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Héctor Quintero: su influencia para el desarrollo del teatro cubano




Enviado por ernesto



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Análisis de la época
    histórica 1942-1958
  4. Héctor Quintero: El Premio
    Gordo
  5. "Contigo pan y cebolla"
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Referencias
    bibliográficas
  9. Anexos

Resumen

La presente investigación se realizó sobre
la obra dramática de una de las figuras
emblemáticas del teatro cubano. Para ello se plantea el
siguiente problema: ¿Cómo influyó la obra
teatral de Héctor Quintero en el desarrollo del teatro
cubano a través de su obra Contigo pan y
cebolla?

Los años 60 fueron de gran importancia para el
desarrollo del teatro cubano, pues los escritores de este tiempo
supieron representar en sus obras la realidad de los cubanos sin
tergiversarla, con un lenguaje claro y muy nacional. Precisamente
Héctor Quintero fue uno de los escritores que supo poner
bien en alto la dramaturgia cubana, por ello la presente
investigación persigue como objetivo: Determinar
cómo influyó la obra teatral de Héctor
Quintero en el desarrollo del teatro cubano a través de la
obra: Contigo pan y cebolla.

Esta investigación tiene gran relevancia social,
pues su aporte radica precisamente en dar a conocer a los
seguidores del teatro la influencia que tuvo la obra de uno de
sus más genuinos representantes en el desarrollo del
mismo.

Introducción

La formación del teatro cubano devino de un largo
proceso. Las primeras manifestaciones teatrales en cuba fueron
los areitos – mezcla de poesía, música y
danza con magia y religión – practicada por los
aborígenes, desaparecidos a raíz de la
colonización. En la etapa colonial también
existieron manifestaciones teatrales, relacionadas con las
fiestas del Corpus Cristi y rituales de los esclavos
traídos de África.

Se reconoce al habanero Santiago Pita como el primer
dramaturgo y su obra "El príncipe jardinero y fingido
Cloridano" como la primera obra teatral cubana. Sin embargo no es
hasta Francisco Covarrubias que se puede hablar de teatro cubano.
Antes de él, aunque fueron muchas las manifestaciones y
existió una obra escrita por un cubano, no se encuentran
en ello elementos identitarios del cubano, rasgos que demuestren
las características nacionales.

Francisco Covarrubias es considerado el padre del teatro
nacional, pues gracias a él comenzó a hablarse "en
cubano" en los escenarios de la Isla; fue él quien dio
vida al simpático "negrito", el mejor caricato de su
época, su popularidad creció porque solía
intercalar canciones en sus obras, generalmente décimas.
Es sin dudas, el fundador del género vernáculo
cubano.

Grades exponentes de la dramaturgia cubana fueron:
José Jacinto Milanés reconocido como uno de los
primeros cultivadores del drama romántico; Gertrudis
Gómez de Avellaneda autora de una veintena de piezas para
la escena, se afirma que nadie tuvo un talento dramático
más alto; y Joaquín Lorenzo Luaces considerado el
mejor comediógrafo.

Cuando se habla de Teatro Cubano no se dejar de
mencionar el teatro bufo, género criollo por excelencia,
resaltando el teatro mambí desarrollado en la manigua y en
el exilio, cuyo principal exponente es José Martí
con su obra "Abdala".

Gran importancia tuvo en el teatro cubano el nacimiento
del Teatro Alhambra, solo para hombres, sede de subidos y
eróticos bufos y sainetes. Con su imagen plantista de la
sociedad, subsiste largos años como la única
muestra de un teatro "popular"; pues con la nueva
república se hace perenne la crisis teatral, termina por
eliminar la expresión dramática. Solo un autor,
José Antonio Ramos, escapa a esta triste situación.
Los cincuenta y cuatro años de república
mediatizada, representan una regresión en la actividad
escénica, una disminución de locales e
intérpretes. Las figuras más representativas
desaparecieron y no dejaron una línea continua de
sucesores, el teatro dramático se apaga casi por completo.
En 1958 el teatro cubano está en un callejón sin
salida.

Sin embargo los años sesenta constituyeron la
década de mayor esplendor en la dramaturgia nacional,
cuando surgieron algunos de los títulos imprescindibles en
la historia del teatro cubano; entre los que se encuentran
"Contigo pan y cebolla"(1962) y "El premio flaco"(1964), de
Héctor Quintero; "Santa Camila de la Habana Vieja"(1962),
de José R. Brene; "Aire frío"(1962) y "Dos viejos
pánicos"(1968), de Virgilio Piñera; "La casa
vieja"(1964), de Abelardo Estorino; "María Antonia"(1964),
de Eugenio Hernández Espinosa; "La noche de los
asesinos"(1965), de José Triana; "Réquiem por
Yarini"(1965), de Carlos Felipe;"Los siete contra Tebas"(1968),
de Antón Arrufat, todos surgidos tras el proyecto
vanguardista que nació al calor de las potencialidades
expresivas estimuladas por la política cultural que se
llevó a cabo desde los primeros años del triunfo de
la Revolución de 1959.

El presente trabajo pretende precisamente determinar la
influencia que tuvo la obra de uno de estos emblemáticos
autores, Héctor Quintero, para el desarrollo del teatro
cubano a través, fundamentalmente, de una de sus obras
"Contigo pan y cebolla", la primera que escribió y
quizás la más representativa de todas.

Esta investigación tiene gran relevancia social,
pues su aporte radica precisamente en dar a conocer a los
seguidores del teatro la influencia que tuvo la obra de uno de
sus más genuinos representantes para el desarrollo del
mismo.

Por la importancia que tuvo esta época para el
teatro cubano y por el significado del quehacer artístico
de Héctor Quintero -no solo en el teatro, sino en toda se
obra- se realiza este trabajo que persigue como problema:
¿Cómo influyó la obra teatral de
Héctor Quintero en el desarrollo del teatro cubano a
través de su obra "Contigo pan y cebolla"?

Después del triunfo revolucionario el teatro
cubano se volvió realmente nacional. Se crearon espacios
para fomentar la creación teatral. Comienza a
representarse la identidad del cubano, se muestra –sin ser
tergiversada- la realidad, esta vez con ánimos de
explicarla y transformarla. Bien lo dice Rine Leal: "Nunca antes
el teatro fue tan nacional, y al mismo tiempo tan solidario e
internacionalista. Nunca antes la escena fue tan popular, sin
necesidad de adulterar su propia imagen. Y nunca antes nuestro
teatro y nuestra escena se vincularon tan profundamente al
pueblo, para reflejar su realidad no solo con ánimo de
explicarla, sino también para ayudar a
transformarla."1

CAPÍTULO 1:

Análisis
de la época histórica 1942-1958

La segunda Guerra Mundial (1939-1945) trajo como
consecuencia el alza del precio del azúcar y una mayor
demanda en los poderosos mercados capitalistas, por lo que hizo
más profunda la dependencia del gran comp0ador
estadounidense y la política económica del
monocultivo, beneficiosa para los industriales cubanos del
azúcar, se fortaleció en detrimento de una
industrialización diversificada. Como consecuencia se
produjo un alza de los precios con la consiguiente
disminución de los niveles de vida de la población,
una crisis que no encontró alivio en los ingresos por
concepto de exportaciones. En tales circunstancias, la figura de
Grau, de incuestionable prestigio por su gestión de
gobierno junto a Guiteras después del derrocamiento de
Machado y por las propuestas que elaboró para el programa
del PRC-A (Partido Revolucionario Cubano – Auténtico),
tenía grandes posibilidades de ganar las elecciones
presidenciales, como en efecto ocurrió en 1944.

Grau encontró un país sujeto a las
fluctuaciones de la economía extranjera en su
condición dependiente y de subdesarrollo herencia de las
estructuras republicanas que desde 1902, al instaurarse el primer
gobierno cubano, fueron impuestas por el imperialismo.

La violencia de las pandillas, la corrupción
administrativa y la política de sometimiento a los
designios de Washington, la que tuvo en el anticomunismo una de
sus más acabadas expresiones, eran la tónica
general del mandato de Grau, fiel a las disposiciones trazadas
por Estados Unidos, que después de concluida la guerra en
1945 desató su política internacional de guerra
fría.

La toma del poder de manera violenta por Batista el 10
de marzo de 1952 vino a poner de manifiesto la existencia de una
profunda crisis ética que había generado la
política de dependencia económica en la
práctica de la democracia, lo que en realidad se
convirtió en ocasión propicia para el robo de los
fondos estatales, la constante violación de los derechos
civiles y la demostración de servilismo por parte de los
gobernantes. La nación se encontraba ante problemas que no
tenían más solución que la proveniente de un
proceso revolucionario radical, como se demostraría unos
años más tarde, después del triunfo de la
insurrección popular y guerrillera encabezada por Fidel
Castro.

Factores diversos determinaron que se iniciara el
proceso revolucionario encabezado por el asalto al Cuartel
Moncada. En primer lugar, se había ido haciendo cada vez
más profunda la división entre la oligarquía
del dinero y los integrantes de la pequeña
burguesía y el proletariado urbano y rural; importante fue
también la ausencia de un proceso de
industrialización no azucarera que permitiese una
progresiva independencia de las importaciones norteamericanas, y
fuese a la vez un modo de adquisición de riquezas y de
elevación de los niveles generales de vida de la
población; gran significado tuvieron asimismo la
caída de los precios del azúcar con la consiguiente
crisis en los sectores obreros y agrícolas de esa rama
industrial; el enorme volumen de las inversiones de capital
norteamericano en Cuba, que agudizaba las dificultades de la
precaria economía interna; el carácter neocolonial
de esas relaciones comerciales; la acumulación de
contradicciones fundamentales que a lo largo de los años,
desde los mismos inicios de la República, sustentaron la
vida política del país; la práctica
constante del latrocinio, la represión y el fraude por
parte de los gobiernos; el alto grado de conciencia alcanzado por
las masa y la experiencia en la organización y
ejecución de la lucha armada desde la década de
1920, elementos que influyeron decisivamente , no solo en el
surgimiento de la rebelión armada, sino además en
la estrategia seguida en la lucha hasta el triunfo del 1 de enero
de 1959.

Dentro de esta situación política y
económica-social nació y vivió durante su
niñez y los primeros años de su juventud
Héctor Quintero. Situación que influyó en la
obra del famoso dramaturgo; fundamentalmente en su primera obra
enmarcada entre los años de 1955 a 1958, que caracteriza y
refleja la vida sacrificada y humilde de la familia cubana de la
época. Gran influencia tuvo en él además, la
constancia y dedicación de su madre, a la que
dedicó la puesta y reflejó en uno de los personajes
centrales de la obra, Lala Fundora, enfrascada en "salir
adelante" y hacer de sus hijos "alguien en la vida" pendiente
siempre del "qué dirán".

CAPÍTULO 2:

Héctor
Quintero: El Premio Gordo

Héctor Quintero nació el 1 de octubre de
1942. Inició su extraordinaria carrera artística
precozmente, a los 10 años de edad, cuando se
presentó con sorprendente éxito en la Corte Suprema
del Arte Infantil en la emisora Radio Mambí. La obra
dramática de este actor, compositor, narrador, cantante,
ha tenido siempre que considerarse esencial e4n la historia del
teatro cubano de la segunda mitad del siglo XX y también
en lo que va de nuestro milenio.

Pocos como Quintero han logrado mantener llenos totales
con sus representaciones en diferentes salas de la Isla, con
públicos heterogéneos, que se han visto reflejados
a través de la risa, el pensamiento, el sufrimiento y la
esperanza, en muchos personajes creíbles y
estremecedoramente humanos de puestas en escena como "Contigo pan
y cebolla" y "El premio flaco", por solo mencionar algunos. Y es
que su dramaturgia ha sido extraída de nuestra más
auténtica idiosincrasia, de las raíces de la
cultura nacional.

"Se trata del más popular de los dramaturgos
cubanos", dijo Rine Leal, nuestro reconocido y prestigioso
crítico e investigador en su libro Breve historia del
Teatro Cubano.

Su obra se ha extendido fuera de nuestras fronteras al
punto de constituir uno de los autores cubanos
contemporáneos cuyas piezas se encuentran entre las
más traducidas y escenificadas en diferentes latitudes.
Junto a su dramaturgia Quintero ha asumido una prolífica
carrera como escritor de libretos de radio y televisión,
director artístico y general de teatro, poeta, declamador
y dirigente sindical de la Unión de escritores y Artistas
de Cuba, Presidente del Centro Cubano del Instituto Internacional
de Teatro, de la UNESCO, director artístico general del
Complejo Cultural "Dos Gardenias", fértil actividad
creadora de gran aceptación pues aborda temas y conflictos
actuales de la vida cotidiana con una óptica y
perspectivas trascendentes.

Quintero impregna en sus obras un sello muy singular,
nutrido de teatro social costumbrista al que le adjudica buen
nivel de comedia y melodrama. La misma vida de este noble creador
ha formado su pétrea carrera artística, durante la
cual le tocó "conocer y trabajar con decenas de creadores
muy valiosos".2 Su consolidación como figura cimera
de nuestra cultura, en el dramaturgo más "caracterizador"
del teatro cubano contemporáneo, dueño de una
capacidad extraordinaria parta recoger lenguaje popular, en lo
que indudablemente influyeron sus vivencias en la polémica
variopinta barriada del Cerro, donde ha transcurrido gran parte
de su existencia. Cursó estudios de Contaduría en
la Escuela de Comercio, aprendizaje que alternó con los
entrenamientos de actuación en la Escuela Municipal de
Artes Dramáticas, así como su Licenciatura en
Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La
Habana. Fue integrante de reconocidas compañías
teatrales como la Milanés, el Conjunto Dramático
Nacional, Teatro Estudio y el Teatro Musical de La Habana, para
el cual estrenó la comedia musical "Los siete pecados
capitales", puesta con la cual inició su carrera como
director artístico.

Según ha confesado el propio Quintero, su mayor
insatisfacción artística es "que no haya existido
una continuidad en el Teatro Musical de La Habana después
de que yo decidí abandonar la dirección general de
esa compañía"3

Aunque fue un tiempo sombrío en la
creación dramática de Quintero, su inteligente
conducción (artística y general) al frente de aquel
colectivo, logró una profusa producción de
espectáculos musicales (desde comedias hasta revistas)
entre las que se encuentran Los muñecotes (1971), Esto no
tiene nombre (1980) o Estoy aquí(1990). En My fair Lady
(1989) interpretó Henry Higgins, desempeño con el
que probó su histrionismo como comediante
musical.

En el Teatro Musical de La Habana, en medio de
dificultades, tanto materiales como subjetivas, Quintero
dirigió a grandes y noveles actores cuyas entregas
trascendieron mediante el ejercicio aprehendido de la
técnica y la habilidad de las situaciones creadas por el
maestro, que trabajó sus personajes en torno a los
caracteres, el lenguaje popular (no populachero) y la naturalidad
de las escenas, para entregar un humor que tanto incitaba a la
risa como al pensamiento.

Quintero es también autor del guión de una
de las telenovelas cubanas de mayor aceptación en todos
los tiempos, El año que viene, la única que
escribió y dirigió y cuyo tema musical
también es de su autoría. Aseguró en una
ocasión que en su trayectoria artística:

han sido muchas mis satisfacciones; primero, por el
hecho mágico del teatro y lo que el te da en cada
representación, fenómeno que no se da en
ningún otro medio. Lograr a través del teatro
acontecimientos de gran convocatoria es realmente algo que me
tiene que mantener eternamente feliz.

Esa repercusión es lógico que suceda a
través de la televisión que es un medio masivo,
pero con el teatro es algo maravilloso y extraordinario que he
podido disfrutar desde el estreno de mi primera obra en 1962,
hasta hace cuatro años con El lugar ideal, mi más
reciente comedia con la que se reabrieron, en 1998, las cortinas
del Teatro Fausto, obra que igualmente ganó palmas en el
Teatro Hispano Gala, de Washington, DC, bajo la dirección
de Hugo Medrano, quien también dirigió Contigo pan
y cebolla y en un espectáculo collage con varias de sus
obras bajo el título de raíces
cubanas.4

El talento creador de Quintero nunca ha permanecido
estático. Además de su desempeño como
director artístico y general de Dos Gardenias –cuyo
espacio dedicado a la promoción del bolero resume su
elevado nivel en la concepción general del
espectáculo- ha realizado numerosas grabaciones como
narrador en la Orquesta Sinfónica Nacional, además
de su labor con su voz en off en cine y
televisión.

Tiene entre sus galardones el Premio Nacional de Teatro
2004, agregando que Quintero ha compuesto la música de
todos sus espectáculos.

Héctor Quintero, según expresó
Amado del Pino, "ha conseguido convertirse en sinónimo de
convocatoria, familia reunida, risa que ampara y hermana a
desconocidos. Ante esas evidencias el teatro cubano no tiene otra
opción que volver a aplaudir."5

Sin lugar a dudas la obra de Héctor Quintero ha
ejercido una influencia directa en el desarrollo del teatro
cubano; lo ha enriquecido notablemente. Su creación
siempre ha girado en torno al hombre contemporáneo,
representando, de manera muy clara, las problemáticas del
hombre medio en la sociedad, simplemente la realidad. Utiliza un
lenguaje claro u muy cubano. Y precisamente la puesta Contigo pan
y cebolla es viva muestra de ello.

Epígrafe 2.1 Características de la obra
de Héctor Quintero.

La constante temática de Héctor Quintero,
tratada en tono perspicaz a través de comedia, melodrama,
el drama o la tragedia, siempre ha girado en torno al hombre
contemporáneo y a las problemáticas de la sociedad
– antes y después de la república
neocolonial- que le ha tocado vivir. Sobre estratos en lo
esencial populares, erige textos indiscutiblemente apegados a la
literatura, siempre que el contenido y la acción de los
personajes muevan a la risa, o a la sonrisa, en tanto profundiza
en los conflictos de los personajes hasta tocar extremos
puramente dramáticos.

Quintero es considerado uno de los más
importantes dramaturgos comediantes del teatro cubano, su
quehacer, fundado a partir de la pieza antológica Contigo
pan y cebolla, constituye la continuidad de lo mejor del teatro
vernáculo de finales del siglo XIX y principios del XX,
pero exenta del folclórico diseño del negrito, la
mulata y el gallego, que caracterizó ese período de
la escena cubana. Su obra puede calificarse, en conjunto, como
intensa interiorización dramática en la vida social
contemporánea, sobre la base de situaciones
creíbles que muy poco tienen que ver con el chiste puntual
o trivial para erigirse en pura identidad.

Desde Contigo pan y cebolla hasta El lugar ideal,
Quintero establece ambientes que se mueven entre los costumbrista
y lo pintoresco, en un discurso en el que igualmente inserta
conmovedores pasajes más bien crueles o perversos para
conformar esa gran comedia humanística en la que se erige
toda su creación.

Su teatro no corre el riesgo de añejarse o sufrir
el vacío de público, que son las peores cosas que
le pueden suceder a cualquier obra, a cualquier autor, a
cualquier director y a cualquier actor, por el contrario, ha
conseguido trascender en el tiempo; pues la comedia
dramática de Quintero, siendo costumbrista, de
crítica social sigue teniendo efectividad en el gusto
popular, este puede apreciarse en las salas donde se ha vuelto a
escenificar, después de varias décadas de su
estreno, títulos como Contigo pan y cebolla y El premio
flaco.

CAPÍTULO 3:

"Contigo pan y
cebolla"

Contigo pan y cebolla surge en el contexto de los
primeros años del triunfo de la Revolución, bajo el
calor de las potencialidades expresivas estimuladas por la
política cultural cubana, por primera vez se pagaba a un
autor por la representación de un texto y se
establecía una cocción entre obres escritas por
autores cubanos y la escena; además, y esencialmente, por
primera vez existía un público mayoritario para el
teatro.

La obra es una crítica disección de la
familia cubana, se enmarca entre los años de 1955 a 1958.
Según el propio Quintero la pieza posee elementos
autobiográficos tomados de su historia familiar, en
particular el personaje de Lala Fundora, una de las figuras
escénicas más conmovedoras del teatro cubano, quien
lucha por mantener las apariencias ante una sociedad desgarradora
y cruel que evalúa a sus semejantes por sus valores
materiales ("tanto tienes, tanto vales"), a la vez que contiene,
en detrimento de la libertad expresiva de sus sentimientos, un
caudal de ternura hacia su marido.

a Marta Viera

por ser este mi primera pieza, la
más querida,

a la que sentimentalmente me hallo
más unido;

porque en ella, vieja, muchas cosas tuyas
hay

en Lala: su vitalidad, su quehacer
incesante,

su belleza de espíritu, su entrega a
la lucha

familiar, su fe en un futuro
mejor.6

El entretejido dramático de la obra se sustenta
en una relación lógica y coherente entre dos
términos tan antagónicos como amor y dinero y en el
que igualmente entra en juego la obsesión, casi compulsiva
de Lala, de que sus hijos sean "alguien" en sus vidas.

En Contigo pan y cebolla Quintero sustenta una profunda
tesis en torno al amor, verdadero sentimiento de la vida, y el
dinero, como base de la codicia, la envidia, la
explotación y el sufrimiento, aunque ambos factores deban
convivir necesariamente en una familia.

Quintero dibuja con la mayor sinceridad y crudeza los
condicionamientos sociales impuestos a la familia cubana
neocolonial, arquitectura dramática en que las situaciones
cómicas están concebidas con total naturalidad. Un
ejemplo claro de esto es el momento en que Lala sirve lo
único que tienen para comer: una sopa aguada y huevo frito
y lo esconde en el momento que la vecina viene a la casa para
llamar por teléfono; lo que demuestra además el
afán de esconder la realidad por temor al "qué
dirán".

FEFA. (Apaga el radio, abandona el cesto del tejido y se
dirige a la mesa caminando dificultosamente.) ¡Ay, estas
novelas! Yo no sé para qué las oigo. Siempre se
acaban en lo más interesante.

Entra Lalita. Es una linda muchachita de 15
años.

LALA. Claro, para tenerla a una esclava del radio. Por
eso yo no oigo ninguna. (Está sirviendo la sopa. Grita.)
¡Anselmo, se te va a enfriar la sopa! Todas son iguales:
mucha complicación, mucho lío, y al final, siempre
la pareja termina por casarse.

FEFA. ¡Ah, claro! A mí no me gustan las
novelas en que los protagonistas se mueren. Eso es muy
triste.

LALA. ¡Ay, Fefa, yo le digo que oír novelas
es perder el tiempo!

FEFA. Pero en algo tiene una que
entretenerse.

LALA. Sí. Ayúdeme un poco en los
quehaceres de la casa y verá cómo se entretiene,
¡que bastante me muelo yo los riñones!

FEFA. ¡Lala! ¿Otra vez? Tu sabes que yo no
puedo ayudarte, que estoy enferma.

LALA. ¿Enferma de qué, Fefa?

Entra Anselmo. Es un hombre de unos 40 y pico largos,
consumido por la mala alimentación y el trabajo. Viene en
camiseta.

ANSELMO. ¿Otra vez discutiendo y por lo mismo de
siempre, Lala? ¿Cuántas veces tendré que
decirte que dejes en paz a Fefa? Tú sabes que está
delicada de salud. Aprovechas la menos oportunidad para echarle
en cara que no hace nada.

LALA. Porque es verdad.

ANSELMO. Y también es verdad que está
enferma.

LALA. Hasta ahora, nunca ha caído en cama.
Está tan bien como yo.

FEFA. Estoy muy enferma del corazón. El
médico me dijo la otra vez que no podía recibir
emociones fuertes. (Llorosa.) Y, además, tengo las piernas
hinchadas.

LALA. ¡Claro! ¿Cómo no las va a
tener hinchadas si se pasa el día entero "empotrada" en
esa comadrita, que no hay quien la mueva de
ahí?

FEFA. (Desecha en llanto.) ¡Ay, qué
desgracia! ¡Lo último es ser una vieja inútil
recogida por un familiar!

LALA. Bueno, está bueno ya. ¿O es que
siempre, a la hora de la comida, tiene que haber una
tángana en esta casa?

ANSELMO. La que empezó fuiste
tú.

LALA. Bueno, ¡pero está bueno ya! Vamos a
ver si comemos de una vez la basura que vamos a comer hoy, que ya
bastante desgracia tengo con que se me hayan echado a perder los
garbanzos.

Vuelve la paz a los espíritus. Todos comienzan a
tomar la sopa.

ANSELMO. ¿Cómo fue que se te echaron a
perder?

LALA. Anoche, cuando bajé para que Fermina me los
guardara en su refrigerador, se había ido a pasear con el
novio. Tuve que dejarlos encima del fogón, y con este
calor de todos los demonios que hace, se me fermentaron.
¡Qué falta hace un refrigerador!

ANSELMO. Esta sopa no sabe a nada.

LALA. ¿A qué va a saber? A lo que sabe
siempre en vísperas del cobro. Lo único que tiene
es un hueso que me fiaron ayer en la carnicería y que
apenas tiene tuétano. Así que cómete los
fideos y hazte la idea de que son "hilachas de pollo".

Toques de nudillos en la puerta. Lala se
sobresalta.

LALITA. ¿Qué pasa?

LALA. Están tocando. (Rápido.)
¡Pronto! Coja cada uno su plato y váyanse para
allá dentro a tomarse la sopa. 7

La obra posee una estructura sencilla y sus principales
conflictos giran en torno a la relación existente entre
dos de los personajes centrales: Lala y Fefa, la primera inmersa
en resolver los problemas más acuciantes de la familia, en
una constante y agónica dependencia del "qué
dirán" -completamente sometida a los deseos de comprar un
frío-, mientras que la otra únicamente tiene una
obsesión en la vida: escuchar la radio. En estas
antagónicas figuras descansan los más
significativos elementos de comicidad.

ANSELMO. (Parece un niño.) ¡Me saqué
cien pesos! Lo oímos en el radio de la bodega.

LALA. (En el máximo de la felicidad.) ¡Ay,
San Judas Tadeo, gracias! (Corre hacia las imágenes y
empieza a besarlas.) ¡Mi Sagrado Corazón! Yo
sabía que ustedes me estaban iluminando cuando
compré ese billete, que no podia abandonarme.

LALITA. ¡Pipo!

Todos se abrazan en un momento de gran confusión
y alegría.

ANSELMO. (Como un tonto.) Me saqué cien
pesos…

LALA. (Sacudiendo a Fefa por los Brazos.) ¡Cien
pesos! Podemos pagar el refrigerador sin que Anselmito tenga que
cargar sacos. (Abrazándola y besándola.)
¿Está oyendo, degenerada? (Vuelve a
besarla.)

Todos se abrazan unos a otros y se besan y gritan
diciendo lo que harán con los cien pesos, hasta que, en
medio de la gran alegría…

FEFA. (Ahogada.) ¡Ay!… (Su rostro se pone tenso.
Se contrae en la comadrita y se lleva la mano al corazón,
abriendo los ojos desmesuradamente.) ¡Ay!…

ANSELMO. ¿Qué pasa? (Corre hacia ella.)
Fefa, ¿qué te pasa?

Todos se le acercan.

LALITA. ¡Ay, tía!… (Muy nerviosa.) se
está muriendo. ¡El corazón! No puede recibir
emociones fuertes.

LALA. ¿¿Queeeeé?? (Junto a ella.)
No, vieja… (Suplicante.) Usted no me puede hacer eso. No
se muera ahora, por su madre. ¡Fefa! Mire que son cien
pesitos nada más. No es el premio gordo. No es para
emocionarse tanto.8

Contigo pan y cebolla siempre estará respaldada
por el fervor y la nostalgia del gran público. Fue
concluida en noviembre de 1962, en 1963 obtuvo Mención en
el Premio Casa de las Américas y un año
después fue estrenada por el grupo Teatro estudio, en la
Sala Hubert de Blanck, de La Habana. A partir de entonces esta
pieza se ha mantenido permanentemente en las carteleras
nacionales y se ha estrenado en numerosos países de
América, incluido Estados Unidos, en versión
bilingüe, bajo el título de Rice and
Beans.

Conclusiones

Después de haber analizado la obra
dramática de Héctor Quintero se ha llegado a la
conclusión que el quehacer artístico de este
emblemático dramaturgo ha influenciado directamente en el
desarrollo del teatro cubano porque:

  • Fue uno de los primero autores en hablar realmente
    en "cubano" en cada una de sus obras.

  • Su obra es reflejo de las dificultades por las que
    atravesaba la familia cubana de los años antes de la
    Revolución.

  • Su teatro muestra claramente la situación
    económica y social de Cuba en los años 50,
    representado claramente en la obra Contigo pan y
    cebolla.

  • Refleja la realidad del cubano de manera clara y
    precisa, logrando que este se sienta identificado.

En esencia:

Constituye la continuidad de lo mejor del teatro
vernáculo cubano de finales del siglo XIX y principios del
XX, pero exento del folclórico diseño del negrito,
la mulata y el gallego.

Recomendaciones

  • Promover el estudio de la vida y la obra de
    Héctor Quintero y otros dramaturgos cubanos con el fin
    de elevar el acervo cultural de los
    jóvenes.

  • Hacer puestas en escenas de obras como Contigo pan y
    cebolla, que fomenten el conocimiento y ayuden a comprender y
    vivenciar la situación en la que vivía la
    población cubana antes del triunfo
    revolucionario.

Referencias
bibliográficas

  • 1. Rine Leal: Breve historia del teatro
    cubano.

  • 2. Jorge Rivas Rodríguez: "Héctor
    Quintero: mi mayor premio es el reconocimiento y el amor del
    gran público", en Semanario Trabajadores, lunes 30 de
    septiembre del 2002,p.11

  • 3. Ídem

  • 4. Ídem

  • 5. Amado del Pino: "Premio Nacional de Teatro
    2004: Héctor Quintero Viera", ELOGIOS, Boletín
    Cubaescena, C. N. A. E. (http:
    www.cubaescena.cult.cu).

  • 6. Héctor Quintero: Contigo pan y
    cebolla, en Teatro, Editorial Letras Cubanas.

  • 7. Ídem

  • 8. Ídem

BIBLIOGRAFÍA

  • 1. Rivas Rodríguez, Jorge: Teatro
    Escogido y otros textos. Editorial Letras Cubanas, 2006. tomo
    I

  • 2. Rivas Rodríguez, Jorge: Teatro
    Escogido y otros textos. Editorial Letras Cubanas, 2006. tomo
    II

  • 3. Quintero, Héctor: Diez Cuentos
    Teatralizados. Editorial Letras Cubanas, La Habana,
    1985.

  • 4. Rivas Rodríguez, Jorge: "Mi mayor
    premio es el reconocimiento y el amor del gran
    público", en Semanario Trabajadores, lunes 30 de
    septiembre del 2002, p. 11

  • 5. del Pino, Amado: "Premio Nacional de Teatro
    2004: Héctor Quintero Viera."ELOGIOS, Boletín
    Cubaescena, C. N. A. E. (http:
    www.cubaescena.cult.cu).

  • 6. Quintero, Héctor: Contigo pan y
    cebolla, en Teatro. Editorial Letras Cubanas, La habana,
    1983.

  • 7. López, Álvaro: Prólogo
    a Diez Cuentos Teatralizados, de Héctor Quintero.
    Editorial Letras Cubanas, 1985.

  • 8. Casals, Sandra: "Héctor Quintero:
    premio y teatro", edición digital de la Jiribilla
    (http//www.lajiribilla.cu)

  • 9. Quintero Viera, Héctor:
    "Permítanme presentarles", en Teatro Escogido y otros
    textos. Editorial Letras Cubanas.

  • 10. Diccionario de la Literatura Cubana. tomo
    II. Editorial Letras Cubanas, Ciudad de La habana.

  • 11. Historia de la Literatura Cubana, tomo II.
    Editorial Letras Cubanas.

Anexos

ANEXOS 1

Relación de obras escritas por
Héctor Quintero Viera

  • 1. Contigo pan y cebolla (1962)

Obra enmarcada entre los años de 1955 a 1958 con
la cual obtuvo Mención en el Premio Casa de Las
Américas en 1063.

  • 2. El premio flaco (1964)

Obra enmarcada en los años prerrevolucionarios;
releva un estudio detallado de la vida del pueblo cubano en la
época neocolonial, una fiel visión de la realidad
en la que conviven varios tipos de personajes cuyas formas de
interrelacionarse constituyen el eje central de la pieza. Son
recreados sentimientos tales como la envidia y la
ingratitud.

Obtuvo los siguientes galardones:

  • Gran Prix del Instituto Internacional de Teatro en
    1968

  • Primera Mención del Premio Casa de Las
    Américas, 1965

  • Premio Nacional del Centro Cubano de Teatro del IIT
    (Instituto Internacional de Teatro) 1965

  • Primer Premio del ILAT (Instituto Latinoamericano
    del Teatro), Caracas, 1965

  • Primer Premio del IIT, Paris, 1968

  • 3. Sábado corto (1986)

La obra se enmarca en los años revolucionarios.
Con ella obtuvo el Premio "Santiago Pita" de la UNEAC, otorgado
al mejor texto presentado en el Festival de Teatro de Camaguey
(1986)

  • 4. Te sigo esperando

Esta obra es una crónica cubana de los
`90

  • 5. El lugar ideal (1998)

Enmarcada en la época actual.

Monólogos

  • 1. Aquello esta
    buenísimo

  • 2. Antes de mi: el
    Sahara

Otros textos

  • 1. El abrigo (1072). Adaptación, para el
    teatro, del cuento homónimo de Nicolài
    Gògol.

  • 2. La obra de arte (1973). Adaptación,
    para el teatro, del cuento homónimo de Antón
    Chèjov.

  • 3. Viaje a la zarzuela.

  • 4. La media luna gitana

  • 5. Permitid al menos la libertad de los
    sueños (Entrevista teatral con el más
    importante dramaturgo alemán de nuestro tiempo: Heiner
    Muller)

  • 6. El año que viene

  • 7. A Raquel Revuelta

 

 

Autor:

Ethel Quesada Escalona.

Lohema Céspedes
Ginarte

Ernesto Rivero
Peña

Yanel Pompa Chávez

?UNIVERSIDAD DE GRANMA

FAC. CIENCIAS SOCIALES Y
HUMANÍSTICAS

CARRERA: ESTUDIOS
SOCIOCULTURALES?

TRABAJO DE CURSO

DE

TEATRO CUBANO

2011

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