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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 18)




Enviado por León Morales



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¡Muerte a los blancos peninsulares
aliados de mantuanaje!

¡Libertad o Muerte!

Pero, ante esta situación, el
Comandante José Tomás Boves y el Coronel
Francisco Tomás Morales Alonso se dirigieron a todo
tropel con sus tropas hacia la ciudad de Nueva
Andalucía de Cumaná
, adonde arribaron y tomaron
bajo fuego de infantería y artillería pasando por
las armas a los oligarcas cumaneses, como a los enemigos de las
castas más subyugadas en la primogénita de
América. El maestro don Eduardo
Calcaño
con buena letra y con gusto pueblerino en su
libro "La ciudad y su música" publicado en el
año 1.958, nos revela que en la ciudad de Cumaná se
dio un baile el 16 de octubre de 1.814, en donde estuvo como
invitado especial el Comandante José Tomás
Boves.

           
El escritor don Ramón de la Plaza manifiesta que el
compositor don Juan José Landaeta fue descubierto en el
recital que se dio en dicha fiesta ese día; en la cual la
mayoría de los músicos eran personas que
venían huyendo desde Caracas, y estaban entre los
emigrantes al oriente del país.

El músico mantuano Juan
José Landaeta
fue notificado por una dama de la
godarría cumanesa, de que lo estaban buscando para
matarlo, una vez finalizada la fiesta. Don Juan José
Landaeta trató de escaparse con otras personas facciosas
comprometidas con él en la guerra a muerte, en contra de
los sectores populares en rebeldía contra el mantuanaje
criollo. En verdad, él quiso irse desaforadamente del
lugar de los acontecimientos, siendo hecho prisionero y llevado
frente al Taita Boves, quién dio la siguiente orden:
¡Míralo pues, ja, ja, ja!

"Si este bichito es Juan José
Landaeta, el músico de los revoltosos mantuanos. No
quisiera hacerlo, pero hoy mismo Juan José te vas de viaje
para las excelsas moradas, sobre eso no hay perdón alguno,
ja, ja, ja".

           
¡Coronel Morales, pase por las armas a ese miserable de
Juan José Landaeta, y que ese babieco de mierda le vaya a
cantar a Satanás en su corte infernal, ja, ja,
ja!

           
La orden fue cumplida y de manera tajante, tan claro y manifiesto
músico de la godarría venezolana fue pasado por las
armas sin chance a que rezara un Padre Nuestro, para que hiciera
su viaje a las pailas del infierno, sin pasaporte como anima
viajera y errante al purgatorio.

           
Lo que no se entiende en esos sucesos de Cumaná, como es
que dicen que al maestro Juan José Landaeta le metieron
las partituras del Himno Nacional en la boca para fusilarlo. Eso
es una falacia, ya que en esos tiempos, él se disputaba
con el maestro don Andrés Bello la composición de
tan magno símbolo de la patria.

El Coronel Francisco Tomás Morales
hizo prisionero al mantuano J. A. Caro de Boesi en
Cumaná, quién era natural del pueblo de Chacao,
mandándolo a fusilar de inmediato. Ya que sus
correrías por tierras orientales fueron inexplicables.
Allí en Cumana, el Taita Boves llamó a uno de sus
oficiales de su victoriosa división, era el Capitán
José de la Cruz Pineda, ordenándole
lo siguiente: "Capitán Pineda, usted con un pelotón
de caballería me recoge las armas, caballos, enseres y
pertrechos abandonados por esos vagabundos oligarcas y al que me
encuentre por allí me lo fusila sin darle dulce alguno, de
una vez se los manda a Mandinga para que haga un sancocho
con ellos en las pailas del infierno, porque la tierra es nuestra
y nos pertenece, nojoda. Ya que aquí es donde está
el Reino de Di_s".

"Y por  otro lado, se me mete en las
iglesias y me les da unos cuerazos a esos curas pajuos y me les
quita el oro y la plata que tengan, ya que los necesitamos para
comprar armas y comida".

El Capitán Pineda como todo buen
subalterno que era, le respondió a su jefe con estas
palabras: "Entendido Comandante Boves, de inmediato salgo a
cumplir sus órdenes, pero le informo que tengo algunas
sospechas sobre nuestro Capellán José Ambrosio
de las Llamozas
, ya que ese monigote de cura es muy raro
Comandante Boves".

El Taita Boves le dijo al Capitán
Pineda, lo siguiente: "Bueno Capitán Pineda, si usted
sospecha de él, entonces cuando usted lo agarre en una de
esas guebonadas me lo fusila sin estar aclarando nada. Porque
viéndolo bien, ese tipo como que es enemigo nuestro de
verdad. Ya que me han llegado algunos diretes de él. Que
me están preocupando mucho. Vaya pues, Capitán
Pineda, cumpla mis órdenes, pues".

Las fuerzas bovistas vuelven atacar el 15
de octubre con 2.000 hombres de caballería a la villa de
Aragua de Barcelona; pero el día 16 del mismo mes, es
derrotado el General Manuel Carlos Piar y Gómez en
la batalla de El Salado, enviando sus tropas hacia el
camino de Cariaco. En esta memorable jornada militar
resultó herido en un brazo el joven sacerdote republicano
cumanés, Dionisio Centeno Mejías; quedando
Cumaná en la total desgracia y penuria, cubierta de sangre
y a merced de las tropas bovistas.

Cabe destacar, que en la batalla de El
Salado
o Cerro Colorado acaecida el 16 de octubre de
1.814, el General Manuel Carlos Piar Gómez
desplegó sus tropas al flanco sur de la ciudad, protegidas
sus espaldas y apoyado por las bocas de fuego del castillo de San
Antonio. Esto empeñó al Taita Boves a librar una
sangrienta lucha atacando con 3.700 efectivos de
caballería e infantería y con una furia impetuosa,
donde fueron abatidos una gran parte de los emigrados de la
ciudad de Caracas y muchos del vecindario del pueblo de
Cumaná.

Habiendo sido esta la única derrota
militar que sufriera en vida el General Manuel Carlos Piar
en toda su carrera militar, en donde libró trece
memorables acciones de armas que aún en nuestros
días es tema de análisis en cuanto a táctica
y estrategia militar se refiere. En la Batalla de El
Salado
a la imberbe edad de 20 años se batió
heroicamente el mantuano cumanés Coronel Juan
José Quintero y Canales
. A pesar de haber servido
primeramente, en el ejército español; ya que
él nació en Cumaná el 25 de enero de 1.794 y
falleció en la misma el 16 de agosto de 1.848.

Sobre esta derrota militar del héroe
de San Félix hay un registro de un memorial presentado
ante El Rey de España en Madrid por el presbítero y
Dr. Dn. Josef Ambrosio de la Llamozas, quien era el
Vicario General del Ejército de Barlovento en las
provincias de Venezuela y quien el 16 de octubre de 1.814,
describió lo siguiente:

"… Después el 16 de octubre del
mismo año fue batido en las inmediaciones de Cumaná
el cuerpo de Piar que la había ocupado, dio Boves
órdenes a las tropas para que entraran a la ciudad y
matasen cuantos hombres se encontraran, como así lo
ejecutó, después de estar aquella reducida entrando
varios a caballo dentro de la iglesia parroquial buscando a los
que en ella se habían refugiado, para matarlos como lo
realizaron con más de 500 en cuya operación fueron
privilegiados los pardos…".

Sin embargo, el Sargento Manuel Osti
describió esta batalla de la siguiente forma:

"… llegaron los españoles a
Cumaná al mando del general Boves los cuales
ascendían al número de seis mil y presentaron su
acción de combate en la orilla de la Sabana de Cumana.
Mandó parte de su tropa por el puerto de La Madera, con el
objeto de cortarnos las retiradas por los caminos de Cumanacoa y
Cariaco, y la Escuadra española también en
disposición de entrar en pelea; dispuso presentar en su
línea de combate tres pabellones: el primero, negro con
unas canillas cruzadas y su calavera, que significaba muerte; el
segundo, encarnado, que significaba sangre, y el tercero, el
pabellón especial. Salió nuestro jefe el general
Manuel Piar con sus dos batallones y dos piezas de
artillería, habiendo ido en compañía de
él los generales Pedro María Freites y Ribas,
después de un fuego vivo que duraría como tres
horas. Dispuso nuestro jefe retirarnos a la plaza, pero esto fue
en vano; porque ya los españoles la habían ocupado,
por lo que tuvimos que continuar la pelea en medio de aquella
derrota para poder salvarnos…".

El Oficial Francisco Mejías
era natural del pueblo de Marigüitar en donde
nació en 1.797, diciendo lo siguiente:

"…. la sangre corrió a torrentes
no solo en el campo de batalla, sino también en todas las
calles de la ciudad y hasta en los templos. Perecieron
también en aquel heroico pueblo el mismo día bajo
la inexorable cuchilla del feroz Boves, una gran parte de la
emigración de Caracas que allí se había
refugiad…".

Aquellos acontecimientos, generaron un gran
impase entre el Comandante Boves y su lugarteniente el Coronel
Morales, ya que éste último jefe tenía
expresas órdenes del Taita que se trasladara con sus
cazadores hacia Cumaná y no hacia el pueblo de San Judas
Tadeo de Maturín, como llegó hacerlo él;
violando en esos casos, órdenes precisas que pudieron
cambiar el curso de la guerra misma, tales como se vieron en los
escenarios bélicos que relatamos a
continuación:

El Coronel Francisco Tomás
Morales Guédez
obviando las órdenes del
Comandante General José Tomás Boves se
había trasladado con su ejército hacia el pueblo de
San Judas Tadeo de Maturín, en donde fue derrotado por el
General Manuel Carlos Piar Gómez.
 Acción esta, en donde el Coronel Morales
perdió aproximadamente 5.000 hombres en combate; dicha
derrota militar produjo un profundo descontrol en la
táctica y estrategia que el Taita Boves tenía
pensado desarrollar en el oriente venezolano. Sin embargo, los
oligarcas fueron derrotados en Cumaná por parte del
ejército bovista; tratando muchos de ellos, de refugiarse
en La Catedral con el fin de proteger  sus vidas más
que a sus bienes.

En dicha toma militar murió don
Juan José Landaeta, célebre compositor de
nuestro Himno Nacional, "Gloria al Bravo Pueblo". Este
escuálido mantuano en una ocasión sobre el
Comandante Boves, dijo lo siguiente: "…A Boves lo
parió una loca, y su padre es
Mandinga
…".

¿Y quiénes eran los padres de
ese bastardo músico que le robó las letras de
nuestro himno patrio al maestro don Andrés
Bello?

¿Será que esos miserables de
espíritu y marginales de corazón aún
están con sus odios y rencores en la Plaza Altamira de sus
propias mentes y conciencias?

¿Por qué no han
cambiado?

El Comandante Boves mando a fusilar a 50
españoles de su ejército acantonado en
Cumaná; salvándose en esa oportunidad el Coronel
Morales de ser pasado irremediablemente por las armas, por
desacato a sus órdenes y dictámenes, cuyo resultado
fue la derrota que sufrió en las sabanas de
Maturín. En la toma de Cumaná salieron derrotados
los generales Simón Bolívar, José
Félix Ribas
, Manuel Carlos Piar Gómez y
Pedro María Freites; procediendo el Taita Boves a
entregarles a las autoridades eclesiásticas las reliquias
y prendas que le habían robado los patricios cumaneses a
la iglesia, durante el ataque y toma de dicha ciudad.

Hay que destacar, que allí los
bandos en pugna libraban una cruenta lucha por la vida y la
dignidad; ya que la Real Audiencia en Caracas, se cometían
actos oprobiosos extremos, en donde connotados miembros de la
misma con el fin de poder preservar sus bienes y vidas
prefirieron a través de la adulación y el
jalabolismo a ultranza en ponerse a las órdenes y
disposiciones del Comandante Boves.

Monografias.com 

                

General en Jefe Cipriano
Castro

"El Restaurador de
Venezuela"

En una ocasión el Comandante Boves
le dirigió una misiva al Excelentísimo Señor
Ministro Universal de Indias en España, bajo estos
términos:

"…del 14 al 20 de este mes he tomado
al enemigo en diversos combates 4.000 fusiles, 200.000 cartuchos,
30 cañones de diversos calibres, 3 lanchas
cañoneras, 5 coroneles y 150 oficiales, todos los cuales
han sido pasados por las armas. Nuestros, 4.000 muertos y 500
heridos; del enemigo 6.700 muertos…".

Carajo vale, esos males y vicios aún
persisten en esta V República Bolivariana de hoy
día, los cuales son muy usados por la actual aristocracia
del dinero o clase dominante quienes con sus políticas
globalizantes y neoliberales rigen las políticas
económicas del sistema capitalista mundial, ahora en
crisis y
descomposición.       

Lenín Rafael, don Pedro María
Morantes "Pío Gil" a comienzos del siglo XX en sus
constantes escritos atacó la adulación que se
vivía en los tiempos del General en Jefe Cipriano
Castro Ruiz
, bien llamado "El Restaurador de
Venezuela
". Ya que las familias de extirpe y tradición
oligárquica venezolana como: Rendiles,
Bruzual, Serra, Andueza; Fourtoul,
Vallenilla, Arreaza, Calatrava,
Guinánd, Baldó, Zuloaga,
Pietri, Uslar, Dalla Costa, Berreizbetia,
etc, etc., practicaban el arte de la adulación como un
acto más de sumisión de las clases dominantes hacia
los nuevos amos del país, quienes descaradamente se
unieron en matrimonio con los "generales roba cochinos y
gallinas", como: Sayago, Mibelli,
Tarazona, Velasco, Pérez Soto, etc,
etc.

Lo cierto del caso, fue que "Pío
Gil
" lo dejó muy bien plasmado en su obra
histórica titulada: "Los Días de Cipriano
Castro
", donde en iguales circunstancias los godos y
aristócratas de su tiempo hicieron lo mismo que sus
vulgares antepasados, los "Grandes Cacaos" de los tiempos
de la guerra a muerte, ya que ambas oligarquías solo
buscaban defender eran sus reales intereses de
clase.  

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Pueblo de San Jacinto de
Urica

              

    En semanas
pasados el Comandante en Jefe Hugo Rafael  Chávez
Frías
trasladó al Panteón Nacional los
restos mortales General en Jefe Cipriano Castro Ruiz, El
Restaurador de Venezuela
conocido como "El Hombre de la
Levita Gris
". Acto bien merecido, en honor a uno de los
generales que hicieron la historia de la patria a comienzos del
siglo XX.

El Movimiento Bolivariano de Luchas
Populares (MBLP) y el Palabreo Popular General en Jefe
"Manuel Piar", hoy le hace honor al gran estratega militar
nacido en el pueblo de Capacho Viejo en el Edo. Táchira,
como lo fue don Cipriano Castro Ruiz, General en Jefe de
los Ejércitos de la República y Jefe Supremo de la
Revolución Liberal Restauradora en ejercicio del Poder
Ejecutivo Nacional, en la instalación de su gobierno el 24
de octubre de 1.899, dictó esta proclama a los venezolanos
y venezolanos de ese ayer:

…A los venezolanos:

Hace hoy cinco meses que nuestras armas,
victoriosas en La Popa y Tononó, dejaban presentir que el
ejército de Táchira marcharía de triunfo en
triunfo a la Capital de la República: hemos vencido, hemos
dado amplia reparación a la majestad de las instituciones
y a la honra nacional, sellando el proceso harto vergonzoso de
nuestras guerras civiles.

Podemos decir que la campaña armada
está terminada ya, pues se ha inaugurado un Gobierno que
es el renacimiento de la República y cuyo programa puede
sintetizarse así:

·        
Nuevos hombres.

·        
Nuevos ideales.

·        
Nuevos Procedimientos.

Comienza la labor administrativa,
quizás más cruda que la labor guerrera, para la
cual reclamo el contingente de todos los hombres de buena
voluntad.

Hacer efectivo y práctico el
programa de esta Revolución y demostrar, ante propios y
extraños, que los sacrificios heroicos consumados hasta
hoy no han sido estériles, será, sin dudas ni
vacilaciones, el lema de mi gobierno. De este camino no
podrá apartarme nada ni nadie; y si por desgracia para la
patria quisiera el destino que, a pesar de mi mejor
disposición para hacer la felicidad de todos los
venezolanos, injustificadas y nuevas conmociones viniesen a
entorpecer la marcha serena de la administración, os
declaro, con la sinceridad que me es ingénita, que
sucumbiré en la lucha sin desviarme una línea del
camino del honor y del deber.

¡Soldados del Ejército
Liberal Restaurador
!

Ésta es la nueva obra: debéis
estar orgullosos de ella y prontos a cuidarla para que os
hagáis dignos del alto renombre que habéis
conquistado en la historia…

Caracas, 24 de octubre de 1.899.

Compatriotas venezolanos, continuemos con
las acciones militares del Taita Boves; resulta, que él se
dirigió con sus tropas hacia los desfiladeros de Los
Magueyes
el 9 de noviembre del año 1.814, enfrentando
al Coronel José Francisco Bermúdez de
Castro y Figuera, el hijo del pueblo de San
José de Areocuar quien comandando una división
compuesta por 1.200 hombres fue derrotado por el Comandante
José Tomás Boves; manifestando sobre su derrota lo
siguiente: ¡Carajo los hombres que he mandado en esta
jornada tienen más vicios que pelos,
nojoda!        

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General Pedro Zaraza
Manrique

Compadre del Taita
Boves

Esta derrota militar ahondó
más el descontento por parte de los republicanos
orientales en contra del General Simón Bolívar,
quien presagió el fin de la 2ª  República
constituyente. Inmediatamente, el Comandante Boves en su
estadía en Nueva Andalucía de Cumaná,
mandó a marchar en su trayectoria a sus valerosos é
imbatibles guerreros y lanceros hacia las sabanas de Urica;
fusilando en el camino al godo Narciso Armas, vecino de la
Villa de Barcelona. Igual suerte, corrió un hijo del
comandante militar del pueblo de San Mateo.
       

Más sin embargo, desde la distancia
llanera su compadre el Coronel Pedro Zaraza Manrique 
le gritó:

¡Oiga Compáe
Boves,

En donde nos vemos las caras,

O se acaba la zaracera,

O se acaba la bobera!

El Comandante José Tomás
Boves
y el Coronel Francisco Tomás Morales
Guédez
reunieron sus ejércitos para darle
combate al ejército de los chapetones mantuanos en las
sabanas de Urica el 28 de noviembre de 1.814. Don Lorenzo
García Jove
pocos días antes de la batalla de
Urica le escribió desde el puerto de La Guaira una misiva
a doña Manuela de la Iglesia, madre del
Taita Boves en donde le manifiesta lo siguiente:

                                                                      
                               
La Guaira, 1º de diciembre de 1.814.

Sra Doña Manuela de la
Iglesia:

Muy señora mía: Los
hombres nacen sin saber su suerte
. Su hijo nació
para la guerra
; por ella hace felices a los buenos y
castiga a los malvados con exceso
, yo por mi parte, viendo de
tan cerca sus operaciones, me complazco, y así debe
hacerlo vuestra merced, como madre. Doy a vuestra merced la
enhorabuena, y a sus hijas también.

Últimamente, me escribió su
hijo desde su  Cuartel General encargándome remita a
V.M, seis fanegadas de cacao, las que tengo embarcadas en el
Bergantín "PALAFOX" que sigue a La Coruña y
consigno a los señores Plat y Portal, con orden de que las
pongan a su disposición según aviso de este
día.

El solo punto que falta al heroico Boves
para todas sus conquistas es Maturín
; hoy oficia
noticias muy placenteras. En fin, tome vuestra merced buen
chocolate, que cacao no ha de faltarle.

Saludo a vuestra merced. Su
s.q.b.s.p.

                      
Lorenzo García Jove

Nuevamente toma la palabra el niñito
Carlos Aponte Carreño y le pregunta a su abuelo
Víctor Juvenal Aguinagalde, lo siguiente:
¿Tú si sabes lo que pasó en la batalla de
Urica, abuelito?

¿Cuéntanos como se dio esa
batalla en las sabanas de
Urica?           

"Bueno Carlitos, el Comandante General
José Tomás Boves de la Iglesia se
trasladó por Mundo Nuevo a Urica a reunirse
con su lugarteniente el Coronel Francisco Tomás Morales
Alonso
quien desde Santa Rosa había marchado en
la misma dirección del Taita Boves; sus combatientes
provenían de los pueblos de San Gerónimo de
Guayabal, El Chaparro, La Corona, San Francisco de Cara, Santa
María de Ipire, Santa Rita, Camaguán y
Guayana".

"Por su parte, el Coronel José
Francisco Bermúdez de Castro y Figuera
se regresaba al
pueblo de San Judas Tadeo de Maturín, en donde el General
José Félix Ribas y Herrera dispuso la
ejecución de la ofensiva contra las fuerzas del Taita
Boves en las sabanas de Urica.  Operación esta
que no se había podido llevar a efecto debido a la
decisión arbitraria del Coronel José Francisco
Bermúdez
de Castro y Figuera, de ir
hacia los desfiladeros de Los Magueyes a combatir al Taita
Boves".     
                                            

En esta situación, el General
José Félix Ribas y Herrera 
contaba con solo 2.000 hombres, los cuales estaban mandados por
los bizarros coroneles Judas José Tadeo Monagas
Burgos
, Pedro Zaraza Manrique, Manuel Cedeño
Hernández
y Francisco Parejo.  El General
Ribas al llegar al sitio de El Areo procedió a formar dos
columnas de caballería de 180 hombres con los coroneles
Monagas y Zaraza de comandantes; las cuales recibieron el nombre
de "Rompe
línea
".                          

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Río Amana

Las unidades militares republicanas
marcharon durante la noche del día 4 al 5 del mes de
diciembre de 1.814, para amanecer en Urica frente a las fuerzas
del Taita Boves, las cuales se encontraban desplegadas en tres
columnas.

Carlitos, más sin embargo; el
Comandante Boves hablando con uno de sus escoltas llamado Bartolo
Echenique, le dijo a susurras estas palabras: "Coño negro
Bartolo, hoy en esta sabana de Urica acabaremos con más de
tres siglos de piratería, saqueos, esclavitud, usura y
explotación que han hecho los españoles y sus
descendientes los mantuanos en estas
tierras".                

 "Seguro estoy que nunca más
aceptaremos que a nuestros hermanos de casta sigan siendo
esclavos de esos perversos grandes cacaos coños é
madre".  

"Esa guebonada de batidas de perros y
persecuciones de esclavos y cimarrones se acabará a partir
de hoy en toda Venezuela. Ya que desde esta tierra sagrada de
Urica el cepo y el látigo como las cadenas y grilletes se
las tendremos reservadas a esos malditos godos oligarcas
explotadores del pueblo pobre de Venezuela".

 Y Bartolo le respondió al
Taita con estas palabras:  "Taita Boves, en verdad estamos
muy cerca del pueblo de San Jacinto de Urica; eso me huele muy
feo. Ya que allí hace como 15 años atrás se
asentaron unos españoles y le pusieron a esa vaina el
nombre de San Jacinto en honor a unos de esos santos pajuos que
ellos tienen allá en España. Taita Boves, ese lugar
es de los indios Kari´ñas es de ellos".
 

¿Qué hacen allí
metidos esos mal paridos españoles?
           

¿Qué sabrosas son las aguas
que tienen los ríos Urica y Amana, Taita?

       

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Generalísimo Don Francisco de
Miranda

"Taita Boves, hay unos pajuos que dicen que
ese poblado y que lo fundó un maldito español a
quien llamaban el Capitán Pascual José
Guevara".            

¿Ay, y de donde habría salido
ese guebón, Taita Boves?

Y el Taita Boves le respondió al
negro Bartolo, lo siguiente:      
 "Carajo Bartolo; primero prepárate bien, porque
allí donde están esos godos vamos a pelear muy
duro; se que va a morir mucha gente; pero te diré que el
general Francisco de Miranda, como que tenía toda  la
razón, vale".

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Comandante Francisco Tomás
Morales y Alonso

Y el negro Bartolo ante tales palabras del
Taita Boves procedió a preguntarle lo siguiente: ¿A
cuales palabras del empelucado "Príncipe de los
Conquistadores
", Francisco de Miranda se refiere
vustéd Taita Boves?

Y el Comandante Boves le contestó de
la siguiente forma: "Ay, Bartolo; ese buen caraqueño ahora
preso en la Carraca de Cádiz por obra y gracia de sus
propios oficiales godos y oligarcas decía una gran verdad.
Él tenía razón en lo que decía
Bartolo".

Y esto lo digo porque él fue un
revolucionario que no pudo maniobrar dentro de esa gentuza de la
godarría. Ellos nunca pudieron comprender sus palabras,
cuando reunidos en círculo con su sable en mano, les dijo
estas palabras libertadoras: ¡Hagamos patria para los
chapetones, mestizos, indios y
mulatos!  

"Eso es revolucionario, pero ellos
querían Patria era para poder hacer lo que en ganas les
venía".

Nuevamente intervino Bartolo y le dijo al
Taita Boves estas palabras: Taita Boves, con razón el
General Miranda en Puerto Cabello en 1.812, cuando el joven
Coronel Simón Bolívar perdió la plaza de
Puerto Cabello, dijo estas palabras: ¡Venezuela
está herida en el corazón!

Carlitos, sobre esa vaina muchos
años después, el Apóstol de la libertad
cubana José Martí, dijo estas palabras:
"… La revolución es contra la estructura
colonial, contra el ordenamiento y espíritu coloniales, en
una palabra contra la colonia…".

Unos días antes de la Batalla de
Urica, el Comandante Boves le había ordenado al Comandante
Francisco Tomás Morales que se apersonase con su
ejército en las cercanías de dicho pueblo, con el
fin de que su caballería e infantería estuviese
descansada en el momento de entrar en acción y en
funciones de reforzar sus destacamentos en esa región en
cuanto a hombres, caballos y armas se refiere. Aunque las
informaciones que le llegaban a su campamento era que los jefes
mantuanos José Francisco Bermúdez y José
Félix Ribas estaban molestos y casi se iban a los
coñazos. Este era un indicativo de que en el
ejército godo y mantuano no había unidad de cuerpo
y eso sería garrafal para ellos, en los mismos momentos de
las acciones en el campo de batalla.

En Urica sus jefes y lanceros esperaban la
orden del Taita Boves para adentrarse y atacar en el campo de
batalla, y él mirando hacia las sabanas y observando con
detenimiento el puente que los separaba y oteando que el
espíritu de la muerte estaba muy cerca de esos lares, con
mucho recelo y silencio le dijo al Sargento Basilio
Sánchez estas palabras: "Basilio, el espanto de la muerte
ya llegó a estas sabanas, siento que ya está
aquí. Muchachos, esperemos a ver que nos dicen los postas
sobre los avances de los mantuanos en sus
líneas".

En la espesura del llano mismo, se ve una
polvareda y el Taita Boves por su catalejo puede observar que un
Capitán de su ejército se acerca a todo tropel
hacia sus líneas, quién llegando a donde estaba su
comando, le pregunta al Taita Boves lo siguiente:
¿Atacamos, Comandante Boves?

Y él como buen estratega en la
guerra le ordenó a su buen subalterno lo siguiente:
"Capitán, quédese usted tranquilo, que aquí
en esta vaina las órdenes las doy yo, nojoda. Carajo,
espere que aún no es el momento de atacar a esos oligarcas
mantuanos, coño e madres".

"Capitán, no está usted
observando que mis hombres se están colocando en
posición de combate. Así que vaya a su
posición y dígale a sus jefes que esperen mis
órdenes al respecto; porque si me abortan mi estrategia y
táctica pagarían muy caro por sus
errores".

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General de Brigada José Antonio
Anzoátegui Hernández

Envenenado por los
santandereanos

En el combate del Pantano de Vargas en
1.819

El oficial modestamente dirigiéndose
hacia el Comandante Boves, le respondió con estas
palabras: "Así será Taita Boves, la victoria es
nuestra y nos pertenece; este campo de batalla será el
infierno de los godos y mantuanos en estas tierras".

El osado Oficial haciendo las riendas de su
caballo y sable en manos a todo tropel avanzó hacia su
posición en el campo del honor a transmitir las
órdenes del Taita Boves. Al fin en la distancia un
vigía hizo dos señales con dos banderines cruzados,
indicando que todo estaba listo y preparado para comenzar el
combate con los destacamentos de caballería en las sabanas
de Urica; para después ablandarlos con la sonora
artillería y finalmente destrozarlos en el combate cuerpo
a cuerpo que desataría la infantería. De pronto
como el relámpago hiriente sonó la voz fuerte y
aguda del Comandante Boves: "Teniente Justo González,
usted es de origen canario pero venezolano de corazón y
espíritu, arranque con sus hombres y rompa las
líneas mantuanas. Usted es un buen jefe, use su malicia y
acérquese sigilosamente en la sabana como tigre al acecho
de su presa. Vaya pues, cumpla la orden y dele duro a esos
malparidos".

Y dirigiéndose al resto de sus
combatientes, les dijo estas palabras: "Muchachos, hoy pelearemos
como unos verdaderos tigres en las sabanas de Urica. He
allí nuestras presas enemigas, acabemos de una vez por
todas con esa godarría nefasta y asesina, y con ese
mantuanaje mariconeado. Hoy es nuestro día de gloria,
liberaremos Venezuela para siempre de esa maldita casta
dominante"

   

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Coronel José Judas Tadeo
Monagas Burgos 

                                                                        
.

"Recuerda Justo González, quiero
decirte que a esos bastardos los he perseguido y acosado por
más de un año. No olviden que he querido ponerles
las manos al sinvergüenza de Simón
Bolívar".

"Pero, el muy muérgano no se deja
agarrar, ya que muy poco se adentra en el combate, casi lo agarro
en Araguita, a pesar de que allí lo volví un culo
de mierda. Ese hombre es muy evasivo, Justo".

El Comandante Boves montado en su potro
alazano y lidiándolo con gallardía y
acercándose al Batallón "Tiznados", al
frente del mismo como su Comandante General pudo notar que la
caballería de las fuerzas mantuanas se habían
dividido en dos alas; y en lo primero tenían que romper
las filas y crear el desorden entre ellos.  
   

Cónchale Carlitos, para el 5 de
diciembre los republicanos habían acantonado un total
3.990 hombres; tomando la iniciativa en el combate el propio
Taita Boves con sus 7.224 guerreros del pueblo en armas, cuando
como un verdadero jefe salió con su columna personalmente
a enfrentar las fuerzas del Coronel José Francisco
Bermúdez de Castro y Figuera. Entrando en combate los
celebérrimos jefes Pedro Zaraza y José Tadeo
Monagas. 

Siendo rechazado en su acción y
creyendo el valiente General Ribas que habían ganado una
mejor posición en el campo de batalla colocó a sus
hombres en posición de combate, cargando contra las tropas
bovistas con arrojo y valentía; fueron recibidos con un
intenso fuego de artillería; ordenando el General Ribas a
la Columna "Rompe Líneas" al mando del Coronel
Pedro Zaraza que cargase por el flanco derecho del
ejército bovista, el cual fue bien llevado con claros
indicios de un éxito momentáneo; notando el
Comandante Boves que su columna había sido envuelta
salió de su centro precipitadamente, poniendo a sus
enemigos en retirada y desbandada, la victoria estaba casi segura
en sus
manos.                          

Carlitos, en el campo de batalla se
oía la voz desenfrenada del joven Coronel José
Antonio Anzoátegui Hernández
quién
desesperadamente les gritaba a sus soldados esta orden:
¡Vamos muchachos, todos al campo de batalla a morir
matando!         

Carlitos, nieto querido; en las sabanas de
Urica como un energúmeno en el campo de batalla estaba el
Comandante Boves. Allí estaba él  en persona
dirigiendo su última batalla en vida, tenía el
más firme ejército que haya hecho armas en estas
tierras y como testigo a la mesa de Urica; gritándole a
sus briosos guerreros estas palabras: ¡A la carga, a la
carga todos! ¡Ahora van a ver como pelea un hombre de
verdad, carajo!

El Taita Boves era imbatible; cuyo
propósito era liquidar los últimos reductos del
mantuanismo oligárquico acantonados en el pueblo de San
Judas Tadeo de Maturín; abalanzándose él con
sus 4.500 guerreros sobre las líneas enemigas comandadas
por los bizarros coroneles Pedro Zaraza Manrique y
Judas José Tadeo Monagas Burgos; logrando herir de
muerte con su impertérrita lanza a cuantos enemigos
encontrara en el camino hacia la victoria final, temiendo el
General en Jefe José Félix Ribas y
Herrera en salir derrotado en esta jornada
militar.

De pronto en medio de la sabana y bajo el
fragor del combate, a tan denodado jefe de los llaneros
venezolanos se le encabrita su caballo sin obedecer al amo. El
Taita Boves recordando en esos momentos la memoria de su
señor padre, le grita al desenfrenado animal estas
palabras: ¡Vamos Urogallo, vamos…!

Carlitos, dentro de la confusión
surgió desde las sombras llaneras un bestial lanzazo que
derribó herido de muerte al Taita Boves de su potro bayo.
Sin embargo, sus guerreros siguieron combatiendo con gran arrojo
temerario y envuelto en un trapo rojo para que no se le viese la
sangre que emanaba de su herida, trataba de mantenerse en el
combate haciendo esfuerzos sostenidos y tratando de contener a su
caballo algo encabritado, con su lanza en mano y a todo tropel
avanzó sin cesar hacia las filas enemigas hasta que herido
de muerte cayó de su caballo en la tierra sagrada de
Urica.

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Pueblo de  Urica

El Comandante José Tadeo Monagas
describió la Batalla de Úrica y la muerte de Boves
de la siguiente forma:

"…Marchamos toda la noche y llegamos
al amanecer frente a Úrica, donde encontramos en una gran
sabana todo el ejército enemigo formado en batalla…
Habíase ya incorporado Boves con la división que
había batido a Bermúdez y salió a
encontrarnos
… Formada nuestra tropa en estado de
batirse marchamos de frente y cuando ya sufríamos un duro
fuego de cañón y fusilería, mandó el
general Ribas que sus tropas hicieran fuego y ya encendido el
combate ordenó que los dos cuerpos Rompelíneas
cargaran el ala derecha del enemigo, lo que ejecutamos de una
manera decisiva, porque al momento fueron todos muertos y
dispersos. Cuando Boves vio que su fuerte columna era
envuelta, salió de su centro precipitadamente muriendo
también en este glorioso choque
. El resto del
ejército enemigo, es decir centro e izquierda cargó
nuestra línea envolviéndola de modo que fuimos
completamente derrotados…".

El Historiador Arturo Uslar Pietri
en su obra "Las Lanzas Coloradas", página 183,
sobre la muerte del Comandante Boves plasmó lo
siguiente:

"…A la sombra de su trapo rojo,
Boves ha sido herido
, y así como su voz llevada de
boca en boca desató toda la carga bárbara, ahora su
sangre derramada, apaga el fuego de la lucha.

Ya Boves no está sobre su caballo,
ya no destroza lanza en mano, ya su sombra no se entiende sobre
toda la caballería, ya sus ojos no acicatean; el trapo
rojo lo ha visto doblarse vencido. Lo han visto todos, lo han
oído todos: ya Boves no está con
ellos
…".

El General Simón Bolívar y
Palacios al enterarse de la muerte de Boves dijo estas
frenéticas palabras sobre el más acérrimo
enemigo que había encontrado durante su vida como guerrero
y militar en tierra venezolana: "…era la cólera
de los cielos que fulminaba rayos contra la
patria
…".

¡Qué curiosidad, tanto el
Comandante José Tomás Boves como el
Generalísimo Ezequiel Zamora Correa murieron con el
trapo rojo de la revolución social y popular en sus
manos!

¿No sería que ambos
líderes populares desde esos tiempos ya eran cuadros y
militantes comunistas?   

Ya que a ciencia cierta no se sabía
que el asturiano liberador de las castas pobres yacía en
las sabanas del pueblo al que siempre quiso y amó, como a
bien le dijera en una oportunidad a su amada mujer, doña
Inés Corrales, cuando le refirió estas
palabras: "Inés, ya me falta poco por pacificar estas
tierras, una vez que lo haya logrado, entonces me retiraré
a  Maturín a dedicarme a la labranza y a mi familia
para que aquí nazca nuestro hijo".

Caramba Carlos, el Comandante Boves con sus
casi 8.000 hombres a su mando había vencido en la batalla
de Úrica al General José Félix Ribas
y Herrera quien había comandado a casi 4.000
soldados. Cabe decir, que allí en Úrica cayeron 881
combatientes; de los cuales 24 eran hijos de tan procero
solar.

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Pueblo de San Jacinto de
Úrica

Allí el Taita Boves venció
después de muerto; considerando los republicanos en esos
momentos que a pesar de su derrota habían obtenido una
victoria con la muerte de tan egregio guerrero como lo fue don
José Tomás Boves.

En esta batalla por el lado del mantuanaje
republicano se destacaron los oficiales José de
Jesús Barreto y Francisco Carmona
Lara
.

El Coronel Francisco Tomás
Morales
en su relación sobre esta batalla dijo estas
palabras:

"…. la victoria…….. Costó a
los rebeldes más de trescientos muertos, cuatrocientos
diez y ocho prisioneros, dos piezas de artillería y muchas
armas y municiones, reduciéndose la nuestra en sesenta y
dos muertos y veinte y dos heridos…".

Allí en las sabanas de Úrica,
en su suelo sagrado yacía trémulo e inerte el
cadáver del guerrero que más dolores de cabeza le
había producido en el combate y en los diferentes
escenarios épicos que se dieron en la amplia
geografía nacional a los mantuanos, godos y oligarcas
explotadores de ese ayer. Si, allí se encontraba tendido
el cadáver de un gran jefe militar quien fue capaz de
organizar tres grandes ejércitos para su mayor gloria y
felicidad, como también fue capáz de luchar
íntegramente por los intereses de las castas más
subyugadas y depauperadas en estas regiones de América,
como en la España misma, así lo reclamaban las
masas trémulas de ansias de libertad.

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Tumba del Comandante Boves en
Urica

Allí con su pecho herido por una
lanza asesina, salida de su propio ejército estaba la
figura del Comandante JOSÉ TOMÁS
MILLÁN  BOVES DE LA IGLESIA
; mejor conocido como:
"El Taita". A pesar de que en el argot popular hay quienes
dicen que el soldado que le asestó el lanzazo al Taita
Boves se llamaba Pedro Martínez quién era
plaza del Batallón "Rompe Líneas" al mando
del Coronel Pedro Zaraza.

Carlitos, sobre esos últimos
momentos de la vida del Comandante Boves, don José
Antonio
de las Llamosas quién era el
Capellán de sus fuerzas militares le remitió el
siguiente Memorial al Rey en España:

"… El comandante general Boves desde
el principio de la Campaña manifestó el sistema que
se había propuesto y del cual jamás se
separó
: fundábase en la destrucción de
todos los blancos, conservando, contemplacido y trabajando a las
demás castas, como resulta de los hechos siguientes: En
Guayabal poco después de la batalla de Mosquiteros,
declaró la muerte a todos los blancos y lo ejecutó
constantemente hasta el pueblo de San Mateo. Por consecuencia de
esta resolución hizo asesinar en Calabozo a 87 blancos que
pudo aprehender, y dejó lista de otros 32: para el mismo
efecto dio Orden a su comandante militar para que hiciese matar a
todo blanco que allí llegase, que las mujeres blancas de
Calabozo y pueblos inmediatos fuesen remitidas a la isla de
Arichuna, como se ejecutó, repartiendo las casas y bienes
de los muertos y de las desterradas entre los pardos, y
dándoles papeletas de propiedad. En el pueblo de Santa
Rosa se mataron todos los blancos que iban entre las
compañías y de los que pudieron recoger en aquellos
pueblos, sacándolos de noche al campo y matándolos
sin confesión, cuya misma suerte tuvieron en San Mateo los
que fueron a vender víveres al ejército. Luego que
Bolívar salió de Cumaná para Urica, Boves
encontró varios – blancos en las compañías
que se habían formado por su orden y los hizo morir a
todos en el campo por la noche…. Después del 16 de
Octubre del mismo año fue batido a las inmediaciones de
Cumaná el cuerpo de Piar, que la había ocupado; dio
orden a la tropa para que entrara a la ciudad, matase cuanto
hombres se encontraran, como así lo ejecutó,
después de estar aquéllos reducidos entraron varios
a caballo dentro de la Iglesia parroquial, buscando a los que en
ella se habían refugiado para matarlos, como lo realizaron
con más de 500, en cuya operación fueron
privilegiados los pardos. Todos los hombres, mujeres y
niños de San Joaquín  y Santa Ana en virtud de
orden de Boves y con otra por separado de éste
último al Sargento Camero…. La conducta observada por
Boves, fue consiguiente a sus palabras: continuamente recordaba a
sus tropas su declaración de guerra a muerte a los blancos
hecha en Guayabal; siempre les repetía que los bienes de
éstos eran de los pardos. En sus cálculos militares
y en su clase de Gobierno este sistema formaba una parte muy
principal…".

El presbítero Oscar Matute
Ortiz
en el prologo de su trabajo histórico
titulado: Huellas, Pisadas, Atrocidades de José
Tomas Boves en la Provincia de Barcelona Actual Estado
Anzoátegui
; bárbaramente expresó lo
siguiente:

"…De allí que cuando uno
observe el escudo del estado Anzoátegui encontremos un
detalle que dice. "Tumba de sus tiranos". Con esto
recuerdan a Boves, claro que no es un recuerdo positivo, sino un
recuerdo en la cual Boves tiene su tumba aquí en el estado
Anzoátegui, lo que era antes la Provincia de Barcelona.
Su tumba en la mesa de Úrica, tierra que se pavonea
entre el cielo y la tierra con un horizonte lineal y una vetusta
lucidez que da brillo al ojo humano
…".

¿Lo qué no ha entendido tan
perverso sacerdote y sus seguidores es que en el Edo.
Anzoátegui las fuerzas chavistas extremistas y fascistas,
de 8 diputados a la Asamblea Nacional perdieron 7?

¿No será que el Partido
Acción Democrática (AD) está renaciendo en
ese estado al oriente del país?

Miguel Taybo tomando algunas
palabras de este trabajo se atrevió a publicar sobre la
muerte del Taita Boves en Aporrea el martes 4/12/2.012, un
artículo titulado: "La tumba de Boves:

¿Nadie sabe a ciencia cierta quién
ultimó a Boves en las inmediaciones de
Úrica. Se ha dicho que fue Zaraza, pero
éste nunca lo terminó de aseverar. Otros dicen que
fue un capitán Belisario, con quien tenía viejas
cuentas. Horacio Sifontes afirma, y yo también lo
he oído, que fue un indio llamado Chiramo, que le
servía de espaldero. Así como los nombrados son
más de seis a quienes la conseja señala como el
homicida de Boves. Juan Uslar Pietri en su famoso libro
Historia de la Rebelión Popular de
1814 trae a cuento otra versión muy poco conocida
sobre la misteriosa muerte del caudillo. Antes sin embargo, es
conveniente que digamos algunas palabras sobre el no menos feroz
e implacable lugarteniente de José Tomás
Boves
, Tomás José Morales?.

Entre Boves y Morales a diferencia no hay
más.

Que uno se llama Tomás
José.

Y el otro José 
Tomás.

Tomás José Morales, canario de
nacimiento y sucesor del Caudillo hasta el advenimiento de Pablo
Morillo, a quien acompañará como segundo a lo
largo de toda su gestión guerrera, era un hombre que, sin
tener el carisma del asturiano era de una crueldad inaudita.
Luego de muerto y enterrado Boves, circunstancia a la que nos
referimos en esta historia. Morales reunió tropa y
oficialidad y preguntó con voz clara e
inteligible.

Oigan bien, quienes me escuchan. Habiendo muerto nuestro
invicto jefe coronel José  Tomás Boves, el
ejército del rey ha quedado prácticamente sin jefe.
Aunque soy el segundo en mando y pudiera de una vez por todas
asumir la conducción del ejército, no he querido
hacerlo sin antes consultar a ustedes quien ha de ser el nuevo
jefe de los ejércitos realistas. Por eso pregunto:
Quién de los presentes se cree con derecho a ocupar la
jefatura del ejército de Boves.

1: Yo me siento.

Morales: Muy bien, ¿Quién
más?

2: Yo también, me creo con
méritos.

Morales: De acuerdo. A ver, ¿hay otro?

3: Anóteme usted entre los
pretendientes.

4: Y a mí también.

5: y a mí.

Morales: ¿Nadie más se cree con derecho a
disputarme la jefatura?? Son cinco nada más?

Muy bien, muchachos, cumplan su oficio, y
córtenles la cabeza.

Morales: ¿Hay alguien más que se crea con
derecho a discutirme la jefatura del ejército
real?

Este monstruoso hecho de afirmación
política, propia de un príncipe medieval, se conoce
en la historia como el Acta de Úrica. Las cinco cabezas
fritas en aceite y llenas de salmuera fueron enviadas a Caracas y
se exhibieron en una esquina del centro de Caracas que por
algún tiempo se llamó la esquina de las Cabezas, y
que hoy es la popular esquina del Gobernador? Haciéndonos
una idea de la clase de asesino que era Morales tomemos el tema
de la muerte de Boves.

La noche del 5 de diciembre de 1814, Úrica y sus
alrededores estaba cubierto de cadáveres y Boves
desaparecido, temiéndose entre los suyos que hubiese
caído prisionero del enemigo o se encontrase muerto o
malherido en medio de la oscuridad de la noche. Morales dio
órdenes de recorrer el campo con el objeto de encontrarlo.
Él mismo, empuñando un fanal, iba reconociendo el
rostro de los caídos. Si pertenecía al
ejército patriota era ultimado enseguida.

Versión de Juan Uslar: De pronto en el sitio
donde está la Cruz del Perdón, donde
suponemos que está la tumba de Boves, Morales se
topó con Boves muy mal herido.

Morales: Coronel Boves, ¿cómo se
siente?

Boves: Muy mal?  Pero todavía
vivo? Menos mal que me
encontraste? Ayúdame?

Morales: Dirá  usted para mal, porque ya me
cansé de sus injurias y me entraron las ganas de ser
jefe.

Morales, con la célebre capa del asturiano, le
cubrió la cara y no cesó de apretar hasta
asfixiarlo por completo.

Cierta o falsa esta versión, es perfectamente
verosímil, tratándose del autor del Acta de
Úrica.

Cuando Boves estuvo en Caracas a mediados de 1814, el
obispo de esta ciudad Narciso Coll y Prats, le ordenó a
Morales que había que liquidar a Boves a la menor
oportunidad, por orden del rey, por considerarlo éste un
peligro para su imperio.

Por cierto que hay una confusión nimbada por una
hermosa leyenda sobre el sitio donde está  enterrado
Boves. Los mismos habitantes de Úrica creen que su tumba
se halla bajo la tosca cruz que hay a la entrada del pueblo,
conocida como la Cruz del Perdón.

Según refiere la leyenda, cuando se
intentó enterrarlo su brazo derecho en rígida
extensión se resistía a entrar en el ataúd.
Saltaba como un resorte cada vez que se pretendía
reducirlo. Una anciana que contemplaba la escena y cuyo hijo
había sido muerto en la batalla, pensó que
Boves se resistía a ser enterrado hasta que los deudos de
sus víctimas no le otorgarán el perdón. La
viejecilla, excitando a las demás mujeres a que siguiesen
su ejemplo, se arrodilló, diciendo todas a una:

Coro de mujeres: Te perdonamos,
José Tomás Boves, por los hombres de nuestra
casa. Descansa en paz.

Apenas las mujeres de Úrica pronunciaron estas
palabras, el brazo de Boves perdió su rigidez y pudo
ser enterrado. Tan hermosa leyenda, muy propia de la
compasión y bondad del pueblo venezolano fue lo que
originó el nombre de la Cruz del
Perdón.

Boves, sin embargo, no está enterrado
ahí. El padre Llamozas, su secretario y confidente, como
lo declara en su carta al rey, lo sepultó al pie del
altar mayor de la pequeña iglesia de Úrica. Al cabo
de un tiempo la iglesia fue destruida por un incendio. Al
remodelarse la iglesia el altar cambió de sitio y la
primitiva tumba quedó a la entrada del campanario. En esa
pequeña habitación hay un rectángulo de dos
por tres metros donde los mosaicos son un poco más oscuros
que los restantes. Allí exactamente reposa el terrible
asturiano, también llamado el Urogallo.

Discursos de siempre en La
Victoria:

A uno le enseñaron desde joven que en La Victoria
fue sacrificada la juventud caraqueña, hasta el punto que
los estudiantes del seminario ofrendaron sus vidas en aras de la
libertad.

Sí, eso es verdad: pero eso era cuando uno era
joven. Luego de estudiar con más detenimiento la verdadera
historia y entre ellos a Laureano Vallenilla Lanz? Muchos
dirán el testaferro, el déspota? Será lo que
ustedes quieran moralmente; pero como intelectual fue uno de los
mejores que ha producido Venezuela.

Pero yo siempre me quedo engalletado. ¿No y que
eran jóvenes venezolanos los que estaban de lado y lado
buscando la síntesis de la nacionalidad? Pero se me olvida
que la historia de Venezuela es historia sagrada y al que
discrepe del dogma lo agarra la Inquisición.

El Taita Boves no estuvo en la batalla de la Victoria,
estaba herido en Villa de Cura.

El Taita Boves le dio origen a nuestro gentilicio y el
legítimo derecho de ser venezolano; porque él era
igual a cada uno de nosotros. Pasando a ser el líder
indiscutible de aquellos valerosos y valientes lanceros
venezolanos del ayer. Quien gracias a su fuerza, valor, destreza,
convicción y don de mando desjarretaba un toro como
cualquier hijo del inmenso llano.

¡Boves no era realista! ¡Boves odiaba la
cultura greco-latina! ¡Boves no manipuló al pueblo!
¡Boves era conducido por él pueblo! ¡Boves es
el arquetipo, es la síntesis nacional!

Boves fue el hombre que, en un momento determinado,
despertó a las masas explotadas del país y
aceleró un proceso igualitario que, en otros
países hermanos, no ha comenzado
todavía.

José Tomás Rodríguez de la
Iglesia, (Boves) primer Comandante del ejército popular
venezolano. Timonel y primer demócrata de la
Libertad.

Consigna de Boves: Todo para los pardos, todo para los
negros.

¡Boves es el Espartaco de nuestra
América!

Más sin embargo, el poeta
Tomás I. Potentini en su obra poética
"Terrones de Mina", URICA, escribió
oligárquica y extrañamente lo siguiente:

¿Boves… ¡Cruel,
inhumano

Pero la verdad irradie:

Dígase que no hubo
nadie

Más bravo que ese
asturiano.

Con la pavura rayano

Puso su terrible mote;

Y de ira y despecho al brote,

Entre coraje y matanza

Fue con su pujante lanza

De Venezuela el azote?

Del estrago nunca abdica.

 Y cual Rey de los
centauros

Busca más sangrientos
lauros

En las llanuras de
Úrica.

Su suerte en éxitos
rica,

Trágico fin ahí,

Con otro atleta se abraza,

Y al rodar aquel coloso,

Pregonó lo peligroso

Que era verse con Zaraza.

Oye Carlitos esto, continuemos con nuestra
historia que es muy apasionante; una vez que las fuerzas bovistas
se vieron sin su adorado jefe dirigiendo las operaciones
militares, lucharon con una fuerza telúrica rompiendo
todas las líneas enemigas, destrozándolas y
provocándoles su retirada hacia el pueblo de San Judas
Tadeo de Maturín, por otro lado se producía la
huida escalofriante de toda la caballería republicana, la
victoria del pueblo en armas era una realidad.

Carlitos, de acuerdo a la tradición
oral que aún perdura en los afro-tarmeros provenientes de
las haciendas de La Florida y Chichiriviche en la zona norte
costera caribeña del Edo. Vargas, como fue el caso de don
Juan de Jesús León, octogenario ya
fallecido en el pueblo de Tarmas en la década de los
ochenta a finales del siglo XX y quién era descendiente
directo de los soldados bovistas Antonio Josef e
Isidoro, esclavizados de los hacendados Francisco
de Mayora y Lucas Ladera. Ambos asesinados por
estos en las playas de Chichiriviche en 1.813. Contándonos
él sobre la muerte del Comandante José Tomás
Boves esta relevante historia oída en boca de sus
antepasados.

He aquí el siguiente relato: Un
día antes de que se diese la batalla de Úrica el 5
de diciembre de 1.814. El negro Torcuato Ladera
presagiando la muerte del Taita Boves, le dijo a su adorado jefe
estas palabras: "Taita Boves, tengo un mal presagio que
vustéd va a morir pronto en combate contra los godos
mantuanos".

¡Qué va Torcuato, eso
sí que no, vale!
                          

¿O es qué tú crees en
esas extrañas guebonadas, mi caro amigo?

Respondiéndole de inmediato
Torcuato:

"Mi Taita Boves, dentro de pocas horas
vamos a pelear muy duro contra los antiguos amos; mire Taita,
pá evitarnos vainas mejor tome esta cinta de color azul y
escribas estas palabras: BUONI JACUM, y luego
atécela en el puño derecho, no tenga vustéd
temor alguno Taita, porque con esta reliquia las espadas de sus
enemigos no lo podrán tocar en nada Taita, páreme
bolas, se lo pido por Nuestro Señor Jesucristo y su Santa
Madre, y por los seres que vustéd quiera más en su
vida". 

En eso el Taita Boves le contestó al
negro Torcuato, bajo estas palabras: "Torcuato, por el amor de
Di_s, déjate de eso vale; coño nojoda, no
estás viendo que esta guerra se acabará pronto y
entonces todos seremos felices en esta patria que en verdad
será libre, donde todos seremos venezolanos y no esclavos
del imperio español nacidos en ultramar, ni tampoco de
esos malditos mantuanos, quienes son godos hasta los
tuétanos de sus huesos y quienes nunca cambiarán su
forma de ser y pensar".

Ah caramba: ¡Eso como que es
símbolo de mal agüero!

¡Yo no quiero perder la
salvación de mi cuerpo y manos la de mi alma!

"Torcuato, no ves que hoy un destacamento
de caballería al mando del Comandante Francisco
Tomás Morales escoñetaron a una unidad de combate
compuesta por 800 godos mantuanos en el sitio de Cari. Ja,
ja, ja, eso nos indica que todo será fácil,
Torcuato".

Más sin embargo, el negro Torcuato
hablando pausadamente con el negro Encarnación
Guzmán
, le dijo lo siguiente: "Coño
Encarnación. Yo creo que al Taita Boves se lo van a echar
al pico muy pronto; de esta no se salva compáe. No ves
Encarnación, que él no le quiere parar bolas a lo
que le estoy diciendo, eso es una lástima; ya que pronto
nos quedaremos sin jefe pá seguir peleando en contra de
esos maricos mantuanos, quienes nos seguirán jodiendo y
esclavizando por mucho tiempo más; que Dios nos agarre
confesados, Encarnación".

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     Muerte del
Comandante General José Tomás Boves en la Batalla
de Úrica en 1.814

El negro Encarnación
Guzmán
le expresó al negro Torcuato estas
palabras: "Torcuato, yo también le dije al Taita Boves un
presentimiento que yo tuve sobre él; en donde le dije;
¡Carajo, Taita Boves, ayer soñé que en
Úrica la muerte se aparecerá al galope de un
caballo brioso, encarnada y vestida al estilo de los chaperones
esclavistas, muy cargada de muerte, Taita Boves!".

¡Esa vaina era una sombra embatolada
que nos presagia que alguna vaina le va a pasar a vustéd
en esa sabana, Taita!

Hay quienes decían en el viejo
pueblo de Úrica que el negro Juan Palacios conocido
también como el negro Primero, corría en su mula
zaina desaforadamente gritando hacia todos los rincones que el
Taita Boves había muerto en Úrica.

¡Mataron al Taita Boves, lo
mataron!

Y en eso recordaba que el Taita no le
paraba a nadie sobre los presagios que se dieron sobre su muerte
en el campo de batalla. Juan Palacios le decía a la mulata
María Cristina Iriarte estas cosas: "María
Cristina, cuando el Taita Boves se empató con la joven
Inés Corrales, yo le dije que había una
sombra que se me había aparecido y me había dicho
que se lo iba a llevar La Pelona. Pero, él decía
que esas vainas eran puras pazguatadas nuestras y guebonadas
mías".

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Iglesia de Nuestra Señora de la
Candelaria de Tarmas

Y María Cristina le dijo a Juan
Palacios estas cosas: ¿Dime Juan Palacios quién
más estaba contigo cuando le dijiste esas cosas al Taita
Boves?                                                                                                      

Y él le contestó: "Guá
negra, estaba conmigo la niña Inés Corrales, que de
verdad es muy linda; es más, los muchachos dicen que la
vieron tirando con el Comandante Boves, debajo de un
cotoperí. Si, negra; así fue".  
           

Y él estuvo atento oyendo lo que
Inés Corrales le decía sobre los presagios que
pregonaban sobre su muerte. Ya que hay un ave que en horas de la
madrugada pillaba muy raramente. Yo recuerdo que él le
dijo a Inés algunas vainas.

María Cristina le hizo la siguiente
pregunta a Juan Palacios: "Coño Juan Palacios, yo se que
tú eres de Guayabal; allá hay brujos que jode,
tantos como en Birongo".

¿Me puedes decir que fue lo que dijo
el Taita Boves?

Carajo Inés, esos son los mismos
presagios que me han dicho los muchachos; en verdad los hemos
venido oyendo desde que estuve en el pueblo de Calabozo.
Él le dijo con algo de sentimiento estas palabras a su
amada Inés Corrales: ¿Será que no
podré conocer a mi hijo que pronto nacerá,
Inés?

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Muerte del Comandante Boves en la
Batalla de Urica

¿Tampoco podré conocer a mis
descendientes?

¿Qué será de ellos en
estas tierras, Inés?

 "María Cristina, yo recuerdo
que él le dijo a Inés Corrales que si no regresaba
vivo de esta su última jornada militar, que le pusiera a
su hijo el nombre de Pedro; y ella así se lo
prometió".

"Ahora que el Taita Boves está
tendido en esa sabana en donde se batió como un valiente
por todos nosotros, debemos decirle a todos los pueblos de
nuestra tierra, que él nos dio país y que su anima
siempre andara cabalgando por estas sabanas hasta que
algún día seamos libres de verdad, María
Cristina".

Y María Cristina le dijo estas
palabras: ¿Y tú crees que esa vaina será
así, negro?

Y él le respondió: "Claro que
si, negra. Todos los Pedro Corrales serán nuestros
descendientes, los descendientes de Boves y esos Pedro Corrales
serán nuestros hijos. No basta que quieran solucionarles
los problemas al pueblo, sino que hay que saber oírlo y te
diré negra hermosa que siempre estemos cabalgando en estas
tierras por nuestra libertad".

"El Taita aún después de
muerto nunca nos abandonaría, siento que en cualquier
momento y época va a resucitar nuevamente como
Lázaro, y ahí estaremos nosotros; créelo que
es así".

Los republicanos aún en las sabanas
de Úrica le temían al anima cimarrona de El Taita
Boves; como fue el caso del valiente Oficial Francisco
Mejías
quién despavoridamente se internó
en las selvas de Cumanacoa bajo el pretexto de crear
acciones de guerrillas en esos lados del oriente venezolano,
siempre a favor de los mantuanos oligarcas de su tiempo, a
quienes les sirvió hasta su muerte en Caracas el 2 de
septiembre de 1.882.

Más sin embargo, un cantante
desconocido de la sabana misma recitaba estas
palabras:

¡Ah, malhaya, muerte de
mierda

Que nunca terminas de
desaparecer!

¡Ah, malhaya, muerte
asquerosa

Que nunca podrás llevarte a Boves
"El Taita"!

¡Ah, malhaya, muerte
maricona

Que Boves vivirá por
siempre

Entre los pobres harapientos

De estas tierras y sabanas de
Venezuela!

Y el presagio se hizo realidad con la
muerte del Taita Boves en las sabanas de Úrica. Pero
continuemos con los sucesos que después se dieron en esos
difíciles momentos de nuestra historia popular. El
Comandante Boves en la Batalla de Úrica
partió hacia la eternidad tal cual como Per Abbat
lo copió en el Poema de Mío Cid en su
página final en el mes de mayo del año 1.345 de la
Era de Nuestro Señor Jesucristo, en donde
textualmente reza lo siguiente:

"…Dejó este siglo
Mío Cid, que fue en Valencia señor,

Día de Pentecostés;
¡de Cristo alcance el perdón!

¡Así hagamos nosotros, el
justo y el pescador!

Estas fueron las hazañas de
Mío Cid Campeador;

En llegando a este lugar se termina esta
canción…".

El Comandante Boves fue el hombre
líder, de eso no había dudas; ya que en las sabanas
de Úrica había muerto el Taita Boves. Allí
estaba el jefe, pero el pueblo tenía que continuar con sus
justas luchas a pesar de los avatares que más luego se
presentarían; con su muerte nos enseñó a
querer más a nuestro pueblo y a nuestra tierra. Él
era pueblo y tierra hecho espíritu para la posteridad en
el alma cimarrona de los descendientes de aquellos viejos
guerreros del ayer.

Úrica es sinónimo de
rebelión popular y es la tierra que dio origen a la
república de los pobres en rebelión constante y
permanente, tierra de los Kari"ñas inmortales del
General Yonasho Tamanascho, hermano maternal del General
en Jefe José Gregorio Monagas, oriundo de la
Mata de Tapaquire en las inmediaciones del Edo.
Bolívar, fundador de Cachama y
Tascabaña en tierras de Anzoátegui, en donde
reposan su despojos mortales después de 115 años de
existencia combativa y popular.

La lanza que mató al Comandante
José Tomás Boves en Úrica lo
inmortalizó, porque él es libertad y pueblo.
Además, de ser el verdadero Comandante del Ejército
Libertador de Venezuela y América. Ya que él se
adelantó a los postulados que están en "El
Manifiesto Comunista
" con su lema imbatible de:
¡Muerte a los Propietarios!

Carlitos, inmediatamente se realizó
un consejo de jefes y oficiales en el campo de batalla, donde fue
nombrado el Coronel Francisco Tomás Morales Alonso,
legítimo sucesor del Comandante General José
Tomás Boves
de la Iglesia, la tempestad
libertaria de las castas más desposeídas
había sucumbido en el campo del honor en la tarde de ese
glorioso 5 de diciembre de 1.814.

Carlitos, por el ejército patriota
oligárquico actuó como cirujano el Teniente Coronel
Juan Francisco Sánchez. El mismo que después
se cagó en la Batalla de San Félix o Chirica en
1.817, en donde el General Manuel Carlos Piar tuvo que
llamarle la atención en términos groseros por sus
actos de cobardía en el campo de batalla al pretender
rehuir el combate.
                                                                                                                    

Monografias.com

 "El
Perdón"

José Tomás
Boves

5 de Diciembre de 1.814

Cementerio de
Úrica

Justo, en los momentos en que los soldados
de Guayana se llenaban de gloria en pro de la libertad en estas
tierras meridionales de la América Hispana. Ese
pérfido traidor sirvió de testigo a los oligarcas
mantuanos dentro del Ejército Libertador en Angostura,
para que el impertérrito General en Jefe Manuel Carlos
Piar
fuera fusilado por sus enemigos personales y contrarios
a su casta de origen en estas tierras que póstumamente lo
llenaron de gloria por siempre y por los albores de la eternidad
misma.
           

En la Batalla de Úrica murió el
oligarca Teniente Coronel Blas Paz del Castillo
Padrón,
Oficial del Batallón de Milicias
Blancas de Caracas y esposo en primera nupcias de la goda
doña Manuela Machado de Orta en
1.809.  Él  nació en Caracas el 18
de noviembre de 1780 y fueron sus padres: Don Blas
Francisco
de la Paz y Castillo y doña
Juana Isabel Padrón. Sus hermanos fueron:
Tomás quién fue Alcalde en el cantón
de Santa Lucía en 1.840; María Josefa
quién se convirtió en monja carmelita bajo el
nombre de Sor María de los Ángeles en
1.790; y Juan quien fue Capitán en las Milicias
Reales y gobernador de Caracas en 1.812.

 

 

 

Monografias.com 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tcnel. Blas Paz del Catillo
Padrón

 

El Capitán Blas Paz del Castillo
Padrón
a los 34 años de edad, falleció
trágicamente en Úrica, defendiendo los intereses de
la godarría venezolana de la época; en  donde
comandaba la infantería republicana oligárquica,
celebrando junto a otros bravos camaradas de armas un fiero
combate contra el Taita don José Tomás Boves,
quién gallardamente comandaba las fuerzas que a su mando
aplastaron a la 2ª República Mantuana.

El Capitán Blas Plaz del Castillo Padrón
fue ascendido Post Mortem al grado de Teniente Coronel por el
propio Libertador Simón Bolívar quién
aplaudiendo su heroísmo lleno de valor, inscribió
su nombre en los anales de la historia republicana venezolana. El
poeta ecuatoriano don F.A. Díaz, les compuso a los
héroes republicanos que lucharon en Úrica, este
bello soneto:

Al frente de sus filas Paz Castillo sin otra
perspectiva que la muerte, huir en fuga vergonzosa advierte al
jinete sin orden ni caudillo.

"Oh cara libertad, si el tosco lorillo mi planta ha de
arrastrar, si he de perderte mil veces yazga, en este campo
inerte, antes que empañe de mi honor el brillo, dijo: y
blandiendo el rutilante acero opone el pecho a la enemiga pica,
de los suyos siguiéndole el postrero…

Todos murieron ¡Y la fama indica de un lado a
Boves, en la muerte fiero y del otro, a las víctimas de
Úrica!

Seguidamente, el Coronel Francisco
Tomás Morales
ordenó la marcha hacia el pueblo
de San Judas Tadeo de Maturín; estando la 2ª
República mantuana y oligárquica herida de muerte
en esos cruciales momentos.  La noticia sobre la muerte del
Comandante Boves fue llevada a la isla de Margarita por el
Capitán de Fragata Juan Manuel Fermín en
esos días del mes de diciembre del año
1.814.

Monografias.com 

Angostura, hoy Ciudad Bolívar,
año 1.820

En las postrimerías del pueblo de
Úrica, fue ascendido al grado de Alférez, el
soldado Julián Mellado Lineros, llanero
guariqueño quién era parte del ejército del
mantuanismo republicano, teniendo que salir huyendo de dicho
campo de batalla para esconderse en las selvas del
Orinoco.

Monografias.com 

Con el correr de los años, con el
grado de comandante y estando adscrito al Escuadrón de
Dragones de la 3ª División al mando del bizarro
General de Brigada Ambrosio Plaza quién cae herido
de muerte en la batalla de Carabobo, cuando se encontraba en
persecución del Batallón 1º de Valencey, el 24
de junio de 1.821.     

Los restos mortales del Comandante General
José Tomás Boves fueron conducidos y luego
sepultados en el altozano y frío piso de la iglesia de tan
epónimo pueblo, siendo su última batalla muy
parecida a la que libró don Rodrigo Díaz de Vivar
"El Cid Campeador" en la toma de la ciudad de Valencia en
contra de la dominación árabe en la España
del siglo XIII. Caso curioso, doña Jimena
Díaz
quién fue la esposa del Cid
Campeador
era de sangre asturiana como el Comandante
Boves; ya que ella era hija del Conde de Oviedo y
sobrina del Rey Alfonso VI.   

Don José Tomás Boves
fue sepultado por su capellán militar presbítero
don José Ambrosio de las Llamozas, quien en
el acta de defunción del 4 de diciembre de 1.816,
describió los funerales de la siguiente forma:

"… Don José Ambrosio
Llamosa
, Dignidad de Tesorero de esta Santa Iglesia
Metropolitana, Caballero de la Orden Americana de Isabel La
Católica, condecorado por S. M. El Rey de los franceses
con la Flor de Lis. Como Vicario y Capellán primero que
fui del Exército de S.M: en Barlovento, certifico en
debida forma que el Señor Don Josef Tomás Boves,
Coronel de los Reales Exércitos y Comandante General de
aquella División, falleció en la acción que
dimos en las inmediaciones de Úrica, a Primeros de
diciembre de 1.814, cuyo cadáver conduje yo mismo del
campo de batalla, en compañía de Andrés
Tomé, Juan Esteban Belazquez y Don José
Sánchez Correa; y le di sepultura en el primer tramo de la
iglesia parroquial del Pueblo de Úrica y para que conste,
lo firmo en esta Ciudad de Caracas, a 4 de diciembre de
1.816…".

Josef Ambrosio
Llamozas
.

Carlitos, cabe decir que esta acta de
defunción fue hecha por su propio capellán militar,
y según petición que le hizo la corona
española para tener conocimientos y estar muy seguros de
la muerte del Taita Boves, como para tener más detalles
sobre la acción de armas que libró en las sabanas
del pueblo de San Jacinto de Úrica.

Iglesia del pueblo de
Úrica

Hay un poema que fue escrito al Taita bajo
el siguiente nombre:

"A JOSÉ TOMÁS
BOVES"

I

Las banderas del Rey

Ondearon por los campos,

Un criollo temible,

El león de los llanos,

II

Enraizó en nuestra
América,

El hijo de Asturias,

En Venezuela
demostraría,

Su española furia,

III

Español americano,

Español de ultramar,

Con su camarada Agualongo,

Presto para pelear,

IV

Cabalga el llanero.

Con fieras cohortes,

Uniendo razas,

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27
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