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Las ciencias sociales: herramienta indispensable para la gestión social del riesgo en la provincia Mayabeque




Enviado por Jasiel Ferreiro




    Las Ciencias Sociales: herramienta indispensable para la gestión social del riesgo en la provincia Mayabeque – Monografias.com

    La viabilidad de nuestro proyecto social pasa inevitablemente por la construcción de un socialismo sostenible, el logro de este objetivo no solo es vital para preservar la independencia y soberanía de la revolución cubana, también es un referentepara los proyectos que hoy buscan una salida alternativa al capitalismo neoliberal.

    La concreción de un socialismo sostenible dependerá entre otras cosas del uso de las ciencias en los procesos económicos, tecnológicos y de otros sectores claves para el crecimiento del país, como se expresa implícitamente en los "Lineamentos de la Política Económica y Social del Partido yla Revolución" en su capítulo V sobre la Política de Ciencia, Tecnología, Innovación y Medio Ambiente.

    La demanda del papel de las ciencias, el cumplimiento de su encargo social, en las condiciones de nuestro país, será efectivo si se conciben el desarrollo de las mismas desde una perspectiva integradora que permita la percepción del objeto o fenómeno de estudio desde todas las aristas, como se orienta en el lineamiento 133 cuando se expresa que se deben "Sostener y desarrollar investigaciones integrales …" infiriéndose que las investigaciones han carecido de una concepción transdiciplinar, donde ha primado concepciones reduccionistas que limitan el papel de las Ciencias Sociales, fundamentalmente los por actores institucionales que no las conciben esenciales al no dar respuestas exactas y rápidas a las necesidades económicas y problemáticas del país, subvalorando la esencia y alcance real de las mismas.

    La construcción de nuestro proyecto social no podrá prescindir de las ciencias sociales,ellas son vitales para "Continuar fomentando el desarrollo de investigaciones sociales y humanísticas sobre los asuntos prioritarios de la vida de la sociedad, así como perfeccionando los métodos de introducción de sus resultados en la toma de decisiones a los diferentes niveles", como se reconoce en el lineamiento 137, o sea, ellas son efectivos instrumentos mediadores y dinamizadores que se pueden utilizar en todos los procesos y transformaciones que debe implementar el país y que inevitablemente para que sean sostenibles los mismos deben ser asumidos como estilos de vida cotidiano, como cultura y no como encargos o acciones institucionales, he aquí una razón básica para entender la necesidad del valor de estas ciencias

    Reflexionar sobre el rol que pueden desempeñar las ciencias sociales en la gestión social del riesgo, particularmente en el contexto de la provincia Mayabeque, es el propósito de esta disertación

    La subvaloración que han recibido las Ciencias Sociales no es una problemática autóctona cubana, su origen podemos encontrarlo en uno de los más prominentes filósofos de la antigua cultura griega,Aristóteles de Estágira el cual dividió las ciencias en dos grandes grupos uno el de las "ciencias de lo necesario" (matemática, física y filosofía, esta última desde un enfoque naturalista) y el campo de las "ciencias de lo posible" (ética, política, retórica, poética), desde esta inicial clasificación ya puede observarse los antecedentes de la actual separación entre ciencias y letras, o entre ciencias duras y ciencias blandas, lo que hoy se conoce como ciencias sociales y que desde la antigüedad se les adjudicaba un margen de inseguridad, de falta de veracidad, eran asociadascon "lo posible".

    La legitimidad de esta visión estaba muy ligada al reconocimiento de que el pensamiento racional de la humanidad se había desarrollado a través de la activa relación del ser humano con el contorno físico, de ahí la asociación de racionalidad con poder de constatación y control de lo fáctico, de lo palpable, de lo estadístico, lo que marcaría la pauta en la posterior consideración de locientífico y lo no científico en la actividad cognoscitiva y transformadora de la humanidad.

    La separación de las ciencias en dos campos se agudiza aún más a partir del siglo XV con el período conocido como renacentismo el que marca en Europa el inicio de la paulatina consolidación de las nuevas relaciones de producción que comienzan a conformarse con la ayuda de los nuevos avances científicos o la conocida Revolución Científica, donde un rol determinante lo van a ocuparlas ciencias experimentales, las "ciencias de lo necesario" según la clasificación aristotélica, las que producían un estrecho acercamiento con el trabajo práctico y por ende generaban una nueva actitud hacia el conocimiento, este concebido como medio e instrumento de dominación de la naturaleza yen función de las crecientes necesidades del desarrollo industrial.

    El surgimiento y desarrollo de nuevas ciencias vinculadas a la revolución científica como por ejemplo la mecánica, legitimaban la observación, la experimentación como los métodos garantes del carácter científico de las investigaciones, es la época en la que Descartes filósofo y matemático propone la división del Universo, en una parte física y una parte moral, donde las áreas de las pasiones, de la voluntad, del amor, la fe, era inaccesible para la Física (Buch 2011); la ciencia solo debía ocuparse de características medibles, que arrojaran resultados cuantificables, como la extensión y el movimiento.

    Se legitimaba desde esta perspectiva que todo aquello que no fuera demostrable objetivamente sería visto como incertidumbre, de tal forma muchos elementos subjetivos propios de la vida humana, e incluso que propician cambios favorables a su bienestar, se consideraban como no generadoras de progreso humano, o sea quien pretendiera llamarse científico, o hacer ciencias tendría que mostrar una lógica deductiva y proposiciones evidentes y cuantificables de los fenómenos objeto de análisis.

    En la medida que el capitalismo se consolidaba como sistema se propiciaba proporcionalmente la legitimación de una concepción de progreso reducida al crecimiento de la producción y de las mejoras técnico – productivas, con tales supuestos se les dejaba a las ciencias socialespoco espacio para el análisis crítico de las implicaciones éticas o los costos sociales que estas concepciones podrían provocar a la humanidad.

    Les fue difícil a las jóvenes ciencias de la Sociología y la Antropología rebasar en aquellos momentos la concepción que daba forma a la ideología del nuevo sistema social, la proyección de un crecimiento económico concebido en espiral ascendente e infinito, dejaba poca opción a los análisis de las contrastantes desigualdades sociales que comenzaban a evidenciarse.

    Las actitudes favorables al análisis crítico de las condiciones sociales que la concepción del progreso económico estaba generandopara grandes grupos humanos en la periferia del capitalismo,recibirían progresivamente el calificativo de humanistas, ensanchando aún más la separación entre las ciencias naturales y las sociales, al aparecer una nueva denominación para esta división, la de "ciencias" y "humanidades".

    Esta parcelación de las ciencias en dos grandes campos se intensificó a partir del siglo XIX en la medida que se agudizaba la contradicción entre la visión de inevitabilidad del llamado progreso económico a base de innovaciones técnicas y el aumento de los efectos destructivos para grandes grupos humanos.

    La Revolución cubana desde sus inicios dio muestras del rol y el significativo papel que pueden desempeñar las ciencias sociales en la construcción de un sistema que garantice bienestar y justicia, no obstante a pesar de existir voluntad política para que las ciencias sociales aporten al proceso de construcción del sistema socialista, es perceptible la existencia de espacios que no han podido ser ocupadosactivamenteporestas ciencias y que no siempre son visualizados por las instituciones, lo que da muestra de subvaloración.

    Es apreciableen nuestra provincia la no correspondencia entre las prioridades delgobierno y sus instituciones y la demanda de investigaciones sociales, generalmente se prioriza a las llamadas "ciencias de lo necesario", o sea aquellas que están más vinculadas a la actualización del modelo económico en lo referente a la agricultura, a la ganadería, etc., lo que evidencia que estas ciencias siguen teniendo la mayor legitimidad, esta situación trae como consecuenciaque los estudios sociales cuyos resultados no siempre son a corto plazo, ni siempre son cuantificables y que van más a los análisis valorativos por tratarse de realidades más complejas donde las subjetividades tienen roles determinante, no son tenidos en cuenta por las instituciones y deben sufrir la condena de quedar engavetadossin perspectivas de aplicación, despilfarrándose así la posibilidad de potenciar el desarrollo de la sociedad desde bases científicas con la ayuda de investigaciones integrales como describe el lineamiento 133.

    Esa integralidad requiere de la necesidad de ver a nuestras ciencias no solo como investigadoras de un objeto social independiente, sino verlas más como ciencias o perspectivas mediadoras en la investigación que se hace en todos los ámbitos, porque en todos se trabaja con personas y comportamientos sociales cotidianos, que necesitan de la retroalimentaciónde los procesos, de transformaciones que se ejecutan desde direcciones institucionales en todos los sectores del desarrollo de la nación, donde no solo se identifiquen los impactos sino que al mismo tiempo se adelante y permita visualizar las condiciones sociales que van haciendo necesarias estas y otras medidas, y las formas de atemperarlas a la mentalidad social del cubano actual.

    Hoy es manejado con mucha frecuencia el término de Administración Pública, para Sánchez (2001) esta entidad no debe medirse sólo por la maximización de sus ingresos o la minimización de sus gastos, sino por la calidad e intensidad con que realice los múltiples propósitos públicos que tiene que resolver (…) tratando de alcanzar el máximo posible de bienestar general", "… promoviendo los más altos valores humanos".

    La administración pública tiene implícita la gestión pública y esta es considerada por Sánchez (2002) como el saber hacer algo por intermedio y de otras organizaciones, es el entendimiento de la compleja y delicada tarea de aceptar la responsabilidad de dirigir una red interinstitucional, osea la coordinación entre organizaciones que son formalmente autónomas pero funcionalmente interdependientes es una de las claves para conseguir la eficacia en la gestión pública."

    Para Castelazo (1979) una buena Administración Pública necesita de las continuas aportaciones de las ciencias sociales, considera que "…todo gobierno debe estar legítimamente establecido en los términos que marcan sus normas legales; por lo tanto, (…) se liga al Derecho, (…) , todo gobierno debe resolver problemas y conflictos sociales; por lo tanto,se relaciona con la Sociología (…) con la cual tiene una gran deuda (…) porque en la práctica ningún gobierno puede gobernar si no conoce a sus gobernados, también para para Simón, la Psicología ofrece a la administración pública principios que se aplican para mejorar las relaciones humanas de grupos y equilibrar la personalidad de sus componentes; al mismo tiempo.

    En la actualidad resulta indispensable para una eficaz gestión pública del gobierno, auxilio de los conocimientos que pueden brindar las diferentes ciencias sociales, como por ejemplo el Derecho en la elaboración, seguimiento y control de normativas jurídica, la Psicología y la Sociología siempre ayudaran en la identificación de las peculiaridades de los grupos poblacionales y el logro en ellos de motivaciones que los compulse e involucre en el cumplimiento de propósitos que contribuyan al logro de las políticas trazadas.

    Hoy es inevitable para dar respuestas a los complejos problemas de nuestra sociedad una integración orgánica de las ciencias, o sea el logro en la práctica de eso que la atractiva teoría de la complejidad defiende como la más efectivatransdisciplinariedad,la resultante de un intercambio dinámico de las ciencias exactas, las humanistas, el arte y la tradición.

    En las nuevas dinámicas del desarrollo de nuestro país está el tratamiento a un fenómeno social que comienza a preocupar a las máximas instancias gubernamentales por convertirse en una problemática que rebaza a las instituciones que tradicionalmente se encargan de atenuar y reducir su manifestación, es el tema del enfrentamiento y prevención del delito yla actividad antisocial.

    el tratamiento de este objetivo es hoy una prioridad del gobierno, pero el mismo ha estado marcado en buena medida por enfoques funcionalistas, es decir, la ejecución de acciones para reducir la actividad delictiva y lograr que esas conductas desviadas se ajusten a la media social, es un objetivo totalmente legítimo para cualquier sociedad, pero no suficiente desde la óptica científica, porque el enfrentamiento y la prevención del delito no pueden mantener casi invariables sus métodos y prioridades durante décadas, necesitan una renovación que vaya a la par de la cambiante conducta grupal y de la mentalidad de esa sociedad con la que se pretende hacer prevención, se requiere ajustar también esa acciones a la creciente diversidad social al interior de los barrios y las comunidades, y en ese sentido cabría preguntarnos:

    ¿Hasta qué punto conocemos sobre bases científicas las transformaciones identitarias de las comunidades cuya cotidianidad es la cultura del delito, vivir al margen de la ley pero con estrechos lazos de solidaridad a su interior que garantizan que esa cultura les sea funcional, mientras la mayoría de las instituciones sigue aplicando en general los mismos procedimientos?

    Los ciudadanos en su gran mayoría saben que es un delito, información para verlo así poseen, pero revaloran la figura del vendedor, del negociante la del administrador corrupto desde nuevos códigos que legitiman estos comportamiento y dan lugar a actitudes que protegen al individuo y devalúan al estado como representante de los intereses sociales.

    El tratamiento del riesgo asociado al delito y las indisciplinas sociales en la provincia Mayabeque ha sido objeto de atención priorizada por los gobiernos locales, el MININT y las organizaciones políticas, sin embargo, aunque se convoca a la acción integrada de todos los organismos para la concepción, intervención y seguimiento de los principales problemas identificados en las comunidades, los indicadores que evalúan estos riesgos no disminuyen y en algunos casos tienden a estabilizarse y en otros a aumentar.

    Resulta complejo obtener una caracterización detallada de los fenómenos que subsisten en las comunidades, pues en la misma hay que tener en cuenta las posiciones de los individuos, las que son asumidas desde sus percepciones sobre la interpretación o significación de un determinado fenómeno a partir de las representaciones mentales que de forma interna o manifiesta poseen en relación a un determinado comportamiento; incidiendo en esto significativamente las experiencias familiares o personales, así como los valores y tradiciones, que les pueden hacer validar como bueno lo que a otros les puede resultar detestable yse convierten en causales de riesgo social tanto en su entorno interno como externo.

    En los intercambios realizados entre la Universidad y representantes del gobierno, MININT, PCC y en las experiencias de trabajo de los estudiantes en las tareas de impacto en las comunidades y el ejercicio de la práctica pre-profesional, se manifiesta que los riesgos sociales reciben un tratamiento contingencial, emergente, que existen insuficiencias en la preparación del personal que tiene el encargo de manejar estas situaciones, por otra parte también se valora que los mecanismos instituidos para la gestión de los mismos no son eficaces y eficientes, lo que se corrobora con la insatisfacción de los resultados esperados, cuestión que puede ser atribuida a concepciones parcializadas, reduccionistas y descontextualizadas, a una gestión burocratizada, rígida, asistemática y poco innovadora; así como a la falla en los conocimientos o habilidades para ejercer la tarea por parte de quienes tienen este encargo.

    A partir de la década del 90 la realidad social cubana se ha complejizado, a consecuencia de la influencia en ella de los sustantivos cambios internacionales. La noción de riesgo se ha hecho más diversa y explícita dentro de la dinámica social debido a los ajustes que han tenido lugar durante los últimos 20 años, las transformaciones asociadas al nuevo modelo económico están acompañadas de nuevos peligros, con la inminencia o cercanía de daños potenciales que se han diversificado.

    Esto nos aproxima a la concepción de Sociedad del Riesgo de Ulrich Beck y Anthony Giddens, al menos en el reconocimiento de que la producción de riesgos en la sociedad moderna está cada vez más fuera del control de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de la sociedad" (Espluga 2001: 9) .

    Las visiones más tradicionales de riesgo, las tecno científicas, asumen una perspectiva racionalista y realista en la que prevalece el enfoque del especialista, quien tiene la misión de medir los riesgos y determinar la forma de proceder ante los mismos, para ellos el objetivo es la identificación de estos, la determinación de sus factores causales, la elaboración de modelos predictivos que enlacen diversos riesgos y el examen de la percepción, análisis y toma de decisiones en relación a las diversas situaciones de riesgo (cfFarrás, Bosch y Torrente 2001: 2.)

    Para la Sociología el tema del riesgo adopta características de problemática social, algunos enfoques enfatizan que existe una construcción social del mismo, o sea está socialmente condicionado, que depende de la percepción de los actores, es decir de los significados y de los valores movilizados para la comprensión de las situaciones. La identificación del riesgo no depende de una interpretación cuyos códigos pueden diferir en función de las personas presentes (Adam, Beck y Van Loon, 2000). (Arguello y Lavell 2001:)

    Desde esta perspectiva los diferentes grupos sociales elaboran variadas concepciones sobre la gravedad y aceptación de distintas situaciones de riesgo, así como múltiples son las respuestas y actuaciones ante cada una de estas condiciones. Esta perspectiva al ponderar las opiniones y actitudes de los sujetos complementa la concepción objetivista del riesgo al interesarse en determinar los factores que ocasionan que determinados puntos de vista respecto a los riesgos resulten dominantes en grupos sociales.

    Todo indica que el estudio del riesgo necesita ambos enfoques, la visión objetiva basada en la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno perjudicial para los individuos, grupos, instituciones y comunidades; y la socio psicológica que lo considera como una construcción social, partiendo de las representaciones sociales de los peligros y el rol que juegan los marcos socioculturales en su identificación e interpretación.

    Son las investigaciones socio psicológicas las que indican que el riesgo está socialmente construido y que el mismo depende de la percepción de los actores, es decir de los significados y de los valores movilizados para la comprensión de las situaciones, esta percepción difiere de la expertica científica (más permeada de las ciencias exactas, de lo cuántico, lo estadístico) que afirma realizar una valoración objetiva y realista de un peligro tangible y medible, y cuya ocurrencia responde a unas probabilidades establecidas, desde esta percepción tecnocrática no se toma en consideración las condiciones sociales y culturales subyacentes, de ahí la necesidad de integración de los análisis, la transversalidadde las distintas ciencias, donde las sociales o socio-psicológicasocupen un lugar un espacio en la gestión de esta temática.

    La intervención para reducir los riesgos sociales exige de responsabilidad social compartida, de un proceso de gestión que implique la participación integrada de los actores sociales implicados en la formulación de estrategias y en la ejecución de acciones que protejan y fortalezcan los recursos humanos, naturales y financieros de las poblaciones.

    Una Gestión Social del Riesgo (Thomas, 2011), se puede entender como el proceso institucional y social mediante el cual, en sentido horizontal y vertical, se articulan una serie de políticas, actores, estrategias, instrumentos y acciones que buscan eliminar, prevenir, mitigar y reducir los elementos y niveles de exposición de las comunidades frente aquellos eventos potencialmente peligrosos, a la vez que incrementa su capacidad de respuesta, frente a los mismos.

    Según el citado autor la Gestión Social del Riesgo (GSR), es ante todo, el reconocimiento y la concientización social, de que ciertas prácticas económicas, políticas, institucionales, sociales y culturales, configuran escenarios desequilibrados, excluyentes e inequitativos que exponen de forma diferencial a la población ante eventos potencialmente peligrosos, y vulneran, limitan o reducen la capacidad de afrontarlos, asimilarlos y superarlos.

    La GSR requiere de espacios de convergencia y concertación social e institucional, que permitan incorporar los diferentes estratos socioeconómicos, los diversos niveles de gestión y los disímiles sectores de interés y opinión, en la comprensión de cómo se concibe un riesgo social y los niveles de responsabilidad y corresponsabilidad social que tiene cada uno frente a ello.

    Lo antes descrito, demanda nuevas formas de gestionar el riesgo por parte de las organizaciones e instituciones responsables. El contexto actual requiere de un aparato estatal que funcione en estrecho vínculo con la sociedad, con capacidad para integrar la racionalidad técnica y política, estructuralmente flexible, funcional y horizontal para hacer posible una dinámica de discusión, apertura y creatividad, que genere espacios de participación en el propio seno del aparato y con los grupos sociales, permitiendo así, el surgimiento de acciones que se desencadenen de abajo hacia arriba o se concreten entre ambas instancias.

    Estas nuevas formas de gestionar el riesgo requieren inevitablemente del auxilio de las ciencias sociales, para que esta gestión se aproxime, se ajuste lo más posible a la realidad, según Cabrero (1997, p.73) el dilema de la administración pública en la actualidad es situarse en una dinámica de cambios en diversas dimensiones, de una forma simultánea y manteniendo una fuerza centrípeta integradora que pese al cambio no permita la ruptura y el caos organizacional.

    La situación del contexto actual nos pone ante la necesidad de provocar un cambio de visión sobre el valor, el papel y las oportunidades de actuación de las Ciencias Sociales,de demostrar que nuestras investigaciones no son mera descripción del hecho social, sino mediadoras en el estudio de procesos de toda índole, y sobre todo, nichos para alertar sobre posibles rumbos y peligros futuros para nuestro sistema y nuestra nación en su misión de lograr un socialismo prósperoysostenible.

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    Autor:

    Lic. Santiago Blanco Valdés

    MSc. M. Elena García López

    Lic. Jasiel Ferreiro Concepción

    Monografias.com

    Universidad Agraria de La Habana

    "Fructuoso Rodríguez Pérez"

    Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas

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