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La Educación Cívica y la Comunicación en Salud



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

En el presente trabajo se abordan diversos aspectos
teóricos en relación con la Educación
Cívica, su conceptualización y función como
instrumento regulador de la sociedad y los individuos;
además de elementos de interés acerca de la
comunicación social y especialmente en el sector de la
salud, así como el impacto de esta última en las
relaciones sociales y médico-paciente, a partir del
estudio y cotejo de algunos documentos y la experiencia personal
de los autores en el estudio y valoración de estos temas.
El artículo se estructura en Introducción,
Desarrollo y Conclusiones. En el Desarrollo se exponen algunos
conceptos que han sido trabajados por especialistas en la
materia, todo ello en el empeño de enjuiciarlos ya que son
básicos como fundamentación teórica para
facilitar los debates sobre el tema.

Palabras claves: Educación Cívica,
instrumento regulador, Comunicación.

Introducción

La sociedad históricamente ha necesitado de
mecanismos reguladores en todas las esferas de la vida ciudadana,
es decir, leyes y normas que debes conocer como parte de la
formación ciudadana.

La educación cívica es el proceso a
través del cual se promueve el conocimiento y la
comprensión del conjunto de normas que regulan la vida
social y la formación de valores y actitudes que permiten
al individuo integrarse a la sociedad y participar en su
mejoramiento.

La continuidad y el fortalecimiento de ese proceso
requiere desarrollar en el alumno las actitudes y los valores que
lo doten de bases firmes para ser un ciudadano conocedor de sus
derechos y los de los demás, responsable en el
cumplimiento de sus obligaciones, libre, cooperativo y tolerante;
es decir, un ciudadano capacitado para participar en la
democracia.

La categoría de ciudadano expresa una
relación jurídica que no solo implica poseer
derechos y deberes que el Estado otorga, significa además
ejercerlos y participar en la búsqueda de soluciones a los
problemas de la colectividad, convivir armónicamente con
la sociedad y la naturaleza.

La formación ciudadana es el aprendizaje que se
propone para formar individuos aptos para todas las
responsabilidades de la vida ciudadana, para ejercer la
ciudadanía de forma responsable y consciente.

El civismo es la capacidad de los ciudadanos de captar o
percibir los problemas sociales desde la óptica de lo
individual e incorporarse a su solución con eficacia y
consciencia de deberes y derechos en una comunidad
determinada.

La Familia tributa a la Educación Cívica y
ciudadana de sus miembros porque los forma como personalidades en
correspondencia con los valores sociales imperantes, los educa a
que participen en la sociedad a partir de una base moral,
jurídica y política.

Esta forma de educación incorpora sentimientos a
la personalidad del niño y del joven que son muy
importantes para su propia formación ideológica y
constituyen expresiones de esta formación. Las
manifestaciones de respeto, cariño, afabilidad y
solidaridad serán siempre formas de expresión de
los sentimientos cultivados en nosotros mediante una buena
educación.

Las formas estables de conducta del hombre reflejan en
los hábitos culturales, en su aspecto exterior, en sus
gestos, en el manejo de los utensilios y objetos de uso corriente
y, lo que es más importante, en sus relaciones con los que
lo rodean. Esto abarca el cumplimiento de las normas establecidas
por la sociedad, o sea las reglas de convivencia, gracias a las
cuales no solo se mantiene el orden general, sino que tiene lugar
la comunicación adecuada entre los hombres. Las formas
correctas de comportamiento significan el cumplimiento formalista
de esas reglas, ellas constituyen una parte importante de los
valores morales de la personalidad. En esencia, la
expresión real de los rasgos morales, como el humanismo,
el sentimiento de dignidad que se manifiesta a diario en la
escuela, en la familia, en la calle, a la vista de todos son
manifestaciones de comportamiento cívico.

La Familia y la escuela deben potenciar las normas de
Educación Formal por su importancia para la convivencia
social y familiar y así ser más cultos y
educados.

Sobre el particular señaló el
célebre educador cubano Manuel Valdés
Rodríguez:

"Hay un cierto género de educación de los
niños y los jóvenes que bien pudiera llamarse
formal y que merece algunas consideraciones."

"El deseo de agradar, las maneras urbanas y escogidas,
la delicadeza de los movimientos, el buen parecer, contribuyen al
pulimento y cultura de la persona humana."

Las normas de Educación formal comprenden un
conjunto de normas planteadas al escolar, que constituyen formas
de convivencia social, entre las que se encuentran las
relacionadas con la cortesía, la comunicación con
las personas, respeto de los intereses de quienes nos rodean,
mantener la naturalidad y la sencillez, ser hospitalario, saber
escuchar al interlocutor con paciencia, la preocupación
por los miembros del colectivo lo cual a su vez crea un clima
saludable en las relaciones interpersonales de los miembros del
mismo.

Otra costumbre importante es la referida al cumplimiento
de las relaciones sociales lo cual contribuye a la
distribución racional del tiempo ya sea para el estudio,
el trabajo o el descanso, además de reforzar los rasgos
colectivos subordinando los intereses individuales a los
intereses del colectivo.

Al formar las costumbres es necesario recordar que el
escolar puede asimilar no solo las útiles y positivas,
sino también las negativas, perjudiciales, lo que hace
más complejo el proceso educativo, por lo que maestros y
profesores deben asegurar una adecuada comunicación con
sus educandos de forma general, teniendo en cuenta que esta se
define como un complejo proceso de carácter social e
interpersonal mediante el cual se producen intercambios de
mensajes verbales y no verbales y se ejerce una influencia
recíproca entre los interlocutores que propicia diversas
interacciones racionales y emocionales entre estos, conformando
de esta forma los denominados buenos modales que no son
más que las normas de conducta que ejecutadas demuestran
que una persona es correcta, educada y refinada, y que se usan
para exteriorizar el respeto hacia otras personas. Son como las
leyes que codifican o establecen una norma para la conducta
humana, pero se diferencian de las leyes en que no existe un
sistema formal para sancionar transgresiones, que no sea la
desaprobación social.

Es incuestionable que la educación cívica
solo es posible mediante un elaborado sistema coherente y
único en el que concurren todos los factores sociales y
dentro del cual corresponde a la escuela desempeñar un
papel decisivo mediante todas las actividades que en ella se
desarrollan (docentes y no docentes), aprovechando las
potencialidades educativas que brindan.

Contribuir a la formación cívica mediante
el desarrollo de las cualidades positivas y los principios que
distinguen al hombre en una sociedad socialista, a través
de una adecuada comunicación con el educando, constituye
uno de los objetivos fundamentales de la escuela.

Desarrollo

La educación cívica, educación para
la ciudadanía o civismo (términos procedentes del
latín civitate, "ciudad") es un tipo de educación
dirigida a las relaciones sociales y busca fortalecer los
espacios de convivencia social entre las personas; también
ayuda a ser solidarios y cooperativos con los demás, pues
enseña la convivencia social ya sea dentro del plantel
educativo o en la sociedad. Dentro de la educación
cívica se encuentra la enseñanza de las reglas de
ordenamiento. Mediante pautas de su conocimiento se adquiere la
capacidad de interpretar información política o de
desarrollar un análisis crítico de la democracia y
del papel de los ciudadanos. La educación cívica
pretende fomentar las actitudes de colaboración y
participación en actividades cívicas.

Capacita además a las personas para lograr su
participación como ciudadanos de su país. Busca que
desde pequeños, los niños manejen conceptos que les
permitan enfrentar problemas sociales, al aprender a manejar sus
emociones y, a través de hábitos, lograr controlar
su manera de proceder ante las situaciones de la vida.
También es parte de la educación cívica,
lograr inculcar valores en las personas desde su infancia. La
idea es que desarrollen sentimientos de compasión y
sentido de la solidaridad, además de capacidad de
servicio. El objetivo es ayudar al individuo a desarrollar
capacidades para buscar soluciones a los problemas por medio de
aprendizaje teórico y práctico.

La Educación Cívica es la disciplina que
se propone transmitir los valores éticos, cívicos,
patrióticos y nacionalistas del hombre, dentro de un
contexto histórico – social orientado a la
formación integral del ciudadano para una mejor
convivencia en el seno de la familia, y la sociedad
entera.

Los contenidos de la Educación Cívica
están relacionados con los deberes y derechos de la
persona humana, los valores morales y sociales, como la
veracidad, la sinceridad la autenticidad, la responsabilidad, la
solidaridad, el bien, la justicia, la honradez, al iniciativa, la
constancia, la lealtad, la humildad, la tolerancia, la gratitud,
la prudencia, la cortesía, etc.

La asignatura como una disciplina del conocimiento se
ubica dentro del ámbito de las ciencias sociales. Por su
categoría de disciplina su contenido ha ido variando
sustancialmente a través de la historia. Así
tenemos que empieza con la formación del ciudadano en el
campo atlético y guerrero, en la Esparta de Licurgo y
Solón, hasta llegar a la actualidad, donde su
preocupación es la de lograr la formación integral
del ciudadano para la práctica de los deberes y derechos
en la sociedad.

La formación cívica constituye una de las
prioridades de la Revolución y del Sistema de
Educación en Cuba, pues su contexto tiene su basamento en
las normas de conducta y convivencia de las nuevas generaciones;
de ahí se patentiza la necesidad de utilizar como piedra
angular las interpretaciones martianas entorno a la
educación ciudadana, dada su vigencia y connotación
en los momentos actuales, siendo de vital importancia influir en
la conducta, sentimientos, valores, convicciones y principios en
aras de impulsar la formación ciudadana, cívica,
moral y jurista de nuestros estudiantes y pueblo en general,
porque el "deber ser" y el " deber hacer", constituye el pilar en
el que se erige la sociedad.

Inmersos en la realidad actual la formación
cívica se revela hoy como nunca antes, como instrumento
inseparable y necesario en la creación de conciencia y la
búsqueda de alternativas para la comprensión de la
complejidad de los fenómenos y la concreción de
acciones y vías de salidas a la transformación de
la realidad; en aras de un mundo de solidaridad, justicia,
equidad, diálogos, entendimientos humanos y
sustentabilidad del desarrollo.

Se hace necesario entonces con el objetivo de contribuir
a la formación de las nuevas generaciones en la
universidad de Ciencias Médicas, todo lo anteriormente
expresado, defenderlo con tesón y valentía, pues el
socialismo como etapa de la formación económico-
social- comunista, es el sueño más justo de la
humanidad, y hay que educar y formar a los alumnos en este
argumento, porque la sociedad capitalista no le resuelve los
problemas al hombre, todo lo contrario, los acrecienta, hay una
parte grande de ella que hay que desechar; su mentalidad
egoísta, sus antivalores, su devoción enfermiza por
la carrera armamentista, por el dominio de los pueblos, por
apoderarse de todo; la parte que hay que retomar es la base de la
producción en el intercambio, en el consumo, en la
exigencia al personal del aprovechamiento de la jornada laboral,
el prescindir de las personas que no tengan consagración
al trabajo, por tanto si se tiene en cuenta la ley de la
negación de la negación es necesario tomar de estas
lo positivo y elevarlo a un plano superior dentro del propio
socialismo. El hombre tiene que trabajar, tiene que aprovechar la
jornada laboral, tiene que ser competente y a la vez, cumplir los
parámetros de la excelencia, así la
educación ciudadana posibilitará un alto nivel de
vida, de acuerdo a las necesidades del hombre.

La formación cívica del estudiantado debe
estar dirigida a aspectos fundamentales como:

1.- Desarrollar hábitos correctos de convivencia
social y de respeto consciente a las leyes.

2.- Manejar situaciones difíciles a partir de una
actitud independiente y responsable, ligada al compromiso
cívico de la asociación con los demás para
resolver problemas de la comunidad y la sociedad en
general.

3.- Reconocer y aceptar los valores que existen en la
diversidad de géneros, de individuos, en los pueblos, las
culturas y desarrollar la capacidad de compartir, comunicar y
cooperar con los demás.

4.- Resolver conflictos por métodos no
violentos.

5.- Hacer elecciones con conocimiento, basando sus
juicios y actos no solo en el análisis de las situaciones
actuales, sino también de la visión de un futuro al
que aspira.

6.- Respetar el patrimonio cultural, proteger el medio
ambiente y a adoptar de métodos de producción y
pautas de consumo que conduzcan al desarrollo
sostenible.

7.- El desarrollo de sentimientos de solidaridad y
equidad en los planos nacional e internacional.

Los docentes deben mantener una estrecha
vinculación y comunicación durante el proceso
docente educativo, sin perder de vista premisas importantes de la
educación cívica, entre las cuales
enumeramos:

1.- La formación de valores.

2.- El conocimiento y comprensión de los derechos
y deberes ciudadanos.

3.- El conocimiento de las instituciones y de los rasgos
principales que caracterizan la organización
política de la sociedad.

4.- El papel de la familia como célula
fundamental de la sociedad.

5.- Los elementos que conforman la identidad
nacional.

Potenciando escuela y familia en relación
armónica, las normas de Educación Formal por su
importancia para la convivencia social y familiar y así
ser más cultos y educados, conjugando normas
jurídicas y normas morales, ambas normas complementadas,
pues las jurídicas contribuyen a regular la convivencia
social, por su parte las normas morales son refrendadas en
exigencias jurídicas proclamadas por la clase dominante,
de ahí que la vida ciudadana sea regulada por exigencias
legales y morales.

Punto de particular importancia resulta en el trabajo
del docente la formación de valores a través de la
educación cívica, los cuales pueden percibirse a
través de las actitudes que los alumnos manifiestan en sus
acciones y en las opiniones que formulan espontáneamente
respecto a los hechos o situaciones de los que se enteran. Por
esta razón, este aspecto de la educación
cívica requiere de un tratamiento vivencial.

Dicho trabajo el docente debe apoyarlo o conjugarlo con
el trabajo de la familia, a través de los diferentes
canales de la comunicación, ya que es la familia quien
tributa a la Educación Cívica y ciudadana de sus
miembros porque los forma como personalidades en correspondencia
con los valores sociales imperantes, los educa a que participen
en la sociedad a partir de una base moral, jurídica y
política.

Conclusiones

Luego de haber analizado aspectos importantes en
relación con la educación cívica y la
correcta comunicación dentro del proceso docente
educativo, así como deficiencias que aún persisten,
específicamente en la universidad de Ciencias
Médicas, se puede concluir:

1. Todos los temas recibidos dentro del curso son de
suma importancia, especialmente, los de educación
cívica y comunicación, temas de gran influencia que
inciden en la educación de la personalidad y el trabajo
por la excelencia en el perfil del profesional.

2. La educación cívica, así como el
papel de la comunicación y la familia constituyen sin
lugar a dudas fuertes pilares en la educación de las
nuevas generaciones y en la educación médica dado
su importante rol.

3. La educación cívica debe estar siempre
presente en nuestro proceso docente educativo, convertida en una
tarea de todos, con salida curricular en cada uno de los
programas del plan de estudio de las carreras y a tono con la
actualidad que vive la sociedad cubana.

4. La familia es el principal agente intermediario entre
el individuo y la sociedad, constituyéndose en un grupo
socializador por excelencia de sus miembros.

Bibliografía

1. Borrego González, Javier y Sanz Granda,
Ángel. Comunicación interpersonal. Sociedad
española de Farmacia Hospitalaria. Madrid, 1995

2. Casado Velarde, Manuel. Introducción a la
Gramática del texto del Español. Folleto
impreso.

3. Cassany, Daniel y otros. Enseñar Lengua.
Editorial GRAO. Madrid, 1994

4. Constitución de la República de
Cuba.

5. Código de la Familia en Cuba.

6. Dubsky, Josef. Introducción a la
estilística de la lengua. En: Selección de lecturas
para redacción. Editorial Pueblo y Educación. La
Habana, 1975

7. Fernández C. El proceso de la
comunicación. Escuela Nacional de Salud Pública. La
Habana, 1997

8. Fernández González, Ana María y
otros. Comunicación educativa. Editorial Pueblo y
Educación. La Habana, 2002

9. González Castro, Vicente. Profesión:
comunicador. Editorial Pablo de la Torriente. La Habana,
1989

10. González Maura Viviana. "La Educación
de Valores en el Currículum Universitario. Un Enfoque
Psicopedagógico para su Estudio". Tomado de: Revista
Cubana de Educación Superior, 1999. Vol. XIX,
(2):27-36.

11. González Maura, Viviana. Psicología
para educadores. Editorial Pueblo y Educación. La Habana,
1995

 

 

Autor:

MSc. Yanet López Salazar.

Lic. Marxismo Leninismo e Historia. Filial de Ciencias
Médicas. Remedios.

Dra. Belkis Estrella Ferrer Blanco.

Especialista MGI, Ginecobstetricia. Policlínico
Remedios.

Dra. Norys Anilet Díaz
Espinosa.

Especialista en Estomatología. Clínica
Dental. Remedios.

Enviado por:

Aquedo Paz Rodriguez

 

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