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Perspectivas de la diplomacia estadounidense en el segundo mandato de Obama (2013-2017)




Enviado por Alejandro Perdomo



  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía

Resumen

En el trabajo se abordan las perspectivas de la
diplomacia estadounidense ante el nuevo contexto internacional.
Para ello se analizan los retos que debe enfrentar EE.UU. en su
economía, así como las políticas
domésticas e internacionales que deberá reajustar,
para preservar el liderazgo internacional. En esa línea,
se identifican algunos elementos que marcan las tendencias
político-diplomáticas de ese país en el
segundo mandato de Obama.

Palabras claves: Diplomacia, Desarrollo, Defensa, Smart
power, política exterior y seguridad nacional.

Desarrollo

La diplomacia de EE.UU. se halla en un proceso de
reconfiguración en aras de una proyección exterior
que mejore la credibilidad de las acciones imperiales de ese
gobierno. La difícil situación económica que
vive el país y las problemáticas que ha enfrentado
el presidente Obama en el Congreso, le trazan grandes retos para
su último mandato.

En el plano internacional, la creciente importancia de
los BRICS, particularmente de China y Rusia en el orden
económico, político y diplomático
(países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de
la ONU) aumentan las presiones para la diplomacia estadunidense,
avocada a una mayor eficiencia.

En el Medio Oriente y África Norte no cesan los
conflictos y contradicciones. Las presiones sobre Irán en
torno al desarrollo de la energía nuclear de ese
país y la injerencia en la crisis interna de Siria,
reflejan las limitadas capacidades de influencia del
hegemón en el orden político-diplomático y
cultural.

Entretanto, en Latinoamérica y el Caribe no cesan
los problemas de seguridad asociados al tráfico
ilícito de drogas y otros delitos conexos, con una
peculiar incidencia en México, Centroamérica y el
Caribe.

Ante tales circunstancias, la diplomacia resulta un
pilar fundamental en la política exterior y de seguridad
nacional[1] estadounidense para los próximos años.
Pero esta diplomacia, adquiere un sentido más abarcador,
que comprende a cada ciudadano estadounidense en el exterior como
un diplomático de las formas de vida y las lógicas
de pensamiento. Siguiendo esos objetivos, se han realizado varios
cambios en el Departamento de Estado y Agencias afines como la
Agencia Estadounidense de Ayuda al Desarrollo Internacional
(USAID, por sus siglas en inglés), orientando su trabajo
hacia aquellos aspectos que pueden validar el predominio de ese
país.

Con ese fin se ha potenciado la diplomacia
transformacional, la cual supone un trabajo más
concentrado en la influencia ideológica y cultural del
Estado-Nación. En ese sentido se combinan los instrumentos
del poderío nacional[2], en interés de conquistar
las mentes y los corazones de la sociedad civil
internacional.

Para esta cooptación, resultan básicos los
instrumentos ideológicos, culturales e informacionales,
expresados a través del control de los medios de
comunicación y las Tecnologías de la
Informática y las Comunicaciones (TICs) para la
conformación de matrices de opinión favorables a
los intereses hegemónicos de la elite del poder (Wright
Mills, 1957)

La posibilidad que tienen los medios de incluir temas en
la agenda internacional, a partir de la construcción de
consensos, los convierten en un actor de peso en las
dinámicas político-diplomáticas, al punto
poder identificarse una diplomacia de los medios.[3] Este tipo de
diplomacia resulta básica en el trabajo hacia la sociedad
civil, en aras de exportar el modelo de vida y de gobierno
estadounidense, como paradigma de la gobernanza y la democracia
global.

Desde esa lógica de pensamiento, se comprende a
la Diplomacia, como parte inherente a la renovación del
liderazgo internacional del hegemón, en su
concepción como superpotencia[4]. En los últimos
años se ha establecido el smart power y las tres D
(entendiendo a la Diplomacia y el Desarrollo como complemento de
la Defensa) como el método por el cual EE.UU. intenta
proyectar una política exterior y de seguridad más
efectiva.

En el actual contexto histórico, la
práctica diplomática recuerda las premisas de Hans
Morgenthau, al definir la diplomacia como el arte de combinar los
distintos elementos del poderío nacional de mayor impacto
en el interés nacional. (Morgenthau, 1992) Lo tristemente
célebre, es que los llamados intereses nacionales, suele
atentar contra la soberanía, la integridad territorial y
la autodeterminación de otros pueblos.

No obstante, el escenario que reflejan las
condicionantes domésticas e internacionales de ese
país amerita de la cooperación de otros actores
internacionales. Para esos propósitos, se
internacionalizan los principios y conceptos de la elite del
poder estadounidense, como referentes para la existencia de una
adecuada gobernanza mundial.

Como complemento de este trabajo, se recalcan las
amenazas globales sobre las que la diplomacia debe trabajar desde
el Departamento de Estado, la USAID, la Fundación Nacional
para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) y las
Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). En las acciones
diplomáticas se aprecia un creciente uso de contratistas y
subcontratistas, y del sector privado económicamente
fuerte en los países de interés. Este
fenómeno viene dado por la consideración de que al
privatizarse elementos estratégicos de la seguridad y la
economía de otros estados nacionales, se reducen las
opciones que puedan realizar los gobiernos nacionales para
mitigar la influencia estadounidense.

Los errores diplomáticos de la
Administración de W. Bush (2001-2009), ameritaron por
parte del gobierno demócrata de Obama (2009-2017) una
serie de cambios en las concepciones del ejercicio
diplomático, los cuales se han expresado tanto en
documentos rectores del gobierno (en la Estrategia de Seguridad
Nacional de 2010 y la Primera Revisión Cuadrienal de
Diplomacia y Desarrollo del mismo año, QDDR) como en la
nueva estructura y formas de trabajo del Departamento de Estado y
la USAID, si bien se aprecian las continuidades lógicas de
la proyección internacional de ese
Estado-Nación.

En la ejecución de una política
internacional[5] más certera, la QDDR ( The First
Quadrienal Diplomacy and Development Review, 2010) propone una
nueva estructura organizativa y de coordinación para
reaccionar rápidamente en situaciones de crisis,
conflictos y desastres naturales a nivel global.Asimismo sucede
con el trabajo realizado en las embajadas, para otorgar una mayor
efectividad a las fundaciones y ONGs que trabajan en
función de los intereses estadounidenses. Para ello, se
prepondera el uso del llamado "poder civil" que comprende la
combinación de las acciones diplomáticas con el
trabajo de los especialistas en desarrollo, trabajadores
humanitarios y de otra índole, bajo la
justificación de "prevenir y responder a las crisis y los
conflictos".[6]

Para dar cumplimento a estos objetivos se proponen
algunos cambios en el Departamento de Estado, entre los que se
destacan la creación del cargo de Subsecretario de
Seguridad de Población Civil, Democracia y Derechos
Humanos. Este se responsabiliza de la dirección de una
nueva Oficina de Operaciones para Crisis y Conflictos. Con esta
Subsecretaría se incrementa la capacidad de
reacción de ese gobierno en momentos
críticos.

También se creó el cargo de Coordinador
especial para Sanciones y Finanzas Ilícitas, abogando por
que el Congreso sustituya al Coordinador Especial para
Antiterrorismo con una Oficina de Antiterrorismo. Además,
se creó el cargo de Subsecretario para Crecimiento
Económico, Energía y Medio Ambiente, que acoge la
nueva Oficina de Asuntos Internacionales de
Energía.

Con estos cambios la política de influencia en el
exterior se perfecciona, ajustando las prioridades
departamentales hacia aquellos elementos que resultan más
efectivos para la demonización mediática. Por ello,
los temas vinculados a la seguridad civil, la democracia y los
derechos humanos, resultan básicos para la nueva
burocracia.

Conforme a estos intereses, en Naciones Unidas se
impulsan las agendas de los derechos humanos, la seguridad humana
y la responsabilidad de proteger, con una clara
inclinación a los intereses geoestratégicos del
gobierno estadounidense y otras potencias centrales. Estas
medidas actualizan la proyección exterior del imperio a
las nuevas circunstancias internacionales, que continúan
alentando el Complejo de Seguridad Industrial[7]; sólo que
esta vez bajo un apoyo más coordinado y elocuente del
Smart power y las tres D.

Al trabajo de la USAID también se le han
realizado reformas, que están encaminadas hacia una mayor
interconexión con el Departamento de Estado y el de
Defensa. Las acciones de la USAID son orientadas hacia sectores
específicos de las sociedades de interés. En este
sentido, la diplomacia ciudadana se aprecia como un pilar para la
asistencia al desarrollo, según los presupuestos de ese
gobierno.

Sintéticamente pudieran resumirse los
términos y prioridades en que se proyecta la diplomacia
estadounidense desde la USAID en: la promoción de la
participación del sector privado, estimular la
discusión sobre temas internacionales afines a los
intereses del hegemón y el trabajo con los sectores claves
para incentivar el modelo democrático y el paradigma de
vida de los EE.UU. (Lineamientos USAID 2011-2015)

La confirmación de John Kerry como Secretario de
Estado conlleva al análisis de los cambios y continuidades
de la diplomacia estadounidense en la segunda
administración de Obama, aunque se considera que
permanecerán los elementos priorizados de la
política exterior y de seguridad.

Entre las áreas que ha identificado J. Kerry,
como básicas para el trabajo diplomático, ha
destacado la necesidad promocionar la "democracia" al estilo
estadounidense a partir de las TICs. Al respecto el Secretario de
Estado comentó que ante los cambios producidos por las
nuevas tecnologías, y el crecimiento de su uso por los
"jóvenes, las contiendas sectarias y el extremismo
religioso", considera que se debe "hacer un mejor trabajo
invitando a la gente a adoptar los valores que siempre nos han
inspirado" (Kerry, 2013)

Respecto a Latinoamérica y el Caribe, Kerry
señaló a Colombia como un ejemplo de las relaciones
diplomáticas entre EE.UU. y la región. Las
tendencias político-diplomáticas manifiestan rasgos
de continuidad en cuanto a los temas priorizados hacia el
Hemisferio Occidental. Ello está en concordancia con los
criterios que manifestara el ex Subsecretario de Estado para la
región, Arturo Valenzuela, al considerar:

"los conceptos sobre los que se sustenta el QDDR
guiarán también nuestra estrategia de
"participación dinámica", que pretende impulsar los
intereses de Estados Unidos en colaboración con toda
América Latina, y a la vez reconoce la importancia de
adecuarse a diversas necesidades e intereses." (Valenzuela,
2011)

Con ella se reafirma el trabajo en lo que Valenzuela
denominara como las cuatro prioridades principales: "promover las
oportunidades sociales y económicas para todos, afianzar
un futuro de energía limpia, garantizar la
protección y seguridad de todos los ciudadanos y crear
instituciones eficaces de gobernabilidad democrática."
(Valenzuela, 2011) En correspondencia con estos intereses se
fortalecen las herramientas diplomáticas de las
instituciones multilaterales y regionales como la
Organización de los Estados Americanos (OEA).

En otro orden, la diplomacia estadounidense incrementa
las acciones para mitigar las relaciones entre Irán y
América Latina y el Caribe, incrementando las acciones
político-diplomáticas para demonizar al gobierno
iraní, atemorizando a la sociedad internacional, sobre el
desarrollo nuclear que realiza ese país. Al respecto el
presidente Obama precisó: "Hay una coalición unida
exigiendo que ellos cumplan con sus obligaciones, y haremos lo
que sea necesario para impedir que obtengan un arma nuclear"
(Obama, 2013)

En cuanto a la postura exterior contra Corea del Norte,
el presidente estadounidense declaró: "El régimen
en Corea del Norte debe comprender que sólo logrará
seguridad y prosperidad cumpliendo con sus obligaciones
internacionales. (…) permaneceremos firmes en respaldo de
nuestros aliados, fortaleceremos nuestras propias defensas de
misiles, y estaremos a la cabeza del esfuerzo mundial por tomar
acción firme en respuesta a estas amenazas." (Obama,
2013)

Desde otra perspectiva, se busca un mayor entendimiento
con Rusia. Debe recordarse que "el presidente negoció el
nuevo tratado START con Rusia que reducirá los arsenales
nucleares desplegados a unos 1.550 para el año 2018"
(Kellerhals, 2013)

La región de Asia Pacífico continúa
siendo priorizada para el trabajo diplomático. En ese
sentido, se trabaja para el fortalecimiento del comercio con la
región a través de la Alianza Transpacífico.
También se busca el incremento financiero y comercial con
la Unión Europea (UE). Sobre estos aspectos Obama
declaró:

"(…) tenemos la intención de completar las
negociaciones para una Alianza Transpacífica. Y, esta
noche, (13 de febrero) estoy anunciando que iniciaremos
conversaciones para una Alianza Transatlántica de Comercio
e Inversión amplia con la Unión Europea, porque el
comercio que sea libre y justo a través del
Atlántico sustenta millones de empleos americanos bien
remunerados." (Obama, 2013)

Las Alianzas Transpacífica y
Trasatlántica, resultan de sumo interés para la
política exterior y de seguridad estadounidense, por las
potencialidades que tienen para consolidar los intereses
económico, comerciales, financieros y
geoestratégicos de Estados Unidos, particularmente en el
Pacífico. En este aspecto, deben considerarse las alianzas
que logra Washington en el Hemisferio Occidental, para asegurar
su proyección hacia el Pacífico con los gobiernos
de México, Colombia, Perú y Chile (Alianza
Pacífico).

Para el mejoramiento de la credibilidad, se
continúa el retiro de las tropas estadounidenses de
Afganistán, intentando reducir los cuestionamientos sobre
las pretensiones de ese país en el Medio Oriente, si bien
persisten los objetivos iniciales de dominación. Sobre
este aspecto, el presidente Obama comentó: "(…)
podemos decir con confianza que los Estados Unidos
terminará su misión en Afganistán, y
logrará nuestro objetivo de derrotar el núcleo de
al Qaeda. (…), puedo anunciar que durante el
próximo año, otras 34,000 tropas estadounidenses en
Afganistán regresarán a casa (…) nuestra
guerra en Afganistán terminará a finales del
año que viene." (Obama, 2013)

Siguiendo los objetivos prioritarios para la
consolidación del liderazgo estadounidense; la
política exterior promueve la democracia representativa y
la economía de mercado. En este sentido se reconoce la
necesidad de una interdependencia, que perpuetúe el
liderazgo estadounidense sobre el sistema-mundo. Para ello se
basan el smart power y las tres D, sobre lo cual la ex Secretaria
de Estado, Hillary Clinton, apuntó: "Con el poder
inteligente, la diplomacia será la vanguardia de la
política exterior (Clinton, 2009)."

Las perspectivas que arrojan las primeras declaraciones
J. Kerry, luego de tomar posesión en el cargo de
Secretario de Estado, dejó sentadas sus intenciones para
la política exterior y de seguridad en los próximos
4 años al afirmar: "(…) aunque prefiero resolver
los conflictos de manera pacífica, mi trayectoria
también me ha enseñado que, cuando se agotan los
recursos, debemos estar preparados para defender nuestra causa y
hacer lo necesario para combatir el extremismo, el terrorismo, el
caos y el mal; y lo seguiremos haciendo" (Kurata,
2013)

Estas declaraciones reflejan, que si bien se
ejercerá una política ajustada a cada realidad y al
contexto histórico de la sociedad internacional, el
hegemón continuará usado el hard power en aquellas
circunstancias que lo consideren "necesario".

En líneas generales, pudiera caracterizarse la
diplomacia estadounidense, por la preservación y
consolidación del régimen imperial, basado en un
uso efectivo de los instrumentos del poderío nacional.
Para este objetivo, se trabaja en una diplomacia de complemente
los temas de seguridad, otorgándole credibilidad a
través de la promoción del desarrollo y una
relación con el exterior más ajustada a la realidad
de cada país.

Así las cosas para la diplomacia en el segundo
mandato de Obama (2013-2017), donde el liderazgo y la
hegemonía estadounidense se enfrentarán a los
interesantes cambios que concurren en la sociedad
internacional.

Bibliografía

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Wright Mills, C. (1957). La Élite de
Poder. México DF: Fondo de Cultura
Económica.

[1] Se entiende la seguridad nacional según la
define operacionalmente la Dra. Soraya Castro, como una capacidad
de los Estados explica la necesidad de darle seguimiento
constante tanto a las amenazas que pueden poner en riesgo la
nación como a los recursos con que cuenta el país
para responder a dichas amenazas de forma efectiva y exitosa.
¿Qué persiguen, o deben perseguir, los Estados con
esta actuación? Alcanzar una condición de seguridad
y estabilidad que garantice la continuidad de su sistema y por
consiguiente la defensa y preservación de sus intereses y
objetivos nacionales. Es una condición relativa por las
características de las relaciones internacionales en la
era globalizada.

[2] Los instrumentos fundamentales de la política
exterior y de seguridad de los EE.UU. se articulan en lo
fundamental, por los instrumentos militares, políticos,
económicos, diplomáticos, ideológicos,
culturales e informacionales. Estos se desarrollan a partir de
las prioridades que establece el Estado-Nación para lograr
sus objetivos estratégicos a nivel internacional. Mediante
su combinación efectiva se logra ejercer influencia no
sólo con el uso de la fuerza (militar) o la amenaza de la
misma, sino también a través del empleo a fondo de
los instrumentos diplomáticos, económicos,
políticos, informacionales y culturales.

[3] El italiano Alberto Bruzzone (2005), comprende a la
diplomacia pública tanto para actividades culturales, como
de información y de propaganda internacional. "La
política pública coordinada desde un gobierno que
diversifica su rol de transmisor a través de los actores
privados. Se promueve el interés nacional del país
mejorando su percepción exterior; su destinatario es la
opinión pública de naciones extranjeras que formen
parte de un selecto grupo para los intereses del Estado emisor.
Asimismo, esta diplomacia propende a establecer y mejorar el
diálogo entre los ciudadanos de dos o más
países."

[4] El término superpotencia se le concede su
origen al neerlandés naturalizado estadounidense Nicholas
Spykman, quien plantea en el libro The Geography of the Peace,
que la supremacía mundial no-marítima del Reino
Unido y Estados Unidos, eran esenciales para la paz y la
prosperidad en el mundo. Este término fue desarrollado por
Lyman Miller, donde destaca como componentes básicos del
estatus de superpotencia cuatro ejes de poder: militar,
económico, político, y cultural que fue
desarrollado desde las ciencias políticas Joseph Nye como
el soft y el smart power.

[5] Se entiende como la relación
político-diplomática y sociocultural, que se
emprende por los diferentes actores del sistema internacional,
fundamentados en las políticas exteriores y de seguridad.
Esta dada por una interrelación de la política
exterior de los Estados, desarrollada en el conjunto de las
relaciones interestatales que constituyen el sistema de Estados,
aunque no se limita a lo estatal. En la actualidad deben
considerarse las que se establecen con ONGs, Fundaciones,
Agencias y grupos organizados de la sociedad civil. Todo ello
visto desde las relaciones de poder establecidas en el sistema
internacional.

[6] H Clinton. Presentación de la QDDR. de 2010
el 15 de diciembre. En:
http://www.state.gov/j/tip/rls/tiprpt/2012/192366.htm

[7] Se toma el término de Complejo de Seguridad
Industrial y no el de Complejo Militar Industrial, pues se
considera que en la actualidad es mucho más amplio y toma
elementos que sobrepasan lo militar.

http://alainet.org/active/62297&lang

 

 

Autor:

Alejandro Perdomo

 

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