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Valoraciones sobre la rehabilitación para el discapacitado visual y sus familiares




Enviado por roswel borges



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Recomendaciones
  6. Bibliografía

Resumen

La presente investigación parte de la
caracterización realizada que sobre la percepción
acerca de la rehabilitación visual posee un grupo de
invidentes miembros de la Asociación Nacional de Ciegos y
Débiles Visuales de Villa Clara (en lo adelante
ANSI).

La muestra, conformada por 7 adultos de ambos sexos,
cuyas edades oscilan entre los 24 y 57 años de edad,
presenta 3 que han recibido su rehabilitación en el Centro
Nacional de Rehabilitación de Bejucal y 4 a través
de entrenamientos, cursos y actividades en Santa Clara incluyendo
el uso del bastón.

Se realizó un estudio descriptivo, con enfoque
cualitativo y diseño de casos múltiples, con
técnicas interactivas como la observación
participante, entrevistas a discapacitados, familiares,
instructores e informantes claves.

Los resultados muestran la percepción acerca del
logro de la autonomía, seguridad, mejor autoestima,
calidad de vida e integración a la sociedad lograda
mediante la rehabilitación. De ahí los autores
implementan una serie de consideraciones que enriquecería
el acceso a informaciones útiles para todas aquellas
personas que se muestren interesados al respecto.

Se ofrecen recomendaciones a familiares, profesionales y
miembros de la comunidad en relación a la
cooperación con los discapacitados visuales para poner en
práctica lo adquirido por la
rehabilitación.

Introducción

Desde el siglo XX se han intensificado las acciones
educativas, sociales y de los servicios de salud en la
atención a las personas con discapacidades, incluyendo la
visual, en los que se destaca Cuba donde estas acciones han
tenido un intenso desarrollo que puede observarse además
en relación a la educación, a los servicios
sociales, al ocio y al empleo, aunque los logros en este
último aspecto no son tan satisfactorios como en los
demás.

Sin embargo, para que esas intenciones tengan un valor
real es necesario partir de la rehabilitación del
individuo ciego, debido a las limitaciones y repercusiones de esa
discapacidad y el escaso conocimiento que tiene la mayoría
de los familiares y la población en relación a
ella. De esto no están excluidos algunos profesionales en
cuyo currículum académico de formación no
existe la suficiente información para la atención
de estas personas con sus características
específicas y en relación a la etapa evolutiva en
que se encuentran, así como el impacto de la discapacidad
en la personalidad. Es considerable el sufrimiento emocional
cuando ocurre la discapacidad visual, requiriendo establecer un
proceso de adaptación a la pérdida funcional y
establecer ámbitos de intervención para lograr el
desarrollo de actividades que permitan enfrentar y actuar ante
las dificultades que se presentan. Para ello los profesionales
que los atienden, deben entender las repercusiones y los
problemas de ajuste psicológico, así como sus
necesidades que varían en relación a
múltiples factores, entre ellos la edad.

Es muy importante que se consulte el Manual de
Psicología y Ceguera de María Verdugo Alonso, que
trae una indicación pormenorizada del procedimiento y
técnicas de evaluación e intervención
psicológica en personas ciegas.

En las actividades de rehabilitación es necesario
valorar la adaptación, el ajuste, el afrontamiento al
estrés y los recursos personales, sociales y las redes de
apoyo, entre otros elementos.

Es fundamental la atención psicológica a
los signos de depresión y ansiedad asociadas, mediante
técnicas de relajación, orientación
psicológica y terapia floral por ejemplo, teniendo en
cuenta las características de cada persona y su entorno
socio-familiar que pueden o no, propiciar el desarrollo personal
y la adecuada autoestima.

Para ello nos proponemos como Objetivo General de este
trabajo:

-Caracterizar la Percepción de los resultados de
la rehabilitación en discapacitados visuales asociados a
la ANSI.

Como Objetivo Específico:

-Determinar las características de la conducta
familiar que inciden en la rehabilitación de los
discapacitados visuales estudiados.

Desarrollo

Desde los albores más remotos de la humanidad, la
ceguera ha tenido un significado peyorativo y excluyente. La
etimología misma de la palabra "ciego" nos remite
invariablemente al significado de negrura, además del
valor agregado por parte de los pueblos eslavos, que le dieron a
la palabra "ceguera" el significado de "mendicidad", la carencia
del sentido de la vista, -primordial en los seres humanos ya que
por medio de los ojos se recibe el 80 por ciento de la
información generada en el entorno social-, representa una
verdadera tragedia, una irremediable desgracia, algo indigno y
vergonzoso.

 Hoy en día, las ideas erróneas de
"una muerte en vida" y de "un insondable abismo", tal como se
concebía a la ceguera todavía hasta hace unos
cuantos años, se disipan cada vez más ante los
encomiables avances científicos y tecnológicos. La
tiflología (el estudio de los ciegos) nos ofrece nuevas y
más promisorias perspectivas para la integración de
los faltos de vista a la educación formal, al trabajo
digno, al sano esparcimiento y a la superación personal en
igualdad de derechos y responsabilidades que el resto de la
sociedad.

 La ceguera total se presenta en forma
congénita, por causa de alguna enfermedad,
desnutrición o un accidente. Es la pérdida
completa, -y muchas de las veces, irreversible-, del sentido de
la vista. El individuo tiene una nula percepción de su
entorno visual, o tiene apenas una muy ligera captación de
luz y sombras pero no es capaz de distinguir
imágenes.

 Todo ser humano que presenta algún tipo de
discapacidad requiere de un tratamiento rehabilitatorio que le
permita, en primer lugar, la cabal aceptación de sus
limitaciones y aprenda, en consecuencia, a superarlas mediante el
uso de recursos alternativos que le den, al mismo
tiempo,  la posibilidad de ser autosuficiente en su
vida cotidiana. En el caso de las personas ciegas, desde hace
tiempo se aplican una serie de técnicas de
rehabilitación, que han dado resultados satisfactorios.
Sin embargo, ninguna técnica rehabilitatoria de
autosuficiencia es plenamente efectiva si no va aunada a una
terapia psicológica, encaminada fundamentalmente a
proporcionarle a la persona con esta discapacidad los elementos
emocionales suficientes que la conduzcan a su total
integración social.

 La experiencia clínica ha demostrado con el
paso de los años que en el caso de las personas ciegas, no
son tanto las facultades físicas las que están
minadas como las emociones y la percepción de la realidad,
por lo tanto se requiere de un encauzamiento de la conducta. El
siguiente paso consiste en darle el entrenamiento debido a las
facultades físicas entorpecidas o no desarrolladas tras la
ausencia del sentido de la vista.

 La psicología de los individuos ciegos es
muy distinta cuando se trata de ciegos de nacimiento, personas
que pierden la vista a una determinada edad, quienes solo
presentan una marcada disminución en la agudeza visual, y
los llamados sordociegos.

 Con respecto a las personas que nacen privadas de
este sentido o que pierden la vista en los primeros años
de su vida, por lo general presentan un desarrollo individual muy
precario y un contacto social sumamente limitado. La familia,
muchas veces ignorante de las potencialidades del niño
ciego, lo sobreprotege, no le permite desarrollar sus capacidades
y lo excluye de la convivencia con los demás. Hay
niños ciegos de nacimiento que aprenden a caminar
después de los tres años de edad o que comen por
sí mismos a los seis u ocho años, y su
inclusión en la escuela convencional es tardía. Son
menores de edad que han permanecido aislados, y en el peor de los
casos, han sido inscritos en alguna escuela de niños
ciegos, limitándose considerablemente su desarrollo
psicosocial. — En lo cognitivo, la carencia o disminución
de la vista impone una seria limitación en la
interpretación de la información del entorno social
y en la integración de los estímulos que, en estas
circunstancias, llegan de forma sesgada o
incompleta.  En lo emocional, la falta de este sentido,
esencial en la comunicación humana,  interfiere
la relación del niño con sus padres. Al ciego de
nacimiento, en la mayoría de los casos, le resulta
más difícil su incorporación a la sociedad,
lo cual no sucede con los ciegos adquiridos.

 La estimulación temprana es impostergable
en estos casos, siempre de la mano con los padres de familia y el
terapeuta especializado, para favorecer el normal desarrollo del
niño en las áreas motora, social, del lenguaje,
sensorial, afectiva y cognitiva. Al mismo tiempo, el especialista
acude en forma periódica al hogar del niño ciego
con la finalidad de evaluar  el entorno social y
físico donde se desarrolla, y de este modo, sugerirle a
los padres  posibles adecuaciones, juguetes,
actividades lúdicas y de aprendizaje, que complementen su
adaptación social.

 Una vez concluida esta etapa, el niño ciego
se integra a la vida escolar. Puede hacerlo en forma segregada,
-sobretodo cuando presenta discapacidades añadidas-, en
planteles especializados donde convive única y
exclusivamente con niños faltos de vista o baja
visión. Mientras que otros lo hacen en centros escolares
convencionales en contacto directo y permanente con niños
y maestros que ven, apoyados en forma externa por un monitor
especializado en educación tiflológica, que los
asesoran en asignaturas de difícil
comprensión. 

 En el caso de las personas que pierden la vista en
la juventud o en edad adulta, a consecuencia de una enfermedad o
algún traumatismo, su proceso de rehabilitación
resulta más favorable, debido a que ya ha
alcanzado  generalmente un plano de desarrollo en sus
demás funciones, y cuando se atrofia dicho sentido, ya
sabe como  utilizar sus demás facultades. Sin
embargo, la rehabilitación psicológica del ciego de
nacimiento es mucho más fácil en comparación
con el ciego adquirido. Esto se debe a que el ciego de nacimiento
desconoce la diferencia entre ver y no ver, sabe porque
así se lo han dicho los demás que hay un mundo con
imágenes visuales, pero eso no le preocupa, de ahí
que sus angustias no sean tan graves, puesto que ya está
acostumbrado a su falta de vista. En cambio, para el individuo
que deja de ver, este hecho constituye un fuerte golpe emocional,
en virtud de que su integración al medio social
había sido mediante la vista, y al perderla se siente
imposibilitado para continuar con su vida cotidiana. Su proceso
de rehabilitación psicológica es más
difícil porque conoce la diferencia entre ver y no ver.
Una vez superada la crisis emocional, la mayoría de los
ciegos adquiridos logran un mejor desarrollo de sus demás
capacidades y una más satisfactoria integración al
núcleo social. Aprende con más facilidad a leer y
escribir en braille, a usar el ábaco para realizar
cálculos aritméticos, a caminar sin tropiezos con
el bastón blanco, con perro guía o en
compañía de otra persona que sí ve, a
manejar la computadora adaptada y en general a valerse por
sí mismo en todas sus actividades de la vida
diaria.

 En tales circunstancias la
familia también debe recibir orientación
psicológica para superar oportunamente los efectos del
shock emocional y el período de duelo, hasta llegar a la
plena aceptación de dicha realidad. De este modo,
podrá lograrse una más eficaz integración de
la persona con discapacidad visual a la vida
social.  

 En la actualidad,  la
Organización Mundial de la salud reporta que en todo
el Mundo hay seiscientos millones de personas con algún
tipo de discapacidad, concentrándose cuatrocientos
millones de ellas en los países en vías de
desarrollo. De este total global, ciento ochenta millones de
seres humanos son personas con discapacidad visual, cuarenta y
cinco millones considerados como ciegos y los ciento treinta y
cinco millones restantes con deficiencia visual. Nueve millones
en La India, seis  millones en China, y
siete  millones en África, países donde
se presenta la mayor incidencia de casos. Desde ahora, dicho
organismo anticipa que de no destinarse recursos
económicos adicionales, dentro de quince años el
número de casos puede duplicarse.

 Las personas con discapacidad visual que viven en
los países con severas carencias económicas, por lo
general  no tienen acceso a servicios médicos
y  de rehabilitación,  y la ceguera se
origina principalmente por infecciones, falta de higiene y
desnutrición, además de enfermedades
crónicas o endémicas, como: la diabetes, el VIH
SIDA, el tracoma, las cataratas, ceguera de río y ojo
seco; a todo esto debemos sumarle los
accidentes,   Las guerras, el consumo de drogas,
la violencia social, el deterioro ecológico y los
desastres naturales

 Las cifras son altamente reveladoras y
preocupantes al mismo tiempo. La OMS reporta que, en
promedio,  cada cinco segundos una persona en el mundo
pierde la vista y cada  minuto nace un niño con
algún trastorno visual. De acuerdo con estos datos, la
población  con discapacidad visual se incrementa
anualmente en nuestro planeta en cerca de dos millones de
personas.

 También, la Organización Mundial de
la Salud estima que, en el año 2020, de un total de 54
millones de personas ciegas y deficientes visuales de más
de 60 años de edad, 50 millones formarán parte del
mundo en desarrollo. Muchos de  estos trastornos
visuales pueden evitarse o curarse mediante una adecuada
alimentación, vacunación oportuna, programas
ecológicos y atención médica.

Por suerte, en nuestro país se implementan
políticas y acciones objetivas que pugnan por preparar a
la población toda ante estos acontecimientos.

Por todo ello, es preciso considerar que, ante la
discapacidad visual, sea a causa de una enfermedad o de un
accidente, se requiere de programas de rehabilitación que
incluyan estrategias educativas, entendiendo la
rehabilitación como el conjunto de procedimientos
realizados por un equipo de profesionales cuyo objetivo principal
es que la persona logre desarrollar sus potenciales y de esa
forma participar en las diferentes actividades de tipo familiar,
educativo y laboral, logrando así su independencia y
autonomía como ser humano y a la vez una mejor calidad de
vida para él y su familia
.

A modo de enriquecer el análisis es preciso
realizar la presente exposición mediante una serie de
comentarios que permitirían un mejor desenvolvimiento del
mismo, todos partiendo de las impresiones recogidas a
través de la interacción mantenida con la muestra
seleccionada.

Así, iremos refiriéndonos a elementos
tales como lo relacionado con el valor que presenta el Centro de
Rehabilitación, el empleo del bastón, las nuevas
tecnologías, el trabajo en los talleres, el grupo y la
intervención familiar entre otros como puntos de apoyo en
el desarrollo funcional de estas personas cuyas peculiaridades
aún son apreciadas por muchos como impedimentos totales
para poder relacionarse favorablemente en la sociedad
actual.

Centro de Rehabilitación:

Allí los preparan para la inclusión pero
la sociedad no está preparada para eso y surgen
manifestaciones de violencia emocional. En el caso de Cuba,
incluso algunos profesionales carecen de los suficientes
conocimientos para ofrecer la relación de ayuda que el
discapacitado visual necesita en el aspecto psicológico.
Es muy importante que la persona acepte su propia discapacidad,
que conozca sus potencialidades, que deseche las ideas
sobrevaloradas sobre lo que piensen o digan los demás y el
temor a salir con el bastón.

También es necesario la orientación a los
familiares que en muchos casos se oponen al uso del
bastón, por vergüenza o por temor a que les ocurra
algún accidente, pues desconocen la necesidad e
importancia de su uso. Esto constituye un freno para la
rehabilitación, sobre todo cuando los familiares se
convierten en "guardianes" y van indicando y le hacen
señas a los demás para que no afecten la marcha de
su pariente, al que consideran como un enfermo que necesita de su
guía.

Esto es innecesario pues durante su permanencia en el
Centro de Rehabilitación, son atendidos y capacitados por
un equipo especializado que cuenta con psicólogos y
defectólogos entre otros especialistas que les ofrecen
herramientas teóricas y prácticas que les permiten
actuar para satisfacer las necesidades básicas del hogar y
la comunidad en diversos aspectos tales como el aprendizaje de
carpintería, plomería, electricidad,
orientación y movilidad en el espacio, elaboración
de alimentos sin sufrir accidentes domésticos.
También pueden aprender a tejer, trabajar la
cerámica y la agricultura básica útil para
el trabajo en los organopónicos por ejemplo.

Todo lo anterior se logra teniendo en cuenta que hay
pérdida de la capacidad visual, pero se adquieren
habilidades como trabajar en mecanografía, que
también les permite acceder a la computación con
los software de lectores de pantalla.No es que se desarrollen el
oído, ni el tacto como se cree; lo que sucede es que se
desarrollan las habilidades sensoperceptivas de modo singular.
Por lo regular, los videntes no piensan en pararse en una esquina
urbana y escuchar al carro que se acerca a 100 metros de
distancia. El vidente, generalmente, la mayoría de los
conocimientos los obtiene gracias al sentido de la visión;
pero cuando se carece de ella, tiene que "activar" los
demás sensoperceptores (el olfato, el oído, el
tacto y el gusto), aspecto importante que permite satisfacer,
entre otras, necesidades de comunicación con la
lecto-escritura al implementar el Sistema Braille.

Teniendo en cuenta la Situación Social del
Desarrollo (SSD) y la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP)
planteada por Vigostky, valorando las potencialidades
individuales, es posible lograr que se tenga una
autovaloración adecuada, sin temor a realizar acciones que
requieren mucha concentración y seguridad, como manipular
el dinero sin solicitar ayuda pues ha aprendido a buscarlo y
utilizarlo considerando el orden en que los organizó. Otro
aspecto importante es que a través de la
rehabilitación se logra seguridad en el momento de caminar
o detenerse se es necesario, sin voltear la casa y quedarse
quieto y en cuadrado de frente al lugar donde va a cruzar, de
forma recta, no diagonal, para no actuar por la influencia de
estímulos extras, con ruidos que atraen su atención
y provocan distractibilidad.

La rehabilitación no puede ser exclusiva del
Centro como tal, que es institucional, donde están creadas
las condiciones óptimas, que incluyen equipos
domésticos que en la vida del hogar no siempre existen y
aunque los resultados de la evaluación final sean
excelentes, donde verdaderamente se comprueban los logros y
conocimientos adquiridos en la actividad diaria es en el propio
entorno de la persona donde tiene que enfrentar las barreras
arquitectónicas, la sobreprotección familiar,
ciertas manifestaciones de violencia emocional y el
desconocimiento del medio social, entre otras.

Uso del bastón:

Aunque se les explica cómo tomar el mando, por
comodidad, asumen otra postura. Con el bastón se hace un
recorrido que sea nacional. El invidente va caminando, no se
tiene que detener.

La posición debe tener en cuenta el ancho de los
hombros. Tres toques, tres puntos. Las pisadas se van marcando al
contén de una acera o en una carretera donde pone los pies
y el borde.

Si sabe que no hay barreras se lleva el bastón
totalmente en diagonal, delante de su cuerpo y que la puntera
vaya tocando a la altura de 10 cm. el muro.

Escaleras:

El bastón va delante del cuerpo, se coloca la
mano por el pasamanos a la altura de 10 cm. y esto le indica
cuántos escalones hay.

Técnicas:

Es necesario dominar los toques del bastón.
Cómo emplearlo. Cuando se va por la acera, se dan dos
toques; se hace con la puntera reconociendo el terreno con
anterioridad al paso que se va a dar. Cuando se flexiona el pie
derecho el bastón se dirige hacia el lado izquierdo. En el
segundo paso, el pie carga donde tocó el bastón o a
la inversa.

Cuando se realiza el examen final en el Centro de
Rehabilitación de Bejucal, se les da un croquis de la
ciudad en Braille y son distribuidos por manzanas teniendo en
cuenta el nombre de las calles y siendo colocados los
ómnibus del centro en diferentes puntos de
ubicación fuera de la ciudad. Es importante guiarse por el
plano hacia el parque teniendo que vencer el recorrido con
diversas barreras arquitectónicas tales como rejas y
tuberías.

Se les toma el tiempo para transitar desde el punto de
partida hasta el de concentración. El éxito
está muy relacionado con las características de la
Personalidad de cada individuo. Les resulta más
difícil a los obsesivos por su inseguridad y tendencia a
la exigencia y la meticulosidad.

La necesidad del uso del bastón provoca
un impacto emocional para el discapacitado visual y sus
familiares, pues es la evidencia de la ceguera ante la sociedad.
Este impacto disminuye cuando se conocen aspectos importantes en
relación a las necesidades y se comprende la importancia
de ejercer sus capacidades y obtener la independencia, al lograr
consistencia y confianza después de un período de
tiempo en que, con mucha paciencia, puede orientarse y adquirir
la autonomía que sustituye la frustración y el
resentimiento ante la desconfianza que los familiares, amistades
y otras personas manifiestan en relación a sus
posibilidades de aprender estrategias de relación, entre
otras.

En cuanto al papel que juega la Familia como
institución social primaria, es preciso comprender que
solo con una orientación adecuada, los padres y otros
familiares pueden eliminar la sobreprotección que
obstaculiza la integración socio-laboral y el no
reconocimiento por parte de los demás, que provoca
sentimientos de soledad e impiden una vida digna.

Son necesarias técnicas de ayuda para dar a las
personas que requieren rehabilitación, los recursos que
les Permitan vivir, aprender, trabajar y disfrutar acciones muy
diferentes al exceso de cuidados y limitaciones que entorpecen su
independencia, la toma de decisiones sobre lo que realmente
desean, partiendo de sus posibilidades de comunicación y
sus necesidades que se derivan de ciertas dificultades
sensoriales, psíquicas y físicas, que pueden
mejorar con aplicaciones prácticas en su
rehabilitación, actualmente favorecidas por el desarrollo
tecnológico que está al servicio de las personas
con discapacidad y que pueden aplicarse al estudio y la
educación, sobre todo en el momento de iniciar una carrera
universitaria, teniendo en cuenta las posibilidades reales de
ejercerlas al graduarse.

Entre los recursos que proporcionan al ciego poder
avanzar y crecer como miembros de una comunidad, se encuentra la
Tiflo-informática, que etimológicamente es la
unión del vocablo tiflo con el de
informática. La partícula tiflo
proviene del griego y significa ausencia de luz o ceguera. En
Cuba se define como las acciones correspondientes a la
introducción del programa de computación a la
enseñanza para invidentes, con las adaptaciones
técnicas y recursos informáticos que permiten a las
personas con discapacidad visual la correcta utilización
de la Informática.

La computadora es un recurso valioso para la
autonomía de la persona con discapacidad visual en
relación a su educación, vida cotidiana, relaciones
interpersonales y laborales, ya que en el siglo XXI los
ordenadores tienen gran significación en la forma de
trabajar y vivir y se puede acceder a la audio-escritura y a las
técnicas que son imprescindibles en la educación en
todos los niveles. Por lo anterior es necesario el aprendizaje de
las habilidades tifloinformáticas. Para ello es
imprescindible que la persona con discapacidad visual tenga la
motivación suficiente al valorar esta herramienta como
aspecto importante para el desarrollo pleno de su personalidad y
su independencia, una adecuada autoestima y seguridad que redunda
en su integración social, sin la desventaja del
desconocimiento de aspectos de la informática que
actualmente forman parte de la vida cotidiana y es necesario
utilizar sus conocimientos a los invidentes en centros como los
Laboratorios de tifloinformática que contribuyen a mejorar
la calidad de vida logrando que sean participantes activos al
poder avanzar según sus propias capacidades y
particularidades psicológicas.

Es una herramienta que sirve como instrumento
favorecedor para el proceso de rehabilitación e
integración a la sociedad. Esto no solo ayuda al
discapacitado visual, también permite que los familiares y
otros miembros de la comunidad modifiquen conceptos
erróneos y actitudes de sobreprotección que
aún se mantienen, pero que poco a poco tendrán que
desaparecer al observar los resultados de ese aprendizaje que
permite la autonomía personal y una mejor
integración social, posibilitando ello eliminar en el
lenguaje que se utiliza a veces con cierta lástima al
decir "el cieguito", entre otras expresiones que también
se expresan en el lenguaje extraverbal.

Trabajo en los talleres. El grupo:

Constituye un entorno común,
característico de las personas que lo conforman, donde,
independientemente de las diferencias individuales, se conocen
entre sí, se interesan por los familiares y existe un
espacio emocional que compartir.

El grupo posibilita una experiencia donde se desarrolla
el sentimiento de unidad y pertenencia. Todo esto forma parte de
un proceso de autodeterminación que dura toda la vida y
que tiene que ver con las oportunidades disponibles y el
autocontrol. Para lograrlo es necesario introducir desde edades
tempranas, cambios en la crianza y la educación
ofreciéndoles oportunidades para ejercitar el control
personal en el hogar, en el aula y en la comunidad.

Intervención Familiar:

El papel de la familia es fundamental en relación
de la posibilidad de rehabilitación de la persona
invidente y tiene sus especificidades de acuerdo a la edad. Si se
trata de un niño, muchas veces no les permiten participar
en la mayoría de los juegos y esto les ocasiona
experiencias de soledad.

Los familiares deben tener lo conocimientos necesarios
para brindar apoyo, equilibrio emocional y reconocer los avances
que va adquiriendo el individuo, sin mostrarles sus
temores.

Es importante aceptar los fracasos, sin trasladarles
sentimientos y manifestaciones de impotencia y
frustración, ya que el concepto de Bienestar conlleva a
apoyarlos para lograr la interacción en su
comunidad.

Cuando en una familia, alguno de sus miembros
está afectado por la invidencia, puede ocurrir un
desajuste familiar. Por eso es necesaria la evaluación del
contexto sociofamiliar y reconocer actitudes de rechazo o
sobreprotección y establecer un compromiso para evitarlas,
ofreciendo una relación de ayuda para lograr el apoyo
emocional y la adaptación de la familia a esa
situación, incluyendo al miembro afectado, para disminuir
sus efectos distorsionantes, que producen el enfrentamiento a la
discapacidad mediante la aceptación de la pérdida y
el restablecimiento de las redes de apoyo intrafamiliar, teniendo
en cuenta las posibilidades reales.

Las personas con discapacidad visual tienen necesidades
que son equiparadas a las del resto de la población. El
aspecto diferencial está dado por las repercusiones del
déficit visual, que afecta a cada individuo en dependencia
de sus características de personalidad, de sus recursos
sociales y laborales, del ambiente y de su resiliencia personal y
familiar, ya que la apertura y permeabilidad con los sistemas de
bienestar y la plena integración de los distintos factores
es muy importante, así como el modo de afrontamiento a la
invidencia por el discapacitado y su familia, que pueden provocar
la exclusión, la reclusión o la inclusión de
esas personas, con todos sus derechos y deberes.

El papel del psicólogo y del trabajador social
debe estar encaminado a eliminar la dependencia como riesgo, a
través de acciones de salud en las que resulta necesario
incluir en el proceso educativo a la familia y la
población para prevenir problemas emocionales que pueden
acompañar el proceso de ajuste a la discapacidad
visual.

Persona ciega

Sujeto que carece totalmente de visión o que
sólo percibe luz sin proyección

La rehabilitación, de acuerdo a la
Resolución 48/96 de 1994 de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, "es un proceso encaminado a lograr que las
personas con discapacidad estén en condiciones de alcanzar
y mantener un estado funcional óptimo desde el punto de
vista físico, sensorial, intelectual, psíquico o
social, de manera que cuenten con medios para modificar su propia
vida y ser más independientes. La rehabilitación
puede abarcar medidas para proporcionar o restablecer funciones o
para compensar la pérdida o la falta de una función
o una limitación funcional. El proceso de
rehabilitación no supone la prestación de
atención médica preliminar. Abarca una amplia
variedad de medidas y actividades, desde la rehabilitación
más básica y general hasta las actividades de
orientación específica, como por ejemplo la
rehabilitación profesional".

INTERRELACIÓN ENTRE REHABILITACIÓN
VISUAL Y REHABILITACIÓN BÁSICA
FUNCIONAL

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Conclusiones

  • 1- Se evidencia que los miembros de la muestra
    estudiada tienen una adecuada percepción de la
    importancia de la rehabilitación visual para que las
    personas ciegas puedan tener autonomía e
    independencia.

  • 2- Consideran que la participación de la
    familia, previo conocimiento de la atención que
    requieren, es parte esencial del proceso de
    rehabilitación.

  • 3- Se constató que la
    sobreprotección, el miedo y la inseguridad de los
    familiares entorpece su desarrollo y
    autonomía.

  • 4- Se pone de manifiesto que la
    rehabilitación no se puede circunscribir a la
    asistencia al Centro de Rehabilitación Nacional, pues
    allí existen condiciones óptimas que si bien
    benefician y propician la rehabilitación, el producto
    final solo puede confinarse en el medio sociofamiliar del
    invidente, con sus limitaciones y sus fortalezas.

  • 5- La mayoría de los individuos de la
    muestra estudiada han mejorado su autoestima, independencia y
    autonomía a partir de actividades de
    rehabilitación ya sea en el Centro, o por actividades,
    cursos y talleres en su localidad.

  • 6- Coinciden en que es necesario realizar
    proyectos encaminados a proporcionar a familiares y personas
    de la comunidad, incluyendo a los empleadores en
    relación a las necesidades y posibilidades de
    integración de los discapacitados visuales.

Recomendaciones

  • 1. Brindar información a los familiares
    y convivientes de las personas con discapacidad visual acerca
    de la repercusión negativa que tiene el ejercicio de
    la sobreprotección y el rechazo a su
    rehabilitación, pues en ocasiones los consideran
    incapaces, sin tener en cuenta sus posibilidades como
    miembros plenos de la familia y la sociedad.

  • 2. Hacer un llamado a la reflexión de
    las personas e instituciones ya sea de Educación
    Superior o laborales que no les aceptan o tratan de impedir
    que personas con discapacidad visual se incorporen a
    ellos.

  • 3. Concienciar a los miembros de diferentes
    comunidades, en las que se desenvuelven los discapacitados
    visuales, para que les permitan mayor participación en
    las actividades para lograr una vinculación social
    más efectiva.

  • 4. Es necesario que desaparezca el dualismo
    social en relación a los discapacitados visuales y que
    existan más oportunidades y respeto hacia sus derechos
    y su dignidad.

Bibliografía

Acero Noriega, Martha C. (1991): Manual Básico en
Rehabilitación Profesional. Grupo Latinoamericano de
Rehabilitación Profesional – GLARP. Santa Fé de
Bogotá.

Alberto, Rosa. Psicología de la ceguera.
Editorial S.A. Alianza.

Braslavsky, Berta (s/f): "El Ciego en la teoría
de Vigotsky". Dossier Discapacidad Visual Hoy. Aportes sobre la
visión diferenciada.

Colectivo de Autores (s/f): "MANUAL TECNICO DE SERVICIOS
DE REHABILITACION INTEGRAL PARA PERSONAS CIEGAS O CON BAJA VISION
EN AMERICA LATINA". Unión Latinoamericana de Ciegos
(ULAC).

Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, Organización de las Naciones Unidas (ONU
2007).

Dodds, Alan G. Factores psicológicos en la
rehabilitación. En: Los Ciegos en el Mundo No. 10 (Madrid,
Julio-Diciembre 1993): p. 29-35.

 

 

Autor:

Lic. Roswel Borges
Castellanos

Lic. Miguel Ángel Ortiz
Rodríguez

Dra. Lidia Elsa Orgueira
Martell

MsC. Alina María Gómez
Armiñada

Universidad Central Marta Abreu de Las
Villas.

Santa Clara. Villa Clara. Cuba.
2013

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