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Influencia del español en la unidad latinoamericana desde la diversidad y lo común




Enviado por Robby-Ann Thomas



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Recomendaciones
  6. Bibliografía
  7. Anexos

Resumen

El idioma español llegó a
América primero a través de los viajes
exploratorios de Cristóbal Colón, y luego con el
resto de los colonizadores, a fines del siglo XV. En ese momento
ya estaba muy consolidado en la Península Ibérica.
Sin embargo, en el "nuevo mundo" ya se había establecido
el español, como resultado de un proceso que los
historiadores denominaron "hispanización".

Latinoamérica, en sentido
amplio, es todo el territorio americano al sur de Estados Unidos.
En sentido más estricto, Latinoamérica comprende
todos los países que fueron colonias de España,
Portugal y Francia. Dado que los idiomas de estos países
provienen del latín (la lengua española), el
término Latinoamérica ha servido para designar a
las naciones las cuales fueron sus colonias en el Nuevo
Mundo.

La lengua española es la lengua
románica, derivada del latín, que pertenece a la
subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo; es la
lengua oficial de España y de las naciones de
Sudamérica y Centroamérica —excepto Brasil,
las Guayanas y Belice— y, en el Caribe, de Cuba, Puerto
Rico y la República Dominicana; cuenta con unos
cuatrocientos millones de hablantes, entre los que se incluyen
los hispanos que viven en Estados Unidos y algunos cientos de
miles de filipinos, así como los grupos nacionales
saharauis y los habitantes de Guinea Ecuatorial en la costa
occidental africana.

El objetivo de este trabajo es mostrar la
influencia de la lengua española en la unidad
latinoamericana desde la diversidad y lo común, mediante
el análisis de variadas fuentes bibliográficas e
ilustraciones basadas esencialmente en una comparación de
dos países representativos: Cuba y Venezuela para
contribuir al fortalecimiento de la conciencia do los pueblos
latinoamericanos.

Introducción

La lengua es un medio de
comunicación entre los seres humanos a través de
signos orales y escritos que poseen un significado. En un sentido
más amplio, es cualquier procedimiento que sirve para
comunicarse. Algunas escuelas lingüísticas entienden
el lenguaje como la capacidad humana que conforma al pensamiento
o a la cognición.

Además de comunicación entre
los seres humanos, también se establece entre pueblos,
regiones, países y continentes y ella promueve
intercambios culturales, sociales, que llevan a la
unificación de naciones que profesan el mismo
idioma.

En este trabajo, se pretende hacer un
llamado a la conciencia de cada latinoamericano sobre la
importancia, el valor y la influencia de la lengua
española como factor unificador de la cultura y las ideas
propias de cada uno de sus pueblos. Por consiguiente, el
objetivo es: Mostrar la influencia de la lengua
española en la unidad latinoamericana desde la diversidad
y lo común, mediante el análisis de variadas
fuentes bibliográficas e ilustraciones basadas
esencialmente en una comparación de dos países
representativos: Cuba y Venezuela para contribuir al
fortalecimiento de la conciencia do los pueblos
latinoamericanos.

Problema:

Necesidad de la determinación de la
influencia del español en la unidad
latinoamericana.

Objeto:

Influencia del español en la unidad
latinoamericana.

Desarrollo

La conquista de América por los
españoles tuvo consecuencias graves en el desarrollo de la
cultura de los aborígenes y todos la ven como una de las
acciones más malas del mundo. Pero nadie medita sobre la
importancia que tuvo esta conquista en la unificación de
América, la llamada Latinoamérica.

¿Puede pensarse cuanto sería
difícil para los países que tienen varios dialectos
tomar uno como lengua oficial? Y en las cumbres,
¿cuál sería la lengua dominante? Y si el
gobierno de uno de esos países de muchas etnias quisiera
comunicarse con la población, ¿en qué idioma
lo haría?

De hecho, este sería un problema que
hasta hoy se está luchando para resolver. Pero los
colonizadores con la imposición de su idioma hicieron que
ella se convirtiera en un elemento unificador que en esencia
refleja las raíces comunes e intereses de toda
Latinoamérica. Esto puede contestarse en algunas frases
martianas como en las que se refiere a la importancia de la
lengua española para hacer a la América
libre.

Sin dudas, el español ocupa un papel
destacado y hoy no se imagina la América sin dicho idioma,
aunque se verifica algunas diferencias que varían en los
distintos países. La lengua, como patrimonio fundamental
de la cultura de un pueblo, está expuesta a sufrir
deformaciones y graves deterioros como efectos de esos cambios, a
menos que se sepa adoptar y producir estos sin dañar la
estructura básica y lo que Andrés Bello
llamó la índole o el espíritu de la lengua.
La idea no es poner barreras y delimitaciones al desarrollo y
transformaciones de la lengua propia, lo cual sería
inútil, sino de canalizarlos de tal forma que en lugar de
empobrecerse y deformarse, se enriquezca como medio expresivo y
de comunicación, con la incorporación de elementos,
códigos, estructuras, pero manteniendo la lengua
original.

Sociológicamente la unidad de la
lengua es un hecho fundamental en la total unidad
latinoamericana. Entre los pueblos de América Latina las
variantes propias de cada comunidad deben defender y mantener sin
mengua la unidad sustancial que cada uno debe tener.
¿Cómo podrían hablar veinte países
separados por la inmensidad de las cordilleras, ríos,
selvas y desiertos? Cada uno de los hermanos de una misma familia
tiene su propia individualidad, la responsabilidad de los padres
y el rol de los educadores, versa en respetar esa individualidad
y armonizarla dentro de la unidad familiar.

Andrés Bello, pensador convencido y
creyente de la indispensable unidad hispanoamericana, se
pronunció sobre el carácter dinámico, la
vitalidad de la lengua y la importancia del uso popular y
necesidad de mantener siempre el idioma "como un cuerpo
viviente". Simón Bolívar dijo, en 1818: "una sola
debe ser la patria de los americanos ya que en todo hemos tenido
una perfecta unidad"(1), constituye una forma de equilibrio
dinámico, esencial para el logro del destino
histórico de la gran patria que integra la conciencia a
los problemas económicos, sociales y políticos,
necesarios y urgentes para fortalecer el poderoso factor de
unidad el cual resulta del lenguaje al romper las barreras que
aíslan a las personas.

Pretender la unidad lingüística
a cambio de la supresión de los particularidades,
nacionales y locales, sería monstruoso, casi tanto como
aspirar a la unidad política sin respetar la
soberanía.

Entender la integración y la unidad
desde la diversidad implica reconocer que hay distintas
modalidades propias de la formación, nivel cultural y
proceso de cambio político-ideológico. Esto no
destruye ni modifica la unidad del lenguaje, pero además,
por encima de estas diferencias, existe un solo
pueblo.

El lenguaje es un importante reservorio de
la memoria colectiva producto de los procesos particulares que
vividos por cada país, refleja cabalmente la cultura de un
pueblo en todos sus estratos, desde lo más encumbrados
hasta los sectores más populares, de aquí la
presencia de múltiples variantes del español,
surgidas en el tiempo, en el espacio, en los estratos culturales
y en las estratégicas estilísticas de los
hablantes.

En muchos países de habla hispana
los versados en la materia debaten si se habla bien o mal, lo que
constituye un planteamiento equivocado del problema, según
Alexis Márquez Rodríguez (2), ya que los
términos bien o mal son convencionales o relativos porque
lengua española, tan extendida geográficamente, no
tiene un modelo único, en su expresión popular,
literaria, entre otros; las convenciones por el mismo dinamismo
del lenguaje no lo permiten. No obstante, esto no justifica su
uso impropio, lo importante es la materialización de
modelos educativos de elevados niveles que no solo muestren las
reglas del lenguaje sino que incentive la conciencia de la lengua
para utilizarla con "gran libertad, eficacia y sentido creador,"
como lo afirma Márquez (2).

Esta conciencia del uso, rescate y
prevención de la lengua, dentro de la diversidad, es lo
que permitirá mantener la identidad como
hispanoamericanos. En palabras de Márquez. "No se puede
hablar de integración, unidad, sino se mantiene la defensa
de la lengua común (2)." Esta necesidad de preservar el
idioma no solo es planteada en la actualidad, el mismo
Andrés Bello en toda su obra manifestó la
preocupación de conservar la unidad
lingüística, también lo hizo Martí,
Neruda, Guillén, etc., quienes no solo demostraron su gran
capacidad comunicativa de las realidades latinoamericanas, sino
que siempre utilizaron un lenguaje sencillo tal como lo es usado
por los hispanohablantes.

A modo de ilustración, se han
seleccionado dos países muy representativos: Venezuela y
Cuba.

Venezuela

Según el artículo 9 de la
Constitución de la República Venezuela, el
idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas
también son de uso oficial para los pueblos
indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de
la República, por constituir patrimonio cultural de la
nación y de la humanidad. El español de Venezuela
presenta características particulares, porque particulares
son también la historia, la cultura y la estructura social
de ese país. La conveniencia de describir la actual
situación del español venezolano radica en que
seguramente hay aspectos compartidos con otros países
hispanohablantes que, una vez descritos, pueden ayudar a
configurar un panorama general destinado a trazar una adecuada
planificación lingüística de alcance
supranacional, si ello es posible. Los factores que atentan
actualmente contra la unidad del español son muchos y de
muy variada índole; algunos son problemas generales del
mundo actual, otros son particulares de este propio
territorio.

Cuba

El idioma oficial de Cuba es el
español y no existen dialectos, utilizándose el
idioma inglés en operaciones comerciales. En el
idioma se refleja la mezcla de las lenguas de distintas razas y
se distingue la influencia de palabras aborígenes y
africanas, como por ejemplo de las lenguas indígenas se
encuentran Habana, Jagua y Guanahacabibes, mientras que
congrí, malanga y conga son de origen africano, entre
otras influencias.

Una comparación

(Ver anexo 1): En Venezuela y Cuba
hay diferentes significados asignados a una misma palabra y
distintos vocablos que tienen como base la esencia
originaria.

El cubano denomina sancocho a todos los
desperdicios y residuos de comida que le echan a los puercos. El
venezolano degluta el buen sancocho preparado con mucha
dedicación y entusiasmo, convirtiéndose en la
atracción principal de algunos eventos
sociales.

Esta ejemplificación demuestra la
necesidad de continuar enriqueciendo las posibilidades de
unión y la consolidación en la
diversidad.

Conclusiones

Después del estudio realizado, ha
podido llegarse a las conclusiones siguientes:

  • 1. La madre lengua sigue siendo un
    instrumento de unidad entre los pueblos, al fortalecer sus
    lazos de hermandad y compromiso. Pretender una unidad
    lingüística que envuelva la supresión de
    las particularidades nacionales y locales sería un
    error, pues quedaría todo un saber popular olvidado,
    lo cual es parte de la idiosincrasia.

  • 2. Ante el inminente avance y
    evolución de la humanidad, es necesario y urgente el
    fortalecimiento del factor unitario que resulta el lenguaje,
    rompiéndose las barreras, las cuales puedan existir.
    Es indispensable citar la importancia del castellano para los
    distintos países que integran la mayor parte de
    América Latina, inspirados en Andrés Bello,
    Martí y Bolívar.

  • 3. El lenguaje es diverso,
    complejo, pero es un fin único para todos estos
    países, marcados de una u otra manera por una
    colonización y si bien fue un instrumento de
    dominación y de independencia, hoy representa el
    factor indispensable capaz de guiar la integración
    latinoamericana. No entender esto, es la entrega sin lucha a
    quienes hoy quieren la esclavitud humana.

Recomendaciones

Fomentar el fortalecimiento del factor
unitario que se desprende del lenguaje para el beneficio de la
América mediante:

  • Intercambios.

  • Estudios que enriquezcan el uso de la
    lengua.

Bibliografía

  • Colectivo de autores: Lengua y
    Comunicación. Curso de Iniciación
    Universitaria. Misión Suere, 2003.

  • Microsoft Corporación.
    Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ®, 1993,
    2004, 2005, 2011.

Referencias
Bibliográficas

  • 1. Rodríguez, Leticia:
    Español y Literatura, noveno grado. Editorial Pueblo y
    Educación, 1997, página 25.

  • 2. Márquez Alexis: "La
    lengua y la unidad continental", En: Con la lengua, V.I.,
    1997, páginas 97 y 98.

Anexos

VENEZUELA

CUBA

bolsa– especie de saco de tela
u otra material, que sirve para llevar o guardar
algo.

jaba– bolsa de tela,
plástico, etc., para llevar a mano.

franela– camiseta (prenda
interior).

Pulóver– prenda de
vestir de pronto, cerrada y con mangas, que cubre desde el
cuello hasta la cintura aproximadamente.

autobús
vehículo automóvil de transporte
público y trayecto fijo que se emplea habitualmente
en el servicio urbano.

Guagua– vehículo
automotor que presta servicio urbano o interurbano en un
itinerario fijo.

residencia– casa donde
conviven y residen, sujetándose a determinada
reclamación, personas afines por la
ocupación, el sexo, el estado, la edad,
etc.

albergue– establecimiento
benéfico donde se aloja provisionalmente a personas
necesitadas.

pantalón tejano-
pantalón de tela recia, ceñido y en general
azulado, usado originariamente por los vaqueros de
Texas.

pitusa– pantalón
tejano.

falda– prenda de vestir o
parte de vestido de mujer que cae desde la
cintura

saya– falda.

sancocho– olla compuesta de
carne, yaca, plátano y otros ingredientes, y que se
toma en el almuerzo.

sancocho– resto de comida que
se usa como alimento para los cerdos.

caldosa o ajiaco– guiso de
carne con carne, frutos y tubérculos picados en
trozos y especias que varían, según los
países.

caraota- semilla de
judía.

frijol– fruto y semilla de
judía.

polvorón– torta,
comúnmente pequeña, de harina, manteca y
azúcar, cocida en horno fuerte y que se deshace en
polvo al comerla.

tortita– torta fina de harina
y otros ingredientes, que se hace a la plancha y se sirve
acompañada generalmente de nata y chocolate o
caramelo.

ahorita– ahora mismo, muy
recientemente.

ahorita– después,
dentro de un momento, en seguida.

ahora– dentro de poco
tiempo.

ahora– a esta hora, en este
momento, en el tiempo actual.

lechosa– papaya.

fruta bomba
papaya.

patilla
sandía.

melón de agua
sandía.

coger– realizar el acto
sexual.

coger– asir, agarrar o
tomar.

venir– dicho de una persona o
cosa que llega a donde está quien habla; de moverse
de allá hacia acá.

venir– dicho de un afecto, de
una pasión o de un apetito: excitarse o empezarse a
moverse.

auyama-fruta de calabaza,
grande, redonda, de pulpa amarilla y abundantes
semillas.

calabaza– fruto de la
calabaza, muy variado en su forma, tamaño y color,
por lo común grande, redondo y con multitud de pipas
o semillas.

cambur– planta de la familia
de las Musáceas, parecida al plátano, pero
con la hoja más ovalada y el fruto más
redondeado, igualmente comestible.

Plátano– planta
herbácea de grandes dimensiones, que en algunos
países llaman banano. Pertenece a la familia de las
Musáceas.

batata– tubérculo
comestible de color pardo por fuera y amarillento o blanco
por dentro y forma fusiforme.

Boniato– planta de la familia
de las Convolvuláceas, de tallos rastreros, hojas
alternas lobuladas, y raíces de fécula
azucarada.

ocumo blanco– planta de la
familia de las Aráceas, con tallo corto, hojas
triangulares, flores amarillas y rizoma casi
esférico con mucha fécula. Es
comestible.

malanga– planta arácea,
de hojas grandes acorazonadas, tallo muy corto y
tubérculos comestibles, que se cultiva en terrenos
bajos y húmedos.

ensalada– hortalizas o
conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y
aderezadas con sal, aceite, vinagre u otras
cosas.

ensalada– refresco preparado
con limón, hierbabuena y pina.

verduras-hortaliza,
especialmente la de hojas verdes.

vianda– comida que se sirve a
la mesa.

vianda– frutos y
tubérculos comestibles que se sirven guisados, como
el ñame, la malanga, el plátano,
etc.

arvejas– algarroba (planta
leguminosa).

chícharo– guisante,
garbanzo.

onoto– bija.

bija– árbol de la
familia de las Bixáceas, de poca altura, con hojas
alternas y de largos peciolos, flores rojas y olorosas,
fruto oval y carnoso, que encierra muchas
semillas.

 

 

Autor:

Robby-Ann Thomas

Universidad Hermanos Saiz Montes de
Oca

Departamento de Idiomas

Monografias.com

"Año 55 de la
Revolución"

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