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Antologia de articulos publicados por Abraham Bastida Aguilar



Partes: 1, 2

  1. Entrevista en el Radio de la
    Presentación del Libro de Guillermo
    Garduño
  2. Toluca
    en la historia
  3. El
    tren de las revolucionarias
  4. Las
    soldaderas

200 Familias de Toluca de Guillermo
Garduño,
un libro que me ha hecho recordar el paso del
tiempo; hace cincuenta y cinco años un pequeño
grupo de tolucos entrábamos a una escuela que era
confesional y no lo era, me explicó la escuela José
María Claret era católica cuando lo católico
estaba si no prohibido, si mal visto, y es que en aquellos
días así éramos las familias de Toluca, un
mucho católicos en un Gobierno laico, y así
aquellas buenas señoritas formaron a muchos de los de mi
generación, otros cuantos iban a la Miguel Alemán y
otros a la Lázaro Cárdenas; cada escuela iba
formando a los suyos con una identidad diferente. Lo interesante
de Guillermo Garduño es que él es un toluco,
formado en el periodismo como intelectual; primero cubrió,
si mal no recuerdo algunas fuentes en el periódico "El
Diario", un vespertino de color azul que se vendía en los
Portales, después hizo radio. De él aprendí
que le estrella en los programas de radio era el invitado, por la
cual, el que debía hablar era el entrevistado. Guillermo
ha estado, de todos los hombres, de lo mismo que los
intelectuales que de los políticos, su cualidad es que
deja hablar a los invitados; ahora él será
invitado, creo que es la escuela que nos dejó la Claret,
el ejemplo de aquellas santas señoritas que nos formaron
en la idea del trabajo y la perseverancia. Esperemos la obra de
Gustavo Garduño y su visión de Toluca.

En las palabras de Gustavo Garduño, autor del
libro, durante su presentación, dice lo siguiente: He
mencionado de pasada nada más los capítulos, pero
quiero hacer una mención muy especial a las familias que
por alguna razón están más cerca de
mí; no podré mencionar las demás pero creo
que la presentación que hace Agustín sobre su
familia, su relación con la Universidad, su
relación con el Estado, su relación con el
Municipio, son una verdadera aportación muy interesante.
La que me parece más interesante es su relación y
su actitud ante el monumento que ya no existe y que en su lugar
está reemplazado por las dos torres; siempre había
pensado que era culpa de Agustín, y ahora veo que la
Democracia se impuso e impuso un monumento que por fortuna no
extrañaban. Este tipo de comentarios que hace
Agustín me hacen pensar también en, por otro lado
la formalidad general y el buen cuidado de la expresión de
la mayor parte de los protagonistas de esta compilación.
Siento que todos ellos son muy ponderados, muy conservadores y
destacan, para mi gusto una en particular del destacado
Licenciado Gómez Alcántara, que se atrevió a
decir "estamos en una Sociedad Conservadora"; o por ejemplo, otra
que se me hizo muy especial y muy sincera de Alfonso Iracheta, en
la que Don Guillermo en realidad le pone el cascabel al gato; el
libro hace miles de referencias a algunos personajes destacados
de la Política Nacional, y en algún momento, Don
Guillermo le hace la pregunta en entrevista a Alfondo Iracheta
sobre el fracaso de Alguna política habitacional en el
Estado de México, y la predecía en alguna forma
Guillermo, y la respuesta de Alfonso, muy honesto y muy fluido,
decía: Si en efecto, esta es una política que fue
muy buena en este sentido, pero no puedo dice, concordar con la
visión empresarial. Pues con eso quisiera cerrar y dejar
en ustedes este libro para la lectura y disfrútenlo
ustedes; muchas gracias y disculpen que no pueda hablar
más de esto debido al tiempo. Muchas Gracias.

Entrevista en el
Radio de la Presentación del Libro de Guillermo
Garduño

Abraham Bastida: Cuando recibí la
invitación yo no esperaba que estuviera reunido de, como
dice Alejandro, "la República de Toluca", y entonces
llegué al estacionamiento y me encontré a una amiga
común, a "la Tuchi", "la Almazán" que llevaba como
"mosquitos", que son estas bebidas tradicionales de Toluca, y yo
dije: "no pues yo me espero a acompañarle y de paso me
llevaré una botella de mosquitos" ; bueno, pues me
esperé y con la idea todavía de que no iba a haber
tanta audiencia, y cuando entro y que empiezo a ver a "sutano" y
a "fulano" y pues a toda la República de Toluca; mi primo
Antero dice que cuando le preguntan: ¿oye Antero, y
dónde estarán los viejitos de los Portales?, el
contesta: "es que ahora los viejitos de los Portales somos
nosotros".

Otra cosa que me pareció bien interesante de el
evento de esta mañana donde Guillermo presentó su
libro "Las familias de Toluca" fue, primero el hecho de que
hubieran invitado a José Luis Montes de Oca Gasca a hacer
la presentación, porque él también forma
parte de la historia de Toluca; estuvo ausente creo que cuarenta
años de Toluca, pero era el que nos llevaba ahí al
mercado a practicar el inglés y, según el dicho de
José Luis Odeguín, que gracias a él
conocimos a Mare Monroy ó no me acuerdo, José Luis
sí, eso me llamó mucho la atención. Me
llamó mucho la atención la observación de
José Luis en el sentido de que el libro se había
titulado "Historias de Familia" en lugar de "Historias de
Familias"; después y naturalmente todos los comentarios
que se hicieron en torno al libro, sobre todo estas menciones que
hiciste tu mismo y que forman parte de otro anecdotario, y ahora
estoy lleno de inquietudes y emociones por la cantidad de
información que he visto en este libro que recién
lo tengo desde esta mañana, yo te quiero felicitar por
esto y bueno pues me gustaría seguirlo comentando
después de que los muchachos terminen sus recuerdos
deportivos.

Guillermo Garduño: No, hoy lo vamos a
dedicar a esto, por eso te dije que vinieras, hoy parte del
deporte pues es Víctor Sánchez que por si no lo
sabías el fue ciclista en la época de los polleros
García, o sea compitió con ellos en las carreras en
el centro de la República, y Ricardo García y el
otro pollero pues eran reconocidísimos; pero quienes en el
ciclismo se les llama "domésticos" a los que hacen que las
figuras que suponen a las figuras que tienen mayor potencial los
van protegiendo en todas las etapas, que son los que hacen el
trabajo rudo; es decir, en el fútbol, para que me
entiendan los amigos que nos escuchan. Bueno, en el fútbol
el reconocido es el que mete los goles, pero no tanto el que los
impide, como pueden ser los defensivos ó el portero; el
portero ¡uff!, si te hizo el atajadón del siglo pues
dices "no que porterazo", pero al siguiente gol, si se le va el
balón en medio de los pies dices "nombre pues que tonto",
pero el que siempre tiene el reconocimiento es el
centro-delantero, pero pues hay alguien que siempre le pone los
balones, es "el ladito".

Abraham Bastida: Deja te comento, a mí me
tocó ser una especie de mascota con Manuel Villaverde, y
me invitaron cuando entró a Toluca a ser su mascota, y
esto viene a colación porque también me llamaba
mucho la atención otra fotografía que, donde
estás de abanderado y bueno, pues finalmente no has
cambiado, no has cambiado, yo no te hubiera reconocido digo, y yo
estuve en esta escuela y estuve en este desfile y no me acordaba
que José Luis Montes de Oca era el abanderado u que
después venía, bueno obviamente Raúl
Orozco.

Guillermo Garduño: Y a su lado derecho
está José Luis Olguín.

Abraham Bastida: José Luis Olguín,
bueno José Luis Olguín era una Institución,
o sea él era el niño de los dieces, tenía
dos características, una que era un muchacho muy serio,
muy educado y muy estudioso, y segundo de que tenía la
suerte de que su tío era el Obispo, pero que además
su familia estaba íntimamente vinculada con Don Alfredo
Del Mazo primero, entonces eso le daba muchas preeminencias en la
Claret; y después está José Luis de
abanderado y sigue Raúl Orozco que intuyo que es de los
Orozco de las carnicerías. Este es un libro que es una
joya, mira de cada párrafo yo hace rato leí unos
cinco ó diez párrafos, de cada párrafo yo te
puedo sacar una sub-historia ó una serie de
anécdotas; yo recuerdo aquel libro, no sé si lo
conozcan ustedes "El Cuarteto de Alejandría", era un
personaje que es Justine, de un autor inglés, donde habla
de la misma historia de Justine pero tratada por diferentes
protagonistas. Este libro se va a prestar para eso, para que cada
una de las historias que aquí comentas que bueno es un
libro de trescientas cincuenta páginas y que además
te da lugar a que de cada párrafo, de cada historia que tu
platicas hay un "n" número de comentarios que se pueden
hacer, subtemas que se pueden sacar. Es increíble, la
verdad yo estoy muy impresionado; me encantó la historia
de Henry de Verdún, porque además la Alianza
Francesa de Toluca es de las pocas Instituciones que tiene un
subsidio del Gobierno Francés. Y bueno para los que no
conozcan la historia de Toluca recordarán que esto se debe
a que, tal y como se dijo hoy en la mañana Henry de
Verdún formó la Alianza seguramente junto con otras
Alianzas para hacerle la contra al Nazismo, y entonces el
formó parte de la resistencia francesa en el exterior
digamos, y vía ahí Arroyo Verdún, que es
otra historia. Otra historia que me llamó mucho la
atención fue la de Don Agustín Gasca Mireles, la de
Albertina Remedios Ezeta y naturalmente la del fútbol que,
pues bueno ya es tu tema.

Guillermo Garduño: Te rechazo esa
apreciación, no, no es mi tema, es que el fútbol,
la política y la ciudadanía están
íntimamente ligados; te guste ó no te guste la
política, te guste ó no te guste el fútbol,
te guste ó no te guste la ciudadanía,
¿ó no Víctor?

Víctor: Así es efectivamente
Licenciado, digo realmente no se trata del deporte como deporte,
sino parte de la historia de Toluca.

Abraham Bastida: Claro, claro, yo recuerdo haber
ido con Antero González precisamente a ver las primera
tribunas que estaban en la sección de sombra en lo que es
la Bombonera "Morelos", no recuerdo cuál era su nombre, y
actualmente, efectivamente el Deportivo Toluca se
convirtió en parte de la identidad toluqueña y la
ciudad de apropió de él, eso me llamó mucho
la atención.

Guillermo Garduño: Hay una frase de
Fernando Laguilangas viejo, que él como uno de los
pioneros de los años cincuenta, dice: "Para robar en
Toluca, los domingos", porque todos los habitantes estaban en la
Bombonera y pues todas las casas estaban
vacías.

Toluca en la
historia

POR ABRAHAM BASTIDA
AGUILAR

PRIMERA PARTE

Recientemente el municipio de Toluca celebro su
fundación como autoridad independiente, su fundamento fue
la Constitución de Cádiz, que fue una
Constitución Española de Corte Liberal, que dejo de
estar vigor al formalizarse la Independencia de México,
así Toluca tiene muchas fiestas y ninguna, algunos
historiadores piensan, que cuando fue ciudad el Maestro Romero
tenía una tesis, según documentos del archivo
histórico, otros como los aficionados a las Cortes de
Cádiz dan otras fechas y es que al final a uno lo festejan
cuando los parientes quieren, eso tiene su ventaja, hay muchas
fiestas de identidad es como el nacimiento, el bautizo, la
confirmación, la primera comunión, las
graduaciones, la boda civil, la de la iglesia y así hasta
la muerte y los ritos, lo importante es que no lo olviden que
así es en Toluca.

Así por ejemplo la actual Capilla Exenta,
construida en el año de 1729 y que se ubica en la Plaza
Fray Andrés de Castro, representa el único espacio
que se salvó de ser demolido, de la Sacristía del
Convento Franciscano de la Asunción, destruido en su mayor
parte durante el siglo XIX por diferentes razones, y restaurado
hasta el año CL, en el aniversario de la fundación
del Instituto Científico y Literario en 1978,
reseñó el Vicecronista de Toluca, Gerardo Novo
Valencia.

La recuperación, a cargo del arquitecto
toluqueño Víctor Manuel Villegas, permitió
que ese espacio se convirtiera en sede de actividades
académicas, civiles y culturales, a pesar de la
pérdida de sus retablos de estilo churrigueresco, cuya
obra fue realizada por Felipe de Ureña, quien tenía
el cargo de Maestro Mayor de Arquitectura, Carpintería y
Ensamble, quien la dibujó, construyó y
dirigió.

Novo Valencia resaltó que durante el proceso de
recuperación, Villegas escribió el libro
Churrigueria y Felipe de Ureña en Toluca, en donde se
describe de forma amplia el desarrollo y edificación de la
sacristía; santuario que fue dirigido por los religiosos
franciscanos Antonio Díaz del Castillo y José
Cillero, este último nacido en la ciudad de Burgos,
España al igual que Fray Andrés de Castro, uno de
los principales evangelizadores del Valle de Toluca.

Al ser bendecida en el año de 1729, la Capilla
Exenta fue exaltada de forma desmedida y considerada como la
octava maravilla del mundo, aludiendo a las siete maravillas de
la antigüedad, dado que la construcción que reproduce
la planta alta de la ermita madrileña de Santa
María del Puerto, obra de Pedro Rivera, discípulo
de los famosos arquitectos de apellido Churriguera,
explicó Novo Valencia.

Ese inmueble religioso se integra sobre una planta
mistilínea, conformada por líneas rectas y curvas,
donde el recorte libre permite a la cúpula ochavada
embutirse dentro del contorno; la puerta principal era de dos
hojas hechas en maderas preciosas: cedro nogal y
tapincerán, adornadas bellamente, agregó el
investigador.

En lo que respecta a los retablos a cargo del arquitecto
español Benito de Churriguera, utilizó por primera
vez la pilastra estípete, que en conjunto con elementos
góticos y platerescos género un cambio en ese
estilo para imponerse durante ese siglo como barroco
churrigueresco o churrigueresco. Por los trabajos de
restauración, se colocaron placas conmemorativas en el
interior del inmueble alusivas a Lorenzo de Zavala, Francisco
Modesto de Olaguibel, Mariano Rivapalacio y más
recientemente, a la Universidad Autónoma del Estado de
México.

Sobre la historia vieja La presencia del hombre en el
valle del matlatzinco ha quedado comprobada históricamente
al estudiar las pirámides de Calixtlahuaca, el doctor
García Payón encontró que en la
construcción redonda, que tiene tres edificios
superpuestos, el más profundo de éstos es de origen
otomí y pertenece a la misma época en que
floreció Teotihuacan, pocos años antes de la era
cristiana El profesor Alfonso Sánchez Arteche concluye que
los toltecas fundaron Toluca y fue Mixcóatl quien
dirigía a chichimecas-toltecas, en este cuento
histórico.

Antes de este gran periodo de la historia de
México, está el relativamente corto pero muy
significativo de la conquista. En éste, el Valle de Toluca
fue rápidamente doblegado por Gonzalo de Sandoval, con
ayuda de los otomíes.

Es Hernán Cortés a quien se le encomienda,
como premio a sus esfuerzos, las comunidades de Matlatzinco. Sin
embargo, Toluca tiene como gobernador de indios a Pedro
Cortés Coyotzin. Por lo que puede inferirse que Toluca y
Metepec habían gozado de la propiedad rural y urbana
pagando el tributo directamente a la Corona Española. Hay
indicios de que en Toluca se inicia la evangelización en
1524, con la rápida construcción de la capilla
abierta de la Santa Cruz de los Otomíes. Además,
algunos cronistas mencionan que Toluca fue fundada por los
misioneros el 19 de marzo de 1522, dedicándose al culto de
San José e imponiéndoles su nombre. Fray
Andrés de Castro es el único y verdadero
evangelizador del Matlatzinco, llegó en 1524, muchas son
las tareas pendientes sobre el estudio sobre la historia de
Toluca, ya que es una historia singular por haber pertenecido al
marquesado del Valle de Oaxaca y a la Provincia del Santo
Evangelio.

TOLUCA EN LA HISTORIAPOR ABRAHAM
BASTIDA AGUILAR

SEGUNDA PARTE

Toluca vino a ser ciudad hasta el 12 de septiembre de
1799, cuando Carlos IV, firma la cédula real que le da tal
categoría; en consecuencia deja de ser parte del famoso
marquesado. Aunque había un viejo camino que comunicaba a
Toluca con la fastuosa ciudad de los palacios, es hasta 1793
cuando se inicia la construcción de la carretera, desde
donde los narradores viajeros del siglo XIX describieron el
trayecto entre las hoy capitales.

Durante el periodo de Independencia, Hidalgo pudo
reclutar sólo grupos indígenas en Toluca. Toma a la
ciudad como lugar de paso en su camino a la ciudad de
México. En 1811, se da uno de los episodios más
trágicos, después del único hecho de armas
que sufrió la ciudad de Toluca. El ejército
insurgente comandado por José María Oviedo y
Cristóbal Cruz, Juan Canseco y el padre Orcillés,
asedió Toluca amenazándola seriamente y poniendo en
aprietos a Rosendo Porlier, quien al verse humillado por el
asedio y al tener que recurrir en su auxilio el capitán De
la Cueva, decide fusilar sin formación de causa a un
centenar de indígenas, en el lugar que hoy se conoce como
"Plaza de los Mártires", aunque de esto no exista
legalmente el cambio de nombre del lugar.

La erección municipal que se conmemora el 13 de
diciembre, es vaga, pues sólo se apoya en un escrito de
Aurelio J. Venegas. Además, se ha encontrado que el primer
libro de actas es de 1815, cuando ya había desaparecido el
ayuntamiento sancionado por la Constitución de la
Monarquía Española, al disolver, Fernando VII, la
Asamblea Constituyente de Cádiz y por ende la Carta Magna
Española. Pero gracias a la revolución detonada por
don José del Riego, 1820, la autoridad monárquica
no tuvo más remedio que admitir la restitución del
orden monárquico institucional, por lo que en ese
año volvió Toluca a tener ayuntamiento legalmente
integrado por una constitución política
democrática. Es en 1830 cuando Toluca se convierte en
quinta capital del Estado de México.

La lucha enconada entre conservadores y liberales
repercutió en la capital y al triunfo de los liberales,
cuando se reestableció la federación el Instituto
Literario, que había sido establecido en Tlalpan el 3 de
marzo de 1828, reabrió sus puertas cerradas durante el
gobierno conservador.

Durante la Guerra de Reforma la ciudad eventualmente era
tomada y controlada por el sector conservador, igualmente que
sobre ella avanzaba el juarismo. En Toluca la
desamortización de bienes clericales se dio a partir del
29 de agosto de 1861 y se prolongó hasta 1875. Cuando la
intervención francesa, Toluca fue ocupada por Bertier y
Maximiliano vino a Toluca y algunos de sus pueblos. Donde cada
uno en su momento fueron recibidos con bombín y
pompa.

Después de 1869 en Toluca se vive otra
época de mejoramiento urbano, Mariano Riva Palacio se
empeña en transformar la capital del Estado de
México y contrata al arquitecto Arangoity, quien impone a
la ciudad un estilo clasificado por el arquitecto Mendiola
Quezada como, "Neoclásico porfiriano". Se iniciaba
también la construcción de los portales y se
pensaba, gracias al cura Merlín, en una catedral.
Surgieron entonces una infinidad de "juntas", que buscaban
colaborar con el gobierno en la realización de obras:
escuelas, caminos, lavaderos públicos, fuentes, alumbrado
eléctrico, los teléfonos y más. Así
en 1888, se estrenó el primer sistema de alumbrado
eléctrico que existió en Toluca. Es durante este
periodo que el Instituto Literario cambia de nombre a Instituto
Científico y Literario del Estado de México y se le
conceden valiosas aportaciones económicas. Se crea la
Normal de Maestros anexa al Instituto. Vienen después la
de señoritas y la escuela de artes y oficios que
impulsó José Vicente Villada.

La conmemoración del centenario mantuvo atareados
a los tolucenses por tiempo considerable. Vino a Toluca el
enviado especial de España, marqués de Polavieja,
hubieron desfiles, combates de flores, bailes en palacio, se
inauguró la normal, la plaza España y otras
obras.

La participación de la sociedad toluqueña
en la Revolución se dio por un sin fin de hombres que
conspiraron y promovieron la no reelección. Los zapatistas
merodeaban por los cerros Madero como presidente visita Toluca y
es recibido por el grupo de inconformes con el gobierno de
Díaz.

Durante este periodo revolucionario la ciudad no fue
escenario de grandes batallas o acontecimientos cumbre,
sólo algunos aislados. En 1913 cayó en poder del
ejército federal comandado por Huerta. El 27 de agosto de
1914 Francisco Murguía toma la plaza de Toluca y con ello
termina el periodo de gobierno huertista. El 21 de noviembre del
mismo año el municipio pasó a manos de los
zapatistas quienes nombraron gobernador al famoso estudiante
Gustavo Baz. También fue el último refugio de la
Convención Revolucionaria que aquí se
disolvió en 1915.

Toluca empieza a modernizarse cuando gobernó
Filiberto Gómez en 1929, quien contó con la ayuda
de dos presidentes municipales: Agustín Gasca y Manuel
Sotelo. El desarrollo urbano del municipio tuvo notables avances
durantes las gestiones de los gobernadores Salvador
Sánchez Colín y Gustavo Baz Prada. En el sexenio de
Juan Fernández Albarrán se transformó la
fisonomía del centro de Toluca con la construcción
del actual Palacio de gGbierno, la remode lación del
antiguo para convertirlo en Palacio de Justicia, el remozamiento
del palacio municipal, la construcción del Teatro Morelos
y una gran cantidad de planteles escolares en diversos rumbos de
la ciudad.

El tren de las
revolucionarias

POR ABRAHAM BASTIDA AGUILAR

En días pasados se presento un libro EL TREN DE
LAS REVOLUCIONARIAS. acudimos a la presentacion que tuvo lugar en
el Museo Torres del Bicentenario,a invitación del
instituto de la mujer a cargo de Meche Colin como sea he
aquí el relato de este extraordinario libro para que los
niños vengan a la historia de Mexico

: Construido fundamentalmente a partir de cinco relatos
literarios, esta obra busca presentar al público lector
infantil la re-creación de la vida y las acciones de cinco
de las siguientes figuras del imaginario colectivo de la
Revolución, desde la forma de relato histórico: La
Valentina, La Adelita, La Rielera y La Coronela. Cada una de
estas figuras integra sin duda diferentes piezas del mito de la
mujer revolucionaria. De manera adicional, en esta obra literaria
se rescata la historia de una soldadera mexiquense: Chona, "la
Tequerra".

Desde una perspectiva de género, crear una obra
de carácter literario dirigida a los niños, que nos
muestre el papel que jugaron las mujeres en acontecimientos
históricos, como la Revolución, a través de
cinco narraciones que expongan de manera literaria y
gráfica su actividad dentro del movimiento armado de
1910.

El libro está integrado por cinco relatos
infantiles: La Rielera, Mi Coronela, dice la lagartija, Mi
Valentina, Chona "La Tequerra" y La Adelita; en todos se aborda
el papel que las mujeres jugaron en la Revolución. Estas
narraciones tienen la finalidad de recrear las condiciones
históricas en las que participaron estas mujeres.
Asimismo, se incluye un epílogo denominado "Las
soldaderas", escrito por una historiadora mexiquense de
reconocido prestigio

Si bien el papel de las mujeres en la Revolución
no se limitó a su participación directa en el campo
de batalla ni su número se restringe a los contados
nombres que recoge el mito de la soldadera (pues lo mismo estas
mujeres se desempeñaron como enfermeras, telegrafistas,
reporteras, maestras, integrantes de los distintos clubes
antirreleccionistas, como el de la familia Serdán, o las
tiples de moda que hicieron la sátira de los hombres de
poder); no obstante ello, buena parte del imaginario colectivo
nacional sigue recreando a estas mujeres en las imágenes
populares de La Valentina, La Adelita, La Rielera, La Marieta, La
Coronela, etc. Si no mujeres éstas con una existencia
concreta dentro de la historia, sí imágenes que
concentran, con la fuerza del mito, la actividad y el esfuerzo
que realizaron, durante el movimiento armado, mujeres de
distintas edades y estratos sociales que actuaron en favor de la
Revolución y al lado de los diferentes caudillos
revolucionarios.

En este sentido, El tren de las revolucionarias
muestra a través de la combinación de imagen y
textos literarios, el papel que tuvieron las mujeres en la
transformación y consolidación del México
actual; busca además lograr un acercamiento lúdico
a la lectura y al conocimiento de un momento fundamental en la
consolidación del país a través de sus
luchas armadas.

PRESENCIA DE LAS MUJERES EN LA
REVOLUCIÓN MEXICANA:

SOLDADERAS Y
REVOLUCIONARIAS

"En la Revolución, iniciada en 1910, la mujer
poblana tuvo una participación tan importante como
ejemplar por su abnegación y valentía, y
sería imperdonable que la historia no recogiese, siquiera
sea en brevísima síntesis, la labor de tantas
heroínas que contribuyeron a crear el actual orden
social".

Destaco heroínas, porque es precisamente el
carácter heroico, el tratamiento de vidas ejemplares, lo
que nos cierra la posibilidad de entrar en un diálogo con
seres humanos del pasado, en este caso mujeres, inquietas y
conscientes algunas, presentes la gran mayoría que
participan de diversas maneras en una guerra civil que
conmocionó al país por una década, cobrando
un saldo de aproximadamente un millón de
mexicanos.

La lucha armada revolucionaria (1910-1917) contó
con la participación de hombres y mujeres en los distintos
grupos, sectores y clases que trataban de dar forma a una nueva
nación.

Un proyecto nacionalista que involucró y
movilizó al campesino -la población más
numerosa de esos años-, a los obreros, a las clases medias
y a la burguesía nacional.

Con expectativas diferentes y a veces contradictorias se
integraron a las distintas facciones revolucionarias que
contendieron en la guerra civil.

Desde el movimiento precursor magonista que actuó
como fuerza de oposición a Díaz, el maderismo y el
constitucionalismo que enarbolaron la bandera de la democracia,
hasta la contrarrevolución huertista y los movimientos
populares: villismo y zapatismo, actuaron todos en defensa de sus
programas y objetivos de lucha, a veces haciendo un frente
común, otras en forma independiente, y otras más
enfrentándose entre sí.

Lo cierto es que al cabo de una década lograron
transformar al país.

La promulgación de una nueva Constitución
en 1917 cierra un ciclo de guerra civil y encauza al país
por la vía institucional.

Todos estos acontecimientos que fueron modificando a
México, también fueron transformando la vida de las
mujeres.

Cambios que no fueron consecuencia directa de la
Revolución, éstos se gestaron desde los
últimos años del siglo pasado.

Bien, una vez aclarado que nuestro interés no se
centra en la vida de las heroínas, ¿qué
significa entonces hablar de la presencia de las mujeres en la
Revolución mexicana?

Significa recuperarlas como sujetos históricos
que lucharon y participaron en forma comprometida, desde los
distintos frentes, en las diversas facciones y etapas del proceso
revolucionario.

La revisión historiográfica y la
incursión en fuentes hemerográficas y de archivo
hizo posible conformar un panorama inicial sobre la
participación de las mujeres en la Revolución
mexicana y estructurarlo atendiendo a una periodización
más amplia 1880-1920, que nos permita explicar el papel
desempeñado por las mujeres, así como el
significado y contextualización de las acciones que
realizaron como integrantes en las diversas facciones
revolucionarias: soldaderas, empleadas, obreras, periodistas,
maestras, profesionistas; y en la lucha feminista que ya desde el
porfiriato cuestionaba el papel subordinado de la mujer, y que en
el periodo revolucionario cobra importancia, crece en
participación, e incluso se hace oficial dentro del
constitucionalismo con la propuesta presentada por Hermila
Galindo al Congreso Constituyente en 1916.

En las últimas décadas del siglo pasado,
la presencia de las mujeres en el escenario político se
hace más explícita, en parte como resultado de la
mentalidad de "modernidad y progreso", que caracterizó a
aquella época, durante la cual un nuevo discurso
comenzó a cuestionar la función social de las
mujeres y a plantear demandas específicas de
género: mayor acceso a las instituciones educativas, al
trabajo remunerado, y a la participación política,
las enarbolan como bandera de lucha. Peticiones que surgen
fundamentalmente de los sectores medios ilustrados.

El proceso de industrialización iniciado en el
porfiriato abrió a las mujeres las puertas de
fábricas, talleres, comercios, oficinas públicas, y
amplió también su participación dentro del
magisterio.

Con la creación de la Escuela Normal de
Profesoras en 1888, la profesión de maestra cobró
una importancia que hasta entonces no tenía; mientras que
al inicio del régimen 58.33% del profesorado eran hombres
y 25% mujeres, para 1900 la proporción se había
invertido en 32.50% hombres y 67.50% mujeres, y en 1907 las
estadísticas registran 21.71% hombres y 78.29%
mujeres.

Con ello el magisterio se convirtió en la gran
oportunidad de profesionalización para la mayoría
de las mujeres.

La Escuela de Artes y Oficios y la Mercantil "Miguel
Lerdo de Tejada" de Señoritas, fueron también otra
opción de desarrollo profesional en ciertos sectores
sociales, y en menor escala el periodismo y las
letras.

La mujer empieza a salir de los estrechos límites
del hogar para desarrollar otras actividades, preocupación
que se expresa en la prensa de la época, en tanto la
emancipación podía significar la renuncia de ellas
a su función "natural" de esposas y madres.

La influencia de los movimientos feministas europeos y
del sufragista estadunidense se deja sentir en los escritos de un
grupo de mujeres, que se convierten en portavoces de las ideas
emancipadoras, aprovechando el espíritu progresista e
innovador de la época.

Desde finales del siglo XIX la prensa constituyó
el espacio donde ese sector femenino expresó la necesidad
de redefinir no sólo la función social de la mujer,
sino de luchar por su emancipación por medio del estudio y
del trabajo remunerado.

Este grupo de mujeres comienza a manifestar sus
opiniones en periódicos y revistas femeninas.

La Mujer, La Mujer Mexicana, El Álbum de la
Mujer, El Correo de las Señoras, Violetas de
Anáhuac, entre otras, concebidas por y para mujeres, nos
dan cuenta del interés de esas nuevas generaciones por
comunicarse; fue la pluma de profesoras, escritoras y
profesionistas la que inicia un cuestionamiento sobre la
desigualdad intelectual entre los sexos, y se expresa a favor de
la emancipación femenina en términos de
educación e ilustración igualitaria que les
permitiera participar en los distintos campos de la cultura y la
política.

También constituyeron en 1904, la primera
organización feminista denominada Sociedad Protectora de
la Mujer, integrada por María Sandoval de Zarco (la
primera abogada graduada en México en 1889) y por otras
mujeres profesionistas preocupadas "por lograr el
perfeccionamiento físico, intelectual y moral de la mujer,
el cultivo de las ciencias, las bellas artes y la
industria".

La explotación que vive este sector proletario
(bajos salarios, largas jornadas de trabajo, carencia de
prestaciones, situación de las organizaciones gremiales,
etc.) son los temas más recurrentes, sin dejar de reiterar
las prescripciones propias de una moral burguesa.

La importancia de la función en la sociedad de
las mujeres como esposas y madres, la necesidad de
educación como medio para emanciparlas, y la lucha por
mejores condiciones de trabajo para evitar la
prostitución.

En los primeros años del siglo XX empiezan a
surgir organizaciones de trabajadoras (integradas por maestras
normalistas y obreras textileras principalmente) que se vinculan
al Partido Liberal Mexicano desarrollando una intensa labor
política en contra del régimen de Díaz, lo
que causó la persecución y el encarcelamiento de
algunas de sus integrantes.

Otra de las primeras organizaciones revolucionarias que
hizo suyo el Programa del Partido Liberal Mexicano fue la
denominda Hijas de Anáhuac, fundada en Tizapán,
D.F., en 1907, por obreras textileras.

Además de luchar por los principios del magonismo
(motivo por el que algunas de sus dirigentes padecieron arrestos
y encarcelamientos), se pronunciaron a favor del mejoramiento
social de la mujer obrera. (14)

Todas estas mujeres fueron propagandistas activas de las
ideas del magonismo y las que sobrevivieron más tarde
fueron protagonistas en el movimiento armado.

No fue entonces a partir de 1910 que se empezó a
cuestionar la condición subordinada de la mujer, ya que si
bien la Revolución mexicana es un verdadero parteaguas,
alteró y modificó sus formas de vida, antes de esta
revuelta existió gran participación femenina en
distintos ámbitos y niveles.

Las
soldaderas

La mujer no se incorporó a "la bola" por primera
vez en la Revolución, durante los conflictos armados que
vivió el país a lo largo del siglo XIX, a la mujer
del campo, compañera del soldado federal (por
extensión llamada "soldadera"), la vemos enrolada en los
ejércitos, desempeñando además de las tareas
tradicionales las que surgen como parte de la guerra.

"Estas mujeres durante el día no tienen
más hogar que la calle; y la cuadra del cuartel en la
noche. Sentadas en la banqueta, con el perro á sus pies, y
el muchacho recostado contra el canasto, forman frente á
los cuarteles, grupos que ocupan media calle; acompañan al
marido ó amacio en sus marchas militares, llevando
á cuestas al niño de brazos, al canasto lleno con
ropa y los trastos de guisar […] La mayor parte son concubinas
de los soldados pero fieles, y jamás tienen dos amacios
á la vez […] Son celosas y valientes, habiendo, muchas
veces, saqueado las poblaciones pequeñas; pues se encargan
de procurar alimentos á la tropa; y los consiguen por la
fuerza, cuando los rehusan los dueños de tiendas, corrales
ó rancherías".

Si bien es cierto, las imágenes de las soldaderas
que conocemos son producto de la Revolución; las recrean
los corridos, los archivos fotográficos guardan en sus
negativos tanto escenas de vida cotidiana en los campamentos,
como las más difundidas en las que las vemos retratadas
portando carabinas y cananas, los pintores las han inmortalizado
en sus murales, descripciones de viajeros y novelas de la
época registran sobre todo las hazañas de coronelas
y generalas que tuvieron mando de tropa.

La gran mayoría de mujeres campesinas se
incorporan a los distintos ejércitos en función de
su lugar de origen, acompañando al padre, esposo o
hermano, por propia voluntad o bajo el viejo sistema de
leva.

El rapto y la violación fueron actos de
agresión que las mujeres padecieron en este periodo de
ilegalidad y en nombre de las distintas facciones. Diversos
relatos hablan de esos abusos sexuales.

"En el norte reina una total ilegalidad, en cualquier
parte los hermanos se matan entre sí, en tanto que a las
hermanas las reparten como botín;

"Una vez mi mamá me puso ropa de mi abuelita; mi
abuelita ya había muerto, me puso unas enaguas y me
sacaron a que fuera yo a moler nixtamal; y ¡que llegan los
zapatistas aventando la puerta! [. . .] ¿Qué
querían? preguntó [mi mamá] a los
zapatistas. Pues unas gordas, algo de comer.

"Dice ella: pues, apenas está moliendo ella.
Ahorita les hago unas memelas y vienen. ¡váyanse y
den la vuelta! Ya pa' que te vayas p'alla, me dijo a mí.
Si no, ¡capaz que te llevan! Yo tenía quince
años.

"Se llevaron de aquí varias muchachas de
soldaderas. Aquí de "La Fama"; se las llevaron a la
fuerza. Pues ¡quién se iba con un
calzonudo.

"En el pueblo de Namiquipa, Villa lo sitió y
ordenó matar a todos los hombres y las mujeres se las
echó a la tropa… porque creía que eran enemigos
de él, porque lo habían… él decía
que lo habían traicionado. "También los
carrancistas en Rubio, también se trajeron como unas
catorce muchachas y hasta se querían traer mujeres
casadas, y así".

Temas como la violencia hacia las mujeres y la
prostitución, no han sido abordados en forma
sistemática.

Esta última reglamentada en el porfiriato, por
considerarse "un mal necesario", vivió en la
clandestinidad durante la Revolución.

Los burdeles representaron para muchas mujeres
indigentes una forma de sobrevivencia; para otras quizá,
la posibilidad de encauzar una sexualidad reprimida, que por
tantos años había imperado como norma socialmente
aceptada.

Incorporadas las soldaderas en los distintos grupos
revolucionarios, participaron de muy diversas maneras.

"Encargadas de las tareas domésticas, como
siempre, pero en tiempos de guerra en medio de condiciones
más adversas, peregrinando de un lugar a otro, pernoctando
en los campamentos improvisados, se ocuparon no sólo de
alimentar a la tropa, lavar la ropa y cuidar a los hijos, sino
también de atender a los heridos, servir de correos y de
espías en los pueblos, abastecer de armas y brindar
compañía sexual a sus hombres".

Narraciones de mujeres zapatistas cuentan cómo
fue su incorporación al ejército y describen su
vida en los campamentos.

"Me fui porque quemaron Huitzilac y despoblaron, y claro
que quemaron merito en 1911, cuando nos despoblaron. Cuando
estalló la Revolución fue en 1910, hubo sitio, de
ese sitio, al año como quien dice, sembramos nuestro
granito de maíz, pero todo se quedó, trapos y
¡qué se entiende! todo se quedó ahí en
la casa, todo… Entraron a quemar pero fue el gobierno, no los
zapatistas, entró el gobierno. [A los hombres] se los
llevaban lejos a guerrear y nosotras en el campamento. Pero nos
dejaban un resguardo, por alguna cosa que hubiera.

"Las esposas de los generales siguieron a sus hombres
porque no había gente que les hiciera de comer, no
había nadien, no sabían hacer nada y los soldados
que llevaban sus esposas no querían tampoco que les
ayudaran porque también ellas se cansaban.
Andábamos todas con ellos en el monte, todos, sí.
La vida en los campamentos era muy triste, muy dura".

Un numeroso contingente de soldaderas, en el silencio y
desde la invisibilidad cumplieron el importante objetivo de
sostener la vida cotidiana de sus "juanes".

Cabría subrayar, sin embargo, que además
de realizar las faenas domésticas desempeñaron
tareas de mayor riesgo.

Un informante relata:

"Las mujeres con Villa tenían mucho
corazón y mucho valor, eran espías en los
campamentos federales, se hacían pasar como vendedoras, la
tropa les decía "Marías", así ellas se
fijaban en las trincheras, en el armamento, escuchaban de los
movimientos y luego iban e informaban al general
Villa".

Muchas mujeres participaron como combatientes en las
batallas, algunas ocupando el lugar del marido muerto -heredando
incluso el grado militar- lograron ganarse el respeto de sus
subordinados, otras haciéndose pasar por hombres se
pierden entre la tropa y algunas más en forma sanguinaria
implantaron justicia por propia mano.

La literatura ha elaborado un estereotipo de estas
soldaderas dotándolas de características
tradicionalmente masculinas: la valentía, el aplomo y la
bravura son atributos que se destacan en ellas.

Platica Tomasa García:

"A todas nos decían adelitas, pero la mera
Adelita era de Ciudad Juárez … ella decía:
¡Órale! Éntrenle y el que tenga miedo que se
quede a cocer frijoles … Éramos muchas: la Petra, la
Soledá … y la mayoría sí servíamos
para combatir".

Los papeles, aunque definidos ancestralmente, fueron
trastocados en la Revolución, nuevas formas de
relación se establecen entre hombres y mujeres, se rompen
esquemas que habían imperado como norma de
conducta.

La presencia femenina en la Revolución no se
limita, empero, a las soldaderas; en ella participaron mujeres de
distintos estratos sociales, en las distintas facciones y desde
los distintos frentes:

"Las mujeres trabajaron como despachadoras de trenes,
telegrafistas, enfermeras, farmacéuticas, empleadas de
oficina, reporteras, editoras de periódicos, mujeres de
negocios y maestras".

TOLUCA EN LA HISTORIAPOR ABRAHAM
BASTIDA AGUILAR

PRIMERA PARTE

Partes: 1, 2

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