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La Dirección Estratégica ante los nuevos retos del Siglo XXI



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Importancia del Factor Humano en el Proceso de
    Dirección Estratégica
  5. La
    Dirección Estratégica ante los retos del Siglo
    XXI
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Resumen

El nuevo milenio está caracterizado por un
conjunto de factores que convierten el entorno en turbulento,
complejo y con alto grado de incertidumbre, por lo cual las
organizaciones tienen que desarrollar su capacidad de
adaptación a los cambios con la rapidez que se requiere,
constituyendo la Dirección Estratégica una
herramienta importante por las posibilidades que brinda dado su
carácter proactivo, permitiendo anticiparse a dichos
cambios.

La Dirección Estratégica en la actualidad,
debe ir enfocada a la solución de los retos que se le
presentan, por lo que el enfoque a utilizar debe ser adaptado a
estas condiciones.

El presente trabajo tiene como objetivo valorar la
Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI,
donde se demuestra la aplicación de las tendencias
gerenciales en dicho proceso, a partir de la influencia de los
factores del entorno.

PALABRAS CLAVE: Dirección,
Planificación, Estrategia, Empresa, Ventaja
Competitiva

TITLE: "Strategic Management
challenges to the new century".

ABSTRACT:

The new millennium is characterized by a set of factors
that make the environment in turbulent, complex and highly
uncertain, so organizations need to develop their capacity to
adapt to changes as quickly as required, to form the address
important strategic tool for the possibilities offered since its
proactive, enabling anticipate such changes.

The Strategic Management today should be focused on
solving the challenges it faces, so the approach used should be
adapted to these conditions.

This study aims to assess the strategic management
challenges of the XXI century, which shows the application of
management trends in the process, from the influence of
environmental factors.

KEYWORDS: Management, Planning, Strategy,
Business, Management, Competitive Advantage.

Introducción

La Dirección Estratégica, desde su
surgimiento se ha convertido en un arma importante para que las
empresas logren establecer objetivos y líneas de
acción en aras de perfeccionar su
desempeño.

En la actualidad las organizaciones se enfrentan a un
entorno cada vez más turbulento, competitivo, inestable e
impredecible, donde se percibe la influencia de una serie de
retos que marcan el presente siglo, como son: la
globalización de los mercados y la economía
mundial, crisis estructural sistémica con la simultaneidad
de la crisis económica, financiera, energética,
alimentaria y medio ambiental, la internacionalización de
los negocios, la innovación tecnológica, el
desarrollo de la información y las comunicaciones, avances
significativos en la microeléctrica, telecomunicaciones e
informática, modificaciones en las tecnologías de
comercialización y financiamiento, reducción
significativa del tiempo que transcurre entre el descubrimiento
científico y su aplicación en la producción
, la explosión en los servicios, un medio ambiente
cambiante y nuevos valores culturales que convierte los clientes
en mas exigentes. La gerencia de las organizaciones en el nuevo
milenio tiene que prepararse para asimilar los cambios con la
rapidez que se requiere, o sea, deben desarrollar una elevada
capacidad de adaptación a la dinámica que se
presenta, donde el factor humano, como fuente de ventaja
competitiva debe trabajar por la incorporación en las
organizaciones de varios factores como: gerencia integral,
gestión por competencias, gerencia del conocimiento,
Feedback circular, espíritu de equipos, liderazgo,
empowerment, dirección por valores, organización
inteligente, dominio de idiomas y conocimientos
informáticos, entre otros.

Desarrollo

La Dirección Estratégica debe ser
entendida "…como una estructura teórica para la
reflexión acerca de las grandes opciones de la empresa,
reflexión que se fundamenta en una nueva cultura
organizacional y una nueva actitud de la Dirección, donde
ya no se trata de capear las dificultades traídas por un
entorno turbulento, sino ir a su encuentro, donde se huye de lo
improvisado en busca de lo analítico y de lo formal, la
Dirección Estratégica es también un intento
de mejorar la dirección y la gestión de una
organización, utilizando la estrategia para guiar sus
acciones, pero integrando las nociones de preparación de
la puesta en marcha y asignación de
recursos"[1].

La Dirección Estratégica es el proceso de
formulación, ejecución y control de estrategias a
seguir para cumplir los objetivos previstos. Esta se ha
convertido en una herramienta de vital importancia para las
empresas del nuevo mundo, al permitirles una revisión
constante de las capacidades internas junto al estudio del
entorno donde se desarrolla, elemento fundamental para el logro
de los objetivos a corto, mediano o largo plazo.

Surge con el fin de superar las deficiencias de la
Planificación Estratégica y de proveer a la empresa
de un enfoque de dirección, que le permita formular los
propósitos y objetivos a partir de una evaluación
profunda de todos los factores externos e internos que los
condicionan, y lograr su cumplimiento a través de una
ampliación de la planificación, que incorpora un
conjunto bien definido de planes y programas, donde se determinan
las acciones y tareas, los recursos necesarios, y la
designación de los responsables y plazos que harán
posible alcanzar las metas fijadas.

Es importante tener presente que tanto en la
formulación como en la implementación de las
estrategias, debe tener lugar un intenso trabajo grupal en la
empresa, que incorpore a todos los niveles y participantes, para
darles la oportunidad de reflexionar sobre el futuro, fijar fines
a su nivel y proponer acciones para cumplirlas, pero lo
más importante es que de forma general se logra una
autoevaluación de todos.

No existe un único proceso de dirección
estratégica para todas las organizaciones, sino que
éste se manifiesta en función de la misión y
de las características de cada una de ellas, así
como de las pretensiones y las nuevas necesidades que tenga la
misma, no obstante, deben seguirse un grupo de pasos generales
adecuados en cada caso a la organización:

  • Determinación y establecimiento de la
    misión y las metas o fines de la
    organización.

  • Diagnóstico estratégico.

  • Búsqueda y determinación de las
    opciones estratégicas.

  • Evaluación y selección de
    estrategias.

  • Implantación de la estrategia
    seleccionada.

  • Seguimiento y control estratégico.

Etapas o Fases de la Dirección
Estratégica

El proceso de Dirección Estratégica ha
sido enfocado por varios autores, cada uno de estos ha tratado de
concebir un modelo o metodología para desarrollar el mismo
de la forma más eficaz posible. Este proceso
básicamente se recoge en 3 fases:

  • Formulación.

  • Ejecución.

  • Control.

Fase de Formulación de estrategias:

En esta fase se recoge básicamente el
planteamiento de la planificación estratégica,
ampliando el alcance del análisis desde las variables
técnico – económicas hasta las
sociopolíticas – culturales.

La estrategia que se formule en esta etapa va a guiar el
comportamiento y la actividad de la empresa en un futuro y es el
resultado de la conjunción de tres elementos:

  • Las aspiraciones de la alta dirección (para
    la empresa).

  • Las oportunidades y amenazas que presenta el
    entorno.

  • Las capacidades internas de la empresa.

Además se puede integrar en un marco de toma de
decisiones formado por tres etapas:

Etapa 1: Entrada de datos:

Es la etapa donde se recoge toda la información
básica de entrada que se necesita para la
formulación de estrategias. Incluye la formulación
de la Misión y la Visión, un diagnóstico
estratégico interno y externo y la formulación de
los objetivos que se propone la organización en el
futuro.

Etapa 2: Comparativa:

Tiene como objetivo la generación de alternativas
estratégicas factibles para cumplir los objetivos
previstos, a partir de la información recogida en la
primera etapa. Se debe realizar una comparación que puede
ser interpretada como una combinación o cotejación
donde se interrelacionan los factores claves internos y externos,
el éxito estará en lograr la mejor
combinación, dependiendo de las habilidades,
preparación, experiencia, inteligencia y buen juicio del
equipo de especialistas que participan en su
desarrollo.

Incluye herramientas de comparación que se
fundamentan en información de entrada proveniente de la
etapa anterior y que pueden ser de mucha utilidad en la
formulación de estrategias, como son: la Matriz DAFO, la
Matriz de Posición Estratégica y Evaluación
de Acción (PEEA), la Matriz del Grupo Consultor de Boston
(GCB), la matriz Interna – Externa, la Matriz de la Gran
Estrategia, entre otras que se consideren importantes.

Etapa 3: Toma de decisiones.

Es la última etapa de la formulación de
estrategias, se encarga de identificar, evaluar y seleccionar las
estrategias a ejecutar (elaboradas en la etapa dos), utilizando
información de la etapa uno. Su necesidad radica en que
ninguna empresa está en condiciones de ejecutar todas las
estrategias formuladas, tienen que adecuarse a los recursos con
que cuenta y poner en práctica las principales
estrategias, por lo que esta etapa suministra la base objetiva
para la selección de estrategias específicas. Se
auxilia de la Matriz Cuantitativa de Planeación
Estratégica.

Fase de Ejecución de estrategias.

En esta fase se deben movilizar tanto los empleados como
los gerentes, para llevar a cabo las estrategias ya formuladas.
Esto requiere la fijación de metas, políticas y la
asignación de recursos según las prioridades de la
organización. Se considera el paso más
difícil dentro del proceso de la dirección
estratégica, pues requiere disciplina personal, sacrificio
y concentración.

En este proceso es necesario el involucramiento de todos
los trabajadores, de ahí la importancia de que las metas
de fijen a todos los niveles y exista una adecuada
comunicación entre todas las áreas funcionales
(dirección, marketing, finanzas, producción, I+D) y
ahí es donde juega un papel fundamental la capacidad de la
alta gerencia para lograr la motivación necesaria que
proporcione el logro exitoso de las estrategias.

Además es necesario la elaboración de un
plan que permita determinar quién, cuándo y
cómo poner en práctica la estrategia; de programas
que traten de acercar el plan a un mediano plazo y de un
presupuesto que supone concretar en términos financieros
las actuaciones de los programas. También se debe disponer
de una estructura organizativa que asegure: la asignación
concreta de tareas o responsabilidades, coordinar e integrar las
acciones y establecer las líneas de autoridad y canales de
comunicación.

Fase de Control de estrategias:

Esta fase permite determinar la efectividad de las
estrategias formuladas y tomar medidas correctivas en el momento
que lo requiera sobre la base de las desviaciones entre los
resultados obtenidos y los esperados.

Es normal que aparezcan modificaciones en algunos puntos
que obligan a cambiar partes de la estrategia. Esto se consigue
mediante un control continuo que se llevará a cabo
fundamentalmente con sistemas de información
eficaces.

Para la evaluación, control y revisión de
estrategias se requiere del análisis de las Fortalezas,
Debilidades, Oportunidades y Amenazas que se determinaron en el
diagnóstico, además de debe evaluar el logro de los
objetivos y metas planteadas, lo cual debe ir aparejado al
análisis del desempeño organizacional y plantear
acciones correctivas para mantener la dirección
determinada por los objetivos. Este proceso es más
preventivo que correctivo.

Importancia del
Factor Humano en el Proceso de Dirección
Estratégica

En la actualidad la Dirección Estratégica
representa una concepción teórica y práctica
para la reflexión de las grandes decisiones que la empresa
debe adoptar. Ella se sustenta en una nueva cultura y una nueva
actitud de los directivos, que elimina la improvisación
sobre la base de un proceso que conjuga el análisis y la
creatividad en la búsqueda de alternativas para el
desarrollo.

En este proceso se integran coherentemente lo
estratégico que asegura el rumbo definido para el largo
plazo y lo operativo del trabajo diario de las organizaciones, lo
que determina la necesidad de una adecuada correspondencia entre
la estrategia y el resto de los elementos del sistema de
dirección.

Como enfoque integrador del sistema de dirección,
la Dirección Estratégica tiene en cuenta todos los
aspectos que intervienen en la gestión operativa y
estratégica de las organizaciones con una
concepción proactiva.

El conocido Modelo de las "siete-eses" de la consultora
Mackinsey (7 S, por la inicial de la palabra en inglés de
cada uno de dichos componentes del sistema de dirección)
muestra gráficamente la intervinculación reciproca
que entre estos componentes se produce en el proceso de
dirección. Incluye:

Valores compartidos (Shared Values)

Sistemas (System)

Estilos (Styles)

Habilidades (Skills)

Personal (Staff)

Estructura (Structure)

Estrategia (Strategy)

Por valores compartidos se entiende una
convicción o creencia estable en el tiempo de que un
determinado modo o conducta o una finalidad existencial, es
personal o socialmente preferible a su modo opuesto de conducta a
su finalidad existencial contraria. Son aprendizajes
estratégicos relativamente estables en el tiempo de que
una forma de actuar es mejor que su opuesta para conseguir
nuestros fines, o que no salgan bien las cosas. Entre ellos
podemos encontrar: disciplina, organización, humildad,
sencillez, serenidad, honestidad, voluntad, firmeza, entre
otros.

Una organización es un sistema, compuesto por
varios subsistemas, uno de ellos el de dirección. En el
subsistema de dirección puede establecerse un modelo de
sistema con orientación a objetivos (DPO), que es un
sistema directivo que integra varias actividades claves de manera
sistemática, dirigido conscientemente al lograr eficiente
y eficaz de los objetivos organizacionales e
individuales.

El estilo de dirección se relaciona con las
conductas que asumen los dirigentes en el cumplimiento de sus
funciones y constituye un elemento importante del proceso de
dirección. La capacidad para dirigir con eficacia es una
de las claves para ser un director eficaz. Se pueden obtener
resultados superiores si los dirigentes añaden a sus
operaciones el ingrediente extra de un eficaz liderazgo. La
esencia del liderazgo es la disposición de seguir, o sea,
la disposición de las personas para seguir a otras, lo que
convierte a estas en líderes. En la Dirección
Estratégica actual se requiere de líderes –
líderes.

Las habilidades constituyen el conjunto de capacidades
de la organización para desarrollar sus actividades. En la
actualidad los directivos deben realizar cambios en sus
habilidades como: mayor dinamismo, autoridad moral, controlar los
procesos, control financiero, conquistar el entorno, eficiencia
en los resultados, autopreparación continua, motivar,
estimular, comunicar, etc.

En el caso del staff, se refiere a la integración
de los trabajadores y todo el personal, para, de manera
mancomunada, alcanzar los objetivos organizacionales. Los
conceptos y principios que se deben utilizar para perfeccionar el
equipo pueden ser: utilizar la plantilla mínima
imprescindible, incrementar la idoneidad y el multioficio,
reducir los cargos de dirección en plantilla, ampliar el
límite de atención a los directivos, desarrollar
aceleradamente a los jóvenes, entre otros.

En el caso de la estructura se trata de la estructura
organizacional, donde los objetivos y las estrategias tienen gran
peso en la elección de la estructura adecuada. Entre las
tendencias de cambio de las estructuras de pueden citar:
estructura flexible y dinámica ajustada a las necesidades
y al entorno; ubicación del poder donde se solucionan los
problemas, jerarquizando los papeles principales y las relaciones
claves; sustitución de los niveles jerárquicos por
relaciones de coordinación a un mismo nivel de la red;
descentralización de la dirección; reducción
de la interacción vertical y la autoridad formal; aumento
de la integración lateral y de su influencia, entre
otras.

Hoy día la Dirección por Objetivos (DPO)
incorpora en su filosofía la Planeación
Estratégica. Esta no se puede concentrar de modo exclusivo
en objetivos a corto plazo (en el ciclo de un año) ya que
ello llevaría a la organización y sus
líderes a descuidar decisiones importantes que son
necesarias para la estabilidad de ella a largo plazo. Esta
señala la necesidad de integrar planes estratégicos
a largo plazo con objetivos a mediano y corto plazo.

Al relacionar la DPO con la Planeación
Estratégica a largo plazo exige de la atención y
participación de la alta dirección. Los altos
directivos deben convertirse en participantes activos del proceso
de dirección.

La DPO no solo vincula los objetivos de corto plazo con
los del más largo plazo, sino que también integra
los esfuerzos de los dirigentes en todos los niveles de la
organización.

Los planes estratégicos (del largo plazo) se
implementan con planes de acción (en el más corto
plazo) y se controlan. Este proceso de planificación
estratégica, su implementación y control, es lo que
recibe la denominación de Dirección
Estratégica. La implementación de la Estrategia es
la que se debe llevar bajo los conceptos y preceptos de la
Dirección por Objetivos (D.P.O.)

El Enfoque Estratégico no hace obsoleta toda la
dirección tradicional, sino que da una nueva
orientación a las dimensiones táctica y operacional
y se basa en:

  • Planificación partiendo de las condiciones
    turbulentas.

  • Construcción de escenarios alternativos para
    aclarar incertidumbres y futuros posibles y las fuerzas que
    lo conforman.

  • Centrar el modelo institucional en el mercado y en
    las demandas de los clientes.

  • Construcción de una cultura
    estratégica para lograr un comportamiento
    organizacional.

  • Intención de explorar la complejidad de la
    realidad.

  • Priorización de los factores del entorno en
    relación con los internos.

  • Preferencia por el nuevo comportamiento
    organizacional.

  • Deseabilidad del cambio para ajustar el rumbo de la
    organización.

  • Prioridad a las inversiones inteligentes como
    factores transformadores.

  • Propicia la descentralización y crea
    autonomía.

  • Preferencia a las decisiones colegiadas, en equipo y
    a la participación en las diferentes tareas de la
    gestión y la administración.

  • Planificación, seguimiento y
    evaluación son considerados en forma integrada, como
    parte de un mismo proceso.

  • Compromisos con los plazos largos, mediano y corto,
    en este orden de jerarquía.

La
Dirección Estratégica ante los retos del Siglo
XXI

La Dirección Estratégica le permite a las
organizaciones tener un amplio conocimiento de sus
características internas y las del entorno que les rodea,
al realizar un enfoque muy crítico hacia la propia
organización, además de posibilitar la
determinación de los objetivos esenciales para el sistema
y las líneas de acción para alcanzarlas. Posibilita
una rápida adaptación de la empresa a un entorno
cada vez más turbulento. Permite una amplia receptividad a
los cambios, pues su modelo es totalmente flexible a los mismos.
Busca la innovación. Busca un enfoque integrador y su
centro es la eficacia.

Asimilar fuertes y continuos cambios, no solo en el
entorno, sino también sociales y tecnológicos, es
uno de los grandes retos a los que se enfrentan actualmente las
compañías. Por este motivo, es necesario tomar
decisiones dentro del ámbito empresarial para poder
adaptarse a esta situación tan cambiante.

Cualquier empresa que desee tener éxito y busque
beneficios debe someterse a un sistema formal de dirección
estratégica, no solo para obtener los niveles más
altos de rentabilidad, sino también para no estar
destinada a un fracaso seguro. La planeación
estratégica trata de mantener a la organización
siempre adaptada al entorno, pero no como una respuesta pasiva a
sus impactos, sino de forma anticipada, de manera que la
organización emplee al máximo sus recursos y
capacidades, para aprovechar convenientemente las oportunidades y
minimizar las amenazas.

Es decir, si se analiza todo lo antes propuesto, se
puede señalar que se presenta una situación que
obliga a los directivos a la continua toma de decisiones ante un
entorno cambiante, donde la actitud que debe adoptarse debe ser
proactiva y aparejada a un liderazgo eficaz. La Dirección
Estratégica en la actualidad, debe adaptarse a la
situación antes descrita, pues los retos que se presentan
tendrán gran influencia en ella.

Al existir factores como la globalización de los
mercados, la economía y la internacionalización de
los negocios, las organizaciones deben realizar un minucioso
estudio de su entorno, descubrir cuáles son las amenazas
que más le afectan y las oportunidades que pudieran
presentárseles, así como, aquellos factores
internos que constituyen fortalezas distintivas o debilidades que
deben eliminar para posicionarse ante la competencia. Se debe
analizar además el estado de esa competencia, reflejando
con exactitud en qué situación se encuentra frente
a este amplio mercado. Pudieran también tenerse en cuenta
aquellos mercados que se pueden penetrar, aquellas estrategias
que se pueden diseñar para alcanzar los resultados que se
quieren, así como las líneas de acción para
lograr los objetivos organizacionales.

Ante la violenta crisis que se presenta en los momentos
actuales los gerentes deben lograr el empleo eficiente de los
recursos, por lo que desarrollar un Plan Estratégico
favorecerá el logro de los objetivos organizacionales
estableciendo los recursos que se van a utilizar y las personas
que los administrarán, unido a un control a priori y a
posteriori de los resultados alcanzados.

La innovación tecnológica y el desarrollo
de la información y las comunicaciones han invadido los
mercados a nivel mundial.

La tecnología constituye un factor
estratégico clave para el diseño de la estrategia.
La importancia de la misma fue reconocida por los autores que se
sitúan dentro del enfoque sociotécnico de
administración, pero en las últimas décadas
ha adquirido mayor magnitud, pues el estudio de los tipos de
tecnología, su ciclo de vida, las formas de
adquisición, y las opciones estratégicas basadas en
la tecnología son cuestiones cuyo estudio es de vital
importancia para las organizaciones.

La información puede ser considerada como un
factor estratégico más a tener en cuenta cuando se
proceda al diseño de la estrategia empresarial. La
profunda modificación que viene experimentando la
tecnología de la información, así como el
cambio de actitud de los directivos en relación con el
papel de la información y con la gestión de los
sistemas de información, junto con la necesidad de la
información cada vez más completa como resultado de
la mayor complejidad del entorno y de la empresa, han conducido a
llegar a valorar la información como un factor
estratégico y a emplearla en el diseño de una
estrategia empresarial.

La información y las nuevas tecnologías de
la información pueden ser utilizadas para obtener ventajas
competitivas. Los avances en este sentido están provocando
cambios en: la estructura del sector y de la competencia; las
actividades que componen la cadena de valor; y los enlaces entre
distintas cadenas de valor.

Ante la existencia de un medio ambiente cambiante y
nuevos valores culturales las actividades centrales de
conducción de los directivos en las organizaciones en los
últimos tiempos suelen estar dirigidas, en lo fundamental,
a encontrar respuestas rápidas a la evolución de
este entorno competitivo, a solucionar las cada vez mayores
exigencias de los clientes y al aseguramiento de un crecimiento
seguro en el futuro. Todas ellas son adecuadas y válidas,
de esta forma alcanzarán resultados sostenibles si en el
orden interno se fomenta un sistema de valores que esté
acorde a las principales estrategias de la organización.
Sólo si el personal le encuentra sentido a la
acción que realiza, la acción será
sostenible y para encontrarle sentido a la acción tiene
que haber una dirección estratégica conciente y
directa dirigida a sembrar nuevas creencias y valores.

En los enfoques gerenciales actuales, el factor humano
constituye un elemento de competitividad de gran importancia,
pues la necesidad de un talento creador es vital en las
organizaciones modernas, donde la innovación es clave para
responder al entorno. La sociedad del conocimiento otorga un
papel destacado al factor humano en las organizaciones, no basta
con aprender la cultura elaborada por la humanidad, sino que se
necesita de nuevas soluciones para los problemas derivados del
desarrollo tecnológico y de las transformaciones para
adaptarse a los cambios, por lo que se considera que desplegar
las potencialidades relacionadas con el talento creador
constituye una exigencia para los directivos de las empresas
contemporáneas.

La Gerencia Integral es el arte de relacionar todas las
facetas del manejo de una organización en busca de una
mayor competitividad, partiendo de una visión
sistémica: orientación hacia los objetivos
generales de organización, visión integradora y
prevención y sistematización, y una elevada
capacidad de adaptación a los cambios (innovación).
En este sentido se presentan dos enfoques, el interno dirigido a
la calidad total y el externo a la competitividad. La calidad
total tiene como objetivo la satisfacción de los clientes
internos y externos y la disminución permanente de los
costos reales: costos de prevención, evaluación, de
fallo, lo que es responsabilidad de la alta dirección y
requiere del involucramiento todo el cuerpo social de la
organización. La competitividad es la capacidad de una
empresa u organización para desarrollar y mantener
ventajas competitivas, donde tener una posición defendible
en el mercado y ventajas sostenibles son los factores
determinantes de esa competitividad. Por lo que se puede decir
que el gerente integral debe ser un estratega que sepa
anticiparse a los cambios a partir de manejar las relaciones
entre la empresa y el entorno, trazando estrategias que permitan
mejorar la competitividad; un organizador al ajustar
constantemente el esquema o modelo organizacional a la
estrategia; y un líder con elevada visión
sistémica y capacidad innovadora.

Entre las competencias que deben poseer los directivos
del nuevo siglo se pueden mencionar: profesionalismo,
comunicación, trabajo en equipo, capacidad de planificar y
organizar, responsabilidad o capacidad de dar cuentas,
orientación al cliente, creatividad, interés
tecnológico, compromiso con el aprendizaje continuo,
visión, liderazgo, capacidad de dar poder o fortalecer,
capacidad de gerenciar el desempeño, capacidad de
construir confianza, capacidad de juicio y toma de decisiones,
etc. Todas estas competencias guiarán la puesta en marcha
de las estrategias formuladas.

El nuevo enfoque de liderazgo requiere de líderes
– líderes con un estilo participativo,
direccionamiento estratégico y manejo del factor humano.
El empowerment como suplemento del liderazgo, reconoce la
mayoría de edad de los trabajadores, cuya
integración al proyecto empresa resulta imprescindible. La
formulación, ejecución y control de estrategias
requieren de un liderazgo eficaz, capaz de velar por todo el
proceso, asignar tareas y responsabilidades, y motivar a los
miembros de la organización hacia el cumplimiento de los
objetivos y estrategias.

En la era del conocimiento las organizaciones necesitan
de la Gerencia del Conocimiento, por lo que se requiere
administrar el conocimiento de todo tipo para satisfacer las
necesidades presentes y futuras, para identificar y explotar los
de conocimientos existentes y adquiridos, para desarrollar nuevas
oportunidades; esto permitirá llevar a cabo estrategias
innovadoras que facilitarán el logro de los objetivos
propuestos.

En el Proceso de Dirección Estratégica se
requiere de la búsqueda constante de información,
no solo a través de los canales de la estructura formal,
sino también de diversas fuentes que existen en las
organizaciones, para lo cual el feedback circular o multifuente,
constituye una herramienta importante, al establecer redes de
comunicación poco centralizadas, que permiten recopilar
opiniones de interés para la toma de
decisiones.

El espíritu de equipo proporcionará en la
organización un ambiente favorable en todas las
direcciones, este se refiere a la integración de los
trabajadores y todo el personal, para de manera mancomunada,
alcanzar los objetivos organizacionales. En este sentido las
acciones principales a desarrollar son: trabajar en
colaboración con los miembros del equipo para lograr las
metas organizacionales; solicitar insumos valorando genuinamente
las ideas y conocimientos de los demás; estar dispuesto a
aprender de las personas; anteponer la agenda del equipo a la
agenda personal; apoyar la decisión final del grupo y
actuar en concordancia, aún cuando dichas decisiones
puedan no reflejar enteramente su propia posición; y
compartir el reconocimiento por los logros del equipo y aceptar
la responsabilidad conjunta por las deficiencias del mismo. El
proceso de dirección estratégica, aunque constituye
la responsabilidad de la alta dirección de la
organización, requiere del esfuerzo de todos los miembros
de la misma, es por ello, que el trabajo en equipo
motivará a sus empleados a dirigir sus esfuerzos hacia el
logro de las estrategias y objetivos propuestos.

Contar con una estrategia de valores es encontrar
soluciones a muchos problemas de la organización, es
simplificar el trabajo administrativo, que es lo mismo que
absorber la complejidad administrativa, es orientar la estrategia
general hacia el estado deseado, en última instancia, es
integrar al personal alrededor de la estrategia de la
organización y crear el compromiso por su
cumplimiento.

Es conocido que en todo grupo humano existe una cultura
que se fundamenta en un sistema de creencias y valores que se
forma en los grupos como resultado de la interacción y los
mecanismos que se crean para la supervivencia como grupo. Lo que
se trata ahora, al poder tener una estrategia de valores, es
saber canalizar cuáles pueden ser los mejores valores que
son necesarios jerarquizar e impulsar para darle sentido a la
estrategia general de la empresa y crear el compromiso alrededor
de ella.

La progresiva apertura de los mercados internacionales
demanda de los directivos una marcada capacidad para operar y
condicionarse en entornos multiculturales. Se manifiesta, por
ejemplo: exigencia de comunicarse, en muchas situaciones,
empleando inglés, que representa la lengua del mundo
empresarial, por tanto el dominio de idiomas se ha convertido en
una herramienta imprescindible para el futuro directivo.
Será necesario como mínimo dominar tres idiomas, el
inglés sigue siendo el líder en el ranking de los
idiomas, seguido por el francés y el alemán; aunque
lo fundamental es tener el dominio de inglés. Al
dominarlos los directivos pueden desenvolverse con tranquilidad,
penetrar nuevos mercados, realizar estudios de su competencia, y
trazar estrategias basadas en estos estudios.

El conocimiento de la informática es
indispensable para el gerente del siglo XXI, los ordenadores se
han convertido en una importante herramienta de trabajo. La
Internet constituye la fuente de información más
rica en la actualidad, saber utilizar lo obtenido de esta puede
favorecer en el estudio de las organizaciones; así como el
conocimiento de softwares que podemos utilizar para facilitar la
toma de decisiones y complementar los estudios. Algunos softwares
que pueden ser utilizados para el proceso de Dirección
Estratégica son los estadísticos para el
procesamiento y análisis de los datos, los de prospectiva
en la búsqueda de información, los métodos
de expertos, entre otros.

Lograr una organización inteligente que gestione
la información, el conocimiento y esté al tanto de
los cambios del entorno, para toma de decisiones y la
orientación estratégica es de vital importancia en
la era actual, donde los cambios que se presentan pueden
desplazar las organizaciones con mucha rapidez, es por ello que
se requiere de líderes que estén insertados en este
constante desarrollo y adapten sus objetivos y procesos a la
dinámica que se presenta.

Conclusiones

El análisis realizado ha permitido arribar a las
siguientes conclusiones:

  • Las condiciones que caracterizan el presente siglo
    propician la necesidad de la utilización de la
    Dirección Estratégica como una tendencia de la
    administración contemporánea.

  • Las tendencias gerenciales del siglo XXI se ponen de
    manifiesto en cada una de las fases del proceso de
    Dirección Estratégica.

  • El factor humano constituye la fuente fundamental de
    ventajas competitivas para las organizaciones.

  • Las nuevas técnicas de la información
    y las comunicaciones se imponen en los procesos
    empresariales.

  • El liderazgo se convierte en la cualidad fundamental
    de los directivos del nuevo milenio.

Bibliografía

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    Primera Parte, Quinta Edición, La Habana,
    Edición del Ministerio de Educación Superior,
    S.P.I, 1995.

 

 

Autor:

MSc. Yadira Elena González
Marrero

* Licenciada en Economía; Universidad de
Holguín, Cuba 2007. Master en Administración de
Negocios Universidad Central de las Villas. 2013. Profesora
Asistente de las asignaturas "Negociación",
"Dirección Estratégica", "Planificación" y
"Economía Política" del Departamento de
Economía, Facultad de Ciencias Económicas,
Universidad de Holguín "Oscar Lucero Moya". Experiencia
profesional 2007- actualidad.

Dirección Postal: Calle Maceo No. 24 F entre 16 y
18 Rpto El Llano, Holguín, Cuba CP 80100.

 

[1] Menguzzato, Martina. La Dirección
Estratégica de la Empresa: Un enfoque innovador del
management. Editorial Félix Varela, La Habana, 2007.
P.83

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