Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Democracia: Antecedentes y matices contemporáneos (Perú)




Enviado por edgardo calle



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. La
    democracia como historia
  3. La
    democracia
  4. Matices de la democracia
  5. El
    referéndum como democracia deliberativa en el
    Perú
  6. Aportes de dos grandes pensadores de la
    democracia contemporánea
  7. Los
    precursores de la democracia liberal
  8. Democracia formal y social
  9. La
    Revolución Francesa y la
    representación
  10. El
    sistema de restricción censitaria del
    voto
  11. El
    Referéndum
  12. Componentes de la democracia
  13. Teorías de la
    democracia
  14. Las
    concepciones denominadas clásicas de la
    democracia
  15. La
    democracia contemporánea
  16. Crisis de la democracia
  17. Nociones de democracia
  18. Elementos esenciales de la
    democracia
  19. Diferencia entre la democracia antigua y la
    moderna
  20. Conclusiones
  21. Bibliografía

Introducción

Este trabajo es recopilado de varis libros, referentes a
la democracia ya que es unos de los temas que atravesó
nuestro país y que hasta la fecha no se ha perfilado
adecuadamente especialmente que en nuestro país fue
fundado bajo la forma de gobierno de la república; mas no,
bajo la forma de gobierno de la democracia.

La democracia logro un maravilloso desarrollo cultural y
una gran prosperidad económica y aquí a diferencia
de dos coyunturas como la de roma que bajo la forma de gobierno
de la república termino en una catástrofe
política, económica y social. Y es por esto el
estudio y primacía directa que tiene el estudio de la
democracia. Y es por eso que más de 50 años nuestro
país que fue gobernado por caudillos y la cual se
estableció la república que es negación de
la democracia en nuestro país. Pero aun así se ha
venido realizando la democracia moderna que nace con ese fin de
adecuarla nuevos temas de manejo político a una
adecuación distinta a la democracia directa.

La democracia real no está a la altura de lo que
debería ser la democracia, por la falta de
participación de gran parte de los ciudadanos en los
asuntos públicos, y por su apatía, indiferencia,
cuando no desconfianza, hacia lo político. Se ha
diseñado desde lo político un tipo de ciudadano
objeto, al que sólo se consulta cada cuatro años en
las elecciones, atiborrándolos de promesas que se quedan
sin cumplir.

Esto es una prueba del fracaso de algunos
regímenes democráticos que no han sabido o no han
querido alcanzar un tipo de ciudadano informado, responsable,
participativo e interesado en los asuntos
públicos.

De ahí, que en algunos países exista un
tipo de gobierno dictatorial, elegido por la población
pero dictatorial en todos los demás sentidos. Todo porque
el ciudadano no está informado, y de esa manera es
fácil manipularle.

El objetivo de este trabajo es saber qué es la
democracia en su más literal definición, y
qué democracias hay y cómo debe elegir el pueblo a
sus representantes.

La democracia como
historia

Si habláramos de la familia, la religión o
la violencia, podríamos decir que nacieron con el ser
humano. Este no es el caso de la democracia. El origen del poder
no fue democrático, sino despótico.

"Democracia" es una palabra compuesta por dos
voces griegas: DEMOS, "PUEBLO" Y KRATOS, "PODER u
GOBIERNO"
la describió, JUAN JACABO ROUSSEAU,
gran teórico de la democracia antigua.
Etimológicamente hablando, la democracia es el poder del
pueblo. Pero los griegos, que también inventaron el
teatro, la filosofía y la historia (la historia secular,
libre de la acción divina; si incluimos a Dios en ella, el
invento de la historia correspondió, en Occidente, al
pueblo judío), no se encontraron de golpe con la
democracia. La fueron elaborados trabajosamente, a lo largo de un
siglo y medio.

Dos excursiones etimológicas permiten sostener
esta afirmación. La primera de ellas nos invita a recordar
que el verbo etimología de "poder", significa "capacidad
de hacer algo" y que sólo después una de sus
ramificaciones se habría aplicado al poder político
en cuanto "capacidad de lograr que los demás hagan algo".
La expresión más antigua de "poder" es poti,
"jefe", y sólo a partir de esta significación
política la palabra "poder" se habría trasladado a
la capacidad genérica de hacer algo: poder moverse,
hablar, amar, trabajar.

Esta segunda avenida etimológica también
apunta al sentido originario del poder político en cuanta
autoridad absoluta de un jefe. Lo primero que hubo en el
peregrinar del hombre sobre la tierra fueron bandas errantes tan
presionadas por los desafíos de la naturaleza y de otras
bandas que sólo pudieron sobrevivir bajo el mando
despótico de un jefe guerrero. Como en el caso del
padrillo y su manada, el primer elemento político que
existió entre los seres humanos fue el poder del jefe. A
este déspota primordial lo secundaban y eventualmente lo
sucedían unos pocos, una primitiva corte de
colaboradores.

Sin embargo la significación etimológica
del término es mucho más compleja. El
término «DEMOS» parece haber sido un
neologismo derivado de la fusión de las palabras
demiurgos la población estaba integrada también por
los metecos, esclavos y las mujeres). Los nobles; los demiurgos
eran los artesanos; y los GEOMOROS; eran los
campesinos. Estos dos últimos grupos, «en
creciente oposición a la nobleza, formaron el
demos». Textualmente entonces, «democracia»
significa «gobierno de los artesanos y campesinos»,
excluyendo del mismo expresamente a los ilotas (esclavos) y a los
nobles.

De ahí que, de las formas de gobierno que
conocemos, sólo dos contengan en su seno la palabra
arkhos: la monarquía y la oligarquía. Oligoi
significa "pocos". Eran pocos los que rodeaban y sucedían
al jefe. en las demás formas de gobierno como
"aristocracia", "democracia", "autocracia" y hasta "burocracia",
la palabra arkhos fue reemplazada por la palabra kratos que
también significa en griego "poder", pero no
necesariamente el poder originario, ancestral, sino más
bien un poder construido, sobreviniente, en cierta forma
artificial.

En tanto la monarquía y la oligarquía son
las manifestaciones originarias del poder político y
nacieron junto con la condición humana al igual que la
religión, la familia y la violencia, las diversas gracias
podrían haber sido inventos ulteriores como el fuego, la
rueda, la agricultura. De algunos de estos inventos no tenemos
registro porque ocurrieron en la prehistoria. De
otros,

Sabemos exactamente cuándo y cómo
surgieron. Entre ellos, la democracia.

La
democracia

La democracia fue inventada en
la Grecia clásica (500-250 A.D.C.). Pero
los griegos, que también inventaron el teatro, la
filosofía y la historia (la historia secular, libre de la
acción divina; si incluimos a dios en ella, el invento de
la historia correspondió, en occidente, al pueblo
judío), no se encontraron de golpe con la democracia. La
fueron elaborando trabajosamente, a lo largo de un siglo y
medio.

Hoy en día cabe distinguir dos sentidos en los
que se emplea la palabra democracia: uno procedimental y otro
estructural.

En cuanto a la primera acepción, el
término refiere a una forma de votación por medio
de la cual se toman decisiones colectivas para la elección
de gobernantes.

en base a la segunda acepción, democracia
describe unas cualidades particulares que una sociedad debe de
cumplir, como la participación popular, la libertad,
la igualdad, o el derecho de las minorías, para
considerarse democrática desde el punto de vista
procedimental la democracia es simplemente la forma de gobierno
en la que los conductores del estado son electos por
mayoría en votaciones. Este carácter es
fundamental y determina todas las demás
características de la democracia como sistema de
gobierno.

Los demócratas modernos insisten que
"verdadera democracia" el poder del estado está
limitado por una constitución, está divido
entre entes autónomos (la entelequia de la
"división de poderes")
que se balancean y vigilan los
unos a los otros y las minorías ven respetados
sus derechos por las mayorías. Estos elementos
supuestamente garantizan que sólo bajo un gobierno
democrático el hombre puede ser verdaderamente
libre. Tanto así que la palabra "libertad" y la
palabra "democracia" son sinónimos para todos los
efectos prácticos en
el discurso político.

Esta es una de las falacias más grandes de la
humanidad. En democracia, una mayoría puede reescribir las
reglas delineadas en la constitución, abolir la
separación de poderes y violar los derechos de la
minoría. El mero hecho de la superioridad numérica
le otorga "legitimidad" y la habilita para establecer una
tiranía mayoritaria.

De hecho, a la mayoría ni siquiera le hace falta
cambiar la constitución para destruir
los derechos y la libertad de las
minorías en un sistema democrático. Basta
con "interpretarla" de la forma más amplia posible. y como
los entes que en una democracia supuestamente
están encargados de mantener en línea
al gobierno también forman parte
del estado y, en consecuencia, son dirigidos directa o
indirectamente por la mayoría, cualquier intento de hacer
cumplir una interpretación más estricta
de la constitución está destinado al
fracaso.

Democracia es una forma
de organización de grupos de personas,
cuya característica predominante es que la titularidad
del poder reside en la totalidad de sus miembros,
haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad
general.

En sentido estricto la democracia es una forma de
gobierno, de organización del estado, en el cual las
decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
mecanismos de participación directa o indirecta que le
confieren legitimidad al representante. En sentido amplio,
democracia es una forma de convivencia social en la que todos sus
habitantes son libres e iguales ante la ley y las
relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos
contractuales.

JUAN JACABO ROUSSEAU, consideraba que la
democracia solo puede ser directa y que la soberanía no
puede ser representada por la misma razón que no puede ser
enajenada consiste en la voluntad general y la voluntad general
no se representa y es por eso que para Juan Jacobo Rousseau, los
diputas del pueblo no pueden ser representantes solo son
comisionados no puede legislar mientras no se reafirmada por el
pueblo como el referéndum.

La democracia se define también a partir de la
clásica clasificación de las formas de gobierno, en
tres tipos básicos: 

  • MONARQUÍA , es el gobierno de uno
    solo (gobierno de uno) .

  • ARISTOCRACIA, de una minoría que se
    considera integrada por los mejores (gobierno de pocos)

    .

  • DEMOCRACIA, es el gobernó del pueblo
    para el pueblo como lo refiere según la
    definición de HABRÁN LINKON (gobierno de
    la multitud para platón y "de los
    más").

Hay democracia directa cuando la decisión es
adoptada directamente por los miembros del pueblo.

Hay democracia indirecta o representativa cuando la
decisión es adoptada por personas reconocidas por el
pueblo como sus representantes. por último, hay democracia
participativa cuando se aplica
un modelo político que facilita a los ciudadanos
su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan
ejercer una influencia directa en las decisiones públicas
o cuando se facilita a la ciudadanía amplios
mecanismos plebiscitarios. Estas tres formas no son excluyentes y
suelen integrarse como mecanismos complementarios.

de todas formas, el significado del término ha
cambiado con el tiempo, y la definición moderna ha
evolucionado mucho sobre todo desde finales del ,SIGLO
XVIII,
con la
sucesiva introducción de sistemas democráticos
en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento
del sufragio universal y del voto femenino en el
SIGLO XX.

Hoy en día, las democracias existentes son
bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que
heredan su nombre. SIMÓN BOLÍVAR:
"sólo la democracia… es susceptible de una absoluta
libertad, libertad que se define como el poder que tiene
cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido
por la ley".

Matices de la
democracia

3.1.- DEMOCRACIA DIRECTA, REPRESENTATIVA O
PARTICIPATIVA (DELIBERATIVA): 

3.1.1.-DEMOCRACIA DIRECTA.- se dice que hay
democracia directa cuando el conjunto de los miembros de una
comunidad concurre personalmente a tomar las decisiones
políticas. Ese era el sistema que imperaba en la antigua
Atenas. Aunque no es cierto que a ella concurriera la mayor parte
de los habitantes de esa ciudad-estado, sí es verdad que a
dicha asamblea podían asistir todos los que
quisieran.

Vale la pena resaltar que un régimen no es
democrático porque el mismo lo pregone o por las aparentes
formalidades que lo cubran, sino por la esencia, es decir, por
las diversas posibilidades de participación que
caracterizan a la democracia y por el respeto a las decisiones
que de allí resulten; algunas veces se hacen pasar por
democráticos regímenes cerrados o autoritarios que
de ello tienen muy poco. Al respecto BOBBIO advierte:
"Existen democracias más sólidas o menos
sólidas, más vulnerables o menos vulnerables; hay
diversos grados de aproximación al modelo ideal, pero
aún la más alejada del modelo no puede ser de
ninguna manera confundida con un estado autocrático y
mucho menos con uno totalitarista"

El pueblo reunido en asamblea, delibera y toma las
decisiones, sancionando leyes. Esta es sin duda la forma
más perfecta de democracia, y para algunos autores, la
única. Según Bobbio, para Rousseau "la
soberanía no puede ser representada",
es más,
este autor llegó a afirmar que "no ha existido ni
existirá jamás verdadera democracia" ya que para
esto se requiere una serie de condiciones difíciles de
cumplir: I) un Estado muy pequeño, II) una
gran sencillez de costumbres, III) mucha igualdad en los
rangos y en las fortunas y IV) poco o ningún lujo.
Bobbio; también nos recuerda la conclusión
de Rousseau: "si hubiera un pueblo de dioses, se
gobernaría democráticamente. Un gobierno tan
perfecto no conviene a los hombres"
dejando a un lado
esta discusión y para concretarnos en la democracia
directa, digamos que en ella el pueblo autónomamente toma
las decisiones sobre los asuntos que lo afectan, el denominado
constituyente primario es quien decide directamente -sin
intermediación- lo que se debe hacer. Si se hiciere
aplicación de esta democracia como única forma de
gobierno en un estado, no quedaría más alternativa
que darle la razón a Rousseau. Ahora bien, si lo
que se pretende es identificar y analizar en qué espacios
sería pertinente tener prácticas de democracia
directa, podría ser en organizaciones sociales, municipios
y pequeñas comunidades en las cuales las decisiones sobre
hechos de interés colectivo.

3.2.- DEMOCRACIA SEMIINDIRECTA O
REPRESENTATIVA: 
El propio BOBBIO señala que "en
términos generales la expresión democracia
representativa quiere decir que las deliberaciones colectivas,
las deliberaciones que involucran a toda la colectividad, no son
tomadas directamente por quienes forman parte de ella, sino por
personas elegidas para este fin". El ejercicio de la democracia
de representación consiste en delegar en una persona o en
un grupo de ellas la toma de decisiones. Los ciudadanos no
ejercen directamente su derecho a decidir sino que por medio del
voto hacen que sus intereses se representen en los
gobernantes.

Parte de la interpretación errada de la
democracia de representación, radica en entenderla como un
acto puntual en el tiempo, es decir, que democracia
representativa es votar y nada más, mientras que una
lectura más a fondo de esta práctica nos
enseña que en la democracia de representación se
designa un delegado, un portavoz, pero que esto no exime al
pueblo de el pueblo se limita a elegir representantes para que
estos deliberen y tomen las decisiones.

Algunos autores también distinguen una tercera
categoría intermedia, la democracia semidirectas, que
suele acompañar, atenuándola, a la democracia
indirecta. En la democracia semidirectas el pueblo se expresa
directamente en ciertas circunstancias particulares,
básicamente a través de tres mecanismos:

3.3.- LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.

El eje central de la democracia participativa es la
organización ciudadana, es decir, la capacidad que tenga
la ciudadanía para juntarse y organizarse de acuerdo con
sus intereses o aspiraciones. En ese orden de ideas, la
democracia de participación supera la toma de
decisión y la delegación por el voto y reemplaza
las actuaciones individuales por la acción colectiva
entorno a intereses del mismo tipo.

Participar es ante todo involucrarse, tomar parte, en
este sentido; SARTORI establece la diferencia entre el ejercicio
del voto y el verdadero alcance de la participación,
"Votar es votar y basta; no es bastante para calificarlo
de tomar parte, que es involucramiento y empeño
activo".

Así mismo, "la democracia participativa permite
constantemente la intervención de las ciudadanas y
ciudadanos en los asuntos públicos. Esto quiere decir que
tiene una frecuencia de participación superior a la
representativa, que es sólo con el voto, pero no tan
complicada como la directa, que es la asamblea permanente".
CLAUDE LEFORT señala que la participación
"implica el sentimiento de los ciudadanos de estar
vinculados en el juego político, de ser tomados en cuenta
en el debate político, y no el sentimiento de esperar
pasivamente las medidas favorables a su
destino".

Si bien es cierto que la Constitución de 1993
abrió un espacio importante a la democracia participativa,
es preciso reconocer que esta forma de democracia apenas si
está asomándose en el umbral del régimen
político ; su consolidación es lenta y
difícil, no podemos olvidar que por más de ciento
cincuenta años han imperado prácticas centralistas
y representativas cuya modificación o eliminación
requiere esfuerzos y acciones que van más allá de
los cambios constitucionales y legales, ya que estas
prácticas están ligadas a los intereses de las
clases que ostentan el poder político y económico
en el país.

Pretendido minimizar el voto popular y su dependencia de
la titularidad del poder popular, independizándose a su
vez de todo control real, los que han auspiciado este tipo de
inventos. En realidad, se pretendía democracia
económica en las fábricas, pero se restaba
posibilidad de decisión política en la
colectividad. Se decía fomentar la democracia en los
pequeños núcleos sociales, pero se negaba la
democracia en el estado, se alegaba que se buscaba una
participación en todas las decisiones del quehacer
político, pero se impedía que la ciudadanía
participara en las grandes disyuntivas.

La historia ha demostrado que la democracia sin
apellidos es un paso importante que ha de custodiarse contra
pretendidos avances que la han desfigurado y, utilizando la magia
del término democracia y pretendiendo que se profundizaba
en su contenido, le han quitado lo esencial. Todos los logros se
pueden adquirir como consecuencia de la democracia
política. A través de sus métodos se puede
lograr la mejor disposición en la rama social o
económica. No es necesario que se cancele aquella para que
se insinúe esta.

3.4.- LA DEMOCRACIA MODERNA.-

Deja entonces al pueblo las grandes decisiones y
establece un sistema de representación para que, en su
nombre, un equipo de personas que él designa en una
asamblea, o en un acto que hace sus veces como es la
votación general, adopte otras decisiones o realice otros
nombramientos de autoridades y gobierne la comunidad.

Los elegidos de acuerdo a las normas democráticas
representan al pueblo en las tareas de gobierno (las autoridades
del poder ejecutivo) u de los gobiernos lo cales y regionales en
el debate mismo (los parlamentarios) u de las (sesiones
municipales y regionales). Los designados por quienes recibieron
el encargo de hacerlo como consecuencia de la primera
elección, representan también al pueblo en las
distintas funciones que se les encomienda
desempeñar.

Es el caso de los jueces que son normalmente nombrados
por procedimientos en los que intervienen los miembros de los
poderes elegidos, o el defensor del pueblo, que es designado por
el congreso. Lo son también los miembros de los organismos
electorales que a su vez son designados por quienes tampoco
fueron elegidos, sino designados a su vez.

Pero hay que reparar que la representación del
pueblo en la democracia moderna no significa el cumplimiento
inexorable de la voluntad de la mayoría. La voluntad del
pueblo, que es más que la mayoría contingente, es
la que se expresa en las competencias y en los límites
constitucionales, es la que se expresa en las cartas de derechos
y en los principios de protección de la persona que
consagra el sistema.

La democracia es un sistema en que, porque el gobierno
lo ejercen seres humanos y se gobierna a seres humanos, se le
acuerda un lugar importante a la razón, porque esta es la
característica que hace especialmente diferente a la
persona del resto del mundo animado. Esta razón tiene su
lugar en la estructura del gobierno, y así como hay
encargados de llevar adelante la voz de los más, (y estos
son los órganos denominados políticos del poder
ejecutivo y legislativo), hay encargados de cuidar que la
razón presida los actos de todos.

De este modo nació la democracia moderna basada
en la libertad la igual y la fraternidad, la liberta es que los
hombre necesitan para vencer las arbitrariedades que comenten los
gobierno y poder defender su soberanía de su país
del exterior del interior y así quede en manos de sus
representantes y no en manos de extranjeros, este obligo a los
individuos de lo normado.

El referéndum
como democracia deliberativa en el Perú

La democracia directa denominamos en el Perú es
el referéndum, que adquiere vigencia plena en la
constitución de 1993, junto con otras instituciones de
participación popular directa, como la iniciativa popular
en la formación de las leyes, la revocatoria de
autoridades, remoción de funcionarios públicos y
rendimiento de cuentas. La revocación se aplica a los
alcaldes, regidores, presidentes regionales, jueces de paz y,
presumiblemente si es que la ley lo establece, a los jueces de
primera instancia, pero esto no afecta a los congresistas.
Existen normativas que regulan la participación y control
ciudadanos y sobre las consultas populares como la ley 26592,
modificatoria de la ley de derechos de participación y con
ciudadano y la ley 26300. Estas dos últimas leyes fueron
inconstitucionales. A nivel de participación
vecinal.

5.- PERFÍL HISTÓRICO DE LA DEMOCRACIA Y
LO ELECTORAL EN EL PERÚ.

Con la restauración de la elección
constitucional de nuestros gobernantes, ha regresado, el debate
sobre la democracia y las elecciones. En esta polémica han
reaparecido los defensores de la democracia representativa que,
en resumen sostienen que lo democrático viene ocurriendo
en el Perú desde 1980.

Nosotros consideramos equivocada esta opinión: La
democracia representativa tiene poco de democracia porque
restringe la participación del pueblo en la tarea
política nacional y en las grandes decisiones, las que son
endosadas totalmente a los gobernantes elegidos y por todo el
periodo de su mandato. La democracia representativa lleva,
así, a una peligrosa autonomía del representante
elegido, lo aleja del pueblo y finalmente debilita la vigencia
del sistema en su conjunto. Sin embargo, consideramos
también que con transformaciones sustantivas del sistema
político, la democracia puede existir y desarrollarse en
el Perú.

5.1.- SÍNTESIS.

Frente al tema de la democracia y lo electoral, la
historia nos enseña muchas cosas que intentaremos resumir
en los siguientes postulados:

PRIMERO: no es posible que exista democracia en
ausencia del voto popular. En otras palabras, el voto popular es
necesario para lo democrático.

SEGUNDO: puede existir y ejercitarse el voto
popular, inclusive para elegir a los gobernantes, sin que exista
democracia, porque democracia no es equivalente a
elecciones.

TERCERO: la conclusión de los dos puntos
anteriores es que la democracia, para existir, requiere no solo
elecciones, sino también de otros mecanismos que expresan
la voluntad política del pueblo y la hagan cumplir por
quienes nos gobiernan.

Aportes de dos
grandes pensadores de la democracia
contemporánea

Los dos grandes fundadores de la democracia
contemporánea, Rousseau, era monarquista y Montesquieu
nunca se definió, pero se inclinaba notoriamente hacia la
monarquía y no hacia la república
democrática. Esta anotación es particularmente
importante para nosotros, porque, a no dudarlo, Montesquieu echa
una de las bases fundamentales de la democracia
contemporánea al abogar por la división del poder
del Estado (que en ese entonces detentaba centralizadamente el
monarca) entre un órgano ejecutivo, uno legislativo y otro
judicial; y Rousseau sienta la otra al establecer la
predominancia de la voluntad general que es la voluntad de todos
y la de cada uno de los ciudadanos que conviven bajo "el pacto
social", siendo el gobierno un simple mandatario sujeto a
renovación, sin restricción alguna, por sus
electores.

Los precursores de la
democracia liberal

7.1.- DEMOCRACIA Y CLASE.

En cuanto se centra la atención en la
relación entre democracia y clase, el registro
histórico entra en una pauta nueva. Por supuesto, no es
ninguna novedad señalar que en la tradición general
occidental de pensamiento político, desde platón y
Aristóteles hasta los siglos XVIII y XIX, la democracia se
definía, si es que se pensaba en ella, como el gobierno de
los pobres, los ignorantes y los incompetentes, a expensas de las
clases ociosas, civilizadas y ricas. La democracia, vista desde
los estrados superiores de sociedades divididas en clases,
significaba la dominación de una clase, la
dominación de la clase equivocada era una amenaza de
clase, tan incomparable con una sociedad liberal, como con una
sociedad jerárquica. La tradición occidental
general hasta los siglos XVIII y XIX, era, por tanto, la
democrática o antidemocrática.

Pero, de hecho, en todo ese lapso de más de dos
mil años si que hubo repetidas visiones
democráticas, defensores de la democracia e incluso
algunos aspectos de democracia en la práctica (aunque
éstas últimas nunca abarcaron a toda una comunidad
política). Cuando observemos esas visiones y
teorías democráticas, veremos que tienen algo en
común, que las separa claramente de la democracia liberal,
de los siglos XIX y XX. Es que todas dependían de una
sociedad no dividida en clases, o se hacía que se
adaptaran a ella. No resulta exagerado decir que para la
mayoría de ellas la democracia, era una sociedad sin
clases o de una sola clase, y no meramente un mecanismo
político que adaptar a una sociedad de ese tipo. Esos
modelos, esas visiones anteriores de la democracia eran
reacciones contra las sociedades divididas en clases de sus
épocas respectivas. En consecuencia, sería correcto
calificarlos de utópicos.

El concepto de democracia liberal no resultó
posible hasta que los teóricos – al principio unos
cuantos, y después la mayoría de los
teóricos liberales- encontraron motivos para creer que la
norma de "un hombre, un voto" no sería peligrosa para la
propiedad, ni para el mantenimiento de sociedades divididas en
clases. Los primeros pensadores sistemáticos que lo
dedujeron fueron Bentham y James mil, a principios del siglo XIX,
basaron su conclusión en una mescla de dos cosas: la
primera, la deducción a partir de su modelo de hombre (que
asimilaba a todos los hombres a un modelo de burgués
maximizador, de lo cual se desprendía que todos ellos
estaban interesados en mantener el carácter sacrosanto de
la propiedad), y la segunda, su observación de la
deferencia habitual de las clases bajas ante las
altas.

Por eso se entiende que la divisoria entre la democracia
utópica y la democracia liberal llega con el siglo XIX. A
eso se debe que califique a las teorías anteriores al
siglo XIX de precursoras de la democracia liberal, en lugar de
tratar, por ejemplo, a Rousseau o a Jefferson, o a cualquiera de
los teóricos puritanos del siglo XVII, como si formaran
parte de la tradición democrática liberal "
clásica". Ello no significa que los teóricos del
sigo XX olviden o descarten los conceptos anteriores al siglo
XIX. Por el contrario, no es infrecuente el recurso a los
conceptos más antiguos y la utilización de
éstos, especialmente por los exponentes del sigo XX de lo
que se llamaría modelo numero dos pero esto no le ha
servido de mucho a esos exponentes, pues en general no han
advertido que las hipótesis de clase de las teorías
anteriores no eran compatibles con las suyas.

He dicho que quienes presentaban modelos o visiones de
la democracia favorables a ella antes del siglo XIX se
proponían adaptarla a sociedades sin clases o
predominantemente de una clase, o convertirla en una sociedad
así. Antes de contemplar el historial del siglo XIX
convendrá exponer de forma más específica en
qué sentido se utiliza el término de
"clases" en este contexto.

Aquí se entiende la clase en términos de
propiedad: se entiende que una clase está formada por
quienes tienen las mismas relaciones de propiedad o no propiedad
de tierras productivas y/ o capital. Hay un concepto algo
más flexible de clase, definida en su forma más
sencilla en términos de ricos y pobres, o ricos medios y
pobres, que ocupa un lugar destacado en la teoría
política de todos los tiempos, aunque en las
teorías más antiguas (como la de
Aristóteles) el criterio de clase era solo
implícitamente la posesión de propiedad productiva.
Sin embargo la opinión de que la clase, definida al menos
implícitamente en términos de propiedad productiva,
era un criterio importante de diferentes formas de gobierno, e
incluso un determinante importante de las formas de gobierno que
podían existir, era una opinión que
sostenían Aristóteles, Maquiavelo, los republicanos
ingleses del siglo XVII y los federalistas estadounidenses, mucho
antes de que Marx hallara el motor de la historia en la lucha de
clases.

Algunos de los teóricos no democráticos
que atribuyeron a la clase un lugar central en sus
análisis (por ejemplo, Harrington) les preocupaba mucho
las distinciones entre clases que no se basaban en la propiedad o
no propiedad, sino en diferentes tipos de relaciones de
propiedad, como feudales y no feudales. Pero los teóricos
demócratas generalmente estuvieron atentos a una
distinción más sencilla: la existencia entre las
sociedades de dos clases, las sociedades de una clase y
sociedades sin clases. Así, algunos de los utópicos
más antiguos (al igual que los comunistas actuales) han
contemplado una sociedad sin ninguna propiedad individual de
tierras productivas ni de capital, o sea sin clases por
propiedad, a la que podríamos calificar de sociedad sin
clases. Diferente de esta es la idea de una sociedad en la que
existe propiedad individual de tierras productivas y de capital,
y en la que todos poseen, o pueden poseer, esa propiedad, la que
todos podríamos calificar de sociedad de una sola clase.
Por último, existe la sociedad en la que existe propiedad
individual de tierras productivas y de capital en la que no
todos, sino solo un grupo poseen esa propiedad esa es la sociedad
dividida en clases.

Es posible que esta distinción entre "sin clases"
y "de una sola clase" parezca un tanto arbitraria: las dos
sociedades, o las visiones de la sociedad, a las que doy esos
nombres podrían recibir correctamente cualquiera de ellos.
Pero como las dos sociedades son bastante diferente, hacen falta
dos términos diferentes para describirlas, y lo que
más se ajusta al uso moderno es aplicar el término
de "sin clases" a una sociedad en la que no existe propiedad
privada de tierra productivas ni de capital, y "de una clase" a
una sociedad en la que todo el mundo posee o puede poseer esos
recursos productivos.

7.2.- LAS TEORÍAS PREVIAS AL SIGO XIX COMO
PRECURSORAS.

7.2.1.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA ANTES DEL
SIGLO XIX.

Contemplemos ahora el historial de la teoría
democrática antes del siglo XIX. En el mundo antiguo
existieron, como se sabe, varias democracias natales que
efectivamente funcionaban, la más destacable de las cuales
fue LA ATENAS, celebrada por Pericles. Pero no hay constancia de
ninguna teoría importante justificativa, o siquiera
analítica, de la democracia que haya sobrevivido de
aquella época. Podemos suponer que de haber habido una
teoría de ese tipo, diría que la base necesaria
para la democracia sería una ciudadanía formada
sobre todo por personas no dependientes del empleo por cuenta
ajena; al memos eso correspondería bastante bien a la
realidad, en la medida en que la conocemos, de la ciudad –
Estado ateniense en su período democrático, al que
se ha calificado de democracia con propiedad privada. No sabemos
si ese requisito que equivale al de una ciudadanía de una
sola clase, estaba incorporado en un modelo teórico; no
puede caber sino una suposición razonable de que lo
estaba.

7.2.2.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA EN LA
EDAD MEDIA.

En la edad media no se espera encontrar y no se
encuentra, ninguna teoría de la democracia, ni ninguna
exigencia de derecho democrático de voto; los
levantamientos populares que estallaban de vez en cuando no
tienen nada que ver con el voto democrático, porque en
aquella época el poder no solía residir en
órganos electivos. Donde imperaba el feudalismo, el poder
dependía de la posición social, fuese heredada o
adquirida por fuerza de las armas. Ningún movimiento
popular, por enfurecido que fuese, se iba imaginar que
podría lograr sus objetivos si conseguía el voto. Y
en las naciones y en las Ciudades – Estados independientes de la
baja edad media tampoco se podía obtener el poder por esa
vía. Cuando se levantaban las voces y se levantaban
rebeliones contra el orden social de la b aja edad media, como
ocurrió en la Jacquerie de París (1358), el
levantamiento de los Ciompi de Florencia (1378) y la revuelta de
los campesinos de Inglaterra (1381), lo que se exigía era
una nivelación de las posiciones sociales, y a veces una
nivelación de la propiedad, y no una estructura
política democrática. O bien se aspiraba a una
sociedad comunista sin clases, como indica lo que
pretendía John Ball, conocido por su papel en la revuelta
de los campesinos: "Las cosas no pueden ir bien en Inglaterra y
jamás irán bien, hasta que toda propiedad se
común, y hasta que no haya siervos ni caballeros y todos
seamos iguales", o bien a una sociedad nivelada en que todos
pudieran tener propiedades. No hay constancia de que ninguno de
esos movimientos produjera una teoría sistemática,
ni de que embozara una estructura política
democrática.

7.2.3.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA DE LOS
SIGLOS XVI Y XVII

Por estos siglos encontramos ya algunas teorías
democráticas explícitas. Aparecen entonces en
Inglaterra dos corrientes democráticas. Una de ella tiene
una base de sociedad sin clases, y la otra una base de sociedad
de una sola clase. Las utopía democráticas de esos
siglos, las más conocidas de las cuales son la
utopía de Moro (1516) y la ley de la libertad de
Winstanley (1652), se referían a sociedades sin clases. Se
preveía que sustituyeran a las sociedades divididas en
clases: sus autores las construyeron para denunciar todos los
sistemas de poder basados en la clase. Al concluir que la base de
la opresión y la explotación de clase es la
institución de la propiedad privada, sustituyeron esta por
la propiedad en común y el trabajo comunitario. Estas
primeras visiones modernas de la democracia eran visiones de una
sociedad fundamentalmente igual y no opresiva, además de
ser fórmulas para un sistema de gobierno. Una sociedad
así tenía que ser sin clases, y para que fuera sin
clases tenía que desaparecer la propiedad
privada.

La otra corriente democrática del siglo XVII, en
la medida en la que fluía por canales políticos y
no simplemente el religiosos, también guarda
relación con las clases. En aquel siglo, el puritanismo
ingles estaba lleno de ideas democráticas. Aunque estas se
veían generadas por las controversias acerca del gobierno
de la iglesia, y de hecho no se llevaron a la práctica
más que en esa esfera (y, de forma muy breve, en el
ejército), sí que sugirieron ideas acerca del
gobierno civil, especialmente en el período de las guerras
civiles y del Commonwealth. Pero, salvo para utópicos
radicales tan extremistas como Winstanley, los grupos y los
movimientos cuyo pensamiento político se puede considerar
derivado del puritanismo democrático no eran
democráticos en el terreno político. No llegaron a
exigir la plena soberanía popular ni un derecho de voto
plenamente democrático.

Los presbiterianos y los independientes insistían
en que hubiera un requisito de propiedad para el derecho de voto.
En cuanto a la postura de otro movimiento político
importante, el de los niveladores, que durante unos años
después de las guerras civiles fue muy fuerte, hay alguna
controversia. Los niveladores se proponían excluir a todos
os asalariados y los méndigos (más de la mitad de
los varones adultos) del derecho de voto. Pero algunos
historiadores han aducido, en respuesta, que los niveladores, en
sus distintos escritos y discursos no habían alcanzado la
unanimidad a este respecto, y que algunos de ellos eran
demócratas cabales. Si se admite esto como posible
interpretación de las declaraciones de algunos de los
niveladores, habremos de preguntar que en estructura de clases en
opinión de cualquiera de los niveladores
democráticos sería coherente con, o requerida por
la democracia que pretendían. La respuesta es clara, todos
los niveladores se oponían decididamente a las diferenciad
de clases que veían en su derredor, que permitían a
una clase de terratenientes y hombres adinerados dominar y
explotar a los hombres de escasas propiedades (e incluso
reducirlos a hombres sin propiedades) algunos de los panfletos
más vehementes de los niveladores se hablaba de una
conspiración de clases de los ricos y los de alta
condición, y se pretendía sofocarla. El ideal de
todos los niveladores era una sociedad en que todos los hombres
tuvieran propiedades suficientes para trabajar como productores
independientes, y en la que ninguno tuviera propiedades del tipo
o de la cuantía que les permitieran en una clase
explotadora.

7.2.4.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA DEL SIGLO
XVIII.

Nos encontramos con algunas teorías importantes-
no muchas-a las que se suele calificar, y con toda razón,
de democráticas. Podemos tomar como principales exponentes
dieciochescos de la democracia a Rousseau y Jefferson: sus ideas
democráticas han sido más influyentes, han llegado
más a nuestro tiempo, la de ninguno de sus
contemporáneos. Pese a lo mucho que deferían las
actitudes de Rousseau y Jefferson en otros respectos, ambos
querían una sociedad en la que todos tuvieran, o pudieran
tener, una propiedad suficiente para trabajar en ella o con ella,
una sociedad de productores independientes (campesinos o
labradores y artesanos), no una sociedad dividida en, por una
parte, asalariados dependientes y, por otra, propietarios de
tierras y de capital de los que dependieran los
primeros.

La actitud de Rousseau es clara: la propiedad privada es
un derecho individual sagrado. Pero no es sagrada más que
la propiedad moderada del pequeño propietario que la
trabaja. Un derecho ilimitado a la propiedad, aducía
Rousseau vigorosamente, en su discurso sobre los orígenes
de la desigualdad (1755), era la fuente y el medio de que
continuaran la explotación y la falta de libertad; lo
único justificable moralmente era un derecho limitado.
Volvió a afirmar esta posición en el contrato
social (1762). La primera propiedad, la propiedad en el sentido
de producir los medios de la vida, era la propiedad d una parcela
de tierra, el derecho del primer ocupante, estaba limitado por
dos condiciones: "que solo se ocupe de el [el terreno] la
cantidad que se necesita para subsistir; [y] que se tome
posición de él no mediante una vana ceremonia, sino
por el trabajo y el cultivo". De manera que Rousseau
encontró una base en el derecho natural para su
insistencia en la limitación de la propiedad.

Había otro motivo para que Rousseau necesitara
esa limitación del derecho a la propiedad, y
también lo explicitó: ese derecho limitado era el
único compatible con la soberanía de la voluntad
general. Una sociedad verdaderamente democrática, una
sociedad regida por la voluntad general, requiere tal igualdad en
la propiedad que "ningún ciudadano sea lo bastante
opulento para poder comprar a otro, y ninguno lo bastante pobre
para ser constreñido a venderse a otro". Según
parece, la mención de la compra y la venta de personas no
se refiere a la esclavitud, pues el principio se establece como
norma permanente aplicable a los ciudadanos, es decir, a los
hombres libres. Es de suponer pues, que se trata de una
prohibición de la compra y la venta del trabajo asalariado
libre. Además, "las leyes son siempre útiles a los
que poseen y perjudiciales a los que no tienen nada, de donde se
sigue que el Estado social solo es ventajoso a los hombres en
tanto que todos tienen algo y ninguno de ellos tiene nada en
demasía".

Partes: 1, 2, 3

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter