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Hacia la transformación de la institución escolar pública (Colombia) (página 9)




Enviado por JUSTO AMAYA



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Capítulo 3:

El Profesor como Lector Profesional y Pedagogo

La pedagogía es un acto político y valeroso… a veces se convierte en una quimera, que choca contra las raíces insospechadas del destino… (El Autor). El maestro al tomar una postura ideológica, desde la dimensión de la pedagogía, está ejerciendo su ciudadanía política en la escuela, y desde allí, en la sociedad y en todo lo que ella incorpora. (El Autor).

Este capítulo establece los aspectos pedagógicos de la docencia dándole importancia a dos dimensiones del actuar docente en la escuela: la concepción política del maestro sobre el ejercicio pedagógico y la lectura como un recurso ineludible para que tanto enseñantes como aprendices ejerzan plenamente la ciudadanía. No es posible, pues, desligar lo uno de lo otro y en este escenario el maestro se cataloga como un actor principal. Más es preciso tomar al profesor a manera de referente en calidad de promotor y gestor de la lectura escolar, responsabilidad que además de incumbirle al cuerpo docente en general, recae principalmente en el enseñante de español y literatura, experto en el tema, que serviría de motor de arranque y animador permanente de los procesos lectores en la Institución Educativa. Ahora bien, todo ello se contextualiza mediante el ámbito social de la pedagogía y la didáctica, en donde se instalan las dos competencias esenciales de un profesor contemporáneo: su experticia en el dominio y gestión de las TIC y el papel que necesariamente debe asumir como investigador pedagógico a nivel escolar. En otras palabras, una docencia apoyada en un enfoque social del magisterio, que se materializa a través de la lectura, en un contexto cultural, se torna en una acción cuyo sentido trasciende los límites de las programaciones orientadas por los Estándares Curriculares del MEN, los que si bien es cierto prestan una gran ayuda, no pasarían de ser elementos bibliográficos de obligatoria consulta para el profesor. Cabe manifestar, finalmente, que nuestra propuesta del maestro-investigador, se tendrá que hacer realidad en un futuro mediato, si se pretende que los bachilleres de los colegios públicos sean verdaderamente competitivos y educados,(IDEP, 2008 y 2009; Jurado Valencia, 1988; Stenhouse 1998 Niño,2011).

  • El profesor como ser político

  • Plano político

El estudio del IDEP (Londoño R. 2011: 198), arroja algunos resultados significativos, acerca del tema de la referencia:

La influencia que históricamente ha tenido la izquierda en los sindicatos del magisterio colombiano se manifiesta en la proporción de docentes que se consideran de izquierda y centro-izquierda (21,1%)… proporción tres veces mayor que la de los colombianos de las cabeceras municipales y del Distrito Capital de Bogotá que comparten esa posición (7,8 y 6,5%, respectivamente). En cambio, una pequeña minoría se declara de derecha y centro-derecha (3,2%)… Y aunque el magisterio es un gremio politizado, no son pocos los docentes bogotanos que dicen no tener preferencias políticas (43,7%)… La polarización partidista histórica en nuestro país es notable, sobre todo, cuando se pone sobre el tapete la confrontación entre derecha/izquierda, azul/ rojo, oligarquía/pueblo, creyente/ateo, etc. En relación con el magisterio esta situación se replica en varios grados, de acuerdo con el contexto, en tres escenarios: el sindical, el educativo y el social. En el sindical las diferencias por los favoritismos políticos causan enemistades, diferencias profundas, e inclusive agresiones entre los maestros incluyendo los directivos docentes. Ejemplo de ello son las diversas actitudes y posturas ante el sindicato, o los paros del magisterio, con la asistencia a plantones, caminatas, circuitos o asambleas, de donde se originan dichas divergencias porque algunos maestros asisten con beligerancia y otros siguen en el colegio, en clases. El educativo se dirige a lo que sucede en los salones de clase, espacio que es aprovechado por algunos para efectuar proselitismo político que se convierte en una imposición del maestro, sin dar opciones a que los alumnos disientan y piensen lo contrario, mediante argumentos que serían convincentes en otros lugares.

No obstante, hay otro grupo de enseñantes que con honestidad abre el espectro de la diversidad política desde la historia económica colombiana, trámite tan valioso en la intención de reconocerse como ciudadano y demócrata practicante. En este plano el escolar empezará a construir su conciencia socio- política, a la postre una de las misiones de la escuela y particularmente del Área de Sociales.

Por último, el plano social se orienta a las decisiones políticas del profesor en el plano familiar, comunitario y subyacente o auténtico que desplaza por ejemplo el discurso social, mediante una aproximación a los enfoques tradicionales del bipartidismo histórico y anquilosado en el país, sin que esto signifique un desconocimiento de un gran grupo de maestros cuya conciencia política demócrata, autónoma y social, manifiesta en los tres espacios anteriores, les otorga una autoridad moral inobjetable para orientar a la comunidad educativa, por el camino de una praxis crítica y ciudadana.

A la complejidad señalada habría que sumarle los porcentajes de la cita textual que ahora nos ocupa126, en donde se observan unas tendencias extremas: docentes de izquierda o centro izquierda, 21, 1%; una minoría de derecha o centro derecha, 3.2%; sin preferencias políticas, 42.7%. Es, pues, preocupante, el contraste tan notable entre las dos tendencias históricas de la política, sin que medien otros favoritismos que impliquen una interpretación de la encuesta orientada hacia una verdadera apertura democrática del magisterio, hecho que se comprueba con el porcentaje de los maestros aparentemente apolíticos ( 42, 7%, cfr. cita anterior). Ahora bien, esta última cifra permea en gran medida el marco pedagógico de la escuela, si se tiene presente que la conciencia crítica y estructurada de los maestros en el ámbito de la democracia, no sólo reivindican la identidad profesional del gremio, sino que le aporta a la sociedad los cambios que reclama con urgencia. Esto sin señalar que la educación de los escolares actuales exige que alguien les prodigue la brújula adecuada, con el fin de que hagan realidad su proyecto de vida con el que logren un bienestar social, asentado en una suficiencia crítica, argumentativa, cognitiva y enciclopédica.

Ahora bien, es indispensable que la escuela implemente una cultura política que al empezar por los

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  • 126 Como ya se dijo los datos corresponden a 2011, pero esta es una tendencia prevaleciente en el marco del análisis que ahora desarrollamos (2016). Además, valga enfatizarlo, si no fuera por el concurso de la empresa privada (v.gr. Universidad de los Andes) o estatales, algunas con capital mixto, por fuera del sector educativo (DANE, FEDESARROLLO, Cámara de Comercio), los datos estadísticos, producto de estudios investigativos sobre educación, serían precarios o francamente inexistentes. Lo anterior obedece a que el campo oficial educativo, pese a algunos esfuerzos esporádicos de entidades como el IDEP en Bogotá, está histórica y estructuralmente politizado.

docentes se extendería a los escolares y desde aquí a las familias de los mismos. Esta cultura se entiende como el hecho de aplicar una mente reflexiva a la realidad colombiana desde el respeto, la comunicación asertiva y la conciliación como herramientas indispensables para convivir en la diferencia. En esta órbita es preciso decir que la dialéctica se torne en una dinámica que promueva la sana discusión con el propósito de conseguir objetivos comunes de acuerdo con el horizonte institucional de la escuela. No es provechoso para la salud del colegio, ver maestros que nunca más se vuelven a comunicar y que se hacen la vida social y académica más complicada de lo que resulta actualmente, todo ello motivado porque uno no fue al plantón convocado por el sindicato y el otro sí lo hizo; o porque el primero pertenece al decreto 2277 y el segundo al 1278; o lo que es aún más inquietante en un recinto educativo, debido a que este maestro tiene una ideología conservadora o liberal sin que los argumentos sociales pierdan vigencia y aquel una de izquierda radical. Es urgente, entonces, incentivar el diálogo con argumentos ciertos pensando en la misión fundamental de una Institución Académica: educar a los niños, adolescentes y jóvenes, que por obra del destino no tienen otra oportunidad de surgir en la intrincada vida de hoy. Este espacio se ciñe a un marco democrático, civilizado y culto, lo que indiscutiblemente corresponde al accionar escolar que pretende la Ley General de Educación.

No obstante, la exposición anterior, para este tipo de encuestas y con el objetivo de disminuir el sesgo o la desviación de las respuestas, es indispensable aplicar las dimensiones cualitativas de la investigación etnográfica: la conversación colectiva, la observación participativa, las escrituras culturales, las respuestas de triangulación, etc. Por ejemplo, sería interesante encontrar la definición representativa de los sentidos que contienen conceptos como la política de izquierda, de derecha, abstencionismo, democracia, educación, etc, con el fin de identificar la ideología diversa y auténtica de los docentes, muestra útil en el camino de construir los modelos pedagógicos institucionales.

Pero, indudablemente, el proceder descrito toca a la comunidad educativa en su integridad, es decir al mismo estatus del magisterio, lo cual no se puede desconocer. En esencia nuestra tesis se dirige a enfatizar en que el maestro al tomar una postura ideológica, desde la dimensión de la pedagogía, está ejerciendo su ciudadanía política en la escuela, y desde allí, en la sociedad y en todo lo que ella incorpora.

  • Plano pedagógico

Es evidente que toda decisión pedagógica abarca una connotación política, p.ej., conductismo: dictatorial; constructivismo: desarrollista; problémica: crítica y revisionista; cultural: progresista y comunitaria; participativa: democrática. Un caso concreto se da cuando el maestro que compromete al escolar con la comunidad local, en su calidad de gestor de la danza o del teatro como medios para desarrollar la identidad del discente con su contorno y así con su país, es un sujeto con una conciencia política fundamentada en lo cultural, para desde este plano llevar al alumnado hacia las dimensiones cognitivas y axiológicas de la educación.

Veamos otro ejemplo relacionado con una decisión pedagógica participativa.Una de las estrategias para operar la concepción educativa anterior, radica, por ejemplo, en que el maestro de Español sea el promotor de un criterio del lenguaje y la comunicación acorde con la recientes teorías de la Etnolingüística, la Lingüística Cultural, la Semiótica, la Neurolingüística, la Teoría Socio-Política del Discurso, la Teoría de la Acción y la Pragmática, todo ello ubicado en un ámbito multimedial, con la misión de educar para el éxito en la vida, la búsqueda de la felicidad, la paz y la democracia. En este escenario, es indispensable que el proyecto lector construido con la versión del lenguaje descrita, permee todas las asignaturas del pensum escolar. Es decir, que la docencia del lenguaje, pasa de ser un sistema didáctico estacionado en la clase de Español y Literatura, a modificarse en un "modus operandi" de las tareas pedagógicas diarias en la escuela y el docente de esta asignatura es uno de los inspiradores de la afirmación entre comillas. Aquí se expresa, entonces, una concepción política de la pedagogía, lo que implica situar la promoción del lenguaje y la lectura, en la perspectiva de conseguir la formación integral del estudiantado para que asuman una ontología democrática insustituible en la escuela actual. De manera equivalente, se debe plantear con las demás áreas o disciplinas del pensum escolar.

Indudablemente, la dimensión pedagógica del maestro incorpora otros aspectos que desplazan lo puramente didáctico hacia el contexto de su trabajo diario en el salón de clases. En este asunto las variables se multiplican, sin embargo invocamos dos situaciones significativas: la identidad democrática del educador, y su visible incertidumbre, característica relevante de la sociedad contemporánea.

Identidad democrática

"Algunos investigadores han constatado la configuración en las últimas dos décadas de lo que podemos denominar un maestro democrático: esto es, un maestro que reconoce a los estudiantes como sujetos sociales, activos y participativos, y empeñado en generar, por medio de los PEI, los manuales de convivencia y el gobierno escolar, una "cultura democrática en la escuela" (Aguilar y Betancourt 2001: 237). Es decir que el plano del subtítulo se despliega tanto dentro como fuera del aula, puesto que se cataloga como un estilo de vida y de comportamiento127.

A la referencia precedente habría que agregarle: " un maestro que reconoce en sus colegas profesores y directivos docentes a sujetos reflexivos, responsables de su labor asignada por la sociedad y seres políticos con pensamiento divergente, a quienes hay que respetar por su investidura pedagógica, pero ante todo exigir normas de convivencia y concertación". En este punto cabría el término de la cultura ciudadana (Concejo de Bogotá, Proyecto de Acuerdo 012 de 2013, IDCC), a manera de estrategia para desarrollar la pedagogía democrática en el ámbito de la escolaridad.

La incertidumbre

Por otra parte la incertidumbre se relaciona con el contexto social de un mundo cambiante, producto de una crisis que indudablemente conllevará a una regulación al interior de los sistemas socio- políticos y económicos. De esta manera, el maestro se enfrenta al mismo concepto de cultura, como un bien comunitario que todos poseen pero que al mismo tiempo abarca la contrariedad y el encuentro entre una cultura popular y otra culta o canónica, hacia a donde es necesario, por la normativa imperante, conducir al alumnado a su cargo.

Otras tensiones son: 1- La metodología prescrita de la evaluación, versus la realidad que encuentra en los salones de clase y en contraste con su propia concepción de la evaluación del rendimiento. 2- La pedagogía ahora focalizada en el cómo aprenden los estudiantes, desde una perspectiva cognitiva

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  • 127 Dentro del aula el maestro propicia su concepción política de la pedagogía, a través de la creación de ambientes de aprendizaje, participación del alumnado en el gobierno de la clase (o microsociedad), el tipo de comunicación que difunde y el desarrollo didáctico de la evaluación y de las competencias cognitivas, éticas y ciudadanas.

o didáctica y por supuesto la intromisión tecnológica en la educación, que abrevia, debilita o renueva el discurso pedagógico del maestro. 3- Los cambios sociales orientados a una concepción distinta de la familia y de la relación de pareja, lo que constituye una conformación de la familia que interpela las normas tradicionales de la moral y la ética. 4- El hacer cumplir el Manual de Convivencia, o por el contrario asumir una actitud discreta para no tener que declarar en la Comisaría de Familia u otras entidades judiciales. 5- Exigir un aprendizaje de calidad, en oposición a enseñar lo mínimo y más sencillo (distraerlos) para que todo el alumnado apruebe la asignatura y no tener que acudir a la coordinación porque los padres de familia lo acusan de inhumano o "irrespetuoso" con sus hijos, etc.

No obstante, no se podría dejar pasar por alto la vida social y comunitaria del profesor que genera nuevas tensiones al interior de su trabajo diario en el aula. Por tal motivo, el plano político de la pedagogía se define como un sustrato complejo que se desprende de la concepción real de la democracia y de la capacidad de gestión de la incertidumbre, eventos que indudablemente el "Licenciado" habrá abordado en la escuela experimental anexa a la Facultad de Educación, de acuerdo con nuestra propuesta. A lo expuesto se le debe añadir la relación insoslayable entre el hecho pedagógico y la competencia emocional, en un esquema comunicativo interactivo.

Una nueva incertidumbre radica en decidir si salir de una órbita tradicional como sujeto expositor del conocimiento ya efectuado, consideración explicada antes, en oposición a impulsar la revolución educativa, mediante una gestión crítica del conocimiento, con la idea de formar ciudadanos igualmente pensantes y reflexivos, con unos saberes pertinentes y competitivos, cuya impronta sea la de alcanzar su dignidad, respeto y proyecto de vida, situándose en las esferas políticas o económicas, con una mayor repercusión en el desarrollo del país. Por consiguiente, esta gestión se dirige a que el maestro entienda la necesidad de examinar las actuaciones pedagógicas con el fin de tomar las decisiones del caso, desde una mirada crítica de los discursos académicos, disciplinares y sociales, para modificar la realidad social:

La realidad social…que se configura a partir de normas de comportamiento negociadas o frecuentemente impuestas queen su origen son esencialmentediferentesdelasleyes naturales. La realidad social es unproducto humano y como tal no está sujeta a leyes inmodificables sino a grandes tendencias institucionalizadas de comportamiento que varían con el tiempo y con las diferentes culturas. El mantenimiento de estos marcos institucionales depende de la posibilidad de imponer un orden al comportamiento lo cual generalmente lleva implícito que deban aceptarse intereses sociales de grupos específicos, que se presentan como depositarios del bien común y se validan y perpetúan como tales.128

En conclusión para hablar del ser político magisterial, es oportuno determinar el componente que, a nuestro juicio, es el de mayor validez y que se basa en su accionar pedagógico y desde aquí en su práctica o creencia sobre la importancia de la lectura en pos de formar los ciudadanos que Colombia necesita actualmente.Además, dicho componente se relaciona con el marco ético de la profesión docente que le exige al maestro "principios y valores"(Art. 39 del decreto 1278) e"idoneidad académica y moral" (Art. 40 IBID.).Innegablemente una definición de la política apoyada en el marco antes citado, sería una metodología apropiada en el ideal de preparar bachilleres realmente educados,lo que implicaría marcar una diferencia notable con la práctica corrupta de la política "profesional", la que según se afirmó en otra sección, se torna en un rasgo cultural de la idiosincrasia de las naciones latinoamericanas.

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  • 128 Bonilla Elssy, et. al (1997). Más allá del dilema de los métodos. Edit. Norma, 1997, pg. 36.

 

Trabajar según un modelo educativo

Por otra parte, es preciso subrayar la necesidad de que el maestro trabaje de acuerdo con un modelo educativo personal, que sin deslindarse del horizonte institucional manifieste el desarrollo de su proyecto de vida laboral y profesional. En este enunciado, habría que considerar hasta qué punto el profesor fundamenta su trabajo pedagógico, sobre principios intransferibles y hasta dónde los puede modificar a la luz de la evolución socio-educativa, no sólo científica, sino ante todo, práctica. Inequívocamente existen, como en todas las profesiones y actuaciones ciudadanas, unos criterios o argumentos que constituyen el sustento epistemológico de cada campo del saber, y que aquí corresponden a la labor educativa.

Dichos principios, articulados con el modelo mencionado antes, se sitúan en torno a educar, transformar, investigar, leer, escribir, dignificar, ser persona y profesional, trascender mediante un proyecto de vida, dar testimonio, reflexionar y criticar para cambiar, ser ético y competente, exigir respeto, cumplir sus deberes y buscar una óptima calidad de vida, hacer valer sus derechos personales y constitucionales; que conforman la personalidad profesional del maestro, y que por lo tanto son inmodificables. En consecuencia, el hablar de modelo educativo, no se refiere a si es un mediador estructuralista, conductista, constructivista, etc. sino a si el educador tiene claras y precisas las respuestas al para qué o por qué educar, lo que en últimas, constituye la cosmovisión o metafísica de la pedagogía. Es bien sabido, que la incoherencia entre lo dicho y lo actuado es una constante social, que se observa desde los niveles más altos hasta los más bajos, en sectores como el de la política (principalmente), la justicia, y la sociedad en general. Los maestros, pues, conforman el gremio que por naturaleza le corresponde fundamentar un modelo educativo coherente basado en el aprendizaje instalado en el alumno, quien descubre, comprende y aplica, a través de un desarrollo cognitivo experiencial y moral , todo ello irrigado por los principios intransferibles del profesor, con los cuales ofrece un testimonio formativo de mayúsculas proporciones ( Bruner, 1990; Ausubel, 1983; Kohlberg, 1992). En este transcurso se despliega una labor docente que se origina en un estilo de vida personal, con base en la coherencia entre lo dicho (su conciencia pedagógica) y lo actuado. Así habrá un mayor sustento práctico e ideológico, para exigir reivindicaciones magisteriales, como por ejemplo, que su profesión ocupe el primer lugar, en salario y bienestar social, como sucede en Corea, Singapur o Finlandia.

Mientras se siga con la idea de que el objetivo laboral del maestro es "enseñar una materia", la escuela continuará ocupando un lugar secundario en la sociedad, en tanto no cumple con su misión más valiosa cual es la de educar para transformar a la persona, y así, a la sociedad actual.

Lo planteado hasta aquí respecto al ser político del profesor se resume en seguida:

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Esquema No. 4: El docente como ser político

  • El hábito lector del profesor

  • Promoción de la valoración lectora desde la universidad

Es básico que en la Facultad de Educación (profesores, directivos, personal administrativo… recursos), se llegue a un convenio registrado en el acta respectiva, orientado a fundar en los estudiantes la impronta de la valoración, el hábito y la postura crítica frente al acto lector. Para lograr este objetivo, es imperativo acudir a la pedagogía como recurso imprescindible de la enseñanza, para lo cual se necesita, desde la universidad, replicar en los colegios a directivos y maestros lectores, con el fin de que estos actores expresen el lenguaje del testimonio, la intertextualidad y del desarrollo cognitivo; procedimientos que subordinan tantas clases enfocadas en el "magister dixit", proveedoras de informaciones inútiles, descuidando la intención educativa relacionada con que el ciudadano actúe con autonomía política y sepa resolver los problemas que la vida le presenta.

Desde este razonamiento, es más valioso que el maestro escolar establezca un diálogo conciliador, pero con carácter, como forma comunicativa preponderante en su tarea pedagógica, buscando educar a través de la promoción del conocimiento es decir de la lectura. Un maestro que nunca traspasa las barreras del plano científico y erudito de la disciplina que orienta, y no permite que los alumnos comuniquen sus preocupaciones, dificultades y puntos de vista, sobre los problemas que aquejan a la sociedad y a ellos mismos, se convierte en una fiel imagen del dictador de clase, cuya labor, en últimas, es intrascendente para sus "contados escuchas". Una comunicación dialógica establece un ámbito propicio para la implementación de una lectura significativa.

Sin embargo, para que lo anterior sea una realidad, es indispensable que desde la universidad, el profesor de una Facultad de Educación sea el vivo ejemplo de la pedagogía que enseña. Por consiguiente, en este escenario, en cambio de demostrar su sabiduría, tiene la responsabilidad de formar a sus discípulos como lectores y escritores habituales (no sólo en Humanidades, sino en todas las unidades académicas), dinámicas que constituyen las estrategias vertebrales de las clases correspondientes, para que ello se incruste en la vida personal de los licenciados, según lo veremos más adelante. En consecuencia, "en el aula universitaria puede proponerse un trabajo en el cual el texto literario sea el protagonista y eje articulador de los procesos de lectura y de escritura de nuestros estudiantes"129. En este sentido, el docente universitario de una licenciatura, se debe distinguir por ser el propulsor de la pedagogía, operada en la didáctica de la disciplina que imparte. Según nuestra opinión, una clase universitaria sustentada en un metalenguaje alejado de una concepción funcional y cultural del aprendizaje, tiende a convertirse en una información fatua e innecesaria, que aparece de manera más significativa y atractiva en la red, en donde el futuro licenciado puede nutrirse de diferentes fuentes y géneros literarios y lo que es más importante, en un ámbito multimedial. Pero lo que es aún más preocupante, es que el "Licenciado" sea el clon de la reproducción metalingüística anunciada, y que por tal motivo la reproduzca en su labor de Profesor Escolar130.

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  • 129 Pérez , Mauricio y Roa, Catalina (2010). Secretaría de Educación del Distrito. Referentes para la didáctica del lenguaje del primer ciclo. Bogotá, ISBN 978-958-8312-84-2 (Obra Digital Completa ), pg.43.

  • 130 No se está demeritando la formación disciplinar universitaria del docente, sino se insiste en que allí se funden dos principios neurales de la gestión académica: 1- Explorar la educabilidad de las ciencias y desde tal perspectiva adelantar los programas de enseñanza. 2- Priorizar la pedagogización de las disciplinas, pues no se trata de preguntar: ¿Si no sabe Biología, qué va a enseñar? (desde un plano informativo). Más bien se debe interrogar: Si no sabe enseñar, ¿ Qué va a hacer con los conocimientos adquiridos en Biología?.

  • La vocación del profesor escolar como lector profesional

Véase la siguiente referencia: "…los niveles de lectura de los maestros son incluso más bajos que los de la población bogotana en general,… y el uso que hacen de Internet es muy básico: correo electrónico, chat y búsqueda de información…su cultura literaria es escasa…sorprende que tan sólo un 14% disfruten del cine". (IDEP, Londoño R. et.al., 2011: 265). Indudablemente, este panorama tenderá a mejorar, en tanto las condiciones laborales y económicas del magisterio se ciñan a la pretensión contenida en el subtítulo. Por ejemplo, es preciso resolver la proporción resultante salario del docente versus el costo de un libro (que importado, es de los más costosos en América Latina). No obstante, mientras tanto, es recomendable empezar con las siguientes acciones, para el caso de Bogotá:

  • Efectuar un convenio inter-institucional entre la Secretaría de Educación y las bibliotecas públicas, privadas y universitarias, con el objetivo de que los maestros aprovechen de manera gratuita el servicio actualizado que allí se proporciona, para que el maestro lea en casa o en cabinas especializadas dispuestas en las bibliotecas indicadas, sobre todo en lo correspondiente a los maestros- investigadores, a quienes se bonificará según nuestra propuesta.

  • Partiendo de la presunción respecto a que un lector experto, es un escritor potencial con vocación, es necesario que el IDEP inaugure una editorial democrática131 (sin contaminación politiquera) para los maestros. En este escenario el organismo nombrado tendría la función de asesorar, editar, publicitar y distribuir las producciones intelectuales del magisterio. Naturalmente, habría que determinar un cambio de mentalidad, contraria a la explotación comercial del producto ofrecido, al considerar que las escrituras pedagógicas desde la experiencia constituyen un sustrato esencial en vía de encontrar la calidad educativa.

Al seguir la línea de la lectura, es preciso manifestar que el maestro de Español y Literatura (y los demás profesores), además de poseer la "vocación" para serlo, tiene un largo trayecto intelectual por recorrer, a través del hábito y la necesidad de leer, no sólo los clásicos iberoamericanos, sino los textos literarios que han sido llevados al cine, la televisión o la cultura popular. La vocación apunta a un profesional de la docencia, crítico de la situación social, participante activo en la democracia escolar, constructor de ambientes de aprendizaje, investigador pedagógico experto y con un perfil personal que valora su dignidad y profesión. Vocación, no es someterse a un sistema de explotación comercial, exhibiendo una humildad equivocada manifiesta de una sociedad romántica, quijotesca y escolástica.Este tema, y en especial el de los hábitos lectores de los maestros, y su aplicación en el aula, contando con la percepción de los estudiantes, ha sido ampliamente investigado en Colombia por el Profesor Fabio Jurado, miembro del programa Red de la Universidad Nacional, a quien se puede consultar, para profundizar ampliamente en el problema que tratamos.

Ahora bien, con el propósito de fortalecer su identidad como educador post- contemporáneo, el enseñante está llamado a desarrollar, igualmente, la costumbre lectora de las revistas especializadas en educación, del periódico, en lo concerniente a los temas de política económica y de Internet, acerca de las páginas relacionadas con las investigaciones cualitativas en lectura, literatura, enseñanza de la disciplina que orienta, avances tecnológicos aplicados a la educación, en fin, los temas relacionados con su especialidad, que como la Medicina evolucionan cada minuto.

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  • 131 Sin una difusión gubernamental de la producción científica, pedagógica y socioeducativa de los maestros, se continuará perdiendo una materia prima invaluable de un gran número de docentes- escritores que no encuentran un camino que garantice una compensación económica, profesional, laboral, etc., por el trabajo señalado. Tal vez la satisfacción personal y el propio reconocimiento de la dignidad humana es la retribución que le otorga el creador del universo.

 

En breves palabras, ser maestro equivale no sólo a desempeñar el rol de lector académico, sino aún más valioso, a convertirse en lector a nivel personal y vivencial, desde el contorno familiar y escolar.132 Es decir, que además de ser un profesional de la docencia, será un profesional de la lectura, puesto que si el médico o abogado potenciales, para tener éxito, son responsables de convertirse en lectores consumados, el profesional de la educación tendrá que recorrer la misma ruta, y superarlos, más si es la persona designada por la sociedad para que conduzca al país al grupo de los países más desarrollados del mundo. En resumen, cabe decir, que el ciclo de la lectura comienza en el hogar (Ferreiro, Teberosky, 1989), continúa en el colegio, se extiende a la universidad y desde ésta, al escenario profesional, social y familiar. En tal caso, hablamos de una historia de la lectura, vinculada a quienes se desempeñarán como pedagogos escolares.

Es procedente recordar que en el plano del aprendizaje escolar, el proceso de concientización lectora no se manifiesta como un impulso emocional, sino se deriva de los ámbitos sociales y académicos por donde se han desplazado los aprendices, a través del testimonio paternal y magisterial. En efecto, si en la casa del maestro no existe la cultura lectora, en un sentido amplio, y por ejemplo no hay una biblioteca (material o virtual) al menos con los libros fundamentales de didáctica, pedagogía, de su especialidad, de la colección de revistas (p.ej. la revista magisterio, la separata portafolio, revista colombiana en educación UPN, MAGIS: revista internacional de investigación en educación- on line, etc.) y una fonoteca amplia, en donde se observe un antología musical diversa, y se evidencie un gusto por la Literatura, la Música en sus diversas manifestaciones, la Pintura o la Escultura; es poco probable que el maestro en el colegio, contagie a los alumnos de sus hábitos lectores y culturales.

  • La lectura: un testimonio del maestro

Si el motivador despliega una didáctica basada en su historia cultural (un saber erudito), al haber recorrido un camino intelectual, en donde el hábito lector y la escritura de libros relacionados con la pedagogía, la literatura o los ensayos científicos, han conformado su brújula de ruta; entonces la importancia que van a tener los procesos de lectura y escritura en la enseñanza serán notables, pues el maestro hablará desde hechos ciertos y actuará bajo un compromiso educativo y político con la lectura. No es posible, decirles con autenticidad a los estudiantes que "lean" y o escriban ensayos u otros tipos de textos, si el docente no da el ejemplo de ser un lector y escritor habitual, tanto en la escuela como en su ámbito familiar y social, según se señaló previamente. Por lo tanto, el testimonio del mediador es clave para lograr el propósito de construir un lector escolar autónomo, reflexivo, crítico y ante todo, apasionado por leer.

Lo dicho antes, quiere decir que un maestro realmente motivado por la lectura, puede fácilmente trasmitir tal motivación a sus discípulos, sin necesidad de modificar tal dinámica en una labor punitiva, sin recuperación alguna, en donde el "leer por leer" se torna en el criterio pedagógico imperante. En este sentido, la "erudición" del mediador confluye en su capacidad para presentar el tema literario experimental o tecnológico, de manera holística, es decir, que la sociología implícita en la obra o en la interdisciplina, salga a flote y se conecte con la noticia del día, o con los problemas de los adolescentes actuales. En su defecto, el maestro explica el texto de Economía Política que actualmente está leyendo para hacer pública su opinión, ante sus estudiantes de Química o Matemáticas133

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  • 132 Para que esta aseveración se pueda llevar a la práctica, es indispensable que el estado trace una política de subsidios a aquellos bachilleres con mejores resultados en las Pruebas Saber, de acuerdo con los ingresos económicos familiares y que opten por aplicar a la carrera docente. Para tal efecto, las promesas electorales de los políticos de oficio, relacionadas con destinar un porcentaje mayor del PIB a la educación, deben ser una realidad, mientras tanto, todo se queda en el papel y en el verbo apelativo de un juego por el poder, basado en ofertas que se quedan en intenciones vacías.

 

El éxito en el desarrollo de la programación de la lectura escolar atiende al criterio pedagógico que el docente tenga respecto a la lectura. Este punto de vista, y de acuerdo con Umberto Eco (1993), depende en gran medida de la competencia enciclopédica del maestro, constituida por las lecturas y experiencias culturales que haya adelantado a lo largo de su vida académica y personal. Por otra parte, para desempeñar el rol de líder intelectual en la Institución Escolar, es indispensable que el profesor se transforme en ciudadano de la cultura letrada, puesto que si un adolescente vive en un entorno conformado por padres que no le otorgan la debida trascendencia a la lectura y además asiste a una escuela en donde el promedio lector de sus profesores y directivos docentes es bajo, pues es probable que el nivel de lectura de los estudiantes también sea deficiente.

  • El maestro líder del Proyecto Institucional de Lectura

La concepción de Proyecto Institucional de Lectura asumida en principio, es la relacionada con que el estatuto o normatividad que gobierna los procesos de lectura y de estudio en la Institución Escolar a nivel pedagógico y didáctico en las clases, está incorporado como un capítulo relevante del proyecto mencionado. Desde este orden de ideas, la escuela de la era del conocimiento requiere un maestro, líder de este proyecto, que domine la pedagogía de la lectura, ostente un saber riguroso de las ciencias del lenguaje y que desde esta perspectiva esté en capacidad de adaptar su práctica docente a las necesidades, intereses, edad, pensamiento y cultura de los escolares, con el fin de replicar su labor en las demás asignaturas del pensum escolar, con la posibilidad de extenderla al resto de la comunidad educativa.Un requisito para hacer efectiva tal adaptación, es el de priorizar una visión del lenguaje que ofrezca amplias posibilidades de aplicación didáctica, como es la de su uso, sin excluir los demás enfoques del lenguaje: funcional, comunicativo, estético y artístico, lingüístico, instrumento de conversación. En palabras distintas, se trata de que el mediador, en todas las asignaturas del plan de estudios, se traslade desde una clase en donde exista una concepción funcional y estructural del lenguaje, a otra con un enfoque semiodiscursivo y pragmático del mismo, (Reyes, 1990; Jurado V. F.; Pérez A.; Bustamante, G, 1998).

Luego de que el profesor de la referencia (o equipo interdisciplinario de lectura) enfatice en un enfoque del lenguaje, con la intención de gestionar por esa línea, el proyecto de lectura, es indispensable que sepa racionalizar las dinámicas institucionales lingüísticas, cognitivas, interdisciplinares y sociales de la lectura. Obviamente, en todas ellas una constante será la de establecer un espacio lúdico y cultural, cuyo objetivo es el de que los chicos disfruten, valoren y adquieran el hábito de la lectura. A continuación explicamos cada una de dichas actividades, enfatizando en que el Proyecto Institucional de Lectura no sea un trabajo dispuesto sólo para unas fechas desarticuladas de las prácticas pedagógicas de las disciplinas, sino que pase a ser una práctica de enseñanza transversal en las asignaturas del plan de estudios, en la Institución Escolar.

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  • 133 El fondo del asunto es que un maestro leído se acomoda mejor en la era del conocimiento globalizado de hoy, utilizando el discurso como medio vertebral para que un tema como el de la factorización en Matemáticas, no se quede sumergido en la simple mecánica de despejar conjuntos, sino que se instale en el contexto, mediante el desarrollo de las competencias laborales y empresariales e inclusive ciudadanas, a través del despliegue de la Lógica.

  • Actividades lingüísticas

Se refieren a un programa de talleres relacionados con una comprensión lectora graduada, según los ciclos, por ejemplo, en micro-estructura, macro-estructura, cohesión pronominal, correferencias, coherencia local, coherencia global, etc. El otro programa, concretamente, es el vinculado con el análisis del vocabulario: literal, textual, contextual, polisémico, técnico, científico, dialéctico, idioaléctico, argot, sinonimia, antonimia, metafórico, alegórico, ideológico, etc. Claro está, que el sistema de talleres aludidos se puede aplicar de manera factible a los textos expositivos, particularmente al Área de Ciencias, Sociales, Humanidades (al Ensayo)134, etc. y el del vocabulario a la Literatura (novela). Por lo tanto, los talleres hay que construirlos a partir de variables discursivas y además de tipos textuales graduados en una organización por ciclos.

Es decir, que el diseño de los talleres debe propender por una tipología textual diversa, incorporando formatos atractivos como el de periódico, revista, libro ilustrado, folleto, con un fondo cultural evidente: textos auténticos, expositivos o fotografías y productos discursivos del alumnado, sin dejar a un lado la temática inherente a cada disciplina, todo ello secuenciado de acuerdo con un criterio cronológico en el marco de los ciclos educativos. Es indispensable que exista una planeación y un seguimiento evaluativo de los recursos aludidos, procedimiento útil en la intención de que el proyecto lector reciba la auto-regulación correspondiente.

  • Actividades cognitivas

Cumple con la siguiente programación:

  • (1) Establecer un programa de desarrollo de los pensamientos, inteligencias múltiples y procesos metacognitivos.

  • (2) El desarrollo citado, se efectúa resolviendo la secuencia pensamiento simbólico, intuitivo, conceptual, inferencial, formal, lógico, complejo, problémico, investigativo, crítico, de acuerdo con los ciclos organizados en la Institución Educativa.

  • (3) Es imprescindible, entonces, que el proyecto mencionado, aplique el concepto relacionado con que desde la conexión entre pensamiento y lenguaje (Vigotsky, 1995; Shardakov, M.N, 1977), la lectura cumpla con su oficio de "desarrollar la inteligencia" o de la "función de pensar", estrategia que se limita cuando en el ámbito de la lectura: "(el maestro) se encarga de proveer respuestas correctas que más tarde ensaya confirmar mediante una evaluación injuntiva (orden o mandato), donde la instrucción de responder a la pregunta, restrictiva además de la función de pensar, frena la construcción del conocimiento o la solución de problemas"135

  • (4) Incorporar una amplia diversidad textual, simbólica e icónica, con el fin de introducir el tema correspondiente, para que luego de la lectura del tema señalado o de manera simultánea y de acuerdo

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  • 134 Según se señala, se plantea un solo un ejemplo. Sin embargo la Semiótica o la Lingüística contienen temas diferentes, que se podrían incluir en el proyecto aludido, a manera de referentes transversales del plan de estudios: las funciones del lenguaje (Buhler), las dimensiones del discurso, los niveles de significación, etc. Estos son aspectos que se adaptan particularmente, tanto a un texto expositivo, como a uno literario (el relato). Los conceptos precedentes se encuentran claramente expuestos en el libro Semiótica y Lingüística (Niño Víctor Miguel, 2013, Ecoe Edic., 6ª. Edic. , Bogotá).

  • 135 Cárdenas Páez, Alfonso (2008). Naturaleza semiótica del pensamiento y pedagogía del lenguaje. En, El Oficio de Investigar.

con las necesidades de aprendizaje, el docente explique a los estudiantes que lo soliciten.

  • (5) Promover con frecuencia un trabajo inter-grupal, organizado de acuerdo con las inteligencias múltiples de los alumnos, opción también válida en la constitución del proyecto de lectura, y que se formularían desde el primer ciclo, atendiendo a la inteligencia lingüística, musical, intra- personal, inter-personal, matemática y que se efectúa de acuerdo con un estudio psicológico y familiar previo, con el fin de establecer los grupos por afinidades de inteligencias.

  • (6) Registrar y aplicar los procesos metacognitivos con base en una organización por énfasis de capacidades del tenor de identificación, discriminación, síntesis, análisis, comparación, argumentación, deducción, inducción, verificación, hipótesis, predicción, etc.

  • (7) Una clase distinguida por organizar una labor colectiva, en donde se desarrollen actividades de lectura y escritura, con el despliegue de las capacidades de abstracción, inferencia y proposición.

La programación cognitiva, en consecuencia, apunta a la interdisciplinariedad y bien se puede extender a todas las asignaturas del plan de estudios o por bloques de materias, incorporando las capacidades listadas antes. Dicha concepción se direcciona a una tipología textual adaptada a los espacios académicos. Para su desarrollo se enfatiza por semana, v.gr. en un proceso metacognitivo, como el de identificar, definir y clasificar. Es decir que en esa semana (o mes) los maestros de la institución resaltan la clasificación en la lectura de los discursos disciplinares, éticos o de interés cultural, teniendo en cuenta lo acordado alrededor del Proyecto Institucional de Lectura. Claro está que cada uno de los procesos elegidos se debe jerarquizar teniendo en cuenta la organización escolar por ciclos y el nivel de complejidad de los textos.

En este enfoque se incluye también una corriente dirigida "hacia la formación de ciertas habilidades cognitivas que se consideran más importantes que un contenido científico. Por ejemplo Hilda Taba (1999) propone que la enseñanza debe proyectarse a propiciar en los alumnos el proceso inductivo y para ello propone algunas actividades secuenciadas, que se resumen en el siguiente cuadro:

…":136

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  • 136 138 Flórez, Rafael (2000). Evaluación pedagógica y cognición. Edit. Mc Graw Hill, Bogotá. Pg. 4

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Cuadro No 5. Estrategia pedagógica derivada del modelo inductivo (Hilda Taba, cit. Flórez Rafael, 2006: 46 ).

De acuerdo con las estrategias precedentes cambia el rol del profesor depositario de la verdad137, al de administrador, animador y gestor del aprendizaje, quedando la enseñanza como una herramienta compartida, adaptada a las expectativas, ritmos de trabajo, y falencias conceptuales de los escolares.

  • Actividades sociales

Esta dinámica del proyecto de lectura, se dirige a que el equipo interdisciplinario o el profesor- líder del proyecto lector planee, aplique y evalúe las actividades sociales del proyecto, en relación con prácticas literarias específicas (p. ej. el festival del pop en español y la canción social o del rap). Este criterio tiene como requisito esencial que el alumno lea y se documente acerca del rol asignado para el

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  • 137 En la Institución Escolar se dan casos en los que verbigracia el profesor (por ejemplo de Matemáticas o de Ciencias), dirige una clase magistral, en donde la principal o única estrategia consiste en que el maestro explica el tema y los alumnos copian, acción que finaliza con una pérdida académica del 95% de discentes, para que finalmente y por presión de los directivos docentes y padres de familia, terminen aprobando la asignatura con la debida promoción al curso siguiente. Es un círculo vicioso que la investigación pedagógica debe resolver.

evento, bajo la responsabilidad del maestro. Por ejemplo, si quienes poseen el talento musical intervienen en el estival de la canción deberán leer acerca del tema o conflicto incluido en la canción, consultar la literatura existente sobre el compositor, el intérprete, los motivos para componerla, el tipo de música, los tonos, la melodía, el color o el tema de la canción, etc. Un festival de la canción en el marco del Proyecto Institucional de Lectura, no puede convertirse únicamente en manifestación artística de la oralidad, sin tener en cuenta el acto lector, habilidad que debe ser instalada en todas los sucesos sociales de la Institución Educativa138.

Aquí también se incluye la muestra semestral de teatro escolar, el foro de los derechos humanos (organizado por las Áreas de Sociales y Humanidades), el encuentro bimensual de cuentería, el concurso inter- grados de declamación y poesía, el centro literario institucional, el club de lectores, el cine foro, etc., estrategias que si bien promocionan la oralidad (desde la concepción del PILEO), son útiles en el sentido de generar espacios para desarrollar la lectura significativa. Las actividades sugeridas hasta aquí se resumen en el esquema siguiente:

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Esquema No. 5: Actividades del Proyecto Institucional de Lectura

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  • 138 Lo que se afirma en este planteamiento se puede ampliar mediante la aplicación en las actividades sociales de la lectura, a partir de una visión integral, en tanto los alumnos- intérpretes de la canción muestran su oralidad desde la lecto-escritura. Esta última habilidad se manifiesta en las cartas de solicitud, publicidad, consultas efectuadas y por supuesto los artículos que los chicos escribirán para el periódico escolar.

  • El docente de español como gestor de la lectura escolar

  • Una visión actualizada de la disciplina

Los siguientes planteamientos son pertinentes para precisar en qué consiste la visión actualizada de la disciplina que maneja el profesor de Español, a partir de los problemas que aquejan a los educadores de la referencia. Es preciso advertir que aquí se escoge dicho enseñante, a manera de paradigma, y debido a la importancia que tiene respecto a su liderazgo institucional frente a la gestión de la lectura escolar; sin embargo, lo que se enuncia en seguida, también se puede consultar y generalizar para los maestros a cargo de las demás asignaturas del plan de estudios.

De acuerdo con Cárdenas ( 2000 ), es indispensable que el docente de Español posicione en el colegio el Español y la Literatura, es decir el lenguaje, como una disciplina vital para el desarrollo intelectual de los estudiantes, pues su aporte para la vida psico-social de los aprendices es tangible139. Los desempeños socio-discursivos, y semio-cognitivos aparecen en las formas de comunicación humana, y por lo tanto, la disciplina nombrada supera los límites de la escuela, pues de su uso competente depende una participación efectiva en la sociedad, la consecución del proyecto profesional y la trascendencia humana.

Para que el objetivo anterior se pueda llevar a cabo, es necesario que el docente de Español supere la dirección de su asignatura acerca del predominio de la gramática en la enseñanza de dicha materia, con un fondo conductista y metalingüístico, como se advirtió antes. Siguiendo al mismo autor, veamos el siguiente inciso, con la idea de aclarar este punto:

Con respecto al tema los datos de la investigación DLE, patrocinada por UPN – CIUP son bien significativos… El 63% de docentes indagados coincide en el predominio de la gramática en la docencia del español, mientras que un 37% manifiesta su desacuerdo con dicha apreciación. Estos datos armonizan con el 71% que acepta el corte conductista y metalingüístico de la docencia, en contra de un 29% que disiente de tal postura; a la vez coincide con el 69% que acepta el predominio de las exposiciones del maestro, en contraste con un 31% que rechaza tal planteo en la docencia del español.140…

Se deduce, entonces, que la escuela de esta época, instalada en la aldea global del conocimiento, exige la implementación de un sistema evaluativo de los procesos de aprendizaje y enseñanza con el fin de aplicar los correctivos del caso, que atiendan a una transformación de las prácticas pedagógicas, en la ruta de un aprendizaje adaptado al perfil cultural del niño, adolescente y joven de hoy. Este procedimiento que inaugura el aprendizaje cooperativo como modelo de uso en contextos de diversidad cultural, se inició con el auge de la ciencia cognitiva y, particularmente, con los estudios sobre cognición social y el énfasis en el nexo cognición-aprendizaje-cultura, de gran predicamento en el terreno educativo, según lo enuncian Santos Rego, et. al (2009); Cohen E.G., (2004).

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139 En esta sección es ineludible subrayar la tesis registrada aquí, que ya se había planteado en el subtítulo relacionado con el profesor como ser político. 140 Cárdenas, Alfonso (2000). El oficio de investigar. Educación y pedagogía hacia el nuevo milenio. UPN CIUP, Bogotá.pgs.1919 y 192. Por otra parte:

La razón fundamental del lenguaje es producir sentido. Que esto sea así estriba en el tipo de formación que hemos recibido en la universidad, marcada por tres ingredientes: teoría gramatical, formalismo literario, e historicismo. Se trata de tomar decisiones coherentes en las aulas de secundaria… nuestro enfoque necesita de una revisión a fondo: ha de ser necesariamente más amplio e incorporar los aportes de disciplinas como la Pragmática, la Psicolingüística, el Análisis del Discurso, la Lingüística Textual, la Sociolingüística y la Semiótica, entre otras. En la actualidad (2016) esta situación se mantiene prácticamente invariable, prueba de ello son los enfoques pedagógicos (a veces distorsionados) que los practicantes- "licenciados" exhiben en los colegios oficiales. Algunos de ellos cometen, v.gr. errores crasos de ortografía o imprecisión en los conceptos lingüísticos que manejan en el aula, lo que demuestra las deficiencias de la formación universitaria.

Desde esta dimensión, el Área de Humanidades y Español, es la llamada a liderar los procesos lectores en la escuela, superando, en primer lugar, hábitos didácticos anacrónicos, según se observa en la cita anterior. Una exposición docente, con fondo conductista, y apoyada en la gramática frástica, describe una estrategia localizada en la enseñanza, la información, el verbo del profesor, y el desarrollo tradicional de los temas lingüísticos o literarios del programa asignado por el MEN, quedando el alumno sumido en sus pensamientos típicos de su edad, desconectado de los susurros del maestro, que apenas llegan a sus oídos141.

Es prioritario, que el mencionado maestro explore el discurso, a partir de la Neurolingüística, la Semiótica, Retórica, Lingüística Cognitiva, Semántica Estructural, y extraiga de allí los sentidos comunicativos que incorporados en la didáctica, son apropiados para lograr despertar el interés de los educandos, al cotejarlos a través de sus experiencias, con la enunciación del contenido elegido, puesto que el análisis de un texto sin contexto, trae como consecuencia la pereza intelectual de los alumnos. De nada vale, pues, que el escolar domine las definiciones de oración simple y compuesta o de la elipsis y la métrica poética, si tales conceptos no los aplica en los actos de la lectura o la escritura, es decir si no manifiesta el desarrollo de competencias lectoras y de producción de texto, como ejes transversales de la didáctica aplicada. Naturalmente, todo ello con un norte, por ejemplo, basado en la preparación para las pruebas PISA que para 2009, incorporó como capacidades lectoras las siguientes: Recuperación de la información, comprensión del texto, desarrollo de una interpretación, reflexión y evaluación sobre la forma y reflexión y evaluación sobre el contenido del texto. En este panorama, la competencia lectora se define como la capacidad individual para comprender, utilizar y analizar textos escritos con el fin de lograr sus objetivos personales, desarrollar sus conocimientos y posibilidades y participar plenamente en la sociedad (OCDE, 2009). Ahora bien: ¿Cuál sería una visión actualizada de la Física, o las Matemáticas, etc.?

Teoría y práctica pedagógica

Es del caso resolver la incoherencia entre la teorización de la pedagogía ofrecida por la Facultad de Educación, y lo que materialmente encuentra el profesor novato en un recinto de clase. En esta configuración lo que se pone en evidencia, primero, es la concepción de enseñante versus enseñados, o sea discurso dominante, basado en la acepción técnica, académica y científica del lenguaje, en contraste con el discurso socio-cultural de los escolares, expresión de un lenguaje rural o urbano en formación que se debe reformar a partir de la explicación disciplinaria del profesor. En segundo lugar, el "Licenciado" o el profesional con curso en pedagogía, llega al colegio imbuido de una alta carga de conocimientos de su especialidad, que viene a enseñarles a unos adolescentes aparentemente "inquietos" por recibir los contenidos correspondientes, y se encuentra con una realidad totalmente distinta: alumnos procedentes de barrios sumidos en la pobreza y faltos de oportunidades, familias disfuncionales, niños desnutridos y sin un futuro válido, problemas de drogadicción y abusos en todas sus formas, etc.

Es, pues, en el campo de trabajo, donde el docente percibe la necesidad, en ocasiones no resuelta en la universidad, respecto a que de su conocimiento y praxis en educación y pedagogía depende el éxito o fracaso de su labor, y no tanto de trasmitir los contenidos inherentes a su especialidad.

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  • 141 El adoctrinamiento (en una clase) se puede entender como el producto de ciertos patrones o estructuras de interacción entre profesor y estudiantes que inducen a estos últimos a no desarrollar sus capacidades autónomas de pensamiento. De ahí, el interés (de investigación) se centra en ver cuáles estructuras promueven o inhiben la autonomía de pensamiento, y cuáles promueven la imposición de conocimiento. Robert Young (1990 y 1992).

Aquí, por supuesto, se ubica el lenguaje, que el maestro debe "aterrizar", desde lo científico hasta lo local, aplicando un marco pragmático y socio-lingüístico de la comunicación. En síntesis, la solución radica en conectar los conocimientos con la formación de los escolares, por medio de enfoques activos como el de proyectos:

Este enfoque (por proyectos)…implica que en los proyectos pedagógicos o en las situaciones didácticas que se configuren en la escuela, se privilegien aspectos como lo creativo de la historia, la claridad en la exposición de una idea, la innovación en la formulación de una hipótesis, la consistencia en la defensa de una opinión…todo ello vinculado al contexto cultural de los estudiantes.142

El concepto de discurso

Ahora bien, el concepto de discurso, atiende al producto de una red compleja de relaciones sociales, situadas en un entorno cultural y comunicativo, caracterizado y transformado por las intencionalidades, y razones filosóficas o políticas del enunciatario. Aquí se asume una visión crítica del discurso, pues al comparar los componentes del esquema que imbrica la sociedad (las relaciones sociales en un entorno cultural), la cognición (intencionalidades) y la ideología (razones filosóficas…), se vislumbra la propuesta que efectúa Van Dijk (1998, cit. por Ramírez L.A. 2008: 49) ), al respecto: "Mi trabajo sobre ideología, además de ser multidisciplinario y de intentar formular una teoría más explícita de la ideología dentro del triángulo discurso, sociedad y cognición, también intenta ser crítica, en el sentido de que busca articular una posición explícita del disenso académico en las relaciones de dominación y desigualdad social". Esta perspectiva de discurso que resuelve la postura supra-gramatical del profesor, por consiguiente, incorpora una polifonía cíclica, histórica y dinámica, que se manifiesta a través de una enunciación permanente, y la del lenguaje resalta su versión pragma- semiótica, sin que ello signifique que las otras opciones no se incluyan en el transcurso de la obra. En esta línea, la apelación del deber ser es frecuente, con el objetivo de que la afirmación respectiva contenida en el discurso, tenga eco en el lector y se convierta en una realidad educativa, para incrementar la calidad de la educación. Claro está, y de acuerdo con Vigotski (1978), en el sistema de comunicación planteado se sitúa el mediador, que al intervenir la zona de desarrollo próximo, despierta los pre-saberes y experiencias disciplinares, éticas y estéticas del lector- escolar.

  • La enseñanza del docente de español: un referente institucional

Aspectos pedagógicos El presente subtítulo acoge la enseñanza del docente de español como referente institucional, con la asunción respecto a que de manera semejante se podría aplicar a la enseñanza del profesor de Física, Matemáticas o Filosofía. Es decir, cada uno de dichos maestros, por supuesto, también son referentes pedagógicos en la Institución Educativa. No obstante, para que la exposición siguiente tenga una mayor coherencia, se ha tomado como el ejemplo el de Español y la Literatura.

Las siguientes consideraciones sustentan una enseñanza escolar actualizada del Español y la Literatura:

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  • 142 Secretaría de Educación del Distrito (2007). Colegios públicos de excelencia para Bogotá. Series Cuadernos de Currículo. Orientaciones curriculares para el campo del pensamiento. Henry Charry Alvarez, Subsecretaría Académica. Bogotá, pg.29.

  • Desde una versión didáctica, hablar de la lecto- escritura en la esfera de los procesos de aprendizaje del idioma, es comentar acerca de las capacidades articuladas con el hablar y escuchar, pues son las cuatro habilidades que constituyen la comunicación humana, sin excluir las estrategias fonológicas o semióticas, como los prosodemas, el acento, el tono, la mirada, la expresión corporal o la proxémica, la mímica, los silencios, los mitos, los eufemismos, etc. que conforman la cultura de la lengua.

  • De otra manera, la formación permanente del docente, le permite conducir una clase en donde la diversidad de referentes, le otorga al aprendiz la oportunidad de ingresar a una sociedad democrática, culta y letrada, desde el salón de clase. En este sentido, es crucial que el motivador, se salga de la estructura lógica de dar el tema, desarrollarlo mediante esquemas llamativos en el tablero y asignar unos ejercicios o problemas en grupo. En cambio de este procedimiento el maestro debe generar variaciones en el transcurso didáctico, en consideración a la presentación del problema pertinente, centro de interés, noticia del día, aspecto formativo, descubrimiento científico, artículo económico y desde este foco desarrollar el tema de la clase, desglosado de acuerdo con un ambiente pedagógico, pertinente y desencadenador de la curiosidad, interés y apropiación lectora, por parte del alumnado. La modalidad descrita, se puede efectuar a través de un enfoque directivo o colectivo del maestro, en concordancia con el tipo de curso, hora de clase o el tema que vaya a desarrollar.

  • Es recomendable, evitar el desmedido activismo sin brújula alguna, es decir como distorsión de la didáctica activa formulada v.gr. por Reyes E. (en De Zubiría, 2007: 48- 53). Por ejemplo, direccionar la clase a una escritura permanente (que copien de una fotocopia para mantenerlos callados), en donde el contexto cultural queda relegado a un segundo plano, sin ejecutar estrategias discursivas del tenor de los actos de habla, desde la macro o super-estructura textual. En este orden de ideas, si bien, no se trata de estigmatizar el conductismo, pues con él han aprendido varias generaciones, y además es indispensable en la explicación de temas científicos (el H2O, es agua y hay que entenderlo y memorizarlo), sí es indispensable que se combine con otras opciones didácticas, particularmente con el aprendizaje significativo, problémico, conceptual, o de la enseñanza para la comprensión143.

  • Por consiguiente, en una educación integral, y en el ámbito de los ciclos, no se concibe una clase casada únicamente con una doctrina de enseñanza, inclusive si ya hay un modelo pedagógico institucional (construido por la comunidad educativa), que no obstante, se cataloga como un proyecto en evolución permanente. Así que, contrastar las modalidades pedagógicas listadas, de acuerdo con la cultura y cognición del grupo de estudiantes, es una variable constitutiva de la elaboración del proyecto en

cuestión. Todo ello persigue examinar que:

  • No es recomendable, separar la teoría de la práctica, o viceversa. Dar las claves, para resolver un problema en el desarrollo de una actividad didáctica con el propósito de confluir en una definición, o

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  • 143 Las pobres prácticas pedagógicas son otro punto por revisar. Julián de Zubiría ( 2009 ), investigador pedagógico, asegura que en nuestro país los profesores siguen dando clases como lo hacían hace 20 años , con libros y metodologías que no se amoldan a lo que los estudiantes esperan y necesitan". En su concepto la memoria no puede seguir siendo la base de los programas en los que deberían enfocarse en el análisis y la crítica, de manera que se formen ciudadanos capacitados para participar en la sociedad actual". "Es un imperativo dar un vuelco", sentencia. Sin embargo, la memoria está implícita en la mayoría de los procesos metacognitivos de la lectura. Por tal motivo, nuestra idea acerca de la misma, desecha extremismos innecesarios, puesto que así como el avance de la ciencia es acumulativo, complejo y sináptico, el del pensamiento también lo es. Sin embargo, es oportuno afirmar que un estilo de enseñanza (v.gr. problémica, sin desechar la pertinencia de la memoria) debe ser una constante institucional y por ende promocionarse en todas las asignaturas del pensum escolar. Caso contrario y si además la población escolar es catalogada como irrespetuosa, altanera y agresiva, y no existe un respaldo de los directivos docentes o del CADEL, el maestro no tendrá otra alternativa que la de imponer su autoridad a través de métodos que mínimo le permitan desarrollar habilidades lecto-escritoras. Gradualmente el maestro hará valer sus derechos ciudadanos y políticos para que esta situación se modifique en aras de educar al estudiantado.

al contrario, es decir, plantear una teoría como resultado de dinámicas coherentes, despliega en ambos casos un aprendizaje reflexivo, mediante lo cual es más fácil lograr la atención, respeto y concentración de los escolares, obviamente en el marco del murmullo estudiantil, lo cual paulatinamente irá mejorando, hasta que reconozcan el valor de los silencios, inclusive en la conversación.

  • El manejo de grupo, o sea el ejercicio de la autoridad del profesor, no corresponde a tener al frente un "curso de mudos". De manera distinta, se refiere a incentivar un diálogo entre los escolares, a fundar una sociedad participativa y democrática en el salón, todo ello mediado por el respeto144 y obediencia de la normatividad existente. Este procedimiento dialéctico y complejo, es uno de los retos del profesor de hoy. Así que si, por ejemplo, incentivar en una clase de Literatura la realización de escenas teatrales, como reproducción de un friso relacionado con Hamlet de Shakespeare, no es falta de manejo de grupo, porque el maestro no está dictando una explicación sin interés cultural o personal, a 45 alumnos "ausentes", sino se trata del funcionamiento de unapedagogía activa (educar por la vida y para la vida), centrada en el aprendizaje del estudiantado145.

Otras recomendaciones pedagógicas para el espacio académico del Español y Literatura, son:

  • Emplear el texto literario, de acuerdo con un enfoque fáctico del mismo. Un caso concreto que ilustra el concepto anterior corresponde a la escena jurídica de Meursault, protagonista de la obra "El Extranjero" de Albert Camus (pg.78, Edit. Unión Ltda.), escena, que bien puede ser utilizada para que el maestro, vincule el texto literario con su concepción acerca de la justicia en Colombia, que confrontada con la del estudiantado, los conducirá a que amplíen el tema mediante la lectura de dicha obra, y de artículos periodísticos polémicos, que sirvan para fundamentar, por un lado, la representación de la audiencia que muestra la obra señalada, y por otro el debate alrededor de la aplicación de la justicia, por medio de preguntas- problema, a partir de un hecho específico : como el acaecido con el joven Colmenares146.

  • Infundir a los alumnos el gusto por la Literatura, significa que:

Las deslumbrantes clases de Literatura Española del Profesor Isaías Lerner, brillante erudito, en el Colegio Nacional de Buenos Aires, quien nos comunicaba su pasión por la lectura detenida, enseñándonos a demorarnos en un texto hasta saber de memoria su acogedora geografía. Lerner nos enseñó cómo hacernos amigos de los (al parecer) aterradores clásicos, cómo volverlos nuestros, cómo sentirlos íntimos, sin que nos intimiden. La crónica de aquellos años se halla trazada en mi Garcilaso, mi Celestina, mi Berceo, mi Arcipreste de Hita. Mi amistad con ellos dura desde aquellas clases. (Manguel Alberto: Placeres de la lectura.)

  • En el relato elegido, la expresión "saber de memoria", se refiere al nivel de apropiación de la estética

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  • 144 El maestro debe plantear desde un principio las políticas de la clase, de estricto cumplimiento, dando un plazo prudente para su completa implementación. El incumplir estas normas de convivencia es causa de la aplicación de un proceso disciplinario siguiendo el conducto regular, que se inicia con una conversación formativa con el estudiante. Aquí radica la competencia pedagógica del profesor. El hecho de que un motivador acuda en raras ocasiones a coordinación, debido a la indisciplina de los escolares, es una muestra de la buena comunicación que establece en clase y fuera de ella, en el colegio.

  • 145 Es prioritario, enseñar a los escolares a separar "la indisciplina", de la comunicación social, enfundada en la ética y el respeto por la palabra de los demás, mediante la propuesta relacionada con que el colectivo alcance una calidad educativa superior y así se logre la transformación de las personas, con la pretensión de que el futuro ciudadano le imprima la deontología correspondiente, que suscita una profesión o un deber laboral. De otra manera, es necesario determinar que despertar la dinámica intelectual de los alumnos, se obtiene desde una socialización acentuada. Sin embargo, no hay que olvidar la necesidad asociada con el alumnado tenga con frecuencia horas de lectura, en donde hay un silencio absoluto y una promoción reiterativa de la inteligencia intra-personal.

  • 146 Esta es una noticia de un fallecimiento sucedido el 1 de noviembre de 2010 al norte de Bogotá, que a la fecha no ha sido resuelto por la justicia colombiana (5 años sin resolverse). Esta situación, demuestra que la debilidad del sistema aludido, obedece a los avatares políticos y sociales del momento, circunstancia cultural, anclada en la historia de los países latinoamericanos. La noticia aparece en Wikipedia, bajo el título del "Caso Colmenares".

literaria, basada en la interpretación de la descripción asociada con la definición de una fotografía a color, que en cambio de figuras, tiene palabras, embellecidas por una sintaxis precisa y una adjetivación adecuada. Por otra parte, una lectura "detenida", atiende a una modalidad intensiva de la misma, pues se dirige a profundizar, por ejemplo, en la Geografía, lo que en una programación didáctica equivale a su componente interdisciplinar.

  • La cita en cuestión, también expresa un asunto metodológico y otro pedagógico de la lectura. El metodológico tiene que ver con la erudición, criterio válido, cuando se define la lectura a partir de una interacción de saberes, entre el discurso y el lector, en donde sus conocimientos y experiencias culturales conforman el sustrato intelectual que orienta su permanente negociación y construcción de sentidos.

  • El pedagógico se refiere a la formación del lector, quien desde el testimonio, se convierte en "amigo de los clásicos", hecho que perdura toda la vida. Además, la lectura de los autores universales es el punto de llegada de un proceso lector por ciclos, transcurso incorporado en el Proyecto Institucional de Lectura. Por tal motivo, se recomienda que el plan lector del colegio incluya en su programación el objetivo de construir el gusto por la lectura de los clásicos (Solé I.: 1992), desde el ciclo infantil ( ej. Esopo), pasando por el ciclo de la adolescencia ( ej. Wilde), hasta el juvenil (ej. Borges), acción didáctica que solucionaría la programación anacrónica, fundamentada en la historiografía literaria, que ubica los escritores tradicionales únicamente en el ciclo correspondiente a los grados 10ºs y 11º.s, como si un pre-adolescente de la era digital no entendiera el tema romántico del "Ruiseñor y la Rosa", de Wilde.

  • Es acertado acentuar, que la exposición dirigida únicamente al tema de clase es una estrategia poco aconsejable, sobre todo, si se le plantea a alumnos provenientes del mundo multimedial. Por esta razón, el educador profesional, y como se trató previamente, debe mostrar ante sus discípulos su pasión y perseverancia por la lectura, acción que se traduce en el desarrollo de su competencia literaria y crítica, producto de valorar la actividad señalada como eje de su formación. Un ejemplo que ilustra el concepto de la "pasión lectora", es el que registra Daniel Pennac, en su libro "Como una Novela" (1993), cuando nos presenta la escena del niño que seguía leyendo, luego de que sus padres lo mandaban a dormir y "leía aún bajo de las cobijas, alumbrado por una pequeña linterna". Esta escena es inherente a un lector competente, y habitual. Por supuesto del panorama anterior surgen diversas didácticas que incorporan el mundo virtual, pero sobre todo le imprimen a la clase un perfil cultural, en donde el tema de la clase se torna en un pre-texto para fomentar la educación.

  • Los momentos de la clase de español de aplicación en las demás asignaturas

Los momentos de la clase de Español se establecen, a manera de ejemplo, pues la organización de las actividades en el salón dependen de la creatividad del educador, y además se puede aplicar a las demás asignaturas del plan de estudios. Estas actividades se planean en un espacio pedagógico que despierte la reflexión de los estudiantes, y en donde sean visibles unas políticas de estricto cumplimiento, más por convicción que por obligación. Así mismo, una de las cualidades de una clase de este tipo radica, como ya se manifestó, en la diversidad, de acuerdo con el perfil cultural del escolar actual. En consecuencia la clase se inicia147 mediante la especificación del objetivo pedagógico, acción que concurre en la frase del día y la noticia cultural en el mundo (no sólo en Colombia), con el fin de plantear una reflexión colectiva sobre un problema social de actualidad extraído de los medios de comunicación, como la prensa escrita, la televisión o Internet, con el objetivo de facilitar la lectura introductoria148.

Aquí se efectúan los comentarios del caso, siempre procurando captar la atención del auditorio y con el pensamiento focalizado en que el mediador, es además, un animador del conversatorio o trabajo inter-grupal, si se implementa una guía, un taller o el tablero inteligente conectado a algunas páginas pertinentes de Internet. A continuación, el maestro presenta el tema de clase (p.ej. la puntuación) a partir de una lectura introductoria149, enlazada con un problema social, para ejercitar las competencias inferenciales y críticas respectivas. Posteriormente, se les conduce a la producción discursiva que encadena la comprensión de la lectura realizada con la escritura, para lo cual hay un amplio acervo de actividades, tanto en el plano alfabético o impreso, como en el virtual, dependiendo del desarrollo tecnológico del Centro Escolar.

En la senda relacionada con que los chicos realicen una escritura significativa, el maestro inaugura un espacio de análisis y reflexión sobre la lectura hecha, permeada por la formulación de preguntas interesantes, del estilo de: ¿Será que la esvástica tiene un sentido astral, y por eso la utilizan los "skin heads?, en el caso de que dicha lectura hubiese versado sobre este aspecto. Este tipo de interrogantes se convierten en un canal de salida que invita al auditorio a reflexionar acerca del contenido elegido, o si los recursos de la clase lo permiten, a consultar por Internet la información conveniente, con el fin de dar el punto de vista y las posibles soluciones a este problema. Dichos escritos, revisados por el maestro y sus discípulos, en el mismo momento de la clase, se tornan en una oportunidad para, ahora sí ofrecer de manera explícita la enseñanza del tema previsto, de acuerdo con las necesidades reales del alumnado.

Ello quiere decir que de la resolución y explicación de los errores y las correcciones en la puntuación, mostrados por los aprendices, el maestro deduce con ellos, las definiciones y los ejemplos de los signos de puntuación, siguiendo un método inductivo.150 Luego, los escolares efectúan el respectivo objeto del lenguaje (el álbum, el croquis, el origami…), labor que refleja el hacer, apoyado en la secuencia, diseño, realización y presentación; todo esto relacionado con el objetivo y tema de clase, lo que le ofrece la coherencia a la misma. Finalmente, se lleva a cabo el refuerzo del tema (específico) señalado para, como colofón, comprobar el rango de aprendizaje obtenido por los escolares, con el propósito de explicar en la siguiente sesión, aquellos asuntos que no hayan resultado claros para

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  • 147 El maestro también puede empezar la clase contando con gran entusiasmo una escena interesante ( de acuerdo con el ciclo, o sea la edad promedio de su auditorio), del libro, artículo, película, o canción más coherente con la problemática de los chicos, o con el tema de clase, y que ha leído, visto o escuchado. Esto sucede, cuando el docente les relata a sus discípulos acerca de su asistencia, o lectura del concierto de rock que se celebró recientemente en la ciudad. Esta narración, también incorpora el evento relacionado con el que el educador les comente a sus alumnos, el qué, cómo, cuándo y para qué, escribió el libro de su autoría, que en ese momento les exhibe, prueba evidente de su vocación intelectual.

  • Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14
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