Interludios de
psicobioética
Entre más seamos; hay menos posibilidades de
ser.
El conocimiento de sí mismo; es un hecho en el
hombre, lo importante de ese conocimiento; es que surjan
directrices, ideas y comportamientos; para su auto
regulación.
Los pronósticos alentadores en estos momentos de
crisis, son impopulares y abiertamente inmorales; debido en parte
a que, solo favorecen los modos de vida que hemos concebido;
desde los últimos 200 años.
Nos encaminamos al desastre de toda la humanidad, basta
de discursos pretendidamente intelectuales; debemos actuar, lo
que está en juego, no es otra cosa que la
desaparición del hombre; con su consabida ética, y
sus discursos llenadores, que lejos están estos; de
aproximarnos a una toma de decisiones puntuales; frente deterioro
medioambiental. Estamos en la obligación de enfilar las
ciencias hacia una nueva forma de vida; más acorde con los
tiempos actuales de crisis. Todos como actores sociales; estamos
en la obligación de empezar a definir nuevos estilos de
vida.
No hemos de esperar un desastre universal, para hacernos
conscientes de que el consumo irresponsable, consume nuestro
futuro, y el futuro del planeta.
No existe una sola razón válida, para
pensar que las éticas; no vallan más allá de
la especie humana, es fundamental que, una ética de la
especie, cobije las demás formas existentes; siendo estas
bióticas o abióticas. Lo ético, debe
extenderse más allá del hombre. El mundo natural,
su realización, su existencia y conservación, son
una responsabilidad de la especie humana.
La ética en estos tiempos, debe trascender a la
humanidad.
Los ecólogos formulan sus teorías
científicas bajo el influjo de valores éticos, y a
su vez, los filósofos ambientalistas valoran la naturaleza
sobre la base de teorías científicas. La
teoría evolutiva de (Darwin) entrega claros ejemplos de
estos complejos vínculos, ilustrando; cómo estas
relaciones recíprocas, no constituyen un sistema cerrado,
sino que son indeterminadas y están abiertas a las
influencias de dos mundos más amplios, como son: (el mundo
sociocultural y el mundo natural). La pregunta que me asalta en
estos momentos es; si debo, declararme existencialista o
moderadamente ecologista; para formular la pregunta, ¿a
quién le corresponde hablar de la conservación del
mundo natural?
Por una parte, la noción de (Darwin) de un origen
evolutivo para todas las especies biológicas; ha promovido
un interés ético por todas las formas de vida
existentes, sin embargo hoy, hemos de añadir que; existe
un afán inaplazable para hablar de los espacios que ocupan
todas las formas de vida existentes, ¿hemos de reducir los
espacios para acomodar en ellos una sola especie?, o por el
contrario ¿hemos de planificar el crecimiento y
desarrollo, de la especie dominante? La súper
población llevara indefectiblemente agresiones
territoriales, la lucha por los espacios será ardua,
será sangrienta, los conflictos afectivos y los conflictos
psicosociales, serán el tema del diario vivir, otra cosa
será, la comida, la ocupación, etc., además,
se exaltaran los nacionalismos. Existe quizás una
ética que promueva, no la lucha por la supervivencia; sino
más bien, una lucha por la convivencia armónica
entre las especies y el mundo natural. Hemos de seguir en las
discusiones esquizofrénicas sobre el libre desarrollo del
hombre, o nos detenemos un momento a pensar, en el libre
desarrollo de todas las especies y sus espacios naturales; esto,
sin apartarnos de que todas y cada una de las especies,
constituyen el apoyo nutricional y cultural que ha permitido
nuestro desarrollo y ostentación. La conducta moral de
estos tiempos ha de ser abierta, no solamente el devenir del ser;
es importante, también, lo es; el devenir de aquel, que
descansa en naturaleza. De alguna forma estas ideas; son las
bases de la Psicobioetica.
Por otra parte, las metáforas de la lucha por la
supervivencia y la selección natural, han inspirado una
ética contrastante, al proyectar sobre la naturaleza el
modelo (hobbesiano) de un estado liberal abierto al consumo, y el
modelo (maltusiano) de la economía y la practica
productiva de la selección artificial, reafirmando
así, el individualismo y la búsqueda del lucro y la
ostentación para la dominación y el control del
mundo por medio del consumo, (el que más consuma, es),
constituyéndose este talante; en nuestra actual crisis
ambiental, económica y social. Estas metáforas
fueron incluidas en las definiciones originales de
ecología y de ética de (Haeckel y Leopold),
respectivamente. Hemos de actualizarnos y hacer ajustes, o por lo
menos hacer una nueva lectura de las formas y modos de
producción y consumo, el consumo irresponsable consume
nuestro futuro, y el futuro del planeta, hoy consumimos
más de lo que el planeta puede dar. Hemos de mirar todo,
desde una óptica contemporánea, más ajustada
a los hechos y a las necesidades que el hoy obliga.
Para lograr una evolución radical, precisamos de
una visión diferente de la naturaleza; que podría
darse esta, en el enriquecimiento del vínculo ambiental
del hombre con su mundo natural, y el reconocimiento del impacto
que este pudiere causar, y así, podríamos acceder a
un mundo dialectico y dinámico que favoreciera este, la
intercomunicación; hombre-naturaleza. No podemos seguir
arrasando, depredando, hemos de hacer un alto; aun estamos a
tiempo. Que planeta entregaremos en heredad a las futuras
generaciones, bióticas y abióticas, que otra cosa
podría justificar la existencia del hombre actual; sino la
conservación del mundo natural, que cuentas entregamos si
fuere preciso, para donde nos vamos; cuando ya no hayan espacios,
ni aire limpio, ni agua potable, ni labranza, pensemos solo un
poco en esto. A cada hombre, y a cada mujer, le corresponde un
deber y un compromiso inaplazable con el mundo natural, y si
viniere alguien y dijere, no me comprometo, cabria la posibilidad
de preguntarnos; si corresponde esta posición a un miembro
de la especie.
Este ensayo sencillo, invita a reconocer la necesidad de
una nueva ética, que conjugue esta; el mundo de los
valores y el mundo de la ética con la dinámica
ambiental; de la cual se hace imperativo hablar hoy, la sociedad
moderna, no puede, no debe alejarse de la necesidad de
desarrollar una nueva cultura ambiental que permita a todos los
miembros de la especie participar en su desarrollo y
aplicabilidad; para de alguna forma, proteger las demás
especies siendo estas del talante que fueren, bástenos su
existencia, y que sea su sola presencia el motivo de su
permanencia, la ética, debe ir más allá de
los delirios del hombre, y acercarse de forma genuina al mundo
natural, y a todas sus especies y existencias.
Seguir hoy debatiendo sobre hechos, valores y derechos,
(es, deber y ser) solo nos aleja de las complejas
responsabilidades que hemos de asumir, el mundo (ni es; ni debe
ser) solo existe, además, es una compleja relación
natural de la cual se desprenden todas las familias existentes, y
por existir. Lo que hace notable la existencia del; es, el deber
y ser, es la competencia natural, la competencia económica
y la competencia social. La naturaleza no puede seguir siendo
moldeada a la imagen del hombre, ya se nos perece bastante. El
hombre debe hacerse responsable de su transformación, y
elegir un modelo de vida acorde con los tiempos actuales de
conservación, no estamos pensando en el hombre del futuro;
como debería ser. El hombre no es mercantil, es
sociológico, biológico y psicológico. El
hombre no es el rey supremo, solo es una más de las
biomasas de la tierra, es la biomasa que ha de dar
explicación de los excesos. La explicación que ha
de dar el hombre, ha de nacer del genuino interés por el
mundo natural.
Seguimos valorando lo económico más que lo
natural, aun así; esto no es tarea solo de los
productores; sino más bien, de los consumidores, el
consumo irresponsable consume nuestro futuro, el impacto humano
sobre la naturaleza no debe ser desastroso, (todo hombre es
consumidor y productor de algo), de otra forma no podría
derivar su sustento en el mundo materialista y económico
de hoy, otra cosa muy diferente es, la dominación por
medio del consumo irresponsable y la ostentación de bienes
y servicios que no sirven para nada; pero que atentan estos
contra lo natural. El tener sigue siendo bueno, sin embargo, el
tener hoy; no debe ser potencialmente nocivo para el mundo
natural; ni debe anular el concepto de hombre.
Esto no es una teoría científica; lejos
está, por eso no inspira éticas diversas, ni invita
al determinismo ni al dogmatismo; sino a la apertura, y quien
pueda hacer, que haga. Todo lo que sea potencialmente bueno para
el mundo natural es, bienvenido. No sigamos sentados esperando lo
que nadie nos debe, empecemos a sumar voluntades para un futuro
mejor. Yo no sé; si estos relatos, resulten
estériles, pero quiero hacer saber; que tengo una profunda
preocupación por saber, que pasara mañana cuando se
agoten los espacios, los recursos indispensables, y cuando
tengamos por fuerza que acomodarnos (cien), donde hoy nos
acomodamos (diez), no sé, si como especie; alcancemos la
mayoría de edad y haya, además, especio para
todos.
Con respecto a la epistemología, estos
razonamientos manifiestan; él como la teoría de la
conservación y la permanecía del hombre; de la que
estamos obligados a hablar hoy, conlleva valores de los cuales la
sociedad global actual dispone, no hemos de inventar nada, basta
el sentido común, y es el sentido común; quien
evitara que el mundo natural nos ponga al nivel de la indigencia.
El juicio moral objetivo esta cimentado en las pruebas,
¿necesitamos más pruebas? No es la hora de asignar
culpas ni de hacer señalamientos, es la hora, de hacernos
a nuevas responsabilidades como especie; con el mundo
natural.
Más que una propiedad, la naturaleza es el apoyo
nutricional de toda la biota, es el mecanismo que permite el
desarrollo operativo de todas las formas, y su desarrollo futuro
depende; en gran medida de las decisiones y los compromisos que
adoptemos hoy. Hemos de ser el mejor ancestro del mundo
natural.
No me aparto que hay diversas formas de ver e
interpretar el mundo natural, sin embargo, existe la necesidad de
ponernos de acuerdo en unos mínimos; que finalmente
serán unos máximos, cuando entendamos o
racionalicemos la magnitud de la catástrofe que tenemos
que enfrentar; nos hemos de comprometer todos, sin importar el
nicho que tengamos por habitad, ¿podemos espera eso? y
solo así, el mundo natural; será visto globalmente
desde la misma óptica. El mundo natural no tiene capacidad
infinita para ninguna especie.
Muy pronto se hará indispensable un
análisis sistémico de los proyectos sociales a
desarrollar en el mundo entero. Muy pronto tendremos que
trascender las fronteras y empezar a hablar de proyectos para la
humanidad, es una obligación que tenemos como especie,
esto podrá convertirse en una aproximación muy
valiosa para enfrentar la actual crisis ambiental, esto nos
proveerá una guía para reflexionar acerca de
cómo podemos seguir viviendo, y como debemos habitar en el
mundo natural, no mas excesos; porque estos, son muy costosos en
materia ambiental. Esto tiene que ir más allá de
una propuesta para enfrentar problemas, esto es, y será,
la forma que hemos de adoptar desde ya, y para siempre. Hemos de
acceder a un proyecto cultural, no particular; sino global, hoy
estamos a tiempo, y muy bien preparados para hacernos cargo de
las exigencias ambientales, solo las catástrofes,
disminuyen esa posibilidad. No se trata de fusionar
economías, se trata de fusionar deseos y necesidades. Cada
cual, desde su habitad ha de obrar, sin que se involucre valores
económicos, ostentosos.
Antes de disponernos a adquirir cualquier producto,
debemos pensar en las repercusiones que esta acción tiene
para el medio ambiente, la optimización de los beneficios
a costa de la destrucción de recursos naturales; es algo
en lo que tenemos que pensar, ¿quién elabora estos
"beneficios", y cuál es el costo para el medio ambiente?,
¿de dónde vienen estos "beneficios" impuestos? El
uso de la energía para la fabricación, y la materia
prima indispensable, tienen consecuencias para nuestro planeta.
Los recursos para sostener el ritmo de consumo que tenemos; muy
pronto, necesitara de "otro" planeta.
La sociedad moderna, ve al hombre, solo en un contexto
consumista. El hombre ya no es persona, es un derrochador habido,
y esto lo convierte en un ser necesitado, enfermo por la
tenencia, ¿es este, el único medio que tiene; para
justificar su existencia?
El consumo irresponsable representa un peligro para toda
la humanidad, la actitud de consumo de la que dispone el hombre
de hoy, raya en la paranoia, causa un impacto sin precedentes, y
no es privilegio esto; de las sociedades occidentales, es el
mundo entero, debemos proteger al hombre para que sea persona,
dueño de sí mismo, la exaltación del ser; ha
de ser un tema universal. El hombre es valioso aun sin la
tenencia.
Estos comentarios, son solamente una reflexión;
que muestra que existe una posibilidad de crear entre todos, un
mundo más equitativo para nuestras acciones e historias de
vida, invitando a ver; no de forma miope, que la relación
con el mundo natural, debe cambiar, disponemos de las
herramientas para enfrentar la crisis ambiental, pero es ya;
porque tal vez mañana sean, obsoletas, debemos superar la
disociación esquizofrénica, entre él es, y
el deber ser. Lo que debemos hacer es recuperar el vinculo
(hombre-biota), hay muchas formas de conocer y reconocer la
naturaleza, y muchas otras; de habitar el mundo
natural.
Las tecnologías son indispensables para el hombre
actual, solo hemos de racionalizarlas.
No tiene ningún sentido fabricar productos que
perecen en pocos días, si hemos de envasarlos en
artefactos que duran quinientos años para ser
degradados.
Los productos que fabriquemos hoy, deben volver a la
industria en su totalidad o volver a la tierra; para ser
degradados en un tiempo relativamente corto, no hay lugar para
más desechos.
No dejemos las responsabilidades a las generaciones que
aún no nacen, somos los ciudadanos del mundo que hoy
existimos; a quienes nos corresponde hacer
correctivos.
A todos los interesados en el futuro del planeta, y en
el futuro de la especie. El hombre puede conscientemente influir
en su propia evolución, y en la evolución de su
habitad.
Entre todos podemos enfrentar la crisis
medioambiental.
Sinceramente (HERM)
Tomado del ensayo (Psicobioetica), del mismo autor de
estas modestas líneas.
Autor:
Hugo Edgar Ruiz Monroy
Terapeuta psicosocial
Psicoterapeuta
Eticista
Bioeticista
Psicobioeticista
Docente
Bogotá Colombia
Agosto 03 2013