Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Luchas proletarias e irrupción del movimiento obrero en Centroamérica (1870-1914)



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Formación
    histórica del proletariado
  3. Ejes de
    explotación masiva del proletariado
  4. Rebeldías
    obreras y concertaciones artesanas
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía
    citada

Introducción

Los Estados nacionales configurados después de la
Federación Centroamericana, compartieron una matriz
histórica común de la que emergió el
capitalismo agroexportador a mediados del siglo XIX. Cualesquiera
hayan sido las diferencias y similitudes regionales, el
período colonial legó las estructuras
económicas y sociales que fueron subordinadas a un nuevo
"pacto" internacional de producción y comercio exterior
sustentado en la acumulación y reparto de la
plusvalía para la reproducción privada y
pública del capital.

En consecuencia, estas sociedades evolucionaron hacia el
predominio de relaciones de producción capitalistas y el
antagonismo histórico entre el proletariado y fracciones
de la burguesía. Pero, además, sus sistemas
productivos progresaron, arrastrando las contradicciones de
origen colonial entre las clases dominantes locales y los
intereses transnacionales de las monarquías colonialistas
que se transformaron en el siglo XIX, en regímenes de
dominación burguesa con economías de
mercado.

Las decisiones de los gobiernos para impulsar la
agricultura de exportación y explorar o habilitar sus
territorios, el desarrollo de las inversiones de capital
extranjero y los cambios demográficos, trastrocaron los
modos de tenencia de la tierra en perjuicio de la propiedad de
indígenas, campesinos y agricultores. El intercambio
internacional de productos agrícolas por manufacturas y
bienes de capital supeditó los cultivos tradicionales de
consumo familiar y comercio interno a la agricultura para
exportación. Después de 1860 ya era perceptible el
empobrecimiento de diversos sectores de la población y el
abandono de los campos por numerosas familias de
labradores.

En las villas y ciudades decayó la
elaboración y comercio de textiles, medio de trabajo de
miles de indígenas y mestizos. Los gremios por oficios se
desintegraron porque se anularon las ordenanzas que
protegían a las corporaciones y debido a la
importación de mercancías. En las ciudades
más pobladas, buen número de oficiales y aprendices
de oficios se convirtió en obreros asalariados de
talleres. Estos obrajes pasaron a ser propiedad de maestros de
oficios o de inmigrantes europeos que traían experiencia
comercial y dinero para comprar fuerza de trabajo, maquinaria
liviana y herramientas.

Hubo, pues, alguna similitud con el "esquema
clásico" de transición de la economía del
"antiguo régimen" al modo de producción
capitalista. Aunque en Centroamérica estos cambios no
condujeron a la fase industrial, sí fueron imprescindibles
para la acumulación interna de capital y la
formación de los primeros empresarios que, solos o
asociados con comerciantes y prestamistas, organizaron la
producción y exportación de los cultivos
agrícolas que articularon estos países al
capitalismo occidental.

Entre 1880 y 1914 surgieron otros procesos. El auge de
las agriculturas de exportación quedó condicionado
por la expansión de Estados Unidos en el Istmo y el
Caribe, una vez resuelta "la regionalización del mercado
internacional y la competencia con las potencias comerciales. El
paso de las economías de subsistencia a "economías
tropicales de exportación" reforzó el comercio
exterior y creó un grupo empresarial con alianzas
políticas locales y nexos con comerciantes extranjeros que
abrieron camino a una nueva participación en el mercado
mundial". Tal fue la importancia estratégica del capital
norteamericano, pues condujo al sometimiento de la región
al imperialismo "geopolítico" que se configuró dos
décadas antes de que estallara la Primera Guerra Mundial.
(Quesada, M. 2002: 64-66).

En ese contexto, este artículo propone los
siguientes objetivos:

1. Conocer los procesos de constitución del
proletariado centroamericano en el marco del legado colonial, la
formación de economías de exportación y el
surgimiento del imperialismo.

2. Ubicar algunas manifestaciones de conflicto y
protesta laboral del proletariado centroamericano como
experiencias de lucha de clase frente a la explotación
salarial y la pobreza.

3. Relacionar las luchas proletarias y las primeras
uniones de trabajadores como procesos que incidieron en la
irrupción del movimiento obrero
centroamericano.

Formación
histórica del proletariado

Existe bastante consenso entre historiadores, en que el
desarrollo del proletariado en Centroamérica devino de
causas como la expulsión de los indígenas y
campesinos de sus tierras, la concentración de
población en las ciudades, la ruina de los artesanos
debido al libre comercio de manufacturas con Europa, la
expansión de la agricultura comercial y el auge de las
inversiones extranjeras en la época del
imperialismo.

Para Costa Rica, en 1940 Rodrigo Facio estimó que
la proletarización comenzó con la
introducción del sistema de beneficio húmedo del
café, a finales de 1830. En 1966, Moretzohn de Andrade
consideró que el fenómeno tomó perfiles
claros, entre 1820 y 1830 con el inicio de la conversión
de la tierra en mercancía. Carlos Meléndez
sugirió que el trabajo por jornal comenzó en el
siglo XVIII con la formación forzada de las villas del
Valle Central. (Churnside, R. 1985: 233 y 275). Los tres autores
consideran que la proletarización de los trabajadores y el
despegue de economías de exportación formaron parte
de un mismo proceso histórico y estructural.

La apropiación privada de la tierra afectó
a los indígenas y en menor grado a la Iglesia. En Costa
Rica se desencadenó entre 1833 y 1849. En el Salvador, en
el lapso 1878-1882 se lanzó al mercado el 25% de la
superficie. En 1881 se abolieron las comunas indígenas y
hubo revueltas en Izalco y Atiquizaya en 1884; y en Santa Ana en
1885, 1889 y 1898. En Guatemala, en 1887 Justo R. Barrios
abolió el censo enfitéutico y remató las
tierras arrendadas a los indígenas y forasteros. En
Nicaragua, el gobierno de Pedro Joaquín Chamorro
legisló en perjuicio de ejidatarios, comuneros e
inquilinos de tierras públicas. En 1881 hubo
insurrecciones indígenas en Matagalpa. En 1906, otra ley
similar generó nuevas rebeliones en las cuales hubo
destrucción de casas, quema de cosechas y
plantaciones.

Las relaciones sociales heredadas de la colonia se
transformaron con la introducción de nuevos reclutamientos
de fuerza de trabajo. En todos los países, excepto
honduras, las haciendas de café generalizaron el trabajo
asalariado. Peones, jornaleros y cosecheros provenían de
minifundios familiares, de la población desprovista de
tierra en las villas y de pueblos de indios. El trabajo
asalariado se impuso con celeridad en El Salvador y Costa Rica.
Los pobladores salvadoreños sin tierras se empleaban como
obreros estacionales. En Nicaragua y Guatemala funcionó,
además, el colonato o el usufructo de un pedazo de tierra
por salario.

Para los sectores proletarizados, no siempre hubo
libertad de contratación pues se utilizó el reparto
de brazos entre hacendados, conocido como "los mandamientos" y
ejecutados por la policía del Estado; las "habilitaciones"
o adelantos de salario; el pago de deudas con trabajo; el trabajo
como castigo para indígenas rebeldes, prisioneros,
huérfanos, prostitutas y "vagos". Estos métodos
estuvieron activos en Guatemala y Nicaragua, hasta la primera
década del siglo XX. (Samper, M. 1993: 54-92).

La proletarización de la mano de obra se
desarrolló en otros ámbitos productivos y
comerciales. Desde la colonia, las gentes que no tenían
tierra, ni medios económicos y gozaban de libertad
individual eran empleadas por patronos, cofradías o
instituciones y recibían algún dinero como salario.
Pero la inversión en salarios en la producción,
comercio y prestación de servicios fue más
excepción que la costumbre. Los maestros dueños de
talleres y tiendas de artesanías sí tenían
que pagar a los oficiales y reconocían salarios menores a
los aprendices después de cierto tiempo de
enseñanza y experiencia.

En ese estrato de población se gestó
también la proletarización o la dependencia de un
salario como único medio de subsistencia en una
economía mercantil. Sobre todo, en tiempos de escasez o
por la falta de materias primas, despidos, desocupación a
causa de reducción de la demanda o por el cierre de los
talleres ante la importación de manufacturas. Desde 1775
el libre comercio arruinaba a muchos tejedores.

"En el seno de esa capa social (de artesanos) se
formaron los primeros obreros guatemaltecos. Ciertos talleres o
pequeñas fábricas no artesanales que empleaban mano
de obra asalariada para producir mercancías como lo fueron
los molinos, las panaderías y los telares grandes,
explotaron a los primeros obreros en unas relaciones de
producción semejantes a las de los talleres manufactureros
de las ciudades europeas de la baja Edad Media, salvadas las
diferencias (…) Pero no configuraron todavía un
embrión de proletariado" (Martínez P. 1983:
299).

La estructuración del proletariado
latinoamericano como clase social, comenzó a perfilarse
claramente a fines del siglo XIX. "La formación de los
primeros y grandes conglomerados de obreros solamente fue posible
gracias a las necesidades de fuerza de trabajo que produjeron las
construcciones de líneas ferroviarias, apertura de las
comunicaciones, transporte mecánico, las explotaciones
mineras, frigoríficos, puertos y el avance de industrias
como la textil". (Guerra y Prieto.1979:3-4).

De ahí la importancia de otro cambio estructural.
"El período de la inserción real al mercado
mundial, en términos de economía-mundo, para el
caso centroamericano presenta tres aspectos esenciales. Entre
ellos: La inversión privada indirecta cede ante la
inversión privada directa; lo que significa que los
empresarios extranjeros deciden contratar la fuerza de trabajo
local para expandir sus inversiones. La fuerza de trabajo
centroamericana pasa así a formar parte del proceso de
internacionalización de la ley del valor-trabajo, y por
supuesto de la extracción de plusvalía a escala
mundial (…) Esta es la época también del
despegue del movimiento obrero en nuestros países
(…) y de su preparación para las luchas
antiimperialistas. (Quesada M. 2002: 129-130).

Ejes de
explotación masiva del proletariado

Las concentraciones masivas de trabajadores asalariados
surgieron con la minería y los tendidos ferroviarios al
Atlántico y el Pacífico. Hacia este litoral, porque
el cambio de las actividades comerciales centroamericanas se
debió, en parte, a la construcción del Ferrocarril
de Panamá entre 1850 y 1855. (Quesada M. 2002:100). La
"fiebre del oro" impulsó la construcción del
ferrocarril para abaratar el transporte de maquinaria, hombres y
mineral entre California y el este de Estados Unidos. Para ello
contrataron 7.000 inmigrantes provenientes de Europa, el Caribe y
Asia; entre estos, más de 1.000 obreros chinos de los
cuales muchos se suicidaron. (Navas L. 1979:60).

En Honduras, el mismo año 1850 se trazó
otro ferrocarril de Puerto Cortés al Golfo de Fonseca para
activar la extracción de oro y plata. El gobierno
firmó el contrato en 1853 con el representante de USA para
Centroamérica, Ephrain Squiere y los trabajos se iniciaron
en 1866. Entre 1867 y 1870 se negociaron cuatro
empréstitos británicos por 6 millones de libras. En
1869 operaban 91 km. de vía entre Puerto Cortés y
San Pedro Sula. Ese año se inauguró el ferrocarril
transcontinental en Estados Unidos y en 1873 se suspendió
la obra en Honduras. Entre 1870 y 1892 el gobierno
extendió las líneas, hasta Pimienta.
http://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php//article//435

El 2 de diciembre de 1879 se fundó la New York
and Honduras Rosario Mining Co. para explotar las minas de San
Juancito y Valle de los Ángeles. Entre los accionistas
figuran el Presidente hondureño Marco A. Soto, y W.
Valentine. En 1880 se aprobó el Código de
Minería, se designó a Tegucigalpa como capital y la
carretera al Puerto de Amapala se convirtió en gran
arteria vial. A fines de ese año la plata representaba el
50% de las exportaciones. (Taracena A. 1993:192). Pero el
transporte entre la capital y las minas se hacía a lomo de
mulas hasta Tegucigalpa y ahí se cargaba el mineral en
carretas para llevarlo al Golfo de Fonseca. En 1903 y entre 1912
y 1920, el gobierno asumió el control de 96 Km. del
Ferrocarril Nacional de Honduras, ante el fracaso de
negociaciones con financistas norteamericanos.

Las economías de Centroamérica disfrutaron
bonanza comercial y financiera en los años 1857, 66, 73,
82, 90 y 93. En Nicaragua, la crisis de 1866 favoreció el
cultivo de algodón, por el repliegue de los Estados
Unidos. Con la revolución industrial, los tintes naturales
se sustituyeron en el comercio exterior por productos
agrícolas. El cambio originó un sector empresarial
aliado a la expansión de capitales británicos en
finanzas, seguros, ferrocarriles, transporte marítimo,
minería, agricultura y urbanismo. Estados Unidos se
expandió en la región, después de 1870.
(Quesada M. 2002:131-133). Las potencias europeas quedaron fuera
del mapa caribeño y centroamericano después del
Tratado Hay-Pauncefote, firmado en 1871.

El siguiente ciclo minero aparece con el ingreso de
compañías extranjeras, extractivas y especulativas.
En Costa Rica se ubicaron tres, entre 1872 y 1889, en los Montes
del Aguacate y la Cordillera Tilarán-Abangares. En
Honduras cinco empresas, entre 1883-1912. En Nicaragua nueve,
entre 1875 y 1911, y otra en 1921. En el Salvador una, en 1899.
Entre 1872 y 1912 operaban en la región 17 empresas
mineras. En la rama eléctrica se establecieron dos
compañías en Costa Rica. En banca y finanzas, seis;
en inversiones agrícolas seis, de origen inglés y
alemán, en Guatemala. (Quesada M .2002:185). La
inversión extranjera en El Salvador fue la menor,
después de Nicaragua y no hubo enclaves mineros, ni
bananeros. (Menjívar, R. 1982:30).

Inglaterra tuvo el control ferroviario entre 1860 y
1890. En 1857 se fundó la empresa Honduras Interoceanic
Railway Co. Ltd. "Entre 1867 y 1870 el gobierno contrató
cuatro empréstitos por 6 millones de libras. Se levantaron
50 millas y hubo que renegociar la deuda. En Costa Rica, el
gobierno firmó cuatro contratos ferroviarios entre 1884 y
1900; en Honduras seis, entre 1902 y 1920. (García B.
1997:44-50). En esos años se formaron la Costa Rica
Railway Co., en 1886, la northern Railway Co., la Interoceanic
Railroad of Guatemala en 1878, La Pacific Railway of Nicaragua en
1882 y la Salvador Railway Co., en 1886. (Quesada M.
2002:141)

Costa Rica inició en 1871 la construcción
del ferrocarril a Limón, en el Atlántico. En 1876
se levantó un tramo entre San Salvador y Santa Tecla, y en
1882 se inauguró el Ferrocarril Nacional. En Nicaragua, en
1878 se construyeron las líneas al Pacífico. Las
obras ferroviarias iniciaron en Guatemala en 1880 y al cabo de
ocho años concluyó el trazado de 219 Km. que
unía los litorales, hasta unos 89 km. de la capital. Otra
línea comunicó la capital con el puerto de San
José, en el Pacífico. (Ellis F.
1983-37).

En Nicaragua y El Salvador los ferrocarriles
unían zonas cafetaleras del Pacífico con los
puertos occidentales. En Honduras, Costa Rica y Guatemala se
trazaron muchos ramales clandestinos entre distritos o divisiones
bananeras y las líneas centrales a los muelles y puertos.
Se levantaron ferrocarriles a través del Istmo por la
necesidad de unir regiones agroexportadoras con puertos y
ramales. Y líneas internacionales entre El Salvador y
Guatemala, y, entre este país y México. (Samper M.,
1993: 45-47).

Los gobiernos centroamericanos entregaron a capitalistas
ingleses, norteamericanos y alemanes el manejo casi total de los
fondos de inversión. Cedieron la administración y
fiscalía de servicios públicos; renunciaron a sus
derechos al exonerar a las bananeras, incluso de los impuestos
por establecer; los intereses económicos se ventilaban en
el mercado con intervención del Estado; las finanzas
gubernamentales dependieron de empréstitos con las
empresas y las injerencias de gobiernos norteamericanos. Las
presiones de las corporaciones adquirieron autonomía,
facilitada por las alianzas con grupos económicos y
políticos de cada uno de los países. (García
B. 1997: 19-27).

  • B. LOS ENCLAVES BANANEROS

El siguiente eje de explotación del proletariado
surgió con los enclaves bananeros. "El comercio mundial de
la fruta se inició en Jamaica, en junio de 1870 cuando
algunos productores vendieron al Capitán Barker los
primeros racimos cuya colocación en New Jersey produjo una
utilidad del 100% por racimo y el negocio atrajo inversionistas".
Pero en Centroamérica, los cultivos y exportaciones
originales fueron emprendidos por inmigrantes del Caribe y unos
pocos productores locales.

En Honduras, desde 1860 las cosechas y el embarque se
ubicaban en Roatán y la fruta era vendida en Nueva
Orleans. En Costa Rica, el cultivo comercial surgió en la
década 1880-1890. Ese año había 780
plantaciones de productores. En Guatemala, el cultivo tuvo un
comienzo similar, a partir de 1893. En Nicaragua, se iniciaron en
Bluefields, en 1885. En Panamá había doce
productores en 1896, dueños de fincas en Bocas del Toro.
(Torres R. 1973:99-105; Posas M. 1993:111-117; Ellis F.,
1983:35-39).

Veinte años atrás, Minor Cooper Keith
probaba con ojo mercantil el cultivo de cepas de bananos en
fincas ubicadas en Colombia y Panamá. En Costa Rica
sembró semilla a ambos lados del ferrocarril y en 1873
invirtió en plantaciones en Zent y Matina. Casado con la
hija del Expresidente Castro Madriz, en 1882 arrendó la
Costa Rica Railway Co. y dos años después
firmó el Contrato Soto-Keith.

Con dominio del ferrocarril, procedió a asociarse
con tres empresas norteamericanas productoras y comercializadoras
de banano y en marzo de 1899 fundaron en Boston la United Fruit
Co. (UFCo.) El comercio no era entonces un monopolio, pues en
Estados Unidos había entre 1870 y 1899 unas 114
compañías distribuidoras de fruta. En 1890 se
desató la concentración y centralización de
capital. En 1900 solo quedaban 22 comercializadoras y las dos
mayores se fusionaron con la UFCo. (Ellis F. 1983:40)

La constitución de la UFCo., delimita la fase
1900-1930 de la historia de la económica del banano en
Centroamérica. La propiedad de tierra en poder de la
compañía en los cinco países, alcanzó
la cifra cercana a un millón y medio de hectáreas,
en 1930. El dominio equivale al 28% del área de Costa Rica
y el 19% de Panamá. Ese año era dueña o
arrendaba 2.500 km. de líneas ferroviarias y poseía
90 barcos para un control casi exclusivo del transporte
marítimo de fruta. (Ellis F. 1983:46-48).

En 1900 la UFCo vendió el 75% del volumen total
de racimos importados por Europa y Estados Unidos. En abril 1899
había comprado siete compañías comerciales
de fruta en Honduras y Panamá. En este país se
había instalado en Bocas del Toro y desde 1910
contrató en la zona a gran número de obreros
nicaragüenses, hondureños y costarricenses.
Clausuró operaciones en 1926.

En enero de 1901 se instaló en el
atlántico de Guatemala. En 1902 obtuvo el 60% de las
acciones de la Hubbard-Zemurray y arrendó varios miles de
hectáreas en la frontera entre Honduras y Guatemala. Entre
1903 y 1912, mediante compra de acciones y competencias aviesas,
sacó del mercado costarricense a la Cìa. Atlantic
Fruit. En 1906 compró el 50% de las acciones de la Vaccaro
Brothers, en Honduras, firma que se reorganizó en 1924 con
el nombre Standard Fruit Co.

En 1913 dos subsidiarias de la UFCo abrieron otras
plantaciones en los márgenes del río Ulúa y
en Puerto Castilla, al norte. En 1924 compró la
California-Guatemala Fruit Corporation para cultivar banano en
Tiquisate y exportarla al oeste de Estados Unidos. En 1927
inició plantaciones en Chiriquí, costa
pacífica panameña, y al año siguiente se
desplazó al Valle de Coto, en Costa Rica. En 1929
compró acciones a Cuyamel Fruit Co. y a partir de 1930
solo quedaba la Standard Fruit and Steamship Corporation como su
única competidora. (Ellis F. 1983:42-45)

Panamá, tierra codiciada desde el siglo XVI por
su cintura afeminada, al comenzar el siglo XX vivió el
acoso feroz del gobierno de Teodoro Roosevelt y una camarilla de
corredores de bolsa gringos e inversionistas franceses en
bancarrota que la raptaron a la República de
Colombia.

El sueño norteamericano del canal
interoceánico pasó de la fantasía a la
viabilidad luego de la Guerra contra España de 1898. Entre
1880 y 1914 los inversionistas franceses contrataron cerca de
23.000 obreros para la apertura del Canal. Después de la
segregación de Panamá, entre 1903 y 1913 llegaron
31.000 obreros de 12 de las Antillas; 12.000 de Europa, entre
1906 y 1908; 6.175 de Estados Unidos y 2.113 de
Centroamérica. En 1913, unos 10.000 antillanos quedaron
cesantes y se engancharon con la UFCo. en Bocas del Toro,
Panamá. (Navas L. 61 y 117-126).

Otros cambios de mediano plazo fueron provocados por la
estrechez del mercado interno desfavorable a la
diversificación económica. El libre comercio, las
migraciones internacionales y el crecimiento institucional
transformaron a pocos artesanos en fabricantes y a bastantes de
ellos, en obreros. Desde 1880 se delinearon los rasgos de los
sectores producción de manufacturas y prestación de
servicios públicos con base en el empleo
asalariado.

C. ARTESANOS Y OBREROS FABRILES

Los historiadores coinciden en que la producción
artesanal en Centroamérica decayó desde 1850. El
cura Bernardo Dávila observó en Guatemala que el
número de telares bajó de 278 en 1833, a 33 en
1846. (Gudmundson L.1993:241). En 1870 la importación de
textiles en la región sumaba casi el 60% y los bienes de
capital, entre el 10% y 20% (Samper M. 1993: 33). En Costa Rica,
el sector secundario se redujo del 27.5% en 1883 al 14.6% en
1892. (Abarca et. al. 2011:108). En 1883 se censaron 704 talleres
artesanales y en 1892, 694. El 51.2% se situaban en San
José y Alajuela. (Oliva M. 1985:41, 45 y 49).
Creció la cifra de artesanos ocupados en servicios; pero,
entre 1890 y 1905 decayó la artesanía de carretas
cuando se abrió el ferrocarril al Pacífico.
(Chrunside R. 1985: 238 y 244).

En Honduras, el censo de población de 1887
incluyó más de 500 ocupados en oficios como
albañiles, sastres, talabarteros, zapateros, carpinteros,
curtidores, sombrereros, fabricantes de jarcias, petates y tejas.
Muchas mujeres se dedicaban a la alfarería, costura,
hilandería y bordado, elaboración de sombreros,
cigarros, puros y dulces.
http://books.google/Sociedades%20artesanas.%20siglo%20xix&f=false

En Nicaragua había en 1883 había varias
fábricas de cigarros, hielo, aceite, jabón,
fósforos, muebles, textiles, destilerías y
chocolates. "Una fábrica de velas establecida en 1908 en
Managua, movida por seis máquinas eléctricas,
reducía 6 mil velas por día de diferentes
tamaños. Cada hora y media producían 780 velas,
1.200 cajas al mes y emplean 26 obreros. Había ladrilleras
y minas de cal y cemento.

http://books.google=Mario%20A.%20Trujillo%20Bolio&f=false

Se modificó también las categorías
de empleo, la artesanía doméstica y el obraje
fabril. En el censo de 1908 en San José había
más de 50 ocupaciones. A principios del siglo XX aparecen
manufacturas, como dos fábricas de calzado que empleaban
un promedio de 107 obreros. Una cervecería ocupaba 60. Dos
fábricas de gaseosas con 27 obreros cada una Diez
imprentas empleaban en promedio 15 asalariados. Seis
panaderías y ocho talleres mecánicos ocupaban 9
obreros en ambas ramas.

En Guatemala, a inicios del siglo XX había
fábricas donde las relaciones de trabajo eran claramente
capitalistas, como la Cervecería Centroamericana y la
fábrica de tejidos de manta, Cantel. En 1918 un vecino de
la capital tenía casi terminada una fábrica de
telas impermeables y artículos finos de caucho, terminados
con maquinaria moderna. Durante la lucha contra la dictadura de
Estrada Cabrera, los dueños de talleres fueron
eslabón y vínculo entre los artesanos de las
ciudades y las fracciones oligárquicas excluidas del
poder. Al final, se formó una fuerza heterogénea de
clase media, artesanos y obreros, y la oligarquía
opositora. (Balcárcel, José Luis.
1985:16)

En El Salvador "una investigación de 1858 sobre
"el estado de sus habitantes y las profesiones en que se ocupan",
la cual cubrió 5 de los 15 departamentos, demostró
la concentración en las villas y pueblos de artesanos
pintores, carpinteros, zapateros, sastres, plateros,
albañiles y otros… Ya en 1860 estos trabajadores
apoyaban las promesas de controlar el mercado, del candidato
Gerardo Barrios. Entre 1860-1870 proliferaron y se expandieron
organizaciones del artesanado libre". (Menjívar R. 1982:
34-35)

En suma, la producción fabril tuvo escaso
desarrolló en Centroamérica, hasta 1890. "Eran
fábricas pequeñas de bienes de consumo como
textiles, ropa, calzado, fósforos, candelas, cigarros y
puros, licores. En el Salvador y Costa Rica era alta la demanda
de sacos de yute para el mercado cafetalero. El sistema
productivo apenas comenzaba a mecanizarse, empleaba poco
número de obreros y el capital era familiar, local o de
pocos inmigrantes. En Honduras hubo fabricantes árabes.
(Samper, M. 1993: 38).

Asimismo, el productor artesano era más numeroso
que el obrero de manufacturas. En costa Rica, todavía en
1879 el decreto No. 35 del 15 de mayo reguló los
requisitos para maestro artesano en mecánica,
fundición, herrería, carrocería y
ebanistería. En 1906 se abrió la Escuela
Tipográfica para mujeres y en 1912 más de 500 damas
trabajaban en zapaterías. Pero todavía en 1907
artesanos y obreros eran arrestados por vagancia. Hacia 1905
tomaron forma los barrios obreros en la capital y cabeceras de
provincia, y la oferta de vivienda para esas familias
apareció en la agenda electoral desde 1913. (Oliva M.
1985: 51-67).

Rebeldías
obreras y concertaciones artesanas

El conflicto social y el antagonismo de clases, tomaron
otras dimensiones a partir de 1880. "Las reformas liberales
significaron violencia, despojo y proletarización para
indígenas y campesinos". En Guatemala las sublevaciones
más álgidas fueron: la guerra de los
indígenas de Momostenango, la rebelión de los
quichés en 1877 y la de San Juan Ixcoy de Chuchumatanes,
en 1898. En El Salvador, el levantamiento de Anastasio Aquino y
los caciques nonualcas en 1832-1833. Otras siete revueltas
ocurrieron entre 1872 y 1889, y una en 1885, de los vendedores
ambulantes de San Miguel. En Matagalpa, en 1881 estalló la
Guerra de las Comunidades como resistencia al trabajo forzado en
obras públicas. (Acuña, V. 1993:309-
310).

La huelga y la suspensión de los trabajos
irrumpen en la construcción de ferrocarriles, puertos y
muelles, fincas bananeras, zonas mineras, comercios, servicios
estatales, talleres y en las primeras fábricas. Las
más tempranas, en Costa Rica y Panamá. El
historiador Mario Oliva afirma que entre 1874 y 1914, en Costa
Rica hubo 23 huelgas: 2 mineras en 1906 y 1907, 9 ferroviarias, 2
en muelles, 4 en plantaciones agrícolas; 4 de obreros
manufactureros, panaderías e imprenta; 1 de trabajadores
de telégrafos y 1 de obreros municipales, en Puntarenas.
(Oliva, M. 1985:109)

En 1907 paralizaron 200 obreros de la mina Tres Amigos y
enviaron 50 delegados a la gobernación de Liberia.
Lograron un alza de salarios. En 1909 un grupo de mineros
liberó a tres obreros que eran conducidos a la
prisión de las Juntas de Abangares. En 1910 destruyeron el
telégrafo que uniría la Sierra Minera y Las Juntas.
El mismo año, obreros y vecinos desviaron el cauce de agua
que abastecía la mina en Quebrada Honda, Sierra del
Machuca. A raíz de la represión y prisión
destruyeron cercas y quemaron cultivos de la empresa.

Los mineros de la Unión, en Miramar, se rebelaron
el 12 de abril de 1911 contra los polizontes de la mina, casi
todos hondureños. El 20 de diciembre de ese año, en
la mina Tres Hermanos de la Abangares Gold Field estalló
la huelga y se sublevaron 400 mineros al mando de la fondera
Mercedes Panza y de los obreros Carmen Serrano y Rafael Arguello.
Mataron al policía hondureño Pedro Rubio y a otros
negros, vigilantes traídos de la Zona del Canal;
dinamitaron la cárcel, el telégrafo, incendiaron
las casas de los jerarcas, asaltaron y saquearon el
comisariato.

En 1912 hubo un paro en las Juntas, seguido de una
marcha funeraria. En el sepelio de un compañero fallecido
en el paro participaron más de 150 mineros vestidos de
blanco. El hecho tenía un alto significado de solidaridad
de clase y estaba prohibido por la empresa excavadora realizar
ritos con los obreros muertos. En 1919 otra rebelión fue
sofocada, apenas al comenzar. (Castillo A. 2009:
213-224).

En Panamá, el contrato Stephen Paredes de 1850
autorizó el ingreso de obreros chinos y negros para
construir el ferrocarril. Llegaron 7.000 trabajadores. Entre 1881
y 1888 otra oleada de inmigrantes trabajó en el canal
francés. Las huelgas fueron intermitentes entre 1880 y
1886.

La primera se produjo en el ferrocarril el 6 de febrero
de 1880 y duró una semana. En julio-agosto de ese
año, hubo otra protesta similar en los ferrocarriles y
muelles, en los extremos de la línea
Panamá-Colón. En marzo de 1881 pararon los
excavadores del canal francés. En noviembre de 1883, los
obreros del ferrocarril y el muelle. En julio de 1886, de nuevo
suspendieron labores durante 15 días los obreros del
ferrocarril. A raíz del "crack" de la empresa en 1889,
hubo 14.000 desocupados. En abril de 1895 se produjo la huelga
general de los obreros del Canal. El 1 de Abril de 1904, hubo
otro paro de los obreros ferroviarios que duró 10
días.

En la fase norteamericana de construcción del
canal la siguiente huelga por parte de obreros antillanos
sucedió en abril de 1905. A comienzos de 1907 los
españoles de la "Sección Corte de Culebra" fueron
al paro acompañado de seis disturbios. En Mayo de 1907 los
obreros norteamericanos pagados por la "planilla de oro"
suspendieron por casi un mes los trabajos, liderados por los
choferes de grúas a vapor y maquinistas. De estos
conflictos nacieron la Colour Progressieve Association en 1907,
la central Panama Canal Metal Trades Council y la West Indies
Protective League, en 1910. Estaban integradas en un 75% por
trabajadores antillanos y editaban el boletín The Workman
(Navas L. 1979: 71-152).

En Costa Rica, además de las huelgas y disturbios
de inmigrantes orientales, italianos y jamaicanos ocurridos entre
1874 y 1888, en las fincas bananeras y el ferrocarril tomó
forma un ciclo de protestas desde 1904. Hasta 1914 hubo 19
huelgas en el atlántico: 5 de obreros de muelles, 4 de
obreros ferroviarios y 10 paros que involucraron a obreros de
fincas y muelles. Desde 1910 se configuró un patrón
de concertación con criterios de dirección, unidad
laboral y solidaridad de clase. (Hernández R.,
1995:99)

En febrero de 1905 más de 300 obreros jamaicanos
de las fincas de Zent se negaron a trabajar a causa de una
reducción salarial. Ese año hubo otra huelga de
obreros caribeños. La empresa los sustituyó por
esquiroles traídos de Colón. Dos paros más,
en 1908 y 1910 fueron promovidos por maquinistas y 22 conductores
de la Norhern Raiway Co. En marzo de 1910 fueron a huelga los
obreros de la Philadelphia South, dirigidos por el comité
local de la Artisans and Labourers Union of Costa Rica, creada
dos meses atrás.

El 3 de agosto del mismo año organizaron otra
huelga en finca Banano por despido de dirigentes de la
asociación. El movimiento se extendió a finca
Beberly. (Hernández R. 1991: 193 y 213). La huelga
más sangrienta ocurrió en marzo de 1913 en Sixaola
y Talamanca, División de Bocas del Toro. La UFco. trajo
como rompehuelgas a unos 200 nicaragüenses. Además,
desde 1910 surgió el Movimiento Asociación
Universal para la Superación del Negro, dirigido por
Marcus Garvey. (Bourgois P. 1994: 97; 150 y 244).

En el Salvador fue reducido el núcleo de obreros
en los ferrocarriles y minas. (Menjívar R. 1982:33).
Después de la Primera Guerra Mundial las
compañías fruteras ocuparon en Honduras unos 20.000
obreros y empleados, el 3% de la PEA (Torres R.1973:106),
bastante número reclutados en El Salvador. El 10 de marzo
de 1909 irrumpió una protesta de mineros a causa de los
bajos salarios y acordaron ir a huelga sino se aumentaban. (Meza,
V. 1985:133). Un grupo de productores bananeros de Nicaragua
paralizó la corta de fruta en 1909 en demanda a la naviera
Blue Fields Co. para que pagara los racimos sacados por el
Río Escondido a igual precio que en los muelles.
http://books.google=Mario%20A.%20Trujillo%20Bolio&f=false

En contraste con las actitudes rebeldes y de lucha del
proletariado minero, ferroviario, portuario y bananero, en
general, los artesanos y obreros de manufacturas y
fábricas formaron uniones y asociaciones sin un
interés de clase homogéneo pues los objetivos de
sus acciones colectivas eran defenderse de los perjuicios del
avance capitalista y el libre cambio por medio de asociaciones de
ayuda mutua (Menjívar 1982:35). De ahí sus
adhesiones a los partidos oligárquicos en pugna, sostenes
de la burguesía agraria; la casi ausencia de protestas
colectivas y los móviles de las convocatorias a la unidad
Centroamericana en 1882 y 1911.

En 1872, el gobierno salvadoreño del mariscal
Santiago González fundó la Sociedad de Artesanos
"La Concordia" y en 1873 se creó la Sociedad de Artesanos
de El Salvador. El asociacionismo mutualista avanzaba hacia el
cooperativismo para el ahorro y consumo privado. Eran muy
inestables y con prácticas políticas defensivas, de
integración social y disciplina laboral. Editaron
boletines y periódicos, propiciaron la escolaridad y el
adiestramiento en los oficios o actuaron como grupo de
presión dentro de los núcleos partidistas
burgueses. Las integraban obreros, artesanos y patronos; se
dividían por oficios y en ellas participaban comerciantes,
empleados, educadores y patronos fabricantes. La dirección
recaía por lo general en intelectuales, educadores,
oficiales y maestros, dueños de talleres. (Menjívar
1982:36-38).

El 1 de abril de 1902 se fundó la Sociedad de
Artesanos de Santa Tecla a instancias del alcalde municipal y el
gobernador del Departamento La Libertad. Se designó
Sociedad de Artesanos "Gerardo Barrios" y después de junio
de ese año, Sociedad de Artesanos "El Porvenir"
http://ri.ues.edu.sv/id/eprint/2654 En 1917 en el Salvador
había 45 asociaciones y uniones distribuidas así:
16 en San Salvador, 6 en Ahuachapán, 4 en Santa Ana, 3 en
Santa Tecla, 3 en San Miguel, 2 en Sonsonate y 10 en aldeas
varias. Ocho eran sociedades por oficios, 14 mutuales, 5
cooperativas, 3 de artesanos en general y otras con nombres que
apelaban al porvenir y el progreso, en abstracto.
(Menjívar 1982:37). En Honduras y Panamá
también hubo varias de estas sociedades que usaban la
prensa, fundaron escuelas y eran cortejadas por los partidos
políticos.
http://books.google/Sociedades%20artesanas.%20siglo%20xix&f=false

El 13 de diciembre de 1881, El Mensajero, editado
en Costa Rica por Mauro Jirón, cedió espacio a una
Sociedad de Artesanos de Guatemala para divulgar los objetivos,
estatutos e invitar a constituir organismos similares. Se
había fundado en 1877 y tenía 1.000 afiliados (El
Mensajero 1881). Otras mutualidades fueron la Maternidad Obrera y
la Sociedad Joaquina, nombre de la madre de Estrada Cabrera. "El
Señor Presidente" convirtió los clubes liberales en
centros populares y de funcionarios públicos. Entre 1898 y
1902 fueron creados 168 clubes y en 1916 superó la cifra
de 500. (Taracena A. 1993:213). El dictador afrontó el
conflicto obrero patronal mediante la represión de la
agitación laboral urbana y la legislación
salarial.

Telegrafistas, carteros y correos de postas recibieron
alzas de salarios y aguinaldos en 1902, 1903 y 1908. En 1906 se
aprobó la Ley Protectora de Obreros que contempló
indemnizaciones por accidentes; se emitió la Ley de
Cooperativas y se crearon las Cajas de Socorros integradas por
patronos y trabajadores. A principios de 1910 se aprobó la
jornada de 8 horas para los empleados públicos. En 1912 se
fundó la Federación de Sociedades Obreras con
organismos que funcionaban desde 1908 como el Gremio de
Albañiles, la sociedad de Tipógrafos Gutemberg, la
Central de Artesanos y Albañiles, y la Fraternal de
Barberos. (Balcárcel, J. 1985:12-17) En 1912 se
organizaron en una Federación de Sociedades
Obreras.

En Panamá, las primeras uniones también
fueron de tipo mutual. Eran asociaciones de obreros y artesanos
necesitados que constituían fondos comunes para
enfermedad, accidentes, funerales, cesantía, etc. Las
primeras asociaciones de obreros fueron las de Panaderos y
Dulceros fundadas en 1906 y la Unión de Choferes, creada
en 1912. (Turner J. 1985:282).

En Nicaragua, el Presidente Zelaya estimuló la
formación de organizaciones como la sociedad El Recreo
fundada en 1904 por artesanos, obreros, burócratas,
profesionales e intelectuales. En 1906 se constituyeron otras
cinco. Fueron reprimidas en noviembre de 1910 por los liberales
enemigos de Zelaya. En 1912 se crean en León las primeras
centrales y las ligas de trabajadores, con proyección
regional. En 1912 se funda la Central de Obreros y Artesanos de
Managua y la Central Obrera de León. En 1913, la Sociedad
La Unión, en León y en Chinandega la Sociedad La
Libertad. Sentaron las bases del sindicalismo
http://books.google=Mario%20A.%20Trujillo%20Bolio&f=false

En Costa Rica, entre 1874 y 1901 se formaron 22
organismos de artesanos y obreros fabriles: 7 sociedades
cooperativas; 5 uniones de gremios por oficios; 1
asociación obrera; 1 liga de obreros; 4 clubes
políticos de trabajadores; 2 cajas de ahorro, 1
círculo de artesanos y la Sociedad de Economías de
los Maestros. En el nivel del conflicto, hubo 4 huelgas: una de
telegrafistas en 1883; 2 de panaderos en 1901 y 1903 y otra de
tipógrafos, en 1901. El grupo de artesanos
predominó entre 1880 y 1909. Entre 1909-1914 "los
proletarios imponen su propio carácter al movimiento".
(Oliva M 1985: 83 y 109). Las huelgas de principios de siglo
repercutieron en el origen de la primera Federación de
Trabajadores de la capital, creada en 1905.

Un Boletín Electoral del 7 de febrero de 1886
publicó que el Comité de Artesanos estaba integrado
por oficiales de gremios. Más de 400 artesanos desfilaron
por la capital en apoyo al candidato Bernardo Soto. Otro
periódico citó 55 carpinteros, 17 sastres, 16
zapateros, 10 barberos, 9 herreros, 7 albañiles y 44
relojeros y plateros que no concurrieron. El 19 de octubre de
1889 nació la Sociedad Constructora de San José y
el 19 de marzo de 1890 la sociedad anónima "Gremio de
Carpinteros". Por aparte, el 24 de mayo de 1903 se fundó
el Gremio de Carpinteros de Costa Rica para enfrentar la
competencia de una Compañía Constructora Inglesa,
contratista del gobierno. En noviembre de 1912, 180
albañiles y carpinteros formaron otra sociedad
constructora.
Http//centroamerica.fcs.ucr.ac.cr/Contenidos/hca/cong/mesas/…/frojas.doc

El 10 de julio de 1903 los panaderos de San José
fueron a huelga, liderados por la Sociedad El Ejemplo. Entre el
11 y el 17 de julio los dueños de empresas, el
cónsul de Francia, policías y autoridades
públicas se unieron para disolver la Sociedad, dispersar a
los dirigentes, detener al Presidente del gremio Francisco
Pérez, capturar y expatriar al anarquista español,
Juan Vera Córdoba, inmigrante de Islas Canarias, en 1889.
En 1901 la Sociedad El Ejemplo había protagonizado otra
huelga de panaderos. "Era una organización con
carácter de cooperativa y llevaba la impronta artesanal en
proceso de proletarización". Esta huelga puso de relieve
la diferencia de intereses de clase entre los dueños de
talleres y los asalariados. (Oliva, M. 1985:114-123).

Una iniciativa de envergadura que germinó en el
seno de estas organizaciones fue la convocatoria para reunirse en
un Congreso Obrero Centroamericano que se celebraría el 5
de noviembre de 1911 en El Salvador, al cual fue invitado el
Presidente Araujo. En Costa Rica al menos 450 representantes de
organizaciones fueron y votaron en la asamblea que designó
los delegados. Hubo participación de todos los
países del área, excepto Nicaragua y Panamá.
Se discutieron siete propuestas enmarcadas en el carácter
mixto, obrero patronal de las sociedades de artesanos y la
creación de un Consejo Federal de Trabajadores
Centroamericanos, el cual se constituyó en San
José, en 1912.(Oliva M. 1985:160-168)

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter