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El Partido Único de la Revolución Cubana



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Referencias
    Bibliográficas

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Resumen

Los partidos suelen nacer, en momentos propicios,
congrega las huestes juradas, en su corazón…. Para
encauzar el pensamiento y la acción patriótica,
Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano,
máxima expresión de su genio político, que
demostró su capacidad para aunar al pueblo, este partido
nació del empuje de un pueblo aleccionado que ve sus
intereses representados en el mismo. Es una organización
política y surge por la necesidad de crear un
órgano o agrupación que le proporcionara una
línea programática a la nueva guerra en
preparación, y a la vez fungiera de dirección
partiendo del análisis del proceso emancipador
latinoamericano y el propio caso cubano. Era inevitable su
surgimiento por la necesidad de superar las principales causas
que desunían a los patriotas; su objetivo unir a todos los
que estuvieran dispuestos a participar en la acción
revolucionaria, sólo podría lograrse con una
organización capaz de obtener el consenso y apoyo de las
grandes mayorías. Brío poseen sus ideas, ya que no
se puede hacer ni llevar adelante una Revolución, sin una
fuerte y disciplinada organización revolucionaria. El
Partido Comunista de Cuba representa los ideales, el sueño
y anhelo de nuestro Héroe Nacional; un sólo
Partido, porque el pueblo lo quiere así.

Introducción

En la segunda mitad del siglo XIX ya era práctica
habitual la creación de partidos políticos. Fue
José Martí quien en 1882 adelantó la idea de
que sólo a través de un Partido podía
dirigirse la lucha del pueblo de Cuba por su independencia, para
unificar los esfuerzos de todos los cubanos y desenmascarar las
tendencias antinacionales nacidas en el seno de estos y refiere
¨…Por eso es llegada la hora de ponernos de
pie¨[1]. Ponerse de pie porque era preciso
fortalecer la tendencia independentista, en un momento en que la
lucha política se expresaba cada vez más entre los
partidos políticos bien estructurados y
organizados.

A la vez, debían transformarse los métodos
de dirección y superar las contradicciones principales
entre: militares y civiles, cubanos radicados en la Isla y en el
exilio, patriotas veteranos y de la nueva generación,
ricos y pobres, patronos y obreros, habitantes de las provincias
occidentales y orientales, cubanos y españoles, negros y
blancos.

Brío poseen las ideas de Martí. Fidel
refirió: que el Partido de la Revolución era una
necesidad, ya que no se puede hacer ni llevar adelante una
Revolución, sin una fuerte y disciplinada
organización revolucionaria. Este Partido debe ser el gran
vehículo de mérito, de vocación
revolucionaria, el gran vehículo de la inteligencia, del
mérito, que debe estar siempre por encima de los
individuos, porque ese es el Partido que encierra el valor de
decenas de miles y cientos de miles de inteligencias, el valor y
el heroísmo de todos, el valor del espíritu de
sacrificio de cientos de miles de ciudadanos, del espíritu
de combate, del amor a la Revolución.
[2]

En esta hora del recuento y de la marcha unida,
recordemos a Nuestra América como obra pletórica de
Martí, como manifestación del equilibrio del mundo,
respondiendo al llamado de la unión tácita y
urgente del alma continental.

Desarrollo

El Partido Revolucionario Cubano es la
organización política fundada por José
Martí el 10 de abril de 1892, así
concluyó el proceso que había comenzado algo
más de tres meses antes cuando se habían aprobado
las bases y estatutos secretos de la organización,
en Cayo Hueso.

Surge por la necesidad de crear un órgano o
agrupación que le proporcionara una línea
programática a la nueva guerra en preparación, y a
la vez fungiera de dirección partiendo del análisis
del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano,
además de lo útil e impostergable que resultaba dar
coherencia y unidad a los esfuerzos independentistas.

Se hace indispensable erradicar las principales causas
que desunían a los cubanos, es la tarea más
importante que Martí se traza, y fundamenta la necesidad
de unir a todos los dispuestos a la acción revolucionaria.
Se requería la existencia de un partido que
inspirará confianza por sus cualidades: cohesión en
las filas, modestia de sus miembros, sensatez en los
propósitos, que juntara a cuantos estuvieran dispuestos,
sin distinción, ni sin limitación alguna de color
de la piel, el sexo, la nacionalidad, la posición social,
el grado de desarrollo de sus criterios sobre el ordenamiento
social, la ubicación dentro o fuera de la patria, la
participación o no en las anteriores
contiendas.

Entre sus objetivos principales estaba organizar,
dirigir y llevar a cabo lo que Martí calificara como
la Guerra Necesaria. Una semana antes de la
constitución oficial del partido, Martí se
refería en el Periódico Patria a las
características de la organización que ya se
gestaba y cito: "El es, de espontáneo nacimiento, la
grande obra pública. Es, sin más mano personal que
la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de
cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana"

La creación del Partido Revolucionario Cubano fue
la máxima expresión del genio político de
José Martí, demostró su capacidad para aunar
al pueblo y dirigirlo hacia el logro de sus más altos
propósitos: Sólo podría triunfar una
organización capaz de obtener el consenso y el apoyo de
las grandes mayorías y vencer los temores que
inmovilizaban y las prevenciones que desviaban los
esfuerzos.

———-el partido revolucionario cubano es la
unión de pensamiento y voluntad de todas las
organizaciones cubanas y puertorriqueñas del destierro, y
que el represemntante electo por ellas, después del examen
y voto persobnal de cada uno de sus miembros , no ews la canbeza
imperante e inamovible de cuyo capricho o alucinación
depende el sacudimiento y llamado a muerte del país en que
nació, sino un comisionado de su pueblo; con los deberes y
las restricciones que a su pueblo le plugo
fijar…

…ahora mismo cva a ejercer su voto anual el prc,
a elegir a los que deben representar; y el que es delegado hoy de
los cubanos emigrados, puede dejar de serlo mañana. El
poder de la idea, ordenada y aciva que va hoy con él
,mañana,sin más que un cambio de hurna, puede ir
con otro. L a grandeza es esa del del prc: que para fundar una
República , ha empezado con la República: Su fuerza
es esa: que en la obra de todos, da derechos a todos. Es una idea
de lo que hay que llevar a Cuba: no a una
persona…—————-

La labor organizativa de Martí fue intensa;
pronunciaba discursos en las reuniones de los emigrados, en los
que llamaba a organizarse y unirse. En enero  de 1892
José Martí y Carlos
Baliño[3]suscribieron las Bases del Partido
Revolucionario Cubano, aprobadas y proclamadas por las
emigraciones cubanas y puertorriqueñas el 10 de
abril de ese mismo año y reseña que no se
propone perpetuar en la República Cubana, con formas
nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el
espíritu autoritario y la composición
burocrática de la colonia, sino fundar en el ejercicio
franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre,
un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el
orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales,
los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta
para la esclavitud.

Los partidos políticos que han de durar; los
partidos que arrancan de la conciencia pública; los
partidos que vienen a ser el molde visible del alma de un pueblo,
y su brazo y su voz; los partidos que no tienen por objeto el
beneficio de un hombre interesado, o de un grupo de hombres, -no
se han de organizar con la prisa indigna y artificiosa del
interés personal, sino, como se organiza el Partido
Revolucionario Cubano, con el desahogo y espontaneidad de la
opinión libre (…) a veces, esperar es morir. A veces,
esperar es vencer. Y esto ha sucedido en el Partido
Revolucionario Cubano."

Se esperó, donde la espera parecía
conveniente a la dignidad y firmeza de la organización, a
la opinión de desinterés absoluto y naturaleza
popular que merece por sus métodos y fines el partido; y
la espera ha sido la victoria. Con un gran sentido de la
responsabilidad y con infinita modestia, José Martí
aceptó y asumió las funciones de Delegado del
Partido Revolucionario Cubano.

El 8 de abril de 1892, dos días antes
de constituirse oficialmente la organización, el Consejo
de Presidentes y Delegados de Club, presidido por José
Dolores Poyo, confirmó la elección de Martí
como Delegado, y de Benjamín Guerra como
tesorero.

Martí pronunció palabras de agradecimiento
cito: ¨ la obedezco y cumpliré con los deberes que me
impone, seguro, y por esto sólo orgulloso, de que en el
descargo de ellos nada podré hacer que supere el
patriotismo previsor, sagaz y abnegado de los que me
eligen.¨

Martí se refirió a las virtudes de su
pueblo, y expuso acerca de las funciones específicas del
delegado del Partido Revolucionario Cubano sobre las cuales
aseveró que no eran mera fantasmagoría y
creación del papel, o corona hipócrita y visible de
un edificio político artificial. Precisó que el
Partido Revolucionario Cubano constituía la
ordenación final, y ya en grado de acción, de los
esfuerzos continuos de los emigrados de Cuba por tener a la
patria en condiciones de vida digna y próspera, y por
tales motivos proclamó que aceptaba orgulloso, como si
sintiera la consagración sobre su frente, el oficio de
Delegado con que su pueblo libre lo honra.

Tras la muerte de José Martí,
en 1895, el Partido se queda por un corto período de
tiempo sin Delegado, hasta que el 10 de julio de 1895
por votación unánime de todos los clubes se elige
a Tomás Estrada Palma, estrecho colaborador de
Martí en Estados Unidos y figura prestigiosa entre los
emigrados cubanos, como delegado del Partido Revolucionario
Cubano.

Estrada Palma es proclamado oficialmente Delegado
el 18 de julio en un mitin celebrado en Hardman Hall.
Continúa contando con la colaboración
de Gonzalo de Quesada como Secretario particular y
cambia la sede de las oficinas de la Delegación de Front
Strest al número 66 de Broadway. Contaba Martí con
39 años al fundar el Partido, Estrada Palma al convertirse
en Delegado ya tiene 60 años y ha dedicado su madurez
temprana a las arduas tareas de la guerra.

Para agudizar los trabajos nombra agentes federales
encargados de recibir los fondos de los clubes y remitirlos a la
Delegación. Los primeros fueron: José Dolores Poyo
para Cayo Hueso, Fernando Figueredo para Tampa,
Domínguez Cowan para México, Dullende para
Haití y Hatton para Santo Domingo.

Entre las funciones del Partido encontramos la
recaudación de dinero y medicamentos. La fuente más
valiosa, no por su monto, sino por su significado
patriótico, fueron los pequeños aportes que a costa
de grandes sacrificios realizaban los trabajadores. Colectas
públicas, cuotas a través de los clubes y aportes
de particulares cubanos y extranjeros eran la fuente más
digna, además de recaudar fondos con el cobro de
contribuciones a los dueños de valiosas propiedades en
Cuba, a cambio de concesiones para que estos continuaran
realizando sus actividades económicas.

La tarea principal de la Delegación una vez que
comenzó la guerra, consistió en organizar y enviar
expediciones armadas a la Isla. Para tal efecto fue creado el
Departamento de Expediciones que envió más de 30
entre 1895 y 1898. Hubo que luchar arduamente
contra la formación anárquica de ellas, que en
muchas ocasiones trataron de materializarse.

El Partido bajo la guía de Tomás
Estrada Palma comienza a perder su carácter
democrático, en gran parte debido a los métodos
autoritarios de dirección que empleaba,
convirtiéndose cada vez más en una
institución puramente recaudadora de fondos para la
guerra, en la cual no se discutían las perspectivas
futuras. Una vez concluida la guerra de liberación
sólo unos pocos, entre los sectores más avanzados
de la emigración, habían luchado por divulgar y
mantener vivo el ideal martiano de la República
democrática.

La falta de proyecciones de la labor política
creó en la mayoría de los cubanos del exterior una
imagen del Partido como una agrupación de reducido radio
de actuación, lo que unido a la propaganda tendente a
presentar la intervención yanqui como la vía para
alcanzar la independencia, condujo a diversos grupos al
retraimiento en las contribuciones, a la pérdida de
interés por el Partido y a poner todas sus esperanzas en
el retorno a la patria tras la destrucción del poder
colonial, que consideraban inminente. Estas tendencias alcanzaron
tal magnitud que a mediados de mayo de 1898 se tomaron
acuerdos contra la disolución del Partido y "reafirmando
el propósito de continuar cumpliendo con los deberes
patrióticos hasta la constitución del
gobierno en la Isla
".

En el Partido Revolucionario Cubano penetran individuos
sospechosos de haber servido como voluntarios o espías, y
que podrían hacerse pasar por revolucionarios
furibundos mientras alentaban aquellas ideas
desmovilizadoras. Para contrarrestarlas se realizaron grandes
asambleas en una y otra localidades, con la presencia
de Juan Gualberto Gómez, comisionado especial de la
Delegación. El objetivo fundamental de aquellas reuniones
era fomentar las recaudaciones de fondos y cohesionar al Partido,
que aún no había terminado su obra.

¿A quién se vuelve Cuba, en el instante
definitivo, y ya cercano, de que pierda todas las esperanzas que
el término de la guerra, las promesas de España, y
la política de los liberales le han hecho concebir? Se
vuelve a todos los que le hablan de una solución fuera de
España. Pero si no está en pie, elocuente, erguido,
moderado, profundo, un partido revolucionario que inspire, por la
cohesión y modestia de sus hombres, y la sensatez de sus
proyectos, una confianza suficiente para acallar el anhelo del
país— ¿a quién ha de volverse, sino a
los hombres del partido anexionista que surgirán entonces?
¿Cómo evitar que se vayan tras ellos todos los
aficionados a una libertad cómoda, que creen que con esa
solución salvan a la par su fortuna y su conciencia? Ese
es el riesgo grave. Por eso es llegada la hora de ponernos en
pie.[4]

Los partidos suelen nacer, en momentos propicios, ya de
una mesa de medias voluntades, aprovechada por un astuto
aventurero, ya de un cónclave de intereses más
arrastrados y regañones que espontáneos y
unánimes, ya de un pecho encendido que inflama en
pasión volátil a un gentío apagadizo, ya de
la terca ambición de un hombre hecho a la lisonja y
complicidad por donde se asegura el mando.

"El Partido Revolucionario Cubano se funda para asegurar
a la patria esclava, de parte de sus hijos ausentes, la voz y el
voto que le niegan sus dueños presentes; para componer la
guerra imprescindible de modo que no falle por el temor o
desconocimiento del país, sino que triunfe por el
concierto de espíritu y de forma con la voluntad explorada
de él; para que entren en la guerra de la
república, en justo equilibrio, todos los elementos
necesarios a su constitución; para que no caiga el
sacrificio de la guerra bajo el poder de los anémicos o de
los autoritarios; para salvar a la revolución, ahora que
vuelve a estallar, de los peligros, igualmente graves, de la
invasión desconcertada de afuera, o la explosión
desordenada de adentro; para vivir en habla amorosa con los
cubanos verdaderos de la patria. Treinta y cuatro asociaciones
cubanas y puertoriqueñas están afiliadas al
Partido
, repartidas en New York, Cayo Hueso, Tampa, Ocala,
Filadelfia, Boston, Nueva Orleans y Jamaica, se han formado de su
propio impulso para contribuir a los fines del Partido
Revolucionario Cubano, por los métodos que él mismo
establece, o han conformado a él su organización
antigua"[5].

"Este movimiento no ha sido fomentado por el Partido.
Los hombres que en él participan son miembros del Partido
que actúan independientemente. Si fue o no provocado por
la vigilancia española es cosa que se ignora, pero si Cuba
lo secunda el Partido está listo para respaldarlo y
brindarle toda la ayuda posible"[6]. Estos
fragmentos forman parte de una entrevista hecha a Martí en
relación con el alzamiento de los hermanos Sartorius; y
señala que "El Partido Revolucionario Cubano no existe por
un deseo ciego de independencia o para promover, al final del
siglo diecinueve, una guerra o invasión a un país
que no la desee, ni para sustituir la colonia española con
una república meramente nominal que se destruya a
sí misma. El carácter cubano es muy distinto de lo
que piensan jueces superficiales".

"Hay crímenes en política, y hay
política baja y superior, y en las dos hay
crímenes. Pero hay una política sin crimen, que es
la que conoce y mueve los elementos reales de un país para
su mayor bienestar, y la habitación decorosa del hombre en
él. Y ésta, y jamás otra, es la
política del Partido Revolucionario
Cubano"[7].

Finalizada la guerra, Tomás Estrada Palma
decidió que el Partido Revolucionario Cubano ya no
cumplía ningún objetivo y el 21 de
diciembre de 1898 publica en el periódico
Patria una circular donde expuso las razones por las que se
disolvía, tal actitud, refleja su miopía
política y su falta de fe en la capacidad del pueblo
cubano.

El Partido Revolucionario Cubano y el
periódico Patria (publica el  31 de diciembre de
1898 su último número); habían llegado a su
fin, no sólo como resultado inmediato, coyuntural, de la
voluntad de un hombre o de la totalidad de los miembros de la
Delegación, sino también como consecuencia del
largo proceso iniciado desde el ascenso de Estrada Palma al cargo
de Delegado, quien se caracterizó por la aplicación
de métodos de dirección unipersonales, autoritarios
y antidemocráticos.

Carlos Baliño que estuvo junto a Martí en
la creación del Partido Revolucionario Cubano mantuvo
estrechos vínculos con Julio Antonio Mella, Juntos
organizaron la Universidad Popular José Martí y el
16 de agosto de 1925, integraron la vanguardia que hizo posible
el surgimiento del Partido Comunista de Cuba (gobierno de
Machado).

El Che señaló que en la creación
del hombre nuevo, juega un papel importante el Partido: sus
cuadros deben ser ejemplo vivo, deben dictar cátedra de
laboriosidad y sacrificio, deben llegar a las masas, lo que
entraña duro bregar contra todas las dificultades que
afrontaran. Hay que lograr que en nuestro Socialismo el individuo
se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior
y mucha más responsabilidad.

El poder del Partido descansa directamente en su
autoridad moral, en la influencia que ejerce sobre las masas en
la claridad con que exprese los intereses y aspiraciones de
éstas, en la conciencia que les imbuye de sus deberes
revolucionarios, económicos y sociales y en la confianza
que las masas ponen en el. Por lo que su acción se basa
ante todo en el convencimiento.[8] ¨El Partido
es la vanguardia del pueblo, la seguridad del
pueblo…¨[9]

El Partido Comunista de Cuba representa los ideales, el
sueño y anhelo de nuestro Héroe Nacional; un
sólo partido, porque el pueblo lo quiere
así.

Referencias
Bibliográficas

1.- Artículo La creación del
Partido Revolucionario Cubano publicado por Víctor
Pérez-Galdós Ortiz en Radio Habana el 3 de
mayo de 2007.

2.- Artículo El partido que José
Martí fundó, publicado en la Revista
Bohemia con fecha 3 de enero de 2006 
por Ibrahím Hidalgo, Investigador del Centro de
Estudios Martianos.

3.- Artículo publicado en la Revista
Bohemia el 16 de marzo de 2009 bajo el
título de Cuba 1899: Cuando falta la unidad.
Consultado el 21 de febrero de 2011.

4.- Artículo Disolución del Partido
Revolucionario Cubano publicado en La Jiribilla.
Consultado el 21 de febrero de 2011.

5.- Enrique Collazo: Cuba Heroica. Editorial
Oriente. 1980.

6.- Tomás Estrada Palma: Comunicación
al General Emilio Núñez, Octubre 8, en
Disolución del Departamento de Expediciones,
Patria, 18 de octubre de 1898.

 7.-Ibrahím Hidalgo: Cuba, 1895-1898.
Contradicciones y disoluciones. Centro de Estudios
Martianos, Centro de Investigación y Desarrollo de la
Cultura Cubana Juan Marinello. 1999.

8.- Rolando Rodríguez: La forja de una
nación. Tomo I, II y III. 2005.

9.- La neocolonia, organización y
crisis. Instituto de Historia de Cuba.

10.- Partido Revolucionario Cubano: El Partido de la
unidad por Gerardo Cabrera Prieto, Investigador
del Instituto de Historia de Cuba publicado el 7
de abril de 2007 en El Habanero
Digital.

11.- Periódico Granma, jueves 1ro de
diciembre de 2011, p.1

12.- Patria, Nueva York, 23 de abril de 1892, t. 1, p.
414.)

13.- Discurso con motivo de la proclamación del
Partido Revolucionario Cubano en Hardman Hall, Nueva York, 17 de
abril de 1892, t. 4, p. 330.

14.- Martí, José. Carta al general
Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE. T I
.Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992.
p.324.

15.- ————– Carta al general
Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE. T I
.Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992.
p.324

16.- ————– Carta al general Máximo
Gómez, Nueva York, 20 de julio de 1882, Epistolario, t. 1,
p. 239.

17.- —————– Carta o comunicación a los
presidentes de los clubs del Partido Revolucionario Cubano" [Bath
Beach, 22 de julio de 1893], Epistolario, t. 3, p.
372.

18.—————— Carta a Gonzalo de Quesada y
Benjamín J. Guerra [Montecristi], 26 de febrero [de 1895],
Epistolario, t. 5, p. 82.)

19——————– Martí,
José. Carta o comunicación a los presidentes de los
clubs del Partido Revolucionario Cubano" [Bath Beach, 22 de julio
de 1893], Epistolario, t. 3, p. 372.

20.- Monografía El Partido Revolucionario
Cubano tras la muerte de Martí del profesor Gustavo
José Díaz García. Consultada el 21 de
febrero de 2011.

 

 

Autor:

MSc. Delfina Elvira Mesa Zamora.

Lic. Alicia Carrillo Zulueta.

MSc. Dayamí Rodríguez Esmorí

Filial Universitaria Ciencias
Médicas.

Dr.¨Eusebio Hernández
Pérez¨

Enviado por:

Ileana Álvarez
Fundora

Colón. Matanzas

2012

[1] Martí, José. Carta al
general Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE.
T I .Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992. p.324

[2] Periódico Granma, jueves 1ro de
diciembre de 2011,p.1

[3] Artemiseño de Guanajay, gran amigo
de Martí, incansable colaborador en la tarea de
reiniciar la lucha libertadora. Mantuvo estrechos
vínculos con Mella, Juntos organizaron la Universidad
Popular José Martí y el 16 de agosto de 1925,
integraron la vanguardia que hizo posible el surgimiento del
Partido Comunista de Cuba durante el gobierno de Machado. Muere
el 18 de junio de 1926.

[4] Martí, José. Carta al
general Máximo Gómez, Nueva York, 20 de julio de
1882, Epistolario, t. 1, p. 239.

[5] Periódico Patria. "Los
funcionarios electos", Nueva York, 23 de abril de 1892, t. 1,
p. 414.

[6] Periódico The New York Herald,
Nueva York, 5 de mayo de 1893, t. 28, p. 354.

[7] ¡Para Cuba!", Patria, Nueva York, 4
de noviembre de 1893, t. 2, p. 411

[8] Castro Ruz, Raúl. Discurso
pronunciado por el Comandante de división, ante los
cuadros y funcionarios del CCPCC., 4 de mayo de 1973. p.60

[9] Castro, Fidel, Castro, Raúl.
Selección de discursos acerca del Partido. Editorial de
Ciencias Sociales. Habana. P.104.

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