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Enfados (Compilación personal de textos críticos sociopolíticos y filosóficos, 2015-2016) (página 3)




Enviado por Alberto JIMÉNEZ URE



Partes: 1, 2, 3

Siempre se decía que, en su fase superior o de consolidación,
el Comunismo «cesantearía» la Institucionalidad de Estado
que sus adeptos percibían similar a un contrato fraudulento entre
dos partes: una entelequia y timados/explotados/vejados ciudadanos.
Nada de lo expuesto sucedió en países donde, mentirosamente,
se instauró. El Mundo lo ha escrito, fotografiado y filmado: la «Propiedad
Privada» devino en «Propiedad Plus Ultra Exclusiva» para quienes integran las
cofradías de civiles y militares.

Lo que entendemos por «Estado» ha permanecido, pero al servicio de burócratas.
La Humanidad contempla, perpleja, cómo los autocalificados comunistas
(socialistas ídem) restituyen la «esclavitud» y «barbarie»: empero,
cuidándose de no lucir esclavistas, motivo por el cual invertirían
grandes sumas de dinero en eso que llamo (sin sentimientos de empatía)
La Que Propaga y Anda.

Del Latín «communis» y griego «ismo», Comunismo ya no
significa (rigurosamente) lo que debería conforme a su origen. Si se
ideó con propósitos de dignificar «lo real», proscribir la «mala
vida» y elevar las condiciones de existencia de las personas proveyéndolas
de instrumentos varios para que progresaran, culminó en «acto interruptus».
No fue, es ni será una doctrina para quienes somos «comunes» (gente sin
riquezas ni privilegios que arrogar u ostentar)

La implantación del Comunismo está precedida por
una maldad infinita, que puede hibernar pero despierta cuando las luchas sociales
propician su reaparición. Los socialistas al mando de repúblicas
abusan de la quietud, dignidad, tolerancia, perdón y majestad de quienes
son «mandantes» (es decir: los soberanos) Inmisericordes, ultrajan
y aplican el Terrorismo Doctrinal de Gobierno a «esperpentos» y «desahuciados»:
devastan e, inclusive, promulgan «soluciones finales» (genocidio, desabastecimiento
masivo, parálisis de la asistencia médico/sanitaria, pauperismo
en cuanto a servicios públicos, anarquía o caos)

Es, si la metáfora lo resiste, un «tsunami» cuyo poder destructivo
hiere narrar. Su eje: el Terrorismo de Gobierno. Quienes hubieron sido
elegidos para representar al pueblo ante su institucionalidad (por
ellos refundada y expresa en constituciones) no estuvieron salvos, sino en las
miras de francotiradores. Ni siquiera los henchidos por pertenecer al Jerarcariado
Mayor Cívico-Militar
han gozado de infalibilidad. Pero, ¿por
qué? He aquí la respuesta: los comunistas no han estado
exentos de experimentar mutaciones (nadie)

En el curso de la Postmodernidad, el «Comunismo» (Socialismo)
es una ininterrumpida y vandálica acción contra todo lo que entendemos
por Civilización: ya sin trazas del pensamiento legítimo y de
sabidurías que abrieron la cavidad obscura donde, en posición
fetal, yacía para que fuese eyectado hacia la luz. No se estudia ni discute
en escuelas, liceos o universidades: se debate, frívolamente, en las
«Redes de Disociados» sin que los exiguos polemistas («raras avis») sepan o
entiendan algo sobre lo bien o mal intencionado que fue o es su parto. Sus metamórficos
propulsores parecen nada novísimos conversos hacia la «Extrema Derecha»:
expresión que les produce escozor en la boca, ello por acusadora. Los
delata. Si de otros cualquier barbaridad dicen, de ellos mismos lo hacen. Más
tarde enunciaré sobre lo que pienso significa ser de derecha:
«Esa»/«Ella», La Sempiterna Viuda.

(XXXVI)

¿QUÉ ES UNA REVOLUCIÓN? (2016)

(Su «etimología», «tretas de juego» y «caradura del prontuariado»)

«Algunos historiadores falsifican la Realidad, los políticos
pretenden confiscarla para torcerla, ciertos sociólogos intentan forjarle
una estructura teorética para justificar las luchas fratricidas entre
societarios, los psiquiatras ven en cada individuo a un desquiciado ciertamente
en potencia, los científicos la someten a experimentaciones y los escritores
fabulamos para olvidarla a veces pero otras con propósitos de enmendar
los suplicios de las personas que ella -inmisericorde como quirurgo forense-
muestra»

En el curso de toda ordinaria «Caradura del Prontuariado», quienes en
el ámbito político fastidian no inventan una nueva revolución
u hoz con martirio: sólo dicen que la hacen porque ellos
son «revolucionarios» a causa de su patogénesis o «sufrimiento primario»
y -sin previo anuncio- emprenden hostigamientos contra las clases sociales comprometidas
con el auténtico progreso. Impulsar una revolución
(«revolutum») es iniciar, literalmente, giros para mover algo o evitar
el aburrimiento, esto último en palacios donde los parásitos de
gobierno vampirizan la Tesorería de Estado (Un objeto esférico
gira sobre un eje invisible aunque igual puede trasladarse hacia cualquier parte,
sin dejar de rotar, como nuestro planeta
)

Cuando los sistemas políticos del pasado requieren transformarse
para ser corregidos y no generen padecimientos a la Humanidad, entonces
se presume que  necesitamos aplicarles «revoluciones» para moverlos hacia adelante.
Avanzar es el fin supremo de toda organización social. Dale mayor velocidad
al motor de un gobierno y verás que los ciudadanos progresan. Jamás
aceptaré la publicitada tesis según la cual ciertos regímenes
explícitamente totalitarios (se ajusta más a la realidad
calificarlos de ese modo y no «autoritarios») hayan sido o sean revolucionarios.

Que alguien me refute e infiera las razones por las cuales está
persuadido que la masacre con guillotina (Grande Peur, impulsada por
Maximiliem de ROBESPERRE) fue un signo de progreso en París, allá
donde se presume que los hombres más inteligentes del momento  idearían
una profunda y beneficiosa transformación social (1789-1799). Tal vez
no se equivocó Georges LEFEBVRE al escribir que la Asamblea Nacional
Constituyente de Francia
firmó el Acta de Defunción del
Viejo Orden Feudal,
pero el vandalismo como acto de novísimo gobierno
que le sucedería no tuvo nada de «humanista» y por ello no admito se
le califique como «revolucionario».

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
(Agosto 27 de 1789) no necesita de la Sala de Interpretación
Bufonariada
de nuestro tiempo en Venezuela, esa que proscribe el Derecho
a la Protesta y demás «[…] porque no son conceptos absolutos […]»:
la Libertad (física, de opinión, prensa y conciencia), Igualdad,
Propiedad, Seguridad, Fraternidad, Solidaridad, Resistencia a la Opresión,
Presunción de Inocencia e Irretroactividad de la Ley son imprescriptibles.
Los conceptos de Ilustración y Soberanía Popular
que impulsaron la abolición de «feudos», «servidumbres personales»
y «diezmos» característicos de una monarquía no han desaparecido
en el Mundo (mucho menos en Latinoamérica). Las vilezas y crímenes
de costura monárquica no extinguieron con la muerte de Luis XVI ni con
la irrupción  de Napoleón BONAPARTE en la Francia estigmatizada
por la agitación política permanente, pena capital, desigualdad
social, miseria y guerras (por ambición de conquista, arrogancia militar
y mitomanías)

Con mostachos, calvas, boinas, charreteras, pantalones, faldas o no,
la América Latina ha parido degeneradas e iguales varones que
portan un virus letal: cuya cepa es mutante y muestra resistencia a los antibióticos.
Por ello, hoy padecemos lo que llamo Caradura del Prontuariado: que
a veces igual defino Dictadura de Bufonariado.  

(XXXVII)

VENEZUELA ES UN PAÍS FALSIFICADO POR SODOMITAS
(2016)

«Un día sodomitas irrumpieron, con permiso, en
una república que creímos patria para falsificar la identidad
de sus nacionales. Ahora nadie sabe quién es, cuáles sus valores,
derechos y deberes, aspiraciones, necesidades de subsistencia o destino: empero,
si sus preferencias sexuales»

La «violación» no es una categoría epistemológica
ni «contrato social» que deba discutirse, filosóficamente, en claustros
situacionales de juristas, académicos y síndicos u obligarse cumplir
en circunscripciones judiciales a favor de la coexistencia pacífica entre
ciudadanos con arraigo territorial. Es una acción inicua que devino en
«acto de fe» para quien la profesa aun cuando comporte invalidez en materia
de humanismo, tanto como cualquier arbitraria interpretación
de eso que enciclopédicos a veces justifican virtud al «espíritu
de las leyes», «jurisprudencias archivadas en despachos de tribunales» y propósitos
de «constitucionalistas vivos o extintos»: ello sin menoscabo de sus cuestionables
o ejemplares reputaciones en asuntos morales.

Nada semeja más a una insufrible abominación que
un sistema político-económico que subyuga, sojuzga y obliga a
nacionales propugnar o fomentar sus presuntas bondades, y frente al cual sodomitas
predican credos macabros mientras a penitentes «ultrajados» (por miedo o estupidez)
les resulta complicado fingir gozo o intentar enmascarar que no quieren proseguir
víctimas.

La «Aldea Universal» mira cómo portadores de mavita han
exterminado gentes, saqueado los recursos de mórbidas naciones y quebrado
la percepción del «Principio Inmutable del Bien» para forjarse mesiánicos
e inimputables: luego destacan y se exhiben con distinciones conferidas por
la Institucionalidad del Mundo, enfadándome.

Tras ninguna acción judicial (de «penal e internacional corte»)
o mediante «enmienda popular», el «violador» no podría maquillar su canallesca
imagen: pero, no transgrediere siempre que consumare su disfrute en «condiciones
de ardor correspondido» por estultos de los cuales se presume presas de la opresión
u ofendidos.

Venezuela es un país consensualmente falsificado por sodomitas:
donde los (todos) novísimos miserables por decreto rehusamos
admitir cuanto fuimos: empresarios, docentes, obreros, desempleados, administrativos,
científicos, artistas o intelectuales de una nación salvable que
pudo corregirse sin necesidad de conferirle investiduras a delincuentes confesos.
Hoy, cuando un foráneo o ciudadano camina por las calles, ve millones
de mansas personas en decúbito: que todas reciben, por servicios electorales
prestados, sistemáticas «falotraciones». No duden que de ellas -persistentemente-
prorrumpan plagas-descendientes.

(XXXVIII)

LUXFERO BENDIGA A QUIENES FUMIGARÁN LAS EXCRETAS
DEL IMPUTABLE GOBIERNO TERRORISTA VENEZOLANO (2016)

«Algunos piensan que Luxfero es el Demonio,
empero, sostengo lo difaman por lógicamente temerle. Lo conozco de
trato y comunicación: y, cada vez que me convida platicar, sólo
lleva una luz mediante la cual ilumina ese túnel que juntos recorremos
en busca de
sátrapas a la Humanidad lesivas»

El Jerarcariado Corrupto» del Gobierno Terrorista Venezolano no tuvo
que mirar muchas películas sobre la vida de afamados mafiosos para imitarlos,
porque cada persona nace con algún talento (torcido o no) que rápidamente
desarrollará para exhibirlo. A edad temprana, nuestros írritos
e ilegitimados torturadores mostraron vocación para convertirse en «signori
di tutte le cose». Fueron exitosos durante cierto tiempo, y lo digo porque convirtieron
el ejercicio del mando político en Corporación Transnacional
para la Comisión de Actos Aborrecibles.

«The signori di tutte le cose Company» tuvo a la «Viuda Chechaca» (cheguevariana
opulenta
) en Argentina, ya caída por la voluntad del pueblo; pero,
todavía a poderosa escoria en Brasil que (sin dignidad) se resiste a
ser «imputada» y al aborigen cocalero que arroga de Tupac AMARU en Bolivia.
Esa poderosa organización industrial del crimen tiene registros notariados
en The Empire State, «paraísos fiscales» de Europa, también
caribeños y «bancos de dudosa reputación» en Ultimomundano:
donde fue urdida por quienes «recibieron un mandato» que no para devastar
nuestra república y otras tras exportar su Metodología Criminal
Totalitaria.
Primero, debieron «jurar obedecerían y harían
cumplir la Carta Magna y Leyes de la República de Venezuela»:
un documento guía que contiene los principios fundamentales de un Proyecto
de Gobierno Constitucional
a favor de los ciudadanos venezolanos y el fortalecimiento
jurídico/financiero/militar del país.

Desde la Asamblea Nacional, las mujeres y hombres que a partir
del 05 de Enero 2016 asumen el «mandato constitucional» que los venezolanos
les hemos concedido tienen la ardua tarea de propugnar soluciones a problemas
gravísimos: pero también fumigar lo corrompido y esterilizar los
instrumentos quirúrgicos de las demás instituciones del Estado
Venezolano,
explícitamente contaminadas por The signori di tutte
le cose Company.
Esa organización que, la víspera, envió
«colectores» de pruebas incriminatorias de sus delitos capitales al Departamento
Administrativo de la AN.
Apresurados, aprobaron írritas leyes orgánicas
para desvirtuar las funciones y deberes de quienes están frente al Banco
Central
y nombraron novísimos mercenarios para impartir injusticias.

NOTAS.-

[01] Estoy persuadido que Calígula es el arquetipo de
los (mediante tropas y violencia de civiles por paga militantes) agigantados
mandatarios de Las Américas.

[02] El poder es convención, un supuesto en el Cosmos,
cuyos nexos son «de artificio».

[03] Mítico y todopoderoso por desalmado militar venezolano, en
mala hora parido pero ajusticiado por un David cuando pretendía ejercer
sempiternamente el Poder de Mando en el país que devastó.

[04] José Manuel BRICEÑO GUERRERO fue un destacado escritor
y filósofo venezolano. Formó parte del Profesorado de Universidad
de Los Andes
(1929-2014)

[05] Me refiero al infame Luis BRITTO GARCÍA.

 

 

 

Autor:

Alberto Jiménez Ure

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Partes: 1, 2, 3
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