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Conceptualización necesaria sobre: género, equidad y participación




Enviado por Celia Sanchez Pereira



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Igualdad de género
  5. Derechos de las mujeres
  6. Empoderamiento de las mujeres
  7. Violencia de género
  8. La transversalización
  9. La participación
  10. Conclusiones
  11. Revisión bibliográfica

Resumen

Los temas de género y las preocupaciones por la igualdad y la equidad involucran no solo a las mujeres, sino también a los hombres—y a las mujeres y hombres sin exclusión por sus diversidades en tanto edad, color de piel, etnia, orientación sexual e identidades de género podemos hacer mucho más para contribuir a la igualdad de género en todos los espacios, desde nuestros centros de trabajo, familias, grupos diversos a los que pertenecemos. Y para aquellos que tenemos el privilegio de liderar espacios de la cooperación para el desarrollo, eso tiene que ser más que una política, compromiso y mandato institucional. Es una obligación a la cual no podemos ignorar y que a su vez, nos hace crecer como personas. Este trabajo se basa en una revisión bibliográfica relacionada con el tema Género, Equidad y Participación.

Introducción

La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, equidad y participación son ejes fundamentales una cuestión de derechos humanos, a la vez que impulsa los avances en materia de desarrollo. A menos que las mujeres y las niñas puedan ejercer plenamente sus derechos en todas las esferas de la vida, el desarrollo humano no progresará

Con la atención centrada en la igualdad de género como prioridad mundial, debemos hacer todo lo posible para eliminar la discriminación de género que impide que muchas mujeres lleven la vida productiva y gratificante que merecen, lo cual obstaculiza el progreso general del desarrollo.

El presente trabajo se basa en la revisión bibliográfica de documentos rectores donde se esclarece conceptos básicos como género equidad y participación y su importancia en la incorporación de la mujer a la sociedad, basada en las normas y los principios internacionales de derechos humanos, el respeto de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales de las mujeres y los hombres es fundamental en el marco de desarrollo humano prácticas sobre políticas, programas y estrategias establecidas.

Todas las acciones de los programas de trabajo en la línea estratégica Gestión del Hábitat tendrán enfoques de temas transversales relativos a la equidad social, en particular la equidad de género, la inclusión de las personas de la tercera edad, la accesibilidad específica de las personas y familias de menores ingresos, así como las particularidades de las mujeres, sobre todo las madres solteras, jefas de hogar y el caso de la mujer rural.

Esta transversalización se manifestará en la inserción de las problemáticas determinadas de estos estratos sociales y el planteamiento de acciones dirigidas a la reducción o eliminación de las inequidades y expresiones de exclusión.

Desarrollo

Género: Este concepto se desarrolla en la teoría feminista a comienzos de los años setenta aludiendo a la construcción social de la diferencia sexual. Desde ese momento esta distinción entre sexo y género ha sido utilizada y sigue siéndolo como herramienta de investigación y definición de nuevas estrategias para cambiar la situación de desigualdad entre mujeres y hombres. Tanto la práctica como la investigación de estos grupos han generado conceptos clave para transformar las relaciones entre mujeres y hombres (sistema sexo-género, identidad de género…) pero uno de los aspectos imprescindibles es la visibilizarían y el cuestionamiento de las relaciones de poder existentes entre mujeres y hombres.

"Se refiere a los atributos y oportunidades sociales vinculados con el hecho de ser hombre o mujer y las relaciones entre mujeres y hombres y niñas y niños, así como a las relaciones entre mujeres y entre hombres, estos atributos, oportunidades y relaciones se construyen socialmente y se aprenden mediante procesos de socialización, dependen del contexto y el momento, y pueden cambiar el género determina qué se espera, permite y valora en una mujer o un hombre en un contexto específico en la mayoría de las sociedades hay diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres en cuanto a las responsabilidades que se les asignan, las actividades que realizan, el acceso a los recursos y el control de éstos, así como las oportunidades de adopción de decisiones el género es parte del contexto sociocultural más amplio. Otros criterios importantes para el análisis sociocultural incluyen la clase, la raza, el nivel de pobreza, el grupo étnico y la edad."

En 1985 estas reflexiones se visibilizan en el ámbito del desarrollo y la cooperación durante la III Conferencia Mundial de la Mujer de Nairobi las representantes de los países en desarrollo cuestionaron el enfoque de Mujer en el Desarrollo promovido hasta el momento y defendieron «la necesidad de promover un paradigma alternativo, en el cual los problemas de las mujeres no fueran considerados en forma aislada, sino como el resultado de un "sistema de género" que les impone roles dependientes y marginales en la sociedad» (). Más concretamente fue la red de mujeres del Sur DAWN quien presentó un documento haciendo hincapié en la importancia del empoderamiento de las mujeres.

La socióloga feminista inglesa Ann Oakley utiliza ya en 1972 este concepto para diferenciarlo del sexo: «Sexo es un término de la biología, gender se emplea en psicología y con relación a procesos culturales. […] Ser hombre o mujer, niño o niña, es tanto la manera de vestirse, gestos, actividad, red social y personalidad como los órganos genitales que uno tiene»

Género en el desarrollo: Este enfoque ha sido desarrollado por diferentes autoras y por los movimientos feministas para asegurar la igualdad y equidad de género en los países empobrecidos, incorporando tanto el análisis de las relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres en los contextos, como en la planificación de género en los procesos de desarrollo. El objetivo es definir políticas y procesos transformadores para la construcción de relaciones justas e igualitarias. Este enfoque se desarrolla mediante las estrategias de empoderamiento de las mujeres y de transversalización de la perspectiva de género en todo el ciclo.

Igualdad de género

"Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres y las niñas y los niños la igualdad no significa que las mujeres y los hombres se conviertan en lo mismo, sino que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades de las mujeres y los hombres no dependerán del sexo con que nacieron la igualdad de género supone que se tendrán en cuenta los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de mujeres y de hombres la igualdad de género no es un "problema de la mujer" sino que debería preocupar tanto a hombres como a mujeres y atraer su participación plena la igualdad entre las mujeres y los hombres se considera una cuestión tanto de derechos humanos como una condición previa para el desarrollo sostenible centrado en las personas y un indicador de éste."

Incorporación de la perspectiva de género "la incorporación de la perspectiva de género es el proceso de evaluación de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas o programas, en todos los sectores y a todos los niveles es una estrategia destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como de los hombres, sean un elemento integrante de la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y se impida que se perpetúe la desigualdad el objetivo final es lograr la igualdad entre los géneros."

Derechos de las mujeres

"los derechos humanos de las mujeres y de las niñas son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. la plena participación, en condiciones de igualdad, de las mujeres en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional."

Como se define, la expresión "discriminación contra las mujeres" denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad entre hombres y las mujeres, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.

Empoderamiento de las mujeres

"el empoderamiento de las mujeres tiene cinco componentes: el sentido de autoestima de la mujer; su derecho a ejercer y determinar opciones; su derecho a tener acceso a oportunidades y recursos; su derecho al poder para controlar su propia vida, tanto dentro del hogar como fuera de éste; y su capacidad para determinar la orientación del cambio social para crear un orden económico y social más justo a nivel nacional e internacional."

Este concepto de empoderamiento guarda relación con la igualdad de género pero se distingue de éste el fundamento del empoderamiento reside en la capacidad de una mujer de controlar su propio destino esto supone que para estar empoderadas, las mujeres no sólo deben tener las mismas capacidades (como la educación y la salud) y el mismo acceso a los recursos y oportunidades (como la tierra y el empleo), sino que también deben tener los medios para utilizar esos derechos, capacidades, recursos y oportunidades a fin de ejercer opciones y tomar decisiones estratégicas (como las que brindan las oportunidades de liderazgo y la participación en las instituciones políticas) para valerse de esos medios, las mujeres deben vivir sin miedo a la coacción y a la violencia.

Paridad de género: "…el mismo número de hombres y de mujeres en todas las categorías de la organización debe incluir la participación significativa tanto de hombres como de mujeres, especialmente en las categorías superiores la paridad de género es uno de varios mecanismos integrados para mejorar la eficacia de la organización."

Violencia de género

"la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación que inhibe gravemente la capacidad de las mujeres de gozar de derechos y libertades en pie de igualdad con los hombres. […] la violencia contra las mujeres, que menoscaba o anula el goce por las mujeres de sus derechos humanos y libertades fundamentales en virtud del derecho internacional o de convenios específicos de derechos humanos, constituye discriminación, tal como se entiende en el artículo 1 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer."

La transversalización

La transversalización no es el fin sino un medio para el logro de la igualdad de género.

No debe implicar únicamente a las mujeres, sino también a los hombres, las relaciones de poder y las estructuras políticas, económicas y socioculturales.

No debe sustituir a las políticas específicas de igualdad de género y empoderamiento, sino que son complementarias.

Implica análisis de las causas profundas de la desigualdad y cambios estructurales.

Es un proceso político a la vez que técnico, por ello una voluntad política decidida y clara de los distintos actores implicados es imprescindible para el éxito de esta estrategia.

Equidad social como punto de partida La sociedad debe asegurar el acceso y control de todos sus miembros al bienestar que en ella se produce (recursos materiales, financieros, habilidades, información, conocimiento, cultura, poder).

En términos de justicia social, implica dar a cada cual lo que le pertenece, con reconocimiento de la diversidad, sin que ésta sea la causa de ninguna discriminación (género, generacional, territorial, racial).

Gobierno tiene una función central en la regulación de efectos positivos para evitar la reproducción de inequidades no significa igualitarismo y homogenización de propuestas, opciones. Significa lograr a accesos universales a los recursos y beneficios, en función de garantizar igualdad de derechos para todos los grupos sociales; teniendo en cuenta sus particularidades y heterogeneidad (sexo, género, clase, religión, edad, etc.).

Lograr la justa distribución de bienes y servicios y de recursos, a partir de una estructura de oportunidades que regule el acceso diferenciado para aquellos que estén en condiciones de vulnerabilidad o desventaja (factores económicos, culturales, socio – espaciales, ambientales, generacionales, etc), que no están en condiciones de satisfacer sus necesidades a través del mercado.

Lo comunitario como cualidad de las relaciones de género, es:

1. Conciencia crítica como premisa de la disposición al cambio y una nueva actitud ante la realidad por parte de hombres y mujeres.

2. La modificación de sus realidades como acto creativo teniendo en cuenta las circunstancias y las potencialidades internas de los sujetos individuales y colectivos.

3. Es autogestión (autonomía) y sostenibilidad concibiéndolas de modo integral, en su relación con el sistema de contradicciones del entorno, a largo plazo y mediante el aprovechamiento y potenciación de los recursos disponibles tanto materiales como espirituales.

4. Los procesos de participación, cooperación, elaboración y puesta en marcha de proyectos de auto desarrollo con adecuado enfoque de género por parte de mujeres y hombres.

5. El avance inmediato como realización de la potencialidad la-tente y premisa del futuro.

6. La multicondicionalidad de los procesos sociales comunitarios con enfoque de género.

Las experiencias más auténticas de trabajo comunitario, han puesto en evidencia la capacidad de las mismas para la orientación, organización y movilización de la ciudadanía en función de la superación de las contradicciones de género, sin embargo, su limitación esencial ha radicado en su falta de articulación con las estrategias de desarrollo municipal.

Estas definiciones de principio pueden contribuir al perfeccionamiento del enfoque de género de las estrategias municipales de desarrollo.

La participación

La participación permite tener en cuenta una gran diversidad de aspiraciones y recursos creativos y materiales que aportan los involucrados; comprender mejor y en forma más plena, sus necesidades, hacer aflorar e identificar causas y problemas desconocidos hasta el momento, ofrecer soluciones posibles y contribuir a la ejecución de las acciones. Por tanto, la participación es útil en todas las fases del planeamiento.

Tal como lo señala la arquitecta Gina Rey, en su "Resumen de Cuestiones Principales sobre la Participación", cuando se habla de participación se involucran en ella, tanto los grupos poblacionales como las instituciones y las organizaciones que radican y trabajan para el barrio.

Los grupos pueden dividirse según sus edades, sexos, y/o intereses comunes. Son generalmente homogéneas las aspiraciones y la jerarquía de necesidades de los niños entre sí, de los adolescentes y jóvenes, de los adultos, por su parte, y de las personas de la tercera edad, por otra. Además, suelen tenerse presente las cuestiones de género, pues el conocimiento, los enfoques y la propuesta de soluciones, varían en dependencia del rol que cada quien desempeña en el hogar, en la cuadra, y de sus niveles y tipo de relaciones para con el resto. No quiere decir que no se relacionen los grupos entre sí y que no compartan sus intereses, pero se hace más sentida una necesidad y una aspiración en un grupo etáreo o por mujeres solamente, que la jerarquía que le otorga a esa necesidad otro grupo o los hombres.

Por su parte, las instituciones y las organizaciones que actúan en la base, tienen objetivos específicos, que muchas veces responden a políticas trazadas nacionalmente. Suele ocurrir, a veces, que no se produce una armonía de objetivos a nivel de la comunidad entre las instituciones y organizaciones de la base y la jerarquía de necesidades que identifica la población, justo allí donde confluyen todas, habiendo duplicaciones o interferencias evitables. Muchas organizaciones han promovido la participación activa de la población en prácticamente todas las esferas de la vida, pero especialmente lo han hecho en la etapa de la ejecución de un proyecto concebido fuera del marco comunitario, y sin la participación de la comunidad en el momento de su concepción.

Hay diferentes escalas de esta contribución, y de la forma en que cada individuo refleja su forma de apropiación a la comunidad. La doctora Miren Uriarte y Licenciada Marilyn Fernández, en su manual Involucrando a la comunidad en la planificación citan tres tipos de participación.

Cuando solamente se brinda información,

Cuando se consulta pidiendo opinión a los beneficiarios,

Cuando se integran y se transita con ello desde la fase de preparación del planeamiento hasta la toma de decisiones y la ejecución de todos y cada uno de los proyectos. Este tipo de participación garantiza el comprometimiento de los participantes y la inclusión de sus necesidades, sus puntos de vista y las soluciones que plantean, y con la cual establecen el compromiso de llevarlas a cabo.

Factores que propician la participación

La participación puede verse inhibida por actitudes de desánimo, indiferencia, falta de confianza en la solución de los problemas, fatiga de participación por excesos de convocatoria sin constatar los resultados, incomprensión o divergencias con las formas o enfoques de lo que se solicita, entre otras causas. Para resolver cada una de estas manifestaciones, debe analizarse casuísticamente, y trazar así las formas en que deben abordarse.

No obstante, hay varios factores que propician la participación:

  • el nivel de comunicación alcanzado entre los que la propulsan y los participantes

  • el ambiente de confianza y respeto mutuo

  • la motivación que se desarrolle hacia el asunto en que se quiere participen

  • el desarrollo de la creatividad de los participantes.

En primer lugar, se requiere de quien reclama la participación, una actitud de escuchar atentamente a quienes hablan y de tratar de entender sus criterios y propuestas, y por tanto, implica la atención desprejuiciada, ausente de la concepción de que el que escucha es quien tiene la razón y la mejor información sobre el tema.

El saberse escuchado y entendido, aun cuando no se compartan los criterios, pero se respeten los puntos de vista de cada cual, permite una atmósfera de confianza útil para establecer las coordinaciones, y trabajar armónicamente en los objetivos trazados. Cuando se demuestran respeto por la experiencia, las ideas y las posibilidades de los participantes, es más seguro que ellos participen activamente en la generación de ideas.

Esta comunicación, que resulta viable en un medio como el nuestro donde las personas interactúan y se comunican rápidamente, puede multiplicarse si se recurre a los líderes, capaces de trasmitir, hacerse entender, hacer razonar y movilizar.

Los líderes pueden ser formales o informales. Los formales son los elegidos especialmente para ocupar cargos en las organizaciones de masas o en el gobierno local, y los electores los ven como a los portadores de sus ideas. Los informales no ocupan cargos, pero las personas los identifican como tal y los respetan, siendo capaces de movilizar y orientar al resto. Es sumamente útil incorporar a los líderes formales e informales al proceso de planeamiento. Ellos estimulan la participación y sirven de catalizadores del proceso.

Para motivar es, en primer lugar, importante que se tomen en cuenta sus demandas, analizando sus criterios y adoptándolos, asimilando las soluciones que plantean, haciéndolos conscientes de lo necesario y decisivo que esto resulta. Si se trabaja con las necesidades manifiestas, que por supuesto están generalmente dirigidas a mejorar su calidad de vida, se encontrará motivación suficiente para que se integren, y entreguen sus esfuerzos buscando el bien común.

Motivar una participación activa de la población resulta difícil. No obstante, hay muchas técnicas que ayudan a que se supere la rutina y la monotonía cotidiana, y se logre el interés por desarrollar ideas, incluso mediante el juego.

Una de las ventajas indiscutibles de la participación en cualquier acción es el de manejar un cúmulo de ideas, enfoques y soluciones amplios sobre el tema, a partir de la visión particular y colectiva de los involucrados. Como apunta Felipe Chibás: "Buscar soluciones novedosas a problemas viejos partiendo de la información que se maneja, e incluso detectar nuevos problemas, es precisamente activar el pensamiento creativo".

"La creatividad es uno de los elementos más importantes a desarrollar en el proceso de transformación, y resulta aún más decisivo si las condiciones económicas son adversas. Cada persona tiene enormes reservas de energía y talento sin descubrir ni aprovechar. La creatividad es parte de la amplia e inexplorada reserva de poder disponible para el desarrollo y la transformación de la comunidad".

Sin embargo, hay barreras y bloqueos mentales al pensamiento creativo que resulta necesario vencer.

Se mencionan por varios autores, como barreras:

  • Dar la respuesta esperada.

  • Autoimponer barreras.

  • Temer al ridículo.

  • Desalentar la discusión por lo aparente.

  • Requerir respuestas demasiado rápidas.

  • Adoptar deformaciones profesionales.

  • Seguir las normas sin espíritu crítico.

  • Aceptar lo rutinario por facilismo.

  • Creer que sólo hay una respuesta.

  • Mantener ideas pre-establecidas respecto al fenómeno que se analiza.

  • Disponer de poco de tiempo para el análisis y presión, para dar una respuesta o solución.

  • Aferrarse al esfuerzo ya realizado.

  • Contar con la seguridad que ofrece lo ya conocido.

Cooperar, coordinar e integrar son términos que se utilizan con frecuencia pero que también se confunden entre sí. Ellos son diferentes niveles de una actitud que demuestra la necesidad de vincularse para alcanzar determinado objetivo, pero varían entre ellos el nivel de entrega y también la forma en que se producen, con independencia del plazo de tiempo que consuma alcanzarlos y de la cantidad de personas involucradas. Si se midieran estos niveles de intercambio, la cooperación estaría en el primer escalón, la coordinación en el segundo, y la integración en el máximo.

Cooperar es trabajar o accionar juntos para lograr un propósito. Las instituciones o personas involucradas en el acto de cooperar unen sus esfuerzos, pero ello no modifica la razón por la que existen frente al objetivo trazado, simplemente trabajan juntos cada uno desde su posición, en determinado momento. Ejemplos claros de cooperación son los que ocurren entre dos entidades o empresas que van a producir un bien y cada una de ellas aporta su parte.

Es común en nuestro contexto un alto nivel de cooperación, que se produce en todas las escalas y esferas de la vida.

Coordinar exige concertación, requiere armonizar las acciones o esfuerzos que cada quien debe aportar y ajustarse para la interacción. Las coordinaciones son también frecuentes y comunes, estableciéndose necesariamente ante cada acción compleja de cualquier índole.

Integrar es un proceso que implica hacer actuar como un todo una diversidad de partes, es hacer se parte de una gran unidad. Por tanto, la actitud que se requiere para integrarse es cualitativamente diferente a la de cooperar y coordinar que, a su vez, están incluidas en él. No se debe ir directamente a un proceso de integración cuando no se han explorado los niveles precedentes de cooperación y coordinación.

Hay muchas razones para lograr la integración:

  • Uso eficiente de escasos recursos.

  • Efectividad en el planeamiento y en su implementación.

  • Estimulación de las organizaciones ejecutoras a producir más eficientemente.

  • Identificación y movilización de recursos financieros y humanos adicionales.

De manera que integrarse es la forma superior de trabajar, pues implica una comunicación inicial, compartir los esfuerzos y armonizar los pasos hasta alcanzar el objetivo. Por supuesto, después de una experiencia exitosa de integración, tal como se ha conceptuado, la forma de trabajo y la actitud de las personas que se han integrado se modifican significativamente.

No obstante sus ventajas indiscutibles, la integración es difícil porque, como lo expresa Forbes Davidson, hay razones suficientes para ello: «la integración puede ser una acción muy complicada, o puede consumir un tiempo considerable; o a veces hasta representa algo que aparentemente parece en contra del statu quo; por esta razón, las personas pueden llegar a generar resistencia ante la integración a causa del temor a la pérdida del poder o porque represente un desafío de diferentes roles y vías de trabajo no acostumbradas anteriormente». Para propiciar una verdadera integración deben observarse los siguientes principios claves:

Ser claros en los objetivos. La integración no es un fin en sí misma y significa el alcance de un objetivo.

Los beneficios deben ser muy claros, hacer esfuerzos requiere que valga la pena.

Para el buen uso de los recursos es deseable al menos el más bajo nivel de integración.

No se va a la integración cuando no se han efectuado la cooperación y la coordinación.

En la integración deberían vincularse conjuntamente los elementos institucionales, técnicos, espaciales y financieros.

Asegurarse de que tiene sentido.

Los procedimientos, tanto como los procesos evaluativos, deben reforzar la integración.

Emprender la transformación integral, requiere un alto nivel de integración, que debe producirse desde el momento en que se detecta la necesidad de una mejora en la vida de la comunidad, pues los niveles de participación institucional y ciudadana que requiere para llevarla a cabo exigen estar consciente y sentirse comprometidos con esa necesidad y con su solución.

Desarrollo de la participación de las mujeres en la vida comunitaria

Para asegurar el éxito de la participación institucional y ciudadana hay que realizar una preparación muy especial. De hecho, no es posible convocar sin saber a quién y qué se espera de ese participante, hasta dónde, cuándo y cómo se crea previamente un ambiente de confianza en el trabajo que se va a emprender, estimar a cuáles grupos poblacionales, instituciones y organizaciones de nivel de base y otros superiores se va a convocar, cuáles técnicas pudieran llegar a aplicarse y sus requerimientos, incluso quienes van a aplicarlas.

Es justamente la existencia de insatisfacciones, insuficiencias y deficiencias el motivo para acometer una transformación. En ella es insoslayable hacer un análisis minucioso de la situación actual y de las tendencias que se vislumbran, pero también deben detectarse no sólo los problemas existentes sino también las potencialidades para el desarrollo, activándolas, y actuar en consecuencia. Saber las causas de los problemas, las tendencias de su comportamiento y realizar una serie de comparaciones que permitan calibrar objetivamente la situación, contribuye a elaborar un buen diagnóstico.

El diagnóstico es una forma de investigación en que se describen y explican los problemas y las virtudes del objeto de estudio, con el fin de comprender, jerarquizar y posteriormente encaminar los esfuerzos para resolverlos.

En Cuba, la existencia de instituciones de base como el Médico de la Familia y los delegados del Poder Popular, los Comités de Defensa de la Revolución, la delegación de la Federación de Mujeres Cubanas, las Comisiones de Prevención Social que abarcan entornos de población menores de 4 000 habitantes, y los representantes de diferentes instituciones incluidos en el Consejo Popular, garantizan de hecho una serie valiosa de informaciones, aunque sectoriales. De manera que, una fuente de información se obtiene a través del conocimiento de estos actores y de los informes que rinden.

No obstante, deben buscarse también otras fuentes portadoras de una mayor precisión y que reflejen las necesidades propias de niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad y, por tanto, es necesario acudir a ellos con técnicas y formas de participación que ayuden a obtener una información precisa y jerarquizada.

Se trata de procesar la información de entrada, tratando de explicar la evolución del fenómeno, sus relaciones y consecuencias. Es una labor de relacionar, sintetizar y jerarquizar los elementos más significativos detectados a través de la información.

Por su parte, el diagnóstico debe valorar las tendencias de evolución de los aspectos analizados en la situación actual, pues si ellos cambian significativamente respecto a lo detectado, los resultados de lo que se arroja como actual perderían inmediatamente esa condición.

Los conocimientos sobre el problema nunca serán acabados o completos, dada la complejidad y la dinámica de la realidad circundante. Por ello, generalmente, se requiere de una actualización e incorporación de otros elementos que, en el decursar del tiempo se constata, son de indispensable inclusión en el análisis. De esta manera, el diagnóstico es una actividad permanente.

El resultado del diagnóstico no es la mera suma de informaciones y reflexiones, también implica conclusiones para trazar la política a seguir y diseñar las acciones apropiadas para modificar la situación actual. El diagnóstico crea las bases para que se conciban y decidan las soluciones.

Categorizar cuáles son las potencialidades y restricciones propias del objeto de planeamiento, y cuáles las propiamente controlables bajo su ámbito por los actores, aporta el beneficio indiscutible de poderlos movilizar, organizar y orientar, sin el concurso y gestión de instituciones de nivel superior, con su consecuente demora.

Cuando se realiza el diagnóstico deben analizarse sus aspectos positivos y negativos. Identificar los aspectos internos es buscar las fortalezas y debilidades.

Las fortalezas son los factores potenciales que permiten suponer una capacidad de desarrollo y de proyección dentro del sector que se analiza, listándose aquellos que presentan una situación ventajosa y sin conflictos serios.

Las debilidades son los factores de regresión, de problemas, de conflictos o de insuficiencias existentes. Es oportuno, al igual que en las fortalezas, detectar las tendencias que presentan estas debilidades y la magnitud del impacto que ellas pueden producir.

Por supuesto, al igual que en el resto de las cosas, la categoría de los elementos puede ser positiva o negativa, en dependencia del contexto en que se analiza. No existen verdaderas fortalezas o debilidades por sí mismas, sino sólo cuando se relacionan con el contexto. Así, deben establecerse criterios comparativos que faciliten su definición en una categoría u otra.

Cada una de éstas está relacionada con un contexto, y el enfoque que pueda dársele al fenómeno que pretendemos categorizar puede ser indistintamente fortaleza o debilidad. Es por ello que la forma de expresión debe ser muy clara y sintética.

La fase de perspectiva comprende todos aquellos elementos que permiten formar una visión de qué se aspira para el futuro, teniendo en cuenta los resultados del Diagnóstico, y proyectándose al mediano plazo para lograr lo que es necesario formular como misión.

Objetivos de acciones para lograr el trabajo de género, equidad y participación.

  • Intencional el trabajo intersectorial, integrado, multidisciplinar y participativo en la gestión del hábitat.

  • Garantizar la atención diferenciada a los grupos vulnerables, a partir de acciones focalizadas que permitan el autodesarrollo y la transformación social.

  • Aumentar las capacidades de los actores locales, para dinamizar los procesos en la gestión integral del hábitat.

  • Sistematizar metodologías participativas y corresponsables, en el proceso de gestión del hábitat, en el ámbito de la toma de decisiones.

  • Fomentar los mecanismos de participación y control social de la población en la gestión del hábitat.

  • Orientar, capacitar y apoyar técnicamente el desarrollo de las fuerzas productivas sociales en temas legales, técnicos y financieros.

  • Generar empleos que aseguren ingresos familiares, a partir de las nuevas formas productivas (cooperativas, esfuerzo propio).

  • Propiciar el acceso y control de la población sobre las oportunidades, a partir de proveer de activos a la población vulnerable y fomentar su inserción en la dinámica productiva.

Garantizar la ampliación de oportunidades y opciones para la población en desventaja social.

Conclusiones

El tema tratado sobre Género, Equidad y Participación son medulares en las acciones a ejecutar en todos los proyectos comunitarios incorporar y articular dimensiones de equidad, género y participación en todas las etapas del proceso (localización de información, interpretación, elaboración, aprobación, selección de actores, ejecución de acciones y evaluación) no solo a través de acciones que impliquen cambios en las condiciones materiales de vida (espacios públicos, vivienda, movilidad, etc.) sino integrar formación de capacidades, habilidades y generación de activos en las familias y grupos vulnerables o en desventaja que les permita revertir sus situaciones de vida desde sus potencialidades. Con el objetivo de disminuir o eliminar, a partir de acciones con visión estratégica, las diferencias injustas (entre grupos poblacionales, asentamientos, instituciones), las estructuras y normas que las legitiman y reproducen; partiendo de la negación de la naturalización de las inequidades y desigualdades.

La sociedad debe asegurar el acceso y control de todos sus miembros al bienestar que en ella se produce (recursos materiales, financieros, habilidades, información, conocimiento, cultura, poder).

En términos de justicia social, implica dar a cada cual lo que le pertenece, con reconocimiento de la diversidad, sin que ésta sea la causa de ninguna discriminación (género, generacional, territorial, racial).

Revisión bibliográfica

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sitio web del PNUD: undp.org/content/undp/en/home/librarypage/womens-empowerment/gender-equality-strategy-2014-2017.

 

 

Autores :

MSc. Celia Sánchez Pereira.

MsC.Margarita Gil Rojo.

Laura de la Caridad González Sánchez.

Estudiante de medicina.

CM Serafín Zárate Ruiz.

Institución: Centro Universitario Municipal. Manicaragua.

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