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Desarrollo de medidas de Capital Intelectual



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Medidas de nivel organizacional o medidas
    globales
  3. La Q
    de Tobin
  4. Cálculo del Valor Intangible
    (VCI)
  5. Medidas de de nivel operacional o de componente
    por componente
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Resumen

El Capital Intelectual es un tema que cada vez interesa
y ocupa más a todo tipo de organizaciones. La
utilización de una medida o método para la
medición del Capital Intelectual se convierte en una
herramienta de gestión de mucho valor pues permite captar
aquellos elementos que están contribuyendo
significativamente a la creación de beneficios y en muchos
casos a la formación de ventajas competitivas.

Con este artículo se pretende mostrar una
recopilación de los principales esfuerzos realizados en la
búsqueda de métodos y herramientas que permitan
medir, reportar y administrar el Capital Intelectual, así
como algunos de sus beneficios y limitaciones; semejanzas y
diferencias. A pesar que cada método se desarrolla a
partir de una experiencia particular de determinada
organización se pueden agrupar en dos enfoques que
intentan dar solución al mismo problema: 1)
utilización de medidas de nivel organizacional o medidas
globales y 2) utilización de medidas de nivel operacional
o medidas de componente por componente. Medidas que en modo
alguno son excluyentes y que pueden constituir la guía
para que su organización implante la medición del
Capital Intelectual.

Palabras claves: medidas, modelos, Capital
Intelectual.

En la última década han emergido diversos
enfoques gerenciales con el propósito de ofrecer, a los
gestores de las organizaciones, herramientas de gestión
alternativas para enfrentar el dinámico e imprevisible
entorno en el que las empresas luchan por ocupar una
posición competitiva. Entre los de mayor desarrollo
podrían mencionarse el Benchmarking, el Cuadro de Mando
Integral, la Gestión del Conocimiento, el Capital
Intelectual, Aprendizaje Organizacional, Reingeniería,
JIT, Calidad Total, Kaizen, entre otras. Como plantea
Jofré (2000) "estos enfoques no salen de laboratorios,
sino de la práctica. Son las organizaciones de más
éxito en el mundo las que buscan, por medio de ellos,
innovar y lograr ventajas competitivas. Por eso los gerentes las
tratan de adoptar no porque sea un ejercicio académico",
al cuestionamiento si son modas, responde que sí y
sugiere: "los enfoques son una moda que usted debe analizar a
profundidad para saber si le conviene adoptarla o no y
cuándo" y a su vez se pregunta "¿acaso la
administración no ha sido durante todo este siglo una
sucesión de modas". Con el devenir de la Sociedad del
Conocimiento y el desarrollo acelerado y continuo de las
tecnologías y las comunicaciones, la medición del
Capital Intelectual[1]constituye uno de los
enfoques que ha despertado gran interés tanto en la
comunidad empresarial como en la académica y
científica.

Actualmente, parece aceptarse con carácter
general que, desde finales del siglo XX, la economía
presenta unas características que difieren
significativamente de la economía industrial.
Además se ha producido un consenso en considerar que la
característica más importante de está nueva
situación económica es el papel fundamental que
juegan los intangibles como fuente de creación de valor en
las empresas. Casos como el de Philip Morris[2]son
cada día más frecuentes, en 1988 adquirió a
Kraft en 12 900 millones de dólares, cuando los contables
terminaron de hacer sus balances, resultó que Philip
Morris había adquirido 1300 millones de dólares en
bienes de capital: fábricas, propiedades, existencias
(como las de queso Velveta), etc. El resto, los intangibles o
fondo de comercio como lo considerarían los profesionales,
alcanzaba los 11 600 millones de dólares.

La medición del Capital Intelectual surge como
respuesta al aumento de la percepción de que otros
factores diferentes a los que tradicionalmente se reflejaban en
los estados contables desempeñaban reales ventajas
competitivas para las organizaciones, muchos de estos
desconocidos factores se reconocen bajo el título de fondo
de comercio o plusvalía (goodwill) en la
contabilidad tradicional, salvando la diferencia entre valor
contable y valor de mercado. Con el correr del tiempo, esta
diferencia se hace cada vez mayor como consecuencia del
incremento del papel de los intangibles, por lo que echarlos en
un mismo "saco" bajo la denominación de fondo de comercio
es intentar evadir el evidente reto que se está imponiendo
a la ciencia contable, por ello el objetivo de la medición
del Capital Intelectual se dirige a detectar y gestionar los
valores ocultos en dicha diferencia.

A pesar de la creciente importancia de los intangibles
como fuente de ventajas competitivas, la información que
sobre ellos se tiene en el seno de la empresa o se difunde al
exterior es escasa. Esto se debe, en gran medida, a los
restrictivos requisitos establecidos por las normas de
contabilidad, vigente en la mayor parte de los países del
mundo. Como consecuencia los estados financieros tienen cada vez
menos capacidad para reflejar adecuadamente la situación
financiera de las empresas, ya que la información
elaborada y suministrada por las organizaciones, está
basada, en las tradicionales inversiones tangibles en activos
fijos cuando, cada vez más, la creación de valor se
apoya en las inversiones en intangibles.

Ante tal situación surge la problemática
de la medición, cuestión de gran complejidad dada
la propia naturaleza intangible de los elementos que componen el
Capital Intelectual. En la búsqueda de una solución
los investigadores han desarrollado diversos métodos, el
propósito de este trabajo es presentar una
recopilación de los más difundidos en la literatura
sobre el tema destacando algunas de sus ventajas y limitaciones,
para ello se agruparán en las categorías propuestas
por Luthy[3]

  • Medidas de nivel
    organizacional
    [4]este tipo de medidas
    persigue encontrar un valor único, global y en
    términos financieros, del Capital Intelectual, el cual
    debe captar el efecto sinérgico de los elementos del
    Capital Intelectual a nivel organizacional, proporcionando
    una medida rápida y global de progreso y
    valor.

  • Medidas de de nivel operacional o de componente
    por componente:
    dentro de este grupo se incluyen
    aquellas propuestas que se basan en la identificación
    de elementos o componentes de Capital Intelectual y de
    indicadores específicos para cada uno, lo que permite
    ubicar cada medida en los diferentes niveles operacionales
    teniendo en cuenta que cada uno tiene diferente relevancia y
    utilidad en los diferentes niveles de al organización,
    así como en el proceso de toma de
    decisiones.

Medidas de nivel
organizacional o medidas globales

Razón entre el valor de mercado y el
valor contable

Según Stewart, 1997, la medida más
sencilla, y en modo alguno la peor del Capital Intelectual, es
la diferencia entre el valor de mercado y el valor en libros de
la empresa.
Es un método veloz, sencillo y
razonable.

Limitaciones de la razón valor de
mercado/valor contable

Sin embargo (Mantilla, 2000) la simple
sustracción del valor en libros al valor de mercado tiende
a ignorar los factores exógenos que pueden influenciar el
valor de mercado tal como la desregularización,
condiciones de suministro, nerviosismo general del mercado,
así como otros tipos de información que determinan
las percepciones de los inversionistas sobre el potencial de
generación de ingresos de la empresa, tal como son las
políticas industriales en mercados extranjeros, las
influencias de los medios de comunicación y
políticas, los rumores, etc.

Por su parte (Vázquez y Bongianino), 1999
coincide en que esta razón tiene tres problemas: Primero,
el mercado de valores es volátil y se ve afectado, a veces
con mucha fuerza por factores que la empresa no controla. Por
ejemplo, si la Reserva Federal norteamericana eleva las tasas de
interés y la cotización de las acciones de
Microsoft cae un 5% ¿significa que el Capital Intelectual
de la empresa a perdido valor? ¿ o significa esto que toda
la diferencia era Capital Intelectual?.

Segundo, existen indicios de que en general se
minimiza deliberadamente el valor contable y de mercado de las
empresas. Para alentar la inversión en equipos nuevos, la
agencia recaudadora de impuestos norteamericana permite a las
empresas que deprecien sus bienes más allá de su
verdadera velocidad de desgaste; las firmas pueden, dentro de
ciertos límites, jugar con los métodos de
depreciación para mostrar ganancias superiores o
inferiores a las reales.

Tercero, si bien suena decir que tal o
más cual empresa tienen un X millones en bienes
intangibles, ¿qué puede hacer el directivo o el
inversor para aprovechar esa información?. Este dato no
informa en que elementos está distribuido ese valor y por
tanto, no nos ofrece la información que permita su
gestión.

Beneficios de la razón valor de mercado/valor
contable

Según (Mantilla, 2000), no es inútil del
todo esta razón, pues unido a otras herramientas este
resultado se puede utilizar para compararse con sus competidores
y seguir su evolución, si se supone que los factores
exógenos antes mencionados, como las tasas de
interés y las alzas y las bajas de los índices
bursátiles afectan a todas las empresas de una misma rama
de actividad de manera que la caída de la razón
entre el valor de mercado y el valor contable, en el tiempo y
comparada con la competencia, puede proporcionar una señal
de alerta para directivos e inversores.

La Q de
Tobin

La Q de Tobin es una relación elaborada
por James Tobin, ganador del Premio Nobel de Economía.
Tobin la creó como medio para predecir las decisiones de
inversión de las empresas independientemente de factores
macroeconómicos tales como las tasas de interés.
Este método compara el valor de mercado de un bien con
su valor de reposición.
Si el valor es menor que el de
mercado, entonces tiene un retorno sobre la inversión
superior al normal.

Si q es menor que 1, es decir si un bien vale
menos que su costo de reposición, es improbable que la
empresa compre más bienes de ese tipo; en cambio, es mayor
la probabilidad de que la empresa invierta si los bienes
similares valen más que su costo de
reposición.

Aunque la Q Tobin, originalmente no se
refería al Capital Intelectual, constituye una buena
medida de este. Cuando q es muy alta (por ejemplo, 2; un
bien vale el doble de su costo de reposición) la empresa
obtiene beneficios sumamente altos sobre esa clase de bienes. En
este sentido, dice Tobin, q es una medida de aquello que
los economistas llaman "renta monopólica", es decir, la
capacidad de una empresa para obtener ganancias por encima de lo
esperado porque tiene algo que no posee nadie más. No es
una mala definición del poder manifiesto del Capital
Intelectual: una empresa y sus competidores tienen un capital
fijo similar, pero una de ellas posee algo singular y propio
(sistemas, empleados, clientes) que le permite obtener mejores
resultados que las demás.

Se puede calcular la q de Tobin de un bien
particular, un camión, un inmueble, o de toda una empresa:
el valor de mercado dividido por el coste de
reposición del capital fijo.

Limitaciones de la "Q" de Tobin.

Sin embargo (Mantilla, 2000), la q de Tobin
está sujeta a las mismas variables exógenas que
influyen en el precio de mercado tal y como sucede con el
método mercado/libros.

Beneficios de la "Q" de Tobin.

Al emplear la q de Tobin en lugar de la
razón entre los valores de mercado y contable se
neutraliza el efecto de las distintas políticas de
depreciación. Como sucede con la razón entre
valores, la q de Tobin es más efectiva cuando se
utiliza para comparar empresas similares en un período de
tiempo según plantea Stewart.

Estos dos métodos son más factibles para
hacer comparaciones dentro de la misma industria, sirviendo los
mismos mercados y teniendo tipos similares de activos tangibles.
Además son útiles para seguir su evolución a
través de los años.

Cálculo del
Valor Intangible (VCI)

Un estudio de Evanston Business Investement Corp.,
Illinois, llamado NCI Research, afiliado al Kellog School of
Business de la Universidad de Northwestern, con un proyecto
liderado por su directivo, Thomas Parkinson ha encontrado una
manera elegante de asignar un valor monetario a los
intangibles.

El grupo Parkinson postuló que "el valor de
mercado de una empresa refleja no sólo sus bienes
físicos tangibles sino también un componente que se
puede atribuir a los bienes intangibles". Para hallar los bienes
que crean ese valor adicional, el grupo adaptó el
método que se emplea para medir el valor de la marca: las
marcas confieren beneficios económicos que otorgan a sus
propietarios una mayor rentabilidad de capital que los
competidores que no poseen la marca. El cálculo de esa
diferencia permite deducir el valor de la marca. Aplicando este
criterio a la empresa: el valor de los bienes intangibles es
igual a la capacidad de una empresa de superar al competidor
medio que posee bienes tangibles similares. El procedimiento es
el siguiente, utilizando como ejemplo a Merck &
Co.

1. Calcular el promedio de ganancias antes del pago de
impuestos durante tres años. Para Merck: 3. 694 millones
de dólares.

2. Buscar en el balance el valor de los bienes tangibles
promedio a fin de año durante tres años: 12. 953
millones.

3. Dividir las ganancias (1) entre los bienes (2) para
obtener la rentabilidad sobre activos: 29%.

4. Averiguar el ROA promedio del sector en los mismos
tres años. ( Si el ROA de una empresa es inferior al
promedio del sector, el método es inaplicable).

5. Calcular la "rentabilidad excedente". Multiplicar el
ROA promedio del sector (10 %) por los bienes tangibles de la
empresa (12.953 millones). Así se obtiene cuanto gana la
empresa promedio sobre esa cantidad de activos tangibles. Restar
la cifra de las ganancias de la empresa antes del pago de
impuestos (1). El excedente de la empresa, (en este caso de Merck
es 2.390 millones), y es la diferencia entre lo que gana la
empresa sobre sus activos y lo que gana la empresa promedio del
sector.

6. Pagar los impuestos. Calcular la tasa de impuestos a
las ganancias promedio de tres años, y multiplicar por la
rentabilidad excedente. Restar este resultado a al rentabilidad
excedente para obtener la cifra después del pago de los
impuestos. Y este resultado es la prima que se puede atribuir a
los intangibles. (Para Merck, con una tasa impositiva promedio
del 31%, es 1. 650 millones)

7. Calcular el valor neto actual de la prima. Para ello
dividir la prima por un porcentaje apropiado, por ejemplo e coste
de capital de la empresa. (En el caso de Merck, si se usara el
15%, sería 11. 000 millones). Y este sería el
(VCI), el Valor Calculado Intangible.

Este valor no es el valor de mercado. Generalmente el
valor de mercado es más alto, en parte porque refleja lo
que le costaría a un comprador crear esos bienes desde
cero.

El VCI es una medida, dice NCI, de la "capacidad de una
empresa para usar sus activos intangibles para superar a sus
competidores del ramo"

Beneficios del Cálculo del Valor Intangible
(VCI)

El VCI le servirá al manager, por ejemplo, como
herramienta para realizar comparaciones; uno de los aspectos
más útiles del VCI es que permite comparar empresas
que utilizan datos financieros verificados También permite
comparar divisiones o subsidiarias de una misma empresa, siempre
que se dediquen a la mima rama de actividad.

Un VCI débil o descendente puede ser un aviso
para la empresa para que potencie el valor de sus
intangibles.

Un VCI en ascenso puede ayudar a detectar que una
empresa o división genera al capacidad para crear
movimientos de flujos futuros de efectivos, acaso antes que lo
advierta el mercado o el comité de presupuesto.

Limitaciones del Cálculo del Valor Intangible
(VCI)

Si bien (Mantilla, 2000), el VCI, ofrece el potencial de
hacer comparaciones inter-intra industriales sobre la base de
resultados financieros auditados, permanecen diversos problemas.
Primero, el uso del ROA promedio de la industria como base para
determinar el exceso de retornos. Por naturaleza, los valores
promedios experimentan problemas externos y podrían
derivar en ROA excesivamente alto o bajo. Segundo, el costo de
capital de la compañía dictaminará el valor
presente neto de los activos intangibles. Sin embargo, en orden a
que el VCI sea comparable con y dentro de la industria, se debe
usar promedio industrial del costo de capital como carta de poder
para la tasa de descuento en el cálculo de valor presente
neto. Y una vez más surge aquí el problema de los
promedios.

Por otra parte, su efectividad solo resultaría
entre empresas de igual sector, tamaño, y bienes tangibles
similares.

  • Valor Económico Agregado (EVA)
    (Stewart,1997; Mantilla, 2000)

EVA (Economic Valued Added) , Valor Económico
Agregado, fue desarrollado por Stern Stewart. Es una medida de
desempeño financiero que combina el concepto familiar de
ingreso residual con los principios de las finanzas corporativas
modernas, específicamente que todo capital tiene un costo
y que las ganancias más que el costo de capital, crean
valor para los accionistas.

EVA es la utilidad operacional neta después de
impuestos – NOPAT- menos un gasto de capital. Si la
rentabilidad/retorno sobre el capital de una
compañía excede sus costos de capital, está
creando verdadero valor para el accionista. Las
compañías que de manera consistente generan altos
EVAs son las que se desempeñan mejor y son valoradas
altamente por los accionistas.

Limitaciones de EVA

No es exactamente una medida de Capital Intelectual,
está es una medida utilizada externamente para clasificar
las compañías, aunque se pueden usar para
administrar mejor pero su efectividad es sólo para los
fines para los que fue diseñada.

Medidas de de nivel
operacional o de componente por componente

En la búsqueda métodos que contribuyan a
realizar con éxito la medición de gestión
del Capital Intelectual se han realizado en los últimos
años numerosos esfuerzos, aunque con éxito
relativo, emergiendo diferentes modelos que intentan reflejar las
dimensiones y componentes a partir de las cuales se podría
medir, administrar y reportar el Capital Intelectual de la
empresa, a continuación se muestra una cronología
de los más representativos, así como una breve
descripción de los mismos.

Tabla # 1: Cronología de los
principales modelos de Capital
Intelectual[5]

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Fuente: Elaboración
propia

  • Balanced Business Scorecard (Kaplan y Norton,
    1990-1996):

El modelo consiste en un sistema de indicadores
financieros y no financieros que tienen como objetivo medir los
resultados de la organización integrándolos en un
esquema que permite analizar la interdependencia entre sus
elementos, así como la coherencia con la estrategia y
visión de la organización.

Mantiene un mayor énfasis en los indicadores
financieros.

  • Navegador de Skandia (Edvisson y Malone,
    1992-1996):

El Navegador muestra la relación entre los
activos ocultos de la organización y las variables
financieras, considerando las dimensiones pasado, presente y
futuro. Brinda una información que contribuye al
complemento de los estados contables tradicionales a
través de una serie de indicadores cualitativos y
cuantitativos. Describe la creación de valor y el
desarrollo estratégico del a organización y supone
un beneficio para la explicación de la gestión
tanto interna como externamente. Estos autores proponen la
siguiente ecuación[6]para el cálculo
del Capital Intelectual en términos monetarios: Capital
Intelectual = C * i

La ecuación se basa en el supuesto de que la
inversión para el futuro es la clave del éxito
empresarial a largo plazo, es decir, la determinación de
las inversiones efectuadas con capacidad para obtener beneficios
(C) constituye el primer elemento y en segundo lugar una cifra
que ponga de manifiesto la eficiencia actual en el uso de dichas
inversiones (i) en la creación de riqueza, incremento de
la productividad y valoración de los clientes.

C (variable absoluta): representa las
inversiones realizadas para mejorar la competitividad de la
empresa y su capacidad para obtener beneficios futuros, por
ejemplo: inversión en tecnología de la
información, inversión en formación de los
empleados, inversión en comunicación con clientes,
etc.

i (variable eficiencia): es el
auténtico detector de la ecuación Ci.
Así como la variable absoluta subraya el compromiso de la
empresa con el futuro, la variable de eficiencia (i)
relaciona dichas inversiones con su comportamiento actual. Para
el cálculo de i se opera con la media de
los porcentajes de índices de eficiencia, por ejemplo:
cuota de mercado; índice de satisfacción de
clientes, índice de motivación de empleados;
índice de horas de formación, etc. Para la
determinación del coeficiente de eficiencia Edvinsson y
Malone se basan en el promedio de los mencionados
índices:

i= n/x

n: suma de los valores decimales de los
índices de eficiencia

x: número de
índices

  • Technology Broker (Annie Brooking,
    1996):

Parte del mismo concepto que el modelo de Skandia: el
valor de mercado de las empresas es la suma de los activos
tangibles y el Capital Intelectual. El modelo no llega a la
definición de indicadores cuantitativos, sino que se basa
en la revisión de un listado de cuestiones cualitativas.
Brooking aborda la necesidad del desarrollo de una
metodología para auditar la información relacionada
con el Capital Intelectual.

  • Canadian Imperial Bank (Hubert Saint-Onge,
    1996):

Este modelo ha sido aplicado en el Canadian Imperial
Bank. Su modelo se basa fundamentalmente en la idea de que,
comprendiendo el conocimiento tácito, la empresa puede
encontrar formas de forjar una cohesión interna
dinámica. Evidencia la relación entre la
generación del Capital Conocimiento, su medición y
el aprendizaje organizacional. No propone indicadores.

  • Universidad de West Notario (Nick Bontis,
    1996):

Trata la relación causa-efecto del Capital
Intelectual y los resultados empresariales. Considera el bloque
de Capital Humano como el factor explicativo. No propone
indicadores, enfocándose al análisis de las
relaciones.

  • Intellectual Assets Monitor (Sveiby,
    1997):

Surge a partir del Reporte Konrad, 1986 del propio
Sveiby, el cual buscaba informar sobre el valor de los recursos
humanos, integrándole posteriormente las competencias de
las personas, la estructura interna y externa, como bloques que
incrementan el valor organizacional e identificando indicadores
financieros y no financieros a partir de estos. Realiza una
propuesta de presentación del Capital Intelectual como
complemento a los estados financieros mediante el Balance de
Activos Intangibles o Balance Invisible.

  • Intelec (Euroforum Escorial; Bueno et
    al,1998):

El modelo responde a un proceso de
identificación, selección, estructuración y
medición de activos hasta ahora no evaluados estableciendo
bloques, elementos e indicadores de carácter no
financieros. Pretende acercarse a determinar el valor real de una
organización, así como informar sobre la capacidad
de la organización de generar resultados sostenibles,
mejoras constantes y crecimiento a largo plazo. Ha realizado
aplicaciones pilotos en empresas como Finanzia del grupo BBV, en
TSAI del grupo Telefónica, entre otras.

  • Modelo de Dirección Estratégica por
    Competencias (Bueno, 1998):

Evidencia la relación del Capital Intelectual y
la Dirección Estratégica por Competencias
explicando cada uno de sus componentes como el conjunto de
competencias básicas distintivas de origen
tecnológico, organizativo y de carácter personal.
Define bloques pero no propone indicadores. Plantea la
ecuación:

CI = CH + CO + CT + CR

  • Drogonetti y Roos, 1998:

Estudian la aplicación del concepto de Capital
Intelectual a un programa intergubernamental, el Business Network
Programme, implementado en Australia por AusIndustry. El modelo
propone indicadores financieros y no financieros, añade la
información sobre el flujo de Capital Intelectual a la de
stock, lo cual no es un juego de suma cero.
Añadiéndole la complejidad para medir los flujos.
Destaca la relevancia del Capital Intelectual cuando plantea: "Un
sistema de Capital Intelectual, crea Capital
Intelectual".

  • Dow Chemical, 1998:

Preocupados por la necesidad de gestión de sus
activos intangibles (más que por la información a
terceros sobre su valor) esta empresa desarrolla una
metodología para la clasificación,
valoración y gestión de la cartera de patentes de
la empresa. Este es el primer paso, que Dow va extendiendo a la
medición y gestión de otros activos intangibles de
la empresa (de alto impacto en los resultados financieros).
Constituye una aplicación parcial de la medición
del Capital Intelectual enfocándolo inicialmente hacia el
fortalecimiento de su fuente principal de beneficios: la
gestión de patentes.

  • Modelo GCI (Patrik H. Sullivan,
    1998)

El modelo GCI se sustenta en los conceptos de Capital
Humano, Capital Estructural y Activos Intelectuales, a los que
hacen referencia otros modelos e incorpora los Activos
Empresariales Complementarios contemplando dentro de ellos los
aspectos de la organización que se utilizan para crear
valor en el proceso de comercialización
(fabricación, distribución y ventas). Tal
inclusión se debe al estudio realizado por Sullivan con
David Teece, que permitió una mejor comprensión de
los vínculos entre la innovación, los mercados, el
valor y los beneficios. El modelo hace énfasis en las
relaciones sistémicas dentro de la empresa y aborda el
capital Intelectual desde la perspectiva de la extracción
de valor.

  • NOVA (Club de Gestión del Conocimiento y
    la Innovación de la Comunidad Valenciana,
    1999):

Es un modelo de carácter dinámico, que
realiza una consideración conjunta de los stocks y flujos
de Capital Intelectual en diferentes períodos y muestra
gráficamente como se observará el efecto que tiene
cada bloque o componente del Capital Intelectual en los
restantes.

  • The Value Explorer (Andriessen y Tiessen,
    2000)[7]

Este modelo forma parte de una metodología que
tiene por finalidad generar información para el proceso de
toma de decisiones estratégicas sobre aquellas
combinaciones de intangibles que generan valor a largo plazo para
las empresas o como se le podría denominar ventajas
competitivas sostenibles. Plantea como una prioridad para el
éxito la conexión entre las competencias esenciales
y la estrategia de la organización.

Considera cinco grupos de competencias
esenciales:

  • Activos y dotaciones

  • Habilidades y conocimiento tácito

  • Normas y valores colectivos

  • Tecnología y conocimiento
    explícito

  • Procesos.

  • ICBS, Intellectual Capital Benchmarking System
    (Viedma, 2001)[8]

Este modelo o Sistema de Benchmarking del Capital
Intelectual contempla también una visión
estratégica y se basa en el enfoque de Recursos y
Capacidades. Tiene en cuenta dos perspectivas básicas:
operaciones e innovación; descomponiendo para ello el
modelo en dos: el OICBS (Operations Intellectual Capital
Benchmarking System), Sistema de Benchmarking del Capital
Intelectual de Operaciones y el IICBS (Innovation Intellectual
Capital Benchmarking System), Sistema de Benchmarking del Capital
Intelectual de Innovación.

Ambos modelos poseen una estructura y funcionamiento
similar partiendo de la cadena de valor del negocio de
operaciones y la cadena de valor de innovación; y se
diferencian en que el modelo de operaciones gestiona el Capital
Intelectual de cada una de las unidades de negocio lo que permite
la realización del benchmarking entre ellas y sus
homólogas, de igual forma funciona entre los proyectos
innovadores.

El OICBS y el IICBS tienen en cuenta los mismos factores
de competitividad:

  • Productos y servicios

  • Procesos

  • Competencias esenciales de la empresa

  • Competencias esenciales de los
    profesionales

  • Infraestructura

  • Alianzas

  • Innovación

  • Liderazgo

Cada modelo mediante su estructura flexible y adaptable
de los ocho factores de competitividad identifica y evalúa
las competencias esenciales y conocimientos en cada
uno.

Este estudio llega a la realización de balances
de Capital Intelectual.

  • Proyecto Meritum (1998-2002):

El Proyecto Meritum estudió la naturaleza de los
Intangibles o Capital Intelectual dando como resultado la
elaboración de "Las Directrices para la Gestión y
Difusión de información sobre Intangibles"
proponiendo fases de implantación, elementos, indicadores,
estructura del Informe de Capital Intelectual y como realizar su
seguimiento.

  • Nevado – López (Univ. Castilla La Mancha,
    2003):

Proponen un modelo formado por todos aquellos elementos
relacionados con el capital humano y estructural incorporando una
nueva dimensión: el Capital No Explicitado, que recoge
aquellos elementos que no se pueden explicitar, por la dificultad
de captar las sinergias entre bloques y elementos. Proponen una
ecuación partiendo de la propuesta por Edvisson y Malone
apoyándose en conceptos y técnicas
estadísticas.

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Desarrollan su concepción del problema a
través de un ejemplo hipotético.

  • Modelo Intellectus (Bueno et al, 2002-
    2003):

Los antecedentes de este modelo parten de la
filosofía y estructura del Modelo Intelect y de los
trabajos de Bueno que pretende avanzar en el desarrollo de un
modelo holístico de medición y gestión del
Capital Intelectual. El modelo propone, en principio, tres
componentes básicos del Capital Intelectual, a saber,
Capital Humano, Estructural y Relacional; criterios generalmente
aceptados por las diferentes iniciativas contrastadas
internacionalmente.

El modelo se presenta bajo tres dimensiones
conceptuales:

  • La primera se centra en la estructura de sus
    componentes.

  • La segunda aporta la consideración de las
    perspectivas endógena y exógena.

  • La tercera desarrolla el factor temporal y su
    dinamización a través del concepto de
    multiplicador o expresión de la existencia de
    componentes dinamizadores.

Presentada esta cronología de modelos de
medición y gestión del Capital Intelectual, es
conveniente considerar las posibles semejanzas y diferencias
entre estos modelos como muestra la Tabla # 2. Sin duda, esta
comparación facilita la identificación de las
tendencias básicas seguidas en la formulación de
los modelos de medición y gestión del Capital
Intelectual y, por tanto, permite el desarrollo de planteamientos
que proporcionan una visión integradora de los elementos
esenciales de un modelo de Capital Intelectual. En líneas
generales, todos estos esfuerzos de modelización han
incluido, cada uno desde su propia perspectiva, aquellos
componentes e indicadores más significativos que tienen
una clara incidencia positiva en el proceso de toma de decisiones
estratégicas de la empresa.

Tabla # 2: Comparación de los
principales modelos de Capital
Intelectual[9]

SEMEJANZAS

DIFERENCIAS

  • Emergencia y desarrollo a mediados y
    finales de la década de los noventa.

  • Interés en los activos organizativos
    intangibles
    basados en conocimiento.

  • Reconocimiento de tres componentes
    esenciales en el C.I:
    componente humano,
    infraestrutura organizativa y relaciones.

  • Énfasis en la estrecha
    relación
    entre los indicadores y la
    estrategia de la organización.

  • Los indicadores serán
    específicos
    para cada organización
    objeto de estudio

  • Finalidad doble: Interna o de
    gestión; y externa o de información a
    terceros.

  • Utilización de indicadores como
    criterio de medición y gestión de los
    activos organizativos intangibles.

  • Ausencia de auditorías y de
    indicadores estándares.

  • Heterogeneidad en las unidades de
    medida
    de los indicadores y falta de
    asignación de valor financiero al Capital
    Intelectual.

  • En su mayoría los modelos han tenido
    una aplicación práctica como
    fuente de retroalimentación para el
    perfeccionamiento y la validación.

Nomenclatura: Ausencia de un lenguaje
común

Perspectiva financiera. El Cuadro de Mando
Integral de Kaplan y Norton, Skandia incluyen dicha
perspectiva; mientras que otros modelos no la incluyen,
como por ejemplo, el modelo Intelect, el de A. Brooking o
el de Sveiby, entre otros.

Enfoque estático /dinámico.
Algunos modelos (Modelo de Bontis; Modelo Intelect; Roos,
Roos, Edvinsson y Dragonetti) hacen referencia a las
interrelaciones que existen entre los componentes del
Capital Intelectual.

Enfoque presente/futuro. Existen propuestas
que reconocen explícitamente la perspectiva de
presente y la de futuro, caso del modelo de Skandia y de
Intelect.

Propuesta de agrupación de los
indicadores por niveles.
En concreto, el
Intellectual Asset Monitor (Sveiby, 1997) propone
tres tipos de indicadores para cada uno de los componentes
de CI que analiza: indicadores de crecimiento y
renovación, indicadores de eficiencia e indicadores
de estabilidad.

Propuesta de fórmulas para el
cálculo del C.I.
En estos casos Eddvisson y
Malone; Eduardo Bueno; Nevado y López.

Propuesta de Balances de CI. En estos casos
Eddvisson y Malone; Sveiby; Intelect, Viedma, Meritum,
Nevado y López.

Adaptada de Fuente: CIC
(2002).

Conclusiones

A partir del estudio y las consultas realizadas para
abordar el tema sobre el desarrollo de medidas de Capital
Intelectual se puede concluir que:

  • 1. El surgimiento y la diversidad de
    iniciativas para medir el Capital Intelectual evidencia la
    necesidad de su medición.

  • 2. Los dos tipos de medidas presentadas pueden
    ser implementadas al unísono en una
    organización, pues no son excluyentes por el contrario
    una contrarresta algunas de las limitaciones de la
    otra.

  • 3. Las medidas de tipo absolutas facilitan la
    comparación a nivel de organizaciones, así como
    seguir su evolución aunque no muestra en que elementos
    reside el valor.

  • 4. Las medidas de componente por componente
    ponen de manifiesto aquellos elementos que contribuyen a la
    creación de valor facilitando la gestión a
    nivel operacional.

  • 5. La heterogeneidad en la terminología
    de los elementos que forman el Capital Intelectual dificulta
    el desarrollo hacia una medida universal.

  • 6. Las aplicaciones prácticas de los
    diferentes modelos de medición del Capital Intelectual
    manifiestan que, aunque parten de la misma base conceptual,
    al llevarlo a la práctica empresarial se centran en
    aspectos muy específicos de la organización que
    consideran claves y no tienen en cuenta toda la amplitud que
    el concepto de Capital Intelectual encierra.

  • 7. Se hace necesario continuar investigando
    sobre el tema en función de homogeneizar la
    terminología, los conceptos y medidas con la finalidad
    de que sean válidas para cualquier organización
    y puedan ser objetos de comparaciones efectivas.

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    de las organizaciones: el capital intelectual. Buenos Aires.
    Editorial Granica.

  • Partes: 1, 2

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