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Historia de Cuba (1878-1902) (página 2)




Enviado por Ramón Guerra Díaz



Partes: 1, 2

"Lo peor que podía ocurrir a la
Revolución era disolver su principal instrumento de
movilización y de combate. No tardó el
periódico "Patria" en dejar de publicarse, aún
cuando algunos patriotas intentaron
mantenerlo."[11]

"Con estas medidas, la orientación
reaccionaria encabezada por Estrada Palma preparaba el camino
para impedir toda posible resistencia política a los
esfuerzos anexionistas o
dominadores"[12]

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Los otros dos organismos fueron hábilmente
enfrentados por la política divisionista del gobierno de
los Estados Unidos. A nombre de la Asamblea de representante
viajó a los Estados Unidos, el General Calixto
García, buscando un reconocimiento ante el gobierno de
Washington para el organismo elegido de la Cuba insurrecta,
pasó varios meses, recibido por funcionarios menores pero
sin lograr nada oficial y encontrando la muerte en cumplimiento
de la misión que le encomendaron.

Fracasada esta misión la Asamblea trató de
concertar un empréstito con la banca privada
norteamericana para licenciar al Ejército Libertador, la
gran preocupación de los ocupantes, lo que de haberlo
logrado le daba un reconocimiento de facto como organismo de
Cuba; la maniobra del gobierno norteamericana fue enviarle a
Máximo Gómez una misión privada presidida
por Gonzalo de Quesada[13]y acompañado por
el periodista Robert Porter amigo del presidente McKinley quien
le llevaba el mensaje de este presidente garantizándole
que la independencia de Cuba iba a ser respetada y
ofreciéndole a Gómez 3 millones de dólares a
modo de dádiva para licenciar al Ejército
Libertador.

Gómez aceptó el dinero y con ello
desconoció la soberanía de la Asamblea de
Representante, ahora radicada en La
Habana[14]enfrentándose de manera abierta a
esta, quien terminó destituyéndolo de su cargo el
12 de marzo de 1899. La popularidad del gran guerrero
cubano-dominicano hizo salir al pueblo habanero quien fue a
desagraviarlo en la Quinta de los Molinos, donde se alojaba desde
el 24 de febrero de 1899, y le hizo perder a la Asamblea su poca
popularidad; días después el gobierno de Estados
Unidos proclamó que no reconocía ninguna autoridad
cubana u organismo revolucionario para negociar el desarme del
Ejército Libertador. La Asamblea del Cerro debilitada por
las protestas populares, acéfala de liderazgo,
acordó disolverse el 4 de abril de 1899. Ya no
había ningún mecanismo de la Revolución
Independentista.

El Ejército Libertador fue licenciado, aunque
para entonces ya muchos habían vuelto a casa sin esperar
la orden y otros tantos rechazaron aquella paga por considerarla
injuriosa, no habían peleado para esto. Al licenciarse los
mambises debían entregar sus armas al ejército
interventor, preocupado por hacer desaparecer al brazo armado de
la Revolución Independentista Cubana. Este fue el
verdadero propósito de los Estados Unidos al enfrentar al
General en Jefe del Ejército Libertador y a la Asamblea
del Cerro.

El Gobierno Interventor de los Estados Unidos se
posesionó el 1º de enero de 1899 y extendió su
mandato hasta el 20 de mayo de 1902, en ese período de
tiempo la Isla fue gobernada por John Brooke (1899-1900) y
Leonardo Word (1900-1902); ambos tenían una tarea, crear
las condiciones para la anexión de Cuba.

Para ello crearon un gobierno pragmático para la
isla, donde al lado del interventor pusieron una figura de la
sociedad cubana entre los que se incluyeron autonomistas,
independentistas, conservadores y destacadas figuras
intelectuales y científicas del país.

La primera medida del gobierno interventor fue rebajar
los aranceles de entrada de las exportaciones norteamericanas
hacia la Isla[15]sin que pudiera hacer lo mismo
con los productos cubanos que entraban a los Estados Unidos. Con
el consiguiente beneficio de los capitalistas norteamericanos y
los comerciantes importadores en Cuba, la mayoría de
origen español y en su mayoría enemigos de la
independencia.

Realizan un amplio programa de salud pública,
organizando campañas de higiene en las ciudades,
construyendo obras de alcantarillado y dictando órdenes
sanitarias muy beneficiosas para el país.

Implementan una reforma en la enseñanza, creando
un sistema educacional perfeccionado en todos los niveles,
abriendo escuelas y ampliando el perfil formativo de la
Universidad de La Habana.

Crean el Tribunal Supremo de Justicia, los Juzgados
Correccionales, la policía urbana y la guardia rural, en
estos cuerpos reclutando indistintamente a individuos que
sirvieron a régimen español o a la causa de la
independencia.

Todas estas medidas con el fin de perfeccionar los
mecanismos de dominación al estilo de Estados Unidos,
crear un estado de confianza en la población,
principalmente en las clases pudientes, dar un mínimo de
preparación a la población humilde y construir una
infraestructura capaz de permitir una posterior
penetración de capitales y de población
norteamericana.

Los fondos para estas reformas salieron del tesoro
público de la Isla del cual no se hizo una buena
administración si tenemos en cuenta que el gobierno de
Wood cerró el año fiscal de 1901 con un
déficit de 700 000 pesos y en los cinco meses que
gobernó en 1902 su gasto ascendió a 900 000
pesos.

En cuanto a las inversiones, si bien se creó una
Ley que prohibió a los norteamericanos conceder
privilegios a sus connacionales en el tema de inversiones, esta
se vulneró con frecuencia, aunque la gran
penetración norteamericana en Cuba vendría
después.

Durante la intervención el gobierno de los
Estados Unidos comprendió que la anexión no gozaba
con la simpatía y apoyo de la mayoría de los
cubanos y por esta razón maniobraron para crear los lazos
dependientes necesarios para controlar los asuntos de la isla y
sobre todo su economía. Por ello el gobierno yanqui
cambió el rumbo de su política con respecto a Cuba.
En abril de 1900 se puso en vigor la Ley Electoral para la Isla
en virtud de la cual tendrían derecho al voto los mayores
de 21 años, que supieran leer y escribir, que poseyeran
bienes no menores de 250 pesos o que hubiesen peleado en las
filas del Ejército Libertador.

La Ley Electoral dejaba fuera a miles de cubanos pobres
y analfabetos que eran la mayoría en el país,
incluyendo la población negra que en su mayoría se
incluía en este grupo marginal de los excluidos. Baja
estas premisas se efectuaron las elecciones para convocar una
Asamblea Constituyente en la que los independentistas fueron los
ganadores frente a las corrientes conservadoras que habían
estado al lado de España hasta su caída y ahora
coqueteaban con la anexión descaradamente.

De un 1 572 797 habitantes que tenía la isla,
solo pudieron empadronarse 150 648 y de ellos votaron 110
816.[16]

Para estas elecciones municipales se crearon tres
partidos políticos: Unión Democrática, que
reunía a los autonomistas y a los simpatizantes de la
anexión, era el partido de la oligarquía, gente de
poder y muy bajo patriotismo. Los Republicanos, en el que
reúnen los independentistas más radicales y los
Nacionalistas, simpatizantes de la independencia, pero
moderados.

Las elecciones se produjeron el junio de 1900 con la
presencia de los dos partidos de la independencia, porque los
nacionalistas, pese a todo no habían podido organizar una
plataforma creíble en el pueblo cubano y se retiraron, con
el disgusto del gobernador, que los apoyaba.

El 5 de noviembre de 1900 se reúne la Asamblea
Constituyente que tuvo en Juan Gualberto Gómez, Manuel
Sanguily y Salvador Cisneros Betancourt, las figuras más
relevantes en la defensa de las ideas más liberales que se
discutieron en aquella Asamblea, que concluyó sus labores
el 21 de febrero de 1901. El resultado de sus deliberaciones fue
la Constitución de 1901 de la República de Cuba muy
influenciada por la Constitución de los Estados Unidos. Su
mayor defecto era el excesivo poder que concedía al
presidente de la República. Presentada la
Constitución al Gobernador yanqui Leonardo Word para el
conocimiento de las autoridades norteamericanas, estos
respondieron el 1 de marzo de ese año con enmiendas que
debían añadirse con carácter obligatorio a
esta Constitución y que el Congreso de los Estados Unidos
había aprobado a instancia del senador Orville Platt, era
la ignominiosa "Enmienda Platt".

La Enmienda Platt fue rechazada por las clases populares
y amplios sectores del independentismo y la intelectualidad
cubana que se manifestaron en las calles contra aquel instrumento
injerencista, pero sectores muy influyente de la burguesía
cubana manifestaron públicamente su apoyo a esta Enmienda,
el Círculo de Hacendados, el Centro de Comerciantes e
Industriales de Cuba, la Unión de Fabricantes de Tabaco,
las Cámaras de Comercio de Santiago de Cuba y
Guantánamo, estos sectores deseosos de un tratado de
reciprocidad comercial que beneficiara sus intereses, obviaron
que en aquella Enmienda y principalmente en sus artículos
4to, 6to y 8vo se le imponía a Cuba un protectorado
político.

Esos artículos le Imponían a Cuba: la
aceptación de la intervención militar
norteamericana cuando ellos entendieran que estaban en peligros
sus intereses; el no reconocimiento de la soberanía de
Cuba sobre Isla de Pinos, la sesión de bases carboneras y
la imposición de esta Ley como enmienda de la
Constitución de Cuba. El chantaje no se hizo esperar: "o
se aceptaba la Enmienda Platt o las tropas norteamericanas no se
irían".

En medio de este panorama Juan Gualberto Gómez se
erige entre los pocos radicales que intenta salvar estos ideales
en medio del naufragio revolucionario. Había luchado con
toda pasión en la Asamblea Constituyente para hacer
prevalecer los principios de su amigo José Martí,
olvidados por completo en una asamblea plagada de autonomistas,
transfigurados en patricios; libertadores a la caza de una
prebenda y negociantes a la búsqueda de un buen puesto o
una concesión, a la sombra del verdadero amo del
país.

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En medio del vocerío, la serena ponencia de Juan
Gualberto Gómez, contra la Enmienda Platt desmonta toda la
intención del dogal hipócrita, que se disfrazaba
como una reglamentación para garantizar las libertades
cubanas y responde:

"Solo vivirán los Gobiernos que cuenten con
su apoyo y benevolencia: y lo más claro de esta
situación sería que únicamente
tendríamos gobiernos raquíticos y míseros
(…), condenados a vivir atentos a obtener el beneplácito
de los poderes de la Unión que servir y defender los
intereses de Cuba.

"Solo tendríamos una ficción de
gobiernos y pronto nos convenceríamos de que era mejor no
tener ninguno y ser administrados oficial y abiertamente desde
Washington que por desacreditados funcionarios cubanos,
dóciles instrumentos de un Poder extraño e
irrespetuoso."[17]

Desgraciadamente tras la lectura de la ponencia se
produjo un encendido debate y se acentuó la
división y el desconcierto. La presión de los
interventores sobre los constituyentes fue muy fuerte y esto hizo
que se rompiera la mayoría que rechazaba la Enmienda ante
el chantaje yanqui y la frustración y falta de liderazgo
entre los políticos cubanos. La Asamblea Constituyente
voto a favor de ella 16 votos contra 11, el 12 de junio de
1901.

Creado el mecanismo de dominación el gobierno
interventor llamó a elecciones para elegir al futuro
presidente de Cuba. Muchos cubanos independentistas pensaban que
era Máximo Gómez Báez el indiscutible primer
presidente de la República, previendo esto los
constituyente habían aprobado una cláusula en la
que se expresaba que podía ser presidente un cubano de
nacimiento, o un extranjero que hubiese peleado 30 años
por su independencia, solo faltaba el nombre del dominicano
nuestro.

Al proponérsele al Generalísimo la idea de
su candidatura, alegó su edad para denegar el alto honor y
propuso en cambio a "Tomasito", Tomás Estrada Palma, el
hombre que sustituyó a Martí al frente de los
asuntos del PRC y cuyo patriotismo y honestidad son irrefutable,
aunque también es junto señalar su desconfianza en
la capacidad de los cubanos para gobernarse y su
admiración por los Estados Unidos. Su candidatura se
convirtió en la favorita de los conservadores y
contó con la anuencia del gobierno yanqui.

Frente a esta candidatura, se presenta la del General
Bartolomé Masó, el último presidente de la
República en Armas, independentista probado e
intransigente, uno de los hombres que se levantó con
Carlos Manuel de Céspedes y que había chocado
varias veces con las autoridades interventoras yanquis, por lo
que no contaba con su simpatía.

Las condiciones creadas en la Comisión Electoral
para favorecer a Estrada Palma hicieron que Bartolomé
Masó retirara su candidatura, lo que allanó el
camino de su oponente, apoyado por las autoridades
norteamericanas y el prestigio de Máximo Gómez.
Curiosamente durante toda la campaña Estrada Palma
permaneció en los Estados Unidos y regresó a Cuba
poco después de su elección
presidencial.

La toma de posesión se produjo el 20 de mayo de
1902, un día después del séptimo aniversario
de la muerte de José Martí. No nacía la
República que soñara el Apóstol, estaba de
antemano atada a las apetencias imperialistas de los Estados
Unidos de las cuales quiso salvarla, pero en medio de la
frustración independentista, nacía la
"República Posible", la que a pesar de las intrigas
anexionista de los grupos de dentro y fuera de Cuba fue defendida
por los había peleado bravamente contra el imperio
colonial español, en ese ámbito
socio-político tendrían que dar su batalla las
diversas fuerzas sociales del país para hacer realidad la
República de Martí.

 

 

Autor:

Ramón Guerra Díaz

 

[1] Francisco López Segrera,
“Cuba: capitalismo dependiente y subdesarrollo”.
Pág. 132. La Habana, 1981

[2] Obras Completas de José
Martí. Tomo 1, pág. 167, La Habana, 1975

[3] Ídem. pág. 177

[4] Ídem, tomo IV, pág. 269

[5] Ídem Tomo I, pág. 279

[6] Provincia de Camagüey

[7] Oriente, Centro y Occidente

[8] José Martí: Carta a Gonzalo
de Quesada. Obras Completas, Tomo III Pág. La Habana,
1975

[9] El Ejército Libertador
incendió todas las propiedades que pudieran servir de
apoyo a los colonialistas españoles.

[10] Francisco López Segrera,
“Cuba: capitalismo dependiente y subdesarrollo”
pág.126. La Habana 1981

[11] Julio Le Riverend, La República,
pág. 42. La Habana, 1971

[12] Ídem

[13] Había sido secretario de
José Martí

[14] Conocida como Asamblea del Cerro por
radicarse en esa barriada capitalina.

[15] Esta medida fue tomada por el gobernador
de Santiago de Cuba Leonardo Wood, aún antes de firmado
el Tratado de París.

[16] Jorge Ibarra. “Historia de
Cuba”. Pág. 524 La Habana, 1967.

[17] Juan Gualberto Gómez citado por
Ramón Guerra Díaz, en “Juan Gualberto y la
Enmienda Platt”. Ponencia. 9 de julio 2004

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