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El Deporte Asalariado: Esencia y Formas



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El
    capital y el deporte asalariado
  3. Bibliografía
  4. ¿Qué valor de uso obtiene el
    comprador a cambio del dinero que abona por la capacidad de
    trabajo deportiva del hombre (atleta ya maduro o en
    formación) comprado o alquilado como deportista
    asalariado ?
  5. El
    espectáculo deportivo – recreativo: Realización
    del deportista -mercancía y la obtención de
    ganancia del empresario.
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

PARTE I

El deporte es una esfera o rama de la Cultura
Física Humana.

Tras siglos de evolución, es convertido en el
seno de la sociedad burguesa, cuya madurez puede ubicarse
alrededor de 1825, en un sector productivo de ganancias y, el
deportista, en una mercancía particular en el conjunto de
las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado. El
objetivo de este trabajo de reflexión y
análisis es demostrar la esencia de ese proceso desde el
punto de vista
teórico-científico

Palabras claves:

Deportista asalariado: individuo que realiza un acto de
contratación y vende su capacidad de rendimiento deportivo
al poseedor del dinero lo que le posibilita convertirse en
capitalista y obtener ganancias.

Proceso de producción del deportista: comprende
todas las tareas de preparación, formación y
entrenamiento del deportista.

Proceso de realización: se trata del logro de los
propósitos y fines propuestos como productor de
mercancías.

Salaried Sportsman: Essence and forms.

Summary:

Sports are a Branch of Human Physical
Culture.

From many centuries of evolution the sport has become in
bourgeois society which reaches it maturity since 1825, a sphere
of profit production and the sportsman in a commodity specially
created in the whole relationship between capital and waged
labor. How this process occurred is the main content of our work
of reflections and analysis from the point of view
of the science
of political economy.

Keys words

Waged sportsman: a person who sell his
capabilities of sport work to others whom by this act become
capitalist and receive gains.

Process of production of the sportsman:
Tasks for preparing, training and developing the
sportsman.

Process of realization: achieving the aims
planned with the buying objects.

Introducción

El tema del deporte asalariado tiene diversas vertientes
posibles de análisis.

Consideraremos tres momentos en el marco de la
teoría de la Economía Política del
régimen del capitalismo.

  • 1. El deportista como una mercancía
    particular.

  • 2. Los medios y objetos del trabajo deportivo
    como mercancías.

  • 3. El espectáculo deportivo como proceso
    de realización y síntesis del proceso de
    producción y desarrollo del deportista –
    mercancía.

DESARROLLO

El capital y el deporte
asalariado

  • El Deportista como
    mercancía.

En el Capital, Carlos Marx reveló la estructura
de la llamada FORMULA GENERAL DEL CAPITAL, a saber:

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D: Representa al comprador, poseedor del dinero,
capitalista ab ovo, o como dice Marx, In spe.

M: Mercancías compradas (medios de
producción, o sea, medios y objetos de trabajo y fuerza de
trabajo).

… P… : Interrupción de la Circulación
Mercantil y comienzo del proceso de producción capitalista
mercantil.

M": Producto Mercantil Global resultante del proceso de
producción o servucción, donde se reproduce el
valor originalmente desembolsado y se plasma un PLUSVALOR
propiedad del comprador.

M"D": Realización o venta de la producción
creada contentiva de la plusvalía, lo que convierte al
poseedor del dinero, de capitalista in spe, en capitalista
real.(El dinero se ha convertido en capital)

Con sus particularidades propias, las relaciones que se
establecen entre el deportista ya este en su forma potencial o ya
maduro que se ofrece en venta y el comprador (capitalista
latente), asumen todas las características distintivas del
proceso de circulación y producción mercantil
capitalista arriba descritos.

Veamos la cosa más de cerca.

El capitalista potencial o el poseedor del dinero
directamente o a través de sus distintos representantes,
según el tipo de especialidad deportiva(mercado) que se
trate: Managers, entrenadores, cazadores de talentos, etc.,
contrata al deportista potencial o maduro por una cierta suma de
dinero; tiene lugar la relación D – M y, al mismo tiempo,
antes o después de aquel acto de circulación o
cambio, adquiere los medios y objetos para "el trabajo" del
atleta. Ambos tienen aquí la condición, de cierto
modo, de materias primas o insumos necesarios para el proceso de
creación del producto o del servicio que pretende el
poseedor del dinero poner en el mercado de venta.

Después de realizadas estas compras, termina el
proceso inicial de circulación mercantil y comienza el
proceso de "producción" del deportista, si este demanda de
una etapa de formación y desarrollo de sus capacidades y
potencialidades físicas y mentales indispensables mediante
el entrenamiento (… P…). Aquí se crea el
"Producto Mercantil" acabado, contentivo del valor desembolsado y
el valor esperado expresado en las habilidades y destrezas
(skilness) contenidas en la corporeidad física del atleta
y que se materializará en la realización final, en
el espectáculo deportivo (M" – D") en forma de venta
de

entradas, apuestas, derechos de publicidad, de
trasmisión televisiva, etc., concreción final del
proceso de valorización del valor desembolsado, de la
inversión hecha, la transformación del dinero en
capital, del poseedor del dinero en capitalista deportivo y la
"fuerza de trabajo física deportiva asalariada", en el
deportista.

La consideración del hombre – deportista como
mercancía no debe conducirnos a remordimiento
alguno.

En la obra antes citada, Carlos Marx,
escribió:

"En el siglo XII, siglo famoso por su devoción,
encontramos a veces catalogados entre las mercancías
objetos de una gran delicadeza. Así por ejemplo, un poeta
francés de la época enumera entre las
mercancías que se encontraban en el mercado de Landit,
telas de vestir, zapatos, cueros, aperos de labranza, pieles y
FEMMES FOLLES DE LEUR CORPS (mujeres locas en sus cuerpos)".
1/

Otro tanto acontece con "Cosas que no son de suyo
mercancías, por ejemplo, la conciencia, el honor, etc. que
pueden ser cotizadas en dinero por sus poseedores y recibir a
través del precio, el cuño de
mercancías".

Bajo el capitalismo al generalizarse y "extenderse la
producción y circulación de las mercancías,
crece el poder del dinero, forma siempre presta y absolutamente
social de la riqueza. Como el dinero no lleva escrito en la
frente lo que con él se compra, todo, sea o no
mercancía, se convierte en dinero. Todo se puede comprar y
vender. La circulación es como una gran retorta social a
la que se lanza todo, para salir de ella cristalizado en dinero y
de esta alquimia no escapan ni los huesos de los santos ni otras
RES SACRASANCTAE EXTRA COMMERCIUM HOMINUM mucho menos toscas"
2/

El deportista, su actividad, su producto se convierten
en mercancías, valores y plusvalía y, por tanto, el
despliegue de sus energías es una rama productiva de
ganancias y su "trabajo", un trabajo productivo… pues produce
ganancias para el capitalista.

En el presente, estos hechos no deben causar alarma
alguna, la transformación de los más diversos
objetos y sujetos en mercancías rebasa con mucho las
previsiones que pudieron hacer los clásicos de la
Economía Política.

Hoy se han incorporado al tráfico comercial al
POR MAYOR: las mujeres de diversas nacionalidades, objeto de
comercio de exportación hacia diferentes regiones del
planeta, lo que habla del nivel de internacionalización de
la depravación en que se arrastra una parte del
género humano por la sed de lucro de la otra; los
niños, los órganos humanos, los medicamentos,
etc.

En fin, la naturaleza natural y artificial, el hombre en
todas su manifestaciones y estados de madurez y razas, encuentran
su precio en la larga lista de mercancías que exhibe hoy
el mercado global planetario, signado por la filosofía
neoliberal.

El deportista no vende su capacidad física y
mental de una vez por todas – de hacerlo se convertiría en
un esclavo, aún cuando el grado de sujeción es tan
grande que su situación tiene mucho parecido a aquella –
sino que la vende por un determinado tiempo y mientras sus
capacidades y habilidades rindan lo que se espera de
ellas.

Después, generalmente, es arrojado al
rincón de los trastos viejos, si su previsión no ha
sido suficientemente amplia para buscar una garantía de
seguridad para los malos tiempos y el retiro de la vida
profesional. La historia del deporte profesional está
repleta de tales trágicas y dramáticas
ejecutorias.

El deportista en ciernes o ya formado es, según
todos los supuestos, por tanto, un hombre libre, propietario de
su capacidad de trabajo, de su persona. Como poseedor de esa
capacidad, se enfrenta al poseedor del dinero – y de la agudeza
profesional que distingue a los cazadores de talentos, capaces de
detectar ya a simple vista, otra con ayuda de la ciencia y la
técnica al futuro campeón – quien espera poner en
funciones las capacidades físicas que reposan en la
corporeidad en su cuerpo y convertir la potencia en
acto.

Contratan de igual a igual como poseedores de
mercancías, como compradores y vendedores.

En esta esfera pueden observarse todos los rasgos que
caracterizan la circulación de mercancías,
descritas por C. Marx. No obstante, pueden advertirse algunas
peculiaridades.

El buscador de talentos sabe orientarse bien en este
"departamento especial de mercado" con una gran sagacidad
crítica. Su pericia le preserva de cualquier
fraude.

El adivina, presume y olfatea las cualidades del
presunto atleta. En el acto inicial de compra – venta, nos
encontramos con la forma: D – M, donde M es la capacidad
física y mental del futuro deportista, la que se cambia
por D (dinero) del comprador.

Analicemos las características de esta peculiar
mercancía siguiendo el método de Marx.

Como toda mercancía tiene dos propiedades: Valor
y Valor de Uso.

¿ Cómo se determina el valor de esta
mercancía especial? .

Su valor dependerá – situándonos en el
punto de vista de la teoría objetiva del valor – valor
trabajo – del tiempo de trabajo socialmente necesario para
producir esta mercancía concreta y especial.

Considerada como valor, la capacidad físico –
deportiva de trabajo del futuro deportista no representa
más que una determinada cantidad de trabajo social medio
necesario, materializado en ella, tal cual ocurre con el valor de
la fuerza de trabajo o capacidad de trabajo del hombre en otros
sectores o ramas económicas dominadas por la
relación capital – trabajo asalariado.

La capacidad físico – deportiva del hombre tiene
por base su aptitud especial además de la mera existencia
viviente. Para poder desplegarse es menester primero su
existencia y su continuidad a lo largo del tiempo; presupone su
conservación y reproducción.

Para conservar su capacidad de realizar el "trabajo"
deportivo (entrenamiento, etc.) – el deportista necesita una
cierta suma de medios de vida.

Por tanto, el tiempo de trabajo necesario para producir
la capacidad deportiva común del hombre dado, se reduce al
tiempo de trabajo necesario para producir estos medios de vida, o
sea, el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la
subsistencia de su poseedor.

La cantidad de medios de vida puede cambiar si se
intensifican las llamadas cargas físicas y
psíquicas a las que debe someterse el deportista para
alcanzar su máxima capacidad de trabajo (rendimiento
motor, físico, psicológico, social, etc.), la
propia existencia física y la duración de la vida
deportiva y biológica del presunto atleta, hasta tanto no
sea arrojado como guiñapo humano inservible a los trastos
viejos de los museos del deporte (sí es que se llega a tal
reconocimiento social).

En el caso de tener elevada virtuosidad natural y
según el tipo de actividad física a realizar, al
mayor gasto de músculos, nervios, de cerebro, más
tiene que elevarse el ingreso para subvenir a la
alimentación y demás necesidades
esenciales.

Los medios de vida han de ser por fuerza suficientes
para mantener al individuo deportista en su estado normal de vida
y de capacidad de entrenamiento. Esto es en condiciones de
repetir cada día el proceso de entrenamiento que ha
realizado hoy en idénticas y/o mejores condiciones de
fuerza, destreza, salud y flexibilidad.

El valor de la capacidad física del individuo
deportista se representa primeramente por el valor
correspondiente a los medios de vida para satisfacer las
necesidades naturales de alimento, vestido, vivienda. Estas
necesidades varían con arreglos a las condiciones de clima
y otras condiciones naturales de cada país.

"Además, el volumen de las llamadas necesidades
naturales, así como el modo de satisfacción, son de
suyo un producto histórico que dependen por tanto, en gran
parte, del nivel de cultura de un país y, sobre todo,
entre otras cosas, de las condiciones, de los hábitos y
las exigencias con que se haya formado la clase de los obreros
libres" (Carlos Marx, "El Capital", p. 124).

En este aspecto, dado que el deportista actúa en
una esfera especial del campo económico general de
actuación del capital, es extensible a
él.

Esta determinación general, social del valor de
la capacidad deportiva de trabajo enmarca esta peculiar
mercancía en el marco universal del mundo de relaciones
monetario – mercantiles propio de la producción
capitalista.

En general, la forma y el contenido de la
contratación y la exigua cantidad relativa de personas
implicadas en la relación y su apariencia distancial del
campo propiamente económico, strictu sensu; no debe
extraviarnos de lo esencial.

El volumen de medios de vida en esta esfera
variará ya inclinándose a la baja o hacia el alza
de la media general.

Para determinados deportistas, por ejemplo, figuras
estelares del universo deportivo que alcanzan una
cotización elevada de su capacidad de rendimiento, pudiera
parecer que la ley general de determinación del valor no
funcionara. Sin embargo, analógicamente a la
mercancía fuerza de trabajo de la esfera productiva
material, la capacidad de trabajo físico – deportiva del
individuo, encierra un elemento histórico – social y
moral.

Ahora bien, en un país y en una época
dadas y para una rama de la industria o deporte determinados, la
SUMA MEDIA DE LOS MEDIOS DE VIDA NECESARIOS CONSTITUYE UN FACTOR
FIJO.

El individuo – deportista, como sujeto viviente en el
seno de esta o aquella sociedad, por término medio,
tendrá un valor medio concordante con el prevaleciente en
ella en un momento dado.

En ciertos casos, ya mencionados, lo más que
podría ostentar, es la significación o la
consideración de la fuerza de trabajo calificada o sea, de
naturaleza compleja.

Es sabido, sin embargo, la tendencia del cambio o
equiparar o reducir el valor de la capacidad de trabajo compleja
al valor de la fuerza de trabajos simple en el tráfico
corriente del intercambio mercantil. Esta misma ilusión
ocurre en el campo del arte, verbi gratia, con artistas famosos y
sus obras cotizadas a precios extraordinarios.

Pero para la masa media son válidos los
principios y leyes de la determinación del valor de la
fuerza o capacidad de trabajo simple tal como acabamos de
definirla siguiendo los hilos de la teoría
económica marxista – leninista clásica.

El individuo deportista, lógicamente, no tiene
durante toda su vida una óptima forma deportiva y, por
tanto, es susceptible a una tasa de "mortalidad" y por
consiguiente, es menester asegurar su relevo. Pero en este caso,
la familia y sus descendientes no entran necesariamente en el
marco de la determinación del valor de la capacidad
deportiva del trabajo del deportista como ocurre con la
mercancía fuerza de trabajo en la esfera productiva o de
servicios de la sociedad social media de asegurar la
reproducción de la familia obrera de donde podrán
surgir los futuros potenciales deportistas.

El que en la suma media de los medios de vida del
atleta, se incluyan los medios para sus hijos depende del nivel
de cultura del espectáculo que el deporte dado suscite en
la sociedad dada y del nivel de ganancia esperado. De otra forma,
esta rama especial de la división social del trabajo o de
la actividad humano, carecerá en absoluto de perspectivas
y sólo aparecerá con un desarrollo raquítico
a nivel de individualidades y sin apoyo social o público
alguno.

El valor de la capacidad de trabajo físico –
deportivo incluye el costo de un determinado nivel de cultura o
instrucción necesario para modificar la naturaleza humana
corriente y asentada en ella, desarrollar las habilidades,
destrezas, capacidades necesarias para desempeñarse dentro
de esta o aquella DISCIPLINA deportiva.

Los gastos de entrenamiento y formación de la
CAPACIDAD DE TRABAJO FISICO – DEPORTIVA variarán
según el carácter más o menos riguroso y
complejo de la disciplina seleccionada.

En general, los gastos de aprendizaje y desarrollo del
deportista en las condiciones del capitalismo premonopolista –
situación que prevalece hoy en las tres cuartas partes del
mundo llamado subdesarrollado – son insignificantes y, a menudo,
el entrenamiento deportivo lo realiza el trabajador fuera de su
horario de trabajo y a sus expensas por lo que se revela como una
especial donación que cae en las manos del ávido
promotor del simple espectáculo.

El valor de la capacidad de trabajo físico –
deportiva, se reduce al valor de una determinada suma de medios
de vida. Cambia, por tanto, al cambiar el valor de estos, es
decir, al aumentar o disminuir el tiempo de trabajo social
necesario medio para su producción.

Carlos Marx, en la obra citada, propone para fijar el
monto total de los medios de vida necesarios, la siguiente
fórmula:

365 A + 52 B + 4 C
____________________

365

Donde:

A: Valor de las mercancías que se consumen
diariamente.

B: Valor de las mercancías que se consumen
semanalmente.

C: Valor de las mercancías que se consumen
trimestralmente.

Esta fórmula define la cantidad de medios de
uso y consumo
necesarios y utilizados como media
diariamente
, en términos físico – materiales,
en productos – mercancías.

Esto se puede expresar simultáneamente en
tiempo de trabajo.

Supongamos que en esta masa media de mercancías
que se consumen diariamente se contengan 3 horas de trabajo
social medio, por tanto, la satisfacción de la capacidad
de trabajo deportiva del atleta de un día,
representará 37.5% del total de una jornada de trabajo de
8 horas correspondiente al reconocido por las leyes
internacionales del trabajo. Dicho de otro modo, la
producción diaria de la capacidad de trabajo deportiva
exigirá menos de medio día de trabajo
social
necesario.

Esta cantidad de trabajo necesaria para su
producción diaria, constituye el valor de un
día de uso de la capacidad de trabajo deportiva,
o
sea, el valor de la capacidad de trabajo deportiva diariamente
reproducida. Si se representa 35.7% de la jornada por una
masa de oro equivalente a 4 dólares, tendremos
que 4 dólares sería el precio correspondiente al
valor diario de la capacidad de trabajo físico –
deportiva.

Este sería el límite último o
mínimo
del valor de la capacidad de trabajo
físico deportiva, necesario para poder renovar su proceso
de vida.

El precio de venta de la capacidad de trabajo deportiva
– suponiendo su realización, y un mercado en competencia
perfecta, el cual venimos suponiendo en todo el análisis
precedente – será igual a su valor si la vende por 4
dólares.

Si el precio de la capacidad de trabajo deportiva es
inferior a este mínimo, descenderá por debajo de su
valor, ya que en estas condiciones solo podrá mantenerse y
desarrollarse de modo raquítico.

Ya señalamos que en esta esfera de trabajo en los
países capitalistas sobre todo de los subdesarrollados y
en un segmento de los industrializados, el mantenimiento y
renovación de la capacidad de trabajo físico –
deportivo, es asunto privativo, personal o es sometida, a menudo
a un régimen de precaria subsistencia que conduce a
abortar prematuramente la carrera deportiva de numerosos
atletas.

No obstante, en el análisis científico
debe partirse del valor social medio señalado como ley
natural – social. El poseedor del dinero ha adquirido ya el
llamado factor humano.

Una vez realizada la compra de la capacidad de trabajo
deportiva del individuo en este típico mercado, el
capitalista latente, adquiere en el mercado respectivo los
medios materiales y objetos necesarios para poner en
funcionamiento esa capacidad de trabajo adquirida
. (Estos
equipos y medios varían según la amplia
diferenciación del deporte en las distintas épocas
y, en ciertos casos, como el atletismo en algunos eventos basta
la existencia natural del terreno y la corporeidad física
del propio atleta, por lo que, en esos casos, el costo se reduce
a la simple compra de la capacidad deportiva del hombre).
Partimos del supuesto también de que estos medios se
adquieren en condiciones de mercado competitivo, al valor de
mercado.

El carácter peculiarísimo de esta
mercancía, hace que su valor de uso no pase directamente a
su comprador al cerrarse el contrato entre éste y el
comprador.

Su valor de uso reside en el empleo o aplicación
de la capacidad de trabajo o rendimiento deportivo, en
desarrollar y/o formar el talento físico – deportivo. Por
consiguiente, la venta o alquiler de la capacidad de trabajo
deportiva y su ejercicio real y efectivo en el entrenamiento y
después en el espectáculo deportivo recreativo, es
decir, su existencia como valor de uso no coinciden en el
tiempo.

El precio de la capacidad de trabajo deportiva se fija
contractualmente, aunque no se realice hasta después de
entregada la mercancía como ocurre con la venta de una
casa. La diferencia estriba, en cierto modo, en que la potencial
capacidad de trabajo deportivo está en forma más o
menos en bruto u oculta y sólo el ojo crítico,
experimentado y con cierta pericia científica del poseedor
del dinero o sus representantes, descubre con su peculiar olfato,
las cualidades latentes en el individuo y asume su
"producción", desarrollo y su explotación.
(CONTINUARA)

Bibliografía

  • 1. Marx, Carlos, 1946. El Capital, Tomo
    I. p. 48. México. Ed. Fondo de Cultura
    Económica,

  • 2., Op. Cit. PP. 63, 89.

El Deporte Asalariado: Esencia y Formas.

PARTE II

¿Qué valor
de uso obtiene el comprador a cambio del dinero que abona por la
capacidad de trabajo deportiva del hombre (atleta ya maduro o en
formación) comprado o alquilado como deportista asalariado
?

Esto es lo que habrá que revelar el "PROCESO DE
CONSUMO" de la capacidad de trabajo deportiva.

En la etapa del análisis en que nos encontramos,
hemos profundizado en la parte de la circulación mercantil
capitalista(la compraventa o el contrato entre compradores y
vendedores, la más universal e identitaria de las
relaciones capitalistas de producción e
intercambio.

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En esta órbita del cambio de mercancías
dentro de cuyos límites nos hemos movido hasta ahora, la
compra y venta de la capacidad de trabajo deportiva del individuo
es, como escribió Marx, refiriéndose a esta
relación como la más general del sistema de
producción basado en el capital – trabajo asalariado
mercantil, el verdadero paraíso de los derechos
humanos
. En este marco reinan la libertad, la igualdad, la
propiedad y el egoísmo individual.

La libertad, pues el comprador y el vendedor de esta
mercancía, solo obedecen a la ley de su libre voluntad.
Contratan como hombres libres e iguales ante la ley. El contrato
es el resultado final en que sus voluntades cobran una
expresión jurídica común. La igualdad, pues
el comprador y el vendedor sólo contratan como poseedores
de mercancías cambiando equivalente por equivalente. La
propiedad, ya que cada cual dispone y sólo puede disponer
de lo que es suyo. El egoísmo – personificado
teóricamente por Smith y Bentham –, pues a cuantos
intervienen en estos actos sólo los mueve su
interés, su ambición y avaricia. La única
fuerza que los une y los pone en relación es la fuerza de
su egoísmo, de su provecho personal, de su interés
privado. Marx, Carlos (1946)

Precisamente por eso, aquí también, porque
cada cual cuida solamente de sí y ninguno vela por los
demás, contribuyen todos ellos, a realizar la obra de
provecho mutuo de su conveniencia colectiva, de su interés
social (La compra – venta de los medios de producción
(instrumentos y objetos de trabajo en sentido genérico),
es en esta esfera una necesidad para poder poner en
funcionamiento la capacidad de trabajo deportiva. Estos medios
asumen cualidades y características peculiares
según el tipo de actividad deportiva que pongamos bajo
análisis, tal es el caso con el ring, los guantes; bates,
pelotas, balones, raquetas, sables, espadas, las canchas; los
terrenos para la pista y campo, etc.

En su mayoría, cada uno de los instrumentos y
medios para el entrenamiento constituyen campos de actividad de
diferentes capitales y sus relaciones mercantiles suponemos que
se realizan con arreglo a la ley del valor.

Estas relaciones, por otro lado, quedan generalmente
ajenas al interés de los individuos – atletas que venden
su capacidad a los que invierten su dinero en esta rama especial
de producción de ganancias.

Mas adelante podremos desarrollar los extraordinarios
avances que han alcanzado todas las ramas de producción de
artículos deportivos y su transformación en
sectores de una economía monopolizada por organizaciones
internacionales de capitalistas (transnacionales). En ellas
dominan las relaciones entre el capital – trabajo asalariado con
todas las características generales, leyes,
categorías, etc. tendencias convenientes para la esfera
productiva material.

Aquí estas ramas nos interesan sólo
puestas en relación con los dueños del dinero que
los invierten en la compra de la capacidad potencial y/o
efectúa de trabajo deportivo de los atletas y adquieren
los medios para poder utilizarla, por medio del entrenamiento y
la formación, para realizarla (venderla) después
dentro del espectáculo deportivo como fuente de
obtención de ganancia, resarciéndose, con un
excedente, el dinero originalmente desembolsado, con la cual se
convierte en capital.

Pasemos ahora, a la fase de "consumo" de
producción y formación del atleta, de su capacidad
de trabajo deportiva, perteneciente al comprador.

  • EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO (proceso de
    preparación, formación del atleta) y de
    valoración del valor desembolsado.

La capacidad de trabajo deportiva en potencia tiene que
manifestarse, adoptar una realidad.

Esta se expresa en el "trabajo" de entrenamiento
deportivo, en la preparación del atleta. Aquí la
capacidad de trabajo deportiva asume, adquiere forma fluida, como
gasto energético y dinámica de la corporeidad total
viva del individuo para transformarse a sí
mismo.

El comprador de la capacidad de trabajo deportiva, la
"consume" haciendo entrenar al presunto atleta bajo su vigilancia
y control directo o a través de sus celosos guardianes
corporizados en los entrenadores, preparadores, etc. (asalariados
también bajo el mando único del
capital).

De capacidad de trabajo deportiva latente, en potencia,
tiene que devenir capacidad de trabajo deportivo en acción
real y prometer un rendimiento futuro.

La peculiaridad de este "proceso de producción",
consiste en que en él no se produce UN VALOR DE USO
material, una cosa. En el proceso de trabajo deportivo se
conforma, desarrolla, y se acrecienta la capacidad de rendimiento
físico – mental del hombre. Se reproduce el valor de la
capacidad de trabajo deportiva natural, potencial, simple,
implícita en el individuo apto físicamente sano y
normal y se incrementa, se perfecciona, alcanza una superior
agregación de valores físicos, sicológicos,
morales, etc. que lo convierten en un sujeto susceptible de
brindar una ejecución profesional acorde a sus cualidades
físico – motoras y fisiológicas, etc. y competir en
el mercado del espectáculo deportivo, con otros "productos
– mercancías" similares, "propiedad" de otros
capitalistas.

El proceso produce una modificación de las
cualidades físico – naturales y sociales del
individuo.

El trabajo de entrenamiento deportivo es fruto de una
etapa desarrollada del devenir de la sociedad humana. Si bien
pudiera pensarse que los atletas en la antigüedad griega y
romana tenían una cierta preparación, en realidad,
solo se alcanza el sentido de entrenamiento deportivo en la era
moderna y, con especial singularidad en la época actual
del desarrollo del capitalismo monopolista financiero y de
expansión de la civilización tecno –
científica.

El proceso de entrenamiento deportivo es un proceso que
se opera dentro de la corporeidad natural física e
intelectual del individuo. Por medio del ejercicio, "pone en
acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, la
cabeza, los brazos, las piernas, las manos" y todos los
órganos de los sentidos y con ello transforma su propia
naturaleza desarrollando las potencias que yacían latentes
en él.

Como toda actividad humana, el entrenamiento tiene un
resultado ideal que guía la acción, todas las
operaciones concretas que el atleta realiza y, al propio tiempo,
se halla determinado e impulsado por el fin del entrenador –
más cercano al del propio atleta pero que puede diferir en
rigor lógico y científico – y la finalidad del
comprador, dirigida a la obtención de una utilidad
monetaria de la actuación del atleta.

Estas finalidades rigen las modalidades de la
preparación y del "trabajo deportivo" del atleta y a las
que tiene que supeditar su voluntad. Mientras dura el proceso de
entrenamiento, debe esforzar sus órganos físicos y
aportar su voluntad consciente del fin, su atención,
más reconcentrada en aquellos deportes que por su
carácter o por su ejecución demandan mayor
sacrificio y desgaste energético o que entrañan
riesgo en detrimento del disfrute que puede experimentarse ante
el libre juego de las fuerzas físico – naturales y
espirituales que se produce en otros.

Es en esta fase, oculta a la vista del gran
público, donde se desarrolla los procesos distintivos en
cuanto a la verdadera consideración mercantil esclavista
del atleta.

En países con escaso desarrollo
científico, la "producción" de las
características físicas adecuadas para poder
desempeñar un papel remunerador al inversionista en el
espectáculo deportivo – recreativo, se realiza
empíricamente, según la experiencia, la
disposición y la capacidad de soportar las "cargas de
entrenamiento" dispuestas por los preparadores y, a menudo,
incorporadas por el mismo atleta conducido por su afán de
alcanzar los resultados que le permitan disponer de la
remuneración pactada.

En este sentido, se tensan de forma absoluta las
posibilidades físicas humanas en jornadas agotadoras,
donde no existen limitaciones legales nacionales ni
internacionales, sólo dependen de las particulares
disposiciones del atleta y de su voluntad de alcanzar el fin
deseado.

Aquí se da la particularidad de que el atleta
comprado por el manager o preparador aporta un mayor grado de
"trabajo" físico, agrega más y más carga,
para lograr su objetivo supremo.

En este orden, como se sabe, pueden encontrarse
individuos con una voluntad férrea y tenaz capaces de
llegar agrados de rendimiento físico cercanos a lo
imposible en condiciones de penuria y miseria de equipamiento y
conocimientos científico – técnicos.

El capitalista, también tiende a la
búsqueda de ahorros en la preparación y por
diversas vías agota las energías físicas del
atleta para que alcance una forma deportiva óptima en el
momento de la competencia.

En estos casos, prácticamente con un
mínimo de valor desembolsado, se mantiene la capacidad
deportiva y se logra, ulteriormente, una plusvalía, un
excedente de valor muy elevado en virtud de la agregación
que realiza en este proceso en la corporeidad física y
mental del individuo – atleta.

La inversión produce mejores y pingues frutos,
tratándose de la preparación de niños,
adolescentes y mujeres.

También varía en atención al tipo
de deporte, en relación con el tipo de instrumental o de
aparataje necesario para poner a punto las fuerzas de trabajo
deportivas: si se emplean terrenos libres, calles, playas para la
carrera de fondo, el río, mar, etc. para la
natación… todo ello permite al capital dispensarse de
invertir y gastar y, por consiguiente, aumentar su futura
ganancia.

La voluntad favorable del propio individuo, la ausencia
de legislación regulando la "jornada de entrenamiento", la
dispersión de las fuerzas de individuos – atletas, todo
ello no es más que una garantía gratuita para el
capital de sus seguras utilidades.

La inclusión de la ciencia y la tecnología
en el proceso de entrenamiento, determina el logro de un
resultado mucho más eficaz: el individuo deportista se
convierte en un verdadero laboratorio humano: la
fisiología deportiva, la biomecánica, la
bioquímica, la informática, etc., suministran los
instrumentos idóneos para alcanzar un grado de
preparación óptimo, jamás igualado en la
historia deportiva mundial.

Las ciencias sociales, incorporan sus conquistas para la
preparación psicológica, el trabajo en grupos, la
cooperación, la respuesta anticipada, la formación
de rápidos, etc., incluso para la inducción de
valores positivos de la personalidad (valor, audacia, integridad,
etc.) y de ciudadanía (patriotismo, etc.).

Todo el arsenal de desarrollo de las ciencias naturales
biológicas y sociales, se ponen a disposición del
comprador para el "proceso de producción" del deportista –
ganador, garantía de un espectáculo creador de
altas ganancias.

Pudiera relacionarse este hecho, con lo que Marx
denomina PLUSVALIA RELATIVA, por ejemplo, el entrenamiento la
altura, condiciona el organismo para un bajo consumo de
oxígeno y ello provoca un rendimiento mayor en condiciones
normales. Es la "máquina" la que se adapta, sin gusto
alguno.

La investigación de las condiciones materiales,
físicas, psicológicas, biológicas, etc. del
proceso de preparación de los deportistas, sector casi
olvidado en los análisis del deporte asalariado, a favor
de la tragedia del espectáculo o de su magnificencia,
según los casos, constituyen un campo de importancia
capital para determinar la naturaleza social – económica
de la actividad deportiva recreativa ya determinada por el
afán de ganancia, ya por la expansión sana de las
potencialidades del cuerpo y la mente humana en el planeta. Ello,
puede determinar un límite importante entre el deporte –
mercancía y el deporte – recreativo.

En esta esfera, llamada por mí productiva y
simbolizada por… P… (Significante como proceso de
perfeccionamiento, formación, desarrollo, etc., del cuerpo
entrenado (producto)—es decisiva para contemplar y analizar
el actual proceso de globalización de las relaciones entre
el deporte y la sociedad.

En el plano de la economía política,
terreno que estamos situados, ella representa un vehículo
de explotación económica, fuente de ganancias my
reflejo de la expansión de los modelos de deporte
corporativo – profesional asalariado y una horma de imperialismo
cultural físico – recreativo.

El deporte se ha convertido en una INDUSTRIA donde el
concepto de valor educativo del deporte en la escuela, es cada
vez más sustituido por el sistema deportivo orientado al
rendimiento óptimo, eficaz, artístico
(performance), dirigido a la utilidad económica
(ganancias) o política (nacionalismo, capitalismo,
socialismo), Donald Macintosh y David Wilson (1990).

Este ángulo de visión, debe ser objeto de
estudio separado del enfoque teórico económico en
que estamos enroscados ahora.

El problema del género, del cuerpo en el deporte,
y del doping, caen todos bajo la consideración de las
relaciones entre el capital y el trabajo asalariado
(entrenamiento con fines mercantiles y de lucro).

Es aquí donde la comprensión
del científico debe penetrar con mayor profundidad y
agudeza para encontrar el secreto del espectáculo
deportivo – recreativo y las zarandajas de amistad, solidaridad y
unión, en que manto pretenden envolver a los magnates de
las corporaciones transnacionales privadas y del monopolio
COI.

El espectáculo
deportivo – recreativo: Realización del deportista
-mercancía y la obtención de ganancia del
empresario.

El espectáculo deportivo – recreativo (EDR) ha
devenido, en la realidad y para el pensamiento progresista –
crítico, un proceso aislado, cruel, despiadado, más
dominantemente individual y relativamente masivo en cuanto a los
espectadores y apostadores = compradores de la mercancía
exhibida en el EDR, en un momento multitudinario, fastuoso, y
disimuladamente cruel, sangriento, a veces.

José Martí, con su visión y
sensibilidad, supo captar de manera inigualable, las
peculiaridades del deportista asalariado o deportista
mercancía:

"Aquí los hombres se embisten como toros,
apuestan a la fuerza de su testuz, se muerden y se desgarran en
la pelea y, van cubiertos de sangre, despobladas las
encías, magulladas las frentes, descarnados los nudos de
las manos, bamboleándose y cayendo, a recibir entre la
turba que vocea y echa al aire los sombreros… el saco de
monedas que acaban de ganar en el combate"

Junto a la alienación del deportista –
mercancía y de sus managers o propietarios, encontramos la
alienación de diferentes tipos de espectadores.

Los apostadores que no escatiman dinero para enfrentar a
los hombres como en el Circo Romano; relata Martí "Pero un
chalán ha puesto en los brazos de uno, dos millares de
pesos; y una diarista ha puesto en los brazos de otro, dos
millares y ajustan la pelea, la sangrienta pelea, porque no viene
mal ganar, rompiendo huesos, sacudiendo en los cráneos los
cerebros".

La población hasta la más pobre, pone en
juego sus ahorros.

Los ricos que organizan las competencias.

La prensas se encarga de divulgar, con amplios
títulos llamativos, las brutalidades.

La población manipula, acude a disfrutar del
espectáculo.

Los competidores quedan con la salud quebrantada y la
vida acortada "… en un dedal de niña cabe la vida que
les resta en su miserable cuerpo".

"No esta porfía de los andadores como aquel
estadio griego, donde a ligero paso, y dando a alegres voces
justaban en las fiestas por ganar una rama de laurel los bellos
jóvenes de Delfos…sino, fatigosa contienda de
avarientos…que a manos llenas hacían las puertas del
circo los dineros de entrada que han de distribuirse
después las ganancias". 2/

Estos fenómenos propios del período del
capitalismo pre monopolista, hoy no se han superado más
que en apariencia.

La deshumanización continúa campeando por
su respeto entre las filas del deporte asalariado.

El boxeo profesional – quizás por el hecho de que
estamos frente a dos personas aparece siempre como el ejemplo de
la brutalidad y la alienación.

Los ejemplos actuales, más de 100 años
después de las dantescas descripciones martianas, nos
demuestran la esencia del proceso: el deporte es una
mercancía producida por el capital.

Del que más se ha hablado es de Cassius Clay,
Campeón Olímpico de Roma, 1960.

Con su llegada al cuadrilátero profesional
subieron rápidamente las ganancias de los pugilistas
profesionales y se aceleró la conversión del boxeo
estadunidense en un negocio teatralizado, en verdadero deudo del
dólar.

El encuentro Alí Versus Frazier (1971), se
trasmitió a los palacios de deporte, restaurantes, cines y
otros establecimientos que pagaron el programa en
directo.

Las entradas en estos lugares costaban 10 a 20 veces lo
que una entrada para una instalación normal. Los ingresos
fueron colosales: 20 millones de dólares.

Las ganancias de televisión no son la
única fuente de ingresos para los negociantes y
deportistas asalariados.

La mayoría de los combates decisivos se realizan
en Las Vegas, reino de los juegos de azar y de la mafia.
Allí las butacas cerca del ring, se venden a 1500
dólares.

El negocio de las apuestas alcanza niveles
inimaginables.

El boxeo profesional en Estados Unidos lo monopolizan
dos grupos de empresarios encabezados por Don Ding y Bob Arum. De
ellos depende el salario de los boxeadores.

En 1984, King intentó ocultar ganancias por 500
000 a la oficina de impuestos de New York.

El boxeo profesional es un negocio de más de 200
millones de dólares en Estados Unidos.

Son los profesionales que se llevan tajadas suculentas y
muchos terminan sus vidas – como decía Martí – en
la peor miseria.

Partes: 1, 2

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