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Intelecto, tiempo y devaluación del ser (página 3)




Enviado por Claudio Salomon



Partes: 1, 2, 3, 4

Somos testigos y participantes de una nueva
Era de comunicaciones interactivas globales, de la
infográfica, de los resultados de los cálculos de
las grandes cifras, de mensajes visuales con breves noticias
explicativas, con la sapiencia de las masas sociales ya
simplificada y sin la histórica élite social de la
época de la Ilustración. La autodevaluación
intelectual de las masas sociales inició su
geométrica e irreversible progresión
estadística. Las masas ya se valen de diagramas de
comunicaciones para poder pensar, que son a su vez, mapas de
pensamientos o mapas de asociaciones mentales. El Logos y el
verbo ya son reemplazados por formas de representaciones de los
procesos del pensamiento sistemático con ayuda de esquemas
y diagramas digitalizados. Nos dimensionamos activamente en un
mundo en que la mente debe funcionar al revés que los
postulados del gran filósofo H.G. Gadamer. En su obra
"Verdad y Método" el autor propone leer textos en
común acuerdo a alguna idea o proyecto previo escrita en
los mismos. Avanzando con la lectura del texto, nuestras primeras
nociones o el proyecto previo va variando, afirmando o alterando
la precomprensión del mismo. El conocimiento humano, el
entendimiento, de acuerdo a los fundamentos de la
hermenéutica gadameriana se ajusta a un nivel
teórico-metodológico. La verdad se encuentra unida
y coligada al método y no pueden ser analizadas en forma
separada.

Las masas receptoras de las constelaciones
informativo-comunicativas no pueden aplicar un método
preciso, ni pueden llegar a descubrir los objetivos originales de
los creadores de las tramas visuales e informativas. Las masas
receptoras de información no pueden esclarecer la mayor
parte de los simplificados mensajes que multilateralmente
reciben. Si existir es comprender (Heidegger), tal es una
modalidad fundamental del ser humano para poder situarse en el
mundo. El significado de las cosas, el pre-entendimiento de
textos antiguos y modernos necesitan de un entendimiento
adecuado, necesitan ser preinterpretados. La verdad real o
imaginaria sin método expuesta en múltiples formas
y contenidos como destellos visuales, se entrelazan con las
pancartas ya abstraídas e idealizadas mentalmente por los
espectadores o de los navegantes de las redes
internéticas.

El método gadameriano pierde su
validéz para el entendimiento humano con las
imágenes visuales e infográficas, las escenas y los
escenarios de las pancartas publicitarias sin textos
lingüísticos de interpretacióón
intelectual. Las masas sociales pueden ver videoregistros de
Mahoma crucificado; Buda en una discoteca; a Cristo en
companía del emperador romano; a Confucio practicando
ermita y con seguridad estas absurdas imágenes visuales no
podrán llegar a ser captadas y la posibilidad de
comprender los errores contextuales que las mismas portan. Con el
descubrimiento de América el translatio imperii fue
renovado por el translatio studii
(Jerusalem-Babilonia-Atenas-Roma), o el translado de la cultura y
las religiones hacia las nuevas colonias. En nuestros tiempos con
las translaciones digitalizadas interactivas globales, con
diferencias máximas de segundos, son difundidas
constelaciones visuales y noticias que se transforman en ruidos
informativos que sombrean el preciso entendimiento
lógico-cognoscitivo de gran parte de la población
mundial. Google actualmente desarrolla un programa para la
traducción verbal integral que será incluido en el
sistema Android. M. Foucault (1926-1984), subdividió
históricamente tres períodos íntimamente
relacionados con la evolución de los idiomas, y
clasificando a la modernidad, a partir del S. XIX, postuló
que "en nuestra época funcionan epistemas (Logos,
conocimientos), de sistemas y organizaciones. Para el autor, la
lengua resulta un objeto común de conocimiento, el idioma
se transforma en un refugio de las tradiciones y en inventarios
del pensamiento de las civilizaciones". Desde principios del S.
XXI funcionan sistemas de difusión masivos de
imágenes reales y simbólicas, independientes de los
esquemas de análisis e interpretación mental por su
propia simpleza visual y acompañados de cortas frases
explicativas. En lugar del entendimiento analítico en la
mente de las masas sociales funciona la
imaginación.

Los resultados de los cálculos de
algunos enigmas históricos revelados con innovadoras
técnicas y que recibieron austeros tratamientos
científicos en el S. XX, crearon confusión en la
mente de las masas receptoras de información. La supuesta
presencia de María Magdalena en lugar del Apóstol
Juan en la pintura de L. da Vinci "La última cena", se
difundió masivamente a través de la obra
cinematográfica "El código da Vinci"". El segundo
esclarecimiento fueron los resultados comparativos del rostro de
Cristo en forma de cálculos de operaciones
matemáticas computarísticas cuyas resultantes
muestran que una imágen de Cristo pintada en la
Basílica de Santa Sofía en Constantinopla (S.IV),y
que resulta ser según los resultados
computarísticos, una copia del retrato del rey de los
dioses de la mitología griega, Zeus. Tales resultados
matemáticamente confirmaron las dudas ya previamente
escritas por el egiptólogo J. Romer en su obra "Siete
maravillas del Mundo". El Sudario de Turín es motivo de
discusiones entre científicos de las más precisas
ciencias exactas, entre ellas, la Física. Algunos serios
representantes de la física cuántica postulan que
el sudario fue creado con tecnologías todavía no
descubiertas por el Hombre, por lo que suponen que tal
técnica de representación pictórica fue
realizada por extraterrestres. Los niños y adolescentes de
todo el mundo ya pueden jugar en sus computadoras con "Hitler y
Dave" o con "Hitler Assassination"; pueden ver escenas
pornográficas en forma de dibujos animados filtrados,
imposibles de bloquear por los padres. En nuestros tiempos
podemos ver las ideas descabelladas reflejadas de la esfera
subconsciente en los sueños de los autores de las
imágenes. Lo realmente absurdo ya es posible de programar
computarísticamente y difundirlo masivamente.

Todo es posible de programar y falsear, el
rostro, la voz y la figura anatómica de quien sea. A M.
Monroe acostada con el marqués de Sade o con un ex
presidente estadounidense; a la emperatriz Catalina "La Grande"
practicando fetichismo con su amigo espiritual, el
filósofo Voltaire; a Napoleón Bonaparte
secuestrando y exclavizando a Claopatra; a B. Franklin como
asiduo cliente de prostíbulos en París o a J.
Calvino sentado en una taberna en el centro de Zurich, vestido
con pieles y mostrando joyas de oro y diamantes. Todo ahora es
posible engañosamente programar y difundirlo visualmente
hacia las confundidas masas sociales comunicativamente
interconectadas. Conecte con Google y le ofrecerá
transformar sus fotografías veraniegas en cuadros
animados, prográmese si Usted lo desea como imágen
de Quasi modo de vacaciones. El Pontificio romano crea ahora
nuevas consistorías y purgatorios dentro del cuerpo de la
Iglesia en calidad de bandera para la recuperación de una
parte del total de los fieles que desde 1980 abandonaron los
dogmas del catolicismo. El presidente estadounidense casi al
unísono con el Papa romano, declara que nunca en la
historia el pueblo de su país había vivido en tales
excelentes condiciones sociales y económicas. Los
escándalos de los contenidos de las filtraciones de los
correos diplomáticos estadounidenses de WikiLeaks y el
programa de espionaje mundial de la NSA estadounidense, que
abarca a millones de individuos, ya son una contundente prueba de
la inducción modelada hacia la esquematización y
devaluación intelectual de las masas sociales mundiales en
general.

Los cuadros del mundo moderno a la altura
de los innovadores y desconocidos recursos técnicos para
todas las civilizaciones históricas, hacia fines del S.XX
subdividieron a la humanidad en tres grandes niveles. En los
"Espejismos culturales de la realidad" (2006, publiqué
tales subdivisiones en forma de una pirámide y pasados
ocho años desde que sobre esto escribí, las
realidades modernas ya alcanzaron a perfilarse claramente de
acuerdo al entonces para mí hipotético esquema. El
mundo globalizado se subdivide en la base piramidal ocupada por
las masas sociales con acceso a conocimientos fragmentarios, en
el segundo nivel y por encima del primero ocupado por las
élites sociales con acceso a los conocimientos
particulares especializados y en el vértice de la
pirámide los dueños de los conocimientos completos
y los pronósticos globales. En el vértice de la
pirámide todos los conocimientos se encuentran
sistematizados y en la base piramidal todos los conocimientos son
casuales e instantáneos por sus altas frecuencias de
renovación. Si comparamos este esquemas con el de los
tiempos de las más antiguas dinastías
faraónicas egipcias, los dueños de los
básicos conocimientos astronómicos que indicaron
las fechas del comienzo de las siembras, fueron ante el pueblo de
artesanos libres y los esclavos, embajadores divinos
dueños de los secretos de la naturaleza. El escalonamiento
de los conocimientos del mundo moderno globalmente unido
política, económica, comunicativa e
informativamente ya es un sistema de relaciones subordinadas que
infaliblemente nos conduce hacia la autodevaluación
intelectual de las masas sociales.

En cuál mundo vivimos comenzamos a
develarlo gradualmente desde perpectivas desconocidas para todas
las civilizaciones históricas. El "fin de la historia"
descrito por G.F. Hegel y frase actualizada por F. Fukuiama, en
el primer decenio del Tercer Milenio llegó hacia una
absoluta conclusión gnoseológica y
metodológica preestablecida. La cliodinámica es la
innovadora disciplina que modela matemáticamente los
procesos sociohistóricos antes de la era cristiana y en
nuestra era con altas probabilidades. En base a los modelos
teóricos matemáticos históricos del
continente euroasiático (mil quinientos años antes
y después de Cristo), ya son utilizados para estudiar las
perspectivas en forma de pronósticos futurológicos
de los procesos socio políticos y económicos en
base a las realidades actuales de nuestro mundo globalmente
interrelacionado. A partir de los modelos sociohistóricos
pueden ser calculados con altas probabilidades los diferentes
escenarios futuros. La cliodinámica borró la
Filosofía de la Historia historia y nos encamina hacia el
futuro en los marcos de modelos
matemático-probabilísticos de los sistemas
sociales. Entre las categorías de casualidad y la
necesidad y causa efecto, ya existen algoritmos predeterminados
que con alta probabilidad relativizan y deslindan sus originales
y autónomas relaciones categoriales de la lógica y
el espíritu humano. Los cálculos matemáticos
bajo procesamientos programísticos y
estadístico-probabilísticos borraron las originales
ideologías de la mente humana midiendo los guarismos de
las necesidades y casualidades históricas como el
desarrollo de un juego de ajedréz, en donde las piezas
pretéritas y futuras, fueron y serán las
civilizaciones humanas.

¿Hacia donde se encamina la
devaluación intelectual de las masas sociales
interconectadas a nivel global?. La organización OpenNet
integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y
Toronto, analizó los escenarios de nuestro futuro
intelectual como efecto reverso de los futuros filtros
informativos en las redes internéticas. Según nos
pronostican vamos hacia la creación de una ya probable
colectividad informativa mundial integrada por veinticinco
países, los que censurarán en las redes
internéticas todos los contenidos políticos o
sociales "peligrosos". Las actuales y muy democráticas
redes de redes en pocos años desaparecerán. Las
masas sociales sin acceso a las constelaciones informativas
internéticas transformarán su devaluación
intelectual en un nuevo nivel de entendimiento estupidizado y
chavalizado, desconocido por todas las civilizaciones
históricas, al menos a partir de las últimas
generaciones egipcias bajo los imperios faraónicos. Tales
sistemas fueron con una alta aproximación masivamente
aplicados en el bloque comunista soviético y en menor
medida en la actual China. Tal sistema de control informativo se
corresponde en la actualidad con la dictatura picapiedra
comunista de Corea del Norte. Los lentes de Google se
satelizarán hacia la censura sistemática de
información y de la desinformación de miles de
millones de ususarios de Internet. Recordemos que por principio,
la falta de información o el ocultamiento de una parte de
la misma ya es información, la que a su véz se
refleja en el intelecto racional, analítico y emocional de
todos los individuos receptores reales y potenciales de tal
incompleta o manipulada información. Personalmente pude
observar los estragos y lavados mentales que causaron la censura
y el peinado ideológico de la información en la
época soviética. No desearía que mi nieto
tenga una mente espejeada e informativamente administrada por
minúsculas élites sociopolíticas
mundiales.

La
autodevaluación existencial

a). Luego de desmenuzar el tema de la
devaluación intelectual en el mundo de innovaciones
técnicas en el que en promedio la humanidad debe
desenvolverse, esta sección desarrollaremos la
tésis principal de este estudio, la progresiva
autodevaluación existencial de las masas sociales
modernas. Podemos repasar las obras de todos los autores
existencialistas del S.XX y no podremos encontrar en particular
el valor de la mentalización de los croquis culturales y
técnico-instrumentales sobre los más íntimos
hilos vitales y existenciales de las masas sociales de principios
del S. XXI. Si nos valemos de los conceptos de los
filósofos existencialistas, repetiremos sin dudas la
metodología y las argumentaciones del existencialismo
clásico, lo que sería regresarnos al siglo pasado.
Las obras de los filósofos de la escuela existencialista
continúan siendo sin dudas nuestros modelos
paradigmáticos en este estudio. La autodevaluación
intelectual del promedio de las masas receptoras de las
constelaciones informativas coetáneas coincide y es
paralela con las planificaciones, las intenciones, las ideas
magistrales y los esbozos pseudoexistenciales del sentido y el
valor de la vida de cada individuo en particular y de las
medianas estadísticas en general. Los automatismos
tecnoexistencialistas modernos ya se transformaron en usanzas en
forma de procedimientos que camuflan la necesidad de pensar sobre
el valor, el destino y el significado de la vida de cada
individuo.

En el primer lustro de los años
ochenta del S. XX en la ex Unión Soviética,
millones de individuos asociaban la cultura de Occidente con los
pocos objetos que se filtraban por las cortinas fronterizas.
Aquellos individuos mentalmente enfocaban racionalmente su
esencia mental y vital hacia algunos objetos importados, por los
que pagaban desde un mes y medio hasta seis meses de salarios
promedios. Una vez que Rusia se globalizara política,
económica y culturalmente, los rusos dimensionan sus
actividades laborales y sociales /con/ y /a través/ de los
objetos occidentales en su inmensa mayoría importados.
Este experimento universal en Rusia es un brillante ejemplo
sociológico sin precedentes históricos, a
excepción del valor que le daban al vidrio que les
intercambiaban los descubridores españoles por oro a los
aborígenes sudamericanos. Una cosa es mentalmente orientar
la mente hacia ciertos objetos y otra espira mental es
cotidianamente coactuar con innumerables objetos instrumentales y
poder analizar los incontables objetos y escenarios visuales y
textuales de idealización que circundan multilateralmente
a cada individuo. Cajanegrizar los principios del funcionamiento
de los objetos es normal; de los innumerables componentes de los
teléfonos celulares y computadoras muy pocos individuos
necesitan saber el apellido del inventor de los transistores
diódicos. La autodevaluación existencial moderna no
se origina de los propios objetos en sí sino que deriva de
los complejos procesamientos mentales formados a través de
los objetos que cotidianamente usan las masas
globales.

Especular filosófica-categorialmente
con los procesos de las formas y contenidos; las causas y sus
efectos, lo individual y lo universal, sobre los contextos
existencialistas que nos proponemos desmenuzar, sería algo
absurdo dado que las simples esquematizaciones analíticas
no pueden llegar a abarcar el sentido y el valor de la vida de
cada individuo. La autodevaluación existencial moderna
tiene, sin dudas, causalidades inadvertidas por los propios
sujetos directa o indirectamente interconectados con los croquis
y trazados colectivos de abstracción y entendimiento. Un
ejemplo que siempre empleo por su valor analítico es el
del individuo que viaja en tren desde Pekín hasta Londres.
Las imágenes y paisajes de la vida que son grabadas por la
memoria de quienes viajan en todo el trayecto varían desde
Asia hasta Europa. Ver agricultores chinos que labran la tierra
con palas; las estepas mongolas; los contrastes culturales
siberianos confrontados con las visiones asiáticas, la
rusia europea; la europa oriental y la occidental. Todos los
cambios de visiones de formas externas culturales varían y
el individuo desde su cómodo camarote es un espectador que
deja de pensar sobre su propio camino y destino vital y
existencial. Cuando un individuo tiene la posibilidad de viajar,
en el tiempo que transcurre su trayecto sus cuestionamientos
existenciales desaparecen de su mente. Las causas de tales
regularidades psicológicas en los viajeros, es que su
atención racional y emocional pueden unirse sobre los
símbolos culturales que anteriormente ya había
visto o leído.

Los viajeros borran sus propios problemas
domésticos y cotidianos en el momento de toda la
trayectoria que recorren. Las proyecciones vitales de los
viajeros se despojan de los ensimismamientos de la vida rutinaria
diaria y semanal. Las cronologías repetitivas de su vida
se ocultan tras las visiones directas que percibe en detalle de
las nuevas formas y circunstancias socioculturales que descubre
visualmente. Todo lo que alcanza a ver es real y auténtico
y su mente puede ocuparse de captar pasivamente las formalidades
de los sujetos y las cortas escenas sobre diferentes escenarios
que alcanza a ver a lo largo de la vía ferroviaria. El
viajero en un tren en movimiento se olvida de sus planteos
cotidianos y en su memoria se borronean todas las circunstancias
que le molestan o afectan habitualmente. Los cambios de las
circunstancias visuales sombrean en su mente las realidades de su
vida particular. "No mires la vida a través de la ventana
de tu casa, mírate a ti mismo", la antigua
filosofía hindú nos legó un máximo
pensamiento difícil y en muchos casos irreal de aplicar en
nuestros tiempos. Autoanalizar quienes somos delante de nuestros
espejos sociales y circunstancias de vida es un previlegio que
pueden permitirse muy pocos individuos. Autoconcientizar nuestros
actos al margen de la ética y la moral moderna ya es una
esfuerzo sin resultados que puedan contundentemente efectivizarse
y no llegar a ser comprendidos por el resto de los
individuos.

En los tiempos coetáneos mirar lo
que sucede fuera de mi casa a través de una ventana es
algo absurdo, si dentro de una habitación puedo llegar a
revisar al mundo que me circunda por sus formalidades,
cibernética, interactiva y audiovisualmente. Cada indiduo
analiza y mide las realidades que percibe con su particular y
personal centímetro cultural. El problema surge en que
tales miles de millones de centímetros culturales ya
lograron redondearse en promedios estadísticos de grupos y
subgrupos probabilísticamente predecibles. Los planes,
intenciones, deseos y aspiraciones de miles de millones de
individuos y sin fronteras geográficas en nuestros
días ya son modelables. Los esquemas visuales de
abstracción e idealización ya se reflejan en las
ensoñaciones de millones de individuos conectados a las
redes internéticas. Vivimos actualmente en un mundo sin
marcos ideológicos magistrales y en donde todo funciona
bajo el principio universal de "dejar hacer y dejar pasar". Este
principio funcionó en la época de los ilumistas
franceses y con los principios del liberalismo europeo en el S.
XVIII. A principios de nuestro siglo, con los recursos
comunicativos disponibles, tal principio dialécticamente
derivará en enfocamientos y situaciones caóticas de
confusión colectiva de los modelos de pensamiento de las
masas sociales.

En el trayecto del camino que recorre un
viajero es dificultoso que se pregunte el sentido y el
significado de la vida y para qué existe el ser. Si un
individuo es cristiano y visita por un tiempo un monasterio, el
silencio de su celda lo llevará a hacerce tales preguntas.
En los monasterios ortodoxos rusos actuales es posible conocer a
personajes con historias de vida y experiencias existenciales
dignas de personalización en algunas de las obras de
Feodor Dostoievski. El gran escritor residió en el
monasterio Optina Pustyn y el albergue de la celda que
ocupó ya fue trasladado como museo. Lo único que
queda en el ermitorio monasterial que recuerde la visita del
autor es un antiguo árbol de roble existente en los
tiempos que Dostoevsky visitó el monasterio. Los polos
vitales del autor reflejados en su obra "Los hermanos Karamazov"
fueron la pena que cumplió de trabajos forzados en
Siberia; la visita como peregrino al monasterio Optina Pustyn, de
donde se inspira y refleja las tradiciones monasteriales de
starchetva, los guías espirituales que fueron eliminados o
fallecieron después de la revolución bolchevique y
por tercero, sus profundos dramas familiares. Las obras de
Dostoievski fueron fuente de inspiración de F. Nietzsche,
M. Heidegger y S. Freud. En algunos de los monasterios ortodoxos
rusos no se leen diarios, ni ven televisión, ni usan
Internet. Los monjes desconectados por completo de las
constelaciones comunicativas pueden desarrollar una profunda y
afilada percepción intuitiva, psicológica y
religiosa. El silencio, las oraciones de celda y las misas son
una antípoda cognoscitiva y mental para el viajero a lo
largo de su ruta y del individuo moderno conectado a Internet.
Abordar mental y espiritualmente el tema de la existencia de uno
mismo y del hombre en general requiere de una especial
concentración sin ruidos comunicativos. En los tiempos del
rey David algunos individuos practicaron eremita en el desierto
egipcio para alejarse de las interferencias verbales del resto de
las personas. En los tiempos coetáneos aislarse en un
desierto es casi una inconcebible praxis por las extremadamente
inhóspitas condiciones comparadas con las comodidades de
la vida moderna.

Dostoievski inspiró a las más
sobresalientes mentes del siglo XX, las que no tuvieron ni una
idea aproximada de los perfiles de las verdaderas personalidades
de los individuos en las zonas siberianas de castigados a
trabajos forzados, ni las profundidades existenciales de los
guías espirituales en los monasterios ortodoxos rusos en
el S. XIX. La paradoja de la genialidad del escritor ruso, reside
en que su intelecto y conciencia abarcaron lo mejor de la
espiritualidad religiosa de su tiempo y lo peor de los hoyos
sociales de convictos marginados de la sociedad rusa zarista. Los
prismas de tales profundidades fueron aumentados con las lupas
existenciales personales del autor. De los espejeos de
personalidades bipolares por sus calidades psicológicas,
morales y éticas, Dostoievski creó una de las
más encumbradas obras literarias de la humanidad. Estas
características son un paralelo paradójico y casi
dialéctico de la relación entre el intelecto, el
tiempo y el significado existencial entre el autor y sus
lectores. Las obras de Dostoievski tienen una trascendencia
universal y con el transcurso del tiempo no perdieron su valor
literario y filosófico. Las radiografías
espirituales dostoievskyanas necesitan de ensimismamientos
analíticos de los lectores que por sí mismas
contradicen gnoseológica y psicológicamente a las
consecuciones simultáneas internéticas. Ver y leer
bloques fotográficos y textuales informativos o de
entretenimiento en las constelaciones de Google no requiere de un
somero análisis de interpretación y son de todo
punto de vista menos monótonas que mirar a través
de una ventana de un tren en movimiento. Las visiones
internéticas pueden ser perfiladas y seleccionadas a
voluntad por de los usuarios conectados.

Las relaciones autor-lector ya podemos
considerarlas en desuso no por su invalidéz cognoscitiva o
por la desvalorización de sus calidades literarias sino
porque no pueden correlacionarse con las formas de las
instantáneas percepciones visuales de las constelaciones
modernas informativo-comunicativas. La intantaneidad de los
cuadros difundidos sin diferencias espacio-temporales y en formas
de cuadros coincidentes con los deseos racionales y
subconscientes de miles de millones de individuos, directamente o
en forma de espejeos ya pueden llegar a coincidir con las ideas y
pensamientos de los individuos conectados con las constelaciones
informativas y comunicativas globales. Apartándonos de las
relaciones cognoscitivas, la negación autónoma de
la psicología humana de las realidades que angustian a
cada individuo nos conduce a la obra de León
Tolstói "La muerte de Iván Ilich" y podemos llegar
a asociar los sufrimientos existenciales de un individuo que
vivió y escenograficó su vida personal privada de
acuerdo a nulos y vacíos modelos sociales. Cada individuo
tiene la particularidad de negar racional y
psicológicamente las situaciones por las que
psicológicamente sufrió ante algunas de las
circunstancias de su vida que lo afectaron en particular. El
personaje de Toltói al final de su vida recapacita y
comprende las realidades circunstanciales del entorno social que
buscó y alcanzó y por las que y en las que al final
de cuentas agotó inútilmente su vida. Me cuestiono
que se preguntará un individuo que organizó su
mundo mental cotidiano conectándose a Internet.

En nuestros tiempos para millones de
individuos la idea de "ser" se circunscribe dentro de sus propios
croquis existenciales publicados en las redes sociales
internéticas. Incluso el ego freudiano fue paracentreado
virtualmente y por lo que ya dejó de ser un inmediato,
auténtico y directo sentimiento psicológico. No
puedo imaginar a los escritores clásicos de la literatura
universal conectados a Internet, como tampoco que las obras sobre
H. Potter pudieran haber sido un best seller a principios del
S.XX. Todas las relaciones gnoseológicas y de
entendimiento de las realidades sufrieron profundos cambios luego
de la expansión mundial de las redes y servicios
internéticos. Las masas de conectados a Internet no
solamente ahorran tiempo real de sus vidas sino que al mismo
tiempo simplifican todos los modelos existenciales
pretéritos perfilados miles de años y sin una
posible creación actual y futura de nuevas formas de
proyectar sus vidas. Hoy casi todo lo que podemos ver ya fue
transformado en guarismos de ciframientos estadísticos y
los auténticos rasgos de la personalidad de cada individuo
en particular son sombreados por las propias pancartas y
escenografías sociales que cada individuo debe copiar y
representar. La humanidad no conoce nuestro preciso principio del
principio de todo lo que somos y nos circunda y los
últimos decenios las religiones fueron devaluadas
racionalmente. Nos resta continuar estupidizarnos con magistrales
proyectos vitales copiados y con algunos en apariencia
pseudomodelos existenciales difundidos globalmente.

b) Yo soy quien me veo y me pienso y los
espejeos de mi entorno y circunstancias reales y virtuales. Si
las imágenes reproducidas de la esfera subconsciente son
de alguna manera holográficas por no tener
correspondencias con las medidas espacio-temporales de las
realidades, lo que nuestra consciencia y memoria sella en forma
de imágenes, se corresponden con las perspectivas
ópticas que vemos. Las lupas de nuestra razón
pueden llegar a ser ilimitadas por los aumentos de las visiones y
el detalle y el entendimiento de las mismas. Sin nadie delante o
cerca de mí yo soy yo y el vacío que me circunda.
Quien no leyó en su vida ni un solo libro y no
salió del lugar donde nació, tiene como alternativa
de ver más lejos de sus perspectivas geográficas
por la comprensión de lo que le interese ver en su
televisor. Que los filósofos definan lo qué es la
existencia y la esencia de cada individuo ordenadas según
diferentes entendimientos, no significa que cada individuo llegue
a comprender qué representan estos conceptos. Lo real, lo
mágico y lo mítico coinciden unos con otros en los
pensamientos de buena parte de la población
contemporánea mundial. Si tuviera la necesidad de expresar
mis ideas a través de mi óptica personal
debería copiar a los filósofos existencialistas del
siglo pasado. Los últimos años he percatado
esclavismo humano en nuestra época de la
posglobalización. Es por ello que debemos iniciar muy
sencillamente intentar ver las realidades que nos circundan,
evitando vernos a nosotros mismos con nuestros propios espejos y
a través de los espejeos de nuestras propias
circunstancias sociales.

Leer y analizar las obras de los autores
existencialistas desde Kierkegaard hasta Merlo Ponti y realizar
los paralelismos correspondientes con las obras de S.Freud y J.
Lacan no significa poder llegar a abordar el entendimiento de la
actual autodevaluación existencial de las masas sociales
mutuamente intercomunicadas. La técnica, los instrumentos
y las instrumentaciones no pueden llegar a ser la simple
causalidad y orientación de los proyectos existenciales de
cada individuo en particular, receptor de las constelaciones o de
angostas franjas informativas globales. Como Inmanuil Kant
observó, si nos miramos delante de un espejo la parte
derecha de nuestra figura se reflejará siempre en nuestra
retina del lado izquierdo. Podemos jugar con las perpectivas
ópticas y nuestro entendimiento sobre ellas. Recientemente
se descubrió que utilizando rayos X sobre las
iluminaciones de los láseres es posible notar franjas de
espejismos ópticos invisibles para la vista humana. Yo
puedo mirarme y verme por horas y por días delante de un
espejo y no poder ver más de lo que permite la franja
óptica de visualización de mis retinas. Es
estúpido intentar comprender lo que soy por lo que alcanzo
a ver de mí mismo delante de un espejo. No tiene sentido
tampoco analizarme de acuerdo al rol social que cumplo y me
dimensiono. Si medito puedo inducir cualquier idea que
previamente me indicaron asociada a mi respiración
controlada. Si paseo en un lugar semidesértico e intento
verme a mí mismo, no podré ver más que la
situación de caminante explorador de panoramas
desconocidos.

El escritor H. Hesse (1877-1962)
vivió en India y reflejó en sus pensamientos que no
existe más realidad que la que tenemos dentro nuestro
interior y por tal razón la mayoría de los seres
humanos viven de acuerdo a esquemas externos irreales. Verse a
uno mismo de acuerdo a los filtros de nuestra propia
autoconciencia olvidando lo que damos y recibimos de nuestro
entorno, o sea lo que sería vernos a nosotros mismos en
forma depurada, es o puede llegar a ser una sugestión
solipsista de autoreflexión y pensamiento. Los individuos
conformes con su propia imágen pueden autoenamorarse
egocéntricamente con la simple aprobación externa
de su representatividad visual y formal. El ego humano no puede
llegar a ser un criterio existencialista del valor y el
significado de la vida de cada individuo. Conocí a un
judío holandés que vivió con su madre
escondido en un sótano todo el tiempo que se
prolongó la ocupación militar de Holanda en la
Segunda Guerra mundial. Mi conocido autoconcientizó las
realidades de su infancia hasta su vejéz por medio de los
prismas de los efectos de los narcóticos. Todo es relativo
cuando nos autovaloramos a nosotros mismos. Las coordenadas y los
cuadrantes de nuestro yo con respecto a otros son variables
condicionadas previamente en el seno familiar y sociocultural.
Existen individuos que viven y existen en función de su
árbol genealógico familiar. Tales individuos llevan
una vida prestada y enajenada de lo que son ellos
mismos.

Autoanalizarnos es una tarea dificultosa
por la propia parcialidad de negación psicológica
de nuestra mente. La psique humana autónomamente coloca
lentes negras que ocultan las amenazas externas y los conflictos
y las situaciones traumáticas centralizadas en uno mismo.
La memoria de los conflictos actuales y pretéritos
externos e internos de los individuos es borrada en calidad de un
autónomo mecanismo de defensa. Los individuos que sufren
enfermedades terminales crean sus propias autoilusiones sobre su
estado de salud. Individuos sin patologías
psiquiátricas o agudos sufrimientos psicológicos
crean su propio engañoso mundo con ilusorias pancartas y
escenificaciones sin enfermedades y sin sufrimientos
físicos y espirituales. La mente de cada individuo en
particular se miente y autoengaña a sí misma
percibiendo selectivamente lo que no le molesta o lo alarma para
continuar viviendo. Los autoengaños mentales son directos
ejemplos de las limitaciones existenciales de cada individuo.
Cuando no funcionan tales máscaras oculares todo se
localiza y concentra en la memoria de las situaciones dolorosas
que cada individuo en algún momento pasado de su vida
sufrió. Los encegamientos de la mente humana para evitar
enfrentarse con los dolorosos recuerdos o las realidades que lo
circundan, por ser un mecanismo de defensa que proteje la psique
de los individuos, pueden transformarse en una película
cinematográfica cortada y autocensurada. Nuestra memoria
puede ser holográficamente censurada por lo que el
autoanálisis existencial de los individuos y por lo puede
llegar a ser una autoilusión solipsista.

Las corrientes filosóficas de los
autores existencialistas se fomentaron después de las
catástrofes que causaron las guerras mundiales del S.XX.
Como J. P. Sartre escribió "el existencialismo es
humanismo", por la razón de que "la verdad y todas
acciones implican un medio y una subjetividad humana" (J.P.
Sartre, Existencia y esencia). Tres son las perspectivas de los
filósofos existencialistas, la religiosa, la atea y la
agnóstica. La resonancia social de esta corriente de
pensamiento fue en los años setenta del siglo pasado y se
formó con matices políticos extremadamente
antagónicos. Entonces era muy agradable escribir en los
cafeterías parisinas sobre la libertad interna y sus
proyecciones en los actos de cada individuo. Las sublevaciones
culturales y políticas estuvieron alentadas por
movimientos guerrilleros de ultraizquierda, jipismo, la libido
freudiana culturalmente desatada y sublevaciones morales,
ético culturales y estéticas. Desde la isla de Cite
se vieron las selvas bolivianas en donde murió Che
Guevara, las protestas estudiantiles parisinas, las drogas, las
nuevas modas juveniles occidentales y los jipis meditando como
gurús hindúes, pilares para la inspiración
del movimiento religioso New Age. En París se me abrieron
muchas puertas después que continué mis estudios en
la ex URSS. En la bilioteca Beaubourg o en la ilegal radio Tomate
se podía advertir el espíritu copiado de libertad
gestado por Sartre desde una mesa de una cafetería
parisina. Las revoluciones mundiales trotzquistas,
maoístas y de marxistas desenfilados fueron la
quintaesencia del existencialismo francés. La corriente
existencialista francesa se difundió y
retroalimentó de los procesos socioculturales de aquella
época. El tema de la libertad externa e interna fue una
moda para la juventud y resultó ser una pancarta idealista
naif cicatrisante de las profundas secuelas de la IIda Guerra
Mundial.

Se dice que como según denominas a
un barco así y navegará. Las ambivalencias
cognoscitivas e ideo-valorativas de los nombres tienen cierto
valor formal que se projecta sobre el sentido, el significado y
el valor existencial de las personas. La devaluación
existencial coetánea ya no puede recibir tratamiento a
través de un simple juego de palabras, ni de perfectas y
bellas especulaciones lógico-filosóficas y
heurísticas. Los nombres y los apellidos no pueden tener
ningún valor real sobre las significaciones existenciales.
En la "Filosofía de las formas simbólicas", (1971),
Ernst Cassirer nos confirma que "los sistemas de símbolos
actúan como mediadores entre la interioridad significante
y la exterioridad del mundo y sus significaciones". San
Nicolás y Coca Cola, suena como una relación verbal
descabellada. La realidad es que el santo cristiano y la empresa
de bebidas tienen una directa relación socio-informativa y
valorativa directa entre la "interioridad significante y la
exterioridad del mundo". Los holandeses emigrantes y fundadores
de la Nueva Amsterdam, actual N. York, derivaron hacia las
costumbres del protestantismo norteamericano las tradiciones de
los actuales Santa Claus, Papá Noel y otros. En los
años treinta del S. XX la empresa Coca Cola
financió para una campaña publicitaria el
diseño de las ropas, los colores y la fisionomía
del que originalmente fuera San Nicolás navideño,
despojado por completo de la significación religiosa de
uno de los más venerados santos patronos del cristianismo.
Los protestantes en todas sus variantes sectarias desvalorizaron
por siglos todas las originales significaciones históricas
cristianas. En el orden de las ambivalencias valorativas
existenciales, no todo depende de lo que llegan a percibir y
analizar autónomamente los individuos. Toda
valoración existencial subjetiva puede variar según
en donde el individuo nació, se educó y las
creencias religiosas que confiesa.

Las perspectivas ideovalorativas de los
individuos no dependen de los ángulos de visión
sino fundamentalmente de los lentes y los filtros culturales en
los que cada individuo en particular se formó como
persona. Ortega y Gasset reduce esto a las perspectivas mentales
de la escena del moribundo al ser visto por su esposa, un
médico y un periodista. Nosotros podemos mostrarle
pinturas de arte abstracto a un individuo que apenas puede leer
en su idioma.Con alta probabilidad el individuo no podrá
abstraer algún mensaje de lo que exede a su propia mente
formalizada por las copias de lo que alcanza a entender de los
mensajes televisivos.En Alemania pocos son los que pueden leer
las obras de Hegel por la gran cantidad de palabras en
latín y griego que el autor empleó. Cuando las
masas sociales interconectadas comunicativamente intentan
analizar el sentido y el valor de sus vidas, emplean los croquis
de pensamiento colectivos hacia sus propias y personales
autovaloraciones. En tales autovaloraciones pueden funcionar la
memoria censurada(negación); los particulares estereotipos
y las significaciones externas culturalizadas y los valores
socioculturales en que el individuo proyectó su propia
vida. Todo es relativo en las autovaloraciones existenciales y en
nuestros tiempos tales relatividades fueron perfiladas por las
comunicaciones globales. Los parámetros
estadísticos y probabilísticos medidos por las
redes de comunicaciones interactivas, pueden llegar a perfilarse
hasta en los promedios de las opiniones en los correos de
lectores de las diferentes páginas internéticas.
Eso significa que el yo reflectivo individual y personal de cada
individuo ya alcanza a redondearse en sus autovaloraciones,
frente y paracéntricamente con respecto a todo el resto de
los individuos con quien el individuo se
autorepresenta.

El valor existencial de cada individuo
tiene escalonamientos muy diferentes. Nada en la vida puede ser
comparado con las lágrimas de un niño
escribió con aproximación Dostoievski. Quien fuera
el primer multimillonario a nivel mundial (1957), a principios de
los años setenta le secuestraron a su nieto y por cinco
meses se negó a pagar el rescate. Luego de que se supiera
que los secuestradores le cortaron una oreja al nieto, el abuelo
pagó por su liberación. El valor de la vida humana
de su descendiente directo, fue parangonado intelectual y
existencialmente por el abuelo multimillonario en que pagar el
rescate era un absurdo gasto. Para millones de personas el
sentimiento de amar se amalgama con numerarios en efectivo. "Amar
es esencialmente el deseo de ser amado" escribió J. Lacan.
El dinero, los ideales políticos, el egocentrismo y las
debilidades humanas pueden entrecruzarse con los más
íntimos sentimientos humanos. Las valoraciones de las
significaciones existenciales humanas pierden su sentido cuando
se aproximan y se cruzan a todas las relaciones egoístas
relacionadas con intereses materiales. Algunos padres infrapobres
dan la vida por sus hijos y otros superacaudalados destinan sus
vidas y sus fortunas para que su nombre quede registrado
públicamente por generaciones. El dinero juega un rol
importante en los sentimientos de poder y goce corporal y
espiritual, pero frecuentemente los individuos acaudalados
pierden el común sentido del valor y el significado
existencial de la vida humana. Busquemos en el S. XX escritores o
filósofos millonarios. Los italianos después de
visitar a sus madres se quejan de que infaliblemente aumentan de
peso, los protestantes no demuestran sus emociones ni en los
entierros de sus seres queridos, en los países con
tradiciones protestantes los asilos de ancianos siempre completos
y cada año reciben pocas visitas de sus familiares. El
sentido y el valor de la existencia humana varía en cada
país y en cada dimensión sociocultural y
religiosa.

Las relaciones interpersonales en los
tiempos coetáneos sufrieron profundos cambios tanto en sus
formas como en sus contenidos. Los diálogos intervalados,
las frases cortas casi telegráficas son los nuevos
"chateos" interpersonales en las reuniones familiares. Los
pequeños mundos personales para cientos de millones de
individuos ya se ubican en sus computadoras o tabletas. Una clara
forma masivamente difundida es en público ocultar lo que
angustia o le preocupa a cada individuo para no salir de las
plantillas socioculturales difundidas multilateralmente de
estabilidad y éxito en la vida. Tal sentido sociocultural,
aleja al ser humano del real significado de su vida. Si la
existencia de cada individuo es lo que define su esencia, tomar
modelos prestados para crear apariencias de los gábilos
comunicativos e informativos ya es desvalorizar el significado de
su vida y perder su propia libertad existencial. Las masas deben
mostrarse sin problemas a semejanza de las sociedades donde
fueron originalmente creadas las plantillas socioculturales
informativas o publicitarias. Estos fenómenos ya no son
estereotipos culturales o modas sociales, pensar de acuerdo a las
escenificaciones de ser formalmente a plantillas ilusorias o
mostrar lo que no soy para los demás se aleja de las
esferas psicológicas conductistas y sociológicas.
La visión de binestar familiar y social fue
históricamente un parámetro social propio de los
protestantes. Los fundamentos germano protestantes por siglos
tuvieron tres principios en el seno familiar, la limpieza, el
orden y la puntualidad. El mundo católico no
practicó tales principios ni se encuentra entrenado para
practicarlos. Las sociedades globalmente intercomunicadas copian
formal y visualmente relaciones socioculturales visualizadas y
ocultos esquemas religiosos que nunca en la historia fueron
conocidos. Crear formalidades visuales para los demás por
simple conductismo psicológico ya es una forma masiva de
devaluación existencial.

Yo soy yo y mis circunstancias, implica
abstraerme de los demás para ser esencialmente lo que soy,
pero si yo debo mostrarme como los demás, debo pensar y
actuar como aquellos que me circundan. Tal lema
psicológico conductista ya autónomo y masificado,
sombrea la libertad interna de cada individuo en cualquier
dimensión geográfica global. Esto no coincide en
ser simplemente como los demás, o el principio de
"igualitarismo"social difundido y practicado dentro de sus
propias fronteras en la época soviética. La
simultaneidad de las comunicaciones globales aceleraron el
desposeimiento de la libertad ensimismada de cada individuo que
piensa original y autónomamente sobre sí mismo y
logra abstraerse de las circunstancias de las realidades que lo
rodean. Camuflar el ser y sacrificar el significado existencial
por encajar en las modernas coordenadas de orientación
mental con las que, y a través de las cuales las masas
deben vincularse voluntaria o irreflexivamente. Las porcelanas
dentales, los recursos de rejuvenecimiento externo, las dietas de
control de peso, los implantes de siliconas anatómicos,
las cirujías plásticas, las sesiones con los
psiconalistas, los anestésicos y los afrodisíacos
son todos recursos canalizadores desde y hacia un
sinnúmero de paradigmas y plantillas visuales
informativo-comunicativas globales. Los modelos formales de la
vida humana comunicativamente extendidos ya lograron
metaculturizarse hacia proyecciones mentales implícitas
prestadas de orientación de un moderno ser atado a
condicionamientos socioculturales superfluos o absurdos. Yo soy
yo si me parezco externamente a los que me circundan en mi
círculo social. Suena ridículo explicarme como debo
mostrarme y figurar delante de diferentes círculos
sociales. El coetáneo homo interneticus ya deja de ser el
creador del significado de su propia vida y valora, por
desconocimiento, su sentido existencial por creer que su esencia
puede llegar a verla al igual que en los mapas de su
geoorientador satelital.

En los suburbios de todas las ciudades
holandesas las ventanas no tienen postigos y durante el
día nadie oculta con cortinas de la vista de los vecinos y
el público el orden interior de las viviendas. Tal
tradición es auténticamente un ejemplo de las
demostraciones de bienestar originadas de la ideología
lutero calvinista dentro de las costumbres particulares de la
sociedad holandesa. Leemos The Daily Telegraph y descubrimos que
el sesenta y dos porciento de los ingleses visualizan y figuran
falsamente para aparentar que leen literatura clásica
cuando sólo la mitad de tal porcentaje estadístico
miran adaptaciones televisivas o cinematográficas de las
obras clásicas. The Tragical History of Doctor Faustus,
Sir Gawain y el Caballero Verde, Hamlet, Otelo y Antonio y
Cleopatra digitalizados y con 4G. El cine, Internet y los
resúmenes de Wikipedia ya sirven para crear falsas
ilusiones y camuflar la ignorancia por la falta de
estímulos para la lectura. Todas las formas de apariencias
se ajustan de alguna forma a la devaluación existencial de
una gran parte de los diferentes niveles de todos los grupos
sociales. Ante tales demostraciones de exteriorizado
confórt, salud y conocimientos, mis angustias deben quedar
ocultas para los demás y ser elaboradas y superadas por mi
propia cuenta. Puedo esquivar los sufrimientos existenciales con
antidepresivos, alcohol o drogas, ocultando mis reales problemas
con anestésicos corporales y espirituales. Las escenas y
las escenificaciones extendidas social e informativamente crean
cuadros holográficos de las formalidades a las que los
individuos deben ajustarse. La ética existencialista que
intenta superar los prejuicios es ocultada simultáneamente
por las exigencias sociales de la vida moderna y, a su
véz, las mismas relaciones sombrean el simple
cuestionamiento del significado de la vida.

La desconocida autodevaluación del
sentido existencial del hombre a principios del siglo XXI
comienza a perfilarse desde los nuevos condicionamientos
informativos y comunicativos hacia los actos previamente
concientizados por las masas sociales. Los esquemas de
abstracción y la conciencia colectiva ya son masivamente
reflejados por las masas sociales en calidad de planes,
intenciones, aspiraciones, propósitos e ideas
incluídas dentro de los proyectos subjetivos de cada
individuo en particular. Tales esquemas ya conforman una parte de
la subjetividad de cada individuo separado de los demás y
se aglutina y compagina con los esquemas subjetivos promedios de
las masas sociales globalmente interconectadas. El yo, el superyo
de cada individuo puede coincidir estadística y
probabilísticamente con el yo y superyo de cientos de
millones de otros individuos. J. P. Sartre escribió que
"el hombre es lo que él se hace", la idea es correcta
hasta el momento en que el hombre moderno busca alguna
ideología sea política, sea económica o
religiosa que le sirva como proyecto de vida y ese hombre no
podrá descubrir ninguna ideología en vigencia. La
filosofía ya casi desapareció, la psicología
se autodevaluó y el individuo no tendrá hacia a
dónde recurrir como faro intelectual o espiritual de su
mente y parámetro de su autoevaluación existencial.
La responsabilidad del hombre moderno se ajusta a la necesidad de
cumplir el rol de pieza aceitada en la maquinaria social; la
libertad y la responsabilidad ética de cada individuo debe
coincidir con las plantillas de su rol laboral y social. Podemos
encontrar respuestas sobre los más diversos aspectos de la
vida en Internet, no así si busco respuestas sobre el
sentido de la vida y para qué existe el ser.

El intelecto en función del
transcurso del tiempo nos conduce en la actualidad a cuadrarnos
en formas de vivir sólo para poder recibir en lo posible
la mayor cantidad de placer,emociones positivas y comodidad en
tanto podamos recibirlas. No es importante buscar respuestas a
preguntas sobre el significado, sentido y el valor de la vida
humana. Nacemos para infaliblemente morir, nuestra vida es muy
corta. Yo soy un eslabón útil y necesario para la
sociedad y debo intentar recibir todo lo mejor en esta vida.
Tales son las consignas de los miembros de todos los escalones
sociales de la modernidad de principios del S. XXI. La
metamorfosis de Kafka o el superhombre de Nietzsche, el ser en el
mundo de Heidegger, los personajes surrealistas de Dostoievski,
la Biblia y todos los grandes pilares del pensamiento y la
espiritualidad humana causan fatiga mental y angustia para la
mayoría de los lectores en la era internética. Si
para J. P. Sartre el existencialismo "es una doctrina que hace
posible la vida humana", transcurrido medio siglo, ya existen
diferencias abismales entre la doctrina existencialista y las
nuevas formas de los actos y de la subjetividad humana promedio y
global. Alguna de las obras de la corriente existencialista y una
caja de pastillas laxantes ya pueden ser analizados y evaluados
con el mismo complaciente sentido racional por quienes buscan
solamente efectos satisfactorios de la vida.

En mi juventud despertó en mi mente
gran interés intelectual la obra cinematográfica
"Recuerdos del futuro", y decenios después leí el
libro de E. von Däniken(1968) en el que se basó la
película. La relación entre el tiempo y mi propio
entendimiento de las cosas en tres decenios tuvieron un ciclo con
desmembramientos dicotómicos. Los mismos cambios de
pensamiento tuvieron lugar cuando recurrí por consejos
espirituales a un conocido monje benedictino en las
tolderías argentinas y además consulté en
Moscú a un sacerdote polaco amigo de un anterior
pontífice romano. Descubrí que emisarios de Dios
son muy pocos, y como se conoce existen tres clases de
representantes eclesiales, los trabajadores, los carreristas y
los verdaderos monjes y sacerdotes los que rara vez manifiestan
sus opiniones personales ante el público. La
estupidéz y la arrogancia humana también tienen su
peso en el seno de las iglesias cristianas. Las fantasías
de mi razón y los efectos colaterales mi fe lograron
desaparecer después de decenios de búsquedas. En mi
juventud mi razón y mi intuición no tuvieron ni el
mínimo nivel de poder filtrar lo verdadero de lo falso, si
bién en su momento pude memorizar diferentes
volúmenes de información casi enciclopédica
pero sin poder llegar a analizarlos. Con el transcurso del
tiempo, teniendo la posibilidad y la libertad de continuar mis
estudios en dos continentes y en dos polos antagónicos,
uno occidental y el otro comunista, mis mitos juveniles fueron
cayendo como un castillo de cartas. El profundo respeto por los
casi dos mil años de la Iglesia y los recuerdos del futuro
de mi juventud ya pasaron a la papelera de mi conciencia
existencial. Mis recuerdos personales pueden ser parangonados con
las experiencias de entendimiento y existenciales de gran parte
de los individuos que sobrepasaron la barrera de los
cincuenta.

En la primera mitad del siglo pasado Ortega
y Gasset escribió que la vida es siempre un adelante y que
el presente y el pasado se descubren después, cuando
abarcamos ese futuro. Transcurrido casi un siglo desde que Ortega
publicó su idea, nosotros nos ubicamos en ese futuro que
ningún futurólogo pudo ni con aproximación
vaticinar. Las diferentes variantes del futuro ya son calculadas
cibernética y programísticamente, por lo que por
cálculos de grandes cifras podemos con alta probabilidad
desplazarnos hacia lo que nos espera ulteriormente. Las
futurizaciones por sus probables fatalismos no se corresponden
con la filosofía existencialista por no poder llegar a
suponer las sensaciones que nos aguardan en el futuro tanto
deseadas como negadas. Los acaudalados visitan a videntes y
astrólogos. Todos nos sentimos inmortales y ni en nuestros
sueños morimos. Si la vida es una permanente
futurización, la misma se corresponde con los anhelos y
las aspiraciones de cada individuo en particular. Cada individuo
en su propio presente en el que vive tiene hábitos que
diariamente con exactitud cronológica repite. Los grupos
sociales ahora tienen comportamientos y preferencias medibles y
calculables. Nos corresponde confirmar que las masas sociales
modernas se resisten a conocer lo que sucederá por el
propio temor causado por los catastróficos
pronósticos anunciados. Las masas viven el ahora con una
intensidad desconocida por todas las civilizaciones
históricas. La libertad y la ética de
responsabilidad individual no pueden ser asociadas con las
esperanzas, las emociones y el significado de la vida cuando cada
individuo las orienta y las proyecta hacia el futuro. El hombre
es libre y responsable en cada momento de su cronología
actual en el que dimensiona reflexiva y activamente su vida real.
Las masas rebeladas que Ortega y Gasset observó a
principios del S.XX no encaminaron sus pensamientos hacia la
sumisión intelectual y existencial ya existente a
principios del S. XXI.

Cuando un shajid se inmola y termina con su
vida y con la vida de otros inocentes; si otro individuo
fervorosamente le reza a su Dios leyendo oraciones en riguroso
ayuno; otro individuo decide terminar con su vida por los
problemas que lo acosan, podemos caracterizar tres formas
diferentes de intencionalidades de la conciencia de cada uno de
ellos. Si un individuo enciende su computadora encerrado en una
habitación desconectado físicamente del resto del
mundo por voluntad propia, puede que este sujeto no tenga
intención alguna de buscar precisas respuestas en las
constelaciones internéticas. Y si este individuo las
tuviera, su intencionalidad se ajustará y limitará
a las variantes que encuentre disponibles y que responden a su
pregunta. Su intencionalidad se limitará a elegir una de
las respuestas expuestas en el buscador que responde a su
pregunta o cuestionamiento. Encerrado en su habitación el
individuo recibe copias de lo que sucede fuera de su
habitación, ciudad, país y continente, y hasta
puede llegar a ver en vivo los detalles de algún conflicto
bélico en otra parte del mundo. El individuo es en un
mundo reflejado y copiado visual e informativamente. En la
época en que Heidegger publicó su obra "El ser y el
tiempo", los medios de información colectivos fueron la
prensa escrita y las radiocomunicaciones. El pueblo debía
esperar hasta la mañana siguiente para leer los diarios o
comprar un receptor de radio, lo que muy pocos podían
permitirse. Entre dos fuentes de información
históricas y las actuales miles de fuentes de
información simultáneas e interactivas
internéticas, resultan ser un giro copernicano en la
historia de la humanidad que ya afecta directamente la
intencionalidad de la conciencia de cada individuo en particular
y de la mediana de los navegantes en general. Las causas son dos,
la cantidad de noticias y la frecuencia de cambio o
sucesión de las noticias. Tiene lugar lo mismo que le
ocurre al pasajero que mira hacia afuera por la ventana de un
tren de alta velocidad. Pasados unos minutos el viajero se cansa
de la sucesión cambiante de instantáneas figuras y
paisajes visuales.

J. P. Sartre escribió que la
intencionalidad de cada persona se corresponde con el mundo pero
no se halla en el mundo como las cosas. La intencionalidad de
cada individuo depende de toda una serie de factores
psicológicos y socioculturales que aquí no tiene
sentido enumerar. En las guerras millones de individuos se
encaminaron hacia la muerte concientemente. Sus variantes de
intencionalidades fueron dos, morir como desertores o morir como
patriotas. Un individuo conectado a las constelaciones
internéticas, lo que ya eso implica vivir en democracia
informativa, tiene la posibilidad de encontrar miles de variantes
que respondan a su intención de búsqueda sobre un
tema específico. La múltiple variabilidad del vox
populi internético puede desorientar al individuo hasta
tal punto que recurrirá a la fuente más simple e
insignificante. El individuo no sabe hacia cuál faro
orientarse y su ruta continúa como le dicta su mente
intuitiva o deseo antojadizo. Recurrirá de última,
a los esbozos de Wikipedia, cada mil páginas no analizadas
de algún autor o algún acontecimiento resumidas en
un parágrafo. La intencionalidad del interesado
continúa su ruta a la deriva. La intencionalidad de las
masas naufragan en el mare magnum informativo internético.
En Internet tampoco los individuos no encontrarán
intencionalidad para copiar en el disco duro de sus ordenadores
como tampoco podemos hallarla cuando operamos con las cosas
reales y virtualmente programadas. Las intencionalidades de
terceros no pueden corresponderse y ajustarse a la doctrina
existencialista. La intencionalidad puede no existir en la mente
de un individuo aunque desde su cerrada y solitaria
habitación puede a través de su computadora
encontrar miles de variantes que estimulen sus deseos y
aspiraciones tanto de su mente consciente como así
también encuadradas con las escenas y los escenarios de
sus sueños. Gran parte de la obra de J. Lacan redescubre
los simbolismos arquetípicos difundidos en las
constelaciones internéticas y sus angostas relaciones con
el subconsciente humano.

La cantante en Corea del Norte que por
grabar videos bailando en pantalones cortos sirvió de
pretexto para que fuera juzgada y fusilada por difusión de
pornografía. En la era internética existen
todavía dinosaurios del comunismo picapiedras y más
extremos y duros que los stalinistas. En mi juventud entré
a través de la frontera soviética con libros
publicados del escritor disidente ruso A. Solzhenitzyn, con el
peligro de ser expulsado y no poder volver a ver a mi hijo y
esposa y perder los años de estudios cursados. Tales
riesgos pienso que no tuvieron su fuente en el sentido de mi
libertad interna. Desde mi actual perpectiva pienso que fue mi
juvenil e irresponsable autoconvencimiento de suficiencia. En los
acontecimientos de octubre de 1993 entre el parlamento ruso y el
entonces presidente pude advertir en las calles desatadas de
Moscú en qué deriva la libertad sin límites.
Las calles liberadas de la intervención policial
tranformaron a la ciudad en un medio urbano de caótico
libertinaje. La libertad externa o las reglas vigentes en la
sociedad que hacen posible una elección, no pueden llegar
a reconvalidarse como un medio suficiente para perfilar y
perfeccionar la subjetividad de cada individuo. La libertad de
acceder a las fuente de información sin censura no es
suficiente para que las masas descubran en las proyecciones
informativas cierto valor y significado existencial de sus
propias vidas. La libertad de expresión de casuales y por
lo general de ajenas publicaciones en las redes sociales
internéticas, desenmascaran la falta de orientación
intelectual y la total soledad espiritual de algunos individuos.
F. Dostoievski en su "Leyenda del Gran Inquisidor"(Iván
Karamazov), escribió que no existe nada más pesado
que la libertad, por eso nuestro afán de entregar la
libertad en las manos de los que mejor saben- a las tradiciones,
a las costumbres y a Dios.

El hombre ya puede llegar a tener
dificultades para crearse a sí mismo si se aparta de las
los proyectos de vida reflejados en las constelaciones
informativas. Resulta que una gran cantidad de ideas y
condicionamientos modélicos que se requieren para poder
dimensionarnos intelectual y activamente en la vida, deben ser
copiados y confrontados a través de las fuentes y medios
comunicativos masivos. Las masas sociales deben imitar
intenciones, aspiraciones y modelos de pensamientos que en las
grandes urbes no pueden ser recabadas desde las simples
relaciones sociales y laborales. El hombre moderno debe perfilar
específicos proyectos de vida y parte de las variantes
debe previamente al menos conocerlas. Las masas sociales
globamente interconectadas ya deben necesaria o casualmente
ajustarse a imitaciones visualizadas y consecuentemente
virtualizadas en las escenas y escenarios de la vida real. Los
actores de los esquemas espejeados de las realidades previamente
virtualmente proyectadas ya somos nosotros mismos. Nuestro
intelecto abstrae y analiza esquemas y modelos de todas las
circunstancias reales y copiadas que percibimos y los que pueden
ser reflejados de alguna forma por nosotros. El mundo de las
virtualizaciones a través de nuestros propios reflejos
cognoscitivos mentales de imitación y asemejamientos, ya
los transformamos en realidades sobre todas las dimensiones de
actos y actividades que la gran parte de la humanidad moderna
realiza. Las imitaciones voluntarias e involuntarias en calidad
de funciones analógicas desde y hacia los cuadros de las
realidades proyectadas visual y textualmente ya son reflejos de
realidades virtuales (no inmersivas). Este es el nudo central del
mundo cibernético e internético en el que nos
dimensionamos mental y activamente y por lo que involuntariamente
devaluamos nuestro sentido, valor y significado
existencial.

La virtualidad "no inmersiva" en dos
dimensiones que vemos en nuestros monitores puede transformarnos
en actores reales de las proyecciones que previamente
visualisamos y captamos racional, analítica y
emocionalmente. Cada individuo tiene acceso a navegar en tiempo
calibrado con diferentes espacios geográficos mundiales
por lo que quien navega se mueve mental interactivamente en
diferentes coordenadas espaciotemporales tranportadas desde las
copias de otras realidades proyectadas. La teoría de las
imitaciones involuntarias desarrolada por Piaget ya es demasiado
básica para explicar el nuevo fenómeno
después de la masificación y globalización
de Internet. La inteligencia convencional confrontada con los
sistemas de inteligencia artificial se autocomplementan y
retroalimentan, por lo que cada individuo que interactúa
con un ordenador reproyecta la información que recaba y
simultáneamente la multiplica estadística y
probabilísticamente. En dos niveles diferentes, el
intelecto de cada individuo puede complementarse con el intelecto
promedio de millones de otros individuos. Los individuos
configuran sus vidas con los diferentes cuadros que buscan y
encuentran en Internet. Crearse a sí mismo el individuo
puede lograrlo sin ningún apoyo espiritual de su entorno
social, pero en los últimos decenios las escenas y los
escenarios circunstanciales vitales y existenciales de millones
de individuos se entrecruzan con los paradigmas virtuales
internéticos. La pregunta es dónde queda el ser que
por milenios recibió tratamientos filosóficos. El
ser del hombre moderno se diluye ante las corrientes informativas
y por debajo de las grandes cifras estadísticas de
principios del S. XXI.

La inteligencia de cada individuo se
conecta y retroalimenta de la inteligencia colectiva sombreando
el valor existencial de uno y de todos los participantes de las
constelaciones informativo-comunicativas. El intelecto colectivo
racional, analítico y emocional del hombre moderno ya no
alcanza a sublimar y destacar el valor, el significado y el
sentido de la propia existencia de cada persona. Para guardar en
la memoria de un ordenador un millón de números
simples se necesitan once megabyts, y para guardar en la memoria
de cada individuo una ínfima parte de las copias visuales
que puede llegar a ver diariamente, se desconoce el
volúmen que ocupa en su cerebro. Mezclamos la capacidad
cognoscitiva del hombre con el valor existencial como una muestra
de dos niveles erráticamente conciliados. Identificar
gnoseológicamente miles de objetos reales o
imágenes de idealización no significa que un
individuo pueda encarrilar sus propios proyectos de vida en
función a cierto sentido existencial. El sentido de la
vida de las masas sociales de principios del siglo XXI no se
proyecta hacia el futuro, el sentido existencial se vive cada
día y en cada momento que de alguna forma u otra un
individuo puede deleitarse. El futuro puede ser pagado con
seguros y créditos a largo plazo, el presente puede ser
financiado con una tarjeta de crédito o débito. Las
frecuencias de cambios informativos son tan altas que el hombre
ya no puede proyectar su propio futuro. El hombre moderno no
direcciona sus pensamientos hacia el pasado y hacia el futuro,
todo se centra en sus horarias actualizaciones de vida. Su propio
pasado puede llegar a verlos desde las perspectivas de sus
sueños o puede recordar sus años de juventud
escuchando registros musicales o viendo obras
cinematográficas. Los sujetos pierden por las propias
circunstancias innovativas su original subjetividad formada en el
transcurso de decenas de años.

Los más prominentes físicos
llegaron al final de sus vidas a la conclusión que existe
un Ser supremo, si bien sus mentes e investigaciones se
encaminaron inicialmente en calidad de materialistas ateos. La
"voluntad de sentido" de V. Frankl se diferencia de la voluntad
de placer de S. Freud e instrumenta las intenciones
paradójicas, la derreflexión o la
hiperreflexión. Ninguna de las técnicas franklianas
no pueden ni por aproximación ser alcanzadas delante de la
pantalla de un televisor o navegando en las redes
internéticas. Mediante los "diálogos
socráticos" diseñados por Frankl, la voluntad del
sentido existencial puede llegar a ser filtrada del alma de un
individuo que busca encontrar un camino a su propio ser. Creer en
la existencia de un Ser superior que sea el principio del
principio de todas las cosas que rodean a cada individuo no puede
llegar a ser un pensamiento formal superficial, los creyentes
formales encuentran un as intelectual extratemporal y universal
para explicar las causalidades de sus particulares derroteros y
dificultades en sus vidas. Pocos son los que se resignan a sus
propios destinos de pobreza, enfermedades, marginación
social e infalible fallecimiento. La mayéutica frankliana,
o el conocimiento logrado en calidad de conocimientos
intrínsecos de cada persona es progresivamente una verdad
reflejada de los espejeos causados por las proyecciones desde las
constelaciones informativo comunicativas. El Ser supremo en
nuestros tiempos puede llegar a ser una llave maestra racional y
utilitaria para resolver los cuestionamientos y angustias
causadas por la infalible finitud de la vida de cada persona. Las
disciplinas de la Física, los diálogos
socráticos franklianos y navegar en Internet son
contradiciones del sentido, valor y significado existencial para
cada persona en particular y para la mediana de las masas
sociales coetáneas en general.

Todas los medios y los condicionamientos de
la modernidad se encuentran trazados hacia lo que confirmó
K. Jaspers para"existir sin existencia". La carencia de sentido
existencial se reproyecta hacia los que ya no se encuentran con
nosotros. Uno de los más crueles dictadores del S. XX
siempre repetía que la muerte de una persona es una
tragedia y que la muerte de miles de individuos es simplemente
estadística. Actualmente el valor existencial de las
personas fallecidas puede ser decorado con datos
biográficos, fotográficos y videoregistros que le
recuerden audiovisualmente. La existencialidad pos mortem ya no
tiene el mismo significado y valor que en las épocas
pretéritas. Las significaciones existenciales a posteriori
en nuestras realidades de eficacia y praxis pueden ser
escenográficas. Las anatómicas siluetas de manos en
la Cueva de El Castillo en la Cantabria española datan de
una antigüedad de treinta y siete mil años. Las
figuras rupestres no tienen firmas ni codificaciones
grafológicas. Los autores fallecieron sin poder registrar
sus inexistentes nombres y primitivos sentimientos al realizar
copias de figuras de manos humanas sin dactiloscopías.
Nosotros descubrimos los dibujos de totales genios desconocidos y
los analizamos en calidad de simples espectadores por las
simplezas expresivas visuales del Hombre de hace treinta y cinco
mil años antes del inicio de la era cristiana. Los nombres
y las biografías de las vidas de personas ya fallecidas
pueden llegar ser ejemplos para las nuevas generaciones sin que
podamos llegar a descubrir los más íntimos hilos
existenciales personales de aquellas. Quien escribe se describe y
en los textos literarios podemos hallar las ocultas
radiografías del alma de algunos autores. El sentido
existencial de los individuos ya incluídos en la historia
pueden ser evaluados falsa o erróneamente, todo depende
desde cuales perspectivas científicas se las analice. Las
frases de Gandhi en nuestros tiempos de innovaciones suenan como
muy lejanos ecos de realidades inexistentes alrededor nuestro,
las que al ser filtradas por nuestra mente nos pueden llegar a
despertar puros sentimientos existenciales de supuestas
realidades.

C) Las interconexiones cibernéticas
y programísticas son en tiempo real, los vínculos
comunicativos nos reducen a relaciones tiempo-espacio
simultáneas. Nuestro ser ahora puede no encaminarse ni
hacia el futuro ni el pasado, nuestra mente debe acomodarse a las
simultaneidades de los requisitos de las comunicaciones entre
nosotros o con el restos de los individuos que nos circundan. Ser
uno mismo significa abarcarse para poder llegar a ser uno mismo y
poder espejearme ante otros. Si nos miramos en un espejo es en
función de cómo queremos que otros nos vean o
cómo quiero verme para que otros me vean. Las formas
existenciales de ser uno mismo para los otros deben ser
formalmente copiadas de una infinidad de modelos de
idealización y accesorios objetivizados disponibles
alrededor de cada individuo. Cada individuo se muestra de acuerdo
a las particulares circunstancias que lo circundan y esta
particularidad debe ser aplicada para confirmar su visible
sentido existencial. Mi intelecto en función de la
simultaneidad del tiempo real de mis pensamientos y actos bloquea
el valor y el significado de mi autoanálisis existencial.
Yo soy yo en la medida que me parezco al modelo externo que
quiero parecerme. Los estereotipos culturales visuales nos
encaminan hacia el borroneo de nuestro verdadero e íntimo
autoconocimiento de mi ser orientado hacia las personas que me
rodean. El hombre contemporáneo debe utilizar
máscaras, disfraces y maquillajes para poder ocultar su
esencia y sus pensamientos sobre su existencia en los diferentes
escenarios y en las que aquél debe ubicase en su vida
cotidiana. Todo puede en la vida de un individuo ser actoralmente
mostrado y sus juegos de apariencias lo llevan inercialmente a
pensarse en función de lo que los otros que lo rodean
piensan sobre él. En las redes sociales puede un individuo
tener hasta cinco mil "amigos" sin conocer personalmente a
ninguno de ellos.

La vida nos lleva a despersonalizarnos de
nuestras íntimas y auténticas reflexiones del
lugar, el valor y el sentido de nuestras vidas en las
circunstancias que debemos desenvolvernos. Si leemos a
algún autor de la corriente existencialista en nuestros
posibles cómodos divanes y luego nos dirigimos a trabajar,
es inadecuado comentarles a nuestros colegas de trabajo las
angustias y los cuestionamientos existenciales sobre la absurda
manera que desgastamos nuestras vidas ocho horas y cinco
días por semana. Las rutinas laborales, viajar de mi casa
al trabajo y del trabajo a mi casa, las rutinas
internéticas en las redes sociales, las rutinas
familiares, las rutinas sexuales y gastronómicas,
transforman en rutinarios nuestros pensamientos y nuestros
hábitos, los que con el transcurso del tiempo pueden
llegar a ser considerados en calidad de sentidos existenciales
repetidos cronológicamente. El homo faber
simultáneamente autorelacionado con el nuevo homo
interneticus transforma su vida en un esquema absurdo como el
trabajo del mitológico Sísifo. El hombre es un
segmento ínfimo en el universo sin un principio del
principio y sin tampoco conocer por qué y para qué
vive. Las posibilidades de elección de cualquier individuo
que se pregunte para qué vive, es sentarse a buscar
respuestas en su ordenador conectado a Internet o iniciar la
lectura de la Biblia. Creer racionalmente en las religiones, el
hombre de principios del S. XXI puede por dos circunstancias, por
la razón que conoce profundidades científicas
desconocidas para las masas o es un marginado social que piensa
en otra posibilidad de vida ya en otra dimensión invisible
después de su muerte. El sentido, el valor y el
significado existencial de miles de millones de individuos puede
asemejarse al esquema de fumar un cigarrilo, en una extremidad
fuego, en la otra extremidad un idiota.

Un monje cristiano debe callar para ahondar
su rezo y un individuo conectado con el mundo internético
debe mostrarse, hablar y escribir a veces sobre cosas absurdas
para poder mantenener los diálogos formales con otros
individuos. Los ruidos informativo-comunicativos crean
interferencias de concentración analítica
intelectual y espiritual cuando los monjes oran en sus celdas.
Una parte de las muchedumbres conectadas a las constelaciones
informativas internéticas habitualmente deben recibir
alguna dósis diaria de novedades audiovisuales para
autoconfirmar sus sentidos existenciales hacia otros individuos
en los marcos de los formularios dimensionados sobre realidades
virtualizadas. Las comunicaciones sociales entorpecen los
auténticos sentimientos existenciales de las personas y es
precisamente la soledad una experiencia que permite descubrir el
valor y el sentido de la existencia de cada persona ensimismada.
Los ruidos y las redundancias en las corrientes informativas
pueden crear falsas pancartas de las realidades en la mente de
las masas. Leer los salmos del Libro de David en pleno centro de
una megalópolis y leer los mismos salmos en un zona
desértica, formal y externamente no es lo mismo. Lo
realmente válido es que el individuo tenga una
convicción racional y que espiritualmente tenga fe de que
los autores son verdaderos embajadores de Dios. Las convicciones
mentales y espirituales de cada individuo en estos casos no
pueden en nuestros tiempos recibir tratamientos analíticos
y especulativos. Si un individuo tiene creencias religiosas, las
mismas se circunscriben estríctamente a sus personales e
individuales pensamientos y creencias. Tal postura deriva de la
ideología religiosa de los propios creadores de las
computadoras y los dueños de los canales magistrales
comunicativos globales. Resultó ser que el silencio que
exige orar ante el Talmud y la Biblia dialécticamente se
desarrolló en instrumentaciones comunicativas
satelitales.

Tener la total libertad de expresión
no significa ser que los individuos sean internamente libres. J.
P. Sartre escribió que los franceses experimentaron un
verdadero sentimiento de libertad interna en los tiempos de la
ocupación alemana durante la IIda Guerra Mundial. Las
masas contemporáneas tienen acceso a la información
incluso robada de los bancos electrónicos de memoria
estatales y al mismo tiempo acrecientan una apatía
cognoscitiva y valorativa masiva hacia las novedades de las
realidades del mundo moderno. Las masas tienen derecho de
opinión y los reales acontecimientos se suceden en
conformidad a los intereses corporativos al margen de las
opiniones sociales registradas. En apariencia las masas muestran
sus puntos de vista y opiniones y desdoblan de tal forma la
invalidéz y nulidad de las reales significaciones de sus
valoraciones medidas estadísticamente en tiempo real y a
su vez publicadas. Los escalafones de Google se orientan desde
mostrar que bién vivimos y vacacionamos, hasta cuando
soportar un gobierno de turno, frases de personas
célebres, viejos cuadros, comidas fotografiadas. La mente
y el entendimiento de las masas globales ya comienzan a
sublimarse en una nueva dimensión sistematizada y modelada
desde algunos epicentros mundiales. Sin dudas las masas abarcadas
por las constelaciones informativas e interactivas globales nos
regresan hacia proyectos de una nueva forma de adolescencia
humana. Tales innovadores cuadros gnoseológicos masivos e
interactivos son los pilares de una regular devaluación
existencial de las generaciones futuras. Ya en este siglo todo lo
que se relacione con la libertad y la voluntad individual y
colectiva deberá controlase y regularse en los marcos de
las realidades y las necesidades estatales y
corporativas.

Nos dimensionamos en los marcos de
innovadoras conceptualizaciones y aplicaciones instrumentales y
cognoscitivas inimaginables a mediados del S.XX. Las realidades
aumentadas definida por P.Milgram y F. Kishino (1994) dislocaron
cognoscitivamente a los entornos reales hacia los entornos
virtualizados por ciframientos programísticamente
procesados. La realidad aumentada, o sea la copia captada por un
teléfono celular y expuesta en la pantalla representa la
realidad aumentada por el aumento del foco visual respecto a las
dioptrías de la vista humana. A estas realidades de
geoubicación visual se le agregan información
digital que señala el lugar en tiempo real de donde nos
encontramos. Las interacciones y las experiencias cognoscitivas
que nos marcan las realidades de nuestro entorno en forma de
contínua sobreposición de imágenes nos
conducirán tarde o temprano a vivir en función de
modelos de guías espacio-temporales similares a
proyecciones ilusiones cifradas y fantomas virtuales. Con
absoluta certeza en un futuro próximo las orientaciones
circunstanciales de mi yo y mis proyectos en los marcos de mis
circuntancias espacio-temporales deberé copiarlos de
realidades aumentadas mostradas en mi teléfono celular. El
hilo conductor del existencialismo ó yo soy yo y mis
circunstancias, se diluye con la dependencia de las copias
cifradas y visuales por las que debo orientarme. De alguna forma
el "ser en el mundo" de M. Heidegger parcialmente en un futuro
próximo se intercalará interactivamente con copias
visuales y textuales procesadas y reflejadas programística
y comunicativamente. Orientarnos de acuerdo a las copias de las
realidades aumentadas de mi entorno, es una forma de
reconocimiento cognoscitivo intermediado y siendo que son
espejeos inteligentes, nos alejan de las realidades de nuestro
entorno y circunstancias.

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