Monografias.com > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La fiebre: el signo más desconcertante para el clínico




Enviado por ISABEL OSTABAL



Partes: 1, 2, 3, 4

Monografía destacada

  1. ¿Qué es la
    fiebre?
  2. Abordaje de la fiebre de origen
    desconocido
  3. Tuberculosis como causa de fiebre de origen
    desconocido
  4. Abscesos abdominales y fiebre de origen
    desconocido
  5. Abscesos dentarios y fiebre de origen
    desconocido
  6. Sinusitis con afectación de los senos
    venosos intracerebrales, trombosis de la yugular o sepsis
    severa
  7. Endocarditis como causa de fiebre de origen
    desconocido
  8. Osteomielitis y fiebre de origen
    desconocido
  9. Sinusitis y fiebre de origen
    desconocido
  10. Prostatitis y fiebre de origen
    desconocido
  11. Citomegalovirus y fiebre de origen
    desconocido
  12. Virus
    de Epstein-Barr y fiebre de origen
    desconocido
  13. Enfermedad de Lyme y fiebre de origen
    desconocido
  14. Fiebre de origen desconocido en el paciente con
    SIDA
  15. Cáncer y fiebre de origen
    desconocido
  16. Evaluación del enfermo oncológico
    con neutropenia febril
  17. Enfermedad de Still del adulto y fiebre de
    origen desconocido
  18. Polimialgia reumática, arteritis de la
    temporal y fiebre de origen desconocido
  19. Artritis reumatoide y fiebre de origen
    desconocido
  20. Enfermedad inflamatoria intestinal y fiebre de
    origen desconocido
  21. Síndrome de Reiter y fiebre de origen
    desconocido
  22. Lupus
    eritematoso sistémico y fiebre de origen
    desconocido
  23. Vasculitis y fiebre de origen
    desconocido
  24. Fiebre por fármacos
  25. Fiebre mediterránea
    familiar
  26. Sarcoidosis y fiebre de origen
    desconocido
  27. Fiebre de origen desconocido en el
    viajero
  28. Bibliografía

¿Qué es la
fiebre?

En la antigua Grecia se la consideraba un
signo beneficioso durante una infección. Hipócrates
y Galeno coincidieron en considerar el papel beneficioso de la
misma e incluso el uso de ésta como terapia. En las
primeras teorías revisadas acerca de la fiebre en el siglo
XX Tomas Sydenham la definió como "Motor que la naturaleza
le brinda al mundo para la conquista de sus enemigos".
Posteriormente, Claude Bernard, fisiólogo francés,
demostró que los animales morían cuando su
temperatura corporal normal excedía de 5-6ºC y, con
la introducción del termómetro en la
práctica médica se comenzó a considerar la
fiebre como un signo no tan beneficioso, en todos los
casos.

Actualmente, se considera la fiebre como un
mecanismo de aviso del organismo ante una noxa externa y un
estimulador de algunos factores del sistema inmunológico.
Se presenta como resultado de la exposición del cuerpo a
microorganismos infectantes, complejos inmunitarios u otras
causas de inflamación. El inicio de esta reacción
parte de los efectos de agentes inductores externos (bacterias,
vacunas, polvos, proteínas, etcétera) o, por
toxinas de polisacáridos producidas por bacterias. Estos
agentes inductores provocan la producción de
pirógenos endógenos a través de monocitos,
macrófagos, linfocitos o células tumorales. Estos
pirógenos endógenos o citoquinas circulantes con
acción pirógenas son:

  • Interleuquina1 alfa y beta.

  • Interleuquina6.

  • Factor de necrosis tumoral alfa y
    beta.

  • Interferón alfa y
    beta.

  • Proteína alfa 1 inflamatoria del
    macrófago.

Los efectos farmacológicos de estos
mediadores, sobre todo de la interleukina1, son:

  • Aumento de la quimiotaxis.

  • Aumento de la actividad oxidativa
    metabólica.

  • Aumento de la liberación de
    lactoferrina en neutrófilos, lo que produce
    disminución del hierro sérico, inhibiendo la
    reproducción de determinados
    microorganismo.

  • Estimulación de la
    proliferación de linfocitos B y producción de
    anticuerpos.

  • Estimulación de la
    proliferación de linfocitos T y de su capacidad
    citotóxica.

Es decir, la fiebre potencia la respuesta
inmune.

Estas citoquinas circulantes probablemente
no penetren en el cerebro pero interactúan con elementos
sensoriales en el órgano vascular de la lámina
terminal y otras regiones cercanas al cerebro, promoviendo la
síntesis de prostaglandina E2 a través de la
estimulación de la ciclooxigenasa. Esta prostaglandina E2
difunde atravesando la barrera hematoencefálica hasta el
área preóptica del hipotálamo anterior y
produce la liberación de citoquinas en sitios terminales y
distales de las neuronas responsables de los componentes
autonómicos, endocrinológicos y conductuales de la
respuesta a la fiebre.

El tiempo que transcurre entre la
liberación de citoquinas por la noxa externa que inducen
la producción de prostaglandina E2 y la activación
del hipotálamo que desencadena la fiebre, es de 60 a 90
minutos. Este retardo del síntoma fiebre con respecto a la
presencia del agente pirógeno en la sangre, sugiere que en
la práctica clínica el hemocultivo debe ser
realizado antes de que la temperatura devenga elevada, porque
probablemente con temperaturas bajas (axilares de
37,5-38.4ºC), el agente pirógeno ya esté
circulando.

En 1961, Petersdorf y Beeson, definieron la
fiebre de origen desconocido (FOD) como aquel síndrome que
incluía los siguientes ítems:

  • Temperatura corporal >/ 38,3ºC
    en varias determinaciones.

  • Duración, de la misma, de al
    menos 3 semanas.

  • Diagnóstico etiológico
    incierto tras una semana de estudio
    intrahospitalario.

En 1991, Durack y Street establecieron una
clasificación de la FOD:

  • FOD clásica: Que
    correspondería aproximadamente a la definición
    realizada por Petersdorf y Besson en 1961, con ciertas
    modificaciones. Estos autores la definen como una temperatura
    >/38,3ºC en varias determinaciones, con una
    duración de al menos 3 semanas y con
    diagnóstico incierto tras un estudio de 3 días
    en un centro hospitalario o en 3 consultas ambulatorias
    (estos cambios con respecto a la definición de los
    anteriores investigadores, se debe a los progresos
    experimentados por la medicina a lo largo de las distintas
    décadas que transcurren entre 1961 y 1991).

  • FOD nosocomial: Paciente hospitalizado
    que está recibiendo atención "aguda" y que
    durante la misma presenta: Temperatura corporal >/
    38,3ºC en varias determinaciones, ausencia de
    infección o incubación de la misma en el
    momento del ingreso y ausencia de diagnóstico
    etiológico después de 3 días de
    exploraciones adecuadas.

  • FOD neutropénica: Paciente con
    recuento de neutrófilos < 500 ml (o que se prevea
    que va a llegar a estas cifras en 1 o 2 días, y, que
    curse con temperatura >/38,3ºC en varias
    determinaciones y con ausencia de diagnóstico
    etiológico después de 3 días de
    exploraciones adecuadas.

  • FOD asociada a VIH: Paciente con
    infección por VIH diagnosticado y que presente
    temperatura >/38,3 ºC en varias ocasiones, durante
    más de cuatro semanas en enfermo ambulatorio o
    más de 3 días en el hospitalizado y con
    ausencia de diagnóstico después de 3
    días estando hospitalizado o más de 3 visitas
    ambulatorias, pese a realizarse un estudio
    correcto.

Abordaje de la
fiebre de origen desconocido

Dada la complejidad que muchas veces rodea
el diagnóstico de una fiebre de origen desconocido, es
recomendable establecer un protocolo teniendo en cuenta las
características del paciente, los datos recogidos en la
historia clínica, la exploración física y
las exploraciones que se van realizando. Para evitar caer en
olvidos se debe seguir una sistemática que la
mayoría de los autores la dividen en cuatro
etapas.

1.- PRIMERA ETAPA:

1.1.- Anamnesis: Su
realización es necesaria en todos los pacientes y
deberá ser individualizada para cada caso. La historia
debe recoger datos correspondientes a ocupación, viajes,
profesiones anteriores, cambios de hábitos, medicamentos
que se toman, convivencia o contacto con animales,
etcétera. Otro dato fundamente es preguntarle al paciente
su edad, ya que las causas de fiebre de origen desconocido
varían según la edad. En los niños, un 44%
aproximadamente son de origen infeccioso, un 7% secundarias a
procesos autoinmunes y un 2,7% son debidas a neoplasias y en el
resto de los casos no se llega a un diagnóstico. En
mayores de 65 años el 31% es debida a enfermedad de tejido
conectivo, el 25% a infecciones, el 12% a neoplasias y en el
resto de los casos no se llega a un
diagnóstico.

Preguntar por antecedentes heredofamiliares
también es importante, destacando en este caso la fiebre
mediterránea familiar.

1.2.-Exploración
física:
Las constantes son fundamentales, así
como la toma de temperatura en boca o recto. La temperatura
axilar no es fiable. En la exploración física
buscaremos los siguientes hallazgos físicos:

  • Cabeza: senos dolorosos a la
    palpación que nos orientaran hacia el
    diagnóstico de sinusitis.

  • Arteria temporal: nódulos, pulso
    febril, que orienten al diagnóstico de arteritis de la
    temporal.

  • Orofaringe: ulceraciones, dolor
    dentario en busca de absceso dentarios o histoplasmosis
    diseminada.

  • Conjuntiva: petequias,
    tubérculos coroideos, manchas de Roth en busca de
    granulomatosis diseminada o endocarditis.

  • Corazón: soplos en busca de
    endocarditis infecciosa o marasmática.

  • Abdomen: Aumento del tamaño de
    los ganglios linfáticos de cresta iliaca,
    esplenomegalia, hepatomegalia; en busca de linfoma,
    endocarditis, granulomatosis diseminada.

  • Recto: Fluctuación perirrectal,
    sensibilidad a la palpación. Dolor a la
    palpación prostática en busca de
    abscesos.

  • Genitales: Nódulo testicular o
    en el epidídimo en busca de periarteritis nudosa o
    granulomatosis diseminada.

  • Extremidades inferiores: Dolor a la
    palpación venosa profunda, en busca de trombosis o
    tromboflebitis.

  • Piel, uñas: Hemorragias en
    astilla, nódulos subcutáneos, dedos
    hipocráticos, petequias, en busca de vasculitis o
    endocarditis.

1.3.- Exámenes complementarios a
realizar en esta primera etapa.

Es aconsejable guardar una muestra de suero
congelado del paciente por si fuera necesaria la
realización de alguna determinación con
carácter retrospectivo. No obstante las exploraciones
complementarias a realizar son las que se reflejan en la
tabla

  • HEMOGRAMA COMPLETO CON RECUENTO
    DIFERENCIAL Y PLAQUETAS.

  • VSG.

  • BIOQUIMICA COMPLETA INCLUYENDO
    TRANSAMINASAS, CPK Y BILIRRUBINA.

  • PROTEINOGRAMA.

  • ANALÍTICA DE ORINA
    INCLUYENDO EXAMEN MICROSCÓPICO.

  • PROTEINA C REACTIVA.

  • SANGRE OCULTA EN
    HECES.

  • ANTICUERPOS
    ANTINUCLEARES.

  • FACTOR REUMATOIDEO.

  • HEMOCULTIVOS EN MEDIOS AEROBIOS Y
    ANAEROBIOS.

  • PROCALCITONINA.

  • UROCULTIVO.

  • CULTIVOS DE ESPUTOS Y
    BACILOSCOPIA, SI EXISTEN SíNTOMAS
    PULMONARES.

  • CULTIVOS DE HECES, SI EXISTEN
    SINTOMAS INTESTINALES.

  • SEROLOGIA: HIV, CMV, TOXOPLASMA,
    VIRUS EPSTEIN-BARR, LUES, COXIELLA BURNETTI(fiebre
    Q).

  • GOTA GRUESA SI EL PACIENTE HA
    VIAJADO A ZONAS DE RIESGO DE PALUDISMO.

  • RADIOGRAFÍA DE
    TÓRAX Y ABDOMEN.

  • ECG.

  • REACCIÓN DE MANTOUX (con
    lectura a las 48-72 horas).

  • ADEMÁS DE REALIZAR TODAS
    ESTAS PRUEBAS SI EL PACIENTE TOMA MEDICAMENTOS SE
    RETIRARÁN TODOS AQUELLOS QUE NO SEAN
    INDISPENSABLES.

  • TAC TORACO-ABDOMINAL CON Y SIN
    CONTRASTE.

  • ECOGRAFÍA
    CARDÍACA.

2.- SEGUNDA ETAPA.

  • Previamente a realizar nuevas
    determinaciones analíticas, pruebas o medidas
    intervencionistas, se debe reevaluar al paciente y repetir la
    exploración física, buscando algún
    hallazgo desvelador. Se repetirá también un
    examen básico de laboratorio sangre y orina y VSG. Si
    la VSG es normal, se puede excluir del posible
    diagnóstico la endocarditis bacteriana, la arteritis
    temporal y el linfoma. Algunas enfermedades como la
    brucelosis, el linfoma, la tuberculosis miliar y el LES
    suelen cursar con leucopenia. Si pese a todas las pruebas y
    exploraciones realizadas y repetidas en esta segunda fase no
    se logra llegar al diagnóstico, se solicitarán
    las siguientes pruebas o exploraciones
    complementarias:

  • EXPLORACIÓN
    GINECOLÓGICA.

    EXPLORACIÓN
    OTORRINOLARINGOLÓGICA.

    DETERMINACIÓN DE ENZIMAS
    TIROIDEAS (T4, T3 Y TSH).

    INMUNOELECTROFORESIS EN SUERO Y
    ORINA.

    ECA(enzima conversora de
    angiotensina).

    Anti-DNA, Anti-ENA y ANCA.

    CRIOGLOBULINAS.

    C3, C4 Y CH50.

    SEROLOGÍA FRENTE A YERSINIA,
    LEPTOSPIRA, CHLAMYDIA, MYCOPLASMA, LEGIONELA Y BORRELIA
    BURGDORFERI.

    HEMOCULTIVOS INCUBADOS DURANTE
    MÁS DE 1 SEMANA.

    CULTIVOS DE MICOBACTERIAS EN SANGRE Y
    ORINA.

    ESTUDIO DE PARÁSITOS Y QUISTES
    EN HECES.

    RADIOGRAFÍA DE SENOS
    PARANASALES.

    RADIOGRAFÍA DE ARTICULACIONES
    SACROILÍACAS.

    ORTOPANTOGRAFÍA
    DENTAL.

    ECOGRAFÍA
    PÉLVICA.

    GAMMAGRAFÍA PULMONAR DE
    VENTILACIÓN-PERFUSIÓN.

    GAMMAGRAFÍA
    ÓSEA.

    GAMMAGRAFÍA CON GALIO O
    INDIO.

    CONTROL DE TEMPERATURA
    RECTAL/ORAL Y CURVA TÉRMICA DIARIA.

    3.-TERCERA ETAPA.

    Si a pesar de todas las pruebas
    realizadas no se ha llegado a un diagnóstico y tras la
    realización al paciente de una radiografía de
    tórax y analítica sistemática, por si
    apareciera algún signo que previamente no
    aparecía, se solicitarán las siguientes
    exploraciones:

    • SEROLOGIA DE HEPATIS B Y
      C.

    • TEST DE ANERGIA
      CUTÁNEA.

    • INMUNOGLOBULINA D EN
      SUERO.

    • PUNCIÓN
      LUMBAR.

    • BIOPSIA HEPÁTICA Y
      CULTIVO PARA MICOBACTERIAS, OTRAS BACTERIAS Y
      HONGOS.

    • BIOPSIA DE CRESTA ILIACA Y
      CULTIVO PARA MICOBACTERIAS, BRUCELLA Y OTRAS
      BACTERIAS.

    • ENEMA BARITADO DE
      COLÓN.

    • TRÁNSITO
      INTESTINAL.

    • ENDOSCOPIA DIGESTIVA
      ALTA.

    • COLONOSCOPIA.

    • BRONCOSCOPIA CON LAVADO
      BRONCOALVEOLAR.

    • ELECTROMIOGRAFÍA.

    • BIOPSIA DE AMBAS ARTERIAS
      TEMPORALES.

    • MAMOGRAFÍA.

    • ARTERIOGRAFÍA RENAL Y
      MESENTÉRICA.

    • TAC CRANEAL Y/O
      RNM.

    • BIOPSIA DE GANGLIOS
      LINFÁTICOS (se realizará en fases
      previas si se evidencian adenopatías
      valorables, la PAAF puede ser de gran
      utilidad).

    • BIOPSIA MUSCULAR (si hay
      dolor, signos inflamatorios u otros signos o
      síntomas).

    • BIOPSIA
      INTESTINAL.

    • BIOPSIA DE PIEL, NERVIOS Y
      MÚSCULO (si hay sospecha de vasculitis
      sistémica).

    4.- CUARTA ETAPA.

    Si pese a todas las pruebas realizadas
    no se llega al diagnóstico, se revisará
    periódicamente el enfermo y según la
    afectación sistémica que tenga se
    procederá a realizar:

    • Laparotomía (si hay
      deterioro del estado general o sintomatología
      abdominal).

    • Realizar un seguimiento
      pormenorizado del paciente.

    ETIOLOGÍAS MÁS
    PROBABLES DE LA FIEBRE DE ORIGEN DESCONOCIDO.

    Son múltiples las posibles
    etiologías de una fiebre de origen desconocido (FOD),
    no obstante según la categoría de la fiebre de
    origen desconocido existen causas más frecuentes de
    las mismas.

    1.- En el caso de la FOD
    clásica; es decir aquella que cursa con temperatura
    >38,3ºC, dura más de 3 semanas y no se ha
    llegado a un diagnóstico en al menos 3 visitas
    ambulatorias o en 3 días de ingreso en el hospital,
    las causas más frecuentes de la misma son infecciosas,
    tumorales o enfermedades vasculares del
    colágeno.

    2.- En el caso de la FOD nosocomial; es
    decir aquella que cursa con temperatura>38,3ºC en un
    paciente que llega más de 24 horas ingresado sin que
    la fiebre exista en el momento del ingreso ni exista la
    probabilidad de corresponder a un periodo de
    incubación previo al ingreso y, que no se llega al
    diagnóstico tras al menos tres días de estudio,
    las causas más frecuentes de la misma son
    enterocolitis por clostridium difficile, inducida por drogas,
    embolismos pulmonares, tromboflebitis séptica,
    sinusitis.

    3.- En el caso de la FOD en paciente
    neutropénico; es decir aquella que cursa con
    temperatura>38,3ºC, con recuento de
    neutrófilos inferior o igual a 500/mm3 y sin llegar al
    diagnóstico tras al menos tres días de estudio,
    las causas más frecuentes son infecciones bacterianas
    oportunistas, Aspergilosis, Candidiasis y Herpes
    virus.

    4.- En el caso de la FOD en paciente
    con VIH; es decir aquella que cursa con fiebre
    >38,3ºC, duración de más de 4 semanas
    para pacientes ambulatorios o más de 3 días
    para ingresados y diagnóstico confirmado previo de
    infección por VIH, las causas más frecuentes
    son Citomegalovirus, Mycobacterium avium-intracellulare
    complex, neumonía por Pneumocystis carinni o jirovec
    (como actualmente se lo conoce), inducida por drogas, sarcoma
    de Kaposi o linfoma.

    Si tenemos en cuenta que
    independientemente de esta categorización de la FOD,
    las causas más frecuentes de forma global son
    infecciosas, tumorales, autoinmunes y otras, las
    etiologías que se deberían descartar en cada
    grupo etiológico serían:

    1.-ETIOLOGIA
    INFECCIOSA.

    • Tuberculosis, sobre todo la de
      presentación extra-pulmonar.

    • Abscesos abdominales.

    • Abscesos
      pélvicos.

    • Abscesos dentarios.

    • Endocarditis.

    • Osteomielitis.

    • Sinusitis.

    • Prostatitis.

    • Citomegalovirus.

    • Virus Epstein-Barr.

    • Virus de inmunodeficiencia
      humana.

    • Enfermedad de Lyme.

    2.- ETIOLOGÍA
    TUMORAL.

    • Leucemias.

    • Linfomas.

    • Metástasis de distintas
      estirpes tumorales.

    • Carcinoma de células
      renales.

    • Carcinoma de
      colón.

    • Hepatocarcinoma.

    • Síndrome
      mielodisplásico.

    • Carcinoma
      pancreático.

    • Sarcomas.

    3.- ETIOLOGÍA
    AUTOINMUNE.

    • Enfermedad de Still del
      adulto.

    • Polimialgia
      reumática.

    • Arteritis temporal.

    • Artritis reumatoide.

    • Enfermedad intestinal
      inflamatoria.

    • Síndrome de
      Reiter.

    • Lupus eritematoso
      sistémico.

    • Vasculitis.

    4.- OTRAS
    ETIOLOGÍAS.

    • Fiebre inducida por
      drogas.

    • Fiebre mediterránea
      familiar.

    • Fiebre facticia.

    • Hepatitis (alcohólica,
      granulomatosa o lupoide).

    • Peritonitis primaria en
      cirrótico y otras complicaciones asociadas a la
      cirrosis.

    • Trombosis venosa
      profunda.

    • Sarcoidosis.

    Tuberculosis
    como causa de fiebre de origen desconocido

    La tuberculosis es una enfermedad
    infecciosa crónica, localizada en cualquier parte del
    organismo, si bien su localización más
    frecuente, al menos en nuestro medio, es la pulmonar. Esta
    causada por diferentes especies de Mycobacterium, denominados
    de forma colectiva bacilos tuberculosos (Mycobacterium
    tuberculosis, bovis, africanum, microti y avium), con
    presentación clínica diferente y amplia
    distribución mundial. En el ser humano el
    patógeno más habitual es el Mycobacterium
    tuberculosis o bacilo de Koch, seguido del Mycobacterium
    bovis. El Mycobacterium microti no produce patología
    en el ser humano, el Mycobacterium avium afecta a pacientes
    inmunodeprimidos y el Mycobacterium africanum solo se
    localiza en África.

    La Organización Mundial de la
    Salud estima que aproximadamente unos 2000 millones de
    personas están infectadas por Mycobacterium
    tuberculosis en el mundo, lo que supone un 1/3 de la
    población total. La incidencia de la infección
    es más frecuente en Asia, África, China, India
    y Latino América, países en los cuales la
    pobreza y la malnutrición están más
    extendidas, así como en hacinamiento de la
    población. En las últimas décadas la
    aparición y extensión del SIDA ha hecho que su
    presencia se haya hecho más notoria. En
    términos globales el 95% de los individuos infectados
    por el bacilo de Koch no adquieren la enfermedad; sin embargo
    en enfermos con SIDA los riesgos de adquirir la enfermedad
    para toda la vida son superiores al 10% y la mortalidad
    más elevada.

    MICOBACTERIAS

    Las micobacterias pertenecen a la
    familia mycobacterias y orden actinomycetae. Son bacilos
    débilmente gram-positivos, aerobios estrictos
    obligados, no encapsulados, no formadores de esporas, no
    móviles. Crecen en medios de cultivos
    sintéticos que contengan glicerol como fuente de
    carbono, lípidos y agentes inhibitorios y sales de
    amoniaco como forma de nitrógeno. Obtienen su
    energía mediante la oxidación de compuestos de
    carbono. Sintetizan catalasas, producen urea, niacina y
    reducen nitratos. La temperatura ideal para su crecimiento
    oscila entre los 32 y los 37ºC y su pH óptimo
    está entre los 6,5 y los 6.8. El aumento de la
    presión parcial de dióxido de carbono estimula
    su crecimiento. El hierro es esencial para su crecimiento,
    por lo que cuenta con un mecanismo único de
    transporte, el mycobactin, que es un quelador liposoluble con
    gran afinidad por el hierro. Sobreviven intracelularmente.
    Son resistentes a agentes químicos y a la
    desecación, pero son altamente sensibles a las
    radiaciones ultravioletas. Las micobacterias tienen una
    velocidad de crecimiento mucho más lento que otras
    bacterias, con un tiempo de duplicación celular de 14
    a 20 horas, aunque en cultivos se puede acortar este tiempo;
    no obstante, se requieren unas seis semanas para observar los
    primeros indicios de colonias. No tiñen con facilidad
    pero resisten la decoloración por alcohol o
    ácido una vez teñidos, por lo que se conocen
    como bacilos ácido alcohol resistente.

    La cubierta de las micobacterias
    consiste en dos partes, la membrana plasmática y la
    pared celular, estructuras que dan protección
    osmótica y permiten el transporte iónico y
    molecular para el mantenimiento celular. La pared celular
    rica en lípidos es responsable de la resistencia a la
    acción bactericida de los anticuerpos y complemento
    del huésped. Hay otros factores intrínsecos del
    bacilo de Koch que le confieren virulencia y que le permiten
    sobrevivir dentro del macrófago, entre los cuales se
    encuentran:

    1.- El factor formador de
    cordones:
    Es un glucopéptido de superficie que
    hace que el M. tuberculosis crezca formando hileras o
    cordones microscópicos ordenando a las micobacterias
    en cadenas paralelas. Este factor está asociado a la
    inhibición de la migración de leucocitos, la
    formación de granulomas crónicos y actúa
    como coadyuvante inmunitario.

    2.- Sulfátidos
    glicolipídicos de alto peso molecular:
    Son
    glucopéptidos de superficie que contienen azufre.
    Sólo están presentes en cepas virulentas.
    Previenen la fusión de los fagosomas en los
    macrófagos que contienen M. tuberculosis con los
    lisosomas, permitiéndole escapar de la respuesta del
    huésped por enzimas intracelulares.

    3.- LAM:
    Heteropolisacárido de estructura similar a endotoxinas
    de bacterias gram- negativas. Inhiben la activación de
    los macrófagos por interferón gamma. Inducen la
    producción de factor de necrosis tumoral gamma por los
    macrófagos, lo que da origen a la fiebre, a la
    pérdida de peso y lesión tisular, y de
    interleukina 10, que suprime la proliferación de
    células T inducidas por micobacterias.

    4.- Proteínas de Shock
    Térmico:
    Son proteínas de 65 Kd, altamente
    inmunógenas, similar a la proteína del shock
    térmico humana y puede desempeñar un papel en
    la reacción autoinmune inducida por M
    tuberculosis.

    5.-Bombeo de amonio.

    ¿CÓMO SE ESTRUCTURAN
    LAS COLONIAS DE BACILOS KOCH?

    Hay cuatro poblaciones que se
    diferencian entre ellas por su localización,
    tamaño de la colonia, actividad y
    virulencia.

    • Población A: Son colonias
      metabólicamente activas, extracelulares y de
      crecimiento rápido y continuo. Se sitúan en
      las paredes de las cavernas activas y en zonas pulmonares
      oxigenadas.

    • Población B: Gérmenes
      extracelulares, de crecimiento lento o intermitente. Es
      una población poco numerosa a diferencia de la
      anterior, con crecimiento inhibido por el pH ácido
      dentro de los fagolisosomas de los macrófagos, en
      áreas con necrosis caseosa o en paredes cavitarias
      pobremente oxigenadas. Su actividad no puede ser
      eliminada por los fármacos. Es la población
      responsable de las recidivas. El fármaco
      más activo frente a esta población es la
      pirazinamida.

    • Población C: Bacilos
      intracelulares en fase de multiplicación
      esporádica y de crecimiento muy lento. Se hallan
      en el caseum sólido, dentro de los
      macrófagos, manteniéndose en un medio con
      pH neutro o ácido. Permanecen inactivos durante
      largos periodos de tiempo. Son responsables de las
      recaídas. La rifampicina es el fármaco de
      elección para iniciar la destrucción
      bacteriana de esta población.

    • Población D: Es la
      población persistente, latente o completamente
      durmiente. Sin multiplicación o con mínima
      capacidad reproductiva, permaneciendo en focos
      previamente "controlados" durante años. No hay
      capacidad destructiva por parte de fármacos.
      Sólo pueden ser eliminados por el sistema
      inmunológico del paciente. Causan recidivas
      endógenas.

    FISIOPATOLOGÍA DE LA
    TUBERCULOSIS.

    La tuberculosis clásica
    está provocada por el Mycobacterium tuberculosis y en
    menor medida por el Mycobacterium bovis en el ser humano. La
    vía de entrada es la respiratoria, pero puede ser
    también la digestiva en caso de ingestión de
    leche no pasteurizada de vacas infectadas por el
    Mycobacterium bovis.

    Por vía respiratoria el bacilo
    se introduce en el pulmón por la inhalación de
    pequeñas gotitas mucosas de 2 a 10
    micromilímetros de diámetro, que salen en forma
    de aerosol, de personas infectadas al hablar, toser, cantar o
    estornudar, permitiendo la entrada de 1 o 2 microbacterias.
    Gotas de más de 10 micromilímetros quedan
    atrapadas en las vías respiratorias superiores y son
    eliminadas. Una vez que el bacilo, en cantidad suficiente y
    virulencia adecuada, penetra en el sistema respiratoria, el
    sistema inmunológico del paciente reacciona intentando
    antagonizarlo, si no lo consigue se desarrolla la enfermedad.
    El bacilo es reconocido por los macrófagos alveolares
    que destruyen el germen. El germen dentro del
    macrófago produce interleukina 1 conduciendo una
    inflamación local inicial inespecífica y con el
    avance del proceso los linfocitos se convierten en un
    componente celular predominante al final de la primera
    semana.

    Los macrófagos alveolares le
    presentan los antígenos a los linfocitos T por
    aposición de membranas, mediado por antígenos
    de histocompatibilidad produciendo interleukinas 2 o factor
    activador de macrófagos. Los linfocitos a su vez
    estimulan a los macrófagos. La activación mutua
    de ambos, induce la acumulación de células en
    el sitio de entrada del bacilo y la formación del
    tubérculo, lesión característica de la
    enfermedad. Histológicamente este tubérculo es
    un granuloma que se forma entre la tercera y la sexta semana
    desde el ingreso del germen y que coincide con la
    positivización de la prueba de tuberculina y la
    aparición de la capacidad celular para limitar la
    multiplicación y destruir el bacilo. La lisis celular
    conduce a las enzimas lisosomales a producir necrosis tisular
    o caseosa. Posteriormente si la infección no logra
    controlarse por diseminación linfática y
    hematógena alcanza órganos linforreticulares y
    puede afectar a cualquier órgano. No obstante el
    complejo primario o de Gohn que es la acumulación de
    macrófagos y linfocitos con necrosis caseosa en el
    punto de entrada del germen con compromiso ganglionar
    regional, suele controlar la infección y evitar el
    desarrollo de tuberculosis, salvo en personas con
    inmunodeficiencias, malnutrición o predispuestas como
    suelen ser los niños y los ancianos. Un 95% de los
    casos no desarrollan la enfermedad, pero permanecen positivos
    a la prueba de la tuberculina. El 5% restante
    desarrollará la enfermedad.

    La tuberculosis diseminada y la
    meníngea suelen aparecer entre la 2ª y la
    6ªsemana de la infección. La tuberculosis
    pulmonar suele aparecer entre la 3ª y la 9ª semana
    de la infección. Las lesiones óseas y
    articulares tardan años en manifestarse y las lesiones
    renales tardan decenios en hacerse evidentes.

    CLÍNICA

    Los datos más
    característicos de la tuberculosis pulmonar son la
    fiebre que no suele ser muy elevada incluso a veces es
    sólo febrícula y aparece por la noche y los
    sudores que también suelen ser nocturnos, otros datos
    a destacar son la tos que al principio es productiva con
    secreciones amarillentas y luego si hay destrucción
    pulmonar puede convertirse en hemáticos,
    produciéndose a veces hemoptisis que amenazan la vida
    del paciente. Algunos enfermos presentan derrame
    pulmonar.

    Cuando la tuberculosis es
    extra-pulmonar la temperatura suele ser más elevada,
    existe más cansancio o debilidad y pérdida de
    peso, si se produce diseminación sanguínea
    aparecen formaciones miliares difíciles de erradicar y
    que pueden afectar a cualquier órgano:

    • La tuberculosis miliar: Es
      una diseminación linfohemática masiva del
      bacilo tuberculoso, con compromiso de dos o más
      órganos, es frecuente en lactantes, niños
      pequeños y adultos o adolescentes mal nutridos o
      inmunodeprimidos. Se manifiesta de forma más
      rápida, en el tiempo, que las otras formas de
      tuberculosis. Suele cursar con fiebre elevada e
      intermitente, malestar, pérdida de peso,
      sudoración profusa, tos seca, disnea, dolor
      torácico, cefalea, dolor abdominal y anorexia. Al
      examen físico el paciente se encuentra febril, con
      taquipnea, con adenopatías, hepatomegalia y/o
      esplenomegalia, con linfadenitis y, a veces,
      tubercúlides pápulo-necróticas
      cutáneas. Puede haber derrame pleural,
      peritonitis, meningitis, hepatitis y coagulación
      intravascular diseminada. En la tuberculosis miliar la
      afectación pulmonar precoz es leve, pero
      después de varias semanas los pulmones se llenan
      de tubérculos, con lo que el paciente presenta
      disnea, tos, estertores y estridor. La meningitis por
      tuberculosis se da en la fase tardía de la
      enfermedad y está caracterizada por cefalea
      crónica o recurrente y afectación de pares
      craneales, principalmente el nervio oculomotor. Al examen
      del fondo de ojo, se observan lesiones blancas nacaradas
      (tubérculos coroideos) que son específicos
      para el diagnóstico de tuberculosis miliar.
      Posteriormente las radiografías de tórax
      mostrarán nódulos de 0,5-1,5 mm de
      diámetro, ampliamente diseminados,
      simétricos en ambos campos pulmonares, así
      como derrame pleural. El diagnóstico absoluto de
      tuberculosis miliar puede hacerse con broncoscopia con
      lavado y con cultivo en medios apropiados, biopsia
      hepática o, medula ósea, muestras de
      líquido pleural, de pericardio, ascítico o
      líquido cefalorraquídeo. Se deben tomar en
      cuenta para sospechar el diagnóstico el hallazgo
      de coagulación intravascular diseminada,
      trombocitopenia y/o leucopenia de orígenes no
      claros.

    • La tuberculosis crónica
      hematógena
      : Se origina a través de la
      diseminación de focos extra-pulmonares en
      pacientes de edad avanzada, que presentan fiebres
      intermitentes de origen desconocido y que presentan
      trastornos hematológicos como anemia refractaria
      al tratamiento, leucopenia, trombocitopenia y
      agrandamiento del bazo.

    • La tuberculosis ganglionar:
      Involucra sobre todo a las cadenas ganglionares
      cervicales y supraclaviculares, que a veces fistulizan y
      se forma una escrofulodermia, que consiste en la
      reactivación de la tuberculosis en el tejido
      subcutáneo con extensión local de
      fístulas drenantes o ulceraciones de color rojo
      oscuro, induradas y fibróticas. Es junto a la
      tuberculosis pulmonar la forma más común de
      tuberculosis o tisis. Hay compromiso ganglionar y
      fiebre.

    • La tuberculosis de pericardio y
      peritoneal:
      Se manifiesta con la clínica
      correspondiente a estas localizaciones junto con fiebre.
      El absceso hepático es infrecuente pero debe
      tenerse en cuenta.

    • La tuberculosis
      osteoarticular:
      Cursa con afectación de
      tejidos óseos y articulaciones (grandes e
      intervertebrales). La espondilitis tuberculosa o mal de
      Pott es más frecuente en niños, compromete
      a dos o más vértebras continuas con
      destrucción ósea y de disco intervertebral.
      Tiene predilección por la zona dorsal baja o
      lumbar. Este tipo de afectación se da por
      diseminación hematógena, en menor medida
      linfática o por extensión directa. El
      paciente aqueja fiebre, sudoración, impotencia
      funcional y dolor local. En los estudios
      radiológicos aparece un ensanchamiento del huso de
      los tejidos paravertebrales y destrucción de una o
      dos vértebras continuas, principalmente en su
      parte anterior, provocando colapso anterior de la
      columna. Esta destrucción de la vértebra
      hacia el espacio anterior da lugar a diseminación
      de líquido caseoso infectado por los planos
      musculares, provocando infección hacia la ingle o
      los glúteos, pudiendo aparecer abscesos del psoas,
      de difícil diagnóstico.

    Este tipo de afectación
    tuberculosa representa sólo el 5% de los casos de
    tisis o tuberculosis.

    Partes: 1, 2, 3, 4

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter