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La observacion en la metodología de la investigación




Enviado por Rafael Labrada Díaz



  1. Introducción
  2. Observación
    casual y observación
    científica
  3. La
    observación participante y no
    participante
  4. Observación
    propia, ajena, abierta, encubierta, estandarizada y no
    estandarizada
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

Introducción

El hombre, desde que tuvo raciocinio, se valió de
la observación para tratar de desentrañar los
misterios de la realidad y hallar una explicación a los
fenómenos que le rodeaban; No obstante, en las etapas
iniciales, sus capacidades transformadores no traspasaban los
límites de una relación muy simple con la
naturaleza de cuyos productos se apropiaba para satisfacer sus
necesidades vitales, sin tener conciencia de las causas y las
fuentes de esta relación.

La imponente y libre manifestación del medio
natural del hombre en relación con sus escasas y limitadas
posibilidades de transformación, se reflejaron en su
conciencia con perfiles sobrenaturales y así surgió
la concepción mitológica del mundo, con la
única explicación posible en aquella época
para los objetos y fenómenos naturales, tanto en sus
manifestaciones hostiles, como cuando estos se expresaban en su
aparente y pródiga generosidad.

Con el devenir del tiempo, la ciencia poco a poco fue
desarrollándose hasta que tuvo la capacidad de ir
transformando la situación de los seres humanos, pues no
solo porque comenzó a dar explicación a muchos
fenómenos desconocidos, sino que también
inició un proceso en el cual se puso al servicio del
mejoramiento de la vida de la sociedad.

DESARROLLO

Observación casual y
observación científica

La observación, históricamente, fue el
primer método o técnica científico empleado
y durante mucho tiempo constituyó la forma básica
de obtener información científica. Su importancia
fundamental radica en que permite obtener información
sobre el comportamiento del objeto de investigación tal y
como este se da en la realidad; es una manera de lograr datos en
forma directa e inmediata sobre el fenómeno investigado.
Hoy día, la observación se emplea en buena parte de
las investigaciones científicas que se realizan como una
herramienta de gran valor para la búsqueda de nuevos
conocimientos.

En un sentido amplio, la observación puede
clasificarse como observación casual y observación
científica; la primera, es aquella que tiene lugar de
forma espontánea, la que ocurre sin haberla previsto de
antemano y se caracteriza por la percepción de
fenómenos cotidianos que se ofrecen al individuo: personas
caminando por las calles y las casas, los niños jugando en
el parque y otros hechos; inconscientemente el individuo va
recibiendo información de cuanto acontece a su
alrededor.

Este tipo de observación va a tener una gran
diferencia respecto a la observación científica, la
cual es sistemática, consciente, planificada y objetiva.
Se utiliza en las ciencias para obtener información
primaria acerca del objeto que se estudia. La observación
científica en la investigación social es un
método o técnica a través del cual se conoce
el estado de cosas sociales, principalmente, el proceder y la
conducta de las personas y grupos sociales que percibe el
observador durante el tiempo programado para realizar la
acción.

Se dice que la investigación científica es
consciente porque se orienta hacia un objetivo planificado de
antemano. Con un criterio selectivo se determina, dentro del
conjunto de características que resulta posible observar
en el fenómeno seleccionado, aquellos que resultan
importantes para alcanzar los propósitos
previstos.

Es sistemática porque para su ejecución es
imprescindible tener en cuenta principios, tareas y plazos
específicos; es decir, responde a un sistema preconcebido.
La observación científica ha de lograr una
comprensión objetiva de la realidad al garantizar la
recogida de información de todos y cada uno de los
indicadores de los conceptos. Cuando estos conceptos previamente
se definen en forma correcta, se dice que existe validez en la
observación.

El documento que sirve de guía para ejecutar la
observación, y en el que han de consignarse todos los
aspectos que deben observarse, ha de ser preciso, claro y sin
ambigüedades a fin de garantizar que observadores
diferentes, aplicando la misma guía, en forma
simultánea, entiendan de la misma manera cómo
aplicarla. Si este requisito se cumple, la observación es
confiable.

De acuerdo con Sierra Lombardía, (1998), "La
observación, como procedimiento, puede utilizarse en
distintos momentos de una investigación más
compleja: en su etapa inicial se usa en el diagnóstico del
problema a investigar y es de gran utilidad en el diseño
de la investigación. En el transcurso de la
investigación puede convertirse en procedimiento propio
del método utilizado en la comprobación de la
hipótesis. Al finalizar la investigación la
observación puede llegar a predecir las tendencias y
desarrollo de los fenómenos, de un orden mayor de
generalización".

La observación científica ha de ser objeto
de una cuidadosa planificación; para llevarla a cabo ha de
tenerse en cuenta los objetivos, el objeto y el sujeto de la
observación, los medios con que se realizará y las
condiciones del contexto en el cual se produce el
fenómeno, así como las propiedades y cualidades del
objeto que se desea observar.

Tiene la propiedad de estimular la curiosidad,
incentivar el desarrollo de nuevos hechos que pueden tener
interés científico, provocar el planteamiento de
problemas y de la hipótesis correspondiente. La
observación permite el empleo al unísono de otros
procedimientos o técnicas, como son la entrevista y el
cuestionario, lo cual permite la triangulación de los
resultados obtenidos por diferentes vías, que se
complementan para lograr una mayor precisión de la
información recogida.

Varios años de experiencia en la
impartición de la asignatura Metodología de la
Investigación corroboran que los estudiantes no siempre
comprenden bien la clasificación que se da a la
observación participante y no participante; por ello,
resulta necesario hacer algunas reflexiones sobre tales
conceptos.

La
observación participante y no
participante

La mayoría de los autores, tanto de tendencia
cuantitativa como cualitativa, coinciden en que la
realización de este tipo de observación requiere de
la presencia del investigador por un largo tiempo en la comunidad
objeto de estudio, para percibir de ella, detalle a detalle, toda
la información que él necesita para su
pesquisa.

Ibarra Martín, et. al. (2001) expresan que en la
observación incluida o participante "el investigador
participa de las tareas y actividades del grupo cuya conducta
quiere observar, aunque no necesariamente participa en todas
ellas. Esta forma de la observación es típica de
los antropólogos, etnólogos, que a menudo para
realizar sus estudios se trasladan a una comunidad o grupo y
viven con él".

Por su parte, Rodríguez, G., Gil, J. y E.
García (2004) exponen que "Podemos considerar a la
observación participante como un método interactivo
de recogida de información que requiere una
implicación del observador en los acontecimientos o
fenómenos que está observando. La
implicación supone participar en la vida social y
compartir las actividades fundamentales que realizan las personas
que forman parte de una comunidad o de una institución.
Supone, además, aprender los modos de expresión de
un determinado grupo. Incluso, para el investigador supone
adoptar la misma apariencia que los participantes en los hechos
estudiados, asumir las mismas obligaciones y responsabilidades y
convertirse en sujeto pasivo de sus mismas pasiones y
convulsiones, participa de los triunfos y decepciones de cada
día"

Ambos estudiosos del tema están de acuerdo en que
la observación participante se caracteriza por dos
elementos fundamentales: primero, el investigador ha de formar
parte del grupo que estudia durante un tiempo prolongado,
particularidad que le ofrece la posibilidad de recoger un gran
cúmulo de información, lo cual constituye una
ventaja porque tiene ante sí la posibilidad de estudiar el
fenómeno escogido en forma cotidiana; segundo, que para
eso, el observador ha de convivir un largo período con los
miembros de la comunidad o grupo investigado.

Este tipo de observación tiene la desventaja de
que en la medida en que el investigador se integre más a
la comunidad estudiada y más se sienta parte de ella,
mayor será el riesgo de perder de vista su papel, omita
sus objetivos y sea incapaz de observar aquellos rasgos
esenciales para su trabajo.

Hay observaciones en las cuales el investigador realiza
gran parte de las tareas que realizan los miembros del grupo
escogido, pero por un corto tiempo. Por ejemplo, si se quiere
estudiar a un grupo de pescadores, es necesario que el observador
se integre a ese grupo durante cierto tiempo, como puede ser el
lapso que dure la campaña de captura. En alta mar, el
investigador manipula las artes de pesca como los demás,
se alimenta con los demás, duerme junto a los demás
y comparte con los demás las alegrías y las
decepciones ocurridas a bordo.

En este caso, se cumple el requisito de la
observación participante porque el observador realiza
plenamente las propias tareas de los pescadores, pero no el
requisito del tiempo porque esas campañas no suelen ser de
mucha duración y, entonces, la observación no
podría ser participante propiamente dicha. Con frecuencia
esto conduce a confusiones, porque ¿cómo si el
observador se inserta plenamente en el grupo, la
observación no puede clasificarse como
participante?

Ante ello, el autor de este artículo considera
que ambos tipos de observación han de clasificarse como
observación participante a largo plazo, para
designar aquella en que el observador se inserta plenamente al
grupo por un largo período, a fin de recopilar toda la
información requerida, y observación
participante a corto plazo la
realizada por el observador
integrado al grupo estudiado, pero por un período
menor.

Estudiosos del tema tienden a identificar la denominada
observación participante solo con investigaciones de
carácter cualitativo. En tal sentido, Rodríguez,
G., Gil, J. y E. García. (2004) apuntan que "…Sin
duda, para muchos investigadores, la sola presencia de la
observación participante en un estudio confiere el status
de cualitativo. Incluso uno de los diseños de
investigación cualitativa más conocidos se
identifica con este tipo de observación".

Y agregan: "Como tal procedimiento, la
observación participante no aporta diferencias
significativas a otras formas de observación. La
definición del contexto, la selección de las
muestras, o la estrategia de registro no son distintas a las
utilizadas en otros formatos de observación no
participantes (…) Es precisamente la naturaleza de la
participación a ella asociada lo que la distingue y
caracteriza. Los diferentes roles que puede asumir el
investigador nos dan una idea de las posibilidades que quedan
abiertas al abordar la observación adoptando un papel
determinado".

De acuerdo con estos autores, la clasificación de
las observaciones no han de estar determinadas por el tipo de
investigación: cualitativa o cuantitativa, sino por
cómo participa el investigador en esa observación,
si se inserta o no en el grupo investigado y el tiempo empleado
para realizar su misión.

En la vida práctica se realizan observaciones con
otras características. Por ejemplo, si se trata de
investigar el aprovechamiento académico de un grupo de
estudiantes, es obvio que el observador se traslade hasta la
escuela y permanezca en el aula el tiempo en que los alumnos
estén en el centro educacional, con la finalidad de
obtener los datos requeridos para su pesquisa.

Aquí, el investigador está junto al grupo,
pero por un corto tiempo y de cierta manera su relación
con el conjunto de estudiantes es limitada, por cuanto no recibe
clases ni ejecuta las tareas que ha de cumplir el grupo objeto de
estudio. A este tipo de observación sería
aconsejable denominarla observación presencial,
porque el observador solo se limita a observar las actividades
que lleva a cabo el grupo o la comunidad objeto de
investigación, sin ejecutar ninguna tarea propia de las
personas observadas.

Hernández Sampier (2003), al referirse a la
observación solo dice que "La observación puede ser
participante o no participante. En la primera, el observador
interactúa con los sujetos observados y en la segunda no
ocurre esta interacción".

Observación propia, ajena, abierta,
encubierta, estandarizada y no estandarizada

La observación también puede ser propia o
ajena. Es propia cuando es el propio objeto de observación
el que la ejecuta; cada uno de los miembros del grupo se
auto-observa. En este caso se trata de una observación
indirecta y resulta imprescindible que la guía de
observación sea estrictamente clara y se ofrezcan
instrucciones precisas, por cuanto se trata de que personas no
preparadas tengan a su cargo una actividad desconocida para ellas
y, por tanto, omitan datos importantes para la
investigación.

El hecho de que nadie conoce mejor las particularidades
del grupo que los miembros del grupo o comunidad constituye una
ventaja innegable y, en ese caso, la observación
será más exhaustiva y completa que si la llevase a
cabo un extraño. La desventaja está en que
individuos carentes de entrenamiento, en ese sentido, ejecuten la
observación.

La observación ajena es la que lleva a cabo el
investigador, aquí se trata de una observación
directa, porque la tarea está a cargo del observador; este
está totalmente capacitado para llevar a cabo la tarea,
sabe lo que tiene que hacer y cómo lo debe hacer y en ello
radica su principal ventaja.

En las investigaciones se emplea la observación
abierta y la observación encubierta. La observación
abierta es la que practica el observador con una previa
identificación como tal ante el grupo objeto de estudio.
Sus miembros conocen que su conducta se va a observar. En este
caso, se analiza de antemano si el conocimiento de los individuos
de que van a ser estudiados pudiera o no afectar su conducta; de
ser positivo, la observación carecería de sentido y
entonces habría que emplear otros procedimientos, como la
observación encubierta.

Este tipo de observación se caracteriza porque el
investigador no se presenta como tal ante el grupo y los miembros
de este desconocen que están siendo objeto de estudio. Tal
procedimiento tiene la ventaja de que la conducta de las personas
objeto de estudio se mantiene inalterable y es posible conocer la
situación real de los individuos investigados.

También están la observación
estructurada o estandarizada y la observación no
estandarizada.o no estructurada. La primera, es la que se lleva a
cabo mediante el empleo de un sistema de categorías para
el registro de las conductas, lo cual se ha elaborado previamente
a fin de obtener los datos deseados.

Los elementos recogidos durante la observación se
van situando en sus respectivas categorías, hecho que
presupone la presencia de un investigador altamente
especializado. Su ventaja principal consiste en las facilidades
que ofrece para el tratamiento de la información
estadística recopilada.

La segunda, consiste en que la observación se
realiza mediante una guía o esquema general para la
obtención de datos. En este tipo de observación el
esfuerzo del investigador será mucho mayor que en la
estructurada o estandarizada, porque ha de hacer más
anotaciones y tendrá que lograr una organización
perfecta de la información lograda, a fin de poder la
procesar debidamente.

Conclusiones

La llamada observación participante y la
observación no participante requiere de una mayor
precisión en cuanto al análisis y
clasificación de su contenido, por cuanto las
explicaciones ofrecidas por la mayoría de los estudiosos
del tema, dejan lugar a las dudas.

Al constituir uno de los métodos o
técnicas más empleados en las investigaciones, es
preciso que todas las categorías tengan suficiente
claridad, para la mejor comprensión de quienes comiencen a
adentrarse en su estudio.

Bibliografía

1. Guadarrama González, P. et. al. (2004)
Lecciones de Filosofía Marxista-Leninista.

La. Habana. Editorial Félix Varela.

2. Hernández Sampier, R. (2003).
Metodología de la Investigación. La Habana.
Editorial Félix Varela.

3. Ibarra Martín, F. (2001) Metodología de
la Investigación Social. La Habana. Editorial Félix
Varela.

4. Rodríguez, G., Gil, J. y E. García
(2004) Metodología de la Investigación Cualitativa.
La Habana. Editorial Félix Varela.

5. Sierra Lombardía, V. (1998) Metodología
de la investigación científica. Santiago de
Cuba

 

Enviado por

Rafael Labrada Díaz.

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