Por: Álvaro Sanabria Duque | Enviar Correo al Autor | Más Artículos del Autor
De los pobres se hablaba como si fueran miembros de una tribu extraña e indefensa a quienes había que alimentar. A veces, cuando alguien llamaba a la puerta, la criada nos informaba: “no es nadie, sólo un pobre”
Sàndor Màrai
(Confesiones de un burgués)
Quizá nunca se escriba lo suficiente sobre la aguda esquizofrenia de los discursos políticos y sociales que han terminado por darle cuerpo a nuestra actual sociedad. No por conocidos, los ejemplos de John Locke y George Washington dejan de ser ilustrativos: Locke, quien afirmara la justificación de la propiedad privada como un derecho derivado del trabajo personal (con lo que, de paso, daría las bases para la …ver más…

Es por eso que corresponde a una figura un poco más oscura, el clérigo Joseph Towsend, exponer en 1786 en un libelo que tituló Disertación sobre las Leyes de Pobres, el verdadero sentido de su derogación: “Towsend insistió en que los hombres son efectivamente bestias, y que precisamente por esa razón sólo se requiere un mínimo de gobierno. Desde ese punto de vista novedoso, una sociedad libre podía considerarse integrada por dos razas: la de los propietarios y la de los trabajadores. El número de estos últimos estaba limitado por la cantidad de alimentos; y mientras que la propiedad estuviese segura, el hambre los impulsaría a trabajar. No había necesidad de magistrados, ya que el hambre es más disciplinante que los magistrados” (2).

Fue, entonces, la amenaza del hambre la base real del disciplinamiento del cuerpo de los trabajadores, y es por eso que Karl Polanyi considera que, con la reforma de la Ley de Pobres en 1834, que en la práctica representa su abolición, se empieza el verdadero mercado de la fuerza de trabajo y con él