Hablame a los ojos- lengua de signoss

916 palabras 4 páginas
1.1. La pregunta de la literaturidad, la cual refiere a los criterios determinados que hacen que un texto sea literario, tuvo mucha importancia en el ámbito de los formalistas rusos. Éstos se interesaron en encontrar particularidades que sólo se presenten en la literatura, es decir, que se distingan de otros discursos literarios. Para ello plantearon tres rasgos fundamentales para su reconocimiento: la puesta de manifiesto del lenguaje, el modo de integración de la obra de acuerdo con las normas de la tradición y del contexto literario, y el modo de integración de los componentes que constituyen a un texto.
Para iniciar se darán a conocer los procedimientos de la puesta de manifiesto del lenguaje en los poemas incluidos en Trabajo
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Sentado en mi vieja reposera miro el cielo vacío y escucho lo que nunca escuché.
Pero lo escucho como si viniera de muy lejos y no tuviera para mí ni principio ni fin y por eso mismo nunca pudiera ser escamoteado.

Poema de la página 177

Escribo hago rápidas anotaciones en papeles que luego pierdo u olvido entre las páginas de algún libro.

Son señales señales que a veces aparecen en el camino o no.
Llamados hechos a otros desde otro lugar o quizás a mi propia vida.

Ausencia

A veces en medio del inútil fragor del día tu pequeña luz ya apagada parece encenderse inesperadamente sobre nosotros.

Nadie habla.
Nadie dice nada.
Entre el fragor y tu ausencia se alza la única luz que nos alumbró.

Viento

Alto demasiado alto estaba esta mañana el cielo de las palabras.
Tan alto que ni siquiera lo miré.
Ni siquiera me importó saber si el viento que lo recorría terminaría al fin trayéndolo hasta aquí o se lo llevaría más lejos aún. Trabajo nocturno

Temprano esta mañana encontré en el patio de casa el cuerpo de una enorme rata inmóvil. Moscas de alas tornasoladas zumbaban alrededor del cadáver y se apretaban en los orificios de unas heridas que habían sido sin duda mortales.
Con bastante asco la alcé con la pala y la enterré en un rincón alejado del jardín.

Al volverme desde el matorral de hortensias florecidas emergió mi gata dócil

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