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Enfermedades Periodontales y su repercusión en el Sistema Cardiovascular




Enviado por yanko garcia



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Evidencias
    sólidas
  4. Bibliografía

La enfermedad periodontal se relaciona con las
enfermedades cardiovasculares, los microorganismos del surco
gingival y de las bolsas periodontales pueden agravar el inicio y
curso de las afecciones de este sistema. En las enfermedades
periodontales se libera en la sangre una gran cantidad de
mediadores inflamatorios que pueden depositarse en diferentes
órganos, siendo una de las fuentes más importantes
de liberación de estos mediadores al torrente
sanguíneo. En este sentido, se ha demostrado que la
presencia de ciertos mediadores inflamatorios en las arterias
coronarias es capaz de desencadenar la movilización de la
placa de ateroma, que obstruyendo la luz de la arteria coronaria
desencadena el infarto. No es un problema banal. Esta
vinculación entre enfermedad periodontal y cardiovascular
resulta especialmente significativa por distintos motivos, aunque
especialmente por la elevada prevalencia de los trastornos de las
encías en nuestra población.

La enfermedad periodontal es la causa principal de
pérdida de dientes, afectando mundialmente a una gran
parte de la población. Mundialmente, se estima que solo el
14,8% de los adultos, entre 35 y 44 años tiene las
encías sanas, el 59,8% presenta gingivitis y el 25,4%
periodontitis; en personas de 65 a 74 años, la
situación aún es peor: el 10,3% tendría las
encías sanas y el resto padecería algún tipo
de enfermedad periodontal (51,6% gingivitis y el 38%
periodontitis).17

La asociación entre infecciones microbianas
orales como las periodontopatías y los desórdenes
sistémicos no es un concepto nuevo. Fue planteado por
primera vez por los sirios en el siglo VII antes de
Cristo.1

Con el paso del tiempo fueron evolucionando estas ideas,
y ya en el siglo XVIII, Benjamín Rush
afirmó que la artritis solo podía ser tratada
después de extraer dientes permanentes en mal estado. En
1910, William Hunter, médico inglés,
habló de infecciones bacterianas al nivel de cerebro,
corazón y pulmón provenientes de dientes
infectados. A finales del siglo XX (1992), Rams y
Slots plantearon que las infecciones buco-dentales
pueden integrarse al grupo de causas relacionadas con cuadros
mórbidos generales, capaces de llevar el paciente a la
muerte.2

En la actualidad, la Academia Americana de Periodoncia
publicó una revisión de diversas enfermedades, para
las cuales la enfermedad periodontal (EP), podría ser un
fuerte factor de riesgo. En el Taller Mundial de Periodoncia se
introduce el término de medicina periodontal,
como una medicina que se centra en las relaciones entre las
patologías periodontales y generales y su pausibilidad
biológica en grupos humanos y modelos
animales.3

Las patologías periodontales incluyen todas las
alteraciones de cualquier origen, que ataquen los tejidos del
periodonto. Ellas comprenden la enfermedad gingival, la
enfermedad periodontal y las diversas manifestaciones
periodontales de las enfermedades
sistémicas.4

La enfermedad periodontal es un trastorno que afecta las
estructuras de inserción del diente y se caracteriza por
una exposición bacteriana que puede fomentar una respuesta
destructiva del huésped, lo que lleva a la pérdida
de inserción periodontal, ósea y por último
la posible pérdida de los dientes.5

Según datos aportados por Genco6, afectan
aproximadamente al 18 % de la población comprendida entre
25 y 30 años, con franca tendencia al incremento de su
incidencia con la edad, siendo la principal causa de
pérdida dental en individuos adultos. El Centro Nacional
de Estadísticas de la Salud y el Instituto Nacional para
Investigaciones Dentales en los EE.UU, 7 informan que del
5 al 20 % de la población sufre de formas graves de
periodontitis destructiva.

Está ampliamente reconocida la influencia de los
factores hospederos sobre la patogénesis y
progresión de las enfermedades periodontales, pero se
conoce muy poco aún acerca de las consecuencias de un
periodonto enfermo sobre el estado sistémico del
individuo.

En los últimos años, han surgido numerosos
informes9,10, basados en estudios epidemiológicos,
en los que las infecciones buco-dentales se asocian con
enfermedades sistémicas, entre ellas alteraciones
cerebrovasculares, respiratorias, diabetes mellitus y resultados
adversos del embarazo, debido a los lipopolisacáridos
(LPS), las bacterias gramnegativas viables del biofilm y
citoquinas pro inflamatorias que pueden ingresar al torrente
sanguíneo e influir en la salud general y susceptibilidad
a ciertas enfermedades.

La enfermedad periodontal es una agresión
patógena e inflamatoria, continúa a nivel
sistémico, por la gran cantidad de superficie de epitelio
ulcerado de las bolsas que permite a través de 3
mecanismos el paso de bacterias y sus productos al organismo:
11

Infección metastásica o
bacteriemia
: los microorganismos ingresan al torrente
sanguíneo, no son eliminados y se diseminan.

Daño metastásico: por las
endotoxinas y lipopolisacáridos liberados y letales para
las células.

Inflamación metastásica: por las
reacciones antígeno anticuerpo y la liberación de
mediadores químicos.

La revista internacional de medicina oral del 2002
planteó este modelo para explicar los efectos
sistémicos y locales que causa la EP por bacteriemia. Un
mecanismo general con inducción de proteína
reactiva del hígado, fibrinógenos, anticuerpos y
citoquinas y efectos locales producidos por la
estimulación de agregación plaquetaria, de
macrófagos, de molécula adhesión
intracelular (ICAM) y de proteína quimioáctica de
monocitos (MCP), lisis de cápsulas fibrosa y
formación de nuevas células.

Sin embargo, frente a estos datos surge un factor de
confusión; las infecciones bucales son uno de los muchos
factores importantes que pueden influir en las enfermedades
sistémicas y, como consecuencia, es difícil
comprobar la relación causa efecto.

Las evidencias que emergieron en el último
decenio arrojaron luz sobre el lado inverso de la relación
entre salud general y salud bucal, esto es, los efectos
potenciales de la EP sobre una amplia variedad de sistemas de
órganos. Este campo de la medicina periodontal plantea
aún importantes preguntas: ¿puede la
infección bacteriana periodontal, ejercer un efecto
alejado de la cavidad bucal, llegando a ser un factor de riesgo
para enfermedades sistémicas?

Múltiples han sido los estudios12 que han tratado
de demostrar la asociación existente entre enfermedad
periodontal y alteraciones cardiovasculares. Mattila
desde el 1989 hasta el 1995, DeStefano en 1993,
Beck y Joshipura en 1996, Genco en
1997, Arbes en 1999, y Hujoel y Wu en
el año 2000, llegaron todos a relacionar ambas
enfermedades, con resultados de riesgo significativos. Aunque no
se ha podido demostrar que es el agente causal, ha alcanzado
cifras de riesgo mayores de 1, en todos los casos, lo cual
evidencia su acción como posible factor de
riesgo.

Entre las afecciones con que se relaciona la enfermedad
periodontal y el sistema cardiovascular (SCV) se encuentran:
endocarditis bacteriana, infarto del miocardio,
cardiopatía isquémica, trombosis, insuficiencia
coronaria y venas varicosas.

En el 43 % de los casos, esto representa 1 de cada 1000;
las endocarditis están asociadas con infecciones orales
por bacteriemia, como puede ocurrir en la EP durante el sondaje,
la tartectomía, los raspados y alisados radiculares y en
los tratamientos quirúrgicos entre otras maniobras.13,
14

Se plantea que los microorganismos y productos
bacterianos de la EP, pasan al torrentesanguíneo y se
alojan en válvulas anómalas del corazón y en
tejidos cardíacos previamente dañados, causando la
inflamación del endocardio.

Una explicación mucho más detallada merece
la aterosclerosis, que es conocida como el estrechamiento de las
arterias debido a la formación de una placa sobre la
superficie interna de su pared. Una placa de ateroma contiene
todos los patógenos periodontales reconocidos
(Porphyromonas gingivales, Actinobacillus
actinomycetemcomitans, Prevotellas, Bacteroides forsythus
),
que además intervienen en su formación al liberar
lipopolisacáridos.15

Estos lipopoliosacáridos intervienen en la
liberación de mediadores químicos que activan
células T y la formación de ateromas, actúan
sobre las metaloproteinasas que intervienen en la
desestabilización de las placas de ateroma y actúan
sobre la proteína de fase aguda del hígado, y los
fibrinógenos que intervienen también en la
formación de ateromas. Además estimulan la
proliferación vascular del músculo liso, provocando
degeneración grasa y coagulación intravascular, que
facilita todos estos eventos ya presentados.16

Otros mecanismos por los cuales puede actuar la EP son a
través de la invasión directa de los
microorganismos al epitelio coronario y carotídeo
provocando várices e insuficiencia coronaria.

La presencia de periodontitis (o infección en las
encías) debe ser considerada como un factor de riesgo de
enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, se aconseja su
prevención y tratamiento. Así lo recoge la
versión 2012 de las guías promovidas por la
Sociedad Europea de Cardiología (European Society of
Cardiology, ESC) para la prevención de la enfermedad
cardiovascular en la práctica clínica.

Estas directrices proceden de los trabajos efectuados
por la 5ª Joint Task Force de la Sociedad Europea de
Cardiología y otras sociedades científicas afines
relacionadas con la prevención de la enfermedad
cardiovascular.

Aunque ya se tenían numerosas evidencias
científicas y clínicas sobre el impacto negativo
que tiene la periodontitis en el ámbito cardiovascular y
sobre el aumento de aparición de eventos cardiovasculares
en personas con periodontitis, esta recomendación de la
ESC supone un espaldarazo definitivo para la estrategia de
prevención y manejo de las infecciones de las
encías, con el objetivo de evitar consecuencias nefastas a
nivel cardiovascular.

"Para la promoción de la salud periodontal, esta
recomendación es un hito, puesto que sitúa a la
periodontitis en la misma línea que otras enfermedades que
han demostrado tener una clara repercusión sobre la salud
cardiovascular (como la diabetes o la hipertensión
arterial)", destaca el Dr. Mariano Sanz, Decano de la Facultad de
Odontología de la Universidad Complutense de Madrid.
Según este Catedrático de Periodoncia y Patrono de
la Fundación SEPA, "lo cierto es que en los últimos
años hemos ido teniendo cada vez un mayor conocimiento
sobre la interrelación que existe entre las enfermedades
de las encías y la salud general".

En concreto, en las guías se advierte
expresamente que la periodontitis se asocia con la
aparición de disfunción endotelial, aterosclerosis
y con un incremento del riesgo de infarto de miocardio e
ictus.

De la misma forma, se reconoce que otros factores, como
el bajo nivel socioeconómico y el hábito
tabáquico, también pueden tener una importante
influencia (y actuar como factores de confusión) en esta
relación entre periodontitis y enfermedades
cardiovasculares.

Por todo ello, en las Guías de la ESC se subraya
que "la periodontitis puede ser considerada como un indicador de
riesgo para alcanzar un bajo estatus de salud cardiovascular" y,
por eso, se afirma que "su tratamiento está indicado de la
misma forma que lo está el manejo de los otros factores de
riesgo cardiovascular subyacentes".

En estas guías, la periodontitis se sitúa
en un apartado junto a otros trastornos de reconocido impacto
negativo en la esfera cardiovascular, como la enfermedad renal
crónica, la apnea del sueño, las enfermedades
autoinmunes, la gripe o la disfunción
eréctil.

Cardiólogos y odontólogos coinciden en
asegurar ya que las enfermedades que afectan a las encías
(especialmente las infecciones periodontales) son un factor de
riesgo para sufrir episodios coronarios, algunos tan graves que
pueden llegar a poner en peligro la supervivencia del paciente
(como el infarto de miocardio).

De hecho, recientemente la Sociedad Española de
Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad
Española de Cardiología (SEC) se han unido para
tratar de arrojar luz sobre la vinculación que existe
entre las enfermedades periodontales y las cardiovasculares,
dando lugar a un manual sobre "Patología Periodontal y
Cardiovascular: su interrelación e implicaciones para la
salud", que pretende erigirse en referencia para especialistas y
médicos de Atención Primaria
españoles.24

En las enfermedades periodontales se libera en la sangre
una gran cantidad de mediadores inflamatorios que pueden
depositarse en diferentes órganos, siendo una de las
fuentes más importantes de liberación de estos
mediadores al torrente sanguíneo. En este sentido, se ha
demostrado que la presencia de ciertos mediadores inflamatorios
en las arterias coronarias es capaz de desencadenar la
movilización de la placa de ateroma, que obstruyendo la
luz de la arteria coronaria desencadena el infarto.

Además, nuevos trabajos apoyan la
hipótesis de que los patógenos bacterianos
procedentes del biofilm subgingival, así como la
resultante respuesta que inducen en el hospedador, están
directamente implicados en el desarrollo de la lesión
aterosclerótica y, con ello, con un aumento del riesgo de
acontecimientos cardiovasculares.25

No es un problema banal. Esta vinculación entre
enfermedad periodontal y cardiovascular resulta especialmente
significativa por distintos motivos, aunque especialmente por la
elevada prevalencia de los trastornos de las encías en
nuestro medio.

La enfermedad periodontal es la causa principal de
pérdida de dientes, afectando mundialmente a una gran
parte de la población. Mundialmente, se estima que solo el
14,8% de los adultos, entre 35 y 44 años tiene las
encías sanas, el 59,8% presenta gingivitis y el 25,4%
periodontitis; en personas de 65 a 74 años, la
situación aún es peor: el 10,3% tendría las
encías sanas y el resto padecería algún tipo
de enfermedad periodontal (51,6% gingivitis y el 38%
periodontitis).17

Una simple visita al dentista para hacerse una
profilaxis general de la boca reduce hasta un 24% el riesgo de
padecer un ataque al corazón y un 13% el riesgo de derrame
cerebral, según los datos de un amplio estudio presentado
en el Congreso de la Asociación Americana del
Corazón (AHA, sus siglas en inglés), celebrado en
Orlando (Florida, EEUU).

El trabajo, realizado por investigadores taiwaneses que
siguieron durante siete años a más de 100 000
participantes sin ningún problema coronario al inicio del
estudio, mostró que aquellos que se hacían una
limpieza o un raspado profesional disminuían las
posibilidades de tener un ataque al corazón. "La
protección que confiere una buena higiene dental fue
más pronunciada en las personas que se realizaron una
limpieza al menos una vez al año", afirma Emily Chen,
cardióloga en el Hospital General de Veteranos de Taipei
(Taiwan) y autora del trabajo.

Aunque el estudio no tuvo en cuenta otros factores de
riesgo, como el peso o el tabaquismo, los investigadores
consideran que la relación entre los dientes y el
corazón es muy clara. "La limpieza profesional reduce la
inflamación causada por el crecimiento de bacterias en los
dientes, que se sabe que puede provocar problemas cardiacos
serios", dice Chen.26

Otra investigación presentada en el mismo
congreso va aún más allá e indica que la
enfermedad periodontal -de las encías- actúa como
una especie de vidente que ayuda a predecir si la persona va a
tener un fallo cardiaco o un infarto y en qué
grado.18

Anders Holmlund, del Centro de Investigación y
Desarrollo de Gävleborg (Suecia), analizó a 7999
participantes con problemas de encía para concluir, entre
otras cosas, que una alta prevalencia de sangrado de las
encías duplica el riesgo de infarto y que quienes sufren
con frecuencia infecciones alrededor de la base de los dientes
tienen un 53% más riesgo de sufrir un ataque al
corazón.

Asimismo señala este autor que las personas con
menos de 21 piezas dentales (lo normal son 32), aumentan en un
69% su riesgo de padecer un ataque cardiaco.

Estos trabajos confirman evidencias previas que ya
señalaban la relación existente entre la higiene
dental y la salud coronaria. A la vista de estos resultados, los
investigadores no lo dudan.

Las cardiopatías son un gran número de
enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, de
las cuales, la más común y frecuente es la
arteriopatía coronaria, cuya base fundamental es la
arteriosclerosis y su expresión clínica más
grave es el infarto agudo del miocardio,2,10-12 que
constituye la primera causa de muerte en Cuba y muchos
países desarrollados.11

En nuestro país se dispone de pocos estudios
publicados sobre la prevalencia de las periodontopatías
pero presentan un comportamiento similar.8

Existen estudios donde se comprueba la hipótesis
de la asociación entre la enfermedad periodontal y la
patogénesis de la arteriosclerosis y la enfermedad
cardiovascular asociada con eventos tromboembólicos como
el infarto.12-19

La atención estomatológica a pacientes
dispensarizados como los cardiópatas, pone de manifiesto
el enfoque de riesgo, el cual dirige las acciones de salud en el
control de la enfermedad periodontal a este grupo
específico de la población y a reducir el
daño que esta puede provocar en dichos
pacientes.

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ed. México: McGraw-Hill Interamericana; 2004.
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24 D. Beck, Paul Eke James, Heiss Gerardo, Couper David:
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Disponible en URL:

http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20médica/año%202009/vol2%202009/tema5.htm
(Revisado Octubre 2013).

26. Roca Goderich R. Enfermedades del sistema
circulatorio. En: Roca Goderich R.Temas de Medicina Interna. La
Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2002. p. 239
–532.

 

 

Autor:

Dra. Yunaisy Pantoja Caraballo

ESPECIALISTA 1ER GRADO DE EGI.

Dra. Ileana de la Osa
Chacón

ESPECIALISTA 1ER GRADO DE EGI.

PROFESOR INSTRUCTOR.

TUTOR (A): Dra. IVIS HERNÁNDEZ
GARCÍA

Enviado por:

Yanko Garcia

ESPECIALISTA 1ER GRADO EN
PERIODONCIA

PROFESOR ASISTENTE

ASESOR: Dr. RAFAEL FONTE VILLALÓN

ESPECIALISTA 1ER GRADO EN
CARDIOLOGÍA

PROFESOR ASISTENTE.

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ISLA DE LA JUVENTUD

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