Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

José Martí: Creación y Revolución



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

La época actual está en polémica.
Se debate entre revolución y adaptación. El
postmodernismo, corriente de pensamiento burguesa propagada a
raíz de la caída del campo socialista, considera
que ha habido un cambio en la sensibilidad humana que ha
provocado un relajamiento del espíritu humano, el
agotamiento de su horizonte, una "crisis del modelo de la
razón histórica como la conciencia cultural
predominante de nuestros tiempos"
(Cano, 249), estimulando
la aceptación del proceso de industrialización del
capitalismo occidental como paradigma y de la burocracia como
sujeto necesario de este proceso, presentando las revoluciones
sociales como fantasía del pasado y al hombre como incapaz
de poner en práctica proyectos revolucionarios que
transformen sus condiciones de vida. Este trabajo es una primera
incursión en el propósito de exponer algunos
fundamentos del pensamiento martiano de notable utilidad para
enfrentar los embates reaccionarios que el pensamiento
postmodernista ha propagado en los últimos
años.

Palabras claves: creación,
revolución, proyecto, cambio.

______________________________________________________________________

Introducción

La época actual está en polémica.
Se debate entre revolución y adaptación. El
pensamiento postmoderno asume la decadencia de la confianza en
los últimos siglos, especialmente hacia el progreso en
general de la humanidad. Considera que ha habido un cambio en la
sensibilidad humana que ha provocado un relajamiento del
espíritu humano, el agotamiento de su horizonte, una
"crisis del modelo de la razón histórica como
la conciencia cultural predominante de nuestros tiempos"

(Cano, 2002)

Razón, progreso y emancipación humanas
significan aceptar el proceso de industrialización del
capitalismo occidental como paradigma y de la burocracia como
sujeto necesario de este proceso. Las revoluciones sociales
son una quimera, una utopía, una fantasía del
pasado. El mundo no puede cambiarse, el hombre no es factor de
cambio social, no puede ser capaz de poner en práctica un
proyecto que solucione los problemas de su existencia, pues "cada
cual es, en la multiplicidad de todos los contextos y vicisitudes
de su existencia, el verdadero jugador de su destino"
(Cano,
2002)

Esta llamada a la inacción, al quietismo, al
estaticismo promovida por el pensamiento postmoderno en los
últimos años es una llamada a mantener el
status quo colonialista y esclavizador del capitalismo,
cuyo caldo de cultivo son los valores que preconiza, tales como,
el escepticismo y cuestionamiento del poder de la razón,
el individualismo, la pérdida de confianza en la idea de
progreso, la pérdida de confianza en la idea de
vanguardia, el pesimismo y la exaltación al predominio de
una élite científica e intelectual que determine en
todas las esferas de la sociedad.

Opuestamente, el pensamiento de izquierda,
revolucionario, se reorganiza empuñando las armas de la
historia. Vuelve al camino de la lucha emancipadora guiado por lo
mejor del pensamiento revolucionario anterior, donde
revolución y creación constituyen paradigmas del
mejoramiento humano.

José Martí constituye, para el pensamiento
revolucionario cubano y universal, una fuente inagotable de
verdades para orientar la lucha por la libertad y la justicia. La
obra martiana es de creación y revolución. Crear
para hacer revolución, hacer revolución para
liberar la creación. Solo en condiciones de verdadera
libertad, al hombre le es dada la plenitud de la creación.
La revolución es para el Apóstol el medio humano de
conquistar la libertad de creación y no un medio para
escalar poderes en la sociedad, ni para mendigar glorias
inmerecidas. Toda su labor revolucionaria se concentró en
la preparación de premisas para la creación de un
mundo nuevo.

Juan Marinello (1975) en el prólogo a las obras
completas de José Martí escribió:

"Quien lea estas páginas tocará la
medida de un héroe letrado que sólo podrá
emparejarse por quien trabaje hasta la muerte por libertar al
hombre, ganándole la justicia y levantándolo a la
creación inesperada…"
(p. 20)

El presente trabajo es una incursión en el
estudio de la obra martiana para exponer fundamentos de su
pensamiento que permitan enfrentar los embates reaccionarios que
la ideología postmodernista ha propagado en los
últimos años.

Desarrollo

En muchos de sus trabajos compilados en las Obras
Completas (1975), se revela su quehacer revolucionario por
liberar a Cuba del dominio colonialista español y, al
mismo tiempo, a la isla de Puerto Rico. En las labores por
organizar el Partido Revolucionario Cubano, una de sus más
bellas creaciones para hacer la revolución
escribió:

"… el Partido Revolucionario Cubano… "
es "…. la ordenación final…" para "tener a
la patria en condiciones de vida digna y próspera
…" para "llevar al espíritu de la Revolución
y sus métodos la concordia, abnegación y respeto
mutuo que han de salvar la república… es el
símbolo visible de la unión de los cubanos de todas
las procedencias y de los hombres buenos de todos los
países, en la idea pura de la creación y
emancipación definitiva de la patria …"
(Tomo
1, pp. 438-439)

En la labor fundacional del Partido, para hacer la
"guerra necesaria", se pone de manifiesto su creatividad
intelectual, en la que se respira un profundo sentido de justicia
y humanidad, de equidad y humildad. La creatividad martiana
dirigida a hacer la revolución se distingue por los
profundos juicios éticos que han de alimentar el quehacer
de los revolucionarios.

"La guerra por la independencia de un pueblo
útil y por el decoro de los hombres vejados, es una guerra
sagrada, y la creación del pueblo libre que con ella se
conquista es un servicio universal. El que pretenda detener con
engaño la guerra de independencia, comete un crimen."

(Tomo 4, pp. 136-137)

La prédica martiana posee un poderoso basamento
ideológico consistente en la revelación de la
propia condición humana. En sus discursos y proclamas a
los revolucionarios cubanos hace énfasis en los conceptos
de vida y lucha que han de iluminar sus conciencias para llevar a
cabo la revolución.

"Un pueblo muere y necesita vida:
¿quién lo guía? El instinto.
¿Quién lo salva? Su propia angustia. ¿Con
qué fuerzas lucha? Con las de la desesperación. No
es la guerra de Cuba un problema de clases, ni de comarcas, ni de
grupos; es una guerra por la vida, donde no hay más que
dos términos: o mancillar una existencia oscura,
preñada de males venideros, o recabar una existencia
libre, que abra camino para curarnos de estos males."
(Tomo
1, p. 154)

La elaboración intelectual y las acciones
políticas martianas van marcando un camino hacia la
concepción de un hombre nuevo, forjador de un mundo nuevo.
Produce conceptos a partir de las realidades que va viviendo; su
intelecto se mueve hacia la búsqueda de un mejoramiento
humano a través de la razón y la justicia. No
aborda la realidad social cubana mediante abstracciones
estériles, sino a través de significados concretos
que han de guiar la razón y la sensibilidad
humanas.

Su concepción del mejoramiento social no radica
en absolutizaciones radicales que impongan esquemas a los hombres
que habrán de cumplir como metas estrictas y cerradas o
como fórmulas milagrosas que al ser aplicadas se
obtendrán tales o mas cuales resultados positivos. La
sociedad es para el pensamiento martiano un organismo vivo,
cambiante, abierto, que puede orientarse al caos si los hombres
desatienden su marcha. Una sociedad próspera ha de
edificarse con el esfuerzo y sacrificio de todos sus miembros y
para ello es necesario producir una organización de
vanguardia que los aúne, los atraiga, los cultive y los
forme como seres capaces de conseguir tales propósitos,
mantenerlos y desarrollarlos, generando en ellos la capacidad de
ser dueños de su historia y de trasmitir los valores que
van formándose en el proceso, de generación en
generación.

"El perfeccionamiento de la sociedad provoca sus
imperfecciones; las imperfecciones producen la reacción, y
la forma de ésta es la comedia. Nacen los pueblos en la
sombra y producen titanes vigorosos, bruscos como sus accidentes
primitivos, soberbios como toda expresión de la
creación; ésta es la época maravillosa cuya
forma de portento y de concreción es la tragedia. Va
operándose el desarrollo, y la transición no
produce género propio. Luego el cuerpo social se
establece; el respeto a las virtudes pasa: de la inteligencia
generalmente educada viene la rivalidad, la envidia, la holganza
y la soberbia; los vicios exaltan a los hombres puros: la censura
nace originada por lo censurable, y el teatro cómico es
entonces la forma natural de la saludable y honrada
revolución
". (Tomo 6, p. 450)

Se precisa una educación de las virtudes, un
colocar en el hombre conocimientos tales que le permitan superar
sus propios vicios, lograr una organización social capaz
de generar los medios de su autoperfeccionamiento moral,
permitiéndole alcanzar la plena y sincera fraternidad
humana.

"Es bella la fraternidad humana: es conmovedora, es
pura, es necesaria: la simpatía es su forma, la
unión su resultado, la grandeza común su
espléndida creación."
(Tomo 6, p.
448)

El proceso educativo social al que convoca Martí
en aras de la revolución surge de su profundo conocimiento
de la naturaleza humana. En su proyecto revolucionario
está el propósito de liberar a Cuba del
colonialismo español que la subyuga, pero también
de crear una sociedad nueva con hombres cultos y virtuosos, por
lo que insiste en la educación de las virtudes humanas, y
la primera virtud es la dignidad, es preciso lograr hombres
dignos, para lograr hombres justos.

"El hombre, que lleva lo permanente en sí, ha
de cultivar lo permanente; o se degrada, y vuelve atrás,
en lo que no lo cultive. A lo transitorio se esclavizan y venden
los que no saben descubrir en sí lo superior y
perdurable…"
(Tomo 5, 284)

Y lo superior y perdurable es precisamente la dignidad y
la justicia. El decoro y la justicia son valores martianos
esenciales. No es posible una revolución que no dignifique
la justicia o que garantice la justicia de la dignidad. Ese es el
sentido humano de la revolución.

En las Bases del Partido Revolucionario Cubano se
señala:

"Articulo 5 El Partido Revolucionario Cubano no
tiene por objeto llevar a Cuba una agrupación victoriosa
que considere la Isla como su presa y dominio, sino preparar, con
cuantos medios eficaces le permita la libertad del extranjero, la
guerra que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los
cubanos, y entregar a todo el país la patria libre"

(Tomo 1, p. 280).

En carta a J.A. Lucena, emigrado cubano en Filadelfia,
Nueva York, escribe "el decoro sobre todo, que vale
más que la hacienda"
(Tomo 1, p. 184) . La dignidad
es en Martí un valor superior a cualquier riqueza
material.

Si bien el decoro es un valor insuperable, la justicia
también lo es. No concibe dignidad y justicia aisladas, la
primera presupone a la otra y viceversa. Ser justo es la mejor
manera de ser digno.

"… el cumplimiento estricto de la justicia,
será, sin embargo, la más inmarcesible de las
glorias"
(Tomo 1, p. 96)

Considera la justicia como un valor íntimamente
ligado al poder

En la vida práctica de las ideas, el poder no
es más que el respeto a todas las manifestaciones de la
justicia, la voluntad firme ante todos los consejos de la
crueldad o del orgullo
. (Tomo 1, p. 89)

No es posible avanzar sin cultivar los valores sociales
que han de hacer del hombre un ser digno y justo. El hombre posee
en su interior las potencialidades esenciales para lograr sus
proyectos de vida, todo está en el empeño que ponga
para llevarlo a cabo.

"La inteligencia tiene dos fases distintas: la de
creación y la de aplicación: cuando aquélla
no se une a ésta, hace desventurados y mártires,
enfermos incurables del dolor perpetuo de la vida: la de
aplicación, con ser menos noble, es más adecuada y
necesaria a la existencia: una y otra mezcladas, son el germen
escondido del bienestar de un país."
(Tomo 6,
p.270)

Así pues, Martí, hace trascender una idea
vigorosa para las generaciones de todos los tiempos:
creación y aplicación. La aplicación de lo
creado conduce a cambios, a modificación del estado de
cosas, a revolución, que por lo general muy pocas veces
está relacionado con las expectativas de regocijo o
júbilo de las personas, más bien es un
empeño donde predominan el sacrificio y la
abnegación.

"Sólo en el cumplimiento triste y
áspero del deber está la verdadera gloria"

(Tomo 3, p. 266)

Pero la revolución, entendida como
aplicación de la creación, para que no resulte
infecunda, ha de ser un proceso ordenado y culto "(de) modo
que no quede el decoro de un solo hombre lastimado, ni el
sacrificio parezca inútil a un solo cubano, ni la
revolución inferior a la cultura del país, no a la
extranjeriza y desautorizada cultura que se enajena el respeto de
los hombres viriles por la ineficacia de sus resultados y el
contraste lastimoso entre la poquedad real y la arrogancia de sus
estériles poseedores, sino al profundo conocimiento de la
labor del hombre [por] en [la conquista] el rescate y [mante]
sostén de su dignidad:–ésos son los deberes, y los
intentos, de la revolución"
(Tomo 4, p.
100)

Es para Martí, la revolución, un proceso
que involucra a todos los elementos componentes de la sociedad,
no un proceso unilateral y limitado a uno o algunos aspectos que
conforman la misma. Es un proceso creador equilibrado,
ningún componente ha de existir en condiciones
desproporcionadas respecto a los demás.

"Con recortarle las orejas a un mulo, no se le hace
caballo". Si la revolución es la creación de un
pueblo libre y justo con los elementos descompuestos y aún
entre sí mal conocidos de una colonia señorial, la
obra revolucionaria consiste en fundir y guiar todos estos
elementos sin que ninguno de ellos adquiera un predominio
desproporcionado, que afloje por los recelos la simpatía
de los demás, o por falta de equidad de los ignorantes o
de los cultos, ponga la obra revolucionaria en peligro"

(Tomo 1, p. 232).

El pensamiento postmoderno, sostenido materialmente por
el sistema capitalista neoliberal, solo reconoce el éxito
allí donde la creación ha conducido al incremento
de riquezas individuales, desarrollando en los hombres la cultura
del "tener" por encima de la cultura del "ser". No hay ninguna
llamada al cultivo de virtudes humanas como vía esencial
para superar los males que agobian a la sociedad actual, carece
de soluciones a los problemas del hombre, no va a las causas ni a
las esencias del estado de cosas, está desprovisto de
creación en aras del mejoramiento humano.

Martí revela la poderosa fuerza de la
revolución para el desenvolvimiento exitoso de la
sociedad, que no ha de ser un evento de personas o grupos
aislados, sino el batallar de todo un pueblo por alcanzar su
plena emancipación.

"Esta no es sólo la revolución de la
cólera. Es la revolución de la reflexión. Es
la conversión prudente a un objeto útil y honroso,
de elementos inextinguibles, inquietos y activos que, de ser
desatendidos, nos llevarían de seguro a grave desasosiego
permanente, y a soluciones cuajadas de amenazas. Es la
única vía por que podemos atender a tiempo a
intereses que están a punto de morir, que son nuestro
único elemento de .prosperidad económica, y que
nada tienen que esperar de intereses absolutamente
contrarios."
(Tomo 4, p. 192)

La más grande aspiración martiana es la de
crear un mundo nuevo. Para ello trazó caminos,
organizó a los hombres, emprendió una guerra y
ofrendó su vida. Su grandeza radica en su fe en el hombre,
en su mejoramiento, en el éxito de las ideas nobles y
justas. Su proyecto, intacto, está encaminado. No consiste
en satisfacer el interés personal de grupos aislados, sino
en el propósito de hacer triunfar una idea que haga
realidad la plena satisfacción de todas las
personas.

"… la revolución cubana,… no ha
de ser el aprovechamiento furtivo de una coyuntura feliz, sino el
alzamiento incontrastable y final de la conciencia
pública. No ha de ser una aventura, sino la
fundación de un pueblo."
(Tomo 5, p. 335)

El proceso de la revolución ha de estar
determinado por las convicciones, por las ideas que, siendo
resultado de la creación, son el reflejo de una realidad
vivida, de un conjunto de hechos acontecidos que promueven en el
pensamiento la necesidad de ordenarlos y producir hechos que la
modifiquen.

"Conocer y fijar la realidad; componer en molde
[ví] natural, la realidad de las ideas que producen o
[rechazan detienen] apagan los hechos, y la de los hechos [en
con] que [se represan] nacen de las ideas"
(Tomo 4, p.
100)

El resultado al que ha de llegar la revolución ha
de ser la edificación de una república nueva donde
dominen la justicia, el equilibrio, la sinceridad y el culto a la
dignidad plena del hombre.

"La patria no es comodín, que se abre y
cierra a nuestra voluntad; ni la república es un nuevo
modo de mantener sobre el pavés, a buena cama y mesa, a
los perezosos y soberbios que, en la ruindad de su
egoísmo, se creen carga natural y señores
ineludibles de su pueblo inferior. La república, en Puerto
Rico como en Cuba, no será el predominio injusto de una
clase de cubanos sobre las demás, sino el equilibrio
abierto y sincero de todas las fuerzas reales del país, y
del pensamiento y deseo libres de los cubanos todos. No queremos
redimirnos de una tiranía para entrar en otra. No queremos
salir de una hipocresía para caer en otra. Amamos a la
libertad, porque en ella vemos la verdad. Moriremos por la
libertad verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para
mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el
dolor innecesario."
(Tomo 2, p. 255)

El 28 de noviembre de 1891, Martí se reúne
con los emigrados cubanos de Tampa, donde proclaman 4
resoluciones importantes en relación con el proyecto
revolucionario cubano. En la resolución 3ª se
proclama que:

"La organización revolucionaria no ha de
desconocer las necesidades prácticas derivadas de !a
constitución e historia del país, ni ha de trabajar
directamente por el predominio actual o venidero de clase alguna;
sino por la agrupación, conforme a métodos
democráticos de todas las fuerzas vivas de la patria; por
la hermandad y acción común de los cubanos
residentes en el extranjero; por el respeto y auxilio de las
repúblicas del mundo, y por la creación de una
República justa y abierta, una en el territorio, en el
derecho, en el trabajo y en la cordialidad, levantada con todos y
para bien de todos

La revolución en Cuba es un gigante que
sólo de si propio, como ya una vez, puede recibir heridas.
La revolución en Cuba es el aire que se respira, el
pañuelo que la novia regala, el saludo continuo de los
amigos, el recuerdo que venga y que promete, el suceso que
aguardan todos. En todo está, y en los mismos que no la
desean. Nada puede vencerla. La dificultad estaba en ordenarla y
darle confianza en sí. Esta es nuestra
labor….

La justicia, la igualdad del mérito, el trato
respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho: eso es la
revolución"
(Tomo 3, pp. 105 y 266)

He aquí un proyecto revolucionario concebido de
manera equilibrada y justa, fundado en las más altas
virtudes humanas en aras del mejoramiento de la nación y
de todos los hombres y mujeres del mundo.

Armando Hart Dávalos, refiriéndose al
legado cultural de José Martí
expresó:

"Amar y pensar, he ahí el mensaje martiano
que debemos asumir frente a los desafíos que tiene ante
sí la humanidad
".(Hart Dávalos.
2006)

Conclusiones

El pensamiento martiano constituye una fuente poderosa
de pertrechamiento ideológico para enfrentar las
concepciones postmodernistas que incitan al desaliento y al
quietismo, llamando a la aceptación y adaptación a
las condiciones desequilibradas, injustas e inhumanas impuestas
por el capitalismo desde hace más 200
años.

La creatividad martiana en función del proyecto
revolucionario cubano implica un proceso creador humanista, que
tiene en cuenta y prevé, sobre todos sus componentes, los
principales: dignidad, justicia y razón.

Mientras que el pensamiento postmodernista
burgués solo tiene en cuenta y absolutiza la
posesión y acumulación de riquezas como
orientación fundamental hacia el progreso, Martí
antepone la "cultura del ser" a la "cultura del tener", sin
dogmatizar lo primero ni desechar lo segundo, haciendo prevalecer
el cultivo de las virtudes como orientación fundamental
hacia el mejoramiento humano.

Bibliografía

Cano, Lidia. (2002). El postmodernismo. Temas y tesis
fundamentales. Filosofía y Sociedad, Tomo I, p.
249.

_________ (2002) Presupuestos metodológicos para
el análisis del postmodernismo. Filosofía y
Sociedad, Tomo I, p 258.

Hart Dávalos, Armando (2006,
diciembre 8). El legado filosófico de José
Martí. Revista Bohemia.

Marinello Vidaurreta, Juan. (1975). Martí en su
obra. Obras Completas de José Martí, Tomo 1, p.
20

Martí, José. Obras Completas. Editorial
Ciencias Sociales. La Habana, 1975.

 

 

Autor:

MSc. Manuel Mauricio López Mesa

Profesor Auxiliar.

Filial Universitaria Municipal de Ciencias
Médicas

Jagüey Grande, Matanzas.

Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas,
Cuba.

Enviado por:

José Lapeira Viera

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter