Viejos alumnos de la Escuela Nacional
"Tarma"
Autobiografía sobre la infancia de
un atorrante e incansable viajero nacido
En el pueblo de Nuestra Señora de
la Candelaria de Tarmas en 1.950
Tarmeños viajando de Uricao a
Chichiriviche, año 1.946
Escuela "Rafael Rangel" Carayaca,
año 1.950
Niños de la Escuela Federal
Rural Nacional "Tarma", año 1.946
Introducción
Con esta fase de mi autobiografía quiero dar a
conocer los orígenes de mi familia por parte de mi madre
quienes descendían de antiguos esclavizados provenientes
de Sudáfrica y los de mi padre fueron hijosdalgo quienes
aún forman parte de la clase dominante de este
país.
Pueblo de Nuestra Señora de la
Candelaria de Tarmas, año 2005
En estos relatos se podrá vivir en carne propia
la tragedia de una mujer quién por el solo hecho de ser
negra fue destruida de manera tal por una familia con
orígenes oligárquicos bien definidos dentro de la
godarría venezolana.
Que llegó a desaparecer por muchos años
del escenario de sus propios hijos, a pesar de haber vivido en
zonas y sitios muy cercanos a los mismos.
Del mismo modo, quienes tengan el honor de leer estas
letras llenas de sabiduría puedan entender con claridad y
gran nivel de conciencia de clase, que el proceso que hoy se vive
en nuestra República es el mismo por el cual lucharon
nuestros antepasados en sus diferentes gestas llenas de
heroísmo y valentía en pro de la libertad, la
igualdad y la justicia social.
Otro de los detalles aquí narrados en esta
autobiografía y que hoy forman parte de la historia
nacional, ya que podemos visualizar los contextos en donde se
desenvolvieron grandes eventos y que de hecho son casi
inéditos en el conocimiento histórico.
Ya que muchos de los saberes están resguardados
en las mentes de nuestros padres y abuelos, o en algunos
documentos que están dentro de los baúles de
nuestros propios recuerdos y que hoy salen a flote en la
construcción de la memoria colectiva de los
pueblos.
En mis andares por nuestra patria y en otros lugares del
mundo, me he convertido en el viejito de la Tarjeta N° 10 del
Tarot, El Ermitaño. En la que me he inspirado para
buscar en los niños y jóvenes, y entre los
hacedores de cultura del pasado y el presente, y a los del mal
llamado futuro, que no es otra cosa que eterno
presente.
Niños de la Escuela Federal Rural Nacional
"Tarma", año 1.946. Se identifican a Alejandro
Benítez León (primero del lado derecho) y Celestino
Tortoza (primero del lado izquierdo)
A pesar de la edad que tengo, creo que estoy dando
grandes aportes en pro del conocimiento de la historia y es por
ello que mis narraciones son largas y hasta anecdóticas,
siempre en la idea sapiente y bajo la guía permanente del
Gran Arquitecto del Universo (G:. A:. D:. U:.).
Quién me ha dado la luz y la sabiduría
suficiente sobre el conocimiento ancestral que nos legaron
nuestros padres y madres desde los tiempos mismos en que los
días se veían a través de los rayos de la
luz solar y las noches en las penumbras de la Luna
misma.
Ángel
Pedrón
Miembro del Grupo "PROHITA" y alumno
de la Escuela Nacional "Tarma"Rueda movida por agua del molino en
la hacienda "Tarma Abajo", año 1.980
Esta introducción quiero cerrarla con las mismas
palabras que en los momentos de wazabara gritaban a los
cuatro vientos los Taramaquas o Tarmas en tiempos
de guerra y en contra de los invasores hispánicos a estas
tierras siempre nuestras:
¡Wazabara Naná
Wayra!
O
¡En la Lucha
Venceremos!
Autobiografía sobre la infancia de
un atorrante e incansable viajero
Nacido en el pueblo de Nuestra
Señora de la Candelaria de Tarmas en 1.950.
Pueblo de Nuestra Señora de la
Candelaria de Tarmas, año 1928
Mi nombre es León Manuel Morales, yo
nací en el pueblo de Tarmas en la subida de El Calvario,
el 3 de julio de 1.950. Fueron mis padres, el maestro de primaria
Santiago Francisco Sánchez Aranguren nativo del
pueblo de Carayaca, de orígenes vascos y canarios; e
Hilaria González, natural de la Hacienda "Casupo
González" en las inmediaciones del pueblo mirandino de
Santa Teresa del Tuy en el Municipio "Paz Castillo",
descendiente de esclavos africanos e isleños canarios. El
parto fue atendido por mi abuela maternal Carmen
González.
Si viene el caso, debo señalar que cuando
nací en mi ancestral pueblo fui amamantado por la
afro-descendiente Susana Bello, quién primeramente
fue mujer del señor Dionisio Pedrón
Yánez. Ya que su hijo Dionisio Pedrón
Bello "Perico" había nacido semanas atrás en la
misma casa en donde yo nací, la cual era propiedad de la
señora Petra Tortoza, madre del amigo Emilio
Lozano Tortoza "Jorobado".
El día de mi nacimiento fue de mucha
algarabía y jolgorio, ya que era el hijo
primogénito de mis padres. En esa ocasión, mi joven
tía Esperanza González saltaba de
alegría y entusiasmo, gritándole a toda persona que
veía en las cercanías donde se realizaba el
histórico parto estas palabras: "En estos momentos
está naciendo mi primer sobrinito, mi hermana
María, ya dio a luz un varoncito".
El regocijo que manifestó mi querida tía
fue de tal asombro que en esos momentos la enviaron a hacer un
mandado en la pulpería del señor Ramón
Pérez Castellanos. Ella sin titubeo alguno
salió por la parte trasera de la casa y como iba
regocijada de la emoción que la embargaba, no se dio
cuenta que en el camino estaba un alambre de púas,
sufriendo ella un rasguño en su mano derecha que
aún conserva hasta nuestros días.
Encontrándose en esos momentos, con la joven
Angelina Barrios Oropeza, hija mayor de la señora
Modesta Oropeza, quién le preguntó lo
siguiente:
¿Qué te pasa Esperanza?
Y ella le respondió con estas palabras: "Pero es
que no ves Angelina, que estoy muy contenta, ya que mi hermana
María dio a luz un niño hoy, aquí en
Tarmas".
Y en eso, Angelina le contestó: "Ay Esperanza,
pero si es que mi mamá también va a parir un
niño en estos día".
Cabe decir, que ese niño fue conocido con el
tiempo bajo el nombre de Pablo Barrios Oropeza. Lo curioso
de todo esto, fue que mi madre en esa ocasión trabajaba
como enfermera auxiliar en el Hospital "Eudoro
González".
Hay una versión muy interesante contada por mi
tía Juana Norma Sánchez Aranguren que tiene
que ver sobre mi nacimiento. Yo recuerdo que en una
ocasión, ella hizo la siguiente referencia:
Nosotros, en la casa del Callejón Arcaya en
Pariata creíamos que mi hermano Santiago Francisco era
célibe a su edad; ya que sosteníamos que él
nunca había estado con mujer alguna. Pero en las
proximidades del mes de julio del año 1.950, comenzamos a
notar en él algunas cosas extrañas, ya que lo
veíamos comprando tetero y pañales y eso nos puso a
todos a pensar en la casa.
El comentario rodó entre mis hermanos,
poniéndose en alerta mi madre y mi padre. Yo creo que mi
papá como qué habló con Francisco sobre esa
situación que él vivía; debido a que a
él le había llegado informaciones desde Tarmas, de
que Francisco tenía una mujer preñada
allá.
Claro está, mi hermano Francisco no se nos
podía escapar ni ocultar nada, ya que en donde
vivíamos había algunas familias que eran
tarmeñas, como Crisanto Lozano, los Oropeza y Ochoa. Y en
el dado de las cosas, Andrés Arcaya viajaba mucho hacia
Carayaca. Siendo ese el motivo por el cual supimos del nacimiento
de su primer hijo León Manuel, y a quién por
años llamamos LEO.
Hospital "Eudoro González" en
Carayaca
Debo comentar, que el Dr. Eudoro González
nunca trabajó aquí en Carayaca como galeno, a pesar
de que fue un prominente médico venezolano y excelente
investigador en el área de la salud.
El Dr. Eudoro González fue un miembro connotado
de la Academia Nacional de la Medicina en Caracas y viejo
alumno del Dr. José Gregorio Hernández
Cisneros, quién de hecho fue el que anunció la
muerte de tan prominente ciudadano trujillano.
Mi difunta madre mandó a llamar al comisario del
pueblo, al venerable anciano Juan Bautista Pedrón
Véliz quién era descendiente del ilustre
prócer de la independencia y general en jefe Juan
Bautista Arismendi Subero y de la heroína doña
Luisa Cáceres de Arismendi. Ya que él
descendía de doña Josefa Arismendi
Apestequía y del Dr. Martín
Pedrón por línea directa, quienes fueron los
dueños de la antigua Hacienda "El
Mamón".
En esa ocasión, mi madre le dio a mi ilustre
padrino, quién a su vez era un prominente decimista en los
Velorios de Cruz y del Niño Jesús en
mi pueblo natal, la fecha y hora de mi venida al mundo de los
mortales, como de mis respectivos nombres y apellido para que en
la jefatura civil de Carayaca registraran mi
nacimiento.
Laura Padilla Rodríguez (Izq. a
der.), Felicia Padilla Rodríguez, Luisa Pérez
Padilla, María Jesús Padilla, José
María Álvarez, Carmen Padilla Rodríguez,
Rosa Pérez Padilla, Lilia Álvarez
Padilla.
El comisario Juan Bautista Pedrón
Véliz después de caminar por los senderos que
había de Tarmas a Carayaca hizo acto de presencia ante el
ciudadano jefe civil de la parroquia, quién precisamente
en el momento del registro del nuevo párvulo
tarmeño no recordaba mis nombres y menos el apellido que
tenía que llevar o haberme puesto según las
instrucciones que le había dado mi madre Hilaria
González.
Inmediatamente, el coronel Aníbal
Sánchez Colmenares, jefe civil de la Parroquia
Carayaca y amigo de mi padre Santiago Francisco Sánchez
Aranguren, le preguntó al comisario Juan Bautista
Pedrón Vélez lo siguiente:
¿Cómo fue eso qué se te olvidaron
los nombres y apellidos del párvulo, Juancho?
¡Caramba vale, trata de recordarlos en este
momento para poder hacer el debido registro del niño, sino
te tienes que regresar a Tarmas y tendrás que volver a
pedirle los datos a su madre!
¿Quiénes son los padres de ese
niño, Juancho?
El comisario Pedrón Vélez le
contestó lo siguiente: "Ciudadano jefe civil, ese
niño es hijo natural de su amigo Francisco Sánchez
Aranguren y de una hija del señor Manuel
Morales".
El coronel Aníbal Sánchez Colmenares le
respondió al comisario con estas palabras:
Juan, agarra el Almanaque de Rojas y dile a tu pariente
Amada Yépez Pedrón que te ayude a conseguir
en el santoral el nombre que le vamos a poner a esa criatura, ya
que ese niño es hijo natural de mi amigo Francisco
Sánchez Aranguren, quién es maestro en la
escuela de Tarmas, desde el año 1.946.
Teniendo el comisario antes mencionado en esos momentos
que recurrir a el Almanaque de Rojas para revisar
el onomástico y santoral correspondiente a ese día
natal. Específicamente, el tres de julio de 1.950, el cual
estaba dedicado al Papa León XIII.
Ante esa situación mi padrino le manifestó
a la señora Amada Yépez Pedrón,
secretaria de la jefatura civil de Carayaca, lo
siguiente:
Amada, ponle al niño como primer nombre
León, en honor al Papa León XIII y de
segundo nombre Manuel, en honor a su abuelo Manuel
Morales, y el apellido que llevará será el de
Morales, porque esa criatura es hijo de la joven
María Morales.
Ciertamente, mi identificación era diferente, ya
que mi madre como ya dije se llamaba Hilaria
González. Habiendo sido conocida durante toda su vida
en el pueblo de Tarmas como María Morales. Debido a
que ella tampoco llevaba el apellido de su difunto padre Adelo
Rafael Morales (Manuel Morales) porque era hija natural de mi
abuela Carmen González.
Miembros fundadores de las "Voces
Risueñas" de Carayaca
Mi acta de nacimiento registrada en el Libro de
Registro Civil de Nacimientos, llevada en la Jefatura
Civil de Carayaca, folio 182, bajo el Nº
363, correspondiente al año 1.950, reza
textualmente, lo siguiente:
0
"…Nº 363 ACTA NÚMERO TRESCIENTOS
SESENTITRES.- Aníbal Sánchez Colmenares,
Primera Autoridad Civil de la Parroquia Carayaca, hago constar:
que hoy cuatro de septiembre de mil novecientos cincuenta, a las
cuatro de la tarde, me ha sido presentado en este Despacho un
niño varón por JUAN PEDRÓN de sesenta
años de edad, viudo natural y vecino de esta Parroquia y
manifestó: que cuya presentación hace por mandato
especial de la madre, que el niño nació en Tarmas
jurisdicción de esta Parroquia el día TRES DE
JULIO DEL PRESENTE AÑO a las seis de la mañana
que llevará por nombre LEÓN MANUEL y que es
hijo natural de MARÍA MORALES, de diez y siete
años de edad, soltera, católico, oficio
domésticos, natural de Naiguatá y vecina de esta
Parroquia. Fueron testigos presenciales de este acto:
Víctor Manuel Carrasco Verde y Lino
Albornos, mayores de edad y vecinos de esta Parroquia,
agentes de seguridad pública.- Leída la presente
acta la presentante y testigos, manifestaron su conformidad y
firman.- El Jefe Civil (fdo) Ilegible.- Presentante (fdo)
Ilegible.- Testigos (fdos) Ilegibles.- El Secretario
(fdo)…".
Resulta que mi abuelo tampoco se llamaba Manuel, sino
Adelo Rafael Morales. Siendo los nombres y apellido
materno, los cuales tengo la dicha de poseer y que a su vez
llevan mis hermanos Juan Francisco y Edgar Eduardo
Morales.
Santiago Francisco Sánchez
Aranguren "Pinocho", año 1.946
(* 1.927. Carayaca / + 2.003. Catia la
Mar)
Justamente, yo tuve la dicha de nacer en el mismo
año en que se fundaba el conjunto de aguinaldos conocido
como: "Las Voces Risueñas de Carayaca". Entre sus
fundadores estuvo mi paisano Jesús Mayora,
quién excepcionalmente tocaba el violín,
dándole a los villancicos un matiz bastante pueblerino y
navideño.
Sin dejar atrás a don José María
Álvarez, un modesto y humilde musicólogo
caraqueño proveniente de familia de músicos
brillantes en la sultana del Ávila, quién
llegó al pueblo de San José de Carayaca en la
segunda década del siglo XX, en donde contrajo nupcias con
doña Chucha Padilla, nieta de don Eduardo
Padilla quien fue un "prospero" hacendado de origen canario
que llegó acompañado de su hermana
María de los Remedios Padilla al pueblo de
San José de Carayaca, proveniente de las haciendas
"Montaña Grande" y "La Fundación",
jurisdicciones de la Parroquia Carayaca desde los tiempos
coloniales.
Don Eduardo Padilla fue medianero y sembrador de tomates
en las haciendas antes mencionadas, al conocer al comerciante
afro-descendiente Gerónimo Abreu en las esquinas de
Gradillas a Sociedad en Caracas, su status social y
económico sufrió un cambio de dimensiones
colosales, convirtiéndolo en parte de la godarría
carayaquera.
Su hermana María de los Remedios Padilla tuvo un
hijo de Gerónimo Abreu conocido en los predios
carayaqueros como Juan L. Padilla, quién de hecho
laboró por muchos años como juez de parroquia en
estas tierras, sirviendo siempre a los intereses de su familia y
de los sectores dominantes de la época gomecista, como de
las bravuras del viejo jefe civil general Juan Rodríguez,
temible policía de la godarría
carayaquera.
Francisco Sánchez
Jiménez o Pancho "El Narizón"
(* Cerro Jesús –
Maiquetía 1.894 / + Pariata – Maiquetía
1.950)
Los ancianos tarmeños contaban historias
relevantes dentro del seno de las castas sociales privilegiadas
de Carayaca, y entre esos relatos hubo uno relacionado con el
sacerdote Manuel Acereda Lalinde, agustino recoleto de
origen catalán quién fue párroco en las
iglesias de Tarmas y Carayaca bajo una estela de padre
impúdico, quién dejando a un lado el celibato
cometió un acto extraño de dejar encinta a una hija
del rico hacendado Eduardo Padilla.
Lo cierto del caso, fue que para la historia local del
pueblo de Carayaca quedó la siguiente cuarteta para
remomerorar esos hechos del pasado:
"De un pajar vide
Salir a un cura,
Y detrás a la
hija
De Eduardo Padilla"
En la oralidad tarmeña quedó registrado
que el padre Manuel Acereda Lalinde tuvo que irse huyendo
para siempre de estas tierras, tomando el camino de Fontes
fue a parar a Caracas, siendo luego nombrado párroco de la
iglesia de Cantaura en el valle de Chamariapas del Edo.
Anzoátegui, cuya santa patrona es la Virgen de La
Candelaria.
El padre Manuel Acereda Lalinde fue una persona
muy querida en Cantaura, excelente carpintero y muy buen
escritor, muriendo a una longeva edad en uno de los hospicios de
su Orden en la ciudad de Los Teques.
Tan afamado sacerdote creó y dejó para la
posteridad una gran cantidad de problemas con la mala
adquisición de las tierras por parte de la iglesia
católica sobre los antiguos resguardos indígenas de
Tarmas a favor del Opus Dei y los dueños de la
Electricidad de Caracas, connotados miembros de la
burguesía nacional unida a la transnacional norteamericana
Trust Morgan Guaranty, dueña de más del 45%
de la energía eléctrica a nivel mundial.
Tampoco podemos obviar a don Luís Pérez
Padilla, viejo vendedor de gas en nuestra campechana
parroquia quién alternaba su trabajo con sus composiciones
musicales; para de esa forma darle perfil al nombre que hoy
ostenta tan prestigioso grupo musical y que sale de una estrofa
de su aguinaldo "Navidad", escrito por sus prodigiosas
manos en 1.953 y que dice así:
"Vamos a gozar la Navidad
Y Voces Risueñas, al
cantar
Pregonando van deseos de amar
Con sonrisas de felicidad"
Don Luís Pérez Padilla era hijo de
doña Felicia Padilla Rodríguez con el
canario don Luís Pérez Conde quién
laboró por muchos años en el leprocomio de
Maiquetía. Además, su padre era tío del
hacendado don Valentín Candelario González
Pérez.
Doña Luisa Pérez
Padilla
Madrina de Bautizo de mi tío
Edgar Paulino Sánchez Aranguren
Doña Felicia Padilla Rodríguez era
hija del hacendado canario don Eduardo Padilla y sobrina de
doña María de los Remedios Padilla
quién tuvo un hijo del comerciante Gerónimo
Abreu, conocido en estos predios como Juan E.
Padilla.
Doña Luisa Pérez Padilla fue
comadre del comerciante Francisco Sánchez
Jiménez, conocido como Pancho "El
Narizón" y de doña Catalina Aranguren Bravo
de Sánchez. Ya que ella le bautizó a su hijo
Edgar Paulino Sánchez Aranguren, conjuntamente con
José Padilla Rodríguez, padrino del
párvulo antes mencionado.
Edgar Eduardo Morales
Doña Olga González Padilla nos
manifestó que su tía y tío fueron grandes
amigos de la familia Sánchez Aranguren, a quienes les
tenían gran estimación, aprecio, afecto y
respeto.
El historiador popular y oficial de marina mercante
León Manuel Morales le dedicó este trabajo
poético a su honorable abuelo paterno, bajo el siguiente
título:
"FRANCISCO SÁNCHEZ
JIMÉNEZ O PANCHO EL NARIZÓN:
EJEMPLO DE VIRTUD
CIUDADANA"
Autor: su nieto León Manuel
Morales
Oficial de Marina
Mercante
En el seno familiar paterno
En la Pariata de mis
añoranzas,
Mi adorada abuela Catalina Aranguren
Bravo
Nos contaba con mucha
nostalgia
En la casa de nuestra crianza,
Que su difunto esposo en vida
Conocido fue en aquellos
tiempos
Como Pancho "El
Narizón";
Quién al pueblo de San José
de Carayaca
Con ella a cuestas fue a dar.
Yo recuerdo que siendo muy
niño
Conocí a su señora
madre
A muy longeva edad,
Decían mis tíos y
tías que tenía
Más de cien años de
edad;
Y que su gran virtud fue
sepultar
A todos los hijos que su
vientre
Dioséle en aquellos
tiempos.
Aquella anciana matrona,
Carmen Jiménez se
llamaba;
Desde las Parma de Gran
Canarias
Muy niña llegó a estas
tierras guaireñas
Con sus padres y hermanos,
En los tiempos en que
gobernaba
En nuestra patria el general Carlos
Soublette.
También nos contaban
Que a Galipán vinieron a
fundar;
Convirtiéndola en tierra de
flores,
Encantos y bellas mujeres.
Un día doña Carmen
Jiménez, casarse decidió
Con nuestro bisabuelo Julián
Sánchez,
Quién nativo de Santa Cruz de
Tenerife fue
Y quienes con el correr del
tiempo
Al cerro de El Carmen de Las
Flores
Con ansias de trabajo fueron a
dar;
Entre los cachos canarios y
margariteños
En sus dulcineas mujeres y
amantes,
El nombre cambiado fue de ese santo
lugar,
Por el cerro de Los Cachos.
Desde allí al cerro Jesús
María Álvarez
En sus andares fueron a dar;
Ya que de extirpe campesina y
comercial
En sus negocios querían
trabajar;
Cuyo lugar llevaba el nombre de un
canario
Virtuoso y trabajador,
Que conocido quedó como el cerro
Jesús.
Finalmente, nuestra familia
Al sitio de El Brillante en
Maiquetía
Estabilizados quedaron para la
posteridad.
De esa extirpe de nobles
trabajadores
Y de mujeres encantadoras y
virtuosas,
Proviene mi ilustre abuelo Pancho "El
Narizón".
En su partida de bautismo y fe de
vida
Francisco Sánchez
Jiménez
En el año mil ochocientos noventa
y cuatro nació;
En los tiempos que en este país
mandaba
El general Joaquín Crespo
Torres,
Conocido como "El Héroe del Deber
Cumplido".
Algunos años
después,
En sus andares por Las
Aguadas,
Proveniente desde las cimas
De su Galipán querido;
Viendo a una bella ninfa
escudada
Entre pinos y eucaliptos,
Quién se llamaba
Catalina,
Hija del general Lino Aranguren
Castro,
Viejo héroe de la Guerra
Federal
Y de doña Dolores
Bravo;
Prendidos de amores
Quedaron para la posteridad.
Preparando sus macundales
Para irse a vivir como pareja
A otros parajes y comarcas
En este litoral central;
Les sorprendió la
muerte
De nuestro ilustre bisabuelo,
Lino Aranguren Castro.
Dicen que eso sucedió
En mil novecientos veinte y
tres,
Víctima de una caída de
caballo
Cuando ya se acercaba a los noventa
años de edad;
Viniendo de su casa de
habitación
En el sitio llamado El Plan de Lino
Aranguren;
El cual quedaba más arriba de Rio
Grande.
Cuando arribaba al sitio de El
Guarapo,
Su bestia se encabritó,
Yendo a parar al suelo que tanto le vio
pasar,
Entre batallas, combates, peleas y
comercio
En donde hombre honrado y decente
conocido fue.
Su cuerpo fue amortajado y
velado
Por los lados del noventa y
tres,
En las cercanías del pueblo de
Maiquetía;
Y en su cementerio municipal en
Pariata
Sembrado para la posteridad
fue
Quién en vida fuera
llamado
Lino Aranguren Castro,
El Ilustre Prócer de la
Federación.
Mis abuelos Francisco y
Catalina
Muy jóvenes a Carayaca fueron a
parar;
Entre un guacal sobre una mula
zaina
A su niña Angelina
llevaban
Como flor resplandeciente
De belleza, amor y dulzura;
En donde se encontraron con Urpiana su
pariente,
Madre de Lorenzo Aranguren
Y familia del mocho Bernardino
Aranguren,
Comerciante este de larga data y
edad.
Mi difunto padre contaba
Que su hermana mayor en Maiquetía
nació;
Hasta que en el pueblo arriba de Carayaca
fueron a morar;
Después de un duro andar por
tierras
De Mare Abajo y Cabo Blanco,
Las cuales eran dominios de las familias
amigas,
González y Luy, quienes eran de
extirpe canaria;
Que son las mismas en donde hoy
está
El Aeropuerto Internacional Simón
Bolívar,
En la Maiquetía de mis
ensueños
Mozos y juveniles.
Al Pardillo se fueron a vivir
En donde establecieron una
bodega
Y un almacén en donde
recibían mercancías
Y a la mayor cantidad de
bestias
Que desde las haciendas de
Curiana,
Guare y Guasca venían;
Para ser cambiadas por
alpargatas,
Alimentos y golosinas.
En el año mil novecientos veinte y
siete
Viniendo mis abuelos desde
Maiquetía;
Estando a punto de parir un
niño
A mi abuela Catalina dolores en su
vientre vinieron;
El parto la acechó por los lados
de El Pozo
En donde nació mi querido y
difunto padre
Santiago Francisco Sánchez
Aranguren,
Conocido también como
"Pinocho",
No por lo mentiroso
Sino por lo grande de su
nariz.
En ese mismo año de Nuestro
Señor Jesucristo,
Nuestros abuelos matrimonio
contrajeron;
Dicen que fue en casa de los
Bianculli
En tiempos del general Juan
Rodríguez,
Flamante jefe civil de
Carayaca;
Y por testigo tuvieron a Domitila
Kienzler
De extirpe alemana coloniera.
La familia fue aumentando de tal
manera,
Que sucesivamente fueron
naciendo
Sus otros hijos e hija;
Mi tío Félix Luís en
Maiquetía;
Mis tíos Edgar Paulino y
José Basilio
En la bajada de El Pardillo
nacieron,
Al igual que mi tía Juana
Norma.
Pancho "El Narizón"
Grandes virtudes ciudadanas
tenía;
Eso contaba el viejo hacedor de
cultura
Ricardo Luy Acosta
En uno de sus hermosos poemas
Que en copia a mi tía Angelina
dada le fue.
Sus grandes amigos en Carayaca
fueron:
José de la Cruz Hügle, de
origen coloniero,
Julián Sandoval y Chucho
Padilla,
Sin dejar atrás a los
hermanos
Héctor y Teodoro Ramos.
Mi viejo abuelo de raza canaria
era
Y mi abuela Catalina Aranguren
De antigua extirpe vasca y coriana
provenía;
A nadie le debían un
centavo;
De carácter difícil e
incomprensible
Por ser ella descendiente de la
india
Cristina Castro, su abuela.
Y los niños cuando
venían
Desde Tarmas o
Petáquire,
Quizás de La Peñita o
Puerto Cruz
En su bodeguita saboreaban y
adquirían la ñapa.
Allí en su negocio
Muy notorio era ver pasar a los
transeúntes
Con sus cargas o en sus
andares,
Por ese pueblo que lo
adoptó
Bajo el semblante eterno
De Pancho "El Narizón".
Dicen que muy bailador era
Y fino de elegancia fue,
Que las bellas ninfas
carayaqueras
Al verle con su nariz grande y su
altura
De hombre de grandes quilates,
Pavoneándose su
liquilique
Adornado con gargantillas de
oro
Y con su semblanza de hombre
educado,
Modesto, humilde y sencillo
fue;
Aquellas divas esplendidas de
amor
Aletargadas a sus pies
caían,
Entregadas a sus brazos de
Cupido
Enamorado en la querencia
De las féminas
carayaquera.
Quienes lloraban por ser
amadas
En los momentos más
desconsolados
De soledad, alegría y
tristeza.
Mi padre narraba en el lugar
Donde se dieron los
acontecimientos,
Que en una ocasión nuestra brava
abuela
En un lugar se apareció
Y sentada en las piernas de su adorado
Pancho
A una mujer de apellido Marrero
encontró,
Quién apasionadamente a "El
Narizón"
Acariciaba voluptuosamente
Entre deseos, pasión y
amoríos.
Pero el juego de azahar
A nuestro buen abuelo
Y empedernido jugador
acabó;
A quién tanto daño le
hizo
En sus ahorros y trabajo
tesonero,
Que hasta sus negocios y casa
perdieron.
Aquel gran hombre
desmoralizado
Entre su mujer y sus hijas e
hijos
Suicidarse trató a una temprana
edad.
Dijo en una ocasión su hijo
Santiago Francisco,
Que su madre a su marido
preguntó:
¿Por qué hiciste eso,
Pancho?
¡Si yo te he robado toda la
vida!
Y sacando una lata de manteca,
En el fondo de esa añeja
grasa
Muchas monedas grandes de
plata
Sumergidas en su fondo
A sus manos fueron a dar.
Sobre viviendo de su malestar
A Pariata en Maiquetía
Como familia fueron a dar.
Un día diez de
noviembre
Del año mil novecientos
cincuenta,
Oyendo por radio El Derecho de
Nacer,
A la posteridad y a los umbrales de la
eternidad
Viajó para siempre quien en
vida
Fuera mi querido abuelo
Pancho "El Narizón".
Aunque en casa relataban
Que tú paz eterna mancillada
fue,
En la morada en que partiste
En la barca de Isis rumbo a la
eternidad;
Donde la familia Santana
Con un bullicio inclemente,
Irreverente y malintencionado
Burlescamente quisieron
Que tu imagen señera
Nunca despertara de tu letargo
soñoliento,
Quedando ellos para el olvido
eterno.
Y tú abuelo mío,
Como sombra viajera has regresado del
pasado
Para eternizarte en tus nietos y
bisnietos,
Salidos de la extirpe canaria y
negroide,
De los Morales que hoy
enaltecen
Tus glorias y nombre.
Noble y eterno abuelo
mío,
Hoy he rescatado una foto
tuya,
En donde mi padre
Tuvo la virtud de parecerse a
ti,
Al igual que mi hermano Edgar Eduardo
Morales;
A pesar de que no nos conocisteis
abuelo,
Hoy te recordamos por lo grande que
fuiste,
Porque genealogía nos
distes
Aún cuando no llevamos tú
santo apellido.
Mi difunto padre Santiago
Francisco
En una oportunidad me dijo:
León, un día mi padre fue a
Tarmas
Y me preguntó lo
siguiente:
¿Cómo que tienes un hijo en
Tarmas, Francisco?
Y yo me le negué a mi
padre
Y desde ese momento
comprendí
Que un gran mal le había
hecho
A mis primeros descendentes.
Siendo esa la mentira más grande
que haya
Cometido en mi larga vida,
Haberle mentido a mi propio
padre,
Origen imperecedero de nuestra
ascendencia.
¡Honor y gloria a Francisco
Sánchez Jiménez!
Que el Gran Arquitecto del
Universo
Lo tenga a usted en los umbrales de la
eternidad misma,
Al lado de mi ilustre y siempre adorado
padre
Santiago Francisco Sánchez
Aranguren;
Y que juntos nos irradien de luz por
siempre,
Que a pesar de no llevar sus
apellidos,
Reivindicamos sus nombres por los tiempos
y las edades.
Decía mi durmiente
padre
Que dos hijos más
dejó
En esta tierra carayaquera
Su amado padre Pancho "El
Narizón";
Uno llamado Francisco
Álvarez o Marrero
En la bajada de El Pardillo
Y otro conocido como Francisco
Sulbarán,
Quién por los lados del Arbolito
nació.
A ambos conocí
gallardamente
Y enterrados están para la
posteridad
En el cementerio de San José de
Carayaca;
Tierra de amor y paz en esta suiza del
litoral
Como a bien bautizó en su
querencia
Mi Querido Hermano
francmasón
Ventura Gómez, hoy en el
Oriente Eterno.
Abuelo mío, ilustre
padre,
Con lágrimas
desprendiéndose de mis ojos
Y a la edad que tengo en mi lar
natal,
Bien sea Tarmas o Carayaca
En dónde está mi extirpe y
descendencia,
En mis hijos e hijas, nietos y
nietas
Puedo notar la sabia presencia de
ustedes.
Ustedes viven en nosotros
Y nosotros en ustedes;
Y que el Altísimo les permita por
siempre
Que la luz perpetua los haga
Reencarnar en nuestras
acciones
Y en los momentos más
fulgurantes
De nuestra existencia
terrenal;
Hasta que un día podamos
viajar
En la barca de Isis a
encontrarnos
Con ustedes en el Paraíso
Terrenal;
De donde nunca más podremos
separarnos,
Y jamás regresar a este
invernadero
Falto de ideas y pensamientos,
Como ayer las enarbolaron nuestros
antepasados.
Bendición abuelo, bendición
padre mío.
Su nieto, tú hijo, León
Manuel.
Amén.
Y destaco con mucho respeto y devoción que en
algunas ocasiones la maestra Tirsa Álvarez Padilla,
antigua jefa civil de nuestra parroquia quién en esos
momentos de amena tertulia me dijo lo siguiente:
Leo, todos tus tíos y tías son bautizados
por familiares míos y tú naciste en Tarmas fue por
carambola. Tú eres más nativo de Carayaca que del
mismo pueblo de Tarmas; ya que tú papa, tíos y
tías nacieron aquí y vivieron por muchos
años en la bajada de El Pardillo.
Y yo le respondí a mí apreciada amiga de
gran formación católica cristiana, lo
siguiente:
Tirsa, aún cuando los aires de mi propia
creación humana salieron de Carayaca en la
expresión ascendente de mi padre Santiago Francisco
Sánchez Aranguren, debo decirte: "…Que viva
Tarmas mi caro suelo, por ser el pueblo donde nací"; y
"que viva Carayaca por ser la parroquia donde
nací…".
En cuanto a las vivencias de la familia
Sánchez Aranguren en la bajada de El
Pardillo en Carayaca arriba, hay relatos muy importantes que
fueron aportados por la venerable anciana Florencia
Calderón Ávila de Romero quién
tuvo la dicha de haber conocido a mis abuelos paternales, a
doña Catalina Aranguren Bravo de
Sánchez y a don Francisco Sánchez
Jiménez, conocido también como Pancho "El
Narizón", dándome la siguiente
información sobre mis ilustre abuela y abuelo y que paso a
dar a conocer en estos momentos:
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