Consideraciones sobre el funcionamiento de la agroecología en el valle de San Andrés, Cuba

Es de gran importancia que los seres humanos se den cuanta lo antes posible de la importancia que tiene las prácticas agroecologías para el sustento del planeta. Primero porque los agroecosistemas son las acciones humanas que más daño le causa al medio ambiente, por la gran expansión de los mismos sobre la superficie del planeta, ocupando el 80% de este. Segundo porque es la práctica humana donde más productos nocivos al ambiente se vierten. Los efectos que se causan a la naturaleza por solo enumerar algunos son: erosión de los suelos, contaminación de las aguas, aumento de la temperatura , lluvias asidas , largos periodos de sequía, destrucción de las cuencas hidrográficas, desertificación , destrucción de ecosistemas naturales, entre otros más. Debemos caminar rápido hacia el modelo agrícola integrado de baja demanda de insumos externos y alta eficiencia con recursos locales, tales como; abonos orgánicos y otros materiales que contribuyan al mejoramiento del suelo, semillas rústicas, productos biológicos para combatir las plagas y las enfermedades, asociación de cultivos y la integración ganadería-agricultura, nos permite hacer un mejor uso de los recursos naturales(agua, nutrientes y energía), sin recibir grandes volúmenes de recursos externos en forma de insumos (Altieri, 2001).

La conversión de un sistema agrícola especializado a un sistema agroecológico sigue tres principios básicos; Diversificación (al incluir especies de cultivo, árboles y animales): Integración (por el intercambio dinámico y el reciclaje de energía y nutrientes entre los componentes del sistema) y el logro de la autosuficiencia alimentaria (Funes-Monzote, 2009).

¡Pero aunque es conocida la importancia de llevar a cabo una agricultura sobre la base de la agroecología porque los resultados de estas prácticas son tan poco visibles!

1- Hay que cambiar formas de actuar (No esperar que el campesino se interese por el conocimiento ofrecérselo antes).

2-Disponer de fuerza de voluntad (Los resultados no son a corto plazo).

En una encuesta realizada a cincuenta campesinos en el valle de San Andrés, con el fin de investigar cuantos de alguna forma estaban contribuyendo a los efectos del cambio climático en su finca con alguna práctica agroecológica. Solo uno de un total de cincuenta, tenía conocimiento agroecológico y demás la practicaban. Realmente es muy poco si se quiere lograr el cambio. ¡Hay que derrumbar la barrera de la indiferencia frente a los problemas del cambio climático y no esperar más!

Los sistemas agroecológicos promueven, como su base fundamental la biodiversidad y conciben un desarrollo rural unido a las tradiciones, con vista a garantizar los medios de vida, para la satisfacción plena de la familia campesina (ANAP, 2005). Cuenta el productor practicante de la agroecología que la primera medida que tomo fue cambiar su arado de vertedera ver Figura # 2 por otras técnicas menos invasivas al suelo, como el laboreo mínimo y que los resultados después de la aplicación de la materia orgánica como abono fueron muchos mayores y mejores.

Ha quedado demostrado que al establecer mayor biodiversidad en las fincas, es posible obtener una producción agroecológica basada en la conservación de la naturaleza y el respeto al medio ambiente, además de contribuir a la organización de los agricultores para enfrentar la escasez de insumos de manera sostenible (Ríos, 2006).

Figura # 1 Arado de vertedera abandonado por un productor agroecólogo.

Foto: Amauri Rivero Arteaga

La segunda medida que adopto el productor fue la diversificación de especies, lo que permitió mejorar más la variedad de alimentos, tanto humano como animal, además de mejorar la calidad del medio ambiente.

¿Pero qué pasaba con los otros 49 campesinos? Lo primero que tenían era un daño irremediable a la falta de fe. Muchos expresan, que sus terrenos no tenían remedio y que la agroecología solo tenía efectividad en las mentes de los científicos y sus tierras se veían de esta forma Figura # 3. En realidad para enfrentar el cabio climático necesitamos dos cosas que debemos enfrentar demasiado rápido:

• Primero conseguir el dinero y los recursos necesarios

• Segundo cambiar la conciencia de las personas.

Figura # 2 Suelo de campesino desmotivado

Foto: Amauri Rivero Arteaga

Muchos de los campesinos que se encontraban en el área de estudio con sus suelos en esas condiciones han emigrado a otros lugares en busca de una mayor calidad de vida, dejando sus producciones abandonadas como se puede reflejar escenarios como este de la Figura # 3, siendo esta la mejor medida inmediata para su solución económica. Pero la naturaleza agradecería tanto el reparo del daño ecológico y la reincorporación de las personas a sus zonas de trabajo y que no escaparan a otros lugares llevándose con ellos tradiciones y culturas que abecés son necesarias, en el lugar de origen de los mismos.

Figura # 2 Tierras abandonadas por baja fertilidad

Foto: Amauri Rivero Arteaga

Debemos trabajar antes de que la naturaleza sea destruida por la falta de conciencia de la humanidad. Medias sencillas tomadas a tiempo podrían resolver lo que son los grandes flagelos de la humanidad:

• Que son el hambre y la destrucción de la naturaleza por el hombre.

Amauri Rivero ArteagaUniversidad de Pinar del Río. Cuba.Correo electrónico: amauri@upr.edu.cu

Referencias

Altieri, M. A., 2001. Agroecológia: Principios y estrategias desde la perspectiva Cubana. En: Transformando el campo cubano. Casa editor ACTAF, 1ra edición, La Habana, Cuba. 284 p.

Ríos, H. (ed.), 2006. Fitomejoramiento participativo: Los agricultores mejoran cultivos. Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, La Habana. 300 p.

ANAP. 2005. Agroecología y agricultura sostenible. Selección de textos. Centro Nacional de Capacitación de la ANAP, La Habana. 170 p.

Funes-Monzote, F. R., 2009. Agricultura con futuro: La alternativa agroecológica para Cuba. EEPF Indio Hatuey, Matanzas. 176 p.

Autor:

MCs: Amauri Rivero Arteaga.