: "Comandante Boves, yo pertenezco a la casta de los
blancos de orilla".

¿Explícale a la gente
aquí, qué guebonada es esa de "blancos de
orilla
, nojoda, Chepino?

"Chepino, recuerda siempre que no podemos
cerrar los ojos de par en par, cuidado con una vaina, pues. Y si
algo no se te debe olvidar Chepino, es no desesperarte nunca,
debes ponerte a pensar bien las cosas y podrás ver que las
ideas te llegarán muy pronto, vale".

Y Chepino González le
contestó: ¡Como usted lo ordene, Comandante
Boves!

Y el Comandante de Vanguardia Chepino
González siguiendo las órdenes del Taita don
José Tomás Boves les explicó a sus soldados
lo siguiente: "Carajo muchachos, esos mantuanos hijos de perra
siempre nos han jodido en estas tierras, con esa mariquera y
que  blancos de orillas. Nos dicen así porque nunca
hemos vivido en los cascos de las ciudades sino en sus propias
orillas, como perros de mala muerte. Por eso les tenemos grandes
arrecheras a esos blancos oligarcas malditos y mal
paridos".

¡Es todo lo que puedo decir,
Comandante Boves"

Y usted Comandante Morales: ¿A
qué casta pertenece, nojoda?

Y él le respondió sumisamente
de esta forma: "Carajo, Comandante Boves, a la casta de los
pardos".

Monografias.com 

Llanero venezolano en los tiempos del
Taita Boves

En eso, algo enardecido el Comandante
José Tomás Boves, les gritó: "Coño
nojoda, ustedes no son esclavos, ni negros, ni mulatos, ni
indios, ni blanco de orillas, ni pardos, ni zambos, ni
cuarterones, ni dravinios, ni quinterones".

"Carajo, ustedes son VENEZOLANOS,
nojoda; eso es los que son ustedes y por esa vaina es que yo me
he jodido con ustedes en esta guerra para que comprendan que son
venezolanos".

"Y para estar en esta guerra tienen que
tener dignidad de ser venezolanos, porque de lo contrario ustedes
se estarían irrespetando a sí mismo, y esa ausencia
de amor es lo que ha hecho que ustedes no se encuentren consigo
mismo".

¡Con ustedes es con quien vamos a
construir esta nación, carajo!

¡Ya basta de tanta vaina!

Y más luego el Comandante Boves
sacando de la faltriquera de su caballo un documento, les dijo a
sus soldados allí presentes estas palabras: "Muchachos,
allá en la isla de Cuba, sí, por allá
mismito, el cura Félix Varela y Morales a
favor de los esclavos dijo estas palabras, que sé que les
llegarán a las profundidades de sus propios corazones,
porque para esa vaina están aquí luchando en contra
de sus opresores, de mis opresores, como en contra de los godos y
mantuanos".

Estas fueron sus palabras:

"…Y estoy seguro de que el
primero que dé el grito de Independencia tiene a su favor
a casi todos los originarios de África
.
Desengañémonos: Constitución, libertad,
igualdad, son sinónimos y a estos términos; repugna
los de esclavitud, desigualdad de derechos. En vano pretendemos
conciliar estos contrarios…".

Oye Lenin, lo que te voy a decir, el
francmasón conservador español don José
Ortega
y Gasset en su obra "La Rebelión de
las Masas
", nos indica: "…La masa en
rebeldía ha perdido toda capacidad de religión y de
conocimiento…". "…Los demagogos han sido los
grandes estranguladores de las
civilizaciones…".  

Caramba, Lenin Yasser; yo creo que esa fue
la primera vez que nos dijeron en nuestra historia patria que
éramos venezolanos, desde allí es cuando comienza
nuestro verdadero gentilicio, el de ser venezolano; gracias al
Comandante José Tomás Boves. En verdad, a partir de
esos momentos las castas quedaban fusionadas para siempre como un
solo pueblo armado bajo un ejército popular, que bajo la
conducción acertada del Taita Boves acabaron con los mitos
republicanos de la 2ª República mantuana.

Los derrotados en su marcha y a causa del
fragor del combate vivido, algo extenuados, exclamaban con voz
sigilosa: "…Boves nos derrotó en La Puerta y
acabó con nosotros…".

Lo que en verdad sucedió en la
2ª Batalla de La Puerta fue que los mantuanos criollos
subestimaron al Comandante Boves, ya que nunca pensaron que entre
sus fuerzas habían zapadores y soldados bovistas quienes
transmitían todos los movimientos de sus tripas ante el
campamento y Cuartel General del Taita Boves quién estuvo
verificando cada información antes de preparar sus cargas
de caballería en tan codiciado momento.

Una vez derrotadas las fuerzas mantuanas en
la 2ª Batalla de La Puerta en su época y con
el transcurrir de más de una centuria, el afamado escritor
Arturo Uslar Pietri en su obra "Las Lanzas
Coloradas
", página 149, Nº 18, de la
Colección Libros Revista "Bohemia", escribió
lo siguiente:

– Venimos derrotados-

– ¿De dónde?

– De La Puerta.

– ¿Los derrotó
Boves?

– ¡No! ¡Acabó con
nosotros!

– ¿Mucho Muerto?

– Casi todos.

– ¿Para dónde van?

– Nos dijeron que habían fuerzas
aquí, en La Villa.

Y en verdad entender a la clase
dominante  en sus propias contradicciones nos llevan a
analizar mejor esos grandes acontecimientos épicos y
militares que se dieron en el pasado; ya que ellos mismo
burilando tales hechos dan a conocer que sin misericordia alguna
llevaron al matadero a su propia gente. El antes mencionado
escritor de la burguesía venezolana y ultraderechista de
formación ideológica, a pesar de que fue Ministro
de Relaciones Interiores en el gobierno del General de
División (Ej.) Isaías Medina Angarita entre
1.941 y 1.945, en la página 145, ante el martirio de su
propia gente, escribió lo siguiente:

-       La
batalla será muy dura. De los dos lados hay coraje. Y como
concluyendo:

-      
¿Ustedes saben cuánta tropa tiene Boves?

-      
Si  –respondió Bernardo-, usted mismo nos dijo
que siete mil jinetes.

-       Si.
¿Y cuántos creen que son los nuestros?

Y sin esperar la repuesta agregó,
gritándolo, mientras se paseaba aún más
vertiginosamente:

-       Tres
mil hombres… ¡Tres mil hombres, nada
más!

-      
(…) – Nos van a sacrificar –gritó al
fin.

Bernardo quiso calmarlo.

-      
¡No, no! ¡Déjame! ¿Por qué?
¿Por qué nos quieren sacrificar? ¿A
quién sañamos con vivir, a quién hacemos mal
con solamente vivir? Nos van a matar a todos.

Esas actitudes son muy parecidas a la que
la burguesía venezolana practicó en la Plaza
Altamira entre los años 2.001 y 2.003, en donde asesinaron
a su propia gente, al igual que las practicas genocidas que
acometieron en Puente Llaguno en donde le dispararon a su
propia gente y que quedaron recogidas en graficas testimoniales
que nos hacen ver que no tienen escrúpulos para hacer
tales actos fascistas en contra del pueblo venezolano, aún
cuando profesen desmedidamente hasta su propios conceptos
ideológicos.

Monografias.com 

General Rafael Urdaneta
Farías

"Símbolo  encapillado de
la lealtad bolivariana"

Y los centauros llaneros vencedores, en sus
cantos al compás de las cuerdas de sus guitarras y arpas,
recitaban esta cuarteta:

"…Bolívar, ¿Do
están tus tropas?

-No preguntes zoquetadas.

¡Mis tropas son de
mujeres

Y andan hoy de retirada…!

Hay que decir, que en ese sangriento
combate resultó herido en una pierna el Comandante Boves,
cayendo muerto su caballo de un balazo; y después de
haberse sepultado los muertos y visitado los heridos le
envió un emisario a don Francisco Rosete dándole
noticias de la victoria que obtuvieron sus tropas en contra del
ejército republicano y a su vez le giraba órdenes
que tomara por asalto a los pueblos aledaños a los valles
del Tuy, a fin de frenar la ayuda que el general Simón
Bolívar le había ofrecido al Coronel Juan de
Escalona y Oviedo en cuanto a pertrechos y hombres se
refería, para que a todo trance pudieran defender a
Valencia del Rey.     
   

El Coronel Juan de Escalona  se
preparó a resistir a los embates a que lo pudiera someter
el Comandante Boves en la ciudad de Valencia; quién tuvo
que valerse de 35 artilleros para defender la plaza, y con un
contingente aproximadamente de 325 hombres, en donde
habían soldados heridos en combates y algunas personas que
estaban bajo cuidado médico, como de algunos que estaban
como reos en la cárcel de la ciudad; preparando a la gente
y abasteciéndolos de carenes de res, agua, chivos y
burros, preparándose para soportar las embestidas del
valiente asturiano quién era el líder fundamental
de las masas oprimidas como lo fue el Comandante José
Tomás Boves.

Lo cierto es que estando allí la
negra María de los Ángeles Lozano, el Comandante
Boves pasó a decirle, lo siguiente: "Mira María, la
Constitución Liberal de Cádiz en 1.812, le otorga
derechos ciudadanos iguales para los españoles, pero en
estas tierras, también a todos los que descienden de
africanos traídos como esclavos desde el África o
de las colonias españolas, como ustedes, nojoda; con la
diferencia que ustedes hoy son libres, porque por esa vaina han
luchado en contra de sus vulgares opresores y amos".

 "María, esa
constitución dice que ustedes tienen derecho a los
estudios, para que conozcan las ciencias y para que hagan
carreras para curas o monjas en esa mal llamada santa iglesia
católica, que de santa no tienen un carajo; ya que esos
bichos tienen esos privilegios malditos de nobleza, que seguro
estamos acabaremos para siempre en estas tierras, ya que nada de
esas vainas pueden promulgar la desigualdad entre
nosotros".

"Sabemos que es muy difícil que la
constitución se lleve a cabo, ya que a los mantuanos de
estas tierras no les interesa esa vaina; ya que gracias a la
trata libre, esos maricones godos y sus putísimas mujeres
han estado entrabando su aplicación, ya que esos malditos
aún desean continuar en sus afanes
esclavistas".

"Es por ello que debemos pelear hasta
vencer o morir y para ello ningún godo debe quedar vivo en
estas tierras. Ya que de no ser así, entonces no podremos
construir la patria que aún añoran los venezolanos,
si señor".

Monografias.com 

Prof. Víctor Juvenal
Aguinagalde

Al igual que estas palabras del Taita
Boves, Monchy Font Álvarez en la obra de Stefan
Zweig
, titulada: "Magallanes", señala
así: "… Porque nadie descubre lo que
existe…". "…Sería bueno discutir hasta donde
ansiaba la santa iglesia conquistar almas, si esto iba en
detrimento de conquistar tierras y dineros que llenarán
las enormes arcas
vaticanas…".   

Seguidamente, tomó la palabra en la
Mesa Redonda el jovencito Anderson Juvenal Aguinagalde
Monterola
y dirigiéndose a su padre Víctor
Juvenal Aguinagalde
le hizo la siguiente pregunta:
¿Qué hizo realmente el Comandante Boves
después de la 2ª Batalla de La Puerta,
papá? 

  Anderson, el Comandante Boves
como todo buen militar con formación si se quiere
académica, envió una avanzada de 1.500 hombres de
sus fuerzas hacia la ciudad de Caracas, la cual iba al mando del
Comandante Ramón González; diciéndole
estas palabras como si fuera una orden a ejecutar en Santiago de
León de Caracas: "Comandante Chepino González,
usted desde este momento es mi comandante de vanguardia en
avanzada hacia Caracas y de mi parte recuerde siempre, que el
General Napoleón Bonaparte en una de sus
máximas les decía a sus generales de avanzada estas
palabras, como si yo mismo se las tuviera dando a usted en estos
momentos, carajo".

Monografias.com 

El Taita José Tomás
Boves

1º.- Usted debe tener  excelentes
guías conocedores de los caminos y atajos.

2º.- Al llegar a los diferentes
poblados en el trayecto, interrogue a los curas y a quienes
dirijan el correo y las postas.

3º.- Usted debe mantener buenas
relaciones con los visitantes.

4º.- Siempre en sus avances
envíe espías adelante.

5º.- Intercepte el correo enemigo para
ponernos en sus cartas, despachos, relieves; y le agradezco que
de inmediato analice a nuestros contendores en ese
trayecto.

6º.- Usted debe responderme por el
total cumplimiento de mis expresas órdenes a mi arribo a
esa ciudad de Caracas, sometiendo y pasando  por las armas a
los enemigos del pueblo venezolano y de nuestra santa causa, que
es patriótica y revolucionaria en pro de los más
necesitados.

7º.- Si usted me atrapa al negro
Isidoro Liendo, al mestizo Giselo Sojo, al zambo
Telmo Romero y al mulato Nicanor Pantoja, me los
despacha para el otro lado sin misericordia alguna. Ya que esos
malos hijos de este pueblo se han convertido en delatores de sus
propios hermanos de castas y en vulgares serviles de sus
amos.

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General Juan Bautista Arismendi
Subero

El adalid de la Isla de
Margarita

"Ya que esa vaina no se las podemos seguir
tolerando, porque detrás de sus disfraces de
administradores, mayordomos y capataces en las haciendas
estén atropellando con sus látigos a las humildes
mujeres, hombres y niños que son explotados vilmente en
esas plantaciones en manos mantuanas y
oligárquicas".

"Así que una vez hecho presos esas
alimañas, me los ahorcan a la velocidad del rayo, para
escarmiento a todos aquellos serviles que aún les prestan
servicios a nuestros enemigos en armas".

"Vaya pues Chepino, cumpla con su deber de
soldado; en Caracas nos veremos muy pronto, cuando victorioso
arribe a ella con mi ejército vencedor en decenas de
combates, una vez pacificada la ciudad de Valencia del
Rey".

"Chepino, Chepino, ah caray, vale; usted al
llegar a Caracas de inmediato me publica un bando o mandato, en
la cual me le indica a sus pobladores las disposiciones que ya le
expuse para poder pacificar a esa gente, y mis órdenes se
cumplen, o en su defecto se paga con la vida; por allá no
debe quedar con vida ningún godo mantuano y las
propiedades de esos degenerados deben serle entregadas a los
más necesitados, sin formulas de juicio".

¿Me ha entendido usted la orden,
Comandante Chepino?

Y este le respondió de esta manera:
"Sí, Comandante Boves; sus órdenes se cumplen, se
acatan  y no se objetan nunca; tenga fe usted, que
llegaré a Caracas y en su nombre la tomaré,
pá que esa pobre gente vuelva a ser libre y feliz, y
puedan contar con una patria que no conocen pero que tiene
nombre, VENEZUELA, como a bien usted se lo ha pregonado
usted, Comandante Boves".

Y el Taita le manifestó lo
siguiente: "Comandante Chepino González, la lucha
que hoy concebimos es la repuesta que hoy  le estamos dando
al mantuano General Simón Bolívar quien ha
tratado de matar al pueblo venezolano con su tal decreto de
Guerra a Muerte".

"Ya que nuestra lucha armada es parte de la
guerra popular que estamos desarrollando ante la acción
asesina que sobre estas tierras y en contra de los más
pobres han desarrollado los 300 oligarcas neogranadinos quienes
con Bolívar a la cabeza luchan en defensa de sus reales
intereses de casta dominante en estas tierras de Venezuela;
siendo este  el motivo por el cual nuestras fuerzas
militares siempre han estado  a la ofensiva desde que las
hostilidades mismas se han venido dando".

¿Pero, quién coño
é madre  en este país no es descendiente de
isleños de Canarias o de españoles peninsulares,
nojoda?

"Repito una vez más, esa proclama de
Guerra a Muerte es atentatoria en contra del
derecho de gentes y por eso le responderemos en iguales
términos".

Monografias.com 

Doña Luisa Cáceres
Díaz de Arismendi,

Heroína de la
Independencia

Y dirigiéndose a sus soldados, les
gritó estas palabras: "Muchachos, desde ya ustedes no
serán más seres serviles en esas haciendas, como
tampoco serán peones de los mantuanos criollos y godos
peninsulares, y menos de esos perversos sacerdotes, curas y
monjas; y desde ya no le paren más bolas a las leyes
españolas en estas tierras".

 "Muchachos, desde hoy ustedes son la
ley y cuando capturen a cualquier hacendado o comerciante enemigo
de nuestra Santa Causa, irremediablemente me lo pasan por
las armas. Eso sí, sin confesión alguna, porque
hasta en eso son mentirosos esas piltrafas humanas".

Fíjense ustedes: ¿Qué
guebonada es esa de que los negros no pueden viajar ni 
andar de noche por las calles, ni portar armas, y nuestras
mujeres no pueden usar prendas ni mantas de seda?

"De ahora en adelante redimiremos los pies
de nuestros hermanos engrillados por la casta
dominante".

Más sin embargo, el mulato
Antonio Quiñónez, hijo del pueblo de Curiepe
en las costas barloventeñas, le dijo al Taita Boves lo
siguiente: "Taita Boves, muchos de nuestros hermanos andan
fuyendo por las montañas, que es donde se respiran aires
de libertad y si los agarran los ahorcan o los someten a cruentos
azotes  públicos".

Sobre esto, el Taita Boves le
contestó: "Caramba mijito, mírame a la cara, no me
quites la vista, no me sigas echando ese cuento, porque esa vaina
yo la he vivido en carne propia, y para eso estoy combatiendo con
ustedes, para que más nunca nadie los atropelle y los
vuelvan a esclavizar: muchacho, yo sé que tú eres
valiente con la lanza en las manos, eres un buen guerrero, ve con
decenas de hombres como tú y busca a los mantuanos y godos
en donde se encuentren y extermínenlo de la faz de la
tierra misma, ya que nuestra lucha es por la igualdad y la
libertad".

A susurra el negro Blas Sojo le cunchunchea
en el oído al zambo José Luís Ugueto, estas
palabras: ¿No será que el Taita Boves es un gran
mentiroso, José Luís?

¡O cómo dicen los oligarcas,
un demagogo más que nos anda halagando para que hagamos lo
que él dice!

 Con gran sigilo y
preocupación, el zambo José Luís Ugueto le
dijo al negro Blas lo siguiente: "Cuidadito Blas, con lo que has
dicho ahorita;  coño, porque si el Comandante Boves
te oye diciendo esas guebonadas, seguro estoy que te
desollaría vivo, vale".

En eso Blas Sojo se persignó y con
un gran culillo expresó estas palabras: ¡Puta que me
parió, Ave María Purísima y el Di_s
Altísimo me agarren
confesado!                                  
           

Al llegar dicha noticia a Caracas
generó caos, incertidumbre y preocupación en los
círculos de la oligarquía caraqueña;
contribuyendo esto con el pánico, miedo y terror en todos
los moradores de la ciudad, quienes estaban aterrados a causa de
las publicaciones que daba la Gaceta de Caracas, donde se
publicaban noticias muy malsanas y algo aterradoras, donde
informaban a los vecinos y pobladores de esa ciudad, que el
Comandante Boves en su arribo la saquearía y
asesinaría a todos sus habitantes y pobladores.

El Comandante Boves vencedor en tan heroica
jornada militar se dirigió con sus envalentonados hombres
hacia la ciudad de Valencia del Rey, ocupando el paso de La
Cabrera el 17 de junio de 1.814. En este mismo día, el
General Simón Bolívar bastante preocupado por la
situación que vivieron las tropas mantuanas en la 2ª
Batalla de la Puerta, en una actitud desesperada
dictó el siguiente decreto:

 "…Por ley marcial se entiende
la cesación de toda otra autoridad que no sea militar
Todos los ciudadanos se presentarán antes de tres horas
cumplidas después de esta publicación, con sus
armas y todas las bestias y monturas que posean, en la Plaza
Mayor, donde se les dará destino…".

Cabe destacar, que ese era el Camino Real
hacia Caracas y estaba como a 12 leguas al oeste del pueblo de
Maracay, dicha senda pasaba por entre dos cerros de mediana
elevación formando así un desfiladero, en las
cuales  las fuerzas republicanas tenían como un
área defensiva para tratar de impedir por todos los medios
posibles el tránsito de las tropas bovistas hacia la
ciudad de La Nueva Valencia del Rey.

La dirección del desfiladero era
aproximadamente de este a oeste y estaba cortado por unas zanjas
que eran muy profundas, en  el cual las tropas republicanas
tenían apostadas algunas piezas de artillería, que
a su vez estaban dirigidas por el Coronel José
María Sacramento Fernández
, quién era de
origen marroquí español y estaba casado con la
caraqueña doña Rosa Miranda y
Rodríguez, hermana del Generalísimo
Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez
quien para  esos momentos era reo de la corona
española en la fortaleza de las Cuatro Torres de
Cádiz en España. El Coronel Fernández
cayó herido de muerte defendiendo el Paso de La
Cabrera
.

El Comandante Boves  en su avance con
su ejército corría el riesgo de ser atacados por
las embarcaciones armadas que se encontraban apostadas en las
inmediaciones del lago de Valencia. Pero resulta, que
había otros dos senderos; el primero cruzaba por el sitio
de El Portachuelo a unas 1.200 varas de distancia del
Camino Real. Justamente, por allí fue por donde
pudo pasar El Taita Boves. Pero, había otro sendero que
atravesaba el sitio y era conocido como El Picacho, el
cual era de fácil paso tanto para las tropas a pie como a
caballo. Las fuerzas bovistas atacan al pueblo de Guácara
el 18 de junio de ese mismo año.

El Dr. J. M. Oropesa, Asesor de la
Intendencia de Venezuela, le manifestó a don Dionisio
Franco
, otro realista más, en carta del 18 de junio de
1814, lo siguiente:

"…El riesgo que corremos es
inminente. Sólo la consideración de que defendemos
una causa en que se interesa la religión, el rey y nuestra
propia tranquilidad y quietud pudiera damos valor para ver de
cerca, sin huir, un riesgo y un peligro que nos va a traer una
escena más inhumana y trágica que la que sufrimos.
Está ya al presentarse a cara descubierta, pues
está en ejecución con embozo. Los blancos somos el
objeto…".

El Comandante Boves se acercaba a la ciudad
de Valencia del Rey con un contingente de 5.000 combatientes,
agregándosele en el trayecto 1.000 soldados más,
quienes pertenecían a la división del Mariscal de
Campo Juan Manuel Cajigal y Niño. Imponiéndole
sitio y cerco militar a tan histórica ciudad a partir del
19 de junio de 1.814.

Monografias.com 

Esclavizada afro-ascendiente
venezolana

En los tiempos de la
Colonia

La avanzada del Comandante Ramón
"Chepino" González con una columna de 1.500 hombres
se encontraban cercanos a Caracas en donde reinaban los temores
sobre los avance de los zambos Machado y Hurtado,
ya que de llegar primero a dicha ciudad, de seguro
pasarían por las armas a todos los enemigos del pueblo en
los valles del Tuy.

El General Simón Bolívar
creyó que podía enfrentar la conflictiva
situación dentro de Caracas; fortificándola como
una ciudadela, armándola, abasteciéndola y
guarneciéndola; preparándose para una resistencia
larga con contingentes de tropas prestas para su total defensa y
para servir de baluarte final de la resistencia. Dicho complejo
fortificado abarcaba una extensión de 25 manzanas de casas
comprendidas entre las esquinas de Cuartel Viejo, Abanico, Dr.
Díaz y La Gorda; estando incluida la Plaza Mayor en el
recinto.

En esta obra participaron unos 600
trabajadores más o menos, los cuales estuvieron dirigidos
por el interventor Pío de Arce y el maestro
de obras Juan Antonio Madera; quienes contaban con 16
fortines y varias baterías; además de fosos,
falsabragas y una muralla de circunvalación. Carajo, la
ciudadela fue construida como refugio de la población
civil, para seguridad de valores, provisiones y material de
guerra, y sobre todo para llevar a cabo una resistencia
prolongada. Ante esta situación, el General en Jefe
Simón Bolívar optó por enviar al General en
Jefe José Félix Ribas y Herrera a
enfrentar la avanzada del Comandante de Vanguardia
Ramón González quien con sus escuadrones de
caballería aceleradamente se acercaba a
Caracas.

El General Simón Bolívar le
solicitó a la Junta de Arbitrios y de Guerra
sesionara ampliamente a fin de comprometer a las personas
más influenciadas políticamente. De esa forma, le
dieron vida legal a la Junta de Padres de Familia el 28 de
junio, ejerciendo el gobierno civil en dicha ciudad, cuyas
recomendaciones fueron acatadas por el jefe militar

En verdad, esa Junta se
empeñó hasta última hora en esperar al
enemigo entre las defensas construidas, enarbolando las consignas
de: "…nadie se va, aquí  moriremos
todos…"

Los republicanos trataron de fortalecer sus
fuerzas con tropas traídas desde el puerto de La Guaira,
las cuales entre los días 2 y 3 del mes de julio arribaban
a Caracas. Más sin embargo, el día 5 del mismo mes
se agravaba más la situación. Ya que las fuerzas
bovistas procedentes de los valles de Aragua se acercaban a
Caracas a través de los valles del Tuy.

El General José Félix Ribas y
Herrera con sus tropas detienen momentáneamente a las
fuerzas del Comandante Ramón González en el sitio
de Las Cocuizas. Lo curioso de siempre, fue que el Dr.
Narciso Coll y Prat en su condición de Arzobispo de
Caracas le envió una misiva al Comandante Boves a su
Cuartel General. Ya que notaba con mucha preocupación las
actitudes desenfrenadas de los godos y oligarcas mantuanos
caraqueños, quienes andaban en desbandada.
Manifestándole en la misma, que una gran cantidad de
personas notables a su entrada en Caracas le harían
entrega de la ciudad sin poner condiciones algunas.

Y en entre dientes ese alto prelado de la
iglesia católica dominante en esa etapa colonial
española, dirigiéndose a sus acólitos y
allegados en el Arzobispado sobre el ímpetu arrollador del
Comandante José Tomás Boves, expresó lo
siguiente: "…Boves era un héroe para destruir,
no un hombre para edificar
…". 

¿Para edificar qué maldito
granuja, embatolado de mierda?

El clero caraqueño estaba encerrado
en sus conventos de curas y monjas y el Arzobispo metido entre
sus paredes en su sede apostólica. Todos estaban bastantes
asustados porque no podían entender y menos comprender,
como un asturiano dejase a un lado su extirpe española
para dar paso a un líder carismático de dimensiones
colosales, quién con su lanza en manos conducía a
sus hombres hacia la libertad definitiva  en estas tierras
meridionales de la América hispánica.

Indicando en esos días, que
estábamos dentro de una lucha de castas que hoy se traduce
en lucha de clases, que es la que determina el motor de la
historia llevando a las masas a la conquista del poder
político en pro del control de la economía; y de
esa manera poder resolver el profundo problema social que
aún en nuestros días continuamos arrastrando;
inclusive en esta V República.

Siempre el Comandante José
Tomás Boves tuvo instantes para conversar con sus tropas y
más si eran vencedoras en el campo de batalla. En una
ocasión y estando reunido en circulo con sus soldados, con
cierta nostalgia comenzó a hablarles sobre su tierra
amada, Asturias; y sobre sus vivencias y querencias
siempre relacionándolas con estos territorios que hizo
suyos y amó hasta la muerte. En un paréntesis de la
reunión emergió la voz taciturna y amena de un
niño llamado Pedro Carujo Hernández,
preguntándole lo siguiente: ¿Puede usted hablarnos
de su tierra y de su gente, Comandante Boves?

Por las mejillas de El Taita Boves bajaron
de gotas de lágrimas y dirigiéndose al renombrado
niño, le respondió con estas palabras: "Pedrito,
veo que eres muy inquieto y eso te llevará a ser un gran
hombre, muchos se acordarán de ti por siempre y presiento
que será así, ya lo verás".

"Muchachos, los muros de los
caseríos de mi Asturias natal es como la sangre de
ustedes, como de los toros que lidian en sus faenas diarias, por
eso es que me siento bien entre ustedes. Yo me crie entre ganado
y cosechas, como entre las altas mieses que cegamos para poder
obtener el pan cotidiano, que a diario rezamos en una de nuestras
oraciones cristianas matutinas".

"Mi Asturias amada es la fusión de
una serie de pueblos unidos en uno solo. Y eso es lo que yo
quiero que ustedes comprendan, ya que siempre les he dicho que
son venezolanos para que se unan en un solo cuerpo y juntos nos
podamos sumergir en el alma de un pueblo que hará historia
en los venideros años, y para ello tenemos que ser
venezolanos, para hacer de Venezuela una nación grande y
poderosa económicamente".

En ese instante, el niño Pedro
Carujo Hernández
le hace una nueva pregunta al
Comandante Boves, bajo los siguientes términos: ¿Y
cómo podremos lograr lo que usted dice, Comandante
Boves?

Y el Taita Boves le respondió al
niño muy sutilmente, bajo estas palabras: "Para lograr la
patria que queremos todos, tenemos que liberarnos del yugo
mantuano partiendo de nuestras acciones militares y una vez
derrotados nuestros enemigos, es cuando desde ese momento
comenzaremos a construir la patria que todos queremos, en donde
reine la justicia y la igualdad social".

"Muchachos, por eso es que yo me he
sumergido en el alma de este gran y buen pueblo venezolano, que
tiene que ser invencible para siempre y por siempre".

"Hermanos míos, al liberarlos a
ustedes del yugo mantuano, haremos que nuestros pueblos sean en
verdad fuertes económicamente, porque en la labranza y la
agricultura tenemos las herramientas para ser una gran
nación en los postreros años. Los godos y mantuanos
quieren que yo cambie mi vida de labriego y de combatiente de la
libertad, que bien equivocados están esos grandes carajos,
ja, ja, ja".

"No crean ellos, que zamuro trabaja para
lapa, ja, ja, ja. Esos grandes carajos, más bien dan
lastimas, ya que se cobijan en sus ciudadotas como Valencia y
Caracas para ocultar sus flojeras y vagancias. Yo no nací
para eso, ya que mi  sagrado deber es conducirlos a ustedes
hacia la libertad plena, bajo los símbolos de la
redención social en todas sus dimensiones".

"Ustedes mis llaneros del alma; ustedes mis
guerreros imbatibles en decenas de combates; ustedes han unido
sus pasiones y deseos por ser libres de verdad y eso los ha hecho
inteligentes, sin la necesidad de aprender las letras, porque si
hay una cosa cierta es que non iletrados de esta lengua que yo
hablo y que también nos fue impuesta en España,
muchos siglos atrás".

"Hijos míos, los asturianos
pertenecemos a una raza de hombres y mujeres capaces, que
intervenimos en estos lides a favor de sus justas causas en
tierras de América; porque desde hace muchísimos
siglos atrás hemos luchados por nuestra libertad y por
derecho a ejercer posesión de las tierras que siempre
deben pertenecernos".

"Antes de venir aquí fui labrador y
marino mercante, sin olvidar que también trabajé
como ordeñador de vacas, tanto en mi lejana Oviedo como en
las diferentes haciendas y hatos de esta santa tierra
venezolana".

"Ciertamente muchachos, yo no sé si
algún día regresaré a mi tierra natal. A
pesar de que por allá esta mi santa madre Manuela de la
Iglesia y mis dos hermanas. Sin embargo, aquí
dejaré mi simiente para que este pueblo amado nunca
jamás se deje oprimir por esos falsos libertadores,
quiénes bajo el manto de las mentiras vienen de las filas
del mismo mantuanismo godo y oligárquico de
siempre".

El Taita Boves  como buen agitador de
masas, gritó estas palabras: ¡Viva la
Libertad!

El Comandante Ernesto "Che" Guevara
es quien mejor ha interpretado el sentir revolucionario del
Comandante José Tomás Boves en su tiempo y
época plasmándolo en sus palabras que legó
al amado pueblo cubano en una de sus máximas en 1.961, en
las cuales reza lo siguiente:

"…Las condiciones objetivas para la
lucha están dadas por el hambre del pueblo, la
reacción frente a esa hambre, el temor desatado para
aplazar la reacción popular y la ola de odio que a
represión crea. Faltaron en América condiciones
subjetivas de las cuales la más importante es la
conciencia de la posibilidad de la victoria por la vía
violenta frente a los poderes imperiales y sus aliados
internos…".

¿No sería que los mantuanos
fueron los aliados internos de los asquerosos Reyes
borbónicos en ese pasado de nuestra falsa
independentista?

¿Por qué seguir aceptando esa
gesta como la génesis de nuestra verdadera
independencia?

¿Qué falacia de nuestro
destino e historia de pueblo que lucha por su real independencia
hasta este presente?

Finalmente en el intercambio de palabras
volvió a intervenir el niño Pedro Carujo
Hernández, expresando lo siguiente: "Taita Boves, en
verdad esos godos mantuanos son unos vulgares pazguatos, sus
mentiras y covas no nos las van a seguir metiendo, ya que todos
aquí sabemos que ellos descienden de la más rancia
godarría de los conquistadores españoles y de los
bastardos guipuzcoanos".

El Comandante Boves antes de retirarse del
lugar se persignó bajo las siguientes palabras latinas:
¡In Nómine Patris, et Filie et Spiritus Sancti!
Amén!

Seguidamente, continuamos con las historias
militares del Comandante Boves, las cuales  damos a conocer.
Hay que sacar a relucir, que entre los emigrantes fue capturado
por las fuerzas del Comandante Boves, nada más y nada
menos que el clérigo José Antonio
Pérez
de Velasco quién en su
condición de mantuano godo y oligarca fue remitido como
preso de alta peligrosidad a una de las mazmorras en
España.

Ese muérgano sacerdote era muy
allegado a los primeros libertadores del país; ya que el
pertenecía a su casta social. Pero a su vez era el
más claro representante del Arzobispo Narciso Coll y
Prat
en los acuerdos firmados entre esos mantuanos de mierda
y el alto clero de la época, en relación al Acta
Solemne de Concordato entre el Estado y el Sacerdocio. Ese
sacerdote vagabundo había pagado 8 años de
prisión en España.

Monografias.com 

La Emigración a
Oriente

Encabezada por el Libertador
Simón Bolívar

El Presidente – Comandante Hugo Rafael
Chávez Frías
ante la situación
política que vivimos en nuestra patria ha mandado a
revisar esos viejos acuerdos con El Vaticano, en aras de
fortalecer aún más el laicismo y en quitarle todas
las prebendas que hoy disfrutan los jerarcas de esa inmoral
iglesia en los actuales momentos.

Ahora que vemos que los restos del
Libertador Simón Bolívar se convierten en un
símbolo de culto y liberación de los pueblos de
nuestra América Siempre Rebelde, nos encontramos
que ese miserable sacerdote llamado José Antonio
Pérez
de Velasco fue quien ofició las
exequias fúnebres del Libertador Simón
Bolívar en la Catedral de Santa Marta, el 20 de
diciembre de 1.830. En vista a que el Obispo Titular
José María Esteves no lo quiso llevar a cabo
debido a la condición francmasónica del Genio de
la Libertad
.

John Lynch, bien expresa lo que hay
detrás de nuestro máximo adalid del pueblo en
armas:

"…Es dudoso si [Boves] era un
verdadero populista ofreciendo la reforma agraria a los llaneros
y        absoluta libertad para los
esclavos. Pero el hecho es que fue capaz de reclutar
seguidores entre negros y pardos porque les prometía la
propiedad de los blancos
y porque la oligarquía
criolla de la primera república había sido
responsable por mayor concentración de tierras y
privatización de ganado en los llanos en detrimento de las
clases populares. Esta fue la razón por la cual los
llaneros se unieron a Boves contra la república –
para pelear por su libertad y por su
ganado
…".

Ante esta situación, los patricios
caraqueños decidieron emigrar al oriente venezolano con
rumbo al prócero solar de Aragua de Barcelona. En este
éxodo se movilizaron más de 40.000 personas quienes
salieron de Caracas temiendo sucumbir en manos del
ejército del pueblo en armas al mando del Taita Boves y en
los momentos en que arribara a tan mariana ciudad. Un total de
20.000 personas avanzaron hacia el pueblo de Barcelona "La Nueva"
protegidos y escoltados por 1.200 soldados al mando del General
Carlos Soublette.

Anderson, la Emigración a
Oriente como la conocemos en nuestra historia patria fue
encabezada por el General Simón Bolívar quien en
marcha apresurada llevaba en las ancas de su mula zaina a la
joven quinceañera caraqueña Luisa Cáceres
Díaz
, hija del mantuano Domingo Cáceres
y de la oligarca doña  Carmen Díaz;
quién después llegara a ser la bella esposa del
General en Jefe Juan Bautista Arismendi Subero. La misma
heroína mantuana que pocos meses después fuera
entregada como prisionera al gobierno español por el
sifilítico sargentón español don Antonio
de Mata Guzmán
, el mismito abuelo del General en Jefe
Antonio Leocadio Guzmán Blanco.

Ese gran muérgano de madre fue quien
la llevó presa al convento de las Madres Concepciones en
Caracas para después trasladarla a la Carraca de la Cuatro
Torres de Cádiz en España, en donde también
se encontraba preso el Generalísimo Francisco de
Miranda
y Rodríguez. Previamente, el General
Simón Bolívar había enviado a su hermana
María Antonia Bolívar Palacios desde el
puerto de La Guaira hacia la isla de Curazao, trasmontando todas
las serranías del Guaraira Repano o
Ávila.

Monografias.com 

Castillo Real Felipe de Cartagena de
Indias

Ella en el trayecto llevaba consigo a su
prima hermana María Belén Xeréz
Aristeigüieta
y Blanco de Pérez y
Narvarte, quien iba acompañada con su hija
Soledad Pérez Narvarte y Xeréz
Aristeigüieta Blanco
. De igual manera, con ellas se
fueron algunos miembros de la familia Michelena,
pertenecientes a la godarría valenciana.

Cabe decir, que María
Belén Xeréz Aristeigüieta y Blanco
era la
madre verdadera del prócer independentista
Presbítero y General José Félix
Blanco
a quien había dejado abandonado en las puertas
de un convento en el momento de su nacimiento.

Como fue el caso de don Vicente
Michelena y Rojas
quién era hijo del español
Santiago José Michelena y la valenciana doña
María Teresa Rojas Natera, habiendo participado en
la Batalla de La Victoria bajo las órdenes del
General de División José Félix Ribas y
Herrera
y en el sitio de San Mateo bajo la
dirección del General en Jefe Simón
Bolívar
en 1.814, optando por emigrar hacia Cartagena
de Indias en donde fue hecho preso y más luego remitido a
prisión en Coro y Puerto Cabello, de donde logró
escabullirse. De igual manera, el Teniente Coronel José
Agustín Loynaz
emigró a la isla de Saint
Thomás.

Entre los emigrados hacia la isla de
Trinidad se encontraba el viejo Coronel Vicente de
Sucre y Urbaneja, padre del futuro Mariscal de
Ayacucho Antonio José de Sucre y Alcalá. Ese
venerable anciano cumanés miembro del mantuanaje oriental
era hijo de don Antonio de Sucre Pardo y Trelles
con doña Josefa Margarita García de Urbaneja
y Sánchez de Torres. Esas mariquitas
damiselas no estaban acostumbradas al caminar apresurado y
agobiante, ya que tenían que cruzar ríos, quebradas
y pantanos. Además de soportar lluvias y crecidas de
ríos, siempre expuestas a las inclemencias del tiempo y de
la naturaleza.

¡Esa era la oligarquía
mantuana que peleaba en la guerra de la independencia!

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27
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